Gracias señor por llamarme a configurar mi vida a la manera de María, esta mujer que se lleno de gracia ante los ojos de Dios. y que me sigue reflejando desde su vida sencilla como seguir a su hijo, con gesto concretos que salgan desde el corazón.
Ella desde su humanidad me invita a seguir
descubriéndome a mismo como un ser frágil y con límites. Su figura me invita a confiar en la misericordia de Dios, y que atreves de esta experiencia se me invita reflejarlo con autentica libertad del corazón.
AMEN A MARIA Y HAGANLA AMAR
Estas palabras son clave, para mi vida como pequeño hermanito de María. Este ideal es el fin, con los niños y los jóvenes que ellos también se comprometan a seguir a Jesús, con el ejemplo de María. Nuestro ser hermano para los demás, debe de ser con la mirada de María, desde un camino de fidelidad y sencillez.