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2 maneras de ganar a tu conyugue para Cristo

Este tema va dirigido a aquellos matrimonios o relaciones de pareja en donde uno


de los cónyuges no es cristiano o no es creyente.

Generalmente esta situación produce tristeza y aflicción en aquellos que la


padecen.

El mayor anhelo de una esposa o una mujer es que su marido no creyente


conozca a Dios y sea salvo; aparte de esto, le desea ver como una persona
transformada por el poder de Dios; lo mismo pasa cuando el varón es el creyente
y la mujer no.

En este tema aprenderemos acerca de dos maneras de cómo ganar a tu cónyuge


para Cristo.

Te hablo a ti mujer, si tu esposo no es creyente hoy aprenderás a cerca de dos


cosas que te ayudarán a ganarlo para el Señor y si tu esposa no es creyente
varón, hoy aprenderás a cómo ganarla para Cristo.

Leamos en 1 Pedro 3:1


Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra,
sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, y versículo 2 dice: considerando vuestra conducta casta
y respetuosa.

Este pasaje de la Palabra de Dios, habla acerca de aquellas dos cosas por medio
de las cuales podemos ganar a nuestro cónyuge para Cristo.

Lo primero que debemos hacer para que nuestra pareja quien no conoce a Dios
le conozca es:

Predicarle la Palabra de Dios.

Toda persona, incluyendo tu pareja, debe escuchar acerca de las buenas nuevas
de salvación; debe escuchar acerca del amor de Dios, su perdón y su gracia.

Toda persona, incluyendo tu pareja quien no ha conocido el Señor, debe conocer


acerca del propósito eterno del gran sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz del
calvario.

Toda persona, incluyendo tu pareja quien no ha conocido al Señor, debe saber


que solamente hay un camino al Padre y ese se llama Jesucristo el Hijo de Dios.

Toda persona, incluyendo tu pareja que no ha sido salva, necesita saber que
solamente en el nombre poderoso de Jesucristo podemos ser salvos.
Si tu esposo mujer no es cristiano, y si tu esposa varón no es una Hija de Dios y
llegaste al Señor en esa situación; debes predicarle acerca del amor de Dios. Si
haces esto, cumplirás así la primera forma de que ellos puedan conocer el amor,
la gracia, el perdón y la salvación de Dios.

Muchos dirán ¿pero qué hago si no me quiere escuchar? otros dirán ¿pero es que
es imposible, porque siempre que trato de hablarle de las cosas de Dios se enoja?

El caso de muchos hombres y mujeres, es que su cónyuge no quiere saber nada


de las cosas de Dios.

Resulta difícil predicarle la Palabra de Dios a tu pareja cuando no quieren saber


nada acerca de Dios, y es por esto que existe una segunda forma o manera de
poder ganarlos para Cristo.

¿Cuáles es la segunda forma?

El pasaje Bíblico que leímos también nos lo enseñ,a y nos dice que podemos
ganar a nuestro cónyuge para Cristo por medio de nuestra conducta y de
nuestro testimonio.

El texto enseña, que los que no creen a la Palabra predicada, puedan ser ganados
para el Señor sin palabra por medio de la conducta o por medio del testimonio.

Cuando hablamos de conducta, hablamos de nuestro comportamiento.

Ahora respondamos a lo siguiente:

¿Cómo debe ser el comportamiento de una mujer que quiera ganar a su esposo
para Cristo?

El comportamiento de una mujer que quiera ganar a su esposo para Cristo, debe
ser según como dice el texto Bíblico, y lo que dice la Palabra de Dios es que debe
estar sujeta a su marido.

Escúchame bien lo siguiente. Estar sujetas significa:

Cooperar voluntariamente con alguien por amor y respeto a Dios y a esa persona.

Estar sujetas significa: Obediencia por amor y no por temor o intimidación.

La sujeción de una esposa a su marido, evidencia sujeción a su Señor y Salvador


Jesucristo; además haciendo esto, da evidencia de su amor por obedecer lo que
enseña la Palabra de Dios.

Lo segundo que debe marcar el comportamiento de una esposa que quieran ganar
a su esposo para el Señor según la Palabra de Dios es: su conducta.
Debe ser casta y respetuosa; esto significa: que se le debe dar prioridad a un
comportamiento respetuoso y a la vez restarle un poco de importancia a la
confianza en la apariencia física; pues muchas mujeres piensan que sus esposos
solamente quieren estar con ellas por cómo se ven, y esto demuestra un poco de
superficialidad en el carácter.

Lo tercero que debe marcar la vida de una mujer que quieran ganar a su esposo
para el Señor es:

Su comportamiento. Debe evidenciar un corazón y un espíritu manso y tranquilo.

La Palabra de Dios también enseña que la mujer sabía edifica su casa, pero la
necia la destruye.

La mansedumbre, la tranquilidad, el respeto y la paciencia; no son sinónimos de


debilidad en una mujer, por el contrario en una mujer que profesa conocer a Dios
terminan siendo evidencia del fruto del Espíritu Santo.

No hay nada más importante que una esposa que viva la vida del Señor en su
casa, y que su esposo o sus hijos y las personas que la rodean puedan ver al
Señor en su vida aún sin pronunciar una sola palabra.

Tu mujer que me escuchas; no le puedes restar importancia a tu testimonio para


ganar a tu cónyuge para Cristo; cuando él no quiere escuchar nada acerca de
Dios, la manera más fácil para ganarle es que él pueda ver al Señor Jesús, su
amor, su poder en la vida de la compañera que tiene.

Ahora te hablaré a ti varón que anhelas ganar a tu esposa para el Señor


Jesucristo.

El versículo 7 del capítulo 3 de 1 Pedro dice:


Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a
coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

¿Cómo debe ser el comportamiento de un esposo que quiera ganar a su esposa


para Cristo?

Esté versículo que leímos, dice que debe tratar a su esposa con respeto,
consideración, prudencia y compasión.

Debe ser alguien que provea cuidado, sustento y protección a su esposa.

Debes de mostrar un amor sacrificado como el amor que el Señor mostró por su
Iglesia.

Si tu esposa logra ver esto en ti como esposo, se le hará fácil ver a Cristo como
alguien que le ama y que se interesa por ella.

Recordemos siempre que una vida transformada habla con mayor fuerza y
claridad, y a menudo es el modo más eficaz de influir en algún miembro de
nuestra familia.

La mejor manera de que nuestra familia vea a Cristo en nosotros es por medio de
nuestra conducta.

La verdadera belleza, hombre y mujer que me escuchas, comienza por dentro;


comienza evidenciando un espíritu y un alma transformada por el poder de Dios.

La sumisión cristiana nunca exige de nosotros la desobediencia a Dios y tampoco


que participemos en lo que su Palabra y nuestras conciencias nos prohíbe.

La sujeción amorosa de una esposa hacia su marido, es el mejor método para


ganarlos para el Señor.

El amor y el respeto demostrado, son el mejor sermón para compartir con tu


cónyuge.

La verdadera belleza de la mujer, es la voluntad de un espíritu tranquilo y apacible.

La dulzura y la modestia son el más bello adorno de la mujer cristiana y esto


contribuirá a la paz y al buen orden de la familia.

La responsabilidad, el respeto y el amor de un esposo hacía su esposa son la


mejor evidencia de que Dios le ha cambiado y le te ha transformado.

Permite que tu esposo o tu esposa sea ganado para Cristo por medio de la
Palabra de Dios, y si esto no tiene muy buenos resultados; permite entonces que
ellos puedan ver a Jesucristo en tu vida.

La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o
para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.

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