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Lengua Castellana y Comunicación

I Medio
• Corresponde a la manera en que está organizada la
historia, vale decir, si su orden es lineal (o
cronológico) o ha sufrido alteraciones (por
ejemplo, que comience desde el final).
• En toda ficción narrativa el tratamiento del
tiempo se da por partida doble. Por un lado,
está presente en el tiempo de la historia que
se narra, y por otro en el tiempo de la
narración. Ambos son conceptos afines y
trabajan juntos para proporcionar, a la estructura
de la narración, elementos que la
singularizarán respecto de otras historias.
• El tiempo de la historia se refiere a
aquella cualidad temporal de toda
narración que cuenta con un inicio de
las acciones, un desarrollo de las
mismas y un desenlace que las
concluye.

• Es decir, predomina el tiempo lógico


lineal sin alteraciones cronológicas
en su presentación
• Está íntimamente relacionado con el aspecto estético de
una narración.
• Apunta a la organización y disposición interna en que
la narración presenta las acciones de la historia.
• De ahí que pocas veces el tiempo de la historia y el del
relato coincidan, pues el texto organiza el tiempo de la
historia, alterando su orden lineal y generando con ello
una temporalidad exclusiva del relato.
Tiempo

De la historia De la narración

Hechos ordenados Disposición de los


de forma hechos en la
cronológica narración
• La disposición u orden en el relato puede
presentarse de las siguientes maneras:
• Ab ovo

• In media res

• In extrema res
• a) Ab ovo: es una locución latina de uso
actual que significa literalmente "desde el
huevo". Equivale, por tanto, a "desde el
origen más remoto".
• Así pues, el relato parte desde el principio.
• b) In medias res (en latín, en medio
de las cosas) la narración comienza en
mitad de la historia, en vez de en el
comienzo de la misma (ab ovo)
• c) In extrema res es una técnica
literaria donde la narración comienza en
el final de la historia.
• Lea atentamente los siguientes relatos y
determine al tipo de mundo que
pertenecen, justificando su elección.
• Establezca si coinciden el tiempo de la
historia con el tiempo de la narración.
• Determine si la disposición de los
acontecimientos es ab ovo, in media res
o in extrema res.
Había una vez un hombre que tenía la cabeza
vuelta hacia atrás y al caminar nunca supo si
avanzaba o retrocedía. En la desesperanza
habitaba constantemente y su confusión se
agudizaba al cruzarse en la calle con sus amigos
y vecinos, quienes no sabían si decirle hola o
adiós, porque nunca comprendieron si iba o venía.
Viviana Trujillo, 39 años, Graneros
• Una joven mujer se encuentra tendida bajo las frondosas
ramas de un árbol. Su mano derecha se colorea con pequeñas
gotas de sangre que manan desde las aberturas de los delgados
rasguños que le hiciera el pequeño felino que rescató, el
mismo que ahora ronronea y se pasea tranquilamente entre sus
brazos. Todo sería distinto para la mujer si es que, hace unos
minutos, no hubiera atendido a los desgarradores maullidos
que el gato lanzara desde lo más alto de la copa del árbol que
ahora la tiene a sus pies. Pero su adoración por los animales
pudo más que su vértigo y no dudó en subir a rescatar
a la mascota. Ahora, reponiéndose de la caída, sólo piensa
en cómo va a llamar al pequeño animal y en lo contenta que
se pondrá su hija cuando lo lleve a casa.
El detective detalló con buena letra todos los
antecedentes del caso. El criminal del Parque
Forestal estaba identificado con toda seguridad.
Pero en forma sorpresiva e inexplicable, desde
dentro del texto, el personaje afectado borró las
frases que lo
incriminaban, absorbió indignado la tinta de la
pluma, a continuación la pluma, enseguida la
mano y luego al detective completo.
Patricio Zulueta, 64 años, Santiago
La micro empantanada en un taco de verano. Pocos
pasajeros. Un payaso sudado repite los chistes de diez
veranos atrás. Pocos prestan atención. Nadie ríe.
Interrumpe el sonido de un celular. Algunos revisan sus
ropas, sus carteras. Pero el llamado escapa de uno de
los coloridos bolsillos del payaso. Coge el teléfono.
Alcanza a pronunciar dos o tres palabras. Se deja caer en
un puesto desocupado. Algunos se vuelven en sus
asientos al oír los sollozos. Entre lágrimas, su cara se
deshace en blanco, mentira, noche, sangre, sudor, hueso y
carne. Y todos buscamos una moneda por el espectáculo.
Rodrigo Costas, 27 años, Santiago
• La anacronía se define como una ruptura
temporal del relato producida en el momento en
que la narración de la historia se suspende
momentáneamente, para dar paso a un
acontecimiento con un tiempo distinto al que
sigue el relato.
• Tradicionalmente, se conocen dos tipos de
anacronías: la analepsis y la prolepsis.
• La alteración anacrónica del relato se
llamará analepsis
(retrospección), cuando el relato salta hacia
el pasado para contar o evocar una acción
anterior al momento presente de la historia
narrativa.
«Me tendí en el sofá, apoyando la ancha copa en el
vientre, y escuché por cuarta o quinta vez aquella música
[...] constantemente la música me acuciaba hacia la
revelación de un recuerdo, calles abandonadas en la
noche, un resplandor de focos al otro lado de las
esquinas, sobre fachadas con columnas y terraplenes de
derribos, hombres que huían y que se perseguían
alargados por sus sombras, con revólveres y sombreros
calados y grandes abrigos como el de Biralbo.»
(García Morales)
• La alteración de la temporalidad narrativa se
llamará prolepsis (prospección o mirada al
futuro), cuando el tiempo del relato de detiene
momentáneamente para incorporar a la
narración sucesos con un tiempo posterior al de
la historia narrativa presente.
• La irritación de Jeannie sorprendió a Tom, “¿no es lo más justo?”, replicó, “lo sabes
muy bien”... “No hay nada más justo”, insistió Tom, corremos el riesgo como todos
los demás”. Ya estaban casi afuera del Túnel. Se detuvieron otra vez, un coche, allá
adelante, se había salido de la fila, pero no tardó en retomar su lugar y avanzaron
rápidamente. Ahora estaban fuera. Arriba sonó una campana, no muy fuerte, pero
clara. Justo detrás del parachoques trasero unas puertas se deslizaron cerrándose
silenciosamente. Jeannie se volvió para mirar el espacio donde había estado hasta
entonces el coche que los seguía. No se veía ningún coche ahora. Tom estaba
calculando. Dos minutos para que funcionaran las duchas del techo.
Luego los setecientos coches del Túnel serían izados y vaciados. Diez
minutos para eso, aproximadamente. Se preguntó cuánto tardarían
los ventiladores del Túnel en eliminar los restos del gas cianuro.
Anacronías

Analepsis Prolepsis

Retrospectiva Prospección o
o salto hacia el mirada hacia el
pasado futuro
• Le atentamente los siguientes fragmentos y
reconozca el tipo de anacronía presente en la
narración.
Una mujer me miró a través de la vitrina en un
centro comercial. Y bien, en su mirada me vi con tres
hijos, un perro en el patio, el miedo a perder el trabajo,
los préstamos interminables, y unos atardeceres de
domingo eternos y lánguidos en casa de sus padres. Sentí
el peso de las mañanas iguales, de las tardes iguales, de
las noches repetidas, de los iguales reproches.
Rápidamente desvié la mirada, apuré el tranco y salí a la
calle. Había sobrevivido a uno de esos segundos fatales
con que la ciudad suele sellar el destino de los hombres.
Pedro Vallette, 35 años, Macul
Un impreciso olor manifestaba su presencia antes
de que uno pudiera verlo...; era la mezcla del
humo de su tabaco cimarrón y del perfume que
envolvía a su secretaria. (...) Ahora, al cabo de casi
dos años, yo he vuelto a reconocer ese olor, que ya
será para siempre el del pasado y el miedo.
(El invierno en Lisboa, Muñoz Molina, Fragmento)
Mi madre, creo, hacía un sacrificio diario al...
Nunca se quejó. Nunca lo dijo con los labios. Sin
embargo, la manera como solía acariciarme
era...dramática. Era, un poco, la manera de
aferrarse un náufrago a una tabla.
Ahora me doy cuenta
(Gracia y el forastero, Guillermo
Blanco, Fragmento)
• Se define como el ambiente o lugar en el
que transcurre la acción del relato,
presentado por el narrador y a veces por un
personaje.
• Es el entorno donde sucede la historia.
Puede ser una ciudad, una habitación o la
cabeza de un personaje. Y puede ocurrir en
más de una parte a la vez.
El espacio puede describirse en base a tres
criterios:
a) Espacio físico
b) Espacio psicológico
c) Espacio social
• a) Espacio físico:
Lugar donde suceden
los acontecimientos.
Puede ser abierto o
cerrado. Por
ejemplo, una casa, la
sala de clases, el cine,
un
restaurante, el
teatro, etc.
• Espacio psicológico: también se conoce
como atmósfera espiritual que envuelve a
los personajes y a la acción. Por ejemplo,
en un asalto a un banco, la atmósfera será
de tensión y nerviosismo.
• Espacio social: entorno
cultural, histórico,
económico, social, religioso, etc.
donde se desarrollan los
hechos. Por ejemplo, en El
diario de Ana Frank el espacio
social es de creencias religiosas
muy fuertes y arraigadas en los
personajes, de guerra a nivel
mundial y persecución por parte
de los nazis hacia
los judíos.
• Lea atentamente los siguientes relatos y
determine el tipo de mundo al que
pertenecen.
• Establezca si el tiempo de la historia
coincide con el tiempo de la narración.
• Determine la disposición del relato.
• Describa el espacio en sus tres categorías.
Un creyente

Al caer la tarde, dos desconocidos se


encuentran en los oscuros corredores de
una galería de cuadros. Con un ligero
escalofrío, uno de ellos dijo:- Este lugar es
siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?-Yo
no -respondió el otro-.
¿Y usted?-Yo sí -dijo el primero, y
desapareció.
George Loring Frost
Chofer maneja malhumorado luego de cuatro horas de sueño (la
bruja). Escolar sube medio dormido luego de tres (la pololita).
Chofer lanza monedas por la ventanilla. Escolar dice improperios
sin ningún recato. Chofer detiene la máquina, insulta mejor que el
muchacho. Escolar intenta avanzar hacia el fondo. Chofer saca
barrote que oculta bajo el asiento (nunca se sabe con los
delincuentes). Escolar saca navaja que lleva muy a mano (la
gente está tan mala). Chofer golpea a escolar, escolar punza
a chofer. Ambos reposan en la posta. Doctores resuelven que la
falta de sueño hace mal para la salud.
“¿Sabías que el oso polar no es blanco? Es negro. No lo sabías,
¿cierto? Claro que no lo sabías”, me dijo un pequeño en el
zoológico, burlesco, irritante, luciendo despectivo la insignia del
grandioso colegio con el que su padre siempre soñó. Lo seguí hasta
el foso del león. “¿Sabías que los leones comen niños?”.
“Mentira, viejo ignorante”, respondió, mientras yo montaba su
pequeña humanidad sobre mis hombros, arrojándolo a las fauces
del animal e intentando esclarecer el dilema. “¡Éste es un caso
excepcional!”, gritó el niño, siempre pedante, justo antes de que el
animal alcanzara su frágil cuello.
Eduardo Ávila, 25 años.

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