Hola, ¿cómo han estado? Mi nombre es Cenicienta, muchos de ustedes me conocen y
espero que no se hayan olvidado de mí, ya que ha pasado demasiado tiempo sin vernos. Quisiera pedirles por medio de la presente a que me ayuden a resolver un gran dilema en el que me encuentro actualmente con mis hermanastras. Les cuento: Después de que me casara con el príncipe Henry, la relación con mis hermanastras Griselda y Anastasia empezó a mejorar, todo iba de maravilla nos contábamos todo, nos apoyábamos mutuamente, aunque no estuviéramos siempre juntas. Resulta que hace un tiempo para acá todo empezó a cambiar, solo me llaman cuanto tiene algún problema o se sienten enfadas por algo, no les importa la hora en que me llaman a veces es demasiado temprano o muy tarde. Les contesto a esas horas porque posiblemente pudo haberles pasado algo muy malo, pero no es así, simplemente quieren desahogarse con alguien y yo lo entiendo, no está mal, trato de aconsejarla lo mejor posible y de escucharlas que es lo que realmente ellas quieren. Mi dilema está que con esas llamadas mi estado de ánimo o humor cambia, no me gusta la hora en que me llaman y que siempre que hablemos sea de sus problemas, a veces dejo sonar el teléfono para no atender sus llamadas, no sé cómo decirles lo que me incomoda, porque no quiero que piensen que no quiero hablar con ellas o que no pueden contar más conmigo.
Ustedes mis grandes amigos me podrían aconsejar que debiese hacer.