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Géneros musicales originarios de Argentina

Argentina es considerada como uno de los países latinoamericanos con mayor variedad en el
aspecto musical. Debido a esto, podemos hallar una gran variedad de géneros musicales
originarios de nuestro país. A lo largo de esta nota se hablará de los géneros musicales más
importantes y representativos de nuestro país, los que perduran en el tiempo debido a nuestra
cultura y al arraigo que poseen sobre esta. 

Un género musical es una categoría que reúne composiciones musicales que comparten distintos
criterios de afinidad. Estos criterios pueden ser específicamente musicales, como el ritmo, la
instrumentación, las características armónicas o melódicas, o su estructura; pero también pueden
basarse en características no musicales, como la región geográfica de origen, el período histórico,
el contexto sociocultural u otros aspectos más amplios de una determinada cultura. 

Folklore

Sobre la base de los estilos musicales de los pueblos originarios se fue conformando lo que se
conoce como la música folklórica argentina, destacándose géneros como la vidala, el gato, la
zamba, el chamamé, la chacarera, el carnavalito o el pericón. Muchos de estos géneros del folklore
argentino son regionales y están compartidos con los países vecinos.

Aunque “folklore” sólo es aquella expresión cultural que reúne los requisitos de ser anónima,
popular y tradicional, en Argentina se conoce como “folklore” o “música folklórica” a la música
popular de autor conocido, inspirada en ritmos y estilos característicos de las culturas provinciales,
mayormente de raíces indígenas y afro-hispano colonial.

Historia

En cuanto a su historia, la música folklórica argentina encuentra sus raíces en las culturas
indígenas originarias. Tres grandes acontecimientos histórico-culturales la fueron moldeando: la
colonización española (siglos XVI-XVIII), la inmigración europea (1850-1930) y la migración interna
(1930-1980).

La colonización española aportó criterios estéticos, técnicas e instrumentos característicos de la


música europea. El mestizaje cultural llevó al desarrollo de danzas, instrumentos y técnicas
musicales propias (mestizas o criollas), que tendrán una influencia decisiva en el folclore
argentino.

Algunos de los aportes europeos fueron la guitarra criolla, las modificaciones al bombo nativo para
que éste llegara a ser el bombo o bombo legüero, y el charango, una guitarrilla europea fabricada
con el caparazón de un armadillo, de gran importancia para el folklore norteño andino.

Entre los más antiguos ritmos folklóricos coloniales se destacan la vidala y la vidalita, cantos de
honda influencia indígena prehispánica, originariamente sagrados y de proyección cósmica,
derivadas de la baguala y el yaraví prehispánicos, acompañadas con la caja andina o el bombo.
En las misiones jesuíticas los guaraníes fabricaron todo tipo de instrumentos: órganos, arpas,
violines, trompas, cornetas, clavicordios, chirimías, fagotes y flautas. Allí aparece el chamamé
tradicional.

En el sur de la colonia española en el Río de La Plata, se desarrolló una música gaucha, de


naturaleza individual, con presencia de la guitarra criolla y el canto solista. Entre las danzas se
destaca el malambo, un zapateo masculino, nacido a principios del siglo XVII. De gran importancia
fueron las payadas, duelos de guitarra y canto entre gauchos. Además, a fines del siglo XVIII,
apareció el candombe, estilo musical y danza creada por los esclavos de origen africano, basada en
ritmos de tambor y algunos idiófonos.

Sobre la base de los géneros destacados de la música folklórica argentina y danzas de creación
colectiva y anónima, a partir del siglo XX surgió una corriente denominada originalmente como
"música nativa", que a partir de la década de 1940 se consolidó como uno de estilos más exitosos
de la música argentina.

La música folklórica argentina comenzó a adquirir popularidad en los años 1930 y 1940, para
instalarse en los años cincuenta, con el “boom del folklore”, como género principal de la música
popular nacional junto con el tango.

En los años 1960 y 1970 se expandió la popularidad del “folklore” argentino y se vinculó a otras
expresiones similares de América Latina, de la mano de diversos movimientos de renovación
musical y lírica, y la aparición de grandes festivales del género.

Luego de verse afectado por la represión cultural impuesta por la dictadura instalada entre 1976-
1983, la música folklórica resurgió a partir de la Guerra de las Malvinas de 1982, aunque con
expresiones más relacionadas con otros géneros de la música popular argentina y latinoamericana,
como el tango, el “rock nacional”, la balada romántica latinoamericana, el cuarteto y la cumbia.

Recientemente, para su interpretación se han agregado instrumentos no convencionales como


saxo, flauta traversa, órgano, teclado y batería, innovación que va ganando adeptos de manera
paulatina.

Algunos de los artistas más destacados a lo largo de su historia han sido Atahualpa Yupanqui,
Antonio Tormo, Mercedes Sosa, Carlos Carabajal, Los Chalchaleros, El Chaqueño Palavecino, Ariel
Ramírez, Armando Tejada Gómez, Tránsito Cocomarola, Tarragó Ros, Ramona Galarza, el Chango
Farías Gómez, Linares Cardozo, el Cuchi Leguizamón, Jaime Torres, Teresa Parodi, Daniel Tinte,
Soledad Pastorutti, entre muchos otros.

Atahualpa Yupanqui es unánimemente considerado como el artista más importante de la historia


de la música folclórica del Argentina.

El Folklore en el territorio argentino

Argentina ofrece en su territorio, distintas características en sus expresiones líricas y coreográficas,


que muchas veces esquivan los límites provinciales, formandose de esta manera, zonas que
fácilmente se pueden diferenciar.

Región Pampeana
En esta región, lo más tradicional lo constituye el denominado 'contrapunto'. Lo hacen a través de
distintos ritmos regionales, dentro de los cuales se destaca la milonga; aún cuando otras especies
pueden sumárseles, como el pericón vals, la cifra y el triunfo. Todos estos ritmos son los más
utilizados por los cantores populares de la zona; principalmente solistas, que se acompañan con la
guitarra.

Región Norte

En esta región, hay una mayor influencia de los instrumentos aerófonos; tiene una amplia difusión
el charango, una guitarra americana por excelencia. La baguala se acompaña con caja, siendo lo
más tradicional, junto con el carnaval y los carnavalitos. Al sur, en la zona cordillerana,
predominan las vidalas catamarqueñas y las chayas riojanas. Tradicionalmente, las expresiones
líricas tenían carácter solista, pero desde hace un tiempo se impuso la formación de conjuntos de
cuatro voces, con tres guitarras y bombo y, la incorporación de otros instrumentos no
convencionales. La zamba se expandió por todo el país, siendo la más difundida y la más elegida
por los intérpretes.

Región del Litoral

En esta región el idioma ancestral de Paraguay se ha mantenido a través del tiempo: el guaraní, y
predomina en el chamamé, especialmente en Corrientes. En Misiones, la tradición de colonias
europeas ha puesto de moda el chotis y nuevas expresiones como la kolomeika y, como ritmo de
frontera, el gualambau. De todas maneras, los de mayor fuerza, en ese orden, son el chamamé, el
'rasguido doble', la 'chamarrita' y el 'valseado', aunque también la 'polca' y la 'galopa'.

La forma interpretativa más tradicional es el dúo y los instrumentos de más uso son: el acordeón
(también a piano), el bandoneón, la guitarra y lo fue el arpa india.

Región Centro

En esta región, la lengua original, el quichua, mantiene su vigencia. La vidala en voces solistas a
dúo, ha sido reemplazada por las chacareras, los “gatos” y los “escondidos”. La zamba, más lenta
que la “salteña carpera”, es también elegida por los intérpretes, que optan por acompañarse con
la guitarra y los instrumentos típicos de la región: el bombo y el violín. Los cordobeses, por su
parte, han adoptado la jota y al gato con el agregado de "cordobesa" y "cordobés",
respectivamente. También, los valsesitos serenateros evocan un pasado no muy lejano. El
“malambo”, expresión coreográfica masculina, se presenta individualmente o en “contrapunto”.

Región de Cuyo

En esta región predomina el canto a dúo, de carácter solista, especialmente por parte de las
tonaderas, intérpretes de la especie más difundida y representativa de la región: la tonada, es una
forma lírica que no tiene coreografía. Junto con ella, la cueca, el gato y los valses son las de mayor
divulgación. Los intérpretes se acompañan con guitarra, requinto cuyano (clase de guitarra
americana) y por arpa. La tonada tiene al final, una estrofa de improvisación, dedicada al dueño de
casa, o a quien se quiere homenajear. La cueca, está acompañada del tradicional "aro, aro",
expresión con la que se interrumpe al cantor, en la segunda parte de su interpretación, para que
vuelva a comenzar la canción.
Región Patagónica

En esta región, las expresiones regionales han sido tomadas de los rituales aborígenes,
especialmente de los mapuches. Danzas rituales, como el 'loncomeo', son acompañadas por
instrumentos indígenas y, convencionalmente, guitarras.

Tango

El Tango es un género musical y una danza perteneciente a Buenos Aires (Argentina) y Montevideo
(Uruguay). Este nació entre las clases bajas de ambas ciudades como una expresión originada de la
fusión de elementos de las culturas afro-argentinas y afro-uruguayas, auténticos criollos e
inmigrantes europeos. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por
las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los Arrabales,
los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes y la
población local, los cuales eran descendientes en su mayoría de indígenas y esclavos africanos.
Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación, el tango es considerado hoy en
día como uno de los principales signos identitarios del Río de la Plata. Este género es reproducido
haciendo uso del baile o mismamente de instrumentos, entre los más destacados como la
guitarra, piano, bandoneón, viola, violoncello y contrabajo. El lenguaje utilizado comúnmente era
el Lunfardo, suelen expresar las emociones y tristezas que sentían los hombres y las mujeres de
pueblo, especialmente “en las cosas del amor”. En sus orígenes se distingue una etapa primitiva,
popular y anónima. El género existe desde antes del año 1895, no hay una fecha exacta de
creación, pero se estima por las más antiguas obras que una fecha muy cercana es esa. La etapa
siguiente en el orden cronológico fue la “Guardia Vieja” (1895-1925) o mejor conocida como
“Tango Criollo”. La siguiente etapa fue “La Guardia Nueva” (1925-1950) que fue la edad de oro en
el tango, el periodo siguiente es “La vanguardia” (1955-1970), el “Periodo contemporáneo” (1970-
2000) donde sucedió la universalización del género y por último el “Periodo actual” (2000-).

El 30 de septiembre de 2009, a petición de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, la Unesco


lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (PCI).

Por otro lado, la danza comienza a surgir a mediados de siglo en las orillas o arrabal de ciudades
como Buenos Aires y Montevideo, es decir las zonas marginales habitadas por los sectores
populares. En proceso final de liberación de la esclavitud se instalaron     lugares de baile y
entretenimiento popular, llamadas "academias", "milongas", "piringundines" o "canguelas" en los
que se crearía el tango. El tango revolucionó el baile popular introduciendo una danza sensual con
pareja abrazada que propone una profunda relación emocional de cada persona con su propio
cuerpo y de los cuerpos de los bailarines entre sí. Refiriéndose a esa relación, Enrique Santos
Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como “Un pensamiento triste que se
baila”. Además, originalmente se bailaba en prostíbulos, donde se les pagaba a prostitutas por
bailar, ya que era una época muy conservadora y el estilo de baile del tango no era bien visto.

      Algunos importantes y reconocidos tangueros, músicos y compositores, desde los inicios de
este género hasta la actualidad fueron: Ángel Villoldo, Manuel Campoamor, Julián Robledo, Rosita
Melo, Edmundo Rivero, Agustín Magaldi, Roberto Firpo, Juan de Dios Filiber, José Razzano, Pascual
Contursi, Francisco Canaro, Carlos Gardel, Eduardo Arolas, Enrique Pedro Delfino,  Celedonio
Esteban Flores, Juan Carlos Cobián, Enrique Maciel, Gerardo Matos Rodríguez, Edgardo Donato,
Osvaldo Fresedo, Francisco de Caro, Pedro Maffia, Julio de Caro,  Alfredo Le Pera, Juan D’Arienzo,
Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo,  Carlos di Sarli, Sebastián Piana, Osvaldo Pugliese,
Lucio Demare, Homero Manzi, Julián Centeya, José María Contursi, Romeo Gavioli, Aníbal Troilo,
Chito Faró, Homero Expósito, Mariano Mores, Ástor Piazzolla, Natalio La Micela, Virgilio Expósito,
Julio Sosa, Atilio Stampone, Eladia Blázquez, Horacio Ferrer, Washington Canario Luna, Donato
Racciatti, Félix Romero, Gustavo Nocetti, Julio Arregui, Miguel Villasboas, Olga del Grossi, Armando
Pontier, Nina Miranda, Guillermo Ferreyra.

Cuarteto

El cuarteto es un género de música popular de Córdoba (Argentina), que se caracteriza por un


ritmo movido y tropical, que se escucha en toda la Argentina y algunos países sudamericanos.
Desde su creación en los años cuarenta fue bailado exclusivamente por la clase trabajadora, y
despreciado por la clase media y alta. En los años noventa, el género se volvió más popular en
toda Argentina y ya no era escuchado sólo por la clase baja, sino también por un gran sector de la
población sin distinción de clases.

Este género musical tan característico de nuestro país es un heredero directo de la música que
trajeron los inmigrantes italianos y españoles a la Argentina, en especial el pasodoble y la
tarantela. Esta música era escuchada en las zonas rurales, donde pequeñas orquestas de cuatro
músicos que tocaban piano, acordeón, contrabajo y violín animaban las fiestas.

Pero el cuarteto no es solamente un estilo musical sino un componente muy fuerte de la identidad
cordobesa. Las orquestas de décadas anteriores se habían transformado en bandas, con
instrumentos y sonidos diferentes, pero con la misma finalidad de hacer música para bailar y
entretener a la gente.

Cambios a través de los años

El cuarteto nace en las proximidades de Córdoba junto con los inmigrantes que combinaron y
mezclaron la tarantela y el paso doble. Con el paso de los años el ritmo se fue acelerando y se
fueron agregando instrumentos, así se empezaron a incorporar sonidos tropicales.

Popularidad

En 1943 Augusto Marzano (quién también integraba la Orquesta Característica "Los Bohemios")
forma el Cuarteto Característico Leo, en honor a su hija Leonor, integrado por Marzano en
contrabajo, Miguel Gelfo en acordeón, Luis Cabero en violín y Leonor Marzano, como pianista. El 4
de junio de ese año debutan en vivo en una audición en la radio LV3 de Córdoba. Luego de esa
presentación la orquesta recorre diferentes localidades de las provincias de Córdoba y Santa Fe
mostrando su música.

A mediados de los años 80 el cuarteto era conocido principalmente en Córdoba, pero en 1988
Carlitos "La Mona" Jiménez (a los 37 años de edad) tocó por primera vez en Buenos Aires, en el
Microestadio de Atlanta y con la llegada de Rodrigo Bueno, el cuarteto se hizo muy conocido en
Buenos Aires y posteriormente en todo el país.
Algunos artistas reconocidos a lo largo de la historia de este género son:

Cuarteto Leo: A comienzos de 1943, viudo y sin poder dejar sola a su hija durante sus giras como
músico, Marzano, decidió formar su propio grupo. Y para abaratar costos, viajar con pocos
instrumentos y repartir entre pocos las monedas que creía poder ganar en cada baile, decidió que
la agrupación sería de cuatro músicos con cuatro instrumentos. La idea central era tocar en los
pueblos del interior para todos los inmigrantes y criollos olvidados. Al final, el cuarteto será de
cinco porque a ellos cuatro se les sumó más tarde un cantante, Fernando Achaval. Al nuevo
conjunto lo llama Cuarteto Característico Leo: “Cuarteto” por la cantidad de músicos;
“Característico” para diferenciarlo del Típico, porque tocara de todo menos tango; y “Leo” en
honor a su hija Leonor. Una canción muy popular de este grupo de cuarteto fue “Ese muerto no lo
cargo yo”.

Carlitos Mona Jiménez: Juan Carlos Jiménez Rufino, más conocido como Carlitos "La Mona"
Jiménez, nacido en Córdoba, el 11 de enero de 1951, es un cantante de cuarteto cordobés. Su
sobrenombre “La Mona” proviene de una burla cuando era niño: él decía que era Tarzán, pero sus
vecinos en broma le decían: “Vos no sos Tarzán, nene: sos la Mona Chita”. En 1984, a sus 33 años
de edad, comenzó su carrera solista. Meses después, edita el disco “Para toda América”, donde
tuvo su primer gran éxito: “La flaca la gasta” Con el paso del tiempo se fue convirtiendo en una
figura de relieve nacional. Una de sus canciones más populares es “Quién se ha tomado todo el
vino”.

Tru-la-lá: es una orquesta de música bailable que inició su actividad el domingo 17 de noviembre
de 1984 tocando en el club Unión San Vicente en Córdoba (Argentina), y que durante más de 26
años ha logrado mantenerse con vigencia en el ambiente de la música popular de esa ciudad, el
Cuarteto.

Rodrigo Bueno: Rodrigo Bueno seudónimo de Rodrigo Alejandro Bueno nació en la provincia de


Córdoba, el 24 de mayo de 1973 y falleció en Hudson, Buenos Aires, el 24 de junio de 2000.
Apodado El Potro fue un cantante y compositor de cuarteto de Argentina. Una de sus canciones
más populares fue “Lo mejor del amor”.

Gilda: Míriam Alejandra Bianchi, conocida artísticamente como “Gilda”, fue una cantante y
compositora de cuarteto en Argentina. Nació en Buenos Aires, Argentina, el 11 de octubre de
1961, y falleció en Villa Paranacito, Entre Ríos, Argentina, el 7 de septiembre de 1996 en un
accidente automovilístico. Una de sus canciones más populares fue “No me arrepiento de este
amor”.

Etiquetas: Arte

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