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FACULTAD DE INGENIERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL


GRUPO 3
TEMA
Disipadores Sísmicos

EXPERIENCIA CURRICULAR 
INGENIERÍA SÍSMICA

AUTORES 
JARA SOLIS LUIS ENRIQUE
JUAREZ ROJAS ROBERTO
LEON PINTADO JORGE LUIS
LUCANA ACURIO LISZANDRO
MACHUCA DE LA CRUZ ALEX
MAMANI CHUCO GRA
MARCOS CLUCINTA ALVARO GUILLERMO
MEDINA MINCHAN JEAN FRANCO
MERINO BORJA PEDRO
MONRROY TILLO JONNY JAVIER
OBREGON FIGUERES RONALD MOISES

DOCENTE
MAG. ZELAYA JARA VICTOR ANTONIO

Lima - Perú

2021
ÍNDICE

1 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................1

Marco de referencia ....................................................................................................1

Casos de acción sísmica ...............................................................................................1

Recopilación de 10 sismos más destructores que se han registrado en Perú por orden
cronológico ...................................................................................................................1

SISTEMAS DE DISIPASIÓN SÍSMICA................................................................................3

Disipadores de energía...................................................................................................3

Disipadores Histeréticos ............................................................................................... 4

Disipadores Viscoelásticos..............................................................................................4

Disipadores Viscosos.......................................................................................................5

CONCLUSIONES............................................................................................................... 6

BIBLIOGRAFIA ..................................................................................................................7
1.INTRODUCCIÓN

1.1 Marco de referencia

El diseño de estructuras en áreas con alta sismicidad, como Japón, Chile o Perú, desencadenó
la investigación tecnológica en el área de la ingeniería sísmica, concretamente en el desarrollo
de tecnologías de protección sísmica para edificios. Un evento sísmico es un fenómeno
geológico natural impredecible y se considera una de las catástrofes con el mayor impacto en
las sociedades, tanto social como económicamente. Con el fin de atenuar sus efectos, se han
desarrollado soluciones que hacen que las estructuras sean cada vez menos vulnerables a la
acción sísmica. La protección sísmica de los edificios puede garantizarse mediante sistemas
pasivos para la disipación de energía, y el uso de disipadores de energía viscosa es una solución
que se adapta especialmente edificios altos.

1.2. Casos de Acción sísmica

Existen innumerables ejemplos de catástrofes provocadas por terremotos en todo el mundo,


teniendo en cuenta los recientes terremotos que sacudieron Italia. El 24 de agosto de 2016
Norcia fue azotada por un terremoto de magnitud 6.2 en la escala de Richter que provocó al
menos 297 muertos y cerca de 4000 personas desplazadas, habiendo destruido gran parte de
las edificaciones en las zonas afectadas. La Figura 2.1 demuestra los efectos devastadores que
puede causar un terremoto.

En el pasado reciente, en 2010, el terremoto que afectó a Haití con una magnitud estimada de
7,0, provocó la muerte de alrededor de 316.000 personas y 1,3 millones de desplazados,
siendo una de las mayores catástrofes del siglo XXI.

Con el tiempo, el territorio continental de Portugal se ha visto afectado por terremotos de


magnitud moderada a fuerte, lo que ha provocado daños y pérdidas muy importantes. El
mayor ejemplo es el terremoto ocurrido el 1 de noviembre de 1755 en Lisboa, con una
magnitud estimada de 8,75 en la escala de Richter , resultado de movimientos entre placas,
que provocó la destrucción de todo el centro de Lisboa y el pérdida de innumerables vidas
humanas.

El riesgo sísmico se mide por las pérdidas económicas y humanas esperadas debido a posibles
terremotos futuros y la probabilidad de que ocurran (Neto 6). El peligro, la exposición y la
vulnerabilidad son los factores que permiten definir el riesgo sísmico (Sousa, 2008).

1.3 Recopilación de 10 sismos más destructores que se han registrado en Perú por
orden cronológico

Terremoto en Áncash en 31 de mayo de 1970

El reloj marcaba las 3:23 de la tarde, cuando un terremoto de magnitud 7,8 sacudió Áncash
causando un aluvión, es decir el movimiento hizo que una parte del nevado Huascarán se
desprenda y caiga sobre la quebrada del río Ranrahirca. Fueron 40 millones de metros cúbicos
de hielo, lodo y rocas con un tamaño de kilómetro y medio (1500 metros) sepultó en minutos a
la ciudad de Yungay. Desde entonces el 31 de mayo se realiza un simulacro. Dejó 67 mil
muertos y 150 mil heridos.

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Terremoto en 9 de diciembre de 1970 se sintió en Piura y Tumbes

Eran las 11:35 de la noche, las personas ya dormían, cuando un temblor de magnitud 7,2 que
se registró entre las regiones de Piura y Tumbes. El movimiento telúrico se sintió en Ecuador.
Dejó como saldo 48 muertos.

Terremoto 3 de octubre de 1974 en Lima

De magnitud 8 sacudió Lima a las 9:21 de la mañana. El movimiento que duró 90 segundos se
sintió en toda la costa peruana. 252 personas fallecieron y 3600 heridos.

Terremoto el 29 de mayo de 1990

A las 9:34 de la noche, el sismo fue de 6.4 grados y perjudicó a las ciudades de San Martín,
Amazonas, Cajamarca, Rioja, Moyobamba, Chachapoyas, Jaén y Bagua. Fallecieron 77
personas, se registraron 1,680 heridos y 58,835 damnificados.

Terremoto el 4 de abril de 1991 en San Martín

Un terremoto de magnitud 6,2 se sintió en San Martín, Amazonas y La Libertad a las 11:19
p.m. El terremoto afectó Rioja, Moyobamba, Chachapoyas y Bolívar. 53 personas murieron,
otras 216 resultaron heridas y 181.344 quedaron damnificados.

Terremoto 12 de noviembre de 1996

Un minuto antes del mediodía, un sismo de magnitud 6,4 sacudió las ciudades de Ica, Pisco,
Nazca y Palpa en el departamento de Ica, asimismo Caravelí y Caylloma de la región Arequipa;
Lucanas y Coracora en Ayacucho, Huaytará en Huancavelica. Dejó 17 muertos, 1.591 heridos y
94.047 damnificados.

Terremoto el 23 de junio de 2001

Un terremoto de 6,9 grados se registró a las 3:33 de la tarde. Esto se sintió en las regiones
de Moquegua, Tacna y Arequipa. 102 personas fallecieron y otras 26 a causa del tsunami.
320,000 personas fueron afectadas por el terremoto y 17 500 casas fueron destruidas en
Arequipa, Camaná, Moquegua y Tacna.

Terremoto 15 de agosto del 2007 en Pisco

A las 6:41 de la noche, se registró un terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter al sur de


Perú. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el terremoto de Pisco perjudicó 5
regiones (Ica, Lima, Ayacucho, Huancavelica y Junín), siendo Ica la más afectada. 596 personas
fallecieron esa noche.

Terremoto el 24 de agosto del 2011 en Loreto

Un terremoto de magnitud 7 se sintió en Loreto, causando desplazamiento de la placa de


Nasca, que ocasionó los daños en algunos colegios y casas. El sismo se sintió en Brasil, Ecuador
y Bolivia.

Terremoto 26 de mayo del 2019 en Loreto

El domingo 26 de mayo, un terremoto de magnitud 8 ocurrió en Lagunas, región Loreto. Dejó


como saldo un muerto y cerca de 2.500 afectados.

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2.SISTEMAS DE DISIPASIÓN SÍSMICA

La probabilidad de que ocurra un terremoto, en un lugar determinado, con una determinada


magnitud, se define como peligroso y depende únicamente de los fenómenos naturales, sin
que sea posible la intervención humana en este aspecto. La exposición de personas y bienes
está relacionada con el valor económico y social de la región en cuestión (Lopes et al, 2008), lo
que hace de este un factor de difícil intervención, ya que los lugares donde se ubican las
grandes metrópolis no fueron elegidos considerando su riesgo sísmico. Finalmente, la
vulnerabilidad se expresa a través del daño causado por un terremoto en una estructura
determinada.

Actualmente, el diseño de estructuras se basa en normativas que garantizan un buen


desempeño de las estructuras en servicio, garantizando su seguridad en caso de terremotos.
Sin embargo, la mayoría de las estructuras existentes se diseñaron sin considerar la acción
sísmica y, en consecuencia, sin asegurar la mínima resistencia necesaria.

La reducción de la vulnerabilidad de las estructuras se puede obtener reduciendo la respuesta


sísmica de las mismas, mediante el uso de sistemas de disipación de energía. Este tipo de
protección sísmica se hizo accesible a través de la inversión y la investigación en esta área,
inicialmente diseñado para puentes (Guerreiro, 2006).

El comportamiento sísmico de las estructuras se puede mejorar así mediante sistemas de


protección sísmica de dos formas: cambiando las características dinámicas de la propia
estructura o aumentando su capacidad de disipación de energía. Estos sistemas se clasifican en
pasivos, activos o semiactivos. Los sistemas de protección sísmica pasiva incluyen disipadores
de energía, aislamiento de base y aleaciones con memoria de forma, que se caracterizan por
no requerir energía suministrada desde el exterior. Los sistemas activos, por otro lado,
requieren una fuente de energía para controlar el movimiento de la estructura. Finalmente, los
sistemas semiactivos solo necesitan energía para modificar las características de los
dispositivos (Guerrero, 2011).

2.1 Disipadores de energía

Los disipadores forman parte del grupo de sistemas de protección sísmica pasiva, es decir, no
necesitan alimentación externa. Estos dispositivos permiten que la estructura adquiera
capacidad de disipación de energía, debiendo colocarse para seguir el movimiento de la
estructura, maximizando la deformación y optimizando su funcionamiento (Guerrero, 2011).
La elección de disipadores tiene como objetivo disipar la energía transmitida por el sismo a la
estructura, evitando que ésta la absorba a través de deformaciones acentuadas (Lopes et al,
2008).

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Figura 2.1 - Ejemplos de colocación de los disipadores sísmicos (Guerrero, 2011)

Los sistemas de disipación de energía conducen a un aumento de la amortiguación global de la


estructura y, en consecuencia, a un aumento de su capacidad de disipación de energía. Por
tanto, permiten reducir los desplazamientos de la estructura y las aceleraciones impuestas
(Lopes et al, 2008).

Los disipadores de energía se pueden clasificar en viscoelásticos, viscosos o histeréticos, siendo


estos dos últimos los más utilizados en la actualidad, tanto por su versatilidad como por la
facilidad con la que se introducen en el sistema estructural, ya que ofrecen al diseñador una
gran libertad para definir sus características (Guerreiro, 2006). Su clasificación resulta del
comportamiento y la relación constitutiva que presenta cada uno.

2.1.1 Disipadores Histeréticos

Los sistemas de disipación de energía histerética se benefician de la capacidad de deformación


plástica de los elementos metálicos, como el acero. La fuerza reactiva del dispositivo depende
de la deformación que se le imponga, siendo los parámetros de control la rigidez inicial ( 𝐾1), la
rigidez posterior a la fluencia (𝐾2) y el nivel de fluencia (Fy) (Guerreiro, 2006). El
comportamiento de los disipadores histeréticos se ilustra en la siguiente figura.

Figura 2.2 - Gráfico de fuerza-desplazamiento para disipadores histeréticos (Guerrero, 2006)

2.1.2 Disipadores Viscoelásticos

Los disipadores de calor viscoelásticos utilizan polímeros, lo que permite que se produzca la
disipación de energía en función del desplazamiento elástico y la velocidad. Estos dispositivos
se asemejan a pequeños insertos rectangulares que se deforman al cortarlos.

Figura 2.3 - Aplicación de disipadores viscoelásticos en la escuela “Gentile Fermi” en Ancona,


Italia (Guerrero, 2011).

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2.1.3 Disipadores Viscosos

El funcionamiento de los disipadores viscosos se basa en la ley de la mecánica de fluidos,


utilizando la capacidad de disipar energía mediante la aplicación de una fuerza a lo largo de un
desplazamiento finito. Durante la acción sísmica, la energía generada por la aceleración
impuesta se transmite al disipador sísmico, que fuerza el paso de un fluido de alta viscosidad a
través de orificios muy pequeños, utilizando un sistema cilindro-pistón, como se muestra en la
figura.

Figura 2.4 - Esquema de los componentes de un disipador sísmico viscoso

El pistón puede moverse libremente en ambas direcciones, creando dos cámaras. En


consecuencia, la fuerza de amortiguación es proporcional a la diferencia de presión en estas
dos cámaras. La energía mecánica disipada por el amortiguador hace que las partes mecánicas
y los fluidos del dispositivo se calienten. La misma energía se transfiere al medio ambiente a
través de mecanismos de transporte, a saber, convección y conducción. Este disipador tiene
numerosas ventajas significativas de los disipadores de calor viscosos, en comparación con
otros dispositivos de disipación de energía:

1) Permitir la reducción de tensiones y deformaciones de la estructura.

2) Son autosuficientes, sin necesidad de ningún equipo auxiliar ni energía suministrada desde
el exterior.

3) Actualmente operan a un nivel de presión significativo, lo que conduce a un dispositivo


pequeño, compacto y fácil de instalar.

4) Reducir el costo total de la estructura, particularmente cuando se usa en estructuras con


altos coeficientes de amortiguación.

La fuerza generada en el disipador depende del valor de la velocidad relativa entre los
extremos del disipador, provocada por la acción sísmica, afectada por el parámetro α, que
varía entre 0,2 y 2,0. Este parámetro está relacionado con la cantidad de energía disipada por
ciclo de operación, es decir, a mayor α, menor energía disipada. Cada disipador, dependiendo
de las características del fluido utilizado, tiene una relación fuerza-velocidad que puede estar
dada por la expresión:

C, α – Constantes del disipador

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v – Velocidades entre los extremos del disipador

3.CONCLUSIONES

Las consecuencias sociales y económicas provocadas por los eventos sísmicos provocaron
avances tecnológicos en el área de la ingeniería sísmica a lo largo de los años. Los sistemas de
protección sísmica han experimentado una gran evolución con el fin de mitigar los efectos de
los eventos sísmicos en las edificaciones.

En el caso de los edificios altos, cada vez se solicita más el uso de disipadores de energía, es
decir, disipadores viscosos. El hecho de que sean equipos autosuficientes, fáciles de instalar y
que contribuyan a la reducción de daños si la estructura es sometida a un fenómeno natural de
gran magnitud, justifica su amplia aplicación.

Además, utilizando los métodos de diseño actuales, no es posible definir la amortiguación


lograda por la estructura después de aplicar disipadores viscosos (Occhiuzzi, 2009). Su
introducción en la estructura provoca un aumento significativo de su amortiguación, sin
embargo, se desconoce el valor que es capaz de alcanzar.

Por último, cabe señalar que debe evitarse la simplificación de métodos para dimensionar
sistemas con disipadores viscosos. Por ejemplo, considerando solo el desplazamiento
horizontal relativo entre pisos, influye negativamente en la reducción de la respuesta sísmica
de la estructura.

También se propone utilizar este enfoque en la definición de una solución global con sistemas
de disipación de energía viscosa, es decir, en el desarrollo de procedimientos para determinar
la ubicación óptima de disipadores viscosos.

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BLIBIOGRAFÍA

Brás, I. (2015). Optimización de la distribución de sistemas de disipación de energía en edificios

Guerreiro, L. Sistemas de disipación de energía, Apuntes de la disciplina de Dinámica y


Ingeniería Sísmica del Máster en Ingeniería Estructural del IST (2006).

Guerreiro, L. Estrategias para mejorar el comportamiento sísmico de edificios (2011).

Taylor, D. P. Amortiguadores de fluido para aplicaciones de disipación de energía sísmica y


aislamiento sísmico (2010).

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