INTRODUCCION Este informe se encontrará en un enfoque al desarrollo de Colombia ya que es un proceso integral que supone cambios económicos, así como sociales y ambientales. En él se intenta describir y explicar las complejas relaciones existentes entre diversos aspectos del desarrollo, como el crecimiento demográfico, el crecimiento económico, las mejoras de la educación y salud, entre otros temas. El objetivo del documento es analizar la política fiscal, con énfasis en los factores económicos y de economía política que determinaron los aciertos y las dificultades fiscales que enfrentó el país. Está basado en una idea fundamental la cual es que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible; deben ser un instrumento para mejorar la vida de toda la gente. LAS CRISIS FISCALES EN ECONOMÍAS QUE SON CLAVE Las crisis que padecen las economías más fuertes del mundo afectan a todas las demás, y por todas las demás se ve afectada la sociedad en todas sus formas: impuestos, tipos de interés, evolución del salario, créditos, etc. Cuanta menos crisis fiscal se de en las economías más fuertes, más estabilidad no sólo económica, sino también social. Por su interconexión con los demás aspectos, este es el gran reto al que se enfrenta el mundo dentro de los próximos 10 años. La posición fiscal del gobierno colombiano se vio deteriorada como consecuencia de la desaceleración económica producida por la crisis internacional. En cuánto aumentará el déficit y el nivel de endeudamiento público en el corto y mediano plazo, dependerá de qué tan fuerte sean los efectos del contagio y de la respuesta de política para mitigar la caída de la actividad productiva. Los pronósticos señalaban que las economías emergentes saldrían relativamente mejor libradas con respecto a las industrializadas y, por tanto, la situación fiscal y su manejo macroeconómico no presentarían mayores dificultades. Sin embargo, el escepticismo aumentó y poco a poco se corrigieron a la baja las proyecciones de crecimiento. Si bien en principio el contagio de la crisis no discriminó entre las economías emergentes, en la práctica el grado de apertura, la solidez y profundización de sus mercados financieros, el manejo macroeconómico y la calidad de las instituciones, entre otros, fueron factores claves en cada país para contener la propagación de la crisis. A pesar de los avances registrados en los últimos años, la situación actual de las finanzas públicas colombianas permite presumir que el gobierno tiene un espacio fiscal estrecho para compensar adecuadamente los efectos de la crisis financiera internacional. En su postura fiscal para 2009, el gobierno anunció mayores recursos del presupuesto para gastos en infraestructura y en asistencia social. Así mismo, consideró un ligero alivio en la carga tributaria proveniente de la reducción de un punto en la tarifa del impuesto a la renta y una reducción marginal en la tarifa del impuesto de timbre, contemplados en la reforma de 2006. Por otra parte, se previó que los gobiernos subnacionales aumentaran sus gastos en vivienda y de agua potable. Para 2010, el presupuesto de la nación que presentó el ejecutivo al Congreso consideró que los gastos no crecerían en términos reales. Con estas previsiones, el gobierno presentó su postura fiscal como "razonablemente anticíclica" y coherente con la sostenibilidad de la deuda. EL PROBLEMA ECONÓMICO COLOMBIANO Colombia está sobre diagnosticada y la idea general no cambia, pero falta una mirada más granular y audacia para hablar de soluciones. Colombia necesita crecer a 3,8% anual y de forma consistente para disminuir el desempleo y reanimar la agónica contratación empresarial, comenta Luis Fernando Mejía, de Fedesarrollo. Siendo un país de ingresos vulnerables, crece, pero no lo que necesita. Sin embargo, 3,3%, es muy bueno en medio del adverso entorno externo en que el comercio se fue al piso y la economía mundial apenas crece 2,6%, agrega. Sin embargo, el crecimiento potencial estimado en apenas 3% supone una perspectiva muy poco alentadora para el empleo juvenil y las tensiones sociales hoy y a futuro. Pero no es lo único. La demanda interna creció en 2019 4,6% y explica por qué nos fue bien en crecimiento. Auspiciado además por una cantera de consumo que creció a más del 11% real (casi 3,3 veces lo que crece la economía y 2,4 veces lo que crece la demanda interna), añade Juan José Echavarría, gerente del Banco de la República, quien con sarcasmo apunta a que después de una devaluación de casi 90% las exportaciones no despegan. Mejía, de Fedesarrollo, agrega que el panorama exportador se enfrenta a un desolador crecimiento de apenas 1,8% para los socios de nuestras exportaciones no tradicionales y Echavarría advierte que con las subidas de salario mínimo se aumenta el sesgo anti exportador. Las cifras de desempleo del país son claras, no tanto porque la tasa de desempleo en agosto de 2019 se ubica en 10,8%, lo cual es muy superior al casi 9% que prevaleció entre 2014 y 2018, sino porque la dinámica detrás puede ayudar a entender cómo se da el mayor deterioro en el empleo para igual mes desde 2010. Miremos qué dice la big data. Sin petróleo, carbón, café, banano, flores y oro, las exportaciones en 2019 sumaron US$13.677 millones. Esto es 15,85% menos que a finales de 2013. Esto no se explica por una actividad o grupo de productos, la caída es generalizada. Apenas se salvan una treintena de grupos industriales clasificados de casi 495 de ellos. El desastre es total. Ya por zona geográfica del país, apenas se salva Atlántico, mientras resultan positivos los datos del Eje Cafetero, Nariño, Chocó y la región oriental, excepto Santander. Una cosa es que el comercio mundial no crece como antes de 2008 y que la economía mundial se ralentiza y otra es que Colombia cae duro y la forma como lo hace. A su vez, y también a pesar de la gran devaluación, las importaciones caen a una tasa apenas ligeramente mayor a las exportaciones y se mantienen siendo en dólares 3,3 veces las del valor exportado. Bogotá y Antioquia, que pesan 48% y 15% de las importaciones no tradicionales del país, resultan ser las geografías menos sensibles al ajuste externo y la tasa de cambio, por ende, contribuyen muy por debajo de lo que pesan a una mayor caída de las importaciones. Por lo tanto, después de un cambio de una magnitud dramática en la tasa de cambio, el déficit comercial de productos no tradicionales apenas corrige 16% en 6 años y el año pasado fue de US$30.000 millones, siendo Bogotá 64% del mismo.
Pero el diagnóstico empeora.
Las exportaciones de bienes de consumo de productos no tradicionales disminuyeron 18% en estos 6 años, las importaciones de los mismos bienes apenas cayeron 12% porque en Bogotá (que representa 52%) apenas disminuyeron 1% y, por ende, el déficit comercial terminó el año pasado en casi US$7.500 millones del cual la capital representa 78%. Entonces volvamos al principio. Colombia necesita crecer a 3,8% para disminuir el desempleo y reanimar la agónica contratación empresarial, pero con un sector externo que resta 1,5 de crecimiento (y se explica mayoritariamente por Bogotá), se sustenta un crecimiento potencial muy bajo y la perspectiva es muy poco alentadora para el empleo juvenil y las tensiones sociales a futuro. Finalmente, entre 2013 y 2019 el desempleo de áreas urbanas del país pasó de 9,7% a 10,5% mientras en Bogotá pasó de 9,1% a 10,9%. En estos 6 años el número de ocupados en industria manufacturera en la capital pasó de 653.000 a 584.000. El empleo no está peor gracias a gobierno, construcción, inmobiliarias e intermediación financiera. ¿CÓMO AFRONTAR LA RECESIÓN MUNDIAL? El debate económico colombiano arrancó y las opciones de las autoridades económicas deben comunicarse sin tapujos. La semana pasada en el exministro Rudolf Hommes tuiteó que los primeros cinco meses ponen de relieve el deprimente desempeño de las exportaciones y la falta de competitividad del sector productivo. Su alarma requiere urgente y desesperada atención porque si bien lo que dice es cierto, la situación está pasando de castaño a oscuro. La delicada situación mundial se expresa en las exportaciones colombianas de bienes manufacturados cuyos precios en dólares este año caen 13,5% si van destinadas a Norteamérica, 13,4% si van a Asia, 22% si van a Europa y 23,9% si van a Suramérica. CONCLUSION En conclusión, el gobierno es un agente que influye sobre la actividad económica a lo largo del ciclo económico mediante sus políticas tributarias y de gasto. También es un determinante importante de la estabilidad macroeconómica, en cuanto que esta depende, entre otros, de la sostenibilidad de sus finanzas. Estas dos razones demandan un estudio cuidadoso y fundamentado, tanto de su comportamiento como de la manera en que sus decisiones afectan la economía y comprometen las metas y el actuar de la autoridad monetaria. El gobierno es un agente que influye sobre la actividad económica por medio de sus políticas de ingreso y de gasto. También es un determinante importante de la estabilidad macroeconómica de un país. BIBLIOGRAFIA https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/el-problema-economico-colombiano- pordaniel-nino/281826 https://www.elsevier.es/es-revista-ensayos-sobre-politica-economica-387-articulo-fisco- modelofiscal-colombia-S0120448317300325 http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-47722011000100003 https://www.dinero.com/noticias/politica-fiscal/1127