Imagina que un genio se te presenta y te ofrece por única vez la posibilidad de
retroceder en el tiempo y cambiar algo de tu historia... ¿Aceptarías? Si tu respuesta es Sí, está bien. Revisa: ¿Qué estoy estancando? ¿Qué me cuesta aceptar? ¿Qué aspectos valiosos no me permito realizar estando así? ¿Qué posibilidades de crecimiento tengo si acepto esa vivencia? ¿Qué sentido puede tener para mí esta experiencia? ¿De qué forma me puede enriquecer a mí y a otros? Si tu respuesta es No, está bien, probablemente ya encontraste sentido a lo vivido. Revisa: ¿Qué sentido encuentro? ¿De qué forma pueden enriquecerse otras personas con el sentido que encuentro? ¡Que les sea nutricio!