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Profecía

Mundo corrompido por la falsedad. Un tiempo que pasa deprisa y acontecimientos que suceden sin que
se noten. Las puertas serán abiertas, las doce señales ocurrirán a la vez.

Rocas de fuego y una amenaza, será tomado en broma por una sociedad ignorante.

Poco a poco el fuego irá avanzando, y el reflejo de un oscuro mundo se proyectará en lo que se pensaba,
era el paraíso.

Dos grandes océanos en aparente tranquilidad. Dos corrientes de agua, fría y cálida.

Masas incontenibles separadas por un muro que no existe. Tragedia tras tragedia el agua rebalsará, y
aquellas tranquilas aguas se empezarán a agitar. Tras un gran festejo el mundo verá, como el más
grande ya no será, ante la vista agónica de sus seguidores, un símbolo de poder caerá.

Así el océano será un caldo de cultivo para grandes tormentas y huracanes. Un océano intentará cubrir
al otro, pero ninguno será contenido.

El agua lo cubrirá todo, y los océanos ya no se diferenciarán entre sí. Incontables cantidades se
derramarán por la tierra hasta secarse. Poco a poco, tras catorce aventuras, no quedará más agua en los
océanos.

Aquellos cuyas vidas están llenas de promesas, se ahogarán en el mar.

El regreso del terrible será en vano. Su paso por este mundo será acortado. Y cuando no quede más que
consumir, es cuando empieza la restauración.

La oscuridad no puede ser sellada con un sello perdido. Muchos héroes intentarán encontrarlo y
fracasarán.

Ya no hay orden, ya no hay ley, ya no hay voluntad, solo esperanza. En medio de la tormenta un
pequeño río aumentará su caudal, y este inundará a los dos océanos. El agua será teñida de gris.

Un nuevo orden, un nuevo mundo, una nueva era.

Y nuevamente, la gran puerta será abierta.

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