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La lectura nos narra la historia de un perro que hasta su ultimo respiro

defendió a sus dueños sin importar las condiciones, estos nos enseña que
debemos proteger los que anhelamos en este caso sería nuestra carrera,
debemos pelear por lo que queremos, debemos ser fieles con nuestros
objetivos no abandonarlos ante la primera caída ante el primer fracaso.

Esto se aplicaría también al ambiente de trabajo en el que estemos. Cuántas


veces hemos juzgado a las personas, lo que es peor, las juzgamos y las
condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento.  Muchas veces
las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario, no debemos
juzgar sin antes conocer, no debemos subestimar a las personas, cada uno de
nosotros tiene un don y está en nosotros aceptar a nuestro compañeros con
sus defectos y destrezas.

La próxima vez que juzguemos y condenemos a alguien, recordemos esta


historia.  Así aprenderemos a no levantar falsas especulaciones contra una
persona.  Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son
muy frágiles y fáciles de dañar, pero difíciles de sanar y de recuperar.

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