Hace ya muchos años, en los ochenta del siglo XX, siendo muy deprisa, a un ritmo deshumanizado, mucho yo estudiante universitaria pasé a una ga- lería de arte a más rápido del que marca la naturaleza para una ver una exposición de pintura y me encontré con este poema anónimo titulado “Ro- mance de la rosa”. No vida saludable. Y esto lo sabíamos porque recuerdo exactamente su fe- cha. Creo que data del siglo podíamos distinguir los momentos de nuestra XVI. Sin embargo, no sé cómo lo memoricé por entero y aún vida por sus ritmos y por la conciencia de estar o lo recuerdo. Me pregunto si cuando la ancianidad quiera no estar en el presente, pues difícilmente que pier- da la memoria y olvide todo (incluso la estábamos igual de presentes con esa pareja orientación, aunque ahora me parezca imposible) sexual que en esa reunión de trabajo, por seguiré recor- dando este poema y la letra de las ejemplo. coplas junto a olo- res y tactos incrustados en algún Sin embargo, llega el coronavirus a nuestro lugar de la memo- ria que seguro tiene un hilo mundo y todo se para bruscamente. La situación directo con el corazón, un vaso comunicante, un hilo nos obliga a detenernos en seco y nos damos rojo o algo así. cuenta de que solo tenemos el tiempo presente, lo En estos momentos de confinamiento todos esta- que nos obliga a vivir de otra manera, pues “antes mos reflexionando más, lo sé por mí y por las mu- de pensado ya se ha ido”. chas personas con las que hablo, largas conversa- Pensábamos antes que no podríamos parar, que te- ciones telefónicas donde damos vueltas a muchos níamos muchas obligaciones y urgencias que aten- temas que normalmente no salían a debate desde der pero las circunstancias nos demuestran que ni hace años. eran tan urgentes, ni tan importantes. Uno de los asuntos de los que más hablamos es Una crisis significa un momento convulso, de cam- sobre la percepción del tiempo, de ahí que bio y siempre que estemos dispuestos a cambiar comience este artículo con este poema. Antes de para mejorar, una situación como esta puede ense que llegara el confinamiento, nuestro ritmo de vida ñarnos a priorizar las cosas por su valor en cuanto era rápido, muy rápido. El presente se vivía como al enriquecimiento de lo humano. Y en esta escala volátil pues el pensamiento se situaba en el futuro a poner siempre en primer puesto la salud física y modo de pla- nes y proyectos. La cabeza estaba en emocional propia y de los que queremos, es decir el mañana y el cuerpo apenas se enteraba de que estaba en el hoy. En cierto modo lo verbalizábamos para los afectos, para el amor. al reconocer que los años pasaban muy rápido y casi Estamos aprendiendo que cuidando de nosotros sin darnos cuen- ta, algo así como una forma mismos y de los demás hacemos un trabajo de equi- alígera, como un vivir de puntillas. Hasta tal punto po. Sentimos que formamos parte de una red de re- teníamos conciencia de esta percepción que des que se unen por el hilo rojo del amor y de la que precisamente disfrutá- bamos más del momento no podemos salirnos porque todos somos impor- cuando conseguíamos pararlo, cuando adrede decidíamos “parar” y dis- frutar de esa caña con tantes. Parece que sí, que interiorizamos el mensa- los amigos, de ese concier- to concentrados, de esa je. Sin embargo, dudo de si realmente constituirá caricia del sol en la piel tan sensual o de ese un aprendizaje estructural en nuestro mundo, más encuentro amoroso o sexual donde nos allá de lo que suponga esta coyuntura. olvidábamos de todo, repito, de todo.
Soy escéptica en eso de que después del coronavirus dejar pasar esta magnífica ocasión para aprender “todo va a cambiar” que afirman algunos. Sincera- sobre nuestra propia condición humana, que si bien mente no lo creo. Son muchas las referencias que necesita del olvido para la supervivencia, también encontrarnos en la historia que así lo demuestran. requiere de la unión, del equipo y de los lazos del En repetidas ocasiones los seres humanos han oca- amor para sobrevivir. sionado la barbarie y después de conocida y sufrida, De esta experiencia debemos aprender a cuidarnos la han olvidado y vuelto a generar. Es algo inherente y a cuidar de nuestros entornos sociales y natura- a la condición humana, olvidar lo feo, lo negativo, les, preservando la higiene porque los humanos so- el dolor y el sufrimiento para seguir adelante, dicho mos unos animalitos como los demás, no todopo- de otro modo, el olvido es una necesidad de los hu- derosos y que pueden ser tan vulnerables al medio manos para la supervivencia. como el resto de los mortales incluidos flora y fau- na. Debemos aprender a humanizarnos más dentro Olvidaremos de estos días la sensación de encierro, la austeridad y este nuevo modo de vida cuyo espa- de nuestro contexto natural y a respetar las leyes de cio se circunscribe a las paredes de nuestra casa. la naturaleza que, por ejemplo, quiso que tomáse- Olvidaremos el aplauso de las ocho, la música en mos naranjas en invierno para que su vitamina nos protegiera de los resfriados y que consumiésemos los balcones y las horas al teléfono deambulando por los pasillos… frutas para refrescarnos en verano. Deberíamos re- cordar que nuestro organismo está diseñado para Desgraciadamente otros no podrán olvidar estos desplazarse andando o corriendo y nuestra natura- momentos por la pérdida de sus seres queridos, el leza obliga a que se mueva cada día para mantener miedo a la enfermedad, al dolor y la muerte. Sin em- la salud y desde esta idea plantearnos si la velocidad bargo, si olvidamos todo y no aprendemos de esta con la que nos desplazamos por el planeta cuando circunstancia, nada de lo esencial cambiará y todo volamos en dirección contraria a la rotación de la esfuerzo habrá sido únicamente coyuntural, para Tierra, no será también un contranatura o un con- superar la crisis y desperdiciaremos esta oportuni- tradios…. dad de crecer como personas. Sería imperdonable De esta crisis debemos aprender que el ritmo que marca la naturaleza para que encontremos el bien- estar es un ritmo más lento, más pausado, más acorde con la naturaleza, con la lenta velocidad con la que vemos salir el sol cada día, “al alba”, por el ho- rizonte del mar. Un ritmo “slowly” como nos cantó Luis Eduardo Aute, al que recientemente hemos perdido en tiempos de coronavirus, un ritmo de siesta a “las cuatro y diez”, una lentitud para el dis- frute, para el saboreo, para estar y “estar” en el pre- sente con “dos o tres segundos de ternura”, para el cuidado de “la belleza”, o con amor como dijo Aute, “la locura que todo lo cura”.
LECTURA 2 Pasaba los días, Urashima Taro estaba encantado como si URASHIMA Y LA TORTUGA estuviera soñando. Pero después de tres años, empezó a preocuparse por su madre y decidió regresar. La princesa Otohime le dio de regalo, una hermosa caja y le dijo: -Esta es una caja de tesoro, pero no debes abrirla jamás. Urashima Taro subió al caparazón de la tortuga llevando en sus brazos la caja y pronto estaba de regreso en la playa. Cuando Urashima Taro regresó rápidamente a su casa, la aldea estaba distinta, tampoco encontraba su propia casa. Decidió preguntarle a una persona y ésta le contestó: - ¿Urashima Taro? He escuchado que hace unos cien años, había una persona con ese nombre, pero un día fue al mar a pescar y no regresó más. Al oír esto, Urashima Taro se asustó tanto que no podía hablar. Los tres años en el Palacio del Dragón, eran en realidad cien años en la tierra. Urashima Taro, muy triste regresó a la orilla del mar y se sentó. Entonces, se acordó de la caja de tesoro y la abrió un poco olvidando lo que le había dicho la princesa Otohime. En ese momento, del interior de la caja empezó a salir un humo blanco, muy denso, inmediatamente el cabello de Urashima Taro se volvió blanco convirtiéndose en un anciano lleno de arrugas y encorvado.
Había una vez, un joven pescador llamado Urashima Taro quien vivía con su anciana madre. Un día, cuando caminaba por la orilla del mar, vio a unos niños jugando con una tortuga a la que hincaban y la ponían patas arriba. Entonces, Urashima Taro les dijo a los niños: - ¡Oigan, dejen libre a la pobre tortuga! Urashima Taro salvó a la tortuga y la soltó en el mar. Días después, cuando Urashima Taro estaba pescando, llegó nadando hasta él una tortuga y le dijo: -Muchas gracias por salvarme el otro día. Como agradecimiento, dijo la tortuga, te llevaré a Riugú, el Palacio del Dragón. Urashima Taro muy contento se montó en el caparazón y la tortuga fue nadando hacia el fondo del mar. Cuando se dio cuenta, se veía un palacio brillante. Al bajar Urashima Taro del caparazón de la tortuga, apareció una bella princesa de nombre Otohime acompañada de varios peces. - ¡Bienvenido! -le dijo- ¡Quédese todo el tiempo que desee!, le dijo. En el salón del Palacio del Dragón, le sirvieron deliciosas comidas, una tras otra, mientras los peces bailaban preciosas danzas.
LECTURA 3
10 ACCIONES QUE NO CREÍAS PODER REALIZAR EN MINECRAFT Venimos a hablaros sobre Minecraft, el juego en el que deberás acabar con la horda de enemigos que viven en tu mundo. Para ello tendrás que recolectar materiales y fabricar las mejores armas para así estar protegido. Cuando ya has sobrevivido a los primeros días y te has situado en el juego, ¿no tienes la curiosidad de descubrir los secretos que esconde el mundo de Minecraft? Hoy te traemos diez curiosidades que te serán bastante útiles a la hora de desenvolverte en el juego. Diez curiosidades que no conocías sobre Minecraft Si estás buceando por alguna cueva marina y no puedes salir a la superficie, simplemente coloca una antorcha en la pared y se creará una burbuja de aire con la que te recuperarás al instante de tu falta de oxígeno. Si pones en una mesa de crafteo dos herramientas iguales que estén gastadas, obtendrás una totalmente nueva. Un cubo de lava es el mejor combustible que puedes Si lanzas una caña de pescar a cualquier animal, , podrás encontrar para el horno. arrastrarlo y llevarlo a cualquier lado como si de un pez se tratase. Algo bastante útil si quieres hacer una granja y no tienes trigo para atraer a los animales. Las herramientas de diamante tienen una duración muy larga, pero el oro, aunque dure muy poco, es mucho más rápido a la hora de trabajar. Si nos ponemos detrás de unas enredaderas, algunos enemigos no podrán atacarnos y nosotros a ellos sí. Los Ghasts lanzan sus bolas de fuego hacia la cámara y no al jugador. Si te agachas podrás esquivar las bolas, pero no la explosión que estas realizan cuando caen. Si utilizas un mapa en el Nether, este te mostrará tu localización en el mundo normal. Si creas un portal al Nether y allí haces otro, cuando regreses aparecerás a 1000 o 2000 cubos del portal original. Nos hará menos daño una explosión de un Creeper en la nieve que sobre cualquier otra superficie. ¿Ya sabías alguna de estas curiosidades? Hay bastantes que son muy útiles y te pueden sacar de alguna mala situación. Os invitamos a que nos dejéis en los comentarios alguna curiosidad que vosotros sepáis y si las habéis llevado a la práctica. Todas estas utilidades también sirven para la versión Pocket Edition.