Está en la página 1de 1

La tecnología está muy presente en nuestro día a día: móviles, tablets, pcs, pero

¿sabes cómo nos afecta la tecnología en la vida cotidiana?

Y es que la tecnología ha ido cambiando nuestra perspectiva del mundo. Ha sido -y


es- la encargada de proporcionarnos recursos increíbles que alteran nuestra forma
de vivir y de hacer las cosas.

Tenemos varios canales y formas de comunicación:

 Llamadas
 Mensajes escritos
 Mensajes de voz
 Videollamadas
 Redes sociales

Sin embargo, no hacemos el mismo uso de cada una de ellas. Cada vez realizamos
menos llamadas, nos escondemos detrás de los mensajes de textos porque así
nos resulta más fácil decir según qué cosas, y a la vez, es menos personal, la otra
persona no podrá intuir nuestro estado de ánimo o cualquier otra cosa que no
queramos mostrar. Si echas un vistazo a tu historial de llamadas podrás
comprobar que tienes algún contacto al que llamas a menudo ( pareja, madre o
padre, etc). pero después, la nada.

Estar conectado y disponible a todas horas está empezando a pasarnos


factura: ansiedad, estrés, depresión. De hecho, han comenzado a surgir talleres y
tratamientos de desintoxicación tecnológica que intentan evitar este tipo de
trastornos.

La tecnología nos ha facilitado mucho la comunicación, sin embargo, nada en


exceso es bueno, hay que saber dosificar su presencia en nuestro día a día y
determinar el uso que queremos darle.

No es nada nuevo decir que la tecnología ha cambiado nuestra forma de consumir


vídeo y audio. Plataformas como Netflix, Amazon o Hbo nos permiten ver películas
y series a la carta. Todo un avance que nos ha permitido:

 Olvidar los horarios de emisión de series o películas


 Poder ver temporadas completas sin tener que esperar una semana
 Consumir contenido personalizado según tus gustos
 Disfrutar de películas que hace muy poco que se han estrenado en el cine

También podría gustarte