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La elegancia del comportamiento

Hay una cosa difícil de ser enseñada y que, tal vez por eso, sea cada vez más
rara de encontrar: la elegancia del comportamiento.
Es un don que va más allá del uso correcto de los cubiertos y que abarca
mucho más que decir simplemente “gracias” ante una gentileza
Es la elegancia que nos acompaña desde la primera hora de la mañana hasta
la hora de dormir y que se manifiesta en situaciones más prosaicas.
Es una elegancia desagradecida.
Es posible detectarla en las personas que elogian más de lo que critican
En las personas que escuchan mas de lo que hablan
Y que cuando hablan se alejan de la murmuración y de las maldades del
habitual boca a boca
Es posible detectarlas en las personas que no utilizan un tono de superioridad
en la voz
En las personas que evitan temas de confrontación y que no sienten placer en
humillar a los otros.
Es posible detectarla en las personas puntuales.
Elegante es quien demuestra interés por temas que desconoce, y quien cumple
lo que promete. Es quien al recibir una llamada no pide a su secretaria saber
quién es antes de responder si está o no.
Elegante es quien no cambia su estilo para adaptarse al del otro.
Elegante es no hablar de dinero en situaciones de disfrute informal
Elegante es retribuir cariño y solidaridad
Sobrenombres, joyas, y nariz respingada no sustituyen la elegancia del gesto.
No existe un libro que enseñe a tener una visión amplia y generosa del mundo,
ni a estar en el de una manera no arrogante.
Pero puede intentarse capturar esta delicadeza natural a través de la
observación, aunque intentar imitarla sería improductivo.
Lo aprendido se “oxida” por falta de uso.
Recuerda que cosecharemos solo aquello que hayamos sembrado.
Si estamos sufriendo es porque estamos recogiendo los frutos amargos de la
siembra equivocada que hemos realizado nosotros mismos.
Permanece atento al momento presente. Siembra solo semillas de sinceridad,
y de amor, para cosechar mañana los dulces frutos de la alegría y la felicidad.
Cada quien recoge exactamente aquello que planto.

Anónimo.

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