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Comunicación: ¿Combate político o propaganda de gestión?

¿Qué es lo que hace Carlos Valverde?


Para ejecutar sus denuncias verdaderas o falsas, distorsiones, medias verdades y
operaciones mediáticas, Valverde permanentemente deconstruye la política
coyuntural a partir de la investigación y la información que le pasa la embajada y los
círcuitos de derecha a nivel nacional. Es decir que cumple labores de analista de
inteligencia aplicada a la política de coyuntura.
Por ello, Valverde es el proveedor de argumentaciones falsas o verdaderas a la derecha
y a sus 81,800 suscriptores, solo en You Tube; cifra que alcanza al medio millón y, en
ocasiones, al millón en Facebook. ¿Hay algún otro periodista en Bolivia que pueda
comparársele en audiencia?
¿Cuál es la razón de su éxito?
Decir que Valverde es un comunicador en el sentido técnico del termino es una
payasada. ¿Que lo diferencia de tantos miles de comunicadores que hay en Bolivia?
En cuanto a las formas y tonos del mensaje, su éxito radica en la efectiva transmisión
de emocionalidad (el “empute”), al modo de los pastores evangélicos. ¿Qué es vulgar y
grotesco? Claro que sí: a tal publico tal “comunicador”, pero también caen muchos
incautos.
En cuanto al contenido que funda su éxito, las “bombas mediáticas” (Zapata, Informe
OEA, etc.) lo sitúan en el centro de la atención y el sensacionalismo porque, a
diferencia de “otros” comunicadores, es un receptor privilegiado de informaciones
confidenciales de la Embajada de Estados Unidos y de sus sirvientes en Bolivia para
montar operaciones mediáticas.
La tercera y más importante razón de su éxito es, vergonzosamente, simple: Es el único
“comunicador” en Bolivia que se ocupa exclusivamente del COMBATE POLITICO.
¿Qué es el combate político?
La formación política es un prerrequisito del combate político, no su equivalente. Leer
a Zavaleta permite dotarse de herramientas y perspectivas de análisis y comprensión
de la realidad nacional en un sentido político, pero el “trabajito” de aplicar esas
herramientas a la coyuntura es algo que requiere hacerse una y otra vez.
En ello descansa la base del combate político. Si no sabemos lo que pasa o no tenemos
como encontrar el real significado de las cosas que suceden por ignorantes o porque
nos mienten, estamos indefensos frente al adversario y a los sucesos. ¿Ejemplo? Las
semanas previas y posteriores al golpe de estado de noviembre de 2019.
Pero eso no es todo, una vez que sabemos lo que pasa y entendemos el real
signif8icado de los hechos, todavía falta lo más importante, es decir el combate
político propiamente dicho: si no informamos a otras personas (“opinión pública”) lo
que está pasando o no le explicamos el sentido de los sucesos; si no podemos rebatir
eficazmente las noticias falsas, las distorsiones o relatos del enemigo, entonces hemos
fracasado sin haber “entrado a la cancha”.
El combate político no es la propaganda o la información de la gestión oficialista ni un
debate de ideas filosóficas o ideologías; el combate político es, en nuestro caso, la
lucha por esclarecer la verdad de los hechos y, a partir de ello, tomar una posición
basada en nuestra Constitución Política para defender los interese del país, en el plano
internacional, y los del pueblo en el interno. Es una ecuación simple: no estamos al
servicio de damiselas racistas, intereses extranjeros, camarillas logieras, funcionarios
corruptos o vividores del “peguismo”.
¿Cuáles son los requisitos para combatir políticamente?
No es necesario tener una licenciatura en comunicación social ni experiencia en ese
ámbito. Se necesita algo más difícil de encontrar: la capacidad y practica de razonar
políticamente, a nivel local y/o nacional. Hay gente que cree que la militancia política
es menear la cola con “saludos revolucionarios” para que les den trabajo, hay otros
que creen que la política es “luchar para mandar” (“jefecillos”), y están aquellos que la
usan como puerta de caja fuerte. Ninguno de ellos puede ni quiere combatir.
Lejos de todo esto está la idea y sentimiento de la política como participación en una
comunidad plurinacional donde se piensa y actúa con responsabilidad frente a la
historia que nos puso unos junto a otros: una cuestión de particularísima honestidad
intelectual y moral. Es ahí donde se encuentran los “combatientes”.
Nadie nace con “vocación de servicio” u otras pamplinas de politicastros, pero todos
nacemos heredando una realidad: nos hacemos cargo de ella o no; esa es la única
pregunta que respondemos a lo largo de nuestra vida con actos, no charlas.
¿Cómo combatir?
Tenemos las redes Sociales como potencial replicante y magnificador de lo que aún no
poseemos: medios de combate político, es decir periódicos, blogs, radios, canales de
You Tube, etc. Valverde la tiene fácil, a él le envían constantemente información o
desinformación clave. Nosotros necesitamos construir esa interacción. (obtención y
análisis de información de coyuntura) y debemos aprender a diferenciar la mera
información general de aquello que es estratégicamente importante en términos
políticos, para “concentrar la artillería”. Valverde tiene su bocota, nosotros debemos
construir nuestros estilos, y si mencionamos a Valverde no es porque lo pongamos
como ejemplo a seguir, sino para facilitar la comprensión del concepto por la cercanía
cultural
(El que desee ahondar sobre ello desde una perspectiva de izquierda puede ver el
programa “Con el Mazo Dando” de Diosdado Cabello, un militar sin estudios en el área:
https://youtu.be/DpXdk-gMy7k?t=1600)

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