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Amenazado por la pena no desmayes,

¡no te inquietes, vigía en el otero


brumoso de la verdad!
Aunque pocos los fieles, y fiero el enemigo
lo débil es siempre la fuerza del cielo.

Infiel Ammon y Tiro mezquino


par discordante, podéis uniros.
Algunos trabajan por amor, algunos por salario,
pero lo débil será la fuerza del cielo.

La flaqueza de Elí, la negra ira de Saúl


alimenten el rencor de Ajitofel
y plegarias de Garizim, y maldiciones de Gat.
Nuestra debilidad mostrará la fuerza del cielo.

Aunque no haya amigos a la vista


no cejes, osado centinela;
no tiembles, vuélvete y pregunta
a los días de antaño, cuando siempre
lo débil era la fuerza del cielo.

Uno solo era Moisés, pero contuvo


en la presencia luminosa
el pecado de la hueste.
Y Elías en el Carmelo despreció el clamor
cuando Baal desafió la fuerza del cielo.

Muchos son los años del tiempo, pero una


es la eternidad, y uno el infinito.
Pocos son los elegidos, y los buenos hechos,
no obstante, lo exiguo es la fuerza del cielo.

John Henry Newman

(Traducción de Jorge Ferro)

13 de marzo de 2014, 21:20

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