después frecuentó la Universidad local. Se instaló en Roma en 1517 gracias a la protección del banquero Agostino Chigi y se puso al servicio del cardenal Julio de Médicis y llegó a frecuentar también la corte del papa León X. Durante el cónclave de 1522 permanecía en Roma y fue entonces cuando probablemente escribió una de sus primeras obras: las Pasquinadas, en forma de sátiras anónimas contra la curia que pegó en la estatua de Il Pasquino (estatua romana donde tradicionalmente se colocan libelos). El nuevo papa será Adriano VI, a quien Aretino motejará de «la tiña alemana» (por su origen extranjero, norteuropeo, aunque en realidad era holandés). Abandona Roma y viaja por Italia. En Mantua entra al servicio de Giovanni dalle Bande Nere. Regresó a Roma en 1523, cuando fue elegido nuevo papa Clemente VII: pronto recuperará la notoriedad que había tenido en su anterior estancia. Su vida en este segundo periodo romano no será, ni mucho menos, tranquila: su afilada pluma, hábil en los halagos pero también en las críticas más o menos veladas, le genera enemistades. Además sus apetencias amatorias por jóvenes de ambos sexos le acarrean fama de libertino.