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ANEXO

FICHA INFORMATIVA DE SENTENCIAS REVISADAS


Corporación: La Sala Plena de la Corte Constitucional

Radicado de la Sentencia: Fecha de la Sentencia: dos (2) de julio de dos


Sentencia C-674/08 mil ocho (2008)

Magistrado Ponente: Dr. MARCO GERARDO MONROY CABRA

Problema Jurídico: Demandas de inconstitucionalidad contra los artículos 370, 376, 385,
386 y 387 del Código Sustantivo del Trabajo

Palabras Claves: Huelga, COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL, DERECHO A LA


LIBERTAD SINDICAL

Demandantes: Martha Sofía Cabana Navarro y Demandados: Demandas de


otros inconstitucionalidad contra los artículos 370,
376, 385, 386 y 387 del C.S.T.

Resumen de los hechos: En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, los


ciudadanos Martha Sofía Cabana y Ramón Arellano Barrios demandaron la constitucionalidad
de los artículos 370, 376, 385 y 386 del C.S.T. La demanda fue radicada con el número D-
7138.

De otra parte, el ciudadano Lucas Mesa Mejía demandó la constitucionalidad de los artículos
386 y 387 del C.S.T. . La demanda fue radicada con el número D-7140.

Mediante decisión del 4 de diciembre de 2007, la Sala Plena de la Corte Constitucional


ordenó acumular los expedientes para que fueran fallados en una misma sentencia. Una vez
repartidas al despacho del Magistrado Sustanciador, mediante Auto del 14 de diciembre de
2007, se admitieron las demandas.

“el parlamento se extralimitó en ejercicio de su poder legislativo, en cuanto establece una


prefiguración en la forma interna de los organismos, en otros términos, establece un formato
en el cual se deben mover los sindicatos para determinar su figura interna”, lo cual resulta
irrazonable si se tiene en cuenta que la Constitución y los Tratados Internacionales
consagran que corresponde a los mismos sindicatos determinar su forma de organización
interna.

Normas citadas: artículos 370, 376, 385, 386 y 387 del C.S.T., los artículos 38 y 39 de la Carta,
Ley 26 de 1976,

Sentencias citadas: sentencia C-201 de 2001, Sentencia C-797 de 2000. C-1052 de 2001, C-1256
de 2001 y C-013 de 2000,

Resumen de las pretensiones y excepciones:


En cuanto al artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo, se tiene que los demandantes lo consideran
contrario a los artículos 39 de la Constitución y 3º del Convenio 87 de la O.I.T., puesto que, a su juicio,
la ley desconoce la autonomía estatutaria del sindicato para determinar las funciones de la asamblea
general y cuáles de ellas pueden o no ser delegadas a otros órganos del sindicato. Como el cargo
formulado es bastante concreto, la Sala se limitará a analizar si la ley violó la autonomía sindical,
contenida en las disposiciones que se consideran infringidas, al señalar actuaciones que únicamente
corresponden a la asamblea del sindicato y no puede delegarse a otros órganos del mismo.
La asamblea general es el máximo órgano de las organizaciones sindicales porque agrupa a todos sus
afiliados y es el escenario propicio para expresar las ideas que se consideran pertinentes y necesarias
para defender los intereses y aspiraciones comunes. Así, la voluntad mayoritaria de los miembros del
sindicato se expresa principalmente en la asamblea general, que es el órgano de representación de sus
afiliados por antonomasia. Es, entonces, la asamblea la manifestación por excelencia de la democracia
en el sindicato. En este sentido, cuando la ley dispone que corresponde exclusivamente a la asamblea
del sindicato el cumplimiento de unas funciones y, por lo tanto, excluye la posibilidad de delegarlas a
otros de sus órganos, no solamente busca obtener un consenso mayoritario en relación con aspectos
fundamentales para el futuro de la organización sindical, sino también garantizar la transparencia en la
toma de decisiones porque evita la concentración y el ejercicio arbitrario del poder.

Posturas jurídicas relevantes en la parte motiva


En síntesis, la interpretación que la Corte Constitucional ha hecho de los artículos 39 de la
Constitución, 3º del Convenio 87 de la O.I.T, 22 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 8º del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, permite inferir
tres premisas: La primera, que la libertad y la autonomía sindical, que surgen de los derechos de
asociación sindical, al trabajo y a la participación democrática en los asuntos que interesan a los
trabajadores y empleadores, goza de amplia protección constitucional que se concreta en garantías para
la conformación y ejercicio autónomo, libre e independiente de organizaciones sindicales y en
prohibiciones de injerencia arbitraria por parte de las autoridades públicas y de los particulares. La
segunda, que la libertad y la autonomía sindical, no son derechos absolutos sino que pueden limitarse
por la ley, siempre y cuando no violen ni desnaturalicen su núcleo esencial de protección, o impidan o
entorpezcan el ejercicio normal del derecho. Y, la tercera, que es válida la limitación de los derechos
sindicales cuando las medidas adoptadas se dirijan razonable y proporcionalmente a concretar los
principios democráticos. Dicho de otro modo, la limitación legal del derecho a la asociación sindical se
ajusta a la Constitución cuando sea necesaria para el desarrollo de la democracia y no constituya un
obstáculo para su ejercicio.

Parte Resolutiva:
Primero.- ESTARSE A LO RESUELTO en la sentencia C-465 de 2008, por medio de la cual la Corte
Constitucional resolvió declarar la exequibilidad del artículo 370 del Código Sustantivo del Trabajo, por
el cargo analizado, “en el entendido de que el depósito de la modificación de los estatutos sindicales
cumple exclusivamente funciones de publicidad, sin que ello autorice al Ministerio de la Protección
Social para realizar un control previo sobre el contenido de la reforma”.
Segundo.- ESTARSE A LO RESUELTO en las sentencias C-271 de 1999 y C-797 de 2000, por medio
de las cuales la Corte Constitucional declaró la exequibilidad de las expresiones "la votación de la
huelga en los casos de la ley y" , “la determinación de la cuantía de la caución del tesorero”, “la
asignación de los sueldos” y “la aprobación de todo gasto mayor de un equivalente a diez (10) veces el
salario mínimo mensual más alto”, contenidas en el artículo 376 del Código Sustantivo del trabajo.
Tercero.- Declarar la EXEQUIBILIDAD de las expresiones sobre las cuales no hay pronunciamiento
previo de la Corte Constitucional, contenidas en el artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo y de
la totalidad de los artículos 385, 386 y 387 de la misma normativa, por el cargo analizado en esta
sentencia.
Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional, cúmplase y
archívese el expediente.

Observaciones:
observaciones relativas a mi posición jurídica respecto de la libertad sindical y el requisito del depósito
de la modificación de los estatutos sindicales:
1. El derecho de asociación sindical, como una modalidad del derecho de libre asociación de las
personas para el desarrollo de las diversas actividades lícitas que realizan en sociedad, es expresión de
la autonomía de la voluntad de las mismas para regular sus intereses, que el ordenamiento jurídico les
reconoce, la cual se ejerce en este caso dentro del marco de la protección especial del Estado al trabajo
y de la garantía de unos derechos mínimos de los trabajadores consagradas en la Constitución Política
(Arts. 25 y 53)
El ejercicio de la autonomía de la voluntad está limitado en forma general por el orden público, esto es,
por las condiciones básicas o fundamentales de la vida social, de interés general, que el ordenamiento
jurídico prevé en normas imperativas, no derogables por los particulares.
Esta limitación se explica en un Estado Social de Derecho como el colombiano, por la sujeción de todos
los gobernados al ordenamiento jurídico, en primer lugar a la Constitución Política, y por la prevalencia
del interés general (Arts. 1°, 4° y 6° C. Pol.).
El Art. 39 superior establece que los trabajadores tienen derecho a constituir sindicatos sin intervención
del Estado y que su reconocimiento jurídico se producirá con la simple inscripción del acta de
constitución.
Este precepto concuerda con el contenido en el Art. 2° del Convenio 87 de la OIT, en virtud del cual los
trabajadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de constituir las
organizaciones que estimen convenientes, así como el de aliarse a estas organizaciones, con la sola
condición de observar los estatutos de las mismas.
En este sentido, el Art. 3° del Convenio 87 de la OIT establece que las organizaciones de trabajo tienen
el derecho de redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, el de elegir libremente sus
representantes, el de organizar su administración y sus actividades y el de formular su programa de
acción. Agrega que las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar
este derecho o a entorpecer su ejercicio legal.
No obstante, el citado Art. 39 de la Constitución contempla que la estructura interna y el
funcionamiento de los sindicatos y organizaciones sociales y gremiales se sujetarán al orden legal y a
los principios democráticos.
Por su parte, el Art. 8° del Convenio 87 de la OIT dispone que al ejercer los derechos que se les
reconocen en el mismo, los trabajadores y sus organizaciones respectivas están obligados, lo mismo que
las demás personas o las colectividades organizadas, a respetar la legalidad.
Con base en los anteriores enunciados normativos se puede concluir que la Constitución Política y los
tratados internacionales en materia de trabajo ratificados por Colombia protegen el derecho de
asociación y la autonomía sindicales de los trabajadores, pero la protección otorgada no es absoluta o
ilimitada, pues dicha normatividad permite que la ley establezca restricciones con fundamento en los
principios democráticos, la seguridad nacional, la seguridad, la salud o la moral públicas y los derechos
y libertades de los demás.
En el mismo sentido, la Corte Constitucional ha señalado en numerosas ocasiones que las limitaciones o
restricciones a los derechos fundamentales deben sujetarse al principio de razonabilidad, en cuanto
deben perseguir finalidades legítimas o válidas a la luz de la Constitución Política y deben
materializarse con medios que sean: i) adecuados o idóneos para la consecución de aquellas; ii)
necesarios, es decir, que no existan otros medios que no sacrifiquen los valores, principios o derechos
constitucionales o que los sacrifiquen en menor medida, y iii) proporcionales en sentido estricto, o sea,
que sus beneficios sean superiores a la afectación de los valores, principios o derechos constitucionales.

ANEXO
FICHA INFORMATIVA DE SENTENCIAS REVISADAS
Corporación: La Sala Plena de la Corte Constitucional

Radicado de la Sentencia: C-67-2000 Fecha de la Sentencia: junio catorce (14) de


expediente D-2662 dos mil (2000)

Magistrado Ponente: Dr. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ

Problema Jurídico: En las condiciones planteadas, le corresponde a la Corte definir cuál es el


riesgo social que apareja la actividad comercial que realizan las agencias de viajes y de turismo, a fin
de establecer si el requisito de idoneidad impuesto por las disposiciones estudiadas tiende a disminuir o
minimizar dicho riesgo.

Palabras Claves: LIBERTAD DE EMPRESA, DERECHO A EJERCER PROFESIÓN U OFICIO,


TÍTULO DE IDONEIDAD
Demandantes: Carmen Trujillo Sarmiento Demandados: Demanda de inconstitucionalidad

Resumen de los hechos: La Ley 32 de 1990 establece las calidades que deben reunir quienes
pretendan desempeñarse en el comercio como agentes de viaje. En particular, la precitada ley, señala
como requisito necesario para desempeñar la actividad comercial mencionada, acreditar un título
académico en el ramo turístico o, en su defecto, demostrar “la vinculación destacada no menor de cinco
(5) años en agencias de viajes y turismo -, agencias mayoristas, en cargos directivos de Presidencia,
Gerencia o equivalente”. En ambos casos se requiere obtener la correspondiente matrícula profesional.

A juicio de la actora, la Ley demandada vulnera los artículos 13, 25, 26 y 333 de la Constitución
Política, pues, en su criterio, el legislador limitó, sin ninguna justificación, el ejercicio de la actividad
de agente de viajes y turismo. Para fundamentar su aserto, afirma que, pese a que la labor de las
agencias de viaje no apareja un riesgo social importante, la ley exige, a quienes deseen establecer una
empresa de esta naturaleza, que el respectivo gerente tenga un título profesional expedido por una
facultad o escuela superior, en programas cuyos planes de estudio formen a los estudiantes en el ramo
del turismo.

Normas citadas: Ley 32 de 1990, artículos 13, 25, 26 y 333 de la Constitución Política

Sentencias citadas: Sentencia C-209/97, sentencias C-467/93, C-461/95, Sentencia C-606/92,


Sentencia T-406/92, sentencias T-402/92, Sentencia C-606/92

Posturas jurídicas relevantes en la parte motiva: Como puede verificarse en el expediente


legislativo correspondiente, las razones que justificaron la expedición de las normas bajo estudio en
nada se relacionan con la necesidad de minimizar un eventual riesgo social o proteger derechos de
terceros que pudieran resultar amenazados. Por el contrario, el único aparte en el cual la exposición de
motivos de la ley que se estudia se refiere a la necesidad de un título profesional para los agentes de
viaje, establece con claridad que su objetivo es el de fomentar la industria del turismo capacitando a los
agentes del sector. Al respecto, el mencionado aparte indica:
“Con el incremento del turismo doméstico e internacional, ha surgido la necesidad de preparar unos
recursos humanos que con unos conocimientos en la dirección, investigación, prestación y mercadeo
de servicios turísticos propios de las agencias de viajes, sirvan de soporte logístico e impulso a esta
nueva e importante actividad económica del país.
La Educación superior al detectar el vacío existente en la preparación académica de las personas
que con un nivel universitario, puedan desarrollar con eficiencia la profesión de agentes de viajes, ha
abierto en varias instituciones educativas (...) programas académicos sobre servicios turísticos y
agentes de viajes, que por el número de egresados que vienen presentándose todos los años se
requiere de parte del congreso la reglamentación de esta nueva profesión (...).”(Anales del Congreso
Nº 101 de 1989).

Argumentos relevantes de otras instancias: “Ahora bien, no puede decirse que el legislador
tiene absoluta libertad para determinar qué actividad debe ser regulada, y establecer cualquier clase
de requisitos o condiciones para su ejercicio. Como se ha dicho antes, el valor normativo del texto
constitucional y el contenido esencial del derecho que se estudia, imponen al legislador una serie de
límites al ejercicio de sus funciones y al contenido material de los actos que expide.
En este sentido, para que sea legítima la reglamentación del derecho, es necesario que sea clara y
objetiva la exigencia de cualificación que impone la protección del interés general. En tal virtud,
los títulos de idoneidad y las tarjetas y licencias profesionales destinadas a controlar el ejercicio
de la profesión, constituyen una excepción frente a la regla general, excepción que no puede
desconocer los principios de la Carta del 91”.
En suma, el Legislador pretendía, a través de la profesionalización de la labor de los agentes de
viajes, proteger a un grupo de profesionales y lograr mayor eficiencia en el cumplimiento de su papel
como mediadores de servicios turísticos y, de esta manera, hacer más competitiva la industria
turística.
No obstante, la Corte ya ha señalado que si bien el Estado puede promover determinadas actividades
económicas que le reporten un beneficio al país, lo cierto es que no puede hacerlo excluyendo del
mercado laboral a ciertos grupos suficientemente capacitados para realizar las correspondientes
labores. En otras palabras, el fomento de una determinada industria no es razón suficiente para
restringir el mercado laboral.
diatamente referidos, conducen a afirmar que no existe ninguna claridad sobre el sujeto obligado por
las disposiciones demandadas o sobre el tipo de obligación que debe ser cumplida. En efecto, de una
parte no es posible saber si el título de idoneidad que exigen las disposiciones demandadas debe ser
acreditado por el empresario o comerciante que decide establecer una agencia de viajes (art. 1º y 4º
de la Ley 32 de 1990) o por el gerente o presidente de la respectiva agencia (art. 3º de la Ley 32 de
1990) o, adicionalmente, por todos los empleados que ocupen cargos directivos (art. 3 de la Ley 32
de 1990) o, en general, por la totalidad de los empleados que trabajen en la agencia de viajes
realizando las funciones propias de esta empresa comercial (art. 4 y 11 de la Ley 32 de 1990).
Tampoco resulta claro si el título que se exige debe ser expedido por una escuela de educación
superior cuyos planes de estudio, según concepto del ICFES formen a profesionales dentro del ramo
del turismo, o por un centro de educación, aprobado por el ICFES, en programas relacionados con el
turismo, que según criterio del Consejo Profesional de Agentes de Viajes y Turismo cuenten “con la
suficiente intensidad horaria y calidad de contenidos en cuanto a materias relacionadas con turismo y
específicamente con el funcionamiento de las agencias de viajes”. Finalmente, nada permite saber
cuáles son las tareas que se pueden realizar según el tipo de tarjeta obtenida, todo lo cual será
finalmente definido por el Consejo Profesional de Agentes de Viajes y Turismo.
En suma, las normas demandadas no definen con claridad ni el sujeto sobre quien recae la obligación
ni el contenido concreto de la misma, delegando, probablemente por ausencia de técnica legislativa,
en la autoridad administrativa la definición de dichos extremos.
Adicionalmente, los artículos 150-21, 333 y 334 de la C.P. confieren a la ley la tarea de regular la
libertad económica. Las mencionadas disposiciones establecen que toda intervención en esta materia
debe precisar sus fines y alcances y definir con claridad los límites a la libertad económica. En
consecuencia, mal puede el legislador regular la materia estudiada de manera tal que, en última
instancia, quien termine definiendo el contenido y los sujetos de la obligación que se impone para
poder actuar en el comercio, resulte siendo un órgano de la administración. El mercado de trabajo y,
en general, el ejercicio de la libertad económica, sólo pueden ser objeto de limitaciones sustanciales
por parte del legislador, cuando ello resulte indispensable y proporcionado para proteger los derechos
de los demás o bienes e intereses constitucionales particularmente relevantes, y siempre que la
referida intervención precise sus fines y alcances y defina los límites de la libertad económica.
Parte Resolutiva: Primero.- Declarar INEXEQUIBLES los siguientes apartes y artículos de la
Ley 32 de 1990:
a) La expresión "Para tal efecto se considera la persona natural graduada en facultades o escuelas de
Educación Superior que funcionen legalmente en el país, en programas cuyos planes de estudio
formen profesionalmente a los estudiantes en este ramo, según concepto emitido por el ICFES", del
artículo 1º.
b) La frase "de educación superior" del artículo 2.
c) El inciso segundo del literal a) del artículo 3.
d) Los literales a), b) y c) del artículo 4.
e) Los artículos 7, 9, 11

Segundo.- Declarar INEXEQUIBLE el parágrafo 2° del artículo 85 de la Ley 300 de 1996.


Tercero.- Declararse inhibida para conocer las restantes disposiciones de la Ley 32 de 1990.
Notifíquese, comuníquese, publíquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y archívese
el expediente.

Salvamento de voto: no aplica

Observaciones: la exigencia de tarjeta profesional para una profesión de que no


representa ningún tipo de peligro para la sociedad, es una exigencia que solo favorece a un
grupo y hace que el resto de la personas no puedan ejercer esta profesión aun cuando
sean profesionales en otras áreas lo cual representa una discriminación cuando esta
actividad podría ser ejercida sin ninguna problema por cualquier persona que tenga el
interés en ejercer este trabajo, además que esta ley coloca restricción para la libertad de
empresa siendo muy segmentadora colocando una carga injustificada para poder crear una
empresa de esta rama.

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