- - 97CRECIMIENTO MEDIO ANUAL DE LA PRODUCCIÓN PER
CÁPITA(1948 – 1962) PAÍSES (1913-1950) (1948-1962) EE. UU. .................................. 1,7 .................................... 1,6 Reino Unido............................ 1,3 .................................... 2,4 Bélgica.................................... 0,7 .................................... 2,2 Francia ................................... 0,7 .................................... 3,4 Alemania Federal ................... 0,4 .................................... 6,8 Italia........................................ 0,6 .................................... 5,6 Se comprueba así que sorprendentemente los beneficios del plan Marshall se quedaron fundamentalmente en Europa. Las cantidades enormes de dólares que llevaron a Servan-Schreiber a señalar como “el desafío americano” y a suponer que los países europeos se iban a convertir en satélites de los EE.UU., no fue así. Los Gobiernos europeos se dedicaron a acumular dólares con lo cual una gran parte de la moneda americana reforzaba las economías europeas. Sin embargo, la situación mundial de los sesenta y los enormes retos que EE.UU. encontraba en todos los continentes llevaron a los presidentes Kennedy y Johnson tuvieron que aumentar las inversiones militares y el fantasma de la inflación apareció en el horizonte americano por primera vez. La confrontación de los dos sistemas político del Este y del Oeste que se estaba traduciendo en una serie de realidades económicas, pasó al campo estratégico, donde para alcanzar los objetivos políticos se ponen en juego los medios de acción militares. Según Brzezinski (pag. 34): “La Guerra Fría, se inició como una contienda entre una potencia marítima y una potencia continental con respecto a los vestigios de Europa. Después de la guerra, los soviéticos esperaban claramente que los EE.UU. retiraran sus fuerzas de Europa —ya que el presidente Roosevelt se lo había prometido explícitamente a Stalin—. Con las potencias mayores europeas ya sea destruidas o agotadas, la presencia del Ejército Rojo en el corazón de Europa hubiese provocado consecuencias geopolíticas decisivas”. Por eso los norteamericanos, que en el fondo se sienten europeos en América, - - 98decidieron no abandonar el campo de batalla que tantos muertos les había costado liberar de las garras del nazismo para que lo dejasen a merced del comunismo soviético. Así, planteada la situación estratégica en torno al dominio de la Europa central, se entiende bien que los norteamericanos, unidos a los europeos por el océano Atlántico decidieron plantar sus fuerzas en el continente, mientras que los soviéticos que están ligados a Europa por una geopolítica continental, se lanzaron a desarrollar una maniobra estratégica marítima en torno al objetivo europeo, para lo cual tuvieron que implicarse en los mares periféricos como el Báltico, el Mar del Norte, el Mediterráneo y el mar Negro. Además, a finales de los años 50 la URSS se había convertido en potencia nuclear, en paridad con los EE.UU. y dio comienzo a una maniobra de expansión intercontinental, con bases avanzadas en América (Cuba), en Africa (Angola y Argelia) y en Asia (Camboya), extendiendo su influencia política a través de regímenes pro soviéticos por todo el mundo. De esta forma, en los años 60, la Guerra Fría adquirió una dimensión mundial, en la que se enfrentaban dos potencias, una marítima (EE.UU.) y otra continental (URSS), apoyadas en dos sistemas políticos, económicos y militares de estructura opuesta. EE.UU., basado en la democracia liberal y economía de libre mercado, mientras que la URSS propagaba el socialismo real y la economía centralizada por el Estado. Ambos con unas poderosas fuerzas armadas convencionales y nucleares como núcleo de dos bloques militares: la OTAN y el Pacto de Varsovia. Será el mismo Brzezinski (pag. 36) quien resuma esta situación: “Al mismo tiempo, la combinación de los medios de comunicación masivos y la capacidad de leer y escribir generalizada también torna ilimitada desde el punto de vista geográfico la contienda político ideológica. No hay continente que no se vea afectado por llamamientos conflictivos y modelos sociales competitivos. Gran parte del discurso mundial está dominando por conceptos norteamericanos y soviéticos sobre el futuro y por afirmaciones filosóficas profundamente divergentes del mismo origen sobre la condición humana”. Este ambiente de confrontación a gran escala que dividía a las naciones del mundo en un bloque occidental, un bloque oriental y un bloque no alineado, había de tener su reflejo en el cambio sociológico que se vivió en las décadas posteriores a la 2ª G.M. Recurrimos a Alexander, quien en su obra «Las - - 99Teorías sociológicas desde la 2ª G.M.», nos ilustra suficientemente de la influencia que estos hechos tuvieron en los dos conceptos sociológicos de que trata esta tesis: El Orden y el Conflicto. Según este sociólogo (34) en tiempos de la post 2ª G.M. se produjo un hecho que originó un gran cambio en las teorías sociológicas, esto fue la crítica y contestación a las posturas sociológicas que sobre el orden había propuesto Parsons con su teoría funcionalista. Alexander señala que el éxito de la teoría parsonsiana se fundamenta en motivos ideológicos del momento histórico que vivió la humanidad después de la 2ª G.M. Pero según este autor (pag. 97) “la preeminencia de Parsons duró hasta mediados de la década de 1960, las semillas de la rebelión contra las teorías parsonsianas o funcionalistas ya estaban sembradas desde la década anterior”. La historia de la caída de Parsons, sus razones y las posibilidades teóricas que surgieron servirán para comprender la situación y el ambiente sociológico que surgió precisamente en estos años. Los años 60 constituyeron un tiempo de reconstrucción, de todo cuanto había destruido, la guerra y había un clima de esperanza sobre el mundo nuevo como fruto de tantos sacrificios. La teoría de Parsons contribuyó a explicar la inestabilidad social pero también había de facilitar el proceso mediante el cual se alcanzaría el consenso político y el equilibrio social. Según Alexander, (pag. 98) Parsons “usó la teoría para enfatizar los rasgos estabilizadores de la sociedad occidental, argumentando que constituían el fundamento de la buena sociedad, cuyo modelo principal eran los EE.UU. contemporáneos”. El enfrentamiento de los bloques comunista y capitalista, de alguna manera proporcionó, en principio, un cierto grado de orden estable aunque fuera cada vez más inseguro en el nivel político-militar. Pero a medida que los países occidentales iban mejorando su situación económica, la solidaridad internacional e intranacional que venía motivando la reconstrucción, se fue