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M2 Teologia de la Caridad
I. Desarrollo Humano sostenible y las grandes Religiones
Tema 2: Religión y las Teorías de Desarrollo
Prof. Rainer Gehrig
I. Desarrollo Humano sostenible y las grandes Religiones
Introducción
La globalización no solamente ofrece nuevas posibilidades y oportunidades para el
desarrollo humano, sino también pone en peligro sistemas sociales, ecológicas y
culturales. En vista de estas perspectivas ambiguas nació en 2000 un gran consenso
político de erradicar la pobreza (Objetivos del Milenio 2015) y de comprometerse
más en serio con los países en vía de desarrollo. Estos intentos hacia un sistema
solidario mundial pueden ser viables, cuando las políticas llegan a una mayor
coherencia, una mayor eficacia y coordinación y la implicación de todos los actores,
cuando fomenten también el cambio de las implicaciones estructurales y la
participación de los destinatarios en la formulación y ejecución de los objetivos. Los
retos requieren también una respuesta de las religiones como centros de valores
sociales, de energía social y de culturas solidarias y una mayor apertura y
sensibilidad hacia las religiones en los foros de desarrollo. Conectar las cuestiones de
Desarrollo Humano sostenible con el pensamiento de las grandes religiones es
todavía una asignatura pendiente en muchas de las propuestas teóricas sobre el
desarrollo, las investigaciones empíricas, los programas de ayuda y los discursos
políticos (Marshall 1999; Ver Beek 2000; Selinger 2004). Las dificultades resultan por
un lado desde los reducidos conceptos economicistas aplicadas al desarrollo durante
décadas, y por el otro lado los modelos explicativos de religión bajo las coordenadas
de modernización (secularización) de la sociedad y privatización (la identidad del
individuo). Desde hace unos diez años se descubre con más intensidad las
dialogo, una mayor comprensión y provecho de la religión para el desarrollo
humano. Muestras de este pequeño acercamiento son los foros y encuentros en las
instituciones como el Banco Mundial durante la presidencia de James D. Wolfensohn
(1995‐2005) con la sección de «Development Dialogue on Values and Ethics» y del
«World Faiths Development Dialogue» desde 1998.
1
“Religion is enormously important in guiding the choices of billions of people.
Religion influences viewpoints on individual agency and collective responsibility.
It profoundly shapes development agendas and people´s willingness to be involved in
them. In this sense, understanding faith is central to developing policies that will say –
and do – something meaningful about poverty. (Marshall and Keough 2004:24).
El primer problema que encontramos cuando queremos adentrar en este complejo
campo de investigación es la falta de un reconocido marco conceptual coherente para
este análisis1. Existen diferentes áreas de investigación como la antropología, la
sociología, las ciencias políticas, las ciencias religiosas con sus distintos enfoques y
teorías macro, pero no un marco interdisciplinar. Como mínimo tenemos que aclarar
desarrollo ha recibido nuestra atención en la materia 1 y la asignatura Doctrina Social
de la Iglesia; también lo hemos repasado en el tema 1 aquí. Por eso vamos a partir
con este conocimiento de un “desarrollo integral” hacia la definición de religión.
El enfoque en las religiones (“religion”) se distingue de un enfoque en las creencias
religiosas (“faith”). Con el termino “religión” se refiere normalmente a valores,
normas y prácticas sociales de raíz en la fe en un ser espiritual supremo, siendo ellos
codificadas en un texto sagrado como la Biblia, el Coran o la Bhagavad Gita – todo
religiosas” es más fluido, amorfo, abiertos a movimientos, sectas, filosofías políticas
un intento de reducir la complejidad del mundo de organizaciones basadas en
creencias. El termino religión puede ser traducida en la India con dharma, en árabe Y
¿como podemos captar la religión organizada? En una aplicación práctica Clarke
(2006) distingue cinco grupos de organizaciones basadas en creencias religiosas
(Faith Based Organizations: FBO), que sirven para crear inicialmente un mapa:
1 Cf. Rakodi 2007; Tomalin 2007a+b.
2
• Las organizaciones basadas en la fe representativas o ápice organismos que se
pronuncian sobre cuestiones doctrinales, gobiernan sobre los fieles y los
representan a través del compromiso con el Estado y otros actores;
• Las organizaciones basadas en la fe de beneficencia o de desarrollo que movilicen a
los fieles en favor de los pobres y otros grupos sociales, y que fundan o
gestionan programas que abordan la pobreza y la exclusión social;
• Las organizaciones basadas en la fe socio‐políticas que interpretan e implementan
la fe como una construcción política para organizar y movilizar los grupos
sociales sobre la base de la identidad de la fe, pero con la finalidad de
perseguir objetivos políticos más amplios o, como alternativa, para promover
la fe como una construcción socio‐cultural, como medio de unir a diferentes
grupos sociales sobre la base de la fe basada en las identidades culturales;
• Las organizaciones basadas en la fe misioneras que anuncian mensajes claves de la
fe a los fieles, promoviendo activamente la fe y buscando convertirlos a la
misma, o mediante el apoyo y la colaboración con otras comunidades de fe
sobre la base de los principios claves de la fe;
• Y, por último, las organizaciones basadas en la fe radicales, ilegales o terroristas que
promuevan formas radicales o militantes de la identidad religiosa, llevando a
cabo prácticas ilegales sobre la base de sus creencias religiosas o participan en
la lucha armada o los actos de violencia justificados por motivos de fe.
En este material también han influido mis propias experiencias y reflexiones como
resultados de estancias en la Universidad de Friburgo (Alemania) con Prof. Heinrich
Pompey, la experiencia pastoral en zonas mixtas de diferentes confesiones cristianas
en Alemania, un curso de formación para directores de ONGs de Taiwán sobre la
gestión de valores en ONGs con la participación de cristianos (católicos y
protestantes), budistas y no religiosas, y mis estancias en Latinoamerica y Taiwán.
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1. Religión y las Teorías de Desarrollo ‐ causas de su desencuentro
teórico
1.1. La marginación de la religión en el pensamiento moderno: Argumentos
basados en la Historia del Pensamiento
En su discurso de la Asamblea Plenaria 2003, el presidente del Consejo Pontificio
“Cor Unum”, Paul Josef Cordes apunta, que una de las causas históricas de la
desaparición de la dimensión religiosa es su crítica y el rechazo en el pensamiento
antropológico moderno desde Thomas Hobbes (1588‐1679) como representante de un
pensamiento político, Auguste Comte (1798‐1857) como precursor de la sociología,
filósofos como Kant y Hegel, hasta el psicoanálisis con Sigmund Freud (1856‐1939):
“Mientras las distintas religiones disienten sobre cuál de ellas está en
posesión de la verdad, nosotros creemos que la verdad contenida en la
religión debería ser totalmente ignorada. La religión no es otra cosa que
un intento de dominar el mundo de los sentidos en el que nos
encontramos mediante el mundo del pensamiento generado por el deseo,
que hemos desarrollado dentro de nosotros como resultado de nuestras
necesidades biológicas y psicológicas... Si se intenta definir la religión en
relación con el proceso de desarrollo de la humanidad, ésta resulta ser no
tanto una herencia permanente sino el resultado de la neurosis que el
individuo debe experimentar en su camino de la infancia a la madurez.”
S.Freud (1927): El porvenir de una ilusión.
En las ciencias sociales, las dominantes teorías de la modernización de la sociedad y
sus enlaces con el concepto de secularización para interpretar la evolución de la
religión en los países del oeste, han sido claves en la marginalización de la religión en
los discursos de la teoría social. La religión quedaba como un relicto de la esfera
privada, sin importancia para la modernización de la sociedad.
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1.2. Evidencias empíricas de la marginación de religión en las publicaciones
sobre desarrollo
El análisis de Marshall (1999), la revisión de revistas relacionadas con el desarrollo
entre 1982 y 1998 de Ver Beek (2000) y uno más amplio de Selinger (2004), presentan
la gran ausencia de publicaciones sobre las interrelaciones de religión y desarrollo.
visiones de religión desde el punto de vista de los desarrollistas:
a) religión como estructura institucional para promover los objetivos de un proyecto
b) religión como elemento de una cultura, muchas veces impidiendo el desarrollo
c) religión como motivación personal que puede ser aprovechada como fuerza para
apoyar objetivos ideológicos de desarrollo
d) religión y desarrollo combinado en un pensamiento que propone la dimensión
espiritual del desarrollo, es decir desarrollo económico no sucederá si las personas no
están desarrolladas espiritualmente.
En general, no se suele asociar la religión con el desarrollo como factor positivo en el
proceso de implementación de prácticas o estrategias, ni como referente en el campo
de construir una teoría de desarrollo. Ver Beek apunta como causas el miedo de
imponer una posición desde fuera, el miedo de crear un conflicto, una falta de
precedentes de aplicación y la disociación entre “Secular” y “Sagrado” en las ciencias
desarrollo por la separación entre estado y religión que se basa en la percepción de la
religión como algo espiritual y el estado con lo material.
1.3. Religión como factor persistente: explicaciones dentro del modelo de religión
privada e individual
Hoy en día se considera a la teoría de la secularización como etnocéntrica,
relacionada con el modelo de desarrollo economicista del oeste, pero no sostenible
como modelo general explicativo de la modernización, más bien como un caso
excepcional para los países Europeos – cuestión interesante para buscar una
explicación (Berger 2008). La permanencia de las religiones como factor importante
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en un mundo moderno y globalizado desaprueba la teoría de la secularización. La
Postmodernidad, el cambio del milenio, la desilusión con las teorías neo‐liberales
económicas, abre el paso a un nuevo descubrimiento de la religión, una época post‐
secular. En relación con el determinado modelo económico‐social capitalista, muchos
religioso, nacionalismo religioso etc.) y provocan un debate publico sobre la religión.
resurgimiento de la religión como reacción a la secularización y su incapacidad de
integrar la religión como fuerza social. Para los países en vías de desarrollo, el fracaso
de las políticas de modernización como imitación del modelo del oeste con un estado
secular, presenta la religión como un factor dentro de la búsqueda de la identidad de
estas naciones y su desarrollo como revuelta contra el oeste (según Hedley Bull la
liberación cultural en los noventa, después de la liberación colonial entre los cuarenta
y sesenta y la liberación racial y de un comercio justo entre los setenta y ochenta).
Otros autores como Lyon piden la ampliación de las teorías para responder de
manera más compleja al fenómeno de la religión. Ebaugh (2002) considera que la
religión volvió a ser tema en las ciencias sociales en cuatro áreas teóricas:
‐ los movimientos sociales (Nuevos movimientos religiosos, Espiritualidad de la
Nueva Era flexibilizan las estructuras institucionalizadas y responden mejor a
un individualismo religioso),
‐ la Cultura Civil (según Hervieu‐Léger 2003 es el reconocimiento de la
Religión como respuesta a la necesidad de una mayor cohesión social: creación
de nuevas formas comunitarias, en las que el individuo recibe el apoyo y la
afirmación de su sistema de creencias),
‐ Globalización (según Haynes 2002 Religión es utilizado para la formación e la
identidad personal en el sentido de perseguir objetivos personales entrando en
la esfera política como parte de un grupo más grande; Religión no actúa como
una fuente de estabilidad comunal, financiera o moral, sino como factor que
actúa en la creación de identidad).
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‐ Rational Choice Theory (personas utilizan de manera activa religión como
parte central de su identidad individual y colectiva como muestran fenomenos
como el nuevo voluntarismo en EE.UU y un mercado de congregaciones
religiosas – por su ámbito americano, este argumento queda reducido y no es
transferible con facilidad a los países en vía de desarrollo).
religión con el desarrollo
2.1. Históricos Estudios sociológicos
A principios del siglo XX. aparecen con Max Weber (1864‐1920) y su estudio de la
influencia de la ética protestante en el desarrollo del capitalismo (“Die
protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus”, 1904), y unos años más tarde
en 1912 la obra de Émile Durkheim (1858‐1917) sobre las formas elementales de la
vida religiosa (“Les formes élémentaires de la vie religieuse), dos iniciadores de la
moderna sociología empírica con fuertes pensamientos de análisis sociológico de la
religión. Desde sistemas sociológicos distintos, ambos autores identifican en el
estudio de la religión la clave de interpretación de la posición social del individuo (cf.
Thomas Luckmann: “The Invisible Religion” 1967). Max Weber presenta la tesis, que
el Protestantismo, sobre todo en su versión Calvinista introdujo un espíritu de
capitalismo jamás visto en otras tradiciones religiosas que facilitó el desarrollo de un
capitalismo racional. No se trata de una relación causal, sino de un soporte y de una
logros personales bajo una perspectiva racional y material como claves de la
salvación, un ascetismo intra‐mundano).
Otros autores en este contexto son Peter Berger (“A Rumor of Angels. Modern
Society and the Rediscovery of the Supernatural.” 1969).
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2.2. Religión como elemento público: Religión dentro del paradigma «cultura»
individual y privado de la identidad. Según Selinger (2004:534) la importancia de la
creencia comunitaria queda marginalizada a favor del enfoque en lo individual.
Propone debatir la importancia de reconocer religión como parte de la cultura y
significativo para el desarrollo económico.
Desde los años 70 es evidente el fallo de las teorías internacionales de desarrollo
basados en los parámetros de crecimiento económico – se empieza a reclamar la
integración de parámetros culturales en las teorías de desarrollo, pero la complejidad
del concepto «cultura» dificulta la integración en los modelos de desarrollo. La
polémica acerca de la publicación “El choque de civilizaciones” (artículo en 1993,
libro en 1996) del Profesor de Harvard Samuel P. Huntington (1927‐2008) y la
publicación conjunta con Lawrence Harrison “Culture matters: How Values Shape
Desarrollo Económico” (1999), reflejan en sus autores (entre otros Grondona,
Inglehart) todavía un entendimiento del desarrollo económico bajo una ética neo‐
protestante que favorece el crecimiento económico – al otro lado una crítica de
sociedades con valores tradicionales o de índole católico. Harrison mantiene esta
postura para explicar el comportamiento post‐colonial de la India como más
favorable para el crecimiento económico por el impacto histórico de la ética
protestante de los colonizadores que los países de Latino América y la influencia
histórica de la ética católica. Se está trabajando también desde la Tufts University
“Culture Matters Research Project” (CMRP) para descubrir las posibilidades de
modificar e influir en culturas favorables al crecimiento y desarrollo. El proyecto de
CMRP se basa en los 25 factores de Mariano Grondona (periodista, sociólogo y
Moynihan: “The central conservative truth is that it is culture, not politics, that
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determines the success of a society. The central liberal truth is that politics can
change a culture and save it from itself.” En conclusión hay un fuerte grupo de
trabajo en Estados Unidos sistematizando la cultura en el mundo en ocho o nueve
civilizaciones basadas o inspiradas en tradiciones religiosas. Estos perfiles religiosos
son una visión histórica de la religión y no contemplan la religión en su capacidad
social actual (de ese proyecto también son la trilogía de Harrison: The central liberal
truth. How Politics Can Change a Culture and Save It from Itself (Oxford University
2006) con una financiación de Fondos de la John Templeton Foundation. A
continuación se muestra un mapa utilizado en el World Value Survey
Dentro de este enfoque, Peter Berger (2008) analiza diferentes religiones y
expresiones como el Pentecostalismo como grupo más creciente de la última década
y su ética favorable para el desarrollo económico moderno, por la coincidencia con el
perfil de la ética protestante descrito por Weber. Lo interesante según Berger es
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analizar las transiciones de valores religiosos tradicionales a valores de la sociedad
moderna. Ejemplos son en Japón la transformación de la ética de los Samurai a la
ética para todos los Japoneses: lealtad al señor feudal se convierte en lealtad a la
empresa, el obsesivo control de calidad como reflejo de la obsesión de las ceremonias
de té etc. Su conclusión del trabajo empírico de más de 20 años de investigación del
Boston University Institute on Culture, Religion and World Affiars (CURA), refleja
que no existe una «teoría X» favorable para el desarrollo económico y una «teoría Y»
no favorable, porque las teorías pueden ser reinterpretadas de manera que pierdan
su funcionalidad. También puede existir un potencial latente en las tradiciones
religiosas que se pone de manifiesto en unas circunstancias históricas nuevas. Como
tercer observación existen ciertos valores con una importancia para el arranque de un
capitalismo industrial, pero otros valores en un momento de sociedades basadas en
el conocimiento (post‐industrial). Como cuarto resultado se refleja que los cambios
para el desarrollo económico siempre son hincados por la vanguardia, un grupo
reducido de la sociedad. Su apertura hacia la sociedad o el rechazo/persecución
influye en el desarrollo económico. Y quinto: Modernidad no llega en una única
versión, sino como una esencia de la verdad: pensamientos y comportamientos
racionales, sobre todo (normas intrínsecas de la modernidad), el resto puede variar,
es decir la modernidad es múltiple.
En la teoría política (International Centre for religion and Diplomacy ‐ ICRD), desde
2001 se reconoce los fallos políticos y diplomáticos en la política estadounidense a no
considerar la religión como un factor de influencia para resolver conflictos.
El movimiento post‐desarrollista desde los años noventa busca salir del paradigma
postmodernism” Esteva 1993 y 1998). Pero el modelo contra‐desarrollo con su
apreciación de factores sociales no ofrece una teoría consistente como efectuar un
cambio social.
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2.3. La comprensión social de la Religión
Las ciencias sociales intentan entender el significado de la religión para las
sociedades. No les interesa cuestiones de las disciplinas teológicas sobre el alcance de
las verdades implicadas en las religiones. Tipificando las definiciones de religión
podemos distinguir definiciones substantivas (que es la religión), funcionales (que
hace la religión) y la combinación de elementos entre ambos. Las definiciones
substantivas intentan decir que es la religión: atributos por encima de elementos
culturales y que la distinguen de otros fenómenos sociales como son la religiosidad,
la fe en una realidad trascendental y la adhesión a una organización religiosa etc. Las
definiciones funcionales intentan describir lo que hace la religión: el rol de la
religión en los constructos de visiones del mundo de las personas, el efecto de
religión para la cohesión social etc. Uno de los mayores representantes de este
enfoque es Clifford Geertz: “religion is the means by which meanings are attributed
and order structured and transmitted, as revealed by, for example symbols and
ritual.” Selinger (2004) por ejemplo utiliza para su análisis esta teoría sociológica del
constructivismo, tomando la religión como un constructo social. El termino
«religión» la define con Haynes en la distinción de entender religión primero en un
sentido espiritual y sus relaciones con la trascendencia, lo sagrado y lo ultimativo. O
entender religión en un sentido material, donde la religión define y unifica grupos o
movimientos sociales, políticos, o comunitarios (Haynes 2002). La segundo definición
ofrece según Selinger más oportunidades de relacionar religión con las teorías de
desarrollo. En mi opinión, separar la definición funcional de la espiritual,
evidentemente ofrece un marco teórico más manejable, pero quita de la religión su
potencial motivador para la acción de ayuda y su componente de productor cultural.
La autora revela que el uso del concepto de religión en su sentido espiritual en los
subjetivización de la religión – como apuntado antes, no como un factor significativo
y definitivo para el éxito de desarrollo. Como estudio de caso ofrece los resultados
del World Faiths Development Dialogue (WFDD) como red informal para promover
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la relación ente religión y desarrollo. En los textos sobre la educación en virtudes
todavía prevalece el concepto de religión privada y fuerza espiritual (perfil de una
ética protestante). Concluyendo, Selinger apunta que dejando de lado la religión en
las teorías de desarrollo, subrayando un enfoque de creencias y practicas religiosas
individualistas y de construcción privada, las agencias de desarrollo, investigadores
y practicantes excluyeron una dimensión vital de la cultura e identidad social
(2004:539). El encuentro teórico entre ética protestante con el modelo de capitalismo
del oeste y las teorías de desarrollo económico provocó un enfoque etnocéntrico de la
religión y llevó a estudios cuantitativos de la importancia de creencias y valores para
un desarrollo económico, pero no a un reconocimiento de la religión como fuerza
social propia.
Scott Thomas (2000+2005) aboga por un acceso no constructivista al fenómeno de la
religión y aplica el pensamiento de Alasdair MacIntyre y la relevancia de su teoría
social para el concepto de una sociedad internacional. Apunta, que el acceso de la
Escuela Inglesa bajo el prisma de una sociología histórica ofrece mejores
posibilidades de tratar a la religión, cultura y civilización que el enfoque
constructivista más reciente de sociedad internacional que materializa las hipótesis
de la modernidad del oeste: “... taking religious and cultural pluralism seriously
means developing a ‘deeper pluralism’ among different communities and states in
international society. ‘Virtue‐ethics’, the approach to ethics which has emerged in the
aftermath of MacIntyre’s social theory, shows how this can be done by engaging with
the social practices of the main world religions in ways to promote order and justice
instead of ignoring, marginalising, or trying to overcome them.” (Thomas 2000:816)
El análisis del caso paradigmático en el pensamiento liberal para definir el Estado
moderno en su relación con las religiones es la historia de las «guerras de religión»
en Europa del siglo 16/17 (1550‐1650) ofrece un «mito político» que aplicó un
concepto de religión moderno a una época en transición de un concepto de religión
tradicional, es decir virtudes y practicas de la tradición cristiana integradas y
sostenidas por una comunidad eclesial de creyentes, a un concepto moderno con
practicas y creencias separadas de la comunidad. La evolución del termino “religio”
12
desde una virtud a un concepto de conjunto de doctrinas (véase los significados del
Diccionario RAE) refleja el cambio de los conceptos de religión.
2.4. Religión y Espiritualidad para el Desarrollo
La gran mayoría de las personas del “Sur” perciben el mundo, su vida, las relaciones
sociales y la toma de decisiones en relación con conceptos espirituales, rituales y
referentes religiosos. Son su fuente de esperanza y de poder. La espiritualidad es una
relación con lo supranatural, que provee significado y la base para la reflexión, las
institucionalizada de un conjunto de creencias y practicas en relación con lo
espiritual, mientras la espiritualidad describe la parte personal y relacional de estas
creencias que influyen la vida cotidiana. El punto común entre lo religioso y lo
espiritual es que personas describen la experiencia y su espiritualidad bajo una
perspectiva religiosa.
Eade and Williams 1995 describen el desarrollo como “reforzar la capacidad de la
gente para determinar sus propios valores y prioridades, y la capacidad de
organizarse para actuar sobre ellos.” (Oxfam Handbook of Development and Relief.
Oxford:Oxfam.) No tener en cuenta en los programas de desarrollo los espacios de
reflexión de como afectan estos programas a su espiritualidad y sus formas de ver la
vida y la organización social, es, en opinión de Ver Beek y su propia experiencia de
trabajo con indígenas (Lenka) en Honduras contra el desarrollo. También en relación
con los movimientos sociales existen muchos estudios que reflejan la influencia e
importancia de la religión para movilizar a la gente: la conexión integral entre
espiritualidad y acción social está demostrado por numerosas investigaciones.
Ver Beek señala: “Evidentemente no podemos deducir, que la espiritualidad es igual
de influyente en todas las personas y en todas las situaciones, pero debe ser un
creciente factor de consideración: Primero, porque la espiritualidad muchas veces
determina con mucha fuerza las decisiones y acciones relacionadas con el desarrollo
en ambas dimensiones (a favor o en contra del desarrollo), entonces no tener en
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cuenta este factor producirá un error en el análisis y unas intervenciones menos
efectivas. Segundo, la espiritualidad en muchas ocasiones es ignorado por los
agentes del desarrollo en su trabajo para la acción social o los cambios en la
agricultura y el cuidado de la salud. Tercero, intervenciones que ignoran la
espiritualidad, afectan de manera intencional o no intencional, no solamente a la
espiritualidad de las personas, sino a las áreas del entorno natural, relaciones de
genero y la interdependencia de la comunidad. Y finalmente, el fallo de no
reflexionar con la gente sobre el rol de la espiritualidad en sus vidas les roba la
oportunidad de determinar cuales son sus propios valores y prioridades, y por eso es
contra el desarrollo.” (Ver Beek 2000:36). La literatura sobre los conocimientos
indígenas reconoce el poder y la sabiduría que están presentes en las comunidades y
determinan la agricultura, la salud, la relación con el entorno natural y las decisiones
y acciones de muchas personas.
2.5. La dicotomía entre Desarrollo y las Religiones
Los buenos ejemplos de comprensión de la realidad religiosa no pueden ocultar
también los obstáculos que aparecen en diferentes campos de desarrollo y entornos
culturales/religiosos. Pinglé (2005) observa esta tensión en la aplicación de los
derechos humanos, especialmente en asuntos de equidad de genero, derechos de
minorías, derechos de grupos vulnerables, la distribución de la riqueza, democracia y
participación. La religión puede ser un elemento de desarrollo por ejemplo como un
factor importante para movilizar la motivación de comunidades y de grupos de
desarrollo, pero puede ser también contradictorio a los objetivos de desarrollo, sobre
crear divisiones entre los grupos y perpetuar las relaciones de inequidad. Pompey
(1999; 2006) propone una dialogo interreligioso para fomentar una cultura solidaria
mundial eficaz. La Iglesia Católica opta desde el Concilio Vaticano II por una visión
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de reconocimiento de las otras religiones2 y en el campo de la práctica caritativa no
existe ningún impedimento doctrinal para la cooperación con otras religiones,
“Deus caritas est”, Benedicto XVI. deja de nuevo claro que la acción caritativa‐social
no tiene objetivos de proselitismo, es decir de ganar con las actividades nuevos
miembros. Es un testimonio de la fe en sí, pero sin más objetivos – y ahí se pueden
entre las religiones puede empezar con los puntos que se tienen en común – y uno de
estos puntos es la preocupación por la persona que sufre y la búsqueda de una sana
vida llena. Pompey reconoce también las dificultades reales como el reclamo de la
primacía absoluta y la falta de tolerancia sobre todo en el islam3, la coincidencia de
una similitud de conceptos religiosos con una interpretación diferente al mismo
tiempo4, las contradicciones internas entre el Coran (como revelación), los hadices
(como tradición) y la sharia (orden jurídico) y la imposibilidad de cuestionarlo. Con
las religiones como el Hinduismo y el Budismo es la falta de unas exigencias éticas
normativas y la falta de un base textual común de todos como la Biblia. Buscar una
ética universal por encima de las religiones, es la respuesta y opción de algunos
autores (Küng). Otro camino es la colaboración concreta en la práctica para formular
2 Decreto “sobre la actividad misionera de la Iglesia” (Ad Gentes) 1965 y la declaración “sobre las
relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas” (Nostra Aetate) 1965, nº2: “La Iglesia católica
no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto
los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo
que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos
los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es ʺel Camino, la
Verdad y la Vidaʺ (Jn., 14,6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa y en
quien Dios reconcilió consigo todas las cosas.
Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y
colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan,
guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio‐culturales que
en ellos existen.”
3 La palabra Islam significa “aceptar, someterse, rendirse”.
4 La mezquita es similar a una iglesia, pero la mezquita a parte de ser un lugar religioso es también un
lugar político: La religión y la política en el Islam forman una unidad.
15
de largo plazo, pero el segundo ofrece ya la posibilidad de practicar en campos
concretos.
2.6. Religión e implicaciones prácticas para el desarrollo
A nivel teórico el reconocimiento de la cultura como un factor de influencia y de
impacto en las estrategias de desarrollo, la persistencia de las religiones en los
importantes sectores de la vida, abre la puerta a la búsqueda de un concepto de
desarrollo integral relacionado con el pensamiento de las religiones. A nivel práctico,
cada vez más los actores en proyectos sociales y de cooperación necesitan una
desarrollar proyectos más participativos en contextos cada vez más interculturales e
interreligiosos. La cuestión a nivel teórico es, qué rol tiene la religión dentro del
concepto de cultura y su función en la creación de sociedad en el marco de las teorías
desarrollo social integral en proyectos concretos.
A nivel personal lo primero que los agentes de desarrollo social tienen que
desarrollar es lo que se podría llamar una «empatía religiosa» (Wibren van der Burg)
‐ una capacidad comunicativa de conectar con lo religioso de las personas y las
comunidades. Si nos movemos dentro de una psicología de la comunicación, esta
empatía se desarrolla con más facilidad cuando las personas son congruentes y
auténticos. La autenticidad implica un proceso de aclarar y fundamentar las propias
percepciones de la religión, religiosidad y espiritualidad (Pompey 2006). Dentro de
una cultura cristiana significa para un autentico proceso de comunicación
interreligiosa tener una seguridad sobre los propios fundamentos y valores.
A nivel de las políticas de desarrollo la profesora Gerrie ter Haar distingue las
siguientes recursos religiosos de relevancia:
• Spiritual experiences: the religious experiences that people have in relation to the
transcendent. ‘The transcendent’ is a collective term used to denote the supernatural
world of the divine, spirits, gods, etc. Religious experiences may lay the foundation
for individual and collective transformations.
• Religious ideas: visions of the cosmos, the world, life, nature, evil, the sacred, and
virtues and values which give direction to human actions. These visions, virtues and
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values may be expressed through stories, and may also be concretised in tenets and
rules.
• Religious organisations: religious movements, communities and organisations; their
leaders and the networks within which they work together.
• Religious practices: the actions, customs, places and objects that connect the
nonempirically‐determined reality with the reality that is empirically determined.
Desde estos recursos podemos hacer las siguientes preguntas en relación con los
Objetivos de Desarrollo del Milenio:
• ¿Como influyen los recursos religioso en el objetivo?
• ¿De que naturaleza es la influencia?
• ¿Como se puede reforzar o debilitar esta influencia negativa o positiva mediante
instrumentos de la política de desarrollo?
• Si eso es así, ¿cual es la estrategia, quienes son los colaboradores, y cuales son los
objetivos?
En COSUDE, la Agencia Suiza de Cooperación aplicaron después de una análisis de
la temática las siguientes preguntas para aclarar la relación entre religión y desarrollo
en las ONGD suizas:
Preguntas a las organizaciones relativas a su concepción, respectivamente a su trato
con religión y espiritualidad
• ¿Qué papel juega religión y espiritualidad en la declaración de nuestra misión, en
las líneas directrices y en los objetivos estratégicos?
• ¿Cómo ve mi organización la relación entre los valores fundamentales de
democracia, derechos humanos y religión?
¿Cómo nos ponemos en acuerdo con nuestras contrapartes al respecto?
• ¿Cómo creamos las condiciones marco, que le posibilitan a nuestro personal y a
nuestros gremios directores desarrollar sensibilidad y competencia para el significado
de religión y espiritualidad?
• ¿Están capacitados nuestros responsables de proyectos y programas en el manejo
de potenciales y riesgos de religión y espiritualidad? ¿Existen ofertas de capacitación?
• Los potenciales y riesgos de religión y espiritualidad, ¿son temas en nuestro control
de calidad?
• ¿Conocemos y utilizamos métodos (p.ej. KSPM41) para “leer” los complejos
contextos socio‐culturales de los programas que apoyamos y para entender su
dinámica? (Por ejemplo con el mapeo de contexto y de conflicto)
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• ¿Conocemos y utilizamos métodos (p.ej. KSPM42) para poder observar los efectos
intencionados y no intencionados de nuestros programas en contextos complejos
religiosos y socio‐culturales? (Nivel output, outcome e impact)
• Existe un diálogo relevante con nuestras contrapartes con respecto al programa
sobre estas preguntas? (¡la dedicación a los potenciales y riesgos de la religión y
espiritualidad no debe conducir a nuevos instrumentos de control de nuestras
contrapartes!)
• ¿Ejerce su conocimiento y su noción sobre religión y espiritualidad alguna
influencia en el desarrollo del programa?
• ¿Qué sabemos sobre el significado de religión y espiritualidad para los
actores/beneficiarios del desarrollo?
• ¿Cómo aseguramos que sus experiencias y necesidades espirituales, al igual que sus
derechos de participar en la toma de decisión a este respecto sean recogidos en los
proyectos y programas que apoyamos?
• ¿Son integrales las líneas conductoras y los criterios de apreciación de nuestros
proyectos, en el sentido que incluyen el punto de vista de los actores/ beneficiarios y
sus necesidades espirituales? 5
2.7. Características Religiosas relacionadas con el Desarrollo Humano
Después de repasar la situación del debate sobre las relaciones entre religión y
desarrollo entramos en el último apartado de describir algunas características
religiosas relacionadas con el desarrollo. Uno de los últimos proyectos en marcha en
este campo es el programa internacional de investigación “Religion and
Development” (2005‐2010) en la Universidad de Birmingham con sus resultados
publicados en la serie de documentos e trabajo6. El enfoque es explorar las
interrelaciones entre diferentes grandes religiones del mundo, el desarrollo en países
de bajo ingreso y la reducción de la pobreza. Las preguntas del proyecto son:
Véase la bibliografía de esta asignatura. El marco conceptual del proyecto está publicado en Rakodi,
6
Carole (2007): Understanding the Roles of Religions in Development: The Approach of the RaD Programme.
Working paper 9. University of Birmingham.
18
El programa quiere producir conocimientos y herramientas para los agentes de
desarrollo con el fin de contribuir al logro de objetivos de desarrollo. El campo de
investigación son cuatro países (India, Pakistán, Nigeria y Tanzania) con la presencia
de las religiones del mundo (Cristianismo, Islam, Hinduismo, Sikhismo, Budismo y
creencias tradicionales africanas).
Interesante en este acceso es la búsqueda de variables importantes en el área de
desarrollo como pobreza, crédito y deuda, relaciones de género, educación de
mujeres y el impacto que tienen las enseñanzas de diferentes religiones en los
comportamientos locales. A nivel de instituciones se investiga la relación entre
disponible una serie de Documentos de trabajo como reflexiones iniciales y
revisiones bibliográficas.
Otro programa comparativo con textos de las religiones (Budismo, Hinduismo,
Cristianismo, Islam, Judaísmo) es la “Religious Perspectives Database” del Berkeley
Center for Religion, Peace and World Affairs (
http://berkleycenter.georgetown.edu/databases/religious_perspectives ) que incluye
pasajes importantes de los textos de las religiones y explicaciones resumidas sobre
aspectos claves de desarrollo: Paz y Violencia, Riqueza y Pobreza, Salud y
Enfermedad, Justicia e Injusticia, Inclusión/Exclusión.
Estos proyectos reflejan dimensiones centrales religiosas relacionadas con el
desarrollo. En una perspectiva funcional de las religiones podemos resumir:
• Las religiones ofrecen contenidos orientativos/explicativos acerca de
dimensiones de desarrollo (dimensión teorética‐doctrinal)
• Las religiones ofrecen prácticas (rituales) y orientaciones prácticas acerca de
dimensiones de desarrollo (dimensión práctica)
• Las religiones ofrecen recursos psicológico‐espirituales para dar sentido a
situaciones de necesidad y para superarlas (dimensión espiritual)
• Las religiones ofrecen espacios comunales de apoyo y de cohesión (dimensión
social)
19
Las religiones intentan dar respuestas al ser humano en todas sus dimensiones – por
eso difícilmente podemos excluir algunas dimensiones, es más bien que relacionar la
religión con el desarrollo se amplia el concepto de desarrollo hacia un desarrollo
integral. Desde las perspectivas de desarrollo y del campo práctico y por la necesidad
de reducir la complejidad surgen los proyectos descritos (Pobreza, Genero, Violencia
etc.). Los intentos de tipificar a las religiones en grandes grupos para estudios
comparativos ayuden a captar coordenadas de peso, pero reducen la pluriformidad
existente dentro de las mismas religiones. Simplemente dentro del cristianismo
podemos observar un campo ideológico común, pero al mismo tiempo grandes
diferencias entre el catolicismo, el protestantismo luterano y el calvinismo en relación
con el desarrollo de la solidaridad práctica que han llevado incluso a diferentes
modelos de Estados de Bienestar dentro de Europa y América del Norte7.
Consciente de está reducción y por el limitado conocimiento de las otras religiones y
su pluriformidad, me atrevo de presentar algunas observaciones basadas en el
estudio de algunos autores como Pompey, la propia reflexión nacida del encuentro
con personas de otras religiones para abrir el dialogo sobre esta temática. Lo haré en
las siguientes aspectos:
Concepto religioso del desarrollo
Motivación religiosa para la ayuda
Ayuda organizada e institucionalizada
Concepto religioso del desarrollo humano
Las religiones en general tienen como horizonte de desarrollo la vinculación del ser
humano con lo transcendental, en las religones monoteístas con un ser supremo
(Dios), en el budismo con el nirvana y en su forma de mahayana budismo con una
visión más intramundano, en el hinduismo hacia un orden cosmico. Desarrollo
significa en este contexto en primer lugar crecimiento de la dimensión espiritual del
ser humano. Las diferencias que se observan en las diferentes religiones son a parte
7 Cf. Abela 2004.
20
del horizonte trascendental (Concepto de Dios), la importancia que da cada religión a
la vida social en este mundo y las indicaciones morales de la conducta. En general las
religiones asiaticas proponen modelos más centradas en la persona individual y su
mejora que influiría en la mejora del mundo. Las religiones monoteístas enfocan más
comportamiento. El Islam reduce los aspectos sociales de desarrollo claramente a una
visión dual: la comunidad de los creyentes musulmanes (umma) y los no creyentes.
El cristianismo es la religión que más vincula la propia salvación al bienestar de la
persona necesitada. Es la única religión que logra una identificación del sufrimiento
con el concepto divino (en la persona de Jesucristo). Las otras religiones buscan más
una superación del sufrimiento para acercarse a lo divino.
Un tercer componente que habría que contemplar también es la cuestión del destino.
Si las situaciones de desgracia y de necesidad se interpretan bajo la perspectiva de
destino (islam “kismet”, en el budismo e hinduismo “karma”, en el judaismo como
castigo de Dios), el potencial de la ayuda de fuera se reduce.
Motivación religiosa para la ayuda
La motivación para la ayuda es un factor importante en vista de promover un
comportamiento pro‐social y solidario en un grupo por encima de intereses de
mantener o procurar el bienestar del grupo. Se habla en este campo también de
hetero‐ayuda y otro termino es el altruismo. En todas las religiones encontramos
aspectos de ayuda a los propios miembros, pero el factor de hetero‐ayuda muestra
un potencial más alto de desarrollo porque lo posibilita fuera del propio grupo.
Habría que contemplar en este contexto también la finalidad de la ayuda, es decir si
se ayuda por motivos de conseguir más miembros, si la prestación de ayuda está
condicionada a contraprestaciones de tipo ideológico, o si la ayuda tiene la finalidad
en si misma.
Las motivaciones para la ayuda encontramos en las religiones monoteístas ligados a
la obligación moral de la limosna:
21
‐ en el Islam, el zakat es uno de los cinco pilares y está descritos de manera
normativa sobre todo también en relación con el ramadan y se recauda en
muchos países como un impuesto, no como un donativo voluntario.
‐ El Cristianismo acentua la implicación personal en la limosna, no solamente el
factor material. Es resultado de la virtud divina de la caridad, es decir uno de
los frutos y centros de la fe. En este contexto hay que mencionar también la
connotación social, es decir el rico tiene en sus bienes una obligación moral de
reparto, porque los bienes son de todos y el unico dueño es Dios, los
propietarios unicamente son administradores. Es una visión más radicalizada
porque ve en la ayuda al necesitado una posible forma de encontrarse con
es expresión de su esencia.
‐ El Budismo incluye en su enseñanza una virtud de generosidad y de
compasión con los pobres. “dana”, el dar, influye positivamente en el karma.
Riqueza no es negativa, pero puede causar en las personas desorden mental.
En general se promueve el estilo de una vida modesta y sencilla.
‐ El Judaismo promueve también la limosna en diferente formas ritualizadas
(en fiestas y hasta tener en el canon de la Biblia orientaciones de ley). Ha sido
la raíz para el Cristianismo y el Islam en el desarrollo de su pensamiento
acerca de la ayuda. La terminología judía se centra en la justicia (sedaqa), la
virtud de justo que nace de la justicia divina e implica una recompensa para
misericordioso, incluso en su efecto de redimir a los pecados. Estos tres
componentes religiosos se mantienen en todas las religiones monoteístas.
Ayuda organizada e institucionalizada
Todas las religiones hoy en día están desarrollando la ayuda de una manera
institucionalizada – sin lugar a duda un resultado de la convivencia de las
religiones y las influencias de las religiones monoteístas en las demás. La religión
con más carácter institucionalizado de la ayuda es sin lugar a duda el
22
Cristianismo. – aunque no la más antigua. Desde la primera comunidad cristiana
y en el proceso de formar unas estructuras se traduce la práctica jesuana en
componente de todos los ministerios (obispos, sacerdotes y con uno específico de
la ayuda en los diaconos). Aparte de ser una actividad de todas las comunidades
y de los cristianos a título personal, se crea así en el seno institucional de la Iglesia
una estructura para promover la ayuda caritativa que se extiende a partir del
medievo a través de monasterios, sedes episocpales, ordenes de caballeros, obras
de la aristocracia y más tarde un complejo sistema en toda Europa de
organizaciones laicos de heteroayuda y de mutuas hasta el siglo XX con
interrupciones en el siglo XIX por la secularización. Hoy tenemos también una
amplia red de ONGs cristianas, estructuras internacionales y presencia mundial a
través de las Cáritas para la Iglesia Católica y organizaciones semejantes más o
menos ligados a las Iglesias como instituciones, pero generalmente en la línea
ideológica de su Iglesia correspondiente.
El budismo tiene sobre todo a través de sus monasterios y monjes una estructura
de canalizar y promover la ayuda. Actualmente existen también ONGs budistas y
organizaciones laicas como la Buddhist Compassion Relief Foundation de Taiwán
Cheng Yen con el apoyo y donaciones de amas de casa que actua mundialmente
(5 millones de miembros, 30 000 contratados). Estas organizaciones ofrecen
servicios educativos, de salud y de emergencia. Para reflejar la visió del trabajo
presento un extracto de un discurso de Master Cheng Yen sobra la pobreza:
“¿Cómo podemos aliviar a la pobreza? Hay dos tipos de pobreza: la material y la espiritual. La
pobreza material dificulta a la vida, pero la pobreza espiritual puede crear desastres de una gran
empobrecidas espiritualmente pueden ser muy peligrosas. Actualmente, aparte de las victimas de
sequías, inundaciones y terremotos, los destinatarios de la ayuda humanitaria son en primer lugar
refugiados de guerra. Una productividad inadecuada y la destrucción causada por la guerra
conduce a la pobreza material. Pero la pobreza espiritual es la fuente de las guerras y de los
23
conflictos entre las personas. Por esta razón, si queremos aliviar a la pobreza material, el mejor
camino para los lideres religiosos es fortalecer a todo el mundo para hacer un vow – transformar al
corazón egoísta que saquea a un corazón compasivo que da y que contribuye. Mientras que los
materialmente ricos por supuesto deberían dar y contribuir, también los materialmente
empobrecidos deberían formar parte en la alegría de dar según sus posibilidades. Si podemos
promover ampliamente este dar y contribuir, no solamente podríamos aliviar la pobreza material,
sino también resolver el problema de la pobreza espiritual. Solamente en este camino hay una
esperanza para una paz duradera en el mundo.” (Cheng Yen: The Mission of World Religious
Leaders in the 21th Century. 2002).
El Islam en su proceso de modernización creó también una red de ayuda
institucionalizada. Un factor que dificulta la colaboración con estas entidades es la
mezcla entre objetivos politicos y religosos, ya que el Islam incluye en la ayuda
también el apoyo a los Yihadistas, los guerreros por la paz. Así por ejemplo las
fallecidos como “martires” en la realización de ataques terroristas. La falta de un
espacio cívico claramente reconocido en muchos países islamicas dificulta la
creación de ONGs. Las organizaciones mundiales religiosas (Liga Mundial Arabe
desde 1962) son políticas y dominadas por Arabia Saudita, igual que la OIC
(Organization of the Islamic Conference). Existe también un Banco Islamico de
Desarrollo (IDB) desde 1973 con destinatarios (56 miembros) solo para los países
Islamicos con la moneda Dinar islamico. También hay un Fondo Solidario
Islamico (ISF) desde 1974 con un program en 2008 de 10.000 millones de USD y
dos enfoques en los países miembros: “the Vocational Literacy Program for
Poverty Alleviation (VOLIP) and the Microfinance Support Program (MFSP)”. El
primer porgrqama de alfabetización promueve una formación bilingüe entre la
lengua oficial y el arabe. Sería interesante conocer también la postura y la
ejecución de los proyectos en entornos de lenguas indígenas. India con la segunda
población musulmana más grande en el mundo queda todavía excluida de estas
organizaciones.
24
Las organizaciones judías tienen un enfoque semejante a las organizaciones
cristianas. Aunque no existe una estructura tan centralizada como en las
organizaciones cristianas, podemos encontrar una amplitud de servicios sin la
intención o reducción a la propia comunidad.
25
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