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INTRODUCCIÓN

Pese a que en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 el derecho a una


vivienda adecuada fue reconocido como parte del derecho a una vida adecuada, en diversos
países del mundo existe un déficit de vivienda, ya sea de forma cualitativa o cuantitativa
(Lalande,2018). Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU,2019) por medio de
su Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) para el
2030 el 40% de la población mundial necesitaran acceso a una vivienda adecuada. Por
consiguiente, el Comité de las Naciones Unidas de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales definió siete características que una vivienda debe tener para ser adecuada: “la
seguridad de la tenencia, la disponibilidad de servicios, asequibilidad, habitabilidad,
accesibilidad, ubicación y la adecuación cultural” (2010, p.4).

Lamentablemente, según el Instituto de Estadísticas e Informática (INEI) en su Encuesta


Nacional de Hogares (ENAHO) del 2018, en Perú el déficit habitacional es de 1.1 millones
de viviendas. Asimismo, de esta cifra el 77% pertenece a un déficit cualitativo, teniendo
como mayor problema el hacinamiento de viviendas con un 49%. Mientras que el 23% que
pertenece al déficit cuantitativo que incluye un 22% de hogares sin vivienda. Solo en Lima
Metropolitana el déficit habitacional es de 612,464 viviendas de los cuales 41% tiene un
déficit cuantitativo y el 59% un déficit cualitativo (ENAHO, 2016). Dentro de ella y los 43
distritos que la componen, acorde con HGP GROUP (2016), el distrito con mayor déficit
habitacional es San Juan de Lurigancho con 15.6%, luego esta Ate con 8.5%, San Martin de
Porres con 7.2%, Comas con 7%, Villa María del Triunfo con 6.6%, Villa el Salvador con
6.2% y San Juan de Miraflores con 6%. Además, tenemos en la posición décimo cuarta a
Lima Cercado con 2.5%, siendo el distrito de Lima Centro que mayor déficit habitacional
posee.

En el caso del distrito de Cercado de Lima existe un déficit habitacional de 9686 de los
cuales 63% es de forma cualitativa y el 37% cuantitativas (HGP GROUP, 2016). La
particularidad de este distrito es que el 32% de él es parte de Centro Histórico de Lima (CHL)
(Municipalidad de Lima, 2016), el cual es declarado por parte de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio
Cultural de la Humanidad en 1991. A pesar de esto, en los años siguientes a la declaración,
el CHL se ha ido deteriorando hasta el 2008 cuando el CHL fue publicado en la lista de

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World Monuments Fund (WMF) World Monuments Watch, en la cual se evidenció el estado
de amenaza en que se encontraba, es a partir de este evento que las autoridades ponen
atención al CHL, promoviendo actividades y gestionando mejor esta zona. No obstante, el
CHL está en riesgo de no ser calificado como ciudad viva, debido a la museificación y
turistificación de la zona. (PROLIMA, 2018)

Según el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima


(PROLIMA, 2018), el 45% de los inmuebles están declarados inhabitables y el 55% de ellos
en estado de conservación malo son de uso residencial. Además, acorde con la información
de los censos entre 1981 y 2017 (INEI, 2017) la población residente se redujo en más del
30%. Aun con estas cifras, la mayoría de viviendas ubicadas en las zonas de Barrios Altos,
Monserrate, y el Rímac se encuentran tugurizadas y la mayoría de ellas no cumplen con las
condiciones de una vivienda adecuada (ENAHO,2018). Debido a que nos encontramos en
un emplazamiento estrictamente limitado por su categoría de Centro Histórico, el reciclaje
de arquitectura es una opción sustentable en el área, considerando que el reciclaje de
arquitectura es realizar un proceso por el cual el inmueble en uso pueda ser reutilizado,
cumpliendo la misma función o no, iniciando así un nuevo periodo de vida (Chancón, 2008).

En definitiva, ante esta problemática se propone el desarrollo de una investigación dirigida


a la mejora de la calidad de vivienda, específicamente la tipología de Vivienda Social para
la población vulnerable que reside en esta zona, considerando al Reciclaje Arquitectónico
como estrategia de inserción a un entorno como el del CHL, para que éste sea considerado
un centro vivo y favorecer a la conservación del patrimonio inmaterial que los vecinos
proveen. Por otro lado, esta investigación tiene la finalidad de recolectar todas las
herramientas teóricas necesarias para poder desarrollar un proyecto arquitectónico
coherente.

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