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Tardigrada

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Tardigrada

Rango temporal: Cámbrico-Presente

PreЄ

Pg

N
Hypsibius dujardini en una imagen de microscopio electrónico

Taxonomía

Reino: Animalia

Subreino: Eumetazoa

(sin rango) Bilateria


Protostomia

Superfilo: Ecdysozoa
Panarthropoda

Filo: Tardigrada
SPALLANZANI, 1777

Clases

 Heterotardigrada
 Mesotardigrada
 Eutardigrada

[editar datos en Wikidata]


Johann August Ephraim Goeze.

Los tardígrados (Tardigrada), llamados comúnmente osos de agua debido a su


aspecto y movimientos, constituyen un filo de ecdisozoos dentro del reino animal,
caracterizado por ser invertebrados, protóstomos, segmentados y microscópicos
(de 500 µm de media).1 Además se agrupan dentro del gran grupo de
los panartrópodos por presentar caracteres que sugieren que comparten un
antecesor común con los artrópodos, junto a los onicóforos.
Fueron descritos por primera vez por Johann August Ephraim Goeze en 1773, el
cual los denominó como oso de agua (del alemán Kleine Wasser-Bären,
literalmente ‘ositos de agua’) y hace referencia a la manera en la que caminan,
similar al andar de un oso. Más tarde, el término tardígrado (que significa ‘de paso
lento’) fue dado por Lazzaro Spallanzani en 1777 justamente debido a la lentitud
de este animal.
Son organismos extremófilos (resistentes a condiciones extremas), con
características únicas en el reino animal como poder sobrevivir en el vacío del
espacio o soportar presiones muy altas de casi 6000 atm2; pueden sobrevivir a
temperaturas de -200 °C y hasta los 150 °C,3 a la deshidratación prolongada
(pueden pasar hasta 10 años sin obtener agua) 45 o a la radiación ionizante.6

Índice

 1Características generales
 2Estructura
o 2.1Aparato digestivo
 3Resistencia a condiciones extremas
o 3.1Criptobiosis
o 3.2Exposición espacial
o 3.3Radiación ultravioleta
 4Filogenia y sistemática
 5Referencias
 6Enlaces externos

Características generales[editar]

Tardígrado visto bajo el microscopio óptico.

La mayoría de los tardígrados son terrestres y habitan fundamentalmente en


los musgos, líquenes o helechos, aunque también pueden llegar a habitar aguas
oceánicas o de agua dulce, no habiendo rincón del mundo que no habiten. Los
especímenes adultos más grandes pueden verse a simple vista porque llegan a
alcanzar un largo de 0,5 mm de media,1 sin embargo, los más pequeños pueden
medir 0,05 mm solamente.
Son de forma ovalada o alargada, pueden entrar en criptobiosis (metabolismo
reducido) y se alimentan succionando líquidos vegetales o animales. Además de
tener células eucariotas, poseen cutícula no quitinosa, aunque pueden mudar. Se
conocen más de 1000 especies de tardígrados.7 Algunos autores todavía los
consideran una clase de artrópodos.
Los tardígrados están formados por unas mil células y algunas especies
son eutélicas, es decir, mantienen constante el número de células durante su
desarrollo.1 Sin embargo, según otras fuentes el número de células es de unas
40 000. 8
Algunos tardígrados ponen sus huevos a la vez que mudan la cutícula (cubierta
externa), de tal forma que la puesta queda alojada en la cutícula de la que acaban
de desprenderse, que le servirá de protección.9

Estructura[editar]
Imagen SEM de Milnesium tardigradum en estado activo.

Dotados de simetría bilateral, con la zona ventral aplanada y la dorsal convexa, los
tardígrados constan de cinco segmentos no diferenciados. Un segmento cefálico
poco diferenciado de forma roma que contiene la boca (con un par de estiletes
internos) y, en ocasiones, puntos o manchas oculares y cirros sensoriales. Los
cuatro segmentos restantes tienen cada uno un par de patas ventrolaterales
terminadas con garras (entre cuatro y ocho) o con ventosas; normalmente los
primeros tres pares se destinan a la locomoción mientras que el cuarto sirve para
anclarse al sustrato dado que los tardígrados son extremadamente ligeros e
incluso una leve brisa puede arrastrarlos fácilmente. La cutícula no quitinosa
exterior que los recubre puede ser de una gran variedad de colores. Los
tardígrados son ovíparos, dioicos y experimentan un desarrollo directo, sin fases
larvarias. Carecen de sistemas circulatorio y respiratorio, pero sí disponen de
aparatos nervioso, excretor y reproductor.9 Poseen unas células (matoxistemas)
[cita  requerida]
 que les permiten sobrevivir en cualquier medio ya sea: agua, aire, vacío,
etc.
Aparato digestivo[editar]
Lo más destacado del aparato digestivo es su estructura bucal. Se caracteriza por
una abertura bucal o probóscide formada por unos tres anillos de cutícula
incrustada hacia la cavidad interior, que continúa con una faringe tubular y
después una succionadora, en la que hay unos potentes músculos circulares que
hacen los movimientos de succión. En esta musculatura hay unas estructuras
esclerotizadas denominadas macroplacoides, que dan rigidez a la estructura y
además suponen un punto de inserción para los músculos suctores. A la
estructura de la boca va asociada dos estiletes punzantes que están asociados a
músculos retractores y protractores. Su función es atravesar las paredes de
los vegetales de los que se alimenta y succionar los fotosintatos. Los estiletes en
reposo se encuentran embebidos en las glándulas salivales, las cuales son las
encargadas de secretarlos de nuevo, junto con el resto de la estructura bucal, tras
la ecdisis (proceso de muda).
Los tardígrados se alimentan
de bacterias, algas, criptógamas, rotíferos, nemátodos y otros invertebrados
microscópicos. Normalmente sorben sus células pero en ocasiones ingieren los
organismos completos.

Resistencia a condiciones extremas[editar]


Criptobiosis[editar]

Echiniscus testudo.
Tal vez la cualidad más fascinante de los tardígrados es su resistencia y
capacidad, en situaciones medioambientales extremas, de entrar en un estado de
animación suspendida conocido como criptobiosis o estado anhidrobiótico.
Mediante un proceso de deshidratación, pueden pasar de tener el habitual 85 %
de agua corporal a quedarse con tan solo un 3 %. En este estado el crecimiento,
la reproducción y el metabolismo se reducen o cesan temporalmente y así pueden
pasar hasta 4,4 años.10 En 2016 científicos del Instituto Nacional de Investigación
Polar de Japón (NIPR) consiguieron reanimar a ejemplares que llevaban más de
30 años congelados.1112
Esta resistencia permite a los tardígrados sobrevivir a temporadas de frío y
sequedad extremos, radiorresistencia a la radiación ionizante y resistencia al calor
y la polución. Existen estudios que demuestran que, en estado de metabolismo
indetectable, pueden sobrevivir a temperaturas que oscilan entre los –20 °C13 y los
100 °C.14 En condiciones de laboratorio extremas parece que pueden sobrevivir a
temperaturas entre -273 °C, casi el cero absoluto,15 y 151 °C.16 Asimismo se indica
que pueden sobrevivir a la inmersión en alcohol puro y en éter. Científicos rusos
afirman haber encontrado tardígrados vivos en la cubierta de los cohetes recién
llegados de vuelta del espacio exterior. Recientes investigaciones demuestran que
son capaces de sobrevivir en el espacio exterior.17
En 1948 la bióloga italiana Tina Franceschi rehidrató unos tardígrados
procedentes de una muestra de musgo seca, conservada en un museo desde
1828. Al cabo de doce días, uno de los ejemplares mostró algunos ligeros signos
de movimiento, después nada.18 Las observaciones de Franceschi fueron muy
exageradas en las citas subsecuentes, afirmándose en numerosos trabajos,
aunque sin fundamento real, que los tardígrados pueden revivir tras permanecer
120 años en estado de criptobiosis.19

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