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En esta ocasión veremos brevemente las costumbres alimentarias de la Grecia Clásica, y como en ellas se entrelazan aspectos de la sociedad, la cultura

y la economía de la
época (Imagen 1).

La dieta de los antiguos griegos estaba conformada por los alimentos más comunes de la región mediterránea: pan de trigo, aceite de oliva y el infaltable vino (Imagen 2). A
esto se suma una ingesta variable de carne y pescado, que dependía del poder económico de cada familia. Sus comidas diarias se dividían en tres: un desayuno ligero en la
mañana, un almuerzo a mitad del día y una cena al caer la noche, que constituía la principal comida de la jornada.

Para los griegos la comida y especialmente los banquetes fueron fundamentales para afirmar el papel del individuo en la sociedad. Puesto que era en estas fiestas donde se
establecían los vínculos entre los diferentes grupos y familias. A la vez estos banquetes eran uno de los pasatiempos favoritos de los griegos donde abundaban la comida, la
bebida y diferentes formas de entretenimiento (Imagen 3).

Al igual que en otras culturas, para los antiguos griegos la comida era un arte, un lugar de negociación de identidades de familia, género, etnia y religión. Entre estas destaca
la relación entre la alimentación y el género, puesto que el abastecimiento de los alimentos para el hogar era una de las tareas más importantes de las mujeres como
señoras del oikos, mientras que los hombres eran generalmente los que producían y consumían estos alimentos (Imagen 4). De esta manera en las comidas diarias estas
identidades de género se manifestaban de forma asimétrica y a la vez complementaria.

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