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LA ENSEÑANZA DIGITAL, LOS CAMPUS VIRTUALES Y LA

GEOGRAFÍA- Horacio Capel

 
La enseñanza digital, los campus virtuales y la geografía (Resumen).
 
La Web 2 ha permitido formas nuevas de colaboración a través de Internet, lo que está
teniendo un fuerte impacto en la educación. El trabajo de profesores y estudiantes se ve
profundamente afectado con la disponibilidad de recursos electrónicos y la creación de
campus virtuales en prácticamente todas las universidades. Los geógrafos fueron
conscientes desde muy pronto de las potencialidades de la WWW y de la utilidad de ésta
para el estudio de su ciencia. Al mismo tiempo, el impacto de las nuevas tecnologías
geográficas ha producido una revolución tecnológica en la disciplina. En el artículo se
presentan algunos Departamentos Virtuales de Geografía y sitios apropiados para obtener
materiales diversos sobre esta ciencia.
 
Palabras clave: enseñanza digital, aprendizaje electrónico, campus virtual, Departamento
Virtual de Geografía.
 

 
E-learning, virtual campuses and geography (Abstract).
 
The Web 2 has allowed new forms of collaboration through the Internet, which is having a
major impact on education. The work of teachers and students is deeply concerned with the
availability of electronic resources and the creation of virtual campuses in virtually all
universities. Geographers were aware very early of the potential of the WWW and the
utility of this for the study of science. At the same time, the impact of new geographic
technologies has produced a technological revolution in the discipline. The article presents
some Virtual Departments of Geography and appropriate sites for various materials on this
science.
 
Key words: e-learning, digital learning, virtual campuses, Virtual Geography
Department.      

A partir de 2004, lo que se ha llamado la Web 2.0 ha dado lugar a cambios muy


importantes en Internet, con el desarrollo de formas nuevas de colaboración en red. Los
usuarios intervienen de forma activa, contribuyendo a introducir datos y a modificar los
existentes, y estableciendo relaciones en la red. En el campo de la educación el impacto de
la Web 2.o se ha dejado sentir de forma destacada. Ha permitido renovar tradiciones que,
en algunos casos, habían sido ya propuestas por los pedagogos, pero adquieren ahora una
nueva dimensión.
 
Los jóvenes son hoy los protagonistas y, más importante aún, los usuarios futuros de todos
esos cambios. Pero existe el peligro de la ruptura en la transmisión de conocimientos, de la
pérdida de muchas capacidades para juzgar las noticias o las informaciones, para
discriminar entre las de calidad o las que no la tienen.
 
La geografía es una de las disciplinas que más se han visto afectadas por los cambios en la
Web, debido a la disponibilidad de datos, mapas y fotografías en Internet  y a la amplia
difusión de las tecnologías de la información geográfica.
 
 
La Web 2.0 y la educación en colaboración
 
El mundo en que vivíamos los que somos inmigrantes digitales era muy diferente al de hoy:
la información era escasa y hoy superabundante; frente a cambios relativamente lentos, hoy
cambios rapidísimos; frente a redes sociales reducidas y espacialmente concentradas, hoy
redes sociales amplias, densas y que pueden extenderse a casi todo el mundo. Desde las
décadas de 1980 y 1990 la generalización de los ordenadores, con su capacidad para
almacenar y tratar información, la puesta en marcha del correo electrónico, que permite
intercambiar mensajes y anexar documentos, la generalización de Internet y de los
buscadores, con la posibilidad de acceder a una enorme cantidad de datos de forma
prácticamente gratuita y, finalmente, la conexión de los teléfonos móviles y los ordenadores
han significado cambios asombrosos. Todo ello ha tenido impactos evidentes en el acceso y
en la utilización de la información disponible.
 
 
Cambios en la sociedad
 
Desde la década de 1990 se viene anunciando una profunda transformación de las ciudades,
y de la sociedad en general, como consecuencia del desarrollo de las tecnologías digitales
de la información y la comunicación. Algunos de han previsto ya con anticipación
desarrollos futuros, que, en algún caso, están llegando antes de lo imaginado.

Formas nuevas de organización social han dado lugar a una nueva ciudad que difunde aún
más el consumo y convierte los ámbitos privados en públicos y puede transformar el ocio
en trabajo. “Ciudad informacional”[1], “networked city”[2], “ciudad en red”, “telépolis” y
otros términos son un reflejo de estos cambios. Javier Echevarría propuso en 1996 una
sugestiva metáfora para esa ciudad: "las regiones y los países son simples manzanas y
barrios de Telépolis", en donde “la vida a distancia” sería una característica básica de los
habitantes[3].  Las e-topías sobre las ciudades futuras tienen que ver con aspectos nuevos
como las modificaciones en los vínculos entre personas y entre lugares, los cambios en el
régimen espacio-temporal de los fenómenos, la desmovilización (la gente se moverá menos
y se comunicará más, con cambios en la centralidad), la provisión de servicios o
mercancías, dirigidas a segmentos de consumidores o incluso totalmente personalizadas, el
funcionamiento, la relación cada vez más diferente entre trabajo y hogar, todo lo cual está
afectando a la vida social y al mismo diseño de la arquitectura y de la ciudad[4] .
Un cambio fundamental es que la conexión a la red puede hacerse hoy a gran velocidad, y
que han disminuido los costes de almacenamiento. Por un lado, desde la última década del
siglo XX la información accesible a través de Internet ha aumentado inmensamente. Pero,
además, la tecnología es hoy muy flexible, y los usuarios no la han de crear, sino
simplemente utilizar. Es el nuevo contexto de lo que se ha llamado la Web 2. Los
programas y aplicaciones están conectados a Internet permanentemente, pueden ser
utilizados y enriquecidos por otros programadores. Están en línea, siempre en construcción,
mejora y actualización. Los datos y programas están en otros servidores (“en las nubes”) y
son accesibles, no hay que comprar el CD y cargarlo en el ordenador, y se usan y actualizan
constantemente. También es posible el trabajo colaborativo, en línea, la corrección
permanente, la creación de wikis[5].
 
La difusión de los teléfonos móviles ha abierto nuevas posibilidades en el acceso a Internet,
y en la transmisión de datos y noticias. Hoy se puede ya obtener información con las
cámaras fotográficas incorporadas a los teléfonos móviles: Wikitude hace posible agregar
una capa de información a lo que se capta de cualquier lugar que se visualice con la cámara
del móvil, conectando con los 600.000 lugares que ya poseen longitud y latitud
en Wikipedia y obteniendo información también de otras bases de datos[6].
 
Se puede también conocer la posición geográfica de un teléfono móvil, lo que ya utilizan
ampliamente los ejércitos y la policía, pero todavía difícilmente los científicos en sus
investigaciones. Supone cambios importantes y la posibilidad de aplicarlo a investigaciones
nuevas, como por ejemplo el movimiento diario de las personas.
 
La difusión de los teléfonos digitales móviles de banda ancha y alta velocidad y los
ordenadores móviles están dando paso a lo que se ha denominado una sociedad en red
móvil, conectada permanentemente a Internet y con la posibilidad de acceder desde ellos a
programas y procesadores en las bases de datos situados en otros servidores, y no en el
propio ordenador[7]. El número de teléfonos móviles en el mundo ha pasado de 56
millones en 1994, a 1.198 en 2004, a 2.200 en 2006 y a unos 3.000 millones en la
actualidad[8].
 
Los ordenadores y los teléfonos móviles, como los automóviles, la televisión y tantas otras
innovaciones técnicas, han sido caros al principio, pero hoy se han difundido a amplias
capas de la población, no solo de las clases medias sino también populares. Se utilizan
ampliamente en los países desarrollados, pero han entrado también masivamente en algunos
de los menos desarrollados. Todavía hay una divisoria o brecha digital (virtual divide), que
impide el acceso de una parte de la población mundial a las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación[9]. Existe entre personas con un nivel de educación y los
que no la tienen, entre jóvenes y mayores, entre personas con recursos económicos (que les
permiten tener ordenadores y acceso a Internet) y los que no los poseen, entre los habitantes
de grandes ciudades y de pueblos o áreas rurales, entre países ricos y pobres. Aunque se
hacen esfuerzos por limitar la brecha a través de la educación, sigue habiendo diferencias
importantes, especialmente las que hay entre países ricos y pobres. Pero los ritmos de
crecimiento y de conexión a las redes son superiores a los de cualquier otra tecnología en el
pasado. El acceso y la capacidad de trabajo se hacen ubicuos, con posibilidad de conexión
desde muchos puntos del planeta, y desde casi cualquier punto en los países más
desarrollados.
 
Especial relevancia ha tenido el desarrollo de los Sistemas de Información Geográfica y de
las Tecnologías de la Información Geográfica[10]. Los SIG han evolucionado mucho, a la
vez que cambiaban las tecnologías de la información en las últimas dos décadas. Pero hoy
pueden hacerse preguntas sobre si los SIG “van a desaparecer, formando parte de un
ambiente inteligente”, y si las teorías de SIG desarrolladas durante el primer y el segundo
paradigma computacional son apropiados para un nuevo futuro geoespacial de computación
ubicua (ubiquitous computing)”. Entre los cambios que se anuncia se encuentra el
crecimiento explosivo de datos de gran heterogeneidad y complejidad, disponibles en 
tiempo real y en el momento necesario (real-time data acquisition, RTDA), y la cartografía
en el tiempo preciso (just-in-time mapping, JITM), todo lo cual obliga a adaptar los
sistemas de información geográfica a esta nueva situación[11], en la que, además, los
ordenadores tendrán pantallas táctiles[12] y la posibilidad de actuar sobre ellos con la voz,
y muy posiblemente en el futuro, con el pensamiento.
 
Los geógrafos Michael F. Goodchild y Daniel Z. Sui han aluido en varias ocasiones al libro
de Tom Sigfried, The Bit and the Pendulum: From Quantum Computing to M Theory. The
New Phsicis of Information (2000, del que existe una versión portuguesa). Estos autores,
han otorgado una gran importancia a la metáfora del ordenador, que se utiliza a veces como
sustituto de la naturaleza, y más concretamente al hombre y al cerebro humano. Es posible
escuchar incluso en la televisión a neurólogos que tratan de explicar al público los
problemas del cerebro, y que hablan de él como si fuera un ordenador, aludiendo a archivos
destruidos y a conexiones que se pierden.
 
Gracias a los innovadores y a las tecnologías de la comunicación y la información, a la
biotecnología, a la ingeniería genética y a otras innovaciones, la posthumanidad y la
postnaturaleza están ya entre nosotros. Con interacciones personales a través de una
tecnología inserta en el ambiente, y con múltiples conexiones personales; desde teléfonos
móviles a microchips integrados en las personas, primero en los trajes y luego,
probablemente, en el cuerpo, con lo que los hombres se convertirían, tal como se viene
anunciando desde hace tiempo, en auténticos cyborgs[13]. Muy probablemente, los
ordenadores, “que eran una herramienta para el estudio del mundo, han pasado a formar
parte del mismo mundo”[14].
 
Naturalmente, todo ello está teniendo consecuencias también en la enseñanza. Las
posibilidades que ofrece Internet y, en los últimos años, la Web 2, está obligando a cambios
de gran trascendencia en la educación.
 
 
Cambios en la educación
 
Hoy se acepta que la educación no es un proceso limitado a la edad juvenil, sino que es
continuo y durará toda la vida de las personas[15]. Internet es un instrumento admirable
que puede ser utilizado para ayudar a las enseñanzas, seguir el trabajo de los alumnos y
realizar la evaluación continua del aprendizaje. El uso de Internet ha permitido revolucionar
la educación, con la importancia creciente de la enseñanza digital o virtual (en inglés e-
learning).
 
Ésta constituye hoy un objetivo de los Ministerios de Educación de todos los países, y en
particular de la Unión Europea; desde 1999 la Declaración de Bolonia se ha planteado la
creación de un Espacio Europeo de Educación Superior, que será realidad en 2010. 
 
Entre los objetivos de la Declaración de Bolonia está la unificación de programas para
facilitar la movilidad de los estudiantes. Dicha movilidad puede ser física, pero también
virtual, con la ventaja de que esta última es menos costosa.
 
Existen asimismo iniciativas financiadas por la Comisión Europea, para aumentar el
número de países no europeos que se beneficien de los postgrados ofrecidos en la UE. Entre
los instrumentos creados para facilitar la movilidad virtual universitaria se
encuentra Netactive[16].

Por otra parte, la Comisión Europea ha apoyado desde 2005 el proyecto iCamp dentro del
programa para la Tecnología de la Sociedad de la Información, un proyecto que trata de
impulsar una infraestructura de colaboración y redes entre países y disciplinas en educación
superior, desarrollando nuevos modelos pedagógicos que usan las tecnologías de la
información y la comunicación así como los principios de la Web 2[17].

Las Universidades se están adaptando a esos objetivos, con la creación de espacios virtuales
de enseñanza, disponibles para los estudiantes de su propia universidad y de otras. Se
estimula, e incluso se hace obligatoria, la publicación electrónica de los dosieres preparados
para la enseñanza, la puesta a disposición de la comunidad universitaria de materiales
escritos, documentos, imágenes y videos, utilizables en la docencia.
 
Todas las universidades están creando su Campus Virtual. El de la Universidad de
Barcelona, como los de otras, es un entorno de aprendizaje en línea, que se adapta a las
necesidades del aprendizaje presencial, semi-presencial y a distancia[18]. Desde el curso
2007-08, el campus permite el acceso rápido a instrumentos de gestión, comunicación y
evaluación:
 
“la dinámica del Campus Virtual se desarrolla en la aulas virtuales, en un espacio propio
llamado curso, que permite, por medio de sesiones autentificadas, la publicación de
materiales docentes; el trabajo colaborativo del alumnado y el profesor; la comunicación a
través de listas de distribución, forums, chats, mensajería interna; el diseño y el seguimiento
de las calificaciones; el control de la actividad del alumnado; la realización de copias de
seguridad; y la restauración de cursos”.
 
El curso está disponible las 24 horas y se utiliza para impartir asignaturas y para las
tutorías. Permite el uso de documentos multimedia, video, audio en tiempo real, la creación
de cursos web, foros y wikis.
 
En la situación actual puede imaginarse que la mayor parte de las universidades tienen ya, o
están organizando, sus campus virtuales[19]. El profesor ha de contar con eso, y ha de
seguir los trabajos de los alumnos, utilizando el correo electrónico y las plataformas
disponibles en cada caso. Los ordenadores permiten llevar un control muy grande del
avance de las enseñanzas, de la asistencia a clase, del progreso de los estudiantes.
 
Se está prestando creciente atención a las comunidades virtuales de aprendizaje, las
interacciones que en ellas se producen, sus implicaciones en la enseñanza, las experiencias
de aprendizaje combinado o mixto, el funcionamiento de los foros de debate temático, con
la creación de blogs interactivos que afectan a los conocimientos de los estudiantes y
retroalimentan, al mismo tiempo, la experiencia del profesor[20].
 
Cualquier estudiante se puede poner en contacto con el profesor, lo cual resulta muy
estimulante, ya que son, generalmente, los jóvenes quienes tienen las nuevas ideas y la
mayor capacidad de innovación. Si los estudiantes crean redes de amistad y de intercambio
de información (a través de Facebook, de Twitter, de Tuenti, y otras), el profesor ha de estar
en condiciones no solo de crearlas, sino también de gestionarlas y orientarlas. Ha de
estimular y facilitar al mismo tiempo el trabajo colaborativo de estudiantes entre si y con
los profesores. Todo ello forma ya parte de la fase colaborativa, propia de la Web 2.
 
La estructura de la clase ha cambiado profundamente con estas innovaciones. Crece
rápidamente el uso de imágenes que pueden obtenerse en la red, de animaciones, de juegos
y de simulaciones especialmente diseñados para la enseñanza de un tema.
 
La importancia del aprendizaje electrónico está ya bien demostrada. Las investigaciones
que se van realizando parecen indicar que hay una satisfacción generalizada entre los
estudiantes que utilizan estos sistemas de aprendizaje[21], e incluso que a veces los
prefieren[22]. Pero requiere nuevas destrezas por parte de los profesores para su uso y para
la selección de los contenidos, el diseño de materiales, ejercicios y evaluaciones.
 
La utilización de plataformas de gestión de aprendizaje, tales como Moodle (moodle.org)
[23] y otras, está especialmente recomendada, pero necesita de un esfuerzo del profesor,
especialmente si es inmigrante digital. Se trata de cuestiones que a veces escapan a sus
destrezas y que requerirían de ayudas especializadas, que no siempre se tienen en la
Universidad ni, menos aun, en los Institutos de Enseñanza Media o centros de educación
básica, aunque pueden encontrarse fácilmente en la red[24].
 
 
El papel del profesor
 
Con la generalización de los ordenadores y del uso de Internet ha tenido lugar una
reformulación del papel del profesor en la enseñanza. Además de los conocimientos de la
materia que imparte, necesita también habilidades en el manejo de estos instrumentos.
Aspectos como el diseño, la navegabilidad, las instrucciones de uso y otros requieren una
amplia dedicación. El profesor es un guía para diseñar y orientar en las estrategias de
aprendizaje, y los alumnos aprenden más en colaboración que de forma individual[25]; y
continuarán aprendiendo durante toda su vida.
 
El papel del profesor ha cambiado de forma radical. El hecho más importante es, tal vez,
que ha perdido el control y el monopolio de la información. Antes los alumnos dependían
de la bibliografía del profesor; ahora se apoyan en buena parte en su propia capacidad de
búsqueda en Internet.
 
Los nativos digitales están habituados a buscar y seleccionar los conocimientos que
necesitan. Saben integrarse en redes dispersas geográficamente, y crearlas. Los jóvenes se
fían de otros jóvenes, hablan con ellos, les preguntan qué han de leer, dónde deben
matricularse, qué másters son los buenos, qué oportunidades de trabajo existen. Esos
jóvenes pueden difundir las informaciones científicas que poseen, y se hacen creadores
cooperativos. El profesor puede perder autoridad, si no muestra saber moverse con soltura,
si no puede decir al estudiante cosas que no se encuentran en ella, acompañándole, además,
en su uso.
 
La actualización de los profesores exige un esfuerzo importante y, aunque muchas
universidades ofrecen cursos para la formación y la adaptación docente, o para que puedan
usar los nuevos recursos en la enseñanza, la tarea parece inmensa. A veces es difícil saber
cual de las habilidades que se enseñan es la más adecuada a las tareas que se realiza. Por
ejemplo, entre las que ofrece para los profesores la Universidad de Barcelona (Cuadro 1).
 
 
Cuadro 1. Formación de profesorado de la Universidad de Barcelona.
Cursos ofrecidos en enero y febrero de 2009.
 
1. Planificación y metodologías
docentes                                                                  Horas
Trabajo en equipos docentes 12
Habilidades directivas en el entorno universitario. Liderazgo situacional 8
Cómo introducir las competencias transversales en las materias  
 correspondientes al grado 8
Liderazgo de equipos docentes 16
   
2. Estrategias de aprendizaje activo  
Introducción al estudio de casos como método de enseñanza 8
Papel del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje    
Claves motivacionales del profesor en el aula 10
Motivación del aprendizaje en el contexto universitario 10
Aprender a pensar y enseñar a pensar: desarrollo del pensamiento creativo 12
Aplicación de los mapas conceptuales, como recurso docente, en las  
clases universitarias 10
Formación en el Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP)                                         8+2
Qué son las competencias y como desarrollarlas 5
Metodologías activas para la formación de competencias 8
   
3. Evaluación de aprendizajes  
Exposiciones orales del alumnado universitario como metodología  
docente: planificación y criterios de evaluación 10
Portafolios electrónicos en la docencia universitaria 6
   
4. Desarrollo profesional  
Gestión del tiempo y mejora de la eficiencia 8
Inteligencia emocional para docentes universitarios 16
Coaching para profundizar en la construcción personal como docente 8
Bases de datos y gestión de referencias bibliográficas con el gestor  
Refworks 6
Competencias comunicativas 20
Elaboración de cuestionarios                                                                                 8 + 12
Técnicas estadísticas de segmentación en la investigación 8 
Introducción al programa de análisis de datos cuantitativos con Atlas.ti 05 8
Estadística inferencial con SPSS 30
Competencias éticas en la formación universitaria 9
   
5. Salud laboral  
Daños físicos asociados al trabajo 6
Técnica vocal y oratoria para el profesorado 10
   
6 .Campus virtual  
Curso 0 de iniciación al uso del Campus Virtual 12 + 8
Campus virtual con Moodle                                                                              8 + 20
Gestión de la imagen digital                                                     4 + 20
Calificaciones y escalas                                                                                     4 + 30
 
Fuente: Elaborado a partir de la información del Campo Virtual de la UB
 
 
Con la enseñanza electrónica el papel del profesor no solo no disminuye, sino que se
incrementa. Pero ha de desarrollar otras funciones; ha de ayudar a discriminar entre lo útil y
lo inútil, entre lo veraz y lo que no lo es. Ante la multiplicación de sitios y de páginas web,
hoy es más urgente que nunca la necesidad de tener criterios para valorar la calidad de la
información a la que se accede. Si es importante para todo, más lo es en el trabajo
científico. La distinción entre lo científico y lo que no lo es, lo que tiene calidad y lo que
no, constituye hoy un aprendizaje básico que exige la colaboración activa con los
profesores. 
 
Los estudiantes universitarios pueden estar en clase con su propio ordenador, conectados a
la red, escuchando al profesor y comprobando los datos que aporta el profesor o los autores
que cita. Lo que obliga a los docentes a ser todavía mucho más autoexigentes.
 
El profesor debe superar la información que se tiene por Internet, presentar sus propias
ideas, contribuir a cuestionarlas, estimular preguntas, realizar interpretaciones, debatir o
criticar los datos, contribuir a que seleccionarlas y discriminarlas.
 
Una parte de la información que puede aportar el profesor está ya publicada en la red, en
libros y, cada vez más, en Internet. No es necesario repetir, a no ser para resumir, aclarar o
aportar algo nuevo. El profesor debe explicar lo que está investigando o elaborando y
todavía no está publicado y contestar personalmente o a través de la red a las dudas que se
suscitan, o a las cuestiones nuevas que se plantean.
 
Antes había que enseñar a los estudiantes a usar Internet. Hoy, en cambio, es preciso 
enseñarles que, además de la WWW, hay también otras fuentes de información y que deben
utilizarlas: los libros y las revistas en papel, que se encuentran en las bibliotecas. Y que el
trabajo y el diálogo con los profesores es esencial para su formación.
 
Es evidente que se ha de valorar muy positivamente la existencia de la enseñanza a
distancia en general, y de las Universidades virtuales en particular, en las que la relación se
hace a través de Internet; sin duda supone una oportunidad para que puedan acceder al
saber (e incluso a las titulaciones académicas) muchas personas que tienen limitaciones de
tiempo o espacio para desplazarse. Pero la verdadera enseñanza solo se adquiere con el
contacto personal y el diálogo entre los estudiantes y los profesores. Tal vez convendría
recordar y reivindicar la vieja idea de la Universidad, tal como la formuló en el siglo XIII el
rey de Castilla Alfonso X el Sabio en el código de Las Partidas: “el ayuntamiento de
Maestros e de Escolares  que es fecho en algún lugar, con voluntad e entendimiento de
aprender los saberes”[26].
 
Se repite muchas veces que la universidad actual no necesita de la lección magistral. Pero la
experiencia muestra que ésta también es útil, e incluso es posible que sea higiénica ante la
barahúnda de imágenes, músicas, power point y otros recursos electrónicos. Hay que tener
confianza en la palabra, en el discurso, en la retórica entendida, en el sentido aristotélico,
como la forma natural humana de razonar, el arte de deliberar y opinar, la manera de
dilucidar aquello que puede ser admitido como razonable[27]. Es más necesaria que nunca
la reflexión, el diálogo, el cuidado, el trabajo lento y bien hecho, dejar de lado la prisa.
 
Afortunadamente en la enseñanza española son muchos los profesores que usan
habitualmente Internet. Algunos han pasado de la pizarra y la tiza a las diapositivas y las
transparencias, a la incorporación de videos, y luego al power point, a los archivos en USB,
o incluso a la clase con conexión directa a Internet.  Los profesores, de manera amplia,
incluyen ya sistemáticamente  recursos electrónicos en sus temarios y los jerarquizan de
forma clara. Todo ello contribuye a facilitar la enseñanza y a extenderla. Pero no deberían
olvidar incluir siempre recursos que no puedan obtenerse de forma electrónica, sino que
exijan ir a las bibliotecas, el verdadero despacho del estudiante durante el curso.
 
 
Los alumnos
 
Algunos profesores se quejan de que, en contra de lo que cabía esperar, los estudiantes
pierden la capacidad de discriminación y de investigación. Tenemos necesidad de preparar
a los estudiantes para entender el mundo y para actuar en él; para hacerse preguntas y para
diseñar estrategias que les permitan contestarlas.
 
El uso de Internet ofrece unas posibilidades asombrosas, que han de utilizarse. Los
buscadores son herramientas extraordinarias, inimaginables hace poco tiempo, y que
permiten localizar frases e incluso palabras en el inmenso campo de la web. Puedo contar
una anécdota sobre ello. En una conversación en 2002 el profesor Pedro Álvarez de
Miranda hizo un elogio del sitio web de Geocrítica. Al preguntarle cómo la conoció, siendo
él un filólogo, me respondió que por la búsqueda de la palabra “funepéndulo”, en la que
estaba interesado por su trabajo sobre el léxico científico español del siglo XVIII. La había
encontrado, a través de un buscador, en el problema 3º, del capítulo 4, del libro 3ª, del
tratado de Cosmografía del Curso Matemático que se impartía en la Academia de
Matemáticas de Barcelona en 1776, y que unos meses antes habíamos publicado como libro
electrónico en Geocrítica (http://www.ub.es/geocrit/tcport.htm). Yo mismo no recordaba
esa palabra, a pesar de que, junto con Rafael Alcaide, había  transcrito y estudiado el
manuscrito. Puede suponerse –por ser una palabra poco habitual y en desuso- que él era la
primera, o una de las primeras personas, que la buscaban: que el buscador fuera capaz de
localizarla en un texto de más de 300 páginas que se había publicado poco antes en Internet
(donde había ya varios miles de millones de direcciones electrónicas) es verdaderamente
asombroso. Las mejoras que luego se han ido introduciendo en los buscadores, y la
creación de algunos especializados (como Google Scholar o Académico) los han convertido
en instrumentos extraordinarios e insustituibles para el trabajo.
 
Pero Internet tiene también sus riegos, en el caso de estudiantes inexpertos. Puede dar lugar
a personas que pasan rápidamente de un sitio a otro, que son superficiales, incapaces de
profundizar en un tema hasta agotarlo, que se cansan con la lectura de un libro denso. Se la
ha calificado como la generación del “corta y pega”, que cree que pueden encontrar la
mayor parte del trabajo ya hecho en la red.
 
El profesor debe imaginar actividades y trabajos en los que eso sea imposible. En todo
caso, las copias son cada vez más fáciles de detectar. En el caso de las enseñanzas, y
especialmente en las universitarias, debería exigirse al estudiante un compromiso firmado
de que no se utilizarán materiales sin citar adecuadamente la autoría, con sanciones para el
que lo incumpla[28]. Algunas universidades rastrean la red para localizar plagios de los
estudiantes, y existen empresas (como Turnitin, en California) que pueden certificar la
originalidad de un trabajo, tras buscar en la red, y cuyos servicios han sido contratados por
varios millares de centros en EEUU[29].
 
En la base de ello puede haber un problema más general, que afecta también a la enseñanza.
Es la cultura del todo vale, del plagio, del escaso respeto a los otros, a la propiedad
intelectual. No solo en la red sino en todo. Los estudiantes, y la gente en general, creen que
pueden utilizar cualquier información como si fuera de ellos, sin respeto a la autoría, y de
forma totalmente gratuita. Los jóvenes valoran sobre todo la gratuidad y, al parecer, no
están dispuestos a pagar nada por lo que consumen en la red[30]. Se creen también con
derecho a colgar cualquier cosa en la red, incluso fotos de otros sin su permiso,
informaciones no contrastada o que atentan a la intimidad o al honor.

Lo grave es que esos jóvenes que cuelgan datos y se inscriben en redes sociales que no
controlan pueden ver luego sus datos personales en manos de otros para negocios diversos.
En el entorno digital existen numerosos problemas de los que es preciso ser bien
conscientes: ciberacoso, falta de privacidad, virus informáticos, phishing, suplantación de
identidad, secuestros, prostitución y otros riesgos. Algunas empresas venden luego las
direcciones electrónicas a otros, para la publicidad y otros usos. Hoy el mercado está cada
vez más segmentado y es esencial conocer los diferentes estratos que lo componen, los
gustos de los consumidores para dirigirles personalmente la publicidad. El negocio, como
se sabe, puede estar precisamente ahí.

A los estudiantes se les ha de enseñar a usar Internet correctamente[31], a buscar la


información relevante, más allá de las primeras direcciones que muestra el buscador que
utilizan. Pocos usuarios pasan de la quinta o sexta página que les presentan los buscadores,
y la mayoría, en este mundo de prisas, se conforman con la primera, o incluso, dentro de
ella, las diez primeras referencias. Han de conocer caminos para moverse más allá de los
primeros listados de direcciones que aparecen al realizar una búsqueda, conocer los
buscadores especializados, los diccionarios[32], las bibliotecas virtuales[33] y otros
muchos recursos disponibles. También ser capaces de evaluar la calidad de las fuentes que
localizan y diseñar estrategias de búsqueda para los objetivos específicos que tengan.

También han de conocer las estrategias que se emplean para manipular, para colocar o
ayudar a situar las páginas en primer lugar, por las visitas, y otros factores,
independientemente de su calidad, a buscar la información oculta situada dentro de Internet,
y no accesible en una rápida inspección. Los estudiantes han de ser conscientes de que estar
en la red no garantiza a la adecuada visualización, así como de las manipulaciones que
pueden existir, y que muchas veces existen y sesgan la información. Hablaremos de ello a
continuación.
 
 
La jerarquización en los buscadores

Los algoritmos que usan los motores de búsqueda de los buscadores para medir la
importancia de las páginas web en Internet, jerarquizan generalmente en función del
número de conexiones a una página así como de la relevancia que tienen las páginas que lo
citan. Algunos nodos del sistema actúan como concentradores y redistribuidores (en
inglés hubs), están altamente conectados y redistribuyen los flujos hacia otros que, por ello
mismo, se hacen muy visibles en los buscadores. Hay jerarquizaciones muy fuertes que
introducen sesgos en la visibilidad de la información. Ha de tenerse en cuenta también que
dicha jerarquización cambia  constantemente, en función de la utilización que se hace, y de
otros factores que desconocemos, y que se pretende que son objetivos.

Muchos usuarios piensan que los resultados obtenidos son algo “natural”. Internet se
describe a veces como un medio profundamente democrático, no controlado, con la
posibilidad de acceder gratuitamente a toda la información. Se ha considerado que todo su
contenido es un “bien común”, de propiedad colectiva compartida y acceso libre, aunque se
reconoce que está sometido a restricciones debido a las cuestiones de propiedad intelectual,
y a problemas de seguridad.
 
Es evidente que Internet está controlado gubernamentalmente, como muestran una y otra
vez las noticias sobre intervenciones de gobiernos para censurarlos e intervenirlos. Hay
escasas informaciones sobre los sistemas de control gubernamental que se utilizan en
nuestros países por parte de los organismos de seguridad; como la red de vigilancia y
espionaje denominada Echelon, puesta en marcha por la Red de Seguridad Nacional de
Estados Unidos, Gran Bretaña y algunos otros aliados, para interceptar comunicaciones
electrónicas, y que, al parecer, permite el análisis automático de más de 3.000 millones de
comunicaciones al día. Existen, además otros sistemas de control y vigilancia que emplean
empresas privadas, grupos religiosos, piratas informáticos y otras muchas organizaciones e
individuos[34]. Existen también ejemplos de autocensuras por las empresas, como las que
ha aceptado Google en China.
 
En Internet los buscadores necesitan seleccionar entre una oferta inmensa de elecciones. El
posible caos de la información existente se ve limitado por los buscadores, que contribuyen
a ordenarla; inmensa, aunque no inconmensurable: el número de sitios web existente en el
mundo ha sido calculado por Google en 8.000 millones. La selección y los criterios
utilizados se pueden ver afectados por las decisiones que se toman, y que se incorporan a
los algoritmos elaborados.
 
Dichos algoritmos normalmente no son declarados (para que no puedan ser manipulados
por los usuarios con el fin de situarse en lugares preferentes). Tanto Google como otros
buscadores manifiestan utilizar algoritmos muy refinados que tienen en cuenta más de cien
factores. Así lo hace PageRank, el conjunto de algorimos de Google, que fue elaborado por
Sergey Brin y Lawrence Page en 1999[35].
 
Los códigos utilizados son propiedad de empresas que tratan de obtener beneficios; como
Google, que toma decisiones sobre los lugares y pondera algunos datos. “Mas bien que
espacio público y abierto, Google (mediante el código o la política) determina qué es visto
y qué queda obscuro”[36]. Los buscadores están en manos privadas, que tratan de obtener
beneficios económicos Es obvio que dicha búsqueda de beneficios económicos (o de otro
tipo) puede afectar de forma significativa a la jerarquización de las noticias.
 
Un cierto número de esos factores son conocidos y existe la posibilidad de utilizarlos para
situar una página en primer lugar, existiendo incluso empresas que se ofrecen para realizar
dicha manipulación[37].
 
Algunos sitios son nodos importantes y se lucha por ello. No hay más que ver la obsesión
que tienen algunos portales por convertirse en repositorios de revistas científicas,
incorporando los textos a sus propias bases en lugar de conectar directamente con los
servidores en que éstas se encuentran. Aspecto éste que afecta a la visibilidad de la
información, y que debería ser investigado con detalle, por las importantes implicaciones
que posee.
 
 
Campus virtuales en geografía
 
Los geógrafos fueron conscientes desde muy pronto de las potencialidades de la WWW y
de la utilidad para la enseñanza de su ciencia[38]. Desde fines de 1990 existen ya
propuestas para organizar un campus virtual de geografía, utilizando la red para estimular
las relaciones internas entre los miembros de la comunidad científica y las relaciones
interdisciplinarias con otros especialistas.
 
Al realizar una propuesta de ese tipo, K. Foote (1999) sugirió estrategias y señaló las
barreras existentes. De hecho, era ya la percepción de la posible creación de un Virtual
Geography Department, constituido por todos los investigadores que estaban en relación
electrónica, y la propuesta de sistematizar los materiales para crear un currículo completo
de geografía en la red, sistematizando los materiales y haciéndolos ampliamente accesibles.
 
Al realizar cinco años más tarde un balance de dicha propuesta, David Sui y Richard
Morrill estimaron que la organización de un campus virtual de geografía incluiría la
comunidad virtual de geógrafos relacionados electrónicamente, los sitios web creados por
geógrafos y dedicados a geografía, las revistas geográficas en línea, los programas y
materiales docente de geografía accesibles en línea y los materiales multimedia de
contenido geográfico.
 
Si una de las funciones de la geografía ha sido proporcionar información sobre los lugares
de la Tierra, es evidente que eso se hace ya, en buena parte, a través de Internet, con
desarrollos como los citados, y todos los que ha producido la generalización de las
tecnologias de la información y, en particular, las tecnologías de la información
geográfica[39].
 
La difusión de la información geográfica ha alcanzado hoy niveles muy amplios. La de
carácter geográfico digital  está ya ampliamente incorporada en la vida de las personas que
usan Internet, y que utilizan corrientemente atlas digitales, Google
Earth, Mapquest (http://www.mapquest.com) y otros para la consulta de planes de viajes o
comprobación de noticias de la prensa. La televisión y la prensa da normalmente
información sobre el tiempo atmosférico, y existen incluso canales específicamente
dedicados a ello, con amplio despliegue de cartografía (como The Weather Channel[40]);
en lo que se refiere a la información y previsión del tiempo Internet ha pasado de ser
simplemente un soporte informativo y se ha convertido en un canal temático, y proporciona
una amplia panoplia de imágenes desde satélites[41]. Desde hace algunos años los viajeros
de determinadas líneas de aviación, y los usuarios de ciertos trenes van siguiendo en la
pantalla el mapa del viaje.
 
La geografía es una disciplina especialmente apta para el uso de Internet (fotografías,
películas, imágenes de toda la tierra, Google Earth  y otros).  Internet ha contribuido a
difundir y popularizar los mapas hasta unos extremos antes impensables. Desde mediados de
los años 1990 miles de millones de mapas están disponibles, en formatos diversos (JPG, GIF,
PNG…)[42].  Los servidores de mapas permiten hoy la visualización y utilización de mapas
dinámicos con zoom, cambios temporales, visualización de capas de información.
 
Millones de personas consultan y usan ya esta cartografía de Internet, con cifras que van
creciendo vertiginosamente[43]. Muchos jóvenes, y personas de más edad no utilizan ya
atlas ni mapas de carreteras, sino que emplean hoy directamente Google Maps y Google
Earth como instrumentos para moverse en el espacio terrestre, para buscar lugares de ocio,
hoteles o comercios, para localizar equipamientos de diverso tipo. Los GPS se usan cada
vez más por los conductores de automóviles e incluso por excursionistas, montañeros o
paseantes; los utilizan con objetivos muy diversos, ya que permiten introducir las
coordenadas de un lugar y encontrarlo en otro momento[44].
 
En la red se puede acceder, además, a infinidad de mapas temáticos en los que están
localizados restaurantes, cines, tiendas, apartamentos para comprar o alquilar, mapas de
tráfico. También mapas complejos elaborados por oficinas especializadas, desde mapas del
tiempo a mapas de los departamentos de policía, con la localización de delitos o incidencias
espaciales. Además, a partir de Google Earth o Google Maps los usuarios pueden participar
en la incorporación de datos nuevos a los mapas disponibles.
 
Hay, de hecho, un mercado segmentado de mapas, que los consume con diferentes grados
de complejidad, desde los más generales para situar las noticias de la prensa y televisión, y
los que sirven para el turismo o la movilidad, hasta los que necesitan los organismos
gubernamentales, las empresas y las asociaciones.
 
Instituciones como European Umbrella Organisation for Geographic
Information (EUROGI), a partir de 1993, tratan de difundir el conocimiento de la
información geográfica para su uso por gobiernos, empresas y ciudadanos. También existe
una Global Spatial Data Infrastructure Association (GSDI Ass.) para promover la
existencia de bases de datos espaciales compatibles.
 
Es posible también acceder a bases de datos elaboradas y mantenidas por diferentes
organismos estadísticos y cartográficos, realizando los mapas temáticos que se
necesitan[45]. La UE trata de coordinar las bases de datos espaciales y estadísticas de la
administración pública, enlazarlas, coordinarlas y hacerlas accesibles al público a las
empresas, valorando y explotando económicamente la información disponibles en esos
organismos[46].
 
La creación de infraestructuras de datos espaciales ha ido progresando con iniciativas en
este sentido por parte de los gobiernos de la Unión Europea (Infrastructure for Spatial
Information in Europe, INSPIRE). La asignación de metadatos sirve para buscar en la
información cartográfica archivada en los servidores. A través de los catálogos de la
Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) puede accederse a mapas, utilizando los
metadatos estandarizados, de acuerdo con las normas ISO[47]. En Estados Unidos el
portal Geospatial One-Stop (GEOS)[48] es una iniciativa gubernamental que proporciona
acceso a mapas y otros servicios geospaciales, existiendo asimismo otros muchas de
carácter privado, como ESRI[49]. La necesidad de sistemas integrados nacionales de
información geográfica ha dado lugar a numerosas propuestas en ese sentido.
 
Por otra parte, existen en la red un buen número de empresas que proporcionan imágenes,
algunas facilitadas por satélites que ellas mismas han lanzado[50], y cartografía a diferentes
escalas[51].
 
 
La proliferación de mapas
 
Los geógrafos hacen hoy también gran cantidad de mapas, y a veces parecen considerar que
esta es una tarea que hay que realizar a destajo. Muchas veces se multiplican sin que se
añada nada al conocimiento, con informaciones redundantes, o en ocasiones mistificadoras.
 
El problema es muy grave con la proliferación de programas que permiten realizar
automáticamente mapas como si fueran churros. A partir de los datos que tenemos y que
introducimos en la máquina, delegamos en ella y en el programa la tarea de realizar el
producto y, muchas veces, también el análisis.
 
Los mapas son hoy datos, no dibujos. Se construyen con sensores remotos y tecnologías
SIG, y son elaborados con algoritmos específicos. Se ha llegado a la automatización de los
procedimientos de análisis espacial.
 
Algunos han llamado la geografía automatizada al resultado de la inclusión de las
tecnologías digitales en la investigación geográfica actual con la automatización de los
procedimientos para el análisis espacial[52].
 
Hay que saber para qué sirven los mapas digitales que hacemos. Hemos de rechazar la
multiplicación de mapas y gráficos. Y no hacer ninguno que no se sepa para qué sirve. Ya
Peter Gould llamaba la atención sobre ello hace años, en un artículo publicado en Geo
Crítica[53].
 
Los mapas se presentan a veces como un producto objetivo y científico. Los colores tratan
de separar y contrastar, y se utilizan de formas arbitrarias (y a veces intencionadas con
vistas a la manipulación). Incluso viejos símbolos, criticados hasta la saciedad en tratados
de semiología, se desempolvan y se usan (vacas para el ganado, jeringuillas para las drogas,
casas medio derrumbadas o caras enmascaradas para los robos de distinta naturaleza…).
 
En el caso de planos de ciudades, el espacio se distorsiona de muchas maneras. La forma de
situar los símbolos puede realizarse a partir de direcciones concretas que magnifican las
calles y dejan vacíos los parques, o si se utilizan áreas la configuración y la escala de éstas
afecta al resultado. Puede haber poca relación entre los códigos que utiliza el servicio
postal, las manzanas y los distritos estadísticos que se utilizan para cartografiar los datos y
la vida real del barrio, o los hechos reales que se intenta cartografiar.
 
Esa cartorrea tiene, como todo, consecuencias positivas y negativas. Positivas: familiarizar
con este lenguaje gráfico e icónico, popularizar… hacer accesible información que antes se
obtenía con dificultad, o que es difícil de interpretar en series estadísticas. Pero también
negativas. Se puede representar la actividad social de forma sesgada e incompleta, se usan a
veces datos poco precisos, inexactos, cambiantes, difíciles de localizar, discutibles en
cuanto a su significado, incompletos, sesgados, intencionados, pero que generalmente son
presentados como objetivos, seguros, científicos e incontestables. Una vez localizados
califican y dan atributos al espacio en el que aparecen. Lo cual puede realizarse
inconscientemente por geógrafos poco críticos, o de forma consciente por promotores
inmobiliarios (para valorar o desvalorar determinadas aéreas), por ayuntamientos (para
magnificar su labor) por planificadores (para destacar sus propuestas) o por la policía (para
justificar su actuación, mostrar la extensión de su labor, y obtener más recursos). Es el caso,
por ejemplo, de los mapas de los departamentos de policía de las ciudades norteamericanas,
mapas que han podido tener un objetivo, a veces explícito, de comprometer a las
comunidades vecinales en su propia seguridad, lo que, como se ha señalado, coincide muy
bien con las estrategias de las políticas neoliberales[54].
 
En cualquier ciudad los datos que se incorporan, y a los que se puede acceder a través
de Google Maps, tienen que ver con los hoteles y restaurantes, lugares de diversión, bancos
y otros. Esos datos incorporados llenan de valoración el espacio, lo convierten en seguro o
inseguro, en estimable o no, y afectan al valor del suelo. Es lo que se ha señalado que
ocurre en el Internet Based Neighbohood Systems (IBNIS), que a partir de las opiniones de
los usuarios introduce valoraciones sobre los barrios y vecindades, las cuales acaban por
afectar a las estimaciones de quienes viven en ellos y a los valores del mercado
inmobiliario[55].
 
 
Google Earth
 
Los sitios existentes en Internet con cartografía e imágenes de la Tierra son ya muy
elevados; entre ellos Google Earth, y hoy también Google Ocean. Existen ya trabajos que
muestran la utilidad de dicha herramienta, sobre todo cuando se utiliza con ideas previas
sobre lo que se busca[56].
 
Las implicaciones que han tenido para la enseñanza (y especialmente para la de la
geografía) son enormes. Puede ser interesante referirse también a las posibilidades y los
sesgos de esta herramienta fundamental para los geógrafos. En el caso de Google Earth, el
control de lo que se incluye o no en los mapas lo tiene Google y sus códigos, que no se
hacen públicos. Algunos estudios han dedicado atención a la forma como los intereses
privados y comerciales de la empresa inciden en los contenidos que se incorporan, se
resaltan o se suprimen de esos mapas, y son concluyentes sobre la existencia de
manipulaciones; se han mostrado sesgos en favor de grandes compañías de alcance
nacional, respecto a otras de carácter local[57]. O de sesgos introducidos por otros motivos;
por ejemplo por razones tan nimias como el lugar de nacimiento de un directivo, que
aparece como mapa por defecto al moverse en determinadas regiones norteamericanas.
Todo ello puede interpretarse como un resultado de la capacidad de las grandes compañías
o de los usuarios de Google para manipular sus códigos. A partir de ahí se puede cuestionar
el carácter democrático de Google, sosteniendo que no lo será realmente mientras los
códigos no se conozcan, y mientras estén en manos de una empresa privada que obtiene
beneficios económicos, en lugar de ser controlado por una administración pública o
ciudadana[58]. Internet parece aparentemente democrático, pero no lo es, en el sentido de
que algunos usuarios no tienen acceso a la red, otros no tienen conocimientos, y finalmente
los que intervienen tienen sus propios intereses[59].
 
También es importante la cuestión de cómo se toman decisiones sobre la supresión de
lugares con instalaciones de carácter militar o estratégico que pueden ser objeto de ataques
terroristas (terminales de petróleo, estaciones eléctricas o plantas de energía, tratamiento de
agua, prisiones, presas de embalses...), o las informaciones que han de ser suspendidas
de Google Earth por razones políticas, o por la comunidad de usuarios, pero no por la
racionalidad del algoritmo.
 
Google Earth posee un foro de usuarios para discutir sobre lo que debe o no ser situados en
los mapas[60]. Que dichos foros existan es muy importante, ya que mejora lo que había
antes. Pero se han puesto de manifiesto las dificultades que eso posee y las contradicciones
en el uso, así como las presiones que existen por parte de los gobiernos.
 
En contra de lo que se afirma respecto a la no admisión de informaciones políticas, hay
algunas que pueden considerarse controvertidas o conflictivas sobre determinadas
cuestiones (conflicto palestino-israelí, conflicto chipriota, y otros). A veces hay también
información sobre aspectos discutibles (con referencias a las drogas), o sobre servicios de
prostitución (por ejemplo, en Amsterdam) y otras, lo que va contra las reglas[61].
 
Google Earth  tiene también una dimensión humanitaria. Ha hecho declaraciones sobre la
posibilidad de usar esa tecnología “para la educación y la acción”, y para contribuir a poner
de manifiesto la trascendencia de ciertas catástrofes producidas por determinadas conflictos
internacionales. Por ejemplo, la violencia en determinadas áreas del planeta. Por iniciativa
del United States Holocaust Memorial Museum se puso en marcha el proyecto “Genocide
Prevention Mapping Iniciative”[62], que entre 2004 y 2007 reunió datos sobre la violencia
en Darfur, y llegó a un acuerdo con Google para situar en este medio la violencia en la
región. La experiencia ha mostrado, según algún análisis realizado, el interés de iniciativas
como esas y la importancia de pasar de la simple presentación de fotografías de violencia
sobre el terreno a presentaciones más generales, que hagan conscientes a los ciudadanos de
las causas de los conflictos, de las razones geopolíticas y geoestrategicas que hay detrás de
ellas y del territorio en el que se producen[63]. Pero el desarrollo del proyecto, se ha dicho,
también puso de manifiesto las limitaciones del mismo: si contribuyó a hacer conscientes a
muchos sobre la violencia en Darfur, no ayudó a aclarar las causas del conflicto, ni fue
eficaz en la resolución; era más una visualización que herramientas que muestren la
capacidad para poner en marcha políticas coherentes que condujeran a la paz.
 
 
Las nuevas tecnologías geográficas
 
Entre 1991-2001 ha habido debates sobre el impacto de las nuevas tecnologías geográficas
en la disciplina y se ha pretendido que se ha producido una revolución tecnológica,
primero, una revolución intelectual, después, y finalmente un cambio de paradigma con el
acceso al  paradigma geotecnológico[64].

Algunos de los cambios más importantes de la geografía actual pueden haber tenido lugar
fuera de la geografía, pero afectan profundamente a esta ciencia. Entre ellos: los mapas de
tiempo en televisión, en la prensa y en Internet, los buscadores, como Google y
otros, Google Maps, Google Earth, los sistemas de posicionamiento global (en inglés
GPS)  los mash up, Second Life,  y otros muchos. Y se siguen incorporando otros nuevos,
Así Virtual Earth, el sistema puesto en marcha por Microsoft para competir con Google
Earth, con un programa que se ejecuta desde Internet Explorer y que permite navegar la
tierra y mostrar espacios naturales y edificios, a una gran velocidad[65]. A lo que se pueden
añadir otros muchos, entre los cuales  algunas puestas en marcha por empresas españolas,
como Geovirtual[66].

Los Sistemas de Información Geográfica, los SIG, y las Tecnologías de la Información


Geográfica (TIG), se están haciendo ya ampliamente accesibles, e incluso, como hemos
visto antes, ubicuos. Lo cual obliga a incorporarlos a la enseñanza y a ser muy exigente en
su uso.
 
El aumento de la información estadística y geográfica disponible en Internet llevó a
cambios significativos en la visión tradicional de los SIG desde comienzos de la década de
1990, e hizo que se propusiera una nueva conceptualización. Al igual que los ordenadores
han pasado de ser una herramienta especializada a ampliamente difundida e incluso ubicua,
los SIG se han considerado new media, lo que significa que “se convierten crecientemente
en un medio para comunicar ciertos aspectos del mundo real al público en general”. Puede
citarse para mostrarlo las declaraciones y las estrategias de empresas
como ESRI[67] o Intergraph[68], que califican ya sus productos como “GeoMedia”. La
información digital geográfica ha entrado en la vida de las personas de forma muy amplia y
casi ubicua[69].
 
 
La Tierra Digital
 
En enero de 1998 el vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore propuso como un gran
objetivo interconectar todos los archivos digitales de imágenes y cartografía de la Tierra
existentes en Internet, haciéndolos accesibles a todos los habitantes conectados a la red; un
objetivo calificado como Digital Earth[70]. En aquel momento, se trataba de una idea
imaginativa, ya que, se ha escrito, con la tecnología que estaba entonces disponible “bajar
los datos necesarios para cubrir toda la superficie de la Tierra con un metro de resolución
representaba más de 100 años, y más de todo el curso de una vida entera para verlo”[71].
 
Pero esa idea visionaria tuvo repercusiones rápidamente[72], y el avance de los
ordenadores, de Internet y de los sistemas y las tecnologías de la información la fueron
haciendo cada vez más cercana. Hoy con la aparición de Google Earth, y la puesta en la red
de miles de millones de imágenes y de mapas accesibles por Internet, y la potencia
creciente de los buscadores para recuperar datos georefenciados, ese proyecto es ya una
realidad. Aunque al mismo tiempo, la demanda de informaciones cartográficas y
fotográficas ha aumentado considerablemente. En ello han influido factores diversos. Entre
los cuales la creciente conciencia ambiental por el calentamiento global, los cambios en los
ecosistemas terrestres, las catástrofes y los conflictos.
 
Han existido iniciativas muy valiosas que están contribuyendo a un importante desarrollo
de las tecnologías de la información geográfica. Entre ellas puede destacarse The Vespucci
Initiative for the Advancement of Geographic Information Science[73]. Tal como han
señalado recientemente algunos de los creadores de dicha iniciativa los desarrollos que se
han producido tienen que ver con un importante avance en las tecnologías disponibles, y
con la organización de la información geográfica, el desarrollo de las infraestructuras de
datos espaciales (en Europa el proyecto INSPIRE), el papel creciente de la geografía para
organizar la información sobre la Tierra, el establecimiento de redes de geosensores sobre
la superficie del planeta, los océanos y la atmósfera, conectados a satélites, y enviando los
datos en tiempo real. Al mismo tiempo, han señalado las limitaciones que todavía existen y
los desarrollos que se están impulsando para superarlas[74].
 
Las posibilidades que existen hoy para la enseñanza de la geografía han aumentado
considerablemente. Desde que se habló por primera vez de los Departamentos Virtuales de
Geografía, se ha avanzado mucho, y puede decirse que los materiales digitales específicos
de geografía son ya muy numerosos. La expresión geografía en red (geography in
network, géographie en reseaux) se utiliza ya ampliamente[75], así como la de campus
virtuales de geografía. Para acabar este artículo daremos algunas referencias, que puede
servir como introducción para la consulta de estos sitios, de especial interés para la
geografía.
 
 
Campus virtuales de geografía y ciencias de la Tierra
 
Entre los Departamentos Virtuales de Geografía y de sitios apropiados para obtener
materiales diversos sobre esta ciencia pueden citarse:
 
Virtual Geography
Departament, University  of  Colorado at Boulder. <http://www.colorado.edu/geography/vi
rtdept/resources/contents.htm>.
 
Department of Geography, and
Geology, University of Wisconsin. <http://www.uwsp.edu/geo/projects/virtdept/vfthome.ht
ml>.
 
Departament of Geography, Auburn University. <http://www.auburn.edu/virtgeog/>.
 
El campo de las Ciencias de la Tierra tiene un gran dinamismo. El estudiante de geografía
ha de estar atento a la información disponible en estos Departamentos, aunque en ellos en
muchas ocasiones no esté presente la geografía como disciplina independiente.
 
Algunos centros especialmente relevantes para geógrafos pueden ser los siguientes:
 
Earth and Atmopheric Sciences de la Cornell University. Dedicado a estudios de la Tierra,
la atmósfera y los océanos. Reúne a geólogos, físicos, meteorólogos, palentólogos,
hidrólogos, y otros especialistas. <http://www.eas.cornell.edu/>,
<http://atlas.geo.cornell.edu/>.
                                    
Es interesante entrar en las direcciones de los Institutos y programas relacionados con las
actividades de ese Departamento, tales como:
 
Norheast Regional Climate Center. <http://www.nrcc.cornell.edu/>.
 
Water Ressources Institute. <http://wri.eas.cornell.edu/>.
 
Institute for Study of the Continents. <http://www.geo.cornell.edu/instoc/>.
 
The Paleontological Research Institution. <http://www.museumoftheearth.org/>.
 
College of Engineering Energy Initiative. <http://www.geo.cornell.edu/eas/energy/>.
 
Cornell  Center  for a Sustainable
Future.  <http://www.sustainablefuture.cornell.edu/index.php>.
 
Aparte de estos y otros sitios específicamente calificados como Departamentos Virtuales de
Geografía o de Ciencias de la Tierra, existen en la red un gran número de otros de gran
interés para la geografía. Podemos citar algunos:
 
Nacional Center for Geographic Information and Analisis (NCGIA), creado por la
National Sciences Foundation (NSF). <http://www.ncgia.ucsb.edu/>,
<http://www.ncgia.ucsb.edu/giscc/units/u002/>.
 
Global Earth Observation System of Systems
(GEOSS). <http://www.earthobservations.org/>.
 
Argo Buoy Network. <http://sos.noaa.gov/datasets/Ocean/buoytracks.html>.
 
GIScience. <http://www.oeaw-giscience.org/>,
<http://en.wikipedia.org/wiki/Geographic_information_science>.
 
Economic Education. <http://www.eerc.ru/>.
 
 Alexandría Project para una biblioteca virtual. <http://www.Alexandria.uscb.edu>.
 
Global Development Network (GDN).  <http://www.gdnet.org/cms.php?
id=gdn_development_research>.
 
International Human Dimension Programme of Global Environmental
Change. <http://www.ihdp.unu.edu/>.
 
Enviromental Systems Research Institute (ESRI). <http://www.esri.com/>.
 
Hay disponibles diversos atlas convencionales del mundo. Entre ellos el Atlas Encarta:
<http://encarta.msn.com/encnet/features/mapcenter/map.aspx>.
 
La Tierra Digital es una dimensión totalmente diferente, que ya está disponible
también. Digital Earth. <http://www.ai.sri.com/digitalearth/>.
 
Geography Departments Worldwide. Una relación y acceso a 1.190 Departamentos de
Geografía de 95 países (aunque algunos enlaces no funcionan).
<http://univ.cc/geolinks/index.html>.
 
Debe destacarse asimismo que se han puesto en marcha, además, currículos integrados en
TIG, que tienen especial interés para los geógrafos[76].
 
 
La enseñanza digital de la geografía en España y el mundo hispano
 
Durante esta primera década del siglo XXI la enseñanza digital de la geografía ha ido
incorporando nuevas posibilidades en todo el mundo, y por lo que a nosotros nos interesa,
en España[77] y en los países hispanoamericanos e iberoamericanos en general.
 
 
El sitio web de Geocrítica
 
Tratándose de un artículo publicado en Ar@cne, se nos permitirá que empecemos por
señalar el interés del sitio web de Geocrítica, uno de los más antiguos que
existen dedicado a la geografía en el mundo hispano. Puede accederse al menú principal a
través de las siguientes direcciones: <http://www.ub.es/geocrit/menu.htm>,
<http://www.geocritica.com>.
 
O a través de buscadores, en los que al teclear “geocrítica”, aparece siempre en primer
lugar el menú principal. Las secciones principales que existen son las siguientes:
 
Geocrítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana. Se publican los cien números
publicados de esta revista, que se editó en la Universidad de Barcelona entre 1976 y 1994.
Constituye el antecedente del sitio web de Geocrítica.
<http://www.ub.es/geocrit/cienbil.htm>.
 
Scripta Vetera. Edición Electrónica de Trabajos Publicados sobre Geografía y Ciencias
Sociales. Pone a disposición de los usuarios una serie de textos impresos publicados
previamente (principalmente artículos científicos) para su consulta y libre utilización.
<http://www.ub.es/geocrit/sv-pre.htm>.
 
Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias
Sociales. <http://www.ub.edu/geocrit/nova.htm>.
 
Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias
Sociales. <http://www.ub.es/geocrit/biblio3w.htm>.
 
Ar@cne. Revista de Recursos en Internet sobre Geografía y Ciencias
Sociales. <http://www.ub.es/geocrit/aracne.htm>.
 
Libros electrónicos y colecciones editoriales. <http://www.ub.es/geocrit/cole.htm>.
 
Investigación. <http://www.ub.es/geocrit/invest.htm>.
 
Ciudadanía y participación. <http://www.ub.es/geocrit/ciupar/ciupar.htm>.
 
Educación. <http://www.ub.es/geocrit/ense.htm>.
 
Geoforo Iberoamericano sobre Educación. <http://foroiberoamericano.blogia.com/>.
 
dia-e-logos. <http://www.dia-e-logos.com/frames.asp>.
 
Congresos y reuniones.  <http://www.ub.es/geocrit/ciu.htm>.
 
Red Geocrítica internacional. <http://www.ub.es/geocrit/redgeo.htm>.
 
De las revistas Scripta Nova, Biblio 3W y Ar@cne se han ido publicando informes anuales
el 31 de diciembre de cada año, en los que se realiza un balance de los artículos publicados
y se abordan algunas cuestiones relacionadas con la edición electrónica de revistas
científicas[78].
 
 
Otros sitios web de geografía en España
 
Otros sitios web de interés para la enseñanza de la geografía en España. Aunque más
adelante dedicaremos un artículo específico a ello, podemos señalar algunos:
 
Web de la Asociación de Geógrafos Españoles. <http://age.ieg.csic.es/>.
 
En ella se incluye el Boletín de la AGE.  <http://age.ieg.csic.es/boletin.htm>.
 
GeoFocus. <http://geofocus.rediris.es/principal.html>.
 
Grupo de Estudios de Desarrollo Urbano, Madrid. <http://www.gedeur.es/>.

Lista de distribución en castellano sobre Sistemas de Información Geográfica


(SIG).  <http://departamentos.unican.es/geourb/listasig/>, <sig@listserv.rediris.es>.
Infraestructura de Datos Espaciales en España. <http://www.idee.es/show.do?
to=pideep_pidee.ES>.
 
Red Geomática Rediris.  <http://redgeomatica.rediris.es/>.
 
 
En los países iberoamericanos
 
En los países iberoamericanos existen excelentes sitios dedicados a la información de
carácter geográfico. Destacamos dos de ellos, aunque más adelante dedicaremos un artículo
específico a este ámbito.
 
Instituto de Geografía, UNAM, México.
<http://www.igeograf.unam.mx/iggweb/index.html>.
 
Desde ese sitio se puede acceder a Investigaciones Geográficas. Boletín del Instituto de
Geografía. <http://www.igeograf.unam.mx/iggweb/index.html>.
 
Razón Cartográfica. Red de Historia de las Geografías y Cartografías de Colombia.
<http://razoncartografica.wordpress.com/>.
 
Instituto de Geografía y Desarrollo Regional, Universidad Central de Venezuela, Caracas.
<http://web.ucv.ve/humanidades/FHE2005/institutos/geografia/index.htm>.
 
La revista del Instituto es Terra, que ha atravesado varias etapas.
<http://www.revele.com.ve/revistas.php?rev=terra>.
 
Departamento de Geografía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
<http://www.humanas.unal.edu.co/dpto.php?o_id=23&o_t_id=1>.
 
 GeoTrópico. Revista de Acceso Abierto, (con acceso a diferentes revistas geográficas y
afines, desde  Geoscience e-Journals).  <http://www.geotropico.org/>.
 
Geored, Buenos Aires. <http://www.georedweb.com.ar/staff.aspx>.
 
Revista Theomai. Estudios sobre Sociedad y Desarrollo. <http://revista-
theomai.unq.edu.ar/>.
 
Instituto de Geografía, Universidad Católica de Chile. <http://www.geo.puc.cl/>.
 
La revista del Instituto es Norte Grande. <http://www.geo.puc.cl/html/presentacion.html>.
 
Associaçao dos Geógrafos Brasileiros. <http://www.agb.org.br/>.
 
Instituto Brasileiro de Geografia e Estadística. <http://www.ibge.gov.br/home/>.
 
Cibergeo. Ensino, Pesquisa e Tecnologia. <http://www.cibergeo.org/>.
 
Desde la sección Geografia e Ensino se puede accede a una treintena de sitios
institucionales de interés para la geografía. <http://www.cibergeo.org/geoensino.htm>.
 
Existen también sitios más especializados sobre temas concretos, por ejemplo sobre
cuestiones urbanas. Entre ellos puede recomendarse el siguiente:
 
Observatorio das Metropoles. <http://web.observatoriodasmetropoles.net/>.
 
Para la localización de los grupos de investigadores en geografía pueden utilizarse los
portales generales de las instituciones de investigación de cada país. A título de ejemplo,
podemos citar los que existen en Brasil.
 
Rede Nacional de Ensino e Pesquisa, Ministerio de Ciência e Tecnologia.
<http://www.rnp.br/>.
 
Directorio dos Grupos de Pesquisas no Brasil. <http://dgp.cnpq.br/censos/>.
 
Forma parte del Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq),
Brasil. <http://www.cnpq.br/>.
 
Puede utilizarse en particular el buscador específico.
<http://dgp.cnpq.br/buscaoperacional/>.
 
Existen también numerosos sitios de ciencias sociales de interés para los geógrafos.
Citamos algunos:
 
FLACSO Virtual, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
 
FLACSO Virtual Argentina. <http://virtual.flacso.org.ar/>.
 
FLACSO Virtual Uruguay. <http://virtual.flacso.edu.uy/>.
 
FLACSO Virtual Ecuador. <http://www.flacsovirtual.edu.ec/>.
 
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. <http://www.clacso.org.ar/>.
 
 
Final
 
Internet ha cambiado la enseñanza en general y, de manera más concreta, la de la geografía.
La Web 1.0 hizo posible disponer de una información nunca antes existente, accesible hoy
desde el mismo domicilio de los profesores, los estudiantes y los ciudadanos en general.
Pero la Web 2.0 ha ampliado todo ello y permite profundizar y pasar a una fase de mayor
interacción y colaboración.
 
En un mundo actual, en el que existen todavía graves carencias y desigualdades,  los
estudiantes deben ser conscientes del gran privilegio que supone poder seguir estudios
universitarios y tener acceso a toda la información disponible en Internet.
 
No deberíamos permitir rupturas con algunas tradiciones del pasado, que pueden seguir
teniendo validez en lo que se refiere a la docencia. En especial, debe afirmarse que la
relación personal sigue siendo esencial para la educación. El papel de los profesores es, sin
duda, fundamental. Pero los instrumentos que hoy existen permiten potenciar la interacción
y afirman -especialmente en el nivel universitario pero también en el secundario- la
iniciativa y la autonomía del estudiante.
 
La enseñanza universitaria exige hoy el máximo rigor y exigencia en la formación. Los
estudiantes no solo deben formarse profesional y personalmente, en el campo o campos que
han elegido, así como realizar el esfuerzo máximo para estar al día en su ciencia. Deben
también poner su saber y su experiencia el servicio de la comunidad. En el campo de las
ciencias sociales, y en especial de la geografía, la relación de la universidad en los
problemas de la comunidad en la que se localiza y la atención a los graves problemas que
tiene planteados la Humanidad constituye un imperativo ético para todos los miembros de
la comunidad universitaria.
 

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