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Profesor
Carlos Andrés Beltrán Agamez
SINCELEJO – SUCRE
2020
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ELECTIVA I – DERECHOS HUMANOS
DESARROLLO
El día 13 de diciembre del 1998 siendo aproximadamente las 10:02 a.m. en el contexto
geográfico de la vereda de Santo Domingo jurisdicción del munífico de Tame del departamento
de Arauca Colombia al parecer un helicóptero Blak Kaut de la fuerza aérea Colombiana (FAC)
lanzo un dispositivo Cluster compuesto por seis bombas de fragmentación donde resultaron 17
civiles muertos, entre ellos cuatro niños y dos niñas, y 27 civiles heridos, entre ellos cinco niñas
y cuatro niños. Se hace preciso anotar; que el día anterior, 12-12-1998, en esa vereda, se llevaba
a cabo en la vereda de Santo Domingo un bazar, en el marco del cual se realizaron diversos
eventos deportivos. Ese mismo día las Fuerzas Armadas tomaron conocimiento de que una
avioneta Cessna aterrizaría aquel día con dinero o armas para actividades de narcotráfico, hecho
que tuvo efectivamente lugar sobre la carretera que conduce de la vereda de Santo Domingo a
Panamá de Arauca o Pueblo Nuevo. Posteriormente, una vez aterrizada la avioneta, tropas del
Batallón Contraguerrilla No. 36 y Unidades de la Fuerza Aérea procedieron a inmovilizar la
avioneta, pero la operación fue interrumpida por un grupo de bandoleros guerrilleros (FARC)
que se enfrentaron a la tropa empleando armamento de largo alcance.
tripulaban las aeronaves. Los representantes coincidieron con lo manifestado por la Comisión y,
además de lo señalado anteriormente, agregaron que en los procesos penales, disciplinario y
contencioso administrativo a nivel interno se estableció de manera indudable que la explosión en
Santo Domingo fue causada por el lanzamiento de un dispositivo cluster por parte de la Fuerza
Aérea Colombiana. Los representantes también alegaron que por tratarse de un ataque
indiscriminado con una bomba de fragmentación era necesario entrar a valorar la situación de
todas las personas que estaban en el caserío de Santo Domingo en el momento del ataque aéreo,
ya que fue sólo cuestión del azar
Defensa del Estado colombiano:
Por su parte, el Estado alegó que en este caso no se configura ninguna de las estructuras de
responsabilidad estatal, por lo que la pretensión de la Comisión y de los representantes no debe
ser acogida, puesto que se encuentra probado que no hubo relación de causalidad entre las
acciones desplegadas por los agentes estatales y los hechos ocurridos en Santo Domingo. Agregó
que “no existió ninguna forma de complicidad o patrocinio entre las FARC y la fuerza pública”.
Por último, el Estado afirmó que no se había provocado un riesgo objetivo en contra de la
población civil porque el dispositivo AN-M1A2 fue lanzado a una distancia en la que no era
posible causar daños al caserío y que el poder destructivo de [este tipo de] dispositivo no excede
de 30 metros. El Estado alegó que no fue responsable de la violación o puesta en peligro del
derecho a la integridad física de los pobladores de Santo Domingo, ya que probó con suficiencia
que ese hecho obedeció a la detonación de un artefacto explosivo de fabricación casera” pues no
había relación de causalidad entre el hecho lesivo y la acción desplegada por los agentes
estatales. Agregó también que la Fuerza Aérea no realizó ataques ni con bombas ni con
ametralladoras o cohetes sobre las personas que el 13 de diciembre de 1998 se movilizaban de
Santo Domingo hacia las poblaciones aledañas.
Consideraciones de la corte:
A la luz de lo alegado por las partes el Tribunal examinará a continuación la alegada
responsabilidad internacional de Colombia por la presunta violación de los derechos a la vida, a
la integridad personal y a las medidas de protección de los niños en relación con las obligaciones
de respeto y de garantía252. La Corte estima pertinente realizar un análisis conjunto de estas
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alegadas violaciones en razón del carácter complejo de las circunstancias propias de los hechos
ocurridos en este caso, que evidencian afectaciones interrelacionadas a diversos derechos,
impidiendo un análisis fragmentado. Del mismo modo, puesto que los hechos ocurrieron en el
contexto de un conflicto armado no internacional, según fue señalado (supra párrs. 21 y ss.), tal
como lo ha hecho en otras oportunidad. La Corte ha afirmado reiteradamente que “tanto la
Convención Americana como la Convención sobre los Derechos del Niño forman parte de un
muy comprensivo corpus jurisinternacional de protección de los niños que debe servir […] para
fijar el contenido y los alcances de la disposición general definida en el artículo 19 de la
Convención Americana”346. Aún más, en el contexto de conflictos armados no internacionales,
las obligaciones del Estado a favor de los niños se definen en el artículo 4.3 del Protocolo
adicional II a los Convenios de Ginebra. La Corte ha considerado en numerosos casos que los
familiares de las víctimas de violaciones de los derechos humanos pueden ser, a su vez,
víctimas350.
Decisión de la Corte:
Por unanimidad,
1. Desestimar las dos excepciones preliminares interpuestas por el Estado, relativas a la alegada
incompetencia de la Corte rasione materia y a la alegada falta de agotamiento de los recursos
internos, en los términos de los párrafos 21 a 26 y 33 a 39 de la presente Sentencia.
2. Determinar que el acto que el Estado denominó reconocimiento de responsabilidad por la
alegada violación de los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
no tiene efectos jurídicos, en los términos de los párrafos 141 a 153 de la presente Sentencia.
Declara: Por unanimidad, que el estado es responsable de todos los derechos fundamentales que
se vulneraron en la anterior situación.
Dispone: Por unanimidad,
1. Esta Sentencia constituye per se una forma de reparación.
2. El Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional
por los hechos del presente caso, de conformidad con lo establecido en los párrafos 301 y 302 de
esta Sentencia.
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