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Un sábado de gallinero

Acorralados, espantados y desplumados.

Así quedamos este sábado,

Con una rodilla delante y la otra pa’ atrás.

No supe como más decirle,

Cuando uno se enamora se encarta.

¡qué va!

No hay espacio pa moverse,

Como voy a encontrar la salida.

Así debe sentirse la gallina en el corral,

Así como me siento con toda esta gente,

Estamos en un gran corral

Y hasta hoy me entero.

Me voy a hurtadillas,

Me voy para un país imaginario.

Donde no tenga que inventar los sueños.

Donde no tenga que dejar las pesadillas.

Me voy con un albaricoque de peso.

Me voy en tren.

Me voy para no quedarme más en casas desconocidas.

Mi país imaginario tiene una asamblea,

De amigos y monstruos.

Yo no quiero inventar nombres.

En mi país imaginario hay un carrusel,

Hay un parque de diversiones para los desastrosos.


En mi país imaginario hay literatura horrenda

Y besos cruciales.

En mi país imaginario somos insectos sin rima,

Sin reglas y sin estructuras.

En mi país imaginario no existe el abandono,

Aunque no sepamos como quedarnos.

En mi país imaginario las películas son de bajo presupuesto

Y la luna, claro, que es de queso.

No quiero interludios, ni intermedios,

Ni cinco minutos de propagandas.

En mi país imaginario ha llovido por cien años,

Y hay flores purpuras.

Mi país es un desierto

Es una contradicción geográfica

Y los extraterrestres están de rumba.

El amor es sensual y sexual,

Que nunca han sido la misma cosa.

Aquí nadie sabe escribir

Y la anarquía va en la cama.

Los reproches nunca existieron,

Solo los mordiscos y los sonetos

Para el alma.

La ostia es una oblea de queso y mermelada,

El rio cauca ya no es un inodoro.

El trópico es el faro.

Y hay un encantador de serpientes en la luna.

Los universos son islas


Y los dragones son Quiteños.

En un campo abierto lindan los abriles que te prometí

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