Suplemento infantil de Ciudad Mcy. Todos los lunes una nueva edición.

28 de septiembre de 2020
CIENCIA ECOLOGÍA HISTORIA JUEGOS CUENTOS TURISMO CULTURA Año 4. No 199

Emilio en busca del

Enmascarado de Plata
Laura Antillano
Última entrega

La sorprendente
libélula
2 Novela por entregas

Emilio en busca del

Enmascarado de Plata
Laura Antillano

En entregas anteriores
Emilio tiene 9 años, vive con su mamá y su abuelo. Él no conoce a su papá.
Sus mejores amigos son los morochos: Félix y Cheo, juntos se divierten y se
apoyan ante lo que se les presente. El héroe de Emilio es Santo, El
Enmascarado de Plata, retador de lucha libre y protagonista de películas de
aventuras .
Hoy te estamos haciendo entrega de los últimos capítulos de las aventuras
de Emilio y su familia.

25

Las cartas
la cocina, y decidí, ya que no está

E
scribo y mi cuerpo tiembla de
la emoción: me ha ocurrido lo
que nunca hubiera imaginado. Mi
cabeza da vueltas ahora sin saber
qué hacer.
El abuelo Florentino fue a casa
del señor Cruz a hacerle una visita
y Mamá Luisa hoy se retrasó con las
cosas del hospital. Yo estaba
encargado de hacer mis tareas de
la escuela y con esa encomienda
me dejó el abuelo.
Pero me acordé del tarro de
galletas María que Mamá Luisa
tiene en lo alto de los estantes de
aquí, comerme algunas de ellas...
Me costó mucho subirme,
primero al taburete. después a la
mesa. y finalmente cuando agarré,
el envase me vine al suelo con
todo, de modo que las galletas se
desparramaron y me di unos
cuantos moretones.
Pero el golpe más fuerte no fue
en mi cuerpo, sino en mi alma.
Resulta que con las galletitas se
salieron del tarro unos papeles, muy
dobladitos, lo que me dio la
impresión de que más que
guardados estaban escondidos allí.
 Novela por entregas 3

Pudo más mi curiosidad y terminé Con más cuidado esta vez, me

abriendo cada doblaje hasta
extender cada papel, y mi sorpresa
no pudo ser más grande. Eran
cuatro, ¡cuatro cartas de mi papá
a mi mamá!
Me las llevé a mi cuarto y las leí
una a una. No sé cuánto tiempo
pasó, creo que mucho.
Las cartas son de meses y años
muy distintos. Todas comienzan
igual, le dice: “Amor de mi vida”, y
entre una y otra conté tres años de
diferencia. O sea que ¡ni papá le
escribe a mamá cada tres años. En
todas le promete venir a vernos, en
todas dice que no nos puede
olvidar y que está muy ocupado,
tiene mucho trabajo, y habla como
si estuviera haciendo algo muy
serio y además fuera el único en el
mundo que hace cosas “serias”. En
ninguna dice por qué está tan
ocupado.
volví a subir y puse todo en su lugar
como estaba antes.
Fui a sentarme con mis
cuadernos para terminar n1is
tareas. pero no podía. El corazón se
me movía con apuro en el pecho.
No podía poner en orden todo lo
que pasaba por mi cabeza.
Pensé en que mamá guardaba
ese secreto de las cartas.
Pensé también que eran muy
poquitas cartas en tanto tiempo,
pues, pensando que papá se fue
cuando yo tenía seis meses y ahora
estoy por cumplir diez años, cuatro
cartas en tanto tiempo es poquito.

Hay muchas palabras ahí como

las que mi mamá oye en la novela
de la radio por las tardes.
Corazón, amor, no­te­olvido, te­
necesito, esperanza, besos,
pasión, y esas cosas que dicen
los grandes cuan do quieren
enamorar.

Volví a doblar los papeles

tratando de que quedaran igual
que como habían estado.

Pensé también que él no dice
qué hace, por qué no escribe más,
dónde está. Pensé y pensé y pensé.
Y, quiero ver a mi papá. Quiero que
me vea. Que recuerde que nací.
Y no puedo hablarle a nadie de
esto. Y no podré dormir esta noche
pensando más y más, sin haber
terminado la tarea de ciencias
naturales y matemáticas.
26
Santo viene a Caripito
F ucho trajo hoy a la escuela la
noticia, en un recorte de
periódico muy grande, traía foto y
todo. Resulta ser que viene Santo.
El Enmascarado de Plata, ¡viene
para Caripito!
En el recreo estuvimos sentados
alrededor del papel y lo leímos
muchas veces. Ahora no sólo lo
podríamos ver en película en el
cine San Luis, sino que hasta lo
tendríamos en persona, de carne y
hueso, pues.
Estábamos muy entusiasmados
con la idea hasta que Félix, que
siempre ve lo malo de todas las
cosas. nos dijo:
Novela por entregas 4
–Pero... ¿cómo vamos a ir
nosotros a Caripito? Y… ¿de dónde
sacaríamos dinero para las
entradas?
Tenía razón, ir a Caripito es todo un
viaje.
Cuando salimos de la escuela,
camino a casa, vimos que habían
pegado en las paredes grandes
carteles con la foto de Santo, El
Enmascarado de Plata,
anunciando su presencia en
Caripito. Nos quedamos los
morochos y yo, frente a uno, sin
poder decir ni palabra. Por primera
vez teníamos a nuestro héroe tan
cerca.
Seguimos caminando sin hablar,
mi cabeza está encendida, sé que
iré como sea. Tengo que hablar
con Santo, me quiero ir con él a
buscar a mi papá. Quiero saber
por qué mi papá miente, por qué
manda una carta cada tantos
años y le promete a mamá cosas
que nunca cumple, por qué no se
acuerda de que existo. Quiero
saber quién soy.
Como Santo viaja tanto, si me
voy con él a lo mejor averiguamos
en dónde está y si es verdad que
está en un barco o tiene otra
familia. Todas estas palabras flotan
en mi cabeza y de pronto lo digo,
se lo digo a los morochos.

Muchachos, quiero que sepan
que yo me voy. No se lo digan a
nadie, pero tengo que ir a buscar a
Santo, tengo que saber de una vez
por todas donde está mi papá.
Cheo y Félix se dan cuenta de
que estoy decidido.
Entonces les cuento del asunto
de mi papá y de todo lo demás
que pienso. Ellos están serios y
callados, pero sus miradas son
calmadas y se parecen a un: si,
tienes razón.
Cuando nos despedimos en la
puerta de mi casa, Cheo me dice,
como en secreto:
–Ahorita vengo.
Me quedo con la intriga.
27
El viaje
C
heo vino a casa, después de
hacer sus tareas y asearse.
Venía muy misterioso y me
conmovió mucho lo que hizo. Vino
a traerme el dinero que tenía para
su bicicleta. Me dijo que lo de su
bicicleta nunca podía ser tan
Novela por entregas 5
urgente como lo de mi papá, y si
además si me iba a viajar con
Santo para buscarlo iba a necesitar
mucho dinero. Nos dimos la mano, y
nos separamos muy tristes.
Entonces ya había tomado la
decisión y nada me detendría.
Agarré mi cuaderno, una muda de
ropa, vacié el bulto de la escuela
sobre la cama y abandonando
cuadernos y lápices guardó lo
necesario: mi trompo de madera de
guayabo, los peneques del Santo, la
cayena amarilla, ya mustia, que me
dio Mercedita, la del circo, mis
barajitas de jugadores de béisbol,
una foto de n1i mamá Luisa, el
poema que me copió el abuelo
Florentino.
Sin hacer ruido me fui a la
carretera. Tenía miedo de
encontrarme a alguien que fuera a
contarle al abuelo Florentino, de
6 Novela por entregas
todos modos, también pensaba
que si pasaba alguien conocido
me podía ayudar a seguir viaje. Y
como si lo hubiera llamado
apareció la camioneta de Don
Hilario, el que trae los
medicamentos y los víveres para
el Hospital Sagrada Familia. Don
Hilario me había visto varias veces
con mi mamá y en seguida me
saludó. Le expliqué o le inventé,
que tenía un tío en Caripito y que
mi mamá me enviaba unos días a
su casa para que lo ayudara a
organizar una mercancía para
vender en el mercado de allá. A
Don Hilario le pareció entonces
que yo era un niño muy juicioso y
colaborador y terminó por darme
el aventón que necesitaba. En la
camioneta iba Don Medardo. el
joyero, que también es conocido
de todos los de la calle La
Pantalla. yo estaba temblando.
Pero los dos se olvidaron de mí y
se pusieron a conversar yo iba
disfrutando el aire de la carretera
y mirando el paisaje, los árboles,
las nubes, los montes. Desde la
chimenea que es el pito de la
refinería el Club Social. los puestos
de cachapas, todo.
Pasamos por muchos poblados:
Teresén, Sabana de Piedra. La
Guanota, Guanaguana,
Quiriquire., Azagua. Don Hilario iba
repartiendo medicinas y víveres y
cambiaba la vía a Caripito para
retomarla después, pero no
importaba, lo que yo quería era
llegar allá y llegaría, para ver a
Santo, El Enmascarado de Plata y
pedirle consejo o, de una vez,
irme con él en su vida de viajes y
luchas por todos esos mundos.
El señor Hilario puso la radio y
escuché varias veces que
anunciaban el espectáculo con
Santo, El Enmascarado de Plata.
Como decían la calle y todo
con exactitud me lo aprendí de
memoria para llegar justo a mi
destino. No tenía idea de cómo
entraría, pero estaba seguro de
hacerlo y eso era lo más
importante.
Me dormí con el vaivén de, [a
camioneta y el vientecito y de
pronto vi el rostro del señor
Medardo está despertando.
 Novela por entregas 7

–Ya llegamos, muchacho.

Con la dirección fijada en la

memoria, les doy una indicación,
ellos querían llevarme al lugar
exacto de la supuesta casa de mi
tío, pero logré convencerlos de que
yo mismo sabría llegar y ellos
perderían tiempo para sus cosas.
Nos despedimos con mucho cariño
y ellos dijeron que al llegar a
Sabana le contarían a mamá y al
abuelo que yo había llegado bien
(calculé que para entonces yo
estaría lejos con Santo, El
Enmascarado de Plata. y entonces
ya no podrían encontrarme).
28
Guiándome por las indicaciones
las esquinas y en los postes logré El Santo en el camerino
llegar solo al lugar.

Después traté de esperar una

distracción de los vigilantes para
meterme por detrás en el teatro,
vía a los camerinos y localizar el de
Santo.
Todo salió bien como en las
películas. De pronto me vi ya ya los
pasillos de esos camerinos famosos
y en un descuido de la gente que
pasaba yendo y viniendo, me
escabullí por la puerta del que
decía “Santo” y terminé detrás de
una cortina.
Y a estaba en el camerino. Es el
sitio en donde meten a los
artistas para que se bañen y se
cambien y se pongan maquillaje.
Entré, pues, y me escondí detrás de
una cortina a esperarlo.
Santo entró al fin, estaba
envuelto en su capa brillante, tan
de plata como la misma máscara,
sus botas trenzadas del mismo color
le llegan hasta las rodillas. Se sentó
frente al espejo que tiene las
bombillitas a los lados, se sirvió un
vaso de agua de una jarra que
tenía sobre una bandeja, tragó, y
suspiró.
8 Novela por entregas
Yo temblaba detrás de la
cortina, conté hasta tres y salí.
Hubo un instante de
desconcierto.
–Niño, ¿qué haces aquí? ¡Cómo
te metiste?
Yo estaba paralizado mirándolo,
casi no podía pronunciar palabra.
tantas veces lo había visto en la
pantalla del cine San Luis y ahora lo
tenía delante de un mí, de carne y
hueso. No lo podía creer, me
parecía un sueño.
Tuve que hablar y cuando las
primeras palabras salieron de mi
boca parecía que no eran mias.
–Señor Santo, no se ponga
bravo… yo… yo… yo tenía que
hablarle y éste era el único modo
de acercarme a usted…
Santo me puso la mano en el
hombro, parecía tranquilo y hasta
cansado.
–¿Qué es lo que quieres? –dijo ya
en otro tono–. ¿Una foto
autografiada?
–Sí, pero... no sólo eso –dije.
Se abrió la puerta y una cabeza
se asomó y dijo:
–Tienes dos horas para
descansar –y mirándome–. No las
desperdicies. Santo no contestó y la
cabeza salió dando un portazo.
–¿Cómo te llamas?
–Emilio –dije más tranquilo.
–Siéntate –me propuso
enseñándome una silla metálica.
Me senté, con cautela, lento. No
sabía cómo iniciar esta
conversación, ni ninguna, con un
adulto y menos con Santo.
–Cuéntame. ¿Qué quieres
decirme?
Mi cabeza dio vueltas, me
preguntaba justamente eso: ¿Qué
quería decirle? Tanto empeño y
ahora que lo tenía delante me
sentía confundido. Mi papá era
alguien tan lejano, ¿qué podía
tener que ver con Santo? Mi papá
no existía, y sólo lo comprendí en
ese momento. Nunca lo había visto,
no preguntaba por mí, mi vida no le
importaba, era invisible, y además
mentía, engañaba a mi mamá con
cartas llenas de espacios vacíos, de
esperanzas falsas, de mentiras
¿para qué buscarlo?

De todos modos hablé, pensé:
haz aquello por lo que viniste.
–Es... mi papá –le dije.
–Tu papá, ¿qué? —dijo él, ya
intrigado.
–Bueno, no conozco a mi papá,
nunca lo he visto, no sé nada de él.
Y como usted viaja tanto y es tan
valiente. y lucha por el bien...
—agregué, un poco asustado ya y
sin saber para dónde iban mis
palabras.
–¿Entonces?
–Pensé que usted podía
ayudarme a encontrarlo.
–¿Con quién vives? –me
preguntó.
–Con mi abuelo Florentino y mi
mamá.
Me miró pensativo y dijo
entonces:
–Mi papá se fue cuando yo era
muy pequeño, me dicen que murió
joven. Su desaparición fue muy
triste para mí. Sé lo que sientes.
Fuimos Cinco hermanos, el mayor
de nosotros también murió joven.
Casi no podía escuchar su voz, se
convertía en un susurro en la
medida en que se entristecía.
Novela por entregas 9
–Quienes me criaron realmente
fueron mis abuelos. Si tienes a tu
abuelo y a tu mamá debes
quererlos mucho. Ellos son los que
te cuidan y a quienes les importa tu
bien ahora, ¿vives lejos de aquí?
Le dije que sí y no le di muchas
explicaciones, ya era raro que
estuviera aquí, más raro que
intentara saber dónde quedaba
Sabana de Caripito. Se preocupó
por saber si abuelo y mamá sabrían
que yo estaba allí, no le contesté.
–¿Tienes entrada para el
espectáculo de lucha libre?
–No.
Sacó unas de una gaveta y
cuando me las estaba entregando
se escuchó una bulla en el pasillo.
Se abrió la puerta y se asomó la
cabeza que ya lo había hecho
antes.
–Rodolfo, aquí hay un señor
armando un jaleo, dice ser el
abuelo del niño que está contigo.
Yo me asusté y Santo me miró
sonreído.
–Creo que necesitarán más
entradas. –dijo, me dio una
palmadita en la espalda y me
acompañó hasta la puerta del
10 Novela por entregas
camerino. Sacó de una gaveta de
la mesa de las bombillas una foto,
escribió mi nombre y una
dedicatoria y me la dio. Entonces
de agachó para estar a mi altura.
–Bueno, valiente, a cuidar a tu
mamá y a tu abuelo, y a seguir
adelante.
Lo abracé. Nos abrazamos. Lo
abracé y él a mí. Y salí al pasillo,
con mis entradas y mi foto.
Ahí estaba el abuelo Florentino
esperándome.
Santo le gritó a la cabeza que se
asomaba (que ahora veía con
cuerpo y era uniformado):
–Ellos tienen sus pases,
acomódalos bien.
Después que el abuelo y yo nos
vimos, sin palabras, él me pasó el
brazo sobre los hombros,
y el señor al que le
habló Santo
(la cabeza esa,
ahora TO
con cuerpo), S AN
nos acompañó
a la sala
vacía, rompió
los ticket de
entrada y nos
El E
sentó en una fila de las primeras,
Dijo:
–Van a tener que esperar
bastante, pero no pueden salir
ahora, esperen aquí mismo.
Fue de lo mejor. Éramos los
primeros frente al ring. Estaba
desolada aquella sala donde
limpiaban, entre los asientos con
cepillos­escobas, el montón de
colillas de cigarrillos y los restos de
empaques de otras muchas cosas.
Las luces ya iluminaban el ring.
Abuelo Florentino y yo, solos allí,
sentados, podíamos hablar con
tranquilidad, igual que lo hacíamos
en su churuata carpintería, o en mi
habitación, o en el mercado o en
La Bomba, o en cualquier otro
lugar.
l a ta
do de P
ra
nm a sc a
11 Novela por entregas

29
lo que sentimos, pero todos
Abuelo me lleva de regreso queremos soñar. Luisa lee esas
cartas y quiere soñar, porque

M uchacho! ¿Tú quieres quiere que la quieran. Y eso es

–¡ todo. Ella sabe que tu papá no
matar de tristeza a tu
volverá, y que lo único que tiene
mamá?
de él es un poquito de la mirada en
Lo miré con asombro, pero no me
tus ojos, o el tamaño de tus manos,
asustó, mi corazón estaba tranquilo
o tu risa. Ella sabe que esas cartas
y mi cabeza necesitaba pensar lo
son “cuentos de camino”, y sabe
que acababa de escuchar de
que él no está en la Naval, sino de
boca de Santo. Miré al abuelo a los
pendenciero por esos campos,
ojos, y le dije:
pero ella se inventa una ilusión,
porque…
–Abuelo, ¿podemos hablar?
–¿Por qué, abuelo?
Es posible que mi tranquilidad
también le diera calma a él,
–Porque todos, todos, nos
porque me miró extrañado y con
inventamos ilusiones para poder
aprobación.
vivir. Hay distintos tipos de ilusión.
Las ilusiones son deseos, sueños. Tú
–Dime, creo que tienes cosas que
quieres ser escritor, ése es un sueño.
decirme.
Es mejor sueño porque… tú lo
puedes lograr, depende de que
–Abuelo Florentino, mi papá no
pongas empeño. No depende de
me cuidó pequeño y no estuvo con
otras personas sino de tu propia
mamá. ¡Yo no lo espero! Y no estoy
voluntad, de la disciplina que le
triste por eso, hubiera sido
pongas para lograrlo.
importante conocerlo, pero… tú,
que eres mi abuelo, me has
–Yo… sueño con ser escritor, pero
cuidado siempre como un papá.
también quiero ser maestro como
Pero mi mamá sí lo espera y cree
tú, abuelo.
que volverá.
Entonces los ojos transparentes,
El abuelo me miró, y esta vez el
aguarapados de mi abuelo
sorprendido fue él, porque me
Florentino se iluminaron como los
miraba de un modo nuevo.
luceros en las noches oscuras, y
otra vez la alegría lo llenó todo,
–Los grandes decimos cosas, hijo, a
veces no sabemos explicar bien

desde su estatura de hombre
grande, todo su cuerpo cobró vida,
como cuando él está pintando las
tablitas de los animales para la
lotería y silba por lo bajo, o cuando
mira la foto de mi abuela María
Librada (la que no conocí) y dice
bajito el poema: “ A penas brisa/
que pasa sobre el campo/ son mis
palabras para ti,/ tú eres/ la tierra
fértil, vasta”.
Abuelo me abrazó con toda la
fuerza de sus brazos y de su
tamaño.
–En Sabana todos te esperan, tu
mamá, tus amigos, los compañeros,
tu casa, el barrio.
Mientras tanto, la gente ya había
comenzado a entrar e la sala de
Teatro de la Lucha Libre, muy
pronto había una gran algarabía
allí, no cabía una persona más, y el
espectáculo estaba por comenzar.
Nuestra conversación se detuvo
cuando la voz por el micrófono
anunció la entrada de Santo, El
Enmascarado de Plata, lo vimos
subir y casi puedo decir que su
saludo era para nosotros.
La lucha empezó y abuelo me
acompañó en la emoción, ambos
gritamos y aplaudimos y nos
asustamos, y los dos salimos esa
noche del teatro con entusiasmo y
ganas de volver a casa.
Novela por entregas 12
Viajamos desde Caripito a
Sabana en un autobús y el viaje fue
largo y agotador, pero una alegría
nueva nos embargaba a los dos, la
de volver a casa juntos y saber que
Mamá Luisa nos esperaba y todos:
Cheo, Félix, la señora Belén, el
señor Cruz, la señora Gil, Irene, los
Beltrán, el señor Amarista, la tía
Ismenia, la maestra Flor, Marta y
tantos otros. Era nuestra calle La
Pantalla, todo un camino a la
aventura.
El recibimiento más pareció una
fiesta, porque todos se habían
reunido en casa (como si hubiera
noche de lotería de animalitos) y
nos abrazaron, el cariño flotaba en
el aire. Mamá Luisa no podía decir
palabras, al principio pensé que me
regañaría, me daría una paliza,
pero nos perdimos en un abrazo
muy fuerte, me levantó del piso y
no quería soltarme.
13 Novela por entregas

30 “Soy la pila de agua de la calle

La Pantalla, frente al araguaney. Si
El premio buscas en el diccionario la palabra
‘pila’, vas a encontrar: “recipiente

L a tarea que había asignado la

maestra me sorprendió
gratamente. Era un tema de
donde cae o se echa agua para
varios usos: la pila de la cocina, de
una fuente. En las iglesias: sitio
composición sobre la familia, pero donde se administra el sacramento
teníamos que contarlo como si del bautismo. Recipiente donde se
guarda el agua bendita”, esto es
quien hablara fuera un objeto, una
parte de lo que dice, porque
silla, una taza, una escoba, la
también habla de medida de
ventana, un tenedor, una cantidad, como pila de leña, y
manguera, lo que quisiéramos. cosas así.
Me entusiasmó la idea y escogí
Para la gente de la calle donde
la pila de agua que está frente el
estoy, vale lo primero, soy u lugar
araguaney, en mi calle. Esa pila
donde cae el agua, pero pienso
conoce la vida de todos nosotros.
que ellos lo sienten como un lugar
de agua bendita, aunque no sea
Hoy he leído mi trabajo frente a
bendecida por el cura, porque el
mis compañeros. Y es este:
agua, dice el abuelo Florentino,
que es muy sabio, siempre es
“Soy la pila de agua de la calle
bendecida. El agua da vida, y a
La Pantalla, frente al araguaney. Si
veces muerte (dice él).
buscas en el diccionario la palabra
‘pila’, vas a encontrar: “recipiente
El agua de esta pila ha dado
donde cae o se echa agua para
vida a todos los de la calle. Con
varios usos: la pila de la cocina, de
esta agua se lava la ropa, se
una fuente. En las iglesias: sitio
prepara la comida, se lavan o
donde se administra el sacramento
limpian las casas, se bañan las
del bautismo. Recipiente donde se
madres, padres, niños, abuelos y
guarda el agua bendita”, esto es
abuelas, tías y tíos, todos.
parte de lo que dice, porque
también habla de medida de
Con el agua de esta pila se
cantidad, como pila de leña, y
riegan las plantas, las que son de
cosas así.
adorno y las que son para
alimentar.

Yo, el agua de la pila de la calle
La Pantalla, les hablaré hoy
de una familia, vive muy
cerca de donde estoy. Tres
personas forman esta
familia: el abuelo Florentino,
Mamá Luisa, y el niño Emilio.
Mamá Luisa va todos los
días al hospital Sagrada
Familia, ella se ocupa de
la ropa de cama, de
cambiarla y mantenerla
arregladita y limpia, ella
además cose ropa para niños y la
vende en el bazar del mercado, va
y viene por la casa, toma agua de
esta pila para hacer la comida de
todos y lavar el piso y lo necesario,
y en medio del trabajo y del
cansancio vive de sus sueños, de
sus castillos en el aire, y cuida de su
niño de los miedos de la noche, de
las enfermedades, de todo lo que
pueda hacerle daño. El abuelo, el
señor Florentino, trabaja como
carpintero en su churuata, al fondo
de la casa, y es también maestro,
le dicen el maestro Tinoco porque
se ha ocupado de preparar, para
entrar a la escuela, a todos los
niños de la calle La Pantalla, les
enseña lo primero par aprender a
leer; además el abuelo, entre sus
cariños más preciados no deja de
recordar a la que fue su esposa, la
abuela María Librada, y la reúne en
su memoria con los paisajes
Novela por entregas 14
bonitos, el poema que dice para
ella, los sabores de fruta que le
gustan y lo dulce que siente la
reúne en su memoria con los
paisajes bonitos, el poema que
dice para ella, los sabores de fruta
que le gustan y lo dulce que siente
las cosa pequeñas y las alegrías de
los suyos. Y por último está el niño
que se llama Emilio, él viene aquí al
lugar donde está la pila que soy, a
reunirse con los niños vecinos que
son también sus compañeros de
escuela y sus mejores amigos, en
este lugar aprendieron a preparar
papagayos, a bailar trompos, a
embocar las perinolas, a jugar
metra, y también a contarse sus
preocupaciones, a celebrar lo
bonito que les pasa o a llorar
cuando es necesario. Ese niño ha
crecido mucho en este año de
escuela, en el que le han sucedido
muchas cosas, pero lo más bonito
15 Novela por entregas
que le ha pasado es haberse dado
cuenta de que su mamá y su
abuelo hacen con él una bella
familia, la más bonita que quisiera
cualquier niño. Y me ha contado
también, cuando viene a tomar
agua de esta pila, que él cree que
ha crecido mucho, pero que su
mamá también ha crecido mucho
en estos meses y hasta su abuelo
Florentino, porque no sólo se crece
de tamaño, sino que también en lo
que pensamos y en lo que sentimos.
Y descubrir todo esto de una vez en
tan importante que es como tener
la parranda de Navidad todos los
días o no salir jamás de la frescura
del agua de La Bomba, y que todos
los días sean domingo.
FIN
El agua transparente y con
música de esta pila lo siente así
también”.
Cuando terminé de leer hubo un
silencio como largo y de pronto mis
compañeros empezaron a aplaudir
y aplaudir, y la maestra con ellos.
Entonces ella, la maestra Flor, con
la emoción que se el veía en los
ojos y en un modo de hablar
rapidito, que a veces le viene, dijo:
–Felicitemos todos a Emilio, ¡Es
nuestro escritor!
Y el corazón en mi pecho redobló
como un gran tambor.
 Animales 16

La sorprendente
libélula
Carolina Álvarez Arocha

L a libélula es un insecto muy

interesante.

Ojos Cuerpo Tienen una vista excelente

prominentes y alargado Si tú quieres mirar hacia atrás o
esféricos. cilíndrico para los lados, tienes que voltear
la cabeza. La libélula no
necesita hacer esto. Ella puede
ver para adelante, para los lados
Antenas y para atrás al mismo tiempo
cortas cuando lo necesite. Sus ojos
Dos pares de están formados por 30.000 ojitos
alas largas,
en miniatura que le permiten ver
transparentes y
cruzadas de casi en
nervios círculo. Esto
se llama
Las libélulas pueden batir las visión de 360
alas de adelante y las de grados.
atrás al mismo tiempo o por
separado. No hay nada que
una libélula no se capaz de
hacer en el aire: puede Así mira la libélula:
visión de 360 grados
volar decenas de kilómetros,
parara casi en seco,
quedarse suspendida el
tiempo que dese, volar
hacia atrás o subir y bajar
de forma vertical ¡como un
helicóptero! Así miras tú:
visión de 120 grados
17 Juegos

Haz corresponder cada libelula con la silueta que le pertenece

2 3
1

6
4 5

7 9
8

C D E
B
A

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w.freepik.es/vecto
res/animal'>Vector
de Animal creado
por erdpongvector
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H I
G
F
Solución: Lee con un espejo
H­ 9 / G­ 8 / B­ 7 / D­ 6 / C­ 5 / F­ 4 / A­ 3 / I­ 2 / E­ 1

Pirueta, todos los lunes una nueva edición digital // papelytijera16.blogspot,com

Coordinación general, diseño y diagramación : Carolina Álvarez Arocha
Ilustraciones : www.freepik.es/vectores// Depósito legal AR2016000093
Cagua, 2020