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El Seol, el Hades, el infierno y el lago de fuego ¿Son lo mismo?

Hay numerosas multitudes de Cristianos de todo tipo que confunden estos términos y conceptos,
algunos los entremezclan haciendo de ellos un chorizo y otros los dividen de tal forma que los
convierten en una ensalada tuti fruti llena de distintas variaciones. Hoy vamos a observar que es
cada concepto y vamos a ver que relación y que diferencia tiene cada cual, comencemos:

• El Seol: Sheol (en hebreo: ‫)שאול‬, según el Tanaj o Canon Hebreo es “el lugar” al cual van
las almas de los hombres y mujeres que han muerto. La tumba es diferente al Sheol, sepultura es
en hebreo kever. (según el judaísmo, antes de la llegada del Mesías), es esto exactamente lo que
significa. Entonces, simplemente significa el “lugar de los muertos” o el “lugar de las
almas/espíritus difuntos”.

• El Hades: (En el griego ático ᾍδης – Hadēs, originalmente Ἅιδης – Haidēs o Ἀΐδης – Aïdēs.
En el dórico, Ἀΐδας – Aidas, que puede tener como significado ‘el invisible’). Alude tanto al antiguo
inframundo griego como al dios de éste. Este término llegó a designarse como “la morada de los
muertos” o “el lugar de los muertos“.

Ahora bien, como hemos podido observar, el término griego «hades» es paralelo al hebreo sheol,
y alude a la morada de los muertos o lugar de los muertos. El concepto de “infierno” es más
paralelo al “lago de fuego”, un lugar de castigos y tormentos eternos compuesto de fuego y azufre.
Vamos a ver los conceptos infierno y lago de fuego ahora:

• El Infierno: (del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’) es el lugar donde, después
de la resurrección, son torturados eternamente los pecadores. Es equivalente al Gehenna del
judaísmo, y al Inframundo de otras religiones.

• El lago de fuego: Es aquel lugar descrito por Juan en el libro del Apocalipsis como un gran
lago de fuego y azufre. En el libro, se describe el Lago de fuego como el lugar preparado por Dios
donde sufrirán tormento eterno el Diablo y sus ángeles, así como todas aquellas personas cuyos
nombres no aparecen en el Libro de la vida.

De esto, podemos observar que el infierno y el lago de fuego “son paralelos” y aluden a un castigo
eterno preparado para: El diablo, sus angeles y todos aquellos que desobedecieron a Dios tal cual
como ellos mismos lo hicieron.

Por tanto, es necesario aclarar que el Hades o Seol (lugar temporal de tormento) “no es” el
infierno o lago de fuego, (el lugar eterno de tormento) para los impíos. La palabra griega para ese
lugar de castigo eterno es Gehenna o infierno. El Hades “tampoco” es “el cielo“, es decir, ese lugar
temporal donde ahora están todas las almas de los justos después de la resurrección de Cristo.
Una vez aclarado esto, debo señalar que el concepto judío del Seol había progresado durante el
período intertestamental al punto de que ya se creía que existían en él dos compartimientos o
secciones. Un compartimiento era el lugar de tormento al que el impío iba, y el otro un lugar de
bendición, a menudo llamado el “seno de Abraham” o “paraíso”, donde el alma del justo era
llevada por los ángeles. Este concepto del Hades es ratificado por Jesús en Lucas 16, donde el
Señor usa una historia rabínica para expresar que no hay escape posible del tormento, ni tampoco
una segunda oportunidad, y que debemos creer a las Escrituras en esta vida para poder ser salvos.
Digo historia, porque no creo que sea una parábola, debido a que no se encuadra dentro de los
parámetros de estas. Toda parábola es una historia de sucesos terrenales que se añaden al relato,
para explicar cosas espirituales, nunca incluyen nombres de personas, porque solo presentan
situaciones de carácter general. En cambio aquí el Señor descorre el velo de lo que hay más allá de
la muerte, no para entregarnos una figura terrenal, sino de lo que está sucediendo en ese mundo
espiritual. Antes de la ascención de Cristo, los creyentes y los no creyentes iban al Seol o Hades.
Luego de la resurrección de Cristo, el NT presenta a los creyentes entrando en el cielo para estar
con Cristo (Fil. 1:23), lo que es superior a estar en el Hades. Los creyentes están hoy presentes al
Señor (2 Co. 5:6-8), adorándole con el ejército de ángeles en el cielo (He. 12:22-23) y debajo del
altar de Dios (Ap. 6:9-11). Por lo tanto, los creyentes, luego de la asunción de Cristo, no vamos al
Hades sino que ascendemos inmediatamente a la presencia del trono de Dios.

Este es el desarrollo progresivo que tomó lugar: Antes que Cristo fuera levantado de la muerte, los
apóstoles suponían que todos los que morían físicamente iban a parar (por decirlo así) al Seol o
Hades. Este Hades tenía dos secciones, una para los justos y otra para los injustos. Pero la
resurrección del Señor cambió este cuadro. El Señor luego de morir en la cruz, descendió al Hades,
al lugar de consuelo, Paraíso o como también se le denomina, Seno de Abraham, para proclamar
allí que la obra de la expiación había sido consumada, y sacar a los creyentes del Antiguo
Testamento que habían muerto en la fe y obras de sacrificios que solamente eran figuras del
verdadero (Lc. 23:43, Ef. 4:7,9).

Por lo tanto, Pablo usa el lenguaje de transición cuando habla de Cristo transportando a los justos
fuera de Hades en dirección al cielo (Ef. 4:8,9). El hecho de que Cristo fue al Hades está establecido
claramente en Hechos 2:31. ¿Qué hizo Cristo mientras estuvo en el Hades? Según Pedro, proclamó
o anunció a los “espíritus encarcelados” la consumación de Su misión en la cruz, o sea, proclamó
su victoria (1 P. 3:18-22). Esta anunciación no debe ser entendida como que Cristo fue a predicar
el evangelio al compartimiento de los injustos en el Hades (la palabra “predicó” es “kerusso” y se
traduce mejor como “proclamó”) Ahora, si bien la palabra “paraíso” en Lucas 23:43 (en el caso del
ladrón en la cruz) se refiere a la sección del Hades donde estaban los justos (seno de Abraham),
cuando llegamos a los tiempos en que Pablo escribe 2 Corintios 12:2-4, ya se suponía que el
paraíso había sido quitado del Hades para ser establecido ahora en el tercer cielo. Esto es lo que
hizo Cristo en su ascención. En mi opinión, de acuerdo con la enseñanza post-resurrección del NT,
el alma del creyente ahora sube al cielo y espera la resurrección venidera y el estado eterno
predecido en la Biblia. ¿Qué pasa con el injusto, pecador o inconverso cuando muere hoy en día?
Aun desciende al Hades o Seol, y allí aguarda su futura resurrección y sentencia eterna. Por tanto,
creo que según la doctrina del Nuevo Testamento las almas de los redimidos, al morir no van al
Hades, sino a estar con Cristo en la gloria quien está sentado a la diestra de Dios Padre en el cielo.

Ahora bien, la Gehenna, infierno o lago de fuego es el lugar que describe la morada final de los
injustos luego de la resurrección y el juicio. La gehenna en la cultura y geografía hebreas era el
Valle de Hinom, el cual era un sitio en el que se quemaba basura y los cuerpos de criminales cerca
de Jerusalén. Antes de ser un basurero de fuego intermitente (es por eso que Cristo lo menciona
como el fuego que nunca se apaga. Ver Mr.9:47-48), era utilizado para el culto idolátrico del dios
falso Moloc y comprendía el sacrificio de niños con fuego (ver. 2 Cr. 28:3; 33:6). Cristo menciona el
Valle de Hinom y lo aplica como un símil, en el lenguaje figurado, para referirse al Infierno o Lago
de Fuego futuro (El Gehena: Mt.10:28; Ap. 20:14-15).

Los injustos hoy en día no descienden al “infierno” (gehenna) después de la muerte, sino a la
sección que permanece aun en el Hades o Seol. El Hades (o sea su población) será recién lanzada
al lago de fuego en el final de los tiempos (Ap. 20:14). La palabra Tartaros se encuentra en Enoc
20:2 como un lugar de castigo de los ángeles caídos, mientras que la Gehenna es para los judíos
apostatas y los incrédulos y desobedientes. Esto es expandido por Juan en Apocalipsis 20:1-15.
También ésta era la posición rabínica. De ahí es que digo que el infierno o gehenna aun permanece
desocupado hasta su inauguración, cuando la bestia y el falso profeta sean arrojados allí. La
segunda remesa de inquilinos permanentes, mucho más numerosa, llegará al infierno antes del
comienzo de la eternidad (Ap. 21) Brevemente anoto que cuando la palabra gehenna es usada,
siempre es en referencia al final de los siglos o el mundo, luego de la resurrección (Mt. 5:22;
23:33).

Una referencia sobre el tártaro es que el Tártaro de 2 Pedro 2:4 es el mismo que presenta el
Evangelio de Lucas, en el cual los demonios no desean ir: «Y le rogaban (a Jesús) que no los
mandase ir al abismo» (Lc.8:31). En primer lugar la palabra griega traducida como “infierno” en 2
Pedro 2:4 “no” es “gehenna” sino “ταρταρώσας.” Esta palabra en la mitología de los griegos era
aquella parte “de las profundidades” del Hades donde eran atormentados los injustos. En La Biblia,
los ángeles que menciona el apóstol Pedro están esperando el día final, o sea el día de juicio
(comparar con Judas 6). Parece ser la misma condición final de los injustos (2 Pedro 2:9). No se
pueden escapar del juicio venidero y el consecuente castigo eterno en el infierno que espera a
todos los rebeldes, incluyendo al diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). El Tártaro, como sitio según
la mitología griega, estaba ubicado más profundo aún que el Hades, en las entrañas del
Inframundo. Era un lugar tan remoto que equivalía su distancia a la del cielo con la tierra. Estaba
rodeado por tres capas de noche y un muro de bronce, lo que conformaba un pozo oscuro,
destemplado y tenebroso.

«El Tártaro. . . no es Seol o Hades. . . adonde van todos los impíos en su muerte. Ni es donde los
hijos del diablo han de ser consumidos y destruidos, que es la Gehenna o el lago de fuego. No es la
morada de los hombres en cualquier condición. Se usa sólo aquí, y aquí solamente en relación con
los «ángeles que pecaron» (ver Judas 6). Denota los límites o márgenes de este mundo material».
Así que según Pedro, los ángeles caídos están encarcelados en la oscuridad espiritual, en el reino
de la muerte, aguardando la ejecución de su sentencia. Ya han sido juzgados.

Por lo tanto, aquí hemos podido observar y sacar las siguientes conclusiones:
1ª – Que el Seol y el Hades son el mismo lugar y que este lugar estaba dividido en dos
compartimentos, uno de ellos para los justos y era comúnmente llamado como “seno de Abraham
o paraíso”.

2ª – Que al ascender Jesucristo a los cielos, los justos del AT que se encontraban en “el seno de
Abraham o paraíso”, fueron trasladados al tercer cielo y ahora esta en la misma presencia de Dios.

3ª – Que los injustos que mueren van a parar al Hades a diferencia de los justos.

4ª – Que el Infierno o Gehenna es el mismo lugar que el lago de fuego y es el lugar del castigo
eterno de los injustos y

5ª – Que el Tártaro es un lugar especial donde están algunos ángeles que ya han sido juzgados y
que están esperando el juicio final en esas prisiones de oscuridad para ser echados al lago de
fuego.

Por tanto, he aquí unas similitudes y diferencias entre estos lugares de tormento reservados para
el diablo, los demonios, los impíos y apóstatas. Gracia y paz de Dios de parte de vuestro amigo y
hermano en Cristo Jesús, Isaías Juárez

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