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Este documento discute la cultura maya y el cristianismo. Primero, destaca la importancia de las teologías indígenas mayas y cómo han sido fundamentales para la supervivencia cultural de los pueblos mayas a lo largo de la historia. Segundo, analiza la noción maya de salvación y cómo está relacionada con su cosmovisión. Tercero, examina cómo el proceso social guatemalteco reciente ha afectado la ubicación de la población indígena maya.
Este documento discute la cultura maya y el cristianismo. Primero, destaca la importancia de las teologías indígenas mayas y cómo han sido fundamentales para la supervivencia cultural de los pueblos mayas a lo largo de la historia. Segundo, analiza la noción maya de salvación y cómo está relacionada con su cosmovisión. Tercero, examina cómo el proceso social guatemalteco reciente ha afectado la ubicación de la población indígena maya.
Este documento discute la cultura maya y el cristianismo. Primero, destaca la importancia de las teologías indígenas mayas y cómo han sido fundamentales para la supervivencia cultural de los pueblos mayas a lo largo de la historia. Segundo, analiza la noción maya de salvación y cómo está relacionada con su cosmovisión. Tercero, examina cómo el proceso social guatemalteco reciente ha afectado la ubicación de la población indígena maya.
en que de las discusiones pasaremos a los hechos en la contribución por construir nuevas sociedades na cionales. Epoca en que se irán perfilando y cons truyendo las condiciones objetivas a fin de que el proceso de autodeterminación, independencia y li beración de los pueblos indígenas sea irreversible. En este proceso, necesitaremos de una gran do sis de tolerancia para saber oír, escuchar no sólo aciertos sino también errores, en tanto que la cues tión indígena no está agotada, nadie tiene toda Ja verdad y entre los mismos indígenas hay mucha dis persión en sus posturas y demandas. Es tiempo propicio para crear y abrir los espa cios de la discusión, con objeto de que las diferen cias encuentren el cauce adecuado para construir e identificar las convergencias y Jos consensos en torno al tema.
Pastor presbiteriano, secretariogeneralde la Conferencia de
Iglesias Evangélicas de Guatemala, ClEDBO.
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l. El aporte de la religl6u maya
Desde que se practicó la evangelización por parte
del cristianismo y se vinieron a reproducir estructu ras religiosas provenientes de otros contextos, en las comunidades indígenas mayas, más que llevar la buena noticia; las manifestaciones de fe indígenas con sus teologías entraron en clandestinidad. Con esto, las iglesias cristianas, las teologías cristianas, perdieron una gran riqueza para comprender mejor el mismo evangelio. Sin embargo, los pueblos indí genas siguieron viviendo su fe, siguieron elaborando sus propias teologías hasta hoy. Es innegable que las teologías indígenas fueron bases de cohesión y fuerza de esos pueblos en el pe riodo precolombino y han sido clave de resistencia ante tantas amenazas de muerte que han vivido a lo largo de quinientos años. Sin esas fuertes bases teológicas, los pueblos indios no hubieran sobrevi vido durante esos años. Su sobrevivencia es una prueba irrefutable de fortaleza teológica. Sin quitar las connotaciones comunes de sufri miento de nuestros pueblos a nivel de Abia Yala (América), tanto los condicionamientos históricos como las diversas concepciones del más allá que se reflejan en el más acá, nos dan pie para hablar no de teología india, sino de teologías indias. Estas son de siglos. Desde que los indígenas pre guntaron por la causa y la razón de sus problemas vitales, y pudieron forjar sus respuestas pecu1iares ante los grandes misterios y ante el más allá, nacie ron las teologías de los pueblos indios, entre quienes están los mayas. Que no han sido escritas o que uti lizaron métodos distintos a los que utilizan las teolo gías cristianas o no cristianas. Las profundidades de la fe -base de toda teolo gía- vividas por estos pueblos y expresadas en todos los acontecimientos, solamente pueden ser expresa das en su radicalismo mediante las propias y respec tivas lenguas indígenas. Las otras lenguas única mente pueden aproximarse, incapaces de iluminar la
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totalidad de los conceptos. Lo mismo se puede decir
de aquellos que llegan a experimentar una espiritua lidad indígena profunda, porque de otro modo sería una mera antropología de religiones. Ningún pueblo se encuentra vacío de Dios, todos conocen a Dios según los condicionamientos de su historia, le conocen algunos atributos, por lo que Dios ya no necesita ser comprendido desde otras dimensiones. La revelación de Dios ya está explicada y completada y otros pueblos no tienen mucho, y a veces nada nuevo que añadir. Dios está por encima de las culturas, de los pueblos, sobrepasa todas las lenguas, todos los pueblos. No se dice que se explica fuera de los contextos culturales, porque el mensaje va dirigido a los hombres concretos sumergidos en sus culturas determinadas. Todas las culturas, todos los pueblos llevan consigo los mecanismos, los códi ces para hablar de Dios, de Wiracocha, de Ya mand6, de Paba y de Nana, de Manitú, de Tal, Ajau, y todos los pueblos, hasta aquellos que aún no han . nacido, o aquéllos que van a ser descubiertos en re giones astrales tendrán sus maneras de hablar, de sistematizar, de invocar a Dios único y Señor de todo y de todos. La teología maya, a pesar de todo, es una teolo gía que admite rivalidades, diálogo, para comple mentar su experiencia y su convencimiento. Las teologías indias tienen sus métodos, sus ma neras de manifestarse, sus cánones propios, su ter minología, sus lenguas peculiares. En la búsqueda de Wiracocha, de Manitú, de Paba, de Nana, vamos a encontrar otras teologías que van a enriquecer todo el saber universal del Ser Supremo. El conoci miento de Dios, partirá de la suma de los conoci mientos parciales de las diferentes culturas y religio nes de la raza humana. La salvación desde la teología maya, se ana1iza desde elementos claves, tales como: el concepto como pueblo de Dios, la dimensión de la corporei dad, la ética y el lugar privilegiado del pobre en la economía de la salvación. Para el maya, la salvación
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es un mensaje del malz, que interpreta la realidad
concreta, con íntima relación con la lectura del Po poi Vuh como un vehículo que busca la verdad en las actividades e intenciones. La salvación tiene que ver con la cosmovisión y el sentido del futuro, de la participación de todo y ac tores de un proceso civilizador, de una visión histó rica y sustentación ideológica maya. Es la superación constante, el equilibrio constante de la relación Dios-hombre-naturaleza. La salvación es la perfección del cosmos, pues en la cosmovisión maya, es la obra maestra, la cons trucción perfecta dentro de la cual se realiza la his toria, el destino del hombre. El perfeccionamiento de este cosmos, es la vida eterna, la resurrección de toda la humanidad por la eternidad. Este es el mensaje del maíz, en tanto el maíz convertido en hombre -segün el Popol Vuh-, luego de ser enterrado, vuelve a su forma original de ve getal, a través de los procesos de germinación y creo cimiento de la planta, sus frutos welven a formar carne del hombre hasta un futuro entierro, y así su cesivamente se inicia otro ciclo de vida, un nuevo renacer. La salvación es un proceso hacia el perfeccionamiento. La salvación tiene que ver con el destino del hombre, y depende de la buena marcha del universo, por lo que su porvenir, su futuro, su salvación se en cuentran sujetos a lo que sucede a la humanidad. La salvación tiene que verse desde el concepto básico "aya": Tolalidod y complemenlariedad. Siempre ha brá relación entre la religión, el cosmos, el porvenir, el orden social y el orden cósmico en su globalidad. El milagro de la supervivencia indígena es real en América Latina y expresión de salvación, los años no han doblegado la voluntad del indio de seguir existiendo con su propia identidad y costumbres. Nos preguntamos, ¿cómo es posible que el indio haya soportado tanto maltrato? Ahí están los pue blos desafiando al tiempo y a sus opresores -quienes se han cambiado de nombre pero en el fondo vienen
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a ser los mismos conquistadores de hace cinco si
glos. Así por ejemplo, los datos estadísticos nos muestran los países de predominio indígena: en Bo livia el 60 por ciento del total de habitantes son indí genas; en Guatemala el 60 por ciento, en Ecuador el 40 por ciento, en México un 21 por ciento y en Perú el 55. Sin duda, en la existencia de estos pueblos aborígenes, entre ellos el pueblo maya, está ante todo la mano poderosa de ese Ser Superior, que actúa por medio de la preservación de la humani dad, de las diferentes culturas, y eso es la salvación según el pensamiento maya. Dios es vida, vida para todos y no muerte.
11. El proceso social guatemalteco y la cultura
maya, hoy
La evolución económica durante la década de los
ochenta y las tendencias que dominan el desarrollo capitalista al comienzo de los noventa, han introdu cido cambios importantes en la ubicación de la po blación indígena dentro de la realidad nacional. En la costa, la tendencia dominante de desarrollo de la agricultura capitalista que se empezó a percibir en los años 1986 Y 1987 es la de intensificar la tecnificación de los cultivos y aumentar la mano de obra procedente de la costa o incluso tender a utili zar más mano de obra de colonos. La crisis del al godón y la alta tecnificación del azúcar, son mues tras de lo primero. En cuanto a lo segundo, de un lado es producto directo de la tecnificacién, pero también es fruto de la gran cantidad de población que se asentó en la costa en los años ochenta. Fi nalmente, existen proyectos de los empresarios, como el de FUNDAZUCAR, que buscan desplazar al Estado en la asistencia social a los trabajadores fijos, creando ellos las escuelas, hospitales, casas, sistemas de agua, etcétera en la perspectiva de disponer de
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mano de obra próxima a la plantación y dependiente
de ésta. EUo ha repercutido en el altiplano, modificando la relación que existía anteriormente entre Iatifun dio-minifundio. Los indígenas del altiplano ya no son solicitados para trabajar en la costa, por lo me nos en la cantidad en que eran requeridos antes. Esto ha producido en primer lugar un aumento de la migración a la capital, pero otra parte de esta' fuerza de trabajo ha sido asimilada por las nuevas empre sas, en muchos casos pequeñas empresas agrarias destinadas a cultivos intensivos para la exportación no tradicional. Estos cultivos sí demandan abun dante mano de otra -recoleccién de arveja, brócoli, ajo, etcétera-, tanto para la recolección como para manipular el producto segün las normas del mer cado. Una parte de estas explotaciones agrícolas están en manos de indígenas, y en cierta medida también la comercia1ización a través de cooperati vas. No así la exportación de los productos. También en el altiplano más inmediato a la capital -Chimalte nango, Sacatepéquez-, se han instalado empresas de maquila que absorben mano de obra indígena. En la ciudad, se ha dado una inmigración masiva de población indígena, superando a la inmigración de oriente que fue la característica de los años se tenta. Esta población, según han revelado encuestas rea1izadas por FLACSO en los dos últimos años, con serva su conciencia étnica, aunque frecuentemente se desprende de los signos externos para sobreUevar en mejores condiciones la convivencia en la ciudad. No se conocen iniciativas culturales u organizativas dirigidas a que esta población mantenga su concien cia étnica. La mayoría de esta población se ubica en el sector informal de la economía, _ Resulta muy dificil poder precisar el peso de las contradicciones de clase o de la conciencia de opre sión étnica en la conciencia subjetiva indígena. La mayoría de los portavoces organizativos del mundo indígena, vinculan ambos aspectos y definen
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la opresión étnica como determinante para su pue
blo. Se puede pensar, para comprobarlo con la reali dad, que las contradicciones de clase en el interior del mundo indígena, han aparecido históricamente mediatizadas por los intereses de la comunidad y subordinadas al orden que regía la vida comunitaria. Precisamente las contradicciones de clase interindí genas, adquieren relevancia propia cuando el pueblo las percibe como un riesgo o como una traición a los intereses de la comunidad. De ser así, los intereses de la comunidad prevalecen en la conciencia indí gena por encima de sus intereses personales o de grupo social, mediatizando las contradicciones de clase. Un ejemplo antiguo era el peso que suponían los gastos económicos que implicaba ocupar cargos de responsabilidad o presidir prácticas rituales en la comunidad tradicional. Es posible ver cómo la exis tencia de una burguesía indígena en Quezaltenango y áreas adyacentes, no ha provocado divisiones en la comunidad, sino que los sectores que no disfrutan esta situación la ven con orgullo, ya que muestra hasta donde puede llegar el Quiché. En cualquier caso, estas reflexiones pueden ser muy parciales, y podrían presentarse visiones con trapuestas de este asunto. En todo caso, lo que su giero es profundizar en la relación entre intereses de la comunidad-intereses de clase. Al respecto, la lectura de textos, y la limitada ex periencia que se tiene, sugiere la importancia de la comunidad como núcleo del poder indígena. Esta cuestión es central en la discusión del proceso social y la cultura maya. La cuestión étnica no puede ser abordada por ninguno al margen de la cuestión de cuotas de po der. ¿Cómo llevar este tema a la realidad guate malteca, donde la autonomía de las veintitrés etnias no parece muy factible desde el punto de vista del Estado moderno?
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En primer término, el Estado sumamente des
centralizado, como fórmula para poder lograr la unidad nacional de una sociedad sumamente divi dida étnicamente. La descentralización administra tiva es un primer paso, pero debe relacionarse tam bién con una descentralización del poder político, lo cual implica dar más autonomía al poder local -es trechamente relacionado con la comunidad, base del poder indígena- y regional. Además, el poder en el ámbito local aparece como elemento clave en la estrategia de acumulación de fuerzas para lograr transformar toda una sociedad. Sin embargo esto pareciera ser insuficiente, ya que no afecta el poder legislativo, base representa tiva del poder en la república democrática. Por tanto un país peculiar -con veintitrés etnias- necesita tener formas de representación popular también peculiares. Este tema debería estar presente en cualquier revisión de las leyes electorales y de la Constitución de la República. La representación corporativa del pueblo indígena en el sistema polí tico, por lo menos en el legislativo, debería combi narse, subordinarse o colocarse por encima -este es un tema a analizar- de la representación partidista. La base de esta propuesta es que si la represen tación partidista es el único mecanismo para partici par en el poder legislativo, se obliga a las etnias a adoptar una plataforma partidista indígena -lo cual debilita la unidad nacional- o a sumarse a las plata formas partidistas ladinas, lo cual es forzarlas a un grado de acu/turación. En caso contrario, habría que demostrar que el pueblo indígena puede tener igualdad de oportunidades con el ladino en el sis tema partidista introducido por la cultura occidental. La experiencia nicaragüense sugiere que no es posi ble plantear los derechos étnicos sin vincularlos al control de los recursos que históricamente pertene cieron a esas comunidades. La tierra aparece como eje de esta reivindicación en Guatemala. Sin embargo, con el énfasis que se hace actualmente en la preservación de los recursos
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naturales, habría que ampliar la lista -tierra, bos
ques, ríos, fauna, etcétera. El planteamiento se puede unir al de la descentralización y mayor poder local, en el sentido de exigir que estos recursos, que actualmente están en manos del Estado central, pa sen a las comunidades cediéndolos al poder local. En la sociedad ladina hay una profundización de las manifestaciones de discriminación dominante así como la necesidad histórica de superarlas para lo grar la integración y unidad nacional. Por ejemplo, en los grupos dominantes actuales en la sociedad están llegando a predominar los ladi nos de segunda y tercera generación -Serrano Ellas, belga; Gutiérrez, Botrán, la comunidad judía llegada recientemente, Moliviatis, etcétera. Este grupo está atín mucho más desnacionalizado que la oligarquía tradicional histórica y las clases medias ladinas, que en cierta medida se educaron y asumieron una visión histórica de Guatemala. Cada vez más la sociedad ladina es dominada por personas que no viven esta historia, no tienen referencias en el pasado de la na ción y por tanto transmiten una cultura y unos valo res adaptados de la cultura y del sistema de valores estadounidenses. La televisión, el cine, la moda y el comercio refuerzan esta aculturación de la sociedad ladina. El ejército parece o pretende aparecer, cada vez más como reserva de los valores históricos nacio nales. Lo cierto es que en su formación se cuida de mantener los mitos ladinos sobre la historia, e in cluso muchos despachos del ejército los preside un grotesco dibujo de Tecún Umán. Pero el mito na cional por excelencia para el ejército es la reforma liberal, ejemplo de la racionalidad estadista que so metió y creó un nuevo vasallaje moderno para el pueblo indígena. Estas reflexiones sugieren la importancia de es timular a los círculos intelectuales, literarios y aca démicos para que profundicen, desarrollen y pro muevan una cultura y una interpretación de la histo ria de Guatemala que contribuya a reforzar el pro
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yecto de unidad nacional y también ayude a superar
la discriminación étnica. Es importante que estos sectores se planteen no sólo la creación académica, sino la disputa en los medios de comunicación y en la formación de las futuras generaciones. Es tam bién un terreno en el que se debería plantear una convergencia con los sectores intelectuales indígenas de vanguardia. Sólo en una sociedad más participativa, tole rante, en donde se haya superado la cultura de la manipulación, de la compra y venta de los' valores humanos, .de la competencia y de la violencia, el maya podrá expresar libremente su religión y arre glar su situación en forma global y deftnitiva.