En la lectura del texto, se nos abre un esbozo sobre algunas consideraciones del por qué
vivenciar la filosofía desde temprana edad, abre espacios de participación para la
construcción de una democracia. Esto se hace posible en la medida que asumimos una idea sobre los niños como seres completos que pueden pensar y resolver problemas o plantearlos de acuerdo a sus edades; del mismo modo, los docentes necesitan algunas competencias en términos de conocimiento de la tradición filosófica y formación para ir adquiriendo algunas herramientas al momento de experimentar el mundo de FPN. Dentro de estas competencias se encuentra una actitud de humildad, al no creerse poseedor de una verdad, y alejarse de la enseñanza transmisionista, al fomentar el uso de diversos tipos de ejercicios en medio del diálogo que los lleve a problematizar, conceptualizar y argumentar.