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Don Quijote de la Mancha es una 

novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra.


Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a
comienzos de 1605, es la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de
la literatura universal, además de ser la más leída después de la Biblia.

El Quijote debería ser leído, para ocuparse improductivamente.

El quijote es un libro que, a diferencia de otras obras consideradas clásicos, se ha convertido en


referente de distintos ámbitos, a veces en deterioro de su lectura, esto puede explicarse porque,
el Quijote es una narración a la que es más fácil aludir que leer, con la obra más conocido de
Cervantes se cumple literalmente la definición de Mark Twain dio alguna vez los libros clásicos,
diciendo que son aquellos que mucha gente celebra, pero que pocos, muy pocos, leen.

¿Por qué pasa esto? entre otras razones, porque el Quijote es una de las obras más destacadas del
barroco en lengua española, una época en la que el lenguaje se consideraba el único medio de
expresión “válido”, y en la literatura el español era de cierta forma un idioma sino nuevo, si es una
especie de plenitud, como si en ese momento estuviera en lo mejor de su vida.

Si tenemos en cuenta el consejo de Vladimir Nabokov, quien decía a sus estudiantes, que era
fundamental valorar una obra literaria por la obra en sí, dejando de lado las discusiones
sociológicas, históricas o psicológicas a su alrededor, podríamos preguntarnos, ¿por qué leer
el Quijote? ¿Qué hay en el Quijote que, siendo una obra de la literatura, no sólo ha sido celebrada
y elogiada, sino sobre todo leída, incluso hasta la fecha? Por una motivación propia de la época, la
única lectura posible para el quijote es una que solo puede ser con atención, que nos lleva a leerla
con dedicación y con esmero.

El quijote nos ofrece una ocupación recreativa, una ocupación de asombro y de nuestra
curiosidad, una ocupación que maneja nuestros sentidos y nuestra atención. Esa es la grandeza del
Quijote, que bajo una sola acción, la de leerlos, nos lleva a un ánimo habitado, por el placer, el
solaz y el disfrute.

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