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ginarse de la nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que

aquel deducía de esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que
eran cuatro los principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante
movimiento, mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el
Odio. Estos eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes,
Heraclito y Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.
Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.
Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27
Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28
El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22
Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.
Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo
poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21
El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.
Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de
medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.
Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.
Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:
Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:
Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.
Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17
El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición
épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:
[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18
Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:


En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles
muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:
¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente
Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:
En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de
mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.
Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.
Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19
Sobre la naturaleza de los seres
Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.
Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque
siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.
Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.
El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:
Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29
En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.
Generación de los seres vivos
Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.
Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de
medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo quginarse de la
nada y que lo que existe no puede desaparecer, pero mientras que aquel deducía de
esto que la realidad era una e inmóvil, Empédocles postuló que eran cuatro los
principios materiales de la realidad y que se hallaban en constante movimiento,
mezclándose y repulsándose por las fuerzas espirituales del Amor y el Odio. Estos
eran los elementos propuestos por Tales de Mileto, Anaxímenes, Heraclito y
Jenófanes: agua, aire, fuego y tierra respectivamente.

Índice
1 Biografía
2 Obra
2.1 Sobre la naturaleza de los seres
2.1.1 El Amor y la Discordia
2.1.2 El ciclo cósmico
2.1.3 Generación de los seres vivos
2.1.4 Conocimiento y sensación
2.2 Las purificaciones
2.2.1 El alma
3 Recepción
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
No se conocen con exactitud las fechas del nacimiento y muerte de Empédocles, pero
Diógenes Laercio afirma que tenía unos cuarenta años durante la 84ª Olimpiada
(444/440 a. C.);2 Apolodoro de Atenas (recogido por Diógenes Laercio) dice que a
poco de nacer llegó a la colonia de Turios justo tras su fundación (444/3 a. C.),3
y Aristóteles afirma que murió a los 60 años,4 y que era más joven que Anaxágoras,5
lo que permite situarlas aproximadamente en 484/3-424/3 a. C. Sin embargo, puesto
que Teofrasto afirmaba que había nacido no mucho después de Anaxágoras,6 hay
autores que prefieren retrotraer sus fechas de nacimiento y muerte, situándolas en
495 y 435 a. C. respectivamente.7 Otras fuentes consideran que vivió 778 o 1099
años, lo que suele considerarse una inferencia provocada por noticias no
documentadas sobre su trato con otros personajes. Provenía de una familia
aristocrática y recibió una educación acorde a ello. Su padre fue Metón, que
intervino en el derrocamiento del tirano Trasideo, hijo de Terón en el año 470 a.
C. Su abuelo, también llamado Empédocles, fue criador de caballos como cuenta
Diógenes Laercio, y venció en las carreras de caballos en Olimpia durante la LXXI
Olimpíada.

Durante la infancia del filósofo, Agrigento, su ciudad natal, gozaba de su máximo


poder y fama bajo el gobierno del tirano Terón (488-472), quien fue reconocido por
ser un gobernante interesado por las artes y la religión, encarnando así las
preocupaciones del pueblo agrigentino, que conformaron el medio espiritual del cual
Empédocles se nutrió. Luego de la muerte de Terón, la tiranía pasó a manos de su
hijo Trasideo. Posteriormente esta fue derrocada y se estableció en Agrigento una
democracia. En esta transformación política, el filósofo tuvo parte importante, y
su defensa de la democracia instaurada lo llevó a disolver una organización
oligárquica conocida como la asamblea de los mil.10 Además persuadió a los
habitantes de Agrigento de abandonar las luchas entre partidos y cultivar la
igualdad política y rehusó cualquier cargo que se le quisiera otorgar.11 Por sus
ideales democráticos y quizás por su extravagancia y sus métodos, Empédocles se
hizo muchos enemigos, que en una de sus ausencias de Agrigento conspiraron contra
él e impidieron su regreso.

Fue orador y médico excelente, quizás fue fundador de la escuela siciliana de


medicina, aunque otros le atribuyan este título a su amigo Acrón.12 Diversos
autores nos hablan de su talento a la hora de curar enfermedades, así como también
dan fe de hazañas increíbles, como Heráclides, quien cuenta que llegó al punto de
resucitar una mujer que llevaba 30 días sin respirar.13 Sin embargo, es sensato
decir que a pesar del valor histórico que puedan tener estos testimonios, muchos se
basan en lo que el propio agrigentino expresaba en sus poemas y discursos,
acrecentando así su imagen mística y divina.

Hay varias leyendas acerca de su muerte. Una de ellas es que luego de celebrar un
sacrificio en un campo de Pisianacte, todos los invitados, incluido su discípulo
Pausanias, se retiraron del lugar. Empédocles sin embargo se mantuvo allí. Al día
siguiente, el filósofo no se encontraba por ningún lado y algún sirviente dijo
haber escuchado una voz que lo llamaba y luego haber visto una luz celestial. Luego
de eso Pausanias determinó que era hora de alabarle como a un dios. Otra versión
nos dice que se arrojó al volcán Etna,14 buscando confirmar su unión divina con la
naturaleza. Esta versión fue desmentida por muchos en la antigüedad, como si se
tratase de un engaño (Hipóboto).15 Timeo es quien da el dato más probable acerca de
su muerte, diciendo que Empédocles murió en el Peloponeso, una vez exiliado de
Agrigento.

Obra
Hay muchas obras que se atribuyen a Empédocles, pero muchas son falsas. Entre ellas
se encuentran epigramas dirigidos a su discípulo Pausanias, versos dedicados a
Pitágoras y cierto número de tragedias. Aristóteles además le atribuye haber
escrito el “Tránsito de Jerjes” que fue quemado por ser una obra imperfecta, y un
“Proemio a Apolo” que fue quemado involuntariamente.16 También se le atribuyen
tratados médicos escritos en prosa, pero ninguno de ellos se conoce hoy en día.

Los únicos escritos que se tienen con seguridad de Empédocles son dos poemas: Sobre
la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre
explicaciones basadas en fundamentos científicos y racionales acerca del mundo
natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El
segundo poema, se trata de un escrito religioso, en donde se narra y se revela como
imperativo el camino de un alma que luego de ser desterrada por su propia culpa de
su morada divina debe por medio de la purificación retornar al lugar al cual
pertenece. En estos escritos, de naturalezas tan diferentes como lo pueden parecer
la científica y la religiosa, Empédocles parece encarnar el genio griego de aquella
época, que no veía contradicción alguna en asumir estas dos posturas que pueden
parecer contradictorias en un primer momento.17

El estilo de escritura de los dos poemas es el hexámetro dactílico de la tradición


épica, el cual parecía ser para el filósofo agrigentino la mejor manera de expresar
su pensamiento. Él mismo advirtió que este iba a hallar una gran dificultad para
darse a entender, por lo cual eligió conscientemente el poema como medio de
expresión, y en él se ve cómo vuelve varias veces sobre la misma idea mediante la
repetición de versos en contextos diferentes, cómo retorna sobre sus pasos cuando
siente que debe aclarar una explicación, etc. y el mismo dice en el fragmento 25:

[...] es bueno repetir incluso dos veces lo que es necesario.18


Se nota en sus escritos además, el uso de abundantes símiles para explicar leyes
generales mediante acciones relacionadas con la invención humana (cocción del pan,
aleación de metales, pintar un cuadro, etc.)19

Sobre la naturaleza de los seres


Este poema, (en griego Περὶ φύσεως), está dirigido a Pausanias, discípulo de
Empédocles. En él encontramos varios rasgos de la filosofía de Parménides
deliberadamente enunciada. Esto ya bien para mostrar puntos de acuerdo con el
filósofo de Elea o para mostrar un disenso.

Empédocles está de acuerdo con la tesis permenidea que postula que nada puede
surgir de la nada, y, a su vez, que nada de lo que existe puede desaparecer. En los
fragmentos 11 y 12 se reafirma esta idea:

¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente


Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía
O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa.20
Sin embargo, Empédocles también muestra en su poema disconformidad con dos
conclusiones de Parménides acerca del Ser y, ante la inmutabilidad y la unidad de
este, propondrá que el ser se halla en constante movimiento y que su realidad
última es en efecto una pluralidad de elementos primordiales que conforman todo lo
que es. A su vez, frente al decisivo "es o no es" de Parménides, el filósofo de
Agrigento muestra esta doble faceta de los seres, que en un sentido se originan y
perecen, y por lo tanto son transitorios, y en otro son eternos, en tanto que están
formados por elementos eternos.

Estos elementos primordiales son los arché (en griego ἀρχή) pensados por otros
presocráticos y que fueron reunidos en su filosofía. Así pues tenemos el fuego, la
tierra, el aire y el agua, que son enunciados en el poema generalmente con nombres
divinos:

Ante todo, aprende las cuatro raíces de todas las cosas:


Zeus el magnífico y Hera que da la vida; también Aidoneo,
Y Nestis, que hace correr con sus lagrimas las fuentes de los mortales.21
Todos estos elementos tienen igual importancia en tanto que principio. Ninguno es
anterior a otro, diferente de otros filósofos que pensaban en la predominancia de
uno en particular.

Los nombres divinos que se le asignan a los elementos no son simples adornos
poéticos, sino que revelan una concepción de la naturaleza según la cual todo está
provisto de sensación y pensamiento.22

Puesto que hay en su filosofía cuatro elementos primordiales y no una unidad única,
estos elementos pueden moverse ocupando inmediatamente el lugar de los otros.
Gracias a este movimiento del Ser, es posible la génesis del cosmos, en el cual sus
seres son divisibles y están en movimiento. Esto le permite a Empédocles decir en
“Sobre la naturaleza de los seres” que no existe nacimiento de ningún ser mortal,
ni desaparición en la muerte, puesto que todo es mezcla y modificación de lo
mezclado.21

El Amor y la Discordia
Para explicar el movimiento del Ser, negado por Parménides, Empédocles propone
fuerzas motoras externas o diferentes a los cuatro elementos. Estas fuerzas
aparecen en el fragmento 17 con los nombres de Amor y Discordia,23 las fuerzas
primordiales de atracción y repulsión. Ellas conviven en constante tensión,
alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una
sobre la otra, pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien
se hallase en un momento en el cual la vida terrestre sería imposible. En un
determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de las cosas
es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.

Empédocles muestra esta doble visión de los seres, que en tanto que son compuestos
de los elementos se originan y perecen constantemente, y en tanto que sus elementos
son en sí indestructibles, son eternos.24 El Amor representa la atracción entre lo
no semejante y la Discordia, la atracción entre lo semejante. Lo que la discordia
separa, debe unirlo en una masa separada.

Las sustancias orgánicas se originan por el azar, es decir, fortuitamente, aunque


siempre por influencia del Amor, quien los combina y mantiene unidos. Las cosas
actúan según su naturaleza particular, pero de manera fortuita.25 De esta manera,
se entiende al azar como una causa que se esconde a la razón humana. Es necesario
en tanto que es la naturaleza de los elementos, que estos se muevan, y que estos se
encuentren de manera azarosa. Esta naturaleza se trata, en el pensamiento de
Empédocles, de la particular de cada elemento, y no está basada en una teleología.

El ciclo cósmico
Este ciclo puede explicarse en cuatro fases:

En un primer momento, el Amor lo gobierna todo sin oposición, y se encarga de


mantener todo en una mezcla perfecta llamada Sphairos.26 Este es el Dios
empedocleano y constituye una unidad en la cual todos los elementos se mantienen
unidos en armonía.27 En un segundo momento, la Discordia entra en el Sphairos y
comienza a separar los elementos hasta llegar a una tercera fase en la cual su
dominio es pleno y todos los elementos se encuentran separados entre sí. Luego, en
otra fase, el Amor irrumpe hasta unir otra vez todos los elementos y lo mismo
sucederá, inversamente, con la Discordia. Los seres mortales que vemos y entre los
cuales nos encontramos, se sitúan en la fase intermedia en la cual las cosas se
encuentran unidas y separadas a la vez, una etapa de tensión y conflicto entre las
dos fuerzas. Para Empédocles no existe una cosmogonía que parta de una unidad
primordial y fluya hacia una disgregación de manera lineal, sino que se trata de
una sucesión infinita de mundos que van desde la disgregación absoluta hasta la
unidad y viceversa:27

Lo mortal tiene dos formas de nacer y dos de destruirse28


El hecho de que el Sphairos comenzara a estremecerse dando lugar a su proceso de
disgregación ocurre, según Empédocles, de manera natural. No se explica demasiado
en este aspecto, y alude a motivos religiosos, como lo hace en otras partes de sus
poemas, al otorgarle a los sucesos el carácter de necesarios:

Existe un oráculo de la Necesidad, decreto antiguo de los dioses…29


En cuanto al estado de las cosas una vez la Discordia ha separado todos los
elementos y los ha mantenido aislados, Empédocles no da mayores pistas en los
fragmentos que se conservan. Casi todo lo que hay acerca del tema son
interpretaciones de los comentaristas. De cualquier manera se trata de un estado
que está muy lejos de la divinidad del Sphairos en la cual todo se halla
perfectamente mezclado.

Generación de los seres vivos


Para Empédocles la generación y aniquilación de los seres vivos, es decir, su
nacimiento y su muerte, es en realidad una reestructuración de los elementos,
mezclados en una disposición diferente.21

La generación de los seres vivos también puede explicarse en cuatro fases:

En un principio, en la fase en la cual el Amor comenzaba a juntar todo, Empédocles


muestra una imagen fantástica del proceso evolutivo, en el cual los miembros se
hallaban separados del cuerpo y luego se combinarían por azar, dando lugar a una
segunda etapa.30 Aquí el Amor combinó estas partes en seres monstruosos en algunos
casos y sólo los seres más aptos continuaron su existencia. Todo lo qu

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