En los últimos 20 años la supervivencia de las mujeres con cáncer de mama ha
crecido exponencialmente y no cabe duda de que se trata de un escenario muy esperanzador. Sin embargo, a través de las reflexiones volcadas en el artículo “Protección ósea durante el cáncer de mama, publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral, se revela cómo esta nueva situación también conlleva, en ocasiones, un incremento de enfermedades crónicas, la posible pérdida de masa ósea y la aparición de osteoporosis asociadas a los tratamientos administrados.
Tal y como observa el citado artículo, al inicio de la enfermedad no se evidencia una
mayor prevalencia de osteoporosis en las pacientes, puesto que no es el cáncer de mama pero que influye en el incremento del riesgo de OP. De hecho, la prevalencia de fracturas entre las pacientes diagnosticadas de cáncer de mama no tratadas y que no presentan metástasis óseas es similar a la de la población general