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TEMA 13.

CONTROL DE LA PRESIÓN ARTERIAL Y EL FLUJO SANGUÍNEO


OBJETIVO: DESCRIBIR CÓMO SE REGULA LA PRESIÓN ARTERIAL.

Varios sistemas de retroalimentación negativa interconectados controlan la presión arterial (PA) a través del ajuste de
la frecuencia cardíaca, el volumen sistólico, la resistencia vascular sistémica y el volumen sanguíneo. Algunos sistemas
permiten un rápido ajuste para enfrentar cambios abruptos, como la caída de la PA que ocurre en el cerebro al salir de
la cama; otros actúan más lentamente para proveer regulación a largo plazo de la PA. El organismo puede requerir
además ajustes en la distribución del flujo sanguíneo. Durante el ejercicio, por ejemplo, un mayor porcentaje del total
del flujo sanguíneo es desviado a los músculos esqueléticos.

PAPEL DEL CENTRO CARDIOVASCULAR.

El centro cardiovascular (CV) se encuentra en el bulbo raquídeo. Ayuda a regular la frecuencia cardíaca y el volumen
sistólico. El CV además, controla sistemas de retroalimentación negativa locales, neuronales y hormonales que regulan
la PA y el flujo sanguíneo a los
tejidos periféricos. Grupos
aislados de neuronas dentro del
CV regulan la frecuencia cardíaca,
la contractilidad de los ventrículos
y el diámetro de los vasos
sanguíneos. Algunas neuronas
estimulan el corazón (centro
cardioestimulador); otras lo
inhiben (centro cardioinhibidor.)
Otras controlan el diámetro de los
vasos sanguíneos causando
vasoconstricción (centro
vasoconstrictor) o vasodilatación (centro vasodilatador); a estas neuronas se las conoce colectivamente con el nombre
de región vasomotora.

El CV recibe aferencias tanto de regiones encefálicas superiores como de receptores sensoriales. Los impulsos nerviosos
descienden desde la corteza cerebral, el sistema límbico y el hipotálamo para afectar al CV. Por ejemplo, antes de
empezar una carrera, la frecuencia cardíaca puede aumentar debido a impulsos enviados desde el sistema límbico al
CV. Los tres tipos de receptores sensoriales que proveen aferencias al CV son los propioceptores, los barorreceptores y
los quimiorreceptores.

 Los propioceptores monitorizan los movimientos de los miembros y de los músculos y proveen aferencias al CV
durante la actividad física.
 Los barorreceptores monitorizan los cambios de presión y estiramiento de las paredes de los vasos sanguíneos.
 Los quimiorreceptores monitorizan la concentración de varias sustancias químicas en la sangre.

Las eferencias del CV fluyen a lo largo de neuronas simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso autónomo (SNA.)
Los impulsos simpáticos alcanzan el corazón a través de los nervios cardioaceleradores. El incremento de la
estimulación simpática incrementa la frecuencia cardíaca y la contractilidad; la disminución en la estimulación

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simpática disminuye la frecuencia cardíaca y la contractilidad. La estimulación parasimpática, conducida a través de los
nervios vagos (X par), disminuye la frecuencia cardíaca.

El CV envía además impulsos en forma continua al músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos a través de los
nervios vasomotores. La región vasomotora del CV envía impulsos en forma continua sobre las arteriolas de todo el
organismo, pero especialmente aquellas en la piel y en las vísceras abdominales. El resultado es un estado moderado
de contracción tónica o vasoconstricción, denominado tono vasomotor, que regula el nivel de reposo de la resistencia
vascular sistémica. La estimulación simpática de la mayoría de las venas produce vasoconstricción que moviliza a la
sangre fuera de los reservorios venosos de sangre e incrementa la PA.

REGULACIÓN NERVIOSA DE LA PRESIÓN ARTERIAL:

El sistema nervioso regula la PA a través de circuitos de retroalimentación negativa que se producen por dos tipos de
reflejos: reflejos vasomotores y reflejos quimiorreceptores.

Reflejos barorreceptores.

Los barorreceptores,
receptores sensoriales
sensibles a la presión,
están localizados en la
aorta, arterias carótidas
internas y otras grandes
arteriales en el cuello y
en el tórax. Ellos envían
impulsos al CV para
ayudar a regular la PA.
Los dos reflejos
barorreceptores más
importantes son el
reflejo del seno carotideo
y el reflejo aórtico.

Los barorreceptores en las paredes del seno carotideo inician el reflejo del seno carotideo, que ayuda a regular la
presión sanguínea del cerebro. Los senos carotideos son pequeñas ampliaciones de las arterias carótidas internas
derechas e izquierda junto por encima del punto en que ellas se originan de las arterias carótidas comunes. La PA estira
la pared del seno carotideo, lo cual estimula los barorreceptores. Los impulsos nerviosos se propagan desde los
barorreceptores del seno carotideo a través de axones sensitivos en el nervio glosofaríngeo (IX) hacia el CV. Los
barorreceptores de la pared de la aorta ascendente y el arco aórtico inician el reflejo aórtico, que regula la PA
sistémica. Los impulsos nerviosos desde los barorreceptores aórticos alcanzan el CV a través de axones sensoriales de
los nervios vagos (X.)

Cuando la PA disminuye, los barorreceptores están menos estirados y envían impulsos nerviosos con menor frecuencia
hacia el CV. En respuesta, el CV disminuye la estimulación parasimpática del corazón conducida por los axones motores
de los nervios vagos e incrementa la estimulación simpática del corazón a través de los nervios aceleradores. Otra
consecuencia de la estimulación simpática es el incremento de la secreción de adrenalina y noradrenalina por parte de
la médula suprarrenal. Cuando el corazón late más rápido y con mayor fuerza, y cuando la resistencia vascular sistémica
aumenta, el gasto cardíaco y la resistencia vascular sistémica se elevan, y la PA se incrementa hasta un nivel normal.

En cambio, cuando se detecta un incremento en la presión, los barorreceptores envían impulsos a una mayor
frecuencia. El CV responde incrementando la estimulación parasimpática y disminuyendo la estimulación simpática. La

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disminución resultante en la frecuencia cardiaca y en la frecuencia de la contracción reducen el gasto cardiaco. El CV
también disminuye la frecuencia a la cual envía impulsos simpáticos a lo largo de las neuronas vasomotoras que
normalmente producen vasoconstricción. La vasodilatación resultante disminuye la resistencia vascular. Tanto la
disminución del gasto cardíaco como de la resistencia vascular sistémica disminuyen la PA sistémica hasta su valor
normal.

El pasaje de una posición acostado a la posición erecta disminuye la PA y el flujo sanguíneo hacia la cabeza y la parte
superior del cuerpo. Los reflejos barorreceptores, sin embargo, contrarrestan rápidamente la caída de presión. A veces,
estos reflejos operan más lento de lo normal, especialmente en la vejez, en cuyo caso una persona puede desvanecerse
debido a la reducción del flujo sanguíneo cerebral cuando se pone de pie demasiado rápido.

Reflejos quimiorreceptores.

Los quimiorreceptores, receptores sensoriales que monitorizan la composición química de la sangre, están localizados
cerca de los barorreceptores del seno carotideo y del arco de la aorta en pequeñas estructuras llamadas cuerpos
carotideos y cuerpos aórticos, respectivamente. Estos quimiorreceptores detectan cambios en el nivel sanguíneo de
O2, CO2 y H+. La hipoxia (la disponibilidad reducida de O2), la acidosis (un incremento en la concentración de H+) o la
hipercapnia (exceso de CO2) estimulan a los quimiorreceptores para enviar impulsos al CV. En respuesta, el CV
incrementa la estimulación simpática de arteriolas y venas, produciendo vasoconstricción y un incremento de la presión
arterial. Estos quimiorreceptores además proveen aferencias al centro respiratorio en el tronco encefálico para ajustar
la frecuencia de la respiración.

REGULACIÓN HORMONAL DE LA PRESIÓN ARTERIAL:

Algunas hormonas ayudan a regular la PA y el flujo sanguíneo alterando el gasto cardiaco, cambiando la resistencia
vascular sistémica o ajustando el volumen sanguíneo total:

1)SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA ALDOSTERONA (RAA.) Cuando cae el volumen sanguíneo o el flujo sanguíneo a los
riñones disminuye, las células yuxtaglomerulares en los riñones secretan renina hacia el torrente sanguíneo. En
secuencia, la renina y la enzima convertidora de angiotensina (ECA) actúan sobre sus substratos para producir la
hormona activa angiotensina II, la cual eleva la PA por dos caminos. En primer lugar la angiotensina II es un potente
vasoconstrictor; eleva la presión a través de un aumento de la resistencia vascular sistémica. En segundo lugar, estimula
la secreción de aldosterona, la cual incrementa la reabsorción de iones sodio y agua por parte del riñón. La reabsorción
de agua incrementa el volumen sanguíneo total, lo cual aumenta la PA.

2)ADRENALINA Y NORADRENALINA. En respuesta a la estimulación simpática, la médula suprarrenal libera adrenalina y


noradrenalina. Estas hormonas aumentan el gasto cardiaco a través del incremento de la frecuencia y la fuerza de la
contracción cardiaca. Ellas también producen vasoconstricción de las arteriolas y de las venas de la piel y de los órganos
abdominales, y vasodilatación de las arteriolas en el músculo esquelético y cardiaco, lo cual ayuda a incrementar el flujo
sanguíneo a los músculos durante el ejercicio.

3)HORMONA ANTIDIURÉTICA (HAD.) La HAD es producida por el hipotálamo y liberada por el lóbulo posterior de la
hipófisis en respuesta a la deshidratación y a la estimulación del volumen sanguíneo. Entre otras acciones, la HAD
produce vasoconstricción, que incrementa la PA. Por este motivo la HAD, se denomina también vasopresina.

4)PEPTIDO NATRIURÉTICO AURICULAR (PNA.) Liberado por células de la aurícula del corazón, el PNA disminuye la PA a
través de la vasodilatación y promoviendo la pérdida de sal y de agua en la orina, lo cual reduce el volumen sanguíneo.

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AUTORREGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL:

En cada lecho capilar, cambios locales pueden regular la vasomotricidad. Cuando los vasodilatadores producen
dilatación local de las arteriolas y relajación de los esfínteres precapilares, aumenta el flujo sanguíneo hacia las redes
capilares, lo cual incrementa el nivel de O2. Los vasoconstrictores tienen el efecto opuesto. La habilidad de un tejido de
ajustar automáticamente su flujo sanguíneo para cubrir sus demandas metabólicas se llama autorregulación. En tejidos
como el corazón o el músculo esquelético, donde la demanda de O2 y nutrientes y la remoción de desechos puede
incrementarse tanto como diez veces durante la actividad física, la autorregulación es una contribución importante
para el aumento del flujo sanguíneo a través los tejidos (Tema 12, página 4.)

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