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CONTENIDO
Presentación ..................................................................................... XI
ARBITRAJE NACIONAL
Comentarios a la Ley General de Arbitraje del Perú -
Ley Nº 26572
CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA (Perú) ........................................................ 3
ARBITRAJE INTERNACIONAL
El plazo en el arbitraje
HÉCTOR ALEGRÍA (Argentina) ..................................................................... 281
Arbitrajes complejos
FERNANDO DEL CASTILLO ELORZA (México) ..................................................... 361
Arbitraje y procedimiento
CÉSAR CORONEL JONES (Ecuador) ................................................................ 365
ARBITRAJE DE INVERSIÓN
Arbitrando la Inversión
FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA (Perú) .................................................... 783
P R E S E N TA C I Ó N
C
on absoluta convicción afirmamos que en el Perú de hoy el arbi-
traje constituye el sistema privado de solución de controversias
comerciales por excelencia, preferido por inversionistas, empre-
sarios, pequeñas y medianas empresas.
Este hecho se constata de la lectura de las estadísticas de los Cen-
tros de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima, de AmCham -
Perú, del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Es-
tado – Consucode, de la Universidad Católica, entre otros. Estas ci-
fras, qué duda cabe, no son fruto de la casualidad sino de la confiabi-
lidad que el arbitraje está brindando a los particulares, tanto por su
especialización como por su celeridad y seriedad. A esto se suma la
ventaja de contar con una moderna Ley General de Arbitraje (Ley Nº
26572, promulgada el 05 de enero de 1996), al profesionalismo de
prestigiosos árbitros peruanos, a la enseñanza del arbitraje en las fa-
cultades de derecho y a la publicación de importantes libros(1) sobre
(1) Las principales obras sistemáticas sobre la Ley General de Arbitraje son: Fernando
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, Fondo Editorial de la
UPC, Lima, 2007; Fernando CANTUARIAS SALAVERRY y Manuel Diego ARAMBURÚ YZA-
GA , El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y perspectivas futuras, Fundación M. J. Busta-
mente de la Fuente, Lima, 1994; Gonzalo GARCÍA-CALDERÓN MOREYRA, El arbitraje
internacional en la sección segunda de la Ley Nº 26572, Lima, 2004; Fernando VIDAL
RAMÍREZ, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta Jurídica, Lima, 2003.
XII PRESENTACIÓN
(2) Integrado por los doctores Jorge Santistevan de Noriega, Fernando Cantuarias Salave-
rry, Franz Kundmüller Caminiti, Paolo del Aguila Ruiz de Somocurcio y por quien
dirige la presente obra.
(3) El inciso 1) del artículo 139 de la Carta Política establece:
“Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
1. La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.
No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de
la militar y la arbitral.
(…)”
(4) Sentencias recaídas en el Expediente Nº 6167-2005-HC/TC (Caso Cantuarias Salave-
rry), en el Expediente Nº 1567-2006-PA/TC (Caso Algamarca), en el Expediente Nº
4972-2006-PA/TC (Caso Corporación Meier), en el Expediente Nº 7532-2006-PA/TC
(Caso Lider Group), entre otras.
(5) Mención especial merece el Congreso Peruano Internacional de Arbitraje organizado
por la Universidad San Ignacio de Loyola, la REVISTA PERUANA DE ARBITRAJE y el INSTITU-
TO P ERUANO DE ARBITRAJE . El primer Congreso (abril, 2007) congregó a 50 expertos en
PRESENTACIÓN XIII
Agradecimientos y compromiso
El IPA desea agradecer a todas las personas e instituciones que
han hecho posible la publicación de su primer volumen de la
colección“Arbitraje Comercial y Arbitraje de Inversión”.
PRESENTACIÓN XV
Nuestro agradecimiento:
• A cada uno de los autores, reconocidos árbitros peruanos e
internacionales, que desinteresadamente enviaron sus traba-
jos para publicarlos en esta obra colectiva.
• A las instituciones que patrocinaron la publicación de esta obra:
el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacio-
nal-CCI (París-Francia), la Cátedra Garrigues (Navarra-Espa-
ña) y el Estudio Miranda & Amado (Lima-Perú).
• A la Editorial Magna del señor Miguel La Rosa Yarleque, por
la pulcritud en la edición de la obra.
• A cada uno de los integrantes del Instituto Peruano de Ar-
bitraje-IPA por el trabajo en la edición y corrección de los
textos.
El INSTITUTO PERUANO DE ARBITRAJE - IPA informa a todos los
árbitros, Estudios Jurídicos e instituciones arbitrales, peruanos y ex-
tranjeros, que las puertas del IPA estarán abiertas a todos los que de-
seen colaborar en la promoción y difusión del arbitraje interno e in-
ternacional. Próximamente, comunicaremos las actividades que reali-
zaremos en el año 2008.
Lima -Perú, marzo de 2008.
Arbitraje
Nacional
2 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 3
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 3-31
( *) Profesor de Derecho Civil en la Universidad de Lima y Derecho Civil y Arbitraje en la Universidad San
Ignacio de Loyola. Jefe del Área de Arbitraje Internacional del Estudio Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman &
Luna-Victoria Abogados. Director Ejecutivo de la Revista Peruana de Arbitraje. Presidente del Instituto
Peruano de Arbitraje - IPA. Miembro del Club Español de Arbitraje.
(1) El Código Civil entró en vigor el 14 de noviembre de 1984.
(2) Según el derogado artículo 1906 del Código Civil, por la cláusula compromisoria las partes podían obligarse,
mediante un pacto principal o una estipulación accesoria, a celebrar en el futuro un compromiso arbitral.
(3) El compromiso arbitral, conforme al derogado artículo 1909 del Código Civil, era el compromiso mediante
el cual las partes convenían que una determinada controversia, materia o no de un juicio, sea resuelta por
un tercero o terceros a quienes designaban y a cuya jurisdicción y decisión se sometían expresamente.
4 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(4) El Código de Procedimientos Civiles fue derogado por la primera disposición derogatoria del Código Pro-
cesal Civil, promulgado por Decreto Legislativo N° 768 de fecha 2 de marzo de 1992 y cuyo Texto Único
Ordenado, fue aprobado por R.M. N° 010-93-JUS, publicada el 23 de abril de 1993.
(5) De conformidad con lo establecido en el artículo 548 del derogado Código de Procedimientos Civiles, por
medio del juicio arbitral se podía solucionar toda controversia, sea o no materia de un juicio, sometiéndola
a la decisión de uno o más árbitros. El número de árbitros debía ser impar.
(6) DE TRAZEGNIES G., Fernando, “Los conceptos y las cosas: vicisitudes peruanas de la cláusula compromiso-
ria y del compromiso arbitral”, en: El Arbitraje en el Derecho Latinoamericano y Español, University of
Ottawa, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima, 1989, p. 549.
(7) La nueva Ley General de Arbitraje ya no distingue entre cláusula compromisoria y compromiso arbitral,
y regula exclusivamente al convenio arbitral como único contrato que deben celebrar las partes para
someter sus controversias a la jurisdicción arbitral. La Primera Disposición Complementaria y Transito-
ria de la vigente Ley General Arbitraje ha eliminado tal distinción y ha establecido que toda referencia
legal o contractual a la cláusula compromisoria o al compromiso arbitral se debe entender como referida
al convenio arbitral.
(8) La UNCITRAL (United Nations Commission on Internacional Trade Law) o CNUDMI (Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional) fue creada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas mediante resolución 2205 (XXI) de 17 de diciembre de 1966. Este importante
organismo está encargado de promover la armonización y modernización progresiva del Derecho
del Comercio Internacional, mediante la preparación y el fomento de la utilización y adopción de
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 5
instrumentos legislativos y no legislativos en diversos temas claves del Derecho Mercantil. Para mayor
información, visite http://www.uncitral.org.
(9) SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge, “Arbitraje y Jurisdicción desde la perspectiva del Tribunal Constitucional
del Perú”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Grijley, Lima, 2005, N° 2, p. 17; ABANTO TORRES, Jaime David,
“El Arbitraje en las sentencias del Tribunal Constitucional y la procedencia del Amparo contra laudos arbi-
trales”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Grijley, Lima, 2006, N° 3, p. 144; S OTO C OAGUILA , Carlos A.
“Al arbitraje se le respeta”, en: Revista Legal Columnas, Lima, Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Luna-
Victoria Abogados, Mayo-Junio, 2007, Nº 147, pp. 22-23.
6 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
3. MATERIAS QUE PUEDEN SO- cuales las partes contratantes tengan libre
METERSE A ARBITRAJE disponibilidad.
a) Las que versan sobre el estado o la El artículo 14 de la LGA (el cual con-
capacidad civil de las personas, ni templa el principio de separabilidad o
las relativas a bienes o derechos de autonomía del convenio arbitral), estable-
incapaces, sin la previa autoriza- ce que la inexistencia, rescisión, resolu-
ción judicial. ción, nulidad o anulabilidad total o par-
cial de un contrato u otro acto jurídico que
b) Aquellas sobre las que ha recaído re- contenga un convenio arbitral, no impli-
solución judicial firme, salvo las con- ca necesariamente la inexistencia, inefi-
secuencias patrimoniales que surjan de cacia o invalidez de éste. En consecuen-
su ejecución, en cuanto conciernan ex- cia, los árbitros deberán pronunciarse so-
clusivamente a las partes del proceso. bre la controversia que ha sido sometida
a su conocimiento, la que podría versar,
c) Las que interesan al orden público o
inclusive, sobre la inexistencia, ineficacia
que versan sobre delitos o faltas; sin
o invalidez del contrato o acto jurídico que
embargo, sí podrá arbitrarse sobre la
contenga el convenio arbitral.
cuantía de la responsabilidad civil
siempre que ella no hubiera sido fi- Como puede observarse, no existe
jada por resolución judicial firme. impedimento para que un tribunal arbitral
resuelva sobre la validez, ineficacia o nu-
d) Las directamente concernientes a las
lidad de un contrato, más aún si las par-
atribuciones o funciones de imperio
tes, sobre la base de su autonomía priva-
del Estado, o de personas o entida-
da, plasmada en el convenio arbitral, así
des de derecho público.
lo han declarado expresamente.
En suma, son materias arbitrables Ello ha sido recogido por el proyecto
todas las controversias respecto de las modificatorio de la LGA(10) (en adelante
Comisión presentó un Proyecto de Modificaciones Parciales a la Ley General de Arbitraje, proyecto que
todavía no se ha convertido en Ley y que puede consultarse en: www.minjus.gob.pe/Proyectos/
leyarbitraje.htm.
(11) ÁLVAREZ , Henri, “Guiado por una mano invisible. El orden público al amparo del capítulo II del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, en: Revista Peruana de Arbitraje, N° 1, Grijley,
Lima, 2005, pp. 13-70.
8 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
presume que su voluntad fue someterse a es de conciencia cuando, dentro de los lí-
un arbitraje de conciencia(12). mites del orden público, resuelven con-
forme a sus conocimientos sobre la mate-
ria y su sentido de equidad (...).”
4.1. Arbitraje de derecho
Consideramos que al incluir la re-
En el arbitraje de derecho, el tri-
ferencia al orden público como límite a
bunal arbitral resuelve el conflicto sus-
la competencia de los árbitros, se está
citado entre las partes aplicando el de-
zanjando la discusión respecto de si en
recho vigente. Por ello, su decisión debe
este tipo de arbitraje se pueden contra-
fundarse en lo previsto por el ordena-
venir normas legales imperativas. Recor-
miento jurídico. Desde luego, en los ar-
demos que la LGA señala en su artículo
bitrajes de derecho, los árbitros no es-
1 que no se pueden someter a arbitraje
tán limitados a la aplicación exclusiva
las controversias que interesan al orden
de la ley o norma legal escrita, sino que
público; por ende, tampoco se podría
también deben acudir a las demás fuen-
laudar en contra de éste.
tes del derecho, como la jurisprudencia,
la doctrina, los principios generales del En un arbitraje de conciencia, el tri-
derecho y la costumbre. bunal arbitral no está compelido a aplicar
el derecho vigente, sino que goza de un
Como dijimos, la LGA señala que los
mayor campo de acción, teniendo mayor
arbitrajes de derecho deben ser conduci-
flexibilidad para dar solución a la contro-
dos por abogados, ello debido a su cono-
versia que se le plantea.
cimiento de la disciplina jurídica.
Es conveniente precisar que, confor-
4.2. Arbitraje de conciencia me a la actual LGA, las partes al someter
sus controversias a arbitraje pueden ele-
En este tipo de arbitraje, el tribunal gir el tipo de arbitraje que utilizarán para
arbitral resuelve la controversia sobre la dar solución a sus futuros conflictos. Em-
base de sus conocimientos y de acuerdo a pero, si éstas no estipulan expresamente
su leal saber y entender. Dado que esta el tipo de arbitraje al cual desean someter
definición resulta bastante ambigua, el sus conflictos, tratándose de un arbitraje
proyecto modificatorio propone modifi- doméstico se entenderá que se someten a
car la norma que regula este tipo de arbi- un arbitraje de conciencia(13). Solución
traje para precisar que “(...) (El arbitraje) distinta se presenta en caso de un arbitraje
(12) El Proyecto Modificatorio de la Ley General de Arbitraje propone algunos cambios respecto a las definicio-
nes de las clases de arbitraje y las presunciones, como veremos más adelante (www.minjus.gob.pe/Pro-
yectos/leyarbitraje.htm.)
(13) Artículo 3 de la LGA:
“Artículo 3.- Arbitraje de derecho o de conciencia.- El arbitraje puede ser de derecho o de conciencia.
Es de derecho cuando los árbitros resuelven la cuestión controvertida con arreglo al derecho aplicable. Es
de conciencia cuando resuelven conforme a sus conocimientos y leal saber y entender.
Salvo que las partes hayan pactado expresamente que el arbitraje será de derecho, el arbitraje se enten-
derá de conciencia.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 9
Los árbitros tendrán en cuenta, de tratarse de asuntos de carácter comercial, los usos mercantiles
aplicables al caso.”
(14) Artículo 117 de la LGA:
“Artículo 117.- Normas aplicables al fondo del litigio.- El tribunal arbitral decidirá el litigio de conformidad
con las normas de derecho elegidas por las partes como aplicables al fondo del litigio. Se entenderá que
toda indicación del derecho u ordenamiento jurídico de un Estado determinado, se refiere, a menos que se
exprese lo contrario, al derecho sustantivo de ese Estado y no a sus normas de conflicto de leyes.
Si las partes no indican la ley aplicable, el tribunal arbitral aplicará la ley que estime conveniente. El
tribunal arbitral decidirá en conciencia y equidad sólo si las partes le han autorizado expresamente a
hacerlo así.
En todos los casos, el tribunal arbitral decidirá con arreglo a las estipulaciones del contrato y tendrá en
cuenta, de tratarse de un asunto de carácter comercial, los usos mercantiles aplicables al caso.”
10 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(15) DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, Paolo, “Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc ¿He ahí el dilema?”, en:
Revista Peruana de Arbitraje, N° 2, Grijley, Lima, 2005, p. 237.
(16) Guillermo LOHMANN , prefiere denominar a esta clase de arbitraje: “arbitraje personalizado”, pues el término
arbitraje ad-hoc, “invita a pensar que los árbitros han sido designados especialmente –lo cual siempre ha
de suceder– y que no necesariamente tienen por cometido habitual dedicarse a estas labores”. (LOHMANN
LUCA DE TENA , Juan Guillermo, Arbitraje, Lima, Fondo Editorial de la PUCP, 1987, pp. 74-75).
(17) Loc. cit.
(18) MUNNÉ CATARINA, Frederic, La administración del arbitraje: Instituciones arbitrales y procedimiento arbitral,
Navarra, Aranzadi, 2002, p. 22.
(19) DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, “Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc (...)”, cit., p. 237.
(20) Loc. cit.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 11
(21) Tal es el caso de la Cláusula Arbitral Modelo que propone el Centro de Conciliación y Arbitraje de la
Cámara de Comercio de Lima, la misma que señala lo siguiente: “Todo litigio o controversia, derivados o
relacionados con este acto jurídico, será resuelto mediante arbitraje, de conformidad con los Reglamentos
Arbitrales del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima, a cuyas normas, administración y
decisión se someten las partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integri-
dad”. Ello no implica que no debamos ser cuidadosos al pactar cláusulas arbitrales, a fin de no incurrir en
cláusulas patológicas que afecten el desarrollo del procedimiento arbitral. Precisamente acerca de este
tema hablaremos en el punto 6 del presente artículo.
(22) DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, “Arbitraje Institucional o Arbitraje Ad-Hoc (...)”, cit., p. 237.
(23) Puede consultarse el Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima en: http://
www.camaralima.org.pe/arbitraje/descargas/ReglamentoProcesaldeArbitraje.doc. También puede revisarse
el Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara Peruana Americana Amcham en: http://
www.amcham.org.pe/arbitraje/frame.htm.
12 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(24) Cfr. CREMADES, Bernardo, “Regulación nacional del arbitraje y la Convención de Nueva York”, en: Revista
Peruana de Arbitraje, N° 2, Grijley, Lima, 2005, p. 185.
(25) Artículo 12 de la LGA:
“Artículo 12.- Arbitraje Estatutario.- Constituyen convenio arbitral válido las estipulaciones contenidas en
los estatutos o normas equivalentes de sociedades civiles o mercantiles, asociaciones civiles y demás
personas jurídicas, que establecen arbitraje obligatorio para las controversias que pudieran tener con sus
miembros, socios o asociados; las que surjan entre éstos respecto de sus derechos; las relativas a cum-
plimiento de los estatutos o validez de acuerdos, y para las demás que versen sobre materia relacionada
con las correspondientes actividades, fin u objeto social”.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 13
(28) Según lo prescribe el artículo 1392 del Código Civil, las cláusulas generales de contratación son un con-
junto de cláusulas o condiciones redactadas de forma previa y unilateral por una persona, natural o jurídi-
ca, con la finalidad de fijar el contenido normativo de una serie indefinida de futuros contratos particulares,
con elementos propios de ellos. Se caracterizan por: a) la predisposición o preformulación; b) la generali-
dad; c) la uniformidad; d) la abstracción; y, e) la inmutabilidad (SOTO COAGUILA, Carlos Alberto, Transforma-
ción del Derecho de Contratos, Grijley, Lima, 2005, p. 49-50).
(29) Los contratos por adhesión son aquellos en los que una parte contratante, colocada en la alternativa de
aceptar o rechazar la celebración de un contrato, acepta íntegramente las condiciones fijadas por la otra
parte. Se caracterizan por: a) la unilateralidad, pues sólo una de las partes establece las estipulaciones
del contrato; y, b) la adhesión en bloque, que coloca a la otra parte en la alternativa inmodificable de la
aceptación o el rechazo íntegro de la oferta (SOTO COAGUILA , Transformación del Derecho de Contratos,
cit., pp. 48-49).
(30) El artículo 11 de la LGA, establece que se presumirá, sin admitir prueba en contrario, que el convenio
arbitral era conocible si cumple con alguno de los siguientes supuestos:
1. Fue puesto a conocimiento del público mediante adecuada publicidad.
2. Si las condiciones generales que incluyen el convenio arbitral se hallan insertas en el cuerpo del
contrato principal y este último es por escrito y está firmada por ambas partes.
3. Si las condiciones generales, a pesar de no estar reproducidas en el cuerpo del contrato principal,
están reproducidas en el reverso del documento y se hace referencia al arbitraje en el cuerpo del
contrato principal y éste es por escrito y firmado por la otra parte.
4. Si el convenio arbitral se encuentra incluido en condiciones estándares separadas del documento
principal, pero se hace referencia en el cuerpo del contrato principal a la existencia del arbitraje y este
es por escrito y firmado por la otra parte.
(31) SOTO COAGUILA, Carlos A., “Cláusulas arbitrales patológicas: no al copy-paste”, en: Revista Legal Columnas,
Lima, Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Luna-Victoria Abogados, Julio-Agosto 2007, Nº 148, pp. 26-27.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 15
(32) SOTO C OAGUILA , Carlos A., “El arbitraje vale lo que valen los árbitros”, en: Revista Legal Columnas,
Lima, Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Luna-Victoria Abogados, Setiembre-Octubre 2007,
Nº 149, pp. 26-27.
(33) ALONSO, José María, “La independencia e imparcialidad de los árbitros”, en: Revista Peruana de Arbitraje,
N° 2, Grijley, Lima, 2005, p. 98.
16 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
cargo con estricta independencia e impar- Las partes deberán recurrir al Juez
cialidad y con absoluta discreción. para la designación de los árbitros, en los
siguientes casos:
La aceptación del cargo por los árbi-
tros o por la institución arbitral genera • Cuando las partes no consigan po-
derechos y obligaciones para las partes y nerse de acuerdo sobre la designa-
para los propios árbitros. Debido a ello, ción del árbitro único o los árbitros.
los árbitros pueden ser compelidos a cum-
plir con el encargo dentro del plazo esta- • Cuando una de las partes incumpla
blecido, bajo pena de responder por los con efectuar la designación del árbi-
daños y perjuicios que ocasionen por su tro que le corresponde.
demora o incumplimiento. • Cuando los dos árbitros designados
El número de árbitros que se designe por las partes no consigan ponerse
dependerá de aquello que resulte más con- de acuerdo sobre la designación del
veniente para las partes, siempre y cuando tercer árbitro.
no se vulnere el principio de igualdad entre • Cuando el tercero encargado de la
ellas (el cual se manifiesta en la designa- designación del árbitro o árbitros no
ción de los árbitros y en la determinación lo hace dentro del plazo establecido.
de las reglas del procedimiento arbitral). Al
respecto, la LGA establece que la designa- El Juez competente para el nombra-
ción de los árbitros debe realizarse en nú- miento del árbitro o los árbitros es el Juez
mero impar y que, en caso de duda o en de- Especializado en lo Civil(34).
fecto de acuerdo de las partes, el tribunal
arbitral estará conformado por tres árbitros. El proyecto modificatorio propone
Si las partes acordaron designar un número que, a falta de acuerdo entre las partes
par de árbitros, los designados procederán o entre los árbitros, se aplicarán las si-
a nombrar a un árbitro adicional que actua- guientes reglas:
rá como presidente del tribunal arbitral.
• En caso de árbitro único o cuando
Las partes tienen amplia libertad para las partes han acordado que el nom-
establecer el procedimiento de designación bramiento de todos los árbitros o del
del tribunal arbitral. A falta de acuerdo en- presidente del tribunal se efectúe de
tre ellas, en el caso de arbitrajes con tres común acuerdo entre ellas, tendrán
árbitros, cada parte nombrará a uno de los un plazo de diez (10) días de recibi-
árbitros y los dos designados nombrarán do el requerimiento de designación
al tercero que presidirá el tribunal arbitral. para que cumplan con hacerlo.
(34) La competencia de los Juzgados Civiles respecto del nombramiento y la designación de árbitros se ha
transferida a los Jueces Comerciales, en virtud de la Resolución Administrativa N° 006-2004-SP-CS, publi-
cada en el Diario Oficial “El Peruano” el 2 de octubre de 2004, la misma que, en su parte pertinente, señala:
“1.Los Juzgados de la subespecialidad Comercial conocen:
(...)
h. Las pretensiones señaladas en la novena disposición complementaria y transitoria de la Ley General de
Arbitraje que se refieren a las materias señaladas en los incisos a) al f) del presente numeral”.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 17
• En caso de tres árbitros, cada parte nados como árbitros, bajo sanción de nu-
nombrará un árbitro en el plazo de lidad del nombramiento y del laudo:
diez (10) días de recibido el requeri-
miento para que lo haga, y los dos • Los magistrados, con excepción de
árbitros así designados, en el plazo los jueces de paz, los fiscales, los
de diez (10) días de producida la procuradores públicos y los ejecuto-
aceptación del último de ellos, nom- res coactivos.
brarán al tercero, quien presidirá el
tribunal arbitral. • El Presidente de la República y los
vicepresidentes, los parlamentarios
• En caso de pluralidad de demandan- y los miembros del tribunal consti-
tes o de demandados, los primeros tucional.
nombrarán de común acuerdo un ár-
bitro y los segundos, también de co- • Los oficiales generales y superiores de
mún acuerdo, otro árbitro en el plazo las fuerzas armadas y policía nacional,
de diez (10) días de recibido el reque- salvo los profesionales asimilados.
rimiento para que lo hagan, salvo que • Los ex magistrados en las causas que
otra cosa se hubiese dispuesto en el han conocido.
convenio arbitral o en el reglamento
arbitral aplicable. Los dos árbitros así • El contralor general de la república
designados elegirán al tercero, quien en los procesos arbitrales en los que
presidirá el tribunal arbitral. participen las entidades que se en-
cuentran bajo el control de la con-
• Si por falta de acuerdo entre las par- traloría general de la república.
tes o entre los árbitros o varios de-
mandantes o varios demandados no Los árbitros no pueden renunciar a su
se llega a nombrar uno o más árbi- designación, salvo que se configure algu-
tros, entonces el nombramiento será na de las siguientes causales taxativas:
efectuado a solicitud de cualquiera
de las partes por la Cámara de Co- a) Incompatibilidad sobrevenida, con-
mercio del lugar del arbitraje o del forme al artículo 26 de la LGA (por
lugar de celebración del convenio ar- ejemplo, luego de aceptar su desig-
bitral, cuando no se hubiese pactado nación, el árbitro es nombrado ma-
el lugar del arbitraje. De no existir gistrado del Poder Judicial o elegido
una Cámara de Comercio en el lu- parlamentario)
gar, la designación corresponderá a
la Cámara de Comercio de la locali- b) Causales pactadas al aceptar la de-
dad más cercana. signación.
c) Enfermedad comprobada que impi-
Con estas reglas se busca llenar los
da cumplir su función.
vacíos de la actual LGA y evitar la inter-
ferencia del poder judicial en la designa- d) Causa de recusación reconocida por
ción de los árbitros. las partes y no dispensada por ellas.
De conformidad con el artículo 26 e) Por ausencia indefinida o por más de
de la LGA están impedidos de ser desig- treinta días, si las partes no excusan
18 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
la inasistencia y el plazo para laudar soluta sin el voto del recusado. En caso
lo permite. de empate, resolverá el presidente, salvo
que él sea el recusado, en cuyo caso la
f) Cuando las partes suspenden el pro-
recusación será resuelta por el árbitro de
ceso arbitral por más de dos meses.
mayor edad.
Los árbitros sólo podrán ser recusa- El proyecto modificatorio establece
dos en los siguientes casos: que las recusaciones no procederán cul-
minada la etapa probatoria y que las par-
a) Cuando no reúnan las condiciones tes pueden acordar libremente el procedi-
previstas en el artículo 25 de la LGA miento de recusación de árbitros o some-
(ser menor de edad, tener incompa- terse al procedimiento contenido en un
tibilidades para actuar como árbitro reglamento arbitral y que, sólo a falta de
y no contar con el ejercicio pleno de acuerdo, se aplicarán las siguientes reglas:
sus derechos civiles) o en el conve-
nio arbitral o estén incursos en algu- • La recusación debe formularse den-
no de los supuestos de incompatibi- tro de los cinco (5) días de notifica-
lidad señalados en el artículo 26. da la instalación del tribunal arbitral
o de conocida la causal, justificando
b) Cuando estén incursos en alguna cau-
debidamente las razones en que se
sal de recusación prevista en el re-
basa y presentando los documentos
glamento arbitral al que se hayan so-
correspondientes.
metido las partes.
• El árbitro recusado y la otra parte
c) Cuando existan circunstancias
deben manifestar lo conveniente a su
que den lugar a dudas justifica-
derecho dentro de los cinco (5) días
das respecto de su imparcialidad
siguientes de notificados con la re-
o independencia.
cusación.
De conformidad con el artículo 31 • Si la otra parte conviene con la recu-
de la LGA, cuando un árbitro es recusado sación o el árbitro renuncia, se pro-
una vez que se ha iniciado el procedimien- cede a la designación del árbitro sus-
to arbitral, la parte que formula la recusa- tituto en la misma forma en la que
ción debe hacerlo inmediatamente des- correspondía designar al árbitro re-
pués de conocida la causa que la motiva, cusado, salvo que haya designado
justificando debidamente las razones en previamente un árbitro suplente.
que se basa y siempre que no haya venci-
do el plazo probatorio. Si el recusado nie- • Si la otra parte no conviene con la
ga la razón y el arbitraje fuese uniperso- recusación o el árbitro no renuncia o
nal, el Juez o la institución organizadora no se pronuncia, entonces: si es un
del arbitraje resolverán sobre la proceden- árbitro único, la institución arbitral
cia o no de la recusación después de oí- resuelve la recusación si es ella quien
das las partes y el árbitro. Si el arbitraje ha realizado el nombramiento, en su
fuera colegiado, la institución organiza- defecto, la Cámara de Comercio del
dora del arbitraje o el tribunal arbitral re- lugar del arbitraje o del lugar de ce-
solverá la recusación por mayoría ab- lebración del convenio arbitral; si es
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 19
un tribunal arbitral, los demás árbi- Si las partes no han llegado a un acuer-
tros resuelven la recusación por ma- do, el árbitro o los árbitros designados pue-
yoría absoluta, sin contar con el voto den decidir el lugar y las reglas del procedi-
del recusado, pero si hay empate re- miento del modo que consideren más con-
suelve el presidente del tribunal (que veniente para ellas, debiendo notificarles
no haya sido recusado) o la institu- dicha decisión. El proyecto modificatorio
ción arbitral que lo hubiese desig- precisa que esta decisión de los árbitros debe
nado o la Cámara de Comercio del darse con sujeción a la LGA, por lo que se
lugar del arbitraje o del lugar de ce- deberá analizar primero de qué clase de
lebración del convenio arbitral. Fi- arbitraje se trata para luego determinar si
nalmente, si se recusa por la misma está sujeto a normas imperativas especí-
causa a más de un árbitro, incluido ficas o a todo el ordenamiento jurídico.
el presidente, resuelve la Cámara de
En doctrina nacional existe un deba-
Comercio correspondiente; pero re-
te en torno a si es factible la aplicación
suelve el presidente del tribunal ar-
supletoria del código procesal civil en
bitral si es que no se encuentra en-
presencia de vacíos en la LGA. Nosotros
tre los recusados.
consideramos que en caso de no existir
pacto entre las partes o regla prevista por
El trámite de recusación no interrum-
los árbitros, se deberá aplicar supletoria-
pe el proceso arbitral. Por lo tanto, un ár-
mente lo previsto por la LGA. En este sen-
bitro recusado puede seguir adelante con
tido, debemos desterrar el mito que refie-
las actuaciones del procedimiento hasta
re que el código procesal civil y las reglas
que se resuelva sobre su recusación. El
del proceso judicial se aplican de manera
proyecto modificatorio propone que la
supletoria al procedimiento arbitral. Por
resolución que resuelve la recusación sea
consiguiente, el arbitraje deberá estar su-
definitiva e inimpugnable; y que, si no
jeto a las siguientes fuentes:, i) la volun-
prosperase la recusación conforme al
tad de las partes; ii) la LGA; y, iii) la de-
procedimiento acordado por las partes,
cisión de los árbitros.
al reglamento arbitral aplicable o al es-
tablecido en el artículo 31 de la LGA, la Los árbitros, dentro del procedi-
parte recusante sólo podría cuestionar lo miento arbitral, cuentan con las siguien-
decidido mediante el recurso de anula- tes facultades:
ción contra el laudo.
• Establecer la admisibilidad, pertinen-
8. PROCEDIMIENTO ARBITRAL cia y valor de las pruebas que pre-
senten las partes.
Las partes tienen plena libertad para
• Solicitar a las partes las aclaraciones
regular el procedimiento arbitral, pudien-
o informaciones, así como ordenar
do a tal efecto, establecer el tipo de arbi-
la actuación de los medios probato-
traje, el lugar del arbitraje y las reglas a
rios que ellos estimen necesarios.
aplicarse, de acuerdo a lo establecido en
el convenio arbitral o según el reglamen- • En el caso de prueba pericial, podrán
to de la institución arbitral al cual las par- ordenar que se explique o amplíe el
tes se han sometido. dictamen.
20 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
• Dar por vencidos los plazos de eta- motivación. Si se diera el caso de que las
pas ya cumplidas por las partes. partes concilien parcialmente algunas pre-
tensiones, el proceso arbitral continuará
• Continuar el proceso ante la inacti-
sobre las pretensiones no conciliadas.
vidad de las partes.
El desistimiento puede ser solicitado
• Emitir el laudo arbitral en base a lo
por las partes de común acuerdo en cual-
ya actuado.
quier momento antes de ser notificadas con
• Prescindir motivadamente de las el laudo arbitral. Asimismo, las partes po-
pruebas no actuadas, si se conside- drán suspender el procedimiento arbitral
ran apropiadamente informados. por el plazo que estimen conveniente
siempre que medie acuerdo entre ellas.
El tribunal arbitral o cualquiera de Conforme al principio kompetenz-
las partes pueden solicitar auxilio judicial kompetenz(36), regulado en los artícu-
para la actuación de las pruebas al juez los 39 y 44 de la LGA, los árbitros es-
de paz letrado o al juez especializado en tán facultados para decidir acerca de
lo civil del lugar del arbitraje o donde se
su propia competencia, incluso sobre
desee ejecutar la resolución(35). El plazo
oposiciones relativas a la existencia,
para que el juez de cumplimiento a la so-
eficacia o a la validez del convenio ar-
licitud no deberá exceder de cinco (5) días,
bitral. Por lo tanto, son competentes
bajo responsabilidad.
para conocer y resolver todas las cues-
Las partes pueden conciliar o transi- tiones accesorias, subsidiarias o inciden-
gir sus pretensiones antes de la expedi- tales que se susciten durante el procedi-
ción del laudo arbitral. En tal sentido, los miento, como aquellas cuya sustancia-
árbitros son competentes para promover ción haya sido consentida por las partes
la conciliación en todo momento. De ser en el desarrollo del mismo.
el caso, los árbitros dictarán una orden de
Además, conforme lo dispone el pro-
conclusión del procedimiento y lo acorda-
yecto modificatorio, los árbitros son com-
do adquirirá la calidad de cosa juzgada.
petentes para decidir respecto de las ex-
La conciliación o transacción a que cepciones u objeciones al arbitraje que
las partes lleguen puede registrarse en for- pretendan impedir que se lleven a cabo
ma de laudo arbitral siempre que ambas las actuaciones arbitrales y se conozca el
partes así lo soliciten y los árbitros lo acep- fondo de la controversia. Este ámbito in-
ten; en cuyo caso la conciliación o tran- cluye las excepciones de caducidad, cosa
sacción será ejecutada de la misma mane- juzgada y afines, y deben formularse, a
ra que un laudo arbitral y no requerirá de más tardar, en el momento de presentar la
PROCEDIMIENTO ARBITRAL
(37) Para Fernando VIDAL “es el convenio arbitral el que autoriza a los árbitros a laudar pero el laudo es
absolutamente independiente del convenio, al extremo que si el laudo es impugnado, la impugnación no
afecta en absoluto el convenio arbitral, el cual, por lo, demás, es preservado por el recurso de anulación
que puede hacer valer contra el laudo” (VIDAL RAMÍREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta
Jurídica, Lima, 2003, p. 124).
22 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
caso de duda, se entiende que las partes a) Que se haya formulado la nulidad del
han pactado el recurso de apelación ante convenio arbitral en la etapa postu-
una segunda instancia arbitral. latoria del proceso arbitral, vale de-
cir, en la contestación de la demanda
El recurso de apelación puede con-
arbitral; y, que la oposición haya sido
firmar o revocar, total o parcialmente, el
desestimada o que, reservada para ser
laudo arbitral.
resuelta con el laudo, haya sido de-
El artículo 60 de la LGA expre- clarada infundada.
samente prescribe que contra los lau-
b) Que la parte no haya sido debidamen-
dos de conciencia no cabe interponer
te notificada de la designación de un
recurso de apelación.
árbitro o de las actuaciones arbitra-
les o no haya podido, por cualquier
10.2. Recurso de anulación razón, hacer valer sus derechos,
siempre y cuando se haya perjudica-
En principio, el recurso de anula- do de manera manifiesta el derecho
ción tiene por finalidad la revisión de la de defensa, habiendo sido el incum-
validez del laudo arbitral, sin entrar a plimiento u omisión objeto de recla-
analizar el fondo de la controversia. El mo expreso en su momento por la
poder judicial sólo debe limitarse a parte que se considere afectada, sin
declarar la nulidad total o parcial del lau- ser subsanado oportunamente.
do. Sin embargo, en algunos casos, esta
anulación tiene como consecuencia el c) Que la composición del tribunal no
cese de la jurisdicción arbitral y el avo- se haya ajustado al convenio de las
camiento a la materia de la controversia partes, salvo que dicho convenio es-
por el poder judicial, al margen de la tuviera en conflicto con una disposi-
voluntad que tuvieron las partes en el ción legal de la que las partes no pu-
sentido que sus diferencias fueran solu- dieran apartarse o, a falta de conve-
cionadas mediante arbitraje(40). nio, que no se hayan ajustado a di-
cha disposición, siempre que la omi-
El recurso de anulación se presenta sión haya sido objeto de reclamo
ante el poder judicial y se puede interpo- expreso en su momento por la parte
ner contra los laudos inapelables o firmes, que se consideró afectada, sin ser
es decir, contra laudos de una sola instan- subsanado oportunamente.
cia o contra los laudos arbitrales de se-
gunda instancia. d) Que se haya laudado sin las mayo-
rías requeridas.
El artículo 73 de la LGA determina
de manera taxativa las causales por las que e) Que se haya expedido el laudo fuera
se puede anular un laudo arbitral: del plazo (siempre que la parte que
(40) El inciso 5 del artículo 73 de la LGA establece la posibilidad de anulación del laudo por haberse expedido
fuera del plazo establecido, siempre que quien invoque la causal hubiera manifestado, ante el tribunal
arbitral antes de ser notificado con la decisión. La consecuencia de la anulación del laudo por dicha causal
es que el Poder Judicial retoma la competencia para conocer sobre el fondo de la materia sometida a
arbitraje, conforme a lo establecido en el inciso 5 del artículo 78 de la LGA.
24 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
invoque esta causal lo hubiera mani- 4. Que el laudo resuelve sobre ma-
festado por escrito a los árbitros an- terias no sometidas a decisión de
tes de ser notificada con el laudo). los árbitros.
f) Que se haya laudado sobre materia 5. Que el laudo resuelve sobre ma-
no sometida expresa o implícita- terias que manifiestamente, de
mente a la decisión de los árbitros. acuerdo a ley, no son susceptibles
En estos casos, la anulación afecta- de arbitraje.
rá sólo a los puntos no sometidos a 6. Que el laudo se ha dictado fuera
decisión o no susceptibles de ser del plazo pactado por las partes,
arbitrados, siempre que los mismos previsto en el reglamento arbitral
tengan sustantividad propia y no aplicable, establecido por los árbi-
aparezcan inseparablemente unidos tros o, en su defecto, por esta ley.
a la cuestión principal.
Las causales previstas en los incisos
El proyecto modificatorio propone la 1, 2 y 3 sólo serán procedentes si fue-
modificación del artículo 73 de la LGA ron objeto de reclamo expreso en su
de la siguiente manera: momento ante los árbitros por la par-
te afectada y fueron desestimados. La
“El laudo arbitral sólo podrá ser anu- misma regla se aplica en el caso del
lado, cuando la parte que alegue una inciso 4 si la inclusión de la materia
causal, pruebe: no sometida a decisión de los árbi-
tros fue planteada antes de la emi-
1. Que el convenio arbitral es sión del laudo por las partes o los ár-
inexistente, nulo, anulable, inefi- bitros conforme el Artículo 39°.
caz o inválido.
En los casos de las causales de los
2. Que una de las partes no ha sido incisos 4 y 5, la anulación afectará
debidamente notificada de la de- solamente a las materias no someti-
signación de un árbitro o del de- das a arbitraje o no susceptibles de
sarrollo de las actuaciones arbi- arbitraje siempre que puedan sepa-
trales, o no ha podido por cual- rarse de las demás. En caso contra-
quier otra razón, hacer valer su rio, la anulación será total.
derecho de defensa.
La causal prevista en el inciso 5 po-
3. Que la composición del tribunal drá ser apreciada de oficio por la
arbitral o el desarrollo de las ac-
Corte Superior que conoce del recur-
tuaciones arbitrales no se han
so de anulación.
ajustado al convenio celebrado
entre las partes o al reglamento La causal prevista en el inciso 6 sólo
arbitral aplicable, salvo que fue- será procedente si la parte afectada
ra contrario a una norma impera- lo hubiera manifestado por escrito de
tiva de esta ley, o en defecto de manera inequívoca a los árbitros y
dicho convenio o reglamento, no su comportamiento en las actuacio-
se ha ajustado a lo establecido en nes arbitrales posteriores no sea in-
esta ley. compatible con este reclamo.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 25
resuelto por un tribunal arbitral uniperso- tablece que, de no mediar acuerdo entre
nal o colegiado. La referida ley precisa las partes, la controversia será resuelta por
que el laudo arbitral será inapelable, defi- un solo árbitro. En este punto se diferen-
nitivo y obligatorio para las partes, debien- cia de la LGA que establece que, a falta
do ser remitido al Consejo Superior de de acuerdo o en caso de duda sobre el
Contrataciones y Adquisiciones del Es- número de árbitros, el tribunal arbitral
tado - CONSUCODE dentro del plazo estará integrado por tres árbitros.
previsto en el reglamento.
También se señala que el árbitro
Las partes pueden someterse a un ar- único o el presidente del tribunal arbitral
bitraje institucional siempre y cuando así lo –según fuera el caso–, deberá ser necesa-
hayan estipulado en el convenio arbitral. riamente abogado y estará sujeto a la res-
De no hacerlo, se entiende que se some- ponsabilidad civil y penal correspondien-
ten a un arbitraje ad-hoc o personalizado. te, con lo cual permite que los otros miem-
bros del tribunal designados, puedan ser
Es importante destacar que si las par- personas no letradas, como hemos visto
tes no pactan un convenio arbitral en sus ocurre hoy en día cuando se designan in-
contratos, éste se considerará incorpora- genieros, arquitectos, economistas, etc.
do de pleno derecho, conforme lo prevé
la norma imperativa contenida en el artícu- Contra el laudo arbitral se puede in-
lo 274 del Reglamento de la Ley de Con- terponer el recurso de anulación, para lo
trataciones y Adquisiciones del Estado(46). cual la parte impugnante deberá acreditar
la constitución de una fianza bancaria, en
En sus contratos, las partes pueden favor de la parte vencedora y por la canti-
incorporar la cláusula arbitral tipo del dad que el laudo determine pagar.
sistema nacional de conciliación y arbitra-
Las sentencias que resuelven de ma-
je del Consejo Superior de Contrataciones
nera definitiva el recurso de anulación, se-
y Adquisiciones del Estado (SNCA – CON-
rán remitidas al CONSUCODE por la par-
SUCODE), en cuyo caso, se someten a los
te interesada en el plazo de cinco (5) días
reglamentos de dicha institución arbitral.
hábiles de notificadas, para que pueda eje-
Respecto de los árbitros, el reglamen- cutarse el laudo en la vía correspondiente.
to señala que el arbitraje podrá ser resuelto
por uno o tres árbitros, es decir, se man-
12. EL ARBITRAJE INTERNA-
tiene en la línea de lo señalado por la LGA
CIONAL
en el sentido de que el tribunal arbitral
deberá estar compuesto por un número Según la doctrina imperante, el arbi-
impar de miembros. Sin embargo, se es- traje es internacional cuando las partes se
(46) El artículo 274 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado establece que si
las partes no cumplen con incorporar el convenio arbitral correspondiente para desarrollar un arbitraje
ad hoc, se considerará incorporado de pleno derecho el siguiente texto:
“Todos los conflictos que se deriven de la ejecución e interpretación del presente contrato, incluidos los
que se refieren a su nulidad e invalidez, serán resueltos de manera definitiva e inapelable mediante
arbitraje de derecho, de conformidad con lo establecido en la normativa de contrataciones y adquisicio-
nes del Estado (...)”
28 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(49) El Perú ratificó la Convención de Panamá el 2 de mayo de 1989, pero ésta no le fue vinculante hasta la
fecha de depósito del instrumento, hecho que ocurrió el 22 de mayo del mismo año.
30 CARLOS ALBERTO SOTO COAGUILA
(50) El Perú ratificó la Convención de Nueva York el 7 de julio de 1988, pero éste no le fue vinculante hasta la
fecha de depósito del instrumento, hecho que ocurrió el 5 de octubre del mismo año. El Perú no realizó
ninguna reserva al firmar el Convenio de Nueva York.
COMENTARIOS A LA LEY GENERAL DE ARBITRAJE DEL PERÚ - LEY Nº 26572 31
( *) Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Es autor del
Libro “Arbitraje Comercial y de las Inversiones” (UPC, Lima, 2007) y de más de 50 artículos sobre su
especialidad.
34 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
(1) Los principales trabajos acerca de la LGA son: CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, Arbitraje comercial y
de las inversiones, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2007; CANTUARIAS SALAVE-
RRY, Fernando / ARAMBURÚ YZAGA, Manuel Diego, El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y perspectivas
futuras, Fundación M. J. Bustamante De la Fuente, Lima, 1994; CAIVANO, Roque J., Negociación, conci-
liación y arbitraje, Asociación Peruana de Negociación, Arbitraje y Conciliación (Apenac), Lima, 1998;
CALDERÓN M OREYRA, Gonzalo García, El arbitraje internacional en la sección segunda de la Ley Nº 26572,
Lima, 2004; VIDAL RAMÍREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, Gaceta Jurídica S.A., Lima, 2003;
CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “¿Cuándo estamos ante un arbitraje nacional o internacional confor-
me a la Ley General de Arbitraje?”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 1, Lima, 2005, pp. 207-229;
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “La anulación de un laudo arbitral por la causal de exceso en la reso-
lución de la materia sometida a arbitraje”, en: Ius Et Veritas, Revista de Derecho, Nº 30, Lima, 2005, pp.
203-209; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “Cuestiones generales aplicables a las causales de anula-
ción de laudos arbitrales dictados en el foro y a las causales para no reconocer y ejecutar laudos
arbitrales dictados en el extranjero”, en: Themis, Revista de Derecho, Nº 50, Lima, 2005, pp. 87-95;
CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales extranjeros: la Con-
vención de Nueva York vs. La Ley General de Arbitraje”, en: Normas Legales, T. 348, Lima, 2005, pp.
121-131; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “Anulación de un laudo arbitral por la causal de violación del
pacto de las partes respecto a la composición del tribunal arbitral y del procedimiento”, en: Normas
Legales, T. 346, Lima, 2005, pp. 137-141; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, ¿Es necesaria la regulación
del arbitraje nacional e internacional en la LGA?, en: Revista de Economía y Derecho, Vol. 1, Nº 4,
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Anu-
lación de un laudo arbitral por la causal de violación del debido proceso y el derecho de defensa”, en:
Arbitraje on Line, Centro de Conciliación y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cámara de Comercio
de Lima, www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/voz_arbitro2.htm; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando,
“Consecuencias de la anulación de un laudo arbitral”, en: Actualidad Jurídica, Gaceta Jurídica, T. 128,
Lima, 2004, pp. 9-16; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “El Perú: lugar conveniente en Sudamérica para
el desarrollo del arbitraje internacional”, en: Laudo, Revista del Centro de Arbitraje AMCHAM Perú, Nº 1,
Lima, 2003; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “Anulación de un laudo arbitral por la causal de nulidad
del convenio arbitral”, en: “Cuadernos Jurisprudenciales”, suplemento mensual de Diálogo con la Juris-
prudencia, Gaceta Jurídica, Nº 17, Lima, 2002; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Ley General de Arbi-
traje del Perú”, en: Revista Jurídica del Perú, Nº 18, Lima, 2001; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando,
“Arbitraje”, en: Guía legal de negocios. Invirtiendo en el Perú, 3ª ed., Beatriz Boza (editora), PromPerú,
Lima, 1998, pp. 783-796; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “La Nueva Ley General de Arbitraje, Ley Nº
26572”, en: Gaceta Jurídica, T. 25, Lima, 1996; CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “Nueva Ley General
de Arbitraje Peruana, Ley Nº 26572”, en: Jurisprudencia Argentina, Nº 5998, Buenos Aires, 1996; CAN-
TUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Nuevo marco normativo aplicable al arbitraje en nuestro país. Ley Gene-
ral de Arbitraje, Ley Nº 26572”, en: Scribas, Revista de Derecho, Nº 2, Arequipa, 1996; CANTUARIAS
SALAVERRY, Fernando, “El convenio arbitral en la Ley General de Arbitraje, Ley Nº 26572”, en: Derecho,
Revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Nº 49, Lima, 1995;
ARRARTE ARISNABARRETA , Ana María, “Apuntes sobre la ejecución de laudos arbitrales y su eficacia a
propósito de la intervención judicial”, en: Revista Peruana de Derecho de la Empresa, Nº 56, Lima, año
XVIII, 2003; ARRARTE ARISNABARRETA, Ana María, “Sobre el deber de motivación y su aplicación en los
arbitrajes de conciencia”, en: Themis, Revista de Derecho, Nº 43, Lima, 2001; DE TRAZEGNIES G RANDA,
Fernando, “Arbitraje de derecho y arbitraje de consciencia”, en: Ius Et Veritas, Revista de Derecho, Nº 12,
Lima, 1996; LEDESMA N ARVÁEZ, Marianella, “Laudos arbitrales y medios impugnatorios”, en: Cuadernos
Jurisprudenciales, suplemento mensual de Diálogo con la Jurisprudencia, Gaceta Jurídica, Nº 17, 2002;
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, “Más sobre necesidad de modificaciones a la Ley General de Arbitra-
je (arbitraje nacional)”, en: Derecho & Sociedad, Nº 25, Lima, 2005; LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo,
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 35
Este trabajo tiene por exclusiva fina- domicilien en el Perú, pero el cumplimien-
lidad el describir de manera general el nue- to de una parte sustancial de las obligacio-
vo marco normativo dentro del cual se de- nes emanadas de la relación jurídica se eje-
sarrolla la práctica del arbitraje en el Perú. cutará en otro Estado (por ejemplo, dos em-
presas domiciliadas en el Perú que ejecu-
1. ARBITRAJE NACIONAL, IN- tarán una obra en Chile).
TERNACIONALY EXTRANJERO De esta manera, cuando un arbitraje
con sede en el Perú se realice entre dos
La LGA regula tres tipos de arbitra-
partes domiciliadas en más de un país (di-
je: arbitraje nacional (del artículo 1 al
87), arbitraje internacional (artículos del versidad de domicilios al momento de la
88 al 126) y arbitraje extranjero (del ar- celebración del convenio arbitral), entre
tículo 127 al 131). dos partes domiciliadas en un mismo Es-
tado pero distinto al Perú, o entre dos do-
Se aplicarán las normas correspon- miciliados en el Perú pero condicionado
dientes al arbitraje nacional o al arbitraje a que el cumplimiento de una parte sus-
internacional cuando el arbitraje tenga tancial de la relación jurídica se ejecute
como sede el Perú. fuera del país, las normas aplicables a di-
Para saber cuál sección de la LGA se cho arbitraje serán las contenidas en la
aplicará a un arbitraje con sede en el Perú, sección segunda de la LGA.
habrá que apelar a lo dispuesto en el ar- En cambio, un arbitraje con sede en el
tículo 91 de la LGA. De conformidad con Perú será nacional y, por lo tanto, se le apli-
esta norma, un arbitraje con sede en el Perú carán las disposiciones de la sección prime-
será internacional cuando: a) al momento ra de la LGA, cuando ambas partes domici-
de la celebración del convenio arbitral las lien en el Perú y el cumplimiento de una par-
partes tengan sus domicilios en Estados te sustancial de las obligaciones emanadas
diferentes (por ejemplo, una domicilia en de la relación jurídica se ejecute en el país(2).
el Perú y la otra en Colombia); b) ambas
partes domicilien en el mismo Estado pero Como el Perú es una República uni-
fuera del Perú (por ejemplo, ambas do- taria, la LGA se aplica en todo el país, a
micilian en Argentina); o c) ambas partes todo conflicto civil y comercial(3).
“Interferencia judicial en los arbitrajes”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 1, Lima, 2005; MADRID
HORNA, Víctor, “Sobre la intervención de los órganos jurisdiccionales en los procesos arbitrales: el caso
de las medidas cautelares reguladas por la Ley General de Arbitraje”, en: Revista Peruana de Derecho
de la Empresa, Nº 56, año XVIII, Lima, 2003; MONTOYA ALBERTI, Ulises, “Perú”, en: Kluwer Law Internatio-
nal, www.kluwerarbitration.com/arbitration/arb/home/ipn/defaulT.asp?ipn=12612; OSTERLING PARODI, Fe-
lipe, “Perú”, en: International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro
Spinillo (editores), Kluwer Law International, La Haya, 2002; PASTOR BEBIN , Reynaldo, “The Legislative
Framework for Arbitration in Peru”, en: ICSID Review -Foreign Investment Law Journal, Vol. 14, Nº 2,
1999; RUBIO GUERRERO , Roger, “Desarrollo y posibilidades del arbitraje institucional en el Perú”, tesis
para optar por el grado de abogado, Pontificia Universidad Católica del Perú, Facultad de Derecho,
Lima, 2002; y VIDAL R AMÍREZ, Fernando, “El Tribunal Arbitral”, en: Revista Peruana de Derecho de la
Empresa, Nº 56, año XVIII, Lima, 2003.
(2) CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 182-196.
(3) La LGA ha eliminado el término “comercial” contenido en la Ley Modelo de UNCITRAL, por tratarse de una
potencial fuente de discusión acerca del ámbito de aplicación de las normas sobre arbitraje internacional.
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 183-185.
36 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
Por otro lado, cuando la sede del arbi- arbitrales que se llevan a cabo cada año
traje esté localizada fuera del Perú (inde- en el Perú, información indiciaria permi-
pendientemente de cualquier otro factor de te afirmar que la LGA está promoviendo
conexión, como podría ser la nacionalidad significativamente la práctica del arbitra-
o el domicilio de las partes o la materia con- je en el país, tanto entre agentes privados
trovertida), este arbitraje será considerado como entre estos y el Estado peruano.
por la LGA como un arbitraje extranjero(4).
En efecto, por ejemplo, el Centro de
En este caso, la LGA dispone de un Arbitraje de la Cámara de Comercio de
capítulo especial referido al reconocimien- Lima, principal centro de arbitraje del
to y la ejecución de los laudos arbitrales país, muestra con orgullo el haber admi-
extranjeros (capítulo octavo de la sección nistrado de 1996 a 2007 1,338 procesos
segunda de la LGA). Las normas contenidas arbitrales, por un monto que supera los
del artículo 127 al 131 de la LGA solo esta- mil trescientos millones de dólares(6).
blecen el trámite de reconocimiento y ejecu-
Según la misma fuente, los principa-
ción de los laudos arbitrales extranjeros, ya
les sectores económicos que participan en
que las cuestiones sustantivas se encuentran
arbitrajes administrados por ese centro son
reguladas en la Convención sobre Reconoci-
los de servicios, comercial, construcción
miento y Ejecución de las Sentencias Arbi-
e industrial, en ese orden(7).
trales Extranjeras, más conocida como la
Convención de Nueva York de 1958(5). Fuera de este centro, destacan los si-
guientes: el Centro de Arbitraje de la Cá-
2. LA PRÁCTICA DEL ARBITRA- mara de Comercio Americana del Perú(8),
JE EN EL PERÚ el Centro de Conciliación y Arbitraje del
Consejo Departamental de Lima –Cole-
Si bien no existen estadísticas oficia- gio de Ingenieros del Perú(9) y el Centro
les acerca del número de procedimientos de Análisis y Resolución de Conflictos de
3.1. Contenido del convenio arbitral situación, ¿qué cabía hacer? Pues nada
más y nada menos que acudir al Poder
Mientras estuvieron vigentes las dis-
Judicial, para que, luego de un largo pro-
posiciones arbitrales contenidas en el
ceso, fuera el juez quien en rebeldía otor-
Código Civil de 1984 y en el Código de
gara el bendito compromiso arbitral.
Procedimientos Civiles de 1912, la ley
distinguió dos tipos de contratos arbitra- De esta manera, por imposición de este
les: la cláusula compromisoria y el com- absurdo sistema, las partes terminaban, en
promiso arbitral. El primero se suponía la generalidad de los casos, en manos de
que era un contrato preparatorio que se los jueces. Es decir, terminaban acudien-
suscribía antes de que se presentara la do forzosamente a donde no querían ir.
controversia, mediante el cual las partes
reservaban la sumisión de sus futuras con- ¿Cuál era la consecuencia de todo
troversias al arbitraje; y el segundo era el esto? Pues simplemente que el arbitraje
contrato definitivo que necesariamente resultaba siendo un sistema absolutamen-
tenía que otorgarse para acudir al arbitra- te inoperante(15).
je, una vez que la controversia fuera exis- Con la finalidad de corregir este ab-
tente y debidamente determinada. surdo sistema, la anterior Ley General
De esta manera, aun cuando las par- de Arbitraje, Decreto Ley 25935, apeló
tes hubieran suscrito un contrato de cláu- a la figura conocida en la doctrina y en
sula compromisoria, cuando la controver- la legislación comparada del “convenio
sia les era conocida, ellas debían otorgar arbitral”(16).
un compromiso arbitral, como requisito
Sin embargo, esta legislación no re-
necesario para activar la vía arbitral.
cogió en su integridad la moderna figura
Lo que sucedía en la generalidad de del “convenio arbitral”, habiendo genera-
los casos era que, solicitado el otorga- do en los hechos prácticamente los mis-
miento del compromiso arbitral por una mos problemas identificados a propósito
de las partes (obviamente la cumplidora), de la dualidad cláusula compromisoria-
la otra se negaba ha suscribirlo. Ante esta compromiso arbitral(17).
(15) DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando, “Los conceptos y las cosas. Vicisitudes peruanas de la cláusula com-
promisoria y del compromiso arbitral”, en: El arbitraje en el Derecho latinoamericano y español. Libro
homenaje a Ludwick Kos Rabcewitz, Cultural Cuzco, Lima, 1989; CAIVANO, Roque J., Arbitraje: su eficacia
como sistema alternativo de resolución de conflictos, Ad-Hoc, Buenos Aires, 1993, pp. 134-135; y CANTUA-
RIAS SALAVERRY, Fernando, “Reflexiones acerca de la cláusula compromisoria y el compromiso arbitral: Y
después nos preguntamos por qué el arbitraje funciona recién desde 1996”, en: Arbitraje on Line, Centro
de Conciliación y Arbitraje Nacional e Internacional de la Cámara de Comercio de Lima,
www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/voz_arbitro2.htm.
(16) Para una descripción general de la derogada LGA, leer a: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Arbitraje”. En:
Invirtiendo en el Perú. Guía legal de negocios, Beatriz Boza (editora), Apoyo, Lima, 1994.
(17) Para un análisis preciso de los errores cometidos por la anterior LGA, recomendamos leer : CANTUARIAS
SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA, El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y perspectivas futuras, cit., pp. 158-
177; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Cláusula compromisoria y compromiso arbitral vs. convenio arbi-
tral”, en: Adsum, Revista Jurídica, Nº 8, Lima, 1993, pp. 87-103; y CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “El
convenio arbitral: ¿se encuentra presente en las disposiciones sobre arbitraje doméstico de la Ley Gene-
ral de Arbitraje?”, en: Libro homenaje a Manuel de la Puente y Lavalle: nuevas tendencias del Derecho
Contractual, T. I, Grupo Peruano de la Asociación Henri Capitant, Lima, 1994, pp. 379-402.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 39
Este y muchos otros errores detecta- te en el momento en que las partes pactan
dos en la anterior LGA motivaron la ne- la sumisión al arbitraje de sus futuras con-
cesidad de proceder a la reforma integral troversias, por lo que, independientemente
de la legislación arbitral, a pocos años de de que las partes pacten un convenio arbi-
dictada la Ley 25935(18). tral antes de que nazca la controversia o
cuando esta ya exista, las partes pueden acu-
La actual LGA no cae en el grave
dir a arbitrar sus conflictos, sin tener que
error de la anterior legislación, al definir
“otorgar” o “integrar” contrato alguno(22).
correctamente al convenio arbitral en sus
artículos 9 y 98, como aquel acuerdo por Otros elementos que las partes po-
el que las partes deciden someter a arbitra- drán pactar en cualquier momento, pero
je las controversias que hayan surgido o cuya omisión no obligará a suscribir un
puedan surgir entre ellas respecto a una nuevo contrato, son, entre otros: el núme-
determinada elación jurídica contractual o ro de los árbitros, la designación de los ár-
no contractual. De esta manera, indepen- bitros, la determinación de la materia con-
dientemente del momento en que se sus- trovertida, el lugar del arbitraje, el pacto
criba el acuerdo de arbitraje (antes o des- acerca de si el arbitraje es de derecho o de
pués de que surja la controversia), solo conciencia, las reglas del proceso arbitral,
existirá un contrato: el convenio arbitral(19). la renuncia a los recursos impugnatorios,
los costos del arbitraje, etc.(23).
De la definición que da la LGA, se
desprenden los únicos dos requisitos esen-
ciales del convenio arbitral: 1) la decisión 3.2. Forma del convenio arbitral
de las partes de pactar el arbitraje(20); y 2)
La LGA en sus artículos 10 y 98 sim-
la determinación de la relación jurídica
plemente exige que el convenio arbitral
respecto de la cual se arbitrarán los ac-
se celebre por escrito, pudiendo constar
tuales o potenciales conflictos(21).
en un documento suscrito por las partes o
Verifiquemos que estos dos únicos mediante el intercambio de cartas o cual-
requisitos esenciales se encuentran presen- quier otro medio de comunicación que
(18) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Algunas modificaciones que deben hacerse con urgencia a las disposi-
ciones sobre arbitraje doméstico contenidas en la Ley General de Arbitraje”, en: Themis, Revista de Dere-
cho, Nº 31, Lima, 1995; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Algunas modificaciones que deben hacerse con
urgencia a las disposiciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje”, en:
Scribas, Revista de Derecho, Nº 1, Arequipa, 1996; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Comentario acerca
de algunas disposiciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje”, en: Ius
Et Veritas, Revista de Derecho, Nº 8, Lima, 1994.
(19) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “El convenio arbitral en la Ley General de Arbitraje, Ley Nº 26572”, cit.
(20) PARK, William W., “Arbitration of International Contract Disputes”, en: The Business Lawyer, Vol. 39, 1984,
p. 1785. “Essential to a binding arbitration clause is, of course, an unambiguous and unequivocal reference
to arbitration (...)”.
(21) Ibídem, p. 1785. PARK señala correctamente que la fijación de la relación jurídica respecto de la cual se
arbitrarán los conflictos no debe implicar la determinación exacta de los términos de la controversia, ya
que ello se hará ante los árbitros.
(22) CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 226-228.
(23) Ibídem, pp. 229-241.
40 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
(24) VÁRADY, Tibor/ BARCELÓ, John J., / VON MEHREN, Arthur T., International Commercial Arbitration, West Group,
ST. Paul, Minnesota, 1999, pp. 150-152; W. Laurence Craig, William W. Park & Jan Paulsson, International
Chamber of Commerce Arbitration, 3 ed. , Oceana Publications/ICC Publishing, 2000, pp. 53-58; CANTUA-
RIAS SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA, El arbitraje (…), cit.
(25) BORN, Gary B., International Commercial Arbitration in the United States, Kluwer Law and Taxation Publis-
hers, Deventon & Boston, 1994, p. 190. “Numerous authorities have relied on a party’s commencement of
arbitral proceedings, or its participation without protest in such proceedings, as evidence of a valid arbitra-
tion agreement”.
(26) CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA , El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 137-143.
(27) Ver infrapunto Nº V.
(28) Respecto de este tema que resulta fundamental para el buen desarrollo de la práctica arbitral en el Perú,
recomendamos leer: CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA, El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y
perspectivas futuras, cit., pp. 148-157.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 41
(29) Para estos efectos, las partes pueden acordar el texto de su convenio arbitral o, mejor aún, apelar a las
cláusulas arbitrales tipo o modelo que recomiendan cada una de las instituciones arbitrales. Así, por
ejemplo, el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima, sugiere el siguiente pacto arbitral:
“Todo litigio, controversia, desavenencia o reclamación resultante, relacionada o derivada de este acto
jurídico o que guarde relación con él, incluidas las relativas a su validez, eficacia o terminación incluso
las del convenio arbitral, serán resueltas mediante arbitraje, cuyo laudo ser definitivo e inapelable, de
conformidad con los reglamentos y el Estatuto del Centro de Conciliación y Arbitraje Nacional e Interna-
cional de la Cámara de Comercio de Lima a cuyas normas, administración y decisión se someten las
partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integridad”. BORN , Gary B.,
International Arbitration and Forum Selection Agreements: Planning, Drafting and Enforcing, Kluwer Law
International, La Haya, 1999, p. 53. “[I]t is wise to rely on the relevant institution’s model clause (...) Of
course, this should not inhibit parties from supplementing model clauses by addressing issues such as
the arbitral situs, the number of arbitrators, the language of the arbitration, and the choice of applicable
substantive law”.
(30) Artículo 6 de la LGA.- “La organización y desarrollo del arbitraje pueden ser encomendadas a una Institu-
ción Arbitral, la cual necesariamente deber constituirse como Persona Jurídica. En tal caso, la institu-
ción arbitral estar facultada para nombrar a los árbitros, así como para establecer el procedimiento y
las demás reglas a las que se someter el arbitraje, de conformidad con su reglamento arbitral”. Esta
facultad también se encuentra prevista en los incisos 3) y 4) del artículo 93 de la LGA, aplicable al
arbitraje internacional.
(31) Es recomendable que designen a los árbitros, porque ello evitar potenciales demoras mientras que, en
aplicación del acuerdo de las partes o, en su defecto, de las disposiciones supletorias de la LGA, se
proceda al nombramiento de los árbitros. En todo caso, como las partes están pactando recién en este
momento el acceso al arbitraje (cuando ya son conscientes de la existencia de una controversia), es de
esperar que como desean acudir al arbitraje, colaborarán en la designación de los árbitros. También es
recomendable que las partes determinen de común acuerdo la materia controvertida, por cuanto ello
evitar que más adelante (sea ante los árbitros o ante el Poder Judicial cuando se interponga el recurso
de anulación contra el laudo arbitral), alguna de ellas impugne la competencia de los árbitros, aducien-
do que tal o cual materia no ha sido sometida al arbitraje. GRIGERA N AÓN, Horacio, “Arbitration in Latin
America: Overcoming Traditional Hostility”, en: Arbitration International, Vol. 5, Nº 2, 1989, p. 148.
42 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
partes incumpla con hacerlo (artícu- que operan en el lugar del arbitra-
los 20 y 101 de la LGA)(32), situa- je o en la ciudad de Lima, a elec-
ción que evitará la intervención ju- ción del interesado (artículos 102
dicial(33); o 2) que no exista entidad y 103 de la LGA).
nominadora de árbitros, situación en
la que las partes tendrán que desig- Una vez completado el tribunal ar-
nar a sus árbitros de conformidad bitral, sea directamente por las partes, por
con el procedimiento pactado(34) o, la entidad nominadora contractualmente
en su defecto, de acuerdo con el trá- dispuesta o por la entidad nominadora
mite supletorio dispuesto por la residual establecida por la LGA (Poder
LGA (artículos 21 y 102 de la Judicial o institución arbitral, según co-
LGA)(35). En este supuesto, si todos rresponda), el proceso arbitral se regirá por
los árbitros no son designados, en las normas acordadas por las partes o, en
el arbitraje nacional habrá que acu- su defecto, por lo que dispongan los árbi-
dir al juez (artículo 23 de la LGA), tros (siempre dentro del marco de la LGA).
mientras que en el arbitraje inter- Será dentro de este proceso arbitral que se
nacional corresponderá solicitar el procederá a determinar la controversia, si
apoyo correspondiente a cualquie- es que no fue previamente definida por las
ra de las instituciones arbitrales partes en su convenio arbitral.
(32) Artículo 20 de la LGA.- “Los árbitros ser n designados por las partes o por un tercero, quien puede ser una
persona natural o jurídica, incluida una institución arbitral”.
(33) CREMADES , Bernardo María, “España estrena Nueva Ley de Arbitraje”, en: Revista de la Corte Española de
Arbitraje, Vol. V, Civitas, Madrid, 1988-1989, p. 37: “Al contrario que en el arbitraje institucional, donde
existe un organismo competente (...) que a solicitud de una de las partes, cumple una serie de funciones
–como la designación de árbitros– cuando la otra parte no lo hace, las reglas ad hoc establecen una
autoridad designadora, que puede ser una institución o persona dispuesta a actuar como tal”.
Generalmente las partes nombrarán para cumplir este encargo a una institución arbitral o a una entidad
gremial que puede ser, por ejemplo, un colegio profesional. La entidad nominadora ejercer su función
conforme al acuerdo de las partes. En ese sentido, son las partes las que pueden decidir, por ejemplo, que
los tres árbitros sean designados por el tercero, o que cada parte nombre a un árbitro y el tercero nomina-
dor solo designe al presidente del tribunal arbitral, o que el tercero solo actúe en caso alguna de las partes
incumpla con designar a uno de los árbitros, etc.
(34) Los artículos 21 y 101 de la LGA expresamente establecen que las partes podrán determinar libremente el
procedimiento de designación de los árbitros. Esta libertad tiene como único límite que se respete el
principio de igualdad de las partes. En otras palabras, cualquiera sea el sistema dispuesto por las partes,
este no podrá autorizar a que una de ellas designe a todos o a la mayoría de los árbitros. Caso contrario,
esta estipulación será nula, conforme a lo dispuesto en el último párrafo del artículo 14 de la LGA. Esta
condición se denomina en doctrina “posición predominante de una de las partes”. C.C.A. Voskuil y Judith
Ann Freeberg-Swartzburg, “Composition of the Arbitral Tribunal”. En: Essays on International Commercial
Arbitration, Petar Sarcevic (editor), Graham & Trotman, Londres, 1989, pp. 74-75; y LOHMANN LUCA DE TENA ,
Juan G., El arbitraje, Para Leer el Código Civil, Vol. V, 2ª ed., Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima,
1988, p. 136.
(35) Si las partes de un arbitraje ad hoc no han pactado el procedimiento de designación de árbitros, los
artículos 21 y 102 de la LGA establecen un sistema supletorio, mediante el cual cada parte nombrar a un
árbitro y los dos árbitros así designados nombrarán al tercero, quien presidirá el tribunal arbitral.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 43
(36) John J. BARCELO III, “Who Decides the Arbitrator’s Jurisdiction? Separability and Competence-Competence
in Transnational Perspective”, en: Vanderdilt Journal of Transnational Law, Vol. 36, 2003, p. 1116. “Separa-
bility and competence-competence (...) are different, but often linked, because they share a common goal:
to prevent early judicial intervention from obstructing the arbitration process”.
(37) GARRO, Alejandro M., “El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisión de las Naciones Unidas para
el Derecho Mercantil Internacional y en la nueva legislación española de arbitraje privado: un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en América Central”, en: Arbitraje comercial y laboral en América Central,
Alejandro M. Garro (editor), Transnational Juris Publications, Nueva York, 1990, p. 41. “Por lo general, el
acuerdo de arbitraje consiste en una cláusula incorporada al contrato principal del que forma parte”.
(38) GRIGERA NAÓN, Horacio, “The Scope of the Separability of the Arbitration Agreement under Argentine Law”,
en: The American Review of International Arbitration, Vol. 1, Nº 2, 1990, p. 263. “If challenging the validity
or existence of the contract were to annul the arbitration clause, arbitration proceedings would have to be
suspended until a court decided the challenge. Meanwhile, the arbitrators would be deprived of jurisdiction
to arbitrate”. CAIVANO, Roque J., Arbitraje: su eficacia como sistema alternativo de resolución de conflictos,
cit., pp. 156-157. “Si el desplazamiento de la jurisdicción arbitral es permitido con el solo planteo de incom-
petencia fundado en la falta de validez del contrato, o si se condiciona la actuación de los árbitros a una
decisión judicial previa sobre esa validez, se podría impedir con facilidad su intervención, burlándose la
originaria intención común de las partes de que el conflicto sea resuelto mediante arbitraje”.
(39) BORN, International Commercial Arbitration in the United States, cit., p. 216. “[W]ithout the Kompetenz-
Kompetenz doctrine, it would always be open to a party to an agreement containing an arbitration clause to
vitiate its arbitration obligation by the simple expedient of declaring the agreement void’”. HERRERA PETRUS,
Christian, “Spanish Perspectives on the Doctrines of Kompetenz-Kompetenz and Separability: A Compara-
tive Analysis of Spain’s 1988 Arbitration Act”, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 11,
Nº 3, 2000, p. 398. “Requiring the intervention of courts to determine whether an agreement is effective for
the sole purpose of establishing that the designated arbitral tribunal has jurisdictional authority to resolve
disputes arising under that same agreement, seems in practice, at least to some extent, inconvenienT. It
promotes delaying tactics by parties either unwilling to go to arbitration or certain that they will lose their
case, involving unnecessary time and cost expenditures. It narrows significantly the direct effectiveness of
arbitration agreements by limiting them to claims that do not question the existence, validity or actuality of
the parties’ agreemenT. And last but not least, it hinders the goal of establishing arbitration as a solid,
autonomous means of solving disputes and runs contrary to the widespread view that arbitrators have a
truly ‘jurisdictional’ function, being empowered to determine the rights and obligations of the parties”. GROSS,
44 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
árbitros para que resuelvan acerca de su tes para conocer y fallar acerca de cual-
propia competencia, inclusive respecto de quier vicio del propio convenio arbitral,
oposiciones relativas a la inexistencia, así como acerca de si la materia contro-
ineficacia o invalidez del propio conve- vertida sometida a su conocimiento es le-
nio arbitral. Este principio tiene por fina- gal y contractualmente arbitrable(40), co-
lidad evitar que se intente paralizar el de- rrespondiendo al Poder Judicial la última
sarrollo del arbitraje, simplemente recu- palabra recién en la etapa de anulación del
rriendo al Poder Judicial para que se pro- laudo arbitral(41).
nuncie de forma previa acerca de la vali- La LGA autoriza a que el tribunal
dez del convenio arbitral o sobre la pro- arbitral resuelva la oposición a su compe-
cedencia de las pretensiones que las par- tencia como cuestión previa o hasta el
tes desean someter a conocimiento de los momento de emitir el respectivo laudo
árbitros39. El principal efecto de esta dis- arbitral final(42). Contra la decisión del tri-
posición es que, salvo supuestos excep- bunal arbitral no cabe impugnación algu-
cionales, serán los árbitros los competen- na, sin perjuicio del recurso de anulación
Peter, “Competence of Competence. An English View”, en: Arbitration International, Vol. 8, Nº 2, 1992, p.
206. “The practical need is that an arbitration should not automatically come to a halt merely because one
of the parties challenges the jurisdiction of the arbitrator, otherwise there would be a premium on unmerito-
rious challenges”.
(40) GAILLARD, Emmanuel, “Validity and Scope of Arbitration Agreement”, en: New York Law Journal, 4 de agos-
to de 1998, p. 1; REDFERN , Alan / HUNTER, Martin, Law and Practice of International Commercial Arbitration,
2 ed. , Sweet & Maxwell, Londres, 1991, p. 177; PARK , William W., “Determining Arbitral Jurisdiction: Alloca-
tion of Tasks between Courts and Arbitrators”, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 8,
Nº 2, 1997, p. 143.
(41) GARRO, Alejandro M., “El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisión de las Naciones Unidas para
el Derecho Mercantil Internacional y en la nueva legislación española de arbitraje privado: un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en América Central”, cit., p. 38. “Con la finalidad de establecer un balance
adecuado entre la eventual necesidad de una temprana intervención judicial en esta etapa preliminar del
procedimiento y la deseable celeridad del procedimiento arbitral, la mayoría de las convenciones multila-
terales de arbitraje comercial, como así también la doctrina prevaleciente en aquellos países con regíme-
nes arbitrales modernos(...) consagran expresamente la facultad del tribunal arbitral para decidir acerca
de su propia competencia (...) [siendo en definitiva] un tribunal ordinario el que decida [luego de que lo
haga el tribunal arbitral] si una cláusula arbitral es válida o no y, por lo tanto, si el tribunal arbitral tiene
competencia para dirimir la cuestión”.
(42) GARRO, Alejandro M., “The UNCITRAL Model Law and the 1988 Spanish Arbitration Act: Models for Reform
in Central America”, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 1, Nº 2, 1990, p. 221. “In
order to avoid possible waste of time and additional expense, jurisdictional questions are usually examined
and ruled upon before a consideration of the merits. However, in cases where jurisdictional issues are
intertwined with the substantive issues, it may be appropriate for the arbitral tribunal to decide the jurisdic-
tional question together with the merits of the case”. REDFERN, Alan / HUNTER , Martin, Law and Practice of
International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, Londres, 1986, pp. 218-219. “Usually the correct
course for an arbitral tribunal is to issue an interim award on jurisdiction, if asked to do so. This enables the
parties to know where they stand at an early stage; and it may well save them spending time and money on
arbitral proceedings which prove to be invalid. However, it is not always possible or desirable for an arbitral
tribunal to take this course. First (...) if the facts on which the challenge to jurisdiction are based are virtually
inseparable from the merits, the arbitral tribunal should continue with the hearings and make a final award
which deals with both issues at the same time. Secondly, if the respondent, having raised the issue of
jurisdiction, fails or refuses to take part in the arbitral proceedings, the arbitral tribunal may consider it
appropriate in the interest of justice to proceed with the case and deal with the issue of jurisdiction at the
same time as it deals with the merits”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 45
Por su parte, si el arbitraje es inter- nar el número de árbitros que deseen (in-
nacional y este ya se ha iniciado, el juez cluso en número par). A falta de acuerdo,
deberá amparar la excepción de convenio los árbitros también serán tres (artículo
arbitral, salvo que la materia sea de com- 101 de la LGA)(50).
petencia exclusiva de los tribunales pe-
ruanos o viole el orden público interna-
6.2. Requisitos
cional(47). Si el arbitraje todavía no se en-
cuentra en trámite, igual el juez deberá En el arbitraje nacional, la LGA es-
declarar fundada esta excepción, a menos tablece que no pueden actuar como árbi-
que compruebe que el convenio arbitral tros algunas personalidades: el presiden-
es manifiestamente nulo(48), que la mate- te de la República, los parlamentarios, los
ria es de competencia exclusiva de los tri- jueces, entre otros (incompatibilidad, ar-
bunales peruanos o que viola el orden tículo 26 de la LGA)(51). Cuando el arbi-
público internacional. Mientras se encuen- traje es de conciencia, podrá actuar como
tre en trámite esta excepción, el arbitraje árbitro cualquier persona natural, nacio-
podrá iniciarse e inclusive dictarse el lau- nal o extranjera, mayor de edad, que se
do correspondiente. encuentre en pleno ejercicio de sus dere-
chos civiles. En cambio, cuando el arbi-
6. ÁRBITROS traje es de derecho, se requiere, además,
que la persona sea abogada (artículo 25
6.1. Número de la LGA)(52).
(47) VAN DEN BERG, “The New York Convention 1958: Consolidated Commentary, Cases Reported in Volumes
XIII(1988)-XIV(1989)”, cit., p. 564; GAILLARD , “Validity and Scope of Arbitration Agreement”, cit., pp. 3-5; y
TOVAR GIL, María del Carmen / TOVAR GIL , Javier, Derecho Internacional Privado, Fundación M. J. Busta-
mante De la Fuente, Lima, 1987, p. 211.
(48) La nulidad del convenio arbitral se analiza considerando la ley pactada por las partes o, en defecto de
acuerdo, apelando a la ley del lugar de celebración del acuerdo de arbitraje. Sin embargo, el artículo 99 de
la LGA dispone que “si el convenio arbitral cumple con las formalidades y requisitos dispuestos en esta
Sección, no podrá denegarse la excepción por dicha causal”.
(49) MONTOYA ALBERTI, Ulises, Perú, cit., p. 5. “In a domestic arbitration with an even number of arbitrators, the
arbitrators appointed shall then appoint an additional arbitrator who shall act as the President of the Arbitral
Tribunal (Article 24)”.
(50) CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 293-298.
(51) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Requisitos para ser árbitro”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 2,
Lima, 2006, pp. 87-94.
(52) Como no se exige la colegiación, se habilita la participación de abogados extranjeros. MONTOYA ALBERTI,
Ulises, Perú, cit., p. 5. “If the arbitration is to be at law (rather than in equity), the arbitrator must be a lawyer,
but it is not required to be a member of the Bar Association”. CALDERÓN M OREYRA, Gonzalo García, El
arbitraje internacional en la sección segunda de la Ley Nº 26572, cit., p. 128. “Para actuar como árbitro de
derecho (...) no se requiere revalidar el título de abogado (...)”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 47
arbitral. Si el arbitraje es ad hoc con tres cesario repetir las actuaciones arbitrales
o más árbitros, resolverá el tribunal arbi- (artículo 42 de la LGA).
tral sin la intervención del árbitro recusa-
do y, si el arbitraje es unipersonal, dicha
6.6. Responsabilidad
función la asumirá el juez (artículo 31 de
la LGA). En el arbitraje internacional, el El artículo 16 de la LGA establece
trámite será el dispuesto por las partes y, que la aceptación de la designación otor-
a falta de acuerdo, se aplicarán las dispo- ga a las partes el derecho a compeler a los
siciones nacionales (artículo 105 de la árbitros a que cumplan el encargo, bajo
LGA)(60). La recusación no interrumpe la pena de responder por los daños y perjui-
prosecución del proceso arbitral. cios que ocasionen.
Sobre este particular, Vidal(63) iden-
6.5. Sustitución tifica que “[l]a aceptación del nombra-
miento genera para los árbitros un haz de
Cuando por cualquier motivo haya deberes, de los cuales, el fundamental al
que designar a un árbitro sustituto (recu- asumir la función arbitral, es organizar el
sación declarada fundada, renuncia, muer- proceso y conducirlo hasta resolver la
te, etc.) y no existan árbitros suplentes, a controversia mediante el laudo, salvo que
falta de acuerdo entre las partes, se segui- se presenten situaciones que determinen
rá el mismo procedimiento mediante el su conclusión anticipada... Si las partes
cual fue designado el árbitro sustituido han establecido un plazo con arreglo al
(artículo 32 de la LGA)(61). Mientras se cual debe desarrollarse y culminar el pro-
designa al nuevo árbitro, se suspende el ceso arbitral, los árbitros tienen la obliga-
procedimiento arbitral(62). Salvo que se ción de observar y cumplir con laudar
trate de la sustitución del árbitro único o dentro de ese plazo”(64). Además, los ár-
que las partes o el tribunal lo decidan y el bitros no deben renunciar, salvo que exis-
plazo para laudar lo permita, no será ne- ta una causa justificada(65), y tienen que
cumplir con observar el deber de confi- tual (67) , más específicamente “del
dencialidad(66). ‘contrato de árbitro’ entre las partes y
el árbitro”(68).
Para la LGA, cualquier potencial
responsabilidad de un árbitro deriva de Este contrato entre el árbitro y las
una relación de naturaleza contrac- partes es, como bien afirma Lohmann(69),
(...) the main aim of the rule is to combat a tendency towards delay which is not uncommon; an arbitrator
feeling that he is in the minority in the tribunal resigns in the aim of preventing it from delivering an award
that is unfavourable to the party who nominated him”.
(66) Si bien la LGA no exige expresamente el deber de confidencialidad, Fernando Vidal Ramírez, Manual de
Derecho Arbitral, cit., p. 84, entiende que “[l]os árbitros (...) deben observar confidencialidad a partir de su
nombramiento y a mantenerla con posterioridad a la conclusión del proceso”. D E TRAZEGNIES GRANDA ,
Fernando, “La publicidad del arbitraje”, en: Arbitraje on Line, Centro de Conciliación y Arbitraje Nacional e
Internacional de la Cámara de Comercio de Lima, www.camaralima.org.pe/arbitraje/boletin/edic-ant/5/
voz_arbitro1.htm, p. 1, “en general se acepta entre los árbitros peruanos, como una verdad de principio,
que el laudo no puede ser revelado(...) Las sanciones por la violación de esta regla, en los casos de los
arbitrajes institucionales, son ciertamente muy severas porque pueden llevar hasta la separación del in-
fractor de la lista de árbitros ofrecidos por la institución arbitral”. Sobre este particular, leer a: BERTRAND,
Édouard, “The Confidentiality of Arbitration: Evolution or Mutation Following Esso/BHP vs. Plowman”, en:
Revue de Droit des Affaires Internationales, Nº 2, 1996, pp. 172-176; BROWN, Alexis C., “Presumption
Meets Reality: An Exploration of the Confidentiality Obligation in International Commercial Arbitration”, en:
American University International Law Review, 2001, pp. 970-1023; ICC C OMMISSION ON INTERNATIONAL ARBI-
TRATION, “Report on Confidentiality as a Purported Obligation of the Parties in Arbitration”, en: Document
420/20-009 Rev, 2002, pp. 1-26; SMIT, Hans, “Breach of Confidentiality as a Ground for Avoidance of the
Arbitration Agreement”, en: The American Review of International Arbitration, Vol. 11, 2000, pp. 567-582;
KOURIS, Steven, “Confidentiality: Is International Arbitration Losing One of Its Major Benefits?”, en: Journal
of International Arbitration, Vol. 22, Nº 2, 2005, pp. 127-135; y CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y
de las inversiones, cit., pp. 7-12.
(67) Existen algunas legislaciones que entienden, en cambio, que la responsabilidad de los árbitros deriva de
un estatus similar al de los jueces. Martin Platte, “An Arbitrator’s Duty to Render Enforceable Awards”, cit.,
p. 307. “[S]chool of thought emphasizes the status approach. Another theory prefers the idea that the
arbitrator’s rights and duties obligations are derived from contract”. Sobre este particular, leer a: FRANCK,
Susan D., “The Liability of International Arbitrators: A Comparative Analysis and Proposal for Qualified
Immunity”, en: New York Law Journal of International & Comparative Law, Vol. 20, 2000, pp. 2-58; y SORIEUL,
Renaud, “Update on Recent Developments and Future Work by UNCITRAL in the Field of International
Commercial Arbitration”, en: Journal of International Arbitration, Vol. 17, Nº 3, 2000, p. 170.
(68) MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., p. 133. “[H]oy en día [es] aceptado por la más autorizada doctrina
internacional (...) [que el] convenio arbitral, como tal, genera una relación contractual solo entre las partes.
Es decir, en s¡ mismo no genera vínculo contractual alguno con los árbitros(...) quienes ni son parte origi-
nal de dicho convenio ni se adhieren a él por el hecho de la aceptación del encargo. Por ello (...) la
responsabilidad de [los] árbitros (...) deriva de las reglas del derecho común (...) [y] cualquier reclamación
(...) [acerca de] dicha responsabilidad (...) [deriva] de los contratos que (...) [los] vinculan (...)”.
(69) LOHMANN LUCA DE TENA , El arbitraje, cit., p. 132. CÁRDENAS Q UIRÓS, Carlos, “Cláusula compromisoria y com-
promiso arbitral”, en: Código Civil, Exposición de Motivos y Comentarios, T. VI, REVOREDO, Delia (compi-
ladora), Lima, 1985, p. 645. “[R]esulta posible concluir que el contrato de dación y recepción de árbitros
constituye una modalidad de la locación de servicios. Al respecto, es preciso recordar que pueden ser
materia de este contrato toda clase de servicios materiales e intelectuales, según lo establece el artícu-
lo 1765 del Código Civil”. FOUCHARD, “Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral
Institution”, cit., p. 16. “The contract for hire of services (or work by contract agreement in the old-
fashioned terminology of the French Civil Code) is certainly closer to the contract binding the arbitrator to
the parties, because its aim is wider than that of agency. In fact, it is possible to analyze the arbitrator’s
task as the provision of a whole set of services of an intellectual nature, that he carries out in the interest
of the parties, independently, in consideration of a fee. The arbitrator, like other legal professionals, or
50 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
“una modalidad singular entre los de presta- funcionario (artículo 395). Si bien es cier-
ción de servicios. Es un contrato especial to que se tratan de figuras delictivas que
perteneciente, en la medida que se pacte re- suelen estar presentes en las legislaciones
tribución, a la especie ‘doy para que hagas’...”. de algunos pocos Estados(71), no es me-
nos cierto que, como bien puntualiza Man-
En materia de responsabilidad civil,
tilla-Serrano(72), su sanción se hace “so-
resultará de aplicación lo dispuesto en el
bre la base de la errónea y hoy superada
artículo 1762 del Código Civil: “Si la pres-
creencia de que el árbitro ejerce una fun-
tación de servicios implica la solución de
ción pública, equipara[ndo] a los árbitros
asuntos profesionales o de problemas téc-
con los funcionarios públicos”.
nicos de especial dificultad, el prestador
de servicios no responde por los daños y
perjuicios, sino en caso de dolo o culpa 7. PROCEDIMIENTO ARBITRAL
inexcusable”(70).
7.1. El lugar del arbitraje
Por último, el Código Penal peruano
aplica a los árbitros los tipos penales de La determinación del lugar de un ar-
concusión (artículo 386) y corrupción de bitraje la realizan las partes(73), y, en su
specialists in particular techniques, undertakes to provide the parties with the benefit of his experience
and knowledge, and to carry out certain tasks: investigation of the case, hearing of the parties, etc (...),
within a certain time limit. There is no doubt that these are services, which the arbitrator has contractua-
lly undertaken to provide”.
(70) DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando, “La evaporación de la responsabilidad profesional”, en: Revista del
Magister en Derecho Civil, Vol. 1, Escuela de
Graduados de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1997, pp. 55-83. MANTILLA-SERRANO, Fer-
nando, Ley de Arbitraje, cit., p. 132, al referirse a la legislación española, llega a la misma conclusión, al
considerar que los árbitros “solo responden por el dolo, la mala fe o la temeridad, pero no responder n de
la culpa leve o de la simple negligencia”. ICC Commission on International Arbitration, “Working Party on
the Status of the Arbitrator”, Final Report, Document 420/345, 1996, p. 7. “In the course of carrying out his
task as arbitrator, the arbitrator is not liable for any detriment caused by his acts or omissions, except in the
case of deliberate wrongdoing or if he resigns without valid reason”.
(71) Ibídem, appendices II, 1996, p. 4. “From an examination of the substantive law, it is clear that few states
have legislated on the question of the arbitrator’s criminal liability.
It seems that essentially they have been concerned to censure the most serious wrongdoing (corruption,
collusion with one of the parties) by specific criminal provisions. These criminal offenses are aimed at
people in public office, including judges and arbitrators.
The German Penal Code lays down criminal sanctions of arbitrators who are guilty of passive corruption
(ArT. 331(2), active corruption (ArT. 332(2) and partiality (ArT. 336). In Norway and Switzerland corruption
by the arbitrator is sanctioned by the criminal law (ArT. 114 Norwegian Penal Code; ArT. 315 and 316 of the
Swiss Penal Code). In Argentina too, corruption by the arbitrator is an offense (...)”.
(72) MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., p. 133.
(73) La referencia puede ser directa (“en Lima, Perú”), o indirecta (al someter el caso, por ejemplo, al Centro de
Arbitraje Amcham Perú, que tiene como sede Lima-Perú y cuyo artículo 68 del Reglamento de Arbitraje,
dispone: “La sede del arbitraje ser en el domicilio del Centro. El lugar del arbitraje ser la ciudad de Lima,
Perú (...)”. En caso se pacte el sometimiento ante un centro de arbitraje que administra arbitrajes en varios
países, el lugar del arbitraje ser determinado de conformidad con los reglamentos de la institución arbitral
respectiva. Este es el caso, por ejemplo, de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), cuyo artículo
14(1) del Reglamento de Arbitraje establece: “La sede del arbitraje ser fijada por la Corte a menos que las
partes la hayan convenido”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 51
defecto, corresponderá esta facultad a los o a las partes, o para examinar mercan-
árbitros(74) (artículos 33 y 109 de la LGA). cías u otros bienes o documentos(76).
La decisión acerca del lugar del ar- Esta facultad, sin embargo, tiene sus
bitraje es en extremo importante, ya que, límites, ya que en el procedimiento arbi-
como bien explica Mantilla-Serrano(75), el tral debe tratarse a las partes con igual-
lugar del arbitraje “opera como un víncu- dad y darle a cada una de ellas plena opor-
lo jurídico que permite... definir el marco tunidad para hacer valer sus derechos, por
jurídico en el que se desarrollará el pro- lo que cambiar de locación, sin una razón
cedimiento arbitral, definir los jueces que justificada según las circunstancias, po-
serán normalmente competentes para cier- dría poner en serio peligro la validez de
tas funciones de apoyo judicial al arbitra- un laudo arbitral(77).
je, y conferirle una ‘nacionalidad’ al lau-
do que se dicte”.
7.2. El procedimiento arbitral en general
Por otro lado, la LGA autoriza a que,
salvo acuerdo en contrario de las partes, Los artículos 33 y 108 de la LGA
el tribunal arbitral pueda reunirse en cual- expresamente reconocen en las partes y, a
quier lugar que estime apropiado para falta de acuerdo, en los árbitros libertad(78)
celebrar deliberaciones entre sus miem- para determinar las reglas del procedi-
bros, para oír a los testigos, a los peritos miento arbitral(79), siempre y cuando se
(74) Como bien señala MANTILLA-SERRANO , Fernando, Ley de Arbitraje, cit., pp. 159-160, “el poder del árbitro
para designar el lugar del arbitraje a falta de acuerdo de las partes no es absoluto. El árbitro está así
obligado a tener en cuenta todas las circunstancias del caso y la conveniencia de las partes. Dicha
conveniencia no es un mero elemento circunstancial, sino una condición que exige la atención particu-
lar del árbitro (...)”.
(75) Ibídem, pp. 157-158.
(76) Par. 2 del artículo 109 de la LGA peruana, aplicable al arbitraje internacional. No existe una norma similar
en la sección referente al arbitraje nacional. Sin embargo, como directores del proceso arbitral (artículo 33
de la LGA), los árbitros se encuentran habilitados, salvo pacto en contrario de las partes.
(77) Artículos 33 y 107 de la LGA. C ANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit.,
pp. 298-304.
(78) Obviamente esta amplia libertad tendrá como límite las pocas disposiciones de orden público de la LGA,
que se aplica como la lex arbitri o la ley del lugar del arbitraje. BORN, Gary B., International Commercial
Arbitration in the United States, cit., pp. 25-26. “The law governing the arbitral proceedings is referred to as
the curial law, the lex arbitri of the loi de l’arbitrage. In virtually all cases, the curial law will be the law at the
arbitral situs -the place where the parties’ have agreed that the arbitration will be held”.
(79) La LGA ha hecho suyo lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley Modelo de UNCITRAL, disposición que,
como se conoce, es considerada la “carta magna del procedimiento arbitral”. United States Commission
on International Trade Law, “Analytical Commentary on Draft Text of a Model Law on International Com-
mercial Arbitration”, A/CN.9/264, 25 de marzo de 1985, p. 44. “Magna Carta of Arbitral Procedure
1. Article 19 may be regarded as the most important provision of the model law. It goes a long way towards
establishing procedural autonomy by recognizing the parties’ freedom to lay down the rules of procedu-
re(...) and by granting the arbitral tribunal, failing agreement of the parties, wide discretion as to how to
conduct the proceedings(...) both subject to fundamental principles of fairness(...) Taken together with the
other provisions on arbitral procedure, a liberal framework is provided to suit the great variety of needs and
circumstances of international cases, unimpeded by local peculiarities and traditional standards which may
be found in the existing domestic law of the place”. Sobre este particular, leer a: HERRMANN, Gerold, “The
UNCITRAL Model Law -its Background, Salient Features and Purposes”, en: International Arbitration, Vol.
52 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
trate a las partes con igualdad y se dé a estará regulado esencialmente por lo que
cada una de ellas plena oportunidad para disponga el reglamento arbitral corres-
hacer valer sus derechos (artículos 33 y pondiente(83), mientras que en los arbi-
107 de la LGA)(80). trajes ad hoc serán las partes y, en su
defecto, los árbitros los que determinen
Así, la LGA se adhiere a las mo-
esta materia(84).
dernas legislaciones arbitrales que re-
conocen en las partes amplia libertad
para fijar las reglas del procedimiento 7.3. Evidencia
arbitral, libertad que alcanza a los árbi-
Los árbitros son los directores del pro-
tros(81), a falta de acuerdo(82).
cedimiento. A ellos les corresponderá de-
En consecuencia, en los arbitrajes cidir, salvo pacto en contrario de las par-
institucionales el procedimiento arbitral tes, si se requerirá la celebración de audien-
1, Nº 1, 1989, p. 21; y L. Yves Fortier, “The Minimum Requirement of Due Process in Taking Measures
against Dilatory Tactics: Arbitral Discretion in International Commercial Arbitration -’A Few Plain Rules and
a Few Strong Instincts’”, en: ICCA Congress series, Nº 9, París, 1999, pp. 396-397.
(80) BERNAL GUTIÉRREZ, Rafael, El arbitraje en Guatemala, apoyo a la justicia, Centro de Arbitraje y Conciliación
(Cenac), Guatemala, 2000, p. 121. “[L]a primera regla aplicable a este respecto establece la plena libertad
de las partes para convenir el procedimiento a que se haya de ajustar el Tribunal arbitral en sus actuacio-
nes. Esta determinación, no es absolutamente ilimitada sino que el legislador permite que las partes, para
su caso concreto, diseñen la forma como desean llevarlo a cabo, en tanto se le dé‚ a cada una de ellas,
dentro de dicho trámite, un trato equitativo y que, en todo momento, tengan la oportunidad de hacer valer
sus derechos, conforme a los principios de audiencia, contradicción e igualdad de las partes (...)
Quiere lo anterior significar que, en tanto estos principios mínimos sean respetados, con lo cual el legisla-
dor entiende que está surtido el debido proceso y que se ha dado garantía plena al derecho de defensa,
las partes pueden diseñar su propio procedimiento”.
(81) BORN, Gary B., International Commercial Arbitration in the United States, cit., p. 48. “Under most national
laws (...) and institutional rules, the arbitral tribunal has very substantial discretion to establish the arbitral
procedures in the absence of agreement between the parties”. HAUSMANINGER , Christian, “Rights and Obli-
gations of the Arbitrator with Regard to the Parties and the Arbitral Institution -A Civil Law Viewpoint”, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin -The Status of the Arbitrator, Special Supplement, 1995,
p. 41. “In general, arbitration statutes and rules of arbitral institutions give the parties and arbitrators broad
discretion in structuring the procedural conduct of the arbitration”.
(82) Como bien señala MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., pp. 150-151, al referirse a la reciente ley espa-
ñola de arbitraje, “[e]l primer apartado de este artículo [24] consagra las reglas del debido proceso que se
desdoblan por una parte, en el respeto a la igualdad de las partes y, por otra, en el derecho de audiencia
(o debate contradictorio). Obviamente, el respeto al debido proceso no exige de manera alguna la aplica-
ción directa ni indirecta de un derecho procesal nacional a menos que las partes así lo hayan expresamen-
te acordado”. Este comentario resulta plenamente aplicable al Perú.
(83) Aunque, como bien indica KARRER, Pierre A., “Freedom of an Arbitral Tribunal to Conduct Proceedings”, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 10, Nº 1, 1999, p. 17, en la generalidad de los casos
los reglamentos de los centros de arbitraje otorgan amplias facultades al tribunal arbitral: “When the par-
ties refer to arbitration rules, they may think that they have said something about the procedure. This is
often an illusion because arbitration rules typically do little more than repeat what the lex arbitri has already
said, namely that the parties may set the procedure, and if they have not set the procedure, then the arbitral
tribunal may set iT. The scope left to the arbitral tribunal is then just as wide as if the parties had said
nothing. This may surprise and frustrate the parties, but is no disaster”.
(84) Ibidem, p. 17. “It is rare that the parties design their own arbitral procedure in their arbitration agreement in
full detail. Not an easy task since the procedure should be adjusted to the dispute and the disputants,
neither of which are known at the time of the making of the arbitration agreement”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 53
(85) La manera en que se conducirá el procedimiento y se ofrecerán y actuarán los medios probatorios, de-
penderá muchas veces del sistema legal al que pertenezcan las partes y, especialmente, los árbitros, ya
que tradicionalmente el derecho civil es más inquisitorial, mientras que el derecho anglosajón es más
adversial. CRAIG, / PARK, / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., p. 427. “The
continental civil-law system of proof is dominated by the exchange of documents between the parties.
Hearings serve principally as an occasion for arguments based on facts revealed in written evidence
already submitted. The common-law system, on the other hand, uses hearings to develop facts and to
introduce documents into evidence”.
Sin embargo, gracias a la flexibilidad con la que cuentan los árbitros en un gran número de países que
ofrecen legislaciones arbitrales modernas (como es el caso del Perú), ellos suelen combinar las prácticas
de ambos sistemas legales. CRAIG, / PARK, / PAULSSON , International Chamber of Commerce Arbitration,
cit., p. 423. “[T]he civil-law custom of exchanging documents and written arguments before a hearing is
frequently combined with the common-law practice of affording the opportunity to examine and cross-
examine witnesses at the hearing”. WEBSTER, Thomas H., “Obtaining Documents from Adverse Parties in
International Arbitration”, en: Arbitration International, Vol. 17, Nº 1, 2001, p. 41. “There is a consensus
among practitioners in England and Continental Europe that civil and common law procedures are conver-
ging in international arbitration. An excellent illustration of what is acceptable is found in the 1999 IBA Rules
on Evidence that set out a hybrid approach to evidence in general, and to documentary production in
particular, for international arbitration”. Sobre este particular, leer a: LEW , Julian D.M. / SHORE, Laurence,
“International Commercial Arbitration: Harmonizing Cultural Differences”, en: Dispute Resolution Journal,
Vol. 54, Nº 3, 1999, pp. 32-38; CREMADES, Bernardo M., “Managing Discovery in Transnational Arbitration”,
documento presentado en la conferencia “El Arbitraje Comercial Internacional en América Latina: la Pers-
pectiva de ICC”, Corte Internacional de Arbitraje de ICC, Miami, 2003, pp. 1-8; CREMADES, Bernardo M.,
“Powers of the arbitrators to decide on the admissibility of evidence and to organize the production of
evidence”, en: The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 10, Nº 1, 1999, pp. 49-54; STRAUB,
Peter, “Discovery: How to Live without It”, documento presentado en el First Annual Miami International
Arbitration Conference, ICDR International Centre for Dispute Resolution y Stell Hector Davis International,
Miami, 2003, pp. 3-9; y FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, GAILLARD ,
Emmanuel / SAVAGE, John (editores), Kluwer Law International, 1999, p. 705.
(86) LOHMANN LUCA DE TENA, El arbitraje, cit., p. 161. “[L]os árbitros carecen de poder de imperio (...) [es] decir no
disponen de facultad ejecutoria de sus propias decisiones”. CRAIG / PARK / PAULSSON, International Cham-
ber of Commerce Arbitration, cit., p. 435. “Arbitrators possess no authority of compulsion, nor any other
power of imperium which are reserved to the State”.
(87) GAMBOA, Nicolás, “Asistencia judicial en tribunales arbitrales”. en: Revista Iberoamericana de Arbitraje,
www.servilex.com.pe/arbitraje/congresopanama/b-05.html, p. 2. Explica el autor que cuando una de las
partes se niega a cumplir una orden del árbitro referida a una prueba, este último “cuenta con un poderoso
componente coercitivo, como que en caso de incumplimiento podrá deducir conclusiones adversas para
la parte incumplida. Es por ello, como expresan CRAIG/ PARK / PAULSSON en su obra clásica Arbitraje de la
54 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
Cámara de Comercio Internacional, que: Las partes por lo general no tratan irrespetuosamente las órde-
nes procesales emitidas por los árbitros al tenor de poderes otorgados contractualmente. Hacerlo así
aparejaría el riesgo de incurrir en pérdida de la benevolencia del tribunal y arrojaría dudas sobre la buena
fe de la parte’”.
(88) WEBSTER, “Obtaining Documents from Adverse Parties in International Arbitration”, cit., p. 42. “[P]ractitioners
have sought to avoid the problem with enforcement of documentary orders by reference to adverse inferen-
ces (...) For non-essential documents, those solutions may be reasonably effective (although this tends to
lead to a ‘watering-down’ of the orders and the tribunal’s authority). But for critical documents that solution
is not adequate (...)”.CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., 3a ed.,
p. 451. “The effect of possibility to draw adverse inferences is not without limit (...) There must be a logical
nexus between the probable nature of the documents withheld and the inference derived therefrom. The
arbitrators are not entitled to punish a recalcitrant party for poor procedural behavior by making adverse
substantive findings in the award based only on such conduct”.
(89) JOS ‚ Rosell / PRAGER, Harvey, “Illicit Commissions and International Arbitration: The Question of Proof”,
en: Arbitration International, Vol. 15, Nº 4, 1999, p. 335. “A general rule would seem to be well establis-
hed in international arbitrations that the claimant bears the burden of proof with respect to the facts it
alleges and the defendant carries the burden of proof with respect to its defenses”. Acerca de las dificul-
tades para obtener evidencia de terceros que no participan en un arbitraje, leer a: WEBSTER, Thomas H.,
“Obtaining Evidence from Third Parties in International Arbitration”, en: Arbitration International, Vol. 17,
Nº 2, 2001, pp. 143-158.
(90) Como bien explica WEBSTER, “Obtaining Documents from Adverse Parties in International Arbitration”, cit.,
p. 41, “[i]nternational arbitrations are by definition cross-border in nature; they involve parties in different
countries. Usually, an arbitral tribunal will be issuing orders in one country that are directed to parties that
are based in two or more other countries”.
(91) Ibídem, pp. 53-54. El autor cita el caso de una compañía norteamericana que había celebrado un contrato
de licencia con una empresa australiana, pactando el sometimiento de sus conflictos a un arbitraje en la
Asociación Americana de Arbitraje (AAA) en los Estados Unidos. Iniciado el arbitraje, los árbitros ordena-
ron a la parte australiana la producción de pruebas. Ante la negativa de esa parte, el demandante intentó
la ejecución de la orden de los árbitros en las Cortes australianas al amparo de la Convención de Nueva
York. Sin embargo: “The Australian court declined to enforce the measure on two grounds. First, it held that
an ‘award that may be enforced must be an award that is final and binding on the parties. An interlocutory
order which may be rescinded, suspended, varied or re-opened by the tribunal which pronounced it, is not
‘final’ and binding on the parties’. Secondly, the court would have refused enforcement under Article V(2)(b)
of the Convention or under its discretion due to the lack of undertakings as to damages, the vexatious
nature of some of the orders and the practical difficulties in interpretation and enforcement”.
(92) CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., p. 490. “In practice the letters
rogatory procedure is cumbersome and is infrequently used in support of arbitral proceedings. Arbitrators
rightly are seldom convinced that recourse to such a procedure is appropriate or required. The authors are
aware of one unusual case where the defendant party persuaded an ICC arbitral tribunal sitting in Geneva
to request the cantonal court to issue letters rogatory to an Austrian court for the purpose of obtaining the
evidence of a former co-manager of the defendant party, but who was allegedly no longer under the emplo-
yment or control of the defendant and was hence a third party. The Swiss court granted the requesT. As
predicted, the procedure was time consuming”.
(93) Son parte de este tratado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España,
Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, el Perú, Uruguay y Venezuela.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 55
(94) Se han adherido a este tratado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala,
México, Panamá, Paraguay, el Perú, Uruguay y Venezuela.
(95) Del que forman parte el Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.
(96) Las partes de este tratado son Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, el Perú y Uruguay.
(97) Como explican SMIT , Robert H. / SHAW, Nicholas J., “The Center for Public Resources Rules for Non-
Administered Arbitration of International Disputes: A Critical and Comparative Commentary”, en: The Ame-
rican Review of International Arbitration, Vol. 8, Nºs. 3/4, 1997, p. 303, es en este momento en que todavía
no se ha constituido el tribunal arbitral, que el acceso al Poder Judicial es indispensable: “Indeed, recourse
to a national court may be the only means of obtaining effective interim relief prior to the constitution of the
Tribunal(...)”.
(98) CAIVANO, Arbitraje: su eficacia como sistema alternativo de resolución de conflictos, cit., p. 213. “Si tienen
[los árbitros] competencia para resolver sobre el fondo de la disputa, también debe reconocérseles para
determinar si se dan las condiciones que justifiquen la adopción de una medida cautelar”. DONOVAN, Do-
nald Francis, “Powers of the Arbitrators to Issue Procedural Orders, Including Interim Measures of Protec-
tion, and the Obligation of Parties to Abide by Such Orders”, en: The ICC International Court of Arbitration
Bulletin, Vol. 10, Nº 1, 1999, pp. 64-65. “It follows from the arbitrator’s authority to issue a final and binding
award on the subject matter submitted to them, from the inception of the proceedings, they must have the
authority to enter such orders –conservatory measures, provisional measures, interim measures of protec-
tion, or however else characterized– as are necessary to preserve their capacity to render a fair and
effective award”.
(99) Si bien es cierto, como afirmamos seguidamente, que en los arbitrajes internacionales algunas veces es
necesario recurrir al juez cuando lo que se pretende es ejecutar una medida cautelar en un tercer Estado,
56 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
no es menos cierto que también en arbitrajes nacionales en algunas oportunidades podría resultar conve-
niente solicitar al Poder Judicial la adopción de medidas cautelares.
Por ello, creemos que aquí la LGA debe ser corregida a la brevedad posible, a efectos de posibilitar que
tanto en arbitrajes nacionales como en arbitrajes internacionales se pueda recurrir al Poder Judicial.
Para estos efectos, recomendamos seguir lo dispuesto en la sección 44 de la Ley de Arbitraje de Ingla-
terra (1996). DONOVAN, Donald Francis, “Powers of the Arbitrators to Issue Procedural Orders, Including
Interim Measures of Protection, and the Obligation of Parties to Abide by Such Orders”, cit., p. 69.
“Section 44 of the English 1996 Act both confirms the authority of a court to order provisional measures
in aid of arbitration and sets forth the limits to that authority. The section provides that the court’s power
should be exercised only in cases of urgency or, if the case is not one of urgency, with the permission of
the tribunal or the agreement in writing of the parties. The section also provides that the court shall act
only if or to the extent sets forth a rule of restraint that well balances the authority of an arbitral tribunal
with its intrinsic limitations”.
(100) CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., pp. 465-466. “Recognition
and enforcement under the New York Convention of what is essentially an interlocutory order, modifiable by
the arbitral tribunal in accordance with changes of circumstances but rendered in the form of awards must
remain doubtful. There is a certain flaw in attempting to use the New York Convention, which was designed
to ensure enforcement of decision which put an end to a dispute between arbitrating parties, or at least part
of a dispute, to secure enforcement of a decision which might, for instance, seek to preserve the status quo
until a final arbitration award can be rendered. This flaw was precisely recognized in a much commented
Australian case, Resort Condominiums v. Bolwell where enforcement was denied to an arbitral award
rendered in the United States in order to preserve the status quo between a United States licensor and an
Australian licensee not to enter into any competing arrangements and to require the deposit into an escrow
account of all revenues received as a consequence of the license agreemenT. In refusing to enforce the
award, Mr. Justice Lee of the Supreme Court of Queensland came to the conclusion that the so-called
award was clearly of an interlocutory and procedural nature and did not finally put an end to any arbitral
dispute or to establish the legal rights of the parties. According to the decision, the award was not enforcea-
ble under the New York Convention and indeed was not a final order subject to judicial review”. Sobre este
particular, leer a: DI PIETRO, Domenico y PLATTE, Martin, Enforcement of International Arbitration Awards:
The New York Convention of 1958, Cameron May, Londres, 2001, pp. 45-47; William Wang, “International
Arbitration: The Need for Uniform Interim Measures of Relief”. En: Brooklyn Journal of International Law,
Vol. 28, 2003, pp. 1081-1083; y V AN DEN BERG, Albert Jan, “Some Recent Problems in the Practice of
Enforcement under the New York and ICSID Conventions”, en: ICSID Review- Foreign Investment Law
Journal, Vol. 2, Nº 2, 1987, pp. 451-453.
(101) Artículos 10 y 11. Ver supracita Nº 95.
(102) Artículos 10 y 11. Ver supracita Nº 94.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 57
world has accepted the right for parties in international arbitrations to be represented by advocates without
subjecting them to any formal or material requirements as to their competence (...)”.
Acerca de lo que sucede en otros Estados latinoamericanos, leer a: MANTILLA-SERRANO, Fernando, “Colom-
bia”, en: International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo
(editores), Kluwer Law International, La Haya, 2002, p. 124; SALAZAR C ORDERO , Ramiro, “Ecuador”, en:
International Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo (edito-
res), Kluwer Law International, La Haya, 2002, p. 144; VON W OBESER , Claus, “México”, en: Internatio-
nal Arbitration in Latin America, Nigel Blackaby, David Lindsey y Alessandro Spinillo (editores), Kluwer
Law International, La Haya, 2002, p. 170, y CANTUARIAS SALAVERRY , Fernando, “Representación o ase-
soría de abogados foráneos en arbitrajes en América Latina”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 5,
Lima, 2007, pp. 91-108.
(109) Como explica FOUCHARD, GAILLARD, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 735, estos
tipos de laudos arbitrales han sido y son objeto de considerable debate. “The concept of the arbitral award
has been the subject of considerable debate. The same is true of attempts to define the various types of
award that exist. Awards are described as being final, preliminary, interim, interlocutory, or partial, but these
terms are often used without sufficient precision”.
(110) Ibidem, p. 736. “An arbitral award can be defined as a final decision by the arbitrators on all or part of the
dispute submitted to them, whether it concerns the merits of the dispute, jurisdiction, or a procedural issue
leading them to end the proceedings”.
(111) VIDAL RAMÍREZ, Fernando, Manual de Derecho Arbitral, cit., pp. 125-126. “[E]l proceso arbitral puede tener
vicisitudes que determinen la expedición de un laudo atendiendo a la situación procesal que lo genera. Así,
puede darse el caso de un allanamiento respecto a una o más de las pretensiones, pero no a todas, lo que
determina que los árbitros dicten un laudo preliminar y reserven el laudo definitivo. Puede también presentar-
se el caso en que las partes concilien sus pretensiones y les pidan a los árbitros la expedición de un laudo en
los términos que han convenido, por lo que corresponde un laudo interlocutorio. Pueden las partes haber
convenido en una transacción y solicitar a los árbitros que la aprueben mediante laudo. Puede ocurrir, por
último, que se presenten las circunstancias que determinan la conclusión anticipada del proceso (...) y que los
árbitros emitan un laudo para formalizar la conclusión y darle la fuerza de una res iudicata”. Ver infrapunto Nº 8.
(112) VÁRADY / BARCELÓ / VON MEHREN , International Commercial Arbitration, cit., p. 508. CANTUARIAS SALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 293-298.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 59
consolidar la figura del presidente del tribu- por la mayoría requerida para formar
nal arbitral(113), las normas citadas optan decisión.
por otorgarle al presidente del tribunal ar-
En caso un árbitro no firme o no
bitral voto dirimente en caso de empate o
emita un voto particular, se adhiere a la
cuando no exista acuerdo mayoritario, sal-
decisión mayoritaria(116) (artículos 49, 119
vo que las partes dispongan lo contrario. y 120 de la LGA).
En este último caso, la LGA regula Por otro lado, apelando a una prácti-
el procedimiento para llamar a un árbi- ca que es plenamente aceptada por las le-
tro dirimente y el plazo para que expida gislaciones arbitrales de Latinoaméri-
su decisión(114). ca(117), un árbitro puede emitir una opi-
nión disidente(118).
8.3. Forma del laudo arbitral, firma de
los árbitros y opiniones disidentes 8.4. Contenido del laudo arbitral
El laudo arbitral debe constar por En el arbitraje internacional (artícu-
escrito (115), bastando que sea firmado lo 120 de la LGA), el laudo deberá ser
(113) WETTER, J. Gillis, “The Conduct of the Arbitration”, en: Journal of International Arbitration, Vol. 2, Nº 2, 1985,
p. 26. “The majority rule is a serious drawback which often hampers the efficiency of the proceedings and
exposes the chairman to the unenviable dilemma of choosing between compromising justice and abando-
ning the proceedings by reaching a non liquet”.
(114) Par. 2, del artículo 47 (aplicable al arbitraje nacional y al arbitraje internacional, de conformidad a lo dis-
puesto en el artículo 89 de la LGA): “En todos los casos en que sea necesario designar a un árbitro
dirimente, se seguirá el mismo procedimiento utilizado para la designación del tercer árbitro, salvo que las
reglas particulares establecidas por las partes o por el reglamento arbitral al que se hubiesen sometido
establezcan un procedimiento distinto. El árbitro dirimente deberá expedir su resolución dentro del plazo
de veinte (20) días, gozando de las facultades reconocidas al árbitro presidente en el párrafo anterior”.
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 304-307.
(115) BARRAGÁN ARANGO , Luis Alfredo, “El laudo arbitral”, en: El contrato de arbitraje, SILVA ROMERO, Eduardo /
MANTILLA E SPINOSA, Fabricio (coordinadores), Lexis, Bogotá, 2005, p. 660. “Por regla general, las legislacio-
nes arbitrales establecen que los laudos deben constar por escrito, sin que las partes puedan realizar
pacto en contrario. Es decir, esta disposición constituye una norma de orden público”.
(116) La regla bajo comentario es acertada, ya que resuelve el eterno problema suscitado con algunos malos
árbitros que sintiéndose más abogados de las partes que los designaron que árbitros, se niegan a suscri-
bir el laudo arbitral cuando es contrario a los intereses de su “patrocinado” y, además, no presentan un
voto particular, tratando así de bloquear la decisión. CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 308-314.
(117) ARRIGUI, Paul, “Opiniones disidentes en Latinoamérica. La práctica de la CCI”, documento presentado en
el Second Annual Conference “International Commercial Arbitration in Latin America: The ICC Perspecti-
ve”, International Chamber of Commerce, Miami, 2004, p. 18. “A guisa de conclusión primaria podemos
afirmar que el relevamiento efectuado muestra que los derechos de los países latinoamericanos se han
alineado en torno a la práctica usual en los arbitrajes comerciales internacionales de admitir la emisión de
opiniones disidentes como un derecho del árbitro minoritario y la consiguiente comunicación de las mis-
mas a las partes”.
(118) Las opiniones disidentes no son laudo ni forman parte de él. Se tratan simplemente de opiniones, valga la
redundancia, que carecen de efectos jurídicos, ya que la decisión (el laudo arbitral propiamente dicho) se
toma en base al acuerdo de la mayoría o del presidente del tribunal arbitral, según sea el caso. DONOVAN,
Francis Patrick, “Dissenting opinions”, en: The ICC International Court Arbitration Bulletin, Vol. 7, Nº 2,
1996, p. 76. “[A] dissenting opinion is not an award, nor endeed part of an award”. CANTUARIAS SALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 308-314.
60 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
motivado, a menos que las partes hayan 8.5. Ley aplicable al fondo del conflicto
convenido otra cosa, y en él deberá cons-
tar la fecha de expedición y el lugar en Cuando el arbitraje es nacional,
que ha sido dictado(119). En el arbitraje los árbitros deberán resolver la contro-
nacional se exigen los mismos requisi- versia en conciencia o equidad, salvo
tos(120). Sin embargo, las partes no pue- que las partes pacten expresamente que
den pactar en contrario respecto al requi- sea de derecho (artículo 3 de la LGA).
sito de la motivación. La ley aplicable será la peruana(122),
salvo que las partes de conformidad
En otras palabras, la LGA contiene dos con lo dispuesto en el artículo 2095
reglas en lo que se refiere a la motivación: del Código Civil acuerden la aplica-
si el arbitraje es internacional, las partes ción de una ley extranjera (123). Ade-
pueden renunciar a la motivación. En cam- más, cuando se traten de asuntos de
bio, si el arbitraje es nacional, la motiva- carácter comercial, los árbitros deberán
ción es un requisito de orden público. tener en cuenta los usos mercantiles
aplicables al caso.
Nosotros consideramos que no exis-
te justificación alguna para impedir que Tratándose de arbitrajes interna-
las partes puedan renunciar, si así lo de- cionales, los árbitros deberán resolver
sean, a que su laudo arbitral sea motiva- en derecho, salvo que las partes ex-
do. Esperamos pues que en una futura re- presamente los autoricen a fallar en
forma se estandarice esta regla a favor de conciencia o equidad (artículo 117 de
las partes y del arbitraje(121). la LGA).
(119) Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 129-130.
(120) El artículo 50 de la LGA dispone que el laudo arbitral de derecho deber contener: a) el lugar y la fecha de
expedición; b) el nombre de las partes y de los árbitros; c) la cuestión sometida a arbitraje y una sumaria
referencia de las alegaciones y conclusiones de las partes; d) la valoración de las pruebas en que se
sustente la decisión; e) los fundamentos de hecho y de derecho; y f) la decisión. Por su parte, si el laudo
es de conciencia, solo será necesario cumplir con los requisitos a), b), c) y f), requiriéndose además una
“motivación razonada”.
(121) Por lo demás, esta facultad de poder renunciar a la motivación del laudo arbitral es reconocida en muchas
legislaciones arbitrales, entre las que destacamos: México (artículo 1448), Venezuela (artículo 30), Bolivia
(artículo 53(II), Alemania (artículo 1954(2), Canadá (artículo 31(2), Guatemala (artículo 40(2), Paraguay
(artículo 36), Chile (artículo 31(2), la India (artículo 31(3) y Malasia (artículo 33(2). CANTUARIAS SALAVERRY,
Fernando, “La motivación del laudo arbitral”, en: Revista de Economía y Derecho, Vol. 3, Nº 11, Universi-
dad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2006, pp. 67-75; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje co-
mercial y de las inversiones, cit., pp. 315-329.
(122) VIDAL RAMÍREZ, Manual de Derecho Arbitral, cit., p. 130. “Si el arbitraje es nacional resultaría obvio que las
partes se decidieran por la aplicación de la legislación peruana pero nada obsta para que se remitan a una
legislación extranjera”.
(123) OSTERLING P ARODI , “Perú”, cit., pp. 211-212. “The law applicable to the dispute itself will be in accordance
with the provisions concerning of laws contained in Article 2095 of the Civil Code. This article provides
that for obligations of a contractual nature, the applicable law will be the law elected by the parties and,
failing such election, the law of the place of performance of the contract. Where performance is in diffe-
rent jurisdictions, the dispute shall be regulated by the law of the place where the contract’s principal
obligations were to be performed. Where this can not be determined, the law of the place in which the
contract was made shall apply”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 61
(124) Se entenderá que toda indicación del derecho u ordenamiento jurídico se refiere, a menos que se
exprese lo contrario, al derecho sustantivo de un determinado Estado y no a sus normas de conflicto de
leyes. BLESSING , Marc, “Regulations in Arbitration Rules on Choice of Law”, en: ICCA XII International
Arbitration Congress, Viena, 1994, p. 167.
(125) THROPE, Jessica, “A Question of Intent: Choice of Law and the International Arbitration Agreement”, en:
Dispute Resolution Journal, Vol. 54, Nº 4, 1999, p. 18. “It is a generally recognized principle of law that
parties to an international contract have the freedom to choose the law applicable to their agreement (...)
As such, party autonomy provides contracting parties with a mechanism to avoid the application of an
unfavorable law to an international dispute”.
(126) Como bien señala BLESSING, Marc, “Choice of Substantive Law in International Arbitration”. en: Journal of
International Arbitration, Vol. 14, Nº 2, 1997, p. 56, el término “reglas de derecho” denota una noción más
amplia que “ley aplicable”, ya que no solo se refiere a una ley nacional sino, además, a los principios
generales del derecho, la lex mercatoria, el derecho transnacional, entre otros: “[T]he term ‘rules of law’
denotes a wider notion. It may not only mean a particular national law, but may, instead, mean general
principles of law, lex mercatoria, any transnational concepts of law, principles and notions reflected in
international conventions, or other principles of law such as those established by UNIDROIT in 1994".
Sobre este tema, leer a: FOUCHARD, GAILLARD, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., pp.
785-838; WASSERSTEIN FASSBERG, Celia, “The Empirical and Theoretical Underpinnings of the Law Mer-
chant: Lex Mercatoria -Hoist with Its Own Petard?”. en: Chicago Journal of International Law, Vol. 5,
2004, pp. 67-70; G AILLARD, Emmanuel, “Transnational Law: A Legal System or a Method of Decision
Making?”, en: Arbitration International, Vol. 17, Nº 1, 2001, pp. 60-71; LOWENFELD, Andreas F., “Lex Mer-
catoria: An Arbitrator’s View”, en: Lex Mercatoria and Arbitration, Thomas E. Carbonneau (editor), Juris
Publishing, 1998, pp. 75-87; y MANIRUZZAMAN , Abul F.M., “The Lex Mercatoria and International Con-
tracts: A Challenge for International Commercial Arbitration?”, en: American University International Law
Review, Vol. 14, 1999, pp. 658-714.
(127) La LGA peruana, al igual que algunas pocas legislaciones, como las de Francia, Holanda, Suiza, Alema-
nia, México y España, autorizan a que el árbitro identifique de manera directa la ley aplicable, sin tener
que recurrir a alguno de los métodos indirectos a partir de reglas de conflicto de leyes que tradicional-
mente se utilizan para arribar a la ley aplicable. En ese sentido, BLESSING, Marc, “Regulations in Arbitra-
tion Rules on Choice of Law”, cit., pp. 180-181, precisa que: “The so-called voie directe avoids the
passage through any system of conflict of laws and avoids the determination of one or more particular
rules of conflict of laws for making a determination of the law (or rules of law) applicable to the substance
of the dispute(...) the direct method will, in most cases, consist of the arbitrators making a tacit (respec-
tively: not further motivated) choice regarding the most relevant connecting factors for reaching their
conclusion regarding the law or rules of law to be applied. One may, therefore, reasonably conclude that
arbitrators, even when applying the direct method, will in some way determine the closest connection or
the center of gravity of the particular contractual relationship”. Sobre los métodos indirectos y su proble-
mática, leer a: CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., pp. 321-
324; ENGLE , Rachel, “Party Autonomy in International Arbitration: Where Uniformity Gives May to Predic-
tability”, en: Transnational Lawyer, Vol. 15, 2002, pp. 326-355; FOUCHARD , Gaillard, Goldman on Interna-
tional Commercial Arbitration, cit., pp. 865-878; y GARRO, Alejandro M., “The contribution of the UNI-
DROIT Principles to the Advancement of International Commercial Arbitration”, en: Tulane Journal of
International and Comparative Law, Vol. 3, Nº 1/2, 1995, p. 118. “This cumbersome method for determi-
ning the law applicable to a contract has been improved upon by what might be considered as an emer-
ging (or at least progressive) trend which, without any reference to any conflicts system, allows the
arbitrators to select either the substantive laws most closely connected to the dispute(...)”.
62 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
(128) FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 877. “Article 1496 of the
French New Code of Civil Procedure uses the expression ‘rules of law’ rather than the word ‘law’ with
respect to the subject matter of the arbitrators’ choice. Thus, in the absence of an express choice by the
parties, the arbitrators are given the same freedom as the parties to consider a wide variety of sources
when determining the applicable law”.
(129) MANTILLA-SERRANO, Ley de Arbitraje, cit., p.192. “[L]a Ley de Arbitraje va más allá que la Ley Modelo y, a
diferencia de esta que utiliza la expresión ley aplicable cuando se trata de los árbitros (lo cual puede
interpretarse como obligándolos a seleccionar un derecho nacional), la Ley de Arbitraje confiere a los
árbitros la misma amplitud de que gozan las partes para, en defecto de selección por estas, decidir aplicar
normas jurídicas no necesariamente originadas en un derecho nacional”.
(130) DRAHOZAL, Christopher R., “Commercial Norms, Commercial Codes, and International Commercial Arbitra-
tion”, en: Vanderbilt Journal of Transnational Law, Vol. 33, Nº 1, 2000, pp. 119-120. El autor se refiere a las
siguientes legislaciones arbitrales que identifican a los usos mercantiles: Francia, Holanda, Rumania,
China, Canadá, Chipre, Nigeria, Australia, Escocia, el Perú, Bermuda, Bulgaria, México, Federación Rusa,
Túnez, Bahrain, Egipto, Hungría, Singapur, Ucrania, Kenia, India, Malta, Nueva Zelanda, Zimbabwe, Hong
Kong, Alemania e Irlanda.
(131) Este es un derecho a favor de las instituciones arbitrales y los árbitros y, por lo tanto, una obligación de las
partes que, como señalan CHILLÓN MEDINA , José / MERINO MERCHÁN, José, Tratado de Arbitraje Privado
Interno e Internacional, Civitas, Madrid, 1978, p. 185, “es oportuno porque supone una presunción general
a favor de la profesionalidad arbitral, al tiempo que una prestación justa en reciprocidad con los deberes y
obligaciones que asume el árbitro [y la institución arbitral] en el ejercicio de sus funciones”.
(132) CAIVANO, Roque J., “Un ponderable criterio sobre honorarios en el arbitraje”, en: Jurisprudencia Argentina,
Nº 5856, Buenos Aires, 1993, p. 19. “Resulta necesario aclarar que la forma de resolver la cuestión
variar según se trate de un arbitraje ad hoc o de un arbitraje institucionalizado, pues en este último caso
resulta habitual que junto con la cláusula compromisoria en virtud de la cual acuerdan someter el diferendo
al arbitraje de una determinada institución, las partes convengan también en someterse a los reglamentos
de esa misma institución, cuyas normas resultan así convencionalmente incorporadas a la relación jurídi-
ca que une a las partes. Y los reglamentos de arbitraje de la mayoría de las entidades contienen previsio-
nes expresas sobre el particular, de manera que en tales supuestos debe estarse a lo que dichas normas
dispongan”. FOUCHARD, “Relationship between the Arbitrator and the Parties and the Arbitral Institution”, cit.,
p. 19, “Most institutional rules of arbitration lay down a scale of fees, which takes into account the commer-
cial amount in dispute, and possibly, the difficulty of the case and the time spent by the arbitrators in
deciding iT. Such scales, as well as the decisions taken for applying them by the centres’ administrative
structures, are obviously contractual in character”.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 63
el laudo arbitral sobre los costos del arbi- expertos y peritos, y los costos de sus tes-
traje(133), teniendo presente, de ser el caso, tigos, principalmente(135).
el pacto de las partes(134).
Para la asignación de los costos, la
Los costos del arbitraje se dividen en LGA dispone que los árbitros tendrán en
dos: en primer lugar, los costos del pro- cuenta el resultado o sentido del laudo arbi-
cedimiento arbitral, que incluyen esencial- tral(136). Se trata de un punto de partida para
mente los honorarios y gastos de los árbi- la asignación de los costos del arbitraje, sin
tros, los costos administrativos de la ins- perjuicio de que los árbitros puedan consi-
titución arbitral que administre el arbitra- derar a partir de los hechos de cada caso
je o los honorarios del secretario en caso arbitral en concreto otros factores que bien
de un arbitraje ad hoc, los costos de la podrían llevarlos a tomar otra decisión(137).
entidad nominadora de árbitros, si la hu-
biera, y los costos de los peritos y exper- 8.7. Plazo para dictar el laudo arbitral
tos designados de oficio por el tribunal
y su notificación a las partes
arbitral. En segundo término, existen los
costos legales de las partes, que incluyen En el arbitraje nacional, el laudo ar-
los honorarios de sus abogados, de sus bitral final deberá pronunciarse dentro de
(133) Como bien señala CONEJERO ROOS , Cristian, “Los costos en el arbitraje internacional”, en: El contrato de
arbitraje, SILVA R OMERO, Eduardo / MANTILLA E SPINOSA, Fabricio (coordinadores), Lexis, Bogotá, 2005, p.
737, citando para el efecto a Berger, “la intención de las partes de recibir un laudo susceptible de ejecución
sobre los costos del arbitraje debe ser considerado como un elemento implícito del acuerdo arbitral cele-
brado entre las mismas. Del hecho de que los costos del arbitraje sean un elemento implícito en todo
acuerdo arbitral, se sigue que la decisión de los árbitros en cuanto a los costos sea, por tanto, una parte
integral de la decisión en cuanto al fondo de la disputa”.
(134) Lo primero que debe analizar un árbitro es si las partes han pactado alguna regla en relación con los
costos. Si es así, el tribunal arbitral debe respetar el acuerdo de las partes, ya que, como bien explica
YUKIO GOTANDA, John, “‘Awarding Costs and Attorneys’ Fees in International Commercial Arbitrations”, en:
Michigan Journal of International Law, Vol. 21, 1999, pp. 28-29, las partes en un arbitraje tienen el poder de
definir todo lo relativo a su proceso arbitral, como, por ejemplo, el lugar del arbitraje, la materia controver-
tida, la ley aplicable a su contrato y las disposiciones sobre el procedimiento, por lo que, obviamente, ellas
tienen también facultad para establecer las reglas en cuanto a los costos del arbitraje. Sobre este tema,
como de las posibles excepciones a esta regla, leer a: SMITH, Murray L., “Costs of International Commercial
Arbitration”, en: Dispute Resolution Journal, Vol. 56, Nº 1, 2001, p. 33; y BÜHLER , Micha, “Awarding Costs in
International Commercial Arbitration: An Overview”, en: ASA Bulletin, Vol. 22, Nº 2, 2004, pp. 28-30.
(135) YUKIO GOTANDA, “Awarding Costs and Attorneys’ Fees in International Commercial Arbitrations”, cit., p. 8.
BÜHLER, “Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview”, cit., p. 249.
(136) La LGA no exige que se aplique exclusivamente la regla “el costo sigue al evento” o “el perdedor paga”.
BÜHLER, “Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview”, cit., p. 249. “[T]he rule of
‘costs follow the event’ or ‘loser-pays rule’ states, in essence, that the losing party is to compensate the
winner for its costs (...)”.
(137) BÜHLER, “Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Overview”, cit., p. 264. “In those arbi-
tration laws and rules, which expressly provide that costs follow the event, this principle is by no means
made absolute. It is invariably subject to the broad exception that the arbitrator, in the exercise of his discre-
tion, may depart from the presumption if the circumstances of the case so require”. Entre los factores a
considerar, identificamos, entre otros: si las pretensiones de las partes o sus medios de defensa han sido
frívolos y si han impactado en los costos del arbitraje; la conducta procesal de las partes; y la buena fe en la
posición jurídica o de hecho de las partes. Sobre este particular, leer a: SMITH, “Costs of International Com-
mercial Arbitration”, cit., pp. 33-34; BÜHLER, “Awarding Costs in International Commercial Arbitration: An Over-
view”, cit., pp. 261-266; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 329-342.
64 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
los veinte días útiles de vencida la etapa sino que, además, genera importantes con-
de pruebas, salvo que otra cosa se hubie- secuencias procesales: determina desde
ra dispuesto en el convenio arbitral, en las cuándo es exigible, desde cuándo corre el
reglas del proceso(138), o que las partes plazo para solicitar la aclaración, integra-
autoricen una extensión. En cualquier ción o corrección del laudo arbitral y des-
caso, los árbitros pueden establecer un de cuándo corre el plazo para la interpo-
plazo adicional no mayor de 15 días (artí- sición del recurso de anulación ante el
culo 48 de la LGA). En cambio, en el ar- Poder Judicial(141).
bitraje internacional son las partes (o el
Por último, la LGA guarda silencio
reglamento de la institución arbitral) o los
acerca de si se debe notificar a las partes
árbitros los que determinan libremente el
el original o una copia del laudo arbitral.
plazo para laudar.
Sin embargo, es práctica en el Perú que
El tema del plazo dentro del cual los los tribunales arbitrales notifiquen a las
árbitros deberán emitir el laudo arbitral fi- partes un original o una copia del laudo
nal resulta de suma importancia, ya que la arbitral respectivo, sin que hasta la fecha
emisión de un laudo arbitral tardío puede se haya identificado problema alguNº
culminar con la anulación del mismo(139).
Emitido el laudo arbitral, este de- 8.8. Laudo arbitral por acuerdo de las
berá ser notificado a las partes. Si el lau- partes
do es uno nacional, deberá notificarse
Los artículos 41 y 118 de la LGA
dentro de los cinco días de emitido (artí-
autorizan a las partes que arriban a una
culo 53 de la LGA). En el arbitraje inter-
transacción o conciliación durante las ac-
nacional no existe una norma equivalen-
tuaciones arbitrales a solicitar a los árbi-
te, por lo que habrá que estar a lo que
tros que dicho acuerdo se pueda registrar
dispongan las reglas del proceso arbitral
en la forma de un laudo arbitral en los tér-
en particular(140).
minos convenidos por ellas(142). Este lau-
La notificación del laudo arbitral no do tendrá la misma naturaleza y efecto que
tiene por finalidad únicamente que las cualquier otro laudo dictado sobre el fon-
partes conozcan el contenido del fallo, do de la controversia(143).
(138) Que pueden estar contenidas en el reglamento de la institución arbitral administradora del arbitraje o en
las reglas del proceso arbitral dispuestas por los árbitros al momento de instalarse.
(139) Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 520-524.
(140) MONTOYA ALBERTI, “Perú”, cit., p. 10.
(141) VAN HOUTTE, Hans, “The Delivery of Awards to the Parties”, en: Arbitration International, Vol. 21, Nº 2, 2005,
p. 177.
(142) En estos casos, el laudo arbitral no requerirá ser motivado. Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial
y de las inversiones, cit., pp. 350-359.
(143) SANDERS , Pieter, “Procedures and Practices under the UNCITRAL Rules”, en: The American Journal of
Comparative Law, Vol. 27, Nºs 2-3, 1979, pp. 465-466. “An award on agreed terms (...) may be useful since
the recorded settlement may be enforced like any other arbitral award”. Además, existe consenso en la
doctrina que este laudo podrá ser reconocido y ejecutado en un tercer Estado al amparo de la Convención
de Nueva York. CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commercial Arbitration, cit., p. 320. “[A]
consent award would be granted recognition and be enforced as any other award. The enforcement proce-
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 65
Por otro lado, cabe destacar que la LGA La aclaración tiene como propósito
autoriza a los árbitros a que promuevan acuer- que se aclare, valga la redundancia, el lau-
dos conciliatorios en todo momento(146). do arbitral, a efectos de permitir su co-
rrecta ejecución; por ejemplo, cuando en
la parte resolutiva parece que existen ór-
8.9. Corrección, aclaración e integra-
denes contradictorias. Por lo tanto, no
ción del laudo arbitral
cabe que las partes apelen a este remedio
La LGA reconoce en los árbitros la para pretender que los árbitros les expli-
facultad de corregir errores formales, acla- quen la parte considerativa del laudo y
rar algún punto del fallo o integrar un laudo menos para que reformulen su razona-
arbitral cuando no se hubiera resuelto algu- miento, ya que la aclaración no es sinóni-
na materia sometida a su consideración(147). mo de reconsideración(149).
dures under the New York Convention and other bilateral and multilateral treaties make it easier for the
parties to enforce an award than to bring suit in a national court under a settlement agreement”.
(144) FOUCHARD, Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 744. “The first question that
arises here is whether the arbitrators are obliged to make a consent award where the parties so request.
Most modern arbitration laws, which promote the principle of party autonomy, will require them to do so”.
MANTILLA-SERRANO, Fernando, Ley de Arbitraje, cit., p. 199. “En la medida en que se solicita el concurso de
los árbitros para convertir la transacción en laudo y teniendo en cuenta que, por un lado, al prestar su
concurso, de una u otra forma, participan de dicha transacción, y, por otro lado, no son mandatarios de las
partes, se permite a estos oponerse a dictar dicho laudo. La facultad de objetar que se concede al árbitro
debe, en todo caso, ejercerse con suma restricción y de manera razonable y justificada, pues está destina-
da a permitir al árbitro rehusar prestar su concurso si la transacción alcanzada por las partes, por ejemplo,
conlleva una violación al orden público o compromete su responsabilidad”.
(145) Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 350-359.
(146) Artículo 41 de la LGA.- “Los árbitros son competentes para promover conciliación en todo momento”.
CAIVANO, Roque J., Arbitraje, 2ª ed, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2000, p. 227. “Nadie mejor que el propio árbitro
puede evaluar la oportunidad de una conciliación. Su contacto permanente con las partes, su conocimien-
to del caso y de las personalidades le permitir evaluar cuándo la conciliación es posible y cuándo deviene
en un intento estéril. De forma tal que la mejor regla a este respecto es la de dar al árbitro plena libertad
para citar o no citar formalmente a las partes a audiencia de conciliación, y de determinar por sí el momen-
to y el modo más adecuado para hacerlo”.
(147) Artículos 54-55 y 122 de la LGA. Los árbitros pueden corregir e integrar un laudo arbitral de oficio o a
pedido de parte. La aclaración solo procede a pedido de parte.
(148) WILLIAMS, David A.R. / BUCHANAN, Amy, “Correction and Interpretation of Awards under Article 33 of the
Model Law”, en: International Arbitration Law Review, Vol. 4, Nº 4, 2001, p. 121. “Correction cannot be used
to alter the meaning of an arbitral award”.
(149) DALY, Brooks W. “Correction and Interpretation of Arbitral Awards under the ICC Rules of Arbitration”, en:
The ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 13, Nº 1, 2002, pp. 63-64. “A request for interpretation
66 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
is properly made when the terms of an award are so vague or confusing that a party has a genuine doubt
about how the award should be executed”. WOLFGANG KAHN , “Rectification and Interpretation of Arbitral
Awards”, en: The ICC International Court Arbitration Bulletin, Vol. 7, Nº 2, 1996, p. 79. “[I]nterpreting is
not judging. Interpreting is seeking the meaning of the impact of an unclear or ambiguous judgmenT. In
the face of problems in enforcing an award, resulting from the fact that the award is unclearly worded,
parties may thus be led to request the arbitral tribunal to remove a doubt, explain a word or an expres-
sion, and/or clarify a ground that is too concisely worded, but without ever undermining the award’s res
judicata authority”.
(150) VIDAL RAMÍREZ, Manual de Derecho Arbitral, cit., p. 135.
(151) FOUCHARD , Gaillard, Goldman on International Commercial Arbitration, cit., p. 777. “In some cases, the
arbitral tribunal fails to decide one of the heads of claim. This situation is not to be confused with that where
the tribunal does not respond to all the allegations, or even all the arguments put forward by the parties”.
(152) DÍEZ -HOCHLEITER, “La Nueva Ley Española de Arbitraje”, cit., p. 27.
(153) La LGA (artículo 52, último párrafo) establece que los árbitros no podrán cobrar honorarios adicionales por
la corrección, integración o aclaración del laudo arbitral. Sobre esta materia, leer a: CANTUARIAS SALAVERRY,
Fernando, “Corrección, aclaración e integración del laudo arbitral”, en: Normas Legales, T. 357, Lima,
2006, pp. 3-9; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 359-368.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 67
8.10. Protocolización o registro del lau- de las partes y, en su defecto, por lo dis-
do arbitral puesto en el artículo 62 de la LGA. El
trámite ante el Poder Judicial se encuen-
La LGA no exige que el laudo arbi-
tra establecido en los artículos 63 y 69
tral sea protocolizado ante un notario. Sin
de la LGA, siendo el plazo para su inter-
embargo, si así lo desean las partes, pue-
posición de diez días hábiles contados
den proceder a la protocolización, bajo su
desde la notificación del laudo arbitral o
costo (artículo 57 de la LGA).
de la corrección, integración o aclaración
Tampoco existe exigencia legal al- del mismo(156).
guna de que el laudo arbitral se registre o
deposite en el Poder Judicial(154).
9.2. Recurso de anulación
Contra los laudos arbitrales (sean
9. RECURSOS CONTRA EL LAU-
estos de una sola o de doble instancia)
DO ARBITRAL
procede la interposición del recurso de
anulación ante el Poder Judicial(157),
9.1. Recurso de apelación
conforme a causales taxativamente es-
En el arbitraje nacional, las partes de tablecidas en la LGA. La interposición
un arbitraje de derecho pueden pactar la de este recurso no autoriza al Poder Ju-
interposición del recurso de apelación ante dicial a entrar al fondo de la controver-
el Poder Judicial o ante una segunda ins- sia, bajo responsabilidad (artículos 61
tancia arbitral (artículo 60 de la LGA). En y 123 de la LGA)(158).
el caso del arbitraje internacional, cabe el
pacto de este recurso ante una segunda El plazo para interponer el recurso
instancia arbitral(155). de anulación es de diez días hábiles con-
tados desde la notificación del laudo ar-
El trámite ante una segunda instan- bitral (de primera o de segunda instancia,
cia arbitral estará regulado por el acuerdo según corresponda) o de notificada la
(154) VÁRADY / BARCELÓ / V ON MEHREN, International Commercial Arbitration, cit., p. 521. “In some countries it is
still necessary to deposit the award with a court at the place of arbitration”. Como es el caso de Bélgica,
Holanda y Egipto, entre otros.
(155) MONTOYA ALBERTI, “Perú”, cit., p. 10. “Appeal to a second arbitral instance is permitted by the law (...) if the
parties have so agreed, both in international and domestic arbitration (ArT. 89 and 62)”.
(156) Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 393-396.
(157) Se trata de un recurso de orden público que, como explica REISMAN, W. Michael, Systems of Control in
International Adjudication & Arbitration -Breakdown and Repair, Duke University Press, 1992, pp. 1-6, se
constituye en un mecanismo de control que pretende evitar el exceso de poder de los árbitros: “Arbitration
is a delegated and restricted power to make certain types of decisions in certain prescribed ways. Any
restricted delegation of power must have some system of control (...).
Without it, whatever an arbitrator did, no matter how inconsistent it might have been with his instructions,
would have produced a binding award. The arbitrator would become an absolute decision-maker and
arbitration would lose its character of restrictive delegation. Excés de pouvoir is the conceptual foundation
of control for arbitration”. CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 373-379.
(158) En el arbitraje nacional, si las partes pactaron apelación ante el Poder Judicial y una de ellas lo invoca, ya
no procederá la interposición del recurso de anulación (artículo 70 de la LGA).
68 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
(159) OSTERLING PARODI, “Peru”, cit., p. 217. “Article 124 of the GLA provides that the procedure governing the
annulment of international arbitration awards shall be the same as that governing domestic arbitrations”.
Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 379-386
(160) DAWSON, Frank Griffith, “El rol del Poder Judicial en el proceso de arbitraje: asistencia o intervención”, en:
Ius Et Veritas, Revista de Derecho, Nº 15, Lima, 1997, p. 208. “La legislación Peruana de Arbitraje estipula
una solución más equilibrada que la de Bélgica, previa a una última reforma] cuando ninguna de las partes
es peruana, no está domiciliada o reside habitualmente en el Perú. En dichos casos, las partes pueden
acordar en la cláusula de arbitraje de su contrato, o, en adelante, renunciar al derecho de solicitar la
anulación, o restringir el ejercicio de dicho derecho a solo uno o más de los fundamentos para anulación
estipulados en la ley. La inspiración legislativa para esta cláusula fue claramente la Legislación de Arbitraje
Suiza que incluye una disposición análoga”. CANTUARIAS S ALAVERRY, “Comentario acerca de algunas dispo-
siciones sobre arbitraje internacional contenidas en la Ley General de Arbitraje”, cit., p. 73. Ver CANTUARIAS
SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 386-392.
(161) CANTUARIAS SALAVERRY, “La anulación de un laudo arbitral por la causal de exceso en la resolución de la
materia sometida a arbitraje”, cit., pp. 203-209; CANTUARIAS SALAVERRY, “Cuestiones generales aplicables a
las causales de anulación de laudos arbitrales dictados en el foro y a las causales para no reconocer y
ejecutar laudos arbitrales dictados en el extranjero”, cit., pp. 87-95; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Anu-
lación de un laudo arbitral por la causal de violación del pacto de las partes respecto a la composición del
tribunal arbitral y del procedimiento”, cit., pp. 137-141; CANTUARIAS S ALAVERRY, “Anulación de un laudo
arbitral por la causal de violación del debido proceso y el derecho de defensa”, cit.; CANTUARIAS SALAVERRY,
“Consecuencias de la anulación de un laudo arbitral”, cit.; CANTUARIAS SALAVERRY, “Anulación de un laudo
arbitral por la causal de nulidad del convenio arbitral”, cit; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de
las inversiones, cit., pp. 474-524.
(162) CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “Ejecución de laudos arbitrales dictados en el Perú”, en: Derecho &
Sociedad, Nº 25, Lima, 2005.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 69
En caso sea necesario recurrir al apo- el juez que conoce de esa causa dicte una
yo del Poder Judicial, serán de aplicación medida cautelar de suspensión de la ejecu-
del artículo 83 al 86 de la LGA(163) y del ción, en cuyo caso deberá ordenar el otor-
713 al 718 del Código Procesal Civil, es- gamiento de las garantías respectivas(167).
tos últimos en todo lo que no contraven-
gan a la LGA(164).
11. RECONOCIMIENTO Y EJECU-
Será competente para conocer de la CIÓN DE LAUDOS ARBITRA-
ejecución el juez especializado en lo civil LES EXTRANJEROS
del lugar de la sede del arbitraje, que co-
rresponda en la fecha de la solicitud(165). Conforme al artículo 128 de la LGA,
La solicitud de ejecución deberá estar el reconocimiento y la ejecución de lau-
acompañada de una copia del convenio y dos arbitrales foráneos se regirá por lo
del laudo arbitral. Además, si existió una dispuesto por la Convención de Nueva
segunda instancia arbitral, habrá que ad- York de 1958, la Convención Interame-
juntar copia del laudo respectivo. En caso ricana sobre Arbitraje Comercial Interna-
se hubiere interpuesto recurso de anula- cional (más conocida como la Convención
ción ante el Poder Judicial, corresponde- de Panamá, 1975) o por cualquier otro tra-
rá acompañar a la solicitud una copia del tado sobre reconocimiento y ejecución de
fallo judicial correspondiente (artículo 85 laudos arbitrales del cual el Perú sea parte.
de la LGA)(166). El tratado a ser aplicado, salvo que las par-
tes hayan acordado otra cosa, será el más
Cabe destacar que, a la fecha, una favorable a la parte que pida el reconoci-
comisión creada por el Ministerio de Jus- miento y la ejecución del laudo arbitral(168).
ticia ha propuesto la reforma de las reglas
sobre ejecución de laudos arbitrales, a efec- A la fecha, el tratado más favorable a
tos de que la interposición y pendencia del la parte que pida el reconocimiento y la eje-
recurso de anulación no suspenda la eje- cución de un laudo arbitral extranjero en el
cución de un laudo arbitral, salvo cuando Perú es la Convención de Nueva York(169).
(163) Si el laudo es internacional, serán aplicables, además, los artículos 125, 127, Par. 2, y 131 de la LGA.
(164) ARRARTE ARISNABARRETA, Ana María, “Apuntes sobre la ejecución de laudos arbitrales y su eficacia a propó-
sito de la intervención judicial”, cit., pp. 136-139.
(165) En el caso de un laudo internacional, el artículo 125 de la LGA identifica como competente al juez especia-
lizado en lo civil del domicilio del demandado o, si el demandado no domicilia dentro del territorio peruano,
del lugar donde este tenga sus bienes.
(166) Conforme al artículo 125 de la LGA, si el laudo o el convenio arbitral no estuvieran redactados en castella-
no, la parte deberá presentar una traducción a ese idioma de dichos documentos.
(167) La propuesta sigue de cerca lo dispuesto en el artículo 45(1) y (2) de la Nueva Ley de Arbitraje de España.
STAMPA, Gonzalo, “The 2003 Spanish Arbitration Act”, en: ASA Bulletin, Vol. 22, Nº 4, 2004, p. 692. Ver
CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 416-419.
(168) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Arbitraje nacional, internacional y extranjero en la Ley General de Arbi-
traje”, en: Gaceta Jurídica. Actualidad Jurídica, T. 117, Lima, 2003, pp. 15-29; y CANTUARIAS S ALAVERRY,
Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 424-432.
(169) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Convención de Nueva York vs. Convención de Panamá sobre reconoci-
miento y ejecución de laudos arbitrales”, en: Laudo, Revista del Centro de Arbitraje AMCHAM Perú, Nº 2,
Lima, 2004, pp. 1-3; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 424-432.
70 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
Cabe destacar que el Perú se ha adherido arbitral extranjero, procederá recurso de ca-
a este instrumento internacional sin ape- sación ante la Corte Suprema de la República.
lar a las reservas de reciprocidad y mate-
Conforme a lo dispuesto en el artí-
ria comercial(170).
culo 131 de la LGA, reconocido el laudo
En caso la Convención de Nueva arbitral extranjero, este se ejecutará en el
York no resulte aplicable(171), el recono- Perú de acuerdo con el procedimiento pre-
cimiento se regirá por lo dispuesto en el visto para la ejecución de los laudos arbi-
artículo 129 de la LGA, norma que esta- trales locales(175).
blece exactamente las mismas causales
para no reconocer un fallo arbitral que el
12. PARTICIPACIÓN DEL ESTADO
mencionado tratado(172).
PERUANO EN ARBITRAJES
El reconocimiento se tramita como
un proceso no contencioso(173) y se inicia 12.1. Arbitraje en la contratación
ante la Sala Civil de la Corte Superior del estatal
domicilio del demandado o, si el deman-
dado no domicilia dentro del territorio de El último párrafo del artículo 63 de
la República, en el lugar donde este tenga la Constitución de 1993 dispone que el
sus bienes (artículos 127 y 130 de la LGA). “Estado y las demás personas de derecho
público pueden someter las controversias
Los documentos que deberán presen- derivadas de relación contractual... a ar-
tarse son aquellos dispuestos por el artícu- bitraje nacional o internacional, en la for-
lo IV de la Convención de Nueva York(174). ma en que lo disponga la Ley”(176).
Solo si la Corte Superior no acepta el En cumplimiento del texto consti-
reconocimiento en todo o en parte del laudo tucional, los artículos 2 y 92 de la LGA
(170) CANTUARIAS SALAVERRY, “Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales internacionales”, cit; y CANTUARIAS
SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit.; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de
las inversiones, cit., pp. 56-62.
(171) CANTUARIAS SALAVERRY, “Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales extranjeros: la Convención de
Nueva York vs. la Ley General de Arbitraje”, cit., pp. 124-131; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial
y de las inversiones, cit., pp. 433-443.
(172) CANTUARIAS SALAVERRY, “Cuestiones generales aplicables a las causales de anulación de laudos arbitrales
dictados en el foro y a las causales para no reconocer y ejecutar laudos arbitrales dictados en el extranje-
ro”, cit.; CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales anulados en el
lugar del arbitraje”, en: Derecho, Nº 56, revista de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima, 2003, pp. 583-613; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversio-
nes, cit., pp. 474-535.
(173) Las normas aplicables serán los artículos 749-762 y 837-840 del Código Procesal Civil, en todo lo que no
se oponga a los artículos 127 y 130 de la LGA. Ver CANTUARIAS S ALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 446-456.
(174) El artículo 127 de la LGA dispone que si el convenio o el laudo arbitral no estuvieran redactados en
castellano, deberá presentarse una traducción a ese idioma. Por su parte, el artículo 96 de la LGA regula
lo concerniente a la legalización y autenticación de documentos.
(175) Ver CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., p. 456.
(176) Sobre las disposiciones de las Constituciones de 1933, 1979 y 1993, acerca de la participación del Estado
peruano en arbitrajes, ver: CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA, El arbitraje en el Perú: desarrollo
actual y perspectivas futuras, cit., pp. 461-468.
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 71
(177) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Participación del Estado peruano en arbitrajes comerciales”, en: Revis-
ta Advocatus, Nº 7, Lima, 2002, pp. 178-193.
(178) En la actualidad se encuentra vigente el Decreto Supremo Nº 083-2004-PCM, texto único ordenado de la
Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado. La ley y su reglamento se ubican en:
www.consucode.gob.pe/descarga/Ley_yNuevo_Reglamento.pdf.
(179) El artículo 23 de la Ley Nº 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría
General de la República, excluye del conocimiento de los árbitros las controversias referidas a la ejecu-
ción y pago de presupuestos adicionales de obra y la aprobación de mayores gastos de supervisión,
cuando, conforme a ley, deba de intervenir la Contraloría General de la República. Sobre una crítica a esta
disposición, leer a: CANTUARIAS S ALAVERRY, Fernando, “El arbitraje frente a la Ley Orgánica del Sistema
Nacional de Control y de la Contraloría General de la República”, en: Derecho & Sociedad, Nº 21, Lima,
2003. Se puede acceder a mayor información en: www.consucode.gob.pe/htmls/consultas/laudos_arbitrales.
(180) RUBIO CORREA, Marcial, Estudio de la Constitución Política de 1993, T. III, Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima, 1999, pp. 294-295. “Los contratos ley tienen esta denominación, precisamente, porque
una vez acordados y aprobados por el Estado, son inmodificables por el plazo que en ellos se establezca.
Su finalidad consiste en dar garantías a los contratantes con el Estado, de que las condiciones pactadas
se mantendrán al margen de los cambios legislativos que se establezcan. De esta manera, los inversionis-
tas pueden hacer un cálculo de costos e inversión para el largo plazo. Por ello, estos contratos se llevan a
cabo, principalmente, para obras de larga maduración o de alta inversión para explotación duradera (típi-
camente, contratos de explotación minera)”. Sentencia del Tribunal Constitucional de 3 de octubre de
2003, en el Expediente Nº 005-2003-AI/TC, acción de inconstitucionalidad iniciada por 64 congresistas de
la República contra diversas leyes que permitieron al Estado peruano suscribir con la empresa Telefónica
del Perú S.A.A. un contrato-ley de concesión y además se pretendía que se declarara inconstitucional
dicho contrato-ley: “[M]ediante [los] contratos-ley, el Estado, en ejercicio de su ius imperium, crea garantías y
72 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
Por otro lado, el Perú ha suscrito has- pública de Chile, República de Cuba,
ta la fecha 31 Tratados Bilaterales de Pro- República del Ecuador, República de Sin-
moción y Protección Recíproca de Inver- gapur, la Unión Económica Belgo-Luxem-
siones (BITs) con los siguientes Estados: burguesa y la República de Canadá(185).
Reino de Tailandia, Confederación Suiza, Además, se encuentra en etapa de imple-
República de Corea, República de Bolivia, mentación un Tratado de Libre Comercio
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del con los Estados Unidos.
Norte, República de Francia, República de
Todos estos tratados habilitan el so-
Paraguay, República Checa, República de
metimiento de los conflictos a arbitraje,
Colombia, Reino de Suecia, República de
preferentemente al CIADI(186).
Italia, República de Rumania, República
Popular China, Reino de España, Repú- Por último, el Perú es parte del Con-
blica de Portugal, República Argentina, venio Constitutivo del Organismo Multi-
Reino de Dinamarca, Reino de los Países lateral de Garantía de Inversiones (más
Bajos, República de Alemania, Reino de conocido como el MIGA) y del OPIC
Noruega, República de Finlandia, Mala- (Overseas Private Investment Corpora-
sia, República de Australia, República de tion), que también habilitan la vía arbitral
El Salvador, República de Venezuela, Re- en la solución de controversias(187).
(185) Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, www.rree.gob.pe/portal/economia2.nsf/. Los BITs
celebrados por el Perú se ubican en: www.proinversion.gob.pe/orientacion/convenios/cont_1.htm.
(186) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Los Tratados Bilaterales de Promoción y Protección Recíproca de In-
versiones y el Acceso al Arbitraje”, en: Revista de Economía y Derecho, Vol. 1, Nº 2, Universidad Peruana
de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, 2004, pp. 29-50; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las
inversiones, cit., pp. 601-621.
(187) CANTUARIAS SALAVERRY / ARAMBURÚ YZAGA , El arbitraje en el Perú: desarrollo actual y perspectivas futuras,
cit., pp. 505-508; y CANTUARIAS SALAVERRY, Arbitraje comercial y de las inversiones, cit., pp. 886-891.
74 FERNANDO CANTUARIAS SALAVERRY
MARCO LEGAL APLICABLE AL ARBITRAJE EN EL PERÚ: (...) 75
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 75-85
( *) Profesor de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Presidente de la Academia
Peruana de Derecho. Socio del Estudio Osterling.
76 FELIPE OSTERLING PARODI
ejercicio que me propongo desarrollar en análisis pasará por precisar los alcances
esta exposición. Desde luego que, cua- de la normatividad general, esto es, la
lesquiera que sean los argumentos que se Ley General de Arbitraje, Ley Nº 26572.
expongan ahora, la colaboración del Po- El artículo 1 de la citada Ley, establece
der Judicial y de los árbitros (en ambos la regla para definir qué tipo de contro-
casos para rechazar o reafirmar su com- versias pueden ser sometidas a arbitra-
petencia) será fundamental para que las je. A continuación, dicha norma comple-
controversias sean dilucidadas en la sede menta los alcances de la regla general a
que les corresponda. través de la enumeración de las excep-
ciones referidas a los supuestos que no
Para efectos prácticos, he dividido mi son arbitrables.
exposición en dos partes:
En este sentido, el artículo 1 de la
(i) La primera, referida a los lineamien- Ley General de Arbitraje señala que
tos para establecer cuándo una con- pueden someterse a arbitraje las contro-
troversia debe discutirse en arbitra- versias determinadas o determinables
je o cuándo, no obstante la existen- “sobre las cuales las partes tienen fa-
cia de un convenio arbitral, dicha cultad de libre disposición”. Esta es la
controversia deba ser llevada al Po- regla fundamental que deberá tenerse en
der Judicial debido a su naturaleza cuenta para establecer que tipo de con-
no arbitrable. troversias son arbitrables.
(1) LOHMANN LUCA DE TENA , Guillermo, El Arbitraje, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Lima, 1993, p. 41.
¿SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN ARBITRAJE O EN EL PODER JUDICIAL? (...) 77
(2) CANTUARIAS, Fernando / ARAMBURÚ, Manuel Diego, El Arbitraje en el Perú, Desarrollo actual y perspectivas,
Fundación M.J. Bustamante, Lima, 1994, p. 191.
(3) MONTERO AROCA, Juan, et. al. Derecho Jurisdiccional, Enmarce, Lima, 1999, p. 166.
78 FELIPE OSTERLING PARODI
En este punto es importante estable- (iv) Por último, no son arbitrables las con-
cer cuándo la materia controvertida troversias directamente concernientes
podría considerarse como de orden a las atribuciones o funciones de im-
público y, por tanto, si su dilucida- perio del Estado o de personas o enti-
ción puede ser objeto de arbitraje. dades de derecho público. Para ser
más precisos, cabe señalar que las ma-
Para Marcial Rubio(4), a efectos de
terias no arbitrables a que alude esta
delimitar los alcances del “orden pú-
excepción son aquellas que involu-
blico”, debe tenerse en cuenta que su
cran el ejercicio de funciones o atri-
referencia es plurisignificante en el
buciones por parte del Estado o de
derecho; sin embargo, el sentido que
personas de derecho público, advir-
parece haber querido otorgarle el le-
tiéndose que dichas funciones o atri-
gislador en este caso específico se
buciones deberán ser de imperio.
encuentra más referido al concepto
jurídico que atañe al cumplimiento De otro lado, el artículo 39 de la ci-
ineludible de las disposiciones lega- tada Ley General de Arbitraje establece,
les de carácter imperativo. acogiendo el principio kompetenz - kom-
Bajo esta definición, a criterio de petenz, que “los árbitros están facultados
Messineo(5) un acto jurídico contra- para decidir acerca de su propia compe-
rio al orden público (llamado tam- tencia”. Es justamente por ello que los
bién acto jurídico prohibido) es aquel tribunales arbitrales se podrían declarar
que va contra los principios funda- competentes para conocer de las contro-
mentales de interés general sobre los versias sometidas a su competencia en
que se apoya el ordenamiento jurídi- ejercicio de dicha norma.
co de un determinado Estado, en su
Abunda en esta tesis otra Sentencia
aspecto de derecho imperativo, es
del Tribunal Constitucional por la cual se
decir, que debe observarse inderoga-
reitera “la plena vigencia del principio
blemente por todos, porque consta de
de la “kompetenz-kompetenz” previsto en
normas imperativas o prohibitivas. A
el artículo 39 de la Ley General de Arbi-
través de la figura del orden público
traje –Ley Nº 26572–, que faculta a los
se brinda protección a los principios
árbitros a decidir acerca de las materias
jurídicos básicos que constituyen la
de su competencia, y en el artículo 44 del
esencia de un Estado.
referido cuerpo legal, que garantiza la
En tal sentido, atendiendo a que los competencia de los árbitros para cono-
particulares no pueden pactar –y cer y resolver, en todo momento, las cues-
mucho menos disponer– en contra de tiones controvertidas que se promuevan
normas imperativas, las materias ar- durante el proceso arbitral, incluidas las
bitrables deberán encontrarse fuera pretensiones vinculadas a la validez y efi-
de este ámbito. cacia del convenio. Este Colegiado resalta
(4) RUBIO, Marcial, Título Preliminar, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2001, p. 95.
(5) MESSINEO , Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial, T. I, Ediciones Jurídicas Europa-América,
Buenos Aires, 1971, p. 47.
¿SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN ARBITRAJE O EN EL PODER JUDICIAL? (...) 79
la suma importancia práctica que re- cial en un arbitraje, según el cual la mate-
viste dicho principio, a efectos de evi- ria controvertida constituiría un supuesto
tar que una de las partes, que no desea de incertidumbre jurídica que solo puede
someterse al pacto de arbitraje, me- ser dilucidada por el Poder Judicial.
diante un cuestionamiento de las deci-
Es claro a mi juicio, entonces, que la
siones arbitrales y/o la competencia de
circunstancia de que se alegue que una
los árbitros sobre determinada contro-
pretensión planteada en un arbitraje cons-
versia, pretenda convocar la participa-
tituye un caso de incertidumbre jurídica
ción de jueces ordinarios, mediante la
que corresponde ser resulta por el Poder
interposición de cualquier acción de
Judicial, no enerva la competencia de un
naturaleza civil y/o penal, y desplazar
tribunal arbitral. Veamos.
la disputa al terreno judicial”.
De conformidad con el artículo III
Cabe destacar que para el Tribunal
del Título Preliminar del Código Pro-
Constitucional la competencia del árbitro
cesal Civil, “el juez deberá atender a
alcanza la posibilidad de que excluya el
que la finalidad concreta del proceso
conocimiento de la controversia por la ju-
es resolver un conflicto de intereses o
risdicción ordinaria cuando algunos de los
eliminar una incertidumbre, ambas con
sujetos involucrados hubiese optado por
relevancia jurídica, haciendo efectivos
acudir a ella. Bajo este criterio, conside-
los derechos sustanciales, y que su fi-
ro que un tribunal arbitral tiene faculta-
nalidad abstracta es lograr la paz so-
des suficientes para rechazar cualquier in-
cial en justicia”.
tento del Poder Judicial de dejar sin efec-
to el arbitraje, pero adicionalmente, dicho Sobre los alcances del concepto de
tribunal arbitral se encuentra facultado incertidumbre con relevancia jurídica, se
para atraer a cualquier sujeto que hubiese ha señalado por Juan Monroy Gálvez que
iniciado acciones ante el Poder Judicial en “es la ausencia de certeza en la produc-
tanto la materia objeto de dicho proceso ción o existencia de un hecho o acto”(6).
resulte arbitrable. Este aspecto es anali- Esta definición nos indica que la incerti-
zado en la segunda parte. dumbre jurídica es un término sumamen-
te genérico referido a cualquier problema
Hasta aquí lo relativo a la competen-
jurídico respecto del cual no exista certe-
cia del tribunal arbitral.
za. Tal ausencia de certeza puede versar
Ahora bien, habiéndose establecido sobre aspectos patrimoniales o no patri-
los lineamientos para definir cuándo una moniales, disponibles o de orden públi-
controversia debe discutirse en arbitraje, co. En tal sentido, no es la incertidumbre
cabe señalar que a menudo proliferan los jurídica per se lo que determina que un
argumentos por los cuales se cuestiona la caso deba someterse al Poder Judicial,
competencia de un tribunal arbitral. Re- pues dependiendo de la naturaleza de la
cientemente me ha llamado la atención el incertidumbre su solución podría ser lle-
argumento aducido por una parte poten- vada a arbitraje por las partes.
(6) MONROY GÁLVEZ, Juan, “Partes, Acumulación, Litisconsorcio, Intervención de Terceros y Sucesión Procesal
en el Código Procesal Civil”, en: Ius et Veritas, Año IV, Nº 6, p. 42.
80 FELIPE OSTERLING PARODI
(8) Dicho precepto reconoce de manera expresa la jurisdicción arbitral, en los términos que transcribimos a
continuación:
“Artículo 139. Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
1. La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.
No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de la militar y la arbitral
(...)”.
82 FELIPE OSTERLING PARODI
(9) Así opina CHIOVENDA, citado por MONROY GÁLVEZ, “Partes, Acumulación, Litisconsorcio, Intervención de
Terceros (...)”, cit., p. 55.
¿SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN ARBITRAJE O EN EL PODER JUDICIAL? (...) 83
pero no pagó nada por ellas, a pesar de alguno en su contra, consintiendo tal
que tanto la Constitución Política del decisión al no impugnarla formal-
Perú de 1933, vigente en aquel entonces, mente. Asimismo, efectuada la noti-
como las leyes de expropiación dictadas ficación al Ministerio de la Produc-
por el propio Gobierno de facto, estable- ción de la Resolución Número Die-
cían categóricamente que el justiprecio cisiete (sucesor procesal del ex MI-
debía ser pagado. TINCI) y formulada la oposición
planteada como cuestión previa, ésta
Los accionistas promovieron inicial-
fue declarada infundada mediante
mente diversas acciones judiciales contra
Resolución Número Sesenta; deci-
el Gobierno de facto, con la finalidad de
sión notificada con fecha veinticin-
que las acciones confiscadas les fueran
devueltas o, alternativamente, pagadas. co de setiembre de dos mil dos, y que
quedó consentida al no ser impug-
El arbitraje, iniciado en el año 1998, nada oportunamente por tal entidad”.
luego de múltiples avatares que no es del
caso reseñar, concluyó en febrero del año En la parte resolutiva la Corte Supe-
2004, con un laudo favorable a los accio- rior confirmó la decisión del tribunal ar-
nistas privados que ordenó al Estado pe- bitral de integrar a las empresas del Esta-
ruano pagar el justiprecio insoluto de las do que tenían interés en el resultado de la
acciones expropiadas. controversia. Asimismo, se confirmó la
decisión del tribunal arbitral de desesti-
En dicho arbitraje el tribunal arbitral
mar las oposiciones al arbitraje formula-
admitió el pedido de la empresa privada a
das por las citadas empresas del Estado.
fin de que se integraran al arbitraje las
demás empresas del Estado que pudieran Las consideraciones expuestas justi-
mantener interés en el resultado. De con- fican la necesidad de acumular las con-
formidad con el considerando Décimo troversias existentes entre las partes en un
Quinto de la Sentencia de la Corte Su- solo arbitraje y, como quiera que la deci-
perior que ratificó dicho Laudo se esta- sión que se adopte alcanza a todas, atraer
bleció lo siguiente: al proceso a todos los sujetos que a la fe-
cha todavía no han presentado reclamos.
“DÉCIMO QUINTO.- Que por Los mecanismos procesales para ello es-
Resolución Número Diecisiete el Tri- tán dados y las facultades del tribunal ar-
bunal Arbitral resolvió incorporar al bitral han quedado demostradas a partir
proceso en calidad de litisconsortes de la normatividad aplicable y la juris-
necesarios al Ministerio de Industria, prudencia citada.
Turismo, Integración y Negociacio-
nes Comerciales Internacionales – A mayor abundamiento, cabe seña-
MITINCI así como al Ministerio de lar como referencia que nuestra legisla-
Economía y Finanzas. A mayor abun- ción ha previsto la posibilidad de acumu-
damiento, efectuada la notificación lar pretensiones en tanto éstas sean de la
a la Procuraduría Pública del Minis- misma naturaleza. Es el caso del artículo
terio de Economía y Finanzas el día 287º del Reglamento de la Ley de Con-
quince de marzo de dos mil dos, ésta trataciones y Adquisiciones del Estado, el
no planteó medio impugnatorio cual establece que “cuando exista un
¿SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN ARBITRAJE O EN EL PODER JUDICIAL? (...) 85
LA SUPLETORIED AD DE LLAS
SUPLETORIEDAD AS LEYES DE ARBITRAJE
Tanto la Ley Modelo como la LGA me, salvo las consecuencias patrimonia-
le han prescrito una forma escrita o docu- les que surjan de su ejecución y sólo si
mental, aunque no dotada de rigidez pues conciernen exclusivamente a las partes del
no tiene que constar necesariamente en proceso. Tampoco pueden ser materia de
una cláusula especial de un contrato sino arbitraje las materias que interesan al or-
que es suficiente que sea resultado de un den público o que versen sobre delitos o
intercambio de cartas, télex o correos elec- faltas, salvo lo relativo a la cuantía de la
trónicos, pero siempre que pueda probar- reparación civil y siempre que no haya
se su existencia. Sin embargo, en la LGA sido fijada por resolución judicial firme.
la forma prescrita no tiene el carácter de Por últimos no son arbitrables las funcio-
ad probationem para el arbitraje nacio- nes o atribuciones concernientes al ius im-
nal, pues su artículo 10 la prescribe como perium del Estado o de las entidades del
consustancial al convenio mismo, es de- Estado dotadas de ius imperium.
cir, con formalidad ad solemnitatem, lo
Determinado el objeto del arbitraje,
que significa que no puede probarse por
la autonomía de la voluntad le da plena
otros medios que no sea el documento
vigencia a la voluntad normativa. Las par-
mismo en el que consta el convenio, lo
tes pueden decidir si el arbitraje será na-
que significa una clara presencia de una
cional o internacional, si de derecho o de
norma imperativa que se impone a la au-
conciencia y si se someten o no a una ins-
tonomía de la voluntad.
titución arbitral. Pueden proceder a la de-
La eclosión de la autonomía de la signación de los árbitros, si serán colegia-
voluntad, como ya hemos advertido, ra- dos o único, y conferirles las facultades
dica en el contenido del acuerdo de arbi- que tengan por conveniente, así como su
traje o convenio arbitral. Es en él donde remuneración. Pueden designar la sede del
la voluntad normativa cumple su rol a ple- tribunal arbitral, el idioma del arbitraje,
nitud y las leyes de arbitraje asumen su las normas de procedimiento, la manera
función supletoria. como debe funcionar el tribunal arbitral y
si puede resolver por mayoría o requiere
En el contenido del acuerdo de ar-
de unanimidad, los plazos, particularmen-
bitraje o convenio arbitral la autonomía
te el que debe observarse para la emisión
de la voluntad decide sustraer la contro-
del laudo, y si éste será apelable o no.
versia del conocimiento de la jurisdicción
Pueden decidir hasta la legislación apli-
del Estado y precisa el objeto del arbitra-
cable a la solución de su conflicto.
je, esto es, la materia de la controversia,
pero en la que también tiene presencia el Como puede apreciarse, pues, la
orden público, pues debe tratarse de una autonomía de la voluntad tiene un mar-
materia susceptible de arbitrarse. Para la gen sumamente amplio para normar el
LGA no son susceptibles de arbitrarse las proceso arbitral, incluso pudiendo de-
materias que versan sobre el estado y la legar en los árbitros la integración de
capacidad civil de las personas, ni las re- los vacíos que puedan generar, poster-
lativas a bienes o derechos de incapaces, gando así la aplicación de las normas
sin la previa autorización judicial. Tam- supletorias, las que tendrán participa-
poco son arbitrables las materias sobre las ción en el proceso por decisión misma
cuales ha recaído resolución judicial fir- de las partes o de los árbitros.
90 FERNANDO VIDAL RAMÍREZ
Existen diversos criterios de clasifi- vado adelante en los últimos años, con-
cación del arbitraje, uno de ellos está re- versaciones sostenidas durante los últimos
ferido a la forma de organización de este seis meses con los árbitros más destaca-
importante mecanismo alternativo de re- dos de nuestro medio y de algunas ciuda-
solución de conflictos y a saber, distin- des del interior del país, nos llevan a con-
gue entre el arbitraje institucional o ad- cluir, sin temor a equivocarnos, que el ar-
ministrado y el ad hoc o libre. Aunque la bitraje ad hoc representa hoy en día, no
tendencia mundial actual del arbitraje mo- menos del sesenta y cinco por ciento del
derno está orientada hacia el desarrollo total de arbitrajes del mercado peruano.
del arbitraje institucional, lo que por cier- Estoy seguro que muchos de los asisten-
to compartimos dadas las garantías y las tes a este Congreso, en especial nuestros
ventajas de éste frente al ad hoc; a dife- amigos del extranjero, se sorprenderán
rencia de lo que sucede en otras latitudes, con esta realidad.
en el Perú y en especial, tratándose del
No podemos dejar de reconocer sin
arbitraje nacional o doméstico, al que nos
embargo, el importante desarrollo que ha
referiremos fundamentalmente en esta ex-
tenido en la última década el arbitraje ad-
posición, tenemos una marcada preferen-
ministrado en el Perú, destacando dentro
cia por el arbitraje ad hoc. Las razones tra-
de las instituciones arbitrales de mayor
taremos de esbozarlas más adelante.
prestigio, el Centro de Arbitraje de la Cá-
En efecto, si bien no existen en nues- mara de Comercio de Lima, que alguna
tro país estadísticas confiables que nos vez me tocó dirigir. Ello se debe sin lugar
permitan determinar con exactitud el nú- a dudas al hecho de contar con una Ley
mero de arbitrajes ad hoc que se han lle- General de Arbitraje, la Ley N° 26572,
( *) Presidente de Marc Perú. Profesor de las Facultades de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias
Aplicadas - UPC y de la Universidad de Lima.
92 CARLOS RUSKA MAGUIÑA
en vigencia desde el día 6 de enero del tando con reglamentos que regulan la ac-
año 1996, que es una de las más moder- tividad de los árbitros y las partes, la que
nas del mundo y que tiene normas que en el caso peruano deberá ser constituida
favorecen el desarrollo del arbitraje insti- como una persona jurídica, pudiendo ser
tucional en el Perú. con o sin fines de lucro, privado o públi-
co o en su caso mixta, ello se desprende
Ahora bien, cabe preguntarse por cuál de lo señalado expresamente en el artícu-
optar, ¿arbitraje ad hoc o administrado?
lo 6 de la Ley General de Arbitraje, Ley
La opción dependerá del pacto al que arri- Nº 26572. En el ad hoc, son las propias
ben las partes, claro está que para ello es partes o en defecto de éstas los árbitros,
conveniente contar con un adecuado ase-
los que establecen las reglas para que el
soramiento previo, que parta del análisis arbitraje se pueda desarrollar de manera
del caso concreto, lo que permitirá deter-
adecuada y se encargan de la organiza-
minar la conveniencia de uno u otro. La ción y administración. A decir verdad, en
decisión es de suma importancia, pues po- la práctica muy pocos son los casos en los
drá afectar de manera significativa el de-
que las propias partes se ocupan del tema,
sarrollo del arbitraje que se promueva en tarea que termina casi siempre en manos
la oportunidad en que surja el conflicto.
de los árbitros que se encargarán de re-
En la generalidad de los casos, la solver la controversia.
opción se toma en la oportunidad de la La doctrina ha considerado como
celebración del convenio arbitral o de la principales ventajas del arbitraje adminis-
inclusión de la cláusula arbitral en un con- trado a las siguientes:
trato determinado. En ese momento la re-
lación entre las partes se encuentra en su • La existencia de una institución es-
mejor nivel. Sin embargo, la opción pue- pecializada que respalda el arbitra-
de también tomarse con posterioridad, ya je, es tal vez la mayor de las venta-
que la inclusión o no de la clase de arbi- jas. En efecto, las instituciones arbi-
traje no constituye un elemento esencial trales cuentan o deben contar con los
para la existencia y validez del convenio medios humanos y materiales nece-
arbitral. Se deberá tener en cuenta que, sarios para brindar un adecuado ser-
una vez surgido el conflicto entre las par- vicio de organización y administra-
tes, resultará muy difícil ponerse de acuer- ción del arbitraje.
do. En todo caso, resultará siempre pre-
ferible como lo señalan algunos, pactar un • Otra de las ventajas está dada por la
arbitraje administrado y, si las partes lue- existencia de cláusulas tipo o mode-
go consideran que es mejor para sus inte- lo, que las partes pueden incluir en sus
reses el desarrollo de uno ad hoc, será más contratos, sin necesidad de tener que
fácil hacer el cambio hacia éste. elaborar una cláusula especial para
cada caso en particular. Estas cláusu-
La diferencia entre el arbitraje admi- las refieren que el arbitraje se desa-
nistrado o institucional y el arbitraje ad rrollará de acuerdo con los reglamen-
hoc o libre, está dada por el hecho de que tos y bajo la administración de una
mientras en el primero existe una institu- determinada institución arbitral; de
ción arbitral que se encarga de la organi- esta manera, se evita la redacción de
zación y administración del arbitraje, con- las denominadas cláusulas patológicas.
ARBITRAJE AD HOC O ARBITRAJE ADMINISTRADO. (...) 93
ción en defecto del pacto de las par- Luego de haber esbozado las venta-
tes se deriva a las Cámaras de Co- jas y desventajas del arbitraje administra-
mercio, aunque nosotros hubiésemos do y del ad hoc, es indudable que en la
preferido se mencionen simplemen- actualidad la tendencia mundial es la de
te a las instituciones arbitrales. favorecer el desarrollo del primero de los
nombrados, pues son mayores sus venta-
• Otra de las desventajas del arbitraje
jas que sus desventajas y contribuyen a la
ad hoc está sin duda relacionada con
buena práctica del arbitraje. Sin embar-
la ausencia de un soporte institucio-
go, cabe preguntarnos, ¿porqué en el Perú
nal que comprende, tanto la infraes-
se prefiere al arbitraje ad hoc?
tructura física necesaria para el ade-
cuado desarrollo del arbitraje, como Consideramos que la respuesta a di-
el personal humano especializado cha interrogante está estrechamente vin-
que le da soporte a los árbitros y a culada a la percepción que tienen los
las partes. En efecto, generalmente usuarios del arbitraje administrado en
en el arbitraje ad hoc la sede del tri- nuestro país, así como a la falta de lide-
bunal es la oficina del presidente, razgo de la mayoría de las instituciones
aunque esto no debe tomarse como arbitrales de nuestro medio, las que a
creen algunos, como una regla im- pesar de la opción tomada por la Ley
perativa. Este hecho puede traer al- General de Arbitraje, que con acierto fa-
gunos inconvenientes, tanto para las vorece e impulsa su desarrollo, no han
partes, como para los propios árbi- estado en nuestro concepto a la altura de
tros, incluso puede llegar a generar las circunstancias.
desconfianza. Sin duda, resulta mu-
Los usuarios perciben que las tarifas
cho mejor, que la sede del tribunal
que cobran la mayoría de instituciones ar-
sea un local institucional dedicado a
bitrales de nuestro medio, son excesiva-
la organización y administración de
mente elevadas en contraposición a la ca-
arbitrajes y no un estudio de aboga-
lidad de los servicios que estas brindan.
dos, por prestigioso que éste sea.
Por otro lado, consideramos que las insti-
Es importante destacar que en nues- tuciones arbitrales no han logrado gene-
tro medio se están abriendo paso ins- rar en los posibles usuarios, la confianza
tituciones que, sin ser propiamente necesaria, lo cual puede estar relaciona-
Centros de Arbitraje, brindan sopor- do con el hecho de que algunas de ellas
te especializado para los arbitrajes ad estarían vinculadas a determinados sec-
hoc, tanto en las tareas secretariales tores de la actividad económica o profe-
que comprenden la organización y sional. Finalmente, otro de los factores a
administración del proceso arbitral, considerar está relacionado con el hecho
como la infraestructura física para el de que varias de las instituciones arbitra-
desarrollo mismo del arbitraje; una les locales tienen deficientes reglamentos,
de ellas es precisamente Marc Perú, los que en muchos casos son copias im-
la que con sus casi diez años de exis- perfectas de otros que en la actualidad han
tencia en el mercado peruano, viene quedado superados, lo cual en algunos
contribuyendo al desarrollo del ar- casos genera demora en la tramitación de
bitraje en nuestro país. los procesos arbitrales.
98 CARLOS RUSKA MAGUIÑA
EL AFORISMO IUR A NO
IURA VIT CURIA
NOVIT
Y SU POSIBLE APLICA CIÓN EN L AUDOS ARBITRALES
APLICACIÓN
( *) Socio del Estudio Rodrigo, Elias & Medrano Abogados. Profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica del Perú.
(1) SENTIS MELENDO, Santiago, El Juez y el Derecho (Iura Novit Curia), Ediciones Jurídicas Europa - América,
Buenos Aires, 1957, p. 20.
(2) Según MONROY GÁLVEZ, el origen del aforismo se ubica históricamente en los siglos XIII y XIV. MONROY
GÁLVEZ, Juan, El Aforismo Iura Novit Curia y el Artículo VII del Título Preliminar del Código Civil de 1984, en:
Temas de Proceso Civil, Lima, Librería Studium Ediciones, 1984, p. 210. Por su parte, OBANDO B LANCO,
Víctor, señala que dicha institución surgió mucho antes. “Resulta inexacto ubicar el origen del principio
materia de la investigación, en los siglos XIII y XIV, debiendo por tanto aportarse elementos de más
antigua data. Históricamente lo encontramos implícito en la mayoría de sistemas jurídicos, y sólo en el
presente siglo ha encontrado su formulación legislativa. En: OBANDO B LANCO, Víctor, Estudios de Derecho
Procesal Civil, Editorial San Marcos, Lima, 1997, p. 149.
100 GUILLERMO LOHMANN LUCA DE TENA
incisivo al afirmar que “quien puede lo podrá sobrepasar los límites que señala-
más puede lo menos”(8). Fue así que di- mos a continuación:
cha omisión fue subsanada con la regula-
ción del Código Procesal Civil de 1993. 3.1. Los hechos
Sobre este tema, la Corte Suprema Los hechos importantes para un pro-
ha dispuesto lo siguiente: ceso son aquellos denominados hechos
“jurídicamente relevantes”, es decir, que
“El Artículo VII del Título Prelimi- repercuten decisivamente porque consti-
nar del Código Procesal Civil esta- tuyen los supuestos de hecho de la norma
blece la facultad del Juez para que respecto de la cual derivará la consecuen-
aplique la norma jurídica que corres- cia jurídica solicitada (petitorio).
ponda a la situación concreta cuan-
do las partes la hayan invocado erró- La referencia a los hechos en un pro-
neamente, y bajo el concepto de que ceso es carga exclusiva de las partes. El
al tener el Juez mejor conocimiento Juez no puede insertar ni mucho menos
del derecho que las partes está en resolver controversias o incertidumbres
aptitud de decidir cuál es la norma jurídicas sobre hechos que no hayan sido
aplicable al caso”(9). alegados por las partes dentro del proce-
so. Al respecto, la Corte Suprema ha de-
3. LÍMITES DE SU APLICACIÓN clarado que:
La aplicación de la regla Iura Novit “(...) El Juez está sujeto a dos res-
Curia no es absoluta ni se encuentra exen- tricciones, sólo puede tomar en cuen-
ta de límites y restricciones. Antes bien, a ta los hechos alegados por las par-
fin que su aplicación no lesione los prin- tes, aun cuando él pudiera tener otro
cipios (imparcialidad (10), contradic- conocimiento, y sólo puede referirse
ción(11), congruencia) ni derechos (debi- a la prueba actuada, sea por iniciativa
do proceso y tutela procesal efectiva) no de las partes o de oficio”(12).
(8) “(...) el artículo VII no solamente obliga al Juez a intervenir en caso que la norma no haya sido invocada en
la demanda, sino también cuando la invocación es errónea o insuficiente. Si el Juez puede aplicar la ley
aun cuando no haya sido invocada, con mayor razón puede completar la que ha sido invocada insuficien-
temente o en su caso corregir la que se ha señalado en forma errónea porque quien puede lo más también
puede lo menos (...)” En: TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Derecho Civil. Parte General. Introducción al Derecho y
Título Preliminar. Aplicación Judicial de las normas jurídicas. El principio “Iura Novit Curia”, Cultural Cuzco
S.A. Editores, 1991, Lima, p. 577.
(9) Casación Nº 1171-07 ICA. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 10 de diciembre de 1998.
(10) Principio de imparcialidad refiere a que el órgano jurisdiccional debe estar incólume respecto a lo que es
materia de del conflicto de intereses y respecto a las partes. Este principio está íntimamente ligado al
principio de igualdad, consistente en que a ambas partes se les debe tratar de la misma forma respecto a
todos los actos procesales.
(11) Principio de contradicción (o principio de bilateralidad) refiere no solamente a que todos los actos del proceso
deben realizarse con conocimiento de las partes sino que aquellos deben ocurrir con la información previa y
oportuna a la parte contraria. En ese sentido, en un proceso no se podrá expedir una decisión que afecte a
las partes sin que aquellas hayan tenido siquiera la oportunidad de expresar su posición al respecto.
(12) Casación Nº 2786-99 Lima del 20 de enero de 2000.
102 GUILLERMO LOHMANN LUCA DE TENA
La vulneración de este límite infrin- Puede ocurrir, sin embargo, que los
ge los postulados básicos de imparciali- hechos por sí solos denoten una situación
dad, contradicción y consecuentemente al determinada, pero si la pretensión de la
derecho al debido proceso. parte no es acorde a la situación el Juez
no puede enmendar tal error cometido y
“(...) la Sentencia de Vista deviene reemplazar dicha pretensión.
en nula no sólo por no sujetarse sus
fundamentos al mérito de lo actua- Este límite está íntimamente relacio-
do, sino también por cuanto al pro- nado con el principio de congruencia, que
nunciarse respecto de un hecho que consiste en el deber de mantener confor-
no ha sido alegado por el demandante midad entre la resolución y la petición
y menos por el demandado se está de las partes.
atentando contra el derecho del re- El Juez no debe omitir, alterar o ex-
currente a un debido proceso consa- ceder las peticiones contenidas en el pro-
grado en el inciso tercero del artícu- ceso que resuelve. Existen diversos tipos
lo ciento treinta y nueve de la Cons- de incongruencia: por omisión en el pro-
titución Política del Perú”(13). nunciamiento de alguna de las preten-
siones (citra petita), cuando la decisión
Luego de establecidos los hechos, el
contiene una pretensión no demandada
Juez procede a su valoración jurídica a fin
o está referida a una persona ajena al
ubicarlos dentro de los supuestos norma-
proceso (extra petita), cuando la deci-
tivos que les sean aplicables. Dicha acti-
sión concede o adjudica más de los que
vidad es conocida como subsunción(14).
fue pedido (ultra petita).
La afectación al principio de con-
3.2. El objeto de la pretensión
gruencia conlleva también a la afectación
Una pretensión tiene como ele- al derecho de defensa y al debido proce-
mentos el petitum (efecto jurídico es- so(15). Sobre este tema, la Corte Suprema
pecífico que se desea) y la causa pe- expresa lo siguiente:
tendi (hechos que fundamentan la pre-
tensión, que deben ser amparables en • “(...) el principio de congruencia a
el ordenamiento jurídico). Este efecto que se refiere el artículo cincuenta
es el objeto de la pretensión, a lo que inciso sexto del Código Procesal Ci-
debe ceñirse el Juez. vil constituye una de las garantías del
(13) Casación Nº 531-02 CAJAMARCA del 25 de junio de 2004. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3
de enero de 2005.
(14) “La aplicación del Derecho a los hechos, en el silogismo que contiene la sentencia, se denomina subsun-
ción”. En: Casación Nº 1713-96 LIMA. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15 de agosto de 1998.
(15) De esta manera también se pronuncia DE LOS SANTOS: “si no se respetaran los términos de la pretensión,
excediendo su objeto, involucrando en la litis a quien no ha sido parte o introduciendo hechos que no han
sido materia de debate (y defensa) podría conculcase la referida garantía tan cara al debido proceso
adjetivo”. En: DE L OS SANTOS , Mabel, “Postulación y Flexibilización de la congruencia (Su análisis con
relación al Código Procesal Civil peruano)”, en: Revista Peruana de Derecho Procesal, Lima, Palestra
Editores, 2005, p. 93.
EL AFORISMO IURA NOVIT CURIA Y SU POSIBLE APLICACIÓN EN LAUDOS ARBITRALES 103
(16) Casación Nº 2292-03 ICA del 12 de octubre de 2004. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30 de
mayo de 2005.
(17) Casación Nº 1981-2001 LIMA. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 1 de marzo de 2002.
(18) Ley Nº 26572 - Ley General de Arbitraje
Artículo 1.- Pueden someterse a arbitraje las controversias determinadas o determinables sobre las cua-
les las partes tienen facultad de libre disposición, así como aquellas relativas a materia ambiental (...).
(19) Ley General de Arbitraje
Artículo 83.- El laudo arbitral consentido o ejecutoriado tiene valor equivalente al de una sentencia y es
eficaz y de obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes.
(...)
(20) Ley General de Arbitraje
Artículo 3.- El arbitraje puede ser de derecho o de conciencia. Es de derecho cuando los árbitros resuelven
la cuestión controvertida con arreglo al derecho aplicable. Es de conciencia cuando resuelven conforme a
sus conocimientos y leal saber y entender.
Salvo que las partes han pactado expresamente que el arbitraje será de derecho, el arbitraje se entenderá
de conciencian (...)
104 GUILLERMO LOHMANN LUCA DE TENA
fecha de expedición; ii) nombre de las par- cialidad, defensa, contradictorio e incon-
tes y de los árbitros; iii) la cuestión some- gruencia, principios que suelen ser vulne-
tida a arbitraje y una sumaria referencia rados con la aplicación indebida de la ins-
de las alegaciones y conclusiones de las titución del iura novit curia. A continua-
partes; iv) valoración de las pruebas en ción veremos si la aplicación de esta ins-
que se sustenta la decisión; v) fundamen- titución es viable en el ámbito arbitral, más
tos de hecho y de derecho para admitir o específicamente en el laudo.
rechazar las respectivas pretensiones y de-
Supongamos que A y B se some-
fensas; vi) La decisión.
ten a un arbitraje donde A demanda la
Si bien el arbitraje se caracteriza por pretensión X y los fundamentos jurídi-
ser un proceso flexible(21) en el que las cos que utiliza para ello son [a], [b] y
partes pueden establecer las reglas con- [c]. A lo largo del proceso arbitral, las
siguientes, actualmente se encuentra en partes discuten sobre dicha pretensión
amplio debate si cabe la exigencia de y B se encarga de desvirtuar los funda-
aplicar unas reglas inderogables de las mentos de la demanda.
que no se puede prescindir. Nos referi-
En el laudo arbitral, los árbitros, en
mos a las reglas que conciernen al debi-
aplicación de la institución iura novit cu-
do proceso(22) (23).
ria declaran fundada la demanda utilizan-
Cuando hablamos de debido proce- do como fundamentos jurídicos [d], [e] y
so, salen a la luz los principios de impar- [f]. Como se observa, el tribunal arbitral
(21) Así es catalogado el arbitraje en el ordenamiento mundial. Sobre este tema, CAIVANO señala: “una de las
características del procedimiento arbitral es su mayor informalidad con relación a los procedimientos apli-
cables en sede judicial. La flexibilidad e instrumentalidad que se presentan como norma en materia de
arbitraje, han sido señaladas precisamente como una de las mayores ventajas que este instituto reporta,
en tanto permite a las partes, como una consecuencia natural, obtener un pronunciamiento más rápido y
más consustanciado con las cuestiones de fondo que en artificios formales”, en: CAIVANO, Roque, Negocia-
ción, Conciliación y Arbitraje, Lima: APENAC, 1998, p. 267.
(22) Al respecto, el Tribunal Constitucional en su Sentencia del Pleno Jurisdiccional recaída en el expediente
Nº 04-2006-PI/TC, exige que cualquier sede jurisdiccional tiene el deber de “respetar mínimamente las
garantías que componen los derechos a la tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso”. Luego, con
las sentencias recaídas en los expedientes Nº 6167-2005-PHC/TC (Caso Cantuarias, Salaverry) y 1567-
2006-PA/TC (Caso Algamarca) se ha enfatizado tal exigencia en cuanto al proceso arbitral.
(23) Sobre este tema, hay defensores y opositores. Dentro de los primeros encontramos a ARRARTE ARISNABA-
RRETA, Ana Maria: “(...) es claro que cuando las partes se someten a la decisión de un Tribunal Arbitral
–más allá de su naturaleza, sea de derecho o de conciencia–, ello no implica renuncia alguna a su derecho
fundamental a un debido proceso, del que gozan simplemente por ser sujetos de derecho. Aceptar lo
contrario implicaría afirmar que al arbitraje se encuentra fuera del Estado de Derecho, lo que resulta
inconcebible en cualquier sociedad que se tilde de civilizada”, en: ARRARTE ARISNABARRETA, Ana María, de la
Interrelación a la Interferencia del Poder Judicial en los Procesos Arbitrales: Límites de su Actuación en:
THEMIS Revista de Derecho, Lima, Nº 53: Publicación editada por alumnos de la Facultad de Derecho de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2007, p.101. Por el lado de los opositores, encontramos a
SANTISTEVAN D E N ORIEGA, Jorge: “(...) en el arbitraje han de observarse todas las garantías que componen
el derecho al debido proceso. Sin embargo, se admite que en el arbitraje la voluntad de las partes preva-
lece sobre cualquier otra consideración, pues, por naturaleza y definición legal, éstas se someten a la
jurisdicción excepcional, de carácter privado destinada a resolver conflictos de interés con flexibilidad y
sobre la base de reglas predeterminadas que ellas mismas establecen”. En: SANTISTEVAN D E N ORIEGA,
Jorge, “Arbitraje y Jurisdicción desde la Perspectiva del Tribunal Constitucional del Perú”, en: Revista
Peruana de Arbitraje, Nº 2, Grijley, Lima, 2006, p. 54.
EL AFORISMO IURA NOVIT CURIA Y SU POSIBLE APLICACIÓN EN LAUDOS ARBITRALES 105
( *) Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Socio del Estudio Sparrow, Hundskopf
& Villanueva.
108 OSWALDO HUNDSKOPF EXEBIO
social (ver quinto párrafo del artículo • Ejecución forzada de los dividendos
101, y segundo párrafo del artículo 199). pagados en especie o en acciones de
propia emisión para amortizar los
A manera de resumen, la LGS, y el dividendos pasivos del accionista
ordenamiento legal peruano recogen mo- moroso (artículo 79).
dalidades diferentes para la solución de
controversias en materia societaria, las • Cobranza de los dividendos pasivos
que podemos clasificar en heterocompo- del accionista de la sociedad anónima
sitivas, entre las que se encuentran los (artículo 80).
procesos judiciales y al arbitraje (artículo • Pago de intereses o del principal de
48 LGS); y las autocompositivas, como los bonos vencidos, a los obligacio-
la conciliación (artículo 48 LGS) y la tran- nistas (artículo 328).
sacción (artículo 1302 Código Civil).
En cuanto a la vía judicial, a lo largo c. Procesos sumarísimos
de todo el articulado de la LGS existen
Son dieciocho (18) los casos, a saber:
algunas situaciones críticas o controver-
siales que se solucionan a través de pro- • Otorgamiento de la escritura pública
cesos judiciales que están puntualmente de constitución social (artículo 5).
establecidos en la misma ley y que, según
los casos, se tramitan en distintas vías pro- • Modificación de la denominación o
cesales, según el siguiente detalle: razón social igual o semejante a otra
(artículo 9).
a.Procesos no contenciosos
• Otorgamiento de escritura pública e
Son cuatro (4) los casos, a saber: inscripción de acuerdos societarios
• Convocatoria a Junta General de (artículo 15).
Accionistas (artículo 117). • Exclusión del socio moroso (ar-
• Convocatoria a Junta Obligatoria tículo 22).
Anual de Accionistas (artículo 119). • Impugnación de acuerdos de la Junta
• Exhibición del Acta de Junta Gene- General de Accionistas por defecto en
ral de Accionistas y expedición de la convocatoria o falta de quórum
copias certificadas (artículo 137). (artículo 143).
EL ALMA DIVIDID
DIVIDIDAA DEL ARB ITRAJE:
ARBITRAJE:
¿SOL UCIÓN AL
¿SOLUCIÓN TERNA
ALTERNA TIV
TERNATIV
TIVAA PPARA
ARA LLOS
OS USUARIOS
O FUENTE AL TERNA
ALTERNA TIV
TERNATIV
TIVAA DE HONORARIOS PPARAARA
ABOGADOS? CÓMO AP APAACIGUAR Y CONCILIAR
EL CORAZÓN CONSIGO MISMO
( *) Presidente de Panel en CIADI. Miembro y uno de los Distinguished Neutrals listados del International
Institute for Conflict Prevention and Resolution. N.Y.N.Y; U.S.A (CPR).; Reconocido en el Who’s Who in
International Business Arbitration (2005, 2006 y 2007) y en el Who´s Who in Public International Law
(2007). Ex-Presidente del Panel arbitral que dirimió la diferencia señalada como pre-requisito para la
negociación del TLC con los EE.UU.
118 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
nuestra libertad, por que nos da miedo ser también de la visión total que ofrece a to-
libres. Y la explicación de esta aparente dos la plaza y que está a disposición de
paradoja por la que nos da miedo algo que todos los que la miran, y en la que cada
debería darnos alegría, es que la única uno escoge lo que prefiere o le lleva el
razón de nuestro pánico a la libertad, es órgano visual a pesar suyo. Pero, tampo-
la inseguridad que llevamos oculta, y de- co acaba ahí el cuento. Porque lo que cada
bemos declarar al cruzar la aduana que uno ve siempre está alterado o deforma-
separa la frontera ética que separa el au- do individualmente por el efecto que en
toritarismo de la libertad interior, y en la cada uno produce la hora del día o de la
que debemos pagar el arancel muy mo- noche, el cansancio, el estado de ánimo,
desto de nuestra vanidad sin sentido la salud o malestar momentáneos, la in-
como “Flat rate” común. comodidad, los vínculos particulares, aso-
ciaciones emocionales y recuerdos o pro-
Exploremos más, por este camino,
yectos que cada mente o cada alma en par-
que nos llevará a un arbitraje de mejor
ticular asocia con ese punto específico y
calidad y mayor eficiencia social. Si, para
diferente que resuena en cada interior de
no alargar demasiado la extensión de este
modo diferente en cada uno que ve dife-
acápite, limitamos nuestro examen en de-
rentes objetos de lo mismo que todos mi-
talle al sentido de la vista –como ilustra-
ran. Todo ello da lugar a que cada testigo
ción de lo que se puede repetir, adecuán-
presencial de un evento, que transcurre
dolo, a todos los otros sentidos– los ojos
“delante de sus propias narices”, que lo
están limitados a sólo percibir con su mi-
“ha visto con sus propios ojos”, no sólo
rada una visión circunscrita a no más de
lo relata de manera y secuencia diferen-
180° de amplitud en todas direcciones. Ni
tes (Por ejemplo, cada uno de los evange-
siquiera podemos mirar nuestra propia
listas cristianos) sino que cada uno lo exa-
nuca sin algún tipo de ayuda artificial.
mina, analiza, vincula, relaciona, coteja,
Pero, también nuestros mismos ojos pue-
contrasta, opone, le añade o suprime in-
den tener casi una infinidad de imperfec-
voluntaria e inconscientemente, algo que
ciones que reducen o distorsionan nues-
el evento no tuvo, u otras cosas que efec-
tra visión, y que también la pueden anular
tivamente tuvo y ocurrieron “delante de
por completo. Un présbita, por ejemplo,
sus propias narices” y “miró con sus pro-
puede además ser daltónico, no ver bien
pios ojos” (Como en la película “Rasho-
en la oscuridad o deslumbrase excesiva-
mon” de Akira Kurosawa), pero que –con
mente con la luz normal del día. Y aún
total honestidad– “vió” o “no vió”.
con todas estas interferencias normales,
como promedio, la vista nunca ve todo lo Pero, todavía falta revisar otras in-
que mira. En un número determinado de terferencias más, que son de tipo diferen-
personas asomadas al mismo balcón para te y alteran de otra manera el proceso ad-
mirar a una misma plaza, a la misma hora ministrativo interior, de la percepción que
del día o de la noche cada una de ellas. nos proporciona la visión de lo que cada
“Ve” algo diferente de lo mismo que to- uno mira. Un enorme y llamativo titular
dos “Miran”, porque por lo general, cada periodístico sobre algo comparativamen-
uno tiene la vista fija en un punto deter- te irrelevante, por ejemplo, puede distraer
minado, del total que todos observan, que nuestra atención y alejarla de algo mucho
es diferente para cada persona; diferente más importante que está arrinconado en
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 121
pero sin el entrenamiento y capacitación ése el caso. Y por eso, cuando una perso-
perceptivos ni tampoco debidamente edu- na honesta y decente, afirma con seguri-
cado en cualquier orden de prioridades dad irracionalmente categórica que algo
ético, pero que sea abierto y no escondi- es cierto porque lo leyó en tal diario res-
do. El refrán de la canción popular que petable, o se lo dijo tal o cual persona res-
dice: “Me lo dijo Adela”, puede haber sido petable y autorizada en la materia, esta
interferido por una tormenta de interfe- afirmación tiene la misma estabilidad que
rencias perceptivas que requieren para un nido frágil de golondrinas, cobijado
enfrentar profesionalmente, de una cuida- en ramas precarias de un arbusto débil y
dosa capacitación y entrenamiento que tie- pequeño en medio de un vendaval. Y aún
nen carácter y cualidades de muy alto pro- así, nos seguimos sintiendo empecinada
fesionalismo especializado, y que debe y suicidamente seguros de algo que ve-
ponerse continuamente a prueba para mos “Con nuestros propios ojos” y “ante
mantener un plantel de juzgadores de ca- nuestras propias narices”, confirmado
lidad aceptable para cualquier tipo de pre- por la respetabilidad genuina de “Lo he
vención o solución de conflictos. La- leído en el diario de hoy, y en la primera
mentablemente, esta es una carencia ge- plana ¡Míralo tú mismo para que te con-
neralizada y típica en especial en todas venzas, si no crees!”.
las culturas que son herencia de autori-
tarismos y dictaduras que han desalenta- Por eso nuestros jueces y funciona-
do estas habilidades y destrezas necesa- rios huyen hasta hoy de este tipo de entre-
rias y, por lo contrario, han estimulado namientos, capacitación y educación, a fa-
la confusión arbitraria y la deformación vor de una educación jurídica honesta y
de los hechos, con argumentos secretos decente, pero más convencional e inocen-
semejantes a “esto puede causar un gra- temente “cómplice” que apaña con respe-
ve daño al país y a las inversiones”, “po- tabilidad tolerante las debilidades, flaque-
dría interpretarse de manera tal que alien- zas, vulnerabilidad y deficiencias de una
te el terrorismo, o subvierta el orden le- formación profesional enferma de memo-
gal”; “es sumamente inconveniente que rismos ineficientes, de su inevitable secue-
en los actuales momentos se decida de la de “tramitar” en vez de “resolver” pro-
esta manera”, y otros semejantes. Porque blemas, la consecuencia inevitable de per-
todo debe decirse en voz baja y discreta- derse desorientados en laberintos procesa-
mente, “sólo entre nosotros que somos les propiciados por Minotauros corruptos
ciudadanos responsables y conscientes”. y autoritarios; lo que como es perfectamen-
te predecible, desemboca y se refleja en
Todo lo descrito en este ejemplo del las, desde hace décadas, bajísimas evalua-
sentido de la vista, presume que se trata ciones en los sondeos de opinión ciudada-
de un diario de excelente calidad, muy se- na sobre la justicia y las leyes.
rio, irreprochablemente profesional, muy
responsable cívicamente, absolutamente Tampoco los maestros del país qui-
transparente, e irreprochablemente hones- sieron ser evaluados, pero el ministerio del
to. Lo que igualmente se puede aplicar a ramo, con el respaldo total de la opinión
todas las demás publicaciones, a los ca- pública, obligó a los maestros a someterse
nales de televisión y emisoras radiales que a esta prueba. Lo que ocurre con el Mi-
reúnan esas calidades. Pero no siempre es nisterio de Justicia, tanto desde quien ejerza
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 123
que, por razones sobre las que no quieren medio de métodos desarrollados para este
oír y hablar, sufren diariamente sus senti- fin, para situaciones como la nuestra, y
dos corporales en la inseguridad personal para personas adultas con nuestras carac-
de su percepción normal de hechos total- terísticas de cultura cívica. Parecen ser
mente cotidianos y sin importancia algu- impermeables a sugerencias que no son
na, pero por las que un hombre inocente las predeterminadas, y más bien son mar-
está sufriendo pena de cárcel en este mo- cadamente distintas a lo usual, porque me-
mento en el Perú, en 2007. nosprecian y no dan importancia debida a
hechos, como si las estadísticas y porcen-
La estupenda y magnífica noticia en tajes sobre la Justicia en el Perú, fueran
todo esto que he mencionado, y tiene tin- en absoluto normales y usuales.
tes optimistas y de aliento es que no se
trata, sin embargo, en la mayoría de ca- Porque, aún detrás de un telescopio,
sos, de una incapacidad incorregible o de microscopio, o computadora no hay sino
una deshonestidad ciega o cómplice; sino otro ser humano que tiene percepciones
con muchísima más frecuencia, de algo como todos los demás; también otras in-
muchísimo peor. Porque la causa y ori- terferencias semejantes del mismo tipo, y
gen está flotando en el aire y nadie lo otras adicionales más – pero esta vez tec-
percibe. Es una cultura ya subconsciente nológicas. El observador es el mismo y
e inocente que, sin darnos cuenta de ello, adolece de las mismas carencias y debili-
nos ha llevado gradualmente y sin mu- dades que se remueven y distancian con
cho ruido, a leer, oír, oler, palpar o de- la tecnología remota, pero que no las eli-
gustar lo que, ya inconscientemente, nos mina un ápice, porque no se trata de eso,
han enseñado, obligado, o también –ya sino de otra cosa que no quieren ver. Y en
cómplices de irresponsabilidad– quere- cuanto a la percepción de Dios –por lo
mos percibir, hasta que –finalmente– lo menos en la civilización de tradición cris-
percibimos contra viento y marea, y con- tiana– este punto fue expresamente con-
tra la misma realidad que nos incomoda templado por el evangelista Juan (Prime-
porque no sabemos ni hemos sido entre- ra Carta 4, 20): “Si alguno dice: Yo amo a
nados de alguna forma adecuada para Dios; y al mismo tiempo odia a su herma-
percibir, administrar, y organizar con sen- no, es un mentiroso. Pues si uno no ama a
satez y criterio común. su hermano, a quien ve, tampoco puede
amar a Dios, a quien no ve” Y en el evan-
Aún, los adelantos de la tecnología, gelio de Mateo, al formular los términos
o la espiritualidad más sublime, no cam- y condiciones de su Justicia a todas las
bian un ápice de esta verdad que debe- Naciones al final de los Tiempos, Jesús
mos aceptar como punto de partida para de Nazaret, de acuerdo a este mismo evan-
la prevención y resolución de cualquier gelista (Mateo 25, 31-46) describe la sen-
conflicto. Y en especial, para el ejercicio sorialidad y total sensualidad de su justi-
de la función de árbitro y de la jurisdic- cia que se resume en comida, bebida, te-
ción arbitral en su conjunto; porque el sis- cho, abrigo, compañía y el consuelo de
tema integral oficial de Justicia, del cual sentir un calor corporal y físico cercano,
somos partes lateral, no demuestra siquie- muy próximo; todas ellas “percepciones”
ra curiosidad por enterarse o interés en de- sensoriales, perceptibles únicamente por
sarrollar las destrezas y habilidades, por los sentidos físicos corporales.
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 125
esta notoria carencia o deficiencia perju- una de ellas es simplemente la total igno-
dicial, en las culturas jurídicas del autori- rancia de los hechos en todas las culturas
tarismo, que tratan de compensar sus de- autoritarias; como si no hubieran existido
bilidades, pero no con el desarrollo natu- nunca debajo del cielo y no existieran ya
ral de otras habilidades que las compen- en la actualidad en otras palabras miran a
sen, sino con cirugía estética y el implan- la realidad como si fuera una especie de
te de siliconas normativas que producen unicornios. Una segunda modalidad, mas
el crecimiento patológico de una especie sofisticada y para juristas avanzados, con-
de macrocefalia o hidropesía legal, faná- siste en borrar todos los hechos innega-
ticas y obsesivas, que desarrollan paranoi- bles, indeseados e incómodos, de la piza-
camente la dimensión de lo “jurídico”, rra frente a nosotros, y en la que sólo ellos
hasta volverlo fantasmal y provocar pe- pueden escribir, sólo ellos tienen la tiza,
sadillas en las multitudes. Para poder man- y nadie más tiene la oportunidad real y
tener la pureza inmaculada de las normas, practica de escribir un signo o borrarlo,
la doctrina y la jurisprudencia - mutilan o con el fácil recurso de recién usar enton-
decapitan despiadadamente la doctrina y ces –sólo a veces, y cuando el camino es
las estructura lógica normativa de las le- de bajada– su poder discrecional, o su
yes del Congreso y de las sentencias judi- “criterio de consciencia” para eliminarlos
ciales –y con ello se llevan de encuentro a todos, descartándolos como “no relevan-
por delante toda posibilidad de una refor- tes al caso”, sin otro fundamento razona-
ma seria y eficiente– como en algunos do o más explicación; porque consideran
pueblos en el Islam mutilan los genitales culturalmente que el principio de Dere-
de las mujeres púberes para que no cai- chos Humanos que establece como un
gan en tentación de pecado. Con este cri- principio que es garantía de la Justicia, la
terio nadie podrá en las normas lógicas e obligación –también Constitucional– por
inmortales, identificar los restos mortales el que todas las sentencias, otros fallos, y
de la opinión pública, ni de los hechos, también laudos arbitrales, por supuesto,
hechos, y más hechos, que le sirven nor- deben ser propiamente motivados. En el
malmente de sustento, pero que son in- sistema oficial de justicia en la actualidad,
molados como víctimas de un sacrificio se entiende, como siempre se ha entendi-
que es tributo sagrado de obediencia y do en la práctica, que esa motivación obli-
servicio al tótem de la autoridad política gatoria se refiere solo a la fracción coer-
o jurídica sagrada, suprimiendo toda re- citiva de la norma pero no a la adminis-
ferencia a sus sucios y asquerosos com- tración, organización e interpretación de
ponentes de hecho que vinculan a la au- los hechos que la sustentan y sirven de
toridad con la realidad de los intereses e ins- base. Algo equivalente ocurre con la ela-
tintos en que tienen su raíz y que se mani- boración de normas en cuyos fundamen-
fiestan a través de la opinión pública de cada tos sobresalen únicamente sus facciones
tiempo y comunidad, y es, por eso, particu- conceptuales y sus rasgos coercitivos, que
lar a cada comunidad, e intransferible. no son completos y no permiten identificar
la real identidad individual, y las huellas
El objetivo de ignorar los hechos y
digitales de las normas promulgadas.
las realidades, se cumple en las democra-
cias que son todavía únicamente externas, Por lo pronto, la limpia pureza con-
con técnicas y formas modernas diversas: ceptual de la pirámide de Kelsen, ha su-
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 127
Las estadísticas que muestran estas y sólo un leve toque de firmeza al tomar
deficiencias (que el sistema oficial de jus- las riendas. Nada fuera de lo común en
ticia, y el legislativo, obstinadamente no realidad, ni mucho de qué ufanarse o pre-
quieren ver, y estimulan con su aislamien- sumir tampoco. Sólo se trata de una ope-
to autista, su fanática dependencia adicti- ración de rutina.
va y obsesiva a normas de toda clase, y su
Pero, lo que puede constituir una
distante lejanía de la comunidad) no son
oportunidad extraordinaria para alguien
por lo común, rasgos necesarios típicos
con imaginación, puede también ser para
de la personalidad de los árbitros que vi-
otros, la tentación seductora y fatal de caer
ven profesionalmente de la competitivi-
durante el ejercicio de la función arbitral,
dad implícita en la calidad del servicio que
dentro de la misma órbita de influencias
ofrecen, abiertamente, en un mercado li- culturales, y ser atraídos hacia el mismo
bre y transparente; y en infinidad de otras centro de gravedad y sistema planetario
razones que ya salen fuera del ámbito de de los hábitos rutinarios y fáciles judicia-
este ensayo. Pero, este es un factor im- les, en muchos jueces del sistema oficial
portante para tomar en cuenta, y conside- que, salvo extraordinarias y valientes ex-
rar, en la primera oportunidad que se pre- cepciones, prefieren caminar siempre de
sente, para llevar a cabo la plenitud de bajada, cuando el calor de la tarde se ha
increíbles posibilidades de las que está calmado, y el viento sopla a su favor. No
preñada la jurisdicción arbitral, pero que sería extraño que nuestra cultura cívica
–primeriza– no sabe o no ha querido to- tuviera necesidad de los servicios de un
davía dar a luz a su primera hija o hijo. psicoanalista. (Sin perjuicio, en absoluto,
Nadie o nada le impiden, sin embargo, del excelente trabajo que realiza el doc-
perder su miedo y calmar los nervios na- tor Max Hernández, Psicoanalista de pres-
turales –que todos sentimos– con la ayu- tigio internacional, en la Secretaría Téc-
da de otros indicadores distintos que no nica del Acuerdo Nacional).
quieren usar los jueces, de métodos más
agresivos y audaces, para medir los im- El tratamiento profesional que re-
pactos que la eficiencia y eficacia de su quieren culturas jurídicas, como la perua-
trabajo produce, y que los jueces y ma- na, que rehúsan enfrentar su realidad.
gistrados del sistema oficial de justicia
todavía evitan, innecesariamente, por su 4. UNA CULTURA JURÍDICA TO-
timidez y rubor adolescentes ante la des- DAVÍA AUTORITARIA Y FOR-
nudez de un desafío de hechos indoma- MALISTA ECHADA SOBRE EL
bles que tienen aún que aprender a mon- DIVÁN DE UN PSICOANALIS-
tar al pelo, y sin otras riendas que lo aler- TA DEMOCRÁTICO Y LIBRE,
ta de sus sentidos, la verificación y con-
PARA EL ANÁLISIS E INTER-
traste de sus percepciones, su instinto dis-
PRETACIÓN JUDICIAL DE SUS
ciplinado y un claro orden valorativo para
SUEÑOS MÁS ÍNTIMOS
sus prioridades. Con eso, basta. Cualquier
domador de caballos salvajes les puede a. Los sueños más frecuentes re-
confiar, sin reserva o secreto profesional petidos y los deseos reprimidos que re-
al respecto, que a los caballos más bravos presentan su subconsciente cultural (“El
se les doma con paciencia, mucho amor, Super Ego o Yo”).
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 129
Una cultura, que en la inmensa ma- pero tomar una opción declarada, al fin;
yoría de los pobladores ha llegado a en- porque el fracaso enseña mucho mejor que
contrarse en la situación repetida de so- la indiferencia y nuestros errores mucho
ñar con insistencia, que Eva la del Paraí- más que la indolencia distraída, la ambi-
so es culpable, que Job es paciente en güedad conceptual o abstracta, porque
lugar de obstinado en su persistente bús- ninguno de ellos causan tantos muertos
queda de la justicia, que Jesús de Naza- innecesarios:
ret es manso antes que lúcido, valiente,
lleno de aventura y claridades; que el per- • Cuando en 1986 se publicó el libro
sonaje literario Don Quijote de la Man- “El Otro Sendero” de Hernando de
cha es justo y símbolo universal de la Jus- Soto –el primero que se ocupó y tra-
ticia, y que el personaje Luís Enrique del tó profesional y numéricamente de
vals inmortal de Pinglo, tiene una per- este problema– quedó señalado que
cepción equilibrada y desprejuiciada so- la desobediencia pacífica de la po-
bre la realidad y sentido de las leyes y blación –eficiente y económicamen-
de la Justicia, es una comunidad capaz te productiva– a las leyes oficiales
de tragarse cualquier anzuelo político, del Congreso en el Perú y que, como
comulgar con una rueda de molino cívi- una consecuencia de su desobedien-
ca cualquiera por gigante que sea, creer cia no podía tener acceso directo al
en cualquier cosa que le digan con gran- sistema oficial de justicia, bordea-
des titulares y afiches de colores, y ha- ba como porcentaje de la población
cerlo así sólo porque casi se lo ordena total, el 48%.
alguien cualquiera con pretextos y ex-
cusas que son engaños. Esa también, es • Entre 1980 y el año 2000, la lucha
una cultura que, típicamente, y como es armada iniciada por el terrorismo
perfectamente predecible ofrece a la vis- cuestionó la legitimidad social de
ta el siguiente paisaje respecto a su jus- nuestro sistema legal y de justicia,
ticia y sus leyes. para gobernar al país; y la enérgi-
ca, de primera impresión efectiva,
b. La realidad que es irreconcilia- pero descontrolada represión arma-
ble con sus sueños, y que por eso no quie- da del gobierno, ocasionaron la
re ver ni admitir, y mucho menos ante muerte innecesaria de alrededor de
los demás, porque cree que quedaría mal 70.000 personas; significativamen-
(“El Ego o Yo”) te ubicadas en su mayoría en una
zona geográfica determinada; y en
Al año 2005, y luego de una suce- su mayoría pertenecientes a un gru-
sión de años consecutivos de crecimiento po étnico en situación de pobreza
económico sin precedente, y en plena de- o pobreza crítica.
mocracia externa, las cifras oficiales, pri-
vadas nacionales, y las internacionales • El año 2000 el país se había pacifi-
coinciden, en números redondos, en lo si- cado finalmente, pero estaba lleno de
guientes resultados ilustrativos y útiles heridas visibles e invisibles, de las
para explicar el por qué de la necesidad que la Justicia y las Leyes fueron en
de tener que tomar una opción inevitable, parte responsables de algún modo
finalmente, y ahora. Cualquiera que sea, cómplice y silencioso.
130 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
• Entre los años 2001 y 2005, el país la mayor parte de los casos, es hoy
vivió el goce de una democracia po- día de alrededor del 70% de la po-
lítica plena, y de un crecimiento eco- blación total del país.
nómico sostenido espectacular, ex-
presado en indicadores y estándares • Durante los últimos 20 años –entre
macro-económicos incuestionables. 1986 y 2006– la desobediencia pa-
Sin embargo, y a pesar de todo ello, cífica a las leyes obligatorias del
al año de 2005 el 41.9% de la pobla- Perú, ha aumentado del 48% al 70%
ción del país no pudo satisfacer sus de la población, en todos los nive-
necesidades básicas; y el 20% de la les sociales y culturales, como fá-
población sufría, y sufre, aún pobreza cilmente puede percibir cualquier
calificada como “crítica”. transeúnte. Ese porcentaje, como es
obvio no tiene acceso tampoco al
• Según cifras oficiales del Banco Sistema de Justicia; al menos no por
Mundial, América latina es la región la puerta de acceso ciudadano.
del planeta en que la diferencia en-
tre el 20% más rico de la población • Hace muy corto tiempo que una co-
y el 20% más pobre es mayor que nocida firma internacional ha teni-
en ninguna otra región en el mun- do que cerrar sus concesiones y re-
do. En nuestra parte del continente, tirarse del Perú, derrotada por la in-
Ecuador el primer lugar en la dife- formalidad legal que compitió ven-
rencia, entre los más ricos y los más tajosamente con ella, y la venció
pobres; Brasil el segundo lugar; y mediante el permanente incumpli-
el Perú, el tercero en esta lista de miento de leyes obligatorias dicta-
dudoso honor. das por el Congreso de la Repúbli-
ca, promulgadas solemnemente por
• Dentro del mismo período, democrá- el Gobierno, publicadas en el Dia-
tico y de espectacular crecimiento rio Oficial “El Peruano” y que el
económico sostenido, los miembros Sistema Nacional de Justicia no
del Congreso de la República presen- está en aptitud o condiciones de
taron 14,000 iniciativas legislativas combatir y suprimir, sino en una
para un país cuya población, en ma- proporción muy modesta, que no es
yoría pacífica y ordenada, desobede- suficiente para el tamaño colosal
ce diariamente sus leyes. Y el Siste- del problema.
ma Nacional de Justicia se siente
abrumado y sofocado por una car- • Durante el Siglo XXI, para no ir más
ga procesal que estima sobredimen- lejos, ni el Congreso de la Repúbli-
sionada; pero que representa sólo ca, o el Poder Judicial –al que le ha-
el número de litigios que se produ- cen cargar con todo el peso del
ce entre la población que obedece muerto, que le corresponde, en rea-
a las leyes, porque las cifras actua- lidad, a todo el Sistema Integral de
les de todas las fuentes estiman que Justicia en el país, con leyes y todo
la desobediencia pacífica a las leyes lo demás incluido– han alcanzado
obligatorias del Perú y que, en con- nunca en los sondeos ni siquiera un
secuencia, no tiene prácticamente ac- 20% de aprobación ciudadana; no
ceso directo a la Justicia oficial, en obstante un repunte reciente que hay
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 131
que observar con atención, y apo- la cáscara de una nuez, y ser, aún así, rey
yar, para confirmar si es real u otro del espacio infinito”.
espejismo mediático o de inestabi-
lidad ciudadana. d. Proclamación revolucionaria
sobre las clasificaciones, categorías, di-
c. El origen cultural de las espe- visiones, y nomenclaturas Jurídicas que
cies libres (“El Ello” que se debe forzar son las superestructuras artificiales, deba-
salir del subconsciente, o del ya incons- jo de las cuales existe la infraestructura
ciente, hacia la superficie ética y enfren- real de la Justicia que nace de los hechos
tar los continuos dilemas e inevitables op- que son los instintos, mutados en las civi-
ciones del mundo real de los adultos) lizaciones por legítimos intereses trans-
parentes, y estos en opinión pública libre
Es dentro de este escenario –total- desde el siglo XVIII, hasta el siglo XXI,
mente porcentual, estadístico, urgente, en colectividades libres y democrática, a
práctico y concreto– que es el verdadero través de cada usuario, si éste quiere:
paisaje en que estamos situados, y del que
somos parte inevitable, nos guste o no, en Manifiesto ideológico de diagnósti-
el que nos debemos preguntar hoy día: co para el tratamiento que se recomienda
¿Qué podemos aportar –como árbitros al paciente que padece de este delicado
congregados en esta conferencia, y en su trauma cultural muy común en culturas
publicación o en los respectivos centros, autoritarias ya arraigadas a lo ancho y lar-
asociaciones, institutos, y otras agrupacio- go de todo el espectro político del mundo
nes que nos reúne; como ciudadanos, o en desarrollo, y alcanzar su cura pronta:
como personas– para contribuir con nues- Para sanar y corregir este trauma se
tro óbolo ciudadano y jurídico, a la trans- puede tomar dos opciones sin dejar de ser
formación de nuestro reducido segmento honesto con los demás, y diciendo las co-
arbitral en el paisaje –que es el que está a sas de manera directa y al grano. Una de
nuestro alcance real– para hacerlo menos ellas, es escoger un aspecto técnico cual-
preocupante e innecesariamente sombrío? quiera y refugiarnos en él, con total inten-
Y, además, ¿Cómo lograrlo sin pedir “más sidad, que absorba completamente nues-
presupuesto”, “más árbitros”, “más leyes tra atención, nos hipnotice, literalmente,
sobre arbitraje”, “cambios en la constitu- y no nos deje espacio en la mente, ni tiem-
ción tal o cual” como si fuéramos man- po libre para pensar en ninguna otra cosa
cos, cojos, ciegos o paralíticos – como casi más. Esa es la ventaja de escoger cual-
es Stephen Hawkin el famosísimo astró- quiera de los muchos aspectos que podría-
nomo y matemático de la Universidad de mos llamar especializados, técnicos, o
Cambridge, quien en uno de sus últimos también denominamos muchas veces “ju-
libros cita repetidamente una frase que rídicos”, para distanciarlos de cualquier
William Shakesperare hacer decir a Ha- indicador referencial que los ponga en
mlet, en la tragedia que lleva su nombre, contacto y los contamine de realidad con-
y que en su caso estremece y conmueve tagiosa y epidémica. Hablamos al tratar
sobremanera, mucho más que cualquiera de ese modo, con un lenguaje estrictamen-
de las otras veces que la he leído. Aparece te profesional, escueto, técnico, “jurídi-
en su libro “Breve Historia del Universo”, co, serio y vamos directamente al grano
y dice: “Puedo vivir encerrado dentro de del asunto específico”, y sin mirar a los
132 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
costados o muy lejos. En su limpieza con- ran, para evitar enfrentarse a lo delicado
ceptual y su perfección razonada es inevi- del tema y eludirlo por completo, pero
table pensar, con altas posibilidades de dar sin quedar mal.
en lo cierto, que les ha servido de modelo
Esta cuestión de los métodos de
para esta aproximación el razonamiento
aproximación es común y aplicada a cual-
exacto de las matemáticas puras.
quier asunto o tipo de problemas. No es
Dentro de algunos contextos reales, una pura cuestión de técnicas, ni tampo-
esta aproximación puede resultar útil co de ideologías, o escuelas, sino consti-
como pedagogía para el aprendizaje de tuye y ha ascendido al rango invisible de
cómo ajustar mejor una tuerca o aceitar culturas que es necesario deshilachar y
una pieza para hacer funcionar una má- hacerlas jirones.
quina de manera más práctica, eficiente,
económica, útil y con mejor resultado en
5. APUNTES DE DOS EXPERIEN-
relación a su propósito. Pero, en cierta
CIAS DE ARBITRAJE SOBRE
forma esa forma de aproximación nos li-
HECHOS, UNO DE ELLOS EN
mita y circunscribe el análisis y la consi-
EL PERÚ Y EL OTRO EN CIA-
deración de posibles soluciones, porque
DI, Y LA EXIGENCIA DE USAR
sin siquiera darnos cuenta estamos prisio-
OTROS MÉTODOS DE TRABA-
neros de la existencia de esa máquina y
de su propio funcionamiento que son ya JO PARA UNA SOLUCIÓN MÁS
fatídicos e inevitables; que toda posibili- SATISFACTORIA PARA TODOS
dad de solución esta encerrada en la má- El primer problema que tuvimos que
quina misma y que, en cierta forma so- enfrentar muy pronto, en ambos casos, fue
mos prisioneros de la máquina, de su fun- la necesidad de librarnos del arnés inne-
cionamiento, turcas y tornillos que deli- cesario e incómodo, de plazos perentorios
mitan todas las posibilidades de nuestra fijados de antemano, ya fuese en los con-
existencia porque son un fin en sí. Es el venios o en los reglamentos aplicables al
mecanismo como a través de las edades y caso. Dadas las características peculiares
de las civilizaciones ciertos objetos o imá- de los arbitrajes, toda restricción tempo-
genes evolucionan hacia un tótem, a ído- ral debe dejarse a criterio del tribunal, y
los, y en este sentido se transforman en los árbitros exigir esa flexibilidad para
iconos, y llegan a ser Sagrados. No hay poder asumir la responsabilidad y confian-
nada de malo o de bueno en ellos, hasta za depositadas en ellos. Aún los jueces
pueden ser útiles o prácticos en sí mis- ordinarios en los sistemas judiciales del
mos, muchas veces. Pero sin percibirlo y “Common Law” disfrutan de esa prerro-
darnos cuenta, este modo de mirarlos gativa indispensable para el desempeño
transforma cualquier cosa de la vida co- eficiente de su función. El caso que ganó
rriente en algo completamente distinto de MINPECO en los EEUU fue posible ga-
lo que es y le da un sentido diferente. Y narlo, porque respecto al procedimiento,
en ciertos contextos particulares, puede fue posible prolongar por más de seis años
constituir una deformación que distorsio- la etapa probatoria sobre hechos, previa
na, y convertirse también en un refugio al juicio mismo, que se denomina “Dis-
o escondite que sirve de pretexto y excu- covery”, y cuya concepción cabal resulta
sa, que no se hacen explícitos ni se acla- imposible en un sistema que funciona a
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 133
base de las desconfianza en los jueces y distribuyen para discernir entre “obiter
de la rigidez absurda de las normas. Nin- dictum” y ratio decidendi” que es la úni-
guna de ellas, felizmente, debe ser un pro- ca parte del fallo sujeta a “stare decisis”,
blema en los arbitrajes; ni ningún árbitro o fuerza obligatoria vinculante a otros
tiene porqué sentir el pavor de muchos casos. Las sentencias no tienen que acla-
jueces al enfrentar cara a cara, y a puño rar, como entre nosotros el TC, qué parte
limpio, una pandilla de hechos adolescen- es vinculante o no, sino que ya es una des-
tes o de tragedias adultas, que son la úni- treza implícita como el saber leer o dis-
ca esencia y verdad de la justicia. Los más tinguir los colores básicos. En el Perú, la
de dieciocho conflictos descritos en los cultura judicial, y los atoros por la inne-
capítulos 12 al 50 del Libro del Génesis cesaria carga judicial que se causa a sí
en la Biblia son una espléndida e inespe- misma esa cerrada cultura en su despa-
rada escuela para ejercitarse en las des- cho, hace estas frases incomprensibles a
trezas y habilidades sin la ayuda de leyes los jueces ordinarios. Pero, afortunada-
ni de jueces en una comunidad de emi- mente, ese no es el caso de los árbitros
grantes que habían abandonado, casi has- que tienen –en promedio– otras caracte-
ta el olvido, una cultura civilizada; y no rísticas y no tienen tantas tentaciones de
habían llegado todavía al destino que es- ser autoritarios porque no están someti-
taban construyendo con su responsabili- dos a tantos halagos, tantos tratos reve-
dad, pero sin darse cuenta. rentes y falsos, ni tantas palabras halaga-
doras; y sufren el espejismo que son un
A pesar de las dificultades que en-
monopolio y no tienen que competir con
vuelve la apreciación de las pruebas, son
otras fuerzas invisibles pero mortales.
muchísimo menos peligrosas que las tram-
pas y engaños que se esconden agazapa- La inhabilidad para reconocer y ad-
dos detrás de leyes ineficientes, distancia- ministrar los hechos más claros y funda-
das de la opinión pública, y al socaire de mentales, es causa alrededor del mundo,
la autoridad. La primera de ellas que le- de un fenómeno que es muchísimo más
gisló y dejó memoria de sus leyes, intro- acentuado y grave en el mundo autorita-
dujo la trampa de esconderse detrás de las rio en desarrollo: la frivolidad procesal
enseñanzas del dios Mardúk para impar- que enturbia, confunde, desorienta, y a
tir la Justicia, y dejar de inmediato talla- veces enloquece a los jueces con los ros-
do en el basalto, un código en cuyo artí- tros más fieros y los lomos más fuertes.
culo 15 se comienza a legislar sobre la La numerosa familia procesal frívola, in-
esclavitud, y un poco más allá se rebaja cluye entre sus miembros a la conocida y
de rango a las mujeres. Hay que tener frívola penalización de procesos comer-
mucho cuidado y manejar con tino y cau- ciales, a la frívola prole de amparos, ex-
tela el potente explosivo de las leyes. En cepciones, etc. que no se puede suprimir
el sistema judicial anglo-sajón jueces y con leyes y más leyes. No es posible pro-
abogados dan muchísima más importan- hibir el ingreso a un lugar de nada que
cia a los hechos que a las leyes, y la lla- tenga color verde, si el encargado de
mada “ratio decidendi” de un fallo o lau- controlar la entrada nunca ha visto, no
do, es la ecuación o fórmula química que conoce, no puede ver el color verde o lo
describe con precisión las cantidades de confunde porque es daltónico: ¡No hay
hechos y normas, y cómo se combinan y ley que pueda hacerle entender a esa
134 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
persona qué cosa es el color verde, aun- en absoluto de una abdicación, ni como
que eleven esa norma a rango constitu- es una costumbre entre los jueces egip-
cional y la aprueben por medio de un cios, que al ver la proximidad del venci-
referéndum popular! miento de un plazo perentorio remiten
cualquier asunto imaginable a dictamen
Pero, si hay muchísimos remedios
de un perito que no tienen restricciones
mucho más rápidos, breves y menos cos-
de tiempo. Y, además, una vez emitido un
tosos para solucionar la dificultad sin te-
dictamen pericial, detallado y muy profe-
ner que sacar de su cargo al que controla
sional, ese dictamen se debate en audien-
la entrada. Y uno de ellos, con dinero o
cia pública con intervención de las partes
sin dinero, es darle otra forma de entre-
y los peritos. Pero, quienes tienen que
namiento y capacitación más adecuadas
decidir, finalmente –son los árbitros o juz-
al propósito, y que les da tanto miedo a
los jueces recibir. No tenemos esa difi- gadores y sólo de ellos es la responsabili-
cultad obstinada en el arbitraje, porque dad y de nadie más. Sólo un juzgador in-
si la tuviéramos nos quedaríamos sin tra- seguro– de los que creen que Don Quijo-
bajo y nadie nos invitaría otra vez a par- te es justo, que Jesús de Nazaret es man-
ticipar en el baile. so, Job paciente. Eva culpable, etc, y todo
ello porque lo dice la gente, alguien muy
Pero, tampoco las leyes pueden ase- importante, algún organismo internacio-
gurar, en ningún caso, la correcta evalua- nal, un experto extranjero, o los distingui-
ción y examen de las pruebas. Porque un dos juristas A, B, o C, y sin entender por-
recurso muy común en el mundo en desa- qué lo dicen ni nada más –son los que se
rrollo es abdicar a favor de los peritos o mueren de pánico de confesar que no es-
expertos la decisión sobre cuestiones de tán entrenados, que por eso no saben, y
hecho. En un tribunal que presidí fuera por eso es que paradójicamente– no quie-
del Perú, y entre partes ajenas al Perú, un ren escuchar a quien se los dice y quiere
reclamo por más de dos mil millones de enseñarles a reducir el número mayor a
dólares era exclusivamente sobre hechos, mil reclamos contra sus fallos ante la Corte
y se refería a la destrucción de un número Interamericana.
de aviones y a la perdida de un almacén
completo de repuestos. La valoración de En el arbitraje que tuvo lugar en el
todo, por supuesto, se encomendó a una Perú, el testimonio de cada perito de par-
prestigiosa firma internacional especiali- te tomó por lo menos dos días, y ninguno
zada. Pero los peritos al recibir el encar- de los árbitros o de los abogados de am-
go se reunieron por varios días y a tiempo bas partes se limitó a defender obstinada-
completo, para exponer a los miembros, mente algo que no entendía bien pero so-
aclarar los diferentes tipos de dilemas y bre lo que argumentaba como un sofista
los diversos órdenes de prioridades que diestro, o un saltimbanqui, malabarista y
nosotros teníamos que decidir, primero, contorsionista argumentativo. Fue fácil
para recién dárselos luego como una ins- percibir que, a todas luces, todos tratába-
trucción. Pero no terminó ahí tampoco mos de entender, y forzamos a los exper-
nuestra conversación que se prolongó a tos a no hablar simplemente “Ex-Cátedra”,
todo lo largo del proceso, en cada bifur- pontificando dificultosa y eruditamente
cación de posibilidades y cada apertura sobre su materia desde la altura de un es-
del abanico de posibilidades. No se trató pecialista, sino que todos les preguntamos
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 135
hasta saciarnos de claridad. Parte de este Cámara de los Lores duran por lo común
ejercicio de hechos, y de la importancia entre cinco o diez días a horario comple-
de no estar esclavizados a límites de tiem- to. En nuestro caso los informes orales
po en cuestiones de hecho, es el entendi- duraron por tres días, casi completos el
miento que los arbitrajes –como en reali- último de ellos, el beneficio para los árbi-
dad todos los juicios o cualquier otro tipo tros, y las partes, es que todos quedan con
de procesos– no son sino diálogos inter- la sensación que dijeron, se examinó, y se
minables hasta terminar en una solución discutió hasta el agotamiento del tema, de
firme, segura y estable en el punto some- la certeza común, o de la respetable di-
tido a discusión. vergencia seria y sostenible en cualquier
parte y la frente alta, hasta el mínimo punto
E igual decidimos al momento de ce- que quisieron decir o les preocupó. Es
rrar el proceso arbitral con la argumenta- innecesario decir, que esto no fue resulta-
ción oral de las partes. Los árbitros propu- do del trabajo de los árbitros, sino princi-
simos, y ambas partes aceptaron con satis- palmente de los abogados de las partes, y
facción, imitar la forma como se desarro- de sus representados y técnicos que asis-
llan los informes orales en la Cámara de tieron a todas las audiencias, y del secre-
los Lores en Gran Bretaña, y que es muy tario técnico del tribunal de cuyo trabajo
diferente al desarrollo en la Corte Supre- confiable y organizado depende muchísi-
ma de los Estados Unidos de América no mo más de lo que aparece en un laudo.
obstante que en líneas generales, el núme-
ro de causas y el de jueces de última ins- Finalmente, en la propia redacción
tancia en ambos casos, es muy aproxima- del laudo, se tomó particular empeño en
do o equivalente. En los EE.UU. ningún razonar y motivar cada razonamiento y la
informe oral puede prolongarse por más de evaluación de cada hecho en particular,
treinta minutos exactos. A los veinticinco con el mayor detalle y minuciosidad po-
minutos de haberse iniciado el informe de sible. Las mayores diferencias y el mayor
un abogado se enciende una llamativa luz trabajo en esta tarea fueron con relación a
amarilla frente a éste; y a los treinta minu- la minuciosidad que preocupaba a cada
tos se enciende una luz roja, suena un tim- árbitro sobre un hecho u otro. Si los lau-
bre, y se corta el informe a la mitad de una dos –a diferencia de los juicios públicos–
frase o una palabra. Dicho sea de paso, no fueran confidenciales y reserva-
cualquier juez en esta corte puede interrum- dos– creo que todos los que participamos
pir a los abogados cuantas veces considere de alguna manera nos sentiríamos justa-
necesario, sin que las interrupciones sean mente orgullosos de haber participado de
descontadas del límite de treinta minutos, esta experiencia que, para mí representó
que es sólo para los abogados. lo mejor de lo que tiene por ofrecer el ar-
bitraje como posibilidad. Que no es nece-
El método que adoptamos por con- sariamente siempre el caso, ni todos los
senso de todos los participantes, y a se- abogados son necesariamente del mismo
mejanza de la Corte de última instancia nivel y la misma transparencia eficiente y
en Gran Bretaña, fue que los informes son competitiva, ni todos los demás partici-
sesiones de trabajo en conjunto para po- pantes. No siempre es el caso, pero es
der aclarar todos y cada uno de los puntos siempre una posibilidad que está latente y
con el detalle que sea necesario. En la que podemos fortalecer y llevar adelante.
136 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
nuestros intereses que son en el fondo el pleamar; o con una ola que revienta
nuestros propios instintos expresados en contra la orilla y la resaca que la sucede);
otras escrituras y con otros alfabetos, y diagnosticamos, correctamente, que es un
en idiomas que han trasformado los gri- problema más serio en la córnea o en el
tos, arrullos y gruñidos en palabras arti- nervio óptico que requiere un tratamiento
culadas. Pero el centro animal de grave- especializado para esas dolencias especí-
dad en la justicia de cualquier clase que ficas (O para el caso de los marinos reco-
sea –y de aquí la pertinencia de este lar- nocer con las técnicas y métodos más
go desvío por la genética, paleontología modernos que tienen hoy a su disposición,
y arqueología jurídicas– y por consi- que no se trata de una subida o bajada de
guiente también el centro de gravedad en marea rutinarias, sino de un ciclón, tifón,
el arbitraje que es lo que nos convoca o de un huracán, que requieren de otras
ahora en estas líneas, es el instinto de so- pericias y habilidades distintas a las de un
brevivir en la especie como eje astral de práctico de puertos por muy experimen-
todos los demás instintos que giran en tado, capaz, impecable, y exitoso que sea
torno a su órbita eterna. y haya sido en toda su vida. Se trata de
otra cosa distinta que rechazamos ver y
De esta manera, lo que se mencionó
no queremos aceptar: no hemos recibido
en este ensayo sobre las carencias y defi-
el entrenamiento adecuado para este en-
ciencias en las percepciones sensoriales
frentamiento, porque nadie lo supo ver ni
que afectan jurisdiccionalmente la evalua-
creyó que era necesario o importante verlo).
ción adecuada de las pruebas presentadas
en un litigio específico; se proyectan igua- Es algo parecido lo que enfrentamos
les con exactitud ampliada cuando, si en hoy en el arbitraje, y que, implícitamente
vez de proyectarlos sobre un televisor hemos decidido hasta ahora no darle im-
doméstico, las proyectamos sobre una portancia, porque en tal o cual otro país
pantalla gigante nacional y sonido total muy adelantado no se la dan; aunque no
que nos rodea. Las mismas deficiencias y conocemos todas las circunstancias que
alteraciones sensoriales producen los mis- pueden o no haber llevado en ese país en
mos resultados pero a escala diferente, y particular a no dársela. Pero digan lo que
dramática en este caso. Es evidente, de la digan, y dadas las cifras y circunstancia
lectura de las cifras y porcentajes men- actuales en el Perú, basta estar sobrio y
cionados arriba, que hay algo que anda despierto para percibir que el tremendo
mal en nuestro sistema oficial de solución poder del arbitraje está toscamente sub-
de conflictos, y no es normal. Mejor di- utilizado, lamentablemente mal usado, y
cho, hay algo que parece estar muy mal, y –en cierta forma muy respetuosa y con
no sólo no es normal, sino que es preocu- admiración por sus innegables logros a la
pante, y que a muy corto plazo podría lle- fecha– lastimosamente desperdiciado
gar a ser alarmante. No es muy difícil, o cuando lo miramos a contraluz del paisa-
costoso, ni toma demasiado tiempo resol- je panorámico total que le sirve de fondo,
verlo si, en lugar de pensar que se trata de en el que vivimos y desempeñamos nues-
una inflamación superficial al párpado, o tro oficio arbitral, como si lo hiciéramos
un orzuelo (Como también podría pensar a desgano, y como en la frase popular, casi
de otro problema en su propio ámbito, un “amarrando el macho” al arbitrar. Y es,
práctico de puertos con la baja marea, o precisamente, para este momento exacto
140 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
que, como mencioné anteriormente, es Puede tratarse de cualquier cosa que pase
indispensable vivir por dentro la integri- por allí. Puede ser una estafa, una coima,
dad del problema en su dimensión macro- la justicia a mano propia, la violencia ar-
jurídica, y eliminar lo que nos impide per- mada; o puede ser, también, distintos ojos,
cibirlo y mirarlo completo en su dimen- oídos, olfato, papilas, y tacto que los que
sión grave y urgente, sin que todavía haya usamos a diario y no sirven para mucho,
llegado a ser alarmante y cuando todavía sino para ir pasando de coyuntura a co-
no hay necesidad de causar pánico entre yuntura; debemos ajustarnos para ser mu-
los pasajeros de la nave en que viajamos cho más perceptivos y alertas. La opción
algunos trabajando y otros en viaje de pla- arbitral diseñada por esta especie de “pi-
cer, sin contar uno que otro polizonte de lotos de altura”, de “présbitas”, la formu-
rutina, todos los que disfrutan del viaje lan estos –como en toda cultura libre de
en su dimensión “microjurídica” de su servicio, y no de imposiciones autorita-
traslado geográfico, sin pensar por un ins- rias legisladas– como una propuesta para
tante, en la absurda posibilidad de un gi- su discusión abierta con miopes, ciegos,
gante témpano de hielo a la deriva. tuertos, daltónicos, prácticos de puerto, re-
meros, pescadores; y todos los involucra-
El cuadro ante nuestra vista jurídica,
dos e interesados. Así, como en otros ca-
con claridad irrebatible, es que hay un gru-
sos, que veremos luego, el caso deberá ser
po numeroso y mayoritario de la pobla-
el inverso, aunque con el mismo método
ción en el Perú que –por diversas causas
de discusión participativa, abierta para
que no debemos detenernos aquí a anali-
recibir los múltiples aportes que necesi-
zar por el momento– vive, trabaja y pros-
tan las desiguales cifras absurdas de nues-
pera, en desobediencia pacífica y ordena-
tra justicia reflejada en números y propor-
da a leyes peruanas obligatorias, y que en
ciones porcentuales insensatas.
consecuencia sólo tiene acceso real –que
no tiene que ver, necesariamente, con idio- Lo único que se interpone entre esa
mas, caminos, o rampas– a la protección enorme muchedumbre desatendida por el
de nuestro sistema oficial nacional de jus- sistema oficial de justicia, y la opción al-
ticia, sino en problemas muy circunscritos ternativa arbitral –tal como se ofrece ac-
y limitados. Esa inmensa población, ese tualmente– es su costo comparativamen-
enorme “mercado” desatendido de “usua- te alto para la mayoría de la población pe-
rios” desprotegidos, está a merced de los ruana. El arbitraje ofrece las ventajas de
vientos en el descampado de la justicia. mayor calidad, confiabilidad y credibili-
Los medios alternativos a los que tienen dad; relativa rapidez y eficiencia. Pero,
acceso real para solucionar sus conflictos su costo la descalifica como una opción
son tan inestables y variados, tan poco real salvo para un grupo privilegiado es-
confiables y mudables como el clima en tadísticamente. ¿Es ésta una desventaja
algunas regiones del país. Y esa población irreversible? Pienso que no, y de ahí la
está a la busca esperanzada de alguien – primera formulación que planteo en se-
que puede, literalmente, ser cualquier “al- rio. Dentro del contexto de un proyecto-
guien” que se presente inesperado ofre- piloto sobre el cobro judicial de deudas en
ciendo una esperanza cualquiera que pre- dinero, lancé la idea en una sesión men-
sente la imagen adecuada de ser “eficien- sual de CONFIEP a la que fui invitado para
te”, y “eficaz” aunque realmente no lo sea. exponer el proyecto, y también en otra
EL ALMA DIVIDIDA DEL ARBITRAJE: (...) 141
sesión mensual de los Gerentes Genera- otras circunstancias que las actuales. Y no
les de los Bancos en el país, pero sólo hay razón que pueda haber detectado por
como uno de los muchos temas que era el mundo por la que no pueda ser aplica-
posible explorar en su viabilidad práctica do a un sistema arbitral que esté prepara-
a través de futuros diálogos participativos do a servir a un mercado diferente y gi-
que pusieran a prueba su utilidad práctica gante. No se trata de una idea que brotó
efectiva, eficiente y eficaz, para según el de mi cabeza por combustión espontánea,
examen conjunto proseguir o descartarla ni mucho menos de un rapto de inspira-
como opción. Hay muchísimas buenas ción fugaz y brillante. Se trató de algo
ideas flotando en el aire; y el peligro está mucho más prosaico; de la información
cuando alguien con poder o influencias las que al respecto leí en varias revistas de
logra poner en vigencia –como un adorno arbitraje, luego conversé en eventos in-
más en su hoja de vida– pero sin la debi- ternacionales en que participé como ex-
da transparencia en discusiones confron- positor con otros que vivían y viven esta
tadas con otras perspectivas y otras solu- experiencia diaria que comprobé, y que
ciones. De hecho, eso es lo que produce ya he mencionado en repetidas oportuni-
los alarmantes porcentajes de informali- dades, sin despertar siquiera la menor cu-
dad ordenada y pacífica, que son el refle- riosidad en alguien. (Por ejemplo, en el
jo indudable de la ineficiencia social que ensayo sobre arbitraje de mi libro “Una
padecen nuestras leyes, y nuestro sistema justicia para el habitante común”) Los
oficial de justicia. La mejoras reales que casos de esta modalidad que se me que-
comienzan a aparecer esporádicamente, daron grabados mejor fueron ejemplos en
no se deben a más leyes sino a otras vi- disputas laborales o de carácter bancario.
siones y perspectivas de lo mismo de siem- En todos los casos de los que me enteré,
pre. De ahí la insistencia de formular esta esto funcionó al amparo de una entidad
propuesta como un tema de discusión, y “sombrilla” que les brindó prestigio, les
no como el proyecto definitivo de una sola ganó credibilidad entre los potenciales
persona, o de un sólo grupo homogéneo. clientes y funciona muy bien hasta donde
he mantenido al día mi información. CIA-
Desde los automóviles Ford a co- DI no está muy lejos de esa idea, aunque
mienzos del Siglo XX, hasta Microsoft, y dado su carácter particular especializado
en el Perú el éxito de los Supermercados si tiene un costo alto y una organización
Wong, y de otras empresas competitivas que ocasionalmente se pone a prueba.
que son exitosas, han logrado lo que han Pero hay otros ejemplos similares y no hay
logrado porque atienden una necesidad razón alguna, tampoco, para que como
numérica concreta y la satisfacen; y una otros lo han hecho, un gremio específico
de las razones más importantes de los de comerciantes exija como requisito para
mercados regionales integrados y de zo- entrar en operaciones con ellos el someti-
nas de libre comercio, es la reducción de miento a una entidad neutral de arbitraje.
costos en una economía de mayor escala. En algunos casos puede resultar inicial-
Un gran mercado puede reducir los cos- mente contraproducente cuando la enti-
tos al usuario sin reducir las ganancias dad que propone el arbitraje de esta ma-
para el inversionista en un mercado se- nera no ha logrado reclutar a todo el gre-
lecto y reducido al que sirve pero con mio para este propósito, y el sometimiento
impacto comunitario de otro tipo y en arbitral puede ser atacado como una arma
142 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
tema oficial de Justicia no quiere prestar- saludables para tener hijos, de buenos sen-
le la atención y cuidado que merecen, la timientos– que viven fuera de la ley sólo
desgracia de uno es la oportunidad de otro. porque nadie les preguntó nunca lo que
Y este es el desafío y liderazgo comunita- ellas pensaban, antes de promulgarlas y,
rio que puede asumir si quiere la jurisdic- por esa razón tampoco tienen, práctica-
ción arbitral. Tenemos todo lo que requie- mente, acceso real a nuestro sistema ofi-
re la tarea. Sólo falta la voluntad decidida cial de Justicia. Por eso también están sen-
de nuestra determinación para liderar un tadas, avergonzadas, sin que nadie las sa-
cambio en la Justicia del país, en abierta, que a bailar en la fiesta nacional de la jus-
limpia y respetuosa competencia de ser- ticia. ¿Las sacamos a bailar, o vamos a
vicio con el Sistema Oficial, y sacarla cometer la misma falta de educación y
adelante hasta llevarla a cabo. Para dejar grosería de dejar, como los otros que ya
de ser unos simples espectadores más, saben, que se queden “planchando” toda
traspasar el umbral de ingreso a la reali- la noche que dura el baile? ¿Como ciuda-
dad del Perú y convertirnos en protago- danos de bien, vamos a permitir que se apa-
nistas de la Justicia, no hay sino un paso rezca por ahí un “vividor” cualquiera de
muy corto que dar, y un mínimo peldaño
los que andan sueltos, las engañe, les haga
cívico –por lo común el de nuestra vani-
un hijo y las prostituya como a tantas otras
dad personal– para el que todavía no re-
pobres mujeres? Dirigir los comentarios,
unimos el ánimo suficiente, y podamos
sugerencias y respuestas que pudieran te-
subir o bajar sin miedo y de una vez por
ner sobre el particular a los organizadores
todas, sin problemas de ninguna clase, hasta
de este evento y publicación. Nuestra op-
el fin de un largo camino que ha costado
ción podría resultar siendo no sólo más
mucho a otros mejores que nosotros.
eficiente, y económica para las grandes ma-
Hay una muchedumbre pacífica, or- yorías, sino resultar rentable, accesible, y con
denada, pero fuera de las leyes obligato- mayor impacto sobre la comunidad que la
rias en el Perú –de simbólicas y figura- necesita y no tienen dónde recurrir en busca
das mujeres sagradas, muy hermosas, ho- de justicia para la solución de sus con-
nestas, buenas, trabajadoras, fuertes y flictos y otros problemas de este tipo.
144 ROBERTO G. MACLEAN UGARTECHE
¿ES UN ARBITRAJE UN JUICIO? 145
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE INVERSIÓN , pp. 145-153
( *) Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad de Ciencias Aplicadas - UPC.
Socio del Estudio Bullard / Falla / Ezcurra Abogados, Ex Presidente de la Sala de la Competencia del
Tribunal del INDECOPI.
146 ALFREDO BULLARD GONZÁLEZ
Los árbitros reaccionan distinto de Era una solución muy práctica, orien-
los jueces, al menos en la mayoría de ca- tada a los hechos y a resolver el problema
sos. Tienden a ir a los hechos antes que a práctico antes que centrándose en la dis-
los argumentos legales, y prefieren ir al cusión legal sobre las instituciones jurí-
fondo antes que quedarse en la forma. dicas. El resultado fue un arbitraje bas-
¿Por qué actúan así? tante fáctico, concentrado en los hechos
más que en las leyes y centrado en la apli-
Quizás la explicación esté en la his-
cación de principios derivados de los usos
toria, ¿Cómo era el arbitraje originalmen-
comerciales. La costumbre mercantil, an-
te? El arbitraje, para desilusión de mu-
tes que la ley, era la fuente del derecho.
chos de los abogados, está muy lejos de
En poco se parecía a un proceso civil. El
haber nacido como una institución jurí-
arbitraje era informal, flexible, pragmáti-
dica. Inicialmente fue una institución
co y libre de ataduras doctrinarias y mo-
práctica, una institución de comercian-
delos conceptuales, orientándose a un tra-
tes y estaba bastante alejado de lo que
tamiento justo y equitativo a las partes.
hoy día llamaríamos un juicio.
Y las cifras no mienten: donde el ar-
Los comerciantes iban a las Cáma-
bitraje ha sido “abonado” con flexibilidad,
ras o a los gremios a pedir que les resol-
pragmatismos y simplicidad, por leyes
vieran un conflicto; y, quien lo resolvía
adecuadas, está florecido, asfixiando al
era otro comerciante (no un abogado),
pesado y retórico derecho procesal inca-
analizando los hechos antes que las le-
paz de lidiar con controversias comercia-
yes, y lo hacía en base a prácticas co-
les. Y haría lo mismo en otras áreas si la
merciales y en base a principios que ri-
ley liberara su fuerza competitiva. Hoy en
gen el comercio. Esto dio origen a una
el Perú, es difícil imaginar conflictos de
rama hoy conocida por todos como el
contratos comerciales importantes que
derecho mercantil (lex mercatoria), que
sean ventilados en el Poder Judicial. Vir-
no fue creado por los abogados, sino bá-
tualmente todo va a arbitraje.
sicamente por los árbitros comerciales
que no eran abogados. Pero los “dinosaurios” procesales se
resisten a perder vigencia, y a falta de
La forma de ejecutar las decisiones
habilidades competitivas propias para
de estos árbitros, estaba muy lejos de la
capturar las preferencias de los comer-
forma como hoy día los abogados discu-
ciantes, recurren a la ley para proteger-
timos cómo se ejecuta un laudo. La eje-
se. Entonces pretenden que las leyes fuer-
cución de un laudo era más simple y no se
cen a que el proceso civil entre a debili-
realizaba a través de un juez ni usando los
tar el arbitraje y reforzar la oportunidad
mecanismos legales que hoy conocemos.
de supervivencia de lo procesal en el
La sanción no era un embargo o la ejecu-
campo comercial.
ción forzada. La sanción era el ostracis-
mo: si alguien no cumplía el laudo, lo Como bien relata Benson, cuando en
sacaban de la Cámara y nadie comercia- los años 20 en Estados Unidos se apro-
ba con el incumplidor. Quedaba fuera del baron leyes que permitían la ejecución
círculo en el que se hacían negocios y y revisión judicial de los laudos por las
nadie comerciaba con él. cortes ordinarias, procesalizando el
¿ES UN ARBITRAJE UN JUICIO? 147
(1) B ENSON , Bruce, “Arbitration”, en: Encyclopedia of Law and Economics, http:encyclo,findlaw.com/
7500book.pdf, p. 169.
(2) Ibidem, p. 170.
(3) Un buen ejemplo es un artículo recientemente publicado en Legal Express (MATHEUS L OPEZ, Carlos
Alberto, “Apostillas al Proyecto de Reforma de la Ley de Arbitraje”, en: Legal Express, Nº 67, Año 6, Julio
2006, p. 15). Su perspectiva parte de una concepción “procesaloide” del arbitraje y por tanto de ignorar
su verdadera naturaleza y ventajas. Es fruto, sin duda, de “impericia” arbitral.
148 ALFREDO BULLARD GONZÁLEZ
Voy a tratar de establecer algunas (es decir de la parte que los nombró). Uno
diferencias respecto a las habilidades que debe buscar un árbitro que, por propia
un abogado debería tener con respecto a convicción, por sus propias ideas, sea fa-
un arbitraje, si lo comparamos con res- vorable a su posición pero con convicción
pecto a un juicio y ver cómo estas dife- propia. Así el día que defienda tu posi-
rencias en su origen y en la naturaleza del ción lo hará porque cree en ella, porque
problema arbitral se reflejan finalmente la conoce y porque tiene la convicción de
en la forma de participación. estar en lo cierto. Por ejemplo, si mi de-
fensa principal es básicamente formal,
debo evitar nombrar árbitros muy creati-
2. LA SELECCIÓN DE ÁRBITROS
vos, de esos que se escapan de las for-
En los juicios uno no escoge al juez. mas y buscan por todos los medios de ir
Ello es diferente en un arbitraje y el abo- al fondo de la discusión. En ese sentido,
gado requiere de algunas habilidades de si yo soy el Estado no voy a poner un
las que un procesalista podría prescindir. árbitro liberal ultranza o si soy un priva-
do no voy a poner a un árbitro pro Esta-
Las diferencias con otros procesos
do. En pocas palabras debo escoger mi
hacen que muchas veces los abogados
árbitro pensando en alguien que actuará
pasen esta etapa por alto y no se dan cuenta
honestamente defendiendo una posición
de las tremendas implicancias prácticas
que tiene para poder litigar adecuadamen- que coincide con mis intereses, pero que
te y tener un resultado lo más favorable es propia y que defiende porque está con-
para su cliente en el proceso de designa- vencido de ella.
ción. De hecho, una buena selección de Esta habilidad de hacer una buena
árbitros puede ser tanto o más importan- selección no nos la enseñan en la univer-
te, que contar con buenos argumentos. sidad ni la aprendemos en los litigios ju-
Es un error el creer que un abogado diciales porque ahí este problema no se
prestigioso, una persona con cierta expe- presenta. Esto significa que los abogados
riencia o reconocida en el medio cumplen, deben ser un poco psicólogos y un poco
por estos hechos considerados de manera estrategas. Y por “estrategas” no uso el
aislada, los requisitos para ser buenos ár- término en sentido procesal. Es otro tipo
bitros. En realidad un buen manejo del distinto de estrategia la que se requiere
proceso de selección puede hacer la dife- para escoger a los árbitros. Estas habili-
rencia entre ganar o perder una ventaja dades implican destrezas distintas a las
estratégica desde el inicio del arbitraje. que tiene un procesalista típico.
es también importante que tenga conoci- deben ser las cosas. Una vez que tiene una
miento de la materia que se va a arbitrar, idea de cuál es el sentido del fallo, deri-
ser inteligente y tener una línea de pensa- vado de este feeling, lo segundo que hace
miento que podamos predecir legítima- es recurrir al derecho a fin de sustentar su
mente será favorable a nuestra posición. posición desde el punto de vista jurídico.
Así la decisión se formaliza legalmente
El árbitro tiene que ser inteligente no
luego que ha sido preliminarmente toma-
solo desde el punto de vista intelectual,
da en base a los hechos.
sino emocional. Tiene que ser empático.
Un árbitro conflictivo, que se pelea con Ello explica porqué en arbitraje más
todo el mundo, antipático, fastidioso y importante son los principios que las le-
que nadie pasa, es un mal árbitro porque, yes. No olvidemos que así nació y se con-
finalmente, no va a generar química en solidó la Ley Mercatoria que le sirve de
la discusión con sus colegas y eventual- base. Se creó un conjunto de principios de
mente con las partes. Y si no empuja con- los que se derivaron obligaciones. El prin-
sensos los otros árbitros lo aislarán y se cipio estuvo y se aplicó antes que la ley.
quedará solo y sin capacidad de influir
Puede ser que el sentido inicial que
en el laudo final.
visualiza el árbitro en su primera impre-
sión no encuentra sustento en las normas
3. EL ARBITRAJE ES MÁS FÁCTI- y el árbitro cambie su posición. Pero si
CO QUE LEGAL uno ya logró convicción en los árbitros
sobre hechos, tiene más de medio arbi-
La siguiente pregunta es ¿por qué un
traje ganado. Es más fácil que un árbitro
árbitro razona distinto que un juez? ¿Aca-
fuerce el derecho al interpretarlo para
so no es juez privado, y como juzgador
sustentar su posición inicial que desfigure
tiene la misma lógica? Decía hace un
o fuerce los hechos para ajustarlos a la
momento que el arbitraje es más fáctico
ley. Por ello la discusión fáctica es tan
que legal. El argumento legal suele ser
importante. En ese sentido un arbitraje
secundario al argumento fáctico en cual-
se parece más a un proceso en el com-
quier litigio arbitral. No estoy diciendo
mon law en el que la fuerza del prece-
que el argumento legal no sea importante.
dente se asienta más en los hechos del
Lo que estoy diciendo es que quien pier-
caso concreto que en el derecho.
de de vista el elemento fáctico posible-
mente pierda en el arbitraje. A pesar de eso, muchos de los aboga-
dos que litigan arbitralmente cometen el
Los estudios psicológicos (y mi pro-
error de creer que las cosas son al revés.
pia experiencia) sobre los mecanismos de
Piensan que el uso de argumentos legales
decisiones de cómo un juzgador decide
persuasivos, sin recurrir a los hechos y a
un caso, sea este juez, jurado o árbitro,
los elementos emocionales que los hechos
demuestran que, primero lo hacen emo-
invocan, es irrelevante, cuando en mi opi-
cionalmente y luego arman el argumento
nión en un arbitraje los hechos son más
intelectual y conceptualmente. Así, lo importantes que una buena teoría legal.
usual cuando un árbitro enfrenta un caso,
es ver los hechos. De allí recoge un sen- El perfil típico del árbitro, es un abo-
timiento o “feeling” de cómo cree que gado privado, usualmente dedicado
150 ALFREDO BULLARD GONZÁLEZ
arbitraje lo que tratan es hacer es una “pe- que ser conmovedora en términos de ge-
lícula” de lo que pasó. Evidentemente las nerar emociones, las emociones necesa-
partes utilizan libretos distintos para ar- rias para que el árbitro se enfoque en los
mar su película: cada quien quiere una pe- temas que yo quiero que se enfoquen. Y,
lícula favorable a su posición. sobretodo, tienen que darles a los árbitros
la posibilidad de escribir un final feliz –el
En ese sentido, las habilidades de un
nuestro–, es decir tenemos que colocar un
abogado litigante en arbitraje tienen que
final feliz a mi historia. A veces es difícil
estar muy orientadas a poder contar un
porque parece que el final feliz lo tiene el
muy buen cuento, no en el sentido de una
otro y uno tiene que encontrar la forma de
mentira, sino una historia bien contada.
armar su historia para crear su propio fi-
Así no uso la palabra “cuento” en el sen-
nal feliz.
tido peyorativo, sino en sentido de histo-
ria convincente, atractiva y que finalmen- En todo arbitraje hay tres realidades:
te puede convencer a los árbitros. la del demandante, la del demandado y la
de los árbitros. La única que realmente
Los abogados solemos cometer el
importa es la realidad de los árbitros, la
error de pensar que el derecho que estu-
cual se construye durante el arbitraje.
diamos, nuestro conocimiento, proviene
Realmente quien gane el arbitraje es la
de la filosofía. Si uno entiende como fun-
parte que consiguió que su realidad se
ciona el derecho y sobre todo la actividad
parezca lo más posible a la realidad que
de los abogados, realmente proviene de
el árbitro ha creado en su mente. El árbi-
la retórica, proviene más de la literatura,
tro nunca podrá vivir los hechos, el árbi-
de la capacidad de contar historias.
tro tendrá que guiarse por lo que le pre-
Esto, que es cierto en toda la acti- sentan y en consecuencia está tremenda-
vidad legal de litigio, es especialmente mente limitado. Por ello es tan importan-
cierto en el arbitraje que da todas las te hacerle revivir la historia lo más vivi-
herramientas que se necesitan para ar- damente posible. Por ello es importante
mar “una buena película”. Uno tiene ser visual, ser gráfico, ser didáctico.
mayor flexibilidad probatoria, más es-
Para construir la historia en un ar-
pacio y tiempo. Una mayor oralidad. Un
bitraje, uno tiene que concentrarse en dos
mayor informalismo.
o tres ideas. No tratar, como hacen algu-
Si uno quiere armar una buena his- nos abogados, de contar todos los deta-
toria, si uno quiere armar una buena de- lles y todas las aristas. El arbitraje no
fensa, tiene que tener una historia creíble. puede parecerse a esas películas plaga-
Si una película hace que el espectador deje das de hechos que solo confunden y ha-
de ser conciente que esa historia puede cen perder la ilación de la historia. Lo
pasar o que en todo caso vive la historia recomendable es concentrarse en dos o
como si no estuviera pasando, tiene una tres ideas, las realmente importantes que
mala película. El abogado tiene que re- son relevantes y convenientes en tu his-
crear la historia y hacerla pasar en el mo- toria. Cuando el árbitro quiera detalles,
mento de la audiencia, como si la historia él mismo preguntará y, eso sí, hay que
estuviera ocurriendo, tiene que hacerla estar preparados para dárselos. Hay que
entretenida, atractiva, no aburrida, tiene conocer los detalles, pero hay que evitar
152 ALFREDO BULLARD GONZÁLEZ
que los árbitros se distraigan con detalles Durante todo el arbitraje repitió una y
sin importancia. otra vez “más vale un final horrible que
un horror sin fin”. Consiguió su propó-
Suele ganar el que cuente la historia sito de crear en los árbitros la sensación
más simple, pero a su vez convincente y que por más trágica que pareciera la de-
esto significa que armar un buen litigio
cisión tenía que tomarse. Era mejor en-
arbitral es como colocar antorchas en una
frentar el problema de una vez y dar fin
caverna oscura: en la caverna siempre hay
a una situación tampoco deseada que
partes de la historia que no conviene y hay
parecía no tener fin.
partes que sí. No hay historia en la que
todo favorezca a una sola parte. La habi- Recuerdo otro caso en que un abo-
lidad está en dónde colocar las antorchas. gado tenía que defender que una ejecu-
No coloquen muchas antorchas porque ción carecía de sentido porque existían
distraen el fondo del tema y pueden hacer garantías adecuadas. Repitió una y otra
visible las partes menos convenientes de vez “brutalmente garantizado”.
la historia. Pero a su vez uno debe estar
preparado porque la otra parte colocará Utiliza este tipo de frases que gra-
antorchas en lugares dónde no te convie- ban los elementos esenciales y focalizan
ne. Por ello contar una buena historia no a los árbitros en lo que es realmente rele-
quiere decir evadir los argumentos fuer- vante. No deben ser muchas frases. Una o
tes de tu contraparte, los temas que tu con- dos, pero que graben las ideas centrales
trincante va a utilizar. Por ello el tema ál- que se quieren vender.
gido hay que ponerlo en la mesa antes que En la misma línea es importante el
la otra parte, enfrentándolo y sin callarlo uso de etiquetas. Mi cliente nunca es el
o comportándose como si no existiera. demandado, es el señor Juan López; el
Hay que dar una buena explicación y si tu otro, es el demandante. Tenemos que crear
parte cometió errores hay que reconocer- una historia y en mi historia quiero que
los, pero en un contexto en el que el ba-
mi personaje tenga rostro, y rostro huma-
lance favorece a tu defendido.
no. Cuando se arma una historia se tiene
Así, coloca las antorchas para que los que pensar que a la gente, incluso a los
árbitros puedan guiarse. Utiliza frases árbitros experimentados, les gusta que les
memorables, esas frases que se te graban cuenten historias de personas, de cosas
y no se te olvidan y focaliza tus ideas fuer- que pasaron, y no historias abstractas o
tes en esas frases para que los árbitros se poco creíbles. Quieren revivir los hechos
concentren en ellas. para poder resolver sobre ellos.
Recuerdo un caso en el cual el abo- La mentira obvia debilita, por eso
gado tenía que enfrentar una situación no la cuentes. Nunca digas algo que haga
donde realmente la decisión de los árbi- perder tu credibilidad porque los árbitros
tros era muy difícil porque generaba mu- tienen más tiempo que un juez y más po-
chos costos a las partes. Era una decisión sibilidad de reflexión y de revisar el ex-
de alguna manera trágica porque signifi- pediente, con lo cual sí mientes posi-
caba sacar a una empresa del mercado, blemente lo van a saber. Enfrenta los
dejar gente desempleada y cerrar una uni- temas que no te convienen, no los ocultes
dad de negocio. Pero tenía que sostener porque saldrán a la luz en el arbitraje.
que esa decisión tenía que tomarse. Busca formas de minimizar el impacto
¿ES UN ARBITRAJE UN JUICIO? 153
Arbitraje
Internacional
156 EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 157
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 157-171
WHEN TO ARBITRA TE RA
ARBITRATE THER THAN LITIGA
RATHER TE ( *)
LITIGATE
( *) Published as Chapter 13 in International Litigation Strategies and Practice (B. Legum, ed., American Bar
Association, International Practitioner’s Deskbook Series, 2005). The authors are grateful to Christopher F.
Smith and Audrey Bhatoo for their valuable assistance in preparing this chapter.
(**) Member of White & Case and the American Arbitration Association Executive Committee and Board.
(***) Associate of White & Case.
(1) For the purposes of this chapter, a “cross-border transaction” includes any contract made by parties resi-
ding in different countries.
(2) See, e.g., W OOD , Diane, Transnational Litigation in 2004: Is the Glass Half Full or Half Empty?, in
Int’l Lit. News, June 2004, at 6 (noting an “increasing tide of international cases” in “national
courts around the world”).
(3) See, e.g., 2003 Statistical Report of the International Court of Arbitration of the International Chamber of
Commerce, in 15 ICC INT’L CT. ARB. B ULL., at 7 (2004) (noting “the record number of arbitrators from more
countries than ever before who took up their duties” in 2003); ICSID Annual Report 2003 at 3 (noting that in
2003 ICSID’s “caseload grew at a record-breaking pace”); SCC Institute Annual Report 2003 at 1 (“With a
record-breaking 169 requests for arbitration, 2003 has been a year of inspiration”); United Nations Confe-
rence on Trade and Development (UNCTAD), Occasional Note: International Investment Disputes on the
Rise, Doc. Nº UNCTAD/WEB/ITE/IIT/2004/2 (Nov. 29, 2004), available at http://www.unctad.org/sections/
dite/iia/docs/webiteiit20042_en.pdf.
158 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
(4) This chapter does not provide a comprehensive discussion of arbitration and litigation. It also assumes a
general knowledge on the part of the readers of both forms of dispute resolution. With respect to internatio-
nal arbitration, it would be beyond the scope of this chapter to discuss the relative merits of institutional and
ad hoc arbitration, or to offer a comparison of the various arbitral institutions. Furthermore, this chapter
does not suggest strategies for drafting arbitration clauses. With respect to international litigation, this
chapter does not discuss the advantages and disadvantages of bringing suit in different jurisdictions, which
is the topic of Chapter 7 in this book.
(5) Implemented in the United States in 9 U.S.C. §§ 201 et seq.
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 159
(10) See generally LAMM, Carolyn B., Assertion of Jurisdiciton over Non-U.S. Defendants, in PLI, International
Business Litigation & Arbitration 2000 at 57 et seq. (2000).
(11) Many of these converging practices are ccdified in the International Bar Association’s Rules on the Taking
of Evidence in International Commercial Arbitration [hereinafter IBA Rules of Evidence], available at http://
www.ibanet.org/images/downloads/IBA%20rules%20on%20the%20taking%20of%20Evidence.pdf.
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 161
(12) See generally ELSING, Siegfried H. / TOWNSEND, John M., Bridging the Common Law-Civil Law Divide in
Arbitration, 18 ARB. INT’L 59, 2002.
(13) For example, in 1996, Japan amended its laws to clarify that attorneys not licensed to practice in Japan
were permitted to participate as counsel in international arbitrations conducted in Japan. JCA NEWSLETTER
Nº 2, 1997, available at http://www.jcaa.or.jp/e/arbitration-e/syuppan-e/newslet/news2.html. In August 2004,
Singapore amended its Legal Profession Act to allow attorneys not licensed to practice in Singapore to
participate in Singapore arbitrations as arbitrator or counsel. Information available at http://www.siac.org.sg/
whatsnew.htm.
(14) Most recently, for example, following the landmark decision of the U.S. Supreme Court in Mitsubishi Motors
Corp. v. Soler Chrysler-Plymouth, Inc., 473 U.S. 614, 629, 105 S.Ct. 3346, 87 L.Ed.2d 444, 1985, the U.S.
Court of Appeals for the Second Circuit has found the scope of an arbitration agreement to include claims
under the Sherman Act and state antitrust laws. JLM Industries, Inc. v. Stolt Nielsen SA, 387 F.3d 163, 182
(2d Cir. 2004).
(15) United Steelworkers of America v. Warrior & Gulf Nav. Co., 363 U.S. 574, 582-83 (1960).
(16) See, e.g., New York Convention, article V(2); Inter-American Convention on International Commercial Arbi-
tration, done at Panama, January, 30, 1975, article 5(2)(b), reprinted in International Handbook on Com-
mercial Arbitration, Suppl. 2 (J. Paulsson, ed., Aug. 1984).
162 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
parties to “square one” after years of costly by businesses in the United States go to the
litigation - although arbitration is slowly costs of discovery. Further, it is invasive
evolving to permit class actions(17) and and requires extensive confidentiality
consolidation(18). In contrast to arbitration, agreements to protect corporate or State
litigation - depending on the forum secrets. Greater access to potential
selected - generally follows well- evidence thus may bear a hefty price tag.
developed rules, in particular where
In international arbitration, the
multiple parties are involved, e.g.,
discovery process and the method of
concerning impleader or joinder.
presentation of evidence is limited and
simplified. As in civil law jurisdictions,
3. DISCOVERY extensive written presentations are the
standard means of delivering a case. The
The issue of whether and to what extent usual practice is for parties to submit co-
the parties are entitled to discovery is one pies of documentary evidence as well as
of the most poignant differences between written witness statements and expert
common law and civil law litigation. reports together with the written pleadings
International arbitration generally follows a relying on those pieces of evidence. To
middle of the road approach in which much the extent discovery takes place, requests
depends on whether the arbitrator has a for the production of documents must des-
common law or a civil law background. cribe specific documents or “narrow and
As the reader will know, common law specific” categories of documents and
permits broad discovery (and in the United explain their relevance and materiality to
States, broad discovery) after the statement the case(19). The requesting party must be
reasonably certain that such documents
of claim has been made. Civil law
exist and are in the possession of the
jurisdictions, on the other hand, mandate
adverse party(20).
only very limited document production, if
at all. In common law litigation, discovery A plaintiff thus may prefer common
is regulated by statutory law and precedent. law litigation over international arbitration
As practitioners may be aware, however, if it requires extensive discovery to prove
80 percent of the costs of litigation incurred its case. A party concerned over protecting
(17) In Green Tree Financial Corp. v. Bazzle, the United States Supreme Court recently held that it was for the
arbitrator, not the court, to decide whether an arbitration agreement forbids class arbitration. 539 U.S. 444,
452-53 (2003). Within the same year, the American Arbitration Association (AAA) made available new
Supplementary Rules for Class Arbitrations, available at http://www.adr.org/index2.1.jsp?JSPssid=
15747&JSPsrc=upload\LIVESITE\Rules_Procedures\National_International\..\Topics_Interest\AAAClassaction.htm.
At this time, the AAA’s class arbitration docket contains over 40 caseshttp://www.adr.org/index2.1.jsp?
JSPssid=15747&JSPsrc=upload\LIVESITE\Rules_Procedures\National_International\..\Topics_Interest\nocases.htm
(last visited Nov. 29, 2004).
(18) The November 2004 United States model bilateral investment protection treaty breaks new ground by
providing for mandatory consolidation of investment claims under certain circumstances. 2004 Model BIT,
artículo 33, available at http://www.state.gov/documents/organization/38710.pdf.
(19) IBA Rules of Evidence, supra note 11, article 3.3.
(20) Elsing & Townsend, supra note 12, at 61.
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 163
its business and other proprietary live testimony may be advisable in order to
information, however, may wish to choose increase its probative value.
international arbitration over common law
This notwithstanding, at the request
litigation in order to minimize the burden
of disclosure it may encounter. of the adverse party or on its own motion,
an arbitral tribunal may, in its discretion,
decide to exclude evidence for various
4. RULES OF EVIDENCE reasons, including “lack of sufficient
relevance or materiality” and “unreasonable
a. Admissibility burden”(25). In this case, the International
International arbitration also has Bar Association’s Rules on the Taking of
developed a converging practice with Evidence in International Commercial
respect to the admissibility of evidence(21). Arbitration (IBA Rules of Evidence) pla-
Common law jurisdictions generally ce the burden on the objecting party to
require each document to be authenticated demonstrate that the particular material
before it can be admitted into evidence(22). should not be introduced(26). In arbitration,
Practitioners at common law often use live the burden is on the party proffering
testimony in order to explain the relevance evidence or relying on a principle of law
of documents they have introduced(23). to prove its existence and admissibility(27).
Civil law jurisdictions, on the other hand,
expect documents to be submitted in b. Fact witness testimony
advance of the hearing and do not rely on
live testimony to introduce information Witness testimony is another element
into the record (24) . The resulting of dispute resolution on which common
compromise is for each side to submit in and civil law systems broadly disagree -
advance the documents it intends to use and again, depending on the background
as evidence. Authentication and live of the arbitrators (i.e., common law ver-
testimony generally are not required for sus civil law), their approach to this issue
the introduction of evidence. Rather, as varies. Common law relies heavily on
in civil law jurisdictions, the arbitral tri- direct and cross-examination of witnesses
bunal will use its discretion as to the by lawyers from both sides. In civil law
relative probative value it gives to each jurisdictions, by contrast, judges conduct
piece of evidence. In that sense, bolstering most of the questioning of witnesses, and
documentary evidence with supporting it is generally within the judge’s discretion
to allow (or not) the parties’ counsel to are, thus, answerable to the tribunal, not
pose limited questions to the witness, the individual parties. This procedure is
either directly or through the judge. In intended to protect the impartiality of
addition, common law courts place greater expert testimony and, arguably, to
credence on information provided in streamline the hearing. The IBA Rules of
testimony under oath. Civil law courts Evidence expressly allow both party-
believe that the best evidence is provided appointed and tribunal-appointed
in documents(28). experts(32). In added deference to civil law
tradition, they also stipulate that the tri-
In international arbitration it is
bunal may require expert witnesses whose
customary, as mentioned, for the parties to
opinions differ on a material issue to
present written witness statements in
attempt to resolve their disagreement and
advance of the hearing(29). This may shorten
to present to the tribunal a set of unified
the duration of the hearing and serve as a
findings on which they have found
substitute for witness depositions and direct
agreement(33).
testimony (30) . It also may reduce the
element of surprise that commonly occurs
with oral testimony(31). d. Sources of authority
International arbitral tribunals
c. Expert testimony
demonstrate more flexibility than either
International arbitration rules common law or civil law courts in the
provide a compromise also on the role of sources of authority they accept as
expert testimony. Parties in a common law persuasive. Generally, article 38 of the
proceeding hire their own expert Statute of the International Court of Justice
witnesses, who, in effect, compete to defines broadly the sources of
provide the most convincing testimony international law to which an international
regarding the disputed issue. In civil law tribunal will have reference in a case
proceedings, in contrast, expert witnesses where public international law provides a
generally are appointed by the court and rule of decision(34). Depending on the
choice of applicable law made by the parties extent to which judicial involvement –both
in their contract, by international treaty (such during and subsequent to the proceeding–
as a bilateral investment treaty) or by statute, might be advantageous. If preliminary re-
national laws of one or more countries may medies and/or substantive and procedural
also be relevant. Thus, in addition to the judicial review are expected to be useful
authorities relied upon at common law –ju- or necessary, then, ceteris paribus,
dicial precedent and legislation– an arbitral litigation may be the preferred option. If,
tribunal may also be willing to recognize as on the other hand, finality and
persuasive authority the opinions and international enforceability of the decision
publications of notable scholars. Common on the merits are important, international
law, of course, considers academic
arbitration may be the wiser choice.
commentaries as a secondary source of
authority(35). This flexibility gives a party in
an international arbitration access to a wider a. Preliminary remedies
array of materials that can be used in support
of its interests. At the same time, it gives the The power of an international arbi-
adversary additional means with which it can tral tribunal to issue preliminary remedies
counter the use of such materials. In is generally weaker than that of national
choosing between litigation and arbitration, courts. Indeed, parties must go to the lo-
it is thus important to assess whether or not cal courts to enforce the preliminary relief
one is interested in utilizing the greater or interim measures granted by an arbi-
flexibility offered by international arbitration tral tribunal(36). Nevertheless, an arbitral
in this respect. tribunal does retain over certain matters
limited, concurrent jurisdiction with the
5. PRELIMINARY REMEDIES, courts(37). In the event the arbitral tribu-
JUDICIAL REVIEW, AND nal does not have the authority itself to
ENFORCEMENT issue an interim measure, the parties still
may have recourse to the judicial system.
When determining whether to litigate In light of an arbitral tribunal’s limited
or arbitrate, counsel must consider the jurisdiction over interim measures, such
a. International conventions, whether general or particular, establishing rules expressly recognized by the
contesting states;
b. International custom, as evidence of a general practice accepted as law;
c. The general principles of law recognized by civilized nations;
d. Subject to the provisions of Article 59, judicial decisions and the teachings of the most highly qualified
publicists of the various nations, as subsidiary means for the determination of rules of law.
Statute of the International Court of Justice, June 26, 1945, 59 Stat. 1055, T.S. Nº 993, 3 Bevans 1179.
(35) Elsing & Townsend, supra note 12, at 65.
(36) See, e.g., ACE/Cleardefense, Inc. v. Clear Defense, Inc., 47 Fed. Appx. 582 (D.C. Cir. 2002), cert. denied, 538
U.S. 925 (2003) (enforcing a preliminary injunction issued by an arbitral tribunal to prevent use of a trade-
mark during the pendency of an arbitration).
(37) See Report of the Working Group on Arbitration and Conciliation on the Work of its Forty-First Session
(Vienna, 13-17 September 2004), United Nations Commission on International Trade Law (UNCITRAL),
Doc. A/CN.9/569 (Oct.4,2004), http://odsddsny.un.org/doc/UNDOC/GEN/V04/580/40/PDF/
V0458040.pdf?OpenElement(reflecting the current work within UNCITRAL on the power of an arbitral tribunal
to grant interim measures of protection, and on the recognition and enforcement of such measures).
166 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
(38) It is important to note that, while arbitration rules generally confer jurisdiction on the arbitral tribunal to issue
provisional measures, its authority to do so ultimately must conform to the intentions of the parties. Failing
a clear understanding of such intentions, one must refer to national law in order to determine the extent of
an arbitrator’s jurisdictional authority. Fouchard, GAILLARD, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38
(E. Gaillard & J. Savage, eds. 1999).
(39) UNCITRAL Model Law on International Commercial Arbitration (1985), artículo 17, available at http://
www.uncitral.org/en-index.htm.
(40) Fouchard, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38 , supra note 38, at 718.
(41) Ibidem at 720.
(42) See LAMM , Carolyn B. / HELLBECK, Eckhard R., The Enforcement of Foreign Arbitral Awards Under the New
York Convention: Recent Developments, 5 INT’L ARB. L. REV . 137 (2002) (highlighting the difference bet-
ween challenges to enforcement under New York Convention artículo V and annulment under national law
standards at the place or law of the arbitral award).
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 167
(43) Convention on the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards, done at New York, June 10,
1958, 21 U.S.T. 2517, T.I.A.S. Nº 6997, 330 U.N.T.S. 38. As of April 16, 2004, 134 States are parties to the
New York Convention. UNCITRAL, Status of Conventions and Model Laws, available at http://
www.uncitral.org/en-index.htm.
(44) Ibidem, article III.
(45) Ibidem, article V (1).
(46) Ibidem, article V (2).
(47) William W. Park, The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and
Arbitration 2004, at 519, 534-35, 2004.
(48) See, e.g., Parsons & Whittemore Overseas Co., Inc. v. Société Générale de l’Industrie du Papier
(RAKTA), 508 F.2d 969, 974 (2d Cir. 1974) (dismissing public policy defense based on “United States’
falling out with Egypt”).
(49) See, e.g., Chromalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939 F.Supp. 907, 913 (D.D.C. 1996) (confir-
ming arbitration award rendered in Egypt that had been set aside by Egyptian court); Baker Marine (Nig.)
Ltd. v. Chevron (Nig.) Ltd., 191 F.3d 194, 197 (2a Cir. 2000) (declining to enforce award annulled in Nigeria);
Spier v. Calzaturificio Tecnica, S.p.A., 71 F.Supp.2d 279, 288, motion for reargument denied, 77 F.Supp.2d
405 (S.D.N.Y. 1999) (declining to enforce award annulled in Italy); W. Michael Reisman, Systems of Control
in International Adjudication and Arbitration 114 (1992) (“once an award has been set aside in a primary
jurisdiction, it is not supposed to be enforceable anywhere else”); VAN DEN BERG , Albert Jan, New York
Arbitration Convention of 1958 Consolidated Commentary, 19 YB. C OM. ARB. 475, 590-91 (1994) (“The
setting-aside of an award has extra-territorial effect as it precludes enforcement in the other Contracting
States by virtue of ground e of Artículo V(1) of the Convention”).
(50) New York Convention, article V (1) (emphasis added).
168 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
the seat jurisdiction as the primary juris- likely to recognize and enforce an arbi-
diction and the enforcement jurisdiction tral award than a judgment of a foreign
as the secondary jurisdiction, U.S. cour- court. Indeed, this is one of the most
ts generally have refused to enforce an attractive reasons for which one might
annulled award(51). choose international arbitration over
litigation.
Notwithstanding the above, given
that the general purpose of the New York The law regulating enforcement of
Convention is to further and facilitate the judgments of foreign courts, on the other
enforcement of foreign arbitral awards, hand, is far less predictable and compre-
courts will tend to decide in favor of en- hensive. International law regarding the
forcement absent very limited circumstances. enforcement of judgments has not develo-
ped largely due to jurisdictional concerns
Besides the New York Convention,
and to a failure to secure widespread agree-
there are several regional conventions
ment on the general principles governing
with very similar provisions, such as the
recognition/enforcement(55). Absent a trea-
so - called Geneva Convention(52), the
Panama Convention(53), and the Amman ty, courts will likely refer to general, and
Convention(54). inherently unpredictable, principles of fair-
ness and comity when deciding whether to
On the basis of this widespread recognize or enforce a foreign court judg-
network of treaty law seeking to further ment.(56) The United States, for example,
the recognition and enforcement of foreign is not a party to any treaty concerning the
arbitral awards, it is not surprising that recognition and enforcement of foreign
national courts around the world are more court judgments(57). Indeed, the recognition
(51) LAMM , Carolyn B. / HELLBECK, Eckhard R., The Enforcement of Foreign Arbitral Awards Under the New York
Convention: Recent Developments, 5 INT’L ARB. L. REV . 137, 142 (2002) (United States courts generally in
accord with international practice not to enforce annulled award); William W. Park, The International Cu-
rrency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and Arbitration 2004, at 519, 548 (2004).
(52) European Convention on International Commercial Arbitration, done at Geneva, April 21, 1961, 484 U.N.T.S.
364, reprinted in Gary A. Born, International Commercial Arbitration in the United States 865 (1994).
(53) Inter-American Convention on International Commercial Arbitration, done at Panama, January, 30, 1975,
reprinted in International Handbook on Commercial Arbitration, Suppl. 2 (J. Paulsson, ed., Aug. 1984).
(54) Arab Convention on Commercial Arbitration, done at Amman, April 14, 1987, reprinted in International
Handbook on Commercial Arbitration, Suppl. 11 (J. Paulsson, ed., Jan. 1990).
(55) Negotiations held for over ten years at the Hague Conference on Private International Law on a convention
governing the recognition and enforcement of foreign judgments have stalled. This has resulted in a more
limited attempt to negotiate a convention on the use of choice of forum clauses. Hague Conference on
Private International Law (HCCH), Preliminary Draft Convention on Exclusive Choice of Court Agreements,
Draft Report (Masato Dogauchi and Trevor C. Hartley, rep.), Preliminary Doc. Nº 26 (August 2004), availa-
ble at http://hcch.e-vision.nl/upload/wop/jdgm_pd26e.pdf, at 6. See William W. Park, The International
Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation and Arbitration 2004, at 519, 555
(2004) (with further references).
(56) PARK, William W., The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation
and Arbitration 2004, at 519, 555, 2004.
(57) For a discussion of other countries’ recognition and enforcement practices, see Committee on Foreign and
Comparative Law, Association of the Bar of the City of New York, Survey on Foreign Recognition of U.S.
Money Judgments (July 2001), cited in SILBERMAN, Linda J., Enforcement and Recognition of Foreign Country
Judgments in the United States, in PLI, International Business Litigation & Arbitration 2004, at 365, 410, 2004.
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 169
and enforcement of foreign country judg- ventions apply only to a limited number
ments are not subject to the U.S. constitu- of (European) jurisdictions, it is genera-
tional protection of the Full Faith and Cre- lly advisable to choose international arbi-
dit Clause, nor are they governed by U.S. tration over litigation if enforcement
federal law.(58) Instead, state law governs abroad is likely to be an issue –unless it is
recognition and enforcement of foreign clear from the outset that the above– men-
judgments in the United States. Furthermo- tioned European conventions will apply.
re, state laws generally recognize a num-
Lastly, it is important to recognize a
ber of mandatory, discretionary and juris-
potential disadvantage associated with the
dictional grounds for non-recognition(59).
finality of arbitration proceedings. A
In sum, there is no uniform procedure in
primary purpose of judicial review is to
the United States for recognition and en-
protect against flawed reasoning on the
forcement of foreign judgments.
part of lower courts. Litigation, with its
In contrast, most European countries more expansive judicial review, provides
are parties to treaties that obligate enfor- such a check; arbitration, however, with
cement of foreign court judgments(60). its more limited judicial review, carries
Thus, the member States of the European with it the hazards of a one-shot
Union are parties to the Brussels Conven- opportunity(63).
tion, which recently has been replaced by
European Union law(61), and the member
6. CONFIDENTIALITY
States of the European Free Trade Asso-
ciation are parties to the so-called Luga- If confidentiality is of special impor-
no Convention(62). Given that these con- tance to the client, arbitration, rather than
(58) LAMM, Carolyn B., Enforcement of Judgments, in Business and Commercial Litigation in Federal Courts 41
(Robert L. Haig, ed. 1998). Under the auspices of the International Jurisdiction and Judgments Project, the
American Law Institute is currently considering a draft of a proposed federal statute governing the recogni-
tion and enforcement of foreign judgments, at http://www.ali.org.
(59) See Chapter 12 in this book. See also Carolyn B. Lamm, Enforcement of Judgments, in Business and
Commercial Litigation in Federal Courts 46 et seq. (Robert L. Haig, ed. 1998); SILBERMAN, Linda J., Enforce-
ment and Recognition of Foreign Country Judgments in the United States, in PLI, International Business
Litigation & Arbitration 2004, at 365, 374 et seq., 2004.
(60) PARK, William W., The International Currency of Arbitral Awards, in PLI, International Business Litigation
and Arbitration 2004, at 519, 554, 2004.
(61) Convention on Jurisdiction and Judgments in Civil and Commercial Matters, done at Brussels, Sept. 27,
1968, O.J. C 027 (Jan. 26, 1998), replaced effective March 1, 2002 by Council Regulation (EC) Nº 44/2001
of 22 December 2000 on Jurisdiction and the Recognition and Enforcement of Judgments in Civil and
Commercial Matters, O.J. L 012 (Jan. 16, 2001), available at http://europa.eu.int/eur lex/pri/en/oj/dat/2001/
l_012/l_01220010116en00010023.pdf.
(62) Convention on Jurisdiction and the Enforcement of Judgments in Civil and Commercial Matters, done at
Lugano, Sept. 16, 1988, available at http://www.curia.eu.int/common/recdoc/convention/en/c-textes/lug-
idx.htm.
(63) In the limited area of investor-state arbitration (as distinguished from commercial arbitration), a discussion
has emerged about the possibility of creating an appeals facility. See ICSID, Possible Improvements of the
Framework for ICSID Arbitration, Discussion Paper (Oct. 22, 2004), available at http://www.worldbank.org/
icsid/improve-arb.pdf; Mark Kantor, The New Draft Model U.S. BIT: Noteworthy Developments, 21 J. INT’L
ARB. 383, 391, 2004.
170 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
litigation, may be the more appropriate time-consuming will depend on the parti-
strategy, as court proceedings generally cular circumstances of the dispute.
are public(64) –unless placed under seal by
the court– and arbitral proceedings and Several reasons explain the savings
awards, generally, remain confidential(65). of time and expense associated with
arbitration: Arbitration requires a more
simplified discovery process than
7. TIME AND EXPENSE
litigation, and is governed by fewer and
The time required for resolving a dis- less stringent rules of evidence.
pute, as well as the monetary and non-mo- Arbitration is not as susceptible to
netary costs incurred in doing so, are im- multiple proceedings as is litigation. The
portant business considerations. Arbitra- merits surrounding an arbitral award are
tion, generally, is less time-consuming and not subject to subsequent judicial review.
less costly than litigation. Arbitration discourages forum shopping,
and the parties have greater control over
Moreover, parties have far more time
the speed and length of the proceedings.
to present their evidence and legal argu-
ments to arbitral tribunals than to courts Despite the savings of time and ex-
that have very limited time for argument pense associated with arbitration, arbitra-
(e.g., at most 20 minutes for an appellate tion is not necessarily cheap. Indeed, ar-
argument). Nevertheless, arbitration is not bitration of complex disputes may turn out
necessarily a quick process; indeed, some to be expensive as they may take years to
proceedings take years to resolve. resolve(66). In addition, the costs of cer-
Furthermore, the costs of arbitration tain commercial arbitration, which typi-
can be significant, but in most instances cally include the arbitrators’ fees, the ren-
will be lower than the costs of litigation. tal of the premises, and the fees of expert
Therefore, the relative time and expense witnesses, may be higher than the costs
of arbitration and litigation must be exa- of litigation, where the taxpayer typica-
mined carefully. Ultimately, which form lly subsidizes the infrastructure(67). This
of dispute of resolution is cheaper and less is not true of investment disputes under
(64) The rules on publicity of court records, however, vary greatly from one country to the next. Whereas, for
example, court records in the United States generally are accessible to the general public, access in other
countries may require a special showing of legitimate interest.
(65) In the area of investor-State arbitration, there has been a recent trend to achieve some measure of trans-
parency given that governments are involved in such proceedings. Thus, e.g., the States parties to the
North American Free Trade Agreement (NAFTA) have adopted a practice of publishing the written plea-
dings filed in arbitration proceedings conducted under NAFTA, Chapter 11. In certain cases, public interest
groups have been allowed to file amicus briefs. In other cases, hearings have been opened to the public.
Practice has not been uniform, however, and it is not likely that these developments will affect commercial
arbitration proceedings not involving State parties.
(66) FOUCHARD, Goldman on International Arbitration 717 fn. 38, supra note 38, at 686.
(67) Ibidem, at 684.
WHEN TO ARBITRATE RATHER THAN LITIGATE 171
(68) LAMM, Carolyn B. / SMUTNY , Abby Cohen, The International Centre for Settlement of Investment Dispu-
tes: Responses to Problems and Changing Requirements, 12 Mealey’s Int’l Arb. Rep. 20, 22, fn. 32
(Nov. 1997).
172 CAROLYN B. LAMM / ECKHARD R. HELLBECK
NEGOTIATING AND DRAFTING AN INTERNATIONAL ARBITRATION CLAUSE 173
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 173-181
( *) This paper is protected by copyright. Material appearing herein may not be reproduced or translated without
permission. Due to space limitations and the general nature of its content, this paper is not intended to be
and should not be regarded as legal advice.
(**) Co-head of the White & Case International Arbitration Practice Group.
174 STEPHEN R. BOND
the Arbitration Institute of the Stockholm arbitration clause are retained (using the
Chamber of Commerce (SCC) (which has ICC standard clause as an example):
traditionally been attractive to parties from
Russia, Eastern Europe and China), and 1.“All disputes arising out of or in
the London Court of International connection with the present contract
Arbitration (LCIA). The World Bank’s (…)”
International Centre for the Settlement of
Investment Disputes (ICSID), although This phrase helps ensure a “broad”
limited to disputes with a host government arbitration clause such that virtually every
related to an investment, is experienced dispute related in any way to the contract
and offers a knowledgeable and effective is covered. Phrases such as disputes “ari-
secretariat and established rules. sing under this contract” or “arising from
the execution of this contract” are to be
Arbitral institutions in Central and avoided as disputes related to the validi-
Eastern Europe and Russia are ty, formation and termination of the con-
experienced, but many are in a state of flux tract, or delictual (tort) claims may not be
as the future of the Chambers of covered and, therefore, could be brought
Commerce to which each has been before a national court.
attached is uncertain. Questions of
language, selection of arbitrators and a Where a U.S. party is involved or the
perception of partiality (generally not seat of the arbitration is in the U.S., it is
deserved) raise questions about them in highly desirable to add after the phrase
the minds of foreign parties. quoted above the following: “including,
without limitation, its validity and forma-
Avoid arbitral institutions with tion”, in order to ensure that such issues
unknown track records.
are not decided by the courts.
cannot be agreed upon.) Under the named by the parties or an institution, are
UNCITRAL and many institutional rules jurists (e.g., private practitioners,
the arbitral tribunal will select the situs professors, judges). (Notable exemptions
and neutrality of the situs is not necessarily to this are maritime arbitrations under
required. Selecting an arbitral tribunal charter agreements where arbitrators are
without knowing in advance the place of often members of the Society of Marine
arbitration adds a complicating factor to Arbitrators, and are not lawyers, and
the selection process. industry arbitrations such as under the rules
of the Coffee Exchange, for example.)
4.Number of arbitrators
Specify another profession or
Sometimes useful. The more expertise (e.g., engineer, accountant,
arbitrators there are (three is usually the computer specialist) for one or more of
maximum), the more expensive and the arbitrators only if this would be
lengthy the arbitral proceedings are likely absolutely essential for an effective
to be. However, an arbitral tribunal of arbitration. Such instances would be rare,
three persons can often better analyze as an arbitral tribunal can almost always
complex legal and factual situations and appoint an expert to advise it on technical
offers each party the opportunity to matters, if necessary. Mandating too many
nominate an arbitrator who, though requirements in the arbitration clause can
independent, comes from, or is familiar make it extremely difficult to find suitable
with, that party’s particular legal, persons, and a technical expert may not be
economic and cultural milieu or has able to participate meaningfully in
expertise in the issues which are the decisions on such matters as jurisdiction,
subject of the dispute. governing law or other purely legal matters.
for such measures (in addition to the or classes of documents from another
undoubted authority of most national party. The 1999 International Bar
courts to do so before an arbitral tribunal Association Rules on the Taking of
is appointed and, in exceptional Evidence in International
circumstances, even thereafter) will vary Commercial Arbitration shall be
depending on the country and arbitral rules used as guidance”.
concerned. Be specific if such powers are
to be either accorded or denied and the 9.Forbidding punitive damages
relevant arbitral rules are unclear or point
in the opposite direction of what is desired. Sometimes useful, especially when
American parties are involved or U.S. law
8.Discovery governs the contact. In recent years, arbi-
tral tribunals in the Unites States have
Sometimes useful. It is generally awarded treble damages or punitive da-
difficult to address discovery in the mages under RICO or otherwise. This may
context of an arbitration clause, but it may not be what parties to a consensual dispu-
be desirable to attempt to do so in certain te resolution mechanism have in mind. If
circumstances, such as when one of the not, consideration should be given to a
parties is American (and therefore used to statement precluding the arbitrators from
extensive discovery) and the other is from awarding treble damages or punitive da-
a civil law jurisdiction (and therefore used mages in any respect. Awarding such da-
to very limited or even no discovery). mages may also be violative of public
There are obvious cost advantages to policy in certain non-U.S. jurisdictions,
limiting discovery but, ideally, both parties and therefore of questionable enfor-
should have adequate access to the ceability in any event.
relevant evidence. (If one party is known
to keep inadequate records or is not likely
10. Waiver of sovereign immunity
to comply with requests for discovery, it
may be disadvantageous for the other Highly desirable. While an agree-
party to open itself to what would be, in ment by a s overeign state to arbitrate may
effect, unilateral discovery.) constitute a waiver of its immunity from
jurisdiction and pre-award remedies, it
Where appropriate, consideration does not necessarily amount to a waiver
might be given to a clause along the of its immunity from execution against its
following lines: assets. Seizing sovereign assets where so-
vereign immunity has not been explicitly
“The parties shall be entitled to
waived is highly problematic.
reasonable production of documents,
carried out expeditiously. If the
11. Payment of costs
parties are not able to agree upon
same, the arbitral tribunal shall have Generally to be avoided. In the
the power, upon application of any absence of a specific provision, it will
party, to make all appropriate orders usually be left to the arbitral tribunal to
for production of specific documents decide whether and to what extent the
NEGOTIATING AND DRAFTING AN INTERNATIONAL ARBITRATION CLAUSE 179
International Centre for the Settlement Rules, which Rules are deemed to be in-
of Investment Disputes (ICSID) corporated by reference into this clause.
The [Government]/[name of cons- Arbitration Institute of the Stockholm
tituent subdivision or agency] of name Chamber of Commerce (SCC)
of Contracting State (hereinafter the
“Host State”) and name of investor (he- Any dispute, controversy or claim
reinafter the “Investor”) hereby consent arising out of or in connection with this
to submit to the International Centre for contract, or the breach, termination or in-
the Settlement of Investment Disputes validity thereof, shall be finally settled by
(hereinafter the “Centre”) any dispute arbitration in accordance with the Rules
arising out of or relating to this agree- of the Arbitration Institute of the Stoc-
ment for settlement by arbitration pur- kholm Chamber of Commerce.
suant to the Convention on the Settle-
World Intellectual Property Organiza-
ment of Investment Disputes between
tion (WIPO)
States and Nationals of Other States
(hereinafter the “Convention”). Any dispute, controversy or claim
arising under, out of or relating to this
London Court of International Arbitra-
contract and any subsequent amendments
tion (LCIA)
of this contract, including, without limi-
Any dispute arising out of or in con- tation, its formation, validity, binding
nection with this contract, including any effect, interpretation, performance, brea-
question regarding its existence, validity ch or termination, as well as non-contrac-
or termination, shall be referred to and fi- tual claims, shall be referred to and fina-
nally resolved by arbitration under the lly determined by arbitration in accordan-
London Court of International Arbitration ce with the WIPO Arbitration Rules.
182 STEPHEN R. BOND
REFLECTIONS ON THE DEFINITION OF AN ‘INVESTMENT’ 183
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 183-199
( *) Barrister in London and Professor of International Dispute Resolution at Nottingham Trent University.
(**) Legal Officer at the Ministry of Foreign Affairs of the Republic of Belaurs. He studied International Law and
Commercial Arbitration at the Buarusiam State University, the Agger Instituut and the University of Luden.
184 MARTIN HUNTER / ALEXEI BARBUK
upper limit to the level of overseas aid that tries. This feature accounts for, as exam-
is acceptable to a developed nation’s tax- ples, the inclusion of Chapter 11 in the
payers, especially at a time when so many North American Free Trade Agreement
problems exist nearer to home, such as (the NAFTA), and the remarkable growth
health and social services, roads and other in the number of bilateral investment trea-
forms of transport, crime prevention and ties (BITs) that governments on both sides
so forth. It is not realistic to expect demo- of the so-called although no longer accu-
cratically elected governments that must rately ‘North-South divide’ have entered
seek re-election every four or five years into in recent times(2). Furthermore, the
to spend more than a certain percentage of investors are, in the main, corporate enti-
the money they extract from their taxpa- ties and as such are obliged by law to look
yers on the re-distribution of global weal- after the interests of their shareholders.
th. It follows that the necessary increase in They need to have an element of ‘legal’
rich to poor country investment must come investor protection to insert into the risk/
chiefly from the private sector. reward balance sheet when deploying their
shareholders’ money.
In this commentary the authors re-
view the current position concerning one Sadly, the dispute resolution system
small but important aspect of encouraging appears to be creaking at the seams. Fre-
a steady stream of commercial investment quent concerns have been expressed about
from the private sectors of rich countries inconsistent decisions of arbitral tribunals
into poor countries. This aspect is the ba- established under the NAFTA and BITs,
lance between the protection of investors as well as criticism that excessive sums
on the one hand and investee nations (and have been awarded in favour of foreign
their citizens) on the other; and the role that investors by way of damages for loss of
the definition of the term ‘investment’ plays expected future returns under concessio-
in achieving the appropriate balance(1). ns and similar long- term agreements.
Such criticism makes a particular impact
It is clear that an appropriate level where, as is not uncommon, the definition
of investor protection must be established of an ‘investment’ in the BIT in question
if commercial enterprises are to be attrac- includes a formulation along the lines of
ted to invest in the world’s poorest coun- ‘any contract having a monetary value’,
(1) Previously published studies on the topic include: ‘Scope and Definition’, UNCTAD Series on issues in
international investment agreements, Vol. 2 (UNCTAD/ITE/IIT/11(Vol.II), 1999) (http://www.unctad.org/Tem-
plates/webflyer.asp?docid=189&intItemID=2322&lang=1)[URLs mentioned herein are correct as of March
2005.]; JUILLARD, P., ‘Freedom of Establishment, Freedom of Capital Movements, and Freedom of Invest-
ment’, 2000, 15 ICSID Rev. 322; SORNARAJAH, M., The International Law on Foreign Investment (Cambrid-
ge: Cambridge University Press, 1994); V ANDEVELDE, K.J., ‘Arbitration Provisions in the BITs and the Energy
Charter Treaty’ in WÄLDE, T.W., ed., The Energy Charter Treaty: An East-West Gateway for Investment and
Trade (The Hague: Kluwer Law International, 1996); BLIESENER, D.H., ‘La compétence du CIRDI dans la
pratique arbitrale’ (1991) 68 Revue de droit international et comparé 95; M.M. Moore, ‘International Arbitra-
tion Between States and Foreign Investors—the World Bank Organization’ (1966) 18 Stanford Law Review
1369 at 1362; N. Rubins, ‘The Notion of “Investment” in International Investment Arbitration’ in N. Horn, ed.,
Arbitrating Foreign Investment Disputes (The Hague: Kluwer Law International, 2004) at 283-324. The
present authors have endeavoured to update, rather than repeat, the valuable work of these distinguished
practitioners and scholars.
(2) The number of BITs increased from 385 in 1989 to 2265 in 2003 <www.unctadxi.org/templates>.
REFLECTIONS ON THE DEFINITION OF AN ‘INVESTMENT’ 185
Below the authors look at how the Somewhat nearer the mark for
definition of an ‘investment’ is worded in present purposes, the Encyclopedia
current BITs(3) and in the NAFTA, and Britannica defines ‘investment’ as a
then analyse the decisions in a number of ‘process of exchanging income during one
arbitrations where the status of the period of time for an asset that is expected
claimant as an ‘investor’ was disputed. to produce earnings in future periods’(6).
According to this definition,
2. TREATY DEFINITIONS investment is not just a subset of assets;
the assets in question must be part of a
Businessmen, lawyers, economists, long-term income regenerating process.
journalists and politicians use the Thus, in pedantic terms, trade in goods or
term‘investor’ and ‘investment’ on a daily services would not be an investment, as
basis, although few would be able to its objective is only to gain profit without
provide a precise definition. It is somewhat developing an income-producing capacity
like the terms ‘sovereignty’,‘national for the future. By contrast, expenditure on
security’ and ‘public order’. Most people the development of an essential
know how to spell them but do not have a infrastructure or a distribution network
clear idea of what they mean. The word would be an investment.
Moving closer to the present context, the economy of a host State for a period
Article 25(1) of the 1965 Convention on of five years would be an investor, while
the Settlement of Investment Disputes another who contributed fifty million do-
between States and Nationals of Other llars for three years would not. This for-
States (Washington Convention) provides mulation evidently lacked the flexibility
that the jurisdiction of the Inter- national that the proponents of the Convention
Centre for the Settlement of Investment were seeking. At the same time, other pro-
Disputes (ICSID): posals were too rigid. Eventually, remi-
niscent of the UNCITRAL Model Law on
Shall extend to any legal dispute ari- International Commercial Arbitration and
sing directly out of an investment, many national arbitration laws, it was de-
between a Contracting State (or any cided not to attempt a definition of the
constituent subdivision or agency of term at all. Delaume noted:
a Contracting State designated to the
Centre by that State) and a national The term ‘investment’ is not defined
of another Contracting State, which in the Convention. This omission is
the parties to the dispute consent in intentional. To give a comprehensi-
writing to submit to the Centre. ve definition (...) would have been
of limited interest since any such de-
However, nowhere in the Convention finition would have been too broad
is the term ‘investment’ defined. Instead, to serve a useful purpose [or] might
under Article 25(4), the Contracting States have arbitrarily limited the scope of
themselves may determine the class or clas- the Convention by making it impos-
ses of disputes that they will consider sub- sible for the parties to refer to the
mitting to the jurisdiction of the Centre. Centre a dispute which would be
considered by the parties as a ge-
A review of the legislative history nuine ‘investment’ dispute though
of the Washington Convention reveals such dispute would not be one of
that there was in fact considerable deba- those included in the definition in
te about whether or not, and if so how, the Convention(8).
the term ‘investment’ should be defined
in the text of the Convention. The first This position was also reflected in the
draft described ‘investment’ as ‘any con- Executive Directors’ Report:
tribution of money or other assets of eco-
nomic value for an indefinite period, or No attempt was made to define the
(...) not less than five years’(7). This defi- term ‘investment’ given the essential
nition seems to be reasonably clear, but requirement of consent by the parties,
the result would have been be that so- and the mechanism through which
meone who contributed one dollar to Contracting States can make known
(7) Washington Convention, First Draft, article 30, in ICSID, Convention on the Settlement of Investment Dis-
putes Between States and Nationals of Other States. Part I. Analysis of Documents Concerning the Origin
and Formulation of the Convention (New York: Dobbs Ferry, 1970) at 116.
(8) DELAUME , G.R., ‘Convention on the Settlement of Investment Disputes Between States and Nationals of
Other States’, 1966, 1 Intl Lawyer 64 at 70.
REFLECTIONS ON THE DEFINITION OF AN ‘INVESTMENT’ 187
(9) Report of the Executive Directors of the World Bank on the ICSID Convention, 6 August 1964, (1965) 4
I.L.M. 524, <www.worldbank.org/icsid/basicdoc/partB-section05>.
(10) S CHREUER , C.H., The ICSID Convention: A Commentary (Cambridge: Cambridge University Press,
2001) at 140.
(11) US Model Bilateral Investment Treaty (2004), <www.state.gov/documents/organization/38710.>.
(12) Free Trade Area of the Americas, 3d draft, 23 November 2003, Chap. XVII <www.ftaa-alca.org/ FTAA-
Draft03/ChapterXVII_e.asp>.
188 MARTIN HUNTER / ALEXEI BARBUK
and having a management role in the bu- e) any right conferred by law or con-
siness enterprise in which they have a clear tract, and any license or permit
stake’(13). At that time assets considered pursuant to law.
to be investments included real estate,
direct property rights, any form of According to Article 1 of the Bela-
participation in a company, claims to rus Investment Code of 22 June 2001:
payment or performance, intellectual
property, other intangibles, and concession Investment means any asset inclu-
agreements. These somewhat basic ding monetary funds, securities,
examples of investments have been equipment and any results of inte-
adopted, over the years, in national llectual activities owned or posses-
legislation. For example, the Albanian sed by the investor, and any pro-
Law Nº 7764 of 2 November 1993(14) perty rights contributed by the in-
defines ‘foreign investment’ as: vestor in objects of investment ac-
tivities in order to gain profit (in-
Every kind of investment in the te- come) and (or) attain other signifi-
rritory of the Republic of Albania ow- cant result(15).
ned directly or indirectly by a foreign
investor, consisting of: Other drafting proposals take a ra-
ther different approach. The ‘anti-invest-
a) moveable and immoveable, tan-
ment’ definition proposed in the third draft
gible and intangible property and
of the FTAA states that:
any other property rights;
b) a company, shares in stock of a The term ‘investment’ does not mean
company and any form of parti- real estate or other property, tangi-
cipation in a company; ble or intangible, not acquired in the
expectation or used for the purpose
c) loans, claim to money or claim to
of economic benefit or other business
performance having economic va-
purposes. The term also does not
lue; (handwritten addition: ‘and
imply stocks or shares (portfolio in-
related with an investment’)
vestment) of companies in one Party
d) intellectual property, including li- acquired for speculative purposes
terary and artistic works, sound re- and held for a short-term by natio-
cordings, inventions, industrial de- nals of the other party(16).
signs, semiconductor mask works,
know how, trademarks, service Thus, modern treaties reflect a more
marks and trade names; and sophisticated approach to identifying the
scope of protected investments than the and related property rights, such
treaties concluded twenty or more years as leases, mortgages, liens, and
ago. Those that have been adopted in the pledges.
twenty-first century on the basis of the
US and OECD models describe ‘invest- The US Model BIT also mentions
ment’ very broadly. Article 1 of the la- some illustrative exclusions:
test US Model BIT provides that ‘invest-
ment’ means: • Some forms of debt, such as bonds,
debentures, and long-term notes, are
Every asset that an investor owns or more likely to have the characteris-
controls, directly or indirectly, that tics of an investment, while other for-
has the characteristics of an ms of debt, such as claims to pay-
investment, including such ment that are immediately due and
characteristics as the commitment of result from the sale of goods or ser-
capital or other resources, the vices, are less likely to have such cha-
expectation of gain or profit, or the racteristics;
assumption of risk. Forms that an
• Among the licenses, authorizations,
investment may take include:
permits, and similar instruments that
a) an enterprise; do not have the characteristics of an
investment are those that do not
b) shares, stock, and other forms of
create any rights protected under
equity participation in an
domestic law.
enterprise;
• The term ‘investment’ does not include
c) bonds, debentures, other debt
an order or judgment entered in a
instruments, and loans;
judicial or administrative action(17).
d) futures, options, and other
derivatives; In a commentary of this length it is
not practicable to review all of the many
e) turnkey, construction, management,
BITs that have been negotiated in the
production, concession, revenue-
present century. However, the examples
sharing, and other similar
cited demonstrate that there are many
contracts;
different objectives amongst the drafters,
f) intellectual property rights; and several different techniques for
achieving those objectives. All of these
g) licenses, authorizations, permits,
different approaches may be useful in
and similar rights conferred
drafting future investment protection
pursuant to applicable domestic
instruments; but the more detailed the
law; and
provisions, the more prone they become
h) other tangible or intangible, to arguments raised by ingenious lawyers.
movable or immovable property, In particular, many existing treaties seem
(21) Treaty with the Czech and Slovak Federal Republic Concerning the Reciprocal Encouragement and Pro-
tection of Investment of 22 October, 1991, Article 1, <www.cefta.org/memberstates/czech/czbusiness/
czustreaty.htm>. Emphasis added.
(22) Pope & Talbot, Inc. v. Government of Canada; award of 26 January 2000 on Canada’s preliminary motion
to dismiss; <www.naftalaw.org>.
192 MARTIN HUNTER / ALEXEI BARBUK
award with reluctance. He noted that the In its efforts to cope with the crisis,
absence of an international forum in which Argentina enacted various regulations that
foreign businessmen may remedy such later led to inflation as well as the adoption
situations might be detrimental for the of additional financial and admin- istrative
prospect of future foreign investment. In measures. CMS claimed that those
Mr Suratgar’s view, ICSID’s ‘protection measures affected its business adversely
mechanism should be available to those and breached the guarantees that protected
who are encouraged to embark on such its investment in TGN. Argentina argued
expensive exercises’ in pre- contract that CMS was a minority and non-
foreign investment projects(29). controlling shareholder and was therefore
not entitled to recourse to investor-State
The result in this case may seem to
arbitration under the relevant BIT. In its
be inequitable, but businessmen take
Decision on Objections to Jurisdiction, the
calculated risks. One commentator stated
Tribunal determined that CMS could
that ‘[t]o expand access even further by
pursue a claim for damages for its
making a new category of disputes – pre-
investment in TGN, because this was a
investment disputes – eligible for ICSID
cause of action that was separate from
arbitration risks alienating the developing
TGN’s rights as an Argentinian party.
countries and slowing down development
Nevertheless, the Tribunal noted:
of the BIT process’(30).
Bribery and corruption preventing fo- 29. (...) treaties cannot entirely isolate
reign investments are not the same things foreign investments from the gene-
as objective economic calamities which ral economic situation of a country.
sometimes cause economic and political They do provide for standards of fair
stress in less-developed countries. In CMS and equitable treatment, non-
v. Argentina(31), the dispute was provoked discrimination, guarantees in respect
by a serious economic and financial crisis of exportation and other matters, but
which occurred in the late1990s in Argen- they cannot prevent a country from
tina. CMS was an entity incorporated in the pursuing its own economic choices.
USA. It filed a claim against Argentina These choices are not under the
with regard to the alleged suspension by Centre’s jurisdiction and ICSID
the government of a tariff adjustment for- tribunals cannot pass judgment on
mula for gas transportation applicable to whether such policies are right or
an Argentine incorporated company wrong. Judgment can only be made
(TGN) in which CMS had investment in respect of whether the rights of
(approximately30 per cent). investors have been violated.
(29) Individual Concurring Opinion by Mr. SURATGAR, David, (2002) 17 ICSID Rev. 161 at 165; HORNICK, R.N.,
‘The Mihaly Arbitration Pre-Investment Expenditure as a Basis for ICSID Jurisdiction’ 2003) 20 J. Int.
Arb. 189 at 191.
(30) Ibidem at 193.
(31) CMS Gas Transmission Company v. Republic of Argentina, Decision on Objections to Jurisdiction of 17
July 2003, ICSID Case ARB/01/8, (2004) 22 ASA Bulletin 72.
REFLECTIONS ON THE DEFINITION OF AN ‘INVESTMENT’ 195
(32) Ibidem
(33) Lauder v. Czech Republic, award of 3 September 2001 <http://ita.law.uvic.ca/documents/LauderAward.pdf>;
CME v. Czech Republic, partial award of 13 September 2001 <http://ita.law.uvic.ca/documents/ CME-
2001PartialAward.pdf>; ‘Lauder v. Czech Republic; CME v. Czech Republic; Panels in London and Stoc-
kholm reach Opposite Results in Treaty Arbitration on Media Investment – Summary by Bianca Bezdek’
(2002) 20 ASA Bulletin 249; C.N. Brower, C.H. Brower, II & J.K. Sharpe, ‘The Coming Crisis in the Global
Adjudication System’ (2003) 19 Arbitration International 415.
(34) CME Czech Republic B.V. v. Czech Republic, Partial Award of 13 September 2001, para. 12, <ita.law.uvic.ca/
documents/CME-2001PartialAward.pdf>.
196 MARTIN HUNTER / ALEXEI BARBUK
CET 21 and CEDC became an integral 2000, CME started an arbitration against
part of the licence. the Czech Republic in Stockholm under
the 1991 Czech-Netherlands BIT,
In January 1996, the Czech
claiming that the Czech Media Council
Broadcasting Act was amended. It entitled
was responsible for the fall in the value of
licence holders to request a waiver of all
the CNTS shares. Mr Lauder sought
licence conditions that were unrelated to
compensation of US$ 500 million.
programming. CET 21 asked for a waiver
of Condition 17. Later the same year, the The London Tribunal rejected Mr
Czech Media Council started Lauder’s claim that the Czech Republic
administrative proceedings against had violated its obligations under the
CNTSin order to determine whether it was Czech-US BIT(35). It recognized that the
broadcasting without appropriate author- Czech Republic could be held responsible
isation. As a result, the shareholders of for the discriminatory and arbitrary
CNTS agreed to replace CET 21’s measures imposed by the Czech Media
contribution of the exclusive use of the Council in requiring CNTS to be
licence with the exclusive use of the know- established when it had already approved
how of the licence. CET 21 and CNTS CEDC’s direct investment in CET 21.
then concluded a service agreement which However, the Tribunal rejected the claim
defined CET 21 as the licence holder and that the Czech Media Council’s actions
operator of TV NOVA. According to that constituted an expropriation or any other
agreement, the licence was neither breach of international law. It noted that
transferable nor required a contribution the Czech Government was not obliged
from CET 21 to CNTS. These changes to protect foreign investments from
satisfied the Czech Media Council and the possible loss of value. In order to obtain
administrative proceedings were compensation, Mr Lauder had the burden
abandoned. In 1997, CME, a Dutch of proving that the discriminatory
company in which Mr Lauder was the conduct for which the Czech Republic
principal shareholder, acquired 99 per cent was responsible was in fact the proximate
of CNTS. About a year later CET 21 began cause of the drop in the value of the
to purchase programming from sources CNTS shares. The tribunal determined
other than CNTS without CME’s consent. that Mr Lauder had not discharged this
burden of proof.
As a result, in 1999, Mr Lauder
initiated arbitral proceedings in London By contrast, the Stockholm Tribunal
against the Czech Republic pursuant to the in CME v. Czech Republic held, by a
1991 Czech-US BIT. He claimed that the majority, that the Czech Republic had
Czech Republic had an obligation to violated its treaty obligations in all
provide fair and equitable treatment to respects, as claimed by CME. It found that
foreign investors, as well as the obligation the Czech Republic was responsible for
to provide full protection and security to the harm caused to CME even if this was
foreign investments. Six months later, in not the sole cause of the damage sustained
by the investor. The fact that the nefarious claimant had entered into contracts,
actions of CET 21 were the primary cau- including an Energy Sales Contract (the
se of the damage to CNTS did not absolve ESC), with the Indonesian State electricity
the Czech Republic from responsibility for corporation PT. (Persero) Perusahaan
action that was apparently politically Listruik Negara (PLN) to explore and
motivated. A substantial award was made develop geothermal resources in
against the Czech Republic. Indonesia. These contracts provided for
the construction of a power plant by the
Commentators have expressed
US corporation and the sale of the
widely divergent opinions on the relative
electricity produced to PLN. In 1997 an
merits of the two awards, and the present
economic crisis struck South East Asia and
authors do wish to not add to that debate.
PLN failed to purchase the electricity
The interesting aspect in the present
produced by the plant.
context is whether ‘forum shopping’ of the
kind employed in this saga is an abuse of Himpurna started an arbitration
process, or an abuse of right. It is a under the dispute resolution provisions in
difficult question to answer. At one level the ESC, seeking an award of US$ 2.3
it may be stated that where potential claims billion. The Tribunal found that PLN had
are created by a number of different BITs breached the contract in a number of
and/or contractual obligations, a claimant respects, including wrongful purported
has an inherent right to pursue all of them, termination of the ESC, failure to issue
at least up to a point that has been standby letters of credit and/or pay
described as the ‘fork in the road’. At invoices, and preventing Himpurna from
another, broader level this can hardly be finishing the construction of some
considered to be in the medium-to-long additional units.
term interest of foreign investment in the
world’s poorest countries. A new, and The tribunal awarded damages for
more restrictive, approach to the wasted costs and lost profits, but only to
definition of an ‘investment’ might solve the extent of about 10 per cent of the sums
the problem; but, equally, it might deter claimed, stating as follows:
commercial investors from entering
‘risky’ countries. 318. (...) it strikes the Arbitral Tribu-
nal as unacceptable to assess lost
The extraordinary Himpurna v. PLN profits as though the claimant had an
case can hardly be ignored in the context unfettered right to create ever-
of the abuse of rights even if it was not increasing losses for the State of
strictly an ‘investment dispute’ in the sense Indonesia (and its people) by
of being founded on a BIT or other generating energy without any regard
international treaty.(36) In this case, a US to whether or not PLN had any use
(36) Himpurna California Energy Ltd. v. PT. (Persero) Perusahaan Listruik Negara, Final Award of4 May 1999,
(1999) 14:12 Mealey’s International Arbitration Report A-1–A-58. The case became famous for the alleged
‘kidnapping’ of a member of the tribunal. This remarkable story is recounted in the Himpurna California
Energy Ltd. v. Republic of Indonesia, interim award of 26 September1999 and final award of 16 October
1999, respectively (2000) 15:1 Mealey’s International ArbitrationReport B-1–B-38 and (2000) 15:2 Mealey’s
International Arbitration Report A-1–A-20.
198 MARTIN HUNTER / ALEXEI BARBUK
for it. Even if such a right may be that it would be insufferable, and the-
said to derive from explicit contrac- refore an abuse of right(37).
tual terms, the Arbitral Tribunal
cannot fail to be struck by the fact The Himpurna tribunal had limited
that the claimant is seeking to turn room for manoeuvre because of the clas-
the ESC into an astonishing bargain sic ‘take-or-pay’ provision in the contract.
in circumstances when performance The object of such a provision is to ensu-
of the Contract would be ruinous to re that a concessionaire– or, to use mo-
the respondent. (A US$ 2.3 billion dern terminology, exclusive licensee –is
return including the unpaid invoices given a reasonable opportunity to reco-
would represent a 630% profit on a ver a fair return on his or her initial and
US$ 315 million investment.) What continuing capital investments. But it may
troubles the arbitral tribunal is less be assumed that the drafters of such con-
the level of profitability in and of tracts did not foresee that an investment
itself than its contrast with the losses return would be conferred in respect of
facing PLN. To extract the full an investment that would never be made.
benefit of the hard terms of the ESC As the Himpurna tribunal recognised, this
with respect to investments not yet is an entirely different proposition from
made, in a situation where that compensating an expropriated investor
benefit will clearly exacerbate the for non-recovery of an investment that
already great losses of the has actually been made, including an
cocontractant, strikes the Arbitral appropriate return.
Tribunal as likely to constitute an
abuse of right inconsistent with the
4. CONCLUSIONS
duty of good faith which is funda-
mental to the Indonesian law of It is not easy to draw definitive
obligations. conclusions from published arbitral
awards, other than that many of the
(...)
complaints concerning the apparent
343. To seek to apply the ESC so as inconsistencies between the decisions of
to permit the claimant to reap pure different arbitral tribunals are over-
profit by reference to hypothetical simplistic. Much depends on the specific
future initiatives in pursuit of an provisions of the relevant international
agreement which has become an ins- treaty(38) that provides the cause of action.
trument of oppression would be like Furthermore, most of the cases reviewed
stepping on the shoulders of a drow- are notably fact-specific, which makes it
ning man. The arbitral tribunal finds difficult to draw general conclusions of
¿Qué pasa cuando insertamos una o más [tres] árbitros nombrados con-
cláusula de arbitraje en un contrato?, forme a este Reglamento”.
¿cómo ha de interpretarse la cláusula o
convenio arbitral? Sabemos que es una cláusula arbi-
tral porque tiene los elementos esenciales
Trataremos de dar respuesta a am- que podemos enumerar: (i) una clara des-
bos interrogantes aunque es claro que la cripción de cuáles son los conflictos so-
jurisprudencia en materia de arbitraje in- metidos a arbitraje, (ii) el acatamiento a
ternacional tiene todavía muchos temas la decisión del árbitro que deriva de ese
que no se han asentado en fallos unifor- adverbio ‘definitivamente’ y por ello re-
mes, y son objeto de polémica. sulta esencial, (iii) la designación correc-
ta de la institución (confieso que alguna
Para comenzar propongo partir,
vez me han hecho reír los abogados con
como ejemplo, de la cláusula tipo del
designaciones insólitas de instituciones
Reglamento de Arbitraje de la Cámara
inexistentes, que dejan el pacto de arbitra-
de Comercio Internacional, que en cas-
je pendiente de un hilo que se corta en cual-
tellano dice:
quier momento), (iv) el número de árbitros,
pero allí agrego que debemos expresar si
“Todas las desavenencias que deri-
será uno o serán tres, y finalmente (v) el
ven de este contrato o que guarden
procedimiento de elección de dichos árbi-
relación con éste serán resueltas de-
tros establecido en forma muy clara.
finitivamente de acuerdo con el Re-
glamento de Arbitraje de la Cámara Con estos cinco elementos tenemos
de Comercio Internacional por uno un arbitraje factible, pero podemos agregar
( *) Socio de Marval, O’Farrell & Mairal. Director de Procedimientos del Centro de Mediación y Arbitraje Comercial
de la Cámara Argentina de Comercio (CEMARC). Director del Comité Argentino de Arbitraje Nacional y
Transnacional (CARAT).
202 FERNANDO AGUILAR
constelación de contratos que valen úni- la ley elegida por las partes para juzgar
camente por su relación con los restan- sus prestaciones bajo el contrato (Conven-
tes contratos. En tal caso es posible que ción de Nueva York, artículo V), los árbi-
la cláusula no se encuentre pactada en tros pueden entender que la cláusula debe
todos ellos y sin embargo los árbitros regirse por la ley del lugar en el que las
aceptarán su jurisdicción. partes celebraron su acuerdo, es decir, por
la ley uruguaya. E incluso por los princi-
Recapitulando, los efectos de la
pios generales del derecho internacional
cláusula se extienden en el tiempo, antes
o lex mercatoria. Pero también la arbitra-
y después del contrato, se extienden a las
bilidad se juzga conforme la ley del lugar
personas relacionadas con el contrato que
de ejecución (Convención de Nueva
no lo han firmado, se extienden a otros
York). Allí nos encontramos con otra ma-
contratos relacionados con el contrato
nifestación de la independencia o separa-
que la contiene, y allí no se detiene esta
ción de la cláusula de arbitraje, en tanto
cláusula tan curiosa.
la ley elegida por las partes para regir sus
4. El pacto de arbitraje también re- obligaciones bajo el contrato puede no ser
girá las relaciones jurídicas no originadas la misma que rige la validez o ejecutabili-
en el contrato sino en la ley, con tal que la dad de la cláusula arbitral.
responsabilidad nacida de la ley o extra-
Se discute si cuando es demandada
contractual sobre la que se basa el con-
la nulidad de todo el contrato, ello impli-
flicto guarde suficiente relación con las
ca que son los jueces que deben juzgarla
prestaciones y las conductas de las partes
en tanto, si el contrato es nulo, no existe
debidas bajo el contrato. En tal sentido,
acuerdo de arbitraje, y si un árbitro de-
la indemnización de daños y perjuicios na-
clarase la nulidad del contrato, estaría au-
cida de una responsabilidad legal puede
tomáticamente despojando su propio lau-
reclamarse mediante arbitraje, si el hecho
do de todo efecto jurídico. Sin embargo,
causante del daño guarda relación con las
por extraño que parezca, se ha resuelto, e
prestaciones cumplidas o prometidas por
inclusive el último Código Procesal de
las partes bajo el contrato.
nuestra provincia de Río Negro así lo tie-
5. En cuanto a la ley aplicable a la ne incorporado, que es el árbitro quién
cláusula, se acepta que podría ser distinta debe declara la nulidad del contrato. Los
que la ley aplicable al contrato. Suponga- franceses, cuyo espíritu racionalista no se
mos un contrato internacional, en el que puede negar, solucionaron este dilema ló-
las partes han elegido el derecho aplica- gico afirmando que la cláusula vive y tie-
ble a las obligaciones y derechos recípro- ne efectos aún cuando proviene de un con-
cos emergentes del contrato, es decir al trato nulo. El límite, sin embargo será la
fondo. Digamos un peruano y un venezo- existencia del consentimiento. Si existe
lano que convienen que su contrato será claramente un vicio de consentimiento, y
regido conforme a la Ley de Nueva York ello podemos dar fe, es un supuesto más
y firman su contrato en Punta del Este, que excepcional, casi puramente hipoté-
Uruguay. Si una de las partes cuestiona la tico, porque normalmente los directores
validez de su cláusula arbitral, diciendo que firman un contrato saben lo que ha-
por ejemplo, que no es admisible el arbi- cen, recién entonces se rendiría el árbitro
traje para solucionar la controversia bajo a la necesidad de que un juez intervenga
LOS EFECTOS DE LA CLÁUSULA ARBITRAL Y SU INTERPRETACIÓN 205
en el asunto. Así lo dice, por ejemplo el mos con el caso inverso, la demandante
Reglamento de la CCI, si la Corte recha- inicia demanda en sede judicial y es la de-
za el caso a sus comienzos. mandada la que opone la excepción de
cláusula arbitral.
Y ello porque, si existe un límite fé-
rreo al arbitraje, que no se puede quebrar, La coexistencia de juicio arbitral con
es el que las partes deben prestar su con- el juicio estatal no sería grave si fuera bre-
sentimiento para optar por esta vía proce- ve, pero sucede que los códigos de proce-
sal privada con preferencia sobre los jue- dimientos cuentan con un mecanismo bas-
ces estatales. Sin embargo, ese consenti- tante complejo cuando se trata de decidir
miento podría ser tácito si la parte actora la radicación de un pleito ante un juez, en
afirma la existencia de la cláusula y la par- especial si son dos jueces los que recla-
te demandada contesta demanda sin decir man competencia, y como las apelacio-
nada al respecto. Ahora, no debemos ser nes son procedentes, el asunto de la dilu-
ingenuos, la posibilidad de que un tribu- cidación de la competencia puede llevar
nal arbitral o que la Corte de la CCI re- bastante tiempo y hasta llegar en tercera
suelva que no tiene jurisdicción, no digo instancia hasta la Corte Suprema. Es pues
que sea imposible, pero es bastante rara un tema muy grave para el arbitraje éste
si el contrato contiene algún texto que se de si debe permanecer suspendido hasta
asemeje a una cláusula arbitral. que el largo camino de la determinación
del juez competente llega a su fin. Por ello
6. En la materia puramente proce-
es que en algunos países se establece es-
sal, la cláusula habilita la excepción de
pecíficamente que el procedimiento de
incompetencia que podría oponerse ante
un juez. En realidad, el juez no bien reco- arbitraje puede continuar mientras se lle-
noce la existencia de una cláusula arbitral ga a un resultado final en sede judicial.
en el contrato que origina la discrepancia Pero también se establece la regla de sus-
sometida a juicio debe sua sponte decla- pensión del proceso arbitral, y en mi ex-
rarse incompetente y mandar las partes al periencia los árbitros no se encuentran in-
arbitraje porque ello es lo establecido en clinados llegado el caso, a continuar con
la Convención de Nueva York de 1958. un arbitraje que puede resultar inútil y
Sin embargo, muchos jueces prefieren costoso para las partes y sin efecto algu-
conceder el traslado de la demanda, y es no. Por otro lado, sería muy fácil destruir
recién al contestar la misma que el deman- el arbitraje iniciando una demanda ante
dado puede aceptar la jurisdicción del juez tribunales con el mero objeto de bloquear
u oponer mediante excepción la vigencia el progreso del mismo hasta que la cues-
de la cláusula arbitral. Solamente en caso tión de la competencia quede definitiva-
de afirmación de la cláusula es que el juez mente resuelta en sede judicial.
remitirá a las partes al arbitraje. Dicho esto Estamos pues en la zona de frontera
es del caso señalar que, con frecuencia, la de deslinde entre árbitros y jueces, y hoy
parte actora inicia el arbitraje y es la de- podemos decir que, al menos en Latino-
mandada la que se opone al progreso del américa, es una frontera caliente y repleta
mismo en sede arbitral o corre a iniciar de decisiones contradictorias.
algún tipo de acción ante el juez estatal
para tratar de contrarrestar el progreso del Por ejemplo, habrán notado que la
arbitraje. Frecuentemente nos encontra- Ley Modelo UNCITRAL autoriza a llevar
206 FERNANDO AGUILAR
ante el juez la decisión del tribunal arbi- En Argentina, existe una enorme can-
tral en cuanto a su competencia en el caso tidad de jurisprudencia judicial que afir-
que el Tribunal arbitral afirme su compe- ma dos cosas, en primer lugar, que la cláu-
tencia. A la inversa, el Reglamento CCI sula de arbitraje es una renuncia al dere-
autoriza el requerimiento ante el juez es- cho de acudir ante los tribunales, y por
tatal cuando la Corte se declara incompe- consiguiente, observando el principio ge-
tente. En realidad, creo que es mejor el sis- neral de interpretación restricta de la re-
tema de la CCI, porque no permite la co- nuncia de derechos, debe ser interpretada
existencia de dos procedimientos que, en restrictivamente. La segunda apoyatura
cambio, resulta posible bajo la Ley Modelo. lógica es aquella que establece que la ex-
cepción a una regla general debe ser in-
7. Y llegado a este punto pasamos terpretada restrictivamente, y siendo la
a comentar la interpretación de la cláusu- regla general el derecho que todos los ciu-
la arbitral. ¿Quién debe ser el intérprete? dadanos tienen de acudir a la justicia, la
En principio pueden serlo el árbitro o el cláusula arbitral por ser excepcional debe
juez, ya que la impugnación de la exis- ser interpretada restrictivamente.
tencia, validez, vigencia, o alcance de la
cláusula puede ser reclamada, por una de Estos dos argumentos, el de la ex-
las partes ante el tribunal que hubiera sido cepción a la regla general, y el de la re-
competente de no mediar cláusula arbi- nuncia de derechos, son sencillamente fal-
tral, o pude ser opuesta por la demandada sos, dogmáticos y desprovistos de sustan-
dentro del arbitraje. Ante los tribunales cia lógica. Veremos por qué decimos esto, y
existen tres oportunidades típicas en los nos situamos en pugna con reiterada y nu-
que un juez puede ser llamado a interpre- merosísimos fallos que desde hace muchos
años sentencian exactamente lo contrario.
tar la cláusula. En primer lugar si una par-
te inicia demanda ante el tribunal argu- En primer lugar, la cláusula arbitral
mentando la nulidad de la cláusula arbi- no implica renuncia a derecho alguno.
tral, y; en segundo lugar, la demandada Esto debe quedar claro. No implica renun-
en sede judicial puede oponer la excep- cia a un derecho sustancial o creditorio
ción de incompetencia cuando recibe el porque su objeto es estructurar un proce-
traslado de la demanda. En tercer lugar, dimiento de solución de diferencias pa-
al final, cuando el laudo pretende ser eje- trimoniales pero, en sí no es una transac-
cutado judicialmente, y la parte condena- ción, ni es renuncia a crédito alguno. Aho-
da hace esos planteos ante el juez de la ra, los jueces se refieren al principio gene-
ejecución. Finalmente existe una cuarta ral de acceso a la justicia. Esto es un des-
oportunidad, que podría combinarse con propósito, porque nadie puede renunciar a
las restantes tres si una parte comparece acudir a la justicia en abstracto y en gene-
ante un tribunal judicial solicitando una ral, porque si lo hace, sería una convención
media cautelar y la otra parte impugna la violatoria de la Constitución Nacional, del
cláusula de arbitraje. orden público y de defensa en juicio. Esta-
ríamos fuera del ámbito de los derechos que
Existe una polémica internacional pueden ser sometidos a arbitraje.
entre los partidarios de la interpretación
restrictiva y los fanáticos de la interpreta- Todos los sistemas jurídicos nacio-
ción amplia o extensiva. nales, sin excepciones, admiten que exista
LOS EFECTOS DE LA CLÁUSULA ARBITRAL Y SU INTERPRETACIÓN 207
razón metodológica. Los procesalistas Pero existe una directiva que no re-
comentan los códigos de procedimientos. sulta aplicable, y es el famoso favor debi-
Y resulta que no existen reglas en los có- toris. La regla que favorece la liberación
digos procesales referidas a la cláusula del deudor es inaplicable porque ambas
arbitral. Los códigos parten como lo hice partes tienen simultáneamente el derecho
yo hoy, del supuesto de la existencia de y la obligación de dirimir sus controver-
una cláusula arbitral válida y vinculante, sias bajo arbitraje. Ambas son deudoras y
y entonces establecen reglas para el pro- acreedoras al arbitraje.
cedimiento de arbitraje.
Finalmente, existe un principio de
Sin embargo, existen algunas obras ais- congruencia intranormativa que debe ser
ladas que estudian la cláusula arbitral o la respetado. Si los estados han adherido
convención de arbitraje como una unidad, a la Convención de N York de 1958, per-
y recientemente bajo la dirección de Eduar- tenecen a las Naciones Unidas cuya co-
do Silva Romero ha salido un libro “El con- misión UNCITRAL ha recomendado la
trato de arbitraje”, que por fin enfoca el conveniencia del arbitraje, son parte en
acuerdo como otro contrato típico. convenios multilaterales o bilaterales
Ello autoriza a utilizar las directivas que incluyen el arbitraje, no cabe soste-
propias a los contratos para interpretar el ner que las personas tienen más y mejo-
acuerdo arbitral. En particular las reglas re- res derechos cuando son partes en una
feridas a la verdadera voluntad de las par- relación jurídica internacional, que
tes, a la buena fe, a la interpretación contra cuando son partes en una relación pura-
proferentem, a la interpretación a favor de mente doméstica. En ambos casos el de-
la validez, a la ausencia de contradicción recho al arbitraje tiene categoría de ga-
con los actos propios, son todas aplicables. rantía constitucional.
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 209
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 209-223
LA NUEV
NUEVAA FORMA DEL A CUERDO ARBITRAL:
ACUERDO
OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO
( *) Socio de González de Cossío Abogados, S.C., México. Profesor de Arbitraje y Derecho Económico
(incluyendo Mercantil y Competencia Económica) Universidad Iberoamericana.
(1) Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales Extranjeras del 10 de junio de
1958. Ratificada por México el 14 abril de 1971 y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 22 de
junio de 1971 (la Convención de Nueva York).
(2) Elaborada por la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (United Nations
Commission on International Trade Law ¾ “UNCITRAL”) adoptada por la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas el 11 de diciembre de 1985 y adoptada por México el 22 de julio de 1993 (la “Ley Modelo”).
(3) Artículo 1423 del Código de Comercio.
210 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
Es decir, hoy por hoy, el acuerdo ar- distingue de la fase subjetiva e interna
bitral es un acto formal. Todo parece in- del acto volitivo.
dicar que dejará de serlo.
Desde una perspectiva filosófica, la
En fechas recientes la UNCITRAL forma es el continente y la voluntad el
elaboró un texto que modifica el requisi- contenido.
to formal del acuerdo arbitral. En este es-
tudio se comentará dicho desarrollo y se En la historia de la institución de la
sugerirá una respuesta al legislador mexi- forma puede observarse una (gradual)
cano. Para ello, se realizará una pequeña transición del formalismo al consensua-
digresión teórica e histórica sobre la for- lismo. En sus orígenes romanos los actos
ma (II), para luego analizar la forma del jurídicos tendían a ser formalistas. Dichos
acuerdo arbitral (III), poniendo en relie- formalismos han, paulatina pero asidua-
ve los problemas que la misma ha genera- mente, tendido hacia su reducción. Como
do (IV), analizando las soluciones que se resultado, hoy por hoy nuestros códigos
han considerado (V), para comentar el adoptan como regla general la del con-
nuevo régimen (VI), sus efectos en la eje- sensualismo(4).
cución del laudo arbitral (VII), para fina- El paradigma actual es que la forma
lizar con un comentario conclusivo y una es un elemento accidental del negocio ju-
recomendación (VIII). rídico, lo cual lo distingue del paradigma
antiguo: en derecho romano la forma era un
2. LA FORMA elemento esencial en tanto que se identifi-
caba con el negocio jurídico mismo.
2.1. Antecedentes
Como el lector recordará, en dere-
La “forma” es la manera en que la cho romano, para la validez de la ma-
voluntad debe exteriorizarse para produ- yoría de los actos jurídicos, tenía que
cir los efectos jurídicos deseados. Todo seguirse un ritual, en ausencia del cual
negocio jurídico está basado en la volun- el acto era inexistente. Los únicos actos
tad de su autor. Para que dicha voluntad exceptuados de este régimen, y para
tenga efectos legales debe ser manifesta- cuya validez el consentimiento sin ritual
da de alguna manera específica, misma era suficiente, eran los “contratos de
que depende del acto jurídico deseado. Es buena fe”, bajo cuya categoría caían la
decir, no basta con que el sujeto quiera compraventa, el arrendamiento, el man-
internamente alcanzar un fin para que dato y la sociedad (y que eran numerus
pueda jurídicamente obtenerse; debe de clausus). Fuera de ellos, la regla gene-
externar su voluntad de cierta manera ral era contraria: la voluntad tenía que
para que sea conocida objetivamente. En- ser manifestada de una manera determi-
tendido lo anterior, la forma es el aspec- nada. La forma no se consideraba un
to objetivo o externo de la voluntad del accidente del acto; era el acto mismo.
autor del negocio jurídico, lo cual lo El negocio se identificaba con su rito.
(4) Artículo 1832 del Código Civil Federal y Código Civil para el Distrito Federal. Artículo 78 del Código
de Comercio.
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 211
(12) VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention of 1958, Kluwer Law and Taxation Publis-
hers, 1981, p. 173.
(13) Lo que la doctrina francesa conoce como una de las consecuencias negativas del acuerdo arbitral.
(14) HOLTZMANN , Howard M. / NEUHAUS, Joseph E., A Guide To The Uncitral Model Law On International Com-
mercial Arbitration, Kluwer Law and Taxation Publishers, T.M.C. Asser Instituut, p. 260.
(15) Como podían ser requerir que el acuerdo arbitral constará en escritura pública o que debiera registrarse.
(16) Aunque en tiempos recientes esta problemática se ha abordado mediante la Ley Modelo de la UNCITRAL
sobre comercio electrónico y la Ley Modelo de la UNCITRAL sobre firmas electrónicas. Las legislaciones
que hayan adoptado dichos instrumentos habrán resuelto la problemática apuntada mediante el principio
de equivalencia funcional entre los documentos por escrito y los documentos incluidos en Mensajes de
Datos (es decir, comunicaciones por medios electrónicos). México adoptó porciones de estas leyes mode-
lo (publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 29 de agosto de 2003) por lo que, de conformidad con
los artículo 89bis, 93 y 96 del Código de Comercio, la incógnita ha sido solucionada para México.
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 213
• Las prácticas en las que, habiendo no se firma (sea por causas contemporá-
un acuerdo, no consta por escrito neas o porque surge de eventos posterio-
y firmado. res) y es el que contempla la obligación
cuyo incumplimiento motiva la reclama-
Dichos ejemplos genéricos pueden ción que se desea someter al arbitraje. Aún
detallarse mediante hipótesis específicas. otro ejemplo es el del certificado de em-
Por ejemplo, cuando la oferta para con- barque emitido por un porteador, que no
tratar es realizada mediante un contrato es firmado por el cargador, y que el mis-
que contiene una cláusula arbitral y, si bien mo contiene un acuerdo arbitral.
no es firmada por el destinatario, el con-
trato es cumplido. Otro ejemplo frecuen- Como puede observarse, dichas si-
te es el caso en el que una operación es tuaciones no cumplirían ad litera la prue-
documentada en una serie de contratos ba de ácido de validez del acuerdo arbi-
que, conteniendo acuerdos arbitrales, son tral(17). Pero no son las únicas. La UNCI-
firmados por las partes, pero uno de ellos TRAL ha detectado aún más(18).
(17) Estos escenarios ponen en relieve lo que se conoce doctrinalmente como el “otro lado de la moneda del
principio de separabilidad del acuerdo arbitral”: es porque el acuerdo arbitral es independiente del contrato
principal que, de no reunir los requisitos de forma, será inválido –aún si el contrato principal sí es válido
bajo los requisitos de forma de su derecho aplicable–.
(18) Las siguientes:
(a) A contract containing an arbitration clause is formed by one party sending written terms to the other,
which performs its bargain under the contract without returning or making any other “exchange” in
writing in relation to the terms of the contract;
(b) A contract containing an arbitration clause is formed on the basis of the contract text proposed by one
party, which is not explicitly accepted in writing by the other party, but the other party refers in writing to
that contract in subsequent correspondence, invoice or letter of credit by mentioning, for example, its
date or contract number;
(c) A contract is concluded through a broker who issues the text evidencing what the parties have agreed
upon, including the arbitration clause, without there being any direct written communications between
the parties;
(d) Reference in an oral agreement to a written set of terms, which may be in standard form, that contain an
arbitration agreement;
(e) Bills of lading which incorporate the terms of the underlying charterparty by reference;
(f) A series of contracts entered into between the same parties in a course of dealing, where previous
contracts have included valid arbitration agreements but the contract in question has not been eviden-
ced by a signed writing or there has been no exchange of writings for the contract;
(g) The original contract contains a validly concluded arbitration clause, but there is no arbitration clause in
an addendum to the contract, an extension of the contract, a contract novation or a settlement agree-
ment relating to the contract (such a “further” contract may have been concluded orally or in writing);
(h) A bill of lading containing an arbitration clause that is not signed by the shipper or the subsequent
holder;
(i) Third party rights and obligations under arbitration agreements in contracts which bestow benefits on
third party beneficiaries or stipulation in favour of a third party (stipulation pour autrui);
(j) Third party rights and obligations under arbitration agreements following the assignment or novation of
the underlying contract to the third party;
(k) Third party rights and obligations under arbitration agreements where the third party exercises subro-
gated rights;
214 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
(l) Rights and obligations under arbitration agreements where interests in contracts are asserted by suc-
cessors to parties, following the merger or demerger of companies, so that the corporate entity is no
longer the same;
(m) Where a claimant seeks to initiate an arbitration against an entity not originally party to the arbitration
agreement, or where an entity not originally party to the arbitration agreement seeks to rely on it to
initiate an arbitration, for example, by relying on the “group of companies” theory.”
(19) VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention of 1958, Kluwer Law and Taxation Publis-
hers, 1981, p. 229.
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 215
(20) Por ejemplo, en Francia, Bélgica, Suecia, Suiza, los Países Bajos e Italia se ha eliminado el requisito de
“por escrito” al no establecer ninguna exigencia formal del acuerdo arbitral.
(21) Por ejemplo, en Inglaterra, “por escrito” abarca acuerdos orales, (ver, Zambia Steel v. James Clark,
Court of Appeal ,1986, 2 Lloyd’s Rep. 225, seguido por Abdullah M. Fahem v. Mareb Yemen Insurance
and Tomen, Queen’s Bench Reports [1997] 2 Lloyd’s Rep, 738, Yearbook of Commercial Arbitration,
1998, p. 789.
(22) Documento A/CN.9/WG.II/WP.136. El texto anterior es el resultado de tres años de debates en la UNCI-
TRAL. Desde 2000, la UNCITRAL creó un grupo de trabajo con la finalidad de examinar tres temas que se
consideró que tenían que revisitarse en cuanto a su regulación en la Ley Modelo, uno de los cuales fue los
requisitos de forma del acuerdo arbitral. Las posturas que en respuesta a ello se generaron fueron múlti-
ples; y oscilaron desde consensualistas hasta formalistas. En forma interesante, el 15 de febrero de 2005
México propuso que, en lugar de reglamentar en forma adicional los registros formales del acuerdo arbi-
tral, simplemente se liberara el registro de forma. Es cierto que el texto aquí contemplado no es el final. La
versión final será aprobada en 2006.
216 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
Es cierto que ésta hipótesis parte de Puede suceder que una oferta sea
la premisa que existe un acto pero que está seguida de una aceptación(36), o puede
viciado de nulidad, no de falta de consen- suceder que no se acepte lisa y llanamen-
timiento, lo cual conllevaría a una inexis- te(37), o que se ejerza el derecho de re-
tencia. Aun así considero aplicable el ra- tracto(38), por medios electrónicos(39), o
zonamiento anterior. ¿Qué mejor consen- que tratándose de un contrato entre au-
timiento que cumplir con las obligaciones, sentes tenga que determinarse si el con-
o ejercer los derechos, del acto que se ar- sentimiento se perfeccionó(40).
guye inválido? ¿Acaso no dice más un he-
cho que mil palabras? Y por si se conside-
6.3. Las implicaciones jurídicas
rara insuficiente, podría argumentarse que
se trata de un caso de consentimiento táci- Como puede verse, en su esencia,
to mediante actos que lo presuponen(34). la modificación implica transformar un
requisito in validitatis en un requisito ad
d. Formación probationem.
Forma no es formación. Mientras La determinación de la existencia de
que la primera se refiere a los requisitos un acuerdo arbitral será el resultado de
que debe cumplir la voluntad para gene- analizar lo que al respecto establece el
rar un acto jurídico existente y válido, la cuerpo legal idóneo para realizar dicha
segunda se refiere al régimen jurídico so- determinación: el derecho de las obliga-
bre el momento en que existe un acuerdo ciones(41) que sea aplicable(42); y no sólo
de voluntades(35). una determinación formalista consistente
Corporation, Pan American Development Limited and P.T. Amco Indonesia v. Republic of Indonesia), (IC-
SID ARB/81/01). Laudo sobre competencia del 25 de Septiembre de 1983.
(34) Conforme al artículo 1803 del Código Civil.
(35) Sea que se trate de un contrato entre presentes, entre ausentes, la concordancia o discordancia entre la
oferta y la aceptación, el ejercicio del derecho de retractación, el consentimiento expreso o tácito, la exis-
tencia de vicios del consentimiento y sus (variantes) consecuencias.
(36) Artículo 1810 del Código Civil.
(37) En cuyo caso habrá contraoferta.
(38) Es decir, una forma de frustración del consentimiento consistente en que quien lleve a cabo la oferta la
retire, siempre que no esté obligado a sostenerla. Ello es más factible entre ausentes pues entre presentes
se requiere que la aceptación sea inmediata (artículo 1805 del Código Civil) a menos que se haya fijado
plazo (artículo 1804 del Código Civil). Al no existir un concepto de “inmediato”, existe cierto margen de
discreción judicial o arbitral.
(39) Artículo 1811 del Código Civil, según reforma del 25 de mayo de 2000.
(40) Es decir, si el oferente se informó de la aceptación (artículo 1807 del Código Civil y 80 del Código de
Comercio).
(41) O el derecho contractual, dependiendo de la tradición jurídica de la jurisdicción en cuestión.
(42) El tema del derecho aplicable al acuerdo arbitral es un tema relativamente complejo que no será abordado
en este contexto. Sólo se resumirá la regla conflictual aplicable; misma que es doble: (i) la autonomía de la
voluntad; y (ii) el derecho de la sede del procedimiento arbitral (artículo V(1)(a) de la Convención de Nueva
York y artículos 1457(I)(a) y 1462(I)(a) del Código de Comercio). En caso de desear abundar al respecto,
puede acudirse a GONZÁLEZ DE COSSÍO, Francisco, Arbitraje, Porrúa, México, D.F., 2004, Capítulo III.
220 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
(43) Existe margen de discusión para considerarlo como un requisito de existencia, puesto que el resultado
jurídico, en la forma en que está contemplado en la Ley Modelo, parece ser la inexistencia, no sólo invali-
dez, del acuerdo arbitral. Considero que, si se tuviera que encajonar en la teoría de las nulidades en la
forma en que están contempladas en el Código Civil (algo en sí cuestionable pues se trata de normas
generales que pueden ser modificadas por una lex specialis, como el derecho arbitral) se trataría de una
nulidad relativa (o, más propiamente, anulabilidad, pues coincido con la categorización de PLANIOL) puesto
que: (a) produce efectos mientras no sea declarada; (b) es convalidable (algo imposible en la inexistencia
y la nulidad absoluta); y (c) en mi opinión, no obstante la falta de claridad provocada por el artículo 2227 del
Código Civil, la única nulidad absoluta es aquella que se presenta cuando se está en presencia de una
ilicitud en el objeto motivo o fin del acto (artículos 1794 III y 2225 del Código Civil). La discusión parece
más teórica que práctica, y así parece ser la tendencia de nuestros tribunales (ver tesis de la primera sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: “Nulidad e Inexistencia. Sus diferencias son meramente
teóricas.” (Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, 1917-1985, Cuarta Parte, 3ª Sala, tesis 197,
p. 590) aunque confiere “Actos Inexistentes” (Amparo Civil Directo 3466/31, 27 de mayo de 1933) en
donde la Corte describe (y acepta) la inexistencia.
(44) Artículo II(1) de la Convención de Nueva York.
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 221
(45) Para ello, véase GONZÁLEZ DE C OSSÍO, Arbitraje, cit., pp. 145-152.
222 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
(46) Pues el laudo se tiene por dictado en la sede (artículo 1448 del Código de Comercio).
LA NUEVA FORMA DEL ACUERDO ARBITRAL: OTRA VICTORIA DEL CONSENSUALISMO 223
(47) Podría argumentarse que no es la primera vez, que las revisiones a la Convención de París para la Protec-
ción de la Propiedad Industrial del 20 de marzo de 1883 son un antecedente (las revisiones que han tenido
lugar son las de Bruselas en 1900, Washington en 1911, La Haya en 1925, Londres en 1934, Lisboa en
1958, Estocolmo en 1967 y la última de 1979). A su vez, los protocolos a los tratados para evitar la doble
tributación e impedir la evasión fiscal en materia del impuesto sobre la renta son otro. Disentiría. Considero
que no son esfuerzos comparables. Estos últimos son el resultado de negociaciones entre los Estados
Parte. En cambio, la modificación de la UNCITRAL proviene de un órgano totalmente independiente. Tiene
más semejanza con un órgano legislativo internacional (mas descentralizado).
224 FRANCISCO GONZÁLEZ DE COSSÍO
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 225
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 225-248
LA EV OL
EVOL UCIÓN JURISPRUDENCIAL
OLUCIÓN
DE LLA
A ARBITRABILID AD
ARBITRABILIDAD
(1) CARBONNEAU, Thomas, “Arbitral adjudication: a comparative assessment of its remedial and substantive
status in transnational commerce”, in: 19 Texas International Law Journal, 1984, p. 34.
(2) Artículo 2 de la Ley 315 de 1996 de Colombia; artículo 28(1) de la Ley Modelo de la Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI-UNCITRAL); artículo 1700 del Código
Judicial de Bélgica; sección 46(1) del English Arbitration Act; artículo 1496 del Código de Procedimiento
Civil francés; artículo 117 de la Ley General de Arbitraje de Perú; artículo 17(1) del Reglamento de Arbitraje
de la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y artículo 22 del Reglamento de Arbitraje de la Corte Inter-
nacional de Arbitraje de Londres (LCIA); entre otros.
(3) Por ejemplo, la normatividad aplicable al procedimiento arbitral se debe ceñir a las normas procesales
imperativas del lugar o sede del arbitraje: FOUCHARD, GAILLARD & G OLDMAN, International Commercial Arbi-
tration, Kluwer Law International, La Haya, 1999, pp. 633 y 645; REDFERN, Alan & HUNTER, Martín, Law and
Practice of International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, 3ª ed., London, 1999, p. 84; GOODE,
Roy, “The Role of the Lex Loci Arbitri in International Commercial Arbitration”, in: 17 Arbitration International
1, 2001, p. 30; BOND , Stephen, “How to draft an arbitration clause”, in: 6 Journal of International Arbitration
(1989), p. 72. ORDWAY, Eric, “The Importance of the Seat of Arbitration”, in: 25 The Advocate-State Bar
Litigation Section Report-Texas, 2004, p. 17.
(4) Esta ponencia se refiere a la institución de la arbitrabilidad objetiva de controversias, la cual se distingue
de la institución conocida como arbitrabilidad subjetiva. Esta última hace referencia a uno de los elemen-
tos de validez de un pacto arbitral, cual es la capacidad para concluir este tipo de pactos. Y, en aras de una
mayor precisión, es necesario afirmar que la noción de arbitrabilidad subjetiva hace referencia principal-
mente a la aptitud de las entidades estatales para pactar el arbitraje. Esta aseveración no constituye un
simple giro gramatical. Se ha dicho, por ejemplo, que la aptitud de una entidad pública para pactar el
arbitraje, al ser catalogada como un problema de arbitrabilidad, implicaría que la ley aplicable para deter-
minar si el Estado se ha comprometido válidamente, es la ley aplicable al pacto arbitral, mas no la ley del
propio Estado, que sería la ley aplicable en el evento en que la referida aptitud fuese tipificada como una
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 227
cuestión de capacidad legal: SILVA R OMERO, Eduardo, El Contrato de Arbitraje, Legis y Universidad del
Rosario. Bogotá, 2005. Introducción. También se ha sostenido que la capacidad es una institución conce-
bida para la protección de determinados individuos, situación que no sería aplicable a los Estados, los
cuales deben administrar los asuntos públicos con responsabilidad y eficiencia: CÁRDENAS, Juan Pablo,
“Las causales para negar el reconocimiento de un laudo que pueden ser declaradas de oficio”, Bogotá,
abril de 2005, Congreso Internacional de Arbitraje.
(5) REDFERN & HUNTER , Law and Practice of International Commercial Arbitration, cit., p. 148.
(6) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, International Commercial Arbitration, cit., pp. 339-341. El Código de Pro-
cedimiento Civil alemán, por ejemplo, consagra en su artículo 1030(1) que el arbitraje puede versar sobre
cualesquiera reclamaciones que involucren un interés económico (“vermögensrechtlicher Anspruch”).
228 SANTIAGO TALERO RUEDA
También se ha sostenido que las ma- bitrable, simplemente deben aplicar el prin-
terias arbitrables se refieren a los derechos cipio general del derecho, según el cual,
de libre disposición de las personas(7), las disposiciones prohibitivas o limitativas
mientras que las no arbitrables recaen so- son de interpretación restrictiva.
bre los derechos inalienables y no transi-
gibles. Los caracteres de disponibilidad, Hechas las anteriores precisiones so-
de inalienabilidad o de transigibilidad de bre los caracteres de la arbitrabilidad ob-
un derecho son, por supuesto, ambiguos jetiva, es importante señalar la manera
y de difícil calificación, máxime cuando como se ha producido la evolución de di-
el análisis de estos caracteres no se cir- cha figura. Ello se puede ilustrar históri-
cunscribe a una sola jurisdicción en el ar- camente a partir de la jurisprudencia de
bitraje internacional. las cortes estatales, tal como pasamos a
exponerlo a continuación, partiendo de la
Las legislaciones nacionales suelen experiencia francesa.
seguir los criterios o caracteres anterio-
res. Algunas de ellas, por ejemplo, seña-
lan materias o eventos específicos que 3. DESARROLLO HISTÓRICO DE
excluyen la arbitrabilidad(8). Este trata- LA NOCIÓN DE LA ARBITRA-
miento legislativo resultaría más razona- BILIDAD OBJETIVA
ble que aquel donde únicamente se expo- El derecho francés ha experimenta-
ne un criterio general y ambiguo de arbi- do tres fases para abordar la arbitrabili-
trabilidad sin citar eventos concretos de dad objetiva. Esta experiencia, de una u
materias no arbitrables. otra manera, se ha presentado en otras ju-
En últimas, las restricciones a la ar- risdicciones distintas. El orden cronoló-
bitrabilidad deben obedecer a decisiones gico de las referidas fases, se puede ilus-
de política legislativa de los Estados. De trar brevemente así(9):
este modo, es el legislador quien debería
determinar la frontera entre lo arbitrable 3.1. Fase 1: Una materia es arbitrable,
y lo que no lo es, con fundamento en ra- si no recae en asuntos o considera-
zones suficientes y debidamente motiva- ciones de orden público
das, de interés público o social, que le
asignen a la justicia ordinaria el conoci- Esta posición prevaleció en Francia
miento exclusivo de ciertas materias pre- y, en general, en el plano internacional,
cisas. Las cortes estatales, a su turno, a la hasta mediados del siglo XX. La transito-
hora de analizar si una materia es o no ar- riedad de la función arbitral, así como la
(7) SUESCÚN, Jorge, “De las facultades de los árbitros para interpretar y aplicar normas de orden público”, en:
El Contrato de Arbitraje, Legis y Universidad del Rosario, Bogotá, 2005, pp. 256-257.
(8) Por ejemplo, la Ley General de Arbitraje de Perú, en su artículo 1(1), señala que pueden “(…) someterse
a arbitraje las controversias determinadas o determinables sobre las cuales las partes tengan libre dispo-
sición (…)”. A renglón seguido, la misma ley establece materias específicas donde no cabe la posibilidad
del arbitraje. De manera similar, el Código de Procedimiento Civil alemán, en su artículo 1030(2)(3), señala
asuntos específicamente excluidos del arbitraje.
(9) Un excelente análisis histórico de estas aproximaciones, se encuentra en FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN,
International Commercial Arbitration, cit., pp. 331-344.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 229
(10) Ver Acta Final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Arbitraje Comercial Internacional. Nueva
York, 20 de mayo - 10 de junio de 1958, Doc. E/CONF.26/8. Este instrumento internacional, propende a
la eficacia del arbitraje comercial internacional, al contener disposiciones normativas llamadas a prote-
ger, dentro de límites razonables, la fuerza obligatoria y ejecutoria de los laudos arbitrales y también la
de los pactos arbitrales. Como lógica consecuencia de su acogida en el plano internacional, se ha
sostenido que la Convención es el instrumento más eficaz de la legislación internacional en la historia
entera del derecho comercial: LORD MUSTILL, “Arbitration: History and Background”, in: 6 Journal of Inter-
national Arbitrationn 43 (1989).
(11) Corte de Casación francesa. Sentencia del 29 de noviembre de 1950, Tissot v. Neff. En dos fallos del
famoso caso de Impex v. P.A.Z Produzione Lavorazione, proferidos el 18 de mayo de 1971, la misma
corporación sostuvo que los árbitros podían declarar el incumplimiento de contratos, sin poder establecer
su nulidad. La Corte de Apelaciones de París se pronunció en sentido similar en diferentes fallos.
230 SANTIAGO TALERO RUEDA
(12) Conforme a la doctrina de la separación del pacto arbitral, este último constituye un contrato diferente del
contrato principal del cual forma parte o al cual se refiere. En últimas, la doctrina de la separación es una
ficción jurídica, que busca deslindar los problemas de validez del contrato principal frente a la suerte que
corra el pacto arbitral. El resultado lógico de lo anterior es que la doctrina le permite al tribunal de arbitra-
mento dirimir el fondo del asunto, independientemente de que el laudo determine la nulidad e incluso la
inexistencia del contrato principal entre las partes. Este postulado cardinal del derecho arbitral, se encuen-
tra previsto en la inmensa mayoría de las legislaciones y reglamentos arbitrales: Ver, por ejemplo, artículo
16 de la Ley Modelo de UNCITRAL; artículo 7 del English Arbitration Act; artículo 178(3) del Código Fede-
ral de Derecho Internacional Privado de Suiza; artículo 1697(2) del Código Judicial de Bélgica; artículo
1040(1) del del Código de Procedimiento Civil alemán; artículo 1053 del Código de Procedimiento Civil de
Holanda; artículo 106 de la Ley General de Arbitraje de Perú; artículo 118 del Decreto 1818 de 1998 de
Colombia; Artículo 6(2) y 6(4) de las Reglas de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y
artículo 23(1) de las Reglas de Arbitraje de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres (LCIA), entre otros.
(13) Corte de Apelaciones de París. Sentencia del 29 de marzo de 1991, Ganz v. SNCFT. Otros casos, fallados
por la misma corporación, tuvieron similares lineamientos. Ver, por ejemplo, la sentencia del 19 de
marzo de 1993, del caso de Labinal v. Mors, donde se señaló que los tribunales arbitrales podían
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 231
decretar violaciones a las normas de libre competencia de la unión europea –que son de orden público
económico–, pese a no poder ejercer algunas prerrogativas que, sobre esta materia, estaban radicadas
exclusivamente en otras autoridades administrativas y judiciales. Este caso también se conoce en el plano
internacional, como el caso de Westland Aerospace.
(14) Sección 2 del Federal Arbitration Act. Allí se señala que los pactos arbitrales son válidos, irrevocables y
ejecutables, salvo que se presente alguna causal que genere la revocación de dicho acuerdo de voluntades.
(15) En el fallo del caso American Sugar Refining Co. v. The Anaconda, 138 F.2d 765 (5th Cir. 1943), una corte
de circuito sostuvo que antes de la puesta en vigencia de la legislación arbitral federal, no era factible
reconocer al pacto arbitral un efecto vinculante, pues se consideraba que este acuerdo privado entre las
partes no debía derogar la competencia de los jueces estatales. En este fallo, se reconoció que la promul-
gación del Federal Arbitration Act permitió dar cabida a los pactos arbitrales, sin que ello implicara derogar
íntegramente la jurisdicción de los jueces estatales.
(16) 417 US 506, 1974.
(17) Esta normatividad se promulgó con ocasión de la depresión de los años 30 en los Estados Unidos, pues
se quiso establecer un marco jurídico adecuado que le confiriera a los inversionistas unas garantías de
232 SANTIAGO TALERO RUEDA
protección suficientes, las cuales servirían como mecanismos preventivos frente a una nueva crisis eco-
nómica: KERR, JOHN J., “Arbitrability of Securities Claims in Common Law Nations”, in: 12 Arbitration Inter-
national 2, 1995, p. 172.
(18) MCLAUGHLIN, “Arbitrability: current trends in the United States”, in: 12 Arbitration International 2, 1996, p. 114.
(19) 473 US 614, 1985.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 233
York confiere a cada país signata- William Park, “(…) resulta incierto
rio la potestad para negar la ejecu- saber si la segunda revisión encie-
ción de un laudo arbitral cuando ‘el rra un examen extensivo sobre si el
reconocimiento y ejecución del lau- árbitro aplicó adecuadamente la
do sea contrario al orden público ley, o si meramente establece un
de dicho país’. Aun cuando la efec- examen mecánico sobre si el árbi-
tividad del proceso arbitral requie- tro en efecto tuvo en cuenta la nor-
re que una revisión sustancial en la matividad americana(…)”(22).
fase de ejecución del laudo resulte
mínima, no se requiere una indaga- Una revisión extensiva, implicaría
ción intrusiva para establecer que una indebida intromisión judicial en el
el tribunal tuvo en consideración arbitraje, pues las cortes realizarían una
los aspectos de libre competencia y segunda revisión de fondo de los laudos.
efectivamente los decidió.” (la tra- La revisión, como tal, ha de ser formal y
ducción es del autor) no sustancial. De lo contrario, se haría
nugatoria la arbitrabilidad de la contro-
Como se puede advertir, el punto versia mediante una nueva decisión ju-
polémico de la Second Look Doctri- dicial sobre el tema.
ne radica en su falta de claridad
frente al tipo de examen que las cor- Hasta la fecha, no hay suficiente pre-
tes de los Estados Unidos deben ha- cisión jurisprudencial en torno a los alcan-
cer con respecto al cumplimiento, ces del Second Look Doctrine. Quizás uno
por parte de los tribunales de arbi- de los precedentes pertinentes sobre la ma-
tramento internacionales, de las nor- teria, es el del fallo proferido por una corte
mas de orden público de los Estados de circuito de los Estados Unidos en el caso
Unidos en materia de libre compe- de Merryll Lynch, Pierce, Fenner & Smith
tencia económica. En otras pala- v. Bobker(23). En este fallo se sostuvo que
bras, el aparte del fallo no determi- el examen sobre la violación de las nor-
na si el análisis judicial en un trá- mas de orden público de los Estados Uni-
mite para el reconocimiento y eje- dos, se debe hacer mediante la aplicación
cución de un laudo arbitral extran- de una causal para dejar sin efectos un lau-
jero, ha de ser exhaustivo o mecáni- do, de alcances restrictivos, conocida como
co. Como bien lo señala el profesor “manifest disregard of law”(24).
(22) PARK, William, “National Law and Commercial Justice: Safeguarding Procedural Integrity in International
Arbitration”, in: 63 Tulane Law Review (1989), p. 669, citado por ROGERS, cit., p. 267. La traducción de la
cita al español, es del autor.
(23) Second Circuit Court, 808 F.2d. 930, 1986.
(24) En el referido fallo, también se dijo que la causal procedería si el caso versare sobre una “ley bien definida,
explícita y claramente aplicable al caso”. La Corte Suprema de los Estados Unidos, en el reciente fallo de
septiembre de 2006, en el caso de John Hancock Life Insurance Co. v. Patten, (publicado en http://
www.citizen.org/documents/pattenopp.pdf) aclaró que el elemento común de esta causal, es la deliberada
renuencia de un árbitro para aplicar la ley, teniendo un claro conocimiento de la misma. Desde un punto de
vista de técnica procesal, también se ha dicho que la causal de “manifest disregard of law” es una impor-
tante modalidad de extralimitación de funciones por parte de los tribunales de arbitramento: Kyocera Corp.
v. Prudential-Bache Trade Servs. 341 F. 3d. 987, 1002-03 (9th. Circ. 2003).
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 235
(25) KIRRY, “Arbitrability in Europe”, in: 12 Arbitration International 4, 1996, p. 381; BLESSING, Marc, “Arbitrability
of Intellectual Property Disputes”, in: 12 Arbitration International 2, 1996, p. 206.
(26) HANOTIAU , Bernard, “What law governs the issue of arbitrability?”, in: 12 Arbitration International 4,
1996, p. 397.
(27) FOUCHARD, GAILLARD Y GOLDMAN, International Commercial Arbitration, cit., citando al profesor MAYER, Pierre.
(28) El orden público internacional ha sido definido de diferentes maneras por la doctrina y jurisprudencia
internacionales. En la práctica, el concepto tiene un alcance restrictivo, lo que favorece el reconocimiento
y ejecución de un laudo arbitral que se analice conforme al orden público de los Estados. Por ejemplo, se
236 SANTIAGO TALERO RUEDA
ha sostenido que el “(...) orden público internacional de cada Estado incluye: (i) principios fundamentales,
relativos a la justicia o moralidad, que el Estado desee proteger aun cuando no lo atañan directamente; (ii)
normas diseñadas para servir a los intereses políticos, sociales o económicos fundamentales del Estado,
siendo estas conocidas como ‘lois de police´ o ‘normas de orden público´ y (iii) el deber del Estado de
respetar sus obligaciones con otros Estados u organizaciones internacionales”: MAYER , Pierre / SHEPPARD,
Audley, “Informe final de la Asociación de Derecho Internacional acerca del orden público como una prohi-
bicón para la ejecución de los laudos arbitrales”, en: Revista Internacional de Arbitraje, Vol I, Legis y
Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, 2004, p. 220. También se ha sostenido que el concepto de orden
público internacional responde a los “(…) estándares fundamentales de la comunidad internacional, inclu-
yendo los principios del intercambio comercial y otros criterios de carácter humanitario, los cuales se
desarrollan a partir de los estándares comunes de las políticas nacionales y de los conceptos fundamen-
tales contenidos en las convenciones internacionales y en otros instrumentos internacionales.” LEW , Ju-
lian, Contemporary Problems in International Arbitration. Capítulo 7. “Determination of arbitrators´jurisdiction
and the public policy limitations on that jurisdiction”. CCLS, London, 1986, p. 83. Un tribunal de los Estados
Unidos, definió el orden público internacional como “(…) los conceptos más básicos de moralidad y justicia
del Estado.” Parson & Whittemore Overseas Co. Inc. v. Societé Générale de l´Industrie du Papier Rakta
and Bank of America 508 F.2d 969 (2 Cir., 1974). La jurisprudencia suiza, a su turno, ha señalado que la
noción de orden público internacional se configura, en la medida en que se violen principios jurídicos
fundamentales, de tal manera que la violación no sea conciliable con el orden jurídico y con el sistema de
valores imperante. CÁRDENAS, Juan Pablo, “Las causales para negar el reconocimiento de un laudo que
pueden ser declaradas de oficio”, Bogotá, abril de 2005, Congreso Internacional de Arbitraje, citando un
fallo proferido el 30 de diciembre de 1994.
(29) No en vano, disposiciones como el artículo 35 y el artículo 32(2) de las Reglas de Arbitraje de la CCI y de
LCIA respectivamente, establecen el deber en cabeza del tribunal, consistente en hacer todo lo posible
para proferir un laudo arbitral ejecutable.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 237
(32) Como bien lo anota el juez ROGERS, cit., p. 264, en la práctica es raro encontrar una legislación o una
exposición de motivos donde se desestime el arbitraje, razón por la cual, la doctrina del congressional
intent constituye una herramienta efectiva para ampliar la noción de la arbitrabilidad.
(33) 490 U.S. 477, 1989.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 239
(34) En el fallo del caso de Kotam Electronics v. JBL Consumer Products, una corte determinó la imposibilidad
de arbitrar conflictos sobre libre competencia en el plano doméstico. [11th Circuit Court, 59 F.3d. 1155
(1995)]. Sin embargo, los fallos de dos cortes en los casos de Coors Brewing v. Molson Breweries [10th
Circuit, 51 F.3d. 1511 (1995)] y de Nghiem v. NEC [25 F.3d. 1437 (1993)], establecen lo contrario. Casos
citados por MCLAUGHLIN, “Arbitrability: current trends in the United States”, cit., p. 133.
(35) Por ejemplo, en algunas asociaciones comerciales, como el Commodities Futures Trading Association,
existe la obligación de aceptar el ingreso de clientes aún si éstos se rehúsan a suscribir el pacto arbitral
standard que traen consigo los contratos de dichas organizaciones. Ver VAN H OUTTE, HANS. “Arbitration
involving Securities Transactions” in: 12 Arbitration International 4 (1996), pp. 408-409.
(36) Quizás, el precedente jurisprudencial más importante sobre esta materia en Estados Unidos, es el fallo de
la Corte Suprema en el caso de Allied-Bruce Terminix Companies v. Dobson,115 S.Ct. 834 (1995). En ese
caso, el problema jurídico radicaba en determinar si la legislación federal arbitral era aplicable o no a un
contrato que, en criterio de una de las partes, no afectaría el comercio inter-estatal, requisito éste necesa-
rio para la aplicabilidad de la referida normatividad. Al resolver el problema jurídico, la Corte Suprema
sostuvo que el contrato, en el caso concreto, afectaba el comercio inter-estatal. Pero lo verdaderamente
relevante respecto a la arbitrabilidad de controversias entre consumidores y empresas proveedoras, es
que la corte, retomando los alcances de la sección 2 del Federal Arbitration Act, sostuvo que los pactos
arbitrales, en estos contratos, son válidos, ejecutables e irrevocables, como lo son otro tipo de contratos.
Por lo tanto, según la corte, si un estado considera como válidos los contratos comerciales con los consu-
midores, también debe considerar como válidos los pactos arbitrales relacionados con estos contratos.
240 SANTIAGO TALERO RUEDA
(37) Por ejemplo, la Ley McCarran-Fergusson faculta a los estados para establecer limitaciones y restricciones
a la arbitrabilidad de los contratos de seguros.
(38) MCLAUGHLIN, “Arbitrability: current trends in the United States”, cit., p. 123.
(39) Ibidem, pp. 126-127.
(40) Ibidem Por ejemplo, la división de apelaciones de la Corte Suprema de Nueva York, en el fallo del caso de
Broker v. Gateway 2000, proferido el día 13 de agosto de 1998, sostuvo que los costos excesivos de un
arbitraje en Chicago, sujeto al reglamento arbitral de la CCI, harían ineficaz el pacto arbitral existente entre
la empresa y el respectivo consumidor. En dicho caso, los costos del arbitraje excedían el monto de la
mercancía comprada por el usuario, situación ésta que fue considerada por la corte como un motivo
razonable para no reconocerle efectos al pacto arbitral entre la empresa y el consumidor. Fallo tomado de
http://www.kentlaw.edu/classes/rwarner/legalaspects/tony_brower.htm. En lo que respecta a la escogen-
cia de una sede arbitral distante del consumidor, existen países, como Colombia, donde se considera
como cláusula abusiva, por ejemplo, aquella que confiera a una empresa prestadora de servicios públicos
domiciliarios la facultad de elegir el lugar o sede del arbitraje con un usuario del servicio: Ley 142 de 1994,
artículo 133, numeral 11.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 241
estados limitar la arbitrabilidad. Sin em- estas materias(42). Los derechos de autor
bargo, es evidente que la Corte Suprema son arbitrables.
de Justicia de los Estados Unidos refren-
dó, de manera decidida, la política fede-
5. LA ARBITRABILIDAD OBJETI-
ral de promoción del arbitraje, contenida
VA EN LA JURISPRUDENCIA
en el Federal Arbitration Act.
EUROPEA: VISIÓN GENERAL
En materia laboral, por su parte, se
En Europa existe un desarrollo pare-
considera que las diferencias entre em-
cido al de los Estados Unidos en materia
pleadores y trabajadores son arbitrables.
de arbitrabilidad. Por ejemplo, en la ju-
El fallo relevante en esta materia fue el
risprudencia francesa se ha observado
proferido por la Corte Suprema de los Es-
cómo la arbitrabilidad de controversias ha
tados Unidos en el caso de Gilmer v. In-
evolucionado desde un estadio de descon-
terstate/Jonson(41). Dicha corporación de-
fianza y reticencia judicial frente al arbi-
terminó que las reclamaciones de un tra-
traje, hasta una situación de cooperación
bajador, por concepto de la violación de
y complementación entre cortes estatales
una normatividad que sancionaba las dis-
y tribunales de arbitramento, tal como ha
criminaciones en el plano laboral, eran ar-
sucedido en los Estados Unidos. De he-
bitrables, salvo que se estableciera una in-
cho, en ambas jurisdicciones se conside-
tención legislativa en contrario. Teniendo
ra, hoy por hoy, que los árbitros, al igual
en cuenta que la corte no encontró con-
que los jueces estatales, se pueden pro-
flicto alguno entre la legislación invoca-
nunciar sobre normas de orden público
da por el trabajador y el arbitraje, se llegó
y decretar nulidades.
a la conclusión según la cual, el arbitraje
era idóneo y apropiado para la resolución Tanto en Europa como en los Esta-
de este tipo de disputas y, en consecuen- dos Unidos y en muchos otros países del
cia, no había lugar a sospechar que el ar- mundo, se aplica el principio de la sepa-
bitraje menoscababa la protección de las ración del pacto arbitral, lo que le per-
garantías fundamentales del trabajador. mite a los tribunales arbitrales estable-
cer la nulidad del contrato entre las par-
Finalmente, en materia de propiedad
tes, sin destruir, de este modo, el origen
intelectual, se puede afirmar que los con-
de su propia competencia, que es el pac-
flictos sobre patentes son arbitrables en
to arbitral, contenido en dicho contrato
los Estados Unidos. En cuanto a las con-
o referido a aquél.
troversias en materia de marcas, existe le-
gislación sobre este particular que no es- La jurisprudencia europea también
tablece su arbitrabilidad, pese a lo cual, ha evidenciado un tratamiento amplio res-
una corte de Illinois aplicó el congressio- pecto de la arbitrabilidad de cierto tipo
nal intent test para luego concluir que no de materias, tal como se aborda brevemen-
había intención de impedir el arbitraje de te a continuación.
(43) En Inglaterra, por ejemplo, la jurisprudencia ha llegado a esta conclusión: English High Court. Comercial
Division. ET Plus SA v. Welters, sentencia del 7 de noviembre de 2005.
(44) Ver, por ejemplo, el fallo de la Corte Europea de Justicia, en el caso 126-97 de Eco Swiss China Time Ltd
v. Benetton International NV. La doctrina internacional tiene numerosos escritos al respecto: KIRRY, “Arbi-
trability in Europe”, cit., p. 386; DALHUISSEN, “The Arbitrability of Competition Issues”, in: 11 Arbitration Inter-
national 151 (1995), pp. 151-162; BEECHEY, “Arbitrability of Antitrust/Competition Issues”, in: 12 Arbitration
International 2, 1996, p. 181; LEW , Julian, Applicable Law in International Commercial Arbitration, Oceana,
London, 1978, pp. 425-427; LEW, Julian, Contemporary Problems in International Arbitration, Capítulo 7.
“Determination of arbitrators´ jurisdiction and the public policy limitations on that jurisdiction”, CCLS, Lon-
dres, 1986, p. 79; BLESSING, MARC, Introduction to Arbitration - Swiss and International Perspectives, Hel-
bing & Lichtenhahn. Basilea, 1999, pp. 182-183. Para una crítica sobre la arbitrabilidad de asuntos sobre
libre competencia: WERNER , “Application of Competition Law by Arbitrators - the step too far”, in: Journal of
International Arbitration 21, 1995.
(45) BLESSING, Introduction to Arbitration - Swiss and International Perspectives, cit., p. 182.
(46) Así lo determinó la Corte Europea de Justicia en el Caso Nordsee Deutsche v. Reederei Mond 102/81 ECR
1095 (1982). El Tratado de Roma confiere a las cortes de los países miembros la posibilidad de dirigirse a
la Corte Europea de Justicia con el fin de obtener una interpretación que garantice un cierto margen de
uniformidad en los países miembros respecto de la aplicación de algunas disposiciones sobre libre com-
petencia. Los árbitros no pueden acudir a este mecanismo, ya que no son equiparados a las cortes de
dichos países en este aspecto. Con todo, sí pueden solicitar a una corte estatal que eleve la respectiva
solicitud ante la Corte Europea de Justicia.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 243
(47) Corte Suprema Federal de Suiza, Sentencia del 28 de abril de 1992, Citada por BLESSING, Introduction to
Arbitration - Swiss and International Perspectives, cit., p. 247.
(48) HOCHSTRASSER, Daniel, “Choice of Law and ‘foreign’ mandatory rules in International Arbitration”, in: 11 Journal
of International Arbitration, 1994, pp. 73-75; DALHUISSEN, “The Arbitrability of Competition Issues”, cit., p. 161.
(49) Loc. cit.
(50) BLESSING, Marc, “Arbitrability of Intellectual Property Disputes”, in: 12 Arbitration Internacional.
244 SANTIAGO TALERO RUEDA
la distinción entre aquellas materias de pro- intelectual. Sin embargo, cuando el de-
piedad intelectual sujetas a registro y las recho correspondiente está sujeto a re-
que no están sujetas a dicho requisito(51). gistro, la decisión arbitral reviste, por lo
general, un efecto inter partes, pues se
En la Unión Europea se acepta la ar- le confiere primacía a las autoridades
bitrabilidad de controversias sobre mar- competentes para decidir si hay lugar o
cas y patentes, especialmente en países no a la revocación del derecho de pro-
como Suiza, ya que en este último la de- piedad intelectual del que se trate. Si el
claratoria, por parte de los árbitros, de la derecho respectivo no se encuentra suje-
nulidad de una patente, constituye una to a registro, entonces no hay lugar, por
causal para la revocación de dicha paten- regla general, a limitar la arbitrabilidad
te por parte de la autoridad competente(52). de la materia. En últimas, los asuntos de
Por el contrario, la arbitrabilidad sobre propiedad intelectual resultan arbitrables,
una materia relativa a una patente en paí- pero existen diferencias respecto del al-
ses como Alemania, Inglaterra, Holanda cance de los laudos arbitrales, dependien-
y Francia no permite que la declaratoria do del tipo de materia involucrada en el
de nulidad de una patente dé lugar a la caso concreto.
revocatoria de la misma por parte de la
autoridad competente. En consecuencia,
las decisiones arbitrales en este aspecto 5.3. Arbitrabilidad de controversias de
tienen apenas un efecto inter partes(53). derecho laboral
(51) Dentro de las primeras, se pueden mencionar, entre otras, a las patentes y a las marcas, mientras
que en la segunda categoría se pueden mencionar los derechos de autor, el know-how y los secretos
industriales, entre otras.
(52) BLESSING, “Arbitrability of Intellectual Property Disputes”, pp. 200-202.
(53) Loc. cit.
(54) BLESSING, “Arbitrability of Intellectual Property Disputes”, cit., p. 207.
(55) Por ejemplo, el artículo 1678(2) del Código Judicial de Bélgica establece que todo pacto arbitral que sea
suscrito con antelación al surgimiento de un conflicto entre las partes, es nulo ipso jure si la controversia
respectiva cae bajo el espectro de la competencia del Tribunal Laboral. Por su parte, el artículo 806 del
Código de Procedimiento Civil de Holanda, consagra una solución similar.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 245
la Convención de Nueva York(56). En otros rias en uno u otro escenario. En este sen-
términos, con el retiro de la reserva, Fran- tido, la presencia de la Comisión Euro-
cia decidió que aplicaría este instrumento pea, con sus consiguientes facultades para
para el reconocimiento y ejecución de lau- supervisar el cumplimiento de las normas
dos arbitrales extranjeros, sobre la base comunitarias sobre libre competencia eco-
de que las controversias entre las partes nómica, genera una limitación en cabeza
emanasen de una relación legal, sin que de los árbitros, pues éstos no pueden to-
ésta necesariamente debiese ser de carác- mar ciertas decisiones que competen ex-
ter comercial. Por lo tanto, una diferencia clusivamente a la Comisión.
de tipo laboral cabría dentro de un trámi-
te de reconocimiento y ejecución del res-
6. CONCLUSIONES Y PERSPEC-
pectivo laudo en Francia, conforme a la
TIVAS
Convención de Nueva York. También se
señaló que los asuntos laborales son arbi- El propósito fundamental de este tra-
trables, si la controversia surge en desa- bajo, ha sido el de ilustrar la evolución de
rrollo de un contrato internacional(57). la arbitrabilidad objetiva de controversias,
con base en la jurisprudencia proferida por
5.4. Reflexiones finales sobre la arbi- las cortes de los Estados Unidos y Europa.
En últimas, esta aproximación a la materia
trabilidad en Europa
nos permite evidenciar la ampliación o ex-
En Europa, también existe un trata- tensión paulatina de dicha institución jurí-
miento favorable frente a la arbitrabilidad dica en el plano internacional. Ello, a su
objetiva de una controversia. Aun cuando turno, posibilita abordar la prospectiva ju-
no se advierte el mismo grado de elabora- rídica del derecho arbitral en el ámbito la-
ción jurisprudencial que existe sobre la tinoamericano, particularmente en lo que
materia en los Estados Unidos, es eviden- respecta al estado actual y al futuro de la
te que hay una presunción de arbitrabili- arbitrabilidad objetiva de controversias.
dad en muchas materias que se conside-
No hemos pretendido abordar, en
raban del resorte exclusivo de las cortes.
consecuencia, otros aspectos de sustancial
No en vano, se ha reconocido la ar- relevancia en materia de arbitrabilidad,
bitrabilidad de materias sujetas al Trata- como lo son, por ejemplo, la determina-
do de Roma, que es el instrumento inter- ción de una ley aplicable a la arbitrabili-
nacional que regula la libre competencia dad objetiva de controversias o la correc-
en el ámbito comunitario. Las diferencias ta tipificación o caracterización legal que
existentes entre el régimen de libre com- debe recibir esta institución jurídica, bien
petencia de los Estados Unidos y de la sea que se le catalogue como un elemento
Unión Europea, reflejan las diferencias en del pacto arbitral o que simplemente se le
torno a la amplitud con la cual los árbi- considere o tipifique como una cuestión
tros pueden abordar las respectivas mate- de política legislativa de cada Estado.
(56) Corte de Apelaciones de Grenoble. Compagnie Francaise Technique d´Etanchéité v. Dechavanne, 13 de sep-
tiembre de 1993, citada por FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, International Commercial Arbitration, cit., p. 342.
(57) Corte de Apelaciones de Grenoble, sentencia del 7 de diciembre de 1994, citada por KIRRY, “Arbitrability in
Europe”, cit., p. 388.
246 SANTIAGO TALERO RUEDA
(58) Por ejemplo, la Ley General de Arbitraje de Perú, en su artículo 1(3), señala como no arbitrables las
materias que interesan al orden público.
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA ARBITRABILIDAD 247
(59) En particular, si no se permitiese el arbitraje de materias que interesan al orden público, entonces no
podrían los árbitros decretar la nulidad absoluta de un contrato, pues la nulidad es un asunto que interesa
al orden público. Si esta interpretación fuese correcta, se eliminaría el principio fundamental de la separa-
ción del pacto arbitral, el cual es reconocido por la inmensa mayoría de legislaciones y reglamentos arbi-
trales. Para citar nuevamente el ejemplo peruano, tendríamos que afirmar que una interpretación errónea
del artículo 1(3) de la Ley General de Arbitraje, entrañaría una inexplicable inaplicación del artículo 106 de
dicha normatividad, el cual consagra la doctrina o principio de la separación del pacto arbitral.
(60) En este punto, resultan ilustrativos los artículos 177(2) del Código Federal de Derecho Internacional Priva-
do de Suiza y 2(2) de la Ley 60 de 2003 de Arbitraje de España. En ambas disposiciones se consagra la
prohibición de que el Estado, al acudir a un arbitraje internacional, alegue su incapacidad o el carácter no
arbitrable de la controversia, a la luz de su propio derecho.
248 SANTIAGO TALERO RUEDA
( *) Profesor Titular de Derecho Civil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Socio
fundador de Julio César Rivera Abogados.
250 JULIO CÉSAR RIVERA
(1) WEINBERG , Inés M., Derecho Internacional Privado, 3ª. ed., Buenos Aires, Lexis Nexis, 2004, p. 255.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 251
Aclaramos que por ahora estamos bién tomará en cuenta los principios ge-
hablando de la atribución o facultad de nerales del derecho comercial internacio-
las partes de elegir una ley estatal. Más nal aceptado por organismos internacio-
adelante nos referiremos a otras opciones nales”. Como veremos más adelante, del
que pueden ejercer las partes y su eficacia. art. 9 trascripto resulta que el contrato
puede no estar enmarcado en un ordena-
2.2. Fuentes internacionales miento jurídico determinado, sino en la
costumbre comercial internacional; el ar-
Entre las convenciones internaciona- tículo 10 de la misma convención dispo-
les tiene especial relevancia la Conven- ne consecuentemente que “se aplicarán,
ción sobre la ley aplicable a las obliga- cuando corresponda, las normas, las cos-
ciones contractuales (Convención de tumbres y los principios del derecho co-
Roma de 1980), cuyo artículo 3 consagra mercial internacional, así como los usos
el principio de autonomía aludido(2). y prácticas comerciales de general acep-
tación con la finalidad de realizar las exi-
Este principio inspira también las so-
gencias impuestas por la justicia y la equi-
luciones de la Convención de Viena de
dad en la solución del caso concreto”(4).
1980 sobre compraventa internacional de
mercaderías y de la Convención de La En el ámbito propio del arbitraje,
Haya sobre ley aplicable a la compraven- consagran el principio la Convención Eu-
ta internacional de mercaderías de 1986. ropea de 1961 (art. VII), la resolución
Ellas establecen el principio de autono- adoptada por el internacional Law Insti-
mía, lo mismo que la Convención Intera- tute el 12.9.89 en Santiago de Composte-
mericana sobre derecho aplicable a los la(5) y la ley modelo UNCITRAL se ex-
contratos internacionales, aprobada por la presa en su artículo 28, Normas aplica-
conferencia de derecho internacional pri- bles al fondo del litigio, en el que –en lo
vado llevada a cabo en México (1994)(3), pertinente– dispone:
la cual prevé expresamente en su art. 7
conforme al cual “El contrato se rige por El tribunal arbitral decidirá el liti-
la ley elegida por las partes”, complemen- gio de conformidad con las normas
tado por el art. 9 que dispone “El tribunal de derecho elegidas por las partes
tomará en cuenta todos los elementos ob- como aplicables al fondo del liti-
jetivos que se desprendan del contrato gio. Se entenderá que toda indi-
para determinar el derecho del Estado con cación del derecho u ordena-
el cual tiene vínculos más estrechos. Tam- miento jurídico de un Estado de-
(2) Artículo 3.1. Los contratos se regirán por la ley elegida por las partes. Esta elección deberá ser expresa o
resultar de manera segura de los términos del contrato o de sus circunstancias; aunque la elección no es
libérrima, pues conforme al 3.3. “La elección por las partes de una ley extranjera, acompañada o no de la
de un tribunal extranjero, no podrá afectar, cuando todos los demás elementos de la situación estén
localizados en el momento de esta elección en un solo país, a las disposiciones que la ley de ese país no
permita excluir por contrato, denominadas en lo sucesivo ‘disposiciones imperativas’ ”.
(3) Esta Convención no ha sido ratificada por la República Argentina.
(4) WEINBERG , Derecho Internacional Privado, cit., p. 256.
(5) Artículo 6: “Las partes tienen completa autonomía para determinar las reglas procesales y sustantivas y
los principios aplicables en el arbitraje”.
252 JULIO CÉSAR RIVERA
(6) En cambio algunos autores creen que ese escrutinio sería necesario de acuerdo a la ley suiza de derecho
internacional privado (artículo 187).
(7) FOUCHARD , GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel GAILLARD
and John SAVAGE, Kluwer, the Netherlands, 1999, Nº 1422, p. 785.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 253
3. Extensión de la facultad de las par- Por lo demás, las partes pueden ele-
tes de elegir la ley aplicable gir más de una ley nacional para regir dis-
tintos aspectos del contrato, lo que se co-
Los reglamentos y fuentes internacio-
noce como depeçage; así, pueden haber
nales que hemos trascripto en el número
optado por una ley estatal para regir la
precedente parecen establecer el mismo
celebración e interpretación del contrato,
principio, esto es, el que las partes en ejer-
pero haber omitido hacerlo para la vali-
cicio de la autonomía de la voluntad pue-
dez, el cumplimiento y la extinción del
den elegir el derecho aplicable al litigio.
mismo(9) (sobre el depeçage v. infra nº 8 B)
Sin embargo, a poco que se preste aten-
ción a la letra de cada una de esas disposi-
4. Efectos de la elección del derecho
ciones se advierten diferencias que –como
aplicable
veremos– no son menores a la hora de in-
terpretar la extensión de la libertad de las Mediante la elección del derecho
partes para la elección del derecho aplicable. aplicable al contrato, las partes excluyen
Así, el reglamento ICC dice que las la aplicación del derecho que las normas
partes podrán acordar libremente las nor- de conflicto del juez –o las que eventual-
mas jurídicas que han de aplicarse al caso(8); mente pudieran constreñir a un árbitro–
mientras que el reglamento UNCITRAL indican como aplicable al contrato.
dice que el tribunal arbitral aplicará la ley De allí deriva que el contrato queda
que las partes hayan elegido (ídem el re- excluido de la aplicación de las normas
glamento CIAC); y el acuerdo Mercosur au- coactivas del derecho que resultaría apli-
toriza a elegir el derecho que se aplicará para cable según las reglas de conflicto del
solucionar la controversia en base al derecho juez y la pertinente sumisión del contra-
internacional privado y sus principios, así to a las reglas coactivas y dispositivas del
como al derecho del comercio internacional. derecho elegido(10).
La diferencia es enorme, pues el re-
glamento ICC está autorizando la elección 5. Límites a la elección del derecho
de un cuerpo no estatal de normas; por aplicable. Remisión
ello este punto lo tratamos más abajo, al
referirnos a la posibilidad de elegir un de- Los efectos de esa elección son más
recho no estatal. complejos que lo que resulta de la
(8) Usan esa expresión también los reglamentos AAA, LCIA y OMPI: v. DERAINS, Yves y SCHWARTZ , Eric A., El
Nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional. Guía de arbitraje comercial
internacional, trad. De MARTÍNEZ V ALDÉS, Fernando, Oxford, México, 2001, p. 267. También la Ley Modelo
UNCITRAL que hemos transcripto antes.
(9) Tal fue el caso que se planteó en el arbitraje ICC identificado como Westinghouse vs. Republic of
Philippines; en el que los árbitros decidieron conforme a la ley suiza de derecho internacional privado
cuál era la ley aplicable: v. CRAIG, Lawrence W. / PARK , William W. / PAULSSON, Jan, International Chamber
of Commerce Arbitration, 3ª ed., Oceana – ICC, 2000, Nº 17.02, pp. 324-325.
(10) BOGGIANO, Antonio, Curso de Derecho Internacional Privado, 4ª ed., Buenos Aires, 2004, LexisNexis,
p. 658 y ss.
254 JULIO CÉSAR RIVERA
formulación que venimos de exponer, en el artículo 1197 del Código Civil argen-
pues restaría por lo menos determinar: tino que dispone que los contratos obligan
a las partes como la ley misma, consagran-
• si en ejercicio de su autonomía, las do así la libertad contractual que compren-
partes podrían excluir también las de incluye la libertad de configurar el con-
reglas coactivas del derecho selec- trato, dentro de lo cual se inserta la deter-
cionado, mediante la incorporación minación de la ley aplicable.
al contrato de estipulaciones con-
trarias a ese derecho elegido como Sobre el punto enseña Goldsmichdt
aplicable(11); que la aceptación de la autonomía inter-
na lleva implícita la aceptación de la au-
• cuál es el rol de las normas de poli- tonomía conflictual(13). El proyecto de re-
cía del juez; formas al código civil elaborado por la
comisión designada por decreto 468/92
• cuál es el rol de las normas de po-
preveía expresamente que “El contrato
licía de un ordenamiento no elegi-
se rige por el derecho elegido por las partes”
do por las partes pero que guarda
(art. 947)(14).
una estrecha conexión objetiva con
el contrato. Ello impone determinar qué se en-
tiende por contrato internacional para lo
En definitiva podríamos simplificar cual hay que discernir las fuentes internas
la cuestión circunscribiéndola a la deter- de las fuentes convencionales.
minación de cuáles son los límites a la
elección de la ley por las partes, o por 6.2. Contrato internacional
quienes lo hagan ante su omisión, lo que
tratamos más abajo. Para el código civil, contrato inter-
nacional es aquél en el cual el lugar de
celebración y el lugar de ejecución están
6. La elección de la ley aplicable al en distintos Estados(15). Por ello, en de-
contrato en el derecho argentino fecto de elección el contrato celebrado en
el extranjero se sujeta a la ley del lugar de
6.1. Principio general
celebración, y el celebrado en la repúbli-
En el derecho argentino las partes ca –para ser cumplido dentro o fuera de
pueden elegir la ley aplicable al contrato ella– a la ley del lugar de cumplimiento
internacional(12), lo que tiene fundamento (arts. 1209 y 1210 cód. civil).
(11) Opinión que sostiene BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., a partir de p. 664.
(12) Conf. CN Com., sala E, 20.10.81, Banco de Río Negro y Neuquén c/ Independencia Transportes Interna-
cionales, ED 97-604; MALBRÁN, Manuel E., “Autonomía contractual y ley subsidiaria en el derecho argenti-
no”, ED 98-865; no hay posibilidad de elegir una ley extranjera en el caso del contrato absolutamente
interno: BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., pp. 658 y ss.
(13) GOLDSCHMIDT, cit., Nº 179 a), p. 191.
(14) Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la Comisión designada por Decreto 468/92, Astrea, Buenos
Aires, 1993.
(15) WEINBERG , Derecho Internacional Privado, cit., p. 252.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 255
(18) WALD, Arnoldo y GARCÍA DE FONSECA , “Arbitration in 24 jurisdictions worldwide”, in: Global Arbitration
Review, 2006, Nº 6, p. 35.
(19) CRETELLA NETO, José, Comentários á lei de arbitragem brasileira, Editora Forense, Rio do Janeiro, 2004,
Nº 9, pp. 42-43.
(20) FERREIRA L EMES , Selma, “A Arbitragem no Brasil”, conferencia dictada en el I Seminario UADE sobre
Arbitraje Comercial Internacional, Buenos Aires, septiembre 2005.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 257
ley (estatal) que tuviera una conexión 8.2. Elección de más de una ley
objetiva con la sustancia del contrato; (depeçage)
en otras palabras, las partes no podían
Una práctica que viene siendo acep-
elegir una ley que no tuviera conexión
tada es la elección de distintas leyes para
con la disputa(21).
gobernar distintas partes del contrato. Un
Este enfoque del tema está virtual- caso que ya hemos visto es la determina-
mente abandonado hoy en día –al menos ción de una ley para el convenio arbitral
en el ámbito del arbitraje– siendo reco- distinta de la que rige al contrato princi-
nocida la atribución de las partes de ele- pal. Esta práctica, identificada general-
gir un derecho neutral, esto es que no ten- mente con la expresión francesa depeçage
ga una relación ni con las partes ni con está autorizada por el art. 3 de la Conven-
los lugares de celebración o ejecución del ción de Roma sobre ley aplicable a las obli-
contrato. gaciones contractuales. En la misma orien-
tación se pronuncian varios reglamentos
Tal elección de un derecho neu- arbitrales(24) y el proyecto de reformas al
tral puede deberse a muy diversas cau- código civil elaborado por la comisión de-
sas, pero generalmente se vincula a la signada por decreto 468/92(25).
posibilidad de que la ley elegida sea
un punto de equilibrio entre contratan- 8.3. Elección parcialmente
tes de muy diversa cultura jurídica; negativa
así, Fouchard, Gaillard y Goldman di-
cen que el derecho sueco y el derecho Es válida la cláusula por la que se
suizo son elegidos frecuentemente estipula que un determinado derecho o ley
para regir contratos entre empresas nacional no será aplicable al contrato y a
privadas occidentales y empresas es- la resolución de la disputa, previsión con-
tatales rusas o chinas (22). vencional que normalmente está destina-
da a asegurar la neutralidad de la elección
La elección de un derecho neutral de la ley por los árbitros (o los jueces) en
es reconocido en muchos sistemas lega- casos en que no han podido ponerse de
les y en la jurisprudencia arbitral(23). acuerdo sobre la ley aplicable(26).
(21) En esta orientación aun hoy están los Estados Unidos; v. Restatement (Second) of Conflicts of Laws,
# 187 (1971), citado por FOUCHARD , GAILLARD y GOLDMAN , On International Commercial Arbitration, cit.,
Nº 1435, p. 793.
(22) FOUCHARD, G AILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit.
(23) Ibidem, informan que el laudo arbitral ICC Nº 1598 (1971) aceptó la elección del derecho suizo en un caso
entre una parte danesa contra partes búlgara y etíope.
(24) El segundo párrafo del artículo 3.1 de la Convención de Roma dice: “Para esta elección las partes podrán
designar la ley aplicable a la totalidad o solamente a una parte del contrato”. V. también las Reglas AAA,
artículo 28.1; Reglas LCIA, artículo 22.3; Reglas SCC, artículo 24.1.
(25) El artículo 947 de ese Proyecto preveía: “Las partes pueden elegir la ley aplicable a la totalidad o a una
parte separable del contrato” reconociendo en la nota que tal atribución está reconocida en el derecho
internacional privado de los Estados Unidos.
(26) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1442, p. 801.
258 JULIO CÉSAR RIVERA
(27) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1440, p. 799 y nota 68
en p. 798, informan sobre casos resueltos sobre las siguientes cláusulas: (i) la que establecía que el contra-
to se regía por “el derecho francés, sujeto a las explícitas excepciones contenidas en este contrato”; (ii) o
aquella en que se elegía un derecho estatal “en la medida en que no sea contrario a las estipulaciones de
este contrato” (casos ICC 6257 y 6136).
(28) Corte Internacional de Justicia, 12.7.29, Emprunts serbes et brésiliens, citado por Gannagé, Léna, Le
contrat sans loi en droit internacional privé étatique, Rapport général, 17éme congrés de l’Académie in-
ternationale de droit comparé.
(29) Cour de Cassation, 21.6.50, Messageries Maritimes, Grands arrêts de la jurisprudence française de droit
international privé, 4eme ed., Paris, Dalloz, 2001, Nº 22, p. 199.
(30) GANNAGÉ, cit.; Ancel-Lequette, comentario a Messageries Maritimes, lug. cit.
(31) En su Segunda Versión el Párrafo Cuarto del Preámbulo de los Principios Unidroit, a los que nos referire-
mos con mayor extensión más adelante, disponen que “Estos principios pueden ser aplicados cuando las
partes no han elegido ninguna ley para gobernar su contrato”; y la doctrina suele reconocer la aplicabilidad
de la lex mercatoria a los contratos comerciales internacionales en caso de exclusión por las partes de
cualquier derecho nacional (negative choice); pero como veremos la posibilidad de que el contrato esté
regido por reglas de derecho no estatales es una hipótesis distinta y diferenciada del contrato que no está
regido más que por sí mismo.
(32) GOLDSCHMIDT, Werner, Derecho Internacional Privado, 8va. Ed., Depalma, Buenos Aires, 1992, Nº 179, p. 195.
260 JULIO CÉSAR RIVERA
(33) SYMEONIDES, informe de los Estados Unidos; Moss, informe noruego, ambos al XVII congreso de la Acade-
mia Internacional de Derecho Comparado.
(34) FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1440, pp. 800/801. En
esta orientación puede mencionarse un laudo rendido en el año 2001 en el cual el contrato no hacía
referencia a ninguna ley nacional, las partes no habían podido acordar en la aplicación de ninguna ley
nacional e indicaban que el texto del contrato destacaba su naturaleza comercial y que estaría gobernado
“por sus propias cláusulas”. Además, en sus escritos las partes se habían referido a los “usos comercia-
les”, “costumbres en los mercados internacionales”, “usos del comercio internacional”, “costumbres del
comercio internacional”, “costumbres básicas del comercio” y la lex mercatoria internacional. En ese caso
el tribunal arbitral resolvió aplicar las estipulaciones estrictas del contrato, y cuando fuera necesario las
usos del comercio aplicables a los contratos internacionales con el mismo alcance que el contrato y los
principios generales del derecho de los contratos expresados en lo que es conocido como lex mercatoria
y aplicados como tales por tribunales arbitrales en casos comerciales internacionales (caso ICC Nº 10076),
citado por GRIGERA NAÓN, Horacio, “Choice-of-Law Problems in International Commercial Arbitration”, in:
Recueil des Cours, Académie de Droit Internacional, Vol. 289, 2001, nota 257, pp. 242-243.
(35) Por ejemplo: las partes eligen la Convención Internacional de Mercaderías de Viena de 1980 que no sería
aplicable por ejemplo porque una de las partes tiene establecimiento en un país no signatario.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 261
(o normas jurídicas) que como tales en- sino en la costumbre comercial interna-
cajan en las legislaciones nacionales y cional; el artículo 10 de la misma Con-
reglamentos arbitrales que exigen que vención dispone consecuentemente que
los árbitros motiven su decisión en ru- “se aplicarán, cuando corresponda, las
les of law (traducidas en algún caso normas, las costumbres y los principios
como normas jurídicas: art. 17.1 del Re- del derecho comercial internacional, así
glamento ICC). como los usos y prácticas comerciales de
general aceptación con la finalidad de
realizar las exigencias impuestas por la
13. Fuentes que autorizan la elección justicia y la equidad en la solución del
de reglas no estatales caso concreto”(37).
En este punto expondremos las so- Sobre esta convención se argumenta
luciones propuestas por algunas fuentes que si ella misma remite, para cierto ca-
internacionales, que autorizan a las par- sos, a las costumbres y principios del de-
tes y en ciertos casos aun a los tribunales recho comercial internacional, no puede
estatales y arbitrales a recurrir a reglas de sino concluirse que las partes han de te-
derecho no estatales para regir los con- ner la libertad de elegir esos principios
tratos internacionales o las disputas cau- para regir su contrato, pues sería absurdo
sadas en ellos. que estos principios pudieran regir el con-
trato en caso de ausencia de elección y no
13.1. Fuentes internacionales cuando las partes los hubiesen individua-
lizado específicamente para regir su rela-
La Convención Interamericana so-
ción jurídica(38).
bre derecho aplicable a los contratos in-
ternacionales, aprobada por la Conferen- Por su lado la Comisión Europea ha
cia de Derecho Internacional Privado lle- publicado la proposición del reglamento
vada a cabo en México (1994),(36) prevé del Parlamento Europeo y del Consejo
expresamente en su art. 9 que “El Tribu- sobre la ley aplicable a las obligaciones
nal tomará en cuenta todos los elemen- contractuales que abre incontestablemente
tos objetivos que se desprendan del con- la puerta a la admisibilidad del contrato
trato para determinar el derecho del Es- sin ley estatal (aun delante de los tribuna-
tado con el cual tiene vínculos más es- les estatales), en tanto propone modificar
trechos. También tomará en cuenta los la versión actual del artículo 3 de la Con-
principios generales del derecho comer- vención de Roma de 1980 autorizando a
cial internacional aceptado por organis- las partes a “elegir como ley aplicable los
mos internacionales”. De ello resulta que principios y reglas de derecho material de
el contrato puede no estar enmarcado en los contratos, reconocidos a nivel inter-
un ordenamiento jurídico determinado, nacional o comunitario”.
(39) Entre los que postulan que la expresión de la Ley Modelo autoriza la elección de reglas de derecho
trasnacionales como la lex mercatoria o los usos del comercio internacional: FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN,
On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1444, pp. 802/803.
(40) La fuente es el artículo 1496 del NCP, incorporado en 1981, que alude a “reglas de derecho” y que unánimemen-
te interpretado en el sentido de que autoriza a las partes y a los árbitros en defecto de elección por aquéllas, a
seleccionar reglas transnacionales: FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbi-
tration, cit., Nº 1444, p. 802; en el mismo sentido Cour d’Appel Paris, 25.6.93, Revue d’Arbitrage 1993-685.
(41) La ley suiza de derecho internacional privado dispone en el artículo 187 que las partes pueden elegir
reglas de derecho, lo que se interpreta como que pueden determinar la aplicación de la lex mercatoria.
(42) Según la doctrina la Arbitration Act (1996) autoriza la elección de la lex mercatoria en el artículo 46.1.b),
que dice que si las partes lo acuerdan el tribunal arbitral decidirá la disputa “in accordance with such other
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 263
considerations as are agreed by them or determined by the tribunal”. V.: REYMOND , Claude, “L’Arbitration
Act 1996. Convergence et originalité, Revue de l’Arbitrage 1997-45.
(43) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1444, p. 802.
(44) BONELL, Joachim, “The Unidroit Principles and Transnational Law”, in: Revue de Droit Uniforme, 2000-2-
199, en particular Nº II.1, p. 201.
(45) La Convención Interamericana también ha sido ratificada por México.
(46) V. el informe del profesor SYMEONIDES al XVII Congreso de la Academia Internacional de Derecho
Comparado.
264 JULIO CÉSAR RIVERA
(47) BONELL, The Unidroit Principles and Transnational Law, y lug., cit.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 265
que determinen las normas de con- sulta más amplia que ley, pues mientras
flicto de leyes que estime aplicables. esta última restringe la elección a nor-
mas sancionadas por un Estado, la pri-
Es decir que, como algunos regla- mera admite que las partes desvinculen
mentos que veremos seguidamente, la la elección de las normas estatales, pu-
elección de los árbitros no es libérrima, diendo por ello sujetar la decisión del
sino que debe resultar de las normas de caso a los principios generales del dere-
conflicto. Pero como el tribunal arbitral cho comercial, a la lex mercatoria o a los
no tiene foro, no está constreñido a apli- Principios UNIDROIT(49).
car las normas de conflicto del país sede,
De modo pues que atribuye al tri-
sino las que “estime aplicables”.
bunal arbitral la elección sin ligarlo con
Este sistema restringe la elección de ninguna norma de conflicto(50) , como en
los árbitros en tanto las normas de con- cambio hacía el reglamento en una ver-
flicto deberían remitirlo necesariamente sión anterior. Es decir que los árbitros
a un derecho estatal. tienen el poder de decidir directamente
cuáles normas de derecho se aplican al
16.3. Reglamentos arbitrales caso sin estar constreñidos a justificar y
explicar su elección en la aplicación de
Los reglamentos UNCITRAL y normas de conflicto(51).
CIAC siguen a la Ley Modelo.
Sin embargo la práctica arbitral bajo
En cambio el reglamento ICC dice que las reglas ICC muestra que los árbitros no
resuelven esta cuestión arbitrariamente,
“Las partes podrán acordar libre- sino que siguen algunos criterios identi-
mente las normas jurídicas que el tri- ficables. Así, se dice que los árbitros sue-
bunal arbitral deberá aplicar al fon- len tener en cuenta: (i) la norma de con-
do de la controversia. A falta de flicto de la sede del arbitraje; (ii) acu-
acuerdo de las partes, el tribunal mulativamente las normas de conflicto de
arbitral aplicará las normas jurídi- los países que tengan una relación con la
cas que considere apropiadas”(48). disputa; (iii) los principios generales de
derecho internacional privado; y (iv) una
Como ya se ha visto la expresión norma de conflicto elegida directamente
normas jurídicas o normas de derecho re- por los árbitros(52).
(48) Usan esa expresión también los reglamentos AAA, LCIA y OMPI: v. DERAINS-S CHWARTZ, El Nuevo Regla-
mento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional. Guía de arbitraje comercial internacional,
cit., p. 267. También la ley modelo UNCITRAL que hemos transcripto antes.
(49) CRAIG, P ARK y PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., Nº 17.01, p. 319; DERAINS
y SCHWARTZ , El Nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional. Guía de arbi-
traje comercial internacional, cit., p. 268.
(50) CRAIG, P ARK y PAULSSON, International Chamber of Commerce Arbitration, cit., Nº 17.02, p. 323.
(51) Ibidem, p. 329.
(52) Ibidem, a partir de Nº 1540, p. 867.
266 JULIO CÉSAR RIVERA
(53) Se reconocen diversas fórmulas que implican elegir la lex mercatoria; por ejemplo: “principios generales
del derecho comercial internacional”, principios transnacionales de derecho”, “principios de derecho inter-
nacional”, “reglas o usos del comercio internacional”, etc.
(54) RUIZ, Abou-Nigm, cit., cita artículo 1496 del Código de Procedimiento Civil de Francia; artículo 1054 del
Código de Procedimiento de los Países Bajos; y artículo 834 del Código de Procedimientos de Italia; nota
52 en página 107.
(55) RUIZ, Abou-Nigm, cit., Nº IX, pp. 109/110; muchos de estos casos han sido tomados de la jurisprudencia
arbitral; v. también GRIGERA N AÓN, cit.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 267
(56) GRIGERA N AÓN, “Choice-of-Law Problems in International Commercial Arbitration”, cit., p. 242.
(57) Ibidem, nota 256 en pp. 241-242.
268 JULIO CÉSAR RIVERA
• Un tribunal arbitral con sede en Co- El mismo autor señala que algunos
penhage se enfrentó a un caso en el tribunales han considerado estar autoriza-
cual las partes habían acordado que dos a ponderar la lex mercatoria o los prin-
la ley aplicable debería ser los prin- cipios generales del comercio internacio-
cipios generales de derecho aplica- nal cuando han estado investidos del po-
bles en Europa Occidental dejan- der de resolver como amigables compo-
do al tribunal arbitral decidir cuá- nedores o ex aequo et bono(59).
les son sus contenidos (caso ICC
6778, 1991)(58); 16.4.3. El caso de la elección de la
• En otro caso las partes –una france- natural justice y la resolución por los
sa, la otra inglesa– habían estableci- Principios Unidroit
do en el Acta de Misión que “el de- Un caso muy interesante, y que re-
recho aplicable al fondo del litigio quiere una explicación detallada, es el
está constituido por los principios
que se planteó entre dos partes estata-
comunes al derecho inglés y francés
les(60) con motivo de una serie de nue-
y en ausencia de tales principios co-
ve contratos en los que las partes nun-
munes, a los principios generales del
ca eligieron ningún derecho nacional
derecho del comercio internacional
para regirlos y por el contrario usaron
tal como son aplicados por los tribu-
expresiones como que “las disputas
nales nacionales e internacionales”
(caso ICC 7547, 1993). serían resueltas”:
• las que no fueran amigablemente de la firma del contrato por ser la lex loci
resueltas lo serían “according to the contractus una regla generalizada en la
laws of natural justice”, por arbi- compraventa internacional. Argumentó
traje (sin indicar lugar ni reglas) que la expresión “natural justice” es de-
(contrato 6); masiado vaga y que no existe consenso
entre los juristas acerca de su contenido y
• las que no fueran amigablemente re- no ofrece al tribunal arbitral reglas preci-
sueltas lo serían “according to natu- sas para decidir las disputas.
ral justice”, por arbitraje (sin indicar
lugar ni reglas) (contrato 7); La demandada pretendía también la
aplicación de una ley nacional o, alternati-
• las que no fueran amigablemente vamente, los principios generales del de-
resueltas deberán serlo por arbitraje en recho. Argumentó que las expresiones
uno de los Estados de los contratantes “natural justice”, “the laws of natural jus-
(contrato 8); tice” y “the rules of natural justice” tie-
• las que no fueran amigablemente re- nen el mismo significado y se refieren a
sueltas deberán serlo por arbitraje la buena fe procesal y no a la ley aplica-
en uno de los Estados de los contra- ble al fondo o al mérito de la cuestión. Y
tantes; en este caso el contrato dis- también señaló que a lo sumo esas expre-
ponía también que (i) cuando las re- siones referían a principios de equidad o
glas que gobiernen los procedimien- moralidad, aunque recordando que el tri-
tos omitan la solución (“are silent”) bunal debía fallar de acuerdo a derecho y
los procedimientos serán goberna- no en equidad; y que tales principios es-
dos por cualesquiera reglas que las taban desprovistos de identidad, no esta-
partes o en su defecto las partes pue- ban suficientemente precisados como para
dan determinar ”in accordance with permitir la resolución de una disputa co-
the rules o natural justice”; y (ii) mercial circunstancias que podrían afec-
en todas las materias no expresa- tar la ejecutabilidad del laudo.
mente contempladas en las reglas
El tribunal arbitral sentó varias re-
establecidas en el anexo (…)” los
glas interesantes en materia de interpreta-
árbitros deberán actuar en el espí-
ción de los contratos internacionales.
ritu de esas reglas y la “natural jus-
tice” y deberán hacer todos los es- La primera es que, de acuerdo a lo
fuerzos para asegurar que el laudo previsto en el reglamento ICC, la elección
será ejecutable en derecho. por las partes de un derecho aplicable al
contrato puede ser expresa o implícita, por
Las partes decidieron someter el con- lo que en ausencia de la primera el tribu-
flicto a un arbitraje ICC en La Haya. Ob- nal puede indagar si en el contrato las par-
viamente plantearon posiciones sustan- tes han hecho una elección implícita.
cialmente diferentes respecto del derecho
aplicable al caso. La segunda es que los contratos no
debían ser interpretados aisladamente,
La demandante sostuvo que no ha- sino como expresiones interrelacionadas
biendo elección de la ley ni explícita ni de una relación de largo término expandi-
implícita, pretendía la aplicación de lugar da por más de diez años.
270 JULIO CÉSAR RIVERA
pecífico sistema legal nacional. Tal ser solamente reglas legales generales
balance o neutralidad de la aplica- y principios relativos a las obligaciones
ción de la ley de fondo es una parte comerciales internacionales y que gocen
esencial de la justicia sustantiva es- de un amplio consenso internacional, los
perada por las partes con relación a cuales aun cuando no encerrados nece-
los contratos. sariamente en un específico sistema le-
gal nacional, estén especialmente adap-
Y, agrega el tribunal arbitral, que tal tados a las necesidades de transaccio-
elección negativa por las partes exige el nes internacionales como los contratos
mismo respeto que una elección expresa del caso y gocen de ese extenso consen-
(el enfatizado nos pertenece); en conse- so internacional.
cuencia, para no afectar o romper el en-
Ahora bien; el tribunal arbitral se hizo
tendimiento común de las partes, el tribu-
cargo también de que ambas partes habían
nal debe abstenerse de elegir una ley na-
expresado su preocupación por la vaguedad
cional para resolver la disputa.
de los principios generales y que de ello de-
Por lo demás el tribunal desestima, rivada la imposibilidad de ejecutar el lau-
con variados y extensos argumentos, la do aunque más no fuera en Inglaterra.
posibilidad de encontrar la ley aplicable Por lo cual el tribunal dijo que toman-
por vía de los métodos propios del dere- do estas circunstancias, encontraba que las
cho internacional privado, en cuanto lle- reglas legales generales y los principios con
varían a seleccionar una ley nacional cuya amplio consenso internacional, aplicables
neutralidad no está garantizada a las obligaciones contractuales internacio-
Y ponderando que en el contrato hay nales, están primeramente reflejados en los
en alguna medida involucradas partes es- Principios Unidroit. Por lo que sin perjui-
tatales por ambos lados, y que ellas han cio de considerar las estipulaciones de los
querido deslocalizar el contrato, la elec- contratos del caso y los usos comerciales
ción de la ley aplicable y la resolución de relevantes, el tribunal decide que los con-
las disputas, llega a concluir que es me- tratos del caso están gobernados y deben
ser interpretados de acuerdo con esos Prin-
nester preservar íntegramente la neutrali-
cipios Unidroit en lo que esté dentro de su
dad del derecho aplicable.
ámbito y en los que no por tales otras re-
En tales condiciones, el tribunal ar- glas legales generales, entre ellas los prin-
bitral concluyó que el contrato debe es- cipios aplicables a las obligaciones contrac-
tar regido por reglas legales sustantivas tuales que gocen de consenso internacio-
y principios adecuados a los contratos y nal que pudieran ser considerados relevan-
a los hechos y circunstancias que los ro- tes para la solución del caso.
dean los cuales, no correspondiendo a La individualización de los Princi-
ningún ordenamiento nacional, satisfagan pios Unidroit fue justificada por el tribu-
las preocupaciones de las partes acerca nal arbitral en distintas razones:
de la neutralidad del derecho aplicable.
Las reglas sustantivas y principios que • ellos son el resultado de la labor
satisfacen estos requerimientos pueden de distinguidos juristas sin in-
272 JULIO CÉSAR RIVERA
(61) JOLIVET, Emmanuel, “The UNIDROIT Principles in ICC Arbitration”, en: UNIDROIT Principles: New Develo-
pments and Applications, 2005 Special Supplement ICC International Court of Arbitration Bulletin, ICC,
Paris, 2005, p. 64, Nº 2, p. 66.
(62) Se afirma en doctrina que las reglas establecidas en los Principios UNIDROIT gozan de la presunción de
hacer parte de la lex mercatoria: SERAGLINI, Christophe, “Du bon usage des Principes Unidroit dans l’arbitrage
international”, in: Revue de l’Arbitrage 2003-1101, Nº 19, p. 1120; pero es una presunción relativa y admite
prueba en contrario.
(63) JOLIVET, “The UNIDROIT Principles in ICC Arbitration”, en: UNIDROIT Principles: New Developments and
Applications, 2005 Special Supplement ICC International Court of Arbitration Bulletin, ICC, cit., otros casos
pueden verse en el mismo trabajo y en: Marrella, Fabrizio, Gélinas y Fabien, Les Principes d’Unidroit
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 273
Del mismo modo Boggiano opina que “La elaboración por las partes de
tanto los Principios UNIDROIT como los reglas materiales autónomas –que
Principios de Derecho Contractual Europeo pueden incorporar modalidades de
no son derecho, su autoridad proviene del contratación de origen consuetu-
prestigio científico de sus autores pero ca- dinario, como las cláusulas CIF,
recen del valor político de los gobiernos, FOB, etc., o reglas de la llamada
por lo que las partes pueden incorporarlos lex mercatoria, o instituciones co-
como integradores o modificatorios de la nocidas en distintos órdenes jurí-
lex contractus, pero no son un ordenamien- dicos– no puede llegar al extremo
to jurídico susceptible de una elección por de producir la destrucción total del
las partes como un todo sistemático(65). estatuto contractual, de modo de
relatifs aux contrats du commerce international dans l’arbitrage de la CCI, Bulletin de la Cour Internationale
d’Arbitrage CCI, Vol. 10/2, ICC, París, 1999, p. 26; Marrella, Fabrizio, Les Principes d’Unidroit relatifs aux
contrats du commerce international dans l’arbitrage de la CCI, 1999-2001, Bulletin de la Cour Internationa-
le d’Arbitrage CCI, Vol. 12/2, ICC, Paris, 2001, p. 52.
(64) BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., pp. 698-699.
(65) Ibidem, pp. 699-700.
274 JULIO CÉSAR RIVERA
(66) Los casos paradigmáticos son: Petroleum Development c/ The Sheikh of Abu Dhabi, en el cual el árbitro
único consideró que la ley de Abu Dhabi, elegida por las partes para regir el contrato no era suficientemen-
te sofisticada para regir el contrato y la sustituyó por la ley inglesa en cuanto reflejo de principios universa-
les de derecho; Aramco, en el cual se dijo que los vacíos de la ley de Arabia Saudita serían completados
con los principios resultantes de la costumbre universal y práctica en la industria del petróleo y de ser
necesario por insuficiencia de estos principios el tribunal tomaría en cuenta las soluciones reconocidas por
la jurisprudencia y doctrina; y SPP donde también se alegó que la ley egipcia no era suficientemente
desarrollada como para regir la cuestión por lo que la sustituyeron por principios del derecho internacional
público. Citados y comentados por FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitra-
tion, cit., Nº 1512, a partir de p. 842.
(67) Los sistemas legales tienen un sistema de fuentes que permite superar las lagunas de las regulaciones
concretas; en otras palabras el ordenamiento persigue su integridad; puede haber lagunas de la ley pero
no del ordenamiento. En el derecho argentino se expresa diciendo que los jueces no pueden dejar de fallar
so pretexto de oscuridad, silencio o insuficiencia de la ley (artículo 15, Código civil). De donde la solución
que da el mismo Código es que si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el
espíritu de la ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere dudosa, se
resolverá por los principios generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso
(artículo16, Código civil).
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 275
(68) Hemos dicho antes que, siguiendo al profesor español BELTRÁN, Miguel, que:
– la teoría constitucional de un juez no le permite situarse al margen del sistema de fuentes;
– el juez que prefiere su propia teoría al sistema de fuentes, incurre en terrorismo judicial;no hay nada
tan peligroso para el ordenamiento jurídico (en concreto para la seguridad jurídica garantizada por las
decisiones judiciales) como un juez que aplica una teoría prescindiendo de los cánones interpretativos
y del método legalmente establecido (en particular del sistema de fuentes). Es irrelevante cuál sea el
resultado –en términos de justicia o injusticia– de tal apartamiento; una sentencia justa dictada al
margen del procedimiento legalmente establecido (procedimiento cuyo fin es precisamente la ga-
rantía del Estado de Derecho) sencillamente no es de recibo, y ni siquiera es de recibo si por justa se
entiende ajustada a derecho: V., RIVERA , Julio César, “Límites de las facultades judiciales (en el
régimen de división de poderes y en el sistema de fuentes del derecho privado argentino)”, en: LL
1999-D.-1299; publicado también en: Revista Crítica de Derecho Privado (Montevideo – Uruguay)
Nº 1, año 2004, p. 167; BELTRÁN , Miguel, Originalismo e interpretación, Dworkin vs. Bork: una polémi-
ca constitucional, Madrid, Civitas, 1989.
(69) FOUCHARD , G AILLARD y GOLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit., Nº 1514, p. 846. En la
misma orientación y refiriéndonos a las facultades de los jueces hemos dicho antes de ahora que los
principios generales no autorizan a sustituir la ley aplicable al caso pues no configuran una especie de
derecho libre o recurso mágico para dejar de fundar una decisión, lo que desafiaría todos los moldes de
las construcciones jurídicas propias del legalismo y escaparía a cualquier consideración sistemática del
derecho privado (GUASTAVINO , Elías, Los principios generales del derecho, Anales de la Academia de
Córdoba, T. XVII y XVIII, p. 135-146). Por lo que su aplicación como fuente de autointegración requiere,
como dato previo, que no exista una normativa legal o emanada de la costumbre aplicable al caso:
Rivera, Potestades (…), citado.
276 JULIO CÉSAR RIVERA
En primer lugar porque deberían dis- foro, las normas imperativas de la ley ele-
tinguirse adecuadamente las normas impe- gida por las partes en tanto no sean contra-
rativas de las normas de policía, también rias al orden público internacional; y –en
llamadas de aplicación inmediata, normas principio– también deberían tener en cuen-
rígidas, normas perentorias, etc.(70). ta las normas imperativas de otros derechos
que un contacto próximo con la disputa.
El criterio de distinción propiciado
por Boggiano es que la expresión norma Así quedó plasmado en el art. 7 de la
de policía se aplica a casos internaciona- Convención de Roma de 1980 en tanto
les típicos; norma coactiva o imperativa establece que: 1. “Al aplicar, en virtud del
se aplica a casos internos. presente Convenio, la ley de un país de-
terminado, podrá darse efecto a las dis-
En esta orientación, la norma de po-
posiciones imperativas de la ley de otro
licía presenta la estructura de una norma
país con el que la situación tenga una co-
de conflicto unilateral inderogable, que
nexión, si y en la medida en que, tales dis-
remite al derecho propio exclusiva e in-
posiciones, según el derecho de este últi-
flexiblemente, no habiendo lugar para el
mo país, son aplicables cualquiera que sea
derecho extranjero ni para la autonomía
la ley que rija el contrato. Para decidir si
de las partes(71). Sus ámbitos son la pro-
tección de la competencia, la tutela de la se debe dar efecto a estas disposiciones
parte más débil del contrato, ciertas nor- imperativas, se tendrá en cuenta su natu-
mas de policía económica como las reglas raleza y su objeto, así como las consecuen-
aduaneras o de control de cambios. cias que se derivaran de su aplicación o
de su inaplicación. 2. Las disposiciones
del presente Convenio no podrán afectar
19.3.2. Aplicación por los jueces de
a la aplicación de las normas de la ley del
reglas imperativas
país del juez que rijan imperativamente
Es en general aceptado que los jue- la situación, cualquiera que sea la ley apli-
ces deben aplicar las reglas imperativas del cable al contrato(72).
(70) BOGGIANO, Curso de Derecho Internacional Privado, cit., pp. 277 y 278, hace una larga enumeración de
denominaciones que se utilizan para identificar esta categoría de normas.
(71) Ibidem, p. 278.
(72) Debe tenerse en cuenta que Alemania, Luxemburgo y el Reino Unido han hecho reserva excluyendo la
aplicación de las reglas imperativas extranjeras. Entre nosotros el Proyecto de Reformas al Código Civil
elaborado por la Comisión designada por decreto 468/92 proponía en el artículo 8: “El ejercicio de la
autonomía privada y el funcionamiento de las normas de conflicto quedan excluidos por las normas loca-
les internacionalmente imperativas. Las disposiciones internacionalmente imperativas pertenecientes a
un derecho extranjero pueden ser tomadas en consideración si la relación presenta una relación estrecha
con aquel derecho. A tales efectos se tendrá en cuenta la finalidad de tal disposición, las consecuencias
que se derivarían de su aplicación, su compatibilidad con los principios de la legislación argentina y la
razonable previsión de las partes”. La nota a ese artículo cita como fuentes al artículo 7 de la Convención
de Roma de 1980, a la ley suiza de derecho internacional privado (artículo 18 y 19) y al Código Civil de
Québec. Y explicaba: “La propuesta (…) distingue –tal como es generalmente aceptado en doctrina, en las
legislaciones extranjeras y convenciones de la última década– las normas internacionalmente imperativas
locales (llamadas también normas de policía, normas de aplicación inmediata, etc.), que en razón de su
objetivo particular deben ser aplicadas por voluntad del legislador cualquiera sea el derecho que normal-
mente rija la relación de que se trate, y cuya presencia excluye a priori toda otra solución, de las normas
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 277
19.3.3. Los árbitros y las leyes im- pero que tiene una conexión objetiva y
perativas próxima con el caso y en concreto como
determinar cuáles son esas normas y el mé-
La cuestión tiene matices cuando los
todo con el cual decidir si corresponde o
que deben resolver son árbitros.
no aplicarlas.
Por empezar ellos no tienen foro, con
La cuestión tiene relevancia porque
lo cual para ellos todas las leyes impera-
se vincula –entre otras cuestiones– con la
tivas, aun las del país sede, son “foreign
arbitrabilidad de conflictos causados en
mandatory rules”, pero los árbitros deben
aplicar las normas imperativas de la ley contratos que pueden instrumentar actos
que las partes han elegido (la lex contrac- de corrupción y que pueden ser válidos
tus), con la sola exigencia de que ellas no conforme a la lex contractus pero ilícitos
contraríen el orden público internacional; conforme a otra ley que tiene una conexión
así, ejemplifica la doctrina, los árbitros no próxima con el contrato o a principios uni-
estarían obligados a aplicar una norma versalmente aceptados como la condena
del país cuya ley rige el contrato que es- del tráfico de drogas, del appartheid o de
tableciera un boycott contra otro país fun- las conductas monopólicas.
dado en razones de animosidad religiosa Así se han gestado dos posiciones
o racial(73) ; en otras palabras, el árbitro que recíprocamente se califican de mini-
estaría obligado a aplicar las reglas de malista y maximalista.
orden público estatal(74) además de las
que pueden calificarse de orden público Conforme a la visión maximalista,
transnacional. los tribunales arbitrales deberían aplicar
las reglas imperativas provenientes de un
19.3.4. Aplicación de normas de sistema legal aunque sea extraño a la lex
policía de sistema legal distinto a la contractus. Se ejemplifica con las reglas
lex contractus europeas sobre competencia(76).
El problema que provoca un profun- Sin embargo ello no parece ser la te-
do debate académico es si deben o no apli- sis que goza de general aceptación y por
car las normas de policía de un sistema ello se distingue entre las reglas impera-
legal(75) distinto del elegido por las partes tivas de un sistema legal y aquéllas que
(77) Como en muchos otros casos las confusiones son más terminológicas que de otra naturaleza; F OUCHARD,
GAILLARD y GOLDMAN , señalan que corrupción, contrabando, violación de embargos y afectación de leyes
antitrust son mostrados como casos de reglas imperativas y de orden público internacional, On Internatio-
nal Commercial Arbitration, cit., Nº 1521 y Nº 1522, p. 851.
(78) FOUCHARD , GAILLARD y G OLDMAN, On International Commercial Arbitration, cit, Nº 1533, p. 861; argumentan
los autores sobre la base del artículoV 2.b) de la Convención de New York que autoriza a rechazar el
reconocimiento y ejecución del laudo cuando ello sea contrario al orden público del país en que se preten-
de tal reconocimiento o ejecución.
(79) Ibidem, Nº 1526 y 1527, a partir de p. 856, aunque también señalan algunos casos en que los tribunales
arbitrales aplicaron normas imperativas provenientes de un sistema lgal extraño a la lex contractus.
(80) Ibidem, Nº 1523, p. 854.
ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA CUESTIÓN DE LA LEY APLICABLE AL FONDO DEL ASUNTO 279
(81) Cour d’Appel Paris, 18.11.04, Société Thalès Defence c/ GIE Euromissile et EADS, JCP 2005-II-10038,
note Chabot.
(82) La expresión proviene de RADICATI DI BROZOLO, Luca, “L’illicéité “qui crève les yeux”: Critère de contrôle au
regard de l’ordre public international (à propos de l’arrêt Thalès de la Cour d’Appel de Paris), en: Revue de
l’arbitrage 2005-529, Nº 17, p. 545, quien la toma de la sentencia de la Corte de los Estados Unidos en la
causa Mitsubishi, en la cual el máximo tribunal estadounidense dijo que era suficiente que el juez de
control compruebe que el tribunal arbitral tomó conocimiento de los reclamos basados en la ley de policía
y decidió efectivamente sobre ellos, lo que no requeriría una intrusive inquiry contraria al principio de que
la revisión sustancial sobre el laudo es mínima.
(83) RADICATI DI BROZOLO, “L’illicéité “qui crève les yeux”: Critère de contrôle au regard de l’ordre public interna-
tional (à propos de l’arrêt Thalès de la Cour d’Appel de Paris)”, cit.; justamente este autor cita una senten-
cia de la Corte de Apelaciones de La Haya, 24.3.05, inédita, en la que el tribunal judicial se comportó como
si estuviera analizando una apelación, pues nunca se detuvo en la cuestión del alcance de su control,
limitándose a una referencia a la sentencia del caso Eco Swiss a sostener que las reglas de derecho de la
competencia son de orden público; Nº 6, p. 536.
(84) RADICATI DI BROZOLO, “L’illicéité “qui crève les yeux”: Critère de contrôle au regard de l’ordre public interna-
tional (à propos de l’arrêt Thalès de la Cour d’Appel de Paris)”, cit., Nº 18, pp. 546-547.
(85) DERAINS, Yves, Revue de l’arbitrage 2001-805.
280 JULIO CÉSAR RIVERA
Se apunta por los comentaristas que 21. Actuación del Tribunal como ami-
esta disposición tiende a tranquilizar a gable componedor
las partes en el sentido de que su rela-
ción no ha de quedar sometida a los os- Según hemos visto en el capítulo I
curos meandros de los tecnicismos lega- todos los reglamentos prevén que los tri-
les, sino que se ha de tomar en conside- bunales arbitrales podrán actuar como
ración el contrato que han celebrado(86), amigables componedores, sólo si ambas
cuyos términos tienen precedencia sobre partes consienten en ello(89). De modo
el derecho aplicable(87). pues que salvo esta situación excepcio-
nal, los tribunales arbitrales que actúen
En cuanto a los usos, se dice que no bajo esos reglamentos, lo hacen como ár-
han de confundirse con la lex mercatoria; bitros de derecho y deben por ello fundar
sino que se hace referencia a los usos con- el laudo en el derecho aplicable. De allí
vencionales, o usos de los negocios o usos que se dé tanta importancia a la determi-
del tráfico, o sea aquellos que de modo nación de ese derecho aplicable, como lo
corriente y uniforme se observan en la prác- acabamos de ver.
tica de los negocios jurídicos y especial-
mente en la de los contratos. Tales usos son Al respecto cabe consignar que se ha
los que más propiamente pueden recibir la resuelto que el árbitro de derecho no cum-
clasificación de usos jurídicos. Y aunque ple con su misión si descarta voluntaria-
no tengan la consideración y fuerza de la mente la aplicación de la regla de dere-
costumbre, por faltarles el elemento inter- cho para juzgar en equidad(90), pues ello
no y jurídico de ésta, les corresponde em- significa usurpar los poderes del amiga-
pero una importante función interpretativa ble componedor y traicionar la voluntad
y supletoria de la voluntad de las partes(88). de las partes del convenio arbitral(91).
EL PL AZO EN EL ARBITRAJE
PLAZO
( *) Académico de Número de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Socio
fundador del estudio Alegria, Buey Fernandez, Fissore & Montamerlo.
(1) Corte de París, 29 de junio 2006, “Caburol c/Moyrand”, y su antecedente del 7 de noviembre de 2002, de
la 2ª Cámara Civil de la Corte de Casación Francesa; ver LOQUIN, Eric, “Note: Tribunaux de commerce et
arbitrage”, en: Revue Trimestrielle de Droit Commercial et de Droit Économique, en adelante citada como
RTD com, Nº 4, octubre-diciembre 2006, Dalloz, París, 2006, pp. 760-774; y también del mismo autor:
“Note. Cour de cassation (2e Ch. Civile)”, 7 noviembre 2002, en: Revue de l’arbitrage, 2003.
282 HÉCTOR ALEGRÍA
(2) En el caso de la Corte de Apelación de París del 29 de junio de 2006, citado en nota 1, se trataba de un
supuesto en el que se había conferido al tribunal arbitral la facultad de prorrogar el plazo por un tiempo
determinado, pues el acta de misión preveía, como es frecuente, que “por derogación de la cláusula compro-
misoria, las partes dan a los árbitros la posibilidad de prorrogar su misión por un plazo de seis meses su-
plementarios, renovable por una vez, y que usarán, en su caso, después de haber informado a las partes”.
(3) LOQUIN, “Note: Tribunaux de commerce et arbitrage”, en: Revue Trimestrielle de Droit Commercial et de
Droit Économique, cit. en nota 1, p. 671. En favor de la decisión de la Corte de Casación citada en nota 1:
MOREAU, Bertrand, “A propos de la prorogation de la durée de l’arbitrage par le tribunal arbitral”, en: Les
Cahiers de l’arbitrage, Vol. II, p. 92.
(4) Ver comentario de DUBARRY, Jean-Claude / LOQUIN , Eric, del fallo de la Corte de Dijón, del 17 de enero de
1994, en “Sté Cobra / Sté Saga et autres”, inédito, en: RTD com Nº 2, 1996, p. 246, y las citas de antece-
dentes allí referenciadas. El artículo 1456 del Nuevo Código de Procedimiento Civil (en adelante NCPC)
dice: “Si la convención de arbitraje no fija el plazo, la misión de los árbitros sólo dura seis meses a contar
del día en que el último de ellos ha aceptado. El plazo legal o convencional puede ser prorrogado sea por
acuerdo de partes, sea a petición de una de ellas o del tribunal arbitral, por el presidente del tribunal de
gran instancia o en el caso del artículo 1444, segunda parte, por el presidente del tribunal de Comercio”.
(5) Que en adelante llamaremos, indistintamente, “Reglamento”, “Reglamento Arbitral” o “Reglamentos Arbi-
trales”. Una visión muy completa de las legislaciones y reglamentos de los diferentes países puede con-
sultarse en International Council For Commercial Arbitration, “Iinternational Handbook on commercial arbi-
tration”, editores generales VAN DER BERG, Albert Jan / SANDERS, Pieter, Kluwer, Deventer- Boston, en tres
tomos con actualizaciones periódicas.
(6) El disfavor respecto del arbitraje se notó claramente hacia mitad del siglo anterior y posteriormente en
América Latina: CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Breve descripción de la situación del arbitraje interna-
cional de América Latina”, en: Laudo, Centro de Arbitraje, Amcham, Perú, mayo de 2004, que puede leerse
en http://www.amcham.org.pe/arbitraje/PUBLICACIONES/LAUDO/2004/numero3.htm.; PIAGGI, Ana I., “Evo-
luciones recientes del arbitraje comercial internacional en Latinoamérica”, en: Revista de Derecho del
MERCOSUR, Nº 6, diciembre de 2000, p. 148 y también en PIAGGI, Ana Isabel y ESTOUP, Luis Alejandro,
Derecho Mercantil Contemporáneo, La Ley, Buenos Aires, 2001, pp. 81 y ss.; GRIGERA N AÓN, Horacio,
“Arbitration in Latin America: Overcoming tradicional hostility”, en: Arbitration Internacional, Vol. 5, Nº 2,
1989. Compárese MORELLO , Augusto Mario, El arbitraje. Sus desafíos. Lajouane, Buenos Aires, 2005,
especialmente su Cap. 1, llamado “Ideologías, dificultades, realidades”, pp. 21 y ss. CHILLÓN M EDINA, José
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 283
el tribunal sólo desempeñarían una “fun- laudo o para el dictado de éste) no impor-
ción precaria” sujeta a un término estricto ta la inexistencia del arbitraje, ni tampo-
fuera del cual desaparece su jurisdicción(7). co la invalidez tanto del proceso como de
la sentencia arbitral.
Anticipamos que, en una portada
general respecto de la institución del ar- Veremos en el desarrollo posterior que
bitraje, si bien el plazo para el desarrollo puede faltar uno o ambos sin afectar la efi-
del proceso o para el dictado del laudo cacia del proceso. Además, la determinación
tiene influencia, ésta no es sustancialmente de estos plazos, tiene caracteres particula-
diversa de la que pueda ocurrir ante otras res según el cuerpo legal que regule el caso
instancias jurisdiccionales y que, además, concreto. En muchos de ellos se identifica
la inexistencia de alguno de estos plazos al plazo como un requisito contingente del
(para el trámite del proceso incluyendo el compromiso o de la cláusula arbitral(8).
María / MERINO M ERCHÁN, José Fernando, Tratado de arbitraje interno e internacional, Civitas, Madrid,
1978, p. 58, enuncian razones por las cuales España marchaba hace unas décadas a la zaga en esa
materia “lo cual, a su vez, se manifestaba por la escasa aportación doctrinal, casi de penuria, que ofrecía
esta figura”. Véase también la 3ªed. de la misma obra, con su nuevo título Tratado de Derecho Arbitral,
Thomson Civitas, Navarra, 2006, p. 60 y pp. 131 y ss. MORENO RODRÍGUEZ, José Antonio, Temas de contra-
tación internacional, inversiones y arbitraje, Ediciones Jurídicas Catena S.A., Asunción, 2006, p. 299 don-
de dice “(…) son pocos los casos de arbitrajes registrados en tiempos recientes en el país, y existe la
percepción, por parte de los principales referentes locales en la materia, que ello se debe a que estos
procesos son llevados con una celeridad no muy distinta a la de los casos judiciales (…)”; BUENO, Silvia /
DE ALMEIDA, Lise, “La evolución del arbitraje en Brasil y su aceptación por el poder judicial”, en: Revista
Peruana de Arbitraje, Nº 3, Grijley, Lima, 2006, pp. 289 y ss., AGUILAR, Fernando, “Notas sobre la interpre-
tación de la convención arbitral”, en: Jurisprudencia Argentina (en adelante JA), número especial 2007-I,
del 28 de marzo de 2007, pp. 3 y ss., donde destaca la estrictez de la interpretación judicial de la cláusula
arbitral, con citas de numerosos precedentes; ANAYA, Jaime L., Recursos contra los laudos arbitrales, El
Derecho (ED), T. 61, pp. 515 y ss., relata en el Cap. 7 que incluso un antiguo maestro del derecho comer-
cial, SEGOVIA, Lisandro, reputaba inconstitucional el arbitraje.
(7) DE BOISSÉSON , Matthieu, Le Droit Français de l’arbitrage, con la colaboración de DE J UGLART, Michel y
prefacio de PIERRE B ELLET , Gide, Loyrette, Nouel Éditeurs, París, 1983, pp. 121 y ss., quien afirma “la
temporalidad del arbitraje pertenece a su esencia”; véase DANOVI, Filippo, “Termine per emettere il lodo”,
Comentario al artículo 24 del Reglamento de Arbitraje de la CCI, en: Regolamento di arbitrato della camera
di commercio internazionale. Comentario; colección dirigida por BRIGUGLIO, Antonio / SALVANESCHI, Laura,
Giuffrè, Milán, 2005, pp. 452 y ss., quien atribuye la temporalidad de la función arbitral a la conceptuación
de que los árbitros actúan en virtud de un mandato de las partes; RODRÍGUEZ MENDOZA, Fernando, Proce-
dimiento Arbitral, El País, Santa Cruz de la Sierra, 2004, p. 107, “La temporalidad de la jurisdicción que
tienen los árbitros en el proceso arbitral, es la consecuencia directa de que exista un plazo de cumplimien-
to desde el inicio del procedimiento arbitral hasta la dictación del laudo, además, las partes tienen la
seguridad de obtener un pronunciamiento en el plazo por ellas establecido o en el de 180 días, constitu-
yendo la garantía de obtenerse la solución de un conflicto sin dilaciones indebidas, con economía y efica-
cia”. La Corte de Apelación de Santiago (Chile) el 1 de octubre de 1989, en el caso “Rojas, Patricio /
Borquez, Héctor”, resolvió que los árbitros son jueces temporales que sólo tienen jurisdicción para resol-
ver y juzgar los asuntos que se le han encomendado dentro del plazo (…) de modo que si pretenden fallar
fuera de dicho plazo actúan no como jueces, sino como simples particulares (…) por lo que el laudo es
nulo de pleno derecho. Vide “El arbitraje en la jurisprudencia chilena”, que se lee en http://
www.camsantiago.com.htmljurisprudencia. AYLWIN AZOCAR, Patricio, El juicio arbitral, 4ªed., editorial Fallos
del mes, Santiago (chile), 1982, pp. 473 y ss., cita la doctrina más rigurosa que considera que los actos de
los árbitros una vez vencido el plazo no tienen la calidad de resoluciones judiciales (con remisión a las
opiniones de GLASSON, TISSIER, M OREL y MATTIROLO, en nota 132), aun cuando el autor cita otros en sentido
contrario, junto con fallos de tribunales chilenos, adhiriendo a esta última posición.
(8) Que, en consecuencia, puede existir o no existir. Ver infra, Cap. II, numeral 2.4.
284 HÉCTOR ALEGRÍA
(13) Ver fallo de la Corte de París, del 29 de junio de 2006, cit. en la nota 1, “Caburol c/ Moyrand”, donde el autor
de la mencionada nota (LOQUIN) explica que la jurisprudencia nunca ha dudado en considerar validamen-
te indeterminada la duración de los arbitrajes institucionales, citando el fallo de la Cámara de Apelaciones
de París del 17 de Mayo de 1983, Revue de l’arbitrage, 1987, p. 309.
(14) Obviamente son dos posiciones bien diferenciables, cuyo punto de contacto está ligado a la consideración
de los efectos del dictado del laudo fuera del plazo considerado.
(15) Ver en el derecho inglés MUSTILL, Sir Michael / BOYD, Stew The Law and Practice of Commercial Arbitration
in England, Butterworths, Londres, 1989, Cap. 16, “Lapse of times”, con su referencia a la Limitation Act,
1980, pp. 193 y ss.
(16) BUERES, Alberto J. / H IGHTON , Elena I., Código Civil y Normas Complementarias. Análisis doctrinario y
jurisprudencial, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, T. 6B, pp. 573 y ss. En relación, fallo “Alaniz, Juan c/ Cia.
Aseguradora Argentina”, CCom., en pleno, 27.11.59, LL, 96-174.
(17) Ibidem, cit. en nota anterior, pp. 576-577.
286 HÉCTOR ALEGRÍA
(ii) Reglas arbitrales que remiten a un que en ciertos casos, el Reglamento Ar-
determinado orden o régimen proce- bitral (de fuente legislativa, institucional
sal, dentro del cual existen reglas ge- o convencional) puede no prever los pla-
nerales sobre caducidad de instancia. zos y tramitación de los recursos o de la
En ese caso podrían aplicarse tales ejecución de los laudos, los que enton-
reglas al supuesto de abandono de la ces son regidos por la legislación proce-
instancia arbitral. sal aplicable(23).
(iii) Casos en los cuales el régimen aplica-
ble encomienda a los árbitros el im- e. La suspensión o interrupción de
pulso del procedimiento, sin prever su los plazos en el procedimiento arbitral
eventual caducidad o extinción por
Los plazos en el procedimiento arbi-
transcurso del tiempo(22), situación ante
tral son susceptibles de suspensión o in-
la cual no cabrá aplicar el instituto de
terrupción. Los distintos ordenamientos
la perención de instancia, sin perjuicio
de la responsabilidad de los árbitros. regulatorios, en general, establecen algu-
nos supuestos en que ocurren tales fenó-
menos. Así por ejemplo, es frecuente refe-
d.Plazos y trámites para los recur-
rirse a la suspensión en hipótesis de reem-
sos y la ejecución forzosa del laudo
plazo de uno o más árbitros (por cualquier
Sobre el tema nos remitimos al pun- causa(24)), por la actuación de órganos de
to b precedente. Solamente indicaremos la justicia que lleven a interrupción del
(22) Artículo 31 de la ley de Arbitraje y Conciliación de Bolivia Nº 1770, que al referirse a las facultades de los
árbitros dice: “Son facultades de los árbitros: 1- impulsar el procedimiento, disponiendo de oficio las medi-
das que sean necesarias a tal efecto (…)”; artículo 54 de la sección Código de Ética de los Árbitros del
Reglamento del Centro de Conciliación y Arbitraje de Panamá, el que reza: “Los árbitros desarrollarán sus
poderes de impulso del procedimiento para asegurar plenamente el principio pro arbitrato, cumpliendo y
haciendo cumplir lo pactado por las partes (…)”. Véase en relación las reglas de la Federation of oil, seed
and fats Ltd. (Fosfa), las que disponen que si un árbitro retarda indebidamente el desarrollo del proceso,
podrá ser convocado para explicar las razones de dicho comportamiento. El Reglamento CCI establece
que “El tribunal instruirá la causa en el plazo más breve posible por todos los medios apropiados” (Artículo
20.1): véase su comentario en DERAINS , Yves y SCWARTZ, Eric, A guide to the new ICC rules of arbitration,
cit., en nota 19, pp. 252 y ss. PINSOLLE, Philippe, KREINDLER, Richard H., “Les limites du rôle de la volonté
des parties dans la conduite de l’instance arbitrale”, en: Revue de l’arbitrage, Nº 1, 2003, p. 45, donde
mencionan el debate sobre el poder de disposición de las partes y el deber del árbitro de continuar hasta
finalizar el procedimiento aún contra la voluntad de las partes, recordando el tratamiento del problema en
la reunión ICCA (Internacional Council for Commercial Arbitration Congress) organizada en Londres, en el
año 2002, en la que se escucharon ponencias en uno y otro sentido y también propiciando un equilibrio en
ambas concepciones. Los autores señalan que el tema de debate en tal Congreso estaba enunciado
como “The parties, not the arbitrators, control the arbitration” (nota 6). En el texto recuerdan también la
frase de René David, quien en 1932 afirmó que el árbitro “no es un valet de las partes”.
(23) En general, para los recursos se aplicará el régimen procesal del lugar de emisión del laudo y para la
ejecución el del lugar en que la ejecución deba ser llevada a cabo (que puede ser distinta a la jurisdicción
de emisión del laudo).
(24) Como ejemplo véase el artículo 42 de la Ley General de Arbitraje de Perú Nº 26.572 (1996), y en
relación, CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, Arbitraje comercial y de las inversiones, UPC, Lima, 2007,
p. 126 y sus notas respectivas. Asimismo, el Reglamento de la OMPI, en su artículo 33, lo admite salvo
acuerdo en contrario de las partes; artículo 747 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
(Argentina) y el artículo 137 del Decreto 1818/98 de Colombia. Véase AYLWIN AZOCAR, Patricio, El juicio
arbitral, cit. en nota 7, pp. 464 y ss., sobre suspensión y prórroga de plazos.
288 HÉCTOR ALEGRÍA
(25) Artículo 752 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (Argentina); artículo 819 bis del Código de
Procedimiento Civil Italiano.
(26) Código de Procedimiento Civil italiano, artículo 816, que termina expresando que si después del venci-
miento “ninguna de las partes activa la actuación de los árbitros para proseguir el juicio, los árbitros pue-
den renunciar al encargo”; Véase RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto Dell’Arbitrato, 5ªed., CEDAM, Pa-
dua, 2006, p. 454. En ciertos arbitrajes institucionales, y en especial en los de la CCI, la falta de depósito
de la suma para gastos del arbitraje puede causar la suspensión del procedimiento (artículo 30.4); véase
RAINER , Andreas, “Le réglement d´arbitrage de la CCI, versión 1998”, en: Revue de l´arbitrage, 1998, pp. 44
y ss., especialmente puntos 6, parte final y 8 (pp. 44-52).
(27) Decreto Legislativo italiano del 2 de febrero de 2006, que modificó el artículo 820 del Código de Procedimien-
to Civil, que dice: “(…)si las partes no dispusieran de otra forma, el término es prorrogado por 180 días en los
casos siguientes y no más de una vez en el ámbito de cada uno de ellos: a) si deben ser sustanciados medios
de prueba; b) si se ha dispuesto una pericia técnica de oficio; c) si se ha pronunciado un laudo no definitivo
o un laudo parcial; d) si se ha modificado la composición del colegio arbitral o ha sido sustituido el árbitro
único. El término para el pronunciamiento del laudo se suspende durante la suspensión del procedimiento.
En todo caso, después de la reanudación del procedimiento el término residual no será inferior a 90 días”.
(28) PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, T. IX, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001, p. 117, expresa
que las partes no podrían suspender el procedimiento sin conformidad de los árbitros, solución con la que
no concordamos. Ver también artículo 496.1 del Código General de Procedimientos de Uruguay y artículo
52 de la Ley de Arbitraje y Conciliación de Bolivia Nº 1770 (1997), entre otros.
(29) Así se decidió por aplicación del artículo L. 621-40 del Código de Comercio francés, anulando el procedi-
miento y declarándolo extinguido: Corte de Casación, Cámara Comercial, Arret Nº 873 del 2 de Junio de
2004, Caso “Gaussin SA et autres c/ Alstom Power Turbomachines SA”. La incidencia de los procesos
concursales, ya sean preventivos o liquidatorios, han motivado distintas soluciones en los regímenes
jurídicos. Ver: BONSIGNORI, Angelo, Arbitrati e Fallimento, CEDAM, Padua, 1995; VINCRE, Simonetta, Arbitra-
to rituale e fallimento, CEDAM, Padua, 1996. En Italia, el artículo 69 del Decreto Legislativo del 9 de enero
de 2006, Nº 5, “Riforma organica della disciplina delle procedure concorsuali”, incorporó el artículo 83 bis
al Real Decreto del 16 de marzo de 1942 Nº 267, que ahora dice: “Cláusula Arbitral. Si el contrato que
contiene una cláusula compromisoria se resuelve por una disposición de la presente sección, el procedi-
miento arbitral no puede ser proseguido”. CAIVANO, Roque J., Arbitraje, 2ªed. actualizada y ampliada, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2000, pp. 117-118 y sus remisiones a casos jurisprudenciales y al trabajo del autor
junto con TRUFFAT, Edgardo Daniel, “El arbitraje pericial y los procesos concursales”, en: El Derecho, en
adelante ED, 183-247. En la ley española se toma como vía de impugnación del convenio arbitral o del
mismo laudo, el caso que quien sea demandado caiga en concurso. Véase al respecto MERINO MERCHÁN ,
José F. / CHILLÓN M EDINA, José Ma., Tratado de arbitraje interno e internacional, cit. en nota 6, p. 743. El
tema ha sido planteado reiteradamente en la doctrina y la jurisprudencia argentina con motivo del artículo
134 de la Ley de Concursos y Quiebras: véase SEGAL, Rubén, El arbitraje con relación a los procesos
concursales, La Ley, 1980-D-140; RIVERA, Julio / ROITMAN, Horacio / VITOLO, Daniel Roque, Ley de concur-
sos y quiebras, 3ªed., Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, Sta. Fe, 2005, T. II, pp. 134 y ss. La Corte Suprema
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 289
o por su fallecimiento y apertura del su- que las partes determinen concretamente
cesorio(30). En su momento analizaremos el que se aplique al caso, ya sea en la cláu-
la prórroga o extensión de plazos con es- sula arbitral, o en el Acta de Misión o com-
pecífica referencia al relativo a la conclu- promiso, o en un acto posterior. En ese
sión del procedimiento y laudo final (ver supuesto se aplicará lo convenido, sin per-
infra numeral 22. literal e). juicio de hacerle extensivos los criterios
generales y supletorios del reglamento ar-
2.2. Plazo global para el trámite hasta bitral de que se trate, en tanto no sea de-
el dictado del laudo rogado por el mismo acuerdo de partes
(por ejemplo, cómputo de los plazos –días
Una gran parte de las leyes y regla- hábiles o inhábiles, comienzo y fin–, fa-
mentos de arbitraje prevén la determina- cultades para la prórroga de los plazos,
ción de un plazo para todo el procedimien- suspensiones, etc.).
to ante el tribunal arbitral, incluyendo el
dictado del laudo respectivo(31). Un interesante precepto surge del
actual artículo 32.1 del Reglamento CCI,
Esta manera de afrontar el tema moti-
refiriéndose al llamado fast track: admite
va, a su vez, algunos puntos específicos de
que las partes puedan acordar reducir los
aplicación que es necesario indicar ahora,
diferentes plazos previstos en el reglamen-
aunque con un desarrollo no necesariamente
to pero que si ello ocurre después de la
exhaustivo, atento al objeto de estas líneas.
constitución del tribunal arbitral, debe re-
querirse la previa aprobación de éste(32).
a.La voluntad de las partes en la de-
La norma es lógica por cuanto los árbi-
terminación del plazo
tros pueden haber aceptado bajo ciertas
Siempre dentro del tipo de plazo que pautas temporales que, al ser reducidas,
estamos analizando, en general se admite alteran la óptica bajo la cual aceptaron,
de Justicia de la Nación (Argentina) resolvió un caso interesante en “Bear Service S.A. c/ Cervecería
Modelo S.A. de C. V.”, el 5 de abril de 2005, admitiendo la perduración de la cláusula arbitral aún después
de la resolución del contrato y señalando que no correspondía aplicar el fuero de atracción en el concurso
preventivo de la parte actora, y la nota de RIVERA, Julio César, “Dos cuestiones sobre arbitraje en una
sentencia de la Corte Suprema Argentina”, disponible en www.rivera.com.ar.
(30) Véase CAIVANO, R., Arbitraje, cit. en nota anterior, pp. 118 a 123, y del mismo autor “El arbitraje y el fuero
de atracción del sucesorio”, en: ED, 16/6/99.
(31) A modo de ejemplo: artículo 24 del Reglamento CCI; artículo 81 del Reglamento de Arbitraje del MER-
COSUR; artículo 22 de la Ley de Arbitraje Comercial de Venezuela; artículo 33 del Reglamento de
Arbitraje de Panamá, entre otros.
(32) CRAIG, W. Laurence / PARK , William W. / PAULSSON, Jan, Internacional Chamber of Commerce Arbitration,
Oceana, EE.UU., 1997, pp. 146 y ss.; REDFERN, Alan / HUNTER , Martín / BLACKABY , Nigel / PARTASIDES, Cons-
tantine, Law and Practice of International Commercial Arbitration, Sweet & Maxwell, 2004, punto 6-43,
Cap. 6; primera disposición complementaria del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio de
Lima; artículo 36 del Reglamento de Arbitraje de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México.
RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto Dell’Arbitrato, cit. en nota 26, pp. 791 y ss., quien trata no sólo el “fast
track” de EE.UU., sino la diferenciación entre arbitraje “acelerado”, arbitraje “veloz” y arbitraje “super-
veloz”. Véase como otro ejemplo de esta modalidad de arbitrajes expeditivos o abreviados, el regulado en
las “Commercial Rules” de la American Arbitration Association, tratado en los apartados E-1 a E-10.
DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit. en nota 19, p. 345, indican
que el artículo 32 del Reglamento ICC permite a la Corte “salvar el procedimiento de fast track”.
290 HÉCTOR ALEGRÍA
(33) BLESSING, Marc, “La procédure d’arbitrage selon le nouveau règlement de la CCI – Analyse des change-
ments”, in: Bulletin de la Cour Internationale d’Arbitrage de la CCI, Vol. 8, Nº 2, Diciembre 1997, p. 35.
Véase también REINER, cit., en nota 26, pp. 68/9 quien relata que ordinariamente es difícil encontrar árbitros
dispuestos a tomar el encargo, cuando las partes han reducido excesivamente el plazo del procedimiento.
(34) Son ejemplos salientes donde se establece un plazo supletorio para el dictado del laudo: Artículo 126 del
Decreto 1818 (1998) de Colombia, donde se dispone el plazo supletorio de 6 meses; artículo 25 del
Decreto-Ley Nº 5 (1999) de Panamá, donde se dispone un plazo de 6 meses desde la aceptación del
último árbitro. Con igual criterio, el artículo 58 del Decreto 161 (2000) de Honduras y el artículo 49 del
Decreto 914 (2002) de El Salvador. El artículo 23 de la Ley 9307 (1996) de Brasil establece un plazo de 6
meses desde la instalación del arbitraje; el artículo 22 de la Ley de Arbitraje Comercial de 1998 de Vene-
zuela (Gaceta Oficial 36.430) también 6 meses a partir de la constitución del Tribunal Arbitral y el artículo
48 de la Ley 26.572 (1996) de Perú, en relación a los arbitrajes nacionales, 20 días de vencida la etapa de
prueba. En el caso de España, el artículo 37 (2) de la Ley 60 (2003) establece un plazo de 6 meses desde
el vencimiento del plazo para contestar demanda.
(35) El tema se debatió con motivo de la reforma del Reglamento CCI, optándose por mantener el plazo de seis
meses y aceptar la reducción por convenio de partes (artículo 32, punto 1) o su prórroga (artículo 32, punto
2) BRUNA, Sierk, “Le controle des délais par la cour internationale d’arbitrage”, en: Bulletin de la Cour
Internationale d’Arbitrage de la CCI, Vol. 7, Nº 2, diciembre 1996, pp. 74 y ss.; BLESSING, Marc, “La procé-
dure d’arbitrage selon le nouveau règlement de la CCI – Analyse des changements”, en: Bulletin de la Cour
Internationale d’Arbitrage de la CCI, Vol. 8, Nº 2, diciembre 1997, p. 32 ; DERAINS, Yves, en “La rèvision du
règlement d´arbitrage de la CCI. Méthodes et objectives”, en: Bulletin de la Cour Internationale
d´arbitrage de la CCI, Vol. 8, Nº 2, diciembre 1997, pp. 10 y ss.
(36) A tal efecto carece de relevancia que los meses tengan distinta cantidad de días. En general dentro de ese
cómputo se tienen en cuenta también meses en los cuales existan días feriados o, incluso, épocas de
feriados judiciales o administrativos prolongados (incluso períodos de vacaciones). Las partes pueden
pactar otra fórmula de cómputo de los plazos en meses. De todas formas si el día de vencimiento ocurre
en un día inhábil en el lugar del arbitraje, se computa hasta el día siguiente hábil.
(37) Incluyen los días inhábiles el Reglamento CCI (artículo 3.4); el Reglamento de la LCIA (artículo 4,6); el
Reglamento de la OMPI (artículo 4e), entre otros. Consideran los días hábiles el Reglamento del Centro de
Conciliación y Arbitraje de Panamá (artículo 9); el Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio de
Lima (artículo 9b), salvo que se indiquen días calendarios.
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 291
(38) Ver nota 34. En un caso en que actuamos como árbitros, bajo el Reglamento CCI, se había establecido
en la cláusula arbitral que el laudo se dictaría dentro de los 60 días de la demanda. Ese plazo estaba
prácticamente consumido para el procedimiento previo cuando se entregó el expediente al Tribunal
(artículo 13 del Reglamento CCI). Los árbitros hicieron saber la cuestión a la Corte, invocando la posi-
bilidad de la utilización del artículo 32, pero ésta señaló que el Tribunal debía interpretar el compromiso
con relación a ese plazo, lo que motivó, a su vez, que el Tribunal indicara que en ese caso particular, el
plazo debía aplicarse solamente a partir desde que se cerrara la instrucción de la causa (artículo 22 del
Reglamento). En definitiva la tesis subyacente consistía en conceptuar que los plazos del arbitraje
deben tener relación útil con el objeto del proceso y con la tutela de los derechos de las partes a exponer
y probar su caso con amplitud.
(39) Artículo 63 del reglamento de la OMPI; artículo 26 del Reglamento de la LCIA.
(40) DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit. en nota 19, p. 282.
(41) El artículo 25.3 del Reglamento CCI dice: “El laudo se considerará pronunciado en el lugar de la sede del
arbitraje y en la fecha que en él se mencione”. Parece, por lo tanto, cerrar toda discusión sobre la sinceridad
de lugar y fecha.
292 HÉCTOR ALEGRÍA
(42) Artículo 31 del Reglamento de Arbitraje de la Cámara Argentina de Comercio, si lo permite el estado de la
causa y hay consentimiento de las partes. Otros ejemplos en DERAINS, Yves Y SCHWARTZ, Eric A., A guide to
the new ICC rules of arbitration, cit., en nota 19, pp. 36-38.
(43) Véase PALACIO, Lino Enrique, “Derecho Procesal Civil”, T. IX, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001, pp. 156-
157. Naturalmente la aclaratoria podrá corregir errores materiales o completar aspectos derivados de la
decisión, pero no podrá variarla en su esencia. Véase, por ejemplo: Reglamento CCI, artículo 29; RIVERA,
Julio César, “Recursos contra laudos arbitrales”, en: JA, número especial, 2007-I, pp. 71 y 76.
(44) LOQUIN, Eric, “Tribunaux de commerce et arbitrage”, nota sobre el caso Corte de París, 29 de junio de
2006 “Caburol c/Moyrand”. RTDcom, Nº 4, Octubre-Diciembre 2006, Dalloz, París, 2006, pp. 763-764,
quien dice: “Es frecuente que la necesidad de prorrogar el plazo del arbitraje encuentre sus causas en el
comportamiento de las partes y más frecuentemente en una sola de ellas, que por razones dilatorias se
ingenia para de todas formas causar que la sentencia se dicte más allá del plazo. Los medios utilizados
son numerosos y ameritan ser descritos más completamente en un sombrío catálogo: ausencia de actua-
ción de un abogado, no respuesta a las convocaciones de los árbitros, contestaciones sistemáticas a la
independencia de los árbitros para justificar una política de ‘silla vacía’ sin por ello recurrir al procedimiento
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 293
(i) Prórroga convenida por las partes prorrogar el plazo para la tramita-
ción y laudo. Como también he-
Los Reglamentos Arbitrales contem-
mos señalado, cierta parte de la
plan expresamente o son interpretados
doctrina y de la jurisprudencia
generalmente (en caso de silencio) como
francesa se inclinan por esta solu-
admitiendo la prórroga del plazo a que nos
ción ante la redacción del artículo
estamos refiriendo por acuerdo de todas
1456 del CMPC (46).
las partes intervinientes(45).
• Posibilidad de otorgar a los árbitros
(ii) Prórroga sometida a la decisión la facultad de prorrogar el plazo, por
del propio tribunal arbitral un nuevo tiempo determinado. Esta
opción está admitida por distintas le-
Como analizamos al comienzo es yes y reglamentos y ha sido la inter-
este un tema arduo en orden a la interpre- pretación, en algunos casos, de los
tación de los Reglamentos Arbitrales. Po- tribunales de justicia(47).
demos encontrar varias opciones:
• Facultad a los tribunales arbitrales
• Imposibilidad de otorgar a los de prorrogar el plazo sin determi-
propios árbitros la facultad de nación de un límite temporal o de
(48) El Reglamento de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres (LCIA), vigente desde el 1º de enero de
1998, establece en su artículo 4.7 que “el Tribunal Arbitral puede en cualquier momento prorrogar (incluso
en el supuesto de que el plazo haya vencido) o abreviar cualquier plazo previsto en el Reglamento o en el
Convenio Arbitral para la instrucción del arbitraje, incluyendo cualquier notificación, citación o comunica-
ción que deba notificarse por una parte a cualquier otra parte”. Debe recordarse que el artículo 22.1 (d)
permite al Tribunal Arbitral “prorrogar o acortar cualquier plazo conferido por el convenio arbitral, por este
Reglamento o por las diligencias de ordenación del Tribunal Arbitral para la instrucción del arbitraje”. La ley
venezolana del 25 de marzo de 1998, establece en su artículo 22: “Si en el acuerdo de arbitraje no se
señalare el término para la duración del proceso, éste será de seis (6) meses contados a partir de la
constitución del tribunal arbitral. Este lapso podrá ser prorrogado por dicho tribunal una o varias veces, de
oficio o a solicitud de las partes o de sus apoderados con facultad expresa para ello. Al término antes
señalado se sumarán los días en que por causas legales se interrumpa o suspenda el proceso”.
(49) RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, International Arbitration Law, Kluwer, Deventer–Boston, 1990, p. 34. (Hay una
edición posterior de este libro). CAIVANO, Roque J., Arbitraje, cit. en nota 30, p. 67; BERLINGUER, Aldo, en
BRIGUGLIO, Antonio y SALVANESCHI, Laura, Regolamento di Arbitrato della Camera di Commercio Internazio-
nale, Giuffré, Milán, 2005, pp. 5 y ss.; RELDSTEIN DE CÁRDENAS, Sara L. y LEONARDI DE HERBÓN, Hebe M., El
Arbitraje, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1998, p. 15, UZAL, María Elsa, Solución de controversias en el
Comercio Internacional, Ad-Hoc SRL, Buenos Aires, 1992, p. 57, BORTOLOTTI, Fabio Diritto dei contratti
internacionali. Manuale di diritto commerciale internazionale, Cedam, Padua, 1977, pp. 499 y ss., punto
9.3 “Los arbitrajes institucionales o administrados”.
(50) RUBINO-SAMMARTANO , Mauro, Il Diritto Dell’Arbitrato, cit. en la nota anterior, pp. 419 y ss. en la que men-
ciona diferentes reglas de instituciones de arbitraje y legislaciones de distintos países. A modo de ejem-
plo: Rules of the Arbitration Institute of the Stockholm Chamber of Commerce, Rules of the Netherlands
Arbitration Institute, Commercial Rules of the American Arbitration Association, Rules of the Italian So-
ciety for Arbitration. La doctrina y la jurisprudencia son conformes en que las instituciones arbitrales no
son cortes jurisdiccionales y que en consecuencia no deben fundar expresamente las decisiones con-
cediendo prórrogas: véase Corte de Apelaciones de París, 1ª. Cámara, 17 de Mayo de 1983, “Techni
Import Proffessionnel c/ Electro Scintific Industries”, y nota de GRANDJEAN, Philippe, La durée de la mis-
sion des arbitres, cit., en nota 46.
(51) Corte de Apelaciones de París (Primera Cámara Civil), 6 de marzo de 2003, en “AIC-El Amiouny Internatio-
nal Contracting et Trading c/ Skanska”, publicado en RTDC 2003, p. 479, afirmó que al prorrogar el plazo
la Corte habría procedido “por cuenta de las partes y en consecuencia las notificaciones del plazo deben
ser remitidas al Tribunal Arbitral”. Adviértase que se trataba de una prórroga emanada de un organismo de
carácter institucional y no de un caso decidido por el propio Tribunal Arbitral. Esta es también la costumbre
de la Corte de la CCI: véase DERAINS, Yves y SCHWARTZ , Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration,
cit. en nota 19, p. 283, en idéntico sentido, BORTOLOTTI, Fabio, Diritto dei contratti internacionali. Manuale di
diritto commerciale internazionale, cit. en nota 49, p. 499 y nota 54, en la que cita un fallo de la Corte De
Paris (“Bin Saud Bin Abdel Aziz c. Crèdit Industriel et comerciale de Paris”, del 24 de marzo de 1955) y otro
de la Corte Federal Alemana (“S.p.a. Ghezzi c. Jacob Boss Söhne” del 14 de abril de 1988). En este último
esa Corte definió que no viola el derecho de defensa que una parte no haya intervenido en la decisión de
prórroga. BRUNA, Sierk, “Le contrôle, de délais par la Cour International d´arbitrage”, en: Bulletin de la Cour
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 295
Internationale d´arbitrage de la CCI, Vol. 7, Nº 2, diciembre de 1996, p. 76, también se refiere a una
decisión de la Corte de la CCI de 1989.
Nos parece que, aun cuando la prórroga no requiera notificación para su eficacia, de todas maneras
resultaría conveniente tal notificación para que las partes puedan conocer la evolución del proceso.
(52) El artículo dice: “La Corte puede, en virtud de solicitud motivada del Tribunal Arbitral, o si lo estima nece-
sario, de oficio, prorrogar dicho plazo”. Este precepto coordina con lo dispuesto por el artículo 32.2 del
mismo Reglamento.
(53) DANOVI, Filippo, “Termine per emettere il lodo”, Comentario al artículo 24 del Reglamento de Arbitraje de la
CCI en: Regolamento di Arbitrato della Camera di Commercio Internazionale, dirigido por BRIGUGLIO, Anto-
nio y SALVANESCHI, Laura, Giuffrè, Milán, 2005, pp. 452 y ss., especialmente p. 456, donde cita en ese
sentido un fallo de las tres instancias en Francia en el caso “Sté Appareils Dragon c. Costruimort”, tam-
bién mencionado por PRUJINER , Alain, “La gestion des arbitrages commerciaux internationaux: l’exemple
de la Cour d’arbitrage de la CCI”, en: Journal du Droit International, 1988, pp. 704 y ss. DERAINS, Yves y
SCHWARTZ, Eric A., A guide to the new ICC rules of arbitration, cit., en nota 19, p. 283. Ver nota 50, parte final.
(54) En Francia el artículo 1456, ya citado en la nota 4; en Italia, la reforma al Código Procesal Civil de 2006,
artículo 820, admite la prórroga dispuesta por el Presidente del Tribunal Judicial, por pedido motivado de
una de las partes o de los árbitros, propuesto antes del vencimiento del plazo. La Ley uruguaya Nº 15982,
de 1989, establece un plazo de 90 días hábiles, salvo que las partes acordaren la suspensión del procedi-
miento (artículo 9496.1), sin prever la circunstancia de una prórroga.
(55) En relación, artículo 821 del Código Procesal Civil Italiano y artículo 95 de la Ley 26572 de Perú. Véase
RUBINO-S AMMARTANO, Mauro, Il Diritto Dell’Arbitrato, cit. en nota 26, p. 835; Jean-Georges, Betto, nota a las
decisiones de la Corte de Casación francesa (Cámara Civil), de 8 de marzo de 2001, 18 de octubre de
2001 y 4 de abril de 2002 y de la Corte de París del 17 de enero de 2002, cit., nota 46, pp. 911 y ss., donde
trata la “prórroga tácita”, con remisión a casos jurisprudenciales y doctrina. Este último trabajo también
estudia el caso de renuncia de las partes a prevalerse de impugnar el laudo por haber sido dictado fuera
de término, punto II, a, pp. 915 y ss. En igual sentido, por ejemplo, la jurisprudencia chilena: Corte Supre-
ma “Famae c/ Surimex”, del 28 de septiembre de 1982 y Corte de Apelaciones de Santiago “Romero
Almedo, Eduardo y Otro c/ Arbitro arbitrador Rojas Habed, Nayo”, del 1 de diciembre de 1999, que se leen en
www.camsantiago.com/html/jurisprudencia. AYLWIN AZOCAR, Patricio, en: El juicio arbitral, 4ª ed., Santiago,
Chile, 1982, pp. 471 y ss., señala la doctrina chilena y de otros países en la misma dirección.
296 HÉCTOR ALEGRÍA
el artículo 821 un procedimiento particu- una causal de nulidad, tal como lo entien-
lar: que la eventual nulidad del laudo por de la doctrina continental (es decir, incon-
vencimiento del plazo no puede invocar- firmable y atentatoria del orden público)
se si la parte no ha notificado a la otra sino, y en algunos casos, podría conside-
parte y a los árbitros que hará valer el ven- rarse que se trata de una situación de anu-
cimiento del plazo(56). labilidad(58) (y, por tanto, confirmable).
La doctrina también ha entendido apli-
cable este principio, aun ante la inexisten- 2.3. Plazo para emitir el laudo a partir
cia de un precepto similar, en otros orde- de la conclusión del procedimiento
namientos legales extendiendo el concep- anterior
to de consentimiento o prórroga tácita(57).
a.Aspectos generales
(vii) Consentimiento del laudo dic-
Se trata de un supuesto que tiene en
tado fuera de término
común con el anterior que ambos se refieren
Puede ocurrir que las partes no recu- a un plazo con relación al dictado del laudo.
rran contra el laudo arbitral o bien que, re- Sin embargo, tiene efectos bien distintos, que
curriendo, no invoquen el vencimiento del trataremos de especificar y valorar ahora.
plazo como agravio contra el laudo. En esas
Una serie de reglamentos de arbitra-
condiciones el laudo dictado fuera de tér-
je no contiene plazos para el entero pro-
mino no es inválido por esa circunstancia.
cedimiento, pero sí prevén un plazo para
Surge claramente de lo que llevamos que el tribunal arbitral dicte el laudo, a
dicho, entonces, que el eventual vicio de partir de ciertos eventos de la causa que
extemporaneidad del laudo no constituye hacen expedita esta posibilidad(59).
(56) Artículo 821 del Código Procesal Civil Italiano, que dice: “(Relevancia del transcurso del término). El
transcurso del término indicado en el artículo anterior no puede ser hecho valer como causa de nulidad
del laudo si la parte, antes de la deliberación del laudo resultante del acto suscripto por la mayoría de los
árbitros, no había notificado a las otras partes y a los árbitros que entiende hacer valer la decadencia. Si
la parte hace valer la decadencia de los árbitros, éstos, verificado el decurso del término declaran
extinto el procedimiento”. Véase RUBINO -SAMMARTANO, Mauro, Il Diritto Dell’Arbitrato, cit. en nota 26, pp.
995-997, quien recuerda autores (Vecchione y Satta) que estiman necesaria que esa notificación tenga
la forma de un acto de oficial judicial, mientras que Andrioli estima suficientes medios menos formales;
también analiza si el mecanismo puede ser activado solo por la parte o también por su letrado, indican-
do fallos que se inclinan por la primera solución. El artículo 63 de la Ley 1170 (1997) de Bolivia dice, en
la parte pertinente: “La parte recurrente que durante el procedimiento arbitral omitiere plantear una
protesta respecto de las causales señaladas, no podrá invocar la misma causal en el recurso de anula-
ción”. Ver: CAIVANO, Roque, “Bolivia sancionó una nueva ley de Arbitraje”, en: LL 1998-A, pp. 909 y ss.;
RODRÍGUEZ MENDOZA, Fernando, Procedimiento Arbitral, cit., en nota 7, p. 211.
(57) CAIVANO, Roque J., Arbitraje, cit., en nota 30, pp. 292-293 con interesantes argumentos; CANTUARIAS
SALAVERRY, Fernando, “Breve descripción de la situación del arbitraje internacional de América Latina”, en:
Laudo, cit., en nota 24, pp. 522 y sus notas.
(58) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Breve descripción de la situación del arbitraje internacional de América
Latina”, en: Laudo, cit., en nota 24, pp. 398 y ss., con sus notas. El autor sostiene que la causal por
extemporaneidad no reviste características de orden público, por lo que las partes deberán deducirla
expresamente en un procedimiento de anulación del laudo.
(59) En este sentido es destacable el artículo R41 de Commercial Arbitration Rules and Mediation Procedures
(Including Procedures for Large, Complex Commercial Disputes) de la American Arbitrarion Asociation,
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 297
que dice: “Plazo para el laudo. El laudo (award) debe ser realizado prontamente por el arbitrador y salvo
que otra cosa haya sido convenida por las partes o especificada por la ley no más tarde de los treinta
días de la fecha de cierre de la audiencia, o si las audiencias orales fueron omitidas, desde el día de la
transmisión por la AAA de los alegatos finales y la prueba al arbitrador”.
(60) Artículo 24.2 del Reglamento de la Cámara de Comercio Internacional; artículo 8.2 del Reglamento del
MERCOSUR; artículo 60 del Reglamento de la Cámara de Comercio de Lima. RUBINO-SAMMARTANO, Mauro,
Il Diritto Dell’Arbitrato, cit., en nota 49, pp. 420-421, menciona los siguientes reglamentos: artículo 18 ICC
Rules of Conciliation and Arbitration; artículo 33 Rules of Arbitration Institute of The Stockholm Chamber of
Commerce; artículo 23.10 Rules of Conciliation, Arbitration and Expertise of the Euro-Arab Chambers of
Commerce; artículo 24 Rules of the Italian Society for Arbitration, entre otros.
(61) Ob. cit., en nota 32; véase BRUNA, Sierk, “Le contrôle, de délais par la Cour International d´arbitrage”, en:
Bulletin de la Cour Internationale d´arbitrage de la CCI, Vol. 7, Nº 2, diciembre de 1996, p. 74 donde dice:
“Por otra parte la rapidez no debe considerarse como un fin en si. Un buen punto de partida, y después de
mi experiencia es lo que entiendo que es considerado como primordial por la Corte, es un justo equilibrio
entre, de una parte, una buena solución y, por otra, una buena calidad del procedimiento”. En ese trabajo
analiza el Reglamento en su redacción anterior y afirma reiteradamente que en la mayoría de los casos el
plazo de seis meses no puede ser respetado y, en consecuencia, debe ser prorrogado más de una vez y
concluye diciendo “A mi entender una aproximación (approche) pragmática es una buena aproximación.
Una aproximación más formal y de principio no respetará suficientemente el hecho que las partes han
298 HÉCTOR ALEGRÍA
elegido el arbitraje y que su voluntad debe ser prioritaria. Los arbitrajes sufrirán sensiblemente si se adopta
una posición más rigorista” (p. 76). MANTILLA SERRANO, Fernando, “Ley de Arbitraje. Una perspectiva inter-
nacional”, en: Iustel, Madrid, 2005, p. 203, expresa “Es cierto que puede haber un riesgo en dar total
libertad al árbitro para decidir sobre el plazo para laudar o su prórroga, sin embargo, la forma correcta
de remediar a dicho abuso –que, en todo caso, sería excepcional– no está en limitar o eliminar esa
facultad, sino en exigir la responsabilidad contractual del árbitro”
(62) El Reglamento de la Corte de Arbitraje Internacional de Londres no establece plazo para laudar, como así
tampoco la Ley Modelo de UNCITRAL. En el mismo sentido, las legislaciones de Chile, Costa Rica, Perú,
Guatemala y Paraguay. Tampoco lo contiene el “Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur”, suscripto en Buenos Aires, el 23 de Julio de 1998 (idéntico al que los países del Mercosur
firmaron con Bolivia y Chile en la misma fecha): NOODT TAQUELA , María Blanca, Arbitraje Internacional
en el Mercosur, Ciudad Argentina, Buenos Aires, 1999, p. 131, aún cuando la autora hace suya las
críticas de ZAPIOLA PÉREZ, Horacio, “Arbitraje en el Mercosur”, en: Revista de Derecho del Mercosur, año 2,
Nº 1, pp. 40-49, en el que se recomienda adoptar un plazo que no exceda de 9 meses desde que quede
conformado el Tribunal, computándose sólo los días corridos (pp. 110-112).
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 299
(63) PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, cit. en nota 43, p. 114, quien dice: “Los mencionados plazos,
revisten como regla, carácter perentorio, de manera que en el caso de no mediar su suspensión, inte-
rrupción o prórroga, los árbitros pierden potestad jurisdiccional y, en consecuencia, la posibilidad de
laudar válidamente”.
(64) COLOMBO, Carlos y KIPER, Claudio, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Anotado y Comentado,
T. VI, La Ley, Buenos Aires, 2006, p. 704; en igual sentido, PALACIO, Derecho Procesal Civil, cit., en nota 43, p. 72.
(65) En la doctrina se suele aludir a las decisiones judiciales tendientes a “salvar” la validez de los laudos
arbitrales. En definitiva se trataría de una aplicación más de la teoría de la conservación del negocio
jurídico. PELLERIN, Jacques, L´instance au fond devant la Cour d´appel après annullation de la sentence,
en: Revue de l´arbitrage, 1993, Nº 2, p. 201 dice: “El tiempo de rivalidad entre el orden estatal y el orden
arbitral ha pasado. El juez estatal ha devenido en “ambulancia del arbitraje”, salvando arbitrajes en peligro
y desbloqueando los procedimientos atascados”.
300 HÉCTOR ALEGRÍA
podrían consentir la sentencia arbitral dic- Sin embargo, esto debe enmarcarse
tada fuera de término. de la manera siguiente:
La anulación del laudo extemporá- • Por así preverlo la legislación pro-
neo produce ciertos efectos que convie- cesal aplicable, puede dictarse la
ne sintetizar: sentencia que corresponda al proce-
so que se hubiere concluido, por un
3.1. Extinción del procedimiento arbitral órgano judicial(67).
(66) El artículo 748 del CPCCN argentino expresa que la “extinción del compromiso”, que importa la “cesación
de sus efectos”, se produce “por el transcurso del plazo señalado en el compromiso o del legal en su
defecto”, lo que parece conducir a dos posibles consecuencias: a) que se pueda afirmar que el plazo es
perentorio y que el laudo fuera de plazo fuera inválido por nulidad absoluta (lo que ya hemos descartado);
b) que la cláusula arbitral permanece vigente. Véase también SILVA R OMERO, Eduardo y DÍAZ RAMÍREZ ,
Enrique, “La extinción del contrato de arbitraje”, dirigido por SILVA ROMERO , Eduardo y coordinado por
MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, Legis, Bogotá, 2005, pp. 755 y ss.
(67) NCPC francés, artículo 1485, que dice: “Después que la jurisdicción a consecuencia de un recurso de
anulación anula la sentencia arbitral, ella misma se pronuncia sobre el fondo dentro de los límites de la
misión del árbitro, salvo voluntad contraria de todas las partes”. Esta atribución judicial para fallar la causa
arbitral ha sido motivo de gran desarrollo en la doctrina y jurisprudencia francesa que denominan el fenó-
meno como la judicialización del arbitraje. Un interesante desarrollo de los temas que suscita esta norma
puede verse en PELLERIN, “L´instance au fond devant la Cour d´appel après annullation de la sentence” en
Revue de l´arbitrage, cit., en nota 65. En Italia, el Código Procesal, reformado en 2006, establece en el
artículo 830, 2º parte: “Si el laudo es anulado por los motivos mencionado en el artículo 829, 1º párrafo,
números 5, 6 (este inciso se refiere a la nulidad por haberse dictado el laudo fuera del término), 7, 8, 9, 11
ó 12 (…), la Corte de Apelación decide la controversia sobre el mérito salvo que las partes no hayan
establecido otra cosa en la convención de arbitraje o por acuerdo sucesivo. Sin embargo, si una de las
partes, a la fecha de la suscripción de la convención de arbitraje, reside o tiene su sede efectiva en el
exterior, la Corte de Apelación decide la controversia sobre mérito sólo si las partes lo han establecido así
en la convención de arbitraje o lo piden en conjunto. Cuando la Corte de Apelación no decide sobre el
mérito, se aplica a la controversia la convención de arbitraje, salvo que la nulidad dependa de la invalidez
o ineficacia de ésta”. CASSANO, Giuseppe / NISATI, Maximiliano, La reforma dell’arbitrato. Monografía ragio-
nata sulla riforma del proceso arbitrale, Giuffrè, Milán, 2006, pp. 118 y ss.
Lo mismo ocurre, según el CPCCN de Argentina, cuyo artículo 761, tercer párrafo, dice: “Si el proceso se
hubiese sustanciado regularmente y la nulidad fuese únicamente del laudo, a petición de partes, el juez
pronunciará sentencia, que será recurrible por aplicación de las normas comunes”. La doctrina señala que
esa remisión debe entenderse realizada al juez de Primera Instancia: RIVERA, Julio César, “Recursos con-
tra laudos arbitrales”, cit., en nota 43, pp. 67 y ss.; PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, cit. en
nota 43, p. 172; especialmente pp. 77/8, quien dice que para que intervenga el juez estatal, es menester
contar con la conformidad de ambas partes, pues de lo contrario debería formarse un nuevo tribunal
arbitral. (Naturalmente existen circunstancias en las que no procederá recurrir a un nuevo tribunal arbitral,
por ejemplo si se hubiere juzgado que la cuestión no era arbitrable o que la cláusula arbitral era nula o
inaplicable, pero ambos supuestos son ajenos a la nulidad por vencimiento del plazo). ROJAS, Jorge, “Vías
de impugnación del laudo arbitral”, ED 20-836, se refiere en el Cap. IV a “La llamada judicialización del
arbitraje”, y cita supuestos en que ello puede ocurrir.
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE 301
(68) CANTUARIAS SALAVERRY, Fernando, “Breve descripción de la situación del arbitraje internacional de América
Latina”, cit. en nota 24, pp. 397 y ss.; PELLERIN, Jacques, cit., en nota 65 y fallo de la Corte de Colmar, “Ch.
de Morín c/ G. Morín”, del 2 de septiembre de 1993, en: Revue de l’arbitrage, 1994 -2, p. 349, con nota de
Daniel Cohen; la nueva ley española modificó la posición que había tomado el artículo 30 (1) de la ley de
1988, según la cual transcurrido el plazo quedará sin efecto el convenio arbitral y expedita la vía judicial
para plantear la controversia, mientras que, la ley de 2003, en su artículo 37 (2) dice: “La expiración del
plazo sin que se haya dictado laudo definitivo determinará la terminación de las actuaciones arbitrales y el
cese de los árbitros. No obstante no afectará a la eficacia del convenio arbitral, sin perjuicio de la respon-
sabilidad en que hayan podido incurrir los árbitros”. Véase VERDERA Y TUELLS , Evelio, “La ley de arbitraje
española: entre la tradición y la innovación”, en: Revista Internacional de Arbitraje, Nº 5, Legis, Colombia,
julio-diciembre, 2006, pp. 150 y ss.
(69) Por ejemplo, si el vencimiento del plazo se produjo antes de ciertos actos procesales y pruebas que
también resultan impugnados, en cuyo caso no podrá dictarse una sentencia inmediata. PELLERIN, Jac-
ques, “L’instance au fond devant la cour d’appel apres annulation de la sentence”, cit. en nota 65, p. 199,
donde explica que en el caso de Francia si se trata de un arbitraje internacional la anulación de la senten-
cia no somete la cuestión al tribunal estatal, sino que las partes deberían deducir un nuevo arbitraje o
decidir la manera de proceder en ese caso. La Corte de Casación francesa, en fallo del 18 de mayo de
1989, publicado en Revue de l’arbitrage, 1990, p. 913, revisando su jurisprudencia anterior, admite que en
un arbitraje “caduco” por haberse laudado fuera de término, los actos de procedimiento (y por consiguien-
te, también las pruebas) realizados antes del vencimiento del término son válidos. GRANDJEAN, Philippe, La
durée de la mission des arbitres, cit., en nota 46, p. 50, en la que remite a la sentencia referenciada.
302 HÉCTOR ALEGRÍA
(70) REDFERN, Alan / HUNTER, Martín / BLACKABY , Nigel / PARTASIDES, Constantine, Law and Practice of Internatio-
nal Commercial Arbitration, cit., en nota 32, Cap. 6: The conduct of the proceedings, pto. 3 d).
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL: COSTO Y DURACIÓN 303
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 303-310
( *) Abogado de la Barra de París. Socio SCP Derains & Associés - París. Vice Presidente del Instituto de
Derecho Mercantil Mundial de la ICC. Ex Secretario General de la Corte Internacional de Arbitraje de la ICC.
304 YVES DERAINS
(1) Ver: el ICC Document “Tecniques for Controlling Time and Costs in Arbitration”.
(2) Esos gastos incluyen inter alia, los honorarios y gastos de los abogados, los gastos relativos a prueba
testifical y pericial, gastos incurridos por las empresas para reunir la prueba documental, etc.
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL: COSTO Y DURACIÓN 305
montos cobrados por los árbitros y las or- procedimiento como lo consideren apro-
ganizaciones de arbitraje. piado en cooperación con las partes:
5. Hay algo paradójico en esta “1. Con sujeción a lo dispuesto en
constatación porque la organización de un el presente Reglamento, el tri-
procedimiento arbitral internacional sue- bunal arbitral podrá dirigir el
le ser el resultado de una colaboración arbitraje del modo que conside-
entre los árbitros y las partes. En la prác- re apropiado, siempre que se
tica internacional, las partes raramente trate a las partes con igualdad
indican en sus cláusulas de arbitraje cua- y que, en cada etapa del proce-
les serán las reglas aplicables al proce- dimiento, se dé a cada una de
dimiento, sea por referencia a una ley na- las partes plena oportunidad de
cional de arbitraje o directamente. Gene- hacer valer sus derechos.
ralmente, se aplica el reglamento de una
organización permanente de arbitraje o, en 2. A petición de cualquiera de las
caso de arbitraje ad hoc, las reglas de la partes y en cualquier etapa del
CNUDMI de 1976. El Reglamento de Ar- procedimiento, el tribunal arbi-
bitraje de la CCI, en su artículo 15, indica: tral celebrará audiencias para
la presentación de prueba por
“1. El procedimiento ante el Tribu- testigos, incluyendo peritos, o
nal Arbitral se regirá por el Re- para alegatos orales. A falta de
glamento y, en caso de silencio tal petición, el tribunal arbitral
de éste, por las normas que las decidirá si han de celebrarse au-
partes o, en su defecto, el Tribu- diencias o si las actuaciones se
nal Arbitral determinen ya sea sustanciarán sobre la base de
con referencia o no a un dere- documentos y demás pruebas.
cho procesal nacional aplicable
3. Todos los documentos o infor-
al arbitraje.
maciones que una parte sumi-
2. En todos los casos, el Tribunal nistre al tribunal arbitral los de-
Arbitral deberá actuar justa e berá comunicar simultáneamen-
imparcialmente y asegurarse te a la otra parte”.
que cada parte tenga la opor-
tunidad suficiente para expo- 6. Dentro de este marco, el pro-
ner su caso”. cedimiento se organiza libremente. Por
consecuencia, tendría que corresponder
Los reglamentos de todas las institu- a las preocupaciones de las partes en
ciones de arbitraje que desempeñan un cuanto a su duración y costo. Hay que
papel importante en el mundo del arbitra- admitir que muchas veces no es así y pre-
je internacional contienen soluciones más guntarse porque. Un principio de respues-
o menos idénticas. El arbitraje ad hoc no ta se encuentra en la siguiente observa-
es excepción, como lo confirma el Re- ción de Mustill and Boyd:
glamento de Arbitraje de la CNUDMI
que confiere en su artículo 15 a los árbi- “If the parties have agreed upon a
tros los mismos poderes de organizar el procedure before or at the time when
306 YVES DERAINS
(3) MUSTILL and BOYD, The law and Practice of Commercial Arbitration in England, 2ª ed., 1989, CAAP. 4, nota
185, p. 282.
(4) Ver: MAYER , P., “Le Pouvoir des Arbitres de Régler la Procédure, Une Analyse Comparative des Systèmes
de Civil Law et de Common Law”, en: Revista Arbitraje, 1995, p. 163; BÖCKSTIEGEL , K-H, “Major Criteria for
International Arbitrators in Shaping an Efficient Procedue”, en: Boletín de la Corte de la CCI, “Arbitration in
the next decade”, en: Special Suplement, 1999, p. 49 atp. 50; KAUFMANN-KOHLER , “Qui contôle l’arbitrage?
Autonomie des parties, pouvoirs des arbitrs et principe d’efficacité’”, en: Liber Amicorum Claude Rey-
mond, 2004, p. 152; JARROSSON, “Notas sobre Cour de cassation francesa (8 de diciembre de 1988)”, en:
Revista Arbitraje, 1989, p. 482; sobre Cour d’appel de Paris (24 de abril de 1992), en: Revista Arbitraje,
1992, p. 601, donde se pretende que el tribunal arbitral goce de poderes inherentes en cuanto a la organi-
zación del procedimiento arbitral superiores al acuerdo de las partes.
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL: COSTO Y DURACIÓN 307
plazos para la presentación de sus memo- ejercicio de esta misma libertad. Cada una
rias, estas consideren esos plazos dema- de las partes tiene su propia agenda por-
siado cortos y se acuerden para prolon- que sus respectivos intereses son contra-
garlos. Igualmente, en vez de concentra- dictorios. Además, es frecuente que las
se en los hechos esenciales, las partes no partes o sus abogados pertenezcan a tra-
dudan en presentar todos los elementos diciones jurídicas diversas y que cada uno
fácticos que tengan una relación con el li- insista para implementar medios procesa-
tigio, sin preguntarse si los árbitros nece- les típicos de su tradición jurídica. Es de-
sitan conocerlos para resolver la disputa. cir que, frente a esos desacuerdos, toca a
Es usual también que presenten testigos, los árbitros tomar la decisión final. Muy
no para probar hechos negados por la parte lamentablemente, muchos de ellos lo ha-
contraria, sino para confirmar el conteni- cen en lo abstracto.
do de documentos que cada uno puede
leer o para repetir la historia de la rela- 9. Es el efecto de lo que se puede
ción entre las partes, sin distinción de lo llamar la “standardización del procedi-
controvertido y de lo aceptado. Las par- miento arbitral”. Cuando los árbitros de-
tes también suelen inundar a los árbitros ciden de la organización del procedimien-
de documentos sin que sean necesarios to en un arbitraje internacional, mas allá
para probar su caso y que nunca serán del índole de las cuestiones en disputa, to-
utilizados durante el procedimiento ni man en cuenta antes de todo la pertenen-
referidos en el laudo. Argumentos jurí- cia de los actores del procedimiento a tal
dicos que no tienen la más remota posi- o tal tradición jurídica. Más que las pro-
bilidad de ser aceptados son elaborados pias partes, estos actores son antes de todo
al lado de argumentos convincentes que sus abogados. Como son muchos los ar-
hubieran sido suficientes. Sin hablar de bitrajes donde partes o abogados de Com-
aquellas audiencias que, a petición de las mon Law y Derecho Civil se encuentran
partes duran dos semanas cuando dos opuestos, la preocupación de los árbitros
días bastarían. Este lujo procesal inútil internacionales de demostrar su neutrali-
tiene su precio, es causa de la duración dad cultural ha contribuido al desarrollo
excesiva de los procedimientos y contri- de un procedimiento “Standard” que tie-
buye a complicar la deliberación de los ne rasgos que, después de haber sido bas-
árbitros y la redacción de los laudos. tante edulcorados, provienen tanto de la
tradición de los países de Derecho Civil
8. Sin embargo, la paradoja no re- como de los países de Common Law. Sin
sulta solo de la conducta de las partes. No embargo, este sincretismo entre las prác-
sería posible sin la pasividad de muchos ticas de las dos más importantes familias
de los árbitros. No se trata de tomar parte de derechos resulta una yuxtaposición de
en el debate teórico sobre quien de las las dos tradiciones, la una sobre todo es-
partes o de los árbitros tiene la palabra crita, la otra principalmente oral.
final en cuanto al control de procedimien-
to. Es muy raro que se plantee en la prác- 10. La pesadez de la mayoría de los
tica. Si las partes están generalmente de procedimientos se explica porque, negán-
acuerdo para gozar de la más extensa la- dose a elegir, los árbitros internacionales
titud en presentación de su respectivo adoptaron los puntos fuertes de cada una
caso, no lo están en las modalidades de de las tradiciones procesales, a costa de
308 YVES DERAINS
14. La plétora de costos que resulta ta que las partes hayan expuesto comple-
de la estandardización del procedimiento tamente, aunque de modo preliminar, su
es evitable. El remedio consiste en adap- posición y ofrecido sus pruebas. En la re-
tar los instrumentos procesales a las ca- unión de gestión del caso interviene un
racterísticas del litigio, habida cuenta no primer debate sobre el fondo del asunto
solo de las tradiciones jurídicas de las destinado a organizar la continuación del
partes y de sus abogados sino también procedimiento. En esta ocasión, los árbi-
del fondo de cada caso. Esto supone un tros ya pueden informar a las partes, con
papel mucho más activo de los árbitros. todas reservas, de los puntos que les pa-
Demasiado a menudo esperan la audien- recen especialmente importantes y para
cia para estudiar seriamente los escritos los cuales consideran que la prueba, do-
de las partes y los documentos presenta- cumentaria, testifical o pericial ya apor-
dos. Es solo entonces cuando toman real- tada o ofrecida no parece suficiente. Las
mente conocimiento del expediente, des- partes pueden entonces, con total conoci-
cubren los hechos indiscutibles, los pun- miento de causa, valorar la necesidad de
tos fuertes y los puntos débiles de cada pedir una “disclosure” de documentos,
parte, y sobre todo, generalmente esca- definir la duración de la audiencia de tes-
sos, los puntos para los cuales la prueba tigos, con función más probatoria que na-
testifical era indispensable. rratoria, lo que luego permite a los árbi-
tros establecer el calendario de las fases
15. Entre otros métodos, se gana
siguientes del procedimiento de un modo
mucho tiempo, energía, y por consiguien-
que corresponda objetivamente a las ca-
te dinero cuando un primer intercambio
racterísticas del litigio.
de escritos que expone la posición factual
y jurídica de las partes, con todas las prue- 16. La “disclosure” de documentos
bas documentales de las que disponen o contribuye también mucho a la duración
que ofrecen, es seguido por una reunión y a los costos del arbitraje. Sin embargo,
de gestión del caso entre los árbitros, las es uno de los rasgos del procedimiento ar-
partes y sus abogados. Esta reunión, que bitral internacional que se ha desarrolla-
no sabría exceder un día, puede tener lu- do rápidamente durante los 10 últimos
gar inmediatamente después de la recep- años, incluso cuando todas las partes
ción de la contestación de la demandada, pertenecen a países de tradición jurídica
o cuando se firma el acta de misión en los civilista(5). Por consecuencia, se puede
arbitrajes según el reglamento de la CCI, reducir la duración y los costos del arbi-
a la condición de que estas memorias con- traje al limitar la “disclosure” de docu-
tengan datos suficientes sobre el litigio y mentos a aquellos que una parte realmen-
un ofrecimiento de prueba casi completo. te necesita para probar su caso. Eso im-
Si no es así, como generalmente ocurre plica una gestión eficaz del procedimien-
en los arbitrajes complejos, la reunión de to por los árbitros. Una vez más, no lo
gestión del caso debe ser postergada has- pueden conseguir si no estudian el fondo
(5) SACHS , K., “Use of documents and documents discovery: Fishing expeditions versus transparency and
burden of proof”, en: Zeitschrift fur Scheidsverfarhen, Schieds VZ5/2003, p. 193, KAUFMANN-KOHLER ,
Gabrielle, “The Globalization of the arbitral procedure”, en: The Vanderbilt Journal of Transnational Law,
2003, Vol. 36, p. 1325.
310 YVES DERAINS
del caso cuando reciben las primeras me- • Primera columna: Identificación de
morias de las partes. los documentos o categorías de do-
cumentos pedidos;
17. Cuando los árbitros no tienen un
conocimiento suficiente del fondo del li- • Segunda columna: Presentación su-
tigio al momento de recibir una petición maria de los motivos para la petición
de “disclosure” de documentos, la deci- de cada documento o categoría de
sión que toman al respecto es generalmen- documentos;
te errónea. Algunos, a menudo civilistas • Tercera columna: Un resumen de las
tienen la tendencia de rechazar la petición, objeciones de la otra parte;
por que no entienden su significación en
cuanto a la carga de la prueba que pesa • Cuarta columna: Dejada vacía para
sobre la parte que la presenta; otros, la la decisión de los árbitros.
aceptan en su totalidad por la misma ra-
zón. Para pronunciarse de modo apropia- Así, un tribunal arbitral podrá deci-
do sobre peticiones de “disclosure” de dir rápidamente.
documentos, los árbitros no deben con- 18. Estas reflexiones no tienen la pre-
tentarse con la lectura de las memorias tensión de ser exhaustivas. La duración de
presentadas sino también hacer una valo- un procedimiento de arbitraje internacional
ración preliminar de la prueba aportada puede tener numerosas otras causas. Acti-
para saber si la parte que pide los docu- tud dilatoria de una parte, difíciles pro-
mentos los necesita para probar lo que blemas de competencia, largos peritajes,
pretende. Para facilitar este ejercicio, es etc. Al contrario de las causas que aca-
recomendable ordenar a las partes que in- ban de ser descritas, dependen de las cir-
diquen precisa y sistemáticamente en sus cunstancias particulares de cada procedi-
memorias la prueba que justifica sus ale- miento. Las soluciones aplicables en esos
gaciones. Eso permitirá limitar la produc- casos también son particulares y no pueden
ción de documentos que no tengan esa ser objetos de recomendaciones generales.
función. Se recomienda también prever
que las peticiones de “ disclosure” de do- La estandardización del procedi-
cumentos se presenten en lo que es cono- miento de arbitraje a nivel internacio-
cido en el mundo del arbitraje internacio- nal es un fenómeno general. Sus conse-
nal como un “Redfern Schedule”, un do- cuencias, que conllevan un riego de fo-
cumento inventado por el gran árbitro in- silización también. Una gestión eficaz
glés, Alan Redfern y dividido en las si- y a medida por los árbitros puede fácil-
guientes cuatro columnas: mente evitarlas.
EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS: (...) 311
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 311-322
( *) Este trabajo fue presentado en el Congreso de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados celebrado en
febrero de 2007. Véase FLORES RUEDA, Cecilia, “El trato igual y la plena oportunidad de hacer valer los
derechos: Regla fundamental en el arbitraje”, en: Seguridad Jurídica: Diagnóstico y Propuestas, Thémis,
México, 2007, Colección Foro de la Barra Mexicana.
(**) Catedrática de Arbitraje y ADRs en la Especialidad de Derecho de Empresa de la Universidad La Salle.
Abogada del Área de Arbitraje y ADRs del despacho Santamarina y Steta, México. Delegada por México
ante el Grupo de Trabajo sobre Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional (CNUDMI o UNCITRAL).
312 CECILIA FLORES RUEDA
(1) Algunos doctrinarios que han cuestionado las facultades de los árbitros para conducir el procedimien-
to son: (i) PARK , William M. en el discurso titulado “The 2002 Freshfields Lecture - Arbitration’s Protean
Nature: The Value of Rules and the Risks of Discretion”, que pronunció el 4 de diciembre de 2002, en
la sesión anual de Freshfields Bruckhaus Deringer, publicado en: 19 Arb. Int’l 279, 2003; y (ii) UFF ,
John, “Predictability in International Arbitration”, en: International Commercial Arbitration: Practical
Perspectives, 2001, p. 151.
(2) Amparo en revisión 759/2003, quejoso Teléfonos de México, S.A. de C.V. El asunto fue resuelto por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante sentencia fechada el 30 de junio de 2004.
(3) Artículo 1435 del Código de Comercio.
EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS: (...) 313
derivan de la regla; (6) la violación de la limitaciones impuestas por las leyes lo-
regla; y (7) el deber ético de los árbitros. cales(4). Asimismo, proporciona un me-
dio para solucionar cuestiones de carác-
ter procesal no previstas en el acuerdo
3.1. La flexibilidad del arbitraje
de arbitraje o en las reglas de arbitraje
La autonomía de las partes para de- pactadas y permite al tribunal arbitral
terminar las normas de procedimiento les determinar la admisibilidad, pertinencia
permite seleccionarlas y adaptarlas a sus y valor de las pruebas. Así, cuando en un
necesidades concretas y a las particulari- arbitraje llega a presentarse alguna cues-
dades del caso. Ello incluye la posibili- tión no regulada, el tribunal arbitral es-
dad de sujetarse al reglamento de arbitra- cuchando a las partes, toma la decisión
je de alguna institución, a la legislación que considera más conveniente, sin re-
sobre arbitraje de algún sistema legal o currir a otras disposiciones(5).
convenir puntos específicos del procedi-
miento. Esto cobra especial importancia 3.2. La regla de trato igual y plena opor-
en los arbitrajes internacionales, ya que tunidad de hacer valer los derechos
se evitan problemas derivados de los dis-
tintos sistemas jurídicos a los que las par- La flexibilidad del arbitraje es am-
tes interesadas suelen pertenecer. plia, pero no irrestricta, ya que se encuen-
tra limitada por la regla de trato igual y
En el caso de que las partes no adop- plena oportunidad de hacer valer los de-
ten un criterio común en cuanto a la ma- rechos. De esta forma, el arbitraje puede
nera en que el arbitraje debe proceder, conducirse de la forma que más conven-
entonces corresponde al tribunal arbitral ga en cada caso, siempre que se respeten
tomar la decisión, después de haber escu- esos derechos de las partes.
chado la opinión de cada una de las par-
tes. Ello es coherente con la naturaleza La regla, garantiza los derechos
consensual del arbitraje, ya que se conce- elementales de las partes y proporciona
de prioridad a cualquier acuerdo que al- el marco jurídico para la sustanciación
cancen las partes, en cuyo defecto, corres- equitativa y eficaz de las actuaciones ar-
ponde al tribunal arbitral determinar las bitrales, por lo que se considera equiva-
normas que deben seguirse. lente a la garantía de debido proceso, in-
corporada en la mayoría de los sistemas
La facultad discrecional del tribunal constitucionales respecto de la imparti-
arbitral para dirigir las actuaciones le per- ción de justicia. Incluso en los trabajos
mite tomar las decisiones que considere preparatorios de la Ley Modelo de la
más convenientes en cada caso, sin las CNUDMI sobre Arbitraje Comercial
(4) Las leyes locales resultan inadecuadas para la conducción del procedimiento arbitral, ya que están
diseñadas para procedimientos judiciales que no tienen las características del arbitraje, entre ellas, la
de la flexibilidad.
(5) Véase GRAHAM TAPIA, Luis Enrique, El arbitraje comercial, Thémis, México, 2000, p. 175, nota al pie de
página número 11. Véase también LEW, Julian D. M. / MISTELIS, Loukas A. / KRÖLI, Stefan M., Comparative
International Commercial Arbitration, Kluwer Law International, The Netherlands, 2003, pp. 523-524.
314 CECILIA FLORES RUEDA
(6) HOLTZMAN, Howard M. / NEUHAUS, Joseph E., A Guide to the UNCITRAL Model Law on International Commercial
Arbitration: Legislative History and Commentary, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, The
Netherlands, 1989, p. 550.
(7) La Ley Modelo tiene como principal objetivo ayudar a los Estados a reformar y modernizar sus leyes sobre
procedimiento arbitral. Regula desde el acuerdo de arbitraje, hasta el reconocimiento y la ejecución del
laudo, basándose en los principios más importantes de la práctica del arbitraje, como el de la igualdad y el
de la plena oportunidad de hacer valer los derechos. Fue aprobada por UNCITRAL el 21 de junio de 1985
y a partir de entonces ha sido adoptada como legislación vigente en numerosos Estados, ya que es
considerada como un instrumento de armonización y perfeccionamiento legislativo. La lista de los Estados
que ha promulgado leyes basadas en la Ley Modelo se puede encontrar en la página www.uncitral.org.
(8) La legislación suiza sobre arbitraje está prevista en el Capítulo 12 del Acta sobre Derecho Internacional
Privado de 1987 (Traducción de la autora).
EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS: (...) 315
(9) La legislación inglesa sobre arbitraje está prevista en el Acta de Arbitraje 1996 (traducción de la autora).
(10) Este Reglamento contiene normas de procedimiento que las partes pueden utilizar para la sustanciación
de las actuaciones arbitrales atinentes a sus relaciones comerciales y prevé expresamente los derechos
de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos. Desde su aprobación por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1976, es comúnmente utilizado en arbitrajes ad hoc y ha sido tomado
como modelo por diversas instituciones arbitrales.
316 CECILIA FLORES RUEDA
partes que enfoquen sus presen- de trabajo que la redactó decidió no hacer-
taciones sobre puntos cuya de- lo por considerarlo innecesario, ya que son
cisión podría influir en todo o términos bien entendidos en todos los sis-
parte del caso. temas jurídicos y la definición que se hu-
biera podido dar, tal vez no hubiera abar-
4. Los documentos o información
cado todos los supuestos que llegaran a pre-
provistos al tribunal por una de
sentarse. Así, el grupo de trabajo conside-
las partes serán comunicados si-
ró que estos términos deben ser interpreta-
multáneamente por dicha parte a
dos de forma razonable, al considerar los
la(s) otra(s) parte o partes.”
aspectos procesales de un arbitraje.
Reglamento de Arbitraje de la Cámara Las leyes y reglamentos de arbitraje
de Comercio Internacional (CCI): emplean términos distintos para referirse
a la forma en que el tribunal debe tratar a
“Artículo 15 las partes y a la oportunidad que debe dar-
les para hacer valer sus derechos. Por lo
Normas aplicables al procedimiento
que hace a la forma en que debe tratarse a
1. El procedimiento ante el Tribu- las partes, se emplean los términos “igual-
nal Arbitral se regirá por el Re- dad”, “imparcial”, “equitativa e impar-
glamento y, en caso de silencio cial”, así como “justa e imparcialmente”.
de éste, por las normas que las El término “igualdad” se encuentra en las
partes o, en su defecto, el Tribu- leyes y reglamentos que adoptaron o que
nal Arbitral determinen ya sea se basaron en la Ley Modelo o en el Re-
con referencia o no a un dere- glamento de Arbitraje de la CNUDMI. Los
cho procesal nacional aplicable demás términos se emplean por considerar
al arbitraje. que la igualdad entre las partes, no siem-
pre asegura que serán tratadas de manera
2. En todos los casos, el Tribunal justa(11). Sin embargo, como se señaló, el
Arbitral deberá actuar justa e im- término “igualdad” no debe interpretarse
parcialmente y asegurarse que en un sentido que dé lugar a injusticias, sino
cada parte tenga la oportunidad de forma razonable.
suficiente para exponer su caso.”
En cuanto a la oportunidad que el tri-
bunal arbitral debe dar a las partes para
3.3. Los términos igualdad y plena
hacer valer sus derechos o para presentar
oportunidad de hacer valer los
su caso, se emplean los términos “plena”,
derechos
“razonable”, “suficiente” o “hasta el gra-
Los términos “igualdad” y “plena do que sea necesario”. El término “ple-
oportunidad de hacer valer los derechos” na” es usado en las leyes y reglamentos
no están definidos. Durante los trabajos que adoptaron o que se basaron en la Ley
preparatorios de la Ley Modelo, el grupo Modelo o en el Reglamento de Arbitraje
(11) Véase DERAINS, Yves y SCHWARTZ, Eric A., El nuevo Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio
Internacional, Oxford University Press, México, 2001, p. 261.
EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS: (...) 317
(19) Sociétés BKMI et Siemens vs. société Dutco Construction. Cour de cassation, 7 de enero de 1992, en Rev.
Arb., 1992, p. 470.
(20) Artículo 1428 del Código de Comercio.
(21) En algunos sistemas de arbitraje nacional, como por ejemplo en Estados Unidos, se permite que los
árbitros designados por las partes no sean neutrales.
(22) Artículo 1428 del Código de Comercio.
(23) Artículos 1428 y 1429 del Código de Comercio.
320 CECILIA FLORES RUEDA
surgen hechos nuevos relacionados con de las partes buscan reducir los costos del
las cuestiones sometidas al arbitraje, en arbitraje.
ese supuesto, como parte del derecho de
Asimismo, las partes tienen derecho
las partes a presentar su caso, éstas tienen
a que se les notifique con suficiente ante-
derecho a modificar o ampliar su deman-
lación la celebración de las audiencias,
da o contestación, a menos que el tribu-
con el propósito de que tengan oportuni-
nal arbitral lo considere improcedente en
dad de preparar y presentar su caso(26).
razón de la demora con que se haga.
Por otra parte, también es importan-
Asimismo, en uso de su autonomía,
te que en la conducción de las audiencias
las partes pueden acordar que no se reali-
el tribunal arbitral observe la regla de tra-
cen tales modificaciones, lo cual, si es vá-
to igual y plena oportunidad de hacer va-
lidamente convenido, no afecta el derecho
ler los derechos y que evite cualquier abu-
de las partes a presentar su caso(24).
so de las partes en el uso del tiempo des-
tinado a la audiencia. Esto no siempre es
e.Derecho a la celebración de
fácil, pero el tribunal arbitral sabrá encon-
audiencias
trar la manera de respetar la Regla sin pro-
Salvo acuerdo en contrario de las longar innecesariamente la audiencia.
partes, el tribunal arbitral determina si han
de celebrarse audiencias para la presenta- f. Derecho a que el experto partici-
ción de pruebas o alegatos orales, o si las pe en la audiencia
actuaciones se sustanciarán sobre la base
Salvo acuerdo en contrario de las par-
de documentos y demás pruebas. Sin em-
tes, cuando una parte lo solicite o el tribu-
bargo, si las partes no convinieron la no
nal arbitral lo considere necesario, el ex-
celebración de audiencias, tienen derecho
perto, después de la presentación de su dic-
a solicitar al tribunal arbitral que se cele-
tamen escrito u oral, deberá participar en
bren; así a petición de por lo menos una
una audiencia en la que las partes tendrán
de las partes, el tribunal arbitral deberá
oportunidad de formularle preguntas(27).
celebrar las audiencias(25).
Las partes válidamente pueden con-
3.6. Violación de la regla
venir que no se lleven a cabo audiencias,
ya sea desde el acuerdo de arbitraje o en Al constituir un principio fundamen-
el curso del procedimiento. Esto es común tal del procedimiento arbitral, si la regla
en los arbitrajes de baja cuantía, en don- de trato igual y plena oportunidad de
Americana de Abogados (ABA) estable- hacer valer los derechos. De esta forma,
ce que: el árbitro es responsable no sólo así como el juez tiene está limitado por
frente a las partes, sino frente al proce- las garantías constitucionales de debido
dimiento en sí y debe observar altos es- proceso(33), el árbitro está limitado por
tándares en su conducta, de modo que la referida regla(34).
preserve la integridad y justicia del pro-
La regla de trato igual y plena opor-
cedimiento(31).
tunidad de hacer valer los derechos cons-
tituye un límite a la autonomía de las par-
4. CONCLUSIÓN tes y a la facultad del tribunal arbitral para
conducir el procedimiento. Por ello, aun-
El arbitraje y los procedimientos ju-
que las partes y los árbitros pueden con-
diciales son, en esencia, distintos. El ar-
feccionar el procedimiento como mejor
bitraje es una forma de solucionar con-
convenga, en todo momento deben obser-
troversias, mientras que los procedimien-
var la mencionada regla.
tos judiciales son una forma de impartir
justicia(32). No obstante, por ser una figu- De esta forma, la regla garantiza la
ra procesal, el arbitraje comparte ciertos sustanciación equitativa y eficaz de las
principios propios de los procedimientos actuaciones arbitrales y otorga la seguri-
judiciales, como lo es el debido proceso, dad de que el tribunal arbitral no proce-
que en el arbitraje se traduce como la re- derá arbitraria o caprichosamente en la
gla de trato igual y plena oportunidad de conducción del arbitraje.
EL DEBER DE REVEL
REVELAA CIÓN DEL ÁRBITRO
( *) Socio Director de Garrigues, Abogados y Asesores Tributarios, donde dirige el equipo de Arbitraje Interna-
cional. Presidente del Club Español de Arbitraje. Miembro de la Comisión de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional. Abogado líder en litigios según Who’s Who Legal (2004).
324 JOSÉ MARÍA ALONSO PUIG
El juez puede ser recusado, pero no otros casos, ofrecerá a la parte que desee
tiene la obligación de comunicar a las par- dinamitar el arbitraje elementos para po-
tes posibles razones para ello. El árbitro der intentar la recusación del árbitro y así
por el contrario sí tiene tal obligación. dilatar el proceso.
La especial naturaleza del arbitraje, La vinculación entre el principio de
basado en la sola y exclusiva voluntad de imparcialidad e independencia del árbi-
las partes, provoca que la opinión de las tro determina que el significado que se le
mismas sobre la aptitud del árbitro sea dé a los términos independencia e impar-
imprescindible. cialidad condiciona el contenido y alcan-
ce del deber de revelación. Además, el
La importancia de la opinión de las modo en que debe ser ejercido el deber
partes sobre la aptitud del árbitro, deter- de revelación está también intensamente
mina que la elaboración de una lista tasa- condicionado por los valores culturales,
da de causas que pueden generar parciali- morales y sociales de cada persona. Am-
dad o dependencia del mismo, aunque se- bas cosa dificultan tremendamente la fi-
ría deseable, no sea posible. jación de un alcance concreto e inamovi-
Asumiendo que el deber de revela- ble del deber de revelación.
ción del árbitro va de la mano de la visión Así las cosas, el árbitro deberá ejer-
subjetiva de las cosas, el árbitro tendrá que cer su deber de revelación del modo más
hacer frente a esa dificultad y asegurarse amplio posible pero evitando el overdis-
de ejercer su deber de revelación de for- closure. La consecución de este equilibrio,
ma correcta. Para ello, el camino más fá- que deberá hacerse inevitablemente caso
cil será revelar todo aquello que crea que por caso, es dificultosa sin duda.
debe revelar y además aquellas otras co-
sas sobre las que dude si deben ser pues- El contenido del deber de revelación
tas en conocimiento de las partes. es claro y unánimemente aceptado: el ár-
bitro debe revelar todo aquello que pueda
Esta es la norma que, con buen crite- generar dudas razonables sobre su inde-
rio, se sigue por ejemplo en los arbitrajes pendencia e imparcialidad. Ahora bien,
ante la CCI, donde los árbitros deben cum- dicha definición es demasiado general y
plimentar para su aceptación un formula- necesita ser concretada para permitir su
rio en el que la Corte advierte expresa- efectiva consecución en la práctica.
mente que “[e]n caso de duda usted debe-
rá optar por la revelación”.
3. LAS IBA RULES Y EL CODE OF
No oculto que la regla anterior en- ETHICS FOR ARBITRATORS IN
traña ciertas dificultades. COMMERCIAL DISPUTES DE
LA ABA/AAA
El exceso de revelación que puede
originarse como consecuencia del anterior
3.1. Ideas generales
principio, el llamado “overdisclosure”,
pueda tener efectos negativos. En ocasio- La comunidad arbitral, aún siendo
nes, puede sembrar dudas sobre la inde- consciente de que no es posible la fija-
pendencia e imparcialidad del árbitro ción de una lista tasada de causas que pro-
cuando no hay razones para ello, y, en voquen dudas justificadas acerca de la in-
326 JOSÉ MARÍA ALONSO PUIG
persona en quien concurren para actuar cano tiene una relación estrecha con
como árbitro, incluso cuando dichas cir- alguien para quien pueden derivarse
cunstancias son reveladas a las partes. responsabilidades, etc), y
Cuando el árbitro se encuentre ante (iii) La existencia de relación o amistad
alguna de estas circunstancias no tiene más del árbitro con las partes o sus aboga-
posibilidad que renunciar al ejercicio de dos (vg. el árbitro asesora frecuente-
la función arbitral. mente a una de las partes, el árbitro
trabaja en el mismo despacho que el
Las circunstancias contenidas en esta abogado de una de las partes, el árbi-
lista provocan una identidad o cercanía tro es director o miembro del consejo
entre la parte y el árbitro que determinan de la filial de una de las partes, etc).
per se la inhabilitación del árbitro (vg. el
árbitro es el representante legal de la par-
3.2.3. Lista naranja
te, el árbitro es el director o miembro del
consejo de una de las partes, el árbitro tie- Agrupa una serie de circunstancias
ne un importante interés económico en el que deben ser reveladas por el árbitro
resultado del caso, el árbitro asesora re- pero que no implican por sí mismas im-
gularmente a una de las partes o alguna pedimento para ejercer la función arbi-
de sus filiales, etc). tral. La revelación de las mismas per-
mitirá al árbitro aceptar su designación
3.2.2. Lista roja “renunciable” aunque no exista una confirmación ex-
presa de las partes.
Agrupa una serie de circunstancias
que deben ser reveladas aunque no obli- Enumera una serie de circunstancias
gan al árbitro a renunciar a su designa- relativas a:
ción. Se trata de circunstancias que aun- (i) La prestación de servicios previos por
que en principio determinan la incapaci- parte del árbitro a alguna de las par-
dad del árbitro para el desempeño de la tes con un límite temporal de tres años,
función arbitral, pueden ser superadas si
las partes, conociéndolas, facultan al ár- (ii) Prestación de servicios a alguna de
bitro para ello. las partes coincidentes en el tiempo
con el proceso arbitral,
Engloba una serie heterogénea de
supuestos relativos a: (iii) Amistad del árbitro con alguno de los
otros árbitros o con los abogados de
(i) El conocimiento previo por parte del las partes (vg. dos árbitros trabajan
árbitro de la controversia (vg. el ár- en el mismo despacho, un árbitro y
bitro ha emitido un informe sobre la el abogado de una de las partes per-
controversia misma), tenecen al mismo colegio de aboga-
dos, un familiar de alguno de los ár-
(ii) La existencia de un interés directo o bitros trabaja en el despacho que re-
indirecto por parte de árbitro en la presenta a una de las partes, etc),
controversia (vg. el árbitro tiene ac-
ciones en alguna de las partes o sus (iv) Amistad del árbitro con las partes u
filiales, el árbitro o un familiar cer- otras personas envueltas en el arbi-
328 JOSÉ MARÍA ALONSO PUIG
traje (vg. el despacho al que perte- del árbitro pues, aunque éste último no
nece el árbitro está actuando en otro aprecie obstáculo para el desempeño de
procedimiento contra alguna de las la función arbitral, las partes, en cambio,
partes del arbitraje, el árbitro tiene sí podrían considerar que esos hechos
amistad con el director general de constituyen una amenaza para la impar-
una de las partes, etc), y cialidad e independencia del árbitro.
(v) Circunstancias que conciernen a la Esta lista es la que mayor utilidad
existencia de un vínculo entre el árbi- ofrece. La homogeneización de estas cir-
tro y la parte, por un lado, y a la pos- cunstancias permite al árbitro considerar
tura del árbitro, por otra (vg. el árbi- o valorar hechos que en su cultura o tra-
tro ocupa algún cargo en una institu- dición jurídica quizás nunca habrían su-
ción arbitral que ha sido designada puesto un hecho susceptible de ser reve-
como “appointing authority” en el lado. No obstante, y habida cuenta del
arbitraje, el árbitro ha defendido pú- subjetivismo inherente a la misma, se tra-
blicamente una determinada postura ta de la lista que mayores problemas plan-
sobre el caso objeto de arbitraje, etc). tea en la práctica.
La línea que separa los supuestos
3.2.4. Lista verde
contenidos en estas tres listas es muy del-
Agrupa una serie de circunstancias que gada, y al final, a pesar del esfuerzo que
el árbitro no tiene obligación de revelar. hacen por delimitar, en función de su im-
portancia o gravedad, aquello que incide
Enumera circunstancias que no en-
en la imparcialidad e independencia del
trañan riesgo para la imparcialidad e in-
árbitro, y el modo en que lo hace, el árbi-
dependencia del árbitro con independen-
tro tendrá que estar al caso concreto.
cia de lo que las partes crean.
La lista verde es el necesario límite
3.2.5. Valoración que debe tener el deber de revelación con-
sagrado en el principio de que, ante la duda,
Las dos primeras listas (lista roja “no el árbitro debe optar por la revelación
renunciable” y lista roja “renunciable”)
van referidas a lo que podríamos denomi- Estas reglas son un excelente punto
nar la dimensión objetiva del deber de de partida, pero, como las mismas indi-
revelación. Se refieren a hechos o circuns- can, sólo eso.
tancias que determinan per se, y no en fun-
Para la correcta valoración de las lis-
ción de quién las valora, la falta de inde-
tas contenidas en las IBA rules, debe te-
pendencia e imparcialidad del árbitro, o
nerse siempre en cuenta que la finalidad
al menos suponen un significativo riesgo
de las mismas no es establecer una núme-
para las mismas.
ro cerrado y limitado de aquellas circuns-
La tercera lista (lista naranja) se re- tancias o hechos que el árbitro debe reve-
fiere a lo que podríamos llamar aspecto lar, sino que su objetivo es tratar de servir
subjetivo del deber de revelación Englo- de guía a todos los partícipes del arbitra-
ba una serie de hechos que deben ponerse je, especialmente al árbitro, a la hora de
en conocimiento de las partes a instancia afrontar el deber de revelación.
EL DEBER DE REVELACIÓN DEL ÁRBITRO 329
A diferencia de las IBA rules, el code • ¿Puede afirmarse sin duda alguna que A
of ethics no establece unas listas donde se no tiene que revelar tal circunstancia?
330 JOSÉ MARÍA ALONSO PUIG
designados por las partes tampoco suele árbitro, a mi juicio, debe ser considerado
ser “útil” para estas últimas. por el mismo a la hora de tomar su deci-
sión de aceptar o no una designación: el
Cuando hablo de falta de “utilidad” árbitro debe valorar si dispone del tiem-
lo hago tanto desde la perspectiva del ár- po necesario para el correcto estudio y re-
bitro como de la parte proponente. solución de la controversia.
Es de esperar que el presidente de un Las partes se encuentran cada vez
tribunal arbitral tenga la peor de las opinio- con mayor frecuencia con procedimien-
nes acerca de un co-árbitro que actúe como tos arbitrales que se alargan excepcional-
mero abogado de la parte designante. mente en el tiempo por razones ajenas a
Mientras que la parte espera ser bene- ellas y a la propia controversia.
ficiada por un árbitro que le es leal, y el ár- Soy consciente de que la duración
bitro parcial pretende conseguir el voto fa- excesiva de un procedimiento arbitral no
vorable del presidente, si éste descubre o tiene nada que ver con la independencia e
simplemente percibe la existencia de tal ma- imparcialidad del árbitro, pero sí influye
niobra, los resultados tenderán a ser sumamente en la corrección del ejercicio de la fun-
negativos para la parte involucrada. ción arbitral que no está integrada única-
mente por el principio de independencia
Tan importante como el correcto
e imparcialidad.
ejercicio por parte del árbitro de su deber
de revelación, es la conciencia de las par- Aunque ninguna ley, ni nacional, ni
tes de que dicha corrección redunda sola internacional, ni los reglamentos arbitra-
y exclusivamente en el beneficio de la bue- les más importantes hacen referencia a
na marcha del arbitraje y la corrección del esta cuestión, existe en la comunidad ar-
laudo que se dicte. bitral internacional una enorme preocu-
pación por este hecho pues pone en entre-
Es nuestra obligación por tanto,
dicho la rapidez que tradicionalmente se
cuando actuemos como abogados de una
ha predicado como ventaja del arbitraje.
de las partes de un arbitraje, concienciar-
las de lo anterior. Sólo, si árbitros, aboga- Tan sólo, y con muy buen criterio,
dos y partes aplican los mismos estánda- la CCI, en la declaración de aceptación
res en relación con la imparcialidad e in- e independencia que los árbitros que son
dependencia y el deber de revelación del designados bajo sus reglas han de relle-
árbitro, estaremos ante un proceso justo. nar, establece en uno de sus puntos que
quien lo suscribe se encuentra “disponi-
ble para actuar como árbitro”. Por su par-
6. LA DISPONIBILIDAD DEL ÁR- te, el code of ethics de la AAA en su Ca-
BITRO. COMPLEMENTO DEL non I dispone que el árbitro sólo deberá
DEBER DE REVELACIÓN aceptar su designación si es (i) imparcial,
(ii) independiente, (iii) competente y (iv)
Finalmente, quiero llamar la atención
dispone del tiempo necesario para dedi-
sobre algo que aunque no es parte inte-
carle al arbitraje.
grante del deber de revelación en el sen-
tido que se le da al mismo como garante La confianza sobre la que se basa
de la independencia e imparcialidad del la relación ente las partes y los árbitros,
332 JOSÉ MARÍA ALONSO PUIG
( *) Socio Director de L. C. Rodrigo Abogados, Madrid. Miembro de la International Bar Association (IBA).
Miembro del Club Español de Arbitraje.
(**) Socio Administrador de L. C. Rodrigo Abogados, Madrid. Miembro del Club Español del Arbitraje.
(1) De acuerdo con el artículo 117 de la Constitución de 1978 la justicia se administra por jueces (…) inamo-
vibles (…), no pudiendo ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados sino por alguna de las
causas y con las garantías previstas en la ley.
334 JORGE ANGELL / ÁNGEL BRIOSO
(2) Bastante daño ha causado la extendida idea, no siempre infundada, de que las decisiones se toman
salomónicamente (el anglosajón “split the baby”).
EL DEBER DE INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD DE LOS ÁRBITROS EN LA LEY ESPAÑOLA: (...) 335
(3) La Constitución de Cádiz de 1812, en su artículo 280, prescribía que no se podría privar a ningún español
del derecho de terminar sus diferencias por medio de jueces árbitros, elegidos por ambas partes.
(4) Nos referimos a la Ley Modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Interna-
cional (CNUDMI o UNCITRAL en sus siglas inglesas), aprobada el 21 de junio de 1985. No obstante, cabe
observar que la Exposición de Motivos de la Ley de Arbitraje de 1988 no la menciona en ningún momento.
336 JORGE ANGELL / ÁNGEL BRIOSO
2. El vínculo matrimonial o situación de 12. Ser o haber sido una de las partes
hecho asimilable y el parentesco por subordinado del juez que deba resol-
consanguinidad o afinidad dentro del ver la contienda litigiosa.
segundo grado con el letrado de cual-
13. Haber ocupado cargo público, desem-
quiera de las partes que intervengan
peñado empleo o ejercido profesión
en el pleito o causa.
con ocasión de los cuales haya parti-
3. Ser o haber sido defensor judicial o cipado directa o indirectamente en el
integrante de los organismos tutela- asunto objeto del pleito o causa o en
res de cualquiera de las partes, o ha- otro relacionado con el mismo.
ber estado bajo el cuidado o tutela
14. En los procesos en que sea parte la
de alguna de éstas.
Administración pública, encontrarse
4. Estar o haber sido denunciado o acu- el juez o magistrado con la autori-
sado por alguna de las partes como dad o funcionario que hubiese dicta-
responsable de algún delito o falta, do el acto o informado respecto del
siempre que la denuncia o acusación mismo o realizado el hecho por ra-
hubieran dado lugar a la incoación zón de los cuales se sigue el proceso
de procedimiento penal y éste no hu- en alguna de las circunstancias men-
biera terminado por sentencia abso- cionadas en las causas 1ª a 9ª, 12ª,
lutoria o auto de sobreseimiento. 13ª y 15ª de este artículo.
5. Haber sido sancionado disciplinaria- 15. El vínculo matrimonial o situación de
mente en virtud de expediente incoa- hecho asimilable, o el parentesco
do por denuncia o a iniciativa de al- dentro del segundo grado de consan-
guna de las partes. guinidad o afinidad, con el juez o ma-
6. Haber sido defensor o representante gistrado que hubiera dictado resolu-
de alguna de las partes, emitido dic- ción o practicado actuación a valo-
tamen sobre el pleito o causa como rar por vía de recurso o en cualquier
letrado, o intervenido en él como fis- fase ulterior del proceso.
cal, perito o testigo. 16. Haber ocupado el juez o magistrado
7. Ser o haber sido denunciante o acu- cargo público o administrativo con
sador de cualquiera de las partes. ocasión del cual haya podido tener
conocimiento del objeto del litigio y
8. Tener pleito pendiente con alguna formar criterio en detrimento de la
de éstas. debida imparcialidad.
9. Amistad íntima o enemistad mani-
fiesta con cualquiera de las partes. Estas leyes generaron una jurispru-
dencia no excesivamente numerosa cen-
10. Tener interés directo o indirecto en trada en esas causas cerradas o tasadas de
el pleito o causa. recusación en el arbitraje, que si bien ofre-
11. Haber participado en la instrucción cía la ventaja de la mayor certeza a la hora
de la causa penal o haber resuelto el de determinar una posible ausencia obje-
pleito o causa en anterior instancia. tiva de independencia, también tenía el
EL DEBER DE INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD DE LOS ÁRBITROS EN LA LEY ESPAÑOLA: (...) 337
(8) Comentarios a la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003, de 23 de Diciembre), Editorial Thomson-Civitas, 2004.
(9) No conocemos sentencias dictadas a partir de marzo de 2004 en procesos de anulación de laudos bajo la
Ley de 2003 que hayan interpretado específicamente el deber de independencia e imparcialidad, pero no
descartamos que los tribunales puedan también encontrar referencias en las guías publicadas por algu-
nas organizaciones jurídicas internacionales, señaladamente el ya citado Código de Etica publicado por la
ABA y la AAA y las también citadas Guidelines on Conflicts of Interest in International Arbitration de la IBA.
(10) Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje 60/2003, coordinado por GONZÁLEZ SORIA, Julio, “Comentarios al
artículo 17”, Editorial Thomson-Aranzadi, 2004.
340 JORGE ANGELL / ÁNGEL BRIOSO
juez, sino todas aquellas otras –previsi- falta algo más de precisión en cuanto a la
blemente más numerosas– que puedan dar delimitación temporal del deber del árbi-
lugar a dudas justificadas sobre su impar- tro de ser y permanecer independiente(11).
cialidad o independencia. Ya hemos dicho que el arbitraje sólo po-
drá ganar credibilidad si dicho deber de
Por lo expuesto, coincidimos con el
independencia e imparcialidad se cumple
mencionado autor en señalar que los ár-
escrupulosamente en la práctica y los ár-
bitros deben asumir su obligación de re-
bitros resuelven como jueces, dando la
velación teniendo en consideración que en
razón a quien la tenga y quitándosela a
algunos casos para las partes la aparien-
quien no la tenga y sin recurrir a solucio-
cia de imparcialidad e independencia del
nes salomónicas.
árbitro suele ser tan importante como la
realidad misma de estas cualidades. Por Cuando en virtud de una estipulación
ello, quizás lo más conveniente es que el contractual se debe someter una contro-
árbitro revele aquello que entienda que versia a arbitraje, la práctica nos demues-
debe revelar y, además, aquellas circuns- tra que la cuestión quizá de mayor tras-
tancias de las que dude si está obligado o cendencia es el nombramiento del árbi-
no a revelar. En la duda, pues, se impone tro. Como bien sabemos los que estamos
que el árbitro se incline por declarar. relacionados con el arbitraje, el proceso
de designación en un arbitraje ad hoc
Este comportamiento de los árbitros
puede ser difícil, largo y tortuoso, tanto
resulta recomendable, no sólo porque ga-
que no pocas veces el árbitro (sea el úni-
rantiza de forma escrupulosa el cumpli-
co o el tercero) termina siendo nombrado
miento de la obligación que la Ley les im-
por el juez. Y nos parece que en parte ello
pone, sino además porque desecha la po-
se debe a la desconfianza en la verdadera
sibilidad de que el Laudo sea ulteriormen-
independencia e imparcialidad del árbi-
te anulado y, sobre todo y lo más impor-
tro propuesto por la otra parte, y en parte
tante, porque genera la confianza necesa-
a los atavismos culturales a los que alu-
ria en las partes para percibir que la deci-
díamos más arriba que ven en el árbitro a
sión, sea del tenor que sea, responde al
un abogado de parte.
leal saber y entender de uno o varios árbi-
tros independientes e imparciales. Este juego de reticencias provocado
por la desconfianza, de una parte, y de ape-
tencias (de contar con un abogado-árbitro),
4. VALORACIÓN DE LA LEY
por otra, puede llegar a constituir un círcu-
DE 2003
lo vicioso del que no será fácil salir, difi-
Nuestra valoración de la Ley de 2003 cultando así la plena aplicación de las
en esta materia específica no puede ser exigencias legales y generando, por lo tan-
más que positiva, aunque echemos en to, más desconfianza. Esta desconfianza
(11) Un tema conexo y de enorme importancia es el de la responsabilidad del árbitro, que nos limitamos a
apuntar ya que escapa a este breve trabajo. Nos referimos a la amplitud de la responsabilidad en el
plano de la imputación. Contrariamente a la Ley de 1988 que en su artículo 16 hablaba genéricamente
de dolo o culpa, la Ley de 2003 la limita en su artículo 21 a los supuestos de mala fe, temeridad o dolo,
lo que nos parece criticable.
EL DEBER DE INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD DE LOS ÁRBITROS EN LA LEY ESPAÑOLA: (...) 341
obligará a extremar las precauciones cuan- los numerosos conflictos de interés que
do se ponga sobre el tapete el nombra- él o sus socios pueden tener para aceptar
miento del tercer árbitro porque se teme- un caso, dificultad que se incrementa en
rá que pueda caer en la órbita de influen- proporción directa a la dimensión del des-
cia del otro árbitro. Ambas partes descon- pacho, ya que a mayor dimensión, mayor
fiarán de la persona propuesta por la otra es la probabilidad de que el abogado se
y se sucederán una y otra vez ternas con vea impedido de actuar.
distintos nombres, para terminar en mu-
Por estos motivos, se aprecia una cla-
chos casos con un nombramiento judicial.
ra y saludable tendencia en muchos abo-
Y claro está, la desconfianza aumentará
gados a dejar sus despachos para esta-
cuanto más grande e importante sea el ad-
blecerse como árbitros profesionales e in-
versario ya que mayor será su capacidad
dependientes, sin más conflictos de interés
de influencia presente y futura.
que los surgidos de sus propias relaciones
El hecho de que los árbitros, a dife- profesionales como árbitros. Creemos que
rencia de los jueces, pueden tener otras es un paso importante en la buena direc-
muchas actividades no facilita la supera- ción. Vislumbramos que se irá así forman-
ción de estos hábitos y quizá mejor decir, do un cuerpo de árbitros de inmejorable
mentalidad. Un ejemplo destacado es el preparación profesional y que podrán ofre-
caso del desempeño de la función de ár- cer verdaderas garantías de independencia
bitros por abogados en ejercicio en des- e imparcialidad. Incluso sin llegar a dar
pachos particulares que atienden en otras ese paso creemos que toda la comunidad
áreas del derecho, lo que parece proble- arbitral (tanto árbitros como abogados de
mático desde un doble punto de vista: por parte) debe ser garante del cumplimiento
un lado, no se puede ignorar que las ex- del deber de independencia e imparciali-
pectativas de negocio que puede generar dad y oponerse resueltamente a compor-
ese cliente en el futuro para el despacho tamientos que lo cuestionen o debiliten.
en cuestión puede hacer mella en la inde- La confianza, piedra angular del arbitra-
pendencia e imparcialidad del árbitro; y je, aumentará y como consecuencia nece-
por otro, la cada vez mayor dificultad que saria también lo hará el uso de este medio
tienen los propios profesionales debido a de resolución de controversias.
342 JORGE ANGELL / ÁNGEL BRIOSO
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 343
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 343-359
INDEPENDENCIA DE LLOS
OS ÁRBITROS
( *) Profesor de Procedimiento Civil de la Universidad de San Francisco de Quito, Ecuador. Socio de Pérez
Bustamante & Ponce Quito, Ecuador.
(1) SHAPIRO, Martín, Courts a Comparative and Political Analysis, The University of Chicago Press, 1981, p. 1.
344 RODRIGO JIJÓN LETORT
(7) Sobre el contrato entre los árbitros y las partes, ver: FOUCHARD, GAILLARD y G OLDMAR, On International
Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and John Savage, Kluwer Law, “The existence of a
contract between the Arbitrators and the Parites”, pp. 600 y ss.
(8) Sobre la confianza como fundamento de los medios alternativos de solución de controversias. Ver, EGEA
HERNANDO, Javier, “El tercero de confianza”.
(9) En doctrina se ha criticado que las partes puedan renunciar a inhabilitar a un árbitro marcado por una
situación de parcialidad conocida, calificando tal circunstancia como una “hipervaloración del principio de
la autonomía de la voluntad”. Según esta tesis: si el arbitraje pretende ser una alternativa real a la jurisdic-
ción deben preservarse absolutamente todas sus garantías procesales. El planteamiento anterior se pue-
de objetar por varias razones. En primer lugar, la renuncia se da en un ámbito absolutamente privado, en
el cual la voluntad de las partes juega un rol preponderante. En este punto la diferencia con la jurisdicción
ordinaria es radical, al extremo que algún autor ha señalado que “la imparcialidad del juez es una condición
346 RODRIGO JIJÓN LETORT
tan esencial a la actuación jurisdiccional del Derecho, que sin su clara manifestación bien pudiera decirse
que no existe proceso o, cuando menos, que este no es jurisdiccional”. En el arbitraje, en cambio, la
autoridad del árbitro proviene del acuerdo de las partes, y, en virtud de ello, es válida la designación de un
árbitro sobre el que pesan causales de inhabilitación que son conocidas por las partes. En segundo lugar,
la conocida parcialidad del árbitro puede ser compensada por otras razones. La confianza en el árbitro, su
conocido sentido de la justicia, su rectitud y cualificación profesional, pueden ser motivos más que sufi-
cientes para que las partes nombren un árbitro afectado por una situación de inhabilidad, aminorando el
riesgo que ello implica. En este punto se hace patente que la recusación (en sentido lato) en materia
arbitral no mira al interés público, sino que las causales sólo protegen el interés individual de las partes.
(10) La cualidad de independencia del árbitro de las partes se considera imperativa e irrenunciable. GONZÁ-
LEZ DE COSSIO , Francisco, “Independencia, imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los arbitros”,
p. 15, cita a Pierre Lavile, Jean-Francois Poudret, Claude Raymond, Le droit de l´arbitrage interne et
international en suisse, Editions Payot Lausanne, 1989, pp. 338-339.
(11) LEW , Julian D.M., MISTELIS , Loukas A., KROLL , Stefan M., Comparative International Commercial Arbi-
tration, Kluwer Law International, p. 256.
(12) LANDES, William M. & POSNER , Richard A., “Adjudication as a private good”, en: 8 J. Legal Stud., 1979,
pp. 235-40, citado por Christopher R. Drahozal.
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 347
(13) SANDERS, Pieter, ¿Quo vadis arbitration? Sixto Years of Arbitration Practive, Kluwer Law Internacional, The
Hague, Netherlands, 1999, p. 224, citado por GONZÁLEZ DE COSSIO, Francisco, Independencia, Imparciali-
dad y apariencia de imparcialidad de los árbitros.
(14) La Ley de Arbitraje Sueca, en su Sección 8 contiene una lista de circunstancias en las que se presume que
no hay imparcialidad. Ver LEW , Julian D. M., MISTELIS, Loukas A., KROLL, Stefan M., Comparative Internatio-
nal Commercial Arbitration, Kluwer Law International, p. 257.
(15) La Ley de Arbitraje y Mediación de la República del Ecuador, se remite a las causales de recusación de
jueces establecidas en el Código de Procedimiento Civil que contiene un determinado número de circunstan-
cias en las que se puede entender que falta independencia o imparcialidad del juez. Ver, el Artículo 18 de la
Ley de Arbitraje y Mediación del Ecuador y su remisión al Artículo 856 del Código de Procedimiento Civil. Las
causas de recusación previstas en el Código de Procedimiento Civil del Ecuador: 1. Ser cónyuge o convivien-
te en unión de hecho o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad de alguna
de las partes, o de su representante legal, o de su mandatario, o de su abogado defensor; 2. Ser acreedor,
deudor o garante de alguna de las partes, salvo cuando lo fuere de las entidades del sector público, de las
instituciones del sistema financiero, o cooperativas. Habrá lugar a la excusa o recusación establecida en este
número sólo cuando conste el crédito por documento público o por documento privado reconocido o inscrito,
con fecha anterior al juicio; 3. Tener él o su cónyuge, o sus parientes dentro de los grados expresados en el
número 1, juicio con alguna de las partes o haberlo tenido dentro de los dos años precedentes, si el juicio
hubiese sido civil, y de los cinco, si hubiese sido penal; No serán motivos de excusa ni de recusación la
demanda civil o la querella que no sean anteriores al juicio; 4. Tener interés personal en la causa por
tratarse de sus negocios, o de su cónyuge, o de sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad
o segundo de afinidad; 5. Ser asignatario, donatario, empleador, o socio de alguna de las partes; 6. Haber
fallado en otra instancia y en el mismo juicio la cuestión que se ventila u otra conexa con ella; 7. Haber
intervenido en el juicio, como parte, representante legal, apoderado, defensor, agente del ministerio públi-
co, perito o testigo;8. Haber sido penado, multado o condenado en costas en la causa que conocía, en
caso de que la sanción le hubiese impuesto otro juez o tribunal; 9. Haber dado opinión o consejo sobre el
juicio que conste por escrito; y, 10. No sustanciar el proceso en el triple del tiempo señalado por la ley.
Uno de los más interesantes esfuerzos para hacer una casuística de las circunstancias que afectan o
pueden afectar la independencia o imparcialidad de los árbitros está contenido en los “Guidelines on
Conflicts of Interests in Internacional Arbitration, de la Internacional Bar Asociation”, aprobadas ell 22 de
Mayo de 2004 por el Council of the Internacional Bar Association. Adjunto como documento de referencia.
348 RODRIGO JIJÓN LETORT
(16) Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, Vigésimo Segunda Edición, 2001,
T. II, p. 1266.
(17) Ibidem, p. 1252.
(18) Ibidem, p. 1579.
(19) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAR, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and
John Savage, Kluwer Law Internacional, 1999, p. 564.
(20) LEW, Julian D.M., MISTELIS, Loukas A., KROLL, Stefan M., Comparative International Commercial Arbitra-
tion, Kluwer Law International p. 261.
(21) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAR, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard and
John Savage, Kluwer Law Internacional, 1999, p. 565.
(22) LEW , Julian D.M., MISTELIS, Loukas A., KROLL , Stefan M., Comparative International Commercial Arbitra-
tion, Kluwer Law International, p. 258.
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 349
Y precisamente, por lo difícil que es Artículo 15 (2).- “En todos los ca-
probar la imparcialidad los árbitros, se exi- sos, el Tribunal Arbitral deberá ac-
ge que estos sean, por lo menos, indepen- tuar justa e imparcialmente y ase-
dientes con lo que, en principio, se garan- gurarse que cada parte tenga la
tiza su libertad de juicio. oportunidad suficiente para expo-
La experiencia arbitral demuestra que ner su caso”.
tiene más posibilidades de éxito el cuestio-
namiento de un árbitro por falta de indepen- Al analizar el tema, Julian D M Lew,
dencia que por falta de imparcialidad. Loukas A. Mistelis, Stefan M Kroll(25), re-
fieren que la mayoría de las leyes y reglas
La relación entre la independencia y de arbitraje exigen que los árbitros sean
la imparcialidad ha sido motivo de deba- independientes e imparciales y señalan
te académico y legislativo. Así por ejem- que son pocos los casos en que las leyes
plo, en la reforma de las reglas de la CCI, omiten uno de los dos requerimientos. A
no se incluyó el requerimiento de impar- modo de ejemplo refieren el caso de Sui-
cialidad en el artículo 7 por considerar que za y el, ya comentado, caso del artículo
el término independencia se concebía 7(1) de las reglas de CCI que exigen in-
como un medio para llegar a un fin: nin- dependencia pero no imparcialidad. De
gún árbitro que haya tenido relación de otro lado, analizan el caso de leyes como
tal naturaleza que afecte su libertad de la Ley Inglesa de Arbitraje de 1996 y la
decisión puede ser considerado como un Ley de Arbitraje Sueca que exigen úni-
árbitro independiente(23). camente el requisito de imparcialidad. La
(23) Informe presentado ante el Congreso de la CCI en Madrid el17 de Junio de 1975 por R OBERT, Jean,
rapporteur de la Comisión redactora de las Reglas de la CCI de 1975, cita efectuada por GONZÁLEZ
DE COSIO , Francisco, “Independencia, Imparcialidad y apariencia de imparcialidad de los arbitros”,
tomado del Internet, p. 5.
(24) “One of the reasons given for not modifying the Rules to provide, at the outset, that an arbitrator must be
independent and impartial was the argument that lack of independence was an objective status, subject to
factual determination, whereas, partiality was most frequently revealed by conduct”. CRAIG, PARK & PAULSON´S,
Annotated guide to the 1998, Arbitration rules with commentary, Oceana PublicatioNS INC, 1998.
(25) LEW / MISTELIS / KROLL , Comparative International Commercial Arbitration, cit., p. 257 y notas 8, 9, 10,
11, 12 y 13.
350 RODRIGO JIJÓN LETORT
(26) LEW , MISTELIS y KROLL, Comparative International Commercial Arbitration, cit., p. 257, Nota 11.
(27) CRAIG, P ARK y PAULSON , International Chamber of Commerce Arbitration, Third Edition, Oceana Publi-
cations / Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 208, nota 16, referencia al Report on the arbitration bill, Section
104 (1996).
(28) FOUCHARD, GAILLARD y GOLDMAR, On International Commercial Arbitration, edited by Emmanuel Gaillard
and John Savage, Kluwer Law, The Status of the Arbitrators, p. 570.
(29) ROMERO SEGUEL, Alejandro, contenido en el artículo publicado en el Internet bajo el título. “La independen-
cia e imparcialidad en la justicia arbitral”.
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 351
(30) DRAZOHAL, Christopher R., Commercial arbitration: cases and problems, Lexis Nexis, pp. 363 y ss. hace un
prolijo recuento de esta decisión. No es un caso fácil de analizar por tratarse de una decisión dividida de la
Corte Suprema de Justicia en la que el criterio de jueces que concurren para formar la de mayoría difiere
en cuanto a la aplicación asimilación de estándares para árbitros y jueces. Los jueces White y Marshall
que concurren en la opinión de mayoría no admiten la asimilación de estándares de independencia e
imparcialidad entre jueces y árbitros.
(31) Merit Insurance co. vs. Leatherby Insurance Co. United States Court of Appeals for the Seventh Circuit 714
F. 1983, 2d 673, citado por DRAZOHAL, Christopher R., Commercial Arbitration: cases and problems, NEXIS,
Lexis pp. 363 y ss.
(32) CRAIG, PARK and PAULSON, International Chamber of Commerce Arbitrtion, Third Edition, Oceana Publicatio-
ns / Dobbs Ferry, NY, pp. 208.
(33) MONROY C ABRA, Marco Gerardo, Arbitraje comercial nacional e internacional, Legis, 1998, p. 81.
(34) Esta parecía ser la situación en Ecuador, sin embargo el tema fue resuelto de manera diferente por la
Corte Superior de Quito que determinó que los árbitros no están sujetos al régimen legal aplicable a los
jueces. El caso que dio origen a la resolución fue el siguiente: un litigante que se sintió afectado por un
laudo dictado por un tribunal arbitral administrado por la Cámara de Comercio de Quito, demandó a los
352 RODRIGO JIJÓN LETORT
árbitros fundado en la Sección 31 del Código de Procedimiento Civil, “Juicio sobre indemnización de
daños y perjuicios contra los magistrados, jueces y funcionarios y empleados de la función judicial”. Sos-
tuvo el litigante que los árbitros forman parte de la función judicial por la disposición del Artículo 3 de la Ley
Orgánica de la Función Judicial. Visto que los jueces tienen fuero de Corte Superior, la demanda se
presentó ante la Corte Superior de Quito. La Corte se inhibió de conocer la demanda por falta de compe-
tencia al considerar los árbitros no tienen fuero de Corte.
(35) ROMERO SEGUEL , Alejandro, hace un interesantísimo estudio de la historia de la recusación y llega a la
conclusión que “Es una pauta común que a la hora de recusar a los árbitros se les aplique el mismo
estatuto previsto para los jueces. Esta opción tiene una explicación histórica, que resulta de la asimilación
que se ha buscado –desde antaño– entre la función de los jueces y la de los árbitros”, artículo publicado en
el Internet bajo el título: “La independencia e imparcialidad en la justicia arbitral”.
(36) CAIVANO, Roque, El arbitraje, citado por Ernesto SALCEDO, El arbitraje, la justicia alternativa, Editorial
Jurídica Mosquera, Quito, 2001, p. 98.
(37) La posición adoptada por la Ley Modelo de la Uncitral fue una fórmula genérica más que un listado casuís-
tico de circunstancias que afectarían la independencia o imparcialidad del árbitro.
(38) La Ley de Arbitraje y Mediación de la República del Ecuador no se refiere explícitamente al concepto de
imparcialidad o independencia y para la recusación de los árbitros se remite a las causales señaladas en
el Código de Procedimiento Civil. Esto ha dado lugar a duda en las instituciones arbitrales si los árbitros
deben excusarse o pueden ser recusados únicamente por las causales señaladas en el Código del Procedi-
miento Civil. Con buen criterio el Centro Arbitral de la Cámara de Comercio de Quito y algunos árbitros,
aplicando el Código de Ética del mismo Centro Arbitral, nos hemos excusado en casos en que, si bien no
concurren las circunstancias previstas en la ley, concurren otras como la existencia de relaciones sociales o
profesionales que pueden ser percibidas por una de las partes como señal de parcialidad o dependencia.
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 353
(39) CAIVANO, Roque, sugiere que no se debería llamar “árbitro de parte” sino árbitro designado por una de las
partes”, CAIVANO, Roque J., Arbitraje, Ad-Hoc SRL, 2000, p. 175.
(40) Caso Occidental vs. República del Ecuador, Uncitral Nº UN 3467, 1 de junio, 2004.
(41) Ver, la presentación de GRIGERA, Horacio A., “Party apointed arbitrators: A latin american perspective”, en:
IBA Arbitration Day Presentation - Sao Paulo, Brazil, February, 2004.
(42) CRAIG, PARK and PAULSON, International Chamber of Commerce Arbitration, Third Edition, Oceana Publi-
cations / Dobbs Ferry, NY 2000, p. 212.
354 RODRIGO JIJÓN LETORT
American Bar Association, salvo que las Doak Bishop uno de los destacados
partes convengan lo contrario o la ley apli- litigantes en el arbitraje internacional hace
cable lo exija, no se espera que el árbitro algunas recomendaciones relativas al aná-
designado por una parte sea neutral(43). lisis que debe hacer el abogado litigante
para la selección de su propio árbitro.(46)
En el arbitraje internacional el enfo-
que es distinto: todos los árbitros deben Bishop sostiene la necesidad de con-
ser independientes e imparciales. Por tar con un árbitro íntegro que no permita
ejemplo, las “reglas de ética para árbitros influencias hacia el tribunal; un árbitro in-
internacionales” aprobadas por la Inter- teligente capaz de entender el caso y dis-
national Bar Association obligan a que los tinguir entre los argumentos que apare-
árbitros sean imparciales e independien- cen como válidos y los que realmente lo
tes prescindiendo de si fueron o no, nom- son; debe preferirse un árbitro detallista
brados por las partes(44). que revisará con mucho detalle los do-
cumentos del proceso, sostiene que el ár-
Francisco González de Cossío(45), al
comentar la ley de derecho internacional bitro que más conocimiento tenga de los
privado de Suiza, refiere que durante el detalles seguramente será el más persua-
proceso de redacción de la ley se analizó sivo del tribunal; un árbitro con perso-
el caso de los árbitros designados por las nalidad y capacidad de buen relaciona-
partes y se consideraron dos posibilida- miento con los otros.
des: (i) que los árbitros sean independien- Y finalmente, señala Bishop, el abo-
tes de ambas partes; o (ii) que los árbitros gado debe buscar un árbitro que esté pre-
sean representantes de ambas partes dispuesto a su caso; alguien del mismo
(adoptando así el método estadouniden- país o del mismo sistema jurídico; de la
se). Se optó por la primera opción. misma cultura; de la misma industria; al-
Lo que si se admite es que el árbitro de guien involucrado en el área del derecho
parte pueda, sin cambiar su condición de materia de la disputa siempre y cuando
imparcial, facilitar a que el tribunal arbitral no haya efectuado pronunciamientos pre-
entienda de mejor manera la posición jurí- vios específicos sobre el caso en dispu-
dica, cultural con el entorno de negocios, ta. Esta característica, sostiene, no es
etc. de la parte que lo designe. Se admite contraria al requerimiento básico del ar-
incluso una predisposición del árbitro de bitraje internacional de que el árbitro sea
parte en favor de quien lo nombró, sin que imparcial e independiente. Una predis-
tal predisposición pueda significar falta de posición general no es inconsistente con
independencia ni parcialidad. el requerimiento. La predisposición no
(47) CRAIG, PARKER and PAULSON, International Chamber Of Commerce Arbitration, Oceana Publications,
Inc., Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 211.
356 RODRIGO JIJÓN LETORT
D. Decisiones arbitrales unánimes tral que fue dictado en forma unánime por
tres árbitros y decimos que sólo uno de
Como dijimos antes, el riesgo de ellos incumplió sus obligaciones de inde-
la falta de independencia o imparciali- pendencia o imparcialidad?
dad, además del debilitamiento del sis-
tema arbitral, es que tal circunstancia ¿Podemos sostener que la decisión
puede servir para que la parte perdedo- de ese árbitro parcial o dependiente no in-
ra demande la nulidad del laudo o se fluyó en la decisión de la causa?
oponga a su ejecución.
En el caso Fertilizar of India et al. V
Es un atenuante a la acusación de IDI Management(49), una corte america-
falta de independencia o imparcialidad de na, pese a establecer que uno de los árbi-
uno de los árbitros el hecho que el laudo tros había actuado antes como abogado
haya sido resuelto por unanimidad? de la parte que lo designó y no había re-
velado ese hecho al tiempo de la confor-
En el derecho procesal continen- mación del tribunal no anuló el laudo, en-
tal(48), las nulidades procesales están su- tre otras razones, por el hecho de que fue
jetas al principio de trascendencia, en vir- dictado de manera unánime por los tres
tud del cual los vicios procesales son causa árbitros del panel.
de nulidad únicamente cuando han influi-
do en la decisión de la causa. Durante el Commonwealth(50) también es un caso
proceso podrían haberse producido irre- en el que se demandó la anulación de un
gularidades pero si, al final del día, no in- laudo acusando falta de independencia de
fluyeron en la decisión de la causa, no son uno de los árbitros. Pese a que el laudo fue
suficientes para anular la sentencia. dictado por unanimidad, la Corte Suprema
lo anuló. Sin embargo en la decisión de
¿Cuál será la consecuencia de apli- minoría, uno de los argumentos en con-
car el principio de trascendencia al caso tra de la anulación del laudo fue, precisa-
de demanda de nulidad de un laudo arbi- mente, que fue dictado por unanimidad.
(48) Vasconi, el Código de Procedimiento Civil Ecuatoriano recoge el principio de trascendencia de las nulida-
des en su artículo 1014 que dice: “La violación del trámite correspondiente a la naturaleza del asunto o al
de la causa que se está juzgando anula el proceso; y los juzgados y tribunales declararán la nulidad de
oficio o a petición de parte, siempre que dicha violación hubiese influido o pudiere influir en la decisión de
la causa, observando, en lo demás las reglas generales y especialmente lo dispuesto en los Artículos.
355, 356 y 357”. De una manera algo diferente el Código Modelo para América Latina recoge el principio
de trascendencia en el Tercer inciso de su artículo 104 que dice: Artículo 104. (Especificidad y trascenden-
cia de la nulidad) (…) La anulación no procede, aun en los casos establecidos precedentemente, si el acto,
aunque irregular, ha logrado el fin al que estaba destinado, salvo que se hubiese provocado indefensión.”
(49) Fertilizar of India et al. V IDI Management Inc. 517 F. Sup. 948 (S.D. Ohio, 1981); extracts in VII Yearbook
382 (1982), citado por CRAIG, P ARK y PAULSON, International Chamber Of Commerce, Third Edition, Ocea-
na Publications, Inc. / Dobbs Ferry, NY, 2000 pp. 209 y ss. En este caso se discutió, ante una Corte
Federal de los Estados Unidos, si las Reglas de Arbitraje de 1955, exigían la independencia del árbitro
designado por las partes. La Corte llegó a la conclusión de que la designación de un árbitro indepen-
diente y su obligación de revelar han sido siempre aplicables a los arbitrajes ICC. Ver, p. 210.
(50) DRAZOHAL, Christopher R., Commercial Arbitration: Cases And Problems, Lexis Nexis, p. 366, Voto Salvado
de los Magistrados Fortas y Harlan.
INDEPENDENCIA DE LOS ÁRBITROS 357
(51) En Merit Insurance Co. Vs. Letherby Insurance Co., no se anuló un laudo unánime; si se lo hizo en
cambio en SCHMITZ V. ZILVETI United States Court of Appeal for the Ninth Cicuit 20 F.3d. 1043 (1993).
Los dos casos están citados en D RAZOHAL , Christopher R., Commercial Arbitration: Cases And
Problems, Lexis Nexis, pp. 367-375.
(52) Ver, en este punto CRAIG, PARK and PAULSON , International Chamber Of Commerce Arbitrtion, Third Edition,
Oceana Publications / Dobbs Ferry, NY, 2000, p. 265.
(53) ICC Corte Internacional De Arbitraje, artículo 7, Disposiciones Generales: 1. Todo árbitro debe ser y per-
manecer independiente de las partes. 2. Antes de su nombramiento o confirmación, la persona propuesta
como árbitro debe suscribir una declaración de independencia y dar a conocer por escrito a la Secretaria
cualesquiera hechos o circunstancias susceptibles, desde el punto de vista de las partes, de poner en
duda su independencia. La Secretaria deberá comunicar por escrito dicha información a las partes y fijar
un plazo para que éstas manifiesten sus comentarios.
(54) Ley Modelo De La CNUDMI (Comision De Las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional,)
Sobre Arbitraje Comercial Internacional. Artículo 12. Motivos de Recusación. 1. La persona a quien se
comunique su posible nombramiento como árbitro deberá revelar todas las circunstancias que puedan dar
lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o independencia. El árbitro, desde el momento de su
nombramiento y durante todas las actuaciones arbitrales, revelará sin demora tales circunstancias de las
partes, a menos que ya les haya informado a ellas.
358 RODRIGO JIJÓN LETORT
(55) Commonwealth, es el ejemplo de esta posición. En la decisión de anulación la Corte Suprema reconoció
que no había nada en el proceso que indicara que la conducta del árbitro hubiese sido incorrecta; que el
proceso fue justo y que las audiencias fueron imparciales; que la otra parte declaró que si hubiese cono-
cido la relación entre el árbitro y una de las partes no hubiera impugnado su presencia como árbitro. No
obstante todo esto la mayoría anuló el laudo dictado porque el árbitro incumplió con su deber de revelar su
relación con una de las partes. Ver, DRAZOHAL , Christopher R., Commercial Arbitration: Cases And
Problems, Lexis Nexis, pp. 363-37.
LEW, Julian D.M / MISTELAS, Loukas A. / KRÖLL, Stefan M., citan al Tribunal de Instancia Superior de París, 12
de Mayo 1993, Raoul Duval v V, Rev Arb 411 (1996) confirmado por la Corte de Apelación de París, 12 de
Octubre de 1995, Rev. Arb 324 (1999 y por la Corte de Casación, Diciembre 16 de 1997, no publicado,
donde la falta de información de que el árbitro iba a empezar a trabajar para una de las partes luego del
arbitraje determinó la responsabilidad del arbitro.
(56) ALONSO, José María, Los árbitros: selección, recusación y reemplazo, Miami, 2005, p. 4.
360 RODRIGO JIJÓN LETORT
ARBITRAJES COMPLEJOS 361
A RBITRAJE COMERCIAL Y ARBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 361-364
ARBITRAJES COMPLEJOS
Todos los días, se llevan a cabo mi- La conducción de este tipo de arbi-
les de transacciones comerciales, las cua- trajes no es muy diferente, sin embargo,
les en ocasiones dan origen a alguna dis- deben tomarse en consideración algunas
puta. Gran parte de estas disputas son re- particularidades.
sueltas mediante el arbitraje puesto que
su eficacia ha sido comprobada.
1.1. Arbitrajes multiparte
Las estadísticas de la CCI nos
1. ARBITRAJES COMPLEJOS
muestran que en 2005, prácticamente
Como parte de dichas disputas, re- un tercio de los casos registrados ante
sulta cada vez más frecuente encontrar la CCI fueron arbitrajes multiparte. El
arbitrajes complejos, ya sea porque inter- 80% de estos casos involucró entre 3
vienen múltiples partes, porque la dispu- y 5 partes, el 18% de ellos involucró
ta deriva de varios contratos o porque la entre 6 y 10 partes y el 2% más de 10
controversia en sí misma es complicada. partes(1).
( *) Jefe del área de litigio civil y mercantil, arbitraje y ADRs del despacho Santamarina y Steta, México.
Miembro del Comité Consultivo de la Comisión de Arbitraje de la Cámara Nacional de Comercio de la
Ciudad de México (CANACO), del Comité Arbitral del Centro de Arbitraje de México (CAM) y de la
Comisión de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI).
(1) Boletín de la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, Reporte Estadístico
2005, Vol. 17, N° 1, 2006.
362 FERNANDO DEL CASTILLO ELORZA
En este tipo de arbitrajes pueden pre- mandantes y las demandadas(4), sin em-
sentarse algunas dificultades, ya sean re- bargo, puede darse el caso de que se lla-
lativas al acuerdo de arbitraje, a la inte- me al arbitraje a una parte que no haya
gración del tribunal arbitral o al pago de sido claramente identificada ni como
los costos del arbitraje, entre otras. demandante ni como demandada.
En cuanto al acuerdo de arbitraje, Otros aspectos que pueden resultar
puede darse el caso de que no todas las más complejos en un arbitraje multilate-
demandadas lo hayan firmado o que las ral, son por ejemplo: (i) el intercambio de
demandadas soliciten incluir a otras par- comunicaciones entre las partes y el tri-
tes en el arbitraje, por ejemplo, en casos bunal arbitral; (ii) la forma en que las par-
como contratos de agencia, cesión de de- tes participarán en el desahogo de la prue-
rechos o empresas relacionadas. En estos ba testimonial; (iii) el nombramiento de
supuestos, conforme al Reglamento de peritos y la participación de las partes en
Arbitraje de la CCI, si la Corte de Arbi- el examen de sus dictámenes; y (iv) la de-
traje estuviere convencida, prima facie de terminación del calendario procesal.
la posible existencia de un acuerdo de ar-
bitraje, puede decidir, sin perjuicio de la
admisibilidad o el fundamento de dichas 1.2. Arbitrajes que involucran varios
excepciones, que prosiga el arbitraje(2). contratos
Por lo que hace a la integración del En los arbitrajes que involucran va-
tribunal arbitral, conforme a dicho orde- rios contratos, puede presentarse una sola
namiento, si la controversia hubiere de ser solicitud de inicio de arbitraje para to-
resuelta por tres árbitros, conjuntamente dos los contratos, o pueden presentarse
las demandantes y conjuntamente los de- varias solicitudes. De presentarse una
mandados deben designar a un árbitro y sola, deben cumplirse los siguientes re-
el tercero es designado por la Corte. De quisitos: (i) todos los contratos deben
no alcanzar un acuerdo, la Corte puede haber sido firmados por las mismas par-
nombrar a todos los árbitros. De resolverse tes, excepto cuando sea claro que las
la controversia por un solo árbitro, éste partes pertenecen a dos grupos de em-
será designado por la CCI(3). presas; (ii) todos los contratos deben es-
tar relacionados con la misma transac-
Por otro lado, en arbitrajes multi- ción comercial; (iii) las cláusulas de so-
parte, el pago de los costos del arbitraje lución de controversias previstas en to-
en ocasiones puede presentar dificulta- dos los contratos deben ser compatibles.
des. El Reglamento de Arbitraje de la
CCI prevé que la provisión para gastos Asimismo, el Reglamento de Arbi-
del arbitraje fijada por la Corte debe ser traje de la CCI establece que cuando una
pagada en partes iguales por las de- parte presenta una demanda relativa a una
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
( *) Socio fundador de Coronel & Pérez Abogados, Ecuador. Miembro de la Corte de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional (CCI). Árbitro de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres. Miembro del Panel
de Conciliadores del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
366 CÉSAR CORONEL JONES
el caso de que las partes no hayan acorda- nen aquellas reglas o instituciones que
do las normas de procedimiento, la res- consideran favorables para sus intereses
ponsabilidad de dirigir el procedimiento en casos determinados o que al menos
pasará al tribunal arbitral, quien para es- ofrezcan condiciones igualmente atracti-
tos efectos podrá cumplir su misión del vas para ambas partes(2).
modo que estime más apropiado, tenien-
do siempre en consideración los princi- No menos importante es destacar el
pios y normas de la ley (…)”(1). En efec- rol preeminente que están llamados a te-
to, es precisamente en la posibilidad de ner los propios árbitros al guiar y condu-
escoger con amplia libertad las normas de cir los respectivos procesos arbitrales. Lo
procedimiento, donde se percibe con más frecuente es que las partes adopten o
más evidencia el amplio campo de ac- se remitan a las reglas de alguna institu-
ción que se reconoce a la libertad indi- ción arbitral, las que a su vez suelen otor-
vidual de las partes para autorregular di- garles un importante margen de discrecio-
rectamente o por delegación, la manera nalidad a los árbitros para que dirijan el
como ellas estiman adecuado se venti- procedimiento, pues de esa manera se res-
len sus controversias actuales o poten- ponde al postulado de flexibilidad y se
ciales. Y esto tiene mucho sentido si se permite que, por ejemplo, se establezcan
recuerda el carácter de método alterna- procedimientos abreviados o sumarios en
tivo que posee el arbitraje como medio disputas de pequeña cuantía, o se otorgue
de resolver conflictos, pues permite que un rol preponderante a los testimonios de
las partes diseñen un “traje a la medi- expertos en controversias de orden técni-
da”, balanceando los múltiples factores co, o a la inversa se prevean amplias po-
a considerar ante una potencial contro- sibilidades de debate y medios probato-
versia: calidad de los árbitros, costos, rios en disputas complejas. Así se ha di-
tiempo de duración del proceso, grado cho por ejemplo que “Una de las bonda-
de profundidad en la presentación y aná- des atribuidas al arbitraje reside en su ca-
lisis de pruebas y argumentos, etc. rácter flexible, en la posibilidad de poder
adaptarse a las exigencias o a la visión que
Una segunda nota que ha sido desta- las partes tienen sobre cómo debe llevar-
cada con motivo de la flexibilidad del pro- se a cabo el proceso. El principio general
cedimiento arbitral, es que precisamente es el de la libertad de procedimiento”(3).
ella explica la enorme proliferación en el
mundo del arbitraje comercial internacio- Por cierto la libertad de las partes
nal de reglas e instituciones, las cuales para determinar el procedimiento es un
varían significativamente entre las diver- postulado de amplia acogida en el arbi-
sas entidades, ofreciendo amplias opor- traje internacional, al punto de que auto-
tunidades a las partes para que seleccio- rizados doctrinantes como el profesor
(1) PICAND, Albónico, Arbitraje Comercial Internacional, T. I, Editorial Jurídica Chile, Chile 2005, p. 324.
(2) MICHAEL W., “Resiman”, en: International Commercial Arbitration, The Foundation Press Inc. New York,
1997, p. 236.
(3) SANTOS BELANDRO , Rubén, Arbitraje Comercial Internacional, Editorial Oxford University Press, México,
2000, p. 292.
368 CÉSAR CORONEL JONES
Alan Redfern y Martin Hunter, señalan rarse de que cada parte tenga la oportuni-
que la autonomía de las partes es el prin- dad suficiente para exponer su caso, esto
cipio rector en determinar el procedimien- es, ejercer su derecho a la defensa.
to y que este principio ha sido adoptado
Por su parte, el artículo 14 del Re-
no sólo por leyes nacionales sino también
glamento de la Corte de Arbitraje Inter-
por instituciones y organizaciones de ar-
nacional de Londres reitera el principio
bitraje internacional(4). Sírvanos la revi-
de libertad contractual en la materia, en-
sión de las reglas de algunas de las enti-
fatiza la necesidad de un trato equitativo
dades más prestigiosas en el mundo del
e imparcial de las partes, concediéndole a
arbitraje para confirmar lo apropiado de
cada una la oportunidad de oír y ser oída
estas afirmaciones.
y faculta al tribunal a acordar procedi-
El Reglamento de Arbitraje de la mientos que se adapten a las circunstan-
Cámara de Comercio Internacional de cias del arbitraje, evitando retrasos o gas-
París en su artículo 15, es un ejemplo de tos innecesarios a fin de procurar una equi-
concreción y precisión. La referida dis- tativa y eficiente resolución definitiva de
posición señala: “1. El procedimiento la controversia(6).
ante el Tribunal Arbitral se regirá por el
Asimismo la Ley Modelo de la
Reglamento y, en caso de silencio de éste,
CNUDMI Comisión de las Naciones
por las normas que las partes o, en su de- Unidas para el Derecho Mercantil Inter-
fecto, el Tribunal Arbitral determinen, ya nacional), en su artículo 19 señala las
sea con referencia o no a un derecho pro- pautas fundamentales sobre procedimien-
cesal nacional aplicable al arbitraje. 2. to reiterando el principio de libertad con-
En todos los casos, el Tribunal Arbitral tractual para que las partes lo determi-
deberá actuar justa e imparcialmente y nen e indicando que a falta de acuerdo,
asegurarse que cada parte tenga la opor- el tribunal podrá dirigir el arbitraje del
tunidad suficiente para exponer su “modo que considere apropiado” aclaran-
caso”(5). Como se ve, luego de remitir el do después que esta facultad incluye “de-
procedimiento al propio reglamento, que terminar la admisibilidad, la pertinencia
con frecuencia defiere al acuerdo de las y el valor de las pruebas”.
partes, reitera que son éstas y en su defec-
to el tribunal arbitral, quienes deben de- Varios de los países latinoamerica-
terminar las normas de procedimiento bien nos han recogido en su legislación inter-
sea refiriéndose o no a un derecho proce- na estos principios relativos a la libertad
sal nacional aplicable al arbitraje. El pá- de las partes para escoger el procedimien-
rrafo 2 del artículo 15, de manera escueta to. Así por ejemplo, el Código de Comer-
pero no menos elocuente, consagra el prin- cio de México, en su artículo 1435, seña-
cipio rector de que el tribunal debe actuar la que “con sujeción a las disposiciones
siempre justa e imparcialmente y asegu- del presente Título, las partes tendrán
(4) REDFERN, Alan y HUNTER , Martin, Law and Practice of International Commercial Arbitration, Sweet &
Maxwell. London, 1999, p. 278.
(5) Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), vigente a partir de 1 de enero
de 1998.
(6) Artículo 14 del Reglamento de Arbitraje de London Court of International Arbitration (LCIA).
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO 369
(7) El texto de esta Ley fue encontrado en Internet en inglés. Los artículos citados corresponden a una traduc-
ción libre al español.
370 CÉSAR CORONEL JONES
(8) OPPETIT, Bruno, Teoría del Arbitraje, Editorial Legis, Chile, 2006.
(9) Ibidem, pp. 60-61.
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO 371
entenderá que el tribunal ha sido de- hacer uso de las ventajas de contar con un
legado para determinar el procedi- procedimiento flexible.
miento, por el solo hecho de haber
Pero el panorama general sigue sien-
convenido las partes el arbitraje.
do más bien de apego a las normas de los
Algunas de las medidas que han ve- códigos procesales y de poca utilización
nido adoptando últimamente los tribuna- de las ventajas de la flexibilidad. Se trata
les de arbitraje en Guayaquil, hacen lucir de un asunto cultural en el cual tiene mu-
los procesos arbitrales mas ágiles, sim- cho que ver la inclinación de los aboga-
ples y directos que los procesos judicia- dos litigantes y los jueces, que eventual-
les. Así por ejemplo, se ha hecho uso de mente pueden tener que revisar las actua-
la facultad de disponer pruebas por pro- ciones arbítrales. Un ejemplo de la reser-
pia iniciativa del tribunal, ordenando in- va con que se mira desde las Cortes la
clusive declaraciones de testigos –lo que posibilidad de apartarse de las normas pro-
es prohibido en el procedimiento civil or- cesales comunes en el arbitraje, es un fa-
dinario–; se admiten preguntas y repre- llo de la Corte Constitucional de Colom-
guntas a los testigos o confesantes no solo bia (sentencia C-037 de 1996) que ha sido
por escrito, sino oralmente en la misma ampliamente comentado en dicho país por
audiencia, al estilo de la “cross examina- considerarse limitaba la libertad de acor-
tion” del common law; se celebran reunio- dar reglas procesales a aquellos casos no
nes preliminares para acordar calendarios previstos por el legislador, restringiendo
de actuaciones; se hace uso del Internet así notablemente el alcance de la ley que
para coordinar actividades, sin perjuicio parece mas bien inscrita en la tendencia
de enviar notificaciones escritas. En mundial de permitir la amplia libertad de
definitiva, paulatinamente, se empieza a la voluntad contractual(10).
(10) En el texto denominado “Concepto, Ubicación y Clasificación [del Arbitraje]”, integrante del material didác-
tico preparado en el año 2002 por el Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de
Bogotá como parte del Curso “Secretaría de Tribunal de Arbitramento”, se lee:
“La norma que venimos comentando [artículo 13 (3) de la Ley 270 de 1996] fue declarada exequible sin
mayor comentario, en tanto, como se indicó, se limitó a reiterar el texto mismo de la Constitución. No
obstante, en las cortas apreciaciones que sobre ella se hicieron vino la Corte a sembrar confusión donde
el texto no la trae y a dar pie, nuevamente, a la postura arbitral rígida y reglada que la norma trataba a toda
costa de modificar y poner nuestra legislación a tono con lo que es una constante a nivel mundial: permitir
el libre juego de la autonomía de la voluntad en el señalamiento de las reglas procesales.
Al respecto en un muy infortunado párrafo, dijo la Corte: ‘Resta agregar que en estas situaciones (arbitraje
y conciliación, se nota) los particulares, en aquellos casos no previstos por el legislador, pueden fijar sus
propias reglas para el ejercicio de su labor de impartir justicia, siempre y cuando se ajusten a los paráme-
tros establecidos en la Constitución y en la ley’ (resalto).
La simple confrontación del texto de la ley con el agregado de la Corte, muestra a las claras que el texto
dice todo lo contrario de lo que esta venerable institución afirma. Sin esfuerzo podría afirmarse que si el
fallo de la Corte fuese un decreto reglamentario, sería abiertamente ilegal y si una ley, sería inconstitucio-
nal, por exceder el texto objeto de su comentario y análisis. En efecto, mientras la ley afirma (sin perjuicio)
la prevalencia de la voluntad de las partes y el carácter supletorio de la ley, la Corte modifica el texto para
hacerle decir todo lo contrario sin razón ni justificación alguna.” (Énfasis en el original). Tomado de:
GAMBOA M ORALES, Nicolás, Adaptación de la Conferencia preparada con motivo del XIX Congreso Nacional
de Derecho Comercial celebrado en Medellín en Octubre 2003.
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO 373
( *) Vice-Chairman, ICC International Court of Arbitration. Currently President, Bar Arbitration of India and
Senior Advocate.
(1) See ICC International Court of Arbitration Bulletin, Spring 2003, Vol. 14, Nº 1, pp. 19-22.
(2) The Secretary General is ably assisted by the Deputy Secretary General, Eduardo Silva Romero, and
General Counsel, Emmanuel Jolivet. The Secretariat has over 50 members on its staff, belonging 22
different nationalities. And the personnel of the Secretariat are able to converse in and handle communications
in 18 different languages!
(3) I suggest that ICC India should utilize more frequently the vast-range of advisory services offered by the
ICC Secretariat in Paris.
376 F. S. NARIMAN
were filed: with 1622 parties, hailing from abiding characteristics of ICC arbitration.
126 different countries!(4) And as if to
The Court (either as a plenary body
make the point that ICC arbitration is not
or in Committee) meets in Paris almost
French, the 75th Anniversary of the Court
on a weekly basis, and all proceedings that
was celebrated (in September 1998) not
require the intercession of the Court (or
in Paris, but in Geneva.
Committees of the Court) under the Rules
Of course according to the rules of are conducted in English and French with
the ICC International Court of Arbitration, an excellent simultaneous translation
the Secretariat of the Court is where the system – which includes German and
headquarters of the International Spanish as well.
Chambers of Commerce (ICC) are
Though described as a “Court”, the
located. But the seat of any particular ICC Court never actually resolves dispu-
arbitration governed by the ICC Rules is tes submitted under the Rules. It appoints
not required to be, nor is it necessarily or confirms the nomination of arbitrators,
located in Paris – in fact it is frequently and replaces them on death or resignation;
fixed at places outside Paris and outside it also oversees (with the able assistance
Europe. The seat of an arbitration is often of the Secretariat) the progress of all ICC
at the place which the parties stipulate arbitrations; and what I believe is the more
by contract: in the year 2001 and 2002, significant part of all its work, the Court
the seat of ICC arbitration (as contracted) scrutinises and approves draft awards(5):
was located in various cities which were this is a unique feature of the ICC Rules.
spread over forty-three different No other Rule of any other international
countries of the world. arbitral body or institution has this built-
The new updated Rules of Arbitration in safeguard – a safeguard that helps to
make the award enforceable in the New
of the International Chamber of
York Convention Countries. In fact the
Commerce effective from January 1, 1998
Court (along with the arbitral tribunal)
provide a frame work not only for dispute
is specifically enjoined under article 35
resolution in international trade - but also
–General Rule– to “make every effort
ensure a close supervision of the entire
to make sure that the award is
arbitral process from the time the
enforceable at law”(6).
arbitrators take charge of the file, till the
time the ultimate award is rendered by the In the developing countries and in
arbitral tribunal: in fact this is one of the countries in this sub-continent – e.g.
(4) 541 new ICC cases were filed in the year 2000: with 1398 parties who hailed from 120 different countries
566 new ICC cases were filed in the year 2001, with 1492 parties hailing from 116 different countries.
(5) Article 27of the ICC Rules (Scrutiny of the Award by the Court) provides: – “Before signing any Award, the
Arbitral Tribunal shall submit it in draft form to the Court. The Court may lay down modifications as to the
form of the Award and, without affecting the Arbitral Tribunal’s liberty of decision, may also draw its attention
to points of substance. No Award shall be rendered by the Arbitral Tribunal until it has been approved by the
Court as to its form”.
(6) Article 35 of the ICC Rules reads: “General Rule – In all matters not expressly provided for in these Rules,
the Court and the Arbitral Tribunal shall act in the spirit of these Rules and shall make every effort to make
sure that the Award is enforceable at law”.
ICC ARBITRATION AND ADR – A BRIEF OF RESUME 377
Bangladesh, Pakistan, India, Sri Lanka – resolving the dispute – e.g. submitting
whenever one waves the ICC flag, a the disputes under the ICC ADR Rules
complaint is often heard about ICC or the ICC Rules for expertise;
Arbitration being too costly!
(ii) Parties can reduce the nature and
But cost-effectiveness is comparati- volume of submissions and
ve. Everything in life is comparative. documentation, and adopt time sa-
When compared to domestic arbitration, ving and cost saving measures - as
it is true that it is definitely more expensi- stipulated in the Guidelines;
ve - simply because the unit of currency
in domestic arbitration follows the unit of (iii) Parties can have a preferred sole
currency in domestic trade: rupees in In- arbitrator – and can agree to Terms
dia and rupiyah in Bangladesh. In inter- of Reference by correspondence;
national trade the unit of currency is inva- (iv) Parties can by agreement devise an
riably US Dollars –and this is therefore agreed budget for the entire
the unit of currency in international proceeding – and recovery of costs
arbitration as well. Fifty percent of the can be determined by the arbitrator
claims made in an ICC Arbitration are “lar- taking into account the extent to
ge claims”– i.e. between one million to which expenditure by each party was
fifty million US Dollars. But the ICC proportional to what was at stake in
Court is not reserved only for the “big the arbitration;
spenders”. There are now in place new
Guidelines for Arbitrating Small Claims (v) Meetings can be held and hearings
under the ICC Rules – they are available (if not dispensed with), can take pla-
on the web site(7). The guidelines do not ce at any location – this has no effect
define “small claims”: the notion of “sma- on the place of arbitration chosen by
ll” depending very much on the parties and the parties or fixed by the Court.
their circumstances. The Guidelines are so
framed that they can be used even in large One advantage of ICC Arbitration
claims by parties who seek to reduce the over ad hoc arbitration is that the scale of
costs and time required for an internatio- administrative expenses and arbitrators
nal arbitration(8). Under the Guidelines: fees are known at the outset - and are
dependent upon, and calculated in
(i) Parties can by agreement constitute a accordance with “successive slices of
faster and cheaper method of sums in disputes” – with a minimum and
(7) http://www.iccwbo.org/court/english/arbitration/small_claims/guidelines.asp
(8) The guidelines do not define a small claim. The notion of small depends very much on the parties and their
circumstances. For a large multinational enterprise, a ‘small claim’ may mean anything under a few million
US dollars. For a smaller trader entering the international marketplace for the first time, that same claim
may represent a very substantial part of its business. On the other hand, a small claim is not necessarily an
unimportant claim. A dispute over a relatively small monetary amount may have far-reaching repercussio-
ns, or may in fact be a ‘test case’ for a number of similar disputes. In some cases, a small claim will be met
with a far larger counter-claim. It is up to the parties to determine in light of their own situation whether the
claim is ‘small’ and whether to follow one or more of the suggestions contained in these guidelines. Many of
these suggestions can in fact be used by any parties who seek to reduce the cost and time required for an
arbitration, even in large claims.
378 F. S. NARIMAN
maximum in the context of arbitrators fees. confidence (whether from the West or East
This is a chilling factor - it compels parties or from any other part of the world). And
to be realistic when making claims in an pursuant to article 8(4) of the ICC Rules,
ICC Arbitration. the Court appoints the Chairman of the
arbitral tribunal, not on its own, but upon
Exaggerated claims made without
the proposal of the National Committee -
regard to their legitimacy or sustainability
unless the parties agree on a different
contributes to the rising costs both in terms
of administrative expenses and arbitrator method of selecting the Chairman of the
fees. When you plan to construct a buil- arbitral tribunal: such as delegating the
ding, the first thing you do is to estimate selection of the Chairman to the Co-
what it would cost. When you embark on arbitrators. Likewise, where the Court is
an arbitration –especially an international to appoint a sole arbitrator or the Chair-
commercial arbitration– you must man of an arbitral tribunal the Rules
estimate with the help of a knowledgeable provide that “it shall make the
consultant how much you can or should appointment upon a proposal of a national
claim: you will then be able to limit the committee of the ICC that it considers to
operation of the escalating scale of costs be appropriate (article 9[3]).”
and administrative expenses that are
“How good then is an ICC arbitra-
prescribed under the ICC rules – based as
tion?” – The answer is – as good as the
they are on the sums in dispute.
ICC Rules can make it. Beyond that, it is
Another erroneous impression for the individual arbitrators. They are the
(frequently mentioned in the developing ultimate decision making authority and it
countries) is that ICC arbitration is is they who are responsible for the arbi-
“western”. It is not. As a matter of fact, in tral award. If awards in ICC arbitration
an ICC arbitral tribunal (consisting of are a shade better than most others it is
three arbitrators) it is each of the two only because of the close supervision exer-
parties that choose and appoint their own cised by the Secretariat over the entire
nominee as arbitrator – they naturally course of the arbitration and by the Court
appoint a person in whose competence and during the process of “scrutiny” manda-
independence they have complete ted under article 27(9).
(9) But the supervision of the entire arbitration and the initial scrutiny of the award does not begin in the Court:
it begins in the Secretariat itself:
(i) Under article 18(4) of the ICC Rules the arbitral tribunal must establish (“soon after drawing up the
terms of reference”) a provisional time table as to the conduct of the Arbitration and communicate it to
the Secretariat and the parties.
(ii) Since the time limit within which the arbitral tribunal must ordinarily render its award is 6 months
(article 24), the Secretariat closely follows the procedural time-table set up under article 18(4) of the
Rules in order to ensure to the extent possible – that the time schedule is complied with by Arbitrators.
(iii) The Secretariat regularly reports the progress achieved by the arbitral tribunal to the Court at its
monthly session (and to Committees of the Court which meet at least three times every month) when
extension of deadlines are required.
ICC ARBITRATION AND ADR – A BRIEF OF RESUME 379
All provisions of the ICC Rules are (I quote from the actual words of Counsel
directed towards building up an efficient for one of the parties):
method for resolving disputes. There is,
for instance, an express enabling provi- “Of the rules we investigated the ru-
sion whereby parties may agree to shor- les and procedures of the ICC Court
ten the various time limits set out in the provided the combination of flexibi-
Rules - which become effective only upon lity and structure that we believed
the approval of the arbitral tribunal(10). most likely to accommodate fast
track arbitration”.
A few years ago in an arbitration
about price re-determination in a long term
And so the ICC Rules were chosen,
contract between an American commodi-
and a multi million dollar arbitration was
ty buyer and a Canadian commodity se-
over one day before the expiry of the
ller –where both parties were contractua-
agreed time limit, the award being duly
lly bound by a clause specifying a 60 -
implemented by the parties: with the long
day time limit for arbitration– Counsel for
term contract still left in place and conti-
each of the parties undertook a survey of
nuing to govern relations between them.
the existing rules of arbitration of institu-
tional bodies around the world – in order The need for prompt decision –ma-
to find out which rules would be the most king was satisfied with a final award ren-
appropriate. And each of them indepen- dered ahead of time– and immediately
dently came to the following conclusion implemented.
(iv) Through e-mail, fax and telephone to the arbitrators, the Counsel in-charge of the file in the Secretariat
stresses the need to comply with the time schedule and deadlines.
(v) Upon a receipt of a draft award the Secretariat (Counsel in-charge of the file) ensures that no pages
of any part of award are missing, and checks the language, grammar, and structure of the award.
(vi) Typical defects of form that do occur (after all, to err is human!) are: e.g. absence of precise quotation
of the arbitration clause, improper identification of parties (e.g. incomplete name or address) of their
counsel, miscalculation of sums claimed and awarded or of interest computation, also nature of interest
component, (pre arbitration, pending arbitration, post arbitral Award – and whether simple or compound;
absence of “clear motivation” i.e. lack of reasons given for a decision or inconsistency in the reasoning
or an incomplete dis-positif.
(vii) After scrutiny of the draft award for these defects and requesting a tribunal to make suitable alterations
if it is thought necessary, the draft award is put up to the Court for its scrutiny under article 27.
(viii) In most cases at meetings of the court where the draft award is put up for approval by Court as to its
form, a Court member is appointed as a Rapporteur to make a report to the members of the Court as
to whether any further modifications are to be made as to the form of the award or whether it is
necessary to invite the arbitral tribunal’s attention to any particular point of substance (without effecting
the Arbitral Tribunal’s liberty of decision).
(ix) The primary consideration in all scrutiny proceedings is to ensure compliance of article 35 viz. that
the arbitral tribunal has acted “in the spirit of rules” and that the award would be enforceable at law.
(article 35).
(10) Article 32(1) reads as follows:
The parties may agree to shorten the various time limits set out in these Rules. Any such agreement
entered into subsequent to the constitution of an Arbitral Tribunal shall become effective only upon the
approval of the Arbitral Tribunal.
380 F. S. NARIMAN
This is how international arbitration ICC arbitration. With fullest sincerity, the
has to be conducted – and that is how de- student asked, if it was true that the ICC
cisions in international arbitrations have Rules did not provide what he called ‘even
to be accepted and honoured(11). the most basic guarantee of pre-trial fair-
ness’. By this oblique reference he meant
Incidentally, an important feature of the right to full US – style discovery.
this fast track proceeding was that disco-
very –“a procedural expectation” in the “How can we prove our claim”, he
United States which is generally a source asked, “without knowing what docu-
of long delay– although available – was ments the other side has?”
not in fact availed of.
Recently, Prof. William Park, Profes- Park’s wry but pertinent comment
sor of Law in Boston University gave an was: “Of course, my student’s continental
counterpart might have had quite different
interesting instance of “procedural expec-
expectations, anticipating that no claimant
tations” in an ICC arbitration(12). He said
would commence arbitration without first
that the emotion attached to procedural
having evidence”.
expectations and baselines was brought
home to him several years ago when he Good advice from an experienced ar-
received a call from a former student, bitrator. Never commence any arbitration
working at a large New York firm: the stu- –not even an ICC arbitration– unless you
dent was about to file a request in his first have evidence to substantiate your claim!
(11) Some important points in this case which need to known are:
(1) That at no time did any party seek an extension of time to make submissions;
(2) That submissions of both parties were detailed, but to the point – demonstrating a high level of advocacy,
and of right focus;
(3) That the entire procedure essentially worked on the basis of telefax, and international courier service:
the Chairman of the Tribunal (Prof. Hans Smit) himself took the award to the office of the courier service
at Kennedy Airport in New York (the place of arbitration) for transmission to Paris (the seat of the Court)
– simply because he had no staff to help him do this, it being the Christmas week-end!;
(4) That all deadlines were faithfully respected by the parties and their counsel; but the respective
parties’ position on the merits of the matter were aggressively fought. No one wanted to risk the
consequences of not meeting the deadline, but the Arbitral Tribunal ensured that due process
requirements were respected.
(5) Aggressive management by the Secretariat of the ICC of the entire procedure at each stage ensured
that the deadline was met.
(12) “During the 2002 Freshfields Lecture – Arbitration’s Protean Nature: The Value of Rules and the Risks of
Discretion”, since published, in: The LCIA Arbitration International, Volume 19 Number 3 (2003).
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 381
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 381-419
relación con éste, serán resueltas de- Internacional, por uno o más árbi-
finitivamente de acuerdo con el Re- tros nombrados conforme a este Re-
glamento de Arbitraje de la Cámara glamento. Los trámites de dicho ar-
de Comercio Internacional, por uno bitraje se cumplirán con arreglo a
o más árbitros nombrados conforme las disposiciones del Código de Pro-
a este Reglamento”. cedimiento Civil (venezolano o de la
nacionalidad elegida) en lo que sean
Es obvio que esta cláusula de arbi- pertinentes y compatibles con el pro-
traje debe ser expresamente aceptada por cedimiento de arbitraje de la CCI;
las partes, y que pueden añadirse o agre- se elige como sede del arbitraje a la
garse a la misma, algunas reglas particu- ciudad de (…); el derecho sustanti-
lares contentivas de los aspectos comple- vo (de la nacionalidad escogida)
mentarios para asegurar que el proceso para resolver el fondo de la contro-
arbitral se desarrolle con toda prontitud y versia, y se elige el idioma (español)
en perfecta armonía con el citado Regla- para el proceso arbitral. La decisión
mento y con los requerimientos específi- arbitral será definitiva, vinculante y
cos de las partes involucradas. La legisla-
ejecutoriable”.
ción venezolana por su parte (Código de
Procedimiento Civil, artículo 6I8, parágra-
De esta “definición” de cláusula ar-
fo primero) establece que las partes pue-
bitral que acabamos de ensayar, podemos
den indicar a los árbitros de derecho, las
deducir los siguientes elementos o requi-
formas y reglas de procedimiento que de-
sitos integrales del acuerdo de arbitraje:
ban seguir, e igualmente someter a los ar-
bitradores a algunas reglas de procedi-
a) La manifestación de voluntad de las
miento. Ahora bien, es necesario que con
partes, de someter cualquier disputa
base en estos aspectos que acabamos de
o controversia al sistema de arbitraje
señalar, y tomando particularmente en
de la CCI.
cuenta la cláusula modelo diseñada espe-
cialmente por la Cámara de Comercio In- b) El derecho procesal para el trámite
ternacional para el sistema de arbitraje de arbitral, compatible con el citado Re-
la CCI, ensayemos una definición de cláu- glamento de la CCI; y el derecho sus-
sula de arbitraje o cláusula compromiso- tantivo para decidir o aplicar al fon-
ria, que incluya todos los aspectos “idea- do de la controversia.
les” que debe contener dicha cláusula:
c) El número de árbitros de derecho o
“Es aquella en que las partes invo- arbitradores de equidad si fuere el
lucradas e interesadas convienen ex- caso, designados por las partes y con-
presamente en someter cualquier forme con el citado Reglamento.
disputa, desavenencia, diferencia o d) La designación de la sede del arbi-
controversia relacionada con la in- traje, junto con el lugar en donde
terpretación, cumplimiento o incum- deban celebrarse las audiencias del
plimiento del presente contrato, para tribunal arbitral, preferentemente.
que sean resueltas definitivamente de
acuerdo con el Reglamento de Arbi- e) La escogencia del idioma del proce-
traje de la Cámara de Comercio so arbitral.
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 387
“(...) Por cuanto en fecha (...) “A” “Que <B> solo reclamará median-
celebró contrato con “B”, socie- te arbitraje el monto de los daños
dad mercantil domiciliada en la que ella considere se le deben re-
ciudad de (...), para la construc- sarcir, excluyendo cualquier daño
ción de una planta de (...) sufrido por su consorciada <C> ;
que el aludido arbitraje se rija por
“(...) Por cuanto “B” según con-
el Reglamento de Arbitraje de la
trato ha decidido someter a arbi-
Cámara de Comercio Internacio-
traje el reclamo de ciertas sumas
nal; que dicho arbitraje sea de de-
de dinero a “A”;
recho, de conformidad con las le-
“(...) Por cuanto el contrato suscri- yes de Venezuela; Que el idioma del
to establece en la cláusula VEINTE arbitraje sea el castellano; Que el
de las condiciones generales, que arbitraje se lleve adelante en la ciu-
se regirá por la legislación venezo- dad de Caracas; Que el Tribunal
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 389
Arbitral esté constituido por tres (3) dictar el laudo definitivo que ha de re-
árbitros, nombrados conforme al caer en dicho proceso.
citado Reglamento, quedando en-
Estatutariamente, la Corte Interna-
tendido que las partes presentaran
cional de Arbitraje tiene la función de ase-
todos los documentos que estimen
gurar la aplicación del Reglamento de
necesarios, bien en ingles o en es-
Arbitraje y del Reglamento de Concilia-
pañol; Que cualquier citación o
ción de la Cámara de Comercio Interna-
notificación que deba practicarse
cional, y dispone para ello de todos los
con motivo de este acuerdo en el
poderes necesarios. La Corte, aún cuan-
proceso arbitral, deberá realizarse
do es un organismo adscrito a la CCI, es
en las siguientes direcciones, me-
un cuerpo autónomo que ejerce sus fun-
diante la simple entrega de carta
ciones con total independencia de la Cá-
con acuse de recibo(...)”
mara y de sus otros órganos. Los miem-
bros de la Corte, son independientes de
los comités nacionales de la CCI, a quie-
4. LA CORTE INTERNACIONAL
nes pueden representar; estos miembros
DE ARBITRAJE Y EL TRIBU-
son nombrados por el Consejo de la Cá-
NAL ARBITRAL
mara, en virtud de la propuesta que reali-
La Corte Internacional de Arbitraje zan los comités nacionales, y su designa-
de la Cámara de Comercio Internacional ción o nombramiento se hace en base a
y el tribunal arbitral, constituido por árbi- un miembro por cada comité nacional, son
tros independientes y que someten el pro- nombrados por un período de tres (3) años
ceso de arbitraje al Reglamento de Arbi- y se eligen miembros principales y miem-
traje de la CCI, son las dos columnas es- bros suplentes, cuando el presidente de la
tructurales en que se fundamenta y sos- Corte así lo solicite.
tiene todo el sistema de arbitraje de la CCI,
La Corte estará integrada por un Pre-
como uno de los sistemas de carácter in-
sidente, elegido por el Consejo de la CCI
ternacional más utilizados en el mundo del
con base a la recomendación que realice
comercio mundial. La función de la Cor-
el Comité Ejecutivo de la CCI; por dos o
te es organizar y supervisar los arbitrajes
más vicepresidentes que son nombrados
que se lleven a cabo bajo el Reglamento
igualmente por el Consejo, y por los miem-
de la CCI; en otras palabras, ejerce la ad-
bros principales y suplentes. La Corte tie-
ministración de los procesos arbitrales,
ne una Secretaría General Permanente, que
bajo los principios fundamentales de su
se encarga de toda la instrumentalización
universalidad, su versatilidad y flexibi-
e instrucción del trabajo de la Corte.
lidad conductiva, asegura que se cumplan
con rigurosa aplicación, las formalidades Las sesiones plenarias de la Corte
sustanciales de todo proceso arbitral que son presididas por el Presidente y en caso
se someta al sistema por ella diseñado. de ausencia de éste por cualquiera de los
El tribunal arbitral por su parte, cum- vicepresidentes que él designe. Para que
pliendo cabalmente con las exigencias la Corte pueda deliberar validamente, se
formales, está encargado de realizar el requiere que estén presentes al menos
examen de fondo de la controversia so- seis (6) de sus miembros. Existen varias
metida al proceso de arbitraje CCI, y características internas de la Corte
390 CARLOS ALBERTO CORREDOR RUSSA
Internacional de Arbitraje, que es nece- les del proceso arbitral, que se realiza bajo
sario señalar, sobre todo para deslindar los su patrocinio y vigilancia.
campos de incumbencias de la Corte y los
Por su parte, el tribunal arbitral, que
del tribunal de arbitraje.
es el encargado de dirimir la controver-
Las actividades de la Corte tienen sia planteada por las partes bajo la advo-
carácter confidencial. A las sesiones de la cación del arbitramento, puede estar
Corte, ya sean plenarias o en comité, solo constituido por uno o varios árbitros; aún
podrán asistir sus miembros y el personal cuando usualmente se designa un máxi-
de Secretaría, pero no obstante ello, ex- mo de tres (3); uno por cada parte, y el
cepcionalmente el Presidente de la Corte tercero será escogido bien por las mis-
podrá invitar a otras personas para asistir a mas partes, o en su defecto por la Corte
las sesiones, siempre que éstas respeten el Internacional de Arbitraje.
carácter confidencial de dichas sesiones.
El principio capital de todo árbitro,
Los documentos sometidos a la Cor- es que debe ser, permanecer y manifes-
te Internacional de Arbitraje, o que ema- tarse o proclamarse independiente de las
nen de ella en la administración de los pro- partes; suscribir una declaración de inde-
cesos arbitrales, serán comunicados exclu- pendencia y manifestar cualquier hecho o
sivamente a los miembros de la Corte y circunstancia de la cual esté imbuido,
de la Secretaría General y a aquellas per- comprometido o sujeto, que pudiere po-
sonas autorizadas por el Presidente para ner en duda su independencia, para que
asistir a las sesiones. así las partes puedan allanarlo o recusar-
lo; siempre teniendo en cuenta su impar-
Existe una facultad muy importante cialidad, objetividad e independencia,
desde el punto de vista científico y acadé- atributos éstos que debe poseer cada ár-
mico de la CCI, y es la de que el Regla- bitro que conforme el tribunal arbitral.
mento autoriza al Presidente o al Secreta- Estas circunstancias debe ponerlas el ár-
rio General de la Corte, para dar a cono- bitro, en conocimiento directo de las par-
cer a los investigadores que efectúen tra- tes, bien antes de constituir el tribunal
bajos de naturaleza científica en materia arbitral, o bien una vez constituido, y
de Derecho Mercantil Internacional, los durante el proceso de arbitraje.
laudos y otros documentos de interés ge-
neral dentro del marco de los procesos En cuanto a los aspectos relaciona-
arbitrales patrocinados por la Corte. Par- dos con la confirmación, recusación o sus-
ticular importancia tiene esta actividad de titución del árbitro, cuya decisión tome la
esencial naturaleza y carácter científico, Corte Internacional de Arbitraje, tendrá
por cuanto ella permite que se difunda y carácter de definitiva, y las razones y mo-
se conozca a través del trabajo de investi- tivaciones que tuviere la Corte para tal
gación, como opera el sistema de arbitra- decisión, dado su carácter esencialmente
je de la CCI, y la doctrina y tendencia confidencial, no le será comunicado ni a
orientadora que se va conformando me- las partes ni a los árbitros confirmados,
diante los innumerables fallos arbitrales, recusados o sustituidos. El deber del ár-
y el celoso manejo de la Corte Interna- bitro, al aceptar su designación para par-
cional de Arbitraje, en cuanto a asegurar ticipar en el debate de arbitraje, es des-
que se cumplan con las formas sustancia- empeñar y permanecer en sus funciones
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 391
hasta el término del proceso arbitral, vale nera definitiva, la independencia, la obje-
decir, hasta que se haya dictado el laudo tividad y el fiel cumplimiento de la altruis-
final y definitivo que dirima o resuelva la ta misión del tribunal arbitral: dirimir la
controversia planteada. controversia, buscando implantar la justi-
cia a través del procedimiento de arbitraje.
En cuanto a la designación de los ár-
bitros, en las controversias sometidas a Tanto el árbitro único como el de-
arbitraje de la CCI, éstas serán resueltas, signado presidente del tribunal arbitral,
bien por un árbitro único designado por será de nacionalidad distinta a la de las
las partes de común acuerdo, bien por la partes, salvo que éstas dispensen expre-
Corte Internacional de Arbitraje cuando samente al árbitro de tal exigencia, y éste
las partes no logren el acuerdo o rehúsen pueda ser del país del cual alguna de las
su nombramiento. Puede igualmente la partes sea nacional. Cuando la Corte deba
Corte, según su criterio y por la compleji- designar un árbitro único o al presidente
dad del asunto sometido a arbitraje, que del tribunal arbitral colegiado, deberá
éste sea resuelto por un tribunal arbitral efectuar el nombramiento con base a una
compuesto de tres (3) árbitros, en cuyo propuesta que deberá solicitar de alguno
caso cada parte deberá designar uno y el de los muchos comités nacionales que in-
tercero a falta de designación por éstas, tegran la Cámara de Comercio Internacio-
será nombrado por la Corte Internacional nal, que la Corte considere idóneo, opor-
de Arbitraje. Una vez designados los dos tuno y apropiado al caso que va a ser so-
(2) árbitros por cada una de las partes, el metido a arbitraje.
tercero que se designe por cualquier for-
En cuanto a la recusación de los ár-
ma de las concebidas y aceptadas por el
bitros, se observará el procedimiento que
Reglamento, será el presidente del tribu-
estipula el artículo 11 del Reglamento de
nal arbitral. Para designar, nombrar o
Arbitraje de la CCI; a saber, la demanda
confirmar un árbitro, la Corte deberá te-
de recusación de un árbitro, fundada en el
ner en cuenta la nacionalidad, la residen-
alegato de falta de independencia o de
cia y cualquier otra relación que el árbi-
cualquier otro motivo a juicio del recu-
tro tuviere con los países de los cuales
sante, entre los cuales pudiese estar el de
son nacionales las partes o los demás ár-
falta de idoneidad, deberá presentarse por
bitros, así como su disponibilidad y ap-
ante la Secretaría de la Corte, mediante
titud para conducir el arbitraje de con-
un escrito en el cual se precisen los he-
formidad con el Reglamento.
chos y circunstancias de la recusación, y
Estas dos últimas características, la por supuesto sus fundamentos; la recusa-
disponibilidad y la aptitud del árbitro a ción deberá ser presentada por la parte
ser designado, nombrado o confirmado interesada dentro de los treinta (30) días
por la Corte, son condiciones de idonei- siguientes a la notificación que se le hu-
dad de carácter imperativo para aquella, biere hecho a ésta, acerca de su designa-
toda vez, que en defecto de las partes, tie- ción o nombramiento, cualquiera fuere el
ne la Corte Internacional de Arbitraje que caso. La Corte de manera simultánea, de-
observar con el mayor celo y sujeción al berá pronunciarse sobre la admisibilidad
Reglamento, que se cumpla a cabalidad de la recusación, y sobre el fondo de la
tales condiciones, que garanticen de ma- misma, una vez que la Secretaría General
392 CARLOS ALBERTO CORREDOR RUSSA
como mantendrá el control del proceso antelación para que éstas realicen sus
durante el decurso de éste, cuidando la exposiciones; la designación de los
pureza, la integridad e independencia del expertos, peritos, la audición de tes-
mismo, a fin de que se cumplan, la volun- tigos; la requisición de pruebas adi-
tad de las partes al someter sus disputas a cionales y la plena dirección de las
este procedimiento; el fiel cumplimiento audiencias donde deben comparecer
de las disposiciones del Reglamento, las las partes involucradas. La labor fun-
normas de derecho sustantivo y adjetivo damental del tribunal arbitral, es
que hubiesen fijado las partes en el acuer- esencialmente la conductibilidad,
do de arbitraje; y las normas pertinentes que hablando en lenguaje figurado y
que el propio tribunal considere más apro- en relación con el tema tratado, sería
piadas paran el caso que se dirime, siem- la propiedad que tiene el tribunal ar-
pre que ellas sean compatibles con el Re- bitral para transmitir la secuencia del
glamento. El tribunal arbitral como direc- proceso, las deliberaciones del mis-
tor del proceso de arbitraje, tendrá el con- mo y las actuaciones del tribunal a
trol de esa dirección, de acuerdo a las ca- las partes involucradas en el proce-
racterísticas siguientes: dimiento de arbitraje que ellas mis-
mas han elegido. En base a esta ca-
• Natural, en razón a la esencia y na- racterística fundamental del tribunal
turaleza jurídica del tribunal arbitral, arbitral, éste mantendrá el control de
y habiendo sido éste nombrado o de- las audiencias con las partes; el lu-
signado de manera unitaria o colec- gar donde deban celebrarse las au-
tiva, por consenso de las partes; o por diencias, y escogerá de manera uni-
la Corte, en virtud del disenso de lateral, el lugar apropiado para sus
aquellas, está encargado de dirimir deliberaciones, como una actividad
la controversia arbitral de forma ca- privativa y excluyente del tribunal.
bal y en correspondencia con las pre-
visiones y solicitudes de las partes y
El tribunal arbitral tiene la obligación
las estipuladas en el Reglamento.
de la conducción del proceso arbitral, de
• Lógica, por cuanto la inevitable con- velar por la aplicación y sujeción del pro-
secuencia de la designación o nom- cedimiento al Reglamento de Arbitraje de
bramiento del tribunal, hace que éste la CCI, y supletoriamente y de manera
tenga la funcionalidad independien- compatible con las normas reglamentarias,
te y objetiva sobre las partes contro- la aplicación de las normas sustantivas y
versiales, para dirimir las disputas adjetivas determinadas previamente por
que le han sido sometidas a su consi- las partes, y en defecto de ellas, las que el
deración a través de este especialísi- propio tribunal determine como apropia-
mo proceso. das y conducentes al conflicto o disputa
que se le somete a su conocimiento y de-
• Conducente, por cuanto tendrá como cisión. Es una tarea esencial del tribunal,
actividades fundamentales en la con- para la aplicación del Reglamento, esta-
ducción del proceso, la convocato- blecer que la actividad o la materia que
ria a las partes para que comparez- vaya a ser objeto de su conducción exe-
can el día y lugar que determine con gética, no contenga a su vez una regla que
396 CARLOS ALBERTO CORREDOR RUSSA
pección de la naturaleza racional que con- tribunal considere “pertinentes” para re-
tenga o pueda derivarse de ese orden le- solver el fondo de la controversia (siguien-
gal. La autoridad de la ley, en la praxis do el criterio de selección como la de es-
forense, depende de que sea razonable en coger la normativa jurídica de cualquier
relación a su justicia como valor supremo país que tenga un comité nacional repre-
del derecho; la legitimidad de una deci- sentado en la Cámara de Comercio Inter-
sión (laudo) arbitral depende de que sea nacional), podrán presentarse objeciones
conforme a derecho; que la legalidad de de fondo relativas a esa “legalidad” que
esa decisión, depende de su concordan- le fuere proporcionada a las partes en con-
cia plena con las leyes positivas que las flicto por el propio tribunal arbitral que
partes les fijaron para resolver o dirimir ellas mismas designaron.
el fondo del problema debatido. La legitimidad, que está conectada
En el proceso arbitral, el derecho sus- en la proporcionalidad con la cual se des-
tantivo escogido o seleccionado por las envuelva la legalidad, es una cuestión de
partes para resolver el fondo de la contro- derecho y de justicia; valores éstos que
versia sometida a arbitraje internacional, las partes buscan con la premura y la dia-
constituye por así decirlo, un sistema de fanidad que supone el proceso de arbitra-
valores que se consideran como preferen- je; y la autoridad, que es materia de ra-
cias subjetivas en base a su aplicación y a zón, es decir, de la capacidad que se ten-
su aplicabilidad (condición y aptitud), y ga para comprender las ideas, los valo-
que dependen igualmente de la concordan- res, los conceptos jurídicos y las interpre-
cia que presenten los titulares o sujetos taciones de ese sistema de valores que se
de la autoridad, la legalidad y la legitimi- consideran como preferencias subjetivas
dad (árbitros y partes). de las partes en cuanto a su aplicación y a
su aplicabilidad.
La legalidad es una cuestión de ley
Dentro del sistema virtualmente ar-
positiva, en concreto, de derecho sustan-
monizado que supone el arbitraje diseña-
tivo, si tal derecho sustantivo existe de una
do por el Reglamento de la CCI, se esta-
manera particularizada para los efectos del
blece que siempre y en todos los casos (en
arbitraje predeterminado, vale decir, si las
todas las consideraciones de su decisión),
partes a través del acuerdo de arbitraje o
el tribunal arbitral deberá tomar en cuen-
de la cláusula compromisoria, han acor-
ta las estipulaciones del contrato y los
dado libre y específicamente, aquellas nor-
usos comerciales pertinentes, teniendo
mas jurídicas que el tribunal arbitral de-
presente que las estipulaciones contrac-
berá aplicar para resolver el fondo de la
tuales, son ley entre las partes, y que los
controversia; y si tal derecho sustantivo
usos comerciales, constitutivos de costum-
no existe de manera particularizada, bien
bres jurídicas, son fuentes de derecho;
por falta de acuerdo unánime de las par-
ambas también conforman el derecho sus-
tes, bien porque éstas no hayan hecho la
tantivo aplicable para resolver el fondo de
escogencia o fijación determinada, o bien
la controversia.
porque a falta de acuerdo de las partes o
en defecto de aquellas, el tribunal arbitral Para que este sistema de valores
se vea precisado a la aplicación de nor- que se consideran como de preferencias
mas jurídicas “supletorias”, que el propio subjetivas, como el que ha diseñado el
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 407
desde la antigua Roma, e igualmente de- • “Odiosa sunt restrigenda” (las dispo-
bido a la gran laxitud y flexibilidad que siciones odiosas deben ser restricti-
tienen las normas jurídicas generales de vamente interpretadas).
valoración. Entre tales adagios podemos
• “Quod abundat non vitiat” (lo sobrea-
encontrar los siguientes:
bundante no vicia).
• “Frustra probatur quod probatum • “Quod nullum est nullum producit
non relevat” (Código de Justiniano effectum” (lo que es nulo no produ-
4.19.21 En vano es que se pruebe ce ningún efecto).
lo que no es concluyente). De aquí
deviene el principio de valoración • “Reus excipiendo fit actor” (al plan-
probatoria, generalmente aceptado, tearse una excepción, el demandado
de que solo es admisible para el se torna en actor).
juzgador, la prueba de los hechos • “Imposibillia nemo tenetur” (no se
pertinentes. puede dar lo que no se tiene).
• “Forma dat esse rei” (la forma da • “No se puede hacer desaparecer por
existencia a la cosa). ningún acto confirmatorio, los vicios
• “Cesante causa legis cessat lex” (allí de un acto absolutamente nulo por
donde falta la causa de la ley ésta no falta de formalidades” (artículo 1352
se aplica). Código Civil venezolano).
• “Confirmatio nil dat novi” (la con- Además de los elementos formales
firmación no agrega ningún elemen- del laudo arbitral, cuestión ésta que ya
to nuevo). analizamos anteriormente en este mismo
capítulo cuando tratamos lo concernien-
• “Nemo auditur turpitudinem suam
te al Acta de Misión, en la cual se en-
allegans” (no se oye a quien alega su
cuentran implícitos todos éstos elemen-
propia torpeza).
tos; el laudo arbitral debe contener las
• “Nullus videtur dolo facere qui suo siguientes formas sustanciales: (i) el lau-
jure usitur” (Digesto, 50, 15, 51 –No do será dictado por la mayoría de los ár-
se considera que obra con dolo quien bitros que componen el tribunal, cuando
usa de se propio derecho). éste esta integrado por más de un árbitro
412 CARLOS ALBERTO CORREDOR RUSSA
del uso). Ciertas cláusulas se convier- frente al derecho objetivo, dichos usos
ten de esta manera, en usuales asi- se clasifican en usos interpretativos y
duas y frecuentes sobre todo en la usos normativos:
contratación de las grandes empre-
sas trasnacionales, y en general en la a) El uso interpretativo o convencional
contratación en masa, característica representa el contenido típico del
del Derecho Mercantil (contratos contrato. Se trata de las prácticas pro-
bancarios o financieros entre entes fesionales que dominan tácitamente
internacionales; contratos bursátiles; la formación de los actos jurídicos y
pólizas de seguros y de transporte, que se sobreentienden en todos es-
etc); no se considera desde el punto tos actos para interpretar y comple-
de vista técnico, que podamos hablar mentar la voluntad de las partes, y
de uso, en las determinaciones pre- que comprende a la segunda fase de
cedentes, ya que la cláusula está ex- la formación del uso.
presa en el contrato.
b) El llamado uso normativo represen-
b) En una segunda fase, observamos ta una regla de derecho objetivo que
que la cláusula muchas veces repeti- se impone como tal, a la voluntad de
da acaba por sobreentenderse, entre las partes. Esto corresponde a la ter-
los mismos contratantes o dentro de cera fase de objetivación del proce-
un pequeño grupo de personas dedi- so de formación del uso. Aquí pode-
cadas al mismo tipo o clase de nego- mos señalar, como conclusión a to-
cio comercial, que es lo que se suele das estas consideraciones hechas so-
llamar en el argot del comercio, la bre los usos comerciales pertinentes
cláusula de estilo. de aplicación al material de decisión
c) En una tercera fase, llamada en la arbitral, que estos usos que se obje-
doctrina de “objetivación generaliza- tivizan o se materializan como reglas
dora”, la cláusula típica del contrato de derecho objetivo, se pueden asu-
comercial se destaca de la voluntad mir de igual manera a la objetivación
de las partes, se aísla de ella y se con- que puede realizar el árbitro, sobre
vierte en norma objetiva de derecho las llamadas reglas de experiencia,
y como tal se impone a la voluntad de como ya analizamos anteriormente,
los particulares comerciantes, quienes cuando tocamos el tema relativo al
al no pactar lo contrario, quedan vin- material de decisión del arbitraje.
culados a ésta, aún cuando la ignoren
al momento de contratar. Aquí preci- Contrariamente a lo establecido en
samente, la practica individual se con- el artículo 17, ordinal 2º del Reglamento
vierte en practica social, que no es otra de Arbitraje de la CCI, que dimos en lla-
cosa que el uso comercial objetiviza- mar una especie de competencia amplia-
do con la connotación jurídica del tér- da, mediante el cual el tribunal arbitral,
mino (concepto precisado con maes- además de las normas jurídicas aplicables,
tría por Bolaffio). deberá tomar en cuenta para el material
de decisión, las estipulaciones del con-
En cuanto a la clasificación desde trato y los usos y costumbres mercantiles
el punto de vista de la posición del uso que deriven básicamente del contrato;
414 CARLOS ALBERTO CORREDOR RUSSA
el mismo tribunal arbitral, podrá basar o y que éste estará acorde, al menos formal-
fundamentar su decisión, solamente o tan mente, con lo alegado y probado por las
solo, en los documentos (entiéndase es- partes, según lo prevé el principio dispo-
critos de alegatos y pretensiones, deman- sitivo que informa también al proceso de
das, anexos, memorandos, soportes minu- arbitraje: Secundum allegatta et probatta
tas, etc) que sea presentados o aportados partium iudicare debet; y con el princi-
por las partes, lo que equivale a estable- pio de legalidad en materia de arbitraje,
cer como base de sustentación de la deci- según el cual los árbitros no tendrán más
sión arbitral, el aspecto esencialmente do- facultades que las señaladas y otorgadas
cumental; y, podríamos denominar este li- por las partes a través del acuerdo arbi-
mitado aspecto del thema decidendum, tral; y, que sus actos serán válidos en la
como competencia restringida; y ello nos medida en que se funden en las normas
plantea algunas interrogantes en cuanto a de derecho que las partes les hubieren fi-
la extensión del ámbito discrecional que jado. Se habrá cumplido así y de esta
posee el tribunal arbitral. manera, con la exhaustividad necesaria
para resolver la controversia dentro del
¿De atenerse solamente a los “docu- peculiar proceso de arbitraje.
mentos” aportados por las partes, estará
cumpliendo el tribunal arbitral con toda
la exhaustividad que le impone su oficio, 13.2. Competencia residual
conforme con lo prefijado por las partes Dentro del proceso arbitral se le otor-
en el acuerdo de arbitraje? ga al acuerdo de arbitraje un aspecto esen-
Cuando el tribunal decide el fondo cialmente preponderante, aún a pesar de
de la controversia, tan solo con base a los la rebeldía, contumacia o negativa que
documentos aportados por las partes, está pudiere existir en alguna de las partes para
cumpliendo objetivamente con los lími- someterse al arbitraje. De conformidad
tes de su oficio, por cuanto está sujetando con el Reglamento de Arbitraje de la CCI,
su ámbito de incumbencia al marco de re- si alguna de las partes rehúsa o se abstie-
ferencias objetivas dentro del cual se plan- ne de participar en el arbitraje o en cual-
tea la controversia: Los documentos apor- quier etapa de éste, el arbitraje prosegui-
tados y presentados por las partes, en cuya rá no obstante dicha negativa o abstención.
concepción y amplitud, estará compren- Se establece en el sistema de arbi-
dido todo el material instrumental de de- traje de la CCI, una competencia que po-
cisión del problema debatido, vale decir, dríamos calificar de competencia residual,
que el tribunal contará con todos los ele- que consiste fundamentalmente en que el
mentos de conocimiento que existan en tribunal arbitral conservará su competen-
los autos, (demandas, contestación, recon- cia sobrevenida, aún en caso de la inexis-
vención, declaraciones testimoniales, pe- tencia o la nulidad del contrato, para que
riciales, soportes, notas, memorandos, mi- pudiese determinar, no obstante tales cir-
nutas y lo que es esencial e indispensa- cunstancias, los respectivos derechos de
ble, las normas y alegatos jurídicos espe- las partes y pronunciarse sobre sus pre-
cíficos que contienen los escritos), para tensiones y alegatos de éstas, salvo esti-
proclamar el veredicto final en el laudo pulación en contrario y siempre y cuando
arbitral, dentro de los límites de su oficio, se encuentre incólume la validez del
COMENTARIOS AL PROCESO ARBITRAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (ICC), (...) 415
acuerdo de arbitraje, que es en definiti- ejercer cualquier vía o recurso de una ju-
va lo que se sobrepone a cualquier otra risdicción distinta al arbitraje.
circunstancia imponderable de la causa.
En otras palabras, se trata de una com- Se ha establecido una regla general,
petencia sobrevenida o preferente con re- en virtud de la obligatoriedad del conte-
lación al contrato, que le sobrevive a éste, nido del laudo arbitral, y es la de que en
pese a su eventual nulidad o inexisten- todos los casos no previstos expresamen-
cia. Tiene aquí una especial significación, te en el Reglamento, la Corte Internacio-
la previsión del arbitraje de solo atener- nal de Arbitraje y el tribunal arbitral pro-
se al aspecto documental que presenten cederán según el espíritu de sus disposi-
las partes, y dentro de tales parámetros ciones y se esforzarán siempre para que
se justifica sobradamente esta competen- el laudo definitivo recaído en cada proce-
cia sobrevenida o residual como la he- so sometido al sistema de arbitraje, sea
mos catalogado. susceptible de ejecución legal.
( *) Doctor en Jurisprudencia y abogado de los Tribunales de Justicia de la República del Ecuador. Catedrático
de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Socio de la firma Gallegos, Valarezo & Neira. Árbitro
de la Cámara de Comercio de Quito.
422 EDGAR NEIRA ORELLANA
árbitro del Centro de Arbitraje y Media- epígrafe “juicio por arbitraje” y previó que
ción de la Cámara de Comercio de Quito. los representantes de las personas jurídi-
cas de derecho público estaban autoriza-
En la primera parte presento una bre-
dos para comprometer la controversia en
ve cronología legislativa sobre el sistema árbitros, así como para nombrarlos.
arbitral en el Ecuador y un enunciado teó-
rico sobre el régimen de contratación del Sin embargo, a pesar de que esta nor-
Estado ecuatoriano, en atención a que solo mativa se mantuvo en las codificaciones
las controversias de naturaleza contractual de 1960 y de 1978, la repercusión que al-
lo pueden vincular válidamente como par- canzó en la práctica fue mínima. El pres-
te de un juicio arbitral. A continuación des- tigio e independencia de que gozaba la jus-
cribo la normativa legal relacionada con ticia ordinaria determinaba que todas las
el tema y planteo determinados aspectos controversias que involucraban a entida-
que influyen negativamente en el desen- des de derecho público sean resueltas por
volvimiento de la práctica arbitral. los órganos de administración de la justi-
cia común y que no haya habido necesi-
Por razones de espacio, los conteni- dad de métodos alternos para asegurar esa
dos de este artículo se circunscriben a la independencia y acierto, al menos no en
normativa ecuatoriana. Por tanto, quedan lo tocante a conflictos de inversionistas
excluidos importantes temas relacionados nacionales con el Estado ecuatoriano.
con Tratados Internacionales sobre arbi-
traje que ha suscrito el Ecuador y que por Adicionalmente, las normas del Có-
mandato del artículo 163 de la Constitu- digo de Procedimiento Civil que regula-
ción Política forman parte de nuestro or- ban el “juicio por arbitraje” eran excesi-
denamiento jurídico interno con prevalen- vamente reglamentarias y desalentaban la
cia sobre las leyes. opción que ofrecía el arbitraje: se exigía
que el compromiso arbitral contenga el
Para los efectos de este análisis, des- texto completo de la demanda y la con-
taco que la ley ecuatoriana emplea la de- testación, es decir, que la controversia
signación de “convenio arbitral” como una haya surgido previamente; se establecía
expresión genérica comprensiva de los el derecho a apelar la sentencia arbitral
“convenios arbitrales” propiamente tales ante los jueces ordinarios con lo cual la
y de las “cláusulas compromisorias”. De eficacia de un juicio ágil como pretende
ahí que en este análisis sobre el arbitraje ser el arbitral, quedaba enervada por la
en Ecuador utilice indistintamente “cláu- posible iniciación de un nuevo proceso
sula compromisoria” o “convenio arbitral” ante los jueces de lo civil.
como expresiones sinónimas.
La expedición de la Ley de Arbitraje
Comercial en octubre de 1963 corrigió la
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS rigidez del Código de Procedimiento Ci-
vil, pero no comprendió en su normativa
El Estado como parte procesal en un a las controversias en que era parte el Es-
juicio arbitral no es un tema nuevo en el tado porque el ámbito de esa ley queda-
Ecuador. La codificación del Código de ba circunscrito a las controversias de ca-
Procedimiento Civil de febrero de 1953 rácter mercantil entre sujetos de derecho
incorporó una sección específica bajo el privado (artículos 1, 5 y 15) .
EL ESTADO Y EL JUICIO DE ARBITRAJE SEGÚN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA 423
(1) Es el caso de GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y RAMÓN F ERNÁNDEZ, Tomás, Curso de Derecho Administrativo,
T. I, Thomson Civitas, p. 704 y ss.; PAREJO ALONSO , Luciano, Derecho Administrativo, Ariel Derecho,
Barcelona, 2003, p. 964; PARRA GUTIÉRREZ , William René, Los Contratos Estatales, Ediciones Librería
del Profesional, Bogotá 1999, pp. 43 y ss.
(2) No identifico a las partes procesales de este caso, por la confidencialidad de la controversia. Al momento
que escribo estas líneas el caso aún no ha sido resuelto. Sin embargo, los conceptos discutidos en este
426 EDGAR NEIRA ORELLANA
Este precedente plantea que cuando tema. La primera, que la cláusula compro-
en el objeto de la litis de una acción arbi- misoria no prevea si el laudo que pronun-
tral se encuentren entretejidos aspectos de cien los árbitros será en equidad o en de-
naturaleza contractual y otros relativos al recho; y la segunda que la cláusula com-
control de legalidad de las actuaciones del promisoria contradiga el artículo 11 an-
Estado, la tutela efectiva de derechos que tes mencionado y establezca que el laudo
impone la Constitución a todos los órga- será en equidad.
nos que administran justicia (artículo 24
El primer caso podría generar cier-
numeral 17), –árbitros incluidos–, impi-
ta confusión porque la LAM prevé que
de a éstos declararse incompetentes sin
cuando las partes hubieren omitido en el
más. Los árbitros están llamados a acep-
convenio señalar si el laudo será en de-
tar su competencia para resolver las dife- recho o en equidad, el fallo será en equi-
rencias de orden contractual y a continuar dad (artículo 3). Si el Estado es parte en
el juicio arbitral exclusivamente sobre el proceso arbitral, el artículo 3 de la
estos temas, pero a no aceptar lo que que- LAM no sería aplicable debido a que el
da fuera de la jurisdicción convencional, mandato del artículo 11 de la Ley Orgá-
es decir, los aspectos de control de cons- nica de la Procuraduría General del Es-
titucionalidad o de legalidad de actos ad- tado (que tiene un rango normativo su-
ministrativos o de actos normativos. perior al de la LAM), impone que toda
controversia con una parte estatal sea
2.3. Laudo fundamentado en derecho resuelta en derecho. Una disposición
imperativa como ésta suple las omisio-
Cuando el Estado es parte de un jui- nes en que hubieren incurrido las partes
cio arbitral, el pronunciamiento de los ár- al estipular el compromiso arbitral.
bitros no podrá fundamentarse en crite-
rios de equidad sino en normas y princi- Es de insistir que el requisito de que
pios de derecho. Es de destacar que este la controversia arbitral con parte estatal
requisito material está relacionado con el se resuelva en derecho, no es condición
contenido y fundamentos de la decisión de validez del convenio arbitral. Se trata
que pondrá término a la controversia ar- de una exigencia relativa al alcance del
bitral. No es una exigencia del contenido pronunciamiento de los árbitros en el lau-
de la cláusula compromisoria. El requisi- do que expidan para poner fin al litigio
to no está previsto en la LAM sino en la arbitral. Esta exigencia les impone a los
Ley Orgánica de la Procuraduría General árbitros decidir con aplicación estricta de
del Estado (artículo 11) que señala de normas y principios de derecho. No se tra-
ta de un requisito que la Ley Orgánica de
manera categórica que los juicios de arbi-
la Procuraduría hubiera impuesto a las
traje a que se sometan las entidades pú-
partes al momento de redactar la cláusula
blicas serán resueltos en derecho.
compromisoria. Por tanto, cualquier omi-
Destaco dos situaciones prácticas sión sobre el tema en la cláusula quedará
que podrían presentarse con relación a este subsanada por el mandato del artículo 11
juicio resultan interesantes para fijar el alcance de la jurisdicción convencional que ejercemos los árbi-
tros en una relación jurídica que involucra, simultáneamente, conflictos contractuales y de derecho
constitucional o de administrativo.
EL ESTADO Y EL JUICIO DE ARBITRAJE SEGÚN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA 427
cualquier controversia que surja de la in- Habría que entender por “leyes per-
terpretación o ejecución de ese contrato tinentes” la Ley de Arbitraje y Mediación
siempre será posterior. Los problemas (en singular), concretamente, la norma del
podrían aparecer cuando el convenio ar- artículo 4 literal a) que he comentado y
bitral hubiere sido suscrito en una fecha que fija la consulta previa al Procurador
posterior a la firma del contrato y el mo- General del Estado cuando la controver-
mento de surgimiento de la controversia sia ha precedido a la voluntad de las par-
no pudiera ser establecido con precisión. tes de someterse a la jurisdicción conven-
Para resolver este caso es necesario des- cional ejercida por árbitros.
tacar que la controversia deberá aparecer
en documentos escritos que revelen la
2.5. Señalamiento de la forma en que
época de “surgimiento de la controversia”
se designarán árbitros
y que inequívocamente demuestren cuan-
do se constituyó una situación contradic- Para la válida sujeción de entidades
toria respecto de los derechos u obliga- de derecho público a un procedimiento ar-
ciones contractuales. De no haber prueba bitral, el artículo 4 literal c) de la LAM se-
concluyente al respecto, el tribunal arbi- ñala que el convenio arbitral deberá indi-
tral debería presumir que la controversia car la forma de selección de los árbitros.
fue posterior a la suscripción del conve-
nio, en atención al principios de tutela No encuentro razón que justifique
efectiva de derechos y pro arbitraje. esta exigencia porque la Ley de Arbitraje
y Mediación ya prevé un método de de-
El artículo 4 literal a) también regu- signación de árbitros que precautela el
la el supuesto en que luego de surgida la principio de igualdad procesal, y porque
controversia, las partes deciden someter- pudiera ocurrir que el acuerdo de volun-
la al juicio de árbitros. En este caso no tades sobre la forma de designación de
basta la voluntad coincidente sobre el tex- árbitros sea el que lesione el interés pú-
to de un convenio arbitral. Será necesario blico. En todo caso, se trata de una exi-
que la entidad pública de que se trate lo gencia esencial que debe satisfacer el tex-
eleve a consulta al Procurador General del to de la cláusula compromisoria o del
Estado para que dictamine con carácter convenio arbitral que tenga como parte
vinculante sobre lo consultado. al Estado. La falta de cumplimiento de
este requisito viciará la cláusula compro-
La Ley Orgánica de la Procuraduría
misoria y determinará que ésta no surta
General del Estado coincide con el man-
ningún efecto legal, porque la jurisdic-
dato de la LAM porque también permite
ción del tribunal de arbitraje no podrá
la sujeción al juicio de árbitros luego de
nacer válidamente de una cláusula que
surgida la controversia con el Estado (ar-
omitió el señalamiento de la forma de de-
tículo 11, inciso 2): signación de los árbitros.
“Surgida la controversia, los orga- Sin embargo de lo anterior, no en-
nismos y entidades del sector públi- cuentro argumento para objetar la validez
co pueden someterse a arbitraje de de aquellas cláusulas o convenios arbitra-
derecho o mediación, de conformi- les que se refieran a la forma de selección
dad con las leyes pertinentes”. de los árbitros mediante simple remisión
EL ESTADO Y EL JUICIO DE ARBITRAJE SEGÚN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA 429
con una entidad de derecho público, no de las partes para someter su conflicto a un
encuentren en la cláusula compromiso- arbitraje, después de suscitada la contro-
ria suscrita en su oportunidad, un fun- versia. Semejante condicionamiento debe
damento suficiente que les permita plan- enfrentarse con la exigencia de que una vez
tear su demanda sin correr el riesgo de surgida la controversia en que el Estado
que el tribunal de arbitraje que conozca ecuatoriano sea parte, deberá contarse con
del caso se declare incompetente para el pronunciamiento del Procurador Gene-
resolver la controversia. ral del Estado que autorice, previamente,
la sujeción al procedimiento arbitral.
Un sinnúmero de circunstancias ex-
plican esta insuficiencia de las cláusulas También es frecuente encontrar cláu-
compromisorias en los contratos que sus- sulas en que el Estado somete las contro-
criben las entidades de derecho público: versias de carácter técnico o económico
en un primer momento de vigencia de la al juicio de árbitros, y reserva las diferen-
LAM la institución del arbitraje no había cias de orden jurídico que derivan del con-
sido suficientemente difundida, y la des- trato a los tribunales distritales de lo con-
confianza que despertaba este sistema en tencioso administrativo.
los abogados del Estado, determinaba que
Desde un punto de vista práctico no
la sujeción a la jurisdicción convencional
resulta fácil trazar una línea que separe
ejercida por árbitros se haga en términos
las controversias técnico económicas del
ambigüos, o sin cumplir con todos los re-
contrato de las jurídico contractuales, por-
querimientos de forma que el artículo 4 de
que aquellas derivan de éstas. Más aún,
la LAM ha establecido para estos casos.
me atrevería a concluir la imposibilidad
En los contratos de obra pública he de tal separación puesto que los aspectos
encontrado con cierta frecuencia cláusu- económicos o técnicos relacionados con
las compromisorias que establecen un pro- la ejecución del contrato tiene relación di-
cedimiento de mediación amistosa para re- recta o indirecta con las obligaciones que
solver las diferencias entre contratantes, nacen de ese contrato.
y que de no haber solución las partes po-
drían someterla a la decisión de un tribu- En estos casos los tribunales de arbi-
traje han decidido declararse competentes
nal de arbitraje si, llegado el momento,
manifiestan su voluntad en ese sentido. y han resuelto que toda controversia técni-
ca y económica derivada de un contrato
Nótese que en este caso, la sujeción al
comporta aspectos jurídicos sobre los cua-
procedimiento arbitral ocurre después de
les los tribunales de arbitraje tienen plenas
suscitado el conflicto y luego de que las
atribuciones para conocerlos y resolverlos
dos partes se hayan puesto de acuerdo para
(según el concepto que apareció utilizado
someterla a la decisión de árbitros.
en cada caso y que fue claro y categórico).
Este tipo de previsión condicional Fundamentan esta posición en que la res-
determina que, jurídicamente, no exista tricción impuesta sobre aspectos jurídicos
cláusula compromisoria mientras no se pro- del contrato deviene contradictoria e inefi-
duzca el acuerdo posterior entre los con- caz frente a la voluntad inequívoca de las
tratantes. En estos casos, el nacimiento de partes de someter sus diferencias a un pro-
la jurisdicción ejercida por árbitros queda cedimiento arbitral que prevalece sobre la
condicionada a una voluntad coincidente restricción antes indicada.
432 EDGAR NEIRA ORELLANA
3.2. Debilidad en el patrocinio público cionales que les permitan litigar sin esta
clase de tropiezos y simultáneamente, que
En los primeros tiempos de vigen-
los tribunales arbitrales evalúen con cri-
cia de la Ley de Arbitraje y Mediación,
terios de equidad las situaciones prácti-
la falta de conocimiento respecto de las
cas que pudieren presentarse.
instituciones reguladas en ella fue un fe-
nómeno lamentablemente muy extendi-
do en el sector público. Sin embargo, hoy 3.3. Acción de nulidad de los laudos ar-
en día se aprecia una notable disminu- bitrales
ción del problema. Entidades como la
Se ha convertido en una práctica inve-
Procuraduría General del Estado o cier-
tas empresas públicas que han debido terada dentro del sistema arbitral ecuatoria-
enfrentar juicios arbitrales, cuentan con no que, cuando se expiden laudos contra-
un cuerpo de profesionales con amplios rios a la pretensión del Estado, éste inter-
conocimientos en el procedimiento arbi- ponga acciones de nulidad ante la Corte
Superior de Justicia para evitar la ejecución.
tral. En todo caso, todavía se espera que
estos avances se extiendan aún más a to- Aunque las estadísticas de los pronun-
das las entidades estatales. ciamientos que ha hecho la Corte Superior
revelen que en un noventa por ciento de
Otros aspectos inquietantes son las li-
casos las acciones de nulidad hayan sido
mitaciones consustanciales a la organiza-
desestimadas, la práctica de impugnar los
ción y funcionamiento de las entidades pú-
laudos arbitrales vía acción de nulidad ha
blicas, que les impide dar respuestas opor-
ido consolidándose cada vez más.
tunas en el trámite de un proceso caracte-
rizado por la celeridad. Por ejemplo, en la Sin embargo, cabe anotar que en el
reglamentación de varios centros de arbi- Estado ecuatoriano esta situación ha ve-
traje en el Ecuador, la solicitud de una prue- nido estimulada porque un deformado sis-
ba pericial exige que la parte interesada tema de control de recursos públicos por
consigne previamente los honorarios del parte de la Contraloría General del Esta-
perito en un término de tres días desde que do, determina responsabilidades civiles a
hizo saber el costo de su informe, bajo pre- los funcionarios que no impugnan deci-
vención de que al no pagar la solicitud de siones judiciales o arbitrales adversas al
prueba quedará sin efecto. En muchas interés del Estado. Bajo estos esquemas
ocasiones, la entidad pública que litiga no de funcionamiento del Estado ecuatoria-
logra que su departamento financiero emita no, no resulta extraño que en todos los
un cheque para el pago de los honorarios casos de un laudo adverso éste sea impug-
periciales en el término de tres días y, en nado vía acción de nulidad, sin que la au-
más de una ocasión esa entidad del Estado sencia de méritos argumentales para la
pierde una prueba que podría ser fundamen- pretendida nulidad impida la interposición
tal en el caso concreto, más allá de la obli- de tales acciones.
gación que tendrían los árbitros de practi-
carla para el esclarecimiento de los hechos Esta mala práctica no solo se presenta
controvertidos (artículo 23 de la LAM). en juicios arbitrales en que el Estado es par-
te, sino en aquellos en que los particulares
Esta situación exige que las entida- contradicen sus pretensiones ante un tribu-
des públicas adopten correctivos institu- nal arbitral y uno de éstos resulta vencido.
EL ESTADO Y EL JUICIO DE ARBITRAJE SEGÚN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA 433
3.4. La Contraloría General del Estado del Estado desconocieron la validez y eje-
desconoce laudos arbitrales cutividad de laudos arbitrales y recomen-
daron a las entidades públicas no cumplir
La concepción preventiva del control con los fallos arbitrales bajo amenaza de
de recursos públicos a cargo de la Contra- que se generaría una responsabilidad ci-
loría General del Estado, es uno de los fac- vil del funcionario público si es que se or-
tores que más han afectado al normal fun- dena el cumplimiento.
cionamiento de la administración pública
en el Ecuador, en buena medida porque su Este tipo de pronunciamientos for-
Ley Orgánica expedida en junio del 2002 mulados en auditorías gubernamentales
orientó sus mandatos a la acumulación de y en exámenes especiales practicados
poder de esa entidad antes que al diseño por la Contraloría General, amenazan al
de un sistema de auditoría eficiente del sec- sistema arbitral ecuatoriano, principal-
tor público, bajo principios de responsabi- mente a la credibilidad y confianza en
lidad financiera y ética pública. los juicios arbitrales en que el Estado
es parte procesal. Además, han consti-
Dicha Ley plasmó un sinnúmero de
tuido la razón que explica porqué cuan-
preceptos que entorpecen la operatividad
do un laudo arbitral es adverso al Esta-
del Estado como aquel que condiciona la
do, éste interpone acciones de nulidad
presunción de legitimidad de las actuacio-
aun cuando no hubiere mérito argumen-
nes del poder público a que la Contralo-
tal o fáctico para hacerlo.
ría General “no declare en contrario” (ar-
tículo 38); o la disparatada previsión de
informes previos a la suscripción de con- 4. CONCLUSIONES
tratos públicos, con el efecto paralizante
que tal disposición ha provocado (artícu- El Estado como parte de un proceso
lo 31 numeral 16); o la autorización a la arbitral es un tema que ha merecido la
Contraloría para intervenir como parte en atención del legislador desde hace más de
juicios que interesan al Estado (artículo cincuenta años en el Ecuador. Sin embar-
31 numeral 13) cuando existe un ente es- go, solo a partir de la expedición de la
pecializado en el patrocinio público de- Ley de Arbitraje y Mediación en 1997 y
nominado Procuraduría General del Es- de la Constitución Política en el año si-
tado. En algún caso, esta norma ha dado guiente, la participación de entidades de
lugar al protagonismo político del Con- derecho público en juicios de arbitraje
tralor antes que a la defensa efectiva de recibió un notable impulso.
los intereses del Estado.
Para dilucidar los aspectos vincula-
En este contexto, la dinámica de los dos a la temática del juicio arbitral y del
procesos arbitrales en que el Estado ha Estado como parte procesal, es necesario
intervenido como parte, no ha quedado al conocer qué requisitos de validez de los
margen de las distorsiones provocadas por procesos arbitrales ha establecido la ley
el sistema de auditoría gubernamental. ecuatoriana. Al respecto, unos requisitos
Al menos en dos casos concretos he se refieren a la naturaleza de la contro-
constatado que informes de exámenes versia y a la fundamentación del laudo ar-
especiales elaborados por la Dirección bitral, y otros atienden a los aspectos de
de Responsabilidades de la Contraloría contenido de los convenios arbitrales.
434 EDGAR NEIRA ORELLANA
AL TERNA
ALTERNA TIVE DISPUTE RESOL
TERNATIVE UTION -
RESOLUTION
THE OPTIONS FOR CEOCEO’S’S AND CFO ’S
CFO’S
dispute are free to decide whether or not If one of the parties can demonstrate that
they accept their chosen mediator’s such an agreement exists then arbitration
proposed agreement. Mediation’s princi- can go ahead even if the other party does
pal attribute is that the process is speedy. not wish to participate. They have no
Its principal defect is that it requires the choice legally due to their prior agreement
goodwill of the parties in dispute to come to undergo the process. As in mediation,
to an agreement. Most commercial dis- there is also the risk that one of the parties
putes involve money. If one of the parties to an arbitration agreement is unable or
to a dispute is unwilling or unable to unwilling to settle as instructed by the
come up with the money then they may arbitrator and they may go through the
use mediation to further prolong the dis- process only to buy time. Their real
pute in order to buy time. A company intention may be to find legal loopholes
executive will need to measure the risk in the procedure in order to later contest
of this occurring when approving an the arbitration decision in the courts.
agreement to send a commercial dispute CEO’s and CFO’s need to address this
to mediation. If each party in dispute risk from the outset if they wish to
considers their adversary’s opposition is minimize costs. The worst case cost
in good faith then mediation is very likely scenario would be a dispute where a
the optimum road to take. company has to first foot a mediation bill,
then an arbitration bill and then, to cap it
all, a traditional litigation bill.
2. ARBITRATION
Arbitration involves an independent 3. WHATARE THE COSTS OFADR?
arbitrator or a panel of three independent
arbitrators gathering the commercial dis- Mediation costs include fees and
pute evidence together and then deciding expenses of the mediator, fees and
on an outcome to the dispute. It is like a expenses of any expert called by the
trial but without the formal legal trappings. mediator and agreed upon by the parties,
An arbitration decision is binding on the expenses of any witnesses called by the
parties in dispute and is non - appealable. mediator and agreed upon by the parties
Therein lies its great attraction. It is not and facility expenses of the mediation
as expeditious as mediation but is much provider if such facilities are used. The
speedier than traditional litigation as there cost of arbitration will depend on whether
is no appeal process. Arbitration is more the process is ad hoc or administered by
expensive than mediation but it avoids an institution. An ad hoc arbitration is
mediation’s principal defect due to the administered by independent arbitrators
compulsory nature of the arbitration applying their preferred arbitration rules.
judgment. The legal basis for arbitration The daily cost of an ad hoc arbitration
is the agreement by the parties to undergo will include the same concepts as
the process. That agreement allows for an mediation but the process frequently
impartial arbitration judgment to have the takes longer so its overall cost will be
same binding legal force as a judicial higher. The cost of an institutionally
sentence. If no such agreement exists there administered arbitration usually depends
is no alternative to traditional litigation. on the amount of money in dispute. The
ALTERNATIVE DISPUTE RESOLUTION - THE OPTIONS FOR CEO’S AND CFO’S 437
( *) Shareholder in Heller Ehrman LLP and Managing Shareholder of the firm’s New York office. Chairman of
the Executive Committee and a member of the Board of Directors of the International Institute for Conflict
Prevention and Resolution (“CPR Institute”).
(**) Special Counsel at Heller Ehrman in New York. Member of CPR Institute. Senior Vice President and has
authored numerous publications in the ADR field, including the Drafter’s Deskbook for Dispute Resolution
Clauses (CPR Institute, 2002) and Mediator’s Deskbook (CPR Institute, 1999).
(***) Associate at Heller Ehrman and a graduate of Harvard Law School and Fudan University Law School
(Shanghai, China), practicing corporate law and international arbitration in the firm’s New York office.
The authors wish to express their appreciation to Bradley Gibbs and Josh Selig, former Heller Ehrman
associates who assisted in the preparation of this article.
440 JOSEPH T. MCLAUGHLIN / KATHLEEN M. SCANLON / CATHERINE X. PAN
(1) PEERENBOOM, Randall & SCANLON, Kathleen, “An Untapped Dispute Resolution Option: Mediation Offers
Companies Distinct Advantages in Certain Cases”, en: 32 The China Bus. Rev. 4, 36, (2005).
PLANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE RESOLUTION IN MAINLAND CHINA 441
(2) WENYING, Wang, The Role of Conciliation in Resolving Disputes: A P.R.C. Perspective, 20 Ohio St. J. on
Disp. Resol. 421, 2005.
(3) CCPIT/CCOIC, Mediation Center, Foreword (2005) (on file with authors).
(4) See, e.g., Anhui Mediation Center; Capital Mediation Center; Changchun Mediation Center; Chongqing
Mediation Center; Dalian Mediation Center; Fujian Mediation Center; Gansu Mediation Center; Guangdong
Mediation Center; Guangxi Mediation Center; Hainan Mediation Center; Hangzhou Mediation Center; Harbin
Mediation Center; Hebi Mediation Center; Heihe Mediation Center; Heilongjiang Mediation Center; He’nan
Mediation Center; Hubei Mediation Center; Hu’nan Mediation Center; Inner Mongolia Mediation Center;
Jiangsu Mediation Center Secretariat; Jilin Mediation Center; Liaoning & Shenyang Mediation Center; Nanjing
Mediation Center; Ningbo Mediation Center; Pudong Mediation Center; Qingdao Mediation Center; Shanghai
Mediation Center; Sichuan Mediation Center; Shangdong Mediation Center; Shantou Mediation Center;
Shanxi Mediation Center; Shenzhen Mediation Center; Tianjin Mediation Center; Wenzhou Mediation Center;
Wuhan Mediation Center; Xiamen Mediation Center; Xinjiang Mediation Center; Yunnan Mediation Center;
Zhejiang Mediation Center; Zhuhai Mediation Center.
(5) WENYING, Wang, supra note 2 at 427.
(6) Loc. cit.
(7) CCPIT/CCOIC Mediation Rules (effective 2005) (on file with authors).
(8) Ibidem, artículo 17.
442 JOSEPH T. MCLAUGHLIN / KATHLEEN M. SCANLON / CATHERINE X. PAN
the services of the Mediation Center Business Mediation Center has offices in
were required to select a mediator from both China and the U.S.(15).
the Mediation Center’s panel(9). Under
The mission of the U.S.-China
the recently revised 2005 rules, the
Business Mediation Center is to promote
parties’ options have expanded and they
the use of mediation between U.S. and
can now agree to select a mediator(s)
Chinese parties by addressing the
who is not listed on the Mediation
following areas:
Center’s panel(10).
The Mediation Center also has • The U.S.-China Business Mediation
promulgated a uniform Code of Conduct Center has promulgated rules for
for Mediators (11). Under the Code, a mediations, which are intended to
mediator must be “independent” and reflect standards of both U.S. and
“impartial”(12). Moreover, in the event Chinese business mediations. The
mediation does not resolve the dispute, the rules are modeled on the CPR
mediator “shall not act as an arbitrator” Institute mediation procedures and
in any subsequent arbitration for the same the parties and the mediator(s) can
dispute “unless agreed by the parties”(13). modify the rules as they see fit.
In addition to the Mediation Center, • The Chinese and U.S. mediators
the CCPIT/CCOIC recently pursued a available through the U.S.-China
joint project with the International Business Mediator Center have been
Institute for Conflict Prevention and trained by CPR and CCPIT to be
Resolution (“CPR Institute”) to establish aware of the business practices and
a U.S.-China Business Mediation Center legal alternatives of both Chinese and
in 2004. The purpose of the U.S.-China U.S. companies. The first training
Business Mediation Center is to assist with program for the U.S.-China Business
administered mediation services for Mediation Center’s mediators was
transnational disputes involving U.S. and held in July 2004 in Hong Kong
Chinese companies(14). The U.S.-China where a total of 26 selected mediators
(31) TAN , Johnson, A look at CIETAC: ¿Is it Fair and Efficient? China Law & Practice, available at http://
www.chinalawandpractice.com. The survey found that 75 percent of respondents considered Chinese
arbitration to be fairer and more efficient, or about the same in terms of fairness and efficiency, compared
with similar institutions outside China.
(32) 2005 CIETAC Arbitration Rules, Artículo 16, (“Chinese and foreign nationals may accept the engagement
(of clients) and act as representatives in the arbitration”).
(33) On August 31, 1994, the National People’s Congress enacted the Arbitration Law of the People’s Republic
of China, which contained major revisions to the domestic and international arbitration systems, (hereinafter
the Arbitration Law). The Arbitration Law became effective as of September 1, 1995.
(34) Ibidem, artículo 16.
PLANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE RESOLUTION IN MAINLAND CHINA 447
Governing Only Chinese law applies. Par- Parties can contractually agree upon
Law ties cannot contractually agree governing law other than Chinese law.
upon any other governing law.
Standard of Broad: Courts may refuse to Limited: Courts cannot refuse to en-
Judicial enforce award if it is based on force award based on insufficient evi-
Review insufficient evidence, incorrect dence or incorrect application of law.
application of law or it “violates Courts can refuse to enforce an award
the public interest of the if it “violates the public interest of the
society”(38) . society” (39) .
(40) MOSER , Michael, Crossing Borders: The Role of Arbitration in Resolving Disputes between International
Firms and Their Chinese Business Partners, Corporate Counsel, 2005.
(41) TAN, supra note 31.
(42) Arbitration Law, artículo 16.
(43) MOSER, supra note 40; Jeremy Cohen, “International Commercial Arbitration in China”, conference spee-
ch at American Foreign Law Association (“AFLA”) meeting in New York City on January 13, 2005 (on file
with authors).
(44) Supra note 36.
(45) 2005 CIETAC Arbitration Rules, artículo 2.
PLANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE RESOLUTION IN MAINLAND CHINA 449
total, 373 cases (including 119 domestic All differences arising out of this
cases) were handled by the CIETAC’s Policy shall be referred to the
Beijing Commission; 205 (also including decision of an Arbitrator to be
119 domestic cases) by its Shanghai Sub- appointed in writing by the parties
Commission; and 131 (including 49 in difference or if they cannot agree
domestic cases) by its Shenzhen Sub- upon a single Arbitrator, to the
Commission. These cases involved parties decision of two Arbitrators, one to
from approximately 40 countries and be appointed in writing by each of
regions, especially the Hong Kong and the parties within one (1) calendar
Macao special administrative regions month, after having been required in
which accounted for 26.5 percent of the writing to do so by either of the
total. Disputes with U.S. parties numbered parties or in case the Arbitrators do
49, accounting for 6.9 percent. One not agree to the decision of an
quarter of the total cases were transaction Umpire appointed in writing by the
contract disputes while 22.6 percent Arbitrators. The Umpire shall sit
concerned joint investment and with the Arbitrators and preside at
cooperation contracts(46). their meetings and the making of an
award shall be a condition precedent
to any right of action against the
3.1.6. Importance of properly
company in respect of quantum(48).
identifying “arbitration commission”
and its location
The Chinese Supreme People’s Court
As discussed above, under the found that the clause was invalid because
Arbitration Law, a valid arbitration the parties did not identify an “arbitration
agreement must contain a clear provision commission”(49). The Guanghope case
designating an “arbitration commission” provides a very concrete drafting point for
to administer the proceeding (47) . our hypothetical—the parties must
Otherwise, a Chinese court will not specifically identify an arbitration
enforce the clause. institution in their agreement. Although
theoretically they can do so after a dispu-
A textbook example of this principle
te arises, practically, it is unrealistic to
is the case of Guanghope v. Mirant, where
expect any such agreement from a party
the Supreme People’s Court (the highest
that intended to oppose enforcement.
court in China) had to determine the
validity of the following arbitration clause Moreover, even when the parties
involving a U.S. corporation: specify the “arbitration commission”,
confusion may nonetheless arise over the China National should be required to raise
exact location of the commission the its claims as counterclaims in the Shanghai
parties selected. A recent U.S. Circuit arbitration. CIETAC disagreed and let
Court opinion illustrates this drafting both arbitrations proceed separately and
point—China National Metal Products independently.
Import/Export Company (“China
National”) v. Apex Digital(50). In this case, Subsequently, an award was
Apex Digital and China National entered rendered in the Beijing proceeding in
into a series of written sales agreements favor of China National. Although Apex
for DVD players (the “purchase orders”). opposed confirmation on the ground that
Paragraph 15 of each of the purchase the Beijing proceeding was invalid, the
orders provided: Ninth Circuit Court of Appeals
confirmed the award:
Arbitration: All dispute[s] arising The clause provides that arbitration
from or in connection with this proceeding “shall be conducted” by
Contract shall be submitted to CIETAC. Although the clause specifies
[CIETAC] for arbitration which that the choice of forum in one of three
shall be conducted by the alternative venues, listed disjunctively, is
Commission in Beijing or by its “at the Claimant’s option in accordance
Shenzhen Sub-Commission in with [CIETAC’s] rules”, the clause does
Shenzhen or by its Shanghai Sub- not define “Claimant” but leaves it open
commission in Shanghai at the as a variable term (i.e., either party could
Claimant’s option in accordance be a claimant)(51).
with the Commission’s arbitration
rules in effect at the time of Under this technical reading, the
applying for arbitration. The arbi- court reasoned that the clause itself
tral award is final and binding directed that CIETAC would conduct the
upon both parties. arbitration “at the Claimant’s option in
accordance with [CIETAC’s] arbitration
A dispute arose and Apex Digital rules in effect at the time of applying for
commenced arbitration proceedings arbitration”(52). As such, the parties agreed
against China National in Shanghai by not only to CIETAC’s arbitration rules, but
filing with the CIETAC Sub-Commission also to CIETAC’s interpretation of its
in Shanghai a Statement of Claims rules. Here, CIETAC determined that both
concerning nine of the purchase orders. arbitrations could proceed and thus there
However, shortly thereafter, China was no violation of the parties’ agreement.
National filed with CIETAC in Beijing its Although the Ninth Circuit agreed with
own Statement of Claims concerning eight Apex Digital’s contention that the
of the same purchase orders. Apex Digital existence of dual arbitrations on the same
objected to CIETAC and asserted that purchase orders was an inefficient process.
(50) See, China National Metal Products Import/Export Company v. Apex Digital, Inc., 379 F.3d 796, 2004.
(51) Ibidem, pp. 800-801.
(52) Ibidem, p. 798.
PLANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE RESOLUTION IN MAINLAND CHINA 451
arbitral proceedings(59). Based upon such continue the arbitration and render an
disclosures, a party may challenge an award after consulting with the parties and
arbitrator, and if the challenge is contested, obtaining the CIETAC Chairman’s
the Chairman of CIETAC determines the approval(61).
outcome of the contested challenge.
3.1.8. Jurisdictional issues
The 2005 CIETAC Arbitration Rules
do not address whether the presiding The Arbitration Law authorizes
arbitrator can be of the same nationality CIETAC, or other Chinese arbitration
as either party. If the parties do not agree commissions, to determine a party’s
that the presiding arbitrator cannot be challenge to the jurisdiction of the arbi-
either Chinese or of the nationality of the tral tribunal, provided that none of the
other party, then even under the new list parties request the court to decide the
system discussed above, a Chinese issue(62) . Specifically, the arbitration
arbitrator could end up occupying the commission may decide all jurisdictional
pivotal position of chair of the tribunal. issues, including the existence and validity
of an arbitration agreement(63). Until
In the event that an arbitrator serving
recently, the CIETAC arbitration rules did
on a panel is unable to perform his/her
not provide for the delegation of such
duties, automatic replacement does not
decision-making to the arbitral tribunal,
occur under the 2005 CIETAC arbitration thus making CIETAC arbitrations out of
rules. Rather, the Chairman of CIETAC step with other major arbitration
can render a “final decision on whether institutional rules outside China (64) .
an arbitrator should be replaced or not However, under the recently revised May
with or without stating the reasons 2, 2005 rules, CIETAC may now delegate
therefore” (60). Moreover, if after the this power to the arbitral tribunal(65).
conclusion of the last oral hearing, an
arbitrator on a tribunal is unable to
3.1.9. The “Seat” of arbitration
participate in the deliberation and/or
render the award due to his/her demise or The concept that an arbitration is
removal from the CIETAC Panel of governed by the law of the place in which
Arbitrators, the other two arbitrators may it is held—i.e., the “seat”—is well
a court can grant such relief. Moreover, open to the public, unless the parties agree
even before a party can request such relief otherwise (74). Similarly, institutional
from a court, the Chinese Arbitration Law arbitration rules —for example CIETAC—
requires the petitioning party first to file provide for confidentiality of the
its request for provisional relief with the proceedings(75).
administering arbitration commission
(e.g., CIETAC Arbitration Commission). Confidentiality is further emphasized
Thereafter, that body will submit the by particular institutional codes of ethics
request to the Court(72). Thus, unlike the for arbitrators. The code of ethics
UNCITRAL Model Law, for example, promulgated by CIETAC provides that
which permits parties to apply directly to arbitrators shall strictly maintain the
a court for provisional measures of confidentiality of arbitration proceedings.
protection, the Chinese Arbitration Law Pursuant to the code, arbitrators cannot
does not afford the parties this opportunity. disclose to outsiders any circumstances
regarding the substance and procedure of
Although arbitrators are not a case, including the case details, hearing
empowered to issue provisional relief, proceedings and the outcome of
under the CIETAC arbitration rules deliberations(76).
arbitrators can issue partial or interlocutory
awards. Specifically, the CIETAC 3.1.13. Arbitral awards
arbitration rules provide that “an
interlocutory or partial award may be made In our hypothetical, if the U.S.
on any issue of the case at any time during company agrees to arbitrate under the
the arbitration before the final award is CIETAC arbitration rules, what can it
made if considered necessary by the arbi- expect in terms of the award and
tral tribunal, or if the parties request and enforcement?
the arbitral tribunal accept” (73) . For First, under the CIETAC arbitration
example, in our hypothetical, if the U.S. rules, prior to the execution of any award,
company agrees to use the CIETAC CIETAC reviews the draft of an award.
arbitration rules, it will have an option to This review encompasses “issues”
seek partial awards, which may prove to addressed in the award and arguably
be useful to narrow the scope of the encompasses more than a review as to
arbitration early in the process. form only(77).
may be attached to the award, but it shall Convention, unless the lower court has
not form a part of the award(78). received approval to do so from the Higher
People’s Court or Supreme People’s
Third, statistical evidence on the Court(83). Because the Higher People’s
outcome of CIETAC arbitrations (although Court and Supreme People’s Court are
scarce) suggests that a foreign party can perceived to be less affected by local
fair favorably against a Chinese party(79). protectionism, the purpose underlying this
Fourth, on the enforcement front in system is to provide a monitoring
China, China is a party to the New York component to China’s obligations under
Convention and its courts are obliged to the New York Convention(84).
enforce foreign arbitral awards made in Nonetheless, much room for
another signatory state (80). Moreover, improvement exists on the enforcement front.
under the arbitration law, judicial One relatively recent survey conducted by
interference with an arbitral award Professor Randall Peerenboom of UCLA,
rendered in an international proceeding in which was published in the American
China is limited by statute (81) . Journal of Comparative Law, investigated
Nonetheless, when it comes to the enforcement proceedings of 89 awards
enforcement there have been some in the Chinese court (85). The survey
unfortunate instances; however, as noted reported that:
by one commentator, “on the whole (...)
the situation is improving”(82). The reasons Almost half of all foreign and
for such improvements include the CIETAC awards were enforced in the
Supreme People’s Court’s notice that sense that the party recovered at least
precludes any Intermediate People’s Court some amount. The enforcement rate
from enforcing a CIETAC arbitral award, for foreign awards was 52%, slightly
as well as any foreign arbitral award issued higher than the 47% success rate for
by a signatory of the New York CIETAC awards. Furthermore,
company should approach the use of courts and the promotion of judges are
Chinese courts with caution. Although the generally part of the local government’s
reputation of Chinese courts appears to be authority. Under these circumstances, a
on the rise, they still face significant local court may be reluctant to render a
challenges(92). Moreover, foreign lawyers judgment against the Chinese party.
cannot appear in any Chinese courts on
Moreover, absent such a venue
behalf of their U.S. clients. Nonetheless,
provision, the U.S. company could end up
in some instances, a U.S. company may
being sued, or being forced to sue, in many
be unable to negotiate another alternative
different local courts. For example, in our
—such as arbitration within or without
hypothetical case, there are many parties
China or litigation outside China. After
on the Chinese side of the transaction,
assessing the risks, the U.S. company may which are located in different places. If
still decide to proceed with the business the contract does not identity one
transaction. If so, at least two provisions specific court to resolve the disputes, the
should be negotiated into the dispute U.S. company could end up having to
resolution portion of the contract— venue sue, or be sued, in several different
and governing law(93). local courts(94) .
In our hypothetical case, the U.S. With regard to governing law, as is
company should insist on a venue the case in typically any commercial
provision that confers jurisdiction on a contract, it is advisable for the parties to
court that is less likely to be materially agree upon a governing law clause(95).
affected by local protectionism —for Otherwise, the court with jurisdiction over
example, a court in a large urban center the dispute —here, a Chinese court— will
such as Beijing— instead of a remote decide the applicable substantive law,
Chinese province. Why? The Chinese which would mostly likely be Chinese law.
party is an energy company partly owned Although the effectiveness of a governing
by the Ministry of Coal and presumably law clause that provides for a Chinese
the company makes a significant court to apply non-Chinese law may be
contribution to the local government’s tax uncertain, in our hypothetical, the U.S.
revenue base. In turn, the budget of local company at least should attempt to have
(92) COHEN, Jeremy, Dispute Resolution in China: Putting the House in Order, China Law & Practice, available
at http://www.chinalawandpractice.com/includes/print.asp?SID=2626.
(93) The “litigation solution” is the least desirable for the parties. As Confucius said, “To handle lawsuits, I am
resolved to eliminate lawsuits.” In China, litigation filings may well end up in a special folder entitled “Wait
for the gods to handle.” Yang Jiang, “A World of Difference When Doing Business in China, a Little Unders-
tanding Goes a Long Way”, 61 Or. St. B. Bull. 19, 2001.
(94) The Civil Procedure Law provides that for a contractual dispute, the court with jurisdiction is the court where
the (i) defendant resides; (ii) contract is to be performed or executed, or (iii) subject matter is located. Civil
Procedure Law, artículo 23.
(95) Some limitations exist. For example, disputes arising from a Sino-foreign joint venture contract or from a
natural resources project must be governed by the law of the People’s Republic of China. See, Contract
Law of the People’s Republic of China, artículo 126; Civil Procedure Law, artículo 246.
458 JOSEPH T. MCLAUGHLIN / KATHLEEN M. SCANLON / CATHERINE X. PAN
the governing law clause apply a law with labor dispute arbitration committees do.
which the U.S. company is familiar. The parties must first submit their dispute
to the appropriate arbitration committee
4. EMPLOYMENT AND LABOR prior to any court action.
DISPUTES China has established more than
In the course of implementing the 3,000 labor dispute arbitration
contracts in our hypothetical, the U.S. committees at the county, city and
company and affiliated entities inevitably province levels. Cumulatively, nearly
will confront some form of employment 20,000 full-time and part-time arbitrators
and labor disputes. PRC Labor Law serve on those committees(98).
applies when an employee has an
employment relationship with a Chinese 5. CONCLUSION
legal person, which includes state-owned
enterprises and FIEs in China. PRC La- Planning for commercial disputes in
bor Law encourages both parties in mainland China requires familiarity with
employment disputes to solve their Chinese culture, legal structures and
problems through negotiation and practicalities. In the end, as is often the
consultation. Indeed the vast majority of case in international contracts generally,
employment disputes are settled(96). if the parties can agree upon a dispute
resolution mechanism before any dispute
In state-owned enterprises (“SOE”),
when a labor dispute arises, either the arises, both the dispute resolution
employee or the employer may first apply processes, and outcome, will better serve
to a labor dispute mediation committee the needs of the parties.
within the SOE. If the mediation fails, or For our hypothetical, consideration
if neither party seeks mediation, then they of relevant factors strongly suggest that
must submit their dispute to the local la- the U.S. company and affiliated entities
bor dispute arbitration committee in
would be best served if they could
order to pursue any later court action. If
negotiate at least a two-step dispute
either party is not satisfied with the
resolution clause that provides for a period
arbitration decision, he or she may file a
of private mediation and thereafter
lawsuit with a court(97).
commencement of arbitration for any
In the context of labor disputes remaining disputes. The mediation should
involving a FIE, labor dispute mediation be separate and apart from the arbitration
committees do not exist. However, local proceedings. Moreover, the arbitration
(96) For the statistics of employment and labor disputes, see, China Employment Dispute Resolution Web at
http://www.mslv.net/ldzc/index.asp.
(97) Employment Law of the People’s Republic of China, adopted by the Standing Committee of the National
People’s Congress on July 5, 1994, (hereinafter Employment Law), artículo 79.
(98) Ibidem, Ch. 10.
(99) For the statistics of employment and labor disputes, see, China Employment Dispute Resolution Web,
supra note 96.
PLANNING FOR COMMERCIAL DISPUTE RESOLUTION IN MAINLAND CHINA 459
( *) An earlier version of this article was prepared as the national report for the United States in connection
with the Congress of the International Association of Procedural Law, held in Paris and Dijon in
September 2004.
(**) Burg Family Professor of Law The University of Texas at Austin School of Law, EE.UU.
462 ALAN SCOTT RAU
3.3. Arbitral orders that one party should turn over certain records.
3.4. Arbitral declaration of liability alone without an award of dama-
ges in “bifurcated proceedings”. 3.5. Consequences of a valid partial
or interim award. 3.6. Distinguishing reviewable “interim awards”
from “interlocutory orders”. a. “Interlocutory orders” are not subject to
immediate judicial review b. Vacatur for failing to make a “final” award.
(1) MERRILL LYNCH, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Bradley, 756 E2d 1048, 1985.
(2) Ibidem.
(3) See, discussion infra Section I.
(4) Ibidem, II.
(5) Ibidem, III.
(6) The Uniform Arbitration Act was adopted by the National Conference of the Cornmissioners on Uniform
State Laws in 1955, and is now in force with minor variations in 30 states. More recently, in 2000, the
Conference promulgated the Revised Uniform Arbitration Act, which has so far been enacted in only
eight states.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 463
on the grounds of “excess of power. “As for the effect of arbitral orders on third parties, see infra Section
II.D.4 (subpoenas issued by arbitrators to third parties for the presentation of evidence).
(13) RUBINS, Noah, “In God We Trust, All Others Pay Cash: Security Costs in International Commercial Arbitration”,
en: 11 Am. Rev. Int’l Arb. 306, 344, 2000, (referring to UNCITRAL Rules); see, also D. Alan Redfern, Arbitration
and the Courts: Interim Measures of Protection: Is the Tide About to Turn?, 30 Tex. Int’l. L.J. 71, 80, 1995, (to
the extent that the measures contemplated by the UNCITRAL Rules “relate to the preservation or sale of
goods rather than, for instance, to preventing the flight of assets”, they “fall far short of the kind of interim
measures that might well be needed in the modern world of international commerce”). Cf: Stewart A. BAKER &
Mark D. DAVIS, Arbitral Proceedings under the UNCITRAL Rules: The Experience of the Iran-United States
Claim Tribunal, en: 23 Geo. Wash J. Int’l L. & Econ. 267, pp. 331-32, 1989, (although the list in artículo 26 of
the UNCITRAL Rules is “clearly exemplary rather than exclusive”, “where the relief requested has deviated
from the ‘conservation of goods’ model, the Tribunal has seemed unsure of its authority to act under article 26").
(14) See, FRY, Jason, “Interim Measures of Protection: Recent Developments and the Way Ahead”, en: Int’l Arb.
L.Rev. 149, pp. 157-58, 2003, which describes a recent arbitration in which a contractor brought a claim
against the owner of a construction project for additional costs. The tribunal, at the contractor’s request,
issued an injunction prohibiting the owner from drawing down on performance bonds issued by financial
institutions until a determination of the merits of the dispute had been made. While the ability of the tribunal
to issue such an injunction under artículo 26 of the UNCITRAL Rules was challenged, the tribunal “did go to
the effort of attempting to characterize the situation in relation to the subject matter of the dispute” and
“concluded that the financing of the construction project was intertwined with any dispute over completion
costs and damages arising from delay”.
(15) Cf: Charles Construction Co., Inc. v. Derderian, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992) (AAA Construction Industry
Rules, as then in effect, authorized arbitrators to issue interim orders “as may be deemed necessary to
safeguard the property that is the subject matter of the arbitration. “The arbitrators’ interim award directed
respondent to furnish a U.S.$l million irrevocable letter of credit as security for the payment of any ultimate
award against him. While the court agreed that “in general, in the absence of an agreement or statute to the
contrary, an arbitrator has inherent authority to order a party to provide security while the arbitration is
continuing” - an authority that “would reasonably be implied from the agreement to arbitrate itself” - in this
case, the AAA Rules were thought to “restrict” this authority; held, award vacated).
(16) The language restricting relief to the “subject-matter of the dispute” is deleted from the current revision
draft. See Report of the Working Group on Arbitration, U.N. A/CN.9/547, March 19, 2004, par. 87 (which
strengthens the inference that the revision is “probably broad enough to encompass antisuit injunctions”);
see, generally infra note 156.
(17) The Uniform Arbitration Act contains no provision on this subject. Nor does the most important American
statute, the Federal Arbitration Act, which dates from 1925 and which is now codified as 9 U.S.C., p.p 1-307.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 465
its dual nature –the tension, found in every In the present context, then, the
legal system, between arbitration as question as properly posed is not whether
“contract”– a form of private settlement “the law” explicitly authorizes the
and private ordering of commercial affairs arbitrators to issue interim relief. It is,
- and arbitration as “adjudication”, a rather (1) whether the arbitrators have
quasi-public or quasi-judicial process with been granted this authority by the
the power to render binding decisions in parties – and then, secondarily (2),
the image of the official tribunals. In the whether any positive law can be found
United States, as one might expect, the that overrides or forbids this exercise
“contractual” model is by far the of private autonomy(19).
predominant one, and it has an influence
on almost every issue posed in arbitration a.Custom-tailored arbitration
in a way that is often surprising to agreements
practitioners from other jurisdictions:
Custom-tailored arbitration agreements
[A]s part of a process of private are undoubtedly becoming increasingly po-
government and self-determination, pular. The growing use of such clauses –
arbitration should be understood whether intended to diminish the finality of
through the lenses of contract rather awards or to increase formality in arbitral
than of adjudication: With respect procedure– is surely but one manifestation
to [practically any question posed in of what is often described and decried as
arbitration law,] the only serious the “judicialization” or “legalization” of
inquiry ought to be one into the arbitration. It is, in a sense, the natural
understanding and underlying consequence of the capture of the ADR
assumptions of the contracting movement by lawyers intent on remaking
parties(18). all dispute resolution in the image of the
courtroom. The increasingly altered
In consequence, the customary rules appearance of arbitration may also
laid down in the arbitration statute for the suggest that one of the principal messages
regulation of the arbitral process are of the ADR movement –that parties can
usually treated not as mandatory or experiment with dispute resolution,
regulatory rules but rather as nothing more shaping and adapting different processes
than mere “presumptions”, background, or to meet their own particular needs– is at
default rules, that may be varied by con- last beginning to percolate through the
tractual arrangement. profession(20) .
(18) SCOTT R AU, Alan, “Integrity in Private Judging”, 38 S.T EX . L. R. 485, 487, 1997; see, also generally,
SCOTT R AU, Alan & PÉDAMON, Catherine, La contractualisation de l’arbitrage: le modéle américain, Rev.
Arb. p. 451 (2001).
(19) See, e.g., Banco de Seguros del Estado v. Mutual Marine Office, Inc., 344 F.3d 255,262 (2d Cir. 2003) (The
arbitration panel granted the claimant’s motion to require respondent “to post pre-hearing security pending
a final determination” and held that “where an arbitration clause is broad, as here, arbitrators have the
discretion to order remedies they determine appropriate, so long as they do not exceed the power granted
to them by the contract itself’ (…) it is not the role of the courts to undermine the comprehensive grant of
authority to arbitrators by prohibiting an arbitral security award that ensures a meaningful final award.”)
(20) SCOTT RAU, “Alan, Contracting Out of the Arbitration Act”, en: 8 Am. Rev. Int’l Arb., pp. 225-259-260 (1997).
466 ALAN SCOTT RAU
(21) American Arbitration Association Commercial Arbitration Rules, July 1, 2003, r. 34(a), available at
<www.adr.org> (hereinafter “AAA Commercial Arbitration Rules)”.
(22) “Where parties have agreed in writing to arbitrate disputes under these International Arbitration Rules or
have provided for arbitration of an international dispute by the International Centre for Dispute Resolution
or the American Arbitration Association without designating particular rules, the arbitration shall take place
in accordance with these rules, as in effect at the date of commencement of the arbitration, subject to
whatever modifications the parties may adopt in writing.” American Arbitration Association International
Arbitration Rules, artículo l(1) (italics added) (hereinafter “AAA International Arbitration Rules”).
(23) Ibidem, artículo 21.
(24) Island Creek Coal Sales Co. v. City of Gainerville, 729 E2d 1046, 1984.
(25) Loc. cit.,
(26) American Arbitration Association Optional Rules for Emergency Measures of Protection, 1999, pp. O-1.
(27) Ibidem, pp. 0-2.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 467
interim relief if the parties’ agreement in the absence of some explicit contrac-
explicitly grants them the authority to do tual provision, arbitrators have the
so. In Swift Industries(35), for example, the “inherent power” to issue interim relief -
arbitrators had ordered the respondent to perhaps “derived implicitly from the
deliver a cash or surety bond to protect panel’s power to ensure the parties receive
the claimant against possible future tax the benefit of their bargain” (37). (This
liabilities for which he would be entitled assumes, of course, that the arbitral tribu-
to indemnification. The court vacated the nal is already in place). This is in effect a
award - noting that “the parties did not default rule as to the parties’ intent –which
provide for such security in their can be reversed only by an explicit
agreement, although they might have expression of intention to the contrary. The
done so”, and “we cannot assume” that notion is that this authority must
this omission was accidental. The necessarily be implied as part of the very
arbitrators have no power to grant a agreement to arbitrate, since the parties
remedy “which the Agreement by its lack must have intended that their chosen
of reference to security seems to exclude arbitration process “not be fruitless”(38).
rather than intend”(36). An obvious corollary is that in some ca-
ses, the particular language of the parties’
agreement may be read so as to overcome
d.Inherent power
that presumption– that is, so as to constrict
By contrast, in more recent ca- or narrow the power of the arbitrators to
ses there is a tendency to assume that even grant interim relief(39).
(35) Swift Industries, Inc. v. Botany Industries, Inc., 466 E2d 1125, 1972.
(36) Ibidem, See also Recyclers Ins. Group, Ltd. v. Ins. Co. of North America, 1992, WL 150662 (E.D. Pa.)
(following Swift Industries; although the reinsured was required by the contract to provide its insured with
collateral to secure its obligations, “nowhere in the Agreement, in the arbitration clause or elsewhere, is it
stated that the arbitration panel has the authority to require a party to post security as a condition to having
its claims resolved by the panel”; an award that required the reinsured to post collateral “without first
conducting a hearing on the merits of the dispute” must be vacated).
(37) See, e.g., Charles Construction, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992); Certain Underwriters at Lloyd’s, London v.
Argonaut Ins. Co., 264 F.Supp.2d 926, 937 (N.D. Cal. 2003) (“There is no question that an arbitration panel
has the authority to require escrow to serve as security for an ultimate award; that authority “may be either
derived explicitly from the arbitration agreement or implicitly from the panel’s power to ensure the parties
receive the benefit of their bargain”); Konkar Maritime Enterprises, S.A. v. Compagnie Belge d’Affretement,
668 F.Supp. 267, 271 n.3 (S.D.N.Y. 1987) (“The issue of security (…) was implicit in the submission of the
main dispute to the Panel”).
(38) Cf: Meadows Indemnity Co., Ltd. v.Arkwright Mutual Ins. Co., 1996 WL 557513 (E.D. Pa.) (order that the
respondent obtain an irrevocable letter of credit in favor of the claimant as prehearing security; held, the
arbitrators were empowered “to award relief in any reasonable form or at any stage in the proceeding”; the
agreement “grants the arbitrators broad powers without limiting those powers in any way, even though [it]
easily could have done so”, and “neither expressly authorizes the arbitrators to impose pre-hearing security
measures nor prevents them from doing so”).
(39) See, Charles Construction, 586 N.E.2d 992 (Mass. 1992) (“No property was the subject matter of the
arbitration. The arbitration was not a dispute over specific property but rather concerned claims of breach
of contract”); see also RUBINS, supra note 13, at 343-44, 347-49 (UNCITRAL Arbitration Rules may not
permit an arbitral order requiring “security for costs”, since “it could be argued that costs are not part of the
subject matter in dispute”).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 469
(40) RUBINS, supra note 13, pp. 315, 319 (orders that the plaintiff provide security for costs “differ from other
interim measures in that [they] can be implemented directly, without state assistance in enforcement, since
the standard enforcement tool is the stay of arbitral proceedings, rather than the seizure of assets or
compulsion to take some action”).
(41) Swift Industries, 466 F.2d 1125, 1972.
(42) 657 A.2d 704, Conn. A, pp. 1995.
470 ALAN SCOTT RAU
• There are fifty parallel state court the implementing statutes or the
systems as well as national courts. So Conventions themselves(44).
when a party seeks interim measures
The Supreme Court has recently
of relief, or the enforcement of an
made it clear that the coverage of the FAA
arbitration agreement, or confirma-
is extremely broad. In Allied-Bruce
tion or vacatur of an award, to which
Terminix Cos., Inc. v. Dobson(45), the court
courts d he have recourse?
held that the statutory reference to
“involving commerce” was the “functional
What follows is a highly abbre-
equivalent” of the term “affecting” commerce
viated treatment of these complex sub-
- and thus “signal[s] a congressional intent
jects; the reader who wishes to avoid
to exercise its Commerce Clause powers
dealing with them and proceed directly
to the full.” The Act is thus coextensive
to a discussion of interim measures of
with Congress’ sweeping constitutional
protection may treat this as a digression
power to regulate commerce. If a
and proceed to Section 2.2.
transaction “in fact” involves commerce,
it is within the FAA even if the parties had
2.1.1. What law is to apply? never in fact contemplated any connection
to interstate commerce. And, if Congress
a. The federal statute has indeed legislated in the FAA to the full
A federal statute, the Federal limit of its constitutional authority to
Arbitration Act (“FAA”)(43) applies to all regulate economic activity, the FAA would
cases “involving” interstate or foreign apply even to “activity that is purely
commerce. The statute as originally intrastate in character”, where the activity,
enacted in 1925 now constitutes “Chapter “combined with like conduct by others
1” of the FAA, though there have been similarly situated”, “through repetition
some minor amendments since that date. elsewhere”, or “when viewed in the
“Chapter 2” of the FAA –sections 201 aggregate”, might come to substantially
through 208– was added in 1970 in order affect commerce – even though the
to implement the New York Convention; effect may be de minimis in an indivi-
“Chapter 3” –sections 301 through 307– dual case(46).
was added in 1990 in order to implement The last term of the Supreme Court
the Panama Convention. “Chapter 1” is presents one striking example of the FAA
not, however, limited to purely domestic being applied to a transaction which taken
arbitration, since it will have a residual in isolation appears to be entirely
application in Convention cases also –“to “intrastate.” In Citizens Bank v. Alafabco,
the extent that [it] is not in conflict” with Inc.(47), the Supreme Court found that the
(48) It is inevitable that there will be occasional state decisions that demonstrate that there are at least some
limits that are thought to be imposed by the FAA’s requirement that a transaction “involve” interstate
commerce. In Porter & Clements, L.L.P. v. Stone, 935 S.W.2d 217 (Tex. App. 1996), two Texas residents
hired a Texas law firm to represent them in a suit brought in Texas against Sam’s Wholesale Clubs, a
Delaware corporation with headquarters in Arkansas. The suit concerned the plaintiffs’ right to operate hot
dog carts at Sam’s locations throughout the country. The suit failed, and the plaintiffs later brought a claim
against the law firm, alleging that the firm had misrepresented to them the potential for recovery in the suit
against Sam’s, leading them to reject a settlement offer. Although the fee agreement between the firm and
the clients contained an arbitration clause, the court held that the case did not come within the FAA. Even
if correctly decided - which is itself a dubious proposition - Porter G. Clements is at best a limiting case.
(49) 465 U.S. 1, 1984.
(50) Loc. cit.
(51) See, e.g., Perry v. Thomas, 482 U.S. 483, 1987, (state statute barring arbitration of employee claims for
payment of wages is invalid); Allied-Bruce Terminix Cos., Inc. v. Dobson, 513 U.S. 265, 1995, (state statute
472 ALAN SCOTT RAU
Given that the American model sees c. The continuing use of state law
arbitration as little more than a “creature to regulate “procedure” and to fill gaps”
of contract”, it naturally follows that
Now in the run-of-the-mill case, it
contracting parties are free to “opt out”
is not likely to make much difference
of federal law if they wish - by choosing
whether state or federal arbitration law
in their agreement to be governed by state
governs a particular problem. The gene-
arbitration law. However, it now seems to
ral outlines of state and federal law are,
be generally accepted that a simple stan-
after all, quite similar. It is increasingly
dard “choice of law” clause will not be
common to find cases in which courts
considered sufficient for this purpose –
indulge in lengthy, solemn, ritual inquiries
and such a clause will not in itself be
into whether federal or state law is to
deemed adequate to capture a state’s
govern, and then belatedly concede –often
arbitration law. Henceforth it will take an
in a footnote– that after all, the question
express reference and an “unequivocal”
makes “no perceptible difference” to the
exclusion of federal law by the parties to
result (53) . Following two examples
accomplish this result(52).
making all predispute arbitration agreements unenforceable is invalid); Doctor’s Associates, Inc. v. Casarotto,
517 U.S. 681, 1996, (state statute requiring prominent notice on the first page of every contract subject to
arbitration is invalid); see, also Securities Industry Ass’n. v. Connolly, 883 F.2d 1114 (1st Cir. 1989) (state
regulations prohibited securities firms from requiring customers to sign a predispute arbitration agreement
as a condition to opening an account; held, regulations are “patently inhospitable to arbitration” and are
thus invalid); Saturn Distribution Corp. v. Williams, 905 F.2d719 (4th Cir. 1990) (state statute barred
nonnegotiable arbitration provisions in contracts between automobile manufacturers and dealers; held,
statute prohibiting such agreements “places greater restrictions” upon arbitration than the state “places
upon other contractual terms” and is thus invalid).
(52) See, e.g., Ferro Corp. v. Garrison Industries, Inc., 142 F.3d 926,936 (6th Cir. 1998) (applying the federal
rule of “separability” despite a choice-of-law clause calling for the application of Ohio law; since “the rele-
vant provisions of state law and the FAA appear to conflict”, “the state law is pre-empted”; only if the choice-
of-law clause had constituted an “unequivocal inclusion” of the state rule — which it did not — could the
issue have been preserved for judicial determination); In re L&L Kempwood Associates, 9 S.W.3d 125 (Tex.
1999) (arbitration clause provided that the contract was to be governed by “the law of the place where the
Project is located”; held, since the clause did not specifically exclude the application of federal law, it would
not be read to have that effect: “Houston, where the apartment renovation project was located, is subject to
federal law as well as Texas law”).”The notion that state arbitration law which is at odds with the dictates of
the FAA can be reintroduced through the device of a choice-of-law clause has been steadily eroding, and is
being increasingly ignored. “Alan Scott Rau, Does State Arbitration Law Matter at All?, in ADR and the Law
199,207 (15th ed. 1998). In short, “the strong default presumption is that the FAA, not state law, supplies
the rules for arbitration”, Sovak v. Chugai Pharmaceutical Co., 280 F.3d 1266, 1269 (9th Cir. 2002).
A decision that is apparently to the contrary is Security Ins. Co. of Hartford v. TIG Ins. Co., 360 F.3d 322 (2d
Cir. 2004). In the most wooden and conceptualistic opinion imaginable, the Second Circuit acknowledged
that it too had routinely “rejected the argument that a general choice-of-law provision without more evidences
the parties’ intent to incorporate [state] decisional law on the allocation of powers between the court and the
arbitrator.”
Nevertheless it concluded that a California statute, which permits a court to stay a pending arbitration
where one of the parties is also a party to pending litigation arising out of the same transaction, was
captured by a contractual choice of- law provision — since the state statute “does not limit the rights of the
parties to arbitrate particular issues or the arbitrator’s power to resolve the dispute.”
(53) See, e.g., Ford v. NYLCare Health Plans of the Gulf Coast, Inc., 141 F.3d 243, 250 n.7 (5th Cir. 1998).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 473
demonstrate, however, the relationship denying a jury trial are consistent with the
between the state and federal law of summary nature of the proceeding, with
arbitration is rather more subtle and the likely result a speeder and more
complex than the simple summary above efficient process. Similarly under the fe-
would suggest. deral statue, orders by a trial court that
deny a stay of litigation in favor of
Each state of course maintains a
arbitration are made immediately
separate court system – and so each
appealable. State law, however, may
naturally has developed its own
make no provision for the appeal of such
“procedural” regime to govern the
orders. Some authority to the effect that
“procedure” in its own courts. In doing
state courts are not obligated to permit
so, a state may depart from the practice of
an interlocutory appeal in such cases
federal courts as long as these deviations
governed by the FAA does exist.
do not have too great an impact on what
According to one court, it would
are preceived to be the principal
“boggle the mind” if the substantive
“substantive” aspects of the FAA (i.e., the
rights created by the FAA could in turn
mandate to honor arbitration agreements
become a right “to obtain rewriting of
and to enforce arbitration awards). This
procedural rules and statutes pertaining
procedure/substance dichotomy is as we
to the manner” in which a litigant
all know hardly self-defining. And it can
proceeds through state courts(55).
prove highly fuzzy along the edges. To
Illustrate, the party who is resisting Second, the federal arbitration statute
arbitration, and who challenges “the is nearly eighty years old and, in the style
making of the arbitration agreement”, is of statutes drafted in that era, it is rather
entitled under the federal statute to a trial skeletal. It is therefore often said that state
by jury of that issue. A state, on the other arbitration law can still be utilized to “fill
hand, may prefer that this issue be decided gaps” in the federal scheme, answering
by a judge. To have a judge rather than a questions that are not directly or explicitly
jury pass on the existence of an arbitration addressed in the federal statute or in the
agreement hardly appears to undermine or common law that has grown up around it.
frustrate the arbitration process. For example, the usual rule in domestic
Moreover, a bench trial of the issue should arbitrations follows the so-called
not be expected to “frequently and “American rule” in litigation – under
predictably” lead to different outcomes(54). which the prevailing party has no right to
It seems critical too that state rules recover his attorneys’ fees in the absence
(54) Rosenthal v. Great Western Financial Securities Corp., 926 P2d 1061 (Cal. 1996) (the provisions of § 4 of
the FAA calling for a jury trial on the issue of the existence of an arbitration agreement, do not apply in state
courts, even in a case governed substantively by the FAA).
(55) Batton v. Green, 801 S.W.2d 923 (Tex. App. 1990); see also Jack B. Anglin Co., Inc. v.Tipps, 842 S.W.2d
266 (Tex. 1992); Weston Securities Corp. v. Aykanian, 703 N.E.2d 1185 (Mass. App. 1998) (“There is no
reason to suppose that the timing of the exercise of the right of appeal from an order compelling arbitration
is other than a procedural matter which does not alter the substantive rights of either party - the right of
[claimant] not to be bound by an illegal award, and the right of the defendants to enforce a binding agreement
to arbitrate”).
474 ALAN SCOTT RAU
of a statute or contractual provision has not yet developed, the courts must still
explicitly providing for such awards. A ask whether the state’s background rule
state, on the other hand, may choose to will “effectuate federal policy.” In other
assume –again, in the absence of any words, courts may choose to borrow rules
agreement to the contrary– that arbitrators of state arbitration law simply as an
in international cases routinely have the alternative to fashioning a newly minted
power to award attorneys’ fees. The uniform federal rule, but only –in Justice
statute is thus aligned with the general Holmes’ typically quotable phrase– as a
consensus in the practice of international “benevolent gratuity”(58).
commercial arbitration(56). Moreover, the
“silence” of the FAA may also permit d. The insurance exception
state law to supply a presumption to the
effect that the parties were willing to It should be noted that the question
of federal preemption may appear quite
consolidate related arbitrations(57).
different in cases involving the business
In such cases, I would suggest, the of insurance. Given the tradition of intense
use of state law to “fill gaps” amounts to state concern with this industry, Congress
nothing more than supplying some back- enacted the McCarran-Ferguson Act(59),
ground or default rules with respect to which provides that:
what the parties to the arbitration
agreement are presumed to have intended. No Act of Congress shall be
Default rules are always necessary in construed to invalidate, impair, or
contracts, if only as a starting point for supersede any law enacted by any
pre-dispute planning and drafting. State State for the purpose of regulating the
default rules, however, can hardly come business of insurance (…) unless
into play ex proprio vigore - as regulatory such Act specifically relates to the
law. Courts may resort to them, first, only business of insurance.
by virtue of the parties’ silence. Thus, in
the frequent case where such matters are The FAA of course does not
already addressed by institutional rules, “specifically relate to the business of
the content of state law is simply insurance.” State statutes that focus on
irrelevant. And second, courts may look “protecting the relationship between the
to state law only with the permission of insurer and insured” will therefore not be
federal law. Even if a uniform federal rule preempted by the FAA, even if they
(56) See, e.g.,Texas International Commercial Arbitration and Conciliation Act,Tex. Civ. Prac. & Rem. Code,
pp. 172.145(b) (1)(B).
(57) See, e.g., New England Energy Inc. v. Keystone Shipping Col, 855 F.2d 1 (1st Cir. 1988) (state statute
provided that “a party aggrieved by the failure or refusal of another to agree to consolidate one arbitration
proceeding with another or others, for which the method of appointment of the arbitrator or arbitrators is the
same (…) may apply to the superior court for an order for such consolidation”); held, “consent is not a
prerequisite to application of the [state] consolidation statute”, which is not preempted by federal law);
Revised Uniform Arbitration Act. 10 (“court may order consolidation of separate arbitration proceedings”
unless “the agreement prohibits consolidation”).
(58) Southern Pacific Co. v. Jensen, 244 U.S. 205,220(1917).
(59) 15 U.S.C., p. 1012(b).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 475
purport to bar the submission of disputes the FAA is often eccentric and parochial,
in interstate commerce to binding but it is rarely policed with a view to
arbitration. The Fifth Circuit has strikingly ensuring conformity with federal policy.
referred to this as a case of “reverse
preemption”(60). a. Domestic cases
Federal courts, however, are courts
2.1.2. State or federal courts?
of limited jurisdiction. The mere fact that
With the qualifications already “interstate commerce” may be involved is
suggested if a case comes with the FAA not in itself sufficient to invoke the
the federal statute must equally be applied jurisdiction of the federal courts – and so
in state or federal courts. the ability to get into federal court will
usually depend on elements that have no
The overwhelming proportion –well functional relationship with arbitration
over 95 percent– of litigation in the United policy. In addition to jurisdiction over the
States is brought before the courts of indi- person (or in rem), a federal court must
vidual states rather than federal courts(61). possess subject matter jurisdiction that
Even though in principle the same usually is limited to cases:
law is to apply in either court system, the
proponents of arbitration will in most ca- (1) “Arising under” the federal cons-
ses nevertheless prefer to have their case titution, federal laws, or trea-
heard in federal court. Federal judges, who ties(62), or
are appointed for life, may be expected to (2) Where the parties are:
deploy a greater sensitivity to federal
arbitration policy in distinction to local • Citizens of different states, or
interests. And it is not too much to say citizens of a state and citizens
that as a general matter the quality of of a foreign state(63), and
justice is considerably higher in federal • The amount in controversy is
courts. State court jurisprudence applying in excess of U.S.$75,000(64).
(60) Munich American Reinsurance Co. v. Crawford, 141 F.3d 585 (5th Cir. 1998) (Oklahoma has formulated a
“complex and comprehensive scheme of insurance regulation that contains the Uniform Insurers Liquidation
Act” and that vests state district courts with “exclusive original jurisdiction” over all delinquency proceedings
involving insolvent insurance companies; held, petition to compel arbitration was properly dismissed).
(61) See, <http://ncsconline.org/D-Research/csp/CSP-Main-Page.html> (15.1 million civil cases filed in state
courts in 1999); <www.uscourts.gov/cgi-bin/cmsd2OOo.pl> (259,517 civil cases filed in federal district courts
in 2000).
(62) I.e., “federal question jurisdiction, 28 U.S.C. section 1331.”
(63) More accurately, where the parties are “(1) citizens of different States; (2) citizens of a State and citizens or
subjects of a foreign state; (3) citizens of different States and in which citizens or subjects of a foreign state
are additional parties; and (4) a foreign state as plaintiff and citizens of a State or of different States.” Note
that “diversity jurisdiction” is not present where a suit is exclusively between foreign nationals. Nor is it
present where one American citizen has been joined in a suit with aliens on each side, i.e., “Alien A v.
Minnesota citizen and Alien B.” However, federal jurisdiction will be present in a suit in the form “Alien A and
Delaware citizen v.Alien B and Minnesota citizen.”
(64) I.e., “diversity jurisdiction, 28 U.S.C. section 1332.”
476 ALAN SCOTT RAU
Curiously, the mere fact that a dis- who can be named in a petition to compel
pute involves the enforceability of an arbitration. It should therefore not be
arbitration agreement or the confirmation possible to resist federal enforcement of
or enforcement of an arbitral award is not an arbitration agreement by filing a lawsuit
enough to make a case “arise under” fe- in which individuals who are not parties
deral law for the purposes of section 1331 to the arbitration agreement –and whose
/ even where the FAA provides the citizenship may destroy diversity– are
applicable rule of decision. The FAA may joined, merely on the grounds that such
create a body of federal substantive law, individuals are somehow involved in the
applicable in state and federal courts alike, “underlying controversy”(67).
and requiring that arbitration agreements
Where a plaintiff chooses to bring a
be honored, yet it does not create
suit in state court, but the requirements of
any independent federal question
either sections 1331 or 1332 are satisfied
jurisdiction(65). In the absence of some
–that is, if a federal court would otherwise
independent source of jurisdiction –such
have jurisdiction– then the defendant may
as diversity of citizenship or some other
“remove” the case as of right to a federal
statute– it is assumed “that the state courts
court. However, if federal jurisdiction is
are entirely able, as well as required, to
founded only on “diversity of citizenship”,
apply the [FAA] and compel arbitration
then removal is possible only if none of
pursuant to the Act if the statutory requisites
the defendants is a citizen of the forum
are present”(66).
state(68). The reason for this is obvious: If
the original purpose of “diversity”
i) Diversity of citizenship
jurisdiction was to protect out-of-state
Diversity of citizenship “depends parties against the possible prejudice of
only on the citizenship of the parties to local tribunals –by assuring them access
the arbitration agreement –that is, parties to national courts– then that policy is not
(65) Moses H. Cone Memorial Hosp. v. Mercury Const. Corp., 460 US. 1.25 n.32 (1983). Section 4 of the FAA
(which mandates courts to compel arbitration) explicitly states that a request for an order to compel may be
made to “any United States district court which, save for [the arbitration] agreement, would have jurisdiction,
in a civil action or in admiralty of the subject matter of a suit arising out of the controversy between the
parties.” (emphasis added). Section 3 (which mandates a stay of a pending lawsuit in favor of arbitration)
also “necessarily presupposes that there must have been some jurisdictional basis for the pending action.”
13B Federal Practice and Procedure: Jurisdiction 3569, at 171 (C.A.Wright,A. Miller, & E. Cooper eds., 2d
ed. 1984).And the prevailing view seems to be that independent jurisdictional grounds must also be present
before federal courts may grant orders under § 9 (confirming arbitral awards) or § 10 of the Act (vacating
arbitral awards). Id. See also Wis. Commissioner of Ins. v. Cal. Reinsurance Management Corp., 819
F.Supp. 797 (E..D.Wis. 1993) (§ 9 of the FAA does not create subject matter jurisdiction in federal courts for
motions to confirm arbitration awards); Garrett v. Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc., 7 F.3d 882 (9th
Cir. 1993) (“§ 10 does not confer federal jurisdiction”); Kasap v. Folger Nolan Fleming & Douglas, Inc., 166
F.3d 1243,1246-477 (D.C. Cir. 1999) (the argument that § 10 confers federal jurisdiction for motions to
vacate awards “has been uniformly rejected); Baltin v. Alaron Trading Corp., 128 F.3d 1466 (I lth Cir. 1997)
(collecting cases).
(66) Commercial Metals Co. v. Bafour, Guthrie, & Co., Ltd., 577 F.2d 264 (5th Cir. 1978).
(67) Doctor’s Associates, Inc. v. Distajo, 66 F.3d 438 (2d Cir. 1995) (a “district court should not consider the
citizenship of strangers to the arbitration contract”).
(68) U.S.C., p. 1441.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 477
(69) 13B Federal Practice and Procedure: Jurisdiction, supra note 65, 3569, at 173. See, also 14A id. At, p. 3712
(“Interest and Costs”).
(70) See, Doctor’s Associates, Inc. v. Hollingworth, 949 F.Supp. 77, 82 (D. Conn.1996) (petition to compel
arbitration under § 4); CIGNA Healthcare of St. Louis, Inc. v. Kaiser, 181 F.Supp.2d 914, 923 (N.D. Ill. 2002)
(“we can look at what [claimants] stand to win in an arbitration, what [respondent] stands to lose in an
arbitration or a combination thereof”); America’s Moneyline, Inc. v. Coleman, 360 F. 3d 782 (7th Cir. 2004)
(“the appropriate focus is the stakes of the underlying arbitration dispute”; the court rejected the contention
of the party seeking to compel arbitration that the value of the litigation was “the value of enforcing the
Arbitration [clause]” and thereby avoiding having to finance “an expensive class action in state court”).
A somewhat broader view of the “stakes”- beyond the quantum of a possible award - is suggested in Judge
Keeton’s opinion in Richard C.Young & Co., Ltd. v. Leventhal, 298 F.Supp.2d 160 (D. Mass. 2003). Here,
the claimant had instituted an arbitration against the respondent in California; the respondent sought to
enjoin the California arbitration and to compel arbitration in Massachusetts pursuant to an alleged forum-
selection clause in the contract.
The court defined the “amount in controversy” to include (a) “the amount in dispute in the underlying
arbitration” (which was U.S.$59,703), plus (b) the costs to the respondent, including lost revenue, of arbitrating
in California, minus (c) the costs that the respondent would in any event have to incur in order to arbitrate
in Massachusetts. The court could not conclude “to a legal certainty” that the amount in controversy would
not total more than U.S.$75,000, and so concluded that it had jurisdiction.Where the subject of the suit is
not the location of the arbitration, but the very obligation to arbitrate in the first place, the author is not aware
of any court that has attempted to quantify the respective costs of arbitration and litigation.
(71) 132 F.3d 1203 (7th Cir. 1998). See, also In the Matter of the Arbitration between Marcy Lee Mfg. Co. &
Cortley Fabrics Co., Inc., 354 F.2d 42 (2d Cir. 1965) (the arbitrators “would not have to respect the rule
disallowing legal expenses incurred in enforcing indemnity claims”).
(72) In class actions it is the amount per plaintiff that matters, rather than the aggregate stakes for all plaintiffs:
Many small claims cannot be aggregated to reach the U.S.$75,000 threshold. However, if the stakes had
exceeded U.S.$75,000 for at least one franchisee, then others might have been brought into federal court
under the “supplemental jurisdiction” of 28 U.S.C., 1367 (“in any civil action of which the district courts have
original jurisdiction, the district courts shall have supplemental jurisdiction over all other claims that are so
related to claims in the action within such original jurisdiction that they form part of the same case or
controversy”).
478 ALAN SCOTT RAU
franchisees more than US$ 74,950, “this A frequently litigated situation is the
does not limit the stakes of the arbitration. case where the amount at issue in an
An arbitrator might award more”. arbitration was originally in excess of
US$ 75,000, but where the final award is
Difficulties in valuation are
for less than that amount. Where the
minimized by taking the position that the
plaintiffs in federal court are given the claimant seeks to confirm the award, or
“benefit of the doubt”/ and that jurisdiction the respondent seeks to vacate it, it seems
exists “unless it is legally certain” that the clear that federal jurisdiction is
stakes of the arbitration would be US$ lacking(74). On the other hand, one would
75,000 or less. On that tolerant standard, think that the answer would be different
an attempt by an amateur wrestler to where it is the claimant who is seeking
enforce an award concerning his to vacate the award – for he is presumably
entitlement to be a member of the U.S. doing so in order to begin again and “get
Olympic team was held to be within fede- another shot” at the original damages
ral question jurisdiction, as “the value of a claimed in a higher amount. Strangely,
position on the Olympic team cannot be though, courts have been reticent to assert
said” to be less than US$ 75,000(73). jurisdiction even in this situation(75).
(73) Lindland v. United States of Am.Wresthng Assoc., Inc., 230 F.3d 1036 (7th Cir. 2000). From this perspective
an unusual and, I think, incorrectly decided case is Fidelity Warranty Services, Inc. v. Kidd, 45 F.Supp.2d
1284 (N.D. Ala.), aff’d, 196 F.3d 1262 (11th Cir. 1999). The court here held that there was no subject matter
jurisdiction when the defendant in a pending state court suit came into federal court seeking to compel
arbitration of the claim against it. The court looked at the matter from the plaintiff’s viewpoint alone - and
found it “no more than wishful jurisdictional thinking” to say that the plaintiff’s right to have the claim against
it decided by an arbitrator - rather than by a court and jury — was worth more than U.S.$75,000; it may be
“that an arbitrator would give [the original claimant] more than $75,000 less than a court and jury would give
him, but how can anybody know?”
(74) See, Baltin v. Alaron Trading Corp., 128 F.3d 1466 (11th Cir. 1997) (in these circumstances, diversity
jurisdiction did not exist because “it was a legal certainty that the amount in controversy was less than” the
jurisdictional amount; “the maximum remedy sought by [respondents] was the vacatur of the arbitration
award of $36,284.69”).
(75) See, Luong v. Circuit City Stores, Inc., 356 F.3d 1188 (9th Cir. 2004) (no federal jurisdiction to hear “a
challenge to an arbitration award of zero dollars”; jurisdiction should not “turn on contingencies” [sic] such
as “the position of the party moving to vacate” or “the potential for rehearing with a larger recovery”; “there
is merit to a rule that is clear and applicable across the board”); see also Goodman V. CIBC Oppenheimer
& Co., 131 F.Supp.2d 1180 (C.D. Cal. 2001) (claimant originally sought U.S.$3 million in damages but
arbitration panel awarded him only U.S. $74,000; held, claimant’s motion to vacate denied; “the amount in
controversy is equal to the arbitration award regardless of the amount sought in the underlying arbitration”).
A much more sensible opinion, by contrast, is that of Judge Posner in Sirotzky v. NewYork Stock Exchange,
347 F.3d 985 (7th Cir. 2003). Here, the claimant had sued to vacate an adverse arbitral award; the respondent
had removed to federal court but the case was later remanded. The claimant requested an award of the
attorneys’ fees that she had incurred in getting the case remanded to state court, but the Seventh Circuit
held that these fees had been properly denied: Not only had she behaved “frivolously” - “justifymg a denial
of attorneys’ fees otherwise presumptively available” - but in addition, the remand itself was improper in the
first place, so that the claimant “cannot get to first base with her claim for an award of fees. “This alternative
holding is the key to the discussion here: When the claimant sought to set aside the arbitral award in the
respondent’s favor, the “natural” “assumption” after all was that she was doing so “so that she could get
another shot at the $242,000 that she claimed were the damages caused her by (respondent’s) alleged
breach of contract”; “why did she also ask the state court to vacate the arbitral award (…) unless she
wanted another crack at (the respondent)?”
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 479
iii) Federal question jurisdiction –not does the fact that the
“underlying dispute” between the parties
In the absence of diversity –and much involves alleged violations of federal law.
more rarely– federal jurisdiction may be The federal law must be a direct element
found to exist through the presence of in the plaintiff’s claim and must appear
some other “federal question”. A rather on the face of a “well-pleaded complaint.”
unusual case is United Offshore Co. v.
Southern Deepwater Pipeline Co (76) . The preceding paragraph is true at
Here, a joint venture operated a natural least in those cases where a federal court
gas pipeline transporting gas from the is asked to compel arbitration or stay
outer continental shelf. A partner sought arbitration proceedings. Where, for
to remove the joint venture’s operator and example, a customer filed suit against a
–when the management committee brokerage firm seeking damages for
deadlocked– sought to have the matter violations of federal securities laws, the
resolved by arbitration. A federal statute, Fifth Circuit held that a federal district
the Outer Continental Shelf Lands Act(77), court had no jurisdiction to compel
granted federal courts jurisdiction over arbitration: A party seeking to enforce
“controversies arising out of or in rights created by the FAA must do so in
connection with any operation conducted state court “unless federal jurisdiction
on the outer continental shelf which is independently established by the
involves exploration, development, or allegations of the plaintiff ’s own
production” of minerals; the court held complaint or unless the case is already
that federal jurisdiction existed because in federal court”. In this case, the firm’s
the resolution of the dispute “would complaint “seeks one objective: to
affect” the exploitation of minerals on the enforce its rights under the contract with
outer continental shelf(78). the [customer] and compel arbitration
of the dispute. The [customer ’s]
However, the more fact that the underlying dispute with Prudential,
arbitrator would be required to construe including claims that Prudential violated
or apply federal law in making his award the federal securities laws, is not part
does not confer this federal question of Prudential’s complaint”(79).
Federal jurisdiction also appears to exist where the total amount at stake in an arbitration exceeds U.S.
$75,000, but the proceedings are bifurcated, and a partial award is made in a lesser amount. If enforcement
proceedings are brought as to the partial award, the amount in controversy will be measured by the amount
at stake in the entire arbitration – since any other rule would “impose a penalty (…) on the use of procedural
devices such as bifurcation, devices meant only to simple and expedite proceedings.” Bull HN Information
Systems, Inc. v. Hutson, 229 F.3d 321 (1st Cir. 2000).
(76) 899 F.2d 405 (5th Cir. 1990).
(77) 43 U.S.C., p. 1349(b)(1).
(78) CJ: Rocket Jewelry Box, Inc. v. Noble Gift Packaging, Inc., 986 F.Supp. 231 (S.D.N.Y. 1997), vacated in part
and affirmed in part, 157 F.3d 174 (2d Cir. 1998) (district court had “supplemental jurisdiction” to confirm
arbitral award arising out of license agreement, because a patent infringement action between the parties
was still pending before the court, and the two claims “are so tightly interwoven that the patent infringement
claims cannot be resolved without also considering claims arising under the license agreement”).
(79) Prudential-Bache Securities, Inc. v. Fitch, 966 F.2d 981 (5th Cir. 1992).To the same effect, see Westmoreland
Capital Corp. v. Findlay, 100 F.3d 263 (2d Cir. 1996) (investors initiated arbitration proceeding against
480 ALAN SCOTT RAU
investment advisor, alleging violations of the Exchange Act, and the investment advisor sought an order
enjoining the arbitration; held, federal question jurisdiction is lacking; the FAA does not confer such jurisdiction
where the claim of jurisdiction is based merely on “the federal character of the underlying dispute in
arbitration”). See also Gibraltar, PR., Inc. v. Otoki Group, Inc., 104 F.3d 616 (4th Cir. 1997) (dispute between
two parties to a joint venture agreement over the ownership of certain trademarks; held, court lacked
jurisdiction over a motion to compel arbitration; “the Lanham Act does not confer jurisdiction simply because
the subject in dispute is a trademark. In essence, this case is a contract dispute between the two companies
over the ownership of property”).
(80) Greenberg v. Bear, Stearns & Co., 220 F.3d 22 (2d Cir. 2000) (federal courts have “a strong interest in
ensuring that arbitrators interpret and apply federal law properly”, and this interest seems to be “far greater
than the federal interest implicated by a petition to compel arbitration under, 4”).
(81) See, e.g., Halligan v. Piper Jaffay, Inc., 148 F.3d 197 (2d Cir. 1998) (arbitrators denied claim for violation of
the Age Discrimination in Employment Act without “any explanation or rationale”; held, “in view of the strong
evidence that (claimant) was fired because of his age and the agreement of the parties that the arbitrators
were correctly advised of the applicable legal principles, we are inclined to hold that they ignored the law or
the evidence or both”); cf. Westerbee Corp. v. Daihatsu Motor Co., Ltd., 304 F.3d 200 (2d Cir. 2002) (in
reviewing arbitral award, “district court should have analyzed whether (New York cases) clearly and explicitly
foreclose an award of expectancy damages as a remedy for the breach of a duty to refrain h m thwarting the
occurrence of a condition precedent”; after lengthy discussion, the Second Circuit concludes “that they do
not”).
(82) See, SCOTT RAU, Alan, “The New York Convention in American Courts”, en: 7 Am. Rev. Int’l Arb., pp. 213-
237-239 (1996) (“manifest disregard of the law” is “an empty category”; vacatur on this ground will “hardly
ever” happen in our lifetimes”). In most federal courts it should be sufficient simply to note that the allegations
of the party seeking vacatur “cannot possibly” satisfy the rigid requirements of this ground of attack. Luong
v. Circuit City Stores, Inc., supra note 75,356 F.3d at 1195.
(83) Inter-American Convention on International Commercial Arbitration, Jan. 30, 1975, ORG. AM ST. T.S. 42
(entered into force Jun. 16, 1976) (hereinafter “Panama Convention”).
(84) See, 9 U.S.C. p. 203.
(85) 9 U.S.C. p. 205. Federal law, which will govern the question of party status for this purpose, generally holds
that the plaintiff for the purposes of removal is the party who has asked for judicial intervention — and not
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 481
Congress deliberately sought to channel these Conventions than have most other
Convention cases into federal courts so nations. Note, for example, that under
that “parties seeking to guarantee section 202 of the FAA:
enforcement of arbitral contracts and
awards could elect to escape the (1) Where the parties to the
uncertainty of the laws of the fifty states agreement or the award are not
for the comparative uniformity of federal all American citizens then by the
law” (86) – the rights of removal are much terms of section 202 the
more powerful than the rights granted Convention will apply, even
under the removal statutes generally(87). though the arbitration itself is
held in the United States(88). It
That Convention cases are deemed seems surprising but inevitable,
to “arise under” federal law for purposes then, that a Texas award, arising
of the jurisdiction of federal courts is out of a transaction in which an
particularly important – since United American citizen conveys
States has given a far broader scope to property in Texas jointly to
the party which initiated arbitration, see Certain Underwriters at Lloyd’s v. Bristol-Myers Squibb Co., 51
ESupp.2d 756 (E.D. Tex. 1999).
(86) Caringal v. Karteria Shipping, Ltd., 108 F.Supp.2d 651,654 (E.D. La. 2000).
(87) Thus: In most removal cases all properly joined defendants must timely file for, or at least consent to, a
notice of removal; by contrast, it is not necessary in Convention c ases under 205 that all defendants
consent to removal: “Foreign businesses who understand that their access to federal courts can be denied
by one local party defendant are likely to think carefully before contracting with an American business.”
Acosta v. Master Maintenance & Construction, Inc., 52 F.Supp.2d 699 (M.D. La. 1999).
In most cases a proceeding can be removed by defendants to federal court only within 30 days of receiving
the initial pleading; by contrast, under § 205 a case under the Convention can be removed “at any time
before the trial”, although even before “trial” some notions of timeliness may still come into play, and removal
may be disallowed if a defendant is held to have “waived” his right to removal by engaging in substantial
litigation in state court proceedings; see Certain Undewriters at Lloyd’s, supra note 85 (“although § 205
may have been enacted to facilitate removal of cases coming under the Convention, it certainly was not
designed to enable parties to invoke the jurisdiction of the state court and willingly proceed with discovery
and trial only to remove when the first bite of what appears to be a ripe apple turns out in fact to be
extremely sour”).
The right to remove cases from state to federal court may also as a general matter be “waived” in
predispute agreements: Parties to contracts are given considerable freedom in agreeing in advance as
to where they will litigate, and in the usual case, alleged waivers in predispute agreements are interpreted
using the usual benchmarks of contract construction. By contrast, however, it has been held in Convention
cases that a contractual predispute waiver of the right to remove to federal court is not favored — and so
to be effective, such a waiver must be “express” and “explicit”, “clear and unambiguous.” McDermott
Int’l, Inc. v. Lloyd’s Underwriters of London, 944 F.2d 1199 (5th Cir. 1991); Suter v. Munich Reinsurance
Co., 223 F.3d 150 (3d Cir. 2000) (“Given the historical hostility of state courts to arbitration, it can be
argued that doubts concerning waiver of removal rights under the Convention Act should be resolved in
favor of the federal forum”).
(88) See, e.g., Bergesen v. Joseph Muller Corp., 710 E2d 928 (2d Cir. 1983) (charterparty between Norwegian
shipowner and Swiss charterer involved transportation of chemicals between the United States and Europe,
and called for arbitration in New York); Trans Chemical Ltd. v. China Nat’l Machinery Import & Export Corp.,
978 F.Supp. 266, 292-97 (S.D.Tex. 1997), aff’d, 161 F.3d 314 (5th Cir. 1998) (contract between Pakistani
corporation and Chinese corporation for construction of plant in Pakistan; arbitration took place and award
rendered in Texas).
482 ALAN SCOTT RAU
another American citizen and her considerably restricted the scope of this
resident-alien spouse –all three defense in U.S. courts. Under the Act, a
resident in Texas– will be a foreign state is not immune from
Convention Award(89). jurisdiction if it has “waived its immunity
either explicitly or by implication”, or if
(2) Even though (a) the arbitration
the action “is based upon a commercial
is to be held and the award
activity” carried on by the foreign state in
rendered in the United States,
the United States or outside the United
and (b) all parties to the
States causing a “direct effect” in the
arbitration are American
United States (92) . Although there is
citizens, the Convention may
abundant case law to the effect that a
still be applicable if there exists
state’s entering into an arbitration
“some reasonable relation with
agreement constitutes a “waiver” of
one or more foreign states”(90).
sovereign immunity(93), it is sometimes
unclear whether this implication of a
ii) Claims against foreign states. “waiver” was warranted when the site of
It should be noted, finally, that fede- the arbitration itself was not to be within
ral courts have subject matter jurisdiction the United States(94). As a consequence,
(without regard to the amount in the Act was amended in 1988 to clarify
controversy) in civil actions against the matter even further. Under these
foreign states in which the claim is one amendments, there is no sovereign
“with respect to which the foreign state is immunity where an action is brought to
not entitled to any immunity”(91). enforce an arbitration agreement between
a foreign state and a private party, or to
Any claim of “sovereign immunity” confirm the resulting award, at least:
is unlikely to present a problem where an
arbitration agreement exists. The Foreign If (A) the arbitration takes place or
Sovereign Immunities Act of 1976 has is intended to take place in the United
the country where they can learn of specify any location for the arbitration
it by report only(98). either – although one party argued that the
clause “incorporates the custom and
The power to refuse to hear an practice of the London reinsurance
arbitration case on forum non conveniens market” that would mandate arbitration in
grounds has been reaffirmed in a variety London. The parties’ conflicting motions
of contexts such as the following. to compel arbitration in Illinois and in
London were both denied; the court found
a. Requests to enforce an arbitra- that “the need to apply foreign law
tion clause strongly points towards dismissal” on
grounds of forum non conveniens, since
In Oil Basins Ltd. v. Broken Hill “an Enghsh court would have far more
Proprietary Co. Ltd. (99) , a contract experience with London market custom
between a Bermudian corporation and and practice.”
Australian corporations concerned the
payment of royalties on hydrocarbons b. Requests for interim relief
produced off Australia. The arbitration
clause did not specify the place of In the leading case of Borden, Inc. v.
arbitration. The court found that it lacked Meiji Milk Products Co., Ltd. (102), the
the actual power to compel arbitration in claimant’s application for a preliminary
Australia, but at the same time denied the injunction in aid of arbitration was dismissed
plaintiff’s motion for an order to compel on the grounds that a Japanese forum would
arbitration in New York and granted the be more appropriate. However, the dismissal
defendant’s motion to dismiss on grounds was strictly conditional – the court adding
of forum non conveniens. “All the factors that the plaintiff may “reapply” for the
point to Australia being the proper forum preliminary injunction in federal court “if
for litigation in this case”(100). In CNA the Japanese court does not decide [its]
Reinsurance Co., Ltd. v. Trustmark Ins. application [for such relief] within 60 days
Co(101), the arbitration clause did not after it is submitted”(103).
(98) Gulf Oil Corp. v. Gilbert, 330 U.S. 501, 508 (1947).Where the more “convenient forum” is another federal
district court, mention should also be made of the federal change of venue statute, 28 U.S.C. 1404(a): As
an alternative to dismissal, a federal court may transfer any action to any other district “where it might have
been brought” “for the convenience of parties and witnesses, in the interest of justice. “This statute is in a
sense a codification of the doctrine doctrine of forum non conveniens; to say that the alternative tribunal
must be one where the action “might have been brought”, is to say that the plaintiff would have had the right
to bring the action there, the venue being otherwise proper and personal jurisdiction being present.
(99) 613 F.Supp. 483 (S.D.N.Y. 1985).
(100) Ibidem.
(101) 2001 WL. 648948 (N.D. Ill.).
(102) 919 F.2d 822 (2d Cir. 1990).
(103) See, also Great Prize, S.A. v. Mariner Shipping Pty., Ltd., 967 F.2d 157 (5th Cir. 1992) (creditor obtained writ
of attachment and garnishment, and court dismissed on forum non conveniens grounds after requiring the
parties to agree to submit to the jurisdiction of Australian courts; held, affirmed; “this country’s only nexus
with the litigation is the fortuity of a vessel’s temporary location within its boundaries”).While the opinion in
Great Prize is not as clear as might be desired, the time charter in that case may have provided for arbitration
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 485
in England; see Linea Naviera de Cabotaje, C.A. v. Mar Caribe de Navegacion, C.A., 169 F.Supp.2d 1341,
1351 (M.D. Fla. 2001).
(104) Monegasque de Reassurances S.A.M. v. Nak Naftogas of Ukraine, 311 F.3d 488 (2d Cir. 2002).
(105) Cf. Melton v. Oy Nautor AB, 1998WL 613798 (9th Cir.) at “2 (Tashima, J., dissenting) (“The Gulf Oil analysis
simply does not apply to proceedings to enforce an arbitration award”; [i]n most cases, petitions to confirm
arbitration awards are routinely handled as motions on the motions calendar”).
(106) F.Supp.2d 377, 387-88 (S.D.N.Y. 2001).
(107) Uniform Arbitration Act, § 17.
(108) See, e.g., Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code § 171.081.
486 ALAN SCOTT RAU
have jurisdiction even where the • A state that is neither the subject of a
parties have not explicitly identified contractual choice of forum nor the
the place of arbitration in their actual site of the arbitration will
agreement – at least if they have probably have no jurisdiction under
agreed to arbitrate under the rules of state law to enforce any award(111).
an administering institution like the
• Even where an arbitration is to be
American Arbitration Association,
held in another jurisdiction, state
which later designates the state as the
courts must still, under their own
situs of the arbitration(109).
statutes, stay litigation in their own
• In the absence of any provision in the courts in favor of the arbitration.
contract, the courts of a state that the Some statutes also provide that
parties have chosen as the situs of state courts may issue interim
their arbitration d likely have measures of protection in aid of ar-
jurisdiction to enforce any resulting bitrations that are to be held in
award(110). other jurisdictions(112).
(109) See, e.g., L.R. Foy Const. Co., Inc. v. Dean L. Dauley & Waldorf Associates, 547 F.Supp. 166 (D. Kan.
1982) (action to compel arbitration; “while the contract does not state specifically that arbitration is to be
held in Kansas, it does provide that arbitration is to be in accordance with the Construction Industry Arbitration
Rules of the AAA”, and such rules “provide that the determination of the location of arbitration, when the
location is in dispute, shall be made by the AAA).
(110) Cf: State ex rel. Tri-City Const. Co. v. Marsh, 668 S.W.2d 148 (Mo. App. 1984) (parties made an agreement
in Kansas to arbitrate “under the provisions” of the Kansas Arbitration Act but did not specify the actual
location of their arbitration; they later appeared and participated in arbitration in Missouri; held, “the
jurisdiction [to confirm the award] should lie in the Missouri courts where the parties by common assent
undertook to arbitrate”).
Where a contract does explicitly provide for arbitration to take place in one state, but the parties choose
instead to arbitrate in another, the situation remains rather murky. In one complex litigation, the parties’
agreement had provided for arbitration in Indiana, but - for the convenience of the three Chicago attorneys
named as arbitrators — the parties later agreed to conduct the proceedings in 1llinois.The lower courts of
Illinois happened to be the first to rule on the validity of the award. See Northern Indiana Commuter Transp.
Dist, v. Chicago Southshore & South Bend R.R., 685 N.E.2d 680,695-96 (Ind. 1997) (deferring to the Illinois
confirmation, but suggesting that it might still have had “concurrent” jurisdiction to confirm or vacate the
award had it been asked to do so earlier). Cf. Chicago Southshore & South Bend R.R. v. Northern Indiana
Commuter Transp. Dist., 703 N.E. 7, 10 (Ill. 1998) (same case; held, no subject matter jurisdiction in Illinois
courts; seeming to assume that the jurisdiction of one state necessarily excluded the jurisdiction of another,
the court noted that although the parties had in practice “consented” to arbitration in Illinois, their agreement
to confer jurisdiction on Indiana had never been “formally modified”).
(111) In Artrip v. Sarnons Constr., Inc., 54 S.W.3d 169 (Ky. App. 2001), a Kentucky court had stayed litigation in
favor of arbitration; while the contract said nothing at all about the place of arbitration the parties, for
purposes of convenience, chose to arbitrate in Ohio. It was held that the courts of Kentucky did not have
jurisdiction to enforce the award. But cf. K.P. Meiring Construction, Inc. v. Northbay I & E, Inc., 761 So.2d
1221 (Fla. App. 2000) (contract provided that it would be governed by Florida law but that “if the parties can
not agree on a forum, the forum shall be Indianapolis, Indiana”; held, the claimant’s “obstinate refusal” to
agree to any forum violates the duty of good faith and fair dealing in performance and enforcement of
contracts, and so the clause requiring arbitration in Indianapolis “is a nullity” and is “severable”; a stay
pending arbitration should be entered under Florida law).
(112) See, e.g., Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code §§ 172.001(b)
(with the two following exceptions, Act “applies only to arbitration in this state”), 172.174 (stay of pendmg
judicial proceedings), 172.175 (interim measures of protection “before or during an arbitration”).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 487
2.2. Interim relief in aid of arbitration: While the Supreme Court has never
domestic cases taken a position on this issue, most lower
federal courts do assert the power to issue
A number of state arbitration statu- preliminary relief under the FAA, even
tes specifically authorize courts to grant though the dispute is ultimately to be re-
certain interim measures of protection
solved in arbitration. In one typical case,
pending arbitration(113). By contrast, the
an employer had sued a former account
Uniform Arbitration Act (adopted by the
executive for damages for alleged breach
National Conference of the Commissioners
of contract and sought injunctive relief to
on Uniform State Laws in 1955 and now
prevent him from using its records and
in force with minor variations in thirty sta-
soliciting its clients. The court held that
tes) contains no express provision to this
nothing in the FAA abrogated the
effect. Nevertheless, state courts applying
equitable power of district courts to enter
the Uniform Arbitration Act have asserted
preliminary injunctions to preserve the sta-
the power to grant interim relief “in recog-
tus quo pending arbitration. In fact, the
nition of the pro-arbitration policies reflec-
decision “would further rather than
ted in the enactment of [the statute]”(114).
frustrate the policies underlying the
The federal statute was enacted in Arbitration Act by ensuring that the dis-
1925, and, as noted earlier, is rather pute resolution would be a meaningful
skeletal. It too is silent on the subject of process”(116). It seems clear that in those
whether judicial remedies like attachment jurisdictions that follow the majority rule,
and preliminary injunctions are available a party who seeks interim relief from a
in aid of arbitration. But here, the issue court should not be held to “waive” any
“is one that has divided the state and fe- right that it would otherwise have to
deral courts”(115). invoke arbitration(117).
(113) For example, the Revised Uniform Arbitration Act provides in § 8 that before an arbitrator is appointed and
is authorized and able to act, the court, upon motion of a party to an arbitration proceeding and for good
cause shown, may enter an order for provisional remedies to protect the effectiveness of the arbitration
proceeding to the same extent and under the same conditions as if the controversy were the subject of a
civil action. See also Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code § 171.086; California
International Commercial Arbitration & Conciliation Act, Cal. Code Civ. Pro. pp. 1297.91-.93, 1297.171.
(114) See, e.g., Langston v. National Media Corp., 617 A.2d 354 (Pa. Super. 1992) (preliminary injunction direc-
ting respondents to deposit in escrow that portion of the petitioner’s salary to which she would be entitled
under her employment agreement, and to pay their share of the arbitration administrative fees).
(115) Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. McCollum, 469 U.S. 1127 (White, J., dissenting from denial of
certiorari).
(116) Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Bradley, 756 F.2d 1048 (4th Cir. 1985); see also Merrill Lynch,
Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Salvano, 999 F.2d 211, 214 (7th Cir. 1993). See, e.g.,Teradyne, Inc. v.
Mostek Corp.,797 F.2d 43 (1st Cir. 1986) (order “which has the attributes of both an attachment and an
injunction”, preventing debtor from disposing of U.S.$4 million of its assets and directing it to set the amount
aside in an interest-bearing account to satisfy any arbitration award).
(117) Cf: S & R Co. of Kingston v. Latona Trucking, Inc., 159 F.3d 80, 85 (2d Cir. 1998) (AAA’s Commercial
Arbitration Rules provide that “[n]o judicial proceeding by a party relating to the subject matter of the arbitration
shall be deemed a waiver of the party’s right to arbitrate”; held, this rule applies only to provisional remedies
such as attachment and injunctions in aid of arbitration, and does not allow a party to “switch course” after
“actively participating in protracted litigation of an arbitrable dispute”).
488 ALAN SCOTT RAU
A minority of courts, however, take that courts are not permitted under the
the view that granting preliminary relief FAA to grant interim relief in aid of
in an arbitrable dispute runs counter to the arbitration – it would seem logical that in
“unmistakably clear congressional cases within the scope of the federal
purpose” embodied in the federal statute: statute, any state authority for the grant
that a contractually chosen arbitration of interim relief would be preempted by
procedure “be speedy and not subject to federal law.
delay and obstruction in the courts”(118).
A few other courts have taken what
In the Eighth Circuit’s rather curious
appears to be a middle position focusing
Manion case, the arbitration clause
on the sole question of whether the
actually stipulated that the agreement to
agreement itself “clearly contemplates that
arbitrate was “without prejudice to the
the status quo is to continue pending
right of a party under applicable law to
arbitration.” At least such cases, it seems
request interim relief from any court.” The
clear that courts will respect what appears
district court nevertheless denied interim
to be a contractual choice. In these
relief in aid of arbitration, and the court
circumstances, granting preliminary relief
of appeals affirmed because the provision
will “insure that the arbitration clause of
allowing a party to “request” interim relief
the contract will be carried out as
had been “fulfilled”. The claimant had,
written”(120). A nice rhetorical device is to
after all, filed a motion for a preliminary
suggest that the parties “did not simply
injunction “and it was ruled on by the
agree to arbitration in general”, but that
district court[!]”(119).
they agreed only to “arbitration that was
In jurisdictions inclined toward the to take place before the status quo between
minority rule - and which therefore hold the parties had been altered”(121).
(118) See, e.g., Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Hovey, 726 F.2d 1286 (8th Cir. 1984) (injunction
against former employees to prevent them from using Merrill Lynch’s records and from soliciting Merrill
Lynch clients denied); Pruco Securities Corp. v. Montgomery, 264 F.Supp.2d (D.N.D. 2003) (similar injunction
denied; the parties “expect that an arbitration hearing will be held shortly”, and “it constitutes an abuse of
discretion on the part of a district court to grant injunctive relief when the matter is pending before an
arbitration panel”; “although the great weight of federal circuit court authority favors consideration of injunctive
relief, the law in the Eighth Circuit Court of Appeals does not”); Galtney v. Underwood Neuhaus & Co., 700
S.W.2d 602 (Tex. App. 1985) (a stay is “the only permissible action the trial court may take” in a transaction
governed by the FAA, and all judicial proceedings relating to the arbitrable dispute must cease).
(119) Manion v. Nagin, 255 F.3d 535 (8th Cir. 2001) (emphasis added).
(120) RGI, Inc. v.Tucker & Associates, Inc., 858 F.2d 227 (5th Cir. 1988) (subcontract provided that in the event of
arbitration, “this Subcontract shall continue in full force and effect until [the arbitrator’s] decision is rendered”;
held”, [t]his bargained-for provision clearly contemplates that the status quo is to continue pending arbitration”;
preliminary injunction “reinstating the subcontract pending arbitration” was justified); Peabody Coalsales
Co. v. Tampa Electric Co., 36 F.3d 46 (8th Cir. 1994) (agreement provided that “performance (…) shall be
continued in full by the parties during the dispute resolution process”; held, an order under § 4 of the FAA
compelling arbitration “in accordance with the terms of the agreement” “must necessarily include an order
requiring continued performance”; arbitration will not be delayed and the court’s decision wi1l’’not impact
the ultimate resolution of the underlying dispute” because the court “need only read the contract and order
arbitration according to its permissions”).
(121) Guiness-Harp Corp. v. Jos. Schlitz Brewing Co., 613 E2d 468 (2d Cir. 1980).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 489
(122) As noted above, the federal statute as originally enacted in 1925 now constitutes “Chapter 1” of the FAA.
See text accompanying note 43 supra. Section 3 of this original statute provides that when a suit is brought
“upon any issue referable to arbitration”, the court in which such suit is pending must “stay the trial of the
action until such arbitration has been had in accordance with the terms of the agreement.” (emphasis
added). Section 4 provides in the converse case for a claimant’s remedy: a party who is “aggrieved by the
alleged failure, neglect, or refusal of another to arbitrate under a written agreement for arbitration” may
petition a court for an “order directing that such arbitration proceed in the manner provided for in such
agreement.”
(123) 442 N.E.2d 1239, 1242-43 (N.Y. 1982); see also McCreary Tire & Rubber Co. v. CEAT S.p.A., 501 F.2d
1032 (3rd Cir. 1974) (pre-arbitration attachment is not available in Convention cases because it “seeks to
bypass the agreed upon method of settling disputes”).
(124) See, also Contichem LPG v. Parsons Shipping Co., Ltd., 229 F.3d 426 (2d Cir. 2000) (New York statute,
which permits an order of attachment or a preliminary injunction in connection with an arbitrable controversy,
“is available only for domestic arbitrations”; although the statute “was enacted after Cooper, it was not
intended to eviscerate Cooper”); Drexel Burnham Lambert Inc. v. Ruebsamen, 531 N.Y.S.2d 547 (A.D.
1988) (despite New York statute, Cooper “is dispositive here”, since New York Convention applies; pre-
arbitration attachment is therefore not available). For the New York statute in question, see infra note 179.
490 ALAN SCOTT RAU
Cases like Cooper might be justified meaningful. It has been said that the
narrowly on the basis of their particular United States “stands alone” among all the
fact pattern. In that case, in fact, the party signatories to the Convention in having
seeking attachment was at the same time case law to the effect that pre-arbitration
“vigorously resisting arbitration and was judicial remedies are incompatible with
held by the court to be seeking attachment the treaty(127).
as a means of litigating, rather than
There is, happily, abundant authority
arbitrating, the parties’ underlying dispu-
to the contrary in substantial and
te” in violation of their agreement(125).
influential federal courts (128). In the
Subsequent cases, however, that follow
Second Circuit’s Borden opinion, for
Cooper cannot be explained or limited in
example, the court sensibly noted that
this way(126), and the language of the court
entertaining an application for a
certainly sweeps much more broadly.
preliminary injunction in aid of arbitration
These holdings have been much “is not precluded by the New York
criticized. Indeed it might well be argued Convention but rather is consistent with
that –given the complexity, delays, and its provisions and its spirit” – for in
risks inherent in international commercial Convention cases “the desire for speedy
disputes– judicial intervention is decisions in arbitration is entirely
particularly appropriate to insure that an consistent with a desire to make as
arbitration award will ultimately be effective as possible recovery upon
(125) BORN, Gary B., International Commercial Arbitration, 945 (2d ed. 2001). In Cooper, the defendant had
demanded arbitration in Switzerland pursuant to the agreement between the parties, and the plaintiff –
while its application for a stay of the arbitration was pending — began an action for a money judgment; in
aid of this action, he procured an ex parte attachment of a debt owed by a third party to the respondent. The
attachment was vacated. See also Borden, Inc., v. Meiji Milk Prods. Co., Ltd., 919 F.2d 822, 826 (2d Cir.
1990) (distinguishing the Cooper line of cases; “in the instant case, far from trying to bypass arbitration,
Borden sought to have the court compel arbitration”).
(126) See, eg., Drexel Burnham Lambert Inc. v. Ruebsamen, 531 N.Y.S.2d 547 (A.D. 1988) (the claimant sought
an order of attachment pending arbitration to provide security for its claim against the respondent; held, “all
the requirements for activating the U.N. Convention are present here”, and therefore the court is “constra-
ined by [Cooper] to find that prearbitration attachment is not available” to the claimant); Metropolitan World
Tanker Corp. v. PN. Pertambangan Minjakdangas Bumi Nasional, 427 F.Supp. 2 (S.D.N.Y. 1975) (“both
plaintiffs and defendants seem clearly amenable to the commencement of arbitration and have asked this
court to make an order to that effect”; “to allow a resort to attachment before such proceedings would seem
to put an unnecessary and counterproductive pressure on a situation which could otherwise be settled
expeditiously and knowledgeably in an arbitration context”).
(127) CRAIG, W. Laurence, et al., International Chamber of Commerce Arbitration Nº 27.04, at 483-484 (3d ed.
2000); Van Den Berg, A., The New York Arbitration Convention of 1958: Towards a Uniform Judicial Inter-
pretation 143 (1981) (“there is almost no [national] law which does not permit that a court be requested to
order attachment as a provisional remedy in aid of arbitration”).
(128) “The circuits divide into an ambiguous three-way split: (1) The First, Third, Fourth, Eighth and Tenth Circuits
are either in or leaning towards [the Cooper and McCreary cases]; (2) the Fifth, Sixth and Ninth Circuits
either adhere or are sympathetic to [the contrary position]; and (3) the Second and Seventh Circuits have,
arguably, articulated conflicting understandings of the law. The Eleventh and D.C. Circuits present clean
slates, not having considered the issue.” Charles H. Brower, 11, What I Tell You Three Times is True: U. S.
Courts and Re-Award Interim Measures under the New York Convention, 35 Va. J. Int’l L. 971,997 (1995).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 491
awards, after they have been made, which since this was, in any event, a “non
is what provisional remedies do”(129). In domestic” arbitration subject to the
these courts refusing to follow Cooper, the Convention under section 202 of the FAA.
fact that the arbitration is to take place
But, the court sensibly pointed out
outside of the United States does not
that if the claimant should ultimately pro-
appear to be an obstacle to the grant of
ve successful in obtaining an award, it
interim relief(130). Even in New York, the
would “not have the benefit of the
authority of Cooper has not prevented a
Convention’s enforcement provisions”
court from upholding an order of
when it tried to enforce the award against
attachment in aid of arbitration where the
respondents in Argentina.
respondents were citizens of states which
had not yet ratified the New York The Cooper doctrine –to the extent
Convention. In Intermar Overseas, Inc. it still survives– is generally represented
v. Argocean S.A.(131), the respondents were by older cases without a great deal of
citizens of Argentina and an Argentine vitality. When the doctrine is followed, it
corporation; the arbitration was to take is followed grudgingly and apologetically.
place in New York. Of course, the fact that, I would predict that in the course of the
at the time, Argentina had not yet ratified development of American jurisprudence
the New York Convention was completely –aided by the universal scorn of
irrelevant to the question whether the commentators– these cases will no longer
Convention applied to the transaction exist in fifteen to twenty years (132).
(129) However, the court ultimately dismissed the application for a preliminary injunction on forum non conveniens
grounds, adding, however, that the plaintiff might “reapply” for the preliminary injunction in federal court “if
the Japanese court does not decide [its] application [for such relief] within 60 days after it is submitted.
“Borden v. Meiji Milk Products Co., Ltd., 919 F.2d 822 (2d Cir. 1990).
(130) China Nat’l Metal Prods. Import/Export Co. v. Apex Digital, Inc., 155 F.Supp.2d 1174 (C.D. Cal. 2001) (agree-
ment provided for arbitration in China; “Article II(3) of the Convention does not deprive the court of subject
matter jurisdiction over this action and particularly to order provisional relief, e.g., a pre-arbitral award writ of
attachment pending reference to arbitration and pending the conclusion of the arbitration proceedings”); see
also Tampimex Oil Ltd. v. Latina Trading Corp., 558 F.Supp. 1201 (S.D.N.Y. 1983) (attachment of defendant’s
property held in New York bank account in aid of London arbitration); cf: Atlas Chartering Services, Inc. v.
World Trade Group, Inc., 453 F.Supp. 861 (S.D.N.Y. 1978) (maritime attachment; “a London arbitration can
proceed in an orderly fashion even though the defendant’s assets have been attached in New York as security
for any award rendered by the London panel”); Venconsul N.V v. TIM Int’l N.V., 2003 WL 21804833 (S.D.N.Y.)
(power to grant provisional remedies in aid of arbitration exists “even where the request for remedies does not
accompany a motion to compel arbitration or to confirm an award”).
See, also the current draft of a new artículo 17 ter to the UNCITRAL Model Law on International Comercial
Arbitration, A/CN.9/WGII/WP.125(October 2, 2003), 41 (“General support was expressed in favour of a
provision that would give a court power to issue interim measures of protection, irrespective of the country
where the arbitration took place”); compare text accompanying note 107 supra and text accompanying
note 134 inza (state statutes, modeled after the UNCITRAL Model Law, expressly make an exception to the
“rule on territoriality” in order to permit courts to issue interim measures of protection in aid of arbitrations
taking place in other jurisdictions).
(131) 503 N.Y.S.2d 736 (A.D. 1986).
(132) I readily admits that I may be somewhat naive in my belief that a common law system is, over time, regularly
able to arrive at sensible results by gradually shedding obsolete or aberrant doctrine. Cf. TOM CARBONNEAU.
Le Tournoi of Academic Commentary on Kaplan:A Reply to Professor Rau, INT’L ARB. REP. 1, 5 (April 1997)
492 ALAN SCOTT RAU
Moreover, because there is now a clear Measures which the court may
division between lower federal and grant in connection with a pending
state courts with respect to American arbitration include, but are not
treaty obligations, the question may be limited to:
ripe for a definitive resolution by the
(a) An order of attachment issued to
Supreme Court (133).
assure that the award to which
applicant may be entitled is not
2.4. Forms of interim relief rendered ineffectual by the dis-
sipation of party assets.
State statutes will often enumerate the
most common forms of interim relief that (b) A preliminary injunction granted
a court is likely to grant in aid of in order to protect trade secrets
arbitration. For example, the California or to conserve goods which are
International Commercial Arbitration and the subject matter of the arbitral
Conciliation Act provides that: dispute(134).
(“Rau draws considerable comfort and self-satisfaction from his faith in temperate and clever lawyerly
distinctions”).
(133) When asked to enforce the order of a foreign court in aid of arbitration, American courts would presumably
engage in some sort of process that would balance their desire to extend comity to foreign tribunals, the
policies represented by the local arbitration statute (for example, the need to withhold relief once an arbitral
panel is in place, out of deference to the decision makers chosen by the parties); and the administrative
difficulties of enforcement. In an attempt to reconcile these various policies the foreign-country decree may
be modified in the course of enforcement; cf. Cardenas v. Solis, 570 So.2d 996 (Fla. App. 1990) (in
Guatemalan divorce proceeding, a Guatemalan court entered an ex parte injunction freezing the husband’s
bank accounts in Florida; the Florida court enforced the Guatemala decree at the wife’s request, after
modifying it so as to freeze one half of the funds in the subject bank accounts — the amount to which the
wife had laid claim in the Guatemalan Family Court). But compare Pilkington Brothers P.L.C. v. APG Industries
Inc., 581 F.Supp. 1039 (D. Del. 1984). Here, an English licensor had obtained from an English court an
interim injunctive order against its American licensee, prohibiting the licensee from copying or disclosing to
any third party any technical information or know-how obtained under the license. The licensor did not, in
the strict sense of the term, attempt to “enforce” this injunction in the United States, but it did seek a
preliminary injunction from a federal district court that wou1d”exactly track the wording of the interim injunctive
order” issued by the English court. This request was denied: The American court would wish to avoid being
put in the position of having to “interpret and apply” an injunction that had been drafted by a foreign court,
leading to “inconsistent interpretations and inconsistent enforcement” and a possible “race to the courthouse”;
in addition, requests by one of the parties to modify the continuing injunction “would lead to confusion and
procedural tangles in the other jurisdiction.”
See, generally Restatement, Second, of Conflicts, 102 (“Existing authority does not warrant the making of any
definite statement as to the enforcement [in the United States of valid foreign nation decrees] that order the
doing of other kinds of acts [other than the payment of money] or that enjoin the doing of an act”). It is also
extremely unclear whether the Hague Evidence Convention will have any application to “requests” by foreign
judicial authorities for assistance in obtaining evidence for use in an arbitration: The English text of artículo 1,
2 of the Convention (“A Letter [of Request] shall not be used to obtain evidence which is not intended for use
in judicial proceedings, commenced or contemplated”) would seem to exclude this possibility - although it has
been suggested that the Convention “could possibly be used to obtain evidence located abroad” for this
purpose; see Hague Conference on Private International Law, Special Commission Report on the Operation
of the Hague Service Convention and the Hague Evidence Convention, 28 I.L.M. 1556,1566-67 (1989).
(134) California International Commercial Arbitration & Conciliation Act, Cal. Code Civ. Pro. 1297.91-.93, 1297.171.
See also Texas General Arbitration Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code § 171.086 (a)(3), which provides that a
court may restrain or enjoin the destruction of all or an essential part of the subject matter of the controversy;
or the destruction or alteration of books, records, documents, or other evidence needed for the arbitration.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 493
The most common forms of interim (iv) that the injunction, if issued, would
relief in aid of arbitration are undoubtedly not be adverse to the public interest.
the preliminary injunction, and the order
for the attachment of the defendant’s i) “Irreparable injury”
assets. As the California statute expressly
The principle is neatly exemplified
suggests, however, an enumeration of such
in a case in which a subcontractor had
remedies is never considered to be
provided a letter of guarantee to secure
exhaustive, or exclusive of other possible
an advance payment made to him by the
remedies. In addition, although as a gene-
contractor. After disputes arose between
ral matter, state statutes give authority to
the parties, the subcontractor requested,
local courts to enforce arbitration
and the court granted, a preliminary
agreements and awards only where the
injunction enjoining the contractor from
arbitration is to be held within the
calling the letter. The court noted that the
state(135), it is also usually understood that
contractor, a Korean corporation, had no
state courts may issue interim measures
fixed assets in the United States. Its only
of protection in aid of arbitrations that are
American asserts were bank accounts that
to be held in other jurisdictions. A number
“could “could easily be depleted or remo-
of state statutes provide this explicitly(136).
ved”. If the arbitrators were later to deter-
mine that the subcontractor was entitled
2.4.1. Preliminary injunctions to a recovery against the contractor, their
award “would be meaningless if [the
a. Required showing contractor] were to transfer its liquid
Under the usual formulation, an assets, increased by the monies securing
the letter, out of the reach of this Court”.
applicant for a preliminary injunction is
The subcontractor’s putative ability to
expected to demonstrate:
enforce any award in Korea was irrelevant
(i) that he will suffer “irreparable injury” - since “the availability of a legal remedy
unless the injunction issues; in a foreign country is not sufficient”(137).
(ii) that the threatened injury to him out- At the opposite extreme, a court is
weighs whatever damages the propo- expected to deny injunctive relief in “basic
sed injunction may cause the oppo- breach of contract actions” where there
sing party; appears to be little danger that an award
will be rendered ineffective, such as when
(iii) that it is “substantially likely” that he the claimant’s damages “are readily
will eventually prevail on the merits cognizable and may be fully recompensed
of the dispute, and with a monetary award”(138). Nevertheless,
the rule is sufficiently elastic that a undue hardship by the loss of [the
number of possible escape routes remain employer’s] clients”, may be found
open to a court inclined to avoid it. A unpersuasive since he retains “the ability
court may grant relief by relying not only to contact new clients.” Denying relief, on
on the difficulty of measuring damages the other hand, “would leave [the
where the relevant market is thin or employer] vulnerable to the same conduct
nonexistent, but also on: from other employees” and hence “the
potential harm plaintiff faces, on several
(a) the possible insolvency or immunity levels, is enormous”(140).
of the defendant;
(b) the desirability of avoiding multiple iii) “Likelihood of prevailing on
lawsuits; and even the merits”
respondent from entering into any alternative agreement with a third party, since the claimant has “failed to
establish irreparable injury and inadequacy of a legal remedy”); see also Foxboro Co. v. Arabian American
Oil Co., 805 E2d 34 (1st Cir. 1986) (court refused a preliminary injunction to prevent the honoring of an
international letter of credit; “the principal legally cognizable injury to [the plaintiff] is that it will have to seek
recovery of these sums through the contractually agreed upon forum. We do not find irreparable injury
where only money is at stake and where the plaintiff-has a satisfactory remedy at law to recover the money
at issue; “international arbitration provides [the plaintiff an adequate remedy”).
(139) See, generally Douglas Laycock, The Death of the Irreparable Injury Rule 42-48,73-98 (1991). But cf.
Pritchard v. Dent Wizard Int’l Corp., 275 F.Supp.2d 903, 919 (S.D. Ohio 2003) (claimant requested a
preliminary injunction enjoining the arbitration; held, although being compelled to participate in an arbitration
that is later determined to be unenforceable may be “unfortunate”, it does not constitute “irreparable harm”).
(140) See, eg., Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith v. Patinkin, 1991 WL 83163 (N.D. Ill.). In addition, in this
case the employee had been given “a bonus when he joined (his new employer).”
(141) Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. McCollum, 666 S.W.2d 604, 609 (Tex. App. 1984) (held, under
FAA, trial court lacked authority to grant preliminary injunction pending arbitration). See Revised Uniform
Arbitration Act, 8, comment 2 (a determination as to the probability of success on the merits “[flies] in the
face of the underlying philosophy of arbitration that the parties have chosen arbitrators to decide the merits
of their disputes”).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 495
(142) Teradyne, Inc. v. Mostek Corp., 797 F.2d 43 (1st Cir. 1986); Kowalski v. Chicago Tribune Co., 854 F.2d 168,
171 (7th Cir. 1988) (“The merits of the contract claim seem threadbare”); cf. Tampimex Oil Ltd. v. Latina
Trading Corp., 558 F.Supp. 1201 (S.D.N.Y. 1983) (plains has demonstrated “probability of success on the
merits”; “defendant appears to be in breach”).
(143) Hull Municipal Lighting Plant v. Massachusetts Municipal Wholesale Electric Co., 506 N.E.2d 140 (Mass.
1987); cf: James M. Wicks & Jennifer M. Mone, Courts Differ on Standard Applicable When Parties in
Arbitration Cases Seek Provisional Remedies, N.Y. State Bar 35 (September 2000) (“the inquiry into the
merits for purposes of deciding a motion for provisional relief is merely a preliminary screening, which
would not intrude on the arbitrator’s authority”).
(144) See, Dominion Video Satellite, Inc. v. Echostar Satellite Corp., 2003 WL 21638227 (D. Colo.). Cf: Hamrna
v. Gradco Systems, Inc., 1992 WL 336740 (D. Conn.) (grant of a preliminary injunction requires a showing
of irreparable harm and either the likelihood of success on the merits, or “sufficiently serious question going
to the merits to make them fair ground for litigation and a balance of hardships tipping decidedly towards
the party requesting relief”).
(145) 523 N.Y.S.2d 725 (Sup. Ct. 1987).
(146) See, Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code § 172. 175(d).
496 ALAN SCOTT RAU
Corp. v. Jos. Schlitz Brewing Co(147). Here, this factor reduced to a mere ritual
a beer distributor requested an injunction invocation of the public “policy favoring
to preserve the status quo of its arbitration agreements and requiring
distributorship pending arbitration of the parties to abide by them”(149).
brewer’s right to terminate the agreement.
The court issued the injunction, but it was v) “Balancing”
able to rename the entire issue by claiming
that the “merits” of the litigation did not Although a few cases seem to treat
these criteria as independent requirements
in fact concern the ultimate question of
that must be separately satisfied(150), the
contract termination at all: Instead they
American cases appear overwhelmingly to
concerned “only whether there can be
adopt some type of balancing test. In one
termination in the interval prior to
formulation, a request for a preliminary
completion of arbitration.” As a
injunction is evaluated in accordance with
consequence, the injunction was not a
a “sliding scale.” “The more the balance
preliminary injunction; it was “a final
of irrevocable harm inclines in the
injunction, albeit one of limited duration.”
plaintiff’s favor, the smaller the likelihood
For the moment, this use of tautology of prevailing on the merits he need show
in place of analysis does not seem to have in order to get the injunction (...) The
led to an increased willingness to grant common sense of this approach is shown
interim relief. by the limiting case, in which the
injunction would do no harm at all to the
iv) “Public interest” defendant but denial of the injunction
would wreak massive and irrevocable
In most “private law” matters, this harm on the plaintiff”(151). Here, even if
factor is likely to play a very small role in the plaintiff had only a modest chance of
the decision to grant or withhold interim prevailing when the case was fully tried,
relief(148). It usually appears as little more “it would make sense to grant the
than a makeweight. For example, it is injunction pending the trial, against the
common to find the entire discussion of chance that he might win after all”(152).
This use of a “balancing test” obviously It should be noted that this standard
serves to minimize even further a court’s to test requests for preliminary
inquiry into “the merits”(153). injunctions is substantially identical to
The grant or denial of the preliminary the current Revised Draft of article 17
injunction is usually said to “lie within the of the UNCITRAL Model Law, which
sound discretion of the district judge”(154), sets out the required showing that must
and an appellate court will find an “abuse of be made by a party requesting any
discretion” only where the district court has interim measure of protection from the
committed “a clear error of judgment”(155). arbitral tribunal itself(156). It appears that
each factor depends on the strength of the plaintiffs’ case on the other factors”). For the converse case, cf.
SCOTT RAU, Alan, “Fifth Circuit Symposium: Intellectual Property, en: 16 Texas Tech L. REV. 355, 393 (1985)
(the four “prerequisites” cannot be “independent obstacles to injunctive relief”; such a rule, “by calling for
the automatic denial of preliminary relief to a plaintiff who is almost certain to win at trial but who is compe-
ting for the same limited market as the defendant” “has the potential for serious injustice”).
See, generally LAYCOCK, supra note 139, pp. 118-23 (reviewing various formulations of the test and noting
that while it is “helpful” in “focus[ing] attention on the point of the balancing process”, it also at the same time
“greatly oversimplifies the variables that go into the balance:” “The probability, severity, and degree of
irreparability of harm are continuous variables, partly independent”, and an “equation to model them would
require at least calculus”).
(153) See, e.g., Benda v. Grand Lodge of the Int’l Ass’n of Machinists &Aerospace Workers, 584 P2d 308, 315
(9th Cir. 1978) (“The critical element in determining the test to be applied is the relative hardship to the
parties. If the balance of harm tips decidedly toward the plaintiff, then the plaintiff need not show as robust
a likelihood of success on the merits as when the balance tips less decidedly (...) The irreducible minimum
has been described by one court as a fair chance of success on the merits”).
(154) Marsellis-Warner Corp. v. Rabens, 51 ESupp.2d 508 (D.NJ. 1999).
(155) Ortho Pharmaceutical Corp. v. Arngen, Inc., 882 F.2d 806,813 (3rd Cir. 1989).
(156) See, Note by the Secretariat, Settlement of Commercial Disputes: Interim Measures of Protection, A/CN.9/
WG.II/WP.128 (January 29,2004).This revised draft is in turn based on the United States’ proposal for the
amendment of artículo 17, A/CN.9/WGII/WP.121 (September 24, 2002). This revision is not likely to have
any impact on American law, but it raises nevertheless a number of interpretive questions.
The conjunctive language in artículo 17(3)(a) and (b) (“irreparable harm will result if the measure is not
ordered, and such harm substantially outweighs the harm that will result to the party affected by the
measure if the measure is granted; and there is a reasonable possibility that the requesting party will
succeed on the merits”) may be read to suggest that the grant of provisional relief is conditional upon a
showing that all three criteria have been satisfied & noted, however, it seems preferable not to treat each
of these criteria as “independent obstacles to injunctive relief”- but rather, to adopt some sort of balancing
test or “sliding scale.”
In particular, the language of artículo 17(3)(b) now talks about the “reasonable possibility” of the claimant’s
success, rather than the “substantial possibility” as required in an earlier draft, see CN.9/WGII/W.l23, 16
(April 3,2003). (The usual American standard, by contrast, goes even further, to require a “likelihood of
success.) This latest formulation, by narrowly limiting the inquiry, will undoubtedly reduce the plaintiff’s
burden to an even greater degree — and at the same time minimize the likelihood that the arbitrators may
be led to “prejudge” the merits at an early stage of the proceedings. Nevertheless, the appropriate model
should not involve the search for some precise and satisfactory verbal formula; it should rather involve a
recognition that the showing required of the plaintiff should vary, depending on the strength of the showing
the plaintiff has made as to the other criteria for relief.
The further proviso that any such determination “shall not affect the discretion of the arbitral tribunal in
making any subsequent determinations” is well-meaning and may indeed serve to provide arbitrators with
“the necessary level of comfort.” Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/545 32 (December 8,
2003) - but it is largely hortatory. The practical effect of such a proviso is likely to be minimal, since it is after
498 ALAN SCOTT RAU
arbitrators in the United States are already notice, a “motion for a preliminary
likely to engage in a similar analysis(157). injunction shall be set down for hearing
at the earliest possible time and takes
b. Notice and hearing precedence of all matters except older
matters of the same character; if the
A preliminary injunction may not be adverse party moves for the dissolution
issued without notice to the adverse party of the temporary restraining order, the
and a hearing. However, a temporary court shall proceed to hear and determine
restraining order may be granted without such motion as expeditiously as the ends
notice if “it clearly appears from specific of justice require”(158).
facts” shown in an affidavit that
“immediate and irreparable injury, loss or
c. Security
damage” will result before the adverse
party can be heard in opposition. This The party applying for a preliminary
temporary restraining order, however, injunction will be required to give security
must expire within a maximum of ten days –for example in the form of a bond– for
unless it is extended for a like period “for the payment of any costs and damages that
good cause shown”. Where a temporary may be suffered by a party who is later
restraining order has been issued without found to have been wrongfully
all an admonition to the same decision-maker — the arbitral tribunal — who has made both the preliminary
assessment and, later, the final determination.
Note, finally, that the current revision to artículo 17 imposes in § 3 precisely the same standard for the
granting of all types of measures of interim relief. This seems right, as it would be impracticable — and not
even particularly desirable — to attempt in statutory language to draw distinctions between, say, preliminary
injunctions under, 2(a) or (b) and orders of attachment under 5 2(c). But see Report of the Working Group
on Arbitration, A/CN.9/547, 100 (March 19, 2004) (“taking note” of the “concern” that it may “not be appropriate
to require in all circumstances that a party applying simply for an interim measure to preserve evidence
under paragraph (2) (d) should necessarily demonstrate that exceptional harm would be caused if the
interim measure was not ordered”).
In some circumstances an attachment may be a particularly intrusive remedy, in that it may deprive the
respondent of the actual use of his personal property. See, Rogers, Burgun, Shahine & Deschler, Inc. v.
Dongsan Construction Co., 598 F.Supp. 754.759 n.10 (S.D.N.Y. 1984) (preliminary injunction enjoined a
contractor from calling a Letter of Guarantee; while “there is some question about the adability of prejudgment
attachment under the Convention”, “the relief sought here is not an attachment. [The respondent] is in no
way restricted in its use or possession of it s assets, but only in its power to gather more assets from [the
claimant] leaving [the claimant] with only the recourse of recovery in Korea”) (emphasis added). But cf.
Brower, II, supra note 128, at 1000 (“There simply is no operational difference between the two. Only a
lawyer could understand the distinction between not being able to dispose of assets because of an order
against the assets as opposed to an order against their owner or custodian”). But in any event, considerations
of this kind can readily be taken into account by arbitrators in the course of applying the statutory criteria of
“irreparable harm” and “balance of the equities.”
(157) See, e.g., Southern Seas Navigation Ltd. of Monrovia v. Petroleos Mexicanos of Mexico City, 606
F.Supp. 692 (S.D.N.Y. 1985) (charterer filed a Notice of Claim of Lien on vessel in the amount of
U.S.$2 million; finding that the charterer’s claims in excess of U.S.$35O,OOO were “not colorable”,
the arbitrators - noting that the request “presented a situation similar to that a court faces with a motion
for a preliminary injunction”- issued an “interim” award ordering a reduction in the Notice of Claim to
that amount; held, award confirmed).
(158) Federal Rules of Civil Procedure, r. 65(a), (b).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 499
(163) Grupo Mexicano de Desarrollo, S.A. v. Alliance Bond Fund, Inc., 527 U.S. 308, 314-15 (1999).
(164) Hull Municipal Lighting Plant v. Massachusetts Municipal Wholesale Electric Co., 506 N.E.2d 140 (Mass. 1987).
(165) See, also Marsellis-Warner Corp., supra note 154, 51 F.Supp.2d at 519 (“Irrespective of any statutory grant
of authority, a Federal court may, in the exercise of its inherent equity powers, enjoin actionable conduct”).
(166) 527 U.S. 308 (1999).
(167) The common law reader may forgive me for reminding others that classifying a remedy as “legal” or “equitable”
is largely an exercise in historical analysis — one asks “whether the relief would have been issued by the
common law courts or the chancellor prior to the merger of law and equity”, and in this connection whether
the remedy relies “on the execution process for enforcement (in which case it will be deemed legal), or
whether it issues in personam, backed by the contempt power (in which case it will be deemed equitable).”
Wasserman, Equity Renewed: Preliminary Injunctions to Secure Potential Money Judgments, 67 Wash. L.
Rev. 257, 262 n. 10 (1992).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 501
• himself had no direct property course to “all remedies” made available “by
interest in the assets in question, the law of the state in which the district
or who court is held” and which provide “for sei-
• had not yet obtained a judgment. zure of person or property for the purpose
of securing satisfaction of the judgment ul-
As a consequence, the so-called timately to be entered in the action.” The-
“Mareva injunction” is not part of the ge- se remedies “include arrest, attachment,
neral remedial repertoire of federal garnishment, replevin, sequestration, and
courts(168). More recent federal cases have other corresponding or equivalent reme-
confirmed that Grupo Mexicano deprives dies.” The most common form of prejudg-
federal courts of the power to issue ment property seizure is attachment; each
preliminary injunctions preventing a party state has a statute calling for prejudgment
from disposing of its assets pending attachment(170). By contrast with the preli-
arbitration of the dispute(169). minary injunction involved in Grupo Mexi-
cano, prejudgment attachment is a “legal”
2.4.2. Attachment remedy, and thus not directed personally
at the defendant: Attachment statutes per-
Under Rule 64 of the Federal Rules mit a nonpossessory lien to be placed upon
of Civil Procedure, a plaintiff may have re- the defendant’s real property (171) or
(168) Grupo Mexicano, supra note 163, 527 US. 328-29. For the Mareva injunction, see Mareva Compania
Naviera S.A. v. International Bulkcarriers S.A. [1975] 2 Lloyd’s L. Rep. 509 (C.A. 1975) (court has “jurisdiction
in a proper case to grant an interlocutory judgment so a to prevent [a debtor] fium disposing” of assets, if “there
is a danger that the debtor may dispose of his assets so as to defeat [the debt] before judgment”; the creditor
may obtain such relief “even before he has established his right by getting judgment for [the debt]”) (Denning,
M.R.); Wasserman, supra note 165, at 337 (Mareva “revolutionized English practice”).
Cf. text accompanying notes 163-165 supra: It is important to bear in mind that despite Grupo Mexicano, a
preliminary injunction still remains appropriate “to grant intermediate relief of the same character as that
which may be granted finally:” So, for example, Grupo Mexicano does not bar preliminary injunctive relief
which freezes a judgment obtained by the defendant-debtor, which the defendant-debtor is said to have
fraudulently conveyed to a shell company; such order is “rooted in the ultimate equitable relief to which [the
creditor] is entitled under Debtor and Creditor Law. “Trafalgar Power, Inc. v. Aetna Life Ins. Co., 131 F.Supp.2d
341 (N.D.N.Y. 2001); see also Newby v. Enron Corp., 188 ESupp.2d 684 (S.D.Tex. 2002) (order against
former officers and directors of Enron “freezing the proceeds h m their sales of Enron securities” after they
allegedly concealed adverse financial information from the investing public; such an order is not barred by
Grupo Mexicano since the shareholders had asserted claims for restitution, constructive trust, equitable
accounting, and disgorgement of profits from abuse of fiduciary positions, which claims have “a sufficient
nexus to the assets sought to be enjoined”; “when the plaintiff creditor asserts a cognizable claim to specific
assets of the defendant or seeks a remedy involving those assets, a court may in the interim invoke equity
to preserve the status quo pending judgment”); Federal Savings & Loan Ins. Corp. v. Dixon, 835 F.2d 554
(5th Cir. 1987) (“in suing for a constructive trust, an accounting, and restitution of funds milked from [a
savings and loan company] in violation of fiduciary duties, [the receiver] is pursuing equitable remedies”
and “an asset freeze by preliminary injunction is an appropriate method to assure the meaningful, final
equitable relief sought”).
(169) See, e.g., Contichem LPG v. Parsons Shipping Co. Ltd., 229 F.3d 426,430 (2d Cir. 2000); Trafix, Inc. v. Talk.
Com Holding Corp., 2001 WL 123724 (S.D.N.Y.).
(170) See, the list in Connecticut v. Doehr, 501 U.S. 1, 24-26 (1991).
(171) See, Michael C. Gilleran, Massachusetts Prejudgment Security Dwices: Attachment, Trustee Process, and
Reach and Apply, 69 MASS. L. R EV. 156, 159 (1984): “The plaintiff maintains security throughout the litigation
502 ALAN SCOTT RAU
authorize the sheriff to find and physica- complying with local attachment and gar-
lly seize other property. (The defendant nishment statutes when this all-purpose
is usually permitted to post a bond or pro- prejudgment injunction is available?”(173)
vide other security, such as a bank letter The court thus suggested that Rule 64 go-
of credit, to take the place of the assets verning attachment, and its reference to
attached, and thus to obtain a release of state law remedies, “might more appro-
the attachment)(172). In Grupo Mexicano, priately control” the case before it(174).
the Supreme Court bolstered its holding It has frequently been noted that the
with the warning that the preliminary in- distinction between a preliminary
junction remedy “could render [Rule 64] injunction (of the sort involved in Grupo
a virtual irrelevance”. The court posed the Mexicano), and an attachment issued
question: “Why go through the trouble of under Rule 64, is “blurry at best”(175).
because the lien remains in effect and permits the plaintiff, upon judgment, to seize and sell in satisfaction
of the judgment the property held by the lien (…) [The defendant-owner may continue the physical use of
the property (…) However, since the attachment is an encumbrance or cloud on title, it limits the defendant’s
ability to sell or mortgage the property at full value.”
(172) In turn the trial court has the discretion to require the claimant to post security for the respondent’s costs,
which may include bank fees, or premiums for a bond, obtained to release an attachment; see Rolls Royce
Industrial Power (India) V. M/N Fratzis, 1996WL 185689 (S.D.N.Y.) (and in such a case the respondent is
not required to make a showing of “economic necessity” or “a need for security as the result of plaintiffs
financial instability”).
(173) Grupo Mexicano, supra note 163,527 U.S. 330-31.
(174) 11A Federal Practice & Procedure, supra note 65, 2932 (2003 Supp.). Cases can occasionally be found in
which state courts have issued ‘’freeze orders” that enjoin the disbursement of funds on facts arguably
similar to Grupo Mexicano. In one case a nonprofit organization, alleging that its president had no authority
to enter into a contract naming the defendant as the exclusive promoter of the Boston Marathon, sought an
order preliminarily enjoining the defendant “ from using or in any way alienating any of the funds received
from sponsors of the Marathon:”
The court granted the order, noting that “the risk to the BAA is far greater than the risk to [the defendant] (...)
If the injunction were denied, if the BAA were to prevail, and if the money were spent by [defendant], the
BAA would be put to the time-consuming and sometimes difficult task of trying to exact its damages.”
Boston Athletic Ass’n v. Int’l Marathons, Inc., 467 N.E.2d 58 (Mass. 1984).The court did not discuss any
possible property interest that the plaintiff might have had in any sums that had been paid to the defendant
under sponsorship or endorsement contracts.
But here too, the predominant tendency in state courts is to view such orders as inconsistent with (and so
preempted by) the general state attachment statute. See, e.g., St. Lawrence Co., N.V v. Alkow Realty, Inc.,
453 So.2d 514 (Fla. App. 1984) (in dispute over real estate broker’s commission, preliminary equitable
relief was not justified simply on the grounds that “the complaint alleges uncertainty of collectibility of a
judgment if a fund of money is permitted to be disbursed”; “either prejudgment attachment or garnishment,
with attendant safeguards, may be available to [the plaintiff under these circumstances; injunctive relief is
not”); Carriage Way Apartments v. Pojman, 527 N.E.2d 89 (Ill. App. 1988) (withdrawing partners sought
injunction to restrain partnership from disbursing proceeds of sale of partnership property; since “the order
did not identify specific funds to be deposited in escrow,’’ it “cannot be said that the funds which were
ordered deposited were related to the case”; the order was therefore “a de facto attachment” and invalid
because not in compliance with state attachment statute); cf. Seci, Inc. v. Chafitz, Inc., 493A.2d 1100 (Md.
App. 1985) (“it has long been the law that, ordinarily, injunctive relief should not be granted to enforce or
enhance a monetary claim of a general creditor prior to the entry of judgment on his claim”, this rule “is a
necessary complement to the more basic system we have of establishing the priorities among general
creditors in the property of a debtor in terms of the entry and recording of judgments”) (dictum).
(175) Brooks Drug, Inc. v. Repice, 2001 WL, 95705 (N.D. N.Y.); see also Teradyne, Inc. v. Mostek Corp., supra
note142 (district court enjoined respondent from disposing of or encumbering U.S.$4 million of its assets
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 503
“Courts will treat any motion calling for “does not have assets located in
attachment as an attachment motion, even Connecticut and there is no law granting
if it is erroneously labeled as a motion for Connecticut courts the power to exercise
a preliminary injunction(176). In most ca- control over property located in another
ses, in order to justify an attachment order, jurisdiction.” The court nevertheless noted
plaintiff must also present a prima-facie that it had personal jurisdiction over the
case on the underlying claim. defendant, and thus had the power to order
the defendant “to do or refrain from doing
It is true, of course, that no
certain acts in another state”, such as
attachment statute actually authorizes the
personally ordering the defendant “to
direct seizure of property outside the state,
bring such assets into Connecticut for
while by contrast, a preliminary injunction
purposes of attachment”.
operates on the person of the defendant
and can thus enjoin or compel action Nevertheless, there still may be
outside of the jurisdiction(177). But this substantial differences between the two re-
distinction between the two remedies may medies, in terms of their availability under
be blurred even further by their potential the applicable law. Since the right to an
use in tandem. A useful illustration is the attachment is dependent on state law, the
recent case of Lyons Hollis Associates, showing a plaintiff must make to obtain
Inc. v. New Technology Partners (178). an attachment varies widely from one
Here, a plaintiff in a federal district court jurisdiction to another.
sitting in Connecticut sought to attach
property of the defendant in order to (1) In some jurisdictions, it is said that pre-
secure a claim he was pursuing in trial attachment is indeed “analogous”
arbitration. The defendant argued that to preliminary injunctive relief – so that
attachment was impossible because he “similar criteria must be satisfied”(179).
and directed it to set that amount aside in an interest-bearing account to satisfy any arbitration award
obtained by the claimant; this order “has the attributes of both an attachment and an injunction”).
(176) 11A Federal Practice & Procedure, supra note 65, 2932, at 12-13.
(177) Cf. id. § 2945 (“Although there is no doubt that if the court has personal jurisdiction over the parties, it has
the power to order each of them to act in any fashion or in any place, various considerations may induce it
to refrain from exercising this power in certain contexts”; a court, for example, will be “extremely reluctant to
issue injunctions affecting foreign land”).
(178) 278 F.Supp.2d 236 (D. Conn. 2002).
(179) Bridgestone/Firestone, Inc. v. Recovery Credit Services, Inc., 147 F.R.D. 66, 68 (S.D.N.Y. 1993) (plaintiff
has demonstrated “irreparable injury inasmuch as assets it seeks are likely to disappear unless the application
is granted, and probability of success on the merits”); cf. General Textile Printing & Processing Corp. v.
Expromtorg Int’l Corp., 862 F.Supp.1070 (S.D.N.Y. 1994) (attachment for security purposes “is a harsh
remedy”, and should be granted “only upon a showing that drastic action is required”; held, order of attachment
denied because plaintiff has failed to show “that defendant has disposed or is about to dispose of any
property in order to frustrate a potential judgment, or to flee the jurisdiction of the Court”).
A New York statute, NYCPLR § 7502(c), provides that a court “may entertain an application for an order of
attachment or for a preliminary injunction in connection with an arbitrable controversy, but only upon the
grounds that the award to which the applicant may be entitled may be rendered ineffectual without such
provisional relief: The provisions [of New York procedural law governing attachments and preliminary
injunctions] shall apply to the application (…) except that the sole ground for the granting of the remedy
shall be as stated above.” (emphasis added). This statute seems to impose an identical test to govern the
504 ALAN SCOTT RAU
grant of both preliminary injunctions and attachments. In addition, it has been suggested that requiring
applicants to show only that an arbitral award “could be rendered ineffectual” without the provisional remedy
is “a far more lenient test” than the canonical requirements of irreparable harm, likelihood of success on the
merits, and a balance of equities favoring the applicant. James M. Wicks & Jennifer M. Mone, Courts Differ
on Standard Applicable When Parties in Arbitration Cases Seek Provisional Remedies,. N.Y. STATE BAR J.
35 (September 2000); Eric J. Wallach, Litigating “Raiding” Cases, 1166 PLI/CORP. 285, 299 (2000) (“In New
York State (…) the standard for granting temporary or preliminary injunctive relief in aid of arbitration is a
significantly less onerous standard than the normal elements”). However, New York jurisprudence has in
fact been characterized by considerable confusion, and the latter proposition in particular is doubtful; in
most cases in fact the traditional test seems to have survived. See, eg., SG Cowen Securities Corp. v.
Messih, 224 F.3d 79 (2d Cir. 2000) (preliminary injunction against former employee to enjoin violation of
noncompetition clause; after reviewing authority the court concluded that the statutory language should be
read as “indicating that relief can be denied under the traditional standards and granted only if those
standards and the ‘rendered ineffectual’ test are met”; a contrary conclusion “would compel the granting of
preliminary injunctive relief (or an attachment) even in circumstances where the applicant had no chance of
success and the harm done to the enjoined party would be substantial and irreparable”); 50-09 2nd Street
LLC v. Ianvil Associates, Inc., 2002 WL 1769973 (N.Y. Sup. Ct.) (when considering a request for a preliminary
injunction under § 7502(c), the court applied the usual “three pronged test” of likelihood of success on the
merits, irreparable harm, and a balance of the equities; the court enjoined the respondent, “pending the
outcome of the arbitration”, from transferring to a third party certain real property that was the subject of an
agreement between the parties).
(180) Hasbro, Inc. v. Serafino, 958 F.Supp. 19, 23 (D. Mass. 1997) (“when seeking an injunction, a plaintiff must
typically demonstrate not only a reasonable likelihood of success on the merits of the claim, as in attach-
ment proceedings, but a court must also evaluate” the potential that the plaintiff will suffer irreparable harm
if the injunction is not granted; and whether the defendant will suffer greater harm if it is granted. In Mas-
sachusetts, then, in order to obtain an attachment a plaintiff need only demonstrate that there is a reasona-
ble likelihood that he will recover a judgment in an amount equal to or greater than the amount of the
attachment, over and above any available liability insurance. So it follows that a plaintiff can be granted an
attachment even “without demonstrating that he needs the attachment” —without showing, for example,
that there is a risk the defendant will dissipate, conceal, or damage the property to be attached— unless he
is seeking a remedy ex parte. See, GILLERAN, supra note 171, at 161, 163; see also Johnson v. Koplovsky
Foods, Inc., 5 F.Supp.2d 48 (D. Mass. 1998) (“the central question on the motion for approval of attachment
is whether plaintiff are likely to prevail on the merits and obtain damages in the necessary amount”; no
mention of any additional requirements such as “irreparable harm”); Dartmouth Co. v. Day’s, Inc., 419 A.2d
366, 367 n.1 (Me. 1980) (under similar statute, trial judge has no discretion to deny motion for attachment
if “likelihood of success” is shown; there is no “requirement of need”).
(181) Lyom Hollis Associates, supra note 178, 278 ESupp.2d at 246-47. In addition, “probable cause” was defied
for these purposes in a way that seems considerably more lenient than the “likelihood of success” criterion
usually applied to requests for preliminary injunctions: “The legal idea of probable cause is a bona fide
belief in the existence of the facts essential under the law for the action and such as would warrant a man
of ordinary caution, prudence and judgment, under the circumstances, in entertaining it”; the test “does not
demand that a belief be (...) more likely true than false.” Id. at 245.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 505
(182) Typical is the Georgia statute, under which attachment is permitted only where the defendant “absconds;
conceals himself; resists legal arrest; or is causing his property to be removed beyond the limits of the
state.” Ga. Code pp. 18-31; see also Ill. Code Civ. Pro. pp. 4-101 (adding the case where “the debt sued
for was fraudulently contracted on the part of the debtor”). In addition, both the Georgia and Illinois
statutes permit attachment merely on the grounds that the defendant is a nonresident of the state, although
today this is of dubious constitutional validity. See, LAYCOCK, Douglas, Modern American Remedies 893-
94 (3d ed. 2002).
(183) Connecticut v. Doehr, 501 US. 1, 18 (1991) (“even the temporary or partial impairments to property rights
that attachments, liens, and similar encumbrances entail are sufficient to merit due process protection”; in
the absence of any claim that the debtor “was about to transfer or encumber his real estate or take any
other action” while the suit is pending that would render his real estate unavailable to satisfy a judgment,
“the interests of an ex parte attachment” “are too minimal”).
(184) But cf. Result Shipping Co., Ltd. v. Ferruzzi Trading USA Inc., 56 F.3d 394,402 (2d Cir. 1995) (“because only
a plurality of the Justices addressed this issue in Doehr, this Circuit has continued to adhere to our previously
established position that a security bond need not be posted in connection with a prejudgment attachment
in order to satisfy the requirements of due process”).
(185) 28 U.S.C. 1610(d).
(186) See, Int’l Ins. Co. v. Caja Nacional de Ahorro y Seguro, 293 F.3d 392 (7th Cir. 2002) (by signing the New
York Convention and Panama Conventions, Argentina “has waived the immunity protections of the FSIA for
506 ALAN SCOTT RAU
[its] instrumentalities”); cf. Banco de Seguros del Estado v. Mutual Marine Office, Inc., 344 F.3d 255 (2d
Cir. 2003) (judicial enforcement of interim arbitral order requiring prehearing security; assuming dubitan-
te that the FSIA applies to commercial arbitration, the posting of security constituted “the functional
equivalent of a prejudgment attachment”, but here it was the arbitration clause itself that satisfied the
“explicit waiver” requirement of § 1610(d); the contractual provision that the arbitrators “are relieved of all
judicial formalities and may abstain b m following the strict rules of law” conferred power on them to
award prehearing security).
(187) Newbridge Acquisition I, L.L.C. v. Grupo Corvi, S.A., 2003 WL 42007 (S.D.N.Y.). See also Curtis, Mallet -
Prevost, Colt & Mosle, LLP v. Garza-Modes, 762 N.Y.S.2d 607 (A.D. 2003) (former partner subject to New
York arbitration clause brought suit against firm in Mexico, asserting statutory claims that were not subject
to arbitration under Mexican law; held, injunction against further prosecution of the Mexican proceeding
was warranted; “New York’s policy favoring arbitration should always be given primacy over a foreign
country’s policy disfavoring arbitration where, as here, the parties’ relationship was centered in NewYork,
the parties have expressly agreed to arbitrate all disputes in New York, and the dispute involves only
private parties”); Northwest Airlines, Inc. v. R&S Co. S.A., 176 F.Supp.2d 935 (D. Minn. 2001) (court compe-
lled Minnesota arbitration and enjoined Lebanese proceeding brought by respondent; the “business deci-
sion” to choose arbitration over litigation “would be undermined unless the Court invokes its injunctive
power”; failure to do so will also subject the p1aintiff”to the risk of simultaneous litigation in Lebanon, and
the corresponding risk and uncertainty of inconsistent results”).
(188) A court order to “direct” or “compel” arbitration - a rather unusual feature of American arbitration law - is
provided for by Federal Arbitration Act § 4, and, in Convention Cases, by FAA, p. 206.
(189) See, e.g., Srnith/Enron Cogeneration Limited Partnership, Inc. v. Smith Cogeneration Int’l, Inc., 198 F.3d
88, 99 (2d Cir. 1999).
(190) Grad v. Wetherholt Galleries, 660 A.2d 903, 908 (D.C.App. 1995) (state law).
(191) Société Genérale de Surveillance S.A. v. Raytheon European Management & Systems Co., 643 F.2d 863,
868 (1st Cir. 1981); see also Painewebber Inc. v. Fowler, 791 F.Supp. 821 (D. Kans. 1992) (two arbitrations
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 507
on different claims are to proceed in two different forums as contemplated by the contract between the
parties; the plaintiffs claim for sexual harassment is to be arbitrated before the NYSE, and the parties’
claims referring to promissory notes are to be arbitrated before the NASD – so the plaintiff is “enjoined
from seeking any relief from her obligation under the promissory notes in the NYSE proceeding”). cf.
General Electric Co. v. Deutz AG, 270 F.3d 144 (3d Cir. 2001). Here, the claimant had filed suit in
Pennsylvania; the respondent in turn instituted arbitration proceedings before an ICC panel in London
and (unsuccessfully) asked the English courts to enjoin the claimant from further proceedings in the
United States. After a Pennsylvania jury found that there was no enforceable agreement to arbitrate, the
federal district court enjoined the respondent from making any further appeal to the English courts, or
from “taking any other action in furtherance of its prosecution of the ICC arbitration” - fearing that such
proceedings “threatened the Court’s jurisdiction over the matter at handl”. This injunction was reversed
by the appellate court, on the ground of “comity”. But such a result was made considerably easier by the
fact that the ICC panel itself had already found that no valid arbitration agreement had ever existed –
”that decision colors our ruling”, 270 F.3d at 162.
(192) GAILLARD, Emmanuel, “Il est interdit d’interdire: réflexions sur l’utilisation des anti-suit injunctions dans
l’arbitrage commercial international”, en: Rev. de l’arb., 47, 51 (2004) (“it should be enough, I think, to
recognize, initially, the autonomy of arbitral procedure vis-à-vis the competing claims of national courts”);
60-61 (“the principle of compétence/compétence” should govern situations where national courts “may
be tempted to resort to the technique of the antisuit injunction”; antisuit injunctions “ignore the principle”
that gives arbitrators the power to determine their own jurisdiction and that requires parties”, at least
initially, to submit any grounds for the invalidity of the arbitration clause to the arbitrators themselves”)
(my translation). But cf. Scott Rau, Alan, The Arbitrability Question Itself 10 Am. Rev. Int’l Arb. 287,307
n. 55 (1999) (“At the end of the day nothing obligates us to find the European terminology particularly
relevant to American procedure”).
(193) Karaha Bodas, Co., L.L.C. v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, 335 F.3d 357 (5th
Cir. 2003).
(194) This would be true even if Indonesian law were indeed the law “under which” the arbitration took place: “The
Indonesian annulment only has an effect here to the extent that our courts [choose] to recognize it”. 335
F.3d at 370. See, e.g., the celebrated case of Chrornalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939
F.Supp. 907 (D.D.C.1996) (enforcing an arbitral award made in Egypt despite annulment of the award by
Egyptian courts). But more fundamental1y: The proposition that vacatur in Indonesia has no effect whatever
on confirmation in the United States is fortiori true once it appears that the true lex arbitri was in any event
not the law of Indonesia, but the law of Switzerland. When it overturned the antisuit injunction in 2003, the
Fifth Circuit surely knew —it did not have to look very far ahead— that Swiss procedural law would ultimately
be held to govern the arbitration. See Karaha Bodas Co., L.L.C. v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan
Gas Bumi Negara, 2003 HKCU Lexis 378 (High Court Hong Kong) at 8 (“Had they intended the lex arbitri to
508 ALAN SCOTT RAU
be Indonesian law, they would have simply arbitrated in Indonesia”); Karaha Bodas Co., L.L.C. v. Perusahaan
Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, 364 F.3d 274, 310 (5th Cir. 2004) (“The Award was made in
Switzerland and was made under Swiss procedural law”; therefore Switzerland had primary jurisdiction
over the award, and so “the Indonesian court’s annulment ruling is not a defense to enforcement under the
New York Convention”). I cannot imagine – given the strong presumptions that must surely arise out of the
contractual stipulation that “the site of the arbitration shall be Geneva” – why Professor Gaillard terms this
rationale “questionable”. Gaillard, supra note 192, at 59 nº 29.
(195) See, e.g., Fernandez v. Clear Channel Broadcasting, Inc., 268 F. Supp.2d 1365 (S.D. Fla. 2003) (agree-
ment provided that each party “shall have the right to take up to three depositions unless the arbitrator, on
a showing of good cause, approves additional depositions”, and that each party “also shall have the right to
require the production of relevant documents from the other party”).
(196) Burton v. Bush, 614 F.2d 389 (4th Cir. 1980).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 509
the information would likely cause the instead to hear them over the telephone–
arbitrator to draw the inference that a court is likely to deem itself “without
complying would have been ultimately authority” to compel the testimony in
unfavorable to him; an arbitrator ’s person(199). Cases where an arbitrator’s
mere suggestion that such an inference refusal to order the production of
might be drawn is usually effective to evidence leads later to a successful
extract the document. challenge to the award itself are
extremely rare(200).
ii) It is clear that a party has no
“right” to the issuance of a subpoena. It iv) Prehearing document produc-
will therefore be left to the discretion of tion and third parties. The language of
the arbitrator to decide what materials he Section 7 speaks only of the power of ar-
needs to resolve the dispute or what bitrators to summon “any person to attend
materials a party needs to present its before them (...) as a witness and in a pro-
case (197) . Exercise of the arbitrator’s per case to bring with him or them any
discretion is likely to be limited to book, record, document, or paper which
demands for documents that can be may be deemed material as evidence in
“described with specificity (for example, the case”. Nevertheless, it has been held
if they are internally referenced in that arbitrators may issue subpoenas that
documents put into evidence by one require the prehearing production of do-
side)”(198). cuments. In most cases, too, this power
has been thought to extend to subpoenas
iii) Courts will not intervene directly issued to third parties. As one district court
in this exercise of arbitral discretion. For sensibly noted, the arbitrators could of
example, should arbitrators refuse to issue course require nonparty witnesses to ap-
a subpoena requiring individual pear before the panel “and bring all of the
defendants to attend a hearing –choosing documents at issue to a hearing”, but
(197) See, Nat’l Broadcasting Co., Inc. v. Bear Stearns & Co., Inc., 165 F.3d 184, 187 (2d Cir. 1999) (“§ 7 explicitly
confers authority only upon arbitrators; by necessary implication, the parties to an arbitration may not
employ this provision to subpoena documents or witnesses”).
(198) See, generally TUPMAN, “Discovery and Evidence in U S Arbitration: 7he Prevailing Views”, en: 44 Arb. J. 27
(March 1989). Cf. Hunt v. Mobil Oil Corp., 654 F.Supp. 1487, 1512 (S.D.N.Y. 1987) (arbitrators rehearsed
to issue a “broadcast subpoena” demanding “all documents” of various kinds; such a request “is not
uncommon in litigation [but] is precisely the type of production demand that is the exception rather than
the rule in arbitration”).
(199) See, Thompson v. Zavin, 607 F. Supp. 780 (C.D.Cal. 1984) (“if the court were to become involved, such
involvement would duplicate the effort of the arbitrators, since they have already considered who should
be subpoenaed”). See also Harleysville Mutual Casualty Co. v. Adair, 218 A.2d 791 (Pa. 1966) (arbitrator
ruled that the claimant was not required to answer interrogatories; court refused respondent’s request to
enjoin arbitration).
(200) See, Fitigues, Inc. v.Varat, 1993WL 312888 (7th Cir.) (arbitrator’s refusal to sign subpoena did not constitute
“misbehavior” justifying vacatur of award; “the arbitrator possessed the discretion to determine that the
documents [claimant] sought to subpoena were not relevant”). An unusual case to the contrary is Chevron
Transport Corp. v. AstroVencedor Compania Naviera, S.A., 300 F.Supp. 179 (S.D.N.Y. 1969) (arbitrator’s
refusal to order shipowner to produce the ship’s logs, “perhaps the most important items of documentary
evidence in any maritime controversy”, may be grounds to overturn the award where the other party can
show “prejudice” as a result).
510 ALAN SCOTT RAU
(201) Meadows Indemnity Co., Ltd. v. Nutmeg Ins. Co., 157 F.R.D. 42 (M.D.Tenn.1994). See also Jas. W Glover
Ltd. v. Derrick Concrete Cutting & Construction, Ltd., 2003 WL 22970975 (Hawaii) (arbitrator “may compel
production of documents from third parties before a hearing on the merits. A constrictive reading of the
statute would limit the ability of the arbitration panel to deal effectively with large and complex cases”);
Amgen Inc. v. Kidney Center of Delaware County, Ltd., 879 F.Supp. 878,880 (N.D.Ill.1995), dismissed, no
subject matter jurisdiction, 101 F.3d 110 (7th Cir. 1996) (subpoena issued to nonparty; “implicit in the power
to compel testimony and documents for purpose of a hearing is the lesser power to compel such testimony
and documents for purposes prior to hearing”); Brazell v. American Color Graphics, Inc., 2000 WL 364997
(S.D.N.Y.) (“the case law... supports the arbitrator’s authority to provide for prehearing production of
documents from third parties”).
(202) Comsat Corp. v. National Science Foundation, 1999WL 638609 (4th Cir.).
(203) Hay Group, Inc. v. E.B.S. Acquisition Corp., 360 F.3d 404, 407 (3d Cir. 2004). While Hay Group involved
only an arbitral subpoena issued to a nonparty to the arbitration, the language of § 7 itself, of course, makes
no such distinction.
(204) Ibidem, p. 408.
(205) Ibidem, p. 410.
(206) Ibidem, p. 413.
(207) PIRSIG, “Some Comments on Arbitration Legislation and the Uniform Act 10 Vand”, en: L. Rev. 685, 701
(1957). See Uniform Arbitration Act, § 7(b). Some state statutes, by contrast, go further. Section 171.050(a)(2)
of th Texas Arbitration Act is unusual in that it authorizes a deposition “of an adverse witness” for “discovery
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 511
Under the Federal Act, it has been held “second-guess” the panel’s judgment. It
that arbitrators completely lack authority is recognized that this would undermine
to order nonparties to the arbitration to the “well-recognized federal policy
appear for prehearing depositions(208). favoring arbitration,’’ and would
“compromise the panel’s presumed
vi) Refusal to comply. Should a
expertise”(210). However, when a claim is
party refuse to comply with an arbitral
subpoena, a federal district court in the made that certain matters are protected
district where the arbitration is to take pla- from disclosure on grounds of “privilege”
ce has the power to enforce the subpoena or “confidentiality” or on the grounds that
by “compel[ling] the attendance” of those they constitute a “trade secret”, a court is
summoned, or by “punish[ing] said person likely to review the arbitral order more
or persons for contempt”(209). Generally, closely because of the “important legal
when asked to enforce an arbitral order, rights” implicated by the order of
the court will not as a general matter make disclosure(211). In such circumstances, a
an “independent assessment of the court may also modify the arbitral order
materiality of the information sought” or by imposing a particular regime for the
or evidentiary purposes”; while under the Uniform Arbitration Act, depositions are to be taken “in the manner
and upon the terms designated by the arbitrators”, the Texas statute provides that all depositions are to be
taken “in the manner provided by law for a deposition in a civil action pending in a district court.” It does not
appear, however, that the possibilities for discovery presented by the Act have in practice been extensively
exploited either by counsel or by arbitrators. The new Revised Uniform Arbitration Act also provides broadly
that “an arbitrator may permit such discovery as the arbitrator decides is appropriate under the circumstances,
taking into account the needs of the parties to the arbitration proceeding and other affected persons and the
desirability of making the proceeding fair, expeditious, and cost effective”. § 17(c).The Official Comments to
the statute warn that while discretion whether and to what extent to allow discovery rests with the arbitrators”,
the default standard of § 17(c) is meant to discourage most forms of discovery”.
(208) Integrity Ins. Co. v. American Centennial Ins. Co., 885 F.Supp. 69 (S.D.N.Y. 1995) (“Documents are only
produced once, whether it is at the arbitration or prior to it (…) depositions, however, are quite different. The
nonparty may be required to appear twice — once for the deposition and again at the hearing”).
(209) FAA, 7.
(210) Security Life Ins. Co. of America v. Duncanson & Holt, Inc., 228 F.3d 865,871 (8th Cir. 2000).
(211) See, Revised Uniform Arbitration Act, 18, comment 1. See also Hull Municipal Lighting Plant v. Mass.
Municipal Wholesale Elec. Co., 609 N.E.2d 460 (Mass. 1993) (arbitrator ordered the production of documents
held by a state agency, conditional on the execution of a confidentiality agreement, but the agency refused
to comply, on the grounds that the documents were protected by the attorney/client privilege; held, records
and documents held by public officials are subject to mandatory disclosure under the state public records
law, but the arbitrator does not have “the power to determine the scope” of that statute; “only the supervisor
of public records (…) or this court is authorized to make such decisions”); Minerals & Chemicals Philipp
Corp. v. Panamerican Commodities, S.A., 224 N.Y.S.2d 763 (A.D. 1962) (subpoena issued to third party,
resisted on the grounds that the materials requested “contained confidential information relating to customers
and the details of their purchases which was entitled to protection as a trade secret”; held, “not having
consented to be bound by the procedures of this private forum, nor having taken part in its hearings, [the
third party] is entitled, in the first instance, to a judicial determination of the propriety of the subpoena”
“without advance disclosure to the arbitrators”; a referee appointed by the court, “working in cooperation
either with the parties or with the arbitrators, can insure that only essential data is disclosed”). Granted, the
legitimacy of arbitration as a “creature of contract” is at its weakest when the interests of third parties are
involved. But given the dramatic expansion in recent years of the presumed competence of arbitrators to
decide even statutory and regulatory matters — and the Supreme Court’s virtual abolition of the “public
policy” exception to “arbitrability” — the continuing validity of such cases may be doubtful.
512 ALAN SCOTT RAU
(212) See, e.g., Hay Group, Inc. v. E.B.S. Acquisition Corp., 2003 WL 21293861 (E.D. Pa.), rev’d on other grounds,
360 F.3d 404, 407 (3d Cir. 2004) (“there is no likelihood of competitive injury to the defendants” from
enforcing arbitral subpoena because the court, in an earlier order, “safeguarded sensitive information” by
“narrowly tailor[ing] the information to be given to the plaintiff and requir[ing] a confidentiality order to go-
vern all material given”); cf. Lufman v. Anpol Contracting, Inc., 1995 WL 360015 (S.D.N.Y.) (the court direc-
ted production of a disputed file for an in camera inspection by the arbitrator).
In Laufman the court noted that “the presiding arbitrator is an experienced person well versed in evaluating
the alleged claims... that some files contain classified security information involving national defense or plant
security, personal health records and other similar confidential data. All of this should be screened from the
file, except where the arbitrator determines it to be relevant evidence in the dispute. Even in the latter instances,
proper safeguards should be ordered, such as sealing the record or limiting its access to counsel only, so that
no necessary harm or prejudice or unnecessary embarrassment may be caused to anyone.”
(213) FAA § 7.
(214) F.R. Civ. Pro. R. 45(b)(2).
(215) Legion Ins. Co. v. John Hancock Mutual Life Ins. Co., 2002 WL 537652 (3d Cir.). But see Security Life Ins.
Co. of America v. Duncanson & Holt, Inc., 228 F.3d 865 (8th Cir. 2000) (“whether or not [respondent] is
correct in insisting that a subpoena for witness testimony must comply with Rule 45, we do not believe an
order for the production of documents requires compliance with Rule 45(b)(2)’s territorial limit. This is
because the burden of producing documents need not increase appreciably with an increase in the distance
those documents must travel”).
(216) Amgen, Inc., supra note 201,879 Supp. at 882 (“although the Act allows the arbitrator to subpoena anyone,
it also provides that this court may enforce the arbitrator’s subpoena only in the same manner that it would
compel attendance before the court”).
(217) Under the Federal Rules of Civil Procedure r. 45(a)(3)(B), an attorney authorized to practice in the court in
which a proceeding is pending, can himself issue a subpoena —”as officer of the court” — on behalf of any
court in the nation in which the witness lives or resides.
(218) Amgen Inc., supra note 201, 879 Supp. at 883.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 513
(219) See, eg., Drulcrest Pty. Ltd. v. Jamar Productions, Inc., 1986 WL 4547 (S.D.N.Y.) (“permitting limited discovery
should not unduly delay the arbitration proceedings”); Bigge Crane & Rigging co. v. Docutel Corp., 371
F.Supp. 240 (E.D.N.Y. 1973) (subcontractor asserted that it had been given “no explanation” why it had not
been paid by the general contractor for work performed, and sought to take depositions of the general
contractor’s employees and to obtain inspection of job records, contracts, and other documents; held,
“discovery proceedings in the court action can go forward while the selection of arbitrators and scheduling
of a hearing is under way (...) without delaying the arbitration”).
(220) Mississippi Power Co. v. Peabody Coal Co., 69 F.R.D. 558, 567 (S.D.Miss. 1976) (discovery “should not
proceed any further”; since the FAA permits arbitrators to issue subpoenas, “there should be no necessity
for double-barrelled discovery, proceeding simultaneously” under the supervision of the court and the
arbitrator); Recognition Equipment, Inc. v. NCR Corp., 532 F.Supp. 271 (N.D.Tex. 1981) (“discovery under
the Federal Rules should not proceed pending arbitration”).
(221) 198 F.3d 473 (4th Cir. 1999).
514 ALAN SCOTT RAU
sought, [the court] not believe that the It is clear that once the arbitration
district court abused its discretion” in proceedings have begun, a party seeking
accepting the charterer’s representation discovery will be expected to resort to the
that it could not obtain “emergency discretion of the arbitrators themselves -
discovery” from the London arbitrator “in as supported (if necessary) by the court’s
time to preserve the rapidly changing power to enforce compliance with arbitral
condition of the ship”. orders. In one case, a Russian company
The Deiulemar court stressed in par- sought to obtain documents and deposition
ticular that the remedy was permissible testimony from a New York company with
because the claimant merely “sought to whom it was involved in arbitrations both
perpetuate, rather than discover, the in Moscow and in Stockholm. The court
evidence” on the vessel. All the evidence held it was inappropriate to grant the
gathered was to be held in camera and request since under Russian and Swedish
transferred to the pending arbitration in law “it is the arbitrators, and not the
London for use as the arbitrator chose; courts, who are to decide the question of
“this evidence will remain unseen unless what discovery is to be obtained in
the arbitration decides to unseal it”(222). arbitration proceedings. The court further
As the case suggests, where a court order held that parties to arbitrations in those
can be characterized not as an order of countries “cannot bypass the arbitrators
discovery” to produce evidence for later and go directly to court.” Even if the
use in arbitration but merely as an order court had the authority to grant the order,
to “preserve” existing evidence against “this basic principle of law” –“which
destruction, judicial relief will be consistent with United States law”–
considerably easier to obtain(223). should be honored(224).
(222) See, also Ferro Union Corp. v. SS Ionic Coast, 43 F.R.D. 11 (S.D.Tex. 1967) (foreign flag vessel with foreign
crew was about to leave American port; in view of “exceptional situation” and to allow gathering of facts
which might otherwise be lost, the court ordered immediate discovery in the form of depositions of master
and crew and inspection of vessel and cargo). By contrast, for a case where such “extraordinary
circumstances” are absent, see Harry F. Ortlip Co. v. George Hyman Construction Co., 126 F.R.D. 494
(E.D.Pa. 1989) (staying discovery in lawsuit until after conclusion of arbitration between two of the parties
on a related matter; depositions were being sought in order to “obtain testimony to be used in the forthcoming
arbitration” and “[t]his [plaintiff] may not do””; ‘extraordinary circumstances’ do not include an inability or a
failure to obtain discovery for an arbitration proceeding”).
(223) See, also Sagot Jennings & Sigrnond v. Sagot, 2003WL 1873298 (Pa. Com. Pl.) (departing partner of law
firm removed files containing client records from the firm premises; court ordered the defendant to “maintain
all files” as well as a “comprehensive and accurate list of those files”; “if not enjoined, defendant may act in
such a way that the [information contained in the files], which is essential to an arbitrator’s decision, (…)
could be disposed of in part or in whole when the case comes before arbitration”).
(224) In re Application of Technostroyexport, 853 F.Supp. 695 (S.D.N.Y. 1994). See, also Suarez-Valdez v. Shearson
Lehmad/American Express, Inc., 858 F.2d 648, 650 (11th Cir. 1988) (Tjoflat, J., concurring) (trial court
acted beyond its authority in allowing discovery to continue during the course of arbitration; “the parties to
this action will almost certainly have squabbles over discovery”, but since “the judge will not be involved in
the development of the issues as the case proceeds through the arbitration process, he will lack a basis
upon which to make informed rulings on discovery matters”); Transwestern Pipeline Co. v. Blackburn, 831
S.W.2d 72 (Tex.App.Amarillo 1992) (state law; once arbitration “begins”, court-supervised discovery is
unavailable since it “would allow the court to unnecessarily interfere with the arbitration process”; for these
purposes, arbitration is deemed to “begin” not when evidence is first introduced at the arbitration proceeding,
but as soon as the first arbitrator is selected).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 515
Where the arbitration is to take place expense are wasted conducting a more
abroad, it was for a while thought that protracted evidentiary hearing as to pro-
parties might possibly be able to take bable cause vel non for the granting of a
advantage of 28 U.S.C. section 1782.This prejudgment remedy, an inquiry should
statute authorizes a federal district court to first be conducted whether assets even
order an individual “to give his testimony exist, where they are located, and what
or statement or to produce a document or their value is”(226).
other thing for use in a proceeding in a
When a seller has allegedly resed to
foreign or international tribunal.” However,
deliver certain goods for which the buyer
it now appears settled that this statute
has paid in fill, it has been held that a
simply “does not apply to private
court may grant “injunctive relief in the
international arbitrations [since] it is not
form of repleyin pending arbitration”;
likely that Congress would have chosen to
such an order would require the seller
authorize federal courts to assure broader
(upon the buyer’s posting a bond) to
discovery in aid of foreign private
“forthwith deliver” to the buyer
arbitration than is afforded its domestic dis-
possession of the goods(227).
pute-resolution counterpart”(225).
It will be noted that this kind of relief
2.4.5. Other forms of provisional fits very uneasily into the notion that the
relief purpose of provisional remehes is merely
to “preserve the status quo” pending
Provisional relief in aid of arbitration arbitration. The “status quo”, after all,
can take an infinite variety of forms. Many consists of the seller’s withholding the
striking recent examples exist. For goods. The respondent could plausibly
instance, even before a determination has argue that the relief sought would disturb,
been made as to the plaintiff’s likelihood rather than preserve, that situation. Yet,
of success on the merits, a claimant who the required delivery of the goods in
has filed a demand for arbitration may exchange for a bond “would accomplish
obtain an order that the defendant disclose something unattainable by the strict
its assets: “considerations of judicial maintenance of the status quo”. The buyer
economy, cost, and common sense all would avoid “any alleged irreparable
suggest that, before unnecessary time and harm” that it would incur if the injunction
(225) Republic of Kazakhstan v. Biedermann Int’l, 168 F.3d 880 (5th Cir. 1999). See also Nat’l Broadcasting Co.,
Inc. v. Bear Steams & Co., Inc., 165 F.3d 184 (2d Cir. 1999) (§ 1782 is “intended to cover governmental or
intergovernmental arbitral tribunals and conventional courts and other state-sponsored adjudicatory bodies”).
The supreme court’s recent decision in Intel Corp. v. Advanced Micro Devices, Inc., 124 S. Ct 2466 (2004)
(European Commission, “to the extent that it acts as a first-instance decision maker”, is within the ambit 1,8,
1782) might possibly, however, herald a most generous approach.
(226) Insurity, Inc. v. Mutual Group, Ltd., 260 F.Supp.2d 486 (D. Conn. 2003). But cf. Oriental Commercial &
Shipping Co., Ltd. v. Rosseel, N.V, 125 F.R.D. 398 (S.D.N.Y. 1989) (plaintiff sought discovery to determine
the location of defendant’s assets in order to ensure its ability to enforce any ultimate award; discovery
denied; plaintiff is not seeking any evidence for presentation to the arbitrators” or “concerning the subject
matter of the suit”; in addition, “the situation in this instance is clearly one of convenience rather than
necessity”).
(227) Danieli & C. Officine Meccaniche S.p.A. v. Morgan Construction Co., 290 F.Supp. 2d 148 (D. Mass. 2002).
516 ALAN SCOTT RAU
The Official Comment notes that Since the parties had agreed to arbitrate
this rule “avoids the delay of intervening under China’s CIETAC rules, “which
court proceedings, does not cause courts provide a method and forum for obtaining
to become involved in the merits of the provisional relief”, the court felt
dispute, defers to the parties’ choice of obligated to “respect that agreement and
arbitration to resolve their disputes, and refrain from awarding” such relief. The
allows courts that may have to review CIETAC arbitration rules did not,
an arbitrator’s preliminary order the however, give the arbitral tribunal the
benefit of the arbitrator’s judgment on power to issue interim relief. Rather, the
that matter” (233). rules provided only that the panel shall
In some cases, in fact, interim relief submit the application for relief “to the
has been denied simply because the rules people’s court” in the place where either
of arbitration adopted by the parties would the respondent or his property is located.
permit the arbitrators to grant such relief, The court acknowledged that because the
even if the panel is not yet in place(234). respondent was not domiciled in China
China Nat’l Metal Prods Import/Export and had no property there, “there [was]
Co. v. Apex Digital, Inc.(235) represents a no people’s court to which an attachment
rather extreme extension of this principle. application could be submitted”. But this
In denying a writ of attachment, a federal was deemed to me simply “irrelevant”, the
court claimed that the only question it was claimant must “accept the consequences
allowed to investigate was “whether the of the provisions of the agreement to
arbitral rules authorize provisional relief”. arbitrate”(236).
from the superior court, except that a party to an arbitration governed by this Article may request from the
superior court enforcement of an order of an arbitral tribunal granting interim measures”); cf. Arbitration Act
1996 5 44(5) (“court shall act only if or to the extent” the arbitral tribunal “has no power or is unable for the
time being to act effectively”) (England).
(233) Comment 2.
(234) In Ever-Gotesco Resources & Holdings, Inc. v. Pricesmart, Inc., 192 F.Supp.2d 1040 (S.D. Cal. 2002), for
example, the court denied provisional relief on the grounds that “the arbitral tribunal has the power to grant
it” - and at the same time rejected the argument that in fact no existing body had the power to grant such
relief “because no arbitral tribunal has yet been constituted.” In the circumstances this rationale is clearly
overbroad, and the decision may be explained by a kind of estoppe1: The court noted that the plaintiffs
position was “disingenuous” — since the plaintiff himself had elected to commence “rigorous litigation” in
the Philippines rather than “follow the unambiguous terms of the Agreement” calling for arbitration in Australia;
he had therefore “consciously avoid[ed] taking steps that would give the arbitrator the ability to act.” He
would not after all have been “without recourse in the arbitral tribunal, which [under the UNCITRAL Rules]
retains injunctive powers.”
(235) 155 F.Supp.2d 1174 (C.D. Cal:2001).
(236) In some cases, however, the particular drafting of the arbitration clause itself may lead to somewhat different
results. Cf. American Express Financial Advisors Inc v. Thorley, 147 F.3d 229 (2d Cir. 1998), in which the
contract explicitly stated that the plaintiff was entitled to seek a temporary injunction pending arbitration:
The district court refused an injunction on the grounds that the claimant “could just as quickly obtain the
same temporary equitable relief from the arbitrator as from a court” — but this was held on appeal to be
in error. See also Koob v. IDS Financial Services, Inc., 629 N.Y.S.2d 426 (A.D. 1995) (“The stipulation, in
the contract, that ‘[claimant] is entitled to an injunction from a court of competent jurisdiction to keep you
from violating these restrictions while the arbitration is pending’ removes the matter from the authority of
the arbitrator”).
518 ALAN SCOTT RAU
By a similar reasoning, the tendency and the claimant sought injunctive relief
is to hold that when a court has granted to prevent them from doing so. The
interim relief, its order should not remain claimants alleged that it would take
in effect und an award is rendered, but only “approximately four weeks” before an
until the arbitrators have had the arbitrator could be appointed, and that
opportunity to decide: (i) whether interim (under existing AAA rules) no procedure
relief should be granted, and (ii) how it existed to preserve the status quo “pending
should be structured. The effect is that the the selection of Arbitrators and the
court order would “expire when the issue submission to the Arbitrators of an
of preserving the status quo is presented application for an Order of Conservation.
to and considered by the arbitration pa- “The court granted injunctive relief until
nel”(237). Where, as sometimes, occurs, a request for such an order could be
courts have ordered interim relief of a decided on by the arbitrator – nothing that
longer duration, question we are a refusal to do so “might well render the
concerned with does not appear to have subsequent determination by the arbitrator
been considered in any detail, or with a nugatory;” it cautioned that should the
great deal of care(238). claimant “unreasonably delay the
arbitration proceedings, respondents may
An earlier New York case offers a
apply upon notice to terminate the
particularly clear example of this
injunction”(239).
principle: The parties had entered into a
joint venture to renovate and redevelop It should certainly follow h m such
adjoining buildings. Disputes had arisen cases that any order by a court providing
over the respondent’s alleged failure to interim relief may subsequently be
procure mortgage commitments, to obtain reviewed by the arbitral tribunal. After a
official approval of conversion plans, and fuller review of the evidence, a tribunal
to remove sitting tenants. Meanwhile, the may decide that such relief is not
respondents had entered into a contract of warranted or that it should be
sale to convey the premises to a third party modified(240).
(237) Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Dutton, 844 F.2d 726 (10th Cir. 1988) (preliminary injunction
preventing former employee from removing customer lists and soliciting former clients).
(238) See, e.g., Sauer-Getriebe KG v. White Hydraulics, Inc., 715 F.2d 348 (7th Cir. 1983) (district court was
ordered to enjoin a manufacturer from repudiating a license agreement, and from transferring any of the
licensee’s contractual manufacturing rights to a third party, “until the arbitration requested by [the licensee]
is completed and this lawsuit (including any appeals) is terminated”).
(239) Shay v. 746 Broadway Corp., 409 N.Y.S.2d 69 (Sup. Ct. 1978); see also Performance Unlimited, Inc. v.
Questar Publishers, Inc., 52 F.3d 1373 (6th Cir. 1995) (license agreement; court should issue preliminary
injunction requiring licensee “to pay only that amount of royalties necessary to ensure that [licensor] is not
driven out of business prior to the time the arbitration proceeds”; “once the arbitration begins, it is for the
arbitrators to decide how to maintain the status quo during the pendency of the arbitration process”); Merrill
Lynch, Pierce, Fenner & Smith, Inc. v. Salvano, 999 F.2d 211 (7th Cir. 1993) (authority to grant injunctive
relief does not “extend ad infinitum” but only “until the arbitration panel is able to address whether the TRO
should remain in effect”).
(240) See, Revised Uniform Arbitration Act § 8, comment 6; Blumenthal v. Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Smith,
Inc., text accompanying note 161 supra. See, also SCHWARTZ, Eric, Provisional Remedies in International
Arbitration: Perspectives from the ICC and Germany, 6 World Arb. & Med. Rep. 52, 54 (March 1995). Here,
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 519
Eric Schwartz describes a ICC case in which, after the file had been transmitted to the arbitrators, the
claimant had obtained orders from a court attaching assets of the defendant. The arbitrators concluded that
the circumstances leading the claimant to seek the attachment orders at that time were not “exceptional”
within the meaning of former artículo 8.5 of the ICC Rules. Since the claimant had thus not been entitled to
apply to the court for relief, the arbitral tribunal ordered that the claimant “should take steps to have the
attachment orders removed by the courts that had issued them”, at the same time directing the respondent
to provide replacement security in the form of a bank guarantee. Schwartz concludes that “whether or not
the tribunal would have taken the same decision had the judicial remedies been obtained before the arbitrators
had received the file is another matter” - but surely the arbitrators would have been entitled to do so. Cf.
Report of the Working Group on Arbitration, U.N. A/CN.9/547, pp. 112-13 (March 19,2004) (noting that
“some support was expressed” for the view that “there could be good reasons for allowing the tribunal,
once constituted, to modify” interim measures ordered by a court, but concluding that this issue should not
be dealt with in the Model Law).
(241) Result Shipping Co., Ltd. v. Ferruzzi Trading USA Inc., 56 F.3d 394, 400 (2d Cir. 1995).
(242) Fedmet Corp. v. M/V Buyalyk, 194 F.3d 674, 677 (5th Cir. 1999).
(243) See, Federal Rules of Civil Procedure; Supplemental Rules for Certain Admiralty and Maritime Claims,
Rule C (“Actions in Rem”; “arrest of the vessel or other property that is the subject of the action”).
(244) See, Rule B (“Attachment and Garnishment”).
(245) See, West of England Ship Owners Mutual Ins. Assoc. v. McAllister Brothers, Inc., 829 F. Supp. 125 (E.D.
Pa.1993) (a pending arbitration does not preclude a plaintiff from utilizing the remedy of admiralty attachment
as a means of “providing security for the satisfaction of any award in the plaintiffs favor”); see, also Atlas
Chartering Services, Inc. v. World Trade Group, Inc., 453 F.Supp. 861 (S.D.N.Y. 1978) (attachment under
Rule B; “a London arbitration can proceed in an orderly fashion even though the defendant’s assets have
been attached in New York as security for any award rendered by the London panel”).
(246) A state’s assertion of personal jurisdiction over nonresident defendants is subject to control under the
Federal Constitution, on the grounds of “due process” — a defendant must have “certain minimum contacts”
with the state “such that the maintenance of the suit does not offend traditional notions of fair play and
520 ALAN SCOTT RAU
held not to apply to attachment in the interim relief(250). But provisions must be
admiralty context “because the made for those cases, however rare, when
perpetrators of maritime injury are likely this is not true. “Because the orders of
to be peripatetic”, and because the power arbitrators are not self-enforcing, a party
of the federal courts in admiralty cases who receives a favorable ruling with
is the subject of separate constitutional which another party refines to comply,
treatment: maritime attachment is must apply to a court to have the ruling
“accorded special deference”(247). It is also made an enforceable order”(251). Arbitral
abundantly clear that pre-arbitration orders of relief, if backed by the courts in
attachment in maritime cases is not this way, can therefore often be an
precluded by the New York Con- effective way of preserving the status quo
vention(248). It follows, finally, that seeking pending a final decision.
to arrest or attach property in an admiralty
case cannot constitute a “waiver” of any Even before the conclusion of all
right to proceed with arbitration(249) . arbitration proceedings –that is,
“notwithstanding the absence of an award
that finally disposes of all the claims that
3. ENFORCEMENT OR
were submitted to arbitration”– a U.S.
CONFIRMATION OF PARTIAL
Court may grant a petition to confirm a
OR INTERIM AWARDS
“partial award” if the award “finally and
As a practical matter, of course, definitively disposes of a separate,
parties usually voluntarily comply with independent claim” (252) . The terms
orders by arbitral tribunals that grant “interim award”, “partial award”, and
substantial justice.” International Shoe Co. v. Washington, 326 U.S. 310, 316 (1945). In Shaffer v. Heitner,
433 U.S. 186 (1977), the Supreme Court virtually abolished on constitutional grounds the long-standing
practice of “quasi-in rem” jurisdiction, under which courts could assert their jurisdiction merely on the basis
of seizure of the defendant’s property prior to judgment, even if the cause of action was totally unrelated to
ownership of the property itself.
(247) Winter Storm Shipping Ltd. v. TPI, 310 F.3d 263, 271 (2d Cir. 2002) (funds in hands of intermediary bank
during implementation of electronic funds transfer were “property” subject to maritime attachment in aid of
arbitration in London).
(248) E.A.S.T., Inc. of Stamford, Connecticut V. M/V Alaia, 876 F.2d 1168, 1173 (5th Cir. 1989) (“prejudgment
attachment under Section 8 — as an aid to arbitration — is manifestly not inconsistent with the aims of the
Convention”). The proposition in the text should hold true even in those few courts where the Cooper
doctrine – making interim relief generally unavailable in Convention cases - still survives; see text
accompanying notes pp. 122-127 supra; Castelan v. M/V Mercantil Parati, 1991 WL 83129 (D.N.J.) (refusing
to extend McCreary Tire G. Rubber Co., supra note 123, to pre-arbitration vessel arrests; “[because the
Convention does not forbid pre-arbitration remedies in maritime cases, such remedies continue to be valid
under the FAA”; the court gave the parties three days to demand arbitration in London pursuant to their
contract, warning that “if none of the parties demands arbitration within that period, the Court will entertain
a renewed motion to vacate the arrest”).
(249) See, Valero Refining, Inc. v. M/T Lauberhorn, 813 F.2d 60 (5th Cir. 1987).
(250) See, Note by Secretariat, International Commercial Arbitration: Possible Future Work in the Area of International
Commercial Arbitration, A/CN.9/460,118 (April 6,1999) (“in order to avoid responsibility for costs caused by
the failure to implement the measure, or because they are reluctant to displease the arbitral tribunal”).
(251) Revised Uniform Arbitration Act 18, comment 1.
(252) Eurolines Shipping Co., S.A. v. Metal Transport Corp., 491 E.Supp. 590 (S.D.N.Y. 1980).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 521
(253) Cf. Rolf Tritanann, ¿When Should Arbitrators Issue Interim or Partial Awards and/or Procedural Orders?, 20
J. Int’l Arb. 255, 256, 258-60 (Nº 3,2003), who notes that while in legal systems other than Germany these
terms “seem to be used interchangeably”, the distinction between “partial” and “interim” awards is “a
particularly important distinction in practical terms.” I did diligently attempt to grasp this “distinction”, but
confess to having failed dismally. Compare id. at 259 (examples of “interim awards” “include decisions as
to the law governing the dispute”) with id. at 260 (examples of “partial awards” include “matters regarding
…. the applicable law”).
(254) See, e.g.,Texas International Arbitration & Conciliation Act, Tex. Civ. Prac. & Rem. Code § 172.143 (arbitration
tribunal “may, at any time during the arbitration, make an interim arbitration award on a matter with respect
to which it may make a final award,’’ and such an award “is enforceable in the same manner as a final
award”).
(255) 532 F.Supp. 901 (S.D.N.Y. 1982).
522 ALAN SCOTT RAU
(256) Yonir Technologies, Inc. v. Duration Systems (1992) Ltd., 244 F.Supp.2d 195 (S.D.N.Y. 2002). Similar cases
include Pacific Reinsurance Management Corp. v. Ohio Reinsurance Corp., 935 F.2d 1019 (9th Cir. 1991)
(interim order required the members of a reinsurance pool to contribute to an escrow account during the
pendency of the arbitration as security for any final award; held, court enforcement of the award “is not an
undue intrusion upon the arbitral process, but is essential to preserve the integrity of that process”); Banco
de Seguros del Estado v. Mutual Marine Offices, Inc., 230 F.Supp.2d 362 (S.D.N.Y. 2002) (panel’s interim
order that reinsurer post, as prejudgment security, irrevocable letter of credit constituted reviewable “arbi-
tral award” under Panama Convention); Island Creek Coal Sales Co. v. City of Gainesville, 729 F.2d 1046
(6th Cir. 1984) (interim award required claimant to continue performance of a coal purchase contract until
panel rendered a final award; held, award disposed of one “separate, discrete, independent, severable
issue”, namely, “whether the [claimant] is required to perform the contract during the pendency of the
arbitration proceedings.”
(257) 264 F.Supp.2d 926,937 (N.D. Cal. 2003).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 523
(258) See, Home Ins. Co. v. RHA/Pennsylvania Nursing Homes, Inc., 127 F.Supp.2d 482 (S.D.N.Y. 2001) (insu-
rance company requested an interim arbitral award that would direct the policyholder to pay all undisputed
premiums; the arbitration panel found that respondent had conceded that it owed the claimant U.S.$408,000,
and ordered it to pay that sum “without further delay”; held, award confirmed). See also Metallgesellschafi
A.G. v. M/V Capitan Constante, 790 F.2d 280 (2d Cir. 1986) (in dispute arising out of a charterparty for the
carriage of fuel oil, the arbitrators made a “partial final award” in favor of the shipowner for the freight
admittedly due and owing, even though the charterer had asserted still-pending counterclaims for alleged
short delivery and fuel contamination; held, award should be enforced, since under the contract and the
applicable law the owner’s claim for &eight was an “independent obligation payable regardless of any
[other] claims”, which were thus “legally irrelevant”); Compania Chilena de Navegacion Interoceanica, S.A.
v. Norton, Lilly & Co., Inc., 652 F. Supp. 1512 (S.D.N.Y. 1987) (dispute arising out of agency agreement;
respondent’s final accounting showed that respondent owed claimant U.S.$48,010 from debts collected for
the claimant, although the claimant asserted that more was due; arbitrators made a “partial award” of
U.S.$48,010 plus interest, “based primarily on defendant’s accounting”, and indicated that they would re-
solve the remainder of plaintifi’ claims at a later date; held, partial award confirmed, since it was “separate
from plaintiff’s other claims, which will require the consideration of more extensive evidentiary sources”).
While many of the functions of the French juge des référés are performed by state or federal courts in the
United States when they are asked to order interim relief, some measures commonly ordered under the
référés procedure are extremely unlikely to be ordered by U.S. courts in the presence of an arbitration
clause. Notable examples are référés order to make a payment (provision) in cases where the existence of
the obligation to pay is not seriously in doubt (“n’est pas sérieusement contestable”), or his appointment of
a technical expert. It is virtually certain that in the United States any judicial action of this sort would be seen
as an impermissible interference with the discretion of the arbitral tribunal: Both the appointment of an
expert, and the payment of amounts “undoubtedly due”, can be expected to have a serious impact on
arbitral procedure and on the tribunal’s direct appreciation of the merits. On the référé-provision, see Hélène
Gaudemet-Tallon, Note, Rev. de L’Arb.. 637,639 (1990) (“it is striking that very often, the judge will allow a
provision equal to 100% of the claim... In reality then the action of the juge de référés can be analyzed as
an actual decision on the merits of the case”).
(259) In such cases it would be error for the arbitral tribunal to deprive respondent of possession of the funds,
thereby “substantially chang[ing] the position of the parties from the outset of arbitration.” See, TIG Ins. Co.
v. Security Ins. Co. of Hartford, 2003 WL 22289273 (D. Conn.) (award vacated; if the agreement “is found
to have been rescinded, then there necessarily is no obligation to pay pursuant to the same; [t]he issues of
rescission and obligation to pay therefore are dependent, the resolution of the former affecting awards of
damages for the latter”). But cf. text accompany, note 257 supra.
(260) Cf. Puerto Rico Maritime Shipping Authority v. Star Lines Ltd., 454 F.Supp. 368 (S.D.N.Y. 1978). Here the
respondent, as agent for the claimant/shipowner, collected freight payments from shippers who shipped
goods on the shipowner’s vessel. There were a number of claims and counterclaims between the parties,
among them the shipowner’s claim that the respondent was in possession of U.S.$550,000 in freight monies
belonging to it. In response to this claim the agent “admitted” that it had collected U.S.$180,000 in freight
which was due to the respondent. As an “interim determination”, the arbitrators directed the respondent to
pay U.S.$180,000 and also to “pay over to [claimant ] such other freight monies as or are may come into its
possession.” The court vacated the award: It conceded that if the arbitrators had only ordered the payment
of the U.S.$180,000 - or if the arbitrators “had fully determined [the respondent’s] freight money claim” -
524 ALAN SCOTT RAU
3.3. Arbitral orders that one party 3.4. Arbitral declaration of liability
should turn over certain records alone without an award of dama-
ges in “bifurcated proceedings”
In one recent case, the claimant
–an American partner to a joint venture– In Hart Surgical, Inc. v. Ultracision,
requested that the arbitral panel order Inc.(262) the parties had agreed to bifurcate
its French partner to provide it with the arbitration into “liability” and
certain tax records that the claimant “damages” phases. After the arbitrators
needed to file with the U.S. Internal found that the respondent had wrongfully
Revenue Service and the Securities and terminated the distribution agreement, the
Exchange Commission. The panel respondent moved to vacate the award.
granted this request, and the court found The court held that this was a final partial
this to be a final and reviewable award award reviewable by the district court.
subject to confirmation. The court stated
that “a ruling on a discrete, time- There is a necessary caveat, however.
sensitive issue may be final and ripe for The court stressed that both the parties and
confirmation even though other claims the arbitrators had understood the
remain to be addressed by arbitrators. determination of liability to be a “final
“The panel in this case “explicitly award”, and that the parties had submitted
carved out the tax records issue for all evidence going to the issue of liability
immediate action from the bulk of the in a discrete proceeding. Allowing review
matters still pending” (261). here would therefore advance “the
primary policy behind the FAA”, the
It should be noted that the arbitral resolution of disputes in the manner
tribunal had labeled its decision as an intended by the parties. But the court took
“order” rather than an “award” – and that care to limit its holding to the situation
this did not affect the result. A court can where there was a “formal, agreed-to
“go beyond a document’s heading and bifurcation at the adjudication stage.” The
delve into its substance and impact to de- court reserved judgment on what would
termine whether the decision is final. “To happen if the arbitrator had issued an
claim that a document that fails to bear initial decision on liability on his own
the word “award” is necessarily initiative. The court also warned of the
unenforceable would be “extreme and possible risks of using such a standard of
untenable formalism”. “finality” for arbitral awards, one that is
then the award might have been confirmed. However, the latter part of the award was “quite simply, an
insufficient and unconfirmable resolution of the freight monies dispute”, which “leaves the question of the
amount of money owing unanswered and the possibility of further disputes between the parties open. “An
award “that fails to lay any one issue to rest” is not “final” and thus not confirmable; the two portions of the
freight monies claim were not “separable”.
(261) Publicis Communication v. True North Communications, Inc., 206 F.3d 725 (7th Cir. 2000).
(262) 244 F.3d 231 (1st Cir. 2001).
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 525
quite different from the usual standard used Shipping, S.A.(265). Here, the charterer of
to govern the finality of lower court a vessel instituted arbitration proceedings
judgments. If the losing side were to choose against the owner. The arbitrators issued
to wait until all arbitration proceedings an interim award that held the charterer
were complete, it might have been found liable on four of the owner’s
to have “forfeit[ed] an appeal” on the counterclaims. The tribunal “deferred”
liability issue by having come in conflict consideration of another counterclaim
with the FAA’s statute of limitations for until a final damages award was made.
vacating the partial award(263). However, in addition, it made no award
as to the owner’s damages, nor to any of
Contrary results can therefore be the claims that the charterer made. The
expected where neither the parties nor the court held that a motion to vacate the
arbitrators “understand the determination award should be dismissed because the
of liability to be a final award”. The level award was simply not reviewable: The
of explicitness required in such cases as award “does not purport to be final”, but
Hart Surgical seems at times to amount is merely a “first step” in deciding all
in effect to a presumption to the contrary. claims submitted to arbitration”.
The risk that a partial award rendered
abroad and dealing with liability alone Because the interim award did not
might be overtaken by subsequent events decide any of the charterer’s claims, it
at the situs would seem to call for particu- clearly was not a final determination of
lar caution in treating such awards as all issues submitted. Moreover, “the
immediately reviewable(264). award did not finally dispose of any of
the claims submitted, since it left open
It therefore seems unlikely that the the question of damages on [four of the
requisite “understanding” was present in owner’s counterclaims] and reserved
the leading case of Michaels v. Mariforum decision on the fifth”.
(263) See, also Andrea Doreen, Ltd. v. Building Material Local Union 282, 350 F.Supp.2d 107 (E.D.N.Y. 2003)
(the parties agreed during the arbitration hearing to bifurcate liability from remedy, and “there is nothing in
the record that even remotely suggests that the parties and the arbitrator believed that the arbitrator’s
decision on liability would be anything less than final”; held, the liability award can be confirmed
notwithstanding the absence of an award that finally disposes of the remedy submitted to arbitration”).
(264) See, e.g., Gulf Petro Trading Co., Inc. v. Nigerian Nat’l Petroleum Corp., 2003 WL 22429699 (N.D. Tex.).In
this dispute arising out of a joint venture between the claimant (a Texas corporation) and the respondent (a
Nigerian state-owned company), an arbitration was held in Geneva. The tribunal issued a partial award in
favor of the claimant to the effect that the respondent had breached the contract, and deferred ruling on the
question of quantum until “a later date.” Subsequently, however, the tribunal rendered a final award holding
that the claimant did not –after all– h525ave “standing or capacity” to assert its claims. The claimant
unsuccessfully sought to have this final award vacated in the Swiss courts. Only afterwards did it seek to
have a U.S. court confirm and enforce the partial award. The court understandably refused to do so: “Because
the issue has already been decided by the Swiss court, a review of that issue by this court would violate
principles of res judicata and international comity”; the Swiss court, in sustaining the final award to the
effect that the claimant had no capacity to maintain any of its claims, had “followed civilized procedural
rules” and had given all parties the “opportunity to be heard”. Query what would have happened had the
partial award been presented first for confirmation in the United States?
(265) 624 F.2d 411 (2d Cir. 1980).
526 ALAN SCOTT RAU
(266) If there is an arbitral “award”, it may of course be vacated on the grounds that the arbitrators lacked jurisdic-
tion to decide the dispute, FAA § 10(a)(4). The current formulation of the proposed artículo 17 bis of the
UNCITRAL Model Law — under which a court may refuse to enforce an order for interim relief if it is merely
satisfied that “there is a substantial question relating to” the jurisdiction of the tribunal — is an unwieldy
attempt to accommodate notions of “compétence/competence”; as such it is simply irrelevant to American
jurisprudence. See Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/547 21,27-28 (March 19,2004)
(current draft refers to the grounds for refusal of enforcement of awards listed in the Model Law, artículo
36(a)(i) and (a)(iii); 33 (it is “crucial that the power of the arbitral tribunal to decide its own jurisdiction should
be preserved and that courts should not preempt determination by the arbitral tribunal of its competence in
the first instance”).
(267) FAA., 13.
(268) For example, where “the arbitrators have awarded upon a matter not submitted to them and the award may
be corrected without affecting the merits of the decision upon the issues submitted.” Uniform Arbitration Act.
13(a). FAA., 11 permits a court to modify an award where the arbitrators have awarded upon a matter not
submitted to them, unless it is a matter not affecting the merits of the decision upon the matter submitted”:
The syntax here seems garbled, but the meaning is certainly the same as the UAA provision — and for that
matter, the same as the New York Convention, artículoV(l)(c).
(269) See, Wright v. Land Developers Construction Co., Inc., 564 So.2d 1000 (Ala. 1989) (interim award ordered
contractors to repair damage to homeowner’s residence and to complete unfinished items specified by the
tribunal’s expert; a later final award chose to grant damages to the homeowners “in lieu of performance”
because performance would “exceed that intended or contemplated by the parties when they entered into
the contract”; held, final award confirmed; the arbitrators clearly indicated that the interim order “was not
intended to be final”, and the later order “handled new issues that arose after the interim order”).
(270) RUAA., 18.The stated rationale is that since “courts are very hesitant to review interlocutory orders”,
such orders must “thus” be “enforced” by courts unless the standard for vacatur is satisfied. Comment 1
( 18 is “currently the law in almost all jurisdictions”). But this grossly distorts the state of current law,
which — although the comment betrays no recognition of the fact — attempts to distinguish between (a)
those arbitral orders reviewable under statutory standards, and (b) those that may neither be vacated
nor enforced at all. At least the formal procedure of a party “request” to “incorporate the ruling into an
award” does serve, in Lon Fuller’s terminology, a “signaling function” — that of indicating to a court just
what the intent of the arbitrators was with respect to finality — although the comment does not actually
attempt to justify § 18 in this way.
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 527
(271) The formulations used in the Convention do not seem to have been chosen with any eye to the particular
problem of interim awards. cf. ALBERT JAN VAN DEN BERG, The New York Convention of 1958: Towards a
Uniform Judicial Interpretation 333-46 (1981) (“The Working Party agreed that the award should not be
enforced if under the applicable arbitral rules it was still subject to an appeal which had a suspensive effect,
but at the same time felt it would be unrealistic to delay the enforcement of an award until all the time limits
provided for by the statutes of limi- tations had expired or until all possible means of recourse have (…)
been exhausted and the award had become ‘final’ ”).
(272) The UNCITRAL Secretariat has in fact suggested that “the prevailing view, confirmed also by case law in
some States, appears to be that the Convention does not apply to interim awards”. Note by the Secretariat,
International Commercial Arbitration: Possible Future Work in the Area of International Commercial Arbitration,
A/CN.9/ 460, 121 (April 6,1999); see also Report of the Working Group on Arbitration, A/CN.9/524, 47 (June
2, 2003) (“In the view of various delegations, strictly speaking, no interim measure should be regarded as
an arbitral award, since it was ephemeral in nature and did not attempt to solve definitively all or part of the
dispute”). To the same effect, see, LEW , Julian D.M., et al, Comparative International Commercial Arbitration
635- 36 (2003) (while some courts have enforced interim awards under the New York Convention “like any
other awards” (citing U.S. authority), the “prevailing position” is that interim awards are not enforceable
under the Convention (citing Australian and Austrian authority to the effect that “unlike a partial award, an
interim award cannot be challenged independently from the final award,’’ nor can it be enforced). It seems
extremely unlikely that any universally acceptable formula can be devised to reverse this result.
(273) See, supra note 265.
(274) See, e.g., infra note 280 (abitral ruling that claim has been timely filed).
(275) Sperry Int’l Trade, Inc. v. Government of Israel, supra note 255, 532 F.Supp. at 906. See also Home Ins.
Co., supra note 258,127 F.Supp.2d at 487-88 (“the award in question here certainly is final in a very important
respect — it has determined that [claimant] is entitled to possession of the $408,000 during the pendency
of the arbitration”).
528 ALAN SCOTT RAU
(276) Yonir Technologies, Inc. v. Duration Systems (1992) Ltd., 244 F.Supp.2d 195 (S.D.N.Y. 2002) (this order
“does not dispose of any separable claim contained in the parties’ arbitration demands”, and “is too attenuated
from asset preservation to be considered an award for interim equitable relief ‘). It is instructive to compare
Yonir Technologies with Publicis Communication, discussed supra note 261. In Publicis the claimant had
urged —and the arbitral tribunal appeared to accept— that its need for the tax records in question was
“extremely urgent” so that it would be able to comply with governmental regulations. While a mere
—unreviewable—” discovery order” would involve “compiling information” as “an early step in moving toward
the end result”, by contrast the claimant’s entitlement to the records in Publicis was thought to be at least
one of “the very issue[s]” that the claimant “wanted arbitrated”.
(277) See, Mobil Oil Indonesia Inc. v. Asamera (Indonesia) Ltd., 372 N.E.2d 21 (N.Y. 1977) (“there is no authority
for this court (…) to intervene at this state of the progression of the arbitration proceeding”; “for the court to
entertain review of intermediary arbitration decisions involving procedure or any other interlocutory matter,
would disjoint and unduly delay the proceedings”).
(278) Aerojet General Corp. v. American Arbitration Ass’n, 478 F.2d 248 (9th Cir. 1973) (judicial review of such a
ruling “prior to the rendition of a final arbitration award should be indulged, if at all, only in the most extreme
cases”). In Aerojet the parties had never agreed on the location of the arbitration, and so pursuant to its
rules, the AAA itself was to make the initial determination. (See, the current version of the Commercial
Arbitration Rules, r. 10:”The parties may mutually agree on the locale where the arbitration is to be held... If
a party objects to the locale requested by the other party, the AAA shall have the power to determine the
locale, and its decision shall be final and binding.”). Compare Richard C. Young & Co., Ltd., v. Leventhal,
298 F.Supp.2d 160 (D. Mass. 2003). Here, the agreement did say something — that any dispute “will be
submitted for arbitration to the AAA in Boston, Massachusetts.” The claimant instituted an arbitration in
California, and over the respondent’s objection, the AAA agreed that the arbitration should proceed there;
the respondent then moved to enjoin the pending California arbitration and to compel arbitration in
Massachusetts. The federal district court first determined (1) that the arbitration clause was “ambiguous.”
(2) Since the determination on venue had not been made by the actual arbitrator, but only by the AAA, the
court was “not preempted by an arbitrator’s decision”; if, on the contrary, the ruling had been made by the
arbitrator himself, the court could review it “only in very narrow circumstances”. (3) Instead, it was now the
court that had “the authority to (…) interpret” the clause. And (4) the court ultimately determined that the
clause was not really a forum-selection clause — it merely required that requests for arbitration be submitted
to the AAA’s Boston office, with no obligation to conduct the actual proceedings there.
All this is surprisingly incoherent. Note that the decision is not at all conceived in terms of “review”, but
instead as both an initial and final determination by a court as to a matter within its exclusive authority. But
of course, if the court is indeed the appropriate decisionmaker, then it should not matter in the slightest
whether or not the arbitrator has “gone first” and made a ruling: His decision would be entitled to the usual
deference only $the parties had originally entrusted him with the contractual authority to make it — and if
they did, this deference would be due both prospectively and after the fact. See First Options of Chicago,
Inc. v. Kaplan, 514 U.S. 938 (1995) (“because the Kaplans did not clearly agree to submit the question of
arbitrability to arbitration, the Court of Appeals was correct in finding that the arbitrability of the Kaplan/First
Options dispute was subject to independent review by the courts”). In addition, since the only question that
remains is the scope of consent, the author cannot see why it matters whether the determination as to the
site of the arbitration was made by the AAA — pursuant to its rules — or by the arbitrators themselves, nor
why it should matter whether the agreement contains a provision that requires construction, or whether (as
in Aerojet) it is instead totally silent. It is in fact the former case that the author thinks particularly calls for
deference to the supposed expert ability of arbitrators. Curiously, the court in Richard C. Young showed no
awareness of the Supreme Court’s earlier decision in Pacificare Health Systems, Inc. v. Book, 2003 WL
1791225 (U.S.) (did a contractual provision that “punitive damages shall not be awarded” bar an arbitral
PROVISIONAL RELIEF IN ARBITRATION: HOW THINGS STAND IN THE UNITED STATES 529
(iv) “gag orders” prohibiting a party from b. Vacatur for failing to make a
sharing information obtained during “final”award
the course of the arbitration with any
Section 10(a)(4) of the FAA provides
of its coreinsurer(279); and
grounds for the vacatur of awards when
(v) orders finding that the claimant had the arbitrators have “so imperfectly
timely filed its request for arbitration executed [their powers] that a mutual, fi-
and allowing it to amend its nal, and definite award upon the subject
claim(280). matter submitted was not made.” In theory,
this is a different objection from the
Most cases will be abundantly
question discussed in the preceding
unproblematic. In Lincoln v. C & N Group,
section. In Part I, above, the problem was
Inc., an arbitration clause in a residential
that the arbitrators may have made no
warranty agreement provided for a two-
“award” at all - but merely an interlocutory
tier process of arbitration. After a dispute
order. By contrast, it is only when
was submitted to arbitration and an award
arbitrators “imperfectly execute” their
rendered, either party had the right to
powers by making an award “that purports
appeal to an “appellate arbitrator”, whose
to be [a final award], but is in fact not,’’
decision would be final.
that vacatur is appropriate under Section
The parties had completed the first 10(a)(4)(282). In theory, then, Section
step of the arbitration process, but one of 10(a)(4) simply has no application to an
them had appealed the initial award. The interim award that the arbitrators did not
court held, correctly, that since “a final intend to be their final determination on
award has not yet been determined” there the issues submitted to them. Strictly
was simply nothing for the trial court to speaking, then, the Michaels case,
confum. Confirmation was refused even discussed above, did not really rely on
though the losing party had not filed a for- Section 10(a)(4). “The interlocutory
mal motion to vacate(281). nature of the interim award rendered
award of treble damages under Rico? Since the terms of the agreement were “ambiguous” and the intent of
the parties “uncertain”, the courts should not take upon themselves “the authority to decide the antecedent
question of how the ambiguity is to be resolved”, and the arbitrators must first be called on to tell us just
what the agreement means). See ALAN SCOTT RAU, Everything You Really Need to Know About “Separability”
in Seventeen Simple Propositions, 14 AM. Rev. Int’l Arb.1, 103 - 4 (2003).
(279) Yasuda Fire & Marine Ins. Co. of Europe Ltd. v. Continental Casualty Co., 840 E Supp. 578 (N.D. Ill. 1993)
(gag order was “a wholly procedural and largely... discovery-oriented ruling” and therefore not an “award”).
(280) Ligon Nationwide, Inc. v. Bean, 761 F.Supp. 633 (S.D. Ind. 1991) (not a “final award’’ but “purely procedural
and precursory to a final arbitration”). Such determinations are now clearly within the virtually non reviewable
discretion of the arbitral tribunal under Howsam, see, RAU, supra note 278, at 101-3; of course, they can still
be tested on a motion to vacate.
(281) Lincoln v. C & N Group, Inc., 1997 WL 672626 (Tex.App.).
(282) Michaels v. Mariforum Shpping, S.A., supra note 265, 624 F.2d at 414.
530 ALAN SCOTT RAU
(283) Cofinco, Inc. v. Bakrie & Bros., N.V, 395 F.Supp. 613 (S.D.N.Y. 1975) (the “goal of the proceedings was, and
remains, a money award).
(284) Pyrarmd, Inc. v. Nat. Telefilm Assoc. Inc., 243 N.Y.S.2d 170 (N.Y.Cty.Sup.Ct. 1963) (arbitral award directed
an accounting, subject to audit by “a national firm of independent certified public accountants”, who, if they
found the accounting unfair, were directed themselves to prepare an accounting which would be binding;
held, award was not “final” because the arbitrator had delegated to the accountants his power to decide the
amount due). See also Puerto Rico Maritime Shipping Authority v. Star Lines Ltd., supra note 260; Chaco
Energy Co. v. Thercol Energy Co., 637 P.2d 558 (N.M. 1981) (award was “incomplete because the arbitrators
failed to decide an issue specifically submitted to them”, i.e., the date for performance; held, arbitrators do
not have authority under Uniform Arbitration Act to amend decision in order to fix such a date). But cf.
University Mednet v. Blue Cross & Blue Shield of Ohio, 710 N.E.2d 279 (Ohio App. 1997) (billing dispute
between physicians’ association and health insurer; “the fact that the award instructs the parties to provide
each other with additional information so that such award can be carried out does not render the award
indefinite”; “the arbitrators could not be expected to provide specific monetary figures when the information
necessary to determine such figure was not provided to them”).
(285) Cf.3 Federal Arbitration Law, 37.6.1.3 (Ian Macneil et al. eds., 1994) (“Courts should not draw too fine a line
between these statutory grounds for vacating a purported award and using the same factors of mutuality,
finality, and definiteness to determine whether any award has been made at all”).
RENUNCIA AL RECURSO DE ANULACIÓN CONTRA EL LAUDO: ALCANCES Y ANÁLISIS COMPARATIVO 531
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 531-537
( *) Consejera Especial en Carey y Cía., Santiago de Chile. Ex Directora para América Latina de la Corte
Internacional de Arbitraje de la CCI.
(1) Ver artículo 5 de la Ley Modelo de la CNUDMI. En Perú, artículo 123 de la Ley General de Arbitraje de Perú
(en adelante, LGA).
(2) Ver artículo V(1)(e) de la Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de Sentencias Arbitrales
Extranjeras (en adelante, Convención de Nueva York).
532 DYALÁ JIMÉNEZ FIGUERES
que con permitir únicamente este recurso varias disposiciones que siguen esta ten-
el sistema brinda un equilibrio entre los dencia: el artículo 101 permite que los ár-
intereses del país “anfitrión” del arbitra- bitros sean de cualquier nacionalidad(4),
je, el interés de las partes en obtener fina- el artículo 108 le da la libertad a las par-
lidad y la necesidad de supervisar, aun- tes para que sean representadas por abo-
que limitadamente, el trabajo del árbitro. gados de cualquier nacionalidad y en el
artículo 111 se estipula la libertad en cuan-
Un laudo anulado en su sede es de to al idioma del arbitraje. Por otro lado,
difícil ejecución, aun en jurisdicciones dis- en los artículos sobre anulación y ejecu-
tintas a la de la sede. Esto es debido a la ción del laudo (99 y 129 respectivamen-
importancia que tiene, en el esquema ac- te), se habla no de “orden público” como
tual, la sede del arbitraje la cual es, de cier- lo estipula la Ley Modelo, sino de “orden
to modo, el domicilio del arbitraje. Sin público internacional”.
embargo, existe una corriente que aboga
por una “deslocalización” del arbitraje in- Las disposiciones relativas al idio-
ternacionalpara llegar a un arbitraje ma del arbitraje(5) y a la nacionalidad de
verdaderamente transnacional(3). Para los árbitros son tan comunes –y necesa-
quienes cuestionan el rol de la sede en rias– que se nos olvida que son de ten-
el control del laudo, dicho control debe dencia “deslocalizadora”. Hablar de or-
recaer en las jurisdicciones donde se den público internacional significa un paso
vaya a ejecutar, con la aplicación –por hacia la transnacionalización menciona-
regla general hoy en día– de la Conven- da, aunque siempre la cuestión de orden
ción de Nueva York. público –nacional o internacional– queda
sujeta a interpretaciones. Pero hay una
Si observamos cuidadosamente la disposición adicional en la LGA que es
Ley General de Arbitraje del Perú (en ade- tremendamente “deslocalizadora” y que
lante, “LGA”), notaremos que contiene llama poderosamente la atención:
(3) Ver, por ejemplo, PAULSSON, Jan, “Enforcing Arbitral Awards Notwithstanding a Local Standard Annulment”,
en: ICC ICArb Bulletin, Vol. 9, Nº 1, 1998, p. 29. Así, alguna jurisprudencia francesa: Hilmarton Ltd. V.
Omnium de traitement et de valorisation (OTV) del 23 de marzo de 1984, Pabalk Ticaret Sirketi v. Norsolor
S.A. del 9 de octubre de 1984 y Ministry of Public Works of Tunisia v. Société Bec Frères del 24 de febrero
de 1994. Ver también, GAILLARD, Emmanuel / EDELSTEIN, Jenny, “Baker Marine and Spier Strike a Blow to
the Enforceability in the United States of Awards Set Aside at the Seat”, en: International Arbitration Law
Review (2000) 37-43. Ver también JIMÉNEZ F IGUERES, Dyalá, “La madurez del arbitraje internacional: de
laudos extranjeros a laudos internacionales”, en: Revista Internacional de Arbitraje, Nº 4, 2006, p. 179 (la
autora admite que hay grados de “internacionalidad”). En contra, VAN DEN B ERG, Albert Jan, “The New
York Arbitration Convention of 1958”, en: Kluwer Law and Taxation Publishers, pp. 81-120 y SAMPLINER,
G.H., “Enforcement of Foreign Arbitral Awards After their Annulment in their Country of Origin”, in: MeaLey
Nº’s International Arbitration Report (1996), pp. 22-30. Estos autores plantean que el sistema actual no
permite la deslocalización, sin necesariamente estar en contra de ella para un futuro (de lege ferenda).
(4) Este permiso lo da además la Convención Interamericana de Arbitraje Comercial Internacional de 1975,
conocida como la “Convención de Panamá”, en su artículo 2.
(5) En Brasil, para arbitrajes relacionados con asociaciones público-privadas (esquema utilizado sobre
todo para obras públicas), el idioma debe ser portugués y el derecho aplicable es el brasileño, según la
Ley Nº 11079, de diciembre de 2004. Esta es una excepción a la regla plasmada en la Ley brasileña de
Arbitraje de 1996.
RENUNCIA AL RECURSO DE ANULACIÓN CONTRA EL LAUDO: ALCANCES Y ANÁLISIS COMPARATIVO 533
(6) Artículo II de la Convención de Nueva York, artículo 7(2) de la Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial
Internacional de la CNUDMI, artículos 10 (arbitraje nacional) y 98 (arbitraje internacional) de la LGA.
(7) Es de notar que el Reglamento del LCIA es a primera vista ser más limitativo que la misma LGA, al
mencionar “cualesquiera vías de recurso de apelación o revisión”. Pareciera que en este punto la debili-
dad nace de la traducción al español de la misma disposición en inglés: “appeal, review or recourse”.
Según el LCIA, la versión oficial es la inglesa, por lo que podemos afirmar que ambas, la LGA y el regla-
mento de la LCIA, se refieren a la renuncia al recurso de anulación.
(8) Como se verá más adelante, en Suiza sí hay jurisprudencia sobre este punto.
RENUNCIA AL RECURSO DE ANULACIÓN CONTRA EL LAUDO: ALCANCES Y ANÁLISIS COMPARATIVO 535
(9) Como se verá más adelante, éstos son Bélgica, Panamá, Suecia, Suiza y Túnez.
(10) Según sentencia del Tribunal Constitucional del Perú del 28 de febrero de 2006, en dictum:
“(…) es un hecho incontrovertible que existe la posibilidad de cuestionar, por la vía del proceso constitucio-
nal, una resolución arbitral. Esta, por tanto, debe ser considerada como la única opción válida constitucio-
nalmente, habida cuenta de que bajo determinados supuestos procede el proceso constitucional contra
resoluciones provenientes tanto del Poder Judicial como de un Tribunal Militar (artículo 4 del Código Pro-
cesal Constitucional). En esa medida, no existe respaldo constitucional que impida recurrir al proceso
constitucional frente a la jurisdicción arbitral”.
Sin embargo, es de notar que esta opinión se dio en la decisión que denegó el recurso de habeas corpus
solicitado por un árbitro en el contexto de un arbitraje nacional. En España, por el contrario, en la sentencia
del Tribunal Constitucional (Sala Primera) Nº 9/2005 del 17 de enero se confirmó lo que jurisprudencia
reiterada venía estableciendo, y es que un laudo arbitral no puede ser objeto de impugnación por medio
del recurso de amparo.
(11) Para un interesante análisis sobre la “constitucionalización” del arbitraje, ver DE JESÚS O., Alfredo, “La Sala
Constitucional y el Arbitraje Comercial”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 3, 2006, p. 63. Para analizar
el tema sobre los recursos contra el laudo en el arbitraje nacional en el Perú, ver ABANTO TORRES, Jaime
David, “El Arbitraje en las Sentencias del Tribunal Constitucional y la Procedencia del Amparo contra
Laudos Arbitrales”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 3, 2006, p. 149 y LOHMANN, Juan Guillermo, “Inter-
ferencia Judicial en los Arbitrajes”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 1, 2005, p. 279.
536 DYALÁ JIMÉNEZ FIGUERES
sobre todo tomando en cuenta que la le- El Dr. Lohman bien dijo que “el arbi-
gislación panameña ni siquiera la restrin- traje va allá donde quieren las partes”(12)
ge a extranjeros, cuando las demás, inclu- y éste es un perfecto ejemplo de ello. El
yendo la peruana, sí lo hace. Lo que sí se laudo internacional es así empujado por las
puede afirmar es que eliminar el recurso partes hacia el vacío, pero con la red pro-
de anulación del laudo es un paso hacia la tectora de la Convención de Nueva York(13).
deslocalización del arbitraje, lo que, a su Esto, claro está, siempre que las legisla-
vez, fortalece la Convención de Nueva ciones locales así lo permitan y sólo en la
York y la deja como el instrumento único medida en que lo hagan. En ese sentido, la
de control de los laudos. LGA da muestras de ser futurista.
(12) LOHMANN, Juan Guillermo, “Interferencia Judicial en los Arbitrajes”, cit., p. 268.
(13) O una red aun más favorable, según su propio artículo VII.
538 DYALÁ JIMÉNEZ FIGUERES
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 539
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 539-572
incorporados Dres. Juan C. Maqueda y E. ese caso fue una de las causales del juz-
Raúl Zaffaroni, la C.S.J.N. produce una gamiento político de los magistrados de
fractura en su anterior línea de pensamien- la C.S.J.N., sentando también así, en
to enmarcada en el muy restrictivo y ex- este ultimo aspecto, un peligrosísimo
cepcional control judicial contra las deci- precedente, que de aquí en más permi-
siones (laudos), dictados por árbitros o tirá juzgar las conductas de los jueces
tribunales arbitrales. por el contenido de sus fallos(3).
No se nos escapa que este cambio se Es que el laudo del tribunal arbitral
acompasa con las nuevas ideas políticas de Obras Públicas de la Nación (en ade-
y económicas que nutren al gobierno elec- lante “el TADOP”) en el caso Meller –
to en el año 2003, al que la C.S.J.N. pre- que la corte al denegar la queja por dene-
tende acompañar, cuyo análisis no es pro- gatoria del Recurso Extraordinario Fede-
pósito de este trabajo, direccionando al ral (en adelante R.E.F.), confirmó– pare-
examen del tema a la luz del derecho, des- ciera haber sido la gota que colmó el vaso
de una óptica objetiva. respecto del cuestionado desempeño de
este particular tribunal que funcionaba en
Desde siempre y hasta el anterior
la órbita de la Secretaria de Obras Publi-
caso Meller –inclusive–, que ha marca-
cas del Ministerio de Infraestructura y Vi-
do a fuego a la C.S.J.N., ésta transitó por
vienda, a tal extremo que poco después del
un camino relativamente firme y previ-
laudo, por Decreto 1349 del 26 de octubre
sible en el tema. Pero lo cierto es que lo
de 2001, del presidente De la Rua se resol-
resuelto en ese caso, al afectar los inte-
vió lisa y llanamente su disolución.
reses del Estado, en una decisión que se
consideró injusta, fue duramente cuestio- Junto a una inédita reprimenda pú-
nado por los poderes políticos, que es- blica del titular del Poder Ejecutivo al en-
peraban una decisión revocatoria del lau- tonces presidente de la C.S.J.N., Dr. Julio
do contrario a esos intereses. El desagra- Nazareno, el 4 de julio de 2003, pidiendo
do fue de tal entidad que lo resuelto en su juicio político(4), el Congreso impulsó
(3) Desde que hace 200 años, en que el Senado de los EE.UU., cuya constitución fuera fuente directa de la
argentina de 1853, rechazo el juicio político promovido al Juez de la Corte Suprema CHASE, Samuel,
acusado por la Cámara de Representantes, que consideró sus sentencias como arbitrarias, opresivas e
injustas por su espíritu de persecución e injusticia, en una decisión en la que se pretendió salvaguardar la
independencia del Poder Judicial, no se discute que la conducta de los jueces no puede ser juzgada por el
contenido de sus sentencias, sin perjuicio de la frecuente tentación de los gobernantes de contar con
Cortes adictas o al menos permisivas –conferencia, GONZÁLEZ CAMPAÑA , German, “Juicio Político a los
Jueces de la Corte Suprema por el contenido de sus sentencias: ¿Hacia una casación política de los
criterios jurídicos?”, en: L.L., Sup. de Derecho Constitucional, 20 de febrero de 2004, pp. 60 y ss.
Ese principio tiene además, validez universal. En tal sentido cabe recordar por ejemplo que el artículo
15.2. del Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aprobado mediante Resolución Nº
448 adoptada por la Asamblea General de la OEA en su noveno periodo de sesiones, celebrado en La
Paz, Bolivia, octubre de 1979, establece que “no podrá exigírseles (a los Jueces de esa Corte) en ningún
tiempo responsabilidad por votos y opiniones emitidos o actos realizados en el ejercicio de sus funciones”.
(4) Un titular del Diario La Nación, de ese mismo día 4 de julio de 2.003, anunciaba “Los cambios en la justicia:
ponen en la mira a otro juez de la llamada mayoría automática de la Corte. Comenzó el enjuiciamiento
político a Moline”, p. 6.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 541
este mecanismo contra cada uno de los mi- impulsar el enjuiciamiento del Dr. Anto-
nistros acusados de integrar la llamada nio Boggiano, acusado de acompañar a
“mayoría automática”, que habían vota- esa mayoría en muchos de sus cuestiona-
do en el mismo sentido en Meller, esto es dos pronunciamientos como en Meller.
por el rechazo del R.E.F. deducido. Ello
provocó hasta el momento una purga sin En todos los casos, lo resuelto por
precedentes del máximo tribunal judicial los ministros que hicieron mayoría en el
argentino, con la renuncia de tres de sus caso Meller, constituyó una de las causa-
integrantes Dres. Nazareno; López y Váz- les tomadas como indicativas del mal des-
quez, y la destitución de Moline empeño –tal vez la mas importante–, tan-
O´Connor, que decidió afrontar los car- to para el órgano acusador (Cámara de
gos sometiéndose a ese juicio político(5). Diputados), como para el Juzgador (Cá-
A ello se suma, la reciente decisión de mara de Senadores)(6), por considerarse
(5) Debe recordarse también la inicial y decorosa renuncia del Dr. Bossert, Gustavo, en el año 2002, cuando
se comenzó a analizar la posibilidad de iniciar juicio político a todos los miembros de la Corte acusados de
integrar la mayoría automática.
(6) Se produce así otra fractura de lo que fuera un pilar básico en materia de control político de la actividad de
los jueces de la C.S.J.N. Siempre se ha entendido, como se vio en nota 3, que su remoción no se puede
basar en el contenido (justicia o injusticia) de sus fallos, porque para ello están los recursos previstos por
el régimen constitucional y legal vigente. Salvo que constituyeran un instrumento para la comisión de
algún ilícito en el ejercicio de sus funciones, como prevaricato, cohecho, etc. Pero si ello no se demuestra
no existe órgano alguno en la estructura constitucional argentina, que pueda considerarse por encima de
las decisiones jurisdiccionales del máximo tribunal, para juzgar si lo resuelto en un caso determinado,
resulta justo, equitativo, legitimo o constitucional.
Tampoco pueden ser motivo de “mal desempeño” determinante del juicio que prevé el artículo 53 de la
Constitución, las sentencias dictadas a favor o en contra de ciertas posiciones doctrinarias o precedentes
jurisprudenciales, siempre discutibles según épocas y circunstancias, porque ello afectaría la independen-
cia de los jueces. “Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales”. Documento del 24 de julio de
2.003 “La Corte Suprema de Justicia”, ED. 2 de setiembre. 2003, Nº 10.829.
La cuestión es gravísima porque que si el Congreso de la Nación se considera con facultades para juzgar
a los jueces tomando como causa el contenido de sus fallos o sentencias, habrá comenzado una practica
o sentado un precedente que bien podría repetirse en otras oportunidades y por otras integraciones polí-
ticas del mismo, contra otros jueces, con lo cual la independencia del poder judicial, engranaje esencial de
todo gobierno democrático, desaparecería.
Se ha dicho, en tal sentido que juzgar políticamente a los jueces, por el contenido de sus sentencias, es
transmitir hacia el futuro una debilidad congénita al resto de los jueces. El juicio político ya no será enton-
ces un elemento republicano de control del desempeño, sino una instancia revisora de las sentencias. Una
suerte de Corte Suprema fuera del poder judicial. – BIANCHI , Alberto B., “Los jueces juzgados por sus
fallos”, en: Diario La Nación, 27 de julio de 2003.
Cabe recordar que de acuerdo a esa –hasta Meller indiscutida doctrina–, la C.S.J.N., ha rechazado los
pedidos de juicio políticos a magistrados basados en el contenido de sus sentencias.
Así en el caso “Weide y Compañía s/Pedido de Juicio Político al Sr. Juez Nacional en lo comercial Dr.
Alegría, Héctor”, resuelto el 31 de julio de 1968 (Fallos 271:175), al rechazar esa denuncia, destacó que:
“Con prescindencia del juicio que pueda merecer lo decidido respecto de su acierto, es obvio que el
posible error de las resoluciones cuestionadas en materia opinable, no puede conducir al enjuiciamiento
del magistrado”.
En el mismo sentido, en el caso: “Arigos, Dr. Carlos R. (Juez de Instrucción) –se solicita su enjuiciamiento–,
resuelto el 15 de setiembre de 1969 (Fallos 274:415), se rechazo dicho pedido, señalando entre
otros argumentos:
542 HÉCTOR MÉNDEZ
que en ese fallo, al convalidar una deci- Lo cierto es que en Cartellone sea por
sión arbitral que hizo lugar al cuantioso re- el efecto “Meller”, o por algún otro moti-
clamo dinerario de esa firma –contratista vo que se podrá deducir, como directa
de la ex Entel–, pese a las objeciones de la consecuencia del cuestionado funciona-
SIGEN y de la Procuraduría General, no miento del disuelto TADOP, se ha abierto
solo se habían perjudicado los intereses del la puerta, con nociva amplitud, a la revi-
Estado sino que “se había legitimado judi- sión judicial de las decisiones (laudos)
cialmente un proceso administrativo frau- arbitrales, poniendo la jurisdicción judi-
dulento”. Esa causal fue fundamental en la cial por encima de la arbitral, producien-
destitución del Dr. Moline Ó Connor(7). do con ello la desnaturalización del arbi-
traje, como medio no estatal de resolución
Tan grave ha sido entendida la deci- definitiva de conflictos en materia dispo-
sión tomada en ese caso, que precisamen- nible, que en su esencia pretende funda-
te los tres magistrados que votaron en di- mentalmente, por válida decisión de los
sidencia (Fayt; Petracchi y Belluscio), son propios actores interesados, evitar la in-
los únicos que –hasta el momento– han tervención de aquella jurisdicción estatal.
quedado al margen del enjuiciamiento Creemos que la solución relacionada con
político por mal desempeño. los laudos dictados por aquel extinto
“Que el principio de la independencia del Poder Judicial es uno de los pilares básicos de nuestra organiza-
ción institucional. Por ello, los constituyentes, se preocuparon de asegurar la inamovilidad de los jueces,
creando la garantía de que “conservaran sus empleos mientras dure su buena conducta” –considerando 1.
Que el fin ultimo de la independencia de los jueces es lograr una administración imparcial de justicia, fin
que no se realizaría si los jueces carecieran de plena libertad de deliberación y decisión en los casos que
se someten a su conocimiento. –considerando 2.
Que es obvio que este presupuesto necesario de la función de juzgar resultaría afectado si los jueces
estuvieran expuestos al riesgo de ser removidos por el solo hecho de que las consideraciones vertidas en
sus sentencias puedan ser objetables, en tanto y en cuanto –por supuesto– ellas no constituyan delitos
reprimidos por las Ley Nºes o traduzcan ineptitud moral o intelectual que inhabilite para el desempeño del
cargo. –considerando 3.
Que es obvio, asimismo, que en el ejercicio de su delicada función, una de las virtudes del juez debe ser
la prudencia, la circunspección, la mesura y la estimación respetuosa y comedida de todos los integrantes
de la sociedad que de un modo u otro, cumplen su misión dentro de un orden republicano. –considerando 4.
En el mismo sentido, luego de la reforma constitucional de 1.994, el Jurado de Enjuiciamiento que trató el
Jury promovido al Juez Bustos Fierro, Ricardo, aplicando la norma reglamentaria de ese consejo que
establece que “queda asegurada la garantía de independencia de los jueces en materia de contenido de
las sentencias” (artículo 14 inc. b de la Ley Nº 24.939), rechazó la acusación de “ignorancia manifiesta del
derecho” del Juez, por haber autorizado al ex presidente MENEM, Carlos a postularse interinamente a un
tercer mandato presidencial.
Dijo el Jury, en esa oportunidad, que las decisiones jurídicas que adoptan en sus sentencias o el criterio
que informa a las mismas entran dentro de una “zona de reserva de los jueces” y que la independencia
judicial abarca también la independencia de criterio del magistrado, con la finalidad de garantizar la inamo-
vilidad funcional mientras dure su buena conducta –considerando 3 y 5.
(7) Así lo entendió el Senado de la Nación, en el fallo del 3 de diciembre de 2003, al destituir al Dr. O’CONNOR ,
Moliné. Se consideró también que lo votado en este caso implicó “negar al Estado la vía judicial de revisión
de una resolución administrativa que ilegítimamente lo perjudica en centenares de millones de pesos,
omitiendo el tratamiento de los serios planteos del recurso, las disidencias judiciales y la existencia del
proceso penal, lo que, hace presumir ante lo manifiesto de las irregularidades y arbitrariedad del caso, que
no obró como juez sino por otros intereses” y “ haber abdicado de manera arbitraria constitucionalidad en
los términos del artículo 14 de la Ley Nº 48, artículo 59 de la Constitución Nacional”.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 543
(8) Es que en este importante tema debemos actuar con objetividad y razonabilidad, tratando de adoptar
decisiones jurídicas que se acompasen con la necesaria y paulatina reinserción de nuestro país en el
concierto mundial, recobrando el crédito internacional, sin el cual difícilmente se pueda salir de la difícil
situación en que se encuentra.
(9) No nos atrevemos a pensar que el fallo Cartellone esté preparando el camino para una eventual postura
argentina frente a laudos arbitrales adversos en los organismos arbitrales internacionales en los que se
544 HÉCTOR MÉNDEZ
dirimen actualmente varias controversias en la que se la encuentra en el rol de legitimada pasiva. Pero aún
considerando hipotéticamente que así lo sea, carecería de virtualidad mas allá del arbitraje interno o
doméstico, porque serán siempre otros y no nosotros, quienes juzgarán nuestro accionar, aunque unilate-
ralmente nos autojuzguemos pretendiendo liberarnos de responsabilidades.
(10) E.D., T. 204, p. 312, con nota de PALACIO, Lino E., “El Arbitraje Voluntario y el Recurso Extraordinario
Federal (el caso “Meller”)”, L.L. t. 2003-B, pp. 905 y ss. con nota de COLERIO, Juan Pedro, “La Revisión del
Laudo Arbitral por el Recurso Extraordinario”.
Antecedentes del caso: Según las constancias del dictamen del Sr. Procurador General y de la sentencia,
surge que en 1986, “Meller S.A. en U.T.E. con GTE Directories Corporation”, y Entel celebraron un contrato
para la confección y distribución de seis ediciones de guías telefónicas. Entel concedió a las citadas
empresas el derecho exclusivo de publicación de las guías telefónicas de la Ciudad de Buenos Aires y
alrededores, a cambio de un precio fijo y un porcentaje variable (entre el 8% y el 25% según la edición), de
las ganancias que estas obtuvieran de la publicidad vendida a los interesados que publicaran avisos en
dichas guías.
Las empresas se encargaban de conseguir y contratar con los avisadores, el precio y demás condiciones
de la publicidad, comunicando a Entel los importes convenidos con aquellos, a cuyo efecto le hacia entre-
ga de una cinta magnética que la empresa estatal incorporaba a su sistema informativo y los incluía en las
facturas emitidas periódicamente a los abonados, importe que percibía junto con el abono telefónico, “en
nombre y representación de Meller S.A.”.
Sobre la base de la información recibida de Entel S.A. por los importes facturados a los abonados, Meller
S.A. emitía un estado o resumen de cuenta, que la empresa estatal debía abonar dentro de los 10 días de
revisada y aprobada la liquidación respectiva.
Una vez finalizada la facturación correspondiente a cada edición anual, las partes debían formular la
rendición final de cuentas respectiva.
El 28 de junio de 1995, Meller S.A. solicitó a Entel (e.l), que le entregara toda la información relativa a los
deudores por avisos publicados en las guías editadas en los años 1988, 1989 y 1990, a la vez que le
requirió la rendición final de cuentas del contrato.
Ante la información de Entel de que en sus archivos no tenia la documentación respaldatoria relativa a
quienes adeudaban a Meller S.A. la publicidad incluida en las guías editadas en esos años, esta ultima
formuló su propia liquidación final de cuentas sobre la base de su propia contabilidad por la suma de $
43.664.253,01 (a valores al 31 de agosto de 1994), a la vez que solicitó la apertura a prueba de las
actuaciones administrativas y la designación del perito contador que propuso.
Habiéndose ordenado la apertura a prueba de las actuaciones administrativas, produciéndose la ofrecida
por las partes, y los dictámenes legales, informe pericial de contador publico, e informe de auditores. Entel
(e/l), formuló su propia liquidación final de las cuentas del contrato, del que resultaba un crédito a favor de
Meller S.A. por $ 28.942.839.
Luego de producido el dictamen de la Gerencia de Asuntos Legales, el 8 de noviembre de 1996, la repre-
sentante del Estado Nacional y liquidadora, dictó la resolución 146/96 en la que dispuso ordenar el pago
de la suma antes indicada en Bonos de Consolidación de la Deuda Publica, suscribiéndose los respecti-
vos formularios de requerimiento de pago de la deuda consolidada.
Remitido el expediente a la Sindicatura General de la Nación, esta puso en duda la razonabilidad del
mecanismo de ajuste aplicado para calcular el importe de la liquidación final, aconsejando su pase al
Ministerio de Economía de la Nación. La Dirección de Asuntos Jurídicos advirtió que Meller S.A., ya
habría percibido el saldo de liquidación final del contrato y renunciado a todo reclamo relacionado con la
publicidad de las guías telefónicas editadas en los años 1988, 1989 y 1990, en ocasión de reconocérse-
le en Exp. 8946/94 el reclamo por la liquidación final de la publicidad correspondiente a la edición
telefónica del año 1990.
Meller S.A. discrepó con esa opinión, respecto al alcance de esa renuncia, expresando que había renun-
ciado a reclamar las diferencias de liquidación relacionadas con los avisos publicados en las guías telefó-
nicas de esos años, pero no al derecho de formular la liquidación final del contrato y reclamar todas las
diferencias dejadas de percibir por razones imputables a Entel.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 545
Remitidas las actuaciones a la Procuración del Tesoro de la Nación, su titular dictaminó que la Resolución
146/96, era nula de nulidad absoluta e insanable y que por tratarse de un acto irregular debía ser inmedia-
tamente revocada en sede administrativa según lo prescripto por el artículo 17 de la Ley Nº 19549.
Ante esa objeción la liquidadora de Entel dictó la Resolución 18-98 por la que se suspendieron los efectos
de la Resolución 146/96.
(11) Contra la Resolución 18/96 Meller S.A. (U.T.E.), interpuso recurso de apelación ante el tribunal arbitral
de Obras Publicas, que fue resuelto en el inicial laudo 2813 (del 7-VII-1999), hizo lugar a la apelación,
estimando que la suspensión ordenada por aquella Resolución se hallaba extinguida por haberse satis-
fecho la condición a la que se había subordinado su cumplimiento, esto es a la opinión favorable de
estacados juristas.
Meller S.A. (U.T.E.), presentó recurso aclaratoria ante el citado tribunal arbitral, entendiendo que este
había resuelto lo solicitado solo en forma implícita.
Ello motivo el dictado del segundo laudo 2814 (del 4-VIII-1999), en el que el tribunal arbitral afirmó que
“resulta obvio que la resolución 146-96 ha recobrado su fuerza ejecutoria (...) por lo que en las actuales
circunstancias (...) debe ser cumplido”.
(12) La apelante solicitó la apertura del remedio federal sobre la base de argumentos que pueden resumirse
así: a) que se halla abierta la vía recursiva del artículo 14 de la Ley Nº 48 para Entel (e.l.) parte que se vio
forzada a la vía jurisdiccional administrativa puesta en marcha por el contratista, el laudo emanado de la
instancia administrativa debe tener control judicial suficiente, máxime en el supuesto de grosera arbitrarie-
dad, b) que el fallo carece de fundamento pues resuelve por vía de una llamada “aclaratoria” que la
resolución 146-96 debe ser cumplida, con total omisión de los motivos determinantes de la nulidad que
fueron destacados en el dictamen 14-98 de la Procuración del Tesoro de la Nación, c) que el laudo incurre
en el absurdo de ordenar el cumplimiento de un acto administrativo nulo sin expedirse sobre el fondo de la
discusión, esto es, sobre las razones fácticas y jurídicas que justifican semejante sanción.
(13) Los fundamentos del dictamen del Procurador General Dr. Becerra, Nicolás E., para propiciar el rechazo
de la queja por denegación del R.E.F., se circunscribieron a los siguientes conceptos:
546 HÉCTOR MÉNDEZ
Desde el precedente de Fallos: 252:109 reiterado en Fallos: 261:27, 308:116 y 322:298, la C.S.J.N. esti-
mó, con arreglo a lo prescripto por los artículos 7 de la Ley Nº 12910, 6, 7 y 8 del Decreto 11511-47, su
aclaratorio 4517-66 y en el Decreto 1098-56, que no cabe recurso judicial alguno respecto de las decisio-
nes del tribunal arbitral de Obras Públicas.
Ello se fundamenta en la naturaleza optativa del régimen en cuestión, en cuyo ámbito puntualizó la elec-
ción del proceso administrativo importa la renuncia del judicial, incluso del recurso extraordinario (Fallos:
252: 109 y 308:116), y en la falta de legitimación del Estado Nacional para plantear la invalidez constitucio-
nal de las previsiones por él mismo dictadas planteo que V.E. juzgó implícito en la pretensión estatal de
acceder a esta instancia extraordinaria pese a lo previsto en las normas citadas (v. Fallos: 322:298).
El artículo 6 del Anexo C del decreto 1496-91, al precisar la responsabilidad primaria del tribunal arbitral
de Obras Públicas a saber: Ejercer la función jurisdiccional que le encomiendan las Ley Nºes de Obras
Públicas 13064, decretos 11511-47, 1978-64 y 772-64, de Consultoría 22-460 y de Concesión de Obra
Pública 17-520 enumera entre las acciones del órgano la de “(...) resolver con fuerza de verdad legal las
cuestiones que los particulares le sometan a su jurisdicción, sobre los temas de su competencia(...)” (
ap. 4 del artículo 6).
(14) Fallos: 322:298
(15) Se reiteró la doctrina de Fallos: 252:109, 261:27 y 308:116
(16) Se reitero la doctrina de Fallos: 122:73, 132:101, 134:37, 284:218, 296:723 -considerando 4- doctrina de
Fallos: 303:1.039 y 307:630 y 311:1.237.
(17) Conf. Causa A 269.XXXV, pronunciamiento del 29 de agosto de 2000.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 547
(18) Se trata del caso Servente y Magliola fallado el 12-III-1962. En esa oportunidad dijo la C.S.N. que con
arreglo a la normativa regulatoria del funcionamiento del TADOP, respecto de las decisiones de la Comi-
sión Arbitral Ley Nº 12910, no cabe recurso judicial alguno. Tratándose de un régimen optativo, la
elección del proceso administrativo importa la renuncia del judicial, incluso del R.E.F. (Fallos: 189: 156,
237:392, 241:203).
(19) Fallos: 261:27, 308:116 y sus citas, 322:298
(20) Fallos: 118:247, 237:392, 250:408, 274:323, 296:230.
(21) Fallos: 110:185, 137:33
(22) Cita como ejemplos los Fallos 1: segunda serie, p.180 en que ese Tribunal declaró nulo un fallo del Juez
Seccional por considerar que el laudo de peritos arbitradores debe contener la mención expresa de las
disposiciones del Código que se aplican, y ser signada por escribano público. También Fallos: 290:458
que al tratar un R.E.F. revocó la sentencia de la cámara y, en uso del artículo 16, segunda parte de la Ley
Nº 48, dejó sin efecto el laudo, haciendo lugar al recurso de nulidad interpuesto. En otras ocasiones se
rechazaron R.E.F. deducidos contra sentencias que denegaron o declararon admisible el recurso de nuli-
dad contra el laudo, porque las cuestiones traídas a su conocimiento, remitían a un punto de derecho
común y procesal y no había arbitrariedad en lo resuelto (Fallos: 214:202, 244:203, 255:13, 262:398,
301:198, 305:1365). También dejó sin efecto, sentencias que se apartaron de su anterior pronunciamiento
548 HÉCTOR MÉNDEZ
que había dejado sin efecto un laudo de amigables componedores (Fallos: 295:597) y, además, se expidió
sobre el alcance de las facultades de los árbitros (Fallos: 196:562) y sobre la constitución del tribunal
arbitral (Fallos: 298:123)
(23) Fallos 16:60, segunda serie (con cita de Fallos: 3:322. primera serie, 7:36, segunda serie, contra el fallo
del juez de sección, 8:240 segunda serie, 9:91, segunda serie, 13:371, segunda serie).
(24) Fallos: 237:392, 250:408 y 301:198.
(25) Fallos: 277:442, 306: 2172.
(26) Fallos, 110: 185, y 137:33.
(27) Se trata del precedente “Color S.A. C/ Max Factor Suc. Argentina S/Laudo Arbitral S/ Pedido de Nulidad del
Laudo”, fallado el 17 de noviembre de 1994.
Se trató de un R.E.F. por arbitrariedad deducido contra la sentencia de la Sala D de la Cam. Nac. de
Apel, en lo Comerc., que por mayoría había rechazado el recurso de nulidad deducido contra el laudo
de un tribunal arbitral (juicio de árbitros) denunciando faltas esenciales de procedimiento, y extralimita-
ción de los puntos propuestos en el compromiso, fue declarado inadmisible mediante la aplicación del
artículo 280 del C.P.C.
El Dr. Boggiano, en su disidencia, consideró que correspondía declarar parcialmente admisible el R.E.F. y
dejar sin efecto la sentencia apelada.
Al fundar su voto el magistrado realizó importantes consideraciones en punto al tema, que para evitar su
desvirtuación interpretativa, se transcriben:
“Que en primer lugar cabe hacer una sucinta consideración sobre la posibilidad de revisar la sentencia
apelada, en tanto que se pronunció acerca de la validez de un laudo arbitral. Para ello, debe tenerse
presente que el arbitraje importa la prorroga o la sustracción voluntaria de la jurisdicción que ordinaria-
mente tendrían los tribunales del poder judicial, que es transferida a jueces particulares que sustanciarán
y decidirán las contiendas que se sometan a su consideración.
En el subjudice, los contratantes advirtieron y sacaron provecho de las múltiples ventajas que este proce-
dimiento supone -celeridad, economía, informalidad, conocimientos técnicos de los juzgadores, la menor
animadversión al cumplimiento de lo resuelto, entre otras cosas-, y libremente convinieron el sometimien-
to de sus controversias a la autoridad de los árbitros que ellos mismos seleccionaron. Sin embargo, y sin
negar el respeto que merece la voluntad de las partes, esta administración privada de justicia no es ajena
a cierto control judicial, el cual no es susceptible de ser suprimido totalmente. Ello así, en razón de una
exigencia que surge de objetivos constitucionalmente asumidos, como el de “promover la justicia”, y tam-
bién de las garantías de la defensa en juicio y de la propiedad y de la ejecutoriedad equivalente a la de una
sentencia judicial que el Estado dispensa, cumpliendo ciertos recaudos, a los laudos arbitrales. La mayor
o menor amplitud de aquel control depende de la misma voluntad que dio origen al arbitraje: de máxima
extensión, si las partes cuentan con el recurso de apelación por no haber renunciado a él en oportunidad
de pactar el arbitraje, en cuyo caso el tribunal interviniente tendrá jurisdicción para volver sobre el fondo de
la cuestión, o limitado a ciertos ámbitos eminentemente formales, en el supuesto de que, con el objeto de
optimizar la rapidez y eficacia en la solución de sus conflictos, los contratantes hayan renunciado a aquella
apelación y solo dispongan del recurso de nulidad del laudo arbitral, el cual suele circunscribirse a errores
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 549
sobre el control judicial de los laudos ar- tad que dio origen al arbitraje: de máxi-
bitrales. Ello obedece a una exigencia que ma extensión, si las partes cuentan con el
surge de objetivos constitucionalmente recurso de apelación por no haber renun-
asumidos, como el de “promover la justi- ciado a él en oportunidad de pactar el ar-
cia” y también de las garantías de la de- bitraje, en cuyo caso el tribunal intervi-
fensa en juicio, de la propiedad y de la niente tendrá jurisdicción para volver so-
ejecutoriedad equivalente a la de una sen- bre el fondo de la cuestión; o limitado a
tencia judicial que el Estado dispensa, ciertos ámbitos eminentemente formales,
cumplidos ciertos recaudos, a los laudos en el supuesto de que, con el objeto de
arbitrales. La mayor o menor amplitud de optimizar la rapidez y eficacia en la solu-
aquel control depende de la misma volun- ción de sus conflictos, los contratantes
hayan renunciado aquella apelación y sólo resuelto en Fallos: 322:298 (“Pirelli Ca-
dispongan del recurso de nulidad del lau- bles”)(30), lo hizo en la inteligencia de que
do arbitral, el cual suele circunscribirse a “no se advierte arbitrariedad en la reso-
errores de procedimiento. En ese marco, lución apelada que justifique la interven-
–precisa– al juez le corresponde respetar ción de esta Corte” –cons. 11(31).
esas renuncias a la jurisdicción natural, en
general, y a la posterior revisión por los Concluye que si el laudo arbitral no
jueces del Estado, en particular, sin aten- es revisable directamente por la vía del
der a las ulteriores retractaciones que so- recurso extraordinario sin que medie pre-
lapadamente puedan intentar las partes via declaración judicial de nulidad, el
como consecuencia de una resolución ad- laudo apelado es insuceptible de revisión
versa, so pena de desnaturalizar el insti- por la vía intentada –cons. 12 segundo
tuto del arbitraje privándolo de sus más párrafo, agregando que si la ley excluye
preciosos beneficios. En consecuencia, la revisión judicial, como ocurre en este
el laudo es revisable cuando las objecio- caso (artículo 1º del Decreto 4517/66),
nes propuestas ponen de manifiesto una no es posible prescindir de esta norma
seria lesión a los derechos de defensa y sin declararla inconstitucional –cons. 12
propiedad (28) –cons. 10. tercer párrafo.
(28) Fallos: 306:2172. Se trata del caso “Sergio O. Quiroga v. Alberto Quiroga”, en el que la Corte hizo lugar al
R.E.F., revocando la decisión que había rechazado una demanda de nulidad de laudo arbitral de amiga-
bles componedores por comprobarse que la decisión de la Cámara no consideró que los amigables com-
ponedores habían decidido con apartamiento de lo alegado por las partes, implico una seria lesión a los
derechos de defensa y propiedad.
(29) Cit. nota 17
(30) Caso “Pirelli Cables c/ Empresa Nacional de Telecomunicaciones”, cit. en nota 14.
(31) Es necesario efectuar ciertas aclaraciones trascendentes, para evitar que la conclusión de este conside-
rando 11 –que entendemos no muy feliz–, pueda sacar de contexto lo resuelto, o al interprete.
Si bien es cierto que en el fallo “Aion, S.A.I.C.y A. y Natelco S.A.I.C. c/ Empresa Nacional de Telecomuni-
caciones” la Corte se remitió a lo resuelto en Fallos: 322:298 (“Pirelli Cables C/ Entel”), de la lectura de
aquel fallo (AION), surge que solo se remitió lisa y llanamente a lo resuelto en este caso, (donde a su vez
se remitió a los mismos precedentes citados en el considerando 7 de Meller), sin efectuar precisión alguna
de los alcances de dichos precedentes.
En Aion, con intervención de los mismos 9 jueces de la llamada “Corte ampliada”, al rechazarse una queja
deducida por denegatoria de un R.E.F., considerando que las cuestiones debatidas son sustancialmente
análogas a las resueltas en Fallos: 322:298, la Corte se remitió a los fundamentos de este fallo, en razón
de brevedad “toda vez que no se advierte arbitrariedad en la resolución apelada que justifique la interven-
ción de esta Corte”.
De allí que la no detección de arbitrariedad, no se refiere por cierto a la resolución del tribunal arbitral, sino
a la resolución del Tribunal Judicial que denegara el R.E.F. que fuera apelada en vía extraordinaria, lo cual
es muy distinto.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 551
(32) En tal sentido, se trae la cita de COLMO , “El árbitro no representa a quien lo nombra, sino a la justicia del
derecho de éste, no es un representante, sino un funcionario y un juez” (J.A. 19-200). En el mismo sentido,
ROCCO afirmaba que “la función de los árbitros es pública o de Estado, y la institución de los árbitros
mismos es uno de los casos en que a un particular se le reconoce la facultad de ejercitar funciones públicas,
o en general, servicios públicos” (ROCCO, Ugo, “Derecho Procesal Civil” (trad. de TIENA , Felipe), Editorial
Porrúa Hnos. & Cía. México, 1944, p. 89). Por tal razón consideraba que las sentencias dictadas por los
tribunales arbitrales en grado de apelación eran susceptibles del recurso extraordinario de casación.
(33) Se señala que para ello, deberá tenerse en cuenta que “arbitraje es la institución por la cual un tercero,
resuelve las diferencias que enfrentan a dos o más partes, en ejercicio de la función jurisdiccional que le
ha sido confiada por ellos mismos” (conforme JARROSSON, Charles, La Notion D’Arbitrage, Librarie Gene-
rale de Droit et de Jurisprudence, París, 1987).
En tal sentido se ha dicho que “la contrapartida a la admisión de la renuncia de las partes al derecho
constitucional a obtener la tutela jurisdiccional pública (artículo 24.1 Constitución Española) es la más
amplia garantía de que aquéllas se encuentran en una situación de absoluta igualdad respecto de la
designación de los árbitros” (REGLERO CAMPOS, L. Fernando, “El Arbitraje (El convenio arbitral y las causas
de nulidad del laudo en la Ley de 5 de diciembre de 1988)”, Editorial Montecorvo S.A., Madrid, 1991) y en
cuanto a la importancia de la imparcialidad, basta con señalar que el artículo 24 ap. a de la Arbitration Act
de 1996 de Inglaterra, autoriza al juez a remover a un árbitro cuando “existan circunstancias que den lugar
a justificables dudas acerca de su imparcialidad” (RUTHERFORD, Margareth / SIMS , John, “Arbitration Act
1996: a practicar guide”, en: FT Law and Tax, London) y que el artículo 9.3 de la Ley Nº 36/1988 de
arbitraje de España sanciona con la nulidad al “convenio arbitral que coloque a una de las partes en
cualquier situación de privilegio con respecto a la designación de los árbitros”.
(34) Cita en apoyo de lo afirmado a BALLERSTER PASTOR, María Amparo, El arbitraje laboral, editorial Centro de
Publicaciones, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid 1993, p. 22 ap. c, punto 8).
Como afirma esa autora, “doctrinalmente resulta unánime la atribución de naturaleza administrativa al
arbitraje obligatorio” con cita, entre otros, de GARCÍA , Alonso, “La solución de los conflictos colectivos del
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 553
trabajo”, MONTOYA MELGAR “El arbitraje en los conflictos colectivos de trabajo” y MATIA y otros, “Huelga,
cierre patronal y conflicto colectivo”, según obra ya citada, página 23, ap. 11 y nota (25). Por último, para
Ph. FOUCHARD, “aquello que llaman arbitraje obligatorio, o arbitraje forzoso (...) no es un verdadero arbitra-
je, porque no descansa sobre una base convencional” “La nature juridique de l’arbitrage du Tribunal des
differends iranoaméricains”, en: Cahiers du Cedin, ler. Journé d’actualité intemationale, 19/4/84).
(35) Según lo dispone el artículo 1 del decreto 1978 de 1964.
(36) Decreto 4517 de 1966.
(37) Fallos: 238:283 y 380, entre otros.
(38) Fallos: 230:261 y 232:663 entre otros.
(39) Fallos: 252:109, 308:116 y 322:298.
554 HÉCTOR MÉNDEZ
(40) Ver cita de este fallo en nota 17 y muy especialmente aclaración de su correcto sentido en nota 31.
(41) Doctrina de Fallos: 302:545, cfr., además GUAITA, Aurelio, El Proceso Administrativo de Lesividad, Bosch
Casa Editorial, Barcelona, 1953, esp. pp. 67 y 112.
(42) Que demostrasen cuánto había percibido en virtud del contrato, el método de actualización del saldo de la
liquidación final: lo dispuesto en el artículo 73 del Código de Comercio con respecto a qué parte del
negocio le corresponde probar la inexactitud de los estados de cuenta y en qué término, lo expuesto en
el dictamen del Procurador del Tesoro de la Nación con respecto a que Meller S.A. ya había percibido y
renunciado a percibir los conceptos reclamados al percibir el importe que la Liquidadora había ordena-
do pagarle mediante la resolución 60/95 (dictada en el expediente Exp. Entel 8946/94), la circunstancia
de que por tratarse de una empresa privatizada varios años atrás dudosamente cabra aplicarle lo dis-
puesto en el tercer Par del artículo 63 del Código de Comercio, con respecto al valor que cabe asignar
a la ausencia de asientos contables, así como el sinnúmero de irregularidades con que tramitaron las
actuaciones administrativas.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 555
(43) Destaca el voto disidente que en el procedimiento administrativo no fueron acompañados los estados de
cuenta y recibos emitidos por Meller S.A., ni fueron calculados los pagos parciales percibidos por la contra-
tista, ni explicada la razón por la cual el saldo de 1.621.312,47 pesos, a valores de 1989 y 1990, pudo
transformarse en 57.650.463,07, a septiembre de 1996, según lo informado por el perito contador FLORINI,
Dante, ni las similares desproporciones resultantes de los restantes informes de los auditores contables y
de la liquidación formulada por los funcionarios de la propia empresa estatal en liquidación.
(44) Ver cita del fallo en nota 17 y muy especialmente aclaración de su correcto sentido en nota 31.
556 HÉCTOR MÉNDEZ
146/96, que se ordenó cumplir sobre das de la causa, por lo que se impo-
la base de afirmaciones dogmáticas ne su descalificación como acto ju-
y formales, que dan por satisfechos risdiccional, hacer lugar a la queja,
aquellos extremos que debieron ser, declarar procedente el recurso ex-
precisamente, objeto de investiga- traordinario y dejar sin efecto las De-
ción y pronunciamiento, que era el cisiones 2813 y 2814 –cons. 9, se-
punto central sometido a su jurisdic- gundo párrafo.
ción, e imprescindible ante las ob-
jeciones del Procurador del Tesoro 3. “CARTELLONE”: NUEVAMEN-
de la Nación, que debían ser desvir- TE EL COMPROMISO DE IN-
tuadas fundadamente con el propó- TERESES ESTATALES(45)
sito de poner fin a un litigio en el
que están gravemente comprometi- Entrando al análisis de este reciente
dos los intereses públicos –cons. 9, fallo que nos ocupa y preocupa, cabe ad-
primer párrafo. vertir que al igual que en Meller se trató
de una impugnación deducida por em-
v) Concluye por ello que la decisión re- presas estatales (en el caso “Hidronor S.A
currida no constituye una derivación –en liquidación–”) contra una decisión del
razonada del derecho vigente con TADOP, que se consideró altamente per-
arreglo a las constancias comproba- judicial a los intereses del Estado(46). La
(45) El fallo ha sido publicado y comentado en varios medios: E.D. sup. Derecho Administrativo, 30 de junio de
2004, p. 11 y ss., J.A. fascículo Nº 7, del 18 de agosto de 2004, 2004-III, p. 10 con nota de MORILLO,
Augusto Mario “El Arbitraje en la encrucijada”, p. 14 y ss, GIL D OMÍNGUEZ, Andrés, “El caso “Cartellone c/
Hidronor. La Corte Suprema Establece un nuevo escenario en el control de constitucionalidad de los
laudos arbitrales”, en: L.L. del 23 de agosto de 2004, p. 3 y ss, PALACIO, Lino E., “Un disparo fatal contra el
arbitraje”, en: E.D. 17 de agosto de 2004, p. 1 y ss, BOSCH , Juan, “Apuntes sobre el control judicial del
arbitraje (a propósito de la sentencia Cartellone c/Hidronor)”, en: E.D 24 de agosto de 2004, MARCHESINI,
Gualtiero Martin, “Arbitraje y Recurso Extraordinario”, en: L.L. del 28 de septiembre 2004.
(46) Antecedentes de la causa: Del análisis del fallo de segunda instancia del 28 de agosto de 2001, y de los
considerando s del pronunciamiento de la C.S.J.N. surge que la firma “José Cartellone S.A.” celebró con
“Hidroeléctrica Norpatagónica S.A”. (luego “Hidronor S.A.” en liquid.) un contrato administrativo de obra
pública (Nº 532 Reubicación de la ruta nacional Nº 237), por licitación que fue adjudicada a esa firma.
Finalizada la obra quedaron pendientes algunos puntos de controversia, que las partes sometieron a
arbitraje de acuerdo a lo comprometido en el acta del 23 de junio de 1988.
En el contrato de Obra Publica se previó la sumisión a juicio arbitral de cualquier divergencia o controver-
sia entre el comitente y el contratista, previa interposición de un reclamo en sede administrativa. También
se estableció que la sentencia arbitral sería definitiva e inapelable (cláusula 65.I, Vol. II del pliego de
condiciones del contrato,) –considerando 1.
Debido a reclamos recíprocos entre las partes que no hallaron solución en sede administrativa, estas
sometieron a arbitraje varias cuestiones respecto de las que tenían conflicto. En el compromiso respectivo
se volvió a pactar la inapelabilidad del laudo También se acordó que, en caso de discrepancia entre los
árbitros de las partes, el árbitro tercero dictaría el laudo “total y definitivo” –considerando 2.
Cartellone interpuso demanda arbitral a fin de que se le abonaran los “mayores costos efectivamente
devengados y no reconocidos por irrepresentatividad sobreviniente del sistema de reajuste de precios” y
la diferencia entre los montos que se le abonaron por la ejecución de ciertos ítems y trabajos, del contrato
de obra publica que vinculaba a las partes. También solicitó que a las sumas reclamadas se adicionaran
intereses a la tasa fijada por el Banco de la Nación Argentina para los documentos sobre certificados de
obra para operaciones a 30 días –considerando 3.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 557
El laudo arbitral, por mayoría de votos resolvió hacer lugar a la demanda entablada por CARTELLONE,
contra Hidronor S.A. (en. liq.), y se condenó ésta a abonarle a la actora la suma de $ 32.799.583, actuali-
zada desde enero de 1985, a valores enunciados al 1 de abril de 1991. La parte demandada Hidronor
S.A.(en liq.) interpuso recurso de nulidad ante la alzada (artículos 760, 761 del C.P.C.y C.N.)
(47) La Cámara basó su razonamiento, según los siguientes fundamentos que se extraen de los considerandos del fallo:
En virtud de sus limitados alcances, el recurso interpuesto solo puede fundarse en: falta esencial del proce-
dimiento, en haber fallado los árbitros fuera del plazo, o sobre puntos no comprometidos –cons II, 1 Par.
Tiene resuelto desde antiguo la C.S.J.N., que no son viables para fundar este recurso las razones que
tienen a demostrar la injusticia del laudo (Fallos, 45:78), lo cual no parece que pueda ser de otra manera,
si se atiende a que tales razones solo pueden encontrar acogida por vía del recurso de apelación, que ha
sido renunciado en el propio compromiso –considerando II, Par 2.
No corresponde entonces que ese Tribunal aprecie la justicia o equidad del laudo impugnado –aspecto
sobre el cual, aclaró, no abre juicio– y teniendo en cuenta el muy limitado ámbito del recurso interpuesto,
consideró que procede desestimar sin otra consideración las argumentaciones vertidas –en tal sentido–
en el escrito de apelación, ya que han sido esgrimidas con el único fin de demostrar los errores en que
habría incurrido el arbitro y la injusticia que de ellos deriva –considerando II, Par 3.
En tal sentido consideró que solo procede examinar, aquellos otros argumentos que sobre la base de una
pretendida extralimitación de las facultades decisorias del árbitro, llevan a la recurrente a concluir que al
haberse pronunciado el laudo mas allá del punto comprometido, se incurrió en una incongruencia y con-
tradicción, produciéndose una decisión ultra petita configurándose la causal de nulidad prevista por el
artículo 760 del C.P.C. y C.N. –considerando III, Par 1.
El agravio de la recurrente sostiene que en el laudo se determinó que la actualización de los reclamos debe
efectuarse desde enero de 1985, cuando en el compromiso arbitral se estableció que el reclamo dinerario
debía ser actualizado desde febrero de 1985 (punto 3 del acta compromisoria) –considerando III, Par 2.
El sentido de esta cláusula, atento su naturaleza contractual debe ser interpretado dentro del contexto de
que forma parte, como un acto único y no un conjunto de actos independientes cuyas cláusulas puedan
ser analizadas separadamente. De acuerdo a los principios aplicables en materia contractual, tiene
558 HÉCTOR MÉNDEZ
importancia el que autoriza a establecer el alcance de las cláusulas debatidas atendiendo a los actos
subsiguientes de las partes que guarden vinculación con el problema controvertido –considerando III,
3 y Par 9–.
Dicha cláusula, establece –en su parte pertinente– que “las cuestiones que se someten al presente juicio
arbitral, por parte de la actora, son las que se consignan específicamente en la carta documento del 22 de
octubre de 1.985, con precios actualizados a febrero de 1.985, que son las siguientes reclamaciones, a
saber(...)” –considerando III, Par 4.
Destaca además que la actora previó en el compromiso, la posibilidad de mejorar los fundamentos en el
escrito de demanda. Además, la Cámara estimó que para determinar el sentido de la misma y el alcance
de sus términos, no corresponde atenerse a criterios estrictos de interpretación, sobremanera si se atien-
de al que la actora y demandada otorgaron al árbitro amplias facultades para resolver toda la materia de
las cuestiones planteadas, de las que fueran meramente accesorias y de aquellas cuya consideración
hubiera quedado consentida según lo dispuesto por el artículo 754 in fine del C.P.C. y C.N., que presta
apoyo normativo a una interpretación amplia. –considerando III, Par 5.
Lo que estaba vedado modificar en los escritos de demanda y contestación eran las fundamentales cues-
tiones concretamente especificadas en el acta compromiso (en el que bien pudo omitirse la breve funda-
mentación y la estimación en cifras de los créditos invocados por las partes) y que tal prohibición –por no
llevar en definitiva a una modificación de las cláusulas de compromiso– no alcanza a los aspectos depen-
dientes y accesorios, como lo era en el caso la determinación precisa del monto de cada uno de los
reclamos, aun en lo relativo al mecanismo de reajuste. –considerando III, Par 6.
Por ende si la parte actora pudo validamente plantear el procedimiento de reajuste en la forma efectuada en
su escrito de demanda, fluye como consecuencia natural que él arbitro pudo pronunciar la condena tomando
ese mecanismo, sin que ello importara laudar las allá de lo comprometido. –considerando III, Par 7.
Aclara que el tema del mecanismo de actualización y desde cuando debe comenzar fue introducido por la
actora en el acta compromisoria, luego fue concretada y precisada en el escrito de demanda, contestada
por la accionada en su responde y resuelto por el árbitro, ya que formaba parte de la cuestión a decidir.
Pero no puede requerir invalidación de lo decidido por el árbitro, con el argumento de que lo resuelto sobre
el punto no le satisface o es erróneo. –considerando III, Par 8.
Siendo así –concluyó la alzada–, no resulta dudoso que las sumas consignadas en el compromiso eran
solo estimativas e indicativas, por lo que su determinación correspondía al tribunal arbitral, incluyendo ello
el hecho de que dichas sumas no constituían precios actualizados al mes de febrero de 1985, sino a
valores de enero de 1985. –considerando III, Par 10.
En consecuencia, finaliza reconociendo que lo resuelto por el arbitro no constituyó laudar mas allá de lo
comprometido y no falló ultra petita, como sostiene el recurrente, estando vedado a este Tribunal, dada la
naturaleza restrictiva y de excepción de esta vía recursiva, expedirse acerca de la justicia o equidad de la
decisión adoptada por el árbitro –considerando III Par 11.
Por todo ello, se rechazó el recurso de nulidad interpuesto por “Hidronor S.A”.(en liq.) contra el laudo
arbitral dictado, con costas a cargo del recurrente.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 559
3.2. La nulidad del laudo por extrali- el compromiso eran sólo estimativas
mitación decisoria y estaban expresadas a título puramen-
te indicativo por lo que su determina-
Se basó en los siguientes argumentos: ción y cuantificación definitivas cons-
1° Tanto en el compromiso arbitral tituían la tarea encomendada al tribu-
como en la audiencia celebrada el 23 nal arbitral –cons. 11, primer párrafo
de junio de 1988, en la que queda- y segundo párrafo (primera parte).
ron taxativamente determinados los
3° El compromiso arbitral delimita en
rubros que integrarían el reclamo de
forma definitiva el objeto o thema
la actora, se consignaron valores ac-
decidendum del proceso arbitral (ar-
tualizados a febrero de 1985. En
tículo 740, inciso 3º, del C.P.C. y
cambio, en la demanda la contratista
C.N) y cumple una función sustan-
aumentó las sumas reclamadas, ex-
cialmente análoga a la que correspon-
presándolas a valores al mes de enero
de en el proceso judicial de conoci-
de 1985 –cons. 9 y 10.
miento, a los escritos de demanda,
En el mismo sentido, si al formular contestación y reconvención en su
su reclamo en sede administrativa la caso. Por ello, es requisito objetivo
contratista actualizó esas sumas a fe- básico del laudo arbitral su estricta
brero de 1985 y ante la falta de reso- adecuación a las cuestiones incluidas
lución de aquél sometió esa misma en el compromiso (artículo 754 pá-
cuestión y esos mismos valores a de- rrafo 1 º del código cita o) –cons. 12,
cisión arbitral, no estaba habilitada primer y segundo párrafo.
posteriormente a pedir (en la deman-
4° En consecuencia, es nulo el laudo que
da) que aquéllos se actualizaran des-
transforma las pretensiones de una de
de enero, pues de ese modo no de-
las partes introduciéndolas como in-
terminaba o cuantificaba definitiva-
tegrantes de la litis y variando así el
mente el reclamo sino que sumaba
compromiso (Fallos: 290:458). Ye-
un mes a la actualización, lo que su-
rra la Cámara al afirmar que el com-
ponía variar lo pactado en el com-
promiso pudo quedar definido y,
promiso arbitral –cons. 11, segundo
como en el caso, modificado en la
párrafo in fine.
demanda arbitral y, en consecuencia,
2° Si bien en el compromiso se señaló debe declararse la nulidad (parcial)
que los reclamos serían materia de del laudo en cuanto dispuso actuali-
una “expresión circunstanciada” en zar los valores reclamados desde ene-
el escrito de demanda, esa expresión ro de 1985, ya que debió hacerlo des-
no puede legítimamente implicar la de febrero del mismo año. –cons. 12,
posibilidad de variar los períodos por segundo párrafo.
los cuales se reclamaría actualiza-
ción, que fueron precisados en el
3.3. La revocación del laudo respecto
compromiso arbitral. Por ello, resul-
al cómputo de los intereses
ta inadmisible lo expuesto por la
actora en su escrito inicial, en el sen- Respecto a los intereses adicionados
tido de que las sumas consignadas en a las sumas reclamadas hasta el 1º de abril
560 HÉCTOR MÉNDEZ
(48) Adviértase que en este caso, la Corte creemos que utilizando los términos precisos, no habla en este
aspecto de anulación del laudo por vicios de su estructuración –cuestiones propias del recurso de nulidad–,
sino de su revocación por error en el mérito o fondo de la cuestión resuelta –temas propios del recurso de
apelación–, aunque luego al resolver anula parcialmente el fallo, por ambas cuestiones por igual.
(49) Artículo 760, Par 1 del C.P.C. y C.
(50) Cuestionamiento a la tasa de interés aplicada: Se observa también en el considerando 15 que el laudo
aplico los intereses del artículo 48 de la Ley Nº 13064 conforme a las pautas de la resolución del ex
Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos 1516/93, resolución que fue dictada para los casos
de negociación de certificados de obra en los términos del decreto 2611/78 circunstancia que, por lo
demás, no se ha acreditado en el caso y que estableció un índice diario para actualizar capitales desde el
1 de enero de 1969 hasta el 31 de marzo de 1991.
Se añadió en tal sentido –considerando 16– que el mecanismo de actualización basado en el empleo del
método bancario de capitalización de intereses sólo constituye un arbitrio tendiente a obtener una pon-
deración objetiva de la realidad económica, mas cuando el resultado obtenido se vuelve objetivamente
injusto debe ser dejado de lado, en tanto dicha realidad debe prevalecer sobre abstractas fórmulas
matemáticas (Fallos: 315:2980).
Que ha dicho esta Corte que la aplicación de este tipo de tasas conduce a un resultado desproporcionado
e irrazonable, que supera ostensiblemente la pretensión del acreedor y produce un inequívoco e injustifi-
cado despojo al deudor, lesivo de su derecho de propiedad (Fallos: 325:1454), prescinde de la realidad
económica y altera la relación entre el monto originariamente reclamado y la cuantía de la condena esta-
blecida en el laudo (Fallos: 318:912), de modo contrario a las más elementales reglas de la lógica y de la
experiencia, con grave menoscabo de la verdad jurídica objetiva (confr. Fallos: 324:4300), debido al cóm-
puto acumulativo de intereses que aplican en forma exponencial tasas que incluyen la actualización del
capital para los efectos inflacionarios. –considerando 17, primer Par.
La aplicación de esta jurisprudencia –añadió la Corte– se torna imperativa si se advierte que, según
explicó la perito contadora, si se utilizan las pautas contractuales para el caso de mora de la comitente en
los pagos actualización por índices más intereses del 5% anual, la suma a reconocer a la actora se
incrementaría, desde febrero de 1985 a abril de 1991, 8,0525 veces, mientras que si se aplican las tasas
de interés del Banco Nación, esto es, las que resultan del laudo el factor de multiplicación asciende a
29,5580. –considerando 18.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 561
3. Si bien la apreciación de los hechos y segunda instancia, no solo anuló esta par-
la aplicación regular del derecho son te del laudo, sino que también resolvió de-
funciones de los árbitros y el laudo finitivamente el fondo, estableciendo que
que dicten será inapelable en esas con el fin de adoptar una pauta razonable
condiciones, su decisión –en cam- de actualización e intereses a adicionar a
bio– podrá impugnarse judicialmen- las sumas reclamadas(53), cabe aplicar las
te cuando sea inconstitucional, ile- previsiones originarias del contrato cele-
gal o irrazonable (Fallos: 292:223)(51) brado entre las partes(54).
–cons. 14 segunda parte.
Por ello, ordenó que conforme a las
4. La aplicación del mecanismo de actua- pautas de esta sentencia, en la etapa de
lización basada en el empleo del mé- ejecución deberá practicarse nueva liqui-
todo bancario de capitalización de in- dación de los montos adeudados, en la
tereses (del Banco Nación), constitu- que consideró que además podrá plan-
ye un despojo del deudor, cuya obli- tearse, –en su caso–, la aplicación de la
gación no puede exceder del crédito Ley Nº 24.283.
actualizado con un interés que no tras-
cienda los limites de la moral y las bue-
4. ANÁLISIS DEL FALLO
nas costumbres(52), en cuya observan-
cia está interesado el orden publico, 4.1. La anulación por exceso decisorio
que ha sido así vulnerado por la deci-
sión arbitral en cuanto decidió la apli- Como se anticipara, el fallo trata dos
cación al caso de las referidas tasas de aspectos bien diferenciados. Uno, el re-
interés –cons. 17 segundo párrafo. lativo a declaración de nulidad parcial del
laudo por extralimitación decisoria (vi-
5. Por esas razones, resolvió la Corte,
cios extrínsecos) que encuadra en una de
debe dejarse también sin efecto el lau-
las clásicas causales del recurso de nuli-
do en cuanto aplicó las tasas de inte-
dad del laudo en el juicio arbitral (de de-
rés del Banco Nación para fijar la
recho), aunque mediase expresa renuncia
suma adeudada al 1º de abril de 1991.
al recurso de apelación (artículo 760; 761
del C.P.C. y C.).
Pero además, asumiendo competen-
cia positiva y resolviendo la apelación or- En este aspecto, sin perjuicio del
dinaria en tercera instancia como si ésta acierto o desacierto de la decisión de la
hubiera estado abierta, a su vez, por una C.S.J.N. respecto a la configuración de
previa e inexistente apelación ordinaria en esta causal, al entender que existen
(51) La cita de Fallos 292:223 corresponde a la sentencia del 7 de julio de 1975, dictada en autos “Cooperativa
Eléctrica y Anexos de General Acha Ltda s/ Expediente Administrativo Nº 12.663/67 del Ministerio de
Trabajo”, que será motivo de análisis infra nota
(52) Arg. Artículos 953 y 1071 C. Civ. Fallos: 318:1345, 320:158
(53) Que deberán ser determinadas a febrero de 1985 conforme a lo expuesto en los considerando s 10 a 13
–considerando 19 primera parte.
(54) Es decir, (sic) –añadió la Corte– un ajuste sobre la base del índice de precios al por mayor no agropecuarios
total, más un 5% anual en concepto de intereses (cláusula 58.6, fs. 442) que deberán ser determinadas a
febrero de 1985 conforme a lo expuesto en los considerandos 10 al 13 –considerando 19 segunda parte.
562 HÉCTOR MÉNDEZ
(55) Se trata de un recurso originariamente instituido por la Ley Nº 4055, y luego modificado por Ley es poste-
riores, que prevé la posibilidad de interposición de este recurso contra las sentencias definitivas dictadas
por las Cámaras Nacionales de Apelación, entre otros casos: Causas en que la Nación, directa o indirec-
tamente, sea parte, cuando el valor disputado en ultimo término, sin sus accesorios, sea superior a una
suma determinada Conf. P ALACIO-ALVARADO VELLOSO, “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, Ed.
Rubinzal Culzoni”, T. 6, 264.1, pp. 211 y ss. Ver in extenso en TRIBIÑO, Carlos R., “El Recurso ordinario de
apelación ante la Corte Suprema”, Fundación de Derecho Constitucional José Manuel Estrada, ed. Abaco
de Rodolfo Depalma, Junio 2004, pp. 47 y ss.
(56) Fallos 118: 247, 237:392, 250:408, 255:13, 274:323, 250:408, 296:230, 306:455 entre otros.
(57) La palabra irrevocable, integra también como elemento esencial la definición conceptual del arbitraje, en
tanto –en nuestra opinión– ha de ser concebido como la prorroga convencional (o legal) e irrevocable de
la jurisdicción judicial estatal, a favor de órganos jurisdiccionales privados (o no estatales).
564 HÉCTOR MÉNDEZ
(58) En sentido similar se expida la doctrina más calificada. Conf. MORILLO , A.M., El Recurso Extraordinario, Ed.
Platense, 1987, p. 99. Cita como ejemplo de ello, lo resuelto en el caso de haberse propuesto R.E.F. contra
el fallo del Tribunal de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. caso “Echenique y Sanches Galarce S.A. c/
TIETAR S.A.”, sent. del 22/5/84, Fallos 306:455, GUASTAVINO, E. P., destaca que la razón en que se asienta
ese principio –añade– es que en los laudos no existe proceso judicial, dándose en su contra recursos ante
los jueces ordinarios, Recurso Extraordinario de Inconstitucionalidad, Editorial La Rocca, 1992, T. I, *142
p. 226, PALACIO , L., por su parte, con su habitual y sencilla claridad, recuerda la sumisión voluntaria al
arbitraje implica la renuncia a la jurisdicción que ejercen los órganos del poder judicial y culmina con la de
la C.S.J.N.. Aunque aclara que dicha sumisión –añade– debe resultar de la libre determinación de los
litigantes, con prescindencia del carácter circunstancial o permanente del tribunal arbitral, El Recurso
Extraordinario Federal, Teoría y Técnica, editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1992, * 6.2, p. 58, LUGO-
NES , Narciso., recuerda también –coincidiendo con las opiniones de los autores antes citados– que la
C.S.J.N. ha dicho que la jurisdicción arbitral libremente pactada por los interesados, es excluyente de la
intervención judicial, que culmina con la Corte Suprema y no permite otros recursos que los consagrados
por las Leyes procesales. Trae como ejemplo de esto a las disposiciones del C.P.N. que admiten, en el
juicio arbitral, los recursos propios de una sentencia –aunque acepta la renuncia a la apelación, no a la
aclaratoria ni a la nulidad–, mientras que respecto de los amigables componedores su decisión es inape-
lable, aunque cabe el recurso de nulidad. Recurso Extraordinario, segunda edición actualizada, Lexis
Nexis, Depalma. Buenos Aires, 2002, pp. 43-44.
(59) CARNELUTTI, F., Instituciones del Proceso Civil, trad. Santiago Sentis Melendo, Ejea, Buenos Aires, 1959,
Vol. I, pp. 115 y ss.
(60) Caso “Echenique y Sanches Galarce S.A. c/TIETAR S.A.”, sent. del 22/5/84, Fallos: 306:455, Fallos: 237:392,
255:13, 274:323, 250:408, entre otros.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 565
orden público, ni afectaron esos actos, ha- tratadas por los fallos, en sentido contra-
bida cuenta que lo trascendente en este rio a las leyes o normas que se consideran
supuesto, es si la cuestión o cuestiones so- de orden público.
metidas a arbitraje, eran o no renuncia-
bles, por tratarse o no de aspectos de li- La misma Corte, viene sostenido en
bre disposición por las partes. tal sentido desde precedentes de vieja data
que ningún principio de orden público se
Respecto al orden público (interno) opone a que la institución del arbitraje sea
en relación con el contenido del laudo, que practicada por el Estado como persona
pareciera ser el tema al que se apunta, sin jurídica a los fines de dirimir sus contro-
perjuicio de que se trata de un concepto versias con los particulares. Y establecida
no siempre preciso a tal extremo que ha esa institución por la ley e incorporada a
sido considerado como confuso, enigmá- un contrato, debe producir los efectos que
tico y cambiante(61) no existe previsión en términos generales establece el artículo
legal que prevea la posibilidad de revi- 1197 C. Civil, toda vez que las obligacio-
sión del fondo del asunto, sobre la base nes creadas por convenciones bilaterales
del eventual sentido del laudo, contrario no pueden modificarse, ni extinguirse por
al mismo, y en todo caso, la facultad judi- voluntad de una sola de las partes(62).
cial revisora (artículo 953 C. Civil), ne-
cesita que el órgano judicial tenga juris- Mientras que, del lado de la decisión
dicción para ello, en la medida de una arbitral, se ha reconocido también que “las
impugnación validamente deducida. sentencias que deciden cuestiones con res-
pecto a la nulidad de laudos arbitrales,
Frente a las dos acepciones del tér- resuelven extremos de hecho y de dere-
mino orden público como impedimento a cho común, carácter este al que no obsta-
la aplicación de la ley extranjera (interna- ría tratarse de la interpretación de precep-
cional), o como un límite al principio de tos de orden público”(63).
la autonomía de la voluntad (interno), se-
gún estándares o principios considerados Por todo ello, entendemos que no
de interés general, estimamos que en el resulta razonable la conclusión a la que
caso, el fallo se pretende referir a esta ul- se arriba en el cons. 15, de que no obstan-
tima, razón por la cual, en materia de ar- te la doble renuncia a la apelación (suma-
bitraje pareciera que la cuestión estaría li- da a la renuncia a la jurisdicción que pre-
gada, en principio, a las materias o cues- supone el pacto de arbitraje), no constitu-
tiones que no pueden ser objeto de arbi- ye óbice para que esta Corte revoque lo
traje, por no resultar de libre disposición dispuesto en el laudo en cuanto a la apli-
de las partes, las que tampoco podrían ser cación de los intereses.
(61) PARDO, Juan Alberto, prólogo al libro, El Orden Público, RUCHELLI, Humberto F. y Horacio FERRER , Carlos,
Editorial Abeledo Perrot, 10 de octubre de 2001.
Señalan los autores que al variar su contenido en el tiempo y en el espacio y conjugándose ambos elementos
en el momento de realización del acto, su aplicación resulta discrecional en manos de los jueces, p. 10.
(62) Fallos 133:61.
(63) Fallos: 255:31, 276:321 y las citas de ambos, L.L. T.110 p. 699, Rep. L.L. XXXI, p. 1653, sum. 251, L.L. T. 1978-B,
p. 423, en: Revista Aceros Ohler S.A., sent. del 11 de octubre de 1977.
566 HÉCTOR MÉNDEZ
Creemos en suma, que al no existir que la Nación puede ser sometida a la ju-
la posibilidad formal de un recurso de ape- risdicción de tribunales arbitrales, ya sea
lación para analizar la justicia o injusticia que actúe como parte actora o demandada
del laudo (en cuanto al fondo de la cues- y es prorrogable, bajo dos condiciones:
tión), por haber sido este validamente re-
nunciado (en dos oportunidades), por tra- a. Siempre que esa jurisdicción haya
tarse de cuestiones patrimoniales suscep- sido establecida por el congreso y no
tibles de esa renuncia –aunque estuviese por el Poder Ejecutivo; y,
comprometido el interés del Estado–, la
b. Que la Nación actúe en el carácter
C.S.J.N. careció de jurisdicción para re-
de persona jurídica, pues cuando ac-
solver en esa cuestión, como lo hizo, ha-
túa como poder público su respon-
bida cuenta que esta había sido prorroga-
sabilidad se rige por principios y dis-
da (o renunciada) a favor del Tribunal
posiciones de carácter nacional cuyo
Arbitral, renuncia que, como se dijo, se-
conocimiento, si corresponde, en for-
gún la clara jurisprudencia del mismo
ma privativa a los jueces federales
máximo tribunal, resulta irrevocable, y
por razón de la materia(65).
comprende incluso la de esa C.S.J.N. para
resolver cualquier aspecto fuera de los
expresamente contemplados en el artícu- La prorroga de jurisdicción a favor de
lo 761 del C.P.C. y C.N. tribunales arbitrales, cuando el Estado es
parte, para que sea válida, debe ser mani-
festada por sus órganos competentes y sien-
Prórroga de jurisdicción en los casos en do el congreso la única autoridad que pue-
que la nación es parte de prescribir excepciones al fuero federal,
Cabe tener en cuenta, por lo demás, es decir, quien tiene la facultad de declinar
que la situación no varia por el hecho de la jurisdicción, son nulos de nulidad abso-
que una empresa nacional sea parte, por luta los actos del Poder Ejecutivo que la
cuanto interpretando el artículo 116 de la establezcan sin autorización legislativa(66).
C.N. (100 de la Constitución de 1.853), Concordante con ello, la C.S.J.N., en
se ha entendido que mientras la compe- fallos de viejo cuño, ha admitido esta pro-
tencia en razón de la materia, la cuantía y rroga de jurisdicción en los casos en que
el grado son improrrogables, si lo es la la ley los autoriza, sea que la disposición
establecida en razón de las personas y te- provenga de los códigos comunes o de
rritorio, salvo la excepción que fija la
leyes especiales(67).
ley(64). Es que en los casos en que la Na-
ción es parte demandada, la jurisdicción Por su parte la prorroga de jurisdic-
no emana de la Constitución Nacional, ción (incluso a favor de la arbitral), esta
sino del Congreso. Por ello, se ha entendido limitada a los casos en que la Nación ha
(64) HARO, Ricardo, La Competencia Federal, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1989, p. 19.91/92, Fallos: 242:292
y 494, 241:407, 247:414, 255:341, 294:62, 286:203, 258:116, 269:431
(65) GONDRA, Jorge M., Jurisdicción Federal, Editorial J.A., Buenos Aires, 1944, pp. 143 y ss.
(66) Fallos 195:155, GONDRA, Jurisdicción Federal, cit., p.144.
(67) Fallos 160:133.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 567
actuado en su carácter de persona jurídi- Corte dijo efectivamente que “la cláusu-
ca, es decir que no es admisible respecto la compromisoria no deja inerme al legi-
de cuestiones de derecho que afecten el timado contra abusos en que pudiera in-
orden público o que conciernan al poder currir el órgano arbitral, porque dígalo o
publico del Estado(68). no la respectiva cláusula, el ejercicio que
en cada caso se haga de la jurisdicción
Si bien la apreciación de los hechos y
arbitral no comporta mas atribución que
la aplicación regular del derecho son fun-
la de juzgar legal y razonablemente den-
ciones de los árbitros y el laudo que dicten
tro de los términos del conflicto, y que si
será inapelable en esas condiciones, su de-
bien la apreciación de los hechos y la
cisión –en cambio– podrá impugnarse ju-
aplicación regular del derecho es función
dicialmente cuando sea inconstitucional,
del arbitro, no excluye que pueda ser im-
ilegal o irrazonable (Fallos: 292:223).
pugnada judicialmente la inconstitucio-
nalidad, la ilegalidad o la irrazonabili-
El control judicial en los casos de in-
dad en que hubiese incurrido al laudar
constitucionalidad, ilegalidad o irrazo-
(conf. 787 y 788 Cod. Proc.)”.
nabilidad
Pero consideramos que ese caso di-
Como se vio en el punto 3. del nu-
fiere sustancialmente de Cartellone, im-
meral 3.3 supra, la Corte con la sola cita
pidiendo la aplicación de la doctrina de
de Fallos 292:223, ha establecido también
lo resuelto como precedente, porque se
otro peligroso principio general que esti-
trata de situaciones muy distintas que así
mamos se encuentra extralimitado y fue-
lo impiden. En efecto, el fallo citado se
ra del marco concreto de la causa que diera
trató de un R.E.F. interpuesto con relación
lugar a dicho precedente.
a un pronunciamiento de un Tribunal Pa-
En efecto, cierto es que en el caso ritario Nacional que constituyó un explí-
citado fallado el 7 de julio de 1975 (69), la cito supuesto de arbitraje obligatorio(70),
en el que, como se vio –supra–, la juris- traje obligatorio legal), y median supues-
prudencia de la Corte siempre ha consi- tos que así lo ameritan, como cuando el
derado que se encontraba excluido de irre- órgano correspondiente haya actuado en
curribilidad por vía del R.E.F., lo cual dio ejercicio de especificas funciones judicia-
lugar a que la Corte, aplicara la citada les(73) o cuando se ponga en tela de juicio
doctrina, que no resulta aplicable a los la validez constitucional de dicho órgano
supuestos de arbitraje voluntario en el que, que sustrae a la justicia el conocimiento
rige el principio opuesto de la inimpugna- de determinadas causas(74), siempre que
bilidad judicial por errores in judicando. no haya mediado voluntaria sujeción a su
competencia(75).
Conforme a la resuelto reiteradamen-
te por la Corte, esta limitación –como El único y principal argumento de la
cualquier otra limitación a la revisión ju- Corte para justificar su intervención revi-
dicial de los laudos arbitrales– solo rige sora para reanalizar el fondo de la cues-
con relación a los casos en que la jurisdic- tión, por motivos de inconstitucionalidad,
ción a favor de los órganos arbitrales han ilegalidad o simplemente de irrazonabili-
sido libremente pactada y proviene de la dad, queda así descartado.
libre determinación de los interesados(71),
y no cuando se trata de competencia arbi- Los tribunales arbitrales y las
tral obligatoria por haber sido instituida por cuestiones de constitucionalidad
la ley (arbitraje obligatorio legal), en que
siempre se encuentra abierta la posibilidad Sin perjuicio de lo precedentemente
de revisión judicial. expuesto, entendemos que el argumento
del control de constitucionalidad, aun den-
Como una consecuencia de ello, des- tro del contexto del arbitraje voluntario,
taca Palacio(72) la C.S.J.N. ha entendido no habilita la revisión judicial de los lau-
que procede el R.E.F. contra las decisio- dos arbitrales de derecho, cuando se ha
nes o laudos de los tribunales arbitrales, renunciado al recurso de apelación. Ello
si la competencia arbitral es obligatoria, así por cuanto no solo la doctrina(76) sino
por haber sido instituida por la ley (arbi- también la propia jurisprudencia incluso
Como así también que se trato de un compromiso arbitral incluido dentro del contenido licito y posible de
un convenio laboral, referido a los conflictos colectivos o individuales, motivados por las reclamaciones
que se formulen sobre la aplicación del propio convenio en que se lo instituye, con el mismo carácter
obligatorio que es propio de la naturaleza del acto del cual emana –considerando 8.
La C.S.J.N., finalmente, confirmo la Resolución de la Secretaria de Estado de Trabajo, a su vez confirma-
toria de la decisión del Tribunal Paritario Nacional.
(71) Fallos: 237:392, 255:13, 274:323, 250:408, entre otros
(72) PALACIO, Lino E., El Recurso Extraordinario Federal, Abeledo Perrot, 1992, pp. 58-59.
(73) Fallos: 242:353, 277:442 y 305:1365.
(74) Fallos: 267:169, 275:489.
(75) Fallos: 249:15, 252:208, 256:17 entre otros.
(76) PALACIO, Lino, “Arbitraje. control de Constitucionalidad y Recurso Extraordinario”, L.L. t. 2003. F. Sec.
doctrina pp. 1184 y ss., “Otra vez sobre el Arbitraje y el control de constitucionalidad”, L.L. sup. Derecho
Constitucional 24-V-2004, M ORILLO, Augusto M., “Pueden los árbitros declarar la inconstitucionalidad de
las Leyes”, en: E.D., pp. 198-464.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 569
En esos autos, ante una demanda pro- bitros la apreciación de los hechos y la
movida por la citada entidad binacional aplicación regular del derecho, no queda
(también de carácter público y estatal), se excluida la posibilidad de impugnar judi-
decretó una medida cautelar de no inno- cialmente la inconstitucionalidad, la ile-
var, respecto de la aprobación del Acta de galidad o la irrazonabilidad en que los ár-
Misión y de los actos posteriores corres- bitros hubieren incurrido. Se aclara que
pondientes a un proceso arbitral de dere- ese mismo criterio aparece plasmado en
cho en pleno tramite ante el tribunal de el pronunciamiento del alto tribunal en
arbitraje de la Cámara de Comercio In- Cartellone, en el que, según entiende, la
ternacional (CCI-Paris), promovido por la Corte reafirma la pertinencia de la tesis
empresa ERIDAY, funcionando con sede amplia respecto del control de constitu-
del caso, en Buenos Aires, según las nor- cionalidad de los laudos arbitrales, acu-
mas procesales acordadas y el Reglamen- diendo a la expresión “supuestos en que
to Arbitral de esa entidad, a la que se ha- los términos del laudo que se dicte con-
bían sometido voluntariamente esa enti- traríen el orden público”, añadiendo que
dad binacional y empresa citada, habién- dicho control corresponderá también
dose aprobado el compromiso arbitral y cuando “(...) la decisión sea inconstitucio-
designado los árbitros, que luego fueron nal, ilegal o irrazonable”.
recusados por la primera(79).
Con lo cual se reitera, a nuestro modo
En el compromiso arbitral se estable- de ver, el error de desinterpretación de ese
ció la competencia de la Justicia Federal precedente cometido en Cartellone, con
de la Capital Federal, frente al posible re- el agravante de que en Yacireta, no se tra-
curso de nulidad a deducir contra el lau- ta de una impugnación frente aun laudo
do definitivo. arbitral definitivo que resolviera las cues-
tiones planteadas que incurra en vicios que
En los fundamentos de la decisión importen faltas o violaciones esenciales
judicial ordenatoria de la cautelar, con del procedimiento, y con ello del derecho
nuevamente con expresa y errónea cita del de defensa (artículo 18 de la C.N.), que
antes referido caso de Fallos 292:223 viabilizarán la acción impugnatoria de
(“Cooperativa Eléctrica v. Anexos de nulidad canalizante de una eventual revi-
General Acha Limitada), que como se vio sión judicial. Sino directamente de actos
infra, se refiere a un supuesto de arbitraje procesales iniciales dictados en una juris-
obligatorio y no voluntario como el que dicción arbitral abierta (y en pleno trámi-
nos ocupa, se dice que el ejercicio que en te) que por esencia y naturaleza, importa
cada caso se haga de la jurisdicción arbi- –como se vio– una prorroga irrevocable
tral no importa mas atribución que la de a su favor, de la jurisdicción estatal –in-
juzgar legal y razonablemente dentro de los cluso la de la propia Corte–, la cual solo
términos del conflicto. Además, que, se admitiría permitir su recuperación me-
añade que, aunque sea función de los ár- diante una acción de impugnación, ex-
(79) De los antecedentes del fallo surge que trata de un proceso arbitral identificado como Caso CCI Nº 11.841/
KGA. promovido por “Empresas Reunidas Impregillo –Dumez y Asociadas para Yacireta– Erida Y Ute
(Eriday)” reclamando el cobro de diferencias (o mayores costos) surgidos como consecuencia de la ejecu-
ción de la obra de Yacireta, por una millonaria suma en dólares.
IMPUGNACIÓN JUDICIAL DE LAUDOS ARBITRALES. EL CASO “CARTELLONE” (...) 571
LA RESPONSABILID AD INTERNA
RESPONSABILIDAD CIONAL DEL EST
INTERNACIONAL ADO
ESTADO
POR INCUMPLIMIENTO DE SU OBLIGA CIÓN DE
OBLIGACIÓN
EJECUT AR UN LLAUDO
EJECUTAR AUDO EXTRANJERO
( *) Miembro de la Law Society (Foreign Lawyer) de Londres. Miembro del Consejo del Instituto de Derecho
Internacional de los Negocios de la Cámara de Comercio Internacional. Miembro fundador del despacho
Castaldi, Mourre & Asociados, París y Milán.
574 ALEXIS MOURRE
(1) International Centre for Settlement of Investment Dispute, ICSID Case N° ARB/05/07. Asunto: Saipem
S.p.A v. The people’s Republic of Bangldesh.
LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO POR INCUMPLIMIENTO DE SU OBLIGACIÓN (...) 575
(2) ICSID Case N° ARB/05/07, Nº 36: “(...) it was misconceived and incompetent inasmuch as there is no
Award in the eye of the law, which can be set aside”.
(3) ICSID Case N° ARB/05/07, Nº 127, p. 35.
(4) ICSID Case N° ARB/05/07, Nº 130, p. 36.
576 ALEXIS MOURRE
13. A este respecto, el tribunal esti- cepted the supervisory powers of the
mó que el arbitraje CIADI no podía ser local courts and thus assumed the risk
considerado como una vía indirecta para of such courts interfering. It argues
obtener la ejecución de laudo arbitral y that a determination by this Tribunal
convertirse en un procedimiento abusivo, not recognizing the nullity of the ICC
tal y como se deduce de los considerán- Award would be contrary to party
doos 155 a 158 del laudo arbitral: autonomy”(10).
“(…) the present proceedings are not “In the Tribunal’s opinion, it is true
aimed at enforcing an award which that the choice of Dhaka as seat of
is inexistent according to the courts the arbitration implied the acceptan-
of Bangladesh. The Tribunal unders- ce on the jurisdiction of the local
tands Saipem’s case to claim that courts in aid and control of the ICC
Bangladesh has frustrated its rights Arbitration and the acceptance of the
by unlawfully interfering in the arbi- related litigation risk. It is also true
tration process. The fact that the in- that –contrary to Saipem’s submis-
demnity claimed in this arbitration sion– the latter was not compelled to
matches the amounts awarded in the accept that risk”(11).
ICC arbitration at least to some ex-
tent, does not mean in and of itself “But this is not the question here. By
that this Tribunal would “enforce” accepting jurisdiction, this Tribunal
the ICC Award in the event of treaty does not institute itself as control
breach. To avoid any ambiguity, the body over the ICC Arbitration, nor
Tribunal stresses that Saipem’s as enforcement court, nor as a supra-
claim does not deal with the courts’ national appellate body for local
regular exercise of their power to court decisions. This Tribunal is a
rule over annulment or setting aside treaty judge. It is called upon to rule
proceedings of an award rendered exclusively on treaty breaches, wha-
within their jurisdiction. It deals tever the context in which such trea-
with the court’s alleged wrongful in- ty breaches arise”(12).
terference”(9).
14. El tribunal, sin embargo, no re-
“Finally, Bangladesh invokes “an solvió la objeción según la cual la recla-
abuse of process (…) because this mación de Saipem estaba en realidad fun-
whole claim goes against party auto- dada en una denegación de justicia, la cual
nomy”. In substance, Bangladesh in- hubiera implicado, en derecho internacio-
sists that, by choosing a seat of the nal consuetudinario, que las vías de re-
arbitration in Dhaka, Saipem has ac- cursos internas hubieran sido agotadas:
ser elevada a nivel de una violación de las conocen el carácter obligatorio del laudo,
obligaciones internacionales del Estado. comprometiéndose a cumplirlo en todos
sus términos, salvo en la medida en que
Los desarrollos del asunto Saipem
se suspenda su ejecución, de acuerdo con
deberían permitirnos obtener de pronto
lo establecido en la misma Convención.
una respuesta a estos interrogantes. Es de
Las obligaciones contenidas en estos dos
todas maneras deseable que el derecho in-
artículos son predicables tan pronto el lau-
ternacional permita garantizar mejor la efi-
do es proferido.
cacia de la Convención de New York con
el fin de reforzar la ejecución de laudos. 20. Las normas vigentes locales
para la ejecución de laudos CIADI son las
normas locales aplicables al procedimien-
B. LAUDOS CIADI
to de ejecución, y no las aplicables a los
19. El tema aquí planteado es el de recursos contra laudos, no siendo los lau-
la responsabilidad internacional del Esta- dos CIADI sujetos a cualquier recurso de
do por incumplimiento de su obligación derecho interno. Por tanto, no podría el
de ejecutar un laudo CIADI. El numeral Estado poner limitaciones a la ejecución
segundo del artículo 54 de la Convención del laudo. Por ejemplo, la Corte de apela-
CIADI aligera las formalidades para la ción de Paris anuló una decisión del juez
solicitud de reconocimiento y ejecución del exequátur francés que había puesto
de un laudo CIADI. Es suficiente que el como limitación a la ejecución de un lau-
interesado aporte una copia del mismo, de- do CIADI que el tribunal habría debido
bidamente certificada por el Secretario, autorizar medidas de ejecución. La Corte
quien dará fe de la autenticidad del laudo de Paris falló que:
y verificará que no se ha declarado sus-
pensión del laudo. Cabe mencionar que “El juez de primera instancia, actuan-
la solicitud de aclaración, revisión o anu- do bajo requerimiento conforme con
lación del laudo no tiene por efecto auto- el artículo 54 de la Convención de
mático suspender su reconocimiento y eje- Washington, no podía, sin exceder su
cución. La Convención CIADI, en el mis- competencia, involucrarse en asun-
mo artículo 54, prevé la obligación de los tos posteriores relativos a la ejecu-
Estados de ejecutar los laudos CIADI ción, a los cuales se refiere el asunto
como si fueran fallos definitivos de sus de inmunidad de ejecución de los
tribunales internos. Esta obligación sub- Estados extranjeros”(20).
siste tanto para el Estado parte en el pro-
cedimiento arbitral como para el Estado 21. Sin embargo, el artículo 55 de
cuyo nacional es parte del mismo proce- la Convención CIADI permite expresa-
dimiento. Esta obligación no debe ser con- mente al Estado prevalerse de su inmuni-
fundida con aquella contenida en el artí- dad de ejecución para resistirse a la eje-
culo 53, la cual se predica en relación a cución del laudo si tal inmunidad fuera
las partes del procedimiento, quienes re- también aplicable a un fallo de sus tribu-
(20) TGI Paris, 23 de diciembre de 1980, Benvenuti c. Congo, JDI 1981, 365; Corte de apelación de Paris, 13
de enero de 1981, JDI, 1981, 843.
LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO POR INCUMPLIMIENTO DE SU OBLIGACIÓN (...) 581
nales internos. Que la ejecución del lau- 23. Este artículo debe ser interpre-
do sea imposible debido al ejercicio de tado en el sentido que el inversionista re-
su inmunidad de ejecución constituye, no tomaría su derecho de acudir a la protec-
obstante, una violación de la obligación ción diplomática en el caso de imposibi-
del Estado de cumplir al laudo, tal y como lidad de ejecución de un laudo CIADI de-
dicha obligación es prevista por el artícu- bido al ejercicio de la inmunidad de eje-
lo 53 del la Convención CIADI(21). Como cución del Estado. La protección diplo-
falló el Comité Ad Hoc en el asunto Mine mática es una institución del derecho in-
c. Guinea: “State immunity may well ternacional consuetudinario que permite
afford a legal defense to forcible execu- a un Estado hacer suya la reclamación de
tion, but it provides neither argument nor uno de sus nacionales contra otro Estado.
excuse for failing to comply with an Esta institución, que se ha desarrollado en
award. (...) Non compliance by a State una época en la cual todavía no existía
constitutes a violation by that State of its acceso directo para los privados a la jus-
international obligations and will attract ticia arbitral internacional para arreglar
its own sanctions”(22). disputas con Estados, supone una serie de
condiciones para su ejercicio. Primero se
22. ¿Entonces, cuales serían las vías
debe establecer la nacionalidad del soli-
o acciones con las que contaría el intere-
citante cuyo lazo de nacionalidad debe
sado en la ejecución para satisfacer las
existir continuamente desde el momento
acreencias que le fueron reconocidas en
de la comisión del daño hasta la resolu-
el laudo arbitral? La vía sería la protec-
ción de la reclamación. Segundo, la re-
ción diplomática o la promoción de una
clamación debe basarse en un acto injus-
reclamación internacional contra el Esta-
to a la luz del derecho internacional. Ter-
do recalcitrante. Así está concebido en el
cero, presupone el agotamiento de todos
artículo 27 numeral 1 de la Convención
recursos internos en el Estado autor del
CIADI, según el cual:
acto injusto. No obstante el cumplimien-
to de las mencionadas condiciones, el in-
“Ningún Estado Contratante con- versionista no goza automáticamente de
cederá protección diplomática ni la protección diplomática, toda vez que
promoverá reclamación internacio- ésta depende de la discrecionalidad polí-
nal respecto de cualquier diferen- tica de su gobierno, quien podrá decidir
cia que uno de sus nacionales y otro no adelantar ninguna reclamación inter-
Estado Contratante hayan consen- nacional, suspenderla, renunciar o llegar
tido en someter o hayan sometido a un acuerdo para terminarla(23).
a arbitraje conforme a este Conve-
nio, salvo que este último Estado 24. Como consecuencia del ejerci-
Contratante no haya acatado el lau- cio de la protección diplomática, el Esta-
do dictado en tal diferencia o haya do del inversionista podría plantear una
dejado de cumplirlo”. demanda ante la Corte Internacional de
(21) SCHREUER, The ICSID Convention: A commentary, Cambridge, 2001, N° 107, p. 1140.
(22) Orden provisional N° 1 en la solicitud de suspensión de la ejecución del laudo del 12 de agosto 1988; 4
CIADI Reports 115/6.
(23) SCHREUER, The ICSID Convention: A commentary, cit., p. 398.
582 ALEXIS MOURRE
Justicia, conforme con el artículo 64 de la cretario General del CIADI, quien es ge-
Convención CIADI: neralmente también Consejero General
del Banco mundial, ha comunicado ofi-
“Toda diferencia que surja entre Es- cialmente a las partes recalcitrantes su
tados Contratantes sobre la interpre- obligación de cumplir con los laudos pro-
tación o aplicación de este Conve- feridos(25). Sin embargo, el Banco Mun-
nio y que no se resuelva mediante dial no se ha referido públicamente acer-
negociación se remitirá, a instancia ca de las consecuencias para nuevos cré-
de una u otra parte en la diferencia, ditos para Estados partes que no han hon-
a la Corte Internacional de Justicia, rado sus obligaciones derivadas de un lau-
salvo que dichos Estados acuerden do y de la Convención CIADI(26).
acudir a otro modo de arreglo”.
(24) GIARDINA , Andrea, “L’ exécution des sentences du Centre international pour le règlement des différends
relatifs aux investissements”, en: Revue critique de droit international privé, 1982, p. 293.
(25) SCHREUER, The ICSID Convention: A commentary, Cambridge, 2001, N° 33, p. 1088.
(26) BALDWIN , Edward / KANTOR , Mark y NOLAN , Michael, Limits to enforcement of ICSID Award; Journal of
International Arbitration, Vol. 23, N° 1, february 2006, p. 22.
(27) POUDRET y BESSON, Droit comparé de l’arbitrage international, Bruylantì/LGDJ/Schulthess, 2002, p. 867.
LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO POR INCUMPLIMIENTO DE SU OBLIGACIÓN (...) 583
una suma suficiente para asegurar los pa- ausencia de cláusula en sentido diferente,
gos debidos ordenados en los laudos pro- como una renuncia a la inmunidad de eje-
feridos por el tribunal. Los Estados Uni- cución. ¿Seria entonces responsable el Es-
dos han presentado ya dos reclamaciones tado que se negase a ejecutar el laudo? La
ante el tribunal con el fin que sea ordena- respuesta debe ser positiva. En el caso
do a Irán el restablecimiento del equili- Gould, Irán planteó una demanda ante el
brio en la mencionada cuenta. En un pri- Iran-US Claims Tribunal contra Estados
mer caso (N°A/28), como la cuenta no Unidos por no haber ejecutado un laudo
estaba por debajo del monto previsto, el anterior del mismo tribunal, emitido en un
tribunal no ordenó su restablecimiento caso Avco. Los tribunales estadouniden-
pero manifestó que esperaba que llegado ses, en efecto, se habían negado a ejecu-
el caso Irán cumpliría con dicha obliga- tar el laudo Avco basándose en el artículo
ción(28). En un segundo caso (N°A/33) V del la Convención de New York(30). El
nuevamente los Estados Unidos presen- tribunal admitió dicha reclamación de
taron reclamación, y el tribunal concluyó Iran(31), y condenó a Estados Unidos al
que “Iran es obligado a cumplir con su pago de los montos a los cuales habían
compromiso de restablecer el equilibrio sido condenados en el laudo Avco. El tri-
en la cuenta de seguridad tal y como le bunal estimó que sin importar cual fuera
fue determinado por el tribunal en su de- la solución adoptada a la cuestión de sa-
cisión en el caso N° A/28”(29). ber si sus laudos eran sometidos a la Con-
vención de New York, el Estado compro-
28. Al prever que los Estados se com- mete su responsabilidad internacional al
prometen a ejecutar los laudos, los Acuer- negarse a ejecutar un laudo del Iran-US
dos de Argel pueden ser interpretados, en Claims Tribunal.
( *) Socio de Zuleta & Partners Legal Group Colombia. El autor agradece la invaluable colaboración de Rafael
Rincón Ordóñez en la elaboración de este artículo.
586 EDUARDO ZULETA
del país en que, o conforme a cuya ley, ha autoridad competente del país en el cual
sido dictada esa sentencia.” se haya proferido el laudo o en el país
conforme a cuya ley se haya dictado la
Dos serían entonces los supuestos
sentencia arbitral(2).
para impedir el reconocimiento de un lau-
do anulado. Sin embargo, atendiendo a los cri-
terios de la Convención de Nueva York
En primer lugar, la alegación de par-
en lo que se refiere al laudo arbitral y
te. Quien se opone debe invocar y probar
teniendo en cuenta la jurisprudencia en
la causal del citado artículo V (1) (e) pues
materia de reconocimiento y ejecución
esta no es de aquellas que puede ser de-
de laudos anulados, la anulación del lau-
clarada de oficio por el juez. Durante la
do en un Estado no impide necesaria-
vigencia de la Convención de Ginebra de
mente su reconocimiento y ejecución en
1927, la parte que solicitaba el reconoci-
otro Estado.
miento y ejecución de un laudo arbitral
tenía la carga de probar que el laudo cum-
plía con las condiciones establecidas en 1. LOS CRITERIOS ESTABLECI-
la referida Convención para el reconoci- DOS EN LA CONVENCIÓN DE
miento y ejecución del laudo. Este princi- NUEVA YORK PARA DETERMI-
pio fue modificado por la Convención de NAR A QUÉ LAUDOS SE APLICA
Nueva York en lo que “representa un enor-
me progreso y refleja un cambio de acti- La Convención de Nueva York, como
su mismo título lo indica, se aplica a las
tud radical frente a los laudos arbitra-
“sentencias arbitrales extranjeras”.
les”(1). Significa esto que es la parte con-
tra quien se va a hacer efectivo el laudo la El artículo I de la Convención de
que debe alegar y probar una de las cau- Nueva York, establece dos criterios para
sales de denegación previstas en la Con- precisar a qué laudos se aplica.
vención de Nueva York. Si no la alega o
no la prueba, el juez competente otorgará El primer criterio es eminentemente
el reconocimiento y ejecución del laudo, a territorial. Un laudo es extranjero cuando
menos que encuentre aplicable una de las ha sido dictado “en el territorio de un Es-
dos causales en que la Convención de Nue- tado distinto de aquel en que se pide el
va York autoriza la negativa de oficio, es reconocimiento y la ejecución”. Basta, en
consecuencia, a la luz de este primer cri-
decir, arbitrabilidad y orden público.
terio, que el laudo se haya proferido en
En segundo lugar, que la sentencia un país diferente de aquel en el cual se
de anulación haya sido proferida por la pretende su reconocimiento y ejecución(3).
(1) FOUCHARD , G AILLARD , G OLDMAN . On international commercial arbitration, Kluwer Law International,
1999, p. 968.
(2) Esta segunda hipótesis se refiere al evento en que una corte tenga jurisdicción para anular un laudo
proferido por fuera del territorio del Estado de esa corte, por ejemplo, porque en el arbitraje respectivo se
aplicó su lex arbitri. Por razones prácticas las legislaciones modernas de arbitraje limitan la jurisdicción del
juez de anulación a los casos de laudos proferidos dentro de su territorio, a fin de evitar decisiones contra-
dictorias de jueces correspondientes a foros diferentes, frente a un mismo laudo.
(3) Pese a que en el Proyecto de Convención preparado por la CCI se hacía referencia a “laudo arbitral
internacional”, buscando una desvinculación del laudo de toda legislación nacional, en el texto final se
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 587
adoptó la referencia a “sentencia arbitral extranjera”. Debe tenerse en cuenta que, bajo este criterio finalmen-
te adoptado por la Convención de Nueva York, el carácter nacional o internacional del arbitraje que dio origen
al laudo no tendría incidencia alguna en la aplicación de la Convención; lo que prevalece es el lugar en que
se profirió el laudo. Por ende, un laudo arbitral proferido en un determinado país dentro de un arbitraje
puramente doméstico podría hacerse efectivo en otro país al amparo de la Convención de Nueva York. El
arbitraje sería nacional pero el laudo, para efectos de la Convención de Nueva York, sería extranjero.
(4) Corte de Apelaciones del Decimoprimero Distrito; Yearbook Comm. Arb. XXIV (1999), p. 823.
(5) En este sentido, resultaría equivocado análisis de la Corte Suprema de Justicia de Colombia en providen-
cias de 26 de enero y 1 de marzo de 1999 en las que concluye que la calificación para determinar si una
providencia es o no un laudo debe hacerse atendiendo únicamente a la ley del Estado requerido (Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, expediente Nº 7474).
(6) Véase, por ejemplo, PAULSSON, Jan, Enforcing Arbitral Awards Notwithstaning a Local Standard Annulment
(LSA), ICC ICARB. BULL.14 (Nov. 1998); PAULSSON, Jan, “The case for disregarding local standard annul-
588 EDUARDO ZULETA
Decisiones proferidas en cuatro países sig- ron denegados por la Corte de Apelacio-
natarios de la Convención de Nueva York nes de París con fundamento en el artícu-
en las que, por razones diferentes, se acep- lo V(1)(e) de la Convención de Nueva
tó el reconocimiento de laudos arbitrales York, la Corte de Casación Francesa re-
anulados contribuyeron al debate. Des- vocó la decisión de la Corte de Apelacio-
pués de algunos antecedentes en los que nes. En su decisión, la Corte de Casación,
se sentaron las bases de la teoría, los ca- con fundamento en el artículo VII de la
sos conocidos como Hilmarton; Chroma- Convención de Nueva York, consideró que
lloy; Sonatrach, Radenska, pusieron en las disposiciones de la citada Convención
entredicho lo que parecía obvio: que la representan las obligaciones mínimas que
anulación de un laudo obligaba al juez del adquieren los Estados en materia de reco-
Estado requerido a denegar su reconoci- nocimiento y ejecución de laudos extran-
miento y ejecución en aplicación del artí- jeros y que en consecuencia no impiden
culo V (1)(e) de la Convención de Nueva el reconocimiento y ejecución de un lau-
York. Más recientemente, los casos Baker do extranjero bajo las reglas francesas que
Marine y TermoRio han generado nue- fueren más favorables.
vos debates acerca de la posibilidad de
que, bajo ciertas condiciones, un laudo La Corte Suprema de Austria, a su
anulado en una jurisdicción pueda ser re- vez, revocó la decisión de anulación ini-
conocido en otra. cialmente tomada por la Corte de Ape-
laciones de Viena, por lo que el laudo
quedó en firme y terminó la discusión
2.1. Los antecedentes –al menos a nivel judicial– por sustrac-
En 1984, en el conocido como caso ción de materia.
Norsolor(7) la Corte de Casación francesa En 1993 la Corte de Casación Fran-
aceptó la posibilidad de reconocer un lau- cesa en el caso Polish Ocean Line(8) con-
do que había sido anulado en otro país. firmó la decisión tomada por la Corte de
En efecto, la Corte de Apelaciones Apelaciones de Douai en el sentido de
de Viena declaró la nulidad de un laudo otorgar el reconocimiento y ejecución de
arbitral proferido dentro de la controver- un laudo que había sido suspendido en
sia suscitada entre Pabalk Ticaret Sirketi Polonia. En esa decisión la Corte de Ca-
y Norsolor. La decisión fue apelada ante sación sostuvo que, a la luz de la normati-
la Corte Suprema de Austria y mientras vidad vigente, las cortes francesas no po-
se encontraba pendiente la apelación, el dían negar el reconocimiento y ejecución
laudo fue presentado para reconocimien- de laudos extranjeros con fundamento en
to y ejecución en Francia. Aunque inicial- el artículo V (1)(e) de la Convención de
mente el reconocimiento y ejecución fue- Nueva York. Dijo la Corte de Casación
ments under the New York Convention”, 7 Amer. Rev. Int’l Arb. 99 (1996); VAN DEN BERG, Albert Jan, Enfor-
cement of Annulled Awards?, ICC ICARB. BULL. 15 (Nov. 1998). VAN DEN BERG, Albert Jan, The New York
Arbitration Convention of 1958 (1981); GHARAVI, Hamid,The International Effectiveness of Annuled Awards,
Kluwer, 2002
(7) Yearbook Comm. Arb. XI, 1986, p. 484.
(8) Societè Polish Ocean Line v. Societè Jolasry, Yearbook Comm. Arb. , 1994, p. 662.
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 589
(13) Chromalloy Aeroservices, Inc. v. República Árabe de Egipto, Corte de Apelaciones, enero 14 de 1997.
Traducción libre del autor.
(14) Traducción libre del autor.
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 593
había solicitado Chromalloy a pesar de the competent authority where the recog-
que el mismo había sido anulado por la nition and enforcement is sought, proof
Corte de Apelaciones del Cairo. Dicha that (...))”
decisión tiene tres fundamentos esencia-
De la lectura del texto referido con-
les que es necesario analizar: una inter-
cluyó la Corte de distrito en la referida
pretación del texto en inglés del artículo
decisión de julio 31 de 1996 que:
V de la Convención de Nueva York; la
consideración de que el artículo VII de la
“Bajo la Convención, “El reconoci-
misma Convención consagra un principio
miento y ejecución del laudo podrá
de favorabilidad; y, la interpretación del
ser denegado” si Egipto presenta ante
texto de la cláusula arbitral como una re-
esta corte prueba de que (…) el lau-
nuncia a los recursos judiciales, particu-
do (…) ha sido anulado 8 (…)) por
larmente a la anulación.
una autoridad competente del país en
que o confirme a cuya ley ha sido pro-
(i) Interpretación del texto en in- ferido” Convención, artículo V81) &
glés del artículo V de la Convención de V (1)• (énfasis añadido), 9U.S.C. nota
Nueva York 201. En el presente caso, el laudo fue
La Corte de Distrito consideró que proferido en Egipto, bajo las leyes de
el artículo V de la Convención de Nueva Egipto, y ha sido anulado por la corte
York no impone al tribunal del Estado re- designada por Egipto para revisar lau-
querido la obligación de rechazar la soli- dos arbitrales. Por lo tanto, la Corte
podrá, a su discreción, negarse a eje-
citud de reconocimiento y ejecución cuan-
cutar el laudo(15).
do el laudo ha sido anulado en el país de
origen, sino que le concede una facultad
discrecional para admitir o rechazar la (ii) Aplicación del artículo VII de
solicitud aunque se haya demostrado la la Convención de Nueva York
anulación del laudo. Para sustentar su aser- Al igual que la Corte de Casación
to, la Corte de distrito acudió al texto en francesa, la Corte de distrito aplicó el ar-
inglés del citado artículo V de conformi- tículo VII de la Convención de Nueva
dad con el cual “El reconocimiento y eje- York para conceder el reconocimiento y
cución del laudo podrá ser denegado, a ejecución del laudo anulado. Señaló que
solicitud de la parte contra la cual se in- al ser posible interpretar dicho artículo en
voca, solamente si dicha parte suministra forma similar al principio de la nación más
a la autoridad competente del lugar don- favorecida, y dado que la anulación de un
de se solicita el reconocimiento y ejecu- laudo no estaba prevista como causal de
ción, prueba de que (...)” (Recognition and denegación del reconocimiento y ejecu-
enforcement of the award may be refused, ción del mismo en la el Federal Arbitra-
at the request of the party against whom tion Act (FAA), dichos reconocimiento y
it is invoked, only if that party provides to ejecución debían otorgarse.
egipcia violaría esta clara política de en Argelia que resolvía las diferencias
los Estados Unidos”(18). entre Societè Nationale pour la Recher-
che, le Transport et la Commercialisation
Finalmente la Corte consideró que des Hydrocarbures (Sonatrach) y Ford,
cuando una corte extranjera anula un lau- Bacon and Davis, Inc., laudo que había
do, dicha anulación no afecta la jurisdic- sido anulado por la Corte de Apelaciones
ción de la corte de reconocimiento. Seña- de Argelia. La Corte belga concedió el
la que establecer una regla según la cual reconocimiento y ejecución del laudo y
una corte de los Estados Unidos deba des- su decisión fue recurrida con fundamen-
estimar el reconocimiento de un laudo to en el artículo V (1) (e) de la Conven-
anulado por una corte extranjera violaría ción de Nueva York. En el recurso se
las provisiones que la Convención de solicitó a la Corte belga reconsiderar su
Nueva York trae sobre el tema. decisión y suspender el reconocimiento
y ejecución del laudo hasta que se hu-
(iii) Interpretación del texto de la bieran agotado todos los recursos contra
cláusula arbitral la decisión de la Corte de Apelaciones
de Argelia de anular el laudo.
Finalmente, la Corte de distrito se re-
firió al texto mismo del pacto arbitral, de En providencia del 6 de diciembre
conformidad con el cual la decisión de los de 1996, la Corte de Primera Instancia de
árbitros será “final y obligatoria y no esta- Bélgica se negó a revocar su decisión ini-
rá sujeta a apelación u otro recurso”(19). cial y a suspender los efectos del laudo.
Consideró que el pacto arbitral indicaba la Sostuvo la referida Corte que la parte que
clara intención de las partes de que ningu- se oponía al reconocimiento y ejecución
na decisión de los árbitros fuera apelable del laudo no había demostrado ninguna
ante ninguna corte de manera que el arbi- de las causales para denegar el reconoci-
tramento terminara con la decisión del tri- miento y ejecución previstas en el Códi-
bunal arbitral y en consecuencia, como el go Judicial de Bélgica, causales que no
reconocimiento de pactos arbitrales váli- incluyen la anulación del laudo en el país
dos hace parte del orden público de los en que o conforme a cuya ley fue expedi-
Estados Unidos, el reconocimiento de la do. Indicó además que:
sentencia de anulación de las cortes egip-
cias violaría el referido orden público. “La sede del arbitraje, acordada por
las partes, es Argelia. Bélgica ratifi-
có la Convención mediante Ley de
2.4. El caso Sonatrach(20)
junio 5 de 1975; sin embargo, hizo
Se presentó a la Corte de Primera uso de la posibilidad, prevista en la
Instancia de Bélgica un laudo proferido Convención, de limitar la aplicación
eran de nacionalidad colombiana. Se tra- tratos estatales –como es el caso del lau-
tó entonces de un arbitraje entre dos so- do en cuestión– el juez, tiene la obliga-
ciedades colombianas que tenían su do- ción legal de verificar la validez del pac-
micilio o lugar principal de negocios en to arbitral y en consecuencia declarar de
Colombia. La sede del arbitraje era una oficio su nulidad si llegare a establecer
ciudad colombiana como era colombiana la misma(28).
la ley aplicable y colombianos los árbitros.
Respecto de este punto el Consejo
El laudo final condenó a Electranta de Estado manifestó:
a pagar aproximadamente US$ 60.3 mi-
llones a Termorío. Electranta interpuso el “En consecuencia, como quiera que
recurso de anulación y después de varias se trata de una facultad legal perma-
vicisitudes, el Consejo de Estado anuló el nente del juez administrativo, éste no
laudo por considerar que el pacto arbitral solo puede, sino que debe ejercerla,
suscrito en 1998 estaba viciado de nuli- en todos aquellos eventos en los que
dad absoluta. El máximo tribunal de lo estén acreditados a cabalidad los dos
contencioso administrativo colombiano, presupuestos antes relacionados,
señaló que el pacto tenía un objeto ilícito, cualquiera que sea el proceso, ins-
ya que las partes habían pactado un pro- tancia o trámite procesal en que sea
cedimiento arbitral contrario al permiti- advertida la existencia de la nulidad
do por las leyes procesales colombianas. absoluta del contrato, aun en el trá-
mite del recurso de anulación de lau-
Dos de los razonamientos del Con- dos arbitrales, como ya lo ha preci-
sejo de Estado merecen destacarse por sado la Sala en oportunidades ante-
cuanto fueron parte del debate al inten- riores, con ocasión de estudiar y de-
tarse posteriormente el reconocimiento y cidir la validez del pacto arbitral,
ejecución del laudo en las cortes de los habida cuenta de la naturaleza con-
Estados Unidos. tractual que reviste dicho acuerdo
En primer lugar, el Consejo de Esta- entre las partes del contrato.
do consideró que si bien las causales de Ahora bien, en materia de contratos
anulación invocadas por Electranta no estatales, como ya se indicó, si bien
estaban consagradas en la ley como cau- la nulidad del pacto arbitral por ob-
sales de anulación de laudos proferidos jeto o causa ilícita no está legalmen-
en arbitramentos que involucraran con- te prevista como causal o motivo de
(28) A la luz de la Ley Nº 80 de 1993, Estatuto de la Contratación Estatal Colombiana, el contrato celebrado
entre Termorío y Electranta calificaría como un contrato estatal y, en consecuencia, las causales de anula-
ción del laudo respectivo serían las consagradas en la citada Ley Nº 80. Para la fecha en que se profirió la
decisión del Consejo de Estado, la Ley Nº 80 incluía dentro de las causales de anulación de laudos
proferidos en relación con contratos estatales las siguientes: 1. Cuando sin fundamento legal no se decre-
taren pruebas oportunamente solicitadas, o se hayan dejado de practicar las diligencias necesarias para
evacuarlas. 2. Haberse fallado en conciencia debiendo ser en derecho, siempre que esta circunstancia
aparezca manifiesta en el laudo. 3. Contener la parte resolutiva del laudo errores aritméticos o disposicio-
nes contradictorias, siempre que se hayan alegado oportunamente ante el Tribunal de Arbitramento. 4.
Haber recaído el laudo sobre puntos no sujetos a la decisión de los árbitros o haberse concedido más de
lo pedido. 5. No haberse decidido sobre cuestiones sujetas al arbitramento. No estaba incluida dentro de
las causales la nulidad del pacto arbitral.
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 601
(29) Véase Consejo de Estado Colombia, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia
de agosto 1 de 2002.
(30) De conformidad con el artículo 1 de la Ley Nº 315 de 1996 “Será Internacional el arbitraje cuando las
partes así lo hubieren pactado, siempre que además se cumpla con cualquiera de los siguientes eventos:
1.Que las partes al momento de la celebración del pacto arbitral, tengan su domicilio en Estados diferen-
tes. 2.Que el lugar de cumplimiento de aquella parte sustancial de las obligaciones directamente vinculada
con el objeto del litigio, se encuentre situada fuera del Estado en el cual las partes tienen su domicilio
principal. 3. Cuando el lugar del arbitraje se encuentra fuera del Estado en que las partes tienen sus
domicilios, siempre que se hubiere pactado tal eventualidad en el pacto arbitral. 4. Cuando el asunto
objeto del pacto arbitral, vincule claramente los intereses de más de un Estado y las Partes así lo hayan
convenido expresamente. 5. Cuando la controversia sometida a decisión arbitral, afecte directamente e
inequívocamente los intereses del comercio internacional.
602 EDUARDO ZULETA
arbitraje surgiría a partir del literal e) del controversia ha generado durante los úl-
artículo 1 de la Ley Nº 315 (según el cual timos años en la materia que nos ocupa.
el arbitraje es internacional cuando “la En efecto, para el Consejo de Estado, las
controversia sometida a decisión arbitral, partes debieron pactar un procedimiento
afecte directamente e inequívocamente los consagrado en la ley procesal colombia-
intereses del comercio internacional”). Al na, y al alejarse de dicho procedimiento,
respecto cabe señalar que, hasta donde surge un objeto ilícito que vicia de nuli-
conocemos, la jurisprudencia colombia- dad el pacto. Al respecto el Consejo de
na, contrario a la jurisprudencia france- Estado sentenció:
sa, no se ha pronunciado respecto de la
interpretación del literal mencionado, y “Por consiguiente, el convenio por
por ende no existe un criterio definido ellas celebrado en tales condiciones,
para establecer el tipo de controversias resulta violatorio de la normatividad
que afecten directa e inequívocamente los que estaban obligadas a respetar,
intereses del comercio internacional. Sin dado que no podían, por convenio,
embargo, es procedente anotar que la dis- derogar las normas procesales legal-
posición colombiana es más exigente que mente preestablecidas, situación que
la francesa en cuanto no basta que se pone en evidencia la clara e insana-
afecten los intereses del comercio inter- ble violación de los preceptos con-
nacional, sino que esa afectación debe tenidos en los artículos 6, 16, 1519 y
ser, según las voces de la Ley Nº 315, 1523 del Código Civil y 6 del Códi-
directa e inequívoca. go de Procedimiento Civil, dado que
aquellas disposiciones de orden pro-
En este caso particular, en donde ac- cesal del decreto Nº 2279 de 1989 y
túan dos partes de nacionalidad colombia- de la ley 23 de 1991 son de orden
na y domiciliadas en Colombia, en ejecu- público, en cuanto corresponden a
ción de un contrato en territorio colom- reglas de procedimiento judicial, re-
biano y bajo ley sustancial colombiana, y guladoras precisamente de la habili-
de donde surge una controversia referida tación a particulares para que cum-
al incumplimiento de dicho contrato que plan la función pública de adminis-
las partes someten a un arbitraje con sede trar justicia, investidura y actuación
en Colombia y con árbitros colombianos, que, en manera alguna, por expreso
y en el que no aparecen elementos que mandato constitucional, puede ejer-
permitan concluir que existe una afecta- cerse por fuera de los términos seña-
ción directa e inequívoca a los intereses lados en la ley (artículo 116).
del comercio internacional, sería difícil
sostener que el arbitraje era internacional. En otros términos, ni los particula-
res, como tampoco las entidades es-
Sin embrago, este análisis escapa al obje-
tatales, pueden válidamente investir
tivo del presente artículo, y será materia
de función jurisdiccional a particu-
de otros estudios.
lares en la condición de árbitros por
Respecto del procedimiento que po- fuera de los límites y exigencias que
día o no pactar las partes dentro del ar- para tal fin establecen la Constitución
bitraje, el Consejo de Estado ha elabora- y la ley, toda vez que, ni aquéllos ni
do uno de los razonamientos que mayor ellas pueden abolir por convención
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 603
(31) El argumento de que no era posible en arbitraje que las partes pactaran su propio reglamento, que había
hecho carrera en las altas cortes colombianas, fue controvertido por la jurisprudencia de la Corte Constitu-
cional en la Sentencia SU-174 de 2007, con ponencia del Magistrado Manuel José Cepeda. Dicho pro-
nunciamiento reconoció la facultad de las partes de pactar su propio procedimiento.
(32) United States District Court,District of Columbia.TERMORIO S.A. E.S.P., et al., Plaintiffs v ELECTRIFICA-
DORA DEL ATLANTICO S.A. E.S.P., et al., Defendants., No. Civ.A. 03-2587(PLF). Marzo 17, 2006, F.Supp.2d,
2006 WL 695832 (D.D.C.).
604 EDUARDO ZULETA
“(…) establecer una regla según la cución de laudos anulados a la luz del or-
cual una corte de Estados Unidos den público de los Estados Unidos de
debe rechazar el caso porque una América.
corte extranjera anuló el laudo vio-
La Corte parece sustentar su decisión
laría la disposición de la Convención
en el hecho que Lease Co y Termorío no
de Nueva York (…) Si la decisión de
sustentaron debidamente sus proposicio-
una corte extranjera automáticamen-
nes en cuanto a la violación del orden
te privara de jurisdicción para con-
público de los Estados Unidos. Sin em-
siderar el caso a la corte de Estados
bargo, cabe señalar que la Corte recono-
Unidos, las sentencias extranjeras
ció que, a la luz de los tratados suscritos
obtenidas de manera fraudulenta, por
por los Estados Unidos, existe una políti-
ejemplo, no tendrían control alguno
ca pública encaminada a que se reconoz-
en las cortes de Estados Unidos”(33).
can y ejecuten laudos arbitrales interna-
cionales en los Estados Unidos.
Al analizar el argumento de los de-
mandantes de que la sentencia del Con- Cabría preguntarse entonces, si con
sejo de Estado colombiano violaba el base en esta política, Lease Co y Termo-
orden público, la Corte de distrito seña- río podrían haber argumentado que este
ló que para que una decisión judicial ex- laudo debía ser reconocido y ejecutado ya
tranjera fuera contraria al orden público que la decisión de anularlo se fundó en
de los Estados Unidos, la misma tenía una causal que no estaba consagrada en
que ser repugnante frente a nociones fun- la lex arbitri aplicable. En otras palabras,
damentales de lo que es decente y justo se podría plantear el argumento de que al
en el Estado en que se solicita el recono- haber anulado el laudo con base en una
cimiento, situación que no se daba en el causal no invocada por el recurrente y no
caso de la sentencia del Consejo de Es- establecida como causal de anulación por
tado colombiano. la ley aplicable, el Consejo de Estado ha-
bría contrariado y desconocido su propia
Así mismo la Corte sostuvo que exis-
ley, dejando sin efectos un laudo que re-
tiría una violación del orden público de
conoce los derechos de una persona jurí-
los Estados Unidos si se determinara que
dica constituida bajo las leyes de los Es-
se contrariaron los objetivos y propósitos
tados Unidos, con lo cual se estaría con-
del Foreign Sovereign Immunities Act.
trariando el orden público de los Estados
Este punto tampoco fue analizado por la
Unidos. Así, la Corte de Distrito habría
Corte ni alegado por una de las partes.
realizado un análisis en cuanto a si el re-
En el razonamiento de la Corte de conocimiento y ejecución del laudo sal-
distrito se echa de menos el texto del Ar- vaguarda esos intereses y por ende forta-
tículo VII de la Convención de Nueva lece el comercio internacional. La salva-
York, ya que ninguna mención se hace del guarda de dichas políticas podría haber
mismo sino que la Corte se limita a reali- sido mérito suficiente para reconocer y
zar un análisis del reconocimiento y eje- ejecutar el laudo.
(33) Traducción libre del autor. La disposición se refiere al artículo V (1) (e).
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 605
necesario definir lo que se debe entender vención de Nueva York también ha sido
por “laudo internacional” por ser este tipo cuestionada. Por una parte, si el texto
de laudos a los que se aplica la referida se lee en su integridad (“Solo se podrá
teoría. Pero resulta que la misma Corte denegar el reconocimiento y ejecución
de Casación francesa en decisión de oc- (...)” – “Recognition and enforcement
tubre 17 de 2000, bajo el mismo razona- of the award may be refused (...) only
miento de los casos aquí referidos, otor- if) no parece que el término “podrá”
gó el reconocimiento y ejecución de un (may) esté refiriéndose a una facultad
laudo proferido en un arbitraje puramen- discrecional del juez.
te doméstico en Senegal, que había sido Por otra parte, el texto francés del
anulado por las cortes de dicho país, con mismo artículo V de la Convención está
lo que parece haber extendido la teoría a redactado en el modo imperativo y no
cualquier tipo de laudos extranjeros, in- obstante, la Corte de Casación francesa
dependientemente de que hayan sido pro- ha otorgado el reconocimiento y ejecución
nunciados en arbitraje internacional(34). de laudos anulados sin que haya conside-
rado, con fundamento en una lectura como
También se ha discutido el por qué la
la que hizo la Corte del Distrito de Co-
Corte de Casación francesa considera que
lumbia, que el modo imperativo obliga a
el laudo proferido en arbitraje internacio-
las cortes francesas a denegar el recono-
nal no está integrado en el orden legal de
cimiento y ejecución cuando se demues-
ningún Estado, cuando el mismo Código
tra la causal invocada. Finalmente, los
de Procedimiento Civil Francés dispone
antecedentes de la Convención de Nueva
que las cortes francesas pueden anular lau-
York indican que no fue la intención de
dos proferidos en territorio francés tanto los Estados Contratantes otorgar una ab-
en arbitraje nacional como en internacio- soluta discrecionalidad al juez del reco-
nal. Si no está integrado en el orden legal nocimiento y ejecución para decidir si
de ningún Estado, ¿por qué está sujeto al aplica o no la respectiva causal.
recurso de anulación en ese Estado? El ar-
gumento de la no integración en el sistema Se ha criticado igualmente la tesis de
jurídico tendría más fuerza en el caso de la Corte del distrito de Columbia según la
Bélgica cuyo estatuto arbitral permite la cual al pactarse en una cláusula arbitral
renuncia al recurso de anulación con lo que que la decisión de los árbitros será final y
habría, allí sí, un arbitraje sin foro. no sujeta a apelación existe una renuncia
irrevocable a la interposición del recurso
La teoría de la discrecionalidad fun- de anulación. Por una parte, el recurso de
damentada en la interpretación literal del anulación no es una apelación;(35) por la
texto en inglés del artículo V de la Con- otra, la renuncia al recurso de anulación, si
(34) Issakha N’Doye v. ASECNA, Yearbook Comm. Arb. XXIV, 2001, p. 767.
(35) Salvo bajo la tesis del Consejo de Estado colombiano en el sentido de que se trata de una “apelación
restringida”. Cfr. Consejo de Estado, Sección Tercera, 7 de Febrero de 2002, rad. 20467. Consejero Po-
nente: CARRILLO BALLESTEROS, Jesús Maria. Entre otras consideraciones, el Consejo de Estado señaló: “El
recurso de anulación, ni es ordinario, ni es extraordinario, según el artículo 166 del Decreto Nº 1818 de
1999, pero contra la decisión que profiera el Consejo de Estado al resolver el recurso de anulación, proce-
de el recurso extraordinario de revisión. Teniendo en cuenta la normatividad precitada y los controles y
efectos establecidos para la providencia que decide el recurso de anulación, se hace notorio que éste por
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DE LAUDOS ANULADOS 607
lo permitiere la ley aplicable, tendría que nal para otorgar o negar el reconocimien-
ser clara y en la mayoría de las veces ex- to y ejecución del laudo, según las premi-
presa. La cláusula, que es ya de estilo, in- sas ya vistas; y, (iii) en los países que no
dicando que la decisión final de los árbi- tengan la anulación del laudo dentro de
tros es obligatoria y no sujeta a apelación las causales para negar su reconocimien-
no se refiere al recurso de anulación sino a to y ejecución y adopten la interpretación
recursos ante el mismo tribunal arbitral. del artículo VII de la Convención de Nue-
va York tantas veces mencionada. Por la
En fin, podría decirse que la inter-
otra, existe la tendencia cada vez más mar-
pretación que hace la Corte Suprema de
cada en los estatutos arbitrales y en las de-
Austria de la Convención Europea es acor-
cisiones de las cortes a evitar que se prive
de con el texto y el espíritu de la misma; o
a un laudo de su eficacia en otros Estados
que la interpretación del artículo VII de
con fundamento en causales que no sean
la Convención de Nueva York que hacen
aceptables internacionalmente, o con fun-
las cortes francesas para abstenerse de
damento en particularidades propias de la
aplicar el artículo V(1)(e) no correspon-
idiosincrasia del país o de las minucias de
de a la intención de los redactores; o que
los estatutos procesales locales.
dicha interpretación dejaría sin efectos el
artículo VI en cuanto la decisión de si se Los casos que hemos mencionado
suspende o no el reconocimiento y ejecu- fueron el comienzo de una serie de diser-
ción mientras se tramita la anulación re- taciones y de construcción de una teoría
sultaría irrelevante si la anulación no es del reconocimiento de laudos anulados,
causal para denegar el reconocimiento y según la cual a los tribunales de cada país
ejecución del laudo; o que la no consa- ya no les es suficiente sustentar la anula-
gración expresa de la anulación del laudo ción a la luz de las particularidades de la
como causal de denegación no impide ne- norma local. Por el contrario, y como se
garse al reconocimiento y ejecución del vio en los diversos pronunciamientos ci-
laudo anulado invocando el orden público tados, tienen que preguntarse si esa anu-
que es causal de denegación en práctica- lación es o no internacionalmente efecti-
mente todos los ordenamientos jurídicos. va, si la causal invocada y el fundamento
de la anulación es aceptable por las cor-
Cualquiera que sea la posición que
tes en las que se puede hacer efectivo el
se adopte frente a esta tendencia en el ar-
laudo por corresponder a situaciones in-
bitraje, estamos frente a dos hechos cier-
ternacionalmente aceptadas como even-
tos: Por una parte, hoy es posible el reco-
tos en los que se debe anular el laudo.
nocimiento y ejecución de laudos anula-
dos: (i) en los países miembros de la Con- El omitir dichos cuestionamientos
vención Europea de 1961; (ii) en los paí- llevará a que los laudos que han anulado
ses miembros de la Convención de Nue- por simples consideraciones locales re-
va York que acepten la tesis de que el ar- suciten y cobren vida en otro Estado ante
tículo V de la misma otorga al llamado la impotencia de quienes se han empe-
juez del exequátur una facultad discrecio- ñado en anularlos.
LA INTERVENCIÓN DE AUTORID AD
AUTORIDAD
JUDICIAL ESP AÑOL
ESPAÑOL
AÑOLAA EN CONTRO VERSIAS
CONTROVERSIAS
SOMETID AS A ARBITRAJE
SOMETIDAS
(2) FERNÁNDEZ ROZAS , J. C., “El arbitraje comercial internacional entre la autonomía, la anacionalidad y la
deslocalización”, en: REDI, 2005, Vol. LVII, pp. 606 y ss. También del mismo autor Vid. “Lex mercatoria y
autonomía conflictual en la contratación internacional”, en: AEDIPr, T. IV, 2004, pp. 40 y ss. En relación con
la Ley 36/1988 también CORDÓN MORENO, F., “Comentarios a los arts. 5 a 11 de la Ley de Arbitraje”, en:
Comentario breve a la Ley de Arbitraje, Madrid, 1990, p. 50.
(3) Una interesante visión se encuentra en ORTEGO PÉREZ, F., “Las medidas cautelares en el arbitraje (reflexiones
sobre la postestad cautelar de los árbitros)”, en: Revista de la Corte Española de Arbitraje, 2005, pp. 203 y ss.
(4) BOE, 309 de 26 de diciembre de 2003.
(5) BOE, 293 DE 7 de diciembre de 1998.
(6) Para una visión general, STAMPA, G., “La evolución del arbitraje en España: La Ley 60/2003 de 23 de
diciembre, de arbitraje”, en: Revista de la Corte Española de Arbitraje, 2005, pp. 233-265.
LA INTERVENCIÓN DE AUTORIDAD JUDICIAL ESPAÑOLA EN CONTROVERSIAS SOMETIDAS A ARBITRAJE 611
el silencio respecto de la adopción de defecto el del lugar donde las medidas de-
medidas cautelares judiciales, previas al ban producir eficacia.
inicio del procedimiento arbitral o, simul-
En el supuesto de adopción de me-
táneas al mismo. Sobre este aspecto, ver-
saban gran parte de críticas respecto a la didas cautelares, el artículo 726 LEC li-
Ley de 1988 puesto que no estaba previs- mita su alcance al determinar en primer
to la denominada “tutela cautelar” como lugar, que la medida debe ser exclusiva-
ejecución provisional en el arbitraje(7). mente conducente a hacer posible la efec-
Aunque la práctica jurisprudencial siguió tividad de la tutela judicial en el caso de
otro camino y ante el silencio legal optó, una resolución estimatoria, de modo que
en términos generales por una interpreta- durante el tiempo que dura el proceso no
ción extensiva(8). se produzca “periculum mora” y, en se-
gundo lugar, que tal medida no sea sus-
Así por ejemplo traemos a colación ceptible de ser sustituida por otra medi-
la sentencia de la audiencia provincial de da igualmente eficaz, pero menos gravo-
Cádiz, sec. 7ª, de 22 de mayo de 2002 (rec. sa o perjudicial para el demandado y, que
181/2002)(9), en la que la audiencia anali- revista un carácter temporal y provisio-
za la sentencia de primera instancia en la nal que implique en su caso, la modifi-
que se acordó la adopción de una medida cación o el alzamiento de la medida. Ade-
cautelar por parte del juez que consistía más, otra premisa importante es la exis-
en la entrega de un buque en depósito en tencia de “apariencia de buen derecho”
relación con un procedimiento arbitral ex- apreciable en la verosimilitud sobre el
tranjero del que se conocía en Londres. derecho que afirma en el proceso princi-
En esta sentencia que resulta de aplica- pal la parte que invoca la medida. En
ción la Ley 36/1998 y los artículos 727 y cuanto al momento procesal, el art. 730
728 de la LEC. La audiencia entiende que LEC preceptúa que pueden ser solicita-
según el artículo 723 de la LEC, la com- das junto con la demanda principal o in-
petencia del tribunal para conocer de las
cluso antes si la parte que las solicita
solicitudes sobre medidas cautelares es la
acredita razones de urgencia o necesidad.
del juez que esté conociendo del asunto
en primera instancia y, el artículo 724 de La audiencia apoya su razonamien-
la LEC establece que cuando las medidas to en la jurisprudencia comunitaria y
cautelares se soliciten estando pendiente trae a colación la sentencia del Tribu-
un proceso arbitral o la formalización ju- nal de Justicia de las Comunidades Eu-
dicial del arbitraje, será competente el juez ropeas (TJCE), de 26 de marzo de 1992,
del lugar de ejecución del laudo y en su en la que se estableció que las medidas
(7) La Ley de Arbitraje de 1953 no establecía esta previsión y en la Ley 36/1988 de se preceptuaba la adop-
ción de medidas cautelares de carácter judicial en la fase de impugnación del laudo, a través del recurso
de anulación ante la Audiencia Provincial, en los siguientes términos: “Recurrido e laudo, la parte a quien
interese podrá solicitar del Juez de Primera Instancia que fuere competente para la ejecución las medidas
cautelares conducentes a asegurar la plena efectividad de aquél una vez que alcanzare firmeza”.
(8) CREMADES B., “El convenio arbitral”, en: La Ley, 2003, D-2-80, p. 1597 y, Vid. también los comentarios a
este respecto de ORTEGO PÉREZ, “Las medidas cautelares (...)”, cit., pp. 209 y ss.
(9) Ref. El Derecho, 2002/43037.
614 MONTSERRAT GUZMÁN PECES
cautelares “están destinadas a mantener prestada, por cuanto se entendió que ésta
una situación de hecho o de derecho tenía como objeto que el solicitante pu-
para salvaguardar derechos cuyo reco- diera responder de manera rápida y efec-
nocimiento se solicita” y se puso espe- tiva, de los daños y perjuicios que la me-
cial énfasis en su naturaleza provisio- dida cautelar pudiera causar en el patri-
nal o cautelar, al señalar los elementos monio del demandado.
caracterizadores:
Por su parte, en la Ley de arbitraje
de 2003 se consagra la tutelar cautelar, al
• Primero, su capacidad para comba-
estar previsto que los árbitros puedan dic-
tir la demora judicial en la prestación
tar medidas cautelares (artículo 23). No
de la tutela efectiva de los derechos.
obstante, las críticas a este respecto se han
• Segundo, su dependencia o subordi- centrado en básicamente en la oportuni-
nación respecto al proceso principal dad que se presentaba con esta ley para
sobre el fondo. haber establecido una regulación más pre-
cisa con respecto a estas medidas. Tam-
• Tercero, su provisionalidad en el bién está previsto que las partes, con in-
tiempo por respecto al principio de dependencia de que en el contrato exista
seguridad jurídica. sumisión a arbitraje, puedan solicitar ante
• Cuarto, el carácter instrumental de el juez la asunción de medidas cautela-
este tipo de medidas dependiendo de res. Así se establece en el artículo 8 un
un proceso principal o arbitral. foro subsidiario, cuyo enunciado está de-
dicado a las funciones de apoyo y control
No obstante, la adopción de medi- del arbitraje, cuando señala que para la
das cautelares puede suponer un perjui- adopción de medidas cautelares será com-
cio para el patrimonio del demandado, por petente el juez del lugar donde debe el lau-
lo que es bastante frecuente que el juez do deba ejecutarse, y en su defecto, el del
establezca una caución como garantía. En lugar donde las medidas deban producir
este sentido podemos citar la sentencia de eficacia, en los términos previstos en el
la audiencia provincial de Madrid, de 26 artículo 724 de la LEC.
de julio de 2004 (rec. 202/2004)(10) en el
que de nuevo se solicitan medidas caute- 4. PECULIARIDADES DEL CON-
lares contra los demandados vendedores TRATO DE TRANSPORTE DE
con el fin de asegurar el resultado del pro- MERCANCÍAS A BORDO DE
cedimiento arbitral. El tribunal señaló que
BUQUE
en este proceso, el juez debía abstenerse
de enjuiciar el fondo del asunto, bastando En la actualidad la contratación in-
para la adopción de estas medidas la for- ternacional del transporte marítimo tiene
mación de un “juicio provisional e indi- una gran importancia económica y jurídi-
ciario favorable”. Pero en este asunto se ca por el volumen de negocios y por los
estimó en parte el recurso, al determinar distintos intereses de los participantes
la elevación de la cuantía de la caución en la relación obligatoria: transportistas,
(11) Sentencia Audiencia Provincial de Pontevedra, Sección 1ª. de 21 de diciembre de 2006, en la que se
analiza el contenido del contrato de transporte marítimo internacional y la oponibilidad de las cláusulas
pactadas en la póliza de fletamento a terceros ajenos al fletante y fletador. Ref. La Ley 2022397/2006.
(12) ESPINOSA C ALABUIG, R., “Contratos de transporte: Los contratos internacionales de transporte marítimo”, en:
Derecho del Comercio internacional, Valencia, Tirant lo Blanch, pp. 303-320.
616 MONTSERRAT GUZMÁN PECES
(13) El texto de la cláusula se detalla en el Antecedente de Hecho segundo de la Sentencia con el siguiente tenor
literal “(…) todas las disputas que en su caso surjan de este contrato serán, excepto si las partes acuerdan
que sea un solo árbitro, sometidas al arbitraje final de dos árbitros comerciantes en Londres, los cuales serán
miembros de la Baltic Exchange, e involucrados en el tráfico marítimo y/o en el tráfico de granos siendo
nombrado uno por cada parte, con facultad tales árbitros para nombrar un tercero impar (…)”.
(14) Sentencia del Tribunal Supremo, Sala 1ª de 9 de mayo de 2003, Ref. El Derecho 2003/17177.
618 MONTSERRAT GUZMÁN PECES
(15) Sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias, Sección 4ª., de 11 de abril de 1995. Ref. La Ley 4422/1995.
(16) Destaca del trámite de prueba el mal estado de la mar en la zona indicada a lo largo de la travesía según
se indicó desde Meteorología, señalando que si la duración del viaje inicialmente prevista era de 7 días,
podría duplicarse por el mal tiempo.
(17) RECALDE CASTELLS, A., El conocimiento de embarque y otros documentos del transporte. Función represen-
tativa, Madrid, Civitas, 1992.
LA INTERVENCIÓN DE AUTORIDAD JUDICIAL ESPAÑOLA EN CONTROVERSIAS SOMETIDAS A ARBITRAJE 619
(19) Nota RODRÍGUEZ GAYÁN, E.M., “Embargo preventivo de buques”, en: AEDIPr, 2004, pp. 702-703 y “Trans-
porte marítimo internacional en régimen de conocimiento de embarque”, en: AEDIPr, 2004, pp. 766-769.
También cfr. nota ALVÁREZ RUBIO, J.J., “Embargo preventivo de buques”, en: AEDIPr, 2003, pp. 775 y ss.
(20) La regla VII del Convenio de 1952, establece que en el caso de buques extranjeros, con independencia
de que el peticionario tenga residencia habitual o establecimiento principal en España, resultarán de
aplicación las normas del citado Convenio, con las especialidades previstas en la Ley 2/1967, y, subsi-
diariamente la LEC.
LA INTERVENCIÓN DE AUTORIDAD JUDICIAL ESPAÑOLA EN CONTROVERSIAS SOMETIDAS A ARBITRAJE 621
cuentra prevista tanto en la Ley de arbi- pesar de que se le requirió por providen-
traje de 1988 como en la actual Ley de cia, las partes habían convenido que to-
2003 y, actúa como función de apoyo y das las disputas que surgieran del contra-
control del arbitraje. Además, suele ir to serían sometidas al arbitraje final de dos
acompañada de una caución o fianza que árbitros comerciantes en Londres.
tiene por objeto que el solicitante pueda
En el caso objeto de análisis entien-
responder de manera rápida y efectiva de
do que la adopción de medidas cautelares
los daños y perjuicios que en este caso, el
judiciales, cuando existen indicios de au-
embargo preventivo de un buque, pueda
sencia de fumus boni iuris por la parte soli-
causar al patrimonio del demandado.
citante, debe aplicarse de manera más res-
Pues bien, en la Sentencia 401/2006 trictiva y, con una caución adecuada y eje-
del tribunal supremo de 19 de abril de cutiva que restablezca los daños y perjui-
2006, se pone de manifiesto como la adop- cios que el embargo pueda ocasionar en el
ción de medidas cautelares judiciales, y patrimonio del demandado, porque en caso
el pronunciamiento por los daños y per- contrario se podría producir un abuso de
juicios producidos por el alzamiento de derecho por una de las partes y la quiebra
las mismas, son independientes a la cues- del principio de igualdad de las mismas en
tión litigiosa principal, argumento que el proceso. Además en el supuesto de refe-
compartimos plenamente. Tampoco ha- rencia, el otorgamiento de la petición su-
bría nada que objetar respecto a la apre- puso un privilegio para la parte actora,
ciación de que el juez que acordó el alza- dado que en primera instancia se dictó
miento debía haberse resuelto sobre la de- sentencia en 1998 estimando la excepción
manda reconvencional formulada por la de sometimiento previo de la cuestión li-
parte perjudicada. Más dudas se plantean tigiosa a arbitraje internacional (en el que
en cuanto a los requisitos necesarios para también se pueden acordar dichas medi-
que el Juez acuerde solicitar el embargo das) y, ordenando a la firmeza de la cita-
preventivo de un buque, con “la forma- da sentencia el levantamiento de las me-
ción de un juicio provisional e indiciario didas de orden cautelar y, hasta el año
razonable”, máxime cuando en instancia 2006 no hubo un pronunciamiento del tri-
queda probado que el contrato de fleta- bunal supremo ordenando la devolución
mento se emitió y firmó con conocimien- los autos al juzgado de primera instancia
to de embarque a utilizar con póliza de para que se pronunciase sobre la petición
fletamento. En el citado contrato, que no de daños y perjuicios por el alzamiento
aportó la parte que solicitó el embargo, a del embargo preventivo del buque.
622 MONTSERRAT GUZMÁN PECES
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 623
ARBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE INVERSIÓN , pp. 623-635
(3) Para conocer las discusiones en el Grupo de Trabajo sobre Arbitraje Internacional de la Comisión de
Naciones Unidas para el derecho Mercantil Internacional, relativas a la posibilidad de ejecutar medidas
cautelares por los árbitros, emitidas incluso sin audiencia de la contraparte (o medidas ex-parte), Ver
www.servilex.com.pe/arbitraje/colaboraciones/notaunicitral.html, MONDRAGÓN LÓPEZ, O. Medidas cautela-
res ex parte en Arbitraje Internacional: la reforma del artículo 17 de la Ley Modelo UNCITRAL, p. 5.
(4) Sobre tutela cautelar, GÓMEZ COLOMER, J. L., “El novísimo procedimiento cautelar civil”, en: Justicia: Revis-
ta de Derecho Procesal, Nº 1/2001 (octubre 2001); RAMOS ROMEU, F., “Los presupuestos procesales y la
tutela cautelar”, en: Diario La Ley Nº 6538, 2 agosto 2006, ref D-184, pp. 1-17.
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 625
interés actual, tanto teórico como prácti- ye también otro tipo de finalidades como
co, que el mismo despierta, lo que exigi- el aseguramiento de medios de prueba
ría un tratamiento profundo y extenso del (concepto amplio). O, incluso, si optando
tema; sin embargo, razones de espacio nos por un concepto restringido de medida
obligan a limitar este trabajo a un mero cautelar, en el procedimiento arbitral, de-
apunte de algunas de las cuestiones jurí- bemos entender que el mismo abarca no
dicas que plantea, en la práctica arbitral, sólo las medidas cautelares conservativas
la ampliación de las facultades de los ár- (por ejemplo, embargo preventivo), sino
bitros en la adopción y, en su caso, ejecu- también las medidas que constituyen una
ción de medidas cautelares y, en concreto, ejecución anticipada de la futura resolu-
en la prohibición de disponer. ción arbitral (por ejemplo, orden de cesar
provisionalmente una actividad).
(5) CALVO CARAVACA, A. L., “Medidas cautelares y Arbitraje Privado Internacional”, en: Diario La Ley Nº 6128,
Año XXV, 16 noviembre 2004, ref. D-232, p. 5.
(6) CORDÓN MORENO, F., El Arbitraje de Derecho Privado, Estudio breve de la Ley Nº 60/2003 de 23 de diciem-
bre de Arbitraje, Thomson-Civitas, Pamplona, 2005, p. 61.
(7) Para conocer la inseguridad jurídica creada en esta materia por la Ley española de Arbitraje de 1988,
STAMPA CASAS, G., “Motivos y propuestas para la reforma de la Ley de Arbitraje”, en: Diario La Ley Nº 5785,
año XXIV, 21 mayo 2003, ref D-120.
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 627
(8) LÓPEZ DE ARGUMEDO PIÑEIRO, A., “Medidas cautelares en arbitraje internacional y nacional”, en: Diario La
Ley, 2000, ref. D-105, T. 3, pp. 1-18.
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 629
Ciertamente esta afirmación puede resul- ñol ha basado el régimen jurídico español
tar superflua puesto que la ciencia jurídi- del arbitraje en la ley modelo elaborada
ca tiene un marcado carácter práctico en por la comisión de Naciones Unidas para
todas sus áreas; sin embargo, a nuestro jui- el derecho mercantil internacional, de 21
cio, no está de más resaltar la importan- de junio de 1985 (ley modelo de CNUD-
cia de un tratamiento metodológico que MI/UNCITRAL), recomendada por la
combine adecuadamente teoría y práctica asamblea general en su resolución 40/72,
ya que nos parece que, por la novedad de de 11 de diciembre de 1985(10).
la materia y el vacío normativa de algu-
nas de sus previsiones, se puede tender a
A. La Ley Modelo
elucubrar en sede académica sobre su-
puestos bien estructurados teóricamente La ley modelo, a diferencia de al-
pero que nunca se planteen en la práctica gunas leyes nacionales, faculta al tribu-
lo que supone una pérdida de energías nal arbitral, salvo acuerdo en contrario
científicas que podrían ser correctamente de las partes y a petición de una de ellas,
aprovechadas si se enfocaran hacia pro- a ordenar a cualquiera de las partes que
blemas planteados en la práctica que es- adopte medidas provisionales cautelares
tén necesitados de luz académica. respecto del objeto del litigio (artículo
Por este motivo es por lo que hemos 17)(11). El artículo no prevé la ejecución
centrado nuestro trabajo en un supuesto de esas medidas, por lo que serán los
real recientemente resuelto por la direc- Estados que adopten la ley modelo los
ción general de registros y del notariado. que podrán disponer acerca de la asis-
tencia judicial a esos efectos(12).
(9) GARRO, Alejandro M., “El arbitraje en la ley modelo propuesta por la Comisión de las Naciones Unidas para
el derecho mercantil internacional y en la nueva legislación española de arbitraje privado: Un modelo para
la reforma del arbitraje comercial en América Central”, en: Revista JUS, Nº 41, pp. 6-50.
(10) Exposición de Motivos de la Ley Nº 60/2003, de 23 de diciembre.
(11) La Ley Modelo también ha sido incorporada en Chile, Guatemala, México, Perú, Nicaragua, Paraguay.
(12) Nota explicativa de la Secretaria de la CNUDMI, a efectos puramente informativos, sobre la Ley Modelo de
la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional.
630 MARÍA MARCOS GONZÁLEZ
(13) Ver síntesis del régimen legal, en CORDÓN MORENO, F. El Arbitraje de Derecho Privado, cit., pp. 305 y ss.
(14) Otras legislaciones iberoamericanas también reconocen la potestad arbitral en materia cautelar, como es
el caso de, al menos, Brasil (Lei Nº 9.307 de Dispõe sobre a Arbitragem de 23 de setembro de 1996),
Bolivia (artículo 35º Ley Nº 1770 de Arbitraje y Conciliación del 10 de marzo de 1997), Colombia (artículo
152º Decreto Nº 1818 de 1998 (setiembre 7), Ecuador (artículo 9 Ley Nº 000. RO/145), Panamá (artículo
24 Decreto Ley N? 5, de 8 de julio de 1999), Perú (Ley General de Arbitraje Nº 26572) y Paraguay (Ley Nº
1337, del 4 de noviembre de 1988. Libro V, que establece el Código Procesal Civil).
(15) Una crítica a esta imprevisión legal, COBOS GAVALA, R., “Algunas observaciones sobre la nueva Ley de
Arbitraje”, en: Diario La Ley Nº 6165, año XXVI, 11 enero 2005, ref. D-7, p. 5.
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 631
(16) La regulación de esta cuestión en las legislaciones sobre arbitraje de los Estados Iberoamericanos firman-
tes y ratificantes que integran el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), puede verse en http://
www.ftaa-alca.org/busfac/canal_s.asp.
632 MARÍA MARCOS GONZÁLEZ
una escritura pública entre las partes que para su concesión (cfr. art.23.1 de la
se someten a arbitraje y la solicitud de ley de arbitraje) debiendo quedar li-
anotación preventiva de prohibición de mitado su juicio, de acuerdo con la
disponer sobre dos fincas registrales has- calificación registral, a determinar si
ta tanto quede consumado el contrato o la garantía acordada por los árbitros
se resuelva definitivamente. es una medida cautelar o no lo es por
estar acordada dentro del propio lau-
Dicha acta de protocolización fue
do que pone fin a la controversia y
calificada por el registrador de la propie-
en uno u otro caso, si esa medida re-
dad de Málaga, con la siguiente nota:
quiere del auxilio judicial para su
Se suspende la anotación que se de- ejecución”.
clara en el laudo arbitral por no acompa-
ñarse mandamiento judicial que ordene la Las medidas cautelares son los me-
práctica de dicha anotación. canismos establecidos por la legislación
procesal para asegurar la efectividad de
El día 15 de marzo del año 2005, la tutela judicial que pudiera obtenerse en
una de las partes afectadas interpone re-
la sentencia estimatoria que se dictare o
curso gubernativo contra la referida califi-
en el laudo arbitral que pusiera fin a la
cación, ante la dirección general de regis-
controversia (cfr. art.721.1 de la Ley de
tros y notariado.
Enjuiciamiento Civil y arts. 11 y 23 de
El titular del registro de la propie- la Ley 60/2003). Siendo su finalidad ese
dad de Málaga, elevó el expediente a la tratamiento asegurativo (obtener una
dirección general de registros y del nota- verdadera restitutio in integrum) su
riado, teniendo entrada en el centro direc- adopción puede tener lugar no sólo con
tivo el 11 de abril de 2005. carácter previo al proceso o en el mo-
mento inicial del mismo (art.730.1 y 2
La dirección general ha acordado
de la Ley de Enjuiciamiento Civil), sino
desestimar el recurso y confirmar la cali-
durante su tramitación y a su conclusión
ficación del registrador, basándose en los
hasta que se despache su ejecución, sal-
siguientes argumentos:
vo que ésta no se hubiera solicitado en
plazo (cfrs. arts.731 y 548 y de la ley de
“Debiendo quedar limitado el recur-
Enjuiciamiento Civil).
so gubernativo a las cuestiones que
resulten de la nota de calificación De acuerdo con ello, nada impedirá
(cfr. art.326 de la Ley Hipotecaria), a ninguna de las partes en un convenio
no puede pronunciarse este centro arbitral, con anterioridad a las actuacio-
directivo sobre la inscripción de los nes arbitrales o durante su tramitación
laudos arbitrales y sobre las condi- solicitar de un tribunal la adopción de
ciones y requisitos que para ello de- medidas cautelares ni a este concederlas
berían reunir de conformidad con los (art.11. 3 de la ley de arbitraje) o hacer
principios que inspiran la legislación esa petición a los mismos árbitros, quie-
hipotecaria, ni sobre si la anotación nes podrán adoptarlas no sólo durante
preventiva acordada por los árbitros el procedimiento, sino en el propio lau-
reúne los presupuestos necesarios do que lo pone fin, como una medida
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 633
(17) Artículo 26.1 Reglamento de Arbitraje de la Comisión de Naciones Unidas y Artículo 21.1 de las Reglas de
Arbitraje Internacional de la Asociación Americana de Arbitraje.
NOTAS SOBRE LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS CAUTELARES POR ÁRBITROS EN ESPAÑA 635
(18) Sobre las tendencias actuales de integración jurídica latinoamericana a la luz de la creciente globalización
del comercio internacional, GARRO, Alejandro M., “Armonización y Unificación del derecho privado en Amé-
rica Latina: esfuerzos, tendencias y realidades”, en: Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la
Universidad Iberoamericana, Nº 22,1993, p. 62.
(19) Artículo 26 LH. “Las prohibiciones de disponer o enajenar se harán constar en el Registro de la Propiedad
y producirán efecto con arreglo a las siguientes normas: 1 Las establecidas por la ley que, sin expresa
declaración judicial o administrativa, tengan plena eficacia jurídica, no necesitarán inscripción separada y
especial, y surtirán sus efectos como limitaciones legales del dominio. 2 Las que deban su origen inmedia-
to a alguna resolución judicial o administrativa serán objeto de anotación preventiva. 3 Las impuestas por
el testador o donante en actos o disposiciones de última voluntad, capitulaciones matrimoniales, donativos
y demás actos a título gratuito, serán inscribibles siempre que la legislación vigente reconozca su validez”
636 MARÍA MARCOS GONZÁLEZ
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 637
ARBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE INVERSIÓN , pp. 637-647
(*) Professor, University of Paris XII. Partner at Shearman & Sterling LLP, París.
(1) In English law, the seminal case was Cohen v. Rothfield [1919] 1 K.B. 410, in which the Court of Appeal
ordered a party to withdraw an action commenced in Scotland. Originally designed to prevent foreign
litigation that was “oppressive or vexatious,” this practice has become a method for enforcing the English
view of the most convenient forum. The criteria for the granting of such an injunction were laid out by the
Privy Council in the Aerospatiale case [1987] 1 A.C. 871. In the United States, the practice was intended to
avoid “an irreparable miscarriage of justice.” See, e.g., Laker Airways Ltd. v. Sabena Belgian World Airlines,
731 F. 2d 909, 927 (D.C. Cir. 1984). On the evolution of the criteria applied in common law systems, see,
e.g., J. Arkins, Borderline Legal: Anti-Suit Injunctions in Common Law Jurisdictions, 2000 J. Int’l. Arb. 603;
H. Muir-Watt, note under House of Lords, 13 December 2001, 2003 Rev. Crit. DIP 116.
(2) Examples of anti-suit injunctions can be found in the following civil law jurisdictions: for Quebec, see Supe-
rior Court of Quebec, Civil Chamber, July 9, 1999 and Court of Appeal of Quebec, November 29, 1999 in
the matter of Lac d’Amiante du Canada Ltée et 2858-0702 Quebec Inc. v. Lac d’amiante du Québec Ltée,
discussed by S.R. Shackleton in 3 Int’l Arb. L. Rev. N-6 (Jan. 2000). For Germany, see M. Lenenbach,
Antisuit Injunctions in England, Germany and the United States: Their Treatment Under European Civil
Procedure and The Hague Convention, 20 Loy. L.A. Int’l & Comp. L.J. 257 (1998). For France, see Cass.
1e civ., November 19, 2002, Banque Worms v. Epoux Brachot et autres, which upheld, in the context of an
international bankruptcy, the decision of a French judge to order a creditor to stop a real property seizure
proceeding brought in Spain against the debtor’s building, 2003 Dalloz 797, note by G. Kairallah; GAZ. PAL.,
June 25-26, 2003, at 29, note by M.-L. Niboyet. For Brazil, see Curitiba Court of First Instance, June 3,
2003, Companhia Paranaense de Energia (COPEL) v. UEG Arancaria Ltda, 21 Revista de Direito Bancário
638 EMMANUEL GAILLARD
e de Mercado de Arbitragem 421 (2003). More generally, for Latin American countries, see GRIGERA NAÓN,
H. A., “Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences”, in
Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution. Liber Amicorum in honour of
Robert Briner, ICC Publication 335 (2005).
(3) GAILLARD , E., “Introduction”, in: IAI Series on International Arbitration Nº 2, Anti-Suit Injunctions in
International Arbitration 1 (E. Gaillard ed., JurisPublishing, 2005); see also GAILLARD, E., “Il est interdit
d’interdire: Réflexions sur l’utilisation des anti-suit injunctions dans l’arbitrage commercial internatio-
nal”, in: 2004 Rev. Arb. 47.
(4) For anti-suit injunctions in favor of international arbitration, see BAUM, A., “Anti-Suit Injunctions Issued
by National Courts To Permit Arbitration Proceedings”, in: IAI Series on International Arbitration Nº 2,
Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 19. See also the discussion below
on KBC v. Pertamina.
(5) LEW, J., “Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts To Prevent Arbitration Proceedings”, in: IAI Series
on International Arbitration Nº 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 25; De
BOISSÉSON, M. Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts at the Seat of the Arbitration or Elsewhere,
Ibidem, at 65; FERNÁNDEZ R OZAS , J.C., Anti-Suit Injunctions Issued by National Courts. Measures
Addressed to the Parties or the Arbitrators, Ibidem, at 73.
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 639
courts attempts to reach the other party as investment arbitration case involving the
well as the members of the tribunal(6). Swiss corporation SGS and the
Government of Pakistan. SGS filed a
In Hubco v. WAPDA, a dispute arose claim under the auspices of the
between the Hubco Corporation and the International Centre for Settlement of
Water and Power Development Authority Investment Disputes (ICSID) on the basis
of Pakistan (WAPDA) regarding a of the bilateral investment protection
US$ 1.8 billion project to construct a treaty between Switzerland and Pakistan,
power station in Pakistan. The disputed requesting a finding that Pakistan had
contracts contained an arbitration clause violated its obligations under the treaty.
under which disputes had to be resolved The Government of Pakistan requested an
by ICC arbitration in London. After an order from its own courts enjoining SGS
arbitral proceeding was commenced in to suspend the arbitral proceeding, on the
July 1998 concerning the method of basis of the arbitration agreement
calculating the price of the electricity contained in the underlying contract and
produced, WAPDA, deeming certain providing for local arbitration in Pakistan.
contracts to be illegal and claiming that By order of July 3, 2002, the Supreme
they had been obtained by fraud and Court of Pakistan granted this request,
corruption, presented these questions to essentially finding that the bilateral treaty
the Pakistani courts and asked them to did not bind Pakistan(8).
order the claimant to suspend the
arbitration. The courts granted this The Arbitral Tribunal, however,
request, and, in a judgment dated June 14, disregarded the effect of this order, and
2000, the Supreme Court of Pakistan ordered for its part that Pakistan, as the
upheld their decision, finding that the respondent State in the arbitration, not take
allegation of corruption rendered the any step to initiate a complaint for
contempt; in the alternative, it ordered that
matter non-arbitrable(7).
Pakistan “take all steps to inform the
Similar mistrust towards arbitration [Pakistani] Court of the current standing
and, conversely, favorable approach of this proceeding and of the fact that this
towards anti-suit injunctions were Tribunal must discharge its duty to deter-
displayed in SGS v. Pakistan, an mine whether it has the jurisdiction to
(6) For other examples, see the Interim Award of May 14, 2001 in ICC Case Nº 8307, reported in IAI Series on
International Arbitration Nº 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 307; see also
the cases discussed in the articles cited at footnote 5; the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case
in H.A. GRIGERA NAÓN, Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American
Experiences, supra note 2, at 337 et seq.
(7) See the transcript of the judgment of the Supreme Court of Pakistan published in 16 ARB. INT’L 439 (2000).
The dispute is reported to have subsequently settled, see L. BARRINGTON, Hubco v. WAPDA: Pakistan Top
Court Rejects Modern Arbitration, 11 AM. Rev. Int’l Arb. 385 (2000).
(8) “SGS (…) is hereby restrained from taking any step, action or measure to pursue or participate or to
continue to pursue or participate in the ICSID arbitration.” (para. 77). The decision was published in 19 ARB.
INT’L 179 (2003) with a commentary by M. Lau, Note on Société Générale de Surveillance SA v. Pakistan,
through Secretary, Ministry of Finance.
640 EMMANUEL GAILLARD
consider the international claim on the The Respondent had taken steps to serve
merits”(9). It further recommended that the the order on the arbitrators (13) . The
local arbitration initiated in Pakistan be Respondent had also commenced a
stayed until such time as the Tribunal separate action before the Federal First
could determine in a final manner whether Instance Court of the Federal Democratic
or not it had jurisdiction. Republic of Ethiopia for the purposes of
obtaining a judgment that the Tribunal
A similar chain of decisions was
lacked jurisdiction over the arbitration.
issued in the ICC arbitration between
That Court issued an order “enjoining the
Salini Costruttori S.p.A. and the Federal
Claimant from proceeding with the
Democratic Republic of Ethiopia, Addis
arbitration pending its decision on the
Ababa Water and Sewerage Authority(10).
Tribunal’s jurisdiction”(14).
By contrast to the SGS v. Pakistan case,
the orders issued by the local courts in In the Award it rendered on the
Salini were directed to the Claimant as Suspension of the Proceedings and
well as to the Arbitral Tribunal(11). At the Jurisdiction on December 7, 2001, the
early stages of the arbitral proceeding, the Tribunal decided not to give effect to the
Respondent, a State entity in Ethiopia, decisions issued by the Ethiopian courts
obtained a series of decisions by the and to pursue the arbitral proceedings.
Ethiopian courts, amongst which the Unlike the Tribunal’s decision in SGS v.
Supreme Court’s “temporary injunction Pakistan, which was in essence an anti-
against the Arbitral Tribunal ordering anti-suit injunction to the Respondent
the suspension of the arbitration State, the Award in Salini addressed the
proceedings with immediate effect”(12). effect of an anti-suit injunction on the
(9) SGS Société Générale de Surveillance S.A. v. Islamic Republic of Pakistan (ICSID Case Nº. ARB/01/13),
Procedural Order Nº 2 dated October 16, 2002, published in IAI Series on International Arbitration Nº 2,
Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 213.
(10) Salini Costruttori S.p.A. v. The Federal Democratic Republic of Ethiopia, Addis Ababa Water and Sewerage
Authority (hereinafter “Salini”), Award regarding the Suspension of the Proceedings and Jurisdiction dated
December 7, 2001, excerpts in 21 ASA Bull. 59 (2003) and full text in 20-3 Int’l Arb. Rep. A1 (March 2005)
with a commentary by BACHAND,F., Must An ICC Tribunal Comply With An Anti-Suit Injunction Issued By The
Courts Of The Seat Of Arbitration?, at 47; see also MOHTASHAMI, R., “In Defense of Injunctions Issued By
The Courts of the Place of Arbitration: A Brief Reply to Professor Bachand’s Commentary on Salini Cos-
truttori S.p.a. v. Ethiopia”, in: 20-5 Int’l Arb. Rep. 44 (May 2005); see also the full text of the Salini award in IAI
Series on International Arbitration Nº 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 227.
(11) For another example of an injunction against the members of the tribunal by the courts of Venezuela,
resulting in the resignation of the Venezuelan member of the tribunal so as to avoid being held in contempt
of court, see the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case in H.A. GRIGERA NAÓN, Competing Orders
Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Experiences, supra note 2, at 339.
(12) Salini, supra note 10, at para. 76.
(13) Ibidem, at para. 83. In its submissions, the Respondent threatened that, under the provisions of the Ethio-
pian Code of Civil Procedure, a court could attach the property of, or sentence for contempt of court, any
person breaching a temporary injunction, Ibidem, at para. 78. It also submitted that the Arbitral Tribunal was
under the obligation to comply with the injunction and that, if it did not, “the arbitrators would be in contempt
of court and would then be unwilling to travel to Ethiopia [the seat of the arbitration], preventing them from
fulfilling their functions under the ICC Rules and necessitating their replacement.”, Ibidem, at para. 81.
(14) Ibidem, at para. 88.
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 641
Tribunal’s power to proceed with the for the practice of international arbitration
arbitration and on its jurisdiction over the more generally”(16).
dispute: “The Arbitral Tribunal accords
In the context of post-arbitral
the greatest respect to the Ethiopian courts.
proceedings, anti-suit injunctions are
Nevertheless, […] the Tribunal considers
sought by the losing party as a means to
that it is not bound to suspend the
obstruct the enforcement of the arbitral
proceedings as a result of the particular
award. One of the most spectacular
injunctions issued by the Federal Supreme
illustrations is found in KBC v. Pertamina,
Court and the Federal First Instance Court
in which both an anti-suit injunction and
and that, in the particular circumstances
an anti-anti-suit injunction were ordered
of the case, it is under a duty to proceed
by Indonesian and American courts
with the arbitration”(15). The grounds for respectively. The dispute in that case arose
the Tribunal’s decision were (a) its between the Indonesian national company
primary duty to the parties to ensure that Pertamina and KBC as the contractor over
their arbitration agreement is not the construction and development of a
frustrated; (b) its duty to make every effort geothermal plant in Indonesia. After the
to render an enforceable award; and (c) project was suspended by the Indonesian
that a State or State entity cannot resort to Government, KBC commenced an arbi-
the State’s courts to frustrate an arbitration tral proceeding in Switzerland pursuant to
agreement. The Tribunal held in particu- the UNCITRAL rules, on the basis of
lar that, “[i]n the event that the arbitral tri- arbitration clauses in the disputed
bunal considers that to follow a decision contracts. In December 2000, the Arbitral
of a court would conflict fundamentally Tribunal ordered Pertamina to pay KBC
with the tribunal’s understanding of its US$ 260 million in damages(17). After an
duty to the parties, derived from the action before the Swiss courts to set aside
parties’ arbitration agreement, the tribu- the award was rejected in April 2001 for
nal must follow its own judgment, even if untimely payment of court costs,
that requires non-compliance with a court Pertamina filed a request to annul the
order. To conclude otherwise would entail award in the Central District Court of
a denial of justice and fairness to the Jakarta in March 2002, along with a
parties and conflict with the legitimate request for an injunction prohibiting KBC
expectations they created by entering into from enforcing the award abroad. KBC
an arbitration agreement. It would allow had in fact obtained, in December 2001,
the courts of the seat to convert an the recognition of the award in the United
international arbitration agreement into a States by the United States District Court
dead letter, with intolerable consequence for the Southern District of Texas, which
(18) In the matter of an arbitration between Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak
Dan Gas Bumi Negara (Pertamina), 190 F. Supp. 2d 936 (S.D. Tex. 2001).
(19) The Jakarta court’s decision of August 27, 2002 is available on http://www.mealeysonline.com (document
#05-021125-013Z). In a positive development, the Indonesian Supreme Court overturned the Jakarta Court’s
decision on November 23, 2004, finding that the lower court had no “authority to examine and adjudicate”
on the dispute between the companies. Unfortunately, it appears that the text of the Court’s decision is not
available, although it was reported in the media.
(20) See Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara (Pertami-
na), 335 F.3d 357, 360-63 (5th Cir. 2003). For the decision on appeal, see below, II.
(21) See Order, supra note 18, at 4.
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 643
(22) On this decision in general, see GAILLARD, E., The Misuse of Anti-Suit Injunctions, N.Y.L.J., August 1, 2002.
(23) FOUCHARD, Ph., “Anti-Suit Injunctions in International Arbitration – What Remedies?”, in: IAI Series on Inter-
national Arbitration Nº 2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 153. For another
example of conflicting injunctions, see the report of the Four Seasons/Consorcio Barr case in G RIGERA
NAÓN , H.A., Competing Orders Between Courts of Law and Arbitral Tribunals: Latin American Expe-
riences, supra note 2, at 337.
(24) Karaha Bodas Co. LLC (KBC) v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara (Pertamina),
335 F.3d 357 (5th Cir. 2003).
644 EMMANUEL GAILLARD
(25) On these aspects of the decision, see E. Gaillard, ‘KBC v. Pertamina’: Landmark Decision on Anti-Suit
Injunctions, N.Y.L.J., October 2, 2003. See also E. Gaillard, Anti-suit injunctions et reconnaissance des
sentences annulées au siège: une évolution remarquable de la jurisprudence américaine, 130 Journal du
Droit International 1105 (2003).
(26) See, for example, in favor of the enforcement of awards annulled in their country of origin, D. RIVKIN, “The
Enforcement of Awards Nullified in the Country of Origin: The American Experience”, in ICCA Congress
Series Nº 9, Improving the Efficiency of Arbitration Agreements and Awards: 40 Years of Application of the
New York Convention 528 (1999). For a critical view, see E. SCHWARTZ, A Comment on Chromalloy: Hilmar-
ton à l’américaine, 1997 J. INT’L ARB. 25; D. Freyer, H. Gharavi, Finality and Enforceability of Foreign Arbitral
Awards: From ‘Double Exequatur’ to the Enforcement of Annulled Awards: A Suggested Path to Uniformity
Amidst Diversity, 13 ICSID REV. 101 (1998). On the position taken by the courts of other countries, see, e.g.
E. GAILLARD, The Enforcement of Awards Set Aside in the Country of Origin, 14 ICSID Rev. 16 (1999).
(27) Chromalloy Aeroservices v. Arab Republic of Egypt, 939 F. Supp. 907 (D.D.C. 1996) (enforcing in the
United States an award annulled in Egypt). The French courts took the same action in a related case: Paris
Court of Appeals, 14 January 1997, République arabe d’Egypte v. Société Chromalloy Aero Services, 1997
Rev. Arb. 385.
(28) Pertamina, 335 F.3d at 367. This is also what the Hong Kong Courts did in the Pertamina case (see Karaha
Bodas Co. LLC v. Perusahaan Pertambangan Minyak Dan Gas Bumi Negara, High Court of the Hong Kong
Special Administrative Region, 27 March 2003, 2003 HKCU Lexis 378. The decision is based on the deba-
table ground that the Indonesian Courts did not have jurisdiction to annul the award, although the outcome
is justified). More recently, on December 9, 2004, the Court of Queen’s Bench of Alberta also recognized
the December 2000 award (see 20.1 Int’l Arb. Rep. 6 (January 2005).
(29) Pertamina, 335 F.3d at 367-68.
(30) Ibidem at 371.
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 645
regardless of its legitimacy, does not large part on the good faith of its sovereign
interfere with the ability of U.S. courts, signatories. Upholding the district court’s
or courts of any other enforcement injunction could only further exacerbate
jurisdictions for that matter, to enforce a the problem, diplomatically if not legally
foreign arbitral award”(31). Thus, the Fifth as well”(32). In other words, although anti-
Circuit recognized that its response to a anti-suit injunctions may appear to be the
possibly illegitimate anti-suit injunction appropriate response to counter a court
by a foreign court did not need to entail order aimed at obstructing arbitral
issuing a similar injunction itself. proceedings or the enforcement of an ar-
This reasoning begs the question, bitral award, they may exacerbate, rather
more generally, of whether anti-suit than solve, the problems created by anti-
injunctions (including anti-anti-suit suit injunctions by triggering an escalation
injunctions) are justified when they are of injunctions that lead to the frustration
issued in order to protect international of the arbitral process as a whole.
arbitration or whether judicial self-
Principles of international arbitration
restraint is a virtue in all circumstances.
law further suggest that, as far a national
The Fifth Circuit’s response to this
courts are concerned, self-restraint is the
question is that no justification should be
found, while issuing an anti-suit proper response in all circumstances to the
injunction, in the fact that it is rendered in parties’ attempt to bypass the arbitration
favor of arbitration: although it agreement through an abusive recourse to
“empathiz[ed] with the district court and the local courts. Indeed, anti-suit
shar[ed] its frustrations at the acts of injunctions negate the very basis of
Pertamina and its counsel” who requested arbitration, that is the parties’ consent to
and obtained the Indonesian anti-suit submit their disputes to arbitration(33).
injunction and annulment judgment, the When a party consents to an arbitration
Court justifiably concluded that “[t]he agreement, it undertakes to refer disputes
[1958 New York] Convention already that may arise with the other party to
appears to allow for some degree of forum arbitration, to take part in the proceedings
shopping, and, as with many treaties, the in good faith and to carry out the award
efficacy of the Convention depends in that will be rendered(34). As a result, when
a party requests that a court issues an anti- different countries should limit their
suit injunction to prevent an arbitral tri- intervention on the basis that the arbitral
bunal from hearing a claim or to obstruct tribunal has prima facie jurisdiction.
the enforcement of an arbitral award, it Conversely, arbitral tribunals should be
too may be said to fail to honor its given the opportunity to fully exercise
commitment to be bound by the their power to rule on their own
arbitration agreement. jurisdiction, either by way of a positive
order to the parties to comply with their
At the stage of the enforcement of
contractual commitments until such time
an arbitral award, each legal system is
as the tribunal has been in a position to
equally entitled to sovereign rights and to
determine its own jurisdiction (as in the
the discretion to recognize and enforce
SGS v. Pakistan case) or by way of a final
foreign arbitral awards on the basis of its
decision on the issue of whether an anti-
own standards of review. The temptation
suit injunction should be given effect as
to use anti-suit injunctions cannot be
regards the tribunal’s jurisdiction to rule
justified by the fact that it is issued in fa-
on its own jurisdiction (as in the Salini v.
vor of the arbitral process. By definition,
Ethiopia case)(35). In that context, the ar-
each measure is restricted in the scope of
bitral tribunal itself may issue an order to
its effects to the legal system in which it
the parties that could be characterized as
is issued. As a result, the only viable
an ‘anti-suit injunction’: the arbitral tri-
alternative ensuring the efficiency of
bunal would then be acting within the con-
international arbitration is that each legal
fines of its power, derived from the parties’
system should decide for itself and on the
arbitration agreement, to direct the parties
basis of its own standards of public policy
not to act in any way that would jeopardize
whether or not to recognize and enforce
its prima facie jurisdiction until such time
foreign arbitral awards.
as the tribunal has formed its own
By the same token, at the stage of the judgment on its jurisdiction and
arbitral proceeding, judicial self-restraint established in a final manner whether it
is the most appropriate standard in light has been established on the basis of an
of the arbitral tribunal’s jurisdiction to rule existing and valid arbitration agreement
on its own jurisdiction, i.e. the bedrock and whether the scope of that agreement
principle of competence-competence. It is includes the dispute that has been brought
indeed critical that the jurisdiction of the before it. After that determination is made,
arbitral tribunal to determine its own the issuance by the arbitral tribunal of an
jurisdiction be safeguarded and that the anti-suit injunction is even less
courts of any given legal system do not problematic. Yet, after the arbitral tribu-
encroach on the jurisdiction of an arbitral nal issues an award, the courts of each le-
tribunal. In other words, until such time gal system recover their discretion to de-
as the award is rendered, the courts of termine whether that award meets the
outside the jurisdiction of such court and is therefore abusive. This is also a guarantee of the efficiency and
credibility of international arbitration.”
(35) See also LÉVY, L., “Anti-Suit Injunctions Issued by Arbitrators”, in: IAI Series on International Arbitration Nº
2, Anti-Suit Injunctions in International Arbitration, supra note 3, at 115.
REFLECTIONS ON THE USE OF ANTI-SUIT INJUNCTIONS IN INTERNATIONAL ARBITRATION 647
(36) On the arbitral tribunal’s power of first determination of its jurisdiction, see GAILLARD, E., Prima Facie Re-
view of Existence, Validity of Arbitration Agreement, N.Y.L.J., December 1, 2005; GAILLARD, E., “La recon-
naissance, en droit suisse, de la seconde moitié du principe d’effet négatif de la compétence-compéten-
ce ”, in: Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution. Liber Amicorum in
honour of Robert Briner, supra note 2, at 311.
648 EMMANUEL GAILLARD
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 649
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 649-660
Hace una década, Perú se encontra- Una década más tarde, hemos sido
ba en el proceso de ratificar más de dos testigos del desarrollo del arbitraje en el
docenas de Tratados Bilaterales de Inver- Perú y en casi toda América Latina. Sin
sión (los “BITs” por sus siglas en inglés)(1) embargo, el optimismo por la aceptación
tras haber ratificado el Convenio del Cen- cada vez mayor que ha tenido el arbitraje
tro Internacional de Arreglo de Diferen- en Perú y en la región se ve moderado por
cias relativas a Inversiones(2) y adoptó una las complicaciones inevitables que han
nueva Ley de Arbitraje(3). acompañado su crecimiento. Hace diez
(*) Socio del Grupo de Arbitraje Internacional del estudio White & Case LLP, radicado en la ciudad de Washington, DC.
El autor agradece la asistencia de Mónica Fernández Fonseca y Mairée Uran Bidegain en la realización de
este artículo.
(1) En 1996, el Perú había ratificado tratados bilaterales de protección de inversiones con: Argentina (1996),
Bolivia (1995), China (1995), República Checa (1995), Dinamarca (1995), El Salvador (1996), Finlandia
(1996), Francia (1996), Italia (1995), República de Corea (1994), Malasia (1995), Países Bajos (1996),
Noruega (1995), Paraguay (1994), Portugal (1995), Rumania (1995), España (1996), Suecia (1994), Tai-
landia (1991) y Reino Unido (1994).
(2) El Perú ratificó el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Naciona-
les de Otros Estados el 9 de agosto de 1993.
(3) HAMILTON, Jonathan C., International Arbitration as a Component of Latin American Reforms: The Case
of Peru, 1997.
650 JONATHAN C. HAMILTON
(4) CREMADES, Bernardo M., The Resurgence of the Calvo Doctrine in Latin America, Transnational Dispute
Management, Vol. 2, Issue 5 ,2005.
(5) Infra notas 15-19.
(6) ROGERS, Wiliam D., “Of Missionaries, Fanatics and Lawyers: Some Thoughts on Investment Disputes in the
Americas”, in: Am. J. In’l L., 72 (1978) 1, and SZASZ, Paul C., “The Investment Disputes Convention and
Latin America”, in: V. J. Int’l L., 11 (1971) 256.
(7) Ver por ejemplo, CREMADES, Bernardo M., The Resurgence of the Calvo Doctrine in Latin America, cit., nota
3, GARIBALDI, O.M., Carlos Calvo Redivivus: The Rediscovery of the Calvo Doctrine in the Era of Invest-
ment Treaties, 3 Transnational Dispute Management (2006); and SCHREUER, Christopher, “Calvo’s Gran-
dchildren: The Return of Local Remedies in Investment Arbitration”, en: 4 The Law and Practice of
Interntaional Courts and Tribunals, (2005).
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 651
extranjeros deben buscar por sí mismos ros y gobiernos fue evidente desde in-
la defensa de sus derechos a través de cluso las primeras etapas de formulación
los tribunales locales. del Convenio del CIADI (11). En una jun-
ta del Banco Mundial/Fondo Monetario
Este punto de vista tuvo prevalencia, Internacional celebrada en 1964, en la
en general, durante casi un siglo. De con- que se discutió el Convenio de CIADI,
formidad con esta doctrina, en lo políti- el Gobernador chileno del Banco reite-
co, y específicamente en el contexto de la ró su adhesión a la Doctrina Calvo en
resolución de disputas entre extranjeros y los siguientes términos:
el Estado, los gobiernos usualmente no se
sometieron a arbitraje; en el plano judi- “El inversionista extranjero [bajo
cial, incluyendo en el contexto del arbi- el CIADI], por el hecho de ser ex-
traje comercial, las cortes por lo general tranjero, [se le otorga] el derecho
no respetaron la institución del arbitraje(8). de demandar a un Estado soberano
La Doctrina prevaleció aun después fuera de su territorio nacional, pres-
de la adopción de la Convención de cindiendo de los tribunales de jus-
Nueva York de 1958(9) y el Convenio ticia. Esta disposición es contraria
sobre Arreglo de Diferencias Relativas a los principios aceptados por nues-
a Inversiones entre Estados y Naciona- tros países [en América Latina] y,
les de Otros Estados, firmada en Was- de hecho, le conferiría un privile-
hington en 1966, conocida como el Con- gio al inversionista extranjero, po-
venio del CIADI(10). sicionando a los respectivos nacio-
nales del país en una posición de
La oposición de los Estados lati- inferioridad”(12).
noamericanos a la idea de establecer
cortes especiales para el litigio de con- En 1978, la reconocida revista
troversias entre inversionistas extranje- “American Journal of International
(8) Ver por ejemplo; GRIGERA NAÓN, Horacio A., “Arbitration in Latin America: Overcoming Traditional Hostility”,
(An Update) en: 22 Inter-Am. L. Rev. 203 (1991).
(9) La Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales Extranjeras de 1958 entró
en vigor para: Argentina el 12 de junio de 1989; Bolivia el 27 de julio de 1995; Brasil el 5 de septiembre de
2002; Chile el 3 de diciembre de 1975; Colombia el 24 de diciembre de 1979; Costa Rica el 24 de enero de
1988; Cuba el 30 de marzo de 1975; Ecuador el 3 de abril de 1962; El Salvador el 27 de mayo de 1998;
Guatemala el 19 de junio de 1984; Honduras el 1 de enero de 2001; México el 13 de julio de 1971;
Nicaragua el 23 de diciembre de 2003; Panamá el 8 de enero de 1985; Paraguay el 6 de enero de 1998;
Perú el 5 de octubre de 1988; Uruguay el 28 de junio de 1983; y Venezuela el 9 de mayo de 1995.
(10) El Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros
Estados entró en vigor para: Argentina el 18 de noviembre de 1994; Bolivia el 23 de julio de 1995; Chile el
24 de octubre de 1991; Colombia el 14 de agosto de 1997; Costa Rica el 27 de mayo de 1993; Ecuador el
14 de febrero de 1986; El Salvador el 5 de abril de 1984; Guatemala el 20 de febrero de 2003; Honduras el
16 de marzo de 1989; Nicaragua el 19 de abril de 1995; Panamá el 8 de mayo de 1996; Paraguay el 6 de
febrero de 1983; Perú el 8 de septiembre de 1993; Uruguay el 8 de septiembre de 2000; y Venezuela el 1
de junio de 1995.
(11) SZASZ, Paul C., The Investment Disputes Convention and Latin America, cit., nota 5 p. 256.
(12) Representante del Gobierno Chileno, Reunión del Banco Mundial, Tokio, 1964.
652 JONATHAN C. HAMILTON
(13) ROGERS, Wiliam D., “Of Missionaries, Fanatics, and Lawyers: Some Thoughts on Investment Disputes in
the Americas”, cit., nota 5, p. 72.
(14) Ibidem, p. 4. (La traducción es del autor.)
(15) Ibidem, p. 6. (La traducción es del autor).
(16) Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranje-
ros suscrita el 8 de mayo de 1979 en Montevideo, Uruguay.
(17) Ver a manera de ejemplo, Bolivia: Ley de Arbitraje y Mediación, Ley Nº 1770 del 10 de marzo de 1997;
Brasil: Ley Federal de Brasil, Nº 9.307 del 23 de septiembre de 1996; Chile: Ley Nº 19.971 del 2004;
Ecuador: Ley de Arbitraje y Mediación Nº 000. RO/145 del 4 de septiembre de 1997, modificada el 25
febrero del 2005; Venezuela: Ley Nº 36.430 Ley de Arbitraje Comercial del 7 de abril de 1998.
(18) Los siguientes países en América Latina han promulgado leyes de arbitraje siguiendo la Ley Modelo de
la CNUDMI sobre arbitraje comercial internacional de 1985: Chile, Guatemala, México, Nicaragua,
Paraguay y Perú.
(19) Supra nota 8.
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 653
(20) La Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, suscrita el 30 de enero de 1075
en Panamá (Convención de Panamá) entró en vigor para: Argentina el 5 de enero de 1995; Bolivia el 29
de abril de 1999; Brasil el 27 de noviembre de 1995; Chile el 17 de mayo de 1976; Colombia el 29 de
diciembre de 1986; Costa Rica el 20 de enero de 1978; Ecuador el 23 de octubre de 1991; El Salvador
el 11 de agosto de 1980; Guatemala el 20 de agosto de 1986; Honduras el 22 de marzo de 1979; México
el 27 de marzo de 1978; Nicaragua el 2 de octubre de 2003; Panamá el 17 de diciembre de 1975;
Paraguay el 15 de diciembre de 1976; Perú el 22 de mayo de 1989; Uruguay el 25 de abril de 1977; y
Venezuela el 16 de mayo de 1985.
(21) Supra nota 9.
(22) Para una lista comprehensiva de los tratados bilaterales de protección y promoción de inversiones en
vigor en Latinoamérica, ver http://www.unctadxi.org/templates/DocSearch.aspx?id=779, visitada por últi-
ma vez el 9 de mayo de 2007.
(23) ICC International Court of Arbitration Bulletin, Vol. 12, Nº 1, p. 7, 2001.
(24) ICC Bulletin, Vol. 16, Nº 1, p. 6 (2005) and Vol. 17, Nº 1, p. 6, 2006.
(25) En 10 ocasiones partes provenientes de Brasil estuvieron involucradas en un arbitraje ante la CCI. El
número asciende a 30 en el 2004, pero desciende a 1 en el 2005. Ver ICC Bulletin, Vol. 12, Nº 1 p. 7 (2001),
and Vol. 17, Nº 1, p. 6, 2006.
(26) Ver ICC Bulletin, Vol. 12, Nº 1, p. 7, 2001, and Vol. 17, Nº 1, p. 6, 2006.
654 JONATHAN C. HAMILTON
(27) Porcentajes obtenidos de acuerdo a la información de la Página web del CIADI, disponible en http://
www.worldbank.org/icsid/cases/cases.htm, visitada por última vez el 19 de Julio del 2007.
(28) Globovisión.com, AFP, “Ministro Ramirez presentó a la A[samblea] N[acional] nuevo modela de empresa
mixta petrolera”. Nota publicada el 23 de Marzo del 2006, disponible en http://www.globovision.com/
news.php?nid=24079 visitada por última vez el 19 de Julio del 2007.
(29) Vannessa Ventures Ltd. c. República Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI Nº ARB(AF)/04/6); I&I Beheer
B.V. c. República Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI Nº ARB/05/4); Vestey Group Ltd c. República
Bolivariana de Venezuela (Caso CIADI Nº ARB/06/4); y Eni Dación B.V. c. República Bolivariana de Vene-
zuela (Caso CIADI Nº ARB/07/4).
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 655
según lo establece el artículo 71 y 72 del ció que no extendería la aplicación del BIT
Convenio del CIADI(30). Con respecto a suscrito con Estados Unidos cuando este
la iniciativa de analizar sus tratados bila- llegó a su termino de 10 años(33), y nom-
terales, Bolivia ha insinuado que la revi- bró una comisión especial encargada de
sión afectará la posibilidad de someter a analizar sus más de 23 BITs y proponer
arbitraje internacional disputas que sur- cambios para futuras negociaciones. Si bien
jan de la aplicación del tratado, las cuales Estados Unidos aún no ha recibido notifi-
podrán ser resueltas mediante arbitraje cación de dicha terminación, éste ha sido
doméstico únicamente. La mayoría de sus notificado al igual que Suiza, de la inten-
BITs contienen una “cláusula de supervi- ción de Ecuador de renegociar el tratado.
vencia” según la cual el tratado tendrá Ecuador está reevaluando su política de
efecto por 10 o 20 años después de la re- promoción de inversión en el marco de un
nuncia del mismo en aquellos casos en los nuevo modelo de BIT, enfocado en el res-
que la inversión ha sido realizada antes pecto de la soberanía y una relación justa y
de la terminación del tratado. De igual equitativa con los inversionistas que garan-
manera, bajo algunos BITs los inversio- tice la estabilidad jurídica de éstos.
nistas cuentan también con la posibilidad
A pesar de estos acontecimientos, la
de someter sus disputas a arbitraje regido
realidad es que el marco jurídico del arbi-
por el Reglamento de Arbitraje de la
traje establecido durante muchos años
CNUDMI(31). Este último recurso no se
permanece vigente, y pareciera que las
vería afectado por dicha denuncia.
obligaciones de los Estados bajo los tra-
Ecuador también ha dado indicacio- tados de inversión han configurado, y en
nes de un posible cambio de actitud hacia algunos casos incluso moderado, las ac-
el arbitraje. En marzo del 2007, el Procu- ciones de estos gobiernos. Los consenti-
rador del Estado del Ecuador José Javier mientos ya dados por los gobiernos de las
Garaicoa manifestó que en los arbitrajes regiones en los numerosos tratados bila-
internacionales contra el Ecuador “está en terales de protección y promoción de in-
juego la capacidad soberana del Estado versiones subsisten, y tendrían que ser
de administrar justicia y de tomar deci- denunciados también para poder ser de-
siones”(32). Posteriormente, Ecuador anun- jados sin efecto.
(30) Artículo 71 del Convenio del CIADI “Todo Estado Contratante podrá denunciar este Convenio mediante
notificación escrita dirigida al depositario del mismo, La denuncia producirá efecto seis meses después del
recibo de dicha notificación”; y artículo 72 del Convenio del CIADI “Las notificaciones de un Estado Contra-
tante hechas al amparo de los artículos 70 y 71 no afectarán a los derechos y obligaciones, conforme a
este Convenio, de dicho Estado, sus subdivisiones políticas u organismos públicos, o de los nacionales de
dicho Estado nacidos del consentimiento a la jurisdicción del Centro dado por alguno de ellos con anterio-
ridad al recibo de dicha notificación por el depositario”.
(31) Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil, ver nota 17.
(32) Entrevista realizada al Procurador del Estado del Ecuador José Javier Garaicoa el 23 de marzo de 2007,
disponible en http://www.hoy.com.ec/notidinero.asp?row_id=262204 (última visita: 10 de mayo de 2007).
(33) El BIT entre Ecuador y Estados Unidos entró en vigor el 11 de mayo de 1997 y llego al término de 10 años
el 11 de mayo del 2007.
656 JONATHAN C. HAMILTON
(34) Contradicción 51/2005, Primera sala de la Corte, 11 de enero de 2006. (Tesis Jurisprudencial 25/2006,
Contradicción de tesis 51/2005-PS entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Sexto y Décimo,
ambos en Materia Civil del Primer Circuito. Mayoría de tres votos. Ponente: Juan N. Silva Meza.) Las
implicaciones de este caso a largo plazo son actualmente difíciles de establecer.
(35) Venezolana de Televisión C.A. c. Elettronica Industriales S.P.A., April 5, 2006, Tribunal Supremo de Justi-
cia - Sala Político Administrativa. Las consecuencias de dicho caso sobre el marco jurídico aplicable al
arbitraje en Venezuela deber ser el objeto de un análisis más exhaustivo.
(36) Por ejemplo, en un caso involucrando a U.S. Energy c. Nukem, una corte federal de primera instancia
(Federal District Court,) se sustituyó al tribunal arbitral y decidió el fondo de un asunto previamente some-
tido a arbitraje en el cual el tribunal ya había rendido un laudo arbitral. Después de siete años de litigio y
tres apelaciones al Tenth Circuit Court of Appeals, esta corte ordenó la reconstitución de un tribunal arbitral
encargado nuevamente de dirimir el conflicto. U.S. Energy Corp. v. Nukem Inc., Nºs. 03-1444, 03-1451,
2005 (10th Cir. 24, Feb.del 2005). Posteriormente, el tribunal arbitral fue constituido bajo las reglas de la
American Arbitration Association y rindió una sentencia a favor del demandado.
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 657
(37) Companhia Estadual de Energia Electrica (“CEEE”) c. AES Uruguaiana. Corte Federal Suprema de Justi-
cia 25 de Octubre del 2005.
(38) Emilio Francisco Casares Loret de Mola et al, Corte Suprema de Justicia de México, Decisión del 28 de
Abril del 2004.
(39) PINELO, Adalberto J. The Multinational Corporation as a Force in Latin American Politics: A Case Study of
the International Petroleum Company in Peru, Praeger Publishers NY, 1973.
(40) Convención Interamericana sobre la Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales Extran-
jeros, Convención de Montevideo, entró en vigor para el Perú el 15 de Mayo de 1980.
(41) Perú ratificó la Convención de Nueva York sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitra-
les Extranjeras, el 5 de Octubre de 1988.
(42) La Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional entró en vigor el 22 de Mayo de 1989.
(43) El Convenio sobre el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones Entre Estados y Nacionales de otros
Estados, entró en vigor para Perú el 3 de Septiembre de 1993.
658 JONATHAN C. HAMILTON
(44) Compagnie Minière Internationale Or S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/98/6); Empresas Lucchet-
ti, S.A. and Lucchetti Peru, S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/03/4) Duke Energy International
Peru Investments Nº 1 Ltd v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/03/28); Aguaytia Energy, LLC v. Republic
of Peru (ICSID Case Nº ARB/06/13); Tza Yap Shum v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/07/6).
(45) Compagnie Minière Internationale Or S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/98/6).
(46) Empresas Lucchetti, S.A. and Lucchetti Peru, S.A. v. Republic of Peru (ICSID Case Nº ARB/03/4).
(47) Ley General de Arbitraje, Ley Nº 26572, promulgada el 3 de enero de 1996. La ley entró en vigor el 6 de
enero de 1996.
(48) El artículo 139 de la Constitución Política del Perú reconoce la legitimidad del fuero arbitral. Por su parte,
el artículo 63 del mismo texto, reconoce la capacidad del Estado y las demás personas de derecho público
a someter las controversias derivadas de relaciones contractuales a arbitraje nacional o internacional.
(49) Ver nota 17.
(50) Sentencia del Tribunal Constitucional, Expediente Nº 6167-2005-PHC/TC, “Fernando Cantuarias Salaverry “.
(51) Ibidem, Sección IV., Fundamento 11.
(52) Ibidem, Sección IV., Fundamento 13.
(53) Ibidem, Sección IV., Fundamento 12.
¿«SE ACABÓ EL ARBITRAJE» EN AMÉRICA LATINA? LA EVOLUCIÓN DEL ARBITRAJE (...) 659
(59) La prueba de esa realidad es la fuerza y el alcance del presente Congreso llevado a cabo en el Perú, en el
marco del cual presenté las ideas aquí contenidas. Éste no hubiera sido posible hace apenas diez años.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 661
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 661-685
(*) Profesor Titular de Derecho Comercial. Doctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y
Doctor en Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica Argentina.
662 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
(1) Ver un interesante trabajo sobre este Tribunal y su primera “consulta interpretativa”, de Diego P. FERNÁN-
DEZ ARROYO, titulado “La respuesta del Tribunal Permanente del Mercosur a la primera consulta interpre-
tativa”, cit., pp. 3 y ss.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 663
III. Las Decisiones del Consejo del disminuyeron un tercio, comparado con
Mercado Común, las Resoluciones el año1998, alcanzando cerca de US$
del Grupo Mercado Común y las 2.517 millones. El año 2005 obtuvo un
Directivas de la Comisión de Co- nivel de exportaciones de Brasil a Argen-
mercio del Mercosur adoptadas des- tina de más de US$ 10.186 millones, con
de la entrada en vigor del Tratado un aumento del 20% o más para 2006.
de Asunción.
En este contexto de economía de inter-
Artículo 42: Las normas emanadas cambio creciente, normas para solucionar
de los órganos del Mercosur previs- conflictos de todo tipo, por la vía abreviada
tos en el Artículo 2 de este Protoco- de los ADRS, son sumamente necesarias.
lo tendrán carácter obligatorio y
cuando sea necesario deberán ser in- Es que la Región del Mercosur, se
corporadas a los ordenamientos ju- proyecta día a día más y más hacia toda
rídicos nacionales mediante los pro- Sudamérica y el Norte del sub-continente
cedimientos previstos por la legisla- mira y quiere también extenderse hacia el
ción de cada país. sur desde el CAN.
¿Por qué ocurre esto? Son muchas las
Es preciso recordar algunos éxitos de razones que permiten avizorar que a media-
este proyecto: el Mercosur logró incre- dos de siglo, América del Sur será una zona
mentar y desarrollar el comercio, especial-
con un gran desarrollo en todo sentido.
mente entre Argentina y Brasil, pero el
crecimiento global esperado de la Región Sudamérica tiene ventajas sustancia-
no se produjo aún. les: básicamente dos lenguas, muy pare-
cidas: los idiomas español y el portugués;
Retrasaron y entorpecieron al Merco-
enormes territorios con agua potable y
sur, la devaluación unilateral brasileña de
gran producción de alimentos para el res-
1991 y la crisis argentina de 2001/2002, evi-
to del mundo; ricos recursos energéticos
denciando ambos países la formidable capa-
y minerales, diversidad de climas y terri-
cidad de resiliencia que es advertible en toda
torios, gran potencialidad de desarrollo
la América Hispana. En el año 2004, Argen-
humano y atracciones turísticas múltiples,
tina comenzó a imponer barreras unilatera-
poca población en proporción al amplio
les contra productos brasileños por el daño
territorio, un enorme litoral marítimo que
causado a sectores industriales argentinos.
abarca los océanos Pacífico y Atlántico,
Brasil sólo lo aceptó como medida proviso-
ausencia de conflictos religiosos, étnicos
ria y es un tema irresuelto, en este momento.
o raciales, buenas tendencias para el de-
Para automotores, se logró un acuer- sarrollo, facilidad para adquirir conoci-
do especial de fabricación e intercambio mientos y algunos destacados centros de
compensado, que luego de varias prórro- alto nivel profesional e intelectual. Una
gas, durará hasta el 2008. En general este Región de gran futuro, apta para recibir
pacto, impide una salvaje y nociva com- los mayores conocimientos del planeta.
petencia destructiva.
La puerta de esa Sudamérica unida,
Las exportaciones brasileñas a una hacia la Unión Europea, es sin duda la
Argentina que estaba en crisis en 2002, Península Ibérica y en ella, especialmente
664 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
está España, uno de los países de creci- sión de la base empresarial, el acceso al
miento más avanzados de Europa y de crédito y a la asistencia técnica, concertar
mejor calidad de vida. acciones para expandir la cooperación
internacional, eliminar las asimetrías del
No ha sido casual que el 18 de octu- sistema financiero y comercial internacio-
bre de 2005 se firmara la Declaración de nal y el peso de la deuda externa, no se pue-
Salamanca, que ratificó la totalidad del den cumplir sin el establecimiento de un sis-
acervo iberoamericano integrado a los tema completo de seguridad jurídica.
valores, principios y acuerdos celebrados
en anteriores Cumbres. Estas declaraciones, junto a la deci-
sión de “consolidar la Red Iberoameri-
La Cumbre de Salamanca fue la XV cana de Cooperación Judicial”, condu-
y en ella se reunieron los Jefes de Estado cen a la necesidad evidente de lograr una
y de Gobierno de la Comunidad Iberoame- mayor eficiencia judicial con procedi-
ricana de Naciones. Allí se comprometie- mientos rápidos y ágiles, eficaces y con-
ron a apoyar los propósitos y principios fiables, aunque estos propósitos no se
consagrados en la Carta de las Naciones indiquen expresamente en las declaracio-
Unidas, al derecho internacional, la pro- nes de esta Cumbre.
fundización de la democracia, el desarro-
llo, la promoción y protección universal Ello lleva a afirmar que resulta un
de los derechos humanos, el fortalecimien- objetivo esencial, lograr un sistema jurí-
to del multilateralismo y de las relaciones dico con mayor seguridad y garantías ju-
de cooperación entre todos los pueblos y rídicas. Ello no se da solamente con es-
naciones y el rechazo a la aplicación de cribir normas jurídicas, porque ya tene-
medidas coercitivas unilaterales contrarias mos suficientes; sino que es preciso cum-
al Derecho Internacional. plirlas y hacerlas cumplir.
(2) GARCÍA BELSUNCE, Horacio A., “La crisis institucional”, en: El Derecho del 22 de diciembre de 2005.
(3) LUCCHINI GUASTELLA, Emanuele, “Seguridad jurídica y sistema económico”, en: La Ley Actualidad del 2 de
marzo de 2006, Cita las publicaciones italianas más recientes: Entre ellas, señala: GIANFORMAGGIO, voz
“Certezza del diritto”, en: Digesto IV, Discipline privatistiche (sezione civile), II, Utet, Torino, 1988, 274 ss;
CORSALE, voz “Certezza del diritto” – I) Profili teorici, en: Enc.giur. Treccani, VI, Treccani, Roma, 1988, 1 ss;
PIZZO RUSSO, voz “Certezza del diritto” – I) Profili applicativi, en: Enc. Giur. Treccani, Roma, 1988, 1 ss;
GIARDINA, “La lex mercatoria e la certezza del diritto nei commerci e negli investimenti internazionale”, en:
Riv. dir. Internaz privato e proc., 1992, 461 ss; AA.VV., la certezza del diritto – Un valore da ritrovare (Atti del
CONVEGNO, Firenze, 2-3 ottobre 1992), Giuffré, Milano, 1994; FARALLI, Certezza del diritto o diritto alla cer-
tezza?, en: Materiali storia cultura giur., 1997, 89; CASTORINA, “Certezza del diritto” e ordinamento europeo:
riflexxioni intorno ad un principio “comune”, en: Riv. it. Dir. Pubbl. Comunitario, 1998, 1177 ss; LUZZATI,
L´interprete e il legislatore - Saggio sulla certezza del diritto, Giuffré, Milano, 2000; BERTEA, “La certezza del
diritto nel dibattito teorico-giurídico contemporaneo”, en: Materiali storia cultura giur., 2001, p. 131.
(4) VANOSSI, Jorge R., “La seguridad jurídica y el Estado de Derecho en una democracia constitucional: las
condiciones y los condicionamientos”, en: ED del 25 de octubre de 2005, Nº 11370.
666 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
(5) VANOSSI, Jorge R., “La seguridad jurídica y el Estado de Derecho en una democracia constitucional: las
condiciones y los condicionamientos”, en: ED del 25 de octubre de 2005, Nº 11370.
(6) Loc. cit.
(7) Un ejemplo es el Reglamento de Arbitraje de la CCI y otro es el Reglamento de la CNUDMI; este último, ya
está siendo estudiado para su reforma. Las reformas propuestas, se encaminan a ampliar los criterios de
arbitrabilidad que es la tendencia general en la materia. Un ejemplo es que se produce un ensanchamien-
to del campo, al admitirse que no solo los contratos generan litigios, sino que todas las relaciones jurídicas
en general pueden hacerlo (la CNUDMI en el 46 período de sesiones celebrado en Nueva York del 5 al 9
de febrero de 2007 ha adoptado decisiones sobre la posible reforma del Reglamento de Arbitraje, superan-
do la limitación de lo meramente contractual: ver A/CN.9/WG.II/WP.144).
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 667
(8) Es un neologismo que significa aceptar por parte de un Congreso soberano de un Estado Parte, una
norma creada por los órganos del Mercosur. Para la Argentina, ello se admitió mediante la ley 25.223.
(9) Ley de Organización y Atribuciones de 1875, citada por VÁZQUEZ PALMA, María Fernanda, “Arbitrabilidad
objetiva: un acercamiento a su delimitación e importancia”, en cuyo trabajo cita a BIGGS, G. “El proceso
hacia el arbitraje comercial en Chile”, en: Ponencia del Seminario Arbitral e Internacional / Papers of the
Internacional Commercial Arbitration Association, Conference Am Cham, Chile 29 y 30 de julio de 1998 y
Nueva York 1999, en Foro de Derecho Mercantil, Legis, Bogotá abril-junio de 2007, p. 89, nota 34.
(10) MEREMINSKAYA, Elina, “Validez y ejecutabilidad del acuerdo de arbitraje comercial internacional”, en: Foro
de Derecho Mercantil, Legis, Bogotá, Nº 12 julio 2006, p. 92.
(11) Mercosur /CMC/Dec 3/98.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 669
entre los Estados Partes para contribuir mados por personas jurídicas o físicas de
a la expansión del comercio regional e derecho privado de los Estados partes del
internacional”(12). Mercosur. Asimismo, tiene por principios:
(i) convenir soluciones jurídicas comunes
Dada la doble regulación de perso-
para el fortalecimiento del proceso de in-
nas físicas (o de existencia visible) y por
tegración del Mercosur, (ii) promover e
otro lado, las jurídicas, aceptado por las
incentivar la solución extrajudicial de con-
legislaciones de los Estados Parte, cual-
troversias privadas por medio del arbitra-
quiera de ellas que realice un negocio co-
je en el Mercosur y (iii) uniformizar la
mercial internacional en la Región, pue-
organización y el funcionamiento del ar-
de estar alcanzado o pactar luego su sali-
bitraje internacional en los Estados par-
da conflictual por medio del AAM. Pero
tes, para contribuir con la expansión del
no lo pueden hacer las personas jurídicas
comercio regional e internacional”(14).
de derecho público, en materias propias
de esa rama del derecho, con las salveda- Las reglas del artículo 3, excluyen la
des que veremos más abajo. aplicación del acuerdo a los conflictos
internos o que, siendo internacionales, no
Batista Martins, señala que “a través
tengan contactos objetivos jurídicos o eco-
del Decreto Legislativo 265, del 29 de di-
nómicos con el Mercosur.
ciembre de 2000, el Congreso Nacional
brasileño aprobó el texto del Acuerdo so- Señala Grigera Naón que “el acuerdo
bre Arbitraje Comercial Internacional del no define qué debe entenderse por ‘con-
Mercado Común del Sur – en adelante este tratos comerciales internacionales’ ”, lo cual
autor lo llama también AAM–, concluido da lugar a un considerable margen de inse-
en Buenos Aires, el 23 de julio de 1998, guridad cuando se trata de fijar su radio de
que entró en vigor para el Brasil, en el aplicación y se presta a interpretaciones
plano internacional, el 9 de octubre del contradictorias, tanto al nivel de los árbi-
2002. Este texto fue promulgado el 4 de tros, cuanto de los tribunales estatales”(15).
mayo de 2003, por medio del Decreto Añade este autor: “el acuerdo no aclara,
Federal 4719 y publicado el 6 de mayo por otra parte, si el requisito de “interna-
del 2003”(13). Y añade que esta normativa cionalidad” queda automáticamente satis-
tiene “como objetivo regular el arbitraje fecho si se cumple alguna de las hipótesis
resultante de controversias surgidas de contempladas en el artículo 3 del acuerdo
contratos comerciales internacionales fir- (por ejemplo, sus incisos (a) y (b), o si
(12) GRIGERA NAÓN, “El Acuerdo sobre arbitraje comercial (…)” cit., p. 16.
(13) BATISTA MARTINS, Pedro, “Observaciones sobre el texto del Acuerdo sobre ‘Arbitraje Comercial Internacio-
nal del Mercosur’ ”, en: Revista Internacional Foro de Derecho Mercantil, cit., p. 7, Brasil impuso una
reserva al artículo 10 sometiendo a la aprobación del Congreso Nacional cualquier acto que dé lugar a la
revisión del aludido AAM o que ocasione encargos o compromisos gravosos al patrimonio nacional, en los
términos del inciso I del artículo 49 de la Constitución Federal de Brasil”
(14) BATISTA MARTINS, “Observaciones sobre el texto del ‘Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur’ ”, cit., p. 8.
(15) GRIGERA N AÓN , Horacio A., “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análi-
sis Crítico”, en: Revista Brasilera de Arbitragem, Número especial de lanzamiento, Ed. Síntese, Brasil,
2003, p. 17.
670 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
(16) Respecto de la arbitrabilidad de ciertas cuestiones penales, se han realizado en mayo de 2007 unas
Jornadas de estudio organizadas por el CIAM, centro argentino para el arbitraje nacional e internacional.
(17) Para KESSEDJIAN, cita FERNÁNDEZ ARROYO, desde que el arbitraje se vuelve cada vez más “procedure-orien-
ted”, tales interferencias son inevitables - KESSEDJIAN, “C. Court decisions on enforcement of arbitration
agreements and awards”, en: JIA, 2001, p.11. Sin embargo, véase la opinión de GAILLARD, E., “Interference
of national courts in the international arbitral process”, en: NYIJ, feb. 1º, 2001.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 671
estatal a través de la fuga de las jurisdic- tituciones jurídicas, aún sobre las privadas.
ciones estatales(18), lo que no ha logrado Y cuando le toca al arbitraje, la resistencia
hasta ahora impedir que el Estado se las puede ser mayor, porque es un campo que
ingenie para seguir estando presente en la en la antigua visión, se sustraía al poder
definición de las reglas básicas referen- judicial estatal. Hoy no es así: esta institu-
ciales en las cuales se desarrolla el arbi- ción la complementa y la alivia de trabajo.
traje y en el control del mismo”(19).
En una primera etapa, a veces, el
Hay otro tipo de actor en el proceso Estado acepta someterse el arbitraje en
arbitral que siempre lo desvaloriza, aunque general, para luego no seguir con la mis-
generalmente acepta entrar en este tipo de ma actitud, cuando es el turno de aceptar
procesos. Fernández Arroyo lo dice con cla- decisiones que no le son favorables.
ridad: “La parte que lleva las de perder en
un proceso arbitral – y que muchas veces Dice Fernández Arroyo, que “la in-
no cree en el arbitraje – es quien suele ac- corporación del Estado a la práctica del
cionar la llave para dar entrada a esas inter- arbitraje internacional es de tal magnitud
ferencias, desde el mismo principio, cues- que seguramente constituye el dato más
tionando el acuerdo arbitral en sede judicial relevante y con mayores proyecciones en
o, al final del proceso, pidiendo la anula- la materia en últimas décadas(21).
ción del laudo. La experiencia muestra que Además, la rápida modificación expe-
cuando una de las partes en el arbitraje es rimentada en los últimos años de los pará-
precisamente el mismo Estado, el recurso a metros en los que desarrollan las transaccio-
dichas interferencias se va exacerbando. En nes comerciales internacionales(22), el redi-
algunos países, además, el Gobierno puede mensionamiento del rol interno e internacio-
ejercer un control o una influencia decisiva nal del Estado(23) y la cantidad y riqueza pro-
sobre algunos miembros del poder judicial,
blemática de los arbitrajes con participación
lo que puede provocar una completa desna-
estatal hacen que los mencionados proble-
turalización del arbitraje”(20).
mas particulares no sean los mismos que los
El Estado, por más pequeño que sea, de hace 10 ó 20 años –o, que si lo son, se
descarga un peso importante sobre las ins- presenten en un contexto bien distinto–”(24).
(18) MAYER, P. “The trends towards delocalisation in the last 100 years”, en: HUNTER, M., MARRIOTT, A. y VEEDER,
V.V. (ed), The Internationalisation of International Arbitration, Graham & Trotman; Martinus Nijhoff, Londres
y otras, 1995, pp. 37-46.
(19) FERNÁNDEZ ARROYO, Diego P., “La ejecución del laudo arbitral dictado contra el Estado”, en: Revista Internacio-
nal Foro de Derecho Mercantil, Lexis Nexis, Nº 13, Octubre-Diciembre de 2006, Argentina, pp. 133 y 134.
(20) Ibidem, p. 134.
(21) OPPETIT, B., “Les États et I´arbitrage international: esquisse de systématisation”, en: Rev. Arb., 1985,
pp. 493-496.
(22) FERNÁNDEZ ARROYO, Derecho Internacional Privado de los Estados del Mercosur, en: Id. (coord.), Zavalía,
Buenos Aires, 2003, pp. 59 y ss.
(23) CASSESE, S., La crisis del Estado (trad.), Lexis Nexis-Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2003, esp., pp. 63-92.
(24) FERNÁNDEZ ARROYO, sugiere comparar el artículo citado en la nota 4 con BURDEAU, G., “Nouvelles perspecti-
ves pour L´arbitrage dans le contentieux économique intéressant les Etats”, en: Rev. Arb., 1995, pp. 15-17 y
con LEBOULANGER, Ph., “Rapport introductif”, en: Les États dans le Contentieux Économique International,
coloquio, Rev. Arb., 2003, pp. 617-626.
672 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
Seguramente por presión de los pro- presas públicas brasileñas deben some-
pios estados y en base en las razones terse al AAM(26). El jurista brasileño, en
apuntadas, no se permitió que el AAM su opinión, excluye del AAM, solo a los
fuese aplicable a negocios internos de un arbitrajes regidos por el derecho inter-
solo país o a negocios comerciales entre nacional público; su explicación es que
el Estado y una persona de derecho pri- el sistema de solución de controversias
vado. Sin embargo, cuando el Estado ac- que cubre a los Estados Parte fue fijado
túa como empresario en el mercado, el en el Protocolo de Brasilia, del 17 de
AAM podría ser aplicable, en nuestra diciembre de 1991, modificado, como
opinión(25). En Argentina, con la enorme dijimos, por el Protocolo de Olivos(27).
variedad legal que tienen las empresas Esta amplia interpretación, incluiría a
en las que interviene el Estado, al menos los arbitrajes entre empresarios y los
la mayoría de ellas, podrían acudir al pro- Estados Parte del Mercosur, lo cual se-
cedimiento establecido por el AAM, ría muy útil, aunque el texto visto de
cuando participan en negocios privados manera directa, no parece responder a
entre sí o entre esas empresas y los parti- la intención del legislador.
culares (individuos o personas jurídicas).
En definitiva, con este acuerdo, está
El efecto de poseer este estatuto de disponible en el Mercosur la posibilidad
arbitraje internacional es muy importan- de acceder al arbitraje como alternativa a
te para la Argentina, que como hemos di- la vía jurisdiccional y no solamente para
cho, solo regula el remedio para lo inter- sujetos del derecho privado de los Esta-
no a través de leyes procesales de alcan- dos Parte, si no que, para otros de fuera
ce limitado para cada jurisdicción. En de la región.
nuestro país, aplicando la analogía, sería
posible aprovechar algunas de sus nor- Mereminskaya (28) resalta que un
mas, más modernas que las procesales, acuerdo de arbitraje nunca debe interpre-
por cierto. Brasil en cambio, para los tarse como una renuncia a la protección
asuntos internos, posee la Ley de Arbi- de derechos subjetivos. No obstante, al
traje número 9307. someterse al arbitraje, las partes renun-
cian al recurso ante los tribunales nacio-
Para Batista Martins, también las nales, es decir, se desiste nada menos que
sociedades de economía mixta y las em- del derecho de acceso a la justicia estatal,
(25) Ver nuestro, Derecho Comercial y Económico, Formas Jurídicas de organización de la Empresa, Astrea,
Buenos Aires, 1989, pp. 233 y ss.
(26) BATISTA MARTINS, “Observaciones sobre el texto del “Acuerdo sobre ‘Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur’ ”, cit., pp. 8 y 9.
(27) Recuerda el autor brasileño que seguimos, que “a pesar de que existe alguna crítica a esta afirmación, se
debe tener en cuenta que el artículo 173 de la Constitución Federal brasileña no deja duda cuando a la
capacidad que tienen esas empresas de someterse a las reglas de arbitraje contenidas en el acuerdo. El
inciso 2º del parágrafo 1º de ese texto señala: “La ley establecerá el estatuto jurídico de la empresa
pública, de la sociedad de economía mixta y de sus subsidiarias que exploten actividad económica de
producción o comercialización de bienes o de prestación de servicios, disponiendo sobre: su sumisión al
régimen jurídico propio de las empresas privadas, incluso cuanto a los derechos y obligaciones civiles,
comerciales, laboristas y tributarios.
(28) MEREMINSKAYA, “Validez y ejecutabilidad (...)”, cit., p. 104.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 673
(29) El artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice “Toda persona tiene derecho a un
recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”.
(30) FRIGNANI, Aldo, Trattato Il contrato internazionale, cit., pp. 121 y ss.
(31) Como ya lo hicimos notar en nuestro libro “Derecho Comercial y Económico. Contratos. Parte Especial
2”, p. 31, la Convención no define cuando un contrato es internacional sino en qué supuestos es aplica-
ble la misma.
674 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
(32) FOUCHARD, PH.; GAILLARD, E. y GOLDMAN, B., International commercial arbitration, Kluwer, Netherlands,
1999, pp. 46 y 47.
(33) ETCHEVERRY, Raúl A., Derecho Comercial y Económico. Contratos. Parte Especial, T. 2, parágrafo 269,
pp. 27 y ss.
(34) CORDON MORENO, Faustino, El arbitraje en el derecho español: interno e internacional, Aranzadi, Pamplona,
1995, pp. 156 y ss. ETCHEVERRY, Raúl A., “El arbitraje internacional y su incidencia en el comercio interna-
cional”, cit., p. 60.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 675
importancia con la puesta en vigencia del soluciones actuales. El texto dice: “Las
artículo 1492 del Código de Procedimien- partes podrán elegir en el derecho que se
to Civil francés que ha establecido que: aplicará para solucionar la controversia
“El arbitraje es internacional cuando abar- basado en el derecho internacional priva-
ca intereses del comercio internacional”. do y sus principios, así como en el dere-
Lo que parece una tautología no lo es, en cho del comercio internacional. Si las par-
un mundo globalizado, pero convengamos tes nada dispusieren sobre esta materia,
que la cuestión es difícil de precisar y crea los árbitros decidirán conforme las mis-
más campos de dudas que se ofrecen como mas fuentes” (artículo 10). Coincidimos
territorios minados cuando se busca una con Batista Martins en que si se compara
cierta seguridad legal. estas reglas con los actos internacionales
contemporáneos, la disposición transcri-
El texto es claro y contundente: la
ta da un paso hacia atrás al imponer un
existencia de uno de los elementos –eco-
grave retroceso al sistema arbitral de so-
nómico o jurídico– ya habilita para que la
lución de conflictos. Más aun, dice el pro-
controversia se someta a los efectos lega-
fesor brasileño: “es contraria a los princi-
les del AAM. En los términos del artículo
pios de libertad, de esencia del arbitraje
3º –ámbito material y espacial de aplica-
y, como corolario, de varios de sus insti-
ción–, esta preceptiva se aplica al arbitra-
tutos jurídicos”.
je, su organización y procedimientos, al
igual que a las sentencias o laudos arbi- Dice Grigera Naón: “en primer lu-
trales, si se presenta alguna de las circuns- gar, sorprende comprobar que el acuerdo
tancias mencionadas en él, entre las que no recoge el principio, generalmente acep-
se pueden citar las siguientes: que el con- tado como el más práctico y previsible,
trato tenga algún contacto objetivo –jurí- según el cual el lugar o sede del arbitraje
dico o económico– con más de un Estado fija el régimen jurídico aplicable a éste o,
Parte y cuando la convención arbitral es en otras palabras, que el acuerdo se apli-
acordada entre personas que, al momento ca a todo arbitraje internacional que tiene
de su celebración, tienen su residencia como sede uno de los países que lo han
habitual o el centro principal de sus nego- ratificado”(35). Y continúa: “La autonomía
cios, o la sede, sucursales, establecimientos de la voluntad, como principio general-
o agencias, en más de un Estado Parte. mente aceptado del derecho internacional
privado, aún en relación con cuestiones
A pesar de su amplitud desde un án-
relativas a la validez de las convenciones
gulo, también aquí es limitada la facultad
y contratos, es el que debe prevalecer, sin
de las partes para poder elegir una juris-
perjuicio que, si el acuerdo arbitral se en-
dicción y una ley aplicable a su gusto. Y
cuentra o puede encontrarse alcanzado por
esto se opone a las modernas corrientes que
alguna nulidad absoluta bajo normas de
pretenden hacer evolucionar al arbitraje.
orden público del lugar del arbitraje, de
La ley aplicable no puede elegirse aplicación necesaria e inexcusable a un
libremente, a diferencia de las modernas arbitraje internacional, los árbitros deban
(35) GRIGERA NAÓN, Horacio A., “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análisis Crítico”,
en: Revista Brasilera de Arbitragem, Número especial de lanzamiento, Ed. Síntese, Brasil, 2003, p. 17.
676 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
(36) GRIGERA NAÓN, “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análisis Crítico”,
cit., p. 21.
(37) Ver, por ejemplo, Convención de Roma. Acerca del Derecho Aplicable a las Obligaciones Contractuales
del 19 de junio de 1980, artículo 9 (1).
(38) F OUCHARD , P H . / G AILLARD , E. / G OLDMAN , B., Traité de l´arbitrage commercial international, Litec,
pp. 381-382; Nº 603-604 (1996).
(39) GRIGERA NAÓN, “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análisis Crítico”, cit.,
pp. 21 y 22.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 677
sigue Batista Martins: “La reserva formu- cidas. Al limitar la autonomía de las par-
lada por Brasil busca asegurar los efectos tes a la elección de un “derecho”, el artí-
de la autonomía de la voluntad en el mo- culo 10 del Acuerdo parece excluir la
mento de la manifestación, por los con- posibilidad de que aquéllas se inclinen
tratantes, de la ley aplicable al objeto del por elegir normas especialmente creadas
arbitraje. Para Brasil, la libertad de elec- por ellas, o usos, prácticas o principios
ción en el ámbito del AAM es amplia e generales, que pueden no conformar un
irrestricta, y solamente encuentra su lí- “derecho”, expresión normalmente reser-
mite en el orden público internacional. vada para designar derechos nacionales
En los términos exactos del artículo 1º que constituyen necesariamente un con-
del Decreto Federal 4719 del 2003, el junto sistematizado y autónomo de nor-
AAM será ejecutado y cumplido como mas y principios. Por ese motivo, y por
se encuentra establecido en el artículo 10, ejemplo, el artículo 17(1) del reglamen-
que debe ser interpretado en el sentido to de arbitraje de la Cámara de Comer-
de permitir a las partes elegir, libremen- cio Internacional alude a “normas jurí-
te, las reglas de derecho aplicables a la dicas”, y no a “derecho” al referirse al
materia a que se refiere el dispositivo en principio de la autonomía de la voluntad
cuestión –derecho aplicable a la contro- para la determinación del régimen jurí-
versia por el tribunal arbitral– respetan- dico aplicable al fondo de la controver-
do el orden público internacional”(40). sia. No es otra la solución de Ley Mode-
Personalmente, estamos de acuerdo con lo de la Comisión de las Naciones Uni-
la posición brasileña, que permite una das para la Unificación del Derecho Mer-
mayor autonomía a la voluntad de las cantil Internacional (CNUDMI) (la ley
partes. Después de todo, se trata de un Modelo) cuando se trata de una elección
conflicto privado que atañe solo a ellas. expresa de dicho régimen jurídico ope-
Critica Grigera Naón cómo se re- rada por las partes (artículo 28 (1)”(41).
suelve el tema del derecho aplicable: “El
El AAM también indica la forma es-
artículo 10 del acuerdo en materia de de-
crita o similar (telex, correo electrónico)
recho aplicable por los árbitros al fondo
en el artículo 6 incisos 1 y 3 y esa validez
de la controversia no se compadece, tam-
formal debe coincidir con la prevista en
poco, con las actuales tendencias en la
el derecho del lugar de celebración(42).
materia, reflejadas tanto a través de le-
gislaciones nacionales sobre arbitraje in- Desde otro ángulo se amplía su
ternacional, como de los reglamentos ar- aplicación: al no imponer discriminación
bitrales de las instituciones internaciona- alguna entre los criterios jurídico y eco-
les especializadas generalmente recono- nómico, mediante el ámbito material y
(40) BATISTA MARTINS, “Observaciones sobre el texto del ‘Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur’ ”, cit., pp. 24 y 25.
(41) GRIGERA NAÓN, “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análisis Crítico”, cit.,
pp. 22 y 23.
(42) Ver el artículo 178(1), Ley Federal Suiza de Derecho Internacional Privado: “As regards its form, an arbitra-
tion agreement shall be valid if made in writing, by telegram, telex, telecopier or any other jeans of commu-
nication which permits it to be evidenced by a text”.
678 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
espacial de aplicación del AAM el legis- da, “el cual se encuentra estrechamente
lador quiso atraer el mayor número posi- ligado al concepto de libertad y como tal
ble de conflictos. En otras palabras, pre- supone el ejercicio de dos categorías de
tendió, de manera espontánea, alejar la in- libertades: la libertad de contratar y la li-
tervención judicial, en beneficio de la vía bertad contractual. Y con cita de Fernan-
arbitral. Esa premisa debe ser tomada en do De Trazegnies, concuerda que se ha
consideración por el intérprete y por el agregado una tercera: la libertad como
juzgador al momento en que se confron- objeto del contrato.
ten con la definición del alcance y efectos
Sabido es que el compromiso con-
de la convención arbitral; en el análisis
tractual puede estar originado en un con-
de esas cuestiones de derecho se debe
trato o en otro acto jurídico. Pero siempre
considerar la mens legis(43).
debe ser libre y claro.
El arbitraje de derecho privado, se
Coincidimos con Soto que la liber-
origina en una relación jurídica entre su-
tad de contratar “es también la libertad de
jetos, que generalmente es un contrato de
conclusión o de autodecisión. Esta liber-
cambio y que ha fallado en su ejecución.
tad es la potestad que el Estado concede a
La relación jurídica es la relación in- las personas para contratar o no y, en caso
tersubjetiva prevista por la norma, que sur- de hacerlo, elegir al otro contratante.”
ge de uno o más hechos. Los supuestos ju-
El contrato podrá transformarse lue-
rídicos están constituidos por una descrip- go(46), pero sobre las mismas bases de au-
ción normativa, que también establece efec- tonomía y libertad, incluso el contrato
tos jurídicos (Tatbestand del derecho ale- predispuesto, en principio in susceptible
mán y fattispecie del derecho italiano). de modificación.
Si el supuesto jurídico es confirmado Dice Soto: “La libertad de contratar
en un hecho o en un acto, se produce la: comprende a su vez, dos libertades:
adquisición, modificación, transferencia o
extinción(44) de derechos u obligaciones. a) libertad de contratar o no, es decir,
celebrar un contrato y
Dice Soto(45), que uno de los princi-
pios contractuales esenciales, es el prin- b) libertad de elegir al otro contra-
cipio contractual de la autonomía priva- tante” (47).
(43) BATISTA MARTINS, “Observaciones sobre el texto del ‘Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur’ ”, cit., p. 10.
(44) La normativa alude a la extinción (artículo 896 del Código Civil) pero también puede hablarse de “pérdida”,
que es otro concepto.
(45) SOTO COAGUILA, Carlos A., “La autonomía privada y la buena fe como fundamento de la fuerza obligatoria
del contrato” ver en: SOTO COAGUILA, Carlos Alberto, trabajo publicado en Internet, donde cita a DE TRAZEG-
NIES, Fernando, “En el país de las colinas de arena”, cit. p. 246.
(46) SOTO C OAGUILA, Carlos A., “Transformación del contrato: del contrato negociado al contrato predis-
puesto”, en: Instituciones de derecho privado, dirigida por Alterini, De Los Mozos y Soto, cit., pp. 369-
438; y, “La contratación masiva y la crisis de la teoría clásica del contrato”, en: Gaceta Jurídica, cit.,
pp. 27-54.
(47) SOTO COAGUILA, “La autonomía privada y la buena fe como fundamento (...)”, cit.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 679
el contrato solo es una variante del acto Es así que surge una controversia en
jurídico. Por ello, en una interpretación base a un contrato pactado libremente. Y
amplia, no debemos limitar solo a los con- puede existir o no, en el mismo convenio,
tratos –aunque este concepto sea muy una cláusula arbitral para administrar una
amplio, en el derecho argentino– el cam- posible desinterpretación del negocio o
po de aplicación de este acuerdo, pues las bien, como es sabido, convenirse.
empresas o empresarios del Mercosur
Y llegamos así al arbitraje, cuya pro-
pueden realizar otros actos jurídicos que
cedencia se vincula estrechamente con el
no sean contratos y sigan perteneciendo a
texto contractual.
las materias arbitrables(50).
Instalada una controversia interem-
La mayoría de los contratos serán de
presaria, debe estarse a la naturaleza del
cambio o intercambio, pero también los
negocio. Un negocio que será general-
hay de organización, negocios que a ve-
mente bilateral o acaso trilateral, pero en
ces no son realmente contratos. Los ne-
general, se tratará de uno de intercam-
gocios de organización son estructuras que
bio; luego de seguir el camino arbitral
generalmente encierran el ejercicio de una
previsto en el contrato, arribará al cono-
empresa, dicho este término en sentido
cimiento de una temática que el futuro
amplio. Ellos tienen un estatuto de fun-
árbitro debe estar en condiciones de ana-
cionamiento, que a partir de una elección
lizar y luego resolver.
tipológica, establece las reglas de con-
ducirse a un grupo de personas. Los he- El negocio arbitrable a través del
chos y actos generados por o estableci- AAM será el vinculado a más de un ám-
dos dentro o vinculados a esa normativa bito territorial como ya hemos reseñado
privada, sí serán susceptibles de arbitra- antes. El fin del acuerdo sobre el que se
je. Pero no el propio estatuto en su es- va a arbitrar es una cuestión de primera
tructura organizacional, salvo que se dis- definición: la intención de las partes, la
cuta la interpretación de una norma esta- aplicación de las reglas de la buena fe, la
tutaria que no sea originada en la tipolo- vigencia de la palabra empeñada (artícu-
gía dispositiva de la ley vigente. los 4 y 5 del AAM).
Va de suyo que tampoco pueden las Después de esa interpretación gene-
partes contrariar reglas del orden público ral, debe hacerse el análisis del contrato
interno o internacional, que junto con las base en sí mismo: sea escrito u oral o haya
reglas de las buenas costumbres y moral, sido concluido por negociaciones diver-
constituyen una base esencial que limita sas, se observará en el contrato hasta dón-
el objeto de los actos jurídicos, nulificán- de llega la cláusula compromisoria
dolo en caso de violación (artículo 953 que llevaría al arbitraje. Del propio
del Código Civil argentino)(51). convenio surgirá un tribunal institucional
(50) Como hemos visto antes, éste es el camino que también está recorriendo Uncitral en su reforma.
(51) Artículo 953 del Código Civil: “El objeto de los actos jurídicos deben ser cosas que estén en el comercio, o
que por un motivo especial no se hubiese prohibido que sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que
no sean imposibles, ilícitos, contrarios a las buenas costumbres o prohibidos por las leyes, o que se
opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen los derechos de un tercero. Los
actos jurídicos que no sean conformes a esta disposición, son nulos como si no tuviesen objeto”.
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 681
prefijado o el pacto para someter la cues- (hoy la competencia es del Superior Tri-
tión a árbitros ad hoc, que deberán ser bunal de Justicia) constata que, según la
elegidos por las partes. ley brasileña, el objeto del litigio no es
susceptible de ser resuelto por arbitraje”.
A veces, no resulta común que las
reglas del contrato sean claras y de sim-
“Como se puede apreciar –sigue el
ple interpretación. Los que han partici-
destacado autor brasileño–, esta dis-
pado en arbitrajes ad hoc lo saben; a ve-
posición le permite al juzgador in-
ces, las normas contractuales no son su-
dagar ex oficio la arbitrabilidad de
ficientemente específicas; omiten temas
la controversia, al contrario de lo que
o establecen ciertos presupuestos que
ocurre con las nulidades constantes
hacen necesario desentrañar su sentido
del artículo 38 de la ley, cuyo poder-
en el curso del propio proceso arbitral.
deber de alegarlas le conviene al reo.
Y en ocasiones, hasta se puede observar
Entonces, se trata de una regla de
cláusulas contradictorias u opuestas. De
orden público tan importante para la
ahí la importancia de una redacción con-
ley como admitir que la excepción
tractual impecable.
de nulidad sea analizada, de oficio,
Debe tenerse en cuenta la ley y los por la corte nacional”(53).
usos y prácticas de ambas partes y si hay
un lugar tercero designado, también las Luego Batista Martins agrega:
de ese lugar. “Como inconveniente, el artículo 1º de la
ley brasileña prohíbe la utilización del
Respecto de la arbitrabilidad objeti- arbitraje que verse sobre derechos no dis-
va, debemos citar a Batista Martins, que ponibles. Se trata, sin duda, de una dispo-
explica una particularidad del Brasil: sición de índole imperativa. Al no poder-
“existe una cuestión importante relacio- se arbitrar el conflicto, cualquier decisión
nada con la arbitrabilidad objetiva, la cual en contrario resultará violatoria del orden
es capaz de viciar la convención arbi- público nacional. Ese nudo jurídico no es
tral(52). Aunque el AAM remite su solu- fácil de deshacer. Sin embargo, se puede
ción al derecho del país anfitrión, en caso argumentar que el AAM, ley vigente en
de que este considere válido el objeto de Brasil, remite al derecho extranjero en los
la convención, el acreedor podrá enfren- casos de arbitraje comercial internacional,
tar un obstáculo en el momento de su eje- razón por la cual se permite el análisis de
cución en Brasil. Esto por cuanto el inci- ese elemento intrínseco, lo cual dará lugar
so I del artículo 39 de la Ley de Arbitraje
a la arbitrabilidad o no del conflicto”(54).
brasileña señala: “[También] será dene-
gada la homologación para reconocimien- Los árbitros deben elegirse cuidado-
to o ejecución de la sentencia arbitral ex- samente. La profesión y la nacionalidad
tranjera, si el Supremo Tribunal Federal del árbitro cuentan tanto como sus otros
(52) “El presente acuerdo no restringirá las disposiciones de las convenciones vigentes sobre la misma materia
entre los Estados partes, desde que no lo contradigan” AAM, artículo 26 (2).
(53) BATISTA MARTINS, “Observaciones sobre el texto del ‘Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del
Mercosur’ ”, cit., p. 20.
(54) Ibidem, p. 21.
682 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
ción: en general, se aplicarán las reglas que regirán el arbitraje, ya sea institucio-
de la lex mercatoria, las prácticas y los nal o ad hoc (artículo 12).
usos y costumbres comerciales.
Resulta también un acierto el reco-
El AAM se refiere en algunos pasa- nocimiento de la facultad de los árbitros
jes de su texto al Derecho Internacional para decidir acerca de su propia compe-
Privado como integrador del sistema. Este tencia (artículo 18 y 8).
derecho está conformado por el conjunto
Respecto de las medidas cautelares,
de soluciones para resolver los conflictos
asunto muy discutido en el derecho arbitral,
de ley, como son por ejemplo, el comple-
se dispone en el nuevo estatuto, los árbitros
jo de leyes positivas, actos, precedentes,
podrán dictar medidas cautelares (artículo
máximas y principios según los cuales las
19), pero con restricciones: el artículo 19(2)
naciones aplican sus leyes o consienten
del Acuerdo sólo permite al tribunal ar-
en la aplicación de leyes extranjeras en
bitral dictar tales medidas a través de un
las cuestiones de carácter particular, que
laudo provisional o interlocutorio(58).
afectan a nacionales y extranjeros, en
materia de derecho civil, comercial, cri- Para Grigera Naón, el acuerdo regu-
minal y administrativo. la de manera apropiada el laudo arbitral y
sus condiciones de emisión (artículo 20),
salvo que el artículo 20(1) dispone que el
ALGUNAS CONCLUSIONES
laudo “(…) decidirá completamente el li-
Las críticas que se pueden hacer al tigio”, lo cual es desafortunado si se in-
nuevo estatuto son varias y se podrían am- terpreta, como ha ocurrido por las cortes
pliar. Sin embargo, creemos que el AAM estatales de algunos países de América
es un intento muy bueno para ordenar los Latina(59), que no es posible el dictado
negocios en el Mercosur, aunque ciertas en un mismo procedimiento arbitral de
libertades conflictuales puedan aparecer laudos parciales que resuelvan progresi-
como un poco restringidas. En cambio, vamente distintos aspectos –procesales
hay disposiciones positivas y muy útiles, y de fondo– de las desavenencias entre
como la protección de la autonomía de la las partes. La práctica del arbitraje co-
voluntad en un grado satisfactorio, sea el mercial internacional confirma de manera
arbitraje ad hoc o institucional. irrefutable que en muchas oportunidades
un caso arbitral sólo puede ser resuelto
Es remarcable la relevancia particu- de manera adecuada a través de sucesi-
lar otorgada a la autonomía de la volun- vos laudos parciales que diriman progre-
tad para determinar las reglas procesales sivamente distintos aspectos procesales
(58) Comparar con el artículo 23(1), Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional; artículo
21 (2), International Arbitration Rules del International Centre for Dispute Resolution de la American Arbi-
tration Association, similares en este aspecto a las Reglas de Procedimiento de la Comisión Interamerica-
na de Arbitraje Comercial.
(59) GRIGERA NAÓN, “ICC Arbitration and Courts of Law; Practical Experiences in Latin America”, en: Liber
Amicorum Karl - Heinz Böckstiegel, R. Briner, Y. Fortier, K.P. Berger y J. Bredow Eds., pp. 231 y ss.,
esp. pp. 235-236 (2001).
UN SISTEMA DE ARBITRAJE MUY POSITIVO PARA LA AMÉRICA DEL SUR 685
y de fondo que hacen a las desavenen- plomáticas, según las disposiciones del
cias entre las partes”(60). Protocolo de Olivos, como hemos visto.
Pero este reclamo no es una vía admitida
En algunos sistemas, se admiten
para las personas físicas o las jurídicas
“agregados” (addendum) como en la CCI.
privadas de la Región.
Es evidente la carencia de un siste-
Los acuerdos sobre arbitraje permi-
ma que concilie el actuar privado con las
tidos por el AAM, son solamente los que
normas Mercosur mediante una vía rápi-
realicen los particulares, pero no abarca
da de acceso para que los empresarios
el eventual cuestionamiento de los actos
puedan reclamar la aplicación de esa nor-
de los Estados; por ejemplo, que no co-
mativa a un Estado Parte. Sólo queda la
bren dos veces el arancel externo común
vía judicial, que en cada país organiza los
o el reclamo sobre la forma de aplicación
Estados nacionales.
de ciertas normas del Mercosur.
Se preserva el respaldo jurídico: si las
En estos casos, el particular podrá acu-
partes nada han pactado, el arbitraje será
dir ante la jurisdicción de los jueces natu-
de derecho y no de equidad (artículo 9).
rales estatales y ello se ha hecho en el pa-
No hay dudas de que el AAM ha sido sado. Sin embargo reivindicamos la opi-
un avance considerable para la Región. nión de que debería habilitarse una vía legal
Pero, queda un campo vacío de conteni- arbitral para resolver rápidamente estas
do en la normativa Mercosur vigente. Se cuestiones, hoy por hoy de difícil solución.
trata de los recursos que sí se admiten en
O bien, permitir, a través del AAM,
otras zonas de integración, como por
el recurso a un tribunal arbitral para lo-
ejemplo, la Unión Europea. Y ellos son
grar la aplicación concreta, por parte de
permitidos cuando se violan normas de
una jurisdicción pública, de la normati-
naturaleza comunitaria.
va Mercosur, permitiendo que los Es-
Así, solo los Estados Parte tienen tados por sí, sus regiones o provincias
acceso a un reclamo institucional, en de- autónomas y todos los entes colectivos
fensa de la aplicación y plena vigencia del en los que interviene el Estado, sean
sistema de normas del Mercosur, luego de sujetos de un arbitraje bajo aquéllas
transitada la etapa de negociaciones di- reglas tan flexibles.
(60) GRIGERA NAÓN, “El Acuerdo sobre Arbitraje Comercial Internacional del Mercosur: un Análisis Crítico”, cit.,
pp. 28 y 29.
686 RAÚL ANÍBAL ETCHEVERRY
EL ARBITRAJE EN AMÉRICA LATINA: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE LA CORTE INTERNACIONAL (...) 687
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 687-694
primer lugar, la fase relativa a la puesta proseguir ante la Corte de la CCI. En caso
en marcha del procedimiento arbitral y, afirmativo, la Corte le remite el caso a los
en segundo lugar, la fase relativa a la apro- árbitros a quienes les corresponderá pro-
bación y notificación del laudo arbitral. nunciarse sobre su propia competencia
después de haber analizado las objecio-
nes de las partes.
2.1. Puesta en marcha del procedimiento
arbitral En cuanto al alcance de la cláusula
arbitral, las excepciones más frecuentes se
El arbitraje se basa en la voluntad de
relacionan con el alcance ratione personae
las partes de someter sus disputas a este
del acuerdo de arbitraje. La pregunta que
mecanismo y esta voluntad se encuentra re-
surge es si ¿puede extenderse un acuerdo
flejada en la cláusula arbitral, compromiso
de arbitraje a una parte que no ha firmado
o acuerdo de arbitraje. Un problema muy el contrato que contiene tal acuerdo? El de-
frecuente que confrontamos en la Corte In- sarrollo del arbitraje ha llevado a que hoy
ternacional de Arbitraje en la fase inicial del en día se presenten con mayor frecuencia
proceso es el relativo a las cláusulas arbi- casos en los cuales se cuenta con la parti-
trales mal redactadas; las llamadas cláusu- cipación de varios demandantes y varios
las patológicas. La mala redacción de una demandados. En muchos de estos casos se
cláusula arbitral puede dar lugar a un sinnú- presentan objeciones jurisdiccionales ba-
mero de objeciones relativas a la existen- sadas en el hecho de que una de las partes
cia, alcance o validez de dicha cláusula. del arbitraje no ha firmado o suscrito el
En algunas ocasiones encontramos contrato que contiene el acuerdo de arbi-
contratos que no especifican claramente traje. Las partes demandantes alegan teo-
a qué institución arbitral desean remitir- rías tales como la del “grupo de socieda-
se. Vemos casos en los que por ejemplo des”, alter ego, sucesión o cesión. Se es-
indican instituciones que no existen como pera que en estos casos la parte demandante
“la Asociación Internacional de Arbitra- pueda probar que la parte que no firmó el
je”. En otros casos, la cláusula arbitral no contrato participó en la negociación, eje-
cución y/o terminación del contrato.
es suficientemente clara en cuanto a la
voluntad de las partes de someterse al ar- También se presentan con mayor fre-
bitraje ya que contienen referencias al cuencia casos en los cuales existen múlti-
mismo tiempo tanto al arbitraje de la CCI ples contratos y una parte demandante
como a un arbitraje ad hoc o bien a los pretende extender la cláusula arbitral con-
tribunales estatales de un país específico. tenida en uno de los contratos a los liti-
En estas ocasiones, la Corte debe decidir, gios sobrevivientes de otros contratos fir-
según el artículo 6(2) del Reglamento si, mados por partes distintas. La Corte ha
a primera vista, puede existir un acuerdo establecido una práctica según la cual,
de arbitraje que se refiera al Reglamento para que un arbitraje pueda proceder so-
de Arbitraje de la CCI. Cuando la Corte bre la base de múltiples contratos, deben
decide negativamente, el caso no puede cumplirse tres condiciones(1): (i) que los
(1) WHITESELL / SILVA ROMERO, “Multiparty and Multicontract Arbitration: Recent ICC Experience”, en: ICC Inter-
national Court of Arbitration Bulletin, Complex Arbitrations - Special Supplement 2003.
690 KATHERINE GONZÁLEZ ARROCHA
contratos hayan sido firmados por las mis- tablecían, por una parte, que el arbitraje se
mas partes(2); (ii) que los contratos se re- sometería a un tribunal de tres miembros
fieran a una misma transacción económi- pero, por otra parte, se señalaba que cada
ca; y (iii) que los acuerdos arbitrales con- accionista tendría derecho a nombrar a
tenidos en todos los contratos sean com- un árbitro. Si cada contrato se sometía a
patibles. En cuanto a este último requisi- un arbitraje separado, las disposiciones
to, la Corte ha considerado que acuerdos de la cláusula se respetaban porque
arbitrales no son compatibles cuando por como las partes del contrato eran solo
ejemplo un acuerdo arbitral se refiere al dos, cada una como accionista podía de-
Reglamento de Arbitraje de la CCI y los signar a un árbitro y el tribunal arbitral
demás contratos le otorgan jurisdicción sería de tres miembros. En cambio, de
a un tribunal estatal. Otro ejemplo de in- consolidarse, el arbitraje pasaba a tener
compatibilidad de cláusulas arbitrales cuatro accionistas y si se respetaba el
puede ser la referencia de distintas sedes derecho de cada uno a designar a un ár-
de arbitraje o distintos métodos de cons- bitro, entonces el tribunal arbitral que-
titución del tribunal arbitral. La filosofía daría compuesto por cinco miembros,
que fundamente esta práctica de la Corte violándose así la cláusula arbitral.
es la de asegurar que se respete el acuer-
do inicial de las partes contenido en di- En otro interesante caso brasileño, las
chas cláusulas arbitrales. mismas partes ejecutaron el mismo día
cinco contratos distintos con el objeto de
Un caso interesante se presentó re- poner término a un volumen considerable
cientemente entre partes extranjeras y bra- de disputas. Con posterioridad, una de
sileñas, en la cual las partes extranjeras ellas inició un arbitraje CCI sobre la base
pretendían consolidar disputas originadas de dos de los cinco contratos y la Corte
de diversos contratos en un solo procedi- decidió poner en marcha el arbitraje bajo
miento arbitral. En dicho caso la Corte de- el artículo 6(2) del Reglamento estando
cidió que el arbitraje no podía proseguir satisfecha que se trataba de contratos en-
sobre la base de que: (i) las partes de los tre las mismas partes, relativos a una mis-
contratos eran distintos –las partes del ma transacción económica y con cláusu-
primer contrato (partes A y B) eran las con- las arbitrales compatibles.
troladoras de las partes del segundo con-
trato (partes C y D)–; (ii) los contratos También hemos visto casos intere-
parecían referirse a distintas transaccio- santes en América Latina relacionados con
nes económicas (pactos de accionistas eje- la incorporación de terceros al arbitraje.
cutados con varios años de diferencia y Recientemente la Corte moderó su prác-
relativos a la construcción de una planta tica permitiendo que partes demandadas
de energía ubicada en regiones distintas de puedan solicitar la incorporación de ter-
Brasil) y, sobretodo, (iii) las cláusulas aun- ceros al arbitraje. Para que la Corte pue-
que idénticas eran incompatibles pues es- da tomar una decisión se requieren tres
(2) Excepcionalmente se ha permitido que prosiga un caso sobre la base de múltiples contratos firmados por
partes distintas considerando que no cabía duda que las partes signatarias pertenecían a un dos “grupos
de sociedades” cfr. supra, WHITESELL / SILVA ROMERO, “Multiparty and Multicontract Arbitration: Recent ICC
Experience”, cit., p. 15.
EL ARBITRAJE EN AMÉRICA LATINA: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE LA CORTE INTERNACIONAL (...) 691
(3) SILVA ROMERO, Eduardo, “ICC Arbitration and State Contracts”, en: ICC Internacional Court of Arbitration
Bulletin, Vol. 13, Nº 1, Spring 2002.
(4) Cfr. Fallo del Tribunal de Apelaciones del Estado de Paraná del 26 de junio de 2003, Des. L USTOSA,
Leonardo, relator.
692 KATHERINE GONZÁLEZ ARROCHA
de examinar todo laudo antes de que sea En lo que respecta al examen del fon-
notificado a las partes. Esta característi- do del laudo, la Corte puede llamar la aten-
ca del arbitraje CCI la distingue de las ción de los árbitros, sobre aquellos aspec-
demás instituciones arbitrales. La finali- tos que le parezcan confusos, inconsis-
dad de este proceso de escrutinio del lau- tentes o contrarios a las provisiones de
do es el de obtener un laudo de la mejor la ley aplicable al fondo del litigio o a
calidad posible que sea susceptible de ser los principios generales de justicia. No
debidamente ejecutado por las partes. Al existe límite en cuanto a este examen, la
realizar el examen del laudo, la Corte Corte puede llamar la atención de los
observa dos aspectos: en primer lugar árbitros sobre cualquier aspecto que ella
tiene que identificar posible errores que estime conveniente relacionado con el
se presenten en cuanto a la forma del fondo del laudo.
laudo y, en segundo lugar, debe que lla- El requisito de que el laudo sea mo-
mar la atención de los árbitros cuando tivado está contemplado en el Reglamen-
detecte problemas relacionados con el to de Arbitraje de la CCI. En el caso de
fondo del mismo. arbitrajes con sede en Brasil, la Corte es
En cuanto a la forma, algunos de los particularmente cautelosa puesto que la
aspectos principales que la Corte toma en ley brasileña de arbitraje exige que todo
cuenta, son los siguientes: laudo sea razonado. En un caso reciente
en el cual la sede del arbitraje era Brasil,
(i) detectar errores de cálculos o tipo- el tribunal arbitral no daba razones en su
gráficos en el laudo; laudo para la aplicación de la responsabi-
lidad solidaria entre las partes demandan-
(ii) cerciorarse de que el laudo esté sufi- tes a quienes se les condenaba al pago. La
cientemente motivado (i.e. si por Corte exigió que se incluyese un razona-
ejemplo si se está decidiendo infra miento. El tribunal arbitral, después de
petita o ultra petita) y para ello, se haber analizado la solicitud de la Corte,
verifica si el tribunal arbitral está modificó el laudo prefiriendo aplicar una
decidiendo sobre todos los puntos responsabilidad individual o simplemen-
litigiosos, en particular se verifica si te conjunta. En otro caso, también invo-
el tribunal arbitral no ha olvidado lucrando partes brasileñas y en el cual el
tomar ninguna decisión como por tribunal arbitral se declaraba incompetente
ejemplo la decisión relativa a los sobre la base de una falsificación, la Cor-
costos del arbitraje incluyendo los te llamó la atención de los árbitros sobre:
gastos de defensa de las partes. (i) el hecho de que ninguna de las partes
había presentado una objeción sobre la
(iii) verificar que el tribunal arbitral no
base de este argumento y (ii) el tribunal
haya olvidado aspectos formales ta-
arbitral no había invitado al demandante
les como indicar la fecha del laudo y
a pronunciarse sobre este punto. Tenien-
la sede del arbitraje.
do en cuenta las observaciones de la Cor-
(iv) también se verifica que se cumplan te, el tribunal arbitral modificó el razo-
las exigencias de las normas impera- namiento de su laudo evitando toda re-
tivas de la sede del arbitraje. ferencia a la falsificación.
EL ARBITRAJE EN AMÉRICA LATINA: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE LA CORTE INTERNACIONAL (...) 693
LA GL OBALIZA
GLOBALIZA CIÓN NORMA
OBALIZACIÓN TIV
NORMATIV
TIVAA DEL ARBITRAJE COMERCIAL
INTERNA CIONAL: LLA
INTERNACIONAL: A LLABOR
ABOR DE LLAA CNUDMI/UNCITRAL ( * )
(*) El texto de este trabajo se corresponde con una conferencia impartida el 13 de marzo de 2007 en la
Academia de Jurisprudencia y Legislación (Madrid), organizado por el Departamento de Derecho Mercan-
til de la Universidad Complutense de Madrid.
(**) Catedrática de Derecho Mercantil. Miembro del Instituto de Iniciativas Empresariales y Empresa Familiar.
Delegada de España ante la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI-UNCITRAL).
696 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(1) En la doctrina española, véase CREMADES, Bernardo / CAIROS, David, “El arbitraje en la encrucijada entre la
globalización y sus detractores”, en: LL, 2002, D-123, diario 5538, 7 mayo 2002, pp.1628-1646; GONZALO
QUIROGA, Marta, Orden público y arbitraje internacional en el marco de la globalización comercial (Arbi-
trabilidad y derecho aplicable al fondo de la controversia internacional), Madrid, Universidad Rey Juan
Carlos, Servicio de Publicaciones, y Dykinson, 2003.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 697
(2) Artículo 7 LA. Intervención judicial. En los asuntos que se rijan por esta ley no intervendrá ningún tribunal,
salvo en los casos en que ésta así lo disponga. Auto TS, 21 febrero 2006 (RA 146267).
698 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(3) PERALES VISCASILLAS, Pilar, “Place of Arbitration (Article 16) and Language of Proceedings (Article 17) in the
UNCITRAL Arbitration Rules: some Proposals for a Revision”, en: Croatian Arbitration Yearbook, 2006,
Vol. 13, pp. 205-222.
(4) Vide en relación con las legislaciones de arbitraje en América Latina: CONEJERO ROOS, Cristian, El impacto
de la Ley de la CNUDMI sobre arbitraje comercial internacional en América Latina: un análisis comparati-
vo. Revista de la Corte Española de Arbitraje, 2004, pp. 255-289, que la LMA ha influenciado prácticamen-
te todas las legislaciones modernas de arbitraje en América Latina. Es más el Reglamento de Arbitraje
CNUDMI está también presente de forma directa o indirecta en los países latinoamericanos. Vide PERALES
VISCASILLAS, Pilar, “The influence of the 1976 UNCITRAL Arbitration Rules in Spain and Latin America”, en:
30 Years of Uncitral Arbitration Rules. Impact of the Rules on International Commercial Arbitration –History,
Practices and Future–. Joint Conference organized by UNCITRAL and the Kuala Lumpur Regional Centre
of Arbitration (KLRCA), 21-23rd November 2007. Kuala Lumpur, Malaysia (de próxima publicación). Todo
ello induce a que entendamos que los países iberoamericanos deben optar por incorporar en sus legisla-
ciones las nuevas disposiciones modelo.
(5) Mayores detalles en PERALES VISCOSILLAS, Pilar, “¿Forma escrita del convenio arbitral?: Nuevas disposi-
ciones de la CNUDMI/UNCITRAL”, en: Derecho de los Negocios, febrero 2007, Nº 197, pp. 5-18.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 699
El artículo II.2 del CNY(6) establece entiende que el CNY establece de forma
dos requisitos firma y canje de documen- exclusiva y excluyente los requisitos de
tos como elementos que pueden satisfa- forma, y por lo tanto prevalece sobre cua-
cer el requisito del escrito. Ambos han sido lesquiera otras disposiciones legales so-
interpretados de formas diferentes por los bre forma del convenio, ya sean éstas más
jueces(7). La aplicación más estricta con- o menos exigentes, y sin que éstas pue-
lleva a que sólo los convenios firmados dan además servir de criterio de interpre-
por ambas partes o contenidos en un can- tación del CNY. Esta interpretación de la
je (intercambio de oferta y aceptación es- que no ha sido ajeno el legislador espa-
crita) sean convenios de arbitraje validos ñol, por ejemplo, en la STS 6 octubre
bajo el CNY, por lo tanto no valdrían los 1998(8). La diferente interpretación deri-
acuerdos orales posteriormente confirma- va de la divergencia lingüística entre las
dos por escrito, los convenios inicialmente diversas versiones oficiales del CNY; así
escritos, contenidos por ejemplo en un la versión inglesa (shall include) parece
contrato, que es aceptado por actos de eje- permitir la aplicación de otros requisitos
cución, o los convenios celebrados por de forma del derecho aplicable, mientras
otros medios de comunicación diferentes que bajo la francesa y la española no.
a las cartas o los telegramas, aunque en
este caso la jurisprudencia es muy mino- La estricta interpretación se ha su-
ritaria. Bajo esta interpretación estricta se perado de formas diversas(9), aunque quiero
(6) “La expresión ‘acuerdo por escrito’ denotará una cláusula compromisoria incluida en un contrato o un
compromiso, firmados por las partes o contenidos en un canje de cartas o telegramas”. Nótese que el
Código de Comercio (CCo) de 1885 en la redacción original del artículo 54 relativo a la perfección de los
contratos a distancia ya se refería a esos medios de comunicación.
(7) Téngase en cuenta que la referencia al artículo II del CNY que se realiza en el artículo V.1 a) del mismo
texto legal se ha mostrado perturbadora, puesto que el precepto si bien deja a las partes libertad para
determinar la ley aplicable al acuerdo de arbitraje, lo cierto es que cuando se ha aplicado este motivo de
denegación del exequátur lo ha sido en el sentido de señalar que el acuerdo de arbitraje no cumplía con el
requisito de forma escrita del artículo II. Esto es, la cuestión de la validez formal del acuerdo de arbitraje se
ha examinado a la luz del artículo II CNY. Frente a esta interpretación, se ha entendido que la validez
formal se determine conforme a la ley elegida por las partes o, en su defecto, por la ley del lugar del
arbitraje, de tal forma que la referencia al artículo II se ha considerado una superflua descripción adicional
del acuerdo de arbitraje, y, en consecuencia, que el artículo II es únicamente considerado como un están-
dar de máximo para el legislador nacional, pero sin impedir la aplicación de normas más flexibles.
(8) No obstante, la jurisprudencia atiende de forma más flexible a que la firma o la utilización de determinadas
fórmulas no son necesarias para la validez del convenio arbitral, aunque sí “la voluntad inequívoca de las
partes contractuales de someter sus controversias a arbitraje” (SAP Barcelona, 29 marzo 2006 (RA 226821).
(9) 1) Por ejemplo, en relación con el requisito del canje se ha entendido que bastaría con una mera referen-
cia a la cláusula o al acuerdo de arbitraje en una correspondencia posterior.
2) Aplicación del principio del venire contra factum propium, por ejemplo, si se participa en el arbitraje sin
objeciones. En relación a si el estoppel puede ser invocado como un motivo para superar el requisito de
escrito del artículo II(2) CNY existen diferentes soluciones, propugnando la mejor doctrina que como
muestra del principio de buena fe contenido en la Convención, el estoppel puede aplicarse por encima
del requisito de escrito del artículo II(2) (VAN D EN B ERG, Albert Jan, The New York Arbitration Convention
of 1958. Towards a Uniform Judicial Interpretation, Deventer, Boston, Kluwer Law and Taxation Publis-
hers, 1981, 1994 reprint, p. 185).
3) Aplicando los principios generales de los contratos: las reglas sobre oferta y aceptación.
4) Admitiendo la validez de la incorporación por referencia pese a que el CNY no se refiere a ello. Algunos
tribunales han considerado valida la referencia siempre que el convenio figurase en el contrato principal
700 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(en el reverso, por ejemplo). Incluso, aunque no figurase éste en el contrato principal, se ha entendido que
el convenio sería valido si la parte contra la que se invoca conociera el contenido del documento cuando
concluyó el contrato y aceptara la incorporación del documento en el contrato.
(10) Otra de las interpretaciones que intenta superar la interpretación rígida del CNY llegaría al mismo resulta-
do recién descrito, esto es, aplicando las disposiciones nacionales, pero sin referirse al artículo VII CNY.
Por ejemplo, podría alegarse que la fragmentación del Convenio es posible atendiendo a la presunción
favorable al reconocimiento de los laudos que se deriva de los artículos IV y V del CNY (véase consideran-
do que existe dicha presunción: Auto Tribunal Supremo, 5 mayo 1998 (RA 4296).
En el caso de que se dé entrada al derecho nacional, otro problema de interpretación que se ha generado
es el de determinar cuándo se aplica. Se ha entendido, por ejemplo, que se aplica tanto a la validez formal
como a la sustantiva, o solo a la segunda (aplicando el artículo V.1 a) CNY y por tanto remitiéndose a las
leyes nacionales), aplicando el artículo II.2 CNY a la primera.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 701
(11) El problema no es la forma electrónica, perfectamente asimilable al escrito por el principio de equivalencia
funcional, sino el de incluir en el concepto de escrito a la forma oral, al silencio o la inacción o a los actos
de ejecución. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define escrito como “carta,
documento o cualquier papel manuscrito, mecanografiado o impreso” (21ª ed. ).
(12) Bajo la Opción II el artículo 7. Definición del acuerdo de arbitraje indica que: El “acuerdo de arbitraje” es
un acuerdo por el que las partes deciden someter a arbitraje todas las controversias o ciertas controver-
sias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, con-
tractual o no.
702 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(13) En materia de condiciones generales, la LMA guarda silencio, pero se ha incluido una norma específica en
el artículo 9.2 LA que indica que “si el convenio arbitral está contenido en un contrato de adhesión, la
validez de dicho convenio y su interpretación se regirán por lo dispuesto en las normas aplicables a este
tipo de contrato”. Este precepto únicamente se aplica a los arbitrajes nacionales celebrados en España, si
el arbitraje es internacional, se aplica el artículo 9.6 LA, y por lo tanto la validez del convenio podrá derivar-
se de las normas jurídicas elegidas por las partes para regir el convenio arbitral, por las normas jurídicas
aplicables al fondo de la controversia o por el derecho español.
En relación con las condiciones generales y el arbitraje cobra relevancia la Ley General para la Defensa
de los Consumidores y Usuarios de 1984 (LGDCU) que considera cláusula abusiva (DA 1ª V.26) “la sumi-
sión a arbitrajes distintos del de consumo, salvo que se trate de órganos de arbitraje institucionales crea-
dos por normas legales para un sector o un supuesto específico”. Vide declarando la nulidad del laudo por
no cumplirse con dicha disposición: SAP Madrid, 8 octubre 2004 (RA 300093); y SAP Madrid, 12 julio 2005
(sección 19), considerando al empresario como consumidor bajo la LGDCU, y SAP Barcelona, 29 julio 2004
(RA 283137), aunque en este caso no se trataba de un consumidor sino de una SRL, puesto que la sociedad
adquirió las mercancías (teléfonos móviles) como destinataria final y, en consecuencia, califica a la sociedad
como un consumidor. En un ámbito más general y no por lo tanto restringido a las cláusulas abusivas La Ley
Nº 44/2006 de 29 de diciembre de protección de los consumidores y usuarios añade un nuevo párrafo 4 al
artículo31 por el que los convenios arbitrales distintos del arbitraje de consumo serán nulos a menos que se
pacten una vez surgido el conflicto material o controversia entre las partes del contrato.
(14) En mi opinión esta es preferible porque no violenta ni desvirtúa el concepto de escrito, se sitúa al convenio
arbitral en paridad con los restantes contratos en materia de perfección contractual y porque además se
evita la confusión que existe bajo el CNY y la LMA (versión original y Opción I) entre la forma y la formación
del convenio.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 703
(15) PERALES VISCOSILLAS, Pilar, “Medidas cautelares en el arbitraje comercial internacional: modificación de la
Ley Modelo de la CNUDMI”, en: Revista Jurídica de Catalunya, 2007, Nº 2 y en Foro de Derecho Mercantil
(en prensa).
(16) En la actualidad las medidas cautelares se pueden solicitar desde el momento en que se ha procedido a
la petición de cualquiera de las partes al tribunal competente para el nombramiento de los árbitros (artícu-
lo15); y en el caso de arbitrajes ad hoc, desde el momento en que el demandado haya recibido el reque-
rimiento de someter la controversia a arbitraje (artículo27) (Evelio VERDERA / TUELLS, La Ley Nº 60/2003, de
23 de diciembre, de arbitraje entre la tradición y la innovación, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia
y Legislación, 2005, p. 107).
(17) El órgano competente para la ejecución de las medidas cautelares es el juzgado de primera instancia o el
juzgado de lo Mercantil del lugar donde hayan sido dictadas las medidas cautelares. Para la adopción
judicial de las medidas cautelares será competente el tribunal del lugar en que el laudo deba ser ejecutado
y, en su defecto, el del lugar donde las medidas deban producir su eficacia. Vide respectivamente artícu-
lo8.4 en relación con el artículo 86 ter 2 g) LOPJ, y 8.3 LA.
704 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
funcional: la medida cautelar tiende a evi- gar por una ya de por sí “descafeinada”
tar que se frustre la efectividad del laudo medida cautelar inaudita altera parte
final, mientras que la orden preliminar “travestida” en orden preliminar: la im-
tiende a evitar que se frustre la efectivi- posibilidad de su ejecución. Tan es así
dad de la medida cautelar, por lo que es que expresamente se establece que la
una institución de marcado carácter res- orden no será objeto de ejecución por los
trictivo y excepcional en comparación con tribunales judiciales, reforzándose el
la medida cautelar. compromiso con la imposibilidad de que
la orden preliminar adopte la forma de
La recién creada institución respon-
un laudo (artículo 17 E.5).
de al compromiso al que se tuvo que lle-
gar dentro del grupo de trabajo II sobre Destaca además dentro de las dispo-
arbitraje comercial internacional de la siciones relativas a las medidas cautela-
CNUDMI como forma de reconciliar dos res, el régimen de reconocimiento y eje-
posiciones antagónicas: la de aquellos que cución, siendo este tema una de las ma-
deseaban otorgar al tribunal arbitral la fa- yores novedades del régimen de la LMA,
cultad de conceder medidas cautelares cubriéndose así un importante vacío, y su-
inaudita altera parte o, como las deno- perando los inconvenientes del CNY, que
minan los anglosajones, medidas cautela- no se aplica, según se entiende mayorita-
res ex parte, frente a la posición de aque- riamente, a los laudos sobre medidas cau-
llos que estimaban que no debía conce- telares al no tratarse de decisiones finales
derse dicho poder a los árbitros. sobre la controversia(18). El régimen de
reconocimiento y ejecución de la medida
Se trata, sin lugar a dudas, del com-
cautelar sigue los artículos 35 y 36 LMA
promiso más arduo, difícil y complejo del
y sus preceptos paralelos en el CNY, aun-
grupo de trabajo; compromiso que se evi-
que se han diseñado normas específicas
dencia no sólo en la creación de la orden
ad hoc para las medidas cautelares.
preliminar, diferente en su ámbito obje-
tivo de aplicación de la propia medida Al igual que sucedió con la forma
cautelar, y su estricto régimen jurídico, escrita, en materia de medidas cautelares
sino, sobre todo, en el “alto peaje” a pa- los redactores de la LA tuvieron en cuenta
(18) En la jurisprudencia puede verse: Supreme Court of Queensland (Australia), 29 Octubre 1993, Resort
Condominiums International Inc. v. Resort Condominiums (Australasia). El tribunal se refiere al concepto
de “interim award” y de si puede ser reconocido y ejecutado al amparo del CNY. El laudo arbitral en
cuestión recibió el nombre de “Interim Arbitration Order and Award”, y versaba sobre una medida cautelar.
El tribunal entendió que:
– Las órdenes dadas por un tribunal extranjero en apoyo de un arbitraje internacional no entran dentro
del concepto de laudo arbitral del artículoI(2) CNY, y, en consecuencia, no pueden considerarse como
laudos arbitrales extranjeros.
– Las “Interlocutory or procedural directions” no entran dentro del término “diferencias”, puesto que no
resuelven la disputa. En consecuencia, el término “diferencias” debe entenderse en relación con dis-
putas que resuelvan finalmente el objeto de la controversia.
– Los “Interim awards” podrían considerarse en el ámbito del CNY siempre que determinen de forma
final y vinculante para las partes del acuerdo al menos algunos de los conflictos entre las partes. El
tribunal consideró que en el caso en cuestión una “interlocutory order” que puede ser rescindida,
suspendida, o modificada por el tribunal arbitral que la dictó, no puede considerarse “final” y “binding”
para las partes.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 705
los trabajos de reforma de la LMA, y así pletoriedad de la LEC para paliar el par-
el artículo 23 LA coincide con el antiguo co régimen del artículo 23 LA. Y sin duda
artículo 17 LMA en que: alguna poder contar con un régimen pro-
pio y específico para la medida cautelar
• Se trata de una tutela cautelar instru- dictada por árbitros mejora sustancialmen-
mental, esto es, se trata de medidas te de la aplicación supletoria de la LEC.
cautelares relacionadas con el obje- Piénsese en el requisito de la urgencia, que
to del litigio(19); se aplica a la medida cautelar inaudita al-
tera parte en la LEC, pero que no existe
• caución potestativa. en el nuevo régimen de la LMA, puesto
que la urgencia se entiende no es caracte-
Toma prestado de la entonces pro- rística de la misma. O en la caución que
yectada regulación de la CNUDMI el que es obligatoria en la LEC, pero no bajo el
las medidas cautelares con independen- artículo 23 LA ni tampoco en el nuevo ré-
cia de su forma les son de aplicación las gimen de la LMA excepción hecha de las
normas sobre anulación y ejecución for- órdenes preliminares.
zosa de laudos.
En este sentido, desde nuestro punto
Ante este régimen, el legislador es- de vista, puesto que las órdenes prelimi-
pañol debe reaccionar incorporando las nares y las medidas cautelares inaudita
nuevas disposiciones modelo contribuyen- altera parte resultan compatibles con el
do así a dotar a la medida cautelar de un orden público procesal interno, incluso
régimen completo y sistemático indepen- permitidas las últimas bajo la LA españo-
diente del régimen de la medida cautelar la, podría el legislador español cuestio-
de la LEC. Y es que paradójicamente la narse hasta que punto es necesario seguir
tan pretendida y reclamada por nuestra la solución “descafeinada” de la Ley Mo-
doctrina autonomía de la Ley de Arbitra- delo. Solución que, recuérdese, consiste
je respecto de la LEC que en ningún caso en admitir sólo la orden preliminar inau-
es de aplicación supletoria, se destruye en dita altera parte, pero no una medida cau-
materia de medidas cautelares, porque esa telar, ya que ésta en el régimen de la Ley
misma doctrina no duda en declara la su- Modelo se adopta siempre con audiencia
(19) Sin embargo, bajo el nuevo régimen para la medida cautelar, ésta se desvincula del objeto del litigio, por lo
que se considerarían como medidas cautelares algunas medidas que bajo el artículo17 LMA en su
versión original no se entendían comprendidas como las medidas cautelares dirigidas a mantener la
confidencialidad del proceso, las medidas anti-proceso (anti-suit injunctions) y las garantías relativas a
los costes del arbitraje (security for costs).
Lo mismo sucede en relación con la concepción mayoritaria de la doctrina procesalista española en torno
a la naturaleza jurídica de la medida cautelar como medida instrumental respecto del proceso principal
dirigida a garantizar la efectividad del proceso, esto es, de la futura sentencia, por lo que esos otros tipos
de medidas no encajarían en esa concepción de la función cautelar predominante en nuestra doctrina
(véase BARONA VILAR , Silvia, Medidas cautelares en el arbitraje. Estudios sobre arbitraje, Navarra:
Thomson, Civitas, 2006, pp. 84 y ss, en particular resaltando que las medidas asegurativas de las
pruebas no responden a los rasgos de las medidas cautelares sino que son meros instrumentos de
garantía o de aseguramiento). En realidad, puede decirse que la UNCITRAL se despoja de toda concep-
ción dogmática y atendiendo a la práctica arbitral conceptua la medida cautelar de forma muy amplia.
Estaría de acuerdo también con esta opinión BARONA VILAR, Medidas cautelares, cit., p. 93: “A la postre,
está extendiendo el significado real de lo que la cautelar comporta”.
706 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(20) Sobre el mismo puede verse: ILLESCAS ORTIZ, Rafael / PILAR PERALES VISCASILLAS, Derecho Mercantil Inter-
nacional. El Derecho Uniforme, Madrid, Cerasa, 2003, pp. 115 y ss; y MARTÍNEZ CANELLAS, Anselmo, La
interpretación y la integración de la Convención de Viena sobre la compraventa internacional de mercade-
rías, de 11 de abril de 1980. Granada: Comares, 2004.
(21) Así sección 17 de la Ley internacional de arbitraje de Australia; la Ley de Arbitraje de Zimbawe de 1996
(sección 2.3); y sección 4 Ley de Arbitraje internacional de Singapur. Vide además, sección 20 Ley sobre
Mecanismos Alternativos de Resolución de Disputas de 2003 (Filipinas) cuya sección 20 se refiere a la
interpretación de la Ley de acuerdo con la historia legislativa de la LMA, y su interesante sección 25 que
establece que en la interpretación de la Ley se ha de tener en cuenta el principio del favor arbitris; y
artículo25.3 del Acuerdo sobre arbitraje comercial internacional del MERCOSUR, de 23 julio 1998, donde
la LMA es una de las fuentes a considerar en la interpretación del acuerdo. Incluso, alguna sentencia se
basa en el comentario analítico de la LMA, Tribunal de Ontario, División General (Feldman J), 13 febrero
1992, Robert E. Schreter v. Gasmac Inc (CLOUT 30).
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 707
(22) Denegando el exequátur por no entregar el original o copia del acuerdo de arbitraje: Auto TS, 26 octubre
2004 (RA 307519).
708 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(23) Vide A/61/17, Nºs. 182 a 187. No obstante el tema ya se había sugerido con anterioridad, en concreto en
los períodos de sesiones 36º (A/58/17, Nº 204), 37º (A/59/17, Nº 60) y 38º (A/60/17, Nº 178). Id. 31º
período de sesiones: A/53/17, Nº 235.
(24) SANDERS, Pieter, “Has the Moment Come to Revise the Arbitration Rules of UNCITRAL?”, en: Arbitration
International, 2004, Vol. 20, Nº 3, pp. 243 y ss. El Prof. SANDERS se muestra partidario de una revisión
general del Reglamento (id., p. 268).
(25) Nota de la Secretaría. Solución de controversias comerciales: Revisión del Reglamento de Arbitraje de la
CNUDMI (A/CN.9/WG.II/WP.143, y Add.1).
(26) PAULSSON, Jan / PETROCHILOS, Georgios, Report on the Revision of the UNCITRAL Arbitration Rules, 2006,
disponible en: http://www.uncitral.org.
(27) A/61/17, Nº 184.
(28) Más apropiadamente se refiere la versión inglesa al arbitraje ad hoc.
(29) Vide además la Ley de Arbitraje y Conciliación de Nigeria donde se contienen como anexos tanto el
Reglamento de Arbitraje como el de Conciliación de la CNUDMI.
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 709
(30) SANDERS, “Has the moment”, cit., p. 243: “Many of the provisions of the MAL (1985) are based on the Rules
of 1976. However, there are differences in formulation. In my opinion these differences should be elimi-
nated. The Rules should be in harmony with the MAL”.
(31) Si bien se entendió que la armonización con la LMA no debía ser automática (A/CN.9/614, Nº 21).
(32) A/CN.9/614, Nº 18.
(33) Vide A/CN.9/WG.II/WP.143, Nº 5; y A/CN.9/614, Nº 18 y Nº 19.
La diferente naturaleza del arbitraje mercantil y el de inversiones ha llevado a algún autor a entender que:
“there is a danger in putting the sharks [investment arbitration] and the dolphins [commercial arbitration]
toghether in the same aquarium at the zoo. The dolphin may be sacrificed.” (Nigel BLACKABY, Investment
Arbitration and Commercial Arbitration (or the tale of the dolphin and the shark). En Pervasive Problems
in International Arbitration. Edited by Loukas A. MISTELIS and Julian D.M. LEW, International Arbitration
Law Library, Kluwer Law International, 2006, cit., pp. 11-54).
710 MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL: LA LABOR (...) 711
C OMENTARIO A LA LEY GAENERAL DECAOMERCIAL
RBITRAJE RBITRAJE - YL EY
A RBITRAJE
Nº 26572,
DE INVERSIÓN
pp. 1-20, pp. 711-744
(*) Profesor del Doctorado de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica y Facultad de
Derecho Universidad Americana. Árbitro del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio y de la
Comisión Mixta del Río Paraná (COMIP), así como de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comer-
cial (CIAC), Socio del Estudio Moreno Ruffinelli, Paraguay.
712 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(1) KAHN-FREUND, O., General Problems of Private International Law, A.W. Sijthoff - Leyden, 1974, p. 29.
(2) RUBINO-SAMMARTANO, Mauro y MORSE, C.G.J., Public Policy in Transnational Relationships, Kluwer Law and
Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 5 (prefacio).
(3) Ver críticas a la terminología por las confusiones que genera en ALVAREZ, Henri, “Guiado por una mano
invisible. El orden público al amparo del capítulo 11 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte”,
en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 1, Grijley, Lima, 2005, p. 15.
(4) LALIVE, Pierre, “Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, Commenta-
ry – Full Section”, en: ICCA Congress Series, Nº 3, New York, 1986, después de nota 3.
(5) MORSE, C. G. J., ENGLAND, en RUBINO-SAMMARTANO, Mauro y MORSE, C. G. J., Public Policy in Transnational
Relationships, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 9.
(6) VAN HOUTTE, Hans, “From a National to a European Public Policy”, en: Justice in a Multistate World,
Essays in Honor of VON MEHREN, Arthur T., Transnational Publishers Inc., New York, 2002, p. 841.
(7) CRAIG, Laurence / PARK, William / PAULSSON, Jan, International Chamber of Commerce Arbitration, Third
Edition, Oceana Publications, 2000, p. 504.
(8) Nadie –expresa JUENGER– ha sido capaz de definir esta concepción vaga y escurridiza; como la pornogra-
fía, uno solo la conoce cuando la ve (JUENGER, Friedrich K., General Course on Private International Law
(1983), Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1985, IV, Tome
193 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1986, p. 200).
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 713
estructura del ordenamiento jurídico y las que mucho se hace extensivo al arbitraje
finalidades del derecho(9). doméstico, pero –como lo enfatiza Lali-
ve– el arbitraje internacional difiere en
Estos temas han sido objeto de pro-
gran medida de aquél por su especifici-
fundos replanteos en tiempos recientes en
dad, funciones y caracteres principales(11).
que el arbitraje vuelve a cobrar auge. Si
Por análogas razones, cabe tener presen-
bien los comerciantes de la Edad Media
te que el arbitraje tiene peculiaridades con
frecuentemente sometían sus disputas a
respecto a determinados tipos de transac-
sus propios pares –otros comerciantes– o
ciones, sobre todo aquellas en que nor-
a terceros, no jueces, que arbitraban en
malmente una parte de la contratación es
ellas, la consolidación de los Estados-Na-
“débil”, como ocurre, por ejemplo, con
ciones y el avance de las ideas de sobera-
nía estatal de los últimos siglos, entre otros las relaciones de trabajo o de consumo.
factores, contribuyeron a que el arbitraje Ello hace de que en muchos sitios el ar-
quedara arrinconado durante un buen bitraje tenga reglas peculiares con res-
tiempo, sobre todo como alternativa efec- pecto a las mismas o incluso a veces no
tiva para la resolución de disputas trans- sea admitido como medio de resolución
fronterizas. El escenario cambia por com- de controversias. El fundamento común-
pleto en las últimas décadas, en que el ar- mente esgrimido es el siguiente: si el ar-
bitraje comercial internacional vino adqui- bitraje resulta fruto de la libre voluntad
riendo cada vez mayor preponderancia y de quienes se someten a él, no cabe ad-
difusión, sobre todo a través de contien- mitirlo en vinculaciones en que por lo ge-
das muy conocidas, como las relativas a neral no existe libertad de contratación
la nacionalización del petróleo en países plena, o en todo caso corresponde some-
árabes de los años 1970 y 1980(10). Hoy terlo a reglas peculiares.
día se lo utiliza masivamente en impor-
Paraguay y Bélgica –entre otros paí-
tantes controversias transfronterizas, re-
ses– cuentan con leyes que protegen a dis-
lacionadas a compraventa internacional de
tribuidores o agentes locales en sus vin-
mercaderías, joint ventures y contratos de
culaciones con sus principales en el ex-
construcción, por citar ejemplos.
tranjero(12). Estas leyes son “de orden pú-
Debe tomarse en cuenta, muy parti- blico” en cuanto a que las garantías míni-
cularmente, que la más autorizada doctri- mas de protección allí contenidas no pue-
na y los precedentes preponderantes en el den ser renunciadas por los locales que
mundo se desarrollaron primordialmente son, normalmente, las “partes débiles” en
en torno al arbitraje internacional. Es cierto la contratación(13). Pues bien, en ambos
(9) OPPETIT, Bruno, Teoría del Arbitraje, traducido por: SILVA ROMERO, Eduardo / MANTILLA ESPINOZA, Fabricio /
CAICEDO DEMOULIN, José Joaquín, Legis Editores, Bogotá, 2006, p. 248.
(10) Ver DEZALAY, Yves / GARTH, Briant G., “Dealing in Virtue”, en: International Commercial Arbitration and the
Construction of a Trasnational Legal Order, The University of Chicago Press, Chicago, London, 1996, p. 75.
(11) LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, después de la nota 37.
(12) En Paraguay la Ley 194 de 1993 y en Bélgica la Ley del 27 de julio 1961.
(13) Sobre la problemática de los contratos de adhesión y el arbitraje, puede profundizarse en el artículo:
MORENO RODRÍGUEZ, José A., El Arbitraje y los Contratos con Cláusulas Predispuestas, publicación de
714 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
la Cámara Nacional de Comercio de Uruguay, Centro de Conciliación y Arbitraje, Centro de Arbitraje Inter-
nacional para el MERCOSUR, Montevideo, 2000.
(14) Acuerdo y Sentencia Nº 285 del 25 de mayo de 2006, dictado en el juicio: “Acción de Inconstitucionalidad
en el juicio: “Gunder ICSA c/ KIA Motors Corporation s/ indemnización de daños y perjuicios”. Expediente
año 2004 - Nº 3804.
(15) Decisiones Nº JC04AF2 del año 2004 y Nº JC06BG5_1 de 2006.
(16) Directiva 86/653/CEE del Consejo, de 18 de diciembre de 1986, cuya finalidad es proteger a aquellas
personas que, a tenor de sus disposiciones, tienen la condición de agente comercial.
(17) Ingmar GB Ltd contra Eaton Leonard Technologies Inc. del Tribunal de Justicia de 2000 (asunto. C-381/98).
(18) Opinión Consultiva Nº 1/2007, Tribunal Permanente de Revisión del MERCOSUR.
(19) En Europa, por ejemplo, ello ha sido fuertemente cuestionado y el fallo Ingmar del TJCE ha sufrido duros
embates.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 715
(20) CARBONNIER, Jean, Derecho Civil, T. II, Vol. II, traducción por ZORRILLA RUÍZ, Manuel M., Bosch, Barcelo-
na, 1971, p. 266. CAIVANO lo entiende como el conjunto, no de normas, sino de principios fundamentales
sobre los que se asienta el ordenamiento jurídico del foro, los denominados principios de “moralidad y
justicia”, de “justicia universal” o de “natural justice”, inspiradores de ese ordenamiento. Se trata de
normas imperativas locales, que no pueden dejarse de lado o derogarse por la voluntad de las partes
(CAIVANO, Roque J., “Reconocimiento y Ejecución de Laudos Arbitrales Extranjeros”, en: PUCCI, Adriana
Noemí (Coordinadora), Arbitragem Comercial Internacional, LTr, Sao Paulo, 1998, p. 156.
(21) Como se ha dicho, los intereses estatales de control de los procesos económicos internacionales deben
ser objeto de fiscalización y seguimiento por parte de los Estados. Y debe resguardarse los intereses
estatales de defensa de ordenación básica de economía nacional y de ciertos grupos sociales necesita-
dos de protección por ser débiles (CALVO CARAVACA, Alfonso-Luis / CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier, “El Conve-
nio de Roma sobre la Ley Aplicable a las Obligaciones Contractuales de 19 de junio de 1980”, en: CALVO
CARAVACA, Alfonso L. / FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA, Luis (Directores), BLANCO-MORALES LIMONES, Pilar (Coor-
dinadora), Contratos Internacionales, Tecnos, Madrid, 1997, cit., p. 42.
(22) Conforme lo resalta Blessing (ver Marc Blessing, Choice of substantive law in international arbitration
(Kluwer CD), después de la nota 15).
716 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(23) VAN HOUTTE, “From a National to a European Public Policy”, en: Justice in a Multistate World, Essays in
Honor of VON MEHREN, Arthur T., p. 842.
(24) ENNECCERUS, Ludwig y otros, Derecho Civil, Parte General, Vol. II, p. 53.
(25) Esto fue recogido por el Código Civil Italiano de 1865 y luego por el Código Civil Español, en línea con
MANCINI: “no obstante lo dispuesto en este artículo y en el anterior, las leyes prohibitivas concernientes a
las personas, sus actos o sus bienes, y las que tienen por objeto el orden público y las buenas costumbres,
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 717
De modo que la noción del orden pú- trina desarrolla este aspecto del orden
blico pasa a constituir una de las técnicas público refiriéndose al mismo –muchas
del Derecho internacional privado para veces– como “leyes de policía” (lois de
hacer operativo el sistema conflictualista. police en francés) o a través de otras ex-
Como lo señala Lagarde(26), un camino di- presiones como normas imperativas, de
recto como el del “mejor derecho” al que aplicación inmediata o indirecta y tér-
aludían Aldricus, los canonistas, y moder- minos análogos.
namente Leflar y Juenger, permite arribar Pero también el orden público cons-
directamente al derecho aplicable sin re- tituye una excepción a que opere el me-
currirse a las técnicas del conflictualismo canismo de selección del derecho. Se
y elimina el círculo. Aquí no encuentra ca- manifiesta por repeler la regla que resul-
bida la noción del orden público. taría normalmente aplicable y reemplazar-
Sí la tiene dentro del otro enfoque, la por la norma que es usualmente, pero
enraizado en la doctrina de Manzini(27), no siempre, prestada del derecho del foro
consistente en asumir que ciertas normas (lex fori). Esta noción se remonta al dis-
o principios del foro resultan fundamen- tingo entre statuta odiosa y statuta favo-
rable de Bartolo y Baldo. La recogieron
tales y deben ser aplicados siempre den-
en cierto sentido Domoulin, Wächter, Sa-
tro de su jurisdicción. El orden público es
vigny y Kahn, sin resultar del todo claros.
tratado así como un factor directo para la
El francés Bartin en 1899 retuvo la faceta
determinación del derecho aplicable(28) en
negativa del orden público que se despren-
igualdad con la nacionalidad, la libertad
de de la doctrina de Savigny, y le dió un
de contratación, etcétera. Constituye un
enfoque sistemático como excepción de
factor positivo y no la excepción a que se
la regla foránea que hubiera resultado apli-
aplique el derecho que hubiera resultado
cable según el mecanismo neutral de se-
normalmente aplicable. No es el orden
lección del derecho.
público que objeta la aplicación del dere-
cho extranjero, sino que éste se muestra Estos aspectos –negativo y positivo–
incapaz de expulsar las reglas del foro. del orden público se encuentran recogi-
Actualmente, conforme se verá, la doc- dos en diversos regímenes jurídicos(29).
no quedarán sin efecto por leyes o sentencias dictadas, ni por disposiciones o convenciones acordadas en
país extranjero”, como así también por el artículo 14 del Código Civil Argentino (KEGEL, Gerhard, Internatio-
nal Enciclopedia of Comparative Law, Chapter 3, Fundamental Approaches, J. C. B. Mohr (Paul Siebeck)
/ Tübingen / and Martinus Nijhoff Publishers / Dordrecht / Boston / Lancaster, 1986, p. 8).
(26) Cuyo enfoque seguimos en esta parte (ver LAGARDE, Paul, “Public Policy”, in: International Encyclopedia of
Comparative Law, Vol. 3, Cap. 11, J. C. B. Mohr (SIEBECK, Paul) / Tübingen / and Martinus Nijhoff Publishers
/ Dordrecht / Boston / Lancaster, 1994, pp. 3-5).
(27) Y en consecuencia del Código Civil italiano de 1865, español (artículo 11, inc c) y argentino (artículo 14).
(28) “Factor autónomo de conexión”, en la jerga de los iusinternacionalprivatistas.
(29) Sobre el juego entre los distintos sistemas conflictualistas, multilaterales o unilaterales, y el rol del
orden público y las normas imperativas en ellos, ver MUIR WATT, Horatia, “New Challenges in Public
and Private International Legal Theory: Can Comparative Scholarship Help?”, en: V AN HOECKE, Mark
(Editor), Epistemology and Methodology of Comparative Law, Hart Publishing, Oxford and Portland
Oregon, 2004, pp. 278-280.
718 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(30) Está visto que en derecho internacional privado se emplean sin homogeneidad las expresiones “orden
público”, “orden público internacional”, normas “imperativas”, “de policía”, “de aplicación inmediata” y otras.
(31) La coactividad del derecho internacional privado ha tenido oportunidad de manifestarse por múltiples
canales, por lo que sería mejor imaginar la figura de un prisma que permita fragmentar el concepto de
imperatividad propio del derecho en numerosos destellos de luz (SANTOS, Rubén B., El Derecho Aplicable
a los Contratos Internacionales, Editorial Fundación de Cultura Universitaria, 2ª ed., Rosario, 1998, p. 148).
(32) GUTTERIDGE, H.C., Comparative Law, An Introduction to the Comparative Method of Legal Study & Re-
search, Second Edition, Camdridge University Press, 1949, p. 161.
(33) Ibidem, pp. 200-258.
(34) Ibidem, p. 258. KEGEL distingue entre justicia substantiva y conflictual y hace notar que por sobre este
segundo supuesto opera el orden público que excluye reglas foráneas (KEGEL, International Enciclopedia
of Comparative Law, cit., p. 15). Tratándose de justicia conflictual, el objetivo del Derecho internacional
privado será simplemente elegir el Estado que proveerá el derecho aplicable sin atender al contenido y la
calidad sustantiva de la solución a la que se arriba. En tanto que en la justicia sustantiva se buscará la
mejor solución de fondo a un caso multiestatal. En este dilema entre la justicia conflictual y la justicia
material o substantiva los juzgadores suelen recurrir frecuentemente a lo que los anglosajones denominan
“escape devices”, o mecanismos de escape de la rigidez conflictualista, manipulándose cuestiones como
las relativas a calificación, reenvío, orden público internacional, fraude a la ley, etcétera (Ver SYMEONIDES,
Symeon C., “Material Justice and Conflicts Justice in Choice of Law”, en: International Conflict of Laws for
the Third Millenium, Essays in Honor of JUENGER, Friedrich K., Transnational Publishers Inc., New York,
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 719
teado Visher si no resulta mucho más ho- En el antiguo fallo ingles dictado en
nesto admitir simplemente una válvula de Richardson v. Mellish (1824) se dijo que
escape amplia como mecanismo correcti- el orden público era un caballo rebelde
vo para lograr soluciones justas en el caso que, una vez montado, uno nunca sabe
particular que así lo amerite(35). La ten- donde lo llevará(39). Mucho tiempo des-
dencia europea es admitir estas conexio- pués Lord Denning dijo en Enderby Town
nes alternativas(36), o una cláusula gene- Football Club Ltd. v. The Football Asso-
ral de salvaguarda para situaciones parti- ciation Ltd. (1971) que, canalizado de
culares(37), y así, el orden público queda manera apropiada, este caballo rebelde
arrinconado a su función propia(38). podría ser mantenido bajo control(40).
2001, p. 125). La opción del juez de optar por otras alternativas a las soluciones conflictualistas clásicas
constituye la línea de las normas narrativas de Jayme, de la doctrina de las cláusulas de excepción y la
teoría alemana Zweistufentheorie, que toma en cuenta la regulación establecida en un ordenamiento no
reclamado por la norma de atribución, pero sí estrechamente vinculado con el asunto, al objetivo de
adaptar la solución confictual legislativamente prevista a los propios objetivos de justicia del foro (ESPI-
NAR VICENTE, José María, Ensayos sobre Teoría General del Derecho Internacional Privado, Civitas S.A.,
Madrid, 1997, p. 88).
(35) VISHER, Frank, “General Course on Private International Law, Recueil Des Cours”, in: Collected Cour-
ses of the Hague Academy of International Law, 1992, I, Tome 232 de la collection, Martinus Nijhoff
Publishers, 1993, p. 106.
(36) En Europa –observa REIMANN– la tendencia en la segunda mitad del siglo XX ha sido mover el modelo
decimonónico obsesionado con la nación Estado y mirar a intereses privados, reglas más flexibles, y
criterios más abiertos a políticas substantivas (Ver REIMANN, Mathias, “Domestic and International Conflicts
Law in the United States and Western Europe”, en: International Conflict of Laws for the Third Millennium,
Essays in Honor of Friedrich K. Juenger, Transnational Publishers Inc., New York 2001, p. 114). Tal cons-
tituye un cambio de soluciones formales, a otras menos mecánicas y que por ende atienden la sustancia
de los problemas presentados en materia privada internacional (Gralf-Peter Callies, Coherence and Con-
sistency in European Consumer Contract Law: a Progress Report, The European Commision´s Action Plan
COM (2003) 68 final and the Green Paper on the Modernisation of the 1980 Rome Convention COM (2002)
654 final, en German Law Journal, www.glj-pdf.de, p. 333).
(37) En este sentido, la ley suiza de Derecho internacional privado prevé en su artículo 15 una cláusula de
escape para el caso atípico. Dice la norma: “El derecho designado por la presente ley excepcionalmente
no es aplicable si, a la vista del conjunto de circunstancias, es evidente que la causa no tiene un vínculo
bien determinado con ese derecho y que se encuentra en una relación mucho más estrecha con otro
derecho. Esta cláusula de escape también está prevista en el artículo 6 de la nueva ley alemana de
Derecho internacional privado y en el artículo 8 parágrafo 3 de la convención sobre ley aplicable a los
contratos de compraventa de 1987. El Restatement norteamericano resulta más amplio con la fórmula:
“salvo que exista una relación más significativa con otro Estado” como válvula de escape al resultado que
produzca el mecanismo conflictual.
(38) AUDIT, Bernard, Le Caractère Fonctionnel de la Règle de Conflit (sur la “crise” des conflits des lois), Recueil
Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy of International Law, 1984, III, Tome 186 de la
collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1985, pp. 349-350.
(39) Se dijo allí textualmente: “(…) a very unruly horse, and when once you get astride it you never know where
it will carry you. It may lead you from sound law. It is never argued at all, but when other points fail”
(International Law Association, London Conference (2000), Committee on International Commercial Arbi-
tration, Interim Report on Public Policy as a Bar to Enforcement of International Arbitral Awards (www.ila-
hq-org), p. 35).
(40) Expresó textualmente Lord DENNING, “With a good man in the saddle, the unruly horse can be kept in
control”, en: ILA Interim Report, 2000, p. 35.
720 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
Pues bien, uno de los roles creativos normas imperativas (lois de police en
de diversos tribunales ha sido circunscri- Francia, mandatory rules en el sistema
bir el principio del orden público(41), con- anglosajón), que se aplican directamente,
siderando que no aplicar una regla forá- evitando el mecanismo conflictual. Vere-
nea usualmente significa dar virtualidad mos a continuación las distintas deriva-
al derecho propio o lex fori del juzgador ciones de estas subcategorías y problemas
y atenta contra la armonía de las solucio- conexos que se presentan.
nes en el derecho internacional privado(42).
El gran desafío constituye, pues, aclarar la
5. LA EXPRESIÓN “ORDEN PÚ-
terminología, delimitar apropiadamente el
BLICO INTERNACIONAL”
principio y dejar circunscriptas pautas es-
pecíficas de aplicación del mismo y de sus Para cuestiones de orden transfron-
distintas derivaciones, atendiendo regula- terizo ha adquirido carta de ciudadanía la
ciones preponderantes existentes en el expresión orden público internacional. En
mundo, fallos y laudos emblemáticos y las la primera mitad del siglo XIX, Story,
tendencias doctrinarias prevalecientes(43). Foelix y otros internacionalistas hablaban
Para el efecto, abordaremos en nues- sólo de “orden público”. Más adelante,
tra exposición diferentes subcategorías. hacia 1898, Kahn propuso distinguir el
Una se encuentra constituida por los prin- orden público, en alusión al derecho in-
cipios y reglas fundamentales que surgen ternacional, de las reglas imperativas, ati-
de cada sistema jurídico, que al contra- nentes al derecho interno. De hecho, la
riar el derecho extranjero aplicable según distinción se remontaría ya a Brocher en-
el mecanismo conflictual, prevalecen por tre los años 1882-1885(44). Como sea, con-
sobre él (se utiliza muchas veces aquí la forme a esta nomenclatura, las normas
expresión orden público internacional). imperativas del foro se aplican directa-
También se habla de un orden público más mente dentro de su territorio, en tanto que
amplio a través de un consenso generali- el orden público internacional hace que
zado en los distintos sistemas preponde- no tenga virtualidad el derecho foráneo
rantes sobre la moralidad de las transac- que hubiera correspondido según las re-
ciones (orden público auténticamente glas de conflicto del juzgador, porque vio-
transnacional o bonos mores). Existe, asi- la reglas o intereses fundamentales(45). De
mismo, otra subcategoría, las llamadas modo que el orden público internacional
(41) Como lo dice KAHN-FREUND, uno de los factores claves para el rol creativo de los tribunales es el principio
del orden público que existe en todos lados, esté o no expreso en un código (KAHN-FREUND, “General
Problems of Private International Law”, cit., p. 110).
(42) Lo que implica que, al fin de cuentas que los tribunales están finalmente en control de la línea que separa
una política de armonía internacional de una política de conciencia interna (KAHN-FREUND, “General Proble-
ms of Private International Law”, cit., p. 111).
(43) Como bien se ha dicho, los intereses, tanto públicos como privados, requieren de soluciones estables,
eficaces e invariables que brinden seguridad jurídica (CARAVACA, Calvo / GONZÁLEZ, Carrascosa, El Conve-
nio de Roma sobre la Ley Aplicable a las Obligaciones Contractuales de 19 de junio de 1980, p. 42).
(44) RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, “Italy”, en: RUBINO-SAMMARTANO, Mauro / MORSE, C.G.J., Public Policy in Trans-
national Relationships, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer, Boston, 1991, p. 13.
(45) VAN HOUTTE, “From a National to a European Public Policy”, en: Justice in a Multistate World, Essays in
Honor of VON MEHREN, Arthur, T., pp. 845-846.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 721
(46) VAN HOUTTE, “From a National to a European Public Policy”, en: Justice in a Multistate World, Essays
in Honor of VON M EHREN, Arthur T., p. 842.
(47) Ver Libro verde sobre la transformación del Convenio de Roma de 1980 sobre la ley aplicable a las obliga-
ciones contractuales en instrumento comunitario y sobre su actualización (COM/2002/0654) (http://
europa.eu.int/eurlex/lex/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:52002DC0654:ES:HTML).
(48) LALIVE , Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, cit., después de
la nota 7.
(49) Ibídem, después de la nota 55.
722 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(50) LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, después de la nota
57. Otros casos más recientes así lo confirman (Shearson/American Express, Inc. v. McMahon (1997);
Rodríguez de Quijas v. Shearson/American Express, Inc. (1989). Ver: ILA Interim Report (2000), p. 13.
(51) LALIVE, Transnational (or Truly International) Public Order and International Arbitration, después de las
notas 58 y 59.
(52) Sobre el problema en Paraguay relacionado a este tema, puede profundizarse en el artículo MORENO
RODRÍGUEZ, José A., “Derecho aplicable, orden público y el régimen arbitral paraguayo”, en: Revista
Brasileira de Arbitragem, Nº 3, Coedición de IDB Thompson y el Comité Brasileiro de Arbitragem, Sao
Paulo (2004).
(53) Algunas legislaciones hablan también de orden público y moral (Japón, Libia, Oman Quatar, Emiratos
Árabes Unidos y Yemen, ILA Interim Report, (2000), pp. 11-12).
(54) Otros tribunales adoptan una posición restrictiva, entre ellos los de Dinamarca, Holanda, Noruega, España
y Suecia (ILA Interim Report (2000), p. 13).
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 723
(55) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 13. En referencia específica a la
Convención de Nueva York sobre ejecución de laudos arbitrales, ha dicho la Corte de Apelaciones de
Milan que el orden público referido en el Artículo V.2(b) del citado instrumento es orden público internacio-
nal (1992), ILA Interim Report (2000), p. 6.
(56) El reporte de la ILA expresa que en Inglaterra parecería existir una concepción restrictiva del orden público
(ver fallos citados en el ILA Interim Report (2000), p. 14 al pie).
(57) CAIVANO, Roque J., “Reconocimiento y Ejecución de Laudos Arbitrales Extranjeros”, cit., p. 157.
(58) Resalta Jayme que la fórmula restrictiva utilizada por La Haya es la de “manifiestamente” incompatible con
el orden público (JAYME, Erik, Identité Culturelle et Intégration: Le Droit International Privé Postmoder-
ne, Cours général de droit international privé, Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Aca-
demy of International Law, 1995, IV, Tome 251 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1996, p. 229).
(59) Ver MORSE, Public Policy in Transnational Relationships, cit., pp. 19-20.
(60) Organización de Estados Americanos, CIDIP II, Montevideo, 1979.
(61) Que dispone en su artículo 18: “El derecho designado por esta Convención sólo podrá ser excluido cuan-
do sea manifiestamente contrario al orden público del foro”. Puede profundizarse al respecto en el artículo:
MORENO RODRÍGUEZ, José A., “La Convención de México sobre el Derecho Aplicable a la Contratación
Internacional, publicación de la Organización de Estados Americanos”, en: Publicación de la Organización
de Estados Americanos, Washington, 2006.
724 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(62) En referencia a la Convención Interamericana de Arbitraje Comercial de 1975, NOODT TAQUELA entiende
que el requisito de que el laudo no afecte el orden público internacional del Estado donde se pretende el
reconocimiento (artículo 5.2.b) “debe ser interpretado en los términos del artículo 20 inc. f) del Protocolo de
Las Leñas que indica que el laudo tendrá eficacia extraterritorial si no contraría manifiestamente los prin-
cipios de orden público del Estado en el que se solicitare el reconocimiento. Se trata de la misma concep-
ción del orden público internacional que sustenta la Convención Interamericana sobre Normas Generales
de Derecho Internacional Privado (artículo 5), en la que son parte todos los países del MERCOSUR”
(NOODT TAQUELA, María Blanca, “Arbitraje internacional entre particulares en el MERCOSUR”, en: Jurispru-
dencia Argentina, 1996 (Lexis Nº 0003/001303), después de la nota 20).
(63) Así, el artículo 34 de este reglamento prevé en su inciso 1) que las decisiones extranjeras no se reconoce-
rán “si el reconocimiento fuere manifiestamente contrario al orden público del Estado miembro requerido”.
(64) Ver en la página http://www.idi-iil.org.
(65) Tanto en el Reporte Final (ver ILA Interim Report (2000), como en la Resolución 2/2002, dictada en
consecuencia.
(66) Según RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 8.
(67) VISHER, General Course on Private International Law, cit., p. 100.
(68) Ibidem, p. 139.
(69) Esto se enlaza con un tema muy debatido en doctrina de si el Derecho internacional privado es interno o
internacional. Por ejemplo, expresan LOUSSOUARN, Bourel / VAREILLES-SOMMIÈRES que el Derecho interna-
cional privado es interno por sus fuentes, pero internacional por su objeto, en que existen manifestaciones
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 725
de solidaridad internacional (YVON LOUSSOUARN, Pierre Borrel / DE VAREILLES-SOMMIÈRES, Pascal, Droit inter-
national privé, 8e édition, Éditions Dalloz, 2004, pp. 58-60).
(70) Así lo destaca, por ejemplo, QUIROGA, Gonzalo, cit., p. 61.
(71) VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, cit., p. 844 y fallos citados.
(72) ILA Interim Report (2000), p. 6.
(73) ILA Interim Report (2000), p. 8.
(74) LAGARDE, Public Policy, cit., p. 9.
(75) VISHER, General Course on Private International Law, cit., p. 101. De allí lo criticable de la fórmula de la
Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado pues, como lo
726 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
De modo que en el ámbito interna- cuando nada tiene que ver con Inglaterra,
cional, el orden público debe ser aprecia- y así se ha fallado en el caso Cheni v.
do en concreto en los casos que en parti- Cheni (1965)(78).
cular se presenten. Ello, obviamente, sal-
vo que existan supuestos extremos cho- Se han avanzado distintas teorías en
cantes en relación con el contenido abs- el continente europeo para dar al carácter
tracto de la regla foránea, como en lo re- relativo del orden público un marco teó-
lativo a discriminación racial en los paí- rico: Inlandsbeziehung, que es la doctri-
ses que adoptan normativa de protección na de Franz Khan en Alemania y la teoría
a los derechos humanos(76). De esto últi- del efecto atenuado del orden público de
mo hay varios precedentes en Inglaterra, Francia. Esta última ha sido recibida por
como el caso Oppenheimer v. Cattermole la corte de casación de este país ya en el
(1976), relativo a la confiscación de pro- caso Bulkley, completada en casos de
piedades nazi tomadas en infracción a 1945 y 1953, famoso caso Rivière(79). En
derechos humanos, o supuestos relacio- Inglaterra –está visto– también se habla
nados a decretos confiscatorios que ofen- del carácter relativo o contextual del or-
dan estándares de derechos humanos den público o public policy(80).
(Williams & Humbert Ltd. V. W. & H.
Se dice que el orden público es re-
Trademarks (Jersey) Ltd. (1986); The Pla-
lativo en el espacio, en alusión al reco-
ya Larga (1983). Settebello Ltd. V. Ban-
nocimiento de derechos adquiridos en
co Totta and Acores (1985)(77).
el extranjero, en que el efecto del orden
Sin embargo –señala el inglés Bri- público es relativizado (81). Así, podría
ggs–, normalmente las circunstancias son reconocerse la legitimidad de hijos na-
contextuales: debe analizarse el conjunto cidos fruto de un matrimonio poligámi-
de los hechos para determinar si existe una co válidamente contraido en otro país
conexión suficiente con la norma impe- que así lo permite, o una herencia futu-
rativa que se pretende aplicar. Por ejemplo, ra cuya renuncia ya ha sido consumada.
una ley foránea que establezca prohibi- En estos casos –como lo dice Kahn-Fre-
ciones para el casamiento con determi- und–, es el resultado del caso concreto
nado grado de parentesco con una sobri- el que debe ser examinado, no debien-
na, puede no considerarla un juez inglés do juzgarse la moralidad o deseabilidad
expresa LAGARDE, ella da pie a que se declare en abstracto que una ley foránea es contraria al orden
público, lo que como regla debería ocurrir sólo en su aplicación el caso particular (LAGARDE, Public Policy,
cit., p. 7, nota al pie).
(76) Otra forma de expresar la idea es que la primera categoría se aplica sea cual sea la conexión de la ley
aplicable a Inglaterra, en tanto que la segunda solo si Inglaterra es un país en que la cuestión tiene una
real y sustancial conexión (BRIGGS, obra citada, p. 45).
(77) MORSE, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 20.
(78) Otra forma de expresar la idea es que la primera categoría se aplica sea cual sea la conexión de la ley
aplicable a Inglaterra, en tanto que la segunda solo si Inglaterra es un país en que la cuestión tiene una
real y sustancial conexión (BRIGGS, obra citada, p. 45).
(79) LAGARDE, Public Policy, cit., pp. 38-40.
(80) MORSE, Public Policy in Transnational Relationships, cit., pp. 20-21.
(81) JAYME, Identité Culturelle et Intégration: Le Droit International Privé Postmoderne, cit., p. 228.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 727
(82) KAHN-FREUND, General Problems of Private International Law, cit., pp. 282-283.
(83) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., pp. 17-18.
(84) LALIVE, después de la nota 14.
(85) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 9.
(86) LAGARDE, Public Policy, cit., pp. 45-46.
(87) Un particular problema se presenta en los contratos con el Estado, cuando éste cambia el derecho durante
la vigencia del contrato y altera así su contenido. Existen precedentes arbitrales en que no se ha aceptado
dichos cambios que unilateralmente afectan el contrato, invocándose el orden público internacional (Caso
CCI 1803/1972, Société des Grands Travaux de Marseille y East Pakistan Industrial Development Corpo-
ration, orden presidencial de Bangladesh que quería extinguir obligaciones contractuales de compañía
estatal. Caso 723 del Netherlands Arbitration Institute, Setenave v. Settebello. También caso Aminoil v.
Kuwait). Como alternativa se puede prever en el contrato un congelamiento del derecho del Estado contra-
tante, que se compromete así a no efectuar cambios regulatorios durante la vigencia del acuerdo. Así
tamibén, contratos sofisticados de largo alcance normalmente admiten la posiblidad de cambios legislati-
vos y definen consecuencias financieras para las partes. Se puede aceptar la mutación del derecho del
Estado contratante, pero solo en tanto esté de acuerdo con el derecho del co-contratante. Una variante es
aceptar el cambio del derecho, en tanto esté de acuerdo con reglas no nacionales, como principios gene-
rales, equidad, etcétera, tal cual se hizo en los casos de nacionalización de las concesiones de petróleo de
Libia (BP Award, Texaco-Calasiatic Award, LIAMCO Award, de los años setenta).
(88) GONZALO Q UIROGA , Marta, Orden Público y Arbitraje Internacional en el Marco de la Globalización
Comercial, Editorial Dykinson, Madrid, 2003, pp. 68-69.
728 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(89) El proyecto de ley holandesa de Derecho internacional privado en su artículo 8 extiende la excepción de
orden público a la aplicación de una regla de conflicto, y permite consideraciones de razonabilidad y
justicia para afectar el resultado. No sugiere la aplicación de la ley de otro país (con una conexión más
cercana) a pesar de que se sostiene que esto va implícito. No hay esta flexiblidad en la ley alemana de
1986. El artículo 15 de la ley suiza no va tan lejos y permanece dentro de las soluciones tradicionales de
conflicto de leyes.
(90) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 19.
(91) ZEKOLL, cit., pp. 11-12.
(92) JUENGER, General Course on Private International Law, cit., pp. 133-134. La expresión “homeward trend” se
atribuye a Nussbaum (Kahn-Freund, General Problems of Private International Law, cit., p. 280.
(93) En la nota 33. KAHN-FREUND, General Problems of Private International Law, cit., p. 309.
(94) DALHUISEN, Jan H., International Commercial, Financial and Trade Law, Hart Publishing, Pórtland and Ore-
gon, 2000, p. 93.
(95) Menciona LAGARDE tres pasos para dar expresión concreta al orden público: Uno, considerar la ley extran-
jera en cuestión. Dos, las circunstancias del caso que revelen la naturaleza relativa del orden público. Y
tres, relacionar el resultado a un sistema jurídico que sirve como base para la comparación. El tercero
presenta un problema con el crecimiento de un orden público que se asienta en el derecho internacional o
transnacional como fuente (LAGARDE, Public Policy, cit., p. 44).
(96) Puede profundizarse sobre temas relativos a la lex mercatoria recurriéndose a los siguientes artículos:
MORENO RODRÍGUEZ, José A., “Nueva Lex Mercatoria: ¿Fantasma creado por profesores de La Sorbona?”,
en: Revista de Derecho Mercantil Internacional, Editorial Legis, Colombia, 2003, MORENO RODRÍGUEZ, José
A., “Los Principios Contractuales de UNIDROIT: ¿Un Mero Ejercicio Académico de Juristas Notables?”, en:
Revista Foro de Derecho Mercantil, Legis, Bogotá, 2005.
(97) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 20.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 729
(98) VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, cit., en la nota 131, pp. 845-846.
(99) KAHN-FREUND, General Problems of Private International Law, cit., p. 28.
(100) LAGARDE, Public Policy, cit., p. 59. Ver también FELDSTEIN DE CÁRDENAS, Sara L., “El orden público internacio-
nal: una mirada desde el Derecho internacional privado contemporáneo”, en: Derecho privado, libro home-
naje a Alberto J. Bueres, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 112.
(101) En la misma línea, en 1993 la Corte de Apelaciones de París sostuvo que la buena fe es un principio
general de orden público internacional (Republique de Cote d´Ivoire v. Norbert Beyrard (1993).
(102) LALIVE, después de nota 75.
730 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
favor de tomar en cuenta una concepción Sin embargo, ello no ocurre siempre.
universal del orden público en el sentido La Declaración Universal de Derechos
“transnacional”. Sin embargo, luego de Humanos, por ejemplo, carece de la fuer-
una prolongada fundamentación en dicha za de un tratado diplomático y no cons-
línea, de indudable valor académico, se tituye, entonces, fuente distinta que las
rehusó a adoptar una posición sobre el leyes nacionales. Diferente es la situación
punto, inclinándose en vez hacia una so- en países que han suscripto tratados de
lución pragmática(103). derechos humanos como la Convención
Europea de 1950 o la Convención de Na-
Del examen de varios pronuncia-
ciones Unidas de 1966, pues aquí estamos
mientos, Lalive concluye que los Estados
ante textos adoptados por los respectivos
tienden a reconocer cada vez con mayor
derechos internos(106).
fuerza, de manera directa o subrepticia,
una noción más general del orden públi- La principal objeción contra este
co, quizás supranacional, que pertenece a verdadero orden público internacional es
la más amplia comunidad regional o uni- que solo resultaría útil si difiere del or-
versal(104). De allí que se hable de un “ver- den público nacional, pero ¿cómo un juz-
dadero orden público internacional” (true gador podría acudir a su auxilio sin de-
international public policy) o transnacio- jar de lado su propia ley? A ello se ha
nal, en relación a los intereses más funda- respondido que la prioridad debe darse
mentales de la humanidad, como la pros- a la fuente internacional antes que a la
cripción de la esclavitud o el respeto a nacional(107). Y aquí permanece la duda
derechos humanos, por citar ejemplos. de si resulta conveniente distinguirlo con-
Normalmente, estos intereses se en- ceptualmente del orden público interna-
cuentran resguardados también por trata- cional. Sobre todo atendiendo a que,
dos internacionales, lo que oscurece la como lo expresa Alvarez, el orden pú-
determinación de si están protegidos por blico transnacional como noción es cri-
encontrarse incorporados en instrumentos ticado por no ofrecer certeza, predecibil-
que obligan al foro juzgador o por los prin- dad y definición en cuanto a sus contor-
cipios mismos(105). Por ejemplo, el acuer- nos, sustancia y aplicación(108).
do del fondo monetario internacional
(Acuerdo de Bretton Woods), prevé ex- 10. ORDEN PÚBLICO TRASNA-
presamente que la simple elección de otro
CIONAL COMO ESTÁNDAR
derecho no puede cambiar la aplicabili-
dad de las regulaciones sobre el cambio Si se presenta un conflicto de leyes,
de divisas (Artículo VIII (2) (b)). el derecho extranjero no puede ser ob-
viado sólo por diferir. Tiene que existir encontrar suficientes vinculos con el foro
algún criterio. (la jurisdicción había sido recurrida en
base a la nacionalidad francesa de los de-
Por mucho tiempo la práctica fran- mandantes). Se basó la Cámara en la no-
cesa adoptó una fórmula restrictiva. Los ción de un orden público que –según lo
fallos de la corte de casación expresaron expresó–, aunque no fuera universal, se
que no sólo debe diverger la solución fo- relacionara con los intereses de personas
ránea con el orden público francés sino ligadas a la vida de las sociedades de ca-
debe presentarse una ofensa a principios pital. La Corte hizo un examen compara-
de justicia universal que, en opinión fran- tivo de las prácticas del banco atendien-
cesa, poseen un valor absoluto interna- do las normas vigentes en Turquía (don-
cional. Expresa Lagarde que esto fue cri- de la sede estatutaria estaba establecida),
ticado y ya no encuentra adeptos recien- y en Inglaterra (donde las reuniones de
temente, puesto que restringía excesiva- accionistas tenían lugar). Del examen
mente el alcance del orden público y su comparativo, la Cámara concluyó que la
formulación se presentaba muy descrip- discreción conferida a los directores con
tiva para ser útil(109). respecto a la información a brindar a ac-
En Alemania, Jayme propugna un cionistas del banco establecidos en Ingla-
examen basado en el derecho compara- terra no puede ser vista como contraria el
do de reglas foráneas que se distancian orden público(111).
de la alemana. La excepción de orden Lagarde propone como fórmula que,
público sería viable así si éstas se des- en ausencia de un vínculo especial de la
vían substancialmente del estándar del situación con el foro, si la lex fori es más
derecho comparado. Sin embargo, dice demandante en la materia que la ley ex-
Lagarde, lo contrario sería también cier- tranjera promedio, este promedio debe
to, es decir, ¿porque no aplicar igualmen- servir como base de la comparación en
te a las reglas del foro el mismo examen controlar si la ley foránea cumple con el
basado en la comparación?(110) orden público(112).
En el ya citado caso del Banco Otto- De allí la creciente importancia que
man, la Corte de París aplicó en 1984 el se viene dando en derecho internacional
enfoque comparativo. El tribunal debía a la lex mercatoria o derecho trasnacional
decidir si era compatible con el orden emergente de normas comunes de distin-
público que los estatutos de un banco con- tos sistemas jurídicos. Esto sigue cues-
firieran discreción absoluta a sus directo- tionándose a nivel doctrinario en que in-
res para dar información a los accionistas cluso se formula una distinción entre
sobre las cuentas del Banco. La Cámara principios fundamentales en los que se
de Apelaciones rechazó que existiera una asienta el orden supranacional o trasna-
violación al orden público francés al no cional y principios generales que pueden
(113) DALHUISEN, Jan H., International Commercial, Financial and Trade Law, Hart Publishing, Portland and
Oregon, 2000, p. 66.
(114) OPPETIT, Bruno, Teoría del Arbitraje, Traducido por: SILVA ROMERO, Eduardo / MANTILLA ESPINOZA, Fabricio /
CAICEDO DEMOULIN, José Joaquín, Legis Editores, Bogotá, 2006, pp. 199-201, quien destaca aquí el modes-
to papel que ello ha tenido, sin embargo, en la jurisprudencia de la Corte de La Haya.
(115) Ello tiene argumentos a favor y en contra (FERNÁNDEZ ARROYO, Diego P., “El Derecho Internacional Privado
en el MERCOSUR: ¿Hacia un Sistema Institucional”, en: El Derecho Internacional Privado Interamericano
en el Umbral del Siglo XXI?, Sextas Jornadas de Profesores de Derecho Internacional Privado, Segovia,
1995, Departamento de Derecho Internacional Público y de Derecho Internacional Privado, EurolexSL,
Madrid, 1997, pp. 180-183).
(116) BASEDOW, Jürgen, “The Effects of Globalization on Private International Law”, en: Legal Aspects of Globa-
lization, Conflict of Laws, Internet, Capital Markets and Insolvency in a Global Economy, Edited by BASE-
DOW, Jürgen / TOSHIYUKI, Kono, Kluwer Law International, The Hague, London, Boston, 2000, p. 4.
ciones proporcionadas por los instrumen- cación de sus normas procesales in-
tos internacionales relativos a la protec- ternas, estimar un recurso de anula-
ción de los derechos humanos a cuyo res- ción de un laudo arbitral basado en
pecto los Estados miembros han coope- la inobservancia de normas naciona-
rado o a los que se han adherido, entre les de orden público, también debe
ellos el convenio europeo para la protec- estimar tal recurso basado en la in-
ción de los derechos humanos y de las li- observancia de la prohibición im-
bertades fundamentales. puesta en el apartado 1 del artículo
85 del tratado”.
Por lo demás, la Unión Europea
constituye una organización supranacio-
Del caso Ingmar GB Ltd contra Ea-
nal cuyo derecho comunitario resulta di-
ton Leonard Technologies Inc. del tribu-
rectamente vinculante para sus Estados
nal de justicia de 2000 (asunto. C-381/98)
miembros. En cada uno de estos Estados
el derecho comunitario se hizo parte del surge que determinadas disposiciones del
sistema jurídico doméstico. De existir derecho comunitario, pueden presentar,
conflicto prevalece el derecho europeo ellas también, carácter imperativo, como
sobre el autóctono. Reglas básicas del ocurre con la directiva que establece pro-
derecho comunitario europeo, como el li- tección especial a los agentes en sus vin-
bre movimiento de bienes y personas o la culaciones internacionales. Ello implica
libre competencia han sido hechas partes que las disposiciones de protección míni-
del orden público de los Estados miem- ma establecidas en esta directiva deben
bros de la Unión Europea, lo que lleva a considerarse de orden público europeo y,
que el orden público nacional se vaya di- por tanto, prevalecerán por sobre un re-
luyendo cada vez más(119). sultado en contrario al que lleven las nor-
mas de conflicto.
A este respecto ha marcado su fuerte
sello el pronunciamiento del TJCE en el caso Este orden público europeo ha sido
Eco Swiss China Time v. Benetton (1999), citado también en casos arbitrales, como en
en el que se dejó sentado que la norma de los pronunciamientos de la Cámara de Co-
defensa de la competencia del artículo 85 mercio 6197 de 1995 y 4132 de 1983(120).
del Tratado de Roma constituye una dispo-
sición fundamental para el funcionamiento Se cuestiona si no se está, en el fon-
del mercado interior de la Unión Europea. do, ante un orden público “nacional”. En
Como consecuencia, dijo el tribunal: 1998 la Corte Suprema Austriaca conclu-
yó en dos casos que la norma de derecho
“en la medida en que un órgano ju- comunitario europeo directamente aplica-
risdiccional nacional deba, en apli- ble a los Estados miembros es, según su
(119) VAN HOUTTE, From a National to a European Public Policy, cit., p. 848.
(120) Es llamativo el caso Thales Air Defence c/ G.I.E. Euromissile y La S.A. EADS France, 1994, Corte de
Apelación de París. En este caso, los árbitros decidieron no aplicar una norma imperativa europea sobre
el derecho de la competencia. La corte de apelación llevando al máximo la visión transnacional dijo sim-
plemente que no podía analizar ese punto bajo la denuncia de orden público porque eso significaría
meterse en el fondo del asunto.
734 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(121) De modo que un laudo arbitral en conflicto podría ser invalidado (Ver ILA Interim Report (2000), casos
citados en la p. 20).
(122) ALVAREZ, “Guiado por una mano invisible. El orden público al amparo del capítulo 11 del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte”, cit., p. 34.
(123) GONZALO QUIROGA , Orden Público y Arbitraje Internacional en el Marco de la Globalización Comer-
cial, cit., p. 39.
(124) Ibidem, pp. 47-48.
(125) Ver, por ejemplo, FERNÁNDEZ ARROYO , Diego P., “El Derecho Internacional Privado en el MERCOSUR:
¿Hacia un Sistema Institucional”, en: El Derecho Internacional Privado Interamericano en el Umbral
del Siglo XXI?, Sextas Jornadas de Profesores de Derecho Internacional Privado, Segovia, 1995,
Departamento de Derecho Internacional Público y de Derecho Internacional Privado, EurolexSL,
Madrid, 1997, 180-183.
(126) FERNÁNDEZ ROZAS / SÁNCHEZ LORENZO, cit., p. 227.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 735
tido, coincide con la noción de “normas ción luego de que el mecanismo conflic-
imperativas” del derecho internacional tual determinó aplicable una ley extranje-
privado u otras expresiones que, como ra(129). Se trata de regulaciones concretas
se verá, se utilizan de manera análoga. aplicables al caso, y no principios gene-
rales extraídos del sistema, como lo son
Dice el libro verde(127) que “la ex-
los del orden público como factor correc-
presión “disposición imperativa” abarca
tivo de las normas de conflicto(130). La ex-
una realidad múltiple: designa a la vez
presión ha tomado arraigo en el derecho
las leyes de policía, concepto caracterís-
tico del derecho internacional privado, y europeo. Así, el libro verde alude a la ley
las normas de orden público interno”. La de policía como un “concepto de derecho
terminología en francés de lois de police internacional privado que designa las nor-
–leyes de policía– se encuentra aparen- mas a las que un Estado concede tal im-
temente utilizada por primera vez en una portancia que exige su aplicación en cuan-
referencia que hizo Bouhier que vivió de to la situación jurídica presenta un víncu-
1673 a 1746(128). Recoge la expresión el lo con su territorio, cualquiera que sea,
código civil francés, que habla de lois de por otra parte, la ley aplicable a la situa-
police en el artículo 3, 1, en tanto que en ción. Contrariamente al mecanismo de la
el artículo 6 se refiere a ordre public y excepción de orden público internacional,
bonnes moeurs (orden público y buenas el juez no descarta la ley designada por
costumbres). sus normas de conflicto por ser contraria
al orden público, sino que aplica de ofi-
Pues bien, para los franceses, las le- cio sus propias normas”(131).
yes de policía son las que se aplican in-
mediatamente, a diferencia de la figura del Hace notar Audit que el desarrollo
orden público, que constituye una excep- de la doctrina de las leyes imperativas o
(127) En el contexto del Convenio de Roma, pero el comentario se hace extensivo a otros ámb itos.
(128) RUBINO-SAMMARTANO, Public Policy in Transnational Relationships, cit., p. 10.
(129) Dice GRIGERA que “la técnica de la ley de policía no se basa en la localización –frecuentemente artificial–
en el espacio de la cuestión litigiosa ni en reparar en el “fenómeno de la frontera”. Se trata mas bien de
determinar la proximidad ideal entre las cuestiones regladas en la norma sustantiva y el punto litigioso
para concluir si tal norma habrá de aplicarse directamente –es decir, sin la intermediación de una norma de
conflicto– o no (GRIGERA NAÓN, Horacio, “Los árbitros internacionales: ¿pueden o deben aplicar leyes de
policía?”, en: Avances del Derecho Internacional Privado en América Latina, Liber Amicorum Jürgen Samt-
leben, Coordinadores: KLEINHEISTERKAMP, Jan / LORENZO IDIARTE, Gonzalo A., Editorial Fundación de Cultura
Universitaria, Montevideo, 2002, p. 600).
(130) GRIGERA NAÓN, Horacio, Public Policy and International Commercial Arbitration: The Argentine Perspectiva,
(Kluwer CD), después de la nota 14. Entiende GRIGERA que los árbitros pueden aplicar leyes de policía que
no sean del derecho aplicable al contrato sin que el laudo pueda ser impugnado. Ello bajo ciertas condicio-
nes, como que las partes las invoquen y no sean aplicables meramente de oficio, o el contraste con el
orden público internacional para determinar si es o no exorbitante, etcétera (GRIGERA NAÓN, Horacio, Los
árbitros internacionales: ¿pueden o deben aplicar leyes de policía?, pp. 612-615).
(131) Se propone en el Libro Verde que “El futuro instrumento “Roma I” podría, pues, proponer una definición del
concepto de leyes de policía, definición que podría inspirarse en la jurisprudencia Arblade del Tribunal de
Justicia [TJCE, 23.11.1999, asuntos C-369/96 y C-374/96], según la cual la ley de policía es “una disposi-
ción nacional cuya observancia se ha considerado crucial para la salvaguardia de la organización política,
social o económica del Estado miembro de que se trate, hasta el punto de hacerlas obligatorias para toda
persona que se encuentre en el territorio nacional de ese Estado miembro o con respecto a toda relación
jurídica localizada en él”.
736 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(132) AUDIT, Le Caractère Fonctionnel de la Règle de Conflit (sur la “crise” des conflits des lois), cit., p. 365.
(133) VISHER, cit., p. 158.
(134) Señala, sin embargo, el Libro Verde que como reacción a la jurisprudencia Ingmar GB Ltd contra Eaton
Leonard Technologies Inc. del Tribunal de Justicia [TJCE, 9.11.2000, asunto. C-381/98], algunos propusie-
ron en Europa que en la futura regulación comunitaria debe preverse que no puede tratarse de ley de
policía si la norma contempla únicamente la protección de intereses puramente privados, por oposición a
las leyes que protegen el orden político, económico o social de un Estado.
(135) La nacionalización del derecho mercantil del siglo XIX demostró sus efectos intervencionistas plenamente
en el siglo XX, y ha conducido recientemente hacia la privatización de las fuentes en el derecho transna-
cional entre profesionales (DALHUISEN, cit., pp. 57-60).
(136) DALHUISEN, cit., p. 86. En la Unión Europea el efecto de las reglas imperativas domésticas que no se
reducen a políticas públicas, seguridad o salud ha sido grandamente reducida si atentan contra el libre
movimiento de bienes y servicios y el derecho de establecerse en otra jurídiccción (artículo 43, 46(2) y 49).
Luego del caso del TSCE Europea siguiendo a Dassonville y Casis de Dijon, se ha enfatizado la importan-
cia del libre movimiento de bienes y servicios y el derecho del establecimiento por sobre regulaciones
domésticas, excepto si se justifica por el bienestar general. Esto ha impactado en industrias tradicional-
mente reguladas, como servicios financieros.
(137) VISHER, Frank, General Course on Private International Law, Recueil Des Cours, Collected Courses of the
Hague Academy of International Law, 1992, I, Tome 232 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1993,
pp. 154-155.
(138) FERNÁNDEZ ARROYO, MERCOSUR, p. 295.
(139) MORSE, p. 17.
(140) JUENGER, recueil, p. 201.
(141) Loc. cit.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 737
(142) Su aplicación directa no está tan clara en determinados casos. GRIGERA cita como ejemplo el artículo 14
del Código Civil Argentino, el cual prevé que la aplicación del derecho argentino prevalece si conflictúa
con la ley foránea menos favorable a validez del acto, lo cual sugiere que primeramente debe determi-
narse la ley aplicable a la transacción a través del método conflictualista, y solo luego aplicar la ley
foránea sustantiva, la cual será dejada de lado si resulta menos farovable que el derecho argentino a la
validez del acto, porque éste prevalecerá necesariamente a través de una política legislativa sustantiva
de favorecer la validez de las trasnsacciones internacionales que tengan algún contacto con la Argenti-
na (GRIGERA NAÓN, Public Policy and International Commercial Arbitration: The Argentine Perspectiva
cit., después de la nota 17).
(143) Las raíces se encuentran en la doctrina de SAVIGNY (VISHER, General Course on Private International Law,
cit., p. 153) cuando hablaba de “leyes estrictamente positivas (JUENGER, General Course on Private Inter-
national Law, cit., p. 201).
(144) VISHER, General Course on Private International Law, cit., p. 154.
(145) BRIGGS, cit., p. 166.
738 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
Las reglas de conflicto aparecen más vul- mitativas en las leyes, norme autolimita-
nerables en el common law inglés que en te, reglas internas espacialmente condicio-
el sistema de derecho civil. Cada contra- nadas, leyes localizadas”(148), norme di
to es sujeto a public policy y en la termi- applicazione necesaria (149) y normas le-
nología legal inglesa la expresión man- gales que no pueden ser derogadas por
datory rule comprende tanto leyes impe- contrato o “normas obligatorias”(150). To-
rativas en la esfera doméstica como le- das se corresponden con este aspecto po-
yes de seguridad pública absolutamente sitivo del orden público, equivalente a
vinculantes internacionalmente(146). normas imperativas.
Grigera distingue entre normas de
aplicación directa y normas de aplicación 15. APLICACIÓN DE LEYES IMPE-
inmediata. Las primeras serían normas RATIVAS EXTRANJERAS
sustantivas de carácter imperativo, con
Se plantea el debate si el juzgador
vocación de aplicación internacional, que
debe tomar en cuenta también las leyes
no se identifican con los principios bási-
de policía de otro sistema jurídico, que
cos generales que informan el orden
no se encuentre referido por la regla de
público internacional de un foro deter-
conflicto. Esta facultad la confieren algu-
minado, y no dependen para recibir apli-
nos cuerpos normativos, como el artículo
cación de que el orden público interna-
7º, páragrafo 1º, del Convenio de Roma
cional del foro haya sido violado. En
de 1980 sobre derecho aplicable a las obli-
tanto que las normas de aplicación in-
gaciones contractuales, vigente en la
mediata estarían dirigidas específica-
Unión Europea(151). Suele citarse como
mente a vinculaciones internacionales,
antecedente a esta norma una decisión de
como las que establecen la autonomía
la Cámara de los Lores de 1958 (Caso Ra-
de cláusula compromisoria en el arbi-
gazzoni/Sethia), en la que se tuvo en cuen-
traje internacional(147).
ta el derecho imperativo indica que pro-
En derecho comparado también exis- hibía la exportación de yute a Sudáfrica
ten otros rótulos como “cláusulas autoli- en un contrato regido por el derecho
(152) A pesar de que dice el Libro Verde que no parece tratarse de una resolución en la que el juzgador inglés
haya efectivamente recurrido al concepto de ley de policía extranjera, ya que el supuesto se sitúa en un
contexto muy anterior a la entrada en vigor del Convenio de Roma, pero se trata precisamente de una
situación como la contemplada en el apartado 1 del artículo 7.
(153) BRIGGS, cit., p. 47.
(154) Ver Libro Verde. En los Estados Unidos, en el famoso caso The Bremen v. Zapata Offshore Co. De 1972 la
Corte Suprema resolvió que solo tendría un control posterior a los fallos que afecten el orden público
(public policy). El dictum del fallo sugiere que ahora se entiende que los árbitros internacionales tienen no
solo el derecho sino la obligación de examinar el efecto de la legislación imperativa foránea a la ley elegida
por las partes y la ley del lugar del arbitraje (CRAIG / PARK / PAULSSON, International Chamber of Commerce
Arbitration, cit., p. 343).
(155) MAYER, Pierre / HEUZÉ, Vincent, “Droit International Privé”, 7ª ed., Editorial Montchrestien, Paris, 2001, p.
86. Al respecto, dice HAYS: que el Convenio de Roma tiene por objetivo por un lado asegurar la protección
de expectativas de las partes; y por el otro, resguardar intereses que puedan tener los Estados en proteger
a “partes débiles”, como el consumidor y el empleado. Estos intereses pueden ser del foro o de un tercer
Estado (Peter Hay, Flexibility Versus Predictability and Uniformity in Choice of Law, Reflections on Current
European and United States Conflicts Law, Recueil Des Cours, Collected Courses of the Hague Academy
of International Law, 1991, IV, Tome 226 de la collection, Martinus Nijhoff Publishers, 1992, p. 396).
(156) VISCHER, Frank, “New Tendencies in European Conflict of Laws and the Influence of the U.S. Doctrine –
a Short Survey”, en: Law and Justice in a Multistate World, Essays in Honor of Arthur T. Von Mehren,
Transnational Publishers Inc., New York, 2002,Vischer, p. 462.
(157) BLESSING, citado en el ILA Interim Report (2000), p. 18.
740 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
público y fraude a la ley. Al no existir lex elección del foro operan de hecho como
fori –refiere Derains– se presentan dos renuncia de las partes al derecho conferi-
consecuencias mayores: no hay derecho do por normas imperativas (mandatory-
nacional competente, o derecho que como irrenunciables), la Corte no dudaría en
principio deba aplicar el árbitro. Ello sal- invalidar el recurso al arbitraje como con-
vo que las partes hayan elegido el dere- trario al orden público. Cabe destacar que
cho del lugar del arbitraje, pero esto re- tribunales superiores norteamericanos se
sulta consecuencia de la aplicación de una negaron a dar virtualidad a cláusulas de
regla propia del arbitraje internacional y selección del foro cuando resultaron no
no de una particular lex fori. El segundo razonables (Corna v. American Hawai
efecto es que no hay derecho extranjero Cruises, Inc. (1992); Pearcy Marine v.
en el arbitraje internacional. Todos los Seacor Marine (1993); indebidamente gra-
derechos nacionales tienen el mismo va- vosas -unduly burdensome (Effron v. Sun
lor y ninguno un status privilegiado. Con- Line Cruises (1994); o cuando fueron di-
secuentemente, el árbitro no tiene que ase- rectamente resultado de fraude (Farmland
gurarse que conceptos puramente nacio- Indus. Inc. v. Frazier-Parrot Commodities,
nales sean respetados(158). Además, no ata- Inc. (1986), M.G.J. Indus. Inc. v. Gre-
dos por reglas específicas del foro, o de- yhound Finance Corp. (1993).
rechos nacionales, los árbitros a veces La inconveniencia del foro (forum
optan por un derecho transnacional (como non conveniens), por razones de justicia
principios internacionalmente reconoci- y economía procesal, fue abordada en dos
dos, o lex mercatoria), que acarrea consi- casos recientes en los Estados Unidos,
go un orden público independiente a los también de tribunales superiores, relati-
derechos nacionales(159). vos al arbitraje. Tales son Melton v. Oy
Esto representa un particular proble- Nautor Ab. (1998), noveno circuito y
ma con respecto a las normas imperativas Monegasque de Reassurance S.A.M.
o leyes de policía, puesto que con recu- (Mode Re) and NAK Naftogaz of Ukrai-
rrirse a la jurisdicción arbitral podrían ne and State of Ukraine (2002). Igual lí-
obviarse sus disposiciones. En el leading nea se sigue en los casos en que existe
case Mitsubishi Motor Corp. V. Soles interés de que la disputa sea resuelta lo-
calmente (Piper Aircraft)(160).
Chrysler-Plymouth Inc. (1985) la Corte
Suprema Norteamericana permitió que se En Inglaterra, en 2004, en línea con
resolvieran en arbitraje cuestiones en que varios precedentes, en el caso Tonicstar
se hallaban en juego normas imperativas Ltd. v. American Assurance Co.(161), la
(en este caso relativas a valores-securi- High Court, Queen’s Bench Division im-
ties). Sin embargo, se dijo claramente en pidió que se llevara un arbitraje a Nueva
el fallo que si la elección del derecho o la York en atención a que Inglaterra era el
(158) DERAINS, Yves, Public Policy and the Law Applicable to the Dispute in International Arbitration, Kluwer
CD, Nº 10.
(159) Ver Laudo CCI 3267 de 1980, citado por LAGARDE, Public Policy, cit., p. 51.
(160) 454 U.S. 235, at 260.
(161) Caso Nº 2004, Folio 118.
ORDEN PÚBLICO Y ARBITRAJE: ALGUNOS LLAMATIVOS PRONUNCIAMIENTOS RECIENTES EN EUROPA (...) 741
foro apropiado (proper forum) para el pro- la posibilidad de que los árbitros no apli-
cedimiento. Ello por varias razones, ante quen la ley paraguaya.
un contrato de reaseguro en el que el pre-
La Corte Suprema no denegó que
disponente había obrado abusivamente
cuestiones como ésta pudieran ser some-
(con engaño – misrepresentation– y ocul-
tidas a arbitraje, pero se desprende del
tamiento de información –non-disclosu-
fallo que dado el carácter de orden públi-
re). En Alemania, en un caso de 2005 del
co de la Ley 194, el mismo debería, en su
Bundesgerichtshof (Corte Federal Ale-
caso, llevarse adelante con sede en el Pa-
mana)(162) se decidió que el derecho a la
raguay. Ello con el evidente fin de que
determinación final de la validez de
pudiera existir un escrutinio ulterior de la
acuerdos de arbitraje estaba reservado a
Corte Suprema local con respecto a la
tribunales estatales, y que su competen-
observancia del laudo de la normativa
cia en dichas materias no puede ser de-
imperativa paraguaya, llegado el caso. La
rogada por acuerdo de partes. Ello en un
Corte también hizo mención al acuerdo y
contrato con cláusulas presdispuestas
sentencia Nº 827 del 12 de noviembre de
para una “Managed Account” que contenía
2001, cuando sostuvo con respecto a la
una cláusula arbitral.
Ley 194 de 1993:
quedaba evidente que se estaba intentan- rectiva tienen como finalidad, entre otras,
do evadir fraudulentamente la ley impe- suprimir las restricciones al ejercicio de
rativa aplicable. Aquí corresponde preci- la profesión de agente comercial, unifor-
sar que si bien se habla en derecho inter- mar las condiciones de competencia den-
nacional privado del fraude a la ley, co- tro de la comunidad e incrementar la se-
rresponde destacar que la noción del or- guridad de las operaciones comerciales.
den público la ha devorado sistemática- De esta forma, la finalidad del régimen
mente. Como lo señalan Fernández Ro- previsto en los artículos 17 a 19 de la di-
zas y Sánchez Lorenzo, no existe ningún rectiva es proteger, a través de la catego-
precedente claro en que el fraude a la ley ría de los agentes comerciales, la libertad
haya operado aisladamente del orden pú- de establecimiento y el juego de una com-
blico, aunque haya alusiones jurispruden- petencia no falseada en el mercado inte-
ciales al fraude en las relaciones del tráfi- rior. Por este motivo, la observancia de
co privado externo(164). En Latinoaméri- las citadas disposiciones en el territorio
ca se destaca la posición de Parra-Aran- de la comunidad resulta necesaria para
guren, contraria a consagrar legislativa- conseguir estos objetivos del tratado. De
mente la figura del fraude a la ley, en la allí concluye el TJCE la necesidad de re-
que subyace este pensamiento(165). conocer que resulta esencial para el orde-
namiento jurídico comunitario que un em-
Como sea, ya a nivel comunitario, en
presario establecido en un país tercero,
Europa el ya mencionado pronunciamien-
cuyo agente comercial ejerce su actividad
to del TJCE impidió que se evadiera frau-
dentro de la comunidad, no pueda eludir
dulentamente una disposición imperativa
las citadas disposiciones mediante el sim-
recurriéndose a otro derecho aplicable.
ple juego de una cláusula de elección de
Ello con respecto a la directiva 86/653/
la ley aplicable. Ello porque la función que
CEE del consejo, de 18 de diciembre de
desempeñan las disposiciones de que se
1986. Entre otras cosas, se dijo en el pro-
trata exige que éstas se apliquen cuando
nunciamiento que los artículos 17 a 19 de
la situación tenga una relación estrecha
la directiva tienen como finalidad prote-
con la comunidad, en particular, cuando
ger al agente comercial, una vez que se
el agente comercial desempeñe su activi-
haya extinguido el contrato. El carácter
dad en el territorio de un Estado miem-
imperativo de los citados artículos se ve
bro, sea cual fuere la ley a la que las par-
confirmado por el hecho de que, según el tes hayan pretendido someter el contrato.
artículo 19 de la directiva, las partes no
pueden pactar cláusulas contrarias a ella Vayamos ahora a los precedentes en
en perjuicio del agente comercial, antes Bélgica. Como es sabido, este país se
del vencimiento del contrato. Se dijo ade- muestra, por regla, ampliamente liberal a
más en el pronunciamiento que las medi- favor del arbitraje. Sin embargo, esta lati-
das de armonización establecidas en la di- tud no rige en los contratos de distribu-
ción, porque allí la ley belga de 1961 pre- fundamentalmente a dos órdenes de inte-
sume –como lo hace ley paraguaya arriba reses que se pretenden resguardar. Por un
referida– una voluntad no libre del distri- lado, el llamado orden público de direc-
buidor. Consecuentemente, dicha norma- ción, es decir, la potestad que tiene el Es-
tiva impone responsabilidades legales al tado de intervenir en cuestiones que afec-
principal del extranjero en caso de ruptu- ten su soberanía o accionar económico,
ra injustificada de la vinculación. Además, como ocurre con regulaciones relativas a
el artículo 4 de la ley del 27 de julio de la moneda o a defensa de la competencia,
1961 dispone que el distribuidor local por citar ejemplos. Y por otro lado el lla-
puede demandar al principal, en Bélgica, mado orden público de protección, que
en caso de terminación injustificada de la cada Estado lo establece y regula normal-
vinculación contractual ejecutada en ese mente para salvaguardar derechos de par-
país. Por su parte, el artículo 6 establece tes débiles en la contratación, como por
que las disposiciones de la ley son aplica- ejemplo los consumidores. Esta protec-
bles pese a la existencia de cualquier cláu- ción se establece en el entendimiento de
sula en contrario que haya sido pactada que hay supuestos en que no la contrata-
antes del fin de la concesión. La interpre- ción no es fruto de la libre voluntad sino
tación prevaleciente –señala Horsmans– de otros factores. En definitiva, depende
es permitir el arbitraje “siempre que los de cada Estado el alcance de su orden
árbitros vayan a aplicar la ley belga”(166). público de dirección o protección como
Y así lo entendió la Corte de Casación límites excepcionales a la autonomía de
Belga en un muy importante pronuncia- la voluntad. Se dijo finalmente en la opi-
miento del año 2004. La corte falló que nión consultiva que, en su caso, los abu-
si la cláusula de arbitraje somete este sos o las violaciones en concreto a nor-
tipo de contiendas a un derecho extran- mas o principios de tinte imperativo serán
jero, la autoridad judicial belga puede objeto de juzgamiento de parte del juz-
excluir la posiblidad del arbitraje cuan- gador nacional interviniente.
do permitirlo sería una violación de su
derecho y orden jurídico. Ello fue re-
afirmado en un fallo del año 2006(167). 18. CONSIDERACIONES FINALES
El paralelismo con el fallo de la Corte
El monstruo del orden público se
Suprema de Paraguay es evidente.
encuentra en fase de domesticación y en
Cabe traer a colación lo expuesto mucho ha contribuido para ello el arbitra-
muy recientemente por la mayoría de los je. Un afortunado párrafo de la opinión
integrantes del tribunal permanente de consultiva mercosureña expresa el gran
revisión del Mercosur en la opinión con- desafío ante el que se enfrentan organis-
sultiva Nº 1 de 2007. Se señaló allí que mos legisferantes con respecto a las res-
las normas imperativas corresponden tricciones imperativas. Dice así:
(166) GUY H ORSMANS , “Actualité et évolution du droit belge de l’arbitrage”, en: Revue de l’arbitrage,
1990 - Nº 4, pp. 797-834.
(167) Decisiones Nº JC04AF2 del año 2004 y Nº JC06BG5_1 de 2006. Ya la Corte de Casación Belga, Sección
Francesa, Primera Cámara, se había expedido en 1979 en un caso sobre distribución, prohibiéndose de
que pudiera ser resuelto aplicándose una ley extranjera en burla a la norma imperativa belga.
744 JOSÉ ANTONIO MORENO RODRÍGUEZ
(*) Profesor Titular de Carrera de la Universidad Nacional de México - UNAM y Asesor externo del Bufete
Dávalos y Asociados, S.A. de C.V., México, D.F.
(**) Profesor Titular de Carrera de la Universidad de Monterrey y Profesor en la Escuela de Doctorado
de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Socio del despacho Lobo, Graham y Asociados, México.
(1) OPPETIT, Teoría del arbitraje, Legis, 2006, p. 193.
(2) Por ejemplo, véase: BAUM, International Arbitration: The Path toward Uniform Procedures, Mélanges
Briner, CCI, 2005; MANTILLA -SERRANO, “Towards a Transnacional Procedural Public Policy”, en: Arbitra-
tion International, 2004, p. 333.
746 LEONEL PEREZNIETO CASTRO / JAMES A. GRAHAM
muchos otros elementos que podrían men- bitraje es su vínculo con el Estado “sede”
cionarse. Por otro lado, el arbitraje es un que las partes han designado para el de-
procedimiento muy importante para los sarrollo del procedimiento. Como se sabe,
países latinoamericanos especialmente la noción de la sede en el arbitraje tradi-
para transacciones internacionales por la cional comporta dos aspectos diferentes.
deficiencia en los sistemas judiciales(3), Por un lado, se trata de una noción mate-
que dan la impresión de seguir a la letra rial en el sentido de que en base a ella se
lo que el emperador chino Kank-hsi or- designa un lugar donde se efectúan de
denó hace más de 200 años: manera concreta las actividades materia-
les del procedimiento como son, entre
“Los procesos judiciales aumenta- otras, la audiencia de las partes, el des-
ran dramáticamente si no se atemo- ahogo de pruebas, la firma de la senten-
riza a los individuos en relación con cia o su rendición, etc. Sin embargo, tam-
los tribunales. Deseo por lo tanto bién se trata de un concepto jurídico de-
que aquellos que tienen la posibili- signado de manera abstracta como el lu-
dad de acudir a los tribunales sin gar elegido por la voluntad de las partes.
ninguna contemplación y de tal ma- La disociación entre estas dos localizacio-
nera que temerán la ley y se aterra- nes, implica, en la práctica, que los as-
ran de comparecer ante un magis- pectos de ejecución material de las acti-
trado. De esta manera los buenos vidades, se efectúen con frecuencia, en
ciudadanos que puedan tener difi- lugar diverso del designado por las par-
cultades entre ellos mismos, las re- tes(6). En este sentido la Corte de Apela-
solverán como hermanos enviándo- ción de Paris fue clara al establecer que
las al arbitramento de algunos an- “la sede del arbitraje es una noción pura-
cianos o del líder de la comunidad. mente jurídica, (...) sujeta a la voluntad
Para aquellas que sean problemáti- de las partes, y no una noción material
cas, obstinadas o discutibles, que se dependiente del lugar donde la audiencia
arruinen en las cortes de ley”(4). se llevó a cabo o el lugar efectivo donde
se firmó la sentencia”(7). No cabe duda,
En un trabajo anterior(5) menciona- como lo escribe Kaufmann-Kohler, que
mos, que uno de los principales obstácu- “los lugares jurídicos como la sede [del
los para la “transnacionalización” del ar- arbitraje], siguen a la mundialización, por
(3) GRIGERA NAÓN, “Arbitration and Latin America: Progress and Setbacks: 2004 Freshfields Lectura”, en: Arbi-
tration International, 2005, p. 127; ZULETA JARAMILLO, “El regreso a los cañoneras y Calvo?: hacia donde va
el arbitraje entre inversionistas y Estados”, en: Revista Internacional de Arbitraje, 2005, p. 155.
(4) PARK, “Naturaleza cambiante del arbitraje: El valor de las reglas y los riesgos de la discrecionalidad”, en:
Revista Internacional de Arbitraje, 2005, pp. 11, 12.
(5) “La muerte programada del Estado sede del arbitraje?, Liber amiricum Patricio Aylwin Azócar”, Santiago
de Chile, 2006; en: Revista Latinoamericana de Mediación y Arbitraje, 2006, p. 197, www.med-arb.net.
(6) Efectivamente, la realidad muestra hoy en día que los contactos entre tribunal y partes en el procedimiento
es por vía telefónica, de fax, e-mail, etc. y sólo se reúnen personalmente con motivo de la audiencia de
desahogo de pruebas y en ocasiones, esta audiencia se lleva a cabo, por acuerdo de las partes, en un
lugar distinto del lugar sede del arbitraje.
(7) Soc. Procédés de fabrication pour le béton c. Libye, 28/10/97, Rev. arb., 1998, p. 399, Leurent.
HACIA UNA VERDADERA JUSTICIA ARBITRAL TRANSNACIONAL DEL SIGLO 21 747
su admisión como una ficción pura”(8). glas arbitrales o que los árbitros deciden
Lugares que por otro lado obedecen en que sea resuelto conforme a aquella le-
primer lugar a la voluntad de las partes gislación. También esta legislación se apli-
de acuerdo a las conveniencias de des- ca, como en el caso de México cuando
plazamiento de los árbitros y de los tes- una de las partes somete a la considera-
tigos y otras consideraciones tales como ción del juez un asunto, aún cuando el
hoteles, facilidades para la celebración contrato contenga cláusula arbitral, argu-
de la audiencia, etc. mentando que ésta es nula o ineficaz(10) o
La importancia del Estado sede es bien, cuando las partes no logran ponerse
vigente; su ley determina los principios de acuerdo para designar al árbitro o a los
del procedimiento y la competencia sus árbitros, podrán solicitarlo a un juez de
jueces, conforme al marco de la conven- operar dicha designación(11).
ción de Nueva York de 1958, ya que es la Ahora bien, la idea del arbitraje ver-
única jurisdicción competente para poder
daderamente transnacional se expresó de
nulificar el laudo(9). También son estos
manera clara en el laudo Salini Construtto-
jueces los competentes para intervenir
ri (12) en donde el tribunal arbitral firma:
durante el procedimiento en caso de difi-
cultades que surjan durante el procedi-
miento arbitral. En la práctica, la legisla- The arbitral tribunal accords the
ción del Estado sede, es el “telón de fon- greatest respect to the Ethiopian
do” de la normatividad arbitral aplicable courts(13). Nevertheless, for the rea-
ya que los árbitros además de aplicar las sons set out below, the tribunal con-
reglas de la institución administradora del siders that it is not bound to suspend
arbitraje escogida por las partes, tienen the proceedings as a result of the
una muy amplia discrecionalidad para particular injunctions issued by the
conducir el arbitraje como lo estimen con- Federal Supreme Court and the Fe-
veniente, por lo que el recurso a la legis- deral First Instance Court and that,
lación arbitral del Estado sede del arbi- in the particular circumstances of the
traje se da cuando hay algún conflicto que case, it is under a duty to proceed
resolver y que no está previsto en las re- with the arbitration.
(8) KAUFMANN-KOHLER, “Le lieu de l’arbitrage à l’aube de la mondialisation”, en: Rev. arb., 1998, pp. 517, 536;
RIVIER, cit., p. 125.
(9) Sin embargo, es menester señalar que por un ratio decidendi de principio, la Corte de apelación de Paris
estableció que “la deslocalización del laudo en el derecho francés de arbitraje internacional no se opone a
que sea previsto un acuerdo de elección de forum en otra jurisdicción para el recurso de nulidad del laudo
distinto a la de la sede del arbitraje” (PEREZNIETO & GRAHAM, “La muerte programada del Estado sede del
arbitraje?”, en: Revista Latinoamericana de Mediación y Arbitraje, 2006, #28, www.med-arb.net).
(10) Artículo 1424 del Código de Comercio.
(11) Artículo 1427, III del Código de Comercio.
(12) CCI (GAILLARD / BERNARDINI / BUNNI), Salini Construttori v. Etiopia, Laudo sobre jurisdicción, 7/12/2001, en:
Revista Latinoamericana de Mediación y Arbitraje, 2003, p. 159; comentado por GAILLARD, “L’interférence
des jurisdictions du siège dans le déroulement de l’arbitrage”, in: Liber amicorum Raymond, Paris, Litec,
2004, p. 83; y por SCHWARTZ, “Do international arbitrators have a duty to obey the orders of courts at the
place of the arbitration?”, in: Liber amicorum Briner, París, ICC, 2005, p. 795.
(13) Etiopía fue el Estado sede del arbitraje.
748 LEONEL PEREZNIETO CASTRO / JAMES A. GRAHAM
This tribunal is an ICC arbitral tri- into a dead letter, with intolera-
bunal, constituted under the ICC ble consequences for the practice
rules. Pending the decision of the of international arbitration more
arbitral tribunal on the question of generally (16).
jurisdiction, which is given below,
it must be assumed that the parties Aún prevalece la idea que para la
have agreed to resolve their dispu- validez de una cláusula arbitral se requie-
tes through ICC arbitration with a re del reconocimiento de una norma esta-
seat in a particular country, name- tal. Sin embargo, los defensores de la de-
ly, Ethiopia(14). localización concuerdan que no es la le-
gislación del Estado sede el que “valida”
[…]
el arbitraje, sino la ley del Estado donde
An international arbitral tribunal is se ejecuta el laudo. Uno de los principa-
not an organ of the state in which it les autores que defienden este punto de
has its seat in the same way that a vista es Pierre Mayer(17) para quien la
court of the seat would be. The pri- Grundlegung del procedimiento arbitral
mary source of the tribunal’s y su resultado, el laudo, se vinculan jurí-
powers is the parties’ agreement to dicamente al Estado de recepción; es de-
arbitrate. An important consequen- cir, al Estado donde la sentencia arbitral
ce of this is that the tribunal has a se ejecuta, y no al Estado de origen que
duty vis à vis the parties to ensure es el Estado donde se encuentra la sede
that their arbitration agreement is jurídica del arbitraje. Dicho en otras pa-
not frustrated. In certain circums- labras, hay una serie de decisiones judi-
tances, it may be necessary to de- ciales, algunas las mencionaremos más
cline to comply with an order is- adelante, que muestran cómo el punto de
sued by a court of the seat, in the equilibrio se ha desplazado del Estado
fulfillment of the tribunal’s larger sede a la ley del Estado de ejecución del
duty to the parties(15). laudo ya que éste será, en última instan-
cia, el que en la realidad importa para la
[…]
parte que desea ejecutar el laudo. Es así
To conclude otherwise would en- que se puede mencionar como una ilus-
tail a denial of justice and fairness tración ejemplar el fallo de la corte su-
to the parties and conflict with the prema alemana, por el cual se decidió que
legitimate expectations they crea- un laudo resultando de un procedimien-
ted by entering into an arbitration to arbitral basado en un acuerdo de arbi-
agreement. It would allow the traje no escrito y que no puede ser “sal-
courts of the seat to convert an in- vado” por el juego del artículo VII de la
ternational arbitration agreement Convención de Nueva York (el famoso
(18) Infra.
(19) BGH, 21/9/2005, SchiedsVZ, 2005, p. 306.
(20) GRAHAM, Grundlegung y lex contractus en los contratos estatales, RLMA, 2001, p. 18; Contra: MAYER, Le
mythe de l’ “ordre juridique de base” (ou Grundlegung), Mélanges Goldmann, París, 1987, p. 199.
(21) Aspects philosophiques du droit international privé, Paris, 1956, # 32.
(22) HEUZÉ, La réglementation française des contrats français, París, 1990, #115 sq.
(23) Emprunts serbes et brésiliens, série A, #20/21, pp. 41-42.
750 LEONEL PEREZNIETO CASTRO / JAMES A. GRAHAM
que quienes defendieron al positivismo mismo cualquier contrato. Esto, por otro
partían de una jerarquía de normas donde lado, refuta el “argumento apodíctico” del
cada una deriva su validez de una norma profesor Heuzé, según el cual si la volun-
superior. Al extremo de la pirámide se tad es tan poderosa en un primer estadio
encuentra una norma ficticia – la famosa al querer ligarse, nada podría impedirle
Grundnorm kelsenia, que no es nada más en un segundo estadio, a no ser más liga-
que un postulado teórico para evitar un da(26). Los positivistas olvidan con fre-
regressio in infitinum. Verdross recordó cuencia que todo orden jurídico, sea in-
que cada orden jurídico llamado “positi- ternacional o nacional, no nació de un
vo” postula una norma meta-positiva al vacuum(27), sino a partir de un encuentro
origen(24). No se requiere que “el inter- de voluntades para luego someterse a un
cambio de los consentimientos sea civil- corpus juris(28). Es esta auto-limitación el
mente obligatorio por si mismo” para de fundamento de la pacta sunt servanda.
ahí derivar que necesariamente una ley
positiva se aplica al contrato(25). El inter- Hoy en día puede observarse que el
cambio es obligatorio en razón de una contrato desvinculado de los derechos na-
norma meta-positiva! La Grundnorm cionales constituye su propia Grundle-
constituye la base del orden jurídico po- gung. De la misma manera que conforme
sitivo; el pacta sunt servanda es el funda- a la lex contractus, las partes pueden ele-
mento del contrato en la medida que ese gir otro derecho, el contrato sin referen-
pacto esté fundamentado en el derecho cia a un derecho nacional, constituye tam-
nacional. Paradójicamente este argumen- bién la lex contractus. Difícilmente hoy en
to puede ser utilizado a contrario ya que día alguien podría afirmar que por el he-
el mismo principio que manifiesta la obli- cho de que las partes no designaron dere-
gatoriedad de lo pactado, no se refiere a cho aplicable a su contrato, éste carece
la necesidad de su validez a partir de un de validez(29) Con respecto a la exigen-
derecho nacional y por tanto valida por si cia de prescripciones precisas, señalada
(36) Civ, 20/12/93, JDI, 1994, p. 432, GAILLARD; Rev.crit., 1994, p. 663, MAYER. También véase: Civ1, Omenex,
25/10/2005, R.arb., 2006, p. 103, Racine.
(37) Civ, Copropriété maritime Jules Verne, 7/6/2006.
(38) Paris, Fougerolle, 25/5/1990, Rev. crit., 1990, p. 753, OPPETIT.
(39) Civ, 1/2/2005, R.arb., 2005.693, Muir Watt; D. 2005, p. 3054, Clay.
(40) VAN HOUTTE, “La loi belge du 27 mars 1985 sur l’arbitrage international”, en: R. arb., 1986, pp. 29, 36.
HACIA UNA VERDADERA JUSTICIA ARBITRAL TRANSNACIONAL DEL SIGLO 21 753
(41) KEUTGEN, “La nouvelle loi sur l’arbitrage”, en: Journal des tribunaux, 1998, p. 761, Nº 77 y la bibliografía citada.
(42) “Les parties peuvent, par une déclaration expresse dans la convention d’arbitrage ou par une conven-
tion ultérieure, exclure tout recours en annulation d’une sentence arbitrale lorsque aucune d’elle n’est
soit une personne physique ayant la nationalité belge ou une résidence en Belgique, soit une personne
morale ayant en Belgique son principal établissement ou y ayant une succursale”.
(43) “X. Renonciation au recours:
1) Si deux parties n’ont ni domicile, ni résidence habituelle, ni établissement en Suisse, elles peuvent, par
une déclaration expresse dans la convention d’arbitrage ou un accord écrit ultérieur, exclure tout re-
cours contre les sentences du tribunal arbitral; elles peuvent aussi n’exclure le recours que pour l’un ou
l’autre des motifs énumérés à l’artículo 190, al. 2.
2) Lorsque les parties ont exclu tout recours contre les sentences et que celles-ci doivent être exécutées
en Suisse, la convention de New York du 10 juin 1958 pour la reconnaissance et l’exécution des
sentences arbitrales étrangères s’applique par analogie”.
(44) “Uniform Dispute Resolution Policy” que norma los conflictos entre los nombres de dominio y las marcas
(GRAHAM, El derecho internacional privado del comercio internacional, México, Themis, 2003, #48 sq).
(45) Loc. cit.
(46) Ibidem, p. 53.
(47) Ibidem, p. 46.
754 LEONEL PEREZNIETO CASTRO / JAMES A. GRAHAM
laudo. Se trata del Estado en donde se que quieren. Pero tal punto de vista es
pretende la ejecución, el que da validez falso, porque si los árbitros no respetan
al arbitraje. Sin embargo, consideramos las reglas imperativas del lugar de eje-
que no se trata de dar validez a un arbitra- cución, el laudo no será reconocido y
je sino simplemente la aceptación de los menos aún, ejecutado coactivamente.
requisitos para que un laudo pueda ser
ejecutado de manera coactiva sobre el te-
6. CONCLUSIÓN
rritorio nacional. Por eso, no coincidimos
con Oppetit cuando este autor, no obstan- Un trabajo de esta naturaleza nos
te defender la idea de la “a-localización” impide ampliar más nuestro análisis so-
del arbitraje concluye que éste necesaria- bre el tema por lo que solo quisimos apun-
mente tendría que ser “integrado” al or- tar diferentes direcciones que pensamos
den jurídico nacional. El propio autor, se se asoman en el horizonte del arbitraje
contradijo porque textualmente admitió comercial internacional.
que el Estado de ejecución siempre “su-
bordinará el laudo a un control judicial Estos elementos que ahora empiezan
nacional”(55). Pero “controlar” no es “in- a aparecer como evidentes, pueden incre-
tegrar” y tampoco “validar”. Controlar es mentarse a medida que las necesidades de
verificar que nada se opone a la ejecución un mundo globalizado lo requieran. Si esta
requerida. No explica por qué el procedi- es la dirección previsible –al menos para
miento arbitral y su fuente, la cláusula nosotros– podríamos estar hablando de una
compromisoria, serían validas. Son vali- verdadera justicia comercial a nivel inter-
das por su propia fuente, sin necesidad nacional para este siglo 21 que apenas se
de recurrir a ninguna ley estatal. Lo que inicia, que por otro lado, sería de una gran
sí puede suceder es lo siguiente: si el lau- ayuda para realidades como las latinoame-
do es sometido al derecho nacional para ricanas donde todavía hay dubitaciones por
su ejecución, el laudo puede ser contra- parte de los tribunales nacionales.
rio al orden público local y con base en
éste el juez rechazar el laudo. Esto nos Una justicia arbitral independiente y
lleva a un punto más íntimamente rela- sólo vinculada para problemas de ejecu-
cionado. Se podría objetar que en estas ción con los Estados nacionales, puede ser
condiciones, las partes tendrían la facul- una de las alternativas a seguir en su de-
tad de escapar a las leyes para hacer lo sarrollo en pleno siglo XXI.
APRO XIMA
APROXIMA CIÓN A LLA
XIMACIÓN A SOL UCIÓN DE CONTRO
SOLUCIÓN VERSIAS EN EL
CONTROVERSIAS
SECTOR DE TELECOMUNICA CIONES EN LA
TELECOMUNICACIONES TINO
LATINO
TINOAMÉRICA
AMÉRICA (*)
(*) Este artículo refleja las experiencias vividas en los últimos años en más de quince ciudades Iberoame-
ricanas. Una versión anterior muy similar a este artículo fue publicado por la revista De Cita en Córdoba,
Argentina a finales de 2006.
(**) Socia de Veytia & Vads Latinoamérica, Italia.
758 HERNANY VEYTIA
vinculan a procedimientos siguientes. Sin las partes involucradas son locales o ar-
embargo unos se citan a otros y se lee lo bitraje internacional.
que en asuntos similares se ha resuelto. Aun-
Después de haber preguntado a los
que técnicamente no existe más fuerza que
grandes estudios de abogados que traba-
los argumentos convincentes del laudo.
jan en el área de telefonía cual es la insti-
El escenario de las telecomunicacio- tución administradora que incluyen en sus
nes en Latinoamérica es ágil. América contratos, en gran medida aparece para la
Móvil de México (resultado de la escisión sorpresa de quien esto escribe, en primer
de Telmex), y Telefónica de España (quien lugar la London Court of Internacional
adquirió las operaciones de BellSouth) se Arbitration, seguida por la Internacional
han expandido en los últimos años. Re- Chamber of Comerce y en tercer lugar la
cientemente en Brasil la empresa Net Ser- American Arbitration Association (no la
viços que presta servicios de televisión por ICDR, puesto que los abogados que re-
cable, servicios de banda ancha e internet dactaron el contrato viven en los Estados
emitió obligaciones con los bancos prin- Unidos y no se encuentran familiarizados
cipales de Brasil, entre ellos: Banco Itaú con el ICDR), la Cámara de Estocolmo
BBA, Unibanco, Banco Bradesco, Banco también ha sido incluida en otros casos.
Santander Brasil y HSBC Bank Brasil.
Dada la confidencialidad de los pro-
El 10 de agosto de 2005 América cedimientos arbítrales, no es posible te-
Móvil adquirió la filial peruana del grupo ner acceso a las decisiones, sin embargo
TIM. A nivel global se han llevado nego- la prensa, comunicados a inversionistas de
ciaciones dentro del marco del Acuerdo las empresas de telefonía que cotizan en
General en Materia de Servicios (GATS), bolsa de valores y preguntas a los aboga-
el cuarto protocolo de la Organización dos de los estudios jurídicos que llevaron
Mundial del Comercio respecto a un los asuntos es posible hacer un esfuerzo
acuerdo básico en materia de telecomuni- de “sociología jurídica” para observar qué
caciones y su respectivo anexo de tele- es lo que esta sucediendo:
comunicaciones marcaron una pauta,
En su gran mayoría los problemas se
pero en la gran mayoría de los casos
presentan por:
cuando ha surgido una controversia esta
se ha resuelto por medio del arbitraje ya
a) Criterios para el cobro de tarifas de
sea ante centros locales, como el caso del
interconexión(2), y roaming.
tribunal arbitral de la Bolsa de Comer-
cio de la Ciudad de Buenos Aires(1), el b) El laudo arbitral que interpreta un
Centro de Arbitraje de México cuando contrato no es cumplido voluntaria-
(1) Ejemplo respecto al contrato celebrado entre Cruz Alta Ltda. Y CTI Compañía De Teléfonos Del Interior
S.A. Y CTI PCS S.A.
(2) Testimonio de GONZÁLEZ, Juan A., abogado de Megacable Comunicaciones de México, S.A. de C.V. en
contra de Telmex.
Cfr.http://www.ustr.gov/assets/Trade_Sectors/Telecom-E-commerce/Section_1377/2005_Comments_
on_Review_of_Compliance_with_Telecom_Trade_Agreements/asset_upload_file324_7029.pdf
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE TELECOMUNICACIONES (...) 759
mente sino ha sido necesario acudir tado problemas derivados de las múlti-
ante las autoridades judiciales para ples reestructuraciones corporativas, ni
hacerlo valer(3). problemas relacionados con la emisión
de obligaciones u otras transacciones
c) El riesgo de intervenir en un sector
financieras. En estos últimos casos el
tradicionalmente operado por los
aspecto tributario es el que ocupa un
gobiernos(4).
papel prioritario (7) .
d) Problemas relativos al paso de siste-
ma analógico a digital y definición
2. ASUNTOS RECIENTES DE AR-
de nicho de mercado para efectos de
BITRAJES EN MATERIA DE
competencia económica(5).
TELECOMUNICACIONES EN
e) La complejidad de enfrentar juicios LATINOAMÉRICA
en diversas jurisdicciones, particu-
larmente en cuestiones en que se No todo ha sido fácil en el desarro-
pone en duda la arbitrabilidad de llo de las telecomunicaciones en Latino-
la materia cuando intervienen au- américa. Es una historia de obstáculos
toridades administrativas y conce- sobrepasados, de riesgos mitigados, de
siones estatales(6). bastantes contratiempos y en muchos ca-
sos costosos fracasos. Se suele decir que
f) Finalmente las quejas de los consu- la historia la relatan los vencedores, pero
midores en algunos lugares han sido lo curioso es que las crónicas de los ar-
resueltas ante las defensorías locales bitrajes son la excepción. La mayoría de
y se consideran irrenunciables los de- las reglas de arbitraje incluye la confi-
rechos de los consumidores frente al dencialidad como obligación de las par-
prestador de servicios de telefonía. tes y del tribunal en el procedimiento, sin
embargo en algunos casos se ha dado de-
Por otra parte dada la gran concen- masiada publicidad a casos no muy orto-
tración de intereses y partes en el sector doxos. Una pena para el desarrollo del
de telecomunicaciones no se han presen- arbitraje en la región(8).
El primer caso es mexicano, la tran- del laudo se hizo justicia por propia mano
sacción que le dio origen fue una alianza pagando a un equipo parapolicial para que
estratégica dada a conocer en julio de entrara a las dos de la mañana del 27 de di-
1998 donde TV Azteca se comprometía a ciembre de 2002 (cuando la ciudad esta
darle servicios a un nuevo canal que na- prácticamente paralizada por las vacaciones
cía por iniciativa de uno de los accionis- navideñas) a las instalaciones de la televi-
tas de TV Azteca quien había conseguido sora por medio de la fuerza y se apoderara
la concesión para operar en televisión de las instalaciones y de la programación.
abierta un canal cultural, con contenido
En la práctica contar con la posesión
de buen nivel para contribuir a la educ-
muda la carga de la prueba a quien debe
ción del país. Para ello TV Azteca se com-
comprobar la propiedad del bien. Sin
prometió a prestar servicios de programa-
embargo la decisión de utilizar la fuerza
ción, promoción y comercialización. El
ilegal fue una decisión pasional del Señor
contrato celebrado hablaba de 49% accio-
Salinas Pliego y se corrió el rumor de que
nes para TV Azteca y una opción para
sus abogados no fueron ni siquiera infor-
adquirir el 51% restante pasado un plazo
mados previamente. Se decía que esto era
si se cumplían las condiciones, entre ellas
para evitar el desprestigio de los mismos.
que la Secretaria de Comunicaciones y
Transporte diera su autorización (que no El asunto se volvió no solo judicial,
dio en 2000). TV Azteca reclama 34 mi- se complicó con temas de derecho labo-
llones de dólares por concepto de daño ral (problemas con el sindicato), penal
al dueño de CNI Canal 40 (Televisora del (robo de señal), civil, administrativo (se
Valle de México), quien renuncia a ser trata de una concesión del gobierno) y por
accionista de TV Azteca y se compromete supuesto el tema corporativo que era el
a mantener viva la señal de su canal CNI eje de la controversia original respecto a
Canal 40. Las partes se reclaman presta- una opción a compra del 51% de las ac-
ciones mutuas, dada la dificultad para in- ciones para convertirse finalmente en un
terpretar el acuerdo de 1998, en 2001 una asunto tributario.
juez local dicta la medida precautoria de
El aspecto jurídico hubiera sido re-
que el 51% de las acciones se entreguen
suelto tarde o temprano por los tribunales
a un fideicomiso.
judiciales mexicanos pero intervino con
Las partes acuden, según lo pactado, toda su fuerza el tema político por los fuer-
al arbitraje. Fue un procedimiento segui- tes nexos que tiene el dueño de TV Azte-
do conforme a las reglas de la CCI con un ca, Salinas Pliego, con el actual gobier-
tribunal integrado por tres árbitros sin no, al grado que el estado actual que guar-
mucha experiencia en este tipo de proce- da el asunto es que al dueño de Canal 40
dimientos, los abogados que intervinieron por ser administrador único de la empre-
hicieron uso de todos los recursos que su sa y después de una escrupulosa auditoria
experiencia de litigantes en tribunales les tributaria que le hizo la Secretaria de Ha-
había dejado. El procedimiento fue muy cienda, le giraron una orden de aprensión
irregular, hubo dificultades desde la inte- que no admite pago de fianza porque en-
gración del tribunal. Poco tiempo después contraron que había dejado de pagar una
de dado a conocer el laudo de la CCI TV ridícula suma por concepto del Impuesto
Azteca, en una muy parcial interpretación al Valor Agregado y otra cantidad menor
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE TELECOMUNICACIONES (...) 761
que había sido retenida a algunos presta- millones de dólares, ocasionadas por la
dores de servicio y durante tres meses no separación del locutor José Gutiérrez
se pagó esos impuestos al fisco. Ante este Vivó, y la consecuente baja en publicidad
escenario al dueño de Canal 40, uno de que se fue siguiendo al público que escu-
los pocos defensores de la libertad de ex- chaba una nueva frecuencia en que habla-
presión en el país, no le quedó más que ba el popular locutor.
salir de “vacaciones” a la fecha en que este
En Nicaragua se llevó a cabo un pro-
documento se entrega, apareció en la pren-
cedimiento de arbitraje de equidad que
sa mexicana(9) que Javier Moreno Valle,
resolvió una controversia en 2004 entre
el idealista empresario que a pesar de pre-
Telefonía Celular de Nicaragua SA (TCN
siones no censuró noticieros que eviden-
del Grupo BellSouth) y la empresa Eni-
ciaban rasgos de abuso de poder, trafico
tel. El asunto lo perdió Enitel. Fue conde-
de influencias y corrupción por parte de
nada a pagar US$ 11.8 millones para com-
la esposa del presidente de la República
pensar la falta de pago por concepto de
había sido detenido justo un minuto des-
llamadas de larga distancia a la red de
pués de la expiración de su visa. Si es de-
TCN BellSouth y llamadas realizadas por
portado ya no será necesario seguir un pro-
los usuarios de Enitel. Se acudió a tribu-
cedimiento de extradición conforme a los
nales judiciales para ejecutarlo.
tratados internacionales. Por lo que se ve
no basta contar con el marco legal nece- Finalmente otro asunto que merece
sario para que opere la tecnología, si no atención es el caso de la telefonía en Co-
va garantizado a la libertad de expresión lombia. Para ello será necesario tomar en
y otros derechos humanos reconocidos consideración el desarrollo de los hechos(10).
constitucionalmente.
En los ochenta Colombia daba ejem-
Otro caso mexicano es el de la con- plo al resto del planeta al poner en servi-
troversia de Grupo Radio Centro contra cio la central telefónica internacional de
Infored, donde también lamentablemente Bogotá de tipo digital, la segunda en el
por así desearlo una de las partes se ven- mundo después de la de Atenas. La UIT
tiló ampliamente el procedimiento en los asignó posiciones orbítales para el lanza-
medios de comunicación. Una vez emiti- miento del satélite Cóndor. En 1986 se le
do el laudo en marzo de 2004 este fue adjudica a la firma SIEMENS la construc-
impugnado ante tribunales judiciales. El ción de la red colombiana de transmisión
laudo arbitral condenó a Radio Centro a de datos. Inauguran moderna central de
pagar 21 millones de dólares a Infored. larga distancia digital en Barranquilla, en
Además de esa cantidad Infored sufrió 1988 ERICSSON introduce el sistema de
perdidas en el ejercicio de 2003 por 24 fibra óptica en las comunicaciones de
(11) Se agradece al Prof. OVIEDO, Jorge haberme proporcionado copia del laudo arbitral.
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE TELECOMUNICACIONES (...) 763
(12) De acuerdo al artículo 38 del Decreto 2279 de 1989, –Causales de anulación. Son causales de anulación
del laudo las siguientes:
1. La nulidad absoluta del pacto arbitral proveniente de objeto o causa ilícita. Los demás motivos de
nulidad absoluta o relativa sólo podrán invocarse cuando hayan sido alegados en el proceso arbitral y
no se hayan saneado o convalidado en el transcurso del mismo.
2. No haberse constituido el tribunal de arbitramento en forma legal, siempre que esta causal haya sido
alegada de modo expreso en la primera audiencia de trámite.
3. Derogado. L. 446/98, artículo 167.
4. Cuando sin fundamento legal se dejaren decretar pruebas oportunamente solicitadas o se hayan deja-
do de practicar las diligencias necesarias para evacuarlas, siempre que tales omisiones tengan inci-
dencia en la decisión y el interesado las hubiere reclamado en la forma y tiempo debidos.
5. Haberse proferido el laudo después del vencimiento del término fijado para el proceso arbitral o su
prórroga.
6. Haberse fallado en conciencia debiendo ser en derecho, siempre que esta circunstancia aparezca
manifiesta en el laudo.
7. Contener la parte resolutiva del laudo errores aritméticos o disposiciones contradictorias, siempre que
se hayan alegado oportunamente ante el tribunal de arbitramento.
8. Haber recaído el laudo sobre puntos no sujetos a la decisión de los árbitros o haberse concedido más
de lo pedido.
9. No haberse decidido sobre cuestiones sujetas al arbitramento.
(13) Tratándose de contratos estatales, el artículo 128 del Código Contencioso Administrativo, reformado por el
numeral 5 del artículo 36 de la ley Nº 446 de 1998, y por el artículo 72 de la Ley 80 de 1993 (estatuto de
contratación administrativa), del recurso de anulación del laudo arbitral, conoce el Consejo de Estado.
764 HERNANY VEYTIA
(14) Sobre la acuñación del termino “integral view” y de la nova La Nova lex negotii la autora remite al lector a
otros artículos recientes sobre el tema, particularmente se recomienda la visita a www.performancesoft.com
y a que se trata de un software que la autora ha utilizado como plataforma para desarrollar una herramien-
ta que permita visualizar oportunamente los riesgos en las empresas sin escatimar la calidad y eficiencia
que brinda la especialización.
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE TELECOMUNICACIONES (...) 765
operación y eficiencia para competir con refleja varias alianzas estratégicas que
una empresa multinacional global. En el para que funcione requiere contar con una
caso de Telmex (América Móvil) y Tele- adecuada determinación oportuna de los
fónica el cruzar fronteras aumentó la es- riesgos intangibles: Aspectos políticos,
cala de sus operaciones y le permitió in- culturales, sociales, imagen corporativa,
cursionar en otras jurisdicciones benefi- ambientales, regulatorios, etc. Es priori-
ciándose de las oportunidades de la infra- tario que las empresas involucren la opor-
estructura con que ya contaba el país re- tuna y adecuada asesoría jurídica para
ceptor más con las que operaba en Méxi- cuidar el desarrollo del mercado, produc-
co o España respectivamente. to, impacto en la comunidad, en el medio
ambiente etc. de principio a fin para que
Otro fenómeno que reflejan los ca-
sos señalados anteriormente, es el invo- así tengan las máximas probabilidades de
lucramiento de individuos que pertenecen éxito y crecimiento sustentable.
en muchos casos a familias que controlan A pesar de que las alianzas estraté-
grupos empresariales importantes en el gicas y las adquisiciones pueden crear
país y que muchas de las alianzas o deci- valor el riesgo de fracaso es alto. Entre
siones de negocios están influenciadas las razones se incluye la falta de capaci-
–por no decir definidas– por el gusto de dad estratégica en términos de recursos
individuos con mucho poder. No importa complementarios; la falta de capacidad
si la empresa cotiza en bolsa. Esto ha cam- organizativa en términos de culturas, pro-
biado en los últimos años, pero las gran- cesos y sistemas de toma de decisiones;
des empresas en Latinoamérica histórica- la falta de confianza; la elección de una
mente han utilizado información que sus estructura de gobernabilidad inapropiada
competidores no disponen aprovechan y la incapacidad para gestionar los con-
contactos privilegiados (generalmente con flictos. Esto puede solucionarse si se pu-
el gobierno) y a veces se ha negociado con diera implementar al día a día y en cada
información reservada. Esto es todo lo actividad la alineación a la estrategia cor-
opuesto a la transparencia. De ahí la ur- porativa, si existiera el adecuado flujo de
gencia de contar con instrumentos que comunicación no solo dentro de la empre-
brinden VISIBILIDAD a todos los stoc- sa y sus stockholders (incluyendo el go-
kholders (todo interrelacionado con al bierno) sino prioritariamente a su Consejo
empresa). El éxito financiero ahora más de Dirección y a los abogados externos que
que nunca depende del ético comporta-
sepan detectar el riesgo oportunamente.
miento corporativo(15).
En las economías globales se suele 4. CONSIDERACIONES FINALES
hablar frecuentemente de Latinoamérica,
sin embargo no se puede olvidar las gran- Por lo antes expuesto, es un hecho
des diferencias en el entorno económico –no juicio de valor– que los contratos que
y político en la región. El panorama de son redactados en el extranjero no siempre
las telecomunicaciones en Latinoamérica responden a las exigencias contingentes
(15) SULL, Donald N. / ESCOBARI, Martin E., Sucesso Made in Brasil. Os segredos das empresas brasileiras que
dão certo, Río de Janeiro, 2004, p. 211.
766 HERNANY VEYTIA
del mercado local y al mismo tiempo no sino porque hay un muy fuerte crecimien-
siempre en el mercado local se encuentra to del sector. Posiblemente de cien contra-
la eficiencia y especialidad que tienen los tos uno presente problemas y estos se com-
estudios legales globales. No solo se han pliquen y hagan gran ruido, pero solo a un
globalizado las telecomunicaciones, sino extraterrestre se le ocurriría describir la
también cada vez más los servicios lega- especie humana por la descripción de una
les. Basta ver el nombre de los despachos sala de terapia intensiva de un hospital.
norteamericanos que están participando en
Lo humano es perfectible, nunca per-
las grandes transacciones de telecomuni-
fecto. La imperfección, el no llegar nunca
caciones en Latinoamérica.
a alcanzar aquel estado que la fantasía y
Para mal de muchos contadores, in- el deseo ponen siempre más adelante que
genieros de sistemas, eléctricos, electró- la más lograda de las realización, lo que
nicos y mecatrónicos y bien de pocos abo- da a la vida vivida su humanidad: el sabor
gados y consultores en riesgos intangibles, de la aventura, el incentivo del riesgo, la
auguro la mejor de las suertes al desarro- incertidumbre es lo que condimenta el
llo del arbitraje en la región. Pero no por- placer de ser abogado de las Telecomuni-
que marchen mal las telecomunicaciones, caciones en Latinoamérica.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 767
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 767-780
EL ÁRBITRO Y LLA
A LLUCHA
UCHA CONTRA LLA
A CORRUPCIÓN
EN EL COMERCIO INTERNA CIONAL (*)
INTERNACIONAL
Para precisar bien el tema central de Tanto es así que, muy a menudo, la cláu-
este breve ensayo, es necesario resaltar sula compromisoria es una verdadera con-
dos aspectos de la forma de vida(1) de los dición para la celebración del contrato(2).
negocios internacionales en la actualidad: Éste es un verdadero lugar común que no
el primero es el papel que cumple el árbi- merece mayor comentario.
tro hoy en día, cuando es evidente que casi
la totalidad de los litigios del comercio El segundo es la agresiva competen-
internacional son resueltos por la vía del cia de las empresas por la conquista de
arbitraje y no por la justicia estatal. El ár- los mercados, competencia que ha desen-
bitro ha llegado a convertirse entonces en cadenado la proliferación de convencio-
el juez natural del comercio internacional. nes celebradas con intermediarios para
(*) Este breve ensayo está basado en las conferencias que presenté en Lima, en el Primer Congreso Peruano
Internacional de Arbitraje, durante el mes de abril de 2007 y en París, en enero del mismo año, a los
estudiantes de derecho de la Universidad París 1 (Panthéon-Sorbonne), como invitado a la Chaire des
Amériques. Una primera versión de este artículo saldrá publicada en la Revista Internacional de Arbitraje,
Julio-diciembre 2007, T. 7, Editorial Legis.
(**) Profesor de Contratos civiles y mercantiles y Coordinador de la Línea de investigación sobre Arbitraje de la
Universidad del Rosario, Bogotá. Secretario de tribunales arbitrales del Centro de Arbitraje y Conciliación
de la Cámara de Comercio de Bogotá.
(1) “Verdadero y falso es lo que los hombres dicen; y los hombres concuerdan en el lenguaje. Ésta no es una
concordancia de opiniones sino de forma de vida”. Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosóficas. Trad.
Alfonso García Suárez y Ulises Moulines. Ed. Crítica, Barcelona, 1988, p. 217, proposición 241.
(2) Véase al respecto: CLAY, Thomas, “El árbitro y el orden público transnacional”. Conferencia dictada durante
el Congreso La protección y promoción del comercio en inversión hispano-árabe, Madrid, noviembre de
2006, Inédita.
768 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
facilitar la adjudicación de los contratos. nacional; sin embargo, esta última se nie-
En no pocas oportunidades, dichas con- ga a pagarle sus honorarios y 2) la em-
venciones tienen por verdadera finalidad presa hace un anticipo al intermediario,
el pago de sobornos y el tráfico de influen- pero éste no cumple con las gestiones a
cias(3). Ésta es una triste realidad que ya las cuales se había comprometido. Una
no asombra a nadie(4). de las partes demanda entonces la con-
formación del tribunal arbitral para que
Nada mejor que una imagen para
zanje la controversia.
explicar el significado de las palabras(5).
Recreemos la situación con un ejemplo: Con este caso hipotético podemos
una empresa multinacional contrata los ver más fácilmente el alcance del tema que
servicios de un intermediario para que, desarrollaré a continuación. Antes de co-
mediante un cuidadoso manejo de sus in- menzar, quiero precisar que limitaré mis
fluencias y un selectivo pago de “comi- comentarios a los casos comerciales pro-
siones” a funcionarios, facilite la adjudi- piamente dichos, es decir que dejaré por
cación de un contrato de obras públicas fuera de este análisis el arbitraje de inver-
en un país del tercer mundo. sión, el cual, en jurisdicciones como la del
CIADI, obedece más a los principios del
Uno de los puntos fundamentales de
derecho internacional público que a las
la negociación fue la inclusión de una
reglas del derecho privado (i)(6); tampoco
cláusula compromisoria, para así evitar
trataré la eventual demanda de indemni-
que los jueces estatales tuvieran conoci-
zación de perjuicios de la empresa com-
miento de este oscuro acuerdo.
petidora que pierde en la licitación como
Los problemas en este negocio se consecuencia de la práctica de corrup-
pueden presentar en dos hipótesis prin- ción de la multinacional. Esta empresa
cipales: 1) el intermediario cumple con competidora sería un tercero respecto
sus obligaciones y consigue la adjudica- del acuerdo arbitral y, por ende, sólo
ción del contrato para la empresa multi- podría acceder al arbitraje mediante un
(3) Una completa explicación al respecto en: El Kosheri, Ahmed et Leboulanger, Philippe, “L’arbitrage face à la
corruption et au trafic d’influences”, en: Rev. Arb. 1984, pp. 3-18.
(4) De forma ilustrativa, transcribo dos breves apartes de artículos publicados el 29 de mayo de 2007 en el
diario argentino El Cronista Comercial (edición impresa):
1) “El nuevo escándalo que salpica a Lula [Luiz Inácio Lula da Silva, actual presidente del Brasil] se suma
a la renuncia, la semana pasada, del ministro de Minas y Energía, Silas Rondeau, acusado de recibir
sobornos por unos US $ 50.000 de la constructora de Gautama para favorecerla en licitaciones de
obras públicas”. El Cronista Comercial, 29/05/07, p. 12.
2) “Las empresas no están preparadas para investigar el fraude con rapidez y efectividad, sobre todo si el
hecho delictivo ocurre en un país distinto al de la casa matriz […] El caso reciente más que revelante
de esta situación es el de la empresa Skanska [en la Argentina], que a partir de una denuncia de la
AFIP sobre utilización de facturas apócrifas realizó una auditoría interna que detectó casos de corrup-
ción en la línea gerencial”, El Cronista Comercial, 29/05/07, p. 10.
(5) “No hay nada, en general, como una imagen para explicar los significados de las palabras […]”. Wittgens-
tein, Ludwig. Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y creencia religiosa. Trad. Isidoro
Reguera. Ed. Paidós, Barcelona, 1999, p. 140.
(6) Consúltese al respecto: CREMADES, Bernardo, “Corrupción y arbitraje de inversión”, en: Revista internacio-
nal de arbitraje, Julio-diciembre 2005, T. 3, Bogotá, pp. 51-75.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 769
compromiso posterior, lo cual no resul- Practices Act adoptado por los Estados
ta muy común en la práctica (ii) (7) ; fi- Unidos el 19 de diciembre de1977.
nalmente, dejaré de lado los rarísimos
En materia de convenciones interna-
casos en los cuales el árbitro mismo fue
cionales, se destacan: la convención de las
corrupto (iii) (8) .
naciones unidas contra la corrupción de
Así las cosas, veremos las armas de 2003, la convención interamericana con-
las cuales dispone el árbitro internacional tra la corrupción celebrada en Caracas en
en esta lucha contra la corrupción (I), para 1996 (OEA) y la convención de la OCDE
luego precisar que tales armas no suelen del 17 de diciembre de 1997.
tener mucho filo (II).
Así, por ejemplo, el artículo 1 pará-
grafo 1 de la convención de la OCDE de-
1. LAS ARMAS DEL ÁRBITRO EN fine la corrupción de agentes públicos
LA LUCHA CONTRA LA CO- extranjeros como el “hecho de que una
RRUPCIÓN persona deliberadamente ofrezca, prometa
o conceda cualquier beneficio indebido,
En materia de corrupción existe, en
pecuniario o de otra clase, directamente o
términos generales, una normativa bastan-
mediante intermediarios, a un agente pú-
te copiosa (A) que, en principio, podría
blico extranjero para ese agente o para un
ser aplicada a través de diversos meca-
tercero, con el fin de que el agente actúe o
nismos (B) y que daría lugar a sanciones,
se abstenga de actuar en relación con el ejer-
en teoría, muy efectivas (C).
cicio de funciones oficiales con el fin de
conseguir o de conservar un contrato u otro
A. Los contratos de corrupción beneficio irregular en la realización de acti-
parecen ser unánimemente condenados vidades económicas internacionales”.
por los distintos ordenamientos jurídicos.
Así, por ejemplo, en derecho interno co- Finalmente, en el contrato mismo se
lombiano contamos con un estatuto anti- pueden incluir disposiciones de códigos
corrupción (ley 190 de 1995); y múltiples de buena conducta como el modelo pro-
leyes y decretos que reglamentan la ma- puesto por la CCI en 1999(9). Dentro de
teria (como los decretos 2170 de 2002, esta óptica, precisamente, fueron redac-
2405 de 1998 y 127 de 2001, la ley 598 tados “Los principios generales de los
de 2000 y ley 850 de 2003). Cabe tam- negocios” de la Shell –The Shell General
bién mencionar el famoso Foreign Corrupt Business Principles–(10). De igual manera,
(7) Sobre esta hipótesis particular, véase un excelente análisis en: Court de Fontmichel, Alexandre.
L’arbitre, le juge et les pratiques illicites du commerce international. Ed. Panthéon-Assas / Thèses,
Paris, 2004, pp. 305-319.
(8) El caso más emblemático al respecto fue ventilado en la Corte de Apelaciones de Nueva York, AAOT v/
IDTS. Int’l. Arb. Rep. 03/1998, p-j-1.
Sobre la responsabilidad del árbitro, en general, véase un brillante análisis en: CLAY, Thomas, “De la
responsabilité de l’arbitre”. In SILVA ROMERO, Eduardo y MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, El contrato de arbitraje.
Ed. Legis / Universidad del Rosario, Bogotá, 2005, pp. 543-578.
(9) Extortion and Bribery in International Business Transactions. CCI, París, 2000.
(10) The Shell General Business Principles. http://www.shell.com
770 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
(11) http://www.transparency.org/activities/ip_annex-a.html
(12) “Este pacto es un acuerdo escrito entre un Estado (el que encarga la obra), representado por una
agencia estatal que organiza el proceso de invitación a hacer ofertas y, por otra parte, los destinatarios
de esta invitación, es decir, las empresas privadas. Se trata entonces de un instrumento jurídico que
crea derechos y obligaciones contractuales y que vincula a una parte estatal y a unos sujetos de dere-
cho interno. Así las cosas, este pacto hace parte de la gran familia de los contrats d’État”. Court de
Fontmichel, Alexandre, cit., pp. 93 y 94.
La expresión “contrats d’État”, acuñada por la doctrina francesa, sirve para designar aquellos contratos
celebrados por un Estado como agente del comercio internacional. Estas convenciones han venido sus-
trayéndose del campo de aplicación de buena parte de las prerrogativas que aquél ejerce frente a los
“administrados”. Consúltese al respecto: SILVA ROMERO, Eduardo, “La distinción entre Estado y administra-
ción y el arbitraje resultante de los contratos de Estado”, en: Revista internacional de arbitraje, junio-
diciembre, 2004, T. 1, Bogotá, pp. 155-187, y LEMAIRE , Sophie, “Les contrats internationaux de
l’administration”, en: Ed. LGDJ, París, 2005.
(13) En el derecho internacional privado, se entiende, normalmente, por leyes de policía, aquellas normas cuyo
cumplimiento es necesario para salvaguardar la organización política, social o económica de un país. Su aplica-
ción se considera necesaria, ya que, aun cuando el ordenamiento jurídico al cual pertenece la ley de policía no
sea el designado por la regla de conflicto, aquélla podría ser aplicada por un Estado cuando considere que ello
resulta indispensable, respecto de situaciones que presenten un vínculo estrecho con dicho ordenamiento.
Sobre la noción de leyes de policía, en general, y sobre la aplicación de las leyes de policía extranjeras, en
particular, consúltese: MAYER, Pierre et HEUZÉ, Vincent, Droit international privé, Ed. Montchrestien, París,
2001, pp. 82-90, MAYER, Pierre, “Les lois de police étrangères”, en: JDI, París, 1981, pp. 277-345.
(14) El orden público realmente internacional comprendería “[…] aquellos principios universalmente reconoci-
dos que, en ningún caso, podrían ser derogados por las partes en un contrato internacional […]. El orden
público realmente internacional reuniría los principios fundamentales comunes a una comunidad de dere-
chos nacionales y provendría de la comunidad internacional”. SILVA ROMERO, Eduardo, “Las normas jurídi-
cas aplicables al arbitraje comercial internacional”. Revista de Derecho privado Nº 28, Universidad de Los
Andes, Bogotá, 2002, p. 14.
Sobre la vaguedad y la ambigüedad de la expresión “principios generales del derecho internacional”,
véase: OPPETIT, Bruno, “L’ascension des principes généraux : l’exemple du droit international privé”, in:
Droit et modernité, en: PUF, París, 1998, pp. 83-92.
(15) Sobre la dificultad real para anular los contratos de corrupción por objeto o causa ilícitos, consúltese:
MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, “La causa del contrato de arbitraje. Mecanismo de control del orden público y
las buenas costumbres”, en: SILVA ROMERO, Eduardo y MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, cit., pp. 507-520.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 771
(16) “En el campo del derecho civil, los contratos que tienden a la corrupción o al tráfico de influencias son
anulados por inmoralidad o ilicitud de la causa o del objeto (art. 1133 C. civ.), y […] dan lugar a la aplicación
del adagio nemo auditur, […], la aplicación de este adagio está encaminada a evitar la ejecución de un
contrato inmoral o ilícito, privando así de toda seguridad a la parte que ejecutó primero”, C.A. París, 1993.
Rev. Arb. 1994, note Bureau.
(17) Sobre el célebre caso Hilmarton, que se llegó a ventilar en las altas cortes suizas y francesas, consúltese:
C.A. Versailles, 29 de juin 1995. RTD com. 1995, pp. 758-764, note Dubarry, Jean-Claude et Loquin, Eric,
C. Cass. 1 Ch. civ. 23 mars 1994. Rev. crit. dr. internat. privé, 1995, pp. 356-362, Rev. Arb. 1994. http: //
127.0.0.1:8080/data/data/ipn16333.html. Note Jarrosson, JDI, 1993, pp. 701-710, note Gaillard, RTD com.
1994, pp. 702 y 703. Note Dubarry, Jean-Claude et Loquin, Eric, y Heuzé, Vincent, “La morale, l’arbitre et
le juge”, Rev. Arb. 1993. http: //127.0.0.1:8080/data/data/ipn15997.html.
(18) “[…] [E]n la medida en que las partes, mediante la delimitación de su misión [la del árbitro], pretendan
constreñirlo para que profiera un laudo afectado por la misma inmoralidad que el contrato, ellas tornarían
el compromiso mismo contrario a las buenas costumbres y, por consiguiente, nulo”, MAYER, Pierre, “La
règle morale dans l’arbitrage international”, Études Offertes à Pierre Bellet, Ed. Litec, 1991, p. 402.
(19) “El pacto arbitral, como estipulación contractual o como contrato autónomo que es, según se trate de
cláusula compromisoria o de compromiso, puede carecer de validez si se ha incurrido en alguno de aque-
llos vicios que destruyen cualquier acto jurídico conforme a las normas generales de la teoría de las
obligaciones, en cuyo caso pierde toda efectividad, abriéndose por consiguiente la puerta de la justicia
estatal para decidir los conflictos a los cuales podía aplicarse el convenio arbitral inválido”, BENETTI SALGAR,
Julio, “El arbitraje en el derecho colombiano”, Temis, Bogotá, 2001, p. 122.
772 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
sobornos y el tráfico de influencias al inte- ción misma de arbitraje (B) y por una rea-
rior de la administración del país austral(20). lidad social de tolerancia (C).
Ahora bien, este control de los con- A. En primer lugar, los contratos de
tratos de corrupción por parte del árbitro corrupción siempre tienen una calificación
internacional ha operado en la práctica de formal: comisión, corretaje, mandato, re-
forma excepcional, y la mayor parte de presentación, asistencia administrativa,
los casos permanece oculta por las som- asesoría técnica, consulting agreement,
bras de la impunidad. agency, sponsoring, calificación que, ge-
neralmente, las partes tratan de salvaguar-
2. NO PARECEN TENER MUCHO dar aún después de comenzado el litigio.
FILO Como los fines ilícitos rara vez son con-
fesados por los contratantes, correspon-
Hasta donde tengo conocimiento, los de, entonces, al árbitro tratar de estable-
laudos CCI que resuelven casos similares a cerlos mediante indicios(22).
nuestro ejemplo inicial no alcanzan la vein-
tena. Vemos entonces la gran paradoja(21): Estos indicios pueden ser intrínsecos:
la forma de calcular los honorarios del
si las prácticas de corrupción inter- intermediario y su monto excesivo, la du-
nacional son tan comunes y, además, ración demasiado corta del servicio, etc.
existe una importante normativa al O extrínsecos: la falta de pruebas de la
respecto, ¿por qué no se sancionan ejecución de la misión, la recepción de
en la práctica? testimonios, la forma societaria del inter-
mediario –sociedad off-shore sin emplea-
Esta situación parece estar determi- dos ni colaboradores–, el conocimiento
nada por dificultades probatorias (A), por personal del árbitro de la situación en el
razones teóricas relacionadas con la no- país en donde se presta el servicio(23),
(20) “Después de haber sopesado todos los elementos de prueba, estoy convencido de que un litigio tal, que
implica groseras violaciones a las buenas costumbres y al orden público internacional, no puede ser
sancionado por ninguna jurisdicción, ni en Argentina, ni en Francia, ni, para el caso en cuestión, en ningún
país civilizado, ni siquiera por un tribunal arbitral. En consecuencia, la competencia (del tribunal arbitral)
debe ser declinada […]”. Extracto de la decisión del caso CCI Nº 1110, tomado de El Kosheri, Ahmed et
Leboulanger, Philippe, cit., p. 11.
(21) OPPETIT, Bruno, “Le paradoxe de la corruption à l’épreuve du droit du commerce international”, en: JDI,
1987, pp. 5-21.
(22) Sobre la difícil prueba de las prácticas de corrupción, véase: C OURT DE F ONTMICHEL , Alexandre, cit.,
pp. 330-336.
(23) Como sucedió en el caso CCI Nº 1110, en donde el árbitro Lagergren argumentó: “[…] Durante el régimen
peronista, cualquier persona que quisiera realizar negocios en Argentina debía enfrentarse al problema de
los sobornos; la práctica de las comisiones que se pagaban a personas que estaban en posición de influir
o de decidir sobre la adjudicación de contratos públicos parece haber sido aceptada, en mayor o menor
medida, o, por lo menos, tolerada en la Argentina de aquella época”. El Kosheri, Ahmed et Leboulanger,
Philippe, cit., p. 9.
También es importante tener en cuenta los estados financieros de las empresas que contratan intermedia-
rios internacionales. “La primera etapa de la corrupción es la constitución de una caja negra, con el objeto
de tener siempre disponibles sumas de dinero, por fuera de los registros contables, que servirán para el
pago disimulado de comisiones ocultas”, Court de Fontmichel, Alexandre, cit., p. 85.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 773
para la cual pueden resultar muy útiles Estado. Esto limita considerablemente su
los Índices de percepción de la corrup- posibilidad de controlar los acuerdos de
ción publicados cada año por transparencia corrupción(26).
internacional(24).
Hay que precisar que aun en la hi-
Adicionalmente, para establecer la pótesis en que se llegara a probar la cau-
causa inmoral o ilícita, muchos países, sa o el objeto ilícitos del contrato, el ár-
como Colombia, tienden a exigir que los bitro sólo podría decretar la nulidad si
motivos inmorales hayan sido comparti- una de las partes se lo solicitara (o si se
dos por ambas partes(25), lo cual dificul- determina en el acta de misión, en el sis-
ta aún más la situación, máxime si tene- tema de la CCI), ya que, de lo contrario,
mos en cuenta que las empresas tienden expondría su laudo a un recurso de anu-
a argumentar que los intermediarios ac- lación por haber fallado ultra petita(27).
tuaron deshonestamente, a sus espaldas, A este mismo riesgo se encontraría ex-
para así tratar de liberarse de su obliga- puesto si aplicara una ley distinta de
ción de pagar los honorarios, general- aquélla escogida por las partes, aun si
mente, bastante cuantiosos. ésta fuera susceptible de ser considerada
como ley de policía(28).
B. En segundo lugar, la noción
misma de arbitraje implica que el árbitro Es importante tener en cuenta que
internacional deriva sus poderes sólo del como el árbitro internacional no zanja el
acuerdo de las partes y, por ende, no ad- conflicto por habilitación de ningún or-
ministra justicia en nombre de ningún den jurídico, ni nacional, ni internacional,
(24) Sobre los niveles de corrupción en Colombia, hay un brillante análisis estadístico-filosófico que, infortuna-
damente, permanece inédito: Anzola, Marcela y Botero, Juan José. Elementos para pensar una “ética del
servicio público”. Universidad del Rosario, Aportes 350 años, Bogotá, 2003.
Adicionalmente resultan muy reveladoras las alarmantes cifras arrojadas por la encuesta Probidad III.
Encuesta de percepción empresarial sobre corrupción. Confecámaras. Foro anticorrupción, Cámara de
Comercio de Bogotá, 4 de Mayo de 2004.
“[…] [E]n algunos casos la corrupción es común y reconocida por las autoridades y la sociedad como algo
normal. Cuando esto sucede, y las mismas entidades encargadas de investigar, juzgar y sancionar los
actos de corrupción han sido afectadas por el problema, se dice que la corrupción es sistemática. En esta
medida, la corrupción al interior de la justicia es uno de los tipos más perjudiciales y peligrosos de corrup-
ción sistemática”. SALCEDO-ALBARÁN, Eduardo, et. al., Corrupción, cerebro y sentimientos. Una indagación
neuropsicológica en torno a la corrupción. Ed. Método, Bogotá, 2007, p. 45.
(25) VALENCIA ZEA, Arturo y ORTIZ MONSALVE, Álvaro, Derecho civil, T. III. De las obligaciones, Temis, Bogotá,
2004, pp. 97 y 98.
En un importante fallo, la Corte de Casación francesa modificó su posición y comenzó a aceptar la nulidad
del contrato cuando sólo una de las partes fue determinada por motivos inmorales o ilícitos. Véase: Cour
Cass. 1ère Ch. civile, 7 oct. 1998. Défrenois, 1998, 1408. Obs. Denis Mazeaud.
Sobre la evolución de la teoría de la causa en Francia, consúltese: MAZEAUD, Denis, “La notion de cause
d’origine française” In: MANTILLA ESPINOSA, Fabricio y TERNERA BARRIOS, Francisco, “Los contratos en el
derecho privado”, Legis, Universidad del Rosario, Bogotá, 2007, pp. 121-136.
(26) MANTILLA ESPINOSA, Fabricio, “Arbitraje internacional y corrupción”, en: Revista de derecho, Universidad
Católica de la Santísima Concepción, Nº 12, 2004, Talcahuano, Chile, pp. 77-88.
(27) HEUZÉ, Vincent, cit., pp. 3-6.
(28) Ibidem, p. 5.
774 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
(34) OPPETIT, “Le paradoxe de la corruption à l’épreuve du droit du commerce international”, cit., p. 11.
(35) C.A.A. Paris, 18 mars, Nº 00-1793, RJF, 2004. 856.
(36) “El enfoque económico centra el análisis en el individuo y se olvida de las consideraciones morales rela-
cionadas con las personas perjudicadas por la corrupción. Esta forma de estudiar la corrupción asume
que los individuos tratan de maximizar sus ganancias sin tener en cuenta la pérdida del bienestar de los
demás; por lo tanto la teoría económica asume que los corruptos son ‘egoístas perfectos’. Comúnmente,
los corruptos no ven a sus víctimas y por lo tanto no las incluyen en sus evaluaciones de costo/beneficio”.
Salcedo-Albarán, Eduardo. Et Al. cit., p. 43.
El problema más grave se presenta cuando la corrupción se institucionaliza a nivel internacional –como
política de Estado– “externalizando”, por lo menos a corto plazo, sus costos –tanto de orden moral, como
económico–, porque su práctica se realiza fuera de las fronteras nacionales, lo cual permite maximizar sus
beneficios.
(37) C.E. 11 juillet, 1983, Nº 33942, RJF, 1983, 1109.
(38) C.E. 30 octobre 1991, Nº 80247, RJF, 1991, 1490.
(39) “Si bien es cierto que el derecho tributario no tiene por vocación instaurar un orden ético, ni moralizar los
negocios, no podemos pasar por alto, sin embargo, que a partir del momento en que éste tolera e incluso
acepta deliberadamente reconocerle consecuencias jurídicas a tales prácticas, introduce en el ordena-
miento jurídico al cual pertenece una contradicción de normas que rompe la coherencia e impide interpre-
tar globalmente este sistema jurídico como un ordenamiento que condena pura y simplemente la corrup-
ción”, OPPETIT, “Le paradoxe de la corruption à l’épreuve du droit du commerce international”, cit., p. 15.
776 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
(40) T.F. 27 de noviembre de 1973. J.T. 1974, pp. 634 y ss. Citada por OPPETIT, Bruno, “Le paradoxe de la
corruption à l’épreuve du droit du commerce international”, cit., p. 13.
(41) “¿Cómo es posible ignorar la situación de los funcionarios en Argelia, y en la mayoría de países en vía de
desarrollo? ¿Cómo no saber, en particular, que ellos son las primeras –si no las únicas– víctimas de las
restricciones presupuestales decididas hoy en día por la mayoría de aquellos Estados […] y que, por consi-
guiente, las magras remuneraciones que reciben […] los vuelven tanto más vulnerables a las proposiciones
o ‘incitaciones’ exteriores, cuanto que las nociones de interés general, de servicio público o de colectividad
nacional resultan para ellos mucho más desprovistas de sentido que aquéllas de familia, pueblo, etnia o
clan? ¿Cómo, en tales circunstancias, se le puede reprochar a estos Estados el querer controlar la actividad
de los intermediarios para así combatir la corrupción y el tráfico de influencias […] que conllevan a la dilapi-
dación de sus escasos recursos y que constituyen un terrible flagelo no sólo para su economía, sino, ade-
más, y de manera fundamental, para su organización social?”, HEUZÉ, Vincent, cit., pp. 8 y 9.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 777
Personalmente, creo que tiene toda que vulnera el orden público y las buenas
la razón el profesor Pierre Mayer cuando costumbres cuando la realidad nos mues-
afirma: tra que en el país de la lex contractus las
prácticas de corrupción –fuera de sus fron-
“la corrupción no es contraria ni teras nacionales, obviamente– son tolera-
a un uso del comercio internacio- das e incluso patrocinadas? Además, las
nal (ella constituye, por el contra- convenciones internacionales que prohi-
rio, un uso muy generalizado), ni ben estas prácticas no parecen más que
a un principio general del derecho, simples discursos retóricos, sin eficacia
en razón de su patrocinio por par- ni efectividad(43), que tienden a aproximar-
te de ciertos estados cuando sus ex- se al concepto de soft law(44).
portadores se sirven de ésta en te-
rritorio extranjero”(42). ¿Cómo podría el árbitro declarar-
se incompetente cuando las partes no
Así las cosas, vale la pena pregun- sólo le ocultan la práctica de corrupción,
tarse hasta qué punto podría el árbitro in- sino que, además, escogen como lex ar-
ternacional aplicar las sanciones antes bitrii una normativa permisiva? Tal vez
comentadas a los contratos de corrupción. ésta fue la razón que llevó al árbitro La-
¿Cómo anular un contrato argumentando gergren a referirse exclusivamente a
“Algo similar a golpear un árbol sucede con los delitos de corrupción pública. En la mayoría de estos
delitos, dado que se le da mal uso a los recursos públicos, se dice que se está dañando a toda la sociedad
y dado que toda la sociedad no es el nombre propio de una persona o de un sistema físico intencional
concreto e identificable, entonces es poco probable que dañar a toda la sociedad, como argumento, gene-
re sentimientos de arrepentimiento o aversión. […] Cuando se quiere convencer a una persona de que no
cometa actos de corrupción pública porque esos actos afectan a la sociedad en general, es necesario que
el sujeto de convencimiento reflexione para establecer el vínculo causal mediante el cual el acto presente
de corrupción daña o afecta personas concretas o identificables, que se encuentran alejadas en el tiempo
o en el espacio […] Solamente la incorporación de prácticas orientadas al cumplimiento generalizado de la
ley y al reconocimiento de la corrupción como una infracción, permite que una sociedad disminuya de
manera estructural los niveles de corrupción”, SALCEDO-ALBARÁN, cit., pp. 105, 117 y 47.
(42) MAYER, Pierre, “La règle morale dans l’arbitrage international”, p. 396.
Teniendo en cuenta esta situación, se plantea el profesor OPPETIT: “¿en la actualidad, es todavía exacto
enunciar un principio de ilicitud de las prácticas de corrupción en las relaciones comerciales internaciona-
les, con un valor absoluto en virtud de las exigencias del orden público?, OPPETIT, “Le paradoxe de la
corruption à l’épreuve du droit du commerce international”, cit., p. 20.
(43) “Las leyes deben ser efectivas y eficaces. La función de las leyes no es la de declarar simplemente
principios morales o de justicia. Las leyes tienen funciones directivas y deben conseguir los objetivos que
pretenden, en ese caso son efectivas. […] [C]uando se habla de eficacia se hace referencia a si la norma
es obedecida y/o aplicada. Ahora bien, una norma puede ser eficaz –es decir, obedecida– y, sin embargo,
no alcanzar el objetivo que pretendía. En este caso la norma está mal diseñada porque es eficaz pero
inefectiva”, CALSAMIGLIA, Albert, Racionalidad y eficiencia del derecho, Ed. Fontamara, Col. BÉFDP, Méxi-
co, 1997, p. 62.
Sobre la efectividad de las normas, véase: CARBONNIER, Jean, “L’effectivité et l’ineffectivité de la règle de
droit”, en: Flexible droit, LGDJ, París, 1998, pp. 140-152.
(44) Con las expresiones “derecho internacional flexible” o “soft law” se suelen designar aquellas normas “no
constrictivas” que carecen de sanción jurisdiccional, y cuyo control se ejerce, exclusivamente, en el
plano político y diplomático. Sobre el “soft law”, consúltese: CARREAU, Dominique, Droit international,
Coll. Études internationales, Pédone, París, 2001, pp. 202-216.
778 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
(45) “[…] [L]a existencia de principios generales directamente aplicables es concebible en lo concerniente a la
incompetencia que resulta de la inadmisión de la acción arbitral cuya causa es contraria al orden público,
mientras que el problema de la arbitrabilidad o la no-arbitrabilidad se encuentra, necesariamente, ligado a
las reglas nacionales según la lex arbitrii”. El Kosheri, Ahmed et Leboulanger, Philippe, cit., p. 12.
(46) Un excelente análisis jurídico y filosófico del paradójico fenómeno de la corrupción en el comercio
internacional, en OPPETIT , Bruno, “Le paradoxe de la corruption à l’épreuve du droit du commerce
international”, cit., pp. 5-21.
(47) MAYER, Pierre, “La règle morale dans l’arbitrage international”, p. 401.
(48) Sobre la convención de árbitro, véase el excelente estudio realizado en: CLAY, Thomas, L’arbitre, Dalloz,
París, 2001, pp. 499-808.
(49) MAYER, Pierre, “L’insertion de la sentence arbitrale dans l’ordre juridique français”, in: Le droit et la pratique
de l’arbitrage international en France, Feduci, 1984, pp. 81-84.
(50) M AYER , Pierre, “La sentence contraire à l’ordre public au fond”, in: Revue d’arbitrage, París,
1994, pp. 615-652.
(51) “Una norma es efectiva si consigue el objetivo que pretende. Una norma es eficiente si consigue este
objetivo con el mínimo coste posible”, CALSAMIGLIA, cit., p. 66.
(52) CLAY, Thomas, L’arbitre, p. 637.
EL ÁRBITRO Y LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN EL COMERCIO INTERNACIONAL 779
(53) MAYER, Pierre, “L’arbitre et la loi”, in: Mélanges Catala, Litec, París, 2001, pp. 228 y 229.
(54) Lo cual parece bastante contradictorio si tenemos en cuenta que los imperativos técnicos no pertenecen al
“deber ser”, sino al “ser”. Las normas técnicas, son aquellas que “[…] indican un medio para alcanzar un
fin. Las normas técnicas no están destinadas a gobernar la voluntad de los sujetos a los cuales van
dirigidas, sino que lo que ellas indican se halla condicionado a esa voluntad. Por lo tanto, ellas presuponen
fines de la acción humana y condiciones necesarias entre los fines y los actos que sirven como medios
para alcanzarlos”. MENDONCA, Daniel, Las claves del derecho, Gedisa, Barcelona, 2000, p. 46.
“Las reglas técnicas se sitúan fuera del discurso normativo: son proposiciones en sentido lógico, es decir,
entidades de las cuales puede predicarse verdad o falsedad. El enunciado ‘Debes calentar el agua a cien
grados si quieres hacerla hervir’, a pesar de que incluya el verbo ‘deber’, tiene un significado puramente
descriptivo y puede reformularse simplemente así: ‘El agua hierve a cien grados’”. GUASTINI, Riccardo,
“Obligación”, en: Distinguiendo, Trad. Jordi Ferrer i Beltrán, Gedisa, Barcelona, 1999, pp. 114 y 115.
(55) Las cargas, a diferencia de los imperativos técnicos, sí pertenecen al “deber ser”. “La diferencia puede ser
aclarada diciendo que la reglas técnicas describen conexiones empíricas (preexistentes) entre una condi-
ción y una consecuencia, en tanto que las normas instrumentales prescriben, o mejor, instituyen conexio-
nes normativas. Respecto de una conexión empírica […] el lenguaje sólo puede discurrir. En cambio, una
conexión normativa […] es, por así decirlo, ‘creada’ por el lenguaje. […] En fin, una norma instrumental es
un enunciado que, lejos de describir, prescribe que cierto comportamiento sea tomado como condición
para la obtención de un determinado resultado. […] Lo que la norma prescribe, es más, constituye, es
precisamente la relación condicional entre éste y aquél. El destinatario de la norma, entonces, no tiene la
obligación de realizar ese comportamiento (ni mucho menos la obligación de perseguir ese fin): tiene la
obligación condicionada de comportarse de ese modo si, y sólo si, desea obtener ese resultado. Esa
obligación condicionada es lo que comúnmente se llama ‘carga’”. Ídem.
(56) “[H]ay una clase de conclusión imperativa que puede ser implicada por un conjunto de premisas puramen-
te indicativas. Se trata del llamado imperativo ‘hipotético’”. HARE, Richard Mervyn, El lenguaje de la moral,
Trad. Genaro Carrió y Eduardo Rabossi, UNAM, México, 1975, p. 41.
(57) “Si tenemos que querer nuestras máximas como leyes universales, tenemos que querer que sean respe-
tadas en todas las situaciones que se parezcan entre sí según las características universales especifica-
das en la máxima”. HARE, Richard Mervyn, Ordenando la ética. Una clasificación de las teorías éticas.
Trad. Joan Vergés Gifra, Ariel Filosofía, Barcelona, 1999, p. 145.
780 FABRICIO MANTILLA ESPINOSA
“si se quiere ser un buen árbitro in- la convención de árbitro sino, como bien
ternacional, no se deben proferir lo sostuvo el señor Lagergren, de princi-
laudos inefectivos” o, mejor aún, “si pios generales que justificarían la decisión
se quiere ser un buen árbitro inter- de declinar su competencia.(59)
nacional, no se deben proferir lau-
Personalmente, creo que si partimos
dos que patrocinen las prácticas de del supuesto de que el árbitro se ha con-
corrupción”(58). vertido en el juez natural del comercio
internacional, debemos aceptar que, al
Esto no es nada distinto de una ver- igual que todo juez(60), él debe propug-
dadera prescripción, un imperativo univer- nar por la moralidad de los negocios in-
sal, es decir, un juicio moral. En este orden ternacionales y luchar contra el flagelo
de ideas, esta carga no podría proceder de de la corrupción(61).
(58) “El lenguaje moral es frecuentemente emotivo, por la simple razón de que las situaciones en que es
típicamente usado son situaciones que a menudo nos conciernen profundamente”, HARE, El lenguaje de la
moral, cit., p. 140.
(59) Para argumentar sobre cuestiones morales, “[p]rimero tenemos que considerar las consecuencias de
adoptar una política u otra, y luego encontrar pautas que, en caso de ser en general respetadas, conduz-
can a los mejores cursos de acción. Y los mejores cursos de acción son aquellos cursos que, considerán-
dolo todo, favorecen más a la gente de la sociedad, contando que cada uno vale por uno y que nadie vale
más que uno; es decir, tratando a cada individuo como un fin”, HARE, Ordenando la ética, Una clasificación
de las teorías éticas, cit., p. 159.
(60) Utilizo la palabra “juez” para designar a aquel tercero que administra justicia, en principio, zanjando un
conflicto, y no al funcionario de la rama judicial del poder público. En este sentido, precisamente, el árbitro
es un “juez”; sin embargo, como no administra justicia en nombre de ningún Estado soberano y sus pode-
res los deriva de su contrato con las partes, no dispone de los mismos instrumentos jurídicos –fundamen-
talmente del imperium– que el juez judicial para cumplir con sus funciones.
(61) “Tales demandas expresan la conciencia moral de una sociedad. Esta conciencia no es uniforme. Varía
de un individuo a otro y cambia a lo largo de la historia. Los primeros motores del cambio son gene-
ralmente algunos individuos excepcionales, tales como los fundadores y reformadores de una reli-
gión, los filósofos de la moral o jueces experimentados y prestigiosos. Puede decirse que estos indi-
viduos ‘moldean’ las nociones de la justicia y de la moralidad que llegan a prevalecer en una socie-
dad. Su papel como ‘moldeadores’ los coloca ‘a la cabeza de los desarrollos’ y, a veces, en un conflic-
to trágico con la conciencia moral de la mayoría de sus contemporáneos”. VON WRIGHT, Georg Henrik.
“Ser y deber ser”, in: Aarnio, Aulis, GARZÓN V ALDÉS, Ernesto y U USITALO , Jyrki, La normatividad del
derecho, Gedisa, Barcelona, 1997, pp. 108.
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE TELECOMUNICACIONES (...) 781
Arbitraje
de Inversión
782 HERNANY VEYTIA
EL TRATO IGUAL Y LA PLENA OPORTUNIDAD DE HACER VALER LOS DERECHOS 783
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 783-800
ARBITRANDO LLA
A INVERSIÓN
(*) Profesor Principal de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Miembro
de Número de la Academia Peruana de Derecho. Socio del Estudio Fernando de Trazegnies Granda
Abogados.
784 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
Naciente y el Presidente del Perú nada me- aplicación trajo consecuencias funestas
nos que al Zar de todas las Rusias(1). para la economía latinoamericana.
En el fondo, las controversias comer- Como era de esperar, los inversionis-
ciales internacionales quedaban sometidas tas foráneos no estaban dispuestos a
a las jurisdicciones acordadas por las gran- arriesgar sus capitales en América Latina
des potencias, lo que hacía dudar de su colocándolos en manos de la justicia lo-
imparcialidad irritando a los países emer- cal, de la cual pudiera temerse que fuera
gentes. En este sentido, América Latina parcializada contra el extranjero. La cláu-
era particularmente sensible ya que, sin sula Calvo era un sueño de rebeldía que
ser colonia de ningún otro país, estaba satisfacía el ego latinoamericano pero pro-
sometida a los dictados de las grandes ducía gravísimos daños desde la perspec-
potencias colonialistas. tiva del desarrollo económico. Las inver-
siones se hicieron más cautelosas y no se
Es por ello que el planteamiento más realizaron en la magnitud deseada por los
radical y valiente surge de América Lati- propios países en desarrollo. A falta de
na. El jurista y diplomático argentino Car- inversiones y dada la necesidad de capi-
los Calvo, planteó como doctrina la polí- tal, fue necesario recurrir a los préstamos
tica de no aceptar tanto la reclamación internacionales. Algunos países latinoa-
diplomática respecto de asuntos privados mericanos aceptaron excluir excepcional-
como tampoco la jurisdicción extranjera mente estos préstamos de la mencionada
en los contratos celebrados por el Estado. cláusula y admitir un arbitraje en el ex-
Es en esta forma que se incorporó en di- tranjero. Pero este sistema basado en prés-
chos contratos la llamada “cláusula Cal- tamos ahorcaba económicamente a los
vo” por la que las partes –básicamente, países en desarrollo, con los pagos del
el inversionista extranjero– se compro- capital y de los intereses.
meten a no recurrir a una reclamación di-
Es así como se tuvo consciencia de
plomática y a someter toda controversia
la urgencia –aún más apremiante en un
a la jurisdicción de los jueces locales. De
mundo en proceso galopante de globali-
esta manera, la única vía de solución de
zación– de facilitar la inversión extranje-
conflictos entre un inversionista y el Es-
ra en sustitución del préstamo internacio-
tado receptor, que quedaba posible, era
nal, de manera que no hubieran armadas
la de los tribunales nacionales del país
que pagar y que quienes traían su capital
que acogía la inversión.
al país estuvieran sujetos a los riesgos
Sin embargo, esta doctrina, imbui- normales de toda inversión. La inversión
da de una dignidad altiva, no funcionó extranjera no debía ser considerada con-
cuando menos en el aspecto del someti- denable como antaño sino que, por el con-
miento del inversionista extranjero a los trario, debía apreciarse como condición
tribunales nacionales; por el contrario, su esencial del desarrollo económico.
(1) DE TRAZEGNIES, F ERNANDO, En el país de las Colinas de Arena. Reflexiones sobre la inmigración china
en el Perú del S. XIX, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1994. T. II,
pp. 626-634.
786 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
(2) CREMADES, BERNARDO M., “Recent Developments in Investment Arbitrations: Claims under Investment
Treaties for Conducts that also involves Contracts with Governments or Government-attributed Entities”,
en: Transnational Dispute Management, Vol. 1, issue 3, Julio 2004.
(3) WÄLDE, Thomas, “Opinión independiente de 26 de Enero de 2006”, en el arbitraje realizado conforme al
Capítulo XI del TLCAN y a las Reglas de Arbitraje de la CNUDMI: International Thunderbird Gaming v. Los
Estados Unidos Mexicanos. Par 12.
ARBITRANDO LA INVERSIÓN 787
judicial del lugar –que en esa época se nes y, finalmente, si el caso lo justificaba,
identificaba muchas veces con la autori- la acción armada. En cambio, a través del
dad política– para someter sus pleitos con- CIADI y otros mecanismos, se instituyó
tra los lugareños en relación con las com- un procedimiento privado, en el plano ne-
praventas efectuadas, porque pensaban tamente jurídico, para tratar de conciliar o
que esos jueces iban a tender a considerar de resolver por arbitraje el conflicto.
con mejores ojos a los locales que a los
Este tipo de derecho de la inversión
extranjeros. Y es desde esta percepción
–y la consecuente modalidad de arbitra-
de la desigualdad del extranjero que sur-
je– no se ocupa de los problemas del in-
gen las protecciones que constituyen la lla-
versionista extranjero con sus proveedo-
mada lex mercatoria(4).
res locales ni con ningún otro elemento
En el mundo de hoy, ha surgido este privado vinculado a su operación. El cam-
nuevo derecho de la inversión extranjera po exclusivo al cual me estoy refiriendo
cuya principal característica es que regu- como propio de esta nueva rama del arbi-
la las relaciones entre el inversionista ex- traje son las relaciones entre ese inversio-
tranjero y el Estado receptor, consideran- nista extranjero y el Estado receptor, en
do –una vez más– la debilidad inherente tanto que éste, a través de su ius impe-
del inversionista frente al Estado. rium, puede perturbar la operación eco-
nómica normal del inversionista. Cabe la
Lo que pretende este Derecho en for-
posibilidad de que el Estado receptor, ac-
mación es colocar en un pie de igualdad
tuando como Estado, ponga dificultades
al inversionista privado extranjero y al
anormales para dar la autorización a la
Estado receptor, vinculando así de mane-
actividad materia de la inversión o que
ra equitativa a una persona de derecho
discrimine entre los inversionistas nacio-
privado con una persona de derecho pú-
nales y extranjeros o que afecte, directa o
blico que gobierna un país distinto al del
indirectamente, la propiedad, las ganan-
origen de la inversión. Hasta entonces, no
cias y, en general, los derechos del inver-
era posible para una empresa privada ini-
sionista sin un motivo legítimo.
ciar un procedimiento internacional de
solución de conflictos contra un Estado. La posibilidad de un arbitraje inter-
Hasta la creación de este nuevo derecho, nacional independiente, a cargo de exper-
el Estado receptor no podía ser demanda- tos y no de políticos ni de personas vin-
do por un particular ante un tribunal in- culadas a la actividad económica ni del
ternacional. Todo lo que podía hacer el país inversionista ni del país que recibe la
inversionista era demandar a ese Estado inversión, es sin duda un paso adelante
ante el Poder Judicial local. En cambio, para facilitar las inversiones más allá de
en el plano internacional sólo le quedaba las fronteras en todas partes del mundo.
la posibilidad de ejercer una presión de De esta forma, el Estado receptor se cui-
hecho, a través de su propio gobierno; dará particularmente de no incurrir en ac-
presión que podía ser una simple interven- ción alguna que afecte su imagen en el
ción diplomática, una ruptura de relacio- mercado de capitales, ya que le interesa
(4) DE TRAZEGNIES, Fernando, “¿Lex mercatoria rediviva? Primera Parte: De la Edad Media a la Postmoderni-
dad”, en: Revista Peruana de Arbitraje, Nº 3, Grijley, Lima, 2006.
788 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
ser elegido por los inversionistas a fin hay que darle un medio de defensa a tra-
de promover su propio desarrollo eco- vés de un juicio imparcial mediante árbi-
nómico; y, por otra parte, el inversionis- tros. En ese sentido, como dice el Prof.
ta sabe que no será juzgado con las leyes Waelde, la aparente asimetría del arbitraje
y por los tribunales de su país de origen de inversión es una forma de equilibrar la
pero tampoco con las leyes y por los tri- asimetría constitutiva de la relación en la
bunales del país con el que tiene conflic- que el Estado tiene todos los poderes fren-
to. La resolución del conflicto estará a te al inversionista. Así esa aparente asime-
cargo de un tribunal independiente en el tría arbitral es el otro lado del espejo de la
que participarán los mejores especialis- asimetría que existe en la realidad(5).
tas internacionales.
Como puede apreciarse, la razón de 2.2. Las fuentes del nuevo derecho de
esta protección al inversionista se basa en la inversión
una comprobación fáctica, similar a la
Otro elemento que distingue este
efectuada por los comerciantes medieva-
derecho sui generis del derecho inter-
les respecto del riesgo jurídico que está
implícito en toda operación en el extran- nacional comercial es el hecho de tener
jero. El Estado receptor juega un doble fuentes propias.
papel que crea una gran vulnerabilidad al Indudablemente, una fuente funda-
inversionista extranjero: es contratante y cional es la Convención de Washington
además es autoridad con imperio. En otras por la que se creó el CIADI en 1966 y a la
palabras, el Estado receptor, de un lado, cual se ha adherido el Perú. En ella se es-
es la contraparte del inversionista extran- tablece, dentro de la línea de la Doctrina
jero; de otro lado, esa contraparte es la Calvo, que ningún Estado Contratante
autoridad que rige las actividades del in- concederá protección diplomática ni pro-
versionista y, por ese motivo, puede im- moverá reclamación internacional respec-
ponerle reglas que afecten sus derechos. to de cualquier diferencia que uno de sus
Este rasgo protector del inversionis- nacionales y otro Estado contratante ha-
ta extranjero que domina el arbitraje de yan consentido en acogerse a dicha Con-
inversión lleva a una asimetría en la cons- vención(6). Pero, en vez de exigir el so-
trucción del sistema: el inversionista pue- metimiento a la jurisdicción de los tribu-
de demandar al Estado receptor, pero el nales locales, la Convención crea una ju-
Estado no puede demandar al inversionis- risdicción arbitral absolutamente interna-
ta. Pero esta asimetría se justifica en el cional que se extiende a las diferencias
hecho de que el Estado puede en cualquier de naturaleza jurídica que surjan directa-
momento aplicar el derecho nacional al mente de una inversión entre un Estado
inversionista, sin consultar a nadie; por Contratante (o cualquiera subdivisión po-
consiguiente, es al inversionista a quien lítica u organismo público de un Estado
(5) WAELDE, Thomas W., “International Investment Law: An Overview of Key Concepts and Methodology”, en:
Report of the 2004 Research Seminar on International Investment Law, Hague Academy of International
Law, 2005, p. 14.
(6) Convención de Washington, artículo 27 (1).
ARBITRANDO LA INVERSIÓN 789
(10) WAELDE, Thomas W., The Serbian Loans Case – A Precedent for Investment Treaty Protection of Foreign
Debt?, 2004, pp. 15-16.
(11) Ibidem, p. 13.
(12) Ibidem, p. 14.
(13) Convención de Washington, artículo 42 (1).
ARBITRANDO LA INVERSIÓN 791
del Estado que sea parte en la diferen- ¿Y de dónde salen estos principios?
cia (incluyendo sus normas de derecho Pues de la misma fuente que inspiró el
internacional privado), y aquellas nor- derecho romano y todas las grandes cons-
mas de Derecho Internacional que pu- trucciones jurídicas: nacen de un análisis
dieren ser aplicables. Asimismo, aun si racional y equilibrado de las situaciones.
se sostuviera que corresponde aplicar la Los romanos comparaban casos y de esta
legislación del Perú a la interpretación manera iban extrayendo ciertos principios;
del CEJ con DEI Bermuda, este tribu- las normas positivas no eran sino la coa-
nal tiene la facultad y el deber de some- gulación de estos principios, que podía
ter la legislación del Perú al control del darse como no darse. De la misma forma,
derecho internacional”(22)(23). el actual derecho internacional surge del
análisis teórico de la forma como se van
resolviendo los casos por distintos tribu-
2.5. Una nueva forma de razonamiento
nales y de ellos infiere ciertos principios.
jurídico
A su vez, estos principios servirán de base
Pero quizá la característica más in- para la redacción de los BITs. Pero no son
teresante de este derecho de la inversión los BITs que están antes que los princi-
extranjera es la preponderancia de los pios sino que son los principios que están
principios tanto sobre el incipiente dere- antes y que dan forma a los BITs.
cho positivo internacional como también
Como lo decía ya Ignacio Joseph de
sobre las legislaciones nacionales.
Ortega en el S. XVIII, en su obra sobre la
En esta nueva área del Derecho In- interpretación de los tratados, “las pala-
ternacional nos sacudimos del positivis- bras deben servir a la intención; no la in-
mo para ingresar al mundo de los princi- tención a las palabras”(24). Y Alberico
pios que están en permanente creación y Gentil sostenía que “en los contratos de
desarrollo. Como decía Ulpiano respecto los Príncipes”, hay que interpretar “mi-
del derecho romano: non ex regular sum- rando la verdad, a quien venera el dere-
matur, sed ex iure quod est regula fiat; cho de Gentes, y con la que procede la
esto es, el derecho no se forma con la suma buena fe”. Agrega que a veces la mala fe
de las normas positivas sino con los prin- puede estar en la intención y ésta se es-
cipios que son los que dan origen a las conde con palabras en el texto “cubrien-
normas positivas. Por consiguiente, no son do la malicia con la literal expresión de
los BITs que dan origen a los principios las palabras”, de manera de burlar “la in-
sino los principios que dan origen a los teligencia, que regule el contrato con jus-
BITs. El BIT da cuenta de este nacimien- ticia y equidad”. Y advierte que “con ra-
to y se convierte en la partida registral del zón exclama Marco Tulio y Erasmo, di-
nuevo principio internacional. ciendo que cuando supersticiosamente se
(22) Caso Nº ARB (AF)/97/2 del CIADI, Laudo del 1 de noviembre 1999, Par. 86. DOCSMTL: 1776784\6.
(23) Caso Nº ARB /03/28 del CIADI, Duke Energy International Perú Investments Nº 1, LTD v. La República del
Perú, Decisión sobre competencia, 1º Febrero 2006, párr. 162.
(24) DE ORTEGA, Ignacio Joseph, Questiones de Derecho Público en interpretación de Tratados de Paces. En la
Oficina de Antonio Marín, Madrid, 1747, p. 1.
794 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
estriba en las palabras, es cuando princi- tamos ante un proceso muy activo y, como
palmente se intenta apartar de la equi- en toda superficie efervescente, es difícil
dad”(25). Y frente a algunos que preten- decir qué burbuja se encuentra subordi-
derían afirmar que la mejor manera de nada a cuál otra.
evitar la mala fe es eliminando toda in-
Sin embargo, parecería que el ele-
terpretación y tomando las palabras en
mento fundamental, la piedra angular so-
su sentido literal, Ortega disiente afir-
bre la cual se levanta toda la construcción
mando que “de los pactos se debe sepa-
del derecho de la inversión extranjera es
rar toda interpretación dolosa, cavilosa
–como en todos los campos del derecho–
y circunscrita”(26); y que una de las re-
el concepto de buena fe.
glas fundamentales de la interpretación
de los tratados y contratos es que “el pac- Es muy importante conceptualmen-
to se debe regular e interpretar según la te el hecho de que la doctrina y la juris-
naturaleza del acto, sobre que recae; y prudencia internacional modernas hayan
así todas las limitaciones, condiciones y también ratificado de manera categóri-
restricciones que por su naturaleza, en ca que el principio de la buena fe es cen-
justicia, equidad o legítima costumbre tral en el derecho internacional(29). Y es
padezca el acto prometido, deberán su- así como en el derecho internacional de
frirse en el cumplimiento del pacto”(27); la inversión se ha sostenido que “La
de manera que “un contrato se entiende buena fe es un principio supremo, que
que abraza todas las circunstancias y cua- rige las relaciones jurídicas en todos sus
lidades de él, sujetándose a todas las con- aspectos y contenidos” y cuyo conteni-
diciones que sean naturales del contrato, do es básicamente “espíritu de lealtad,
aunque no se expresen”(28) . respeto por la ley y fidelidad. En otras
palabras, ausencia de disimulación o
3. LOS PRINCIPIOS FUNDAMEN- fraude en la relación entre dos o más
TALES: LA BUENA FE COMO partes dentro de un acto jurídico”. Y,
más precisamente con relación al con-
EJE DEL SISTEMA DE PRINCI-
trato, la buena fe significa ausencia de
PIOS DEL DERECHO INTER-
trampa, de engañifa, o de artificio du-
NACIONAL
rante la negociación y ejecución de ins-
No es posible todavía establecer con trumentos que dan lugar a una inversión,
claridad el orden y jerarquía de los prin- así como la lealtad, verdad e intención
cipios que ha venido desarrollando la doc- de mantener la ejecución recíproca de
trina y la jurisprudencia internacional. Es- las partes(30) .
(25) DE ORTEGA, Ignacio Joseph, Questiones de Derecho Público en interpretación de Tratados de Paces, cit., p. 4.
(26) Ibidem, p. 8.
(27) Ibidem, p. 10.
(28) Ibidem, p. 10.
(29) Caso CIADI Nº ARB (AF)/002/. Técnicas Medioambientales Tecmed S.A. v. Los Estados Unidos Mexica-
nos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154, y Eureko B.V. v. Poland. Arbitraje ad hoc. Laudo de 19 de
Agosto de 2005, p. 235.
(30) Inceysa Vallisoletana v. El Salvador, Laudo de 2 de Agosto de 2006, pp. 230-231.
ARBITRANDO LA INVERSIÓN 795
(31) Caso Corte Permanente de Arbitraje (UNCITRAL): Saluka Investments B.V. v. República Checa. Laudo
parcial sobre el fondo del asunto. 17 de Marzo de 2006, p. 302.
(32) Caso CIADI Nº ARB (AF)/002/. Técnicas Medioambientales TECMED S.A. v. Los Estados Unidos Mexica-
nos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154.
(33) Caso CIADI Nº ARB /97/7: Emilio Agustín Maffezini v. El Reino de España. Laudo de 13 de Noviembre de
2000, p. 83.
(34) London Court of International Arbitration (Case Nº UNCITRAL 3467): Occidental Exploration and Produc-
tion Company v. The Republic of Ecuador. Laudo de 1 de Julio de 2004, p. 184.
(35) London Court of International Arbitration (Case Nº UNCITRAL): Central European Media Enterprises (CME)
v. República Checa, Laudo parcial de 12 de Septiembre de 2001, pp. 133 y 611.
796 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
Es interesante destacar que la juris- guiente, aquello que diga el Estado recep-
prudencia ha establecido que esta estabi- tor debe ser entendido como una repre-
lidad que forma parte del principio que sentación válida del ordenamiento vigen-
obliga a respetar las expectativas legíti- te en el país de la inversión, de manera
mas, no puede ser modificada aduciendo que el inversionista puede confiar en las
un cambio en las circunstancias. Como es afirmaciones de los funcionarios(37). Cla-
conocido, Argentina, hace unos años, ro está que puede suceder que tal repre-
modificó las tarifas que podían cobrar las sentación en el inversionista resulte del
empresas inversionistas a los usuarios lo- hecho de que alguna dependencia estatal
cales por la prestación de ciertos servi- actúa en forma no concordante con las
cios públicos, a pesar que esas tarifas ha- leyes. En este caso, es evidente que esa
bían sido garantizadas como condición de conducta de la dependencia administrati-
la inversión. Sin embargo, no cabía duda va no puede modificar la ley. Pero en la
que se había producido un cambio impor- medida de que esta representación fue ra-
tante en las circunstancias dada la profun- zonablemente considerada como verdade-
da crisis económica de entonces. Pese a ra por el inversionista extranjero, el Esta-
ello, un tribunal arbitral de CIADI esta- do está obligado a pagar los daños y per-
bleció que un cambio en las circunstan- juicios al inversionista que resulten de esta
cias no justificaba un incumplimiento del falsa representación producida por la con-
contrato, excluyendo así la aplicación del ducta del Estado a través de las múltiples
principio rebus sic stantibus, a fin de pro- formas como el Estado actúa.
porcionar la seguridad y estabilidad que
La jurisprudencia ha consagrado
requiere la inversión(36).
también este principio al establecer que
Otro de los principios derivados de constituye una falta contra el tratamiento
los antes mencionados es la consistencia justo y equitativo el hecho de que el Esta-
en la aplicación de la ley nacional por el do receptor incumpla las representaciones
Estado receptor. que hizo al inversionista y en las que éste
confió razonablemente. Este principio ha
En el fondo, nos encontramos aquí
sido ratificado sucesivamente en el senti-
con la versión internacional de la teoría
do de que el tratamiento de la inversión
de los actos propios, también llamada es-
por el Estado receptor no puede afectar
toppel en el mundo anglosajón. En pocas
las expectativas básicas que fueron toma-
palabras, esta teoría se resume como que
das en cuenta por el inversionista extran-
el Estado no puede beneficiarse con su
jero para decidir la inversión(38).
propia inconsistencia: en todo momento,
se supone que el Estado está actuando de Y el principio es tan amplio que la
acuerdo con la ley nacional; y, por consi- doctrina y la jurisprudencia consideran
(36) Caso ICSID Nº ARB/01/8: CMS Gas Transmission Company v. La República Argentina. Laudo de 12 de
Mayo de 2005. p. 317.
(37) Caso ICSID Nº ARB (AF)/97/8: Metalclad Corporation v. Estados Unidos Mexicanos. Laudo de 30 de Agos-
to de 2000. p. 89.
(38) Caso CIADI Nº ARB (AF)/002/: Técnicas Medioambientales TECMED S.A. v. Los Estados Unidos Mexica-
nos. Laudo de 29 de Mayo de 2003, p. 154.
ARBITRANDO LA INVERSIÓN 797
que las legítimas expectativas que deben fundamentado de una manera razonable.
ser respetadas se establecen “no sólo so- Esto significa que toda fundamentación
bre la base de representaciones y seguri- debe derivar de la aplicación de la bue-
dades específicas e individuales, dadas por na fe, evitándose –como ya lo decía
las autoridades competentes, sino más bien también Gentil en el mismo siglo– “las
en la forma como el inversionista razona- escrupulosas interpretaciones y disputas
blemente vio las condiciones de inversión que estriban en los ápices y sutilezas
disponibles en el Estado receptor”(39). del derecho” (42) .
Por otra parte, esta obligación de Obviamente, dentro de este esquema
consistencia del Estado receptor no depen- juega un papel muy importante el respeto
de de la diligencia del inversionista para a los derechos privados.
investigar todo lo que pudiera posterior-
mente afectarle sino que el Estado recep- Este principio consiste fundamental-
tor “tiene la obligación de actuar cohe- mente en que los derechos del inversio-
rentemente y de aplicar sus políticas de nista sean respetados no sólo frente a in-
manera consistente, con independencia de tervenciones directas y arbitrarias del Es-
cuán diligente es el inversor”(40). En con- tado que pretendan afectarlos sino tam-
secuencia, aun en el caso de que un inver- bién frente a ataques indirectos.
sionista extremadamente cuidadoso qui-
El derecho es, en el fondo, un siste-
zá hubiera podido percibir la ambigüedad
ma de titularizaciones sobre bienes y so-
de la representación de la situación efec-
bre obligaciones. Quizá la más importan-
tuada por el Estado receptor, éste no deja
te de ellas es la propiedad, pero no es la
de ser responsable por sus faltas al deber
única. El derecho Internacional se rige por
de transparencia y consistencia por cuan-
el principio del respeto pleno de estos tí-
to, como afirma el Prof. Waelde, estos de-
tulos privados, de manera que no puedan
beres no son meramente pasivos sino que
ser desconocidos. Obviamente, cabe la ex-
tienen un carácter pro-activo(41).
propiación como una excepción; pero ésta,
Un elemento más que es de la ma- para ser admisible, requiere una funda-
yor importancia dentro del derecho de in- mentación en el interés público, un pro-
versión es la protección contra la arbi- cedimiento objetivo y un pago previo del
trariedad manifiesta, dentro de la que se valor del bien.
incluyen los actos claramente inequitati-
En cambio, constituye una infracción
vos, los basados en una idea política y
a ese principio no solamente la confisca-
otros similares.
ción pura y directa sino también lo que se
En el S. XVIII, decía Ortega que un conoce como “expropiación insidiosa o
acto es arbitrario cuando no puede ser rastrera” (creeping expropiation), esto es,
(39) WAELDE, Thomas W., en comunicación personal, comentando Eureko B.V. v. Poland. Arbitraje ad hoc.
Laudo de 19 de Agosto de 2005.
(40) Caso CIADI Nº ARB/01/7: MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD Chile S.A. v. Chile. Laudo de 25 de Mayo de
2004. p. 165.
(41) WAELDE, Thomas W., Comunicación personal.
(42) DE ORTEGA, Ignacio Joseph, Questiones de Derecho Público en interpretación de Tratados de Paces, cit., p. 4.
798 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
a largo plazo es preciso considerar que es el jurídico, no parece haber mejor méto-
las circunstancias pueden cambiar de ma- do que un arbitraje verdaderamente in-
nera tan dramática que el cumplimiento ternacional. Nadie puede negar que, en
de la obligación pactada resulte repulsi- este plano, el inversionista extranjero es-
vo. Por ello es preciso diseñar solucio- taría en desventaja si tiene que acudir a
nes razonables para este tipo de proble- la justicia local.
mas. Es probable que buena parte de la
Paradójicamente, en un país eminen-
solución corresponda no al árbitro fren-
temente inversionista como es los Esta-
te al hecho consumado sino a los aboga-
dos Unidos ha surgido recientemente una
dos que redactan los contratos, de mane-
oposición fuerte contra el arbitraje de in-
ra de incluir preventivamente ciertos me-
versión, desde que se constituyó el North
canismos de adaptación(43).
American Free Trade Agreement (NAF-
Para algunos, a pesar de los trata- TA); porque, a partir de entonces, el go-
dos de no intervención diplomática, las bierno norteamericano pudo ser deman-
empresas transnacionales demuestran a dado a su vez por los inversionistas ex-
veces un poder tan grande o mayor que tranjeros en territorio norteamericano que
el del Estado receptor, que les permite son miembros del NAFTA, es decir, por
usar medios no jurídicos de presión so- México y Canadá. Y, si bien no se han
bre el gobierno del país en el cual han presentado casos de inversionistas mexi-
hecho la inversión. Esto llevaría a pen- canos en Estados Unidos, sí los hay de
sar que la debilidad del inversionista ex- inversionistas norteamericanos en Cana-
tranjero es ilusoria. dá y de canadienses en los Estados Uni-
dos. Cuando estos dos Estados han co-
Por otra parte, algunas ONGs han
menzado a recibir demandas de particu-
atacado duramente los Tratados Bilate-
lares –esto es, de los inversionistas de uno
rales de Inversión, arguyendo que son
y otro país– han comenzado a producirse
instrumentos de dominación empleados
quejas y reflexiones críticas sobre el sis-
por los países desarrollados contra los
tema, al punto que los grupos ambienta-
países subdesarrollados(44). Es posible
listas, las organizaciones de consumido-
encontrar en la web textos que califican
res, la prensa y el congreso plantearon en
estos nuevos procedimientos arbitrales
los Estados Unidos que el arbitraje de in-
como la privatización de la justicia co-
versión socava las medidas regulatorias
mercial, entendiendo por “privatización”
del gobierno, recorta la capacidad legis-
algo horrendo y nefasto(45).
lativa del congreso y entrega temas muy
Sin embargo, si creemos que el me- delicados de la economía a manos de ár-
jor camino para solucionar los conflictos bitros individuales que ignoran las
(43) C. Frederick R. Fucci: Hardship and Changed Circumstances as Grounds for Adjustment or Non-Perfor-
mance of Contracts. Practical Considerations in International Infrastructure Investment and Finance. Trans-
national Dispute Management. January 2007.
(44) Oxam Briefing Paper: Signing Away the Future. How trade and investments agreements between rich and
poor countries undermine development. http://www.oxfam.org/en/files/bp101_regional_trade_ agree-
ments_0703/download
(45) http://zmagsite.zmag.org/Dec2003/choudry1203.html
800 FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
(46) AGUILAR ALVAREZ, Guillermo / PARK, William W., “The New Face of Investment Arbitration: NAFTA Chapter
11”, en: Lima Arbitration, Nº 1, 2006, p. 21.
EL CONSENTIMIENTO EN EL ARBITRAJE INTERNACIONAL EN MATERIA DE INVERSIONES 801
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 801-808
(*) Profesor en las materias de Arbitraje y Solución de Controversias en Materia de Comercio e Inversiones.
Fue consultor legal de Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones - CIADI.
(1) También existió la llamada “diplomacia de los cañones”. Ver, Foreign Investment Disputes: Cases, Mate-
rials and Commentary, DOAK BISHOP, R. “James Crawford and W. Michel Reisman”, Kluwer Law Internatio-
nal, p. 3, “The investors goverments, if they were inclined to help their nationals, responded either with a
show of military force (so-called “gunboat diplomacy) or by providing diplomatic protection”.
802 ÁLVARO GALINDO C.
y se manejen en espacios neutrales sin Para que exista jurisdicción por parte
injerencias externas. Esta es una de las del CIADI y competencia por parte de un
razones que explican que una vez que ha tribunal de arbitraje bajo este mecanismo,
sido otorgado el consentimiento para un existen varios requisitos que se deben to-
arbitraje bajo el Convenio no se podrán mar en cuenta y que se encuentran enun-
utilizar mecanismos, entre otros, como el ciados en el artículo 25 del Convenio:
de la protección diplomática(2).
La jurisdicción del Centro se ex-
2. EL CONSENTIMIENTO tenderá a las diferencias de natura-
leza jurídica que surjan directamen-
El arbitraje en materia de inversión, te de una inversión entre un Estado
como prácticamente todo tipo de arbitra- Contratante (o cualquiera subdivi-
je, requiere la existencia de un acuerdo sión política u organismo público
por escrito o consentimiento previo. El de un Estado Contratante acredita-
consentimiento de ambas partes, esto es, dos ante el Centro por dicho Esta-
del Estado receptor de la inversión y del do) y el nacional de otro Estado
inversionista, es un requisito indispensa- Contratante y que las partes hayan
ble para que exista jurisdicción por parte consentido por escrito en someter
de un tribunal internacional(3). al Centro. El consentimiento dado
Esto es también un elemento funda- por las partes no podrá ser unilate-
mental en el sistema de arbitraje bajo el ralmente retirado.
Convenio CIADI. En el texto del Conve-
nio se hace referencia en varias ocasiones El Informe de los Directores Ejecu-
al consentimiento(4). El Convenio CIADI tivos menciona que “el consentimiento
deja clara que la mera ratificación por puede darse, por ejemplo, en las cláusu-
parte de un Estado y el hecho de ser parte las de un contrato de inversión, que dis-
contratante, no implica la existencia del ponga la sumisión al Centro de las dife-
consentimiento expreso(5). rencias futuras que puedan surgir de ese
(2) El artículo 27 del Convenio establece que: “Ningún Estado Contratante concederá protección diplomá-
tica ni promoverá reclamación internacional respecto de cualquier diferencia que uno de sus nacionales
y otro Estado Contratante hayan consentido en someter o hayan sometido a arbitraje conforme a éste
Convenio, salvo que este último Estado Contratante no haya acatado el laudo dictado en tal diferencia
o haya dejado de cumplirlo.”
(3) Informe de los Directores Ejecutivos Acerca del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inver-
siones entre Estados y Nacionales de otros Estados, Banco de Reconstrucción y Fomento, 18 de marzo
de 1964, CIADI/15, Abril de 2006. Sitio web http://www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc.htm.
El Informe de los Directores Ejecutivos declara que: “El consentimiento de las partes es la piedra angular
en que descansa la jurisdicción del Centro. El consentimiento a la jurisdicción debe darse por escrito y una
vez dado no puede ser revocado unilateralmente artículo 25(1).
(4) Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Esta-
dos, CIADI/15, Abril de 2006. Sitio web http:// http://www.worldbank.org/icsid/basicdoc/basicdoc.htm. En el
preámbulo: “Reconociendo que el consentimiento mutuo de las partes en someter dichas diferencias a
(…) arbitraje a través de dichos medios constituye un acuerdo obligatorio (…).
(5) Ibidem. “Declarando que la mera ratificación, aceptación o aprobación de este Convenio por parte del
Estado Contratante, no se reputará que constituye una obligación de someter ninguna diferencia deter-
minada a conciliación o arbitraje, a no ser que medie el consentimiento de dicho Estado”.
EL CONSENTIMIENTO EN EL ARBITRAJE INTERNACIONAL EN MATERIA DE INVERSIONES 803
contrato, o en compromiso entre las par- La más conocida, y hoy tal vez la que
tes respecto a una diferencia que haya va siendo menos usada, es el consentimien-
surgido. El convenio tampoco exige que to otorgado en una cláusula arbitral entre
el consentimiento de ambas partes se las partes. Estas cláusulas se encuentran en
haga constar en un mismo instrumento. los contratos de inversión entre Estados e
Así, un Estado receptor pudiera ofrecer inversionistas extranjeros. Existen mode-
en su legislación sobre promoción de in- los de cláusulas que pueden ser de gran
versiones, que se someterán a la juris- utilidad a la hora de querer introducir en
dicción del Centro las diferencias pro- un contrato un convenio arbitral(7).
ducidas con motivo de ciertas clases de
Otra fuente de formación del con-
inversiones, y el inversionista puede sentimiento es a través de la normativa
prestar su consentimiento mediante de un Estado, típicamente en la legisla-
aceptación por escrito de la oferta”(6). ción doméstica en materia de inversión(8).
Sin embargo, el mero consentimien- Estas normas ofrecen el arbitraje de ma-
to no es suficiente para someter una dife- nera general, aunque es importante ano-
rencia a la jurisdicción del CIADI. En tar que una disposición de esta naturale-
concordancia con la finalidad del conve- za no es suficiente para la existencia del
nio, la jurisdicción del Centro resulta ade- consentimiento. Siempre será necesaria
más limitada por la naturaleza de la dife- la existencia previa del acuerdo entre las
rencia y de las partes, temas que están más partes. En este caso, para que el acuer-
allá del alcance del presente trabajo. do se perfeccione, faltará aún el pronun-
ciamiento del inversionista y aceptar la
Existen tres formas, en la práctica, “oferta” dada por el Estado en su legis-
para la formación del consentimiento. lación. Esta aceptación puede darse a
(9) Ver, Tratado entre la República del Ecuador y los Estados Unidos de América para la Promoción y Protec-
ción Recíproca de Inversiones, vigente a partir del 11 de mayo de 1997. Artículo VI (4): “Cada una de las
Partes consiente en someter cualquier diferencia en materia de inversión al arbitraje obligatorio para su
solución, de conformidad con la opción especificada en el consentimiento por escrito del nacional o la
sociedad (...). El resaltado es del autor. El texto liga el consentimiento del Estado (que se otorga en este
Párrafo) con la opción que escoja el inversionista. En otros términos, lo que dice es que si el inversionista
escoge la opción del arbitraje UNCITRAL, a ello consiente el Estado. Si el inversionista escoge la opción
de un arbitraje CIADI, también consiente en ello el Estado.
(10) En el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el consentimiento se encuentra en el artículo 1120.
En la Carta Europea de la Energía el consentimiento se encuentra en el artículo 26.
(11) El Informe de los Directores Ejecutivos menciona la posibilidad de una oferta unilateral de arbitraje por
parte del Estado receptor de la inversión, a través de su legislación doméstica y la aceptación de tal oferta
por parte del inversionista. Informe de los Directores Ejecutivos, Par 24.
(12) AAPL v. Sri Lanka, Award, 27 June 1990, 4 ICSID Reports 250: “The present case is the first instance in
which the Centre has been seized by an arbitration request exclusively based on a treaty provision and not
in implementation of a freely negotiated arbitration agreement directly concluded between the Parties among
whom the dispute has arisen”.
EL CONSENTIMIENTO EN EL ARBITRAJE INTERNACIONAL EN MATERIA DE INVERSIONES 805
(13) SCHREUER, Christoph H., The ICSID Convention: A Commentary, Cambridge University Press, 2001, p. 249.
(14) Tradex v. Albania, Decision on Jurisdiction, 24 December 1996, 5 ICSID Reports 47: “[i]n case of doubt the 1993
Law should rather be interpreted in favour of investor protection and in favour of ICSID jurisdiction in particular.”
(15) Amco c. Indonesia, Decisión sobre Jurisdicción, 25 de septiembre de 1983, 1 ICSID Reports 398. Ante la
afirmación de la demandada, de que siendo el consentimiento al arbitraje una limitación a sus facultades
soberanas, este debía ser interpretado de forma restrictiva, el Tribunal consideró que “(...) like any other
conventions, a convention to arbitrate is not to be construed restrictively, nor, as a matter of fact, broadly or
liberally. It is to be construed in a way which leads to find out and to respect the common will of the parties:
such a method of interpretation is but the application of the fundamental principle pacta sunt servanda, a
principle common, indeed, to all systems of internal law and to international law”.
(16) SPP c. Egipto, Decisión sobre Jurisdicción, 14 de abril de 1988, 3 ICSID Reports 143.
(17) Ver, en este sentido, los siguientes casos: AAPL v. Sri Lanka, Award, 27 June 1990. AMT v. Zaire, Award,
21 February 1997. SGS v. Philippines, Decision on Jurisdiction, 29 January 2004. Generation Ukraine v.
Ukraine, Award, 16 September 2003. Tokios Tokels v. Ukraine, Decision on Jurisdiction, 29 April 2004.
(18) Ver, Convenio entre el Gobierno de la República del Ecuador y el Gobierno de la República del Perú sobre
Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, vigente a partir del 10 de diciembre de 1999, artículo 8:
“1. Las controversias que surgieren entre una de las Partes Contratantes y un inversionista de la otra Parte
Contratante en relación con las inversiones realizadas de conformidad con el presente Convenio deberán,
en lo posible, ser amigablemente dirimidas por las partes en la controversia, 2. Si una controversia en el
sentido del Par (1) no pudiera ser resuelta dentro del plazo de seis meses, contado desde la fecha en que
una de las Partes en la controversia la haya notificado a la otra, será sometida a: (arbitraje CIADI).
(19) Ver, Tradex c. Abania, Decision on Jurisdiction, 24 December 1996, 5 ICSID Reports 124. La “oferta” dada
por Albania en su legislación doméstica estaba limitada: “[S]i la disputa surge o está relacionada con
806 ÁLVARO GALINDO C.
Hay disposiciones en los TBI’s que, Es un criterio establecido por los pre-
con el objeto de cubrir bajo su “manto cedentes que este tipo de redacción con-
protector” obligaciones contractuales tiene asuntos que van más allá de la mera
contraídas por Estados con inversionis- interpretación o aplicación del tratado y
tas, han producido el efecto de ampliar que incluyen o que están relacionadas con
el alcance del consentimiento otorgado las disputas que surjan de los contratos
por parte de los Estados. en conexión con una inversión.
(26) Ver, en este sentido, el caso SGS c. Pakistán: “Tribunals have generally tended to treat consultation pe-
riods as directory and procedural rather than as mandatory and jurisdictional in nature. Compliance with
such a requirement is, accordingly, not seen as amounting to a condition precedent for the vesting of
jurisdiction […]”
(27) Ver, en este sentido, el caso Enron c. Argentina: “[T]he conclusion reached is not because the six-month
negotiation period could be a procedural and not a jurisdictional requirement as has been argued by the
Claimants and affirmed by other tribunals. Such requirement is in the view of the Tribunal very much a
jurisdictional one. A failure to comply with that requirement would result in a determination of lack of
jurisdiction”.
(28) SCHREUER, Christoph H., “Consent to Arbitration”, en: Transnational Dispute Management, Vol. 2, Novem-
ber 2005. La estructura del presente trabajo se basa, en gran parte, en la propuesta del Profesor SCHREUER
recogida en este artículo.
808 ÁLVARO GALINDO C.
(29) Ver, e.g., la siguiente cláusula: “Antes de que una de las partes del presente instrumento inicie un procedi-
miento de arbitraje al amparo del Convenio con relación a una diferencia determinada, dicha parte deberá
haber tomado todas las medidas necesarias a fin de agotar los recursos administrativos y judiciales dispo-
nibles con arreglo a la legislación del Estado Receptor respecto de esa diferencia lista de los recursos que
deben agotarse, a menos que la otra parte renuncie por escrito a esa condición.”
(30) Ver, en este sentido, el artículo VI(3)(a) del TBI entre la República del Ecuador y los Estados Unidos de
América: “Siempre y cuando la sociedad o el nacional interesado no haya sometido la diferencia, para su
solución, según lo previsto por el inciso a) (entiéndase cortes locales) o el inciso b) (entiéndase otro
procedimiento previamente pactado) del Par 2 y hayan transcurrido seis meses desde la fecha en que
surgió la diferencia, la sociedad o el nacional interesado podrá optar con consentir por escrito a someter la
diferencia, para su solución, al arbitraje obligatorio (…)”.
(31) Este principio ha sido recogido por un gran número de tribunales. A manera de ejemplo, en el caso Occi-
dental c. República del Ecuador (IVA Petrolero), el tribunal consideró que las acciones iniciadas por la
compañía en las cortes locales tenían una causa de acción distinta a aquellas invocadas en el arbitraje
bajo el TBI aplicable al caso. Occidental c. Ecuador, Laudo de 1 de julio de 2004, Par 38-63.
THE DOCTRINE OF ASSERTION AND JURISDICTIONAL ISSUES IN INVESTMENT ARBITRATION 809
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 809-818
In the light of the recent Svea Court Judgments in Civil and Commercial
of Appeal judgment in challenge Matters (“the Brussels Convention”)
proceedings in the Petrobart case provides that persons domiciled in a
regarding an award according to which the contracting state shall, whatever their
arbitral tribunal terminated the arbitral nationality, be sued in the courts of that
proceedings for lack of jurisdiction, I will state. However, according to Article 5 (1)
in this article deal with the doctrine of of the Brussels Convention, in matters
assertion (or, as it may be called, the relating to a contract, a person domiciled
principle of facts of double relevance) and in a contracting state may be sued in
some jurisdictional issues, especially another contracting state, at the place of
negative determinations on jurisdiction, in performance of the obligation in question.
bilateral investment treaty (“BIT”)
arbitration. Before turning to the Petrobart How do the courts deal with the
case, which is pending in the Swedish jurisdictional issue which arises before them
Supreme Court, I will comment upon in case the defendant disputes the existence
some other cases related to the topic. of the agreement on which the plaintiff relies
under Article 5 (1) of the Brussels
Convention? There are different answers to
The doctrine of assertion applied to
this question in different jurisdictions. In
jurisdictional issues in swedish courts
Sweden the answer to the question is
Article 2 of the Brussels Convention reasonably clear, considering the Supreme
on Jurisdiction and the Enforcement of Court decision in the Rambøll case(1).
(*) Profesor de Derecho de Contratos en la Universidad de Uppsala. Socio de Vinge International Corporate
Law, Sweeden.
(1) Case Nº 4286-02 rendered on 21 July 2005.
810 PAULO FOHLIN
(2) Article 8.1 of that treaty provides: “All disputes between one Contracting Party and an investor of the other
Contracting Party concerning an investment of the latter shall, if possible, be settled amicably”. Article 8.2
provides: “Each contracting Party hereby consents to submit a dispute referred to in paragraph (1) of this
Article, to an arbitral tribunal, if the dispute has not been settled amicably within a period of six months from
the date either party to the dispute requested amicable settlement”.
THE DOCTRINE OF ASSERTION AND JURISDICTIONAL ISSUES IN INVESTMENT ARBITRATION 811
(3) Article 8 (1) of that treaty provides: “Disputes between an investor of one Contracting Party and the other
Contracting Party concerning an obligation of the latter under Articles 2 (3), 4, 5 and 6 of this Agreement in
relation to an investment of the former which have not been amicably settled shall, after a period of four
months from written notification of a claim, be submitted to arbitration under paragraph (2) below if either
party to the dispute so wishes”.
(4) Article 7 (1) of this treaty provides: “Any dispute between one of the Contracting Parties and an investor of
the other Contracting Party concerning the interpretation or application of this Agreement shall, if possible,
be settled amicably”. Article 7 (2) runs: “If the dispute cannot thus be settled within six months following the
date on which the dispute has been raised by either party, it shall at the request of either party be submitted
to arbitration for a definitive settlement”.
(5) NJA 2002 C s 62, 4303-02, decided in 2002.
(6) Cf. Article V 1 (c) of the Convention on the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards, “the
New York Convention”, which Sweden has ratified, and Article 34 (2) (iii) of the UNCITRAL Model Law on
International Commercial Arbitration, “the “Model Law”.
812 PAULO FOHLIN
SwemBalt’s mere allegation that it was an that the issue of whether or not SwemBalt
“investor” and that the mere allegation was had an “investment” did not constitute any
thus sufficient to render the award issue regarding the jurisdiction of the ar-
enforceable under the New York bitral tribunal. This issue related to the
Convention. merits of the case, in the opinion of the
arbitral tribunal.
The arbitration clause in the Swedish
Latvian BIT is different from most of the
arbitration clauses concerning disputes The CME Case
between an investor and the host state
An award made in Stockholm under
contained in the Swedish BITs, since most
the BIT between the Netherlands and the
of these clauses cover disputes between
Czech Republic was the subject of
an investor and the host state “concerning
challenge proceedings before the Svea
an investment”. SwemBalt was
Court of Appeal in the CME case(8). The
successful in the above mentioned
arbitration clause in Article 8 of this treaty
enforcement proceedings in Sweden. The
contains, as we have seen above, both the
award was further followed by
word “investor” and the word
unsuccessful challenge proceedings
“investment”. In this case CME had
brought by Latvia in Denmark(7).
acquired the alleged investment from a
SwemBalt had issued a notice of previous alleged investor. The Czech
arbitration against Latvia referring to the Republic submitted, inter alia, that the
BIT in question and to the UNCITRAL arbitral tribunal had exceeded its mandate
Arbitration Rules to which the arbitration when applying the treaty to breaches that
clause refers. When constituted, the arbi- had allegedly taken place when the alleged
tral tribunal established that the seat of the investment was owned by another entity
arbitration would be Copenhagen. Latvia than CME. CME submitted that the
submitted also in the arbitration that the arbitration agreement only provides that
arbitral tribunal did not have jurisdiction the dispute shall concern an “investor” and
since the asset in question was not an an “investment”, and that the arbitration
investment within the meaning of the BIT. agreement thus does not provide anything
With respect to the question of whether to the effect that the investor has to own
or not the arbitral tribunal had jurisdiction, the investment at the time of the alleged
the arbitral tribunal stated, inter alia, that breach of the treaty. The court found, in
it was satisfied that SwemBalt was an accordance with another of CME’s
investor within the meaning of the BIT. submissions, that the Czech Republic was
Before turning to Latvia’s submission to precluded from objecting to the
the effect that SwemBalt had made no jurisdiction of the arbitral tribunal in this
“investment”, the arbitral tribunal respect. However, the court added in an
concluded that it had jurisdiction. There obiter dictum that the decisions made by
is no doubt that the arbitral tribunal held the arbitral tribunal with respect to the
question now before the court appeared treated as relating to the merits of the case.
to relate to the merits of the case and not The arbitral tribunal added that it found
to be subject to any challenge proceedings. support for this approach in the so called
theory of double relevance in principles
It is probably correct to conclude that
of international civil procedure and, in
the court agreed with CME’s submission to
particular, under the former Brussels
the effect that the arbitration agreement in
Convention. The arbitral tribunal also
the treaty in question only provides, as
stated that, according to this theory, facts
prerequisites for the jurisdiction of the arbi-
which need to be established both for
tral tribunal, that the claimant is an “investor”
assuming jurisdiction and for the claim to
and that the dispute concerns an
succeed on the merits are to be taken as given
“investment”, whereas the issues raised by
the Czech Republic with respect to previous for purposes of the former if the claimant
breaches of the treaty constituted issues alleges those facts in such a way as to justify
relating to the merits of the case which could an examination on the merits, and that it
therefore not be reviewed by the court. followed that the arbitral tribunal would deal
with the question in a later part of the award
where the facts relevant to the merits of
The Nagel Case Nagel’s claim were analysed.
The BIT between the UK and the Nagel has submitted before the court
Czech Republic is dealt with in pending that the arbitral tribunal, when dealing
proceedings before the Swedish Supreme with the jurisdictional issue, thus accepted
Court between the UK national Mr the mere allegation of Nagel that he had
William Nagel and the Czech Republic(9). made an investment within the meaning
According to the award, which was made of the treaty and that the arbitral tribunal
in Stockholm, the Czech Republic was not correct when deciding the
submitted that the arbitral tribunal did not jurisdictional issue with an application of
have jurisdiction under the treaty as Nagel the doctrine of assertion. Taking into
did not have an “investment” under the account that the arbitral tribunal later in
treaty. We remember from the above that its award, under the heading “The Merits”,
the arbitration clause in question contains found that Nagel had made no investment
the word “investor” as well as the word within the meaning of the treaty and that
“investment”. therefore the Czech Republic had
The arbitral tribunal held that the committed no “expropriation” under
question as to whether or not Nagel was Article 5 of the treaty, Nagel has submitted
an investor who made an investment that the award was in effect an award
within the meaning of the treaty was a according to which the arbitral tribunal did
question which could not be easily not resolve the issues submitted to them
decided as a preliminary question of (the issue of expropriation) and that the
jurisdiction but one which required a more arbitral tribunal should have made an
detailed analysis of the treaty and of the express award terminating the arbitral
facts of the case, and that it should be proceedings and containing a declaration
to the effect that the arbitral tribunal te, “an investment dispute between the
lacked jurisdiction. Such a negative deter- Kyrgyz Republic and a foreign investor
mination of the arbitral tribunal with shall be settled, if possible, through
respect to its jurisdiction is and would consultations between the parties thereto”
have been subject to challenge under and “If the parties thereto cannot come to a
Section 36 of the Swedish Arbitration Act. peaceful settlement of the dispute during
In such challenge proceedings the court three months from the first written
reviews the issue of whether or not the application for such consultations, the dis-
arbitral tribunal has jurisdiction. Nagel has pute shall be settled through arbitration (...)”
submitted that an arbitral tribunal cannot
In this case Petrobart, registered in
deprive a party’s right to challenge an
Gibraltar, requested arbitration against the
award under Section 36 by treating what
Kyrgyz Republic. Relying on the
constitutes under the correct interpretation
protection provided for in the Law on
of the arbitration agreement a
Foreign Investments, Petrobart claimed
jurisdictional issue as an issue related to
damages. Petrobart, which had concluded
the merits of the case.
a contract for the supply of gas with a state
At the end of this article, I will revert joint stock company in the Kyrgyz
to Section 36 of the Swedish Arbitration Republic, had obtained a judgment for
Act and its importance to an investor’s payment against that company. The
choice –to the extent there is a choice– of company was, however, declared bankrupt
the seat of the arbitration when before the execution of the judgment. The
contemplating arbitration under a BIT. seat of the arbitration was Stockholm. In
the arbitration, Petrobart submitted that it
was an investor with an investment in the
The Petrobart Case
Kyrgyz Republic as defined in the act.
This case pending before the Petrobart further submitted that, according
Swedish Supreme Court deals with a to the doctrine of assertion, its allegation
provision for arbitration contained in the that it had made an investment in the
Law of the Kyrgyz Republic on Foreign Kyrgyz Republic within the meaning of the
Investments (10) . The act provides act (and thus within the meaning of the
protection for foreign investments simi- arbitration provision in the act) granted the
lar to the protection found in BITs. arbitral tribunal jurisdiction to try the case.
Chapter I Article 1.5 of the act provides However, the arbitral tribunal examined
that “investment dispute” means “any dis- whether or not Petrobart had such an
pute between a foreign investor and the investment, and found that Petrobart did
Kyrgyz Republic concerning a foreign not. The arbitral tribunal therefore held that
investment”. According to Chapter VII it did not have jurisdiction to try Petrobart’s
Article 23.2, in the absence of an claims. Thus, the arbitral tribunal dismissed
agreement between the investor and the the case without further hearing in an award
Kyrgyz Republic with respect to the according to Section 27 of the Swedish
procedure regarding an investment dispu- Arbitration Act.
Petrobart challenged the award in the mine, and not to accept without
Svea Court of Appeal claiming that the examination, Petrobart’s allegation that
award should be amended according to Petrobart had made an “investment”. To
Section 36 of the Swedish Arbitration Act apply the doctrine of assertion when
as the arbitral tribunal had dismissed the determining the jurisdictional issue is in
arbitration for lack of jurisdiction without conflict with the principle of Kompetenz-
ruling on the remaining issues submitted Kompetenz and the powers of the courts
to them. Petrobart submitted that the ar- to try and/or review the competence of
bitral tribunal should have found that it arbitral tribunals(11). I therefore believe
had jurisdiction in accordance with the that the Supreme Court too will hold that
doctrine of assertion. the investment issue constitutes a
jurisdictional issue under the Law on
The Svea Court of Appeal held that
Foreign Investments and that the doctrine
the arbitral tribunal, when dealing with its
of assertion does not apply to
jurisdiction, in the case at hand, had to
jurisdictional issues in arbitration.
determine whether the prerequisites for
arbitral proceedings provided for in a
certain act were fulfilled, and not whether The investor’s preferred seat of BIT
an arbitration agreement was applicable. arbitration
Consequently, according to the court, the
issue of whether or not Petrobart had an As touched upon above, according
investment within the meaning of the Law to Section 36 of the Swedish Arbitration
on Foreign Investments was decisive for Act, a claimant has recourse against arbi-
the jurisdictional issue. According to the tral tribunals’ negative determinations on
court, it was for the arbitral tribunal to jurisdiction. According to Section 36 an
decide whether Petrobart had an award according to which the arbitral tri-
investment since the Kyrgyz Republic had bunal has terminated the arbitral
denied that. It was, according to the court, proceedings without resolving the issues
not sufficient to base a decision on the submitted to it may be amended. It further
jurisdictional issue on an allegation by a follows from Section 27 of the act that a
party. The court found that the arbitral tri- negative determination on jurisdiction
bunal had handled the issue of its whereby the arbitral proceedings are
jurisdiction correctly. The court then terminated shall be made in the form of
found that Petrobart did not have an an award. Most laws on arbitration, other
“investment” and that the arbitral tribu- than the laws of Sweden, Switzerland and
nal had thus correctly terminated the ar- Belgium, do not contain any express
bitral proceedings. provision with respect to arbitral tribunals’
negative determinations on jurisdiction(12).
In my view, as the Svea Court of
Appeal found, the arbitral tribunal was Since so many states have enacted
procedurally right when it decided to exa- legislation based on the Model Law it
is of interest to note that the Model Law an award may be set aside only if there
does not, at least not explicitly, deal with are circumstances mentioned in, inter alia,
arbitral tribunals’ negative determinatio- subparagraph (iii) does not make it easier
ns on jurisdiction. to see that the provision could apply to
such a determination. This wording raises
According to Article 16 (3) of the
difficulties for a party seeking to challenge
Model Law, the arbitral tribunal may rule a negative determination on jurisdiction,
on a plea that it does not have jurisdiction although such a challenge is in effect
or that it is exceeding the scope of its arbitration friendly in line with the purpose
authority either as a preliminary question of the provisions in question in the New
or in an award on the merits. Article 16 York Convention and the Model Law. A
(3) also provides that “If the arbitral tri- negative determination on jurisdiction
bunal rules as a preliminary question that incorrectly made by an arbitral tribunal,
it has jurisdiction, any party may request, in an award or in any other form, does in
within thirty days after having received itself not recognize a valid/applicable
notice of that ruling, the court specified arbitration agreement. Therefore, court
in article 6 to decide the matter, which powers to set aside arbitral tribunals’
decision shall be subject to no appeal; negative determinations on jurisdiction
while such a request is pending, the arbi- are not in conflict with the purpose of the
tral tribunal may continue the arbitral New York Convention to the extent this
proceedings and make an award”. It is is the recognition of arbitration
hard to see that this provision could apply agreements. Such court powers are in
to any ruling according to which the arbi- effect arbitration friendly. Not
tral tribunal does not have jurisdiction. surprisingly, the prevailing view is
With respect to Article 34 of the however said to be that such negative
Model Law, captioned “Application for determinations on jurisdiction cannot be
setting aside as exclusive recourse against reviewed under the Model Law(14).
arbitral award”, subsection (2) (iii) is of One state which has enacted
interest(13) . It is easy to see that this legislation based on the Model Law is
provision is applicable if the award deals Germany, and there is a German Supreme
with a dispute not covered by the Court judgment according to which there
arbitration agreement. It is however is no recourse in Germany against an ar-
difficult –if not impossible– to see that the bitral tribunal’s negative determination on
provision could be applicable to a jurisdiction(15). The case dealt with an
determination of the arbitral tribunal to the international arbitration with its seat in
effect that it does not have jurisdiction. Stuttgart. The Supreme Court stated that
The fact that Article 34 (2) provides that the German legislator had been aware of
(13) According to this provision an award may be set aside if “the award deals with a dispute not contemplated
by or not falling within the terms of the submission to arbitration, or contains decisions on matters beyond
the scope of the submission to arbitration”, cf. Article V 1 (c) of the New York Convention.
(14) KRÖLL, “Recourse against Negative Decisions on Jurisdiction”, cit., supra.
(15) Case III ZB 44/01 of 6 June 2002 - Section 1059 (2) (1.c) ZPO, which corresponds to Article 34 (2) (iii) of
the Model Law.
THE DOCTRINE OF ASSERTION AND JURISDICTIONAL ISSUES IN INVESTMENT ARBITRATION 817
the distinction between positive and bunal has jurisdiction is binding on the
negative decisions on jurisdiction and that already constituted or a subsequent arbi-
it had chosen not to add negative decisions tral tribunal. If an award is amended
on jurisdiction to what follows from according to Section 36 of the Swedish
Article 34 of the Model Law. The court Arbitration Act following a finding of the
added that the claimant in arbitral court to the effect that the arbitral tribu-
proceedings still has the option of going nal had jurisdiction that finding is binding
to the courts if the arbitral tribunal decli- in a subsequent arbitration.
nes jurisdiction. The holding of the court
has been criticized, considering the If the arbitration act applicable at the
international perspective of the case, since seat of the arbitration does not provide for
arbitration clauses are often included in court review of arbitral tribunals’ negative
international contracts as a kind of determinations on jurisdiction, there is an
compromise, when none of the parties are unbalance between the parties in
willing to submit to the jurisdiction of the international arbitration and, even more,
home courts of the other party(16). It could in BIT arbitration. In such a case, the host
be added that, in BIT arbitration, the state will have the right to challenge a
(alleged) investor has no alternative to positive determination on jurisdiction in
arbitration in any court where the court, whereas the investor or alleged
substantive protection provided for in the investor will have no recourse against a
treaty can be relied upon. negative determination on jurisdiction.
Jurisdictional issues often arise in The BITs often, but not always, give
BIT arbitrations, especially if the arbi- the investor or alleged investor the right
tration clause in question provides that the to choose between different arbitration
dispute shall concern an “investment”. A procedures to be followed in the
party contemplating arbitration against a arbitration, such as the UNCITRAL
host state under a BIT should carefully Arbitration Rules, the ICSID Abitration
consider whether or not it has the Rules, the Rules of the Arbitration Institute
possibility of influencing where the seat of the Stockholm Chamber of Commerce
of the arbitration will be located to make and the rules of the Court of Arbitration
sure that the applicable arbitration act of the Federal Chamber of Commerce and
provides that a negative determination on Industry in Vienna, cf. Article 7 of the
jurisdiction by the arbitral tribunal can be Swedish Latvian BIT(17), Article 8 of the
challenged in court and that a court deter- Dutch Czech BIT(18) and Article 8 of the
mination to the effect that the arbitral tri- UK Czech BIT(19).
Chapter VII Article 23 of the Law of enforcement of the award, the term
the Kyrgyz Republic on Foreign Invest- “award” shall include any decision
ments also contains alternatives(20). A annulling an award pursuant to Article 52.
couple of the BITs to which Sweden is a Article 53 (1) provides that the award
party also refer to the Rules of Arbitration shall not be subject to any appeal or to
of the International Chamber of any other remedy except those provided
Commerce (ICC). for in the ICSID Convention.
According to Article 54 (1) each
Article 16.1 of the UNCITRAL Contracting State shall recognize an
Arbitration Rules provides that the place award rendered pursuant to the ICSID
of arbitration shall be determined by the Convention as binding and enforce the
arbitral tribunal, having regard to the pecuniary obligations imposed by that
circumstances of the arbitration, unless the award within its territories as if it were
place have been agreed upon by the a final judgment of a court in that State.
parties. Article 20 of the Rules of the In Sweden, which has ratified the
Arbitration Institute of the Stockholm ICSID Convention, a special act of
Chamber of Commerce provides that its 1966 provides that awards made in
Board shall decide the seat of arbitration, accordance with the ICSID Convention
unless agreed upon by the parties. are enforceable like court judgments if
Similarly, Article 14.1 of the ICC Rules they contain a direction for the payment
of Arbitration provides that the place of of money.
the arbitration shall be fixed by the ICC
Court, unless agreed upon by the parties. The wording of Article 52 (1) (b) of
the ICSID Convention (“exceeded its
ICSID awards fall outside the gene- powers”) does not, at least not on the face
ral pattern according to which the seat of of it, seem to cover situations where the
the arbitration determines the arbitration arbitral tribunal has made an incorrect
act applicable to challenge proceedings. negative determination on its juris-
According to Article 52 (1) (b) of the diction (21) . An (alleged) investor
ICSID Convention a party may request contemplating arbitration against a host
annulment of an ICSID award on the state should, for the purposes now dis-
ground that the arbitral tribunal has cussed, consider whether it is prepared to
manifestly exceeded its powers. The rely on ICSID “case law” with respect to
request will be dealt with by an ad hoc the interpretation of Article 52 (1) (b) of
Committee of three persons according to the ICSID Convention, irrespective of
Article 52 (3). Article 53 (2) provides that, other reasons relevant to the choice of the
for the purposes of recognition and procedure to govern the arbitration.
(20) Provides that one of the following procedures shall apply: Regulations of Arbitration Court under the Cham-
ber of Industry and Commerce of the Kyrgyz Republic, ICSID Arbitration Rules, ICSID Additional Facility
Rules or UNCITRAL Arbitration Rules.
(21) However, in the case Compania de Aguas del Aconquija SA and Vivendi Universal v. Argentine Republic
(Decision on Annulment, Case Nº ARB/97/3, 18 June 2002) an ad hoc Committee held that it is settled that
an ICSID arbitral tribunal commits an excess of powers not only if it exercises a jurisdiction it does not have,
but also if it fails to exercise a jurisdiction it possesses, cf. Dr. Stefan Kröll, Stefan, Recourse against
Negative Decisions on Jurisdiction, Arbitration International, supra.
THE DOCTRINE OF ASSERTION AND JURISDICTIONAL ISSUES IN INVESTMENT ARBITRATION 819
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 819-829
LA DISTINCTION ““TREA
TREATY CL
TREATY AIMS – CONTRA
CLAIMS CT CL
CONTRACT AIMS”
CLAIMS”
ET LLA
A COMPÉTENCE DE LL’ARBITRE
’ARBITRE CIRDI:
FAISONS–NOUS FFAUSSE
AUSSE ROUTE? ( * )
(*) Cet article est tiré d’une communication au colloque organisé le 3 mai 2004 par l’Institut des Hautes
Etudes Internationales sur les “Nouveaux développements dans le contentieux arbitral transnational
relatif à l’investissement international”. Il paraîtra dans les travaux de ce colloque. This article was pu-
blished in November 2005 in Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolu-
tion - Liber Amicorum in honour of Robert Briner, ICC Publication 693, © International Chamber of Com-
merce (ICC), available from www.iccbooks.com.
Les sentences citées sont récapitulées, avec leurs références, en fin d’article.
(**) Professeur émérite de l’Université de Paris II.
(1) Au 1er janvier 2003, 2181 BIT avaient été conclus (source: CNUCED).
820 IBRAHIM FADLALLAH
(2) YALA, V. F., “Notion d’investissement”, in: Investissements internationaux et arbitrage, Les Cahiers de
l’Arbitrage (supplément de la Gazette du Palais), 2003, n° 2, 2nde partie, p. 9 et suiv., commentaires des
décisions Salini Costruttori et Italstrade SpA c/ Royaume du Maroc (ARB/OO/4), 23 juillet 2001, et Mihaly
International Corp. c/ République Socialiste et Démocratique du Sri Lanka (ARB/00/2), 15 mars 2002.
(3) AAPL c/ Sri Lanka (ARB/87/3, 27 juin 1990, ILM 1991, p. 577); Lanco International, Inc c/ Argentine, déci-
sion du 8 décembre 1998 (ICSID Case N° ARB/97/6).
(4) PAULSSON, Jan, “ Arbitration without Privity”, en: ICSID Review - Foreign Investment Law Journal, Vol. 10(2),
1995, pp. 232-257.
(5) Salini c/ Maroc (ARB/00/4), Décision sur la compétence, 23 juillet 2001.
(6) Compania de Aguas del Aconquija & Vivendi Universal c/ Argentine (ARBI/97/3), Sentence, 21 novembre 2000.
LA DISTINCTION «TREATY CLAIMS – CONTRACT CLAIMS» ET LA COMPÉTENCE DE L’ARBITRE CIRDI: (...) 821
(7) CMS Gaz Transmission Company c. Argentine (ARB/01/8), Décision sur la compétence, 17 juillet 2003.
(8) SGS Société Générale de Surveillance SA c. République islamique du Pakistan (ARB/01/13), Décision sur
la compétence, 6 août 2003.
(9) SGS Société Générale de Surveillance S.A. c. Philippines (ARB/02/6), Décision sur la compétence, 29
janvier 2004.
(10) Generation Ukraine c. Ukraine (ARB/00/9), sentence, 16 septembre 2003; Azurix Corp. c. Argentine (ARB/
01/12), Décision sur la compétence, 8 décembre 2003; Enron Corp. And Ponderosa Assets, L.P. c. Argen-
tine (ARB/01/3), Décisions sur la compétence, 14 janvier 2004 et 2 août 2004; Siemens A.G. c. Argentine
(ARB/02/8), Décision sur la compétence, 3 août 2004.
(11) Consortium RFCC c. Maroc (ARB/00/6), Décision sur la compétence, 16 juillet 2001, sentence, 22
décembre 2003.
822 IBRAHIM FADLALLAH
(12) Le Tribunal CIRDI a dû ordonner une mesure provisoire (Procedural Order n° 2 du 16 octobre 2002)
recommandant la suspension de l’arbitrage local jusqu’à ce qu’il ait statué sur sa compétence. SGS
avait aussi agi à Genève contre le Pakistan mais sa demande a été écartée en raison de la clause
d’arbitrage (Tribunal de première instance) puis de l’immunité de juridiction de l’Etat étranger (Cour
d’appel et Tribunal fédéral).
LA DISTINCTION «TREATY CLAIMS – CONTRACT CLAIMS» ET LA COMPÉTENCE DE L’ARBITRE CIRDI: (...) 823
violations du contrat qui ne constituent pas l’arbitre international, fondée à la fois sur
une violation des normes substantielles du la clause de règlement des litiges et sur
traité (§ 162). Les sentences Generation l’umbrella clause, mais elle aboutit, en
Ukraine c/ Ukraine, Azurix c/ Argentine transformant un élément du litige au fond
et Siemens AG c/ Argentine se situent dans en condition de recevabilité préjudicielle,
la même ligne. à rendre inutile le recours à l’arbitre.
(13) SGS c/ Philippines, du 29 janvier 2004, (Case Nº ARB/02/6) “Decision of the Tribunal on Objections to
Jurisdiction”. (déjà cite note 9).
(14) Occidental Exploration and production company c. Equateur, London court of international arbitration (Case
N° UN3467), sentence finale, 1er juillet 2004.
824 IBRAHIM FADLALLAH
(15) V. AAPL c/ Sri Lanka (ARB/87/3), Sentence, 27 juin 1990; Lanco c/ Argentine (ARB/97/6), Décision sur la
compétence, 8 décembre 1998; Azurix Corp. c. Argentine (ARB/01/12), Décision sur la compétence, 8
décembre 2003 ; Alex Genin et autres c. Estonie (ARB/99/2), Sentence, 25 juin 2001; Tradex Hellas S.A. c.
Albanie (ARB/94/2), Décision sur la compétence, 24 décembre 1996. On ajoutera la sentence Azinian c/
Mexique (ARB(AF)/97/2), 1er novembre 1999, rendue sur le fondement de l’ALENA, selon le mécanisme
supplémentaire.
(16) Sauf, bien entendu, restriction expresse du Traité comme dans l’ALENA.
LA DISTINCTION «TREATY CLAIMS – CONTRACT CLAIMS» ET LA COMPÉTENCE DE L’ARBITRE CIRDI: (...) 825
(17) Décision sur la compétence Salini c. Maroc, Décision d’annulation Vivendi c. Argentine, Décision sur la
compétence SGS c/ Philippines.
826 IBRAHIM FADLALLAH
exigences du traité(18). Certes, le regard Dans les affaires SGS c/ Pakistan et SGS
n’est pas le même selon qu’il s’agit c/ Philippines, une telle clause existait. Mais
d’apprécier la conformité au contrat ou la la première sentence en a limité la portée
violation du traité, pour laquelle le com- aux engagements résultant du traité lui–
portement de l’Etat jouera un rôle prépon- même. La seconde sentence a considéré que
dérant, mais dans tous les cas, le litige con- cette interprétation privait la disposition de
tractuel aura été largement abordé et par- sens utile. Néanmoins, elle a maintenu la
fois tranché par les arbitres. En dépit du compétence contractuelle pour les litiges de
souci manifesté dans la sentence SGS c/ cette nature en raison de la volonté spé-
Philippines pour justifier le sursis à sta- cifique des parties exprimée par la clause
tuer par la nature spécifique du préala- contractuelle de juridiction exclusive.
ble contractuel dans le litige dont il était
saisi, la situation est récurrente et se re- 20. Tout ce débat n’a pas lieu d’être
trouve, peu ou prou, toutes les fois où si l’on admet la compétence générale de
l’arbitre doit confronter la violation allé- l’arbitre CIRDI, pourvu que soit réglé le
guée d’un contrat au respect du traité. conflit entre l’offre du traité et la clause
attributive de compétence. Mais y a–t–il
19. Ce système, qui n’est pas sim- véritablement conflit entre ces deux normes?
ple, se complique encore s’il existe une
“umbrella clause” en vertu de laquelle le 3°) Y a–t–il conflit entre l’option du
traité, en exigeant le respect par l’Etat de traité et la juridiction conventionnelle?
toutes ses obligations, viserait aussi ses
obligations contractuelles. Dès lors, toute 21. Un conflit de normes implique
violation du contrat constituerait, ipso fac- que l’une exclue l’autre. Le traité, par hypo-
to, une violation du traité justiciable de thèse, ouvre une option à l’investisseur
l’arbitrage CIRDI. La sentence RFCC c/ entre la compétence CIRDI, l’arbitrage
Maroc a refusé de reconnaître cette équi- prévu par le contrat et les juridictions na-
valence, en l’absence, il est vrai, d’une clau- tionales. Cette compétence est parfois as-
se dans le traité. Se situant sur le terrain de sortie de la clause de choix définitif: una
l’interprétation du traité et du droit inter- via electa (...) Parfois encore, un recours
national commun, elle a considéré qu’il préalable aux juridictions nationales est
n’existait pas de règle d’assimilation de la imposé, dont certains traités enferment le
violation du contrat à la violation du traité. résultat dans un délai déterminé(19). Ce
(18) Certains arbitres se déclarent incompétents au motif qu’il n’y a pas violation du traité: SGS c/ Philippines
sur l’expropriation, Joy Mining c/ Egypte, ARB/03/11 (à rapprocher de PSEG c/ Turquie, ARB/02/05). Mais
l’on est à la limite de la distinction de la compétence et du fond.
(19) Cette clause, dite d’épuisement des recours internes, est moins commune. La tendance actuelle est de
l’abandonner, depuis le Traité US-Argentine du 14 novembre 1991. Elle est de nature à retarder considéra-
blement la solution internationale du litige. Elle s’impose d’autant moins que la Convention de Washington
(qui l’autorise néanmoins: article 26 in fine) a entendu établir une égalité procédurale entre les parties et
que, sur le fond, le respect des règles de l’Etat d’accueil est indifférent à l’appréciation de son comporte-
ment au regard des normes internationales. Cette clause présente en outre l’inconvénient que la discus-
sion se limite ensuite à l’appréciation des décisions nationales au regard des normes internationales (V. la
sentence Azinian c/ Mexique où les faits étaient, il est vrai, accablants pour les demandeurs). Il convient de
rappeler que les conditions de la compétence CIRDI échappent aux juridictions nationales, dont les déci-
sions ne lient pas le Tribunal international (Azinian, § 100 où le Tribunal considère que si les décisions
LA DISTINCTION «TREATY CLAIMS – CONTRACT CLAIMS» ET LA COMPÉTENCE DE L’ARBITRE CIRDI: (...) 827
dispositif, dans ses divers éléments pris tractuelle peut parfaitement s’insérer dans
ensemble, établit une équivalence entre les le jeu du traité dont elle constituera l’une
diverses voies ouvertes à l’investisseur; il des branches de l’option. Le BIT est un
paraît bien exclure que le traité ait envi- instrument de l’ordre international qui
sagé des compétences d’étendue différen- échappe aux normes du droit interne et
te. Sinon, l’alternative n’aurait pas grand ouvre une option incluant le choix con-
sens, ni le caractère définitif du choix exer- tractuel: la prévision contractuelle d’une
cé. Comment a–t–on pu, dans ces condi- branche de l’option ne peut valoir, sauf
tions, limiter la compétence de l’arbitre clause spéciale, renonciation à l’option.
CIRDI lorsque l’investisseur, dans le res- Plus particulièrement, lorsque la clause du
pect du traité(20), choisit cette voie? contrat confirme la compétence impérati-
ve des juridictions nationales administra-
22. Il n’est pas cohérent de préten-
tives, les arbitres sont encore plus réfrac-
dre que l’option prévue par le traité serait
taires à y voir une renonciation à
déjà exercée par l’insertion, dans le con-
l’arbitrage CIRDI(22). L’Etat hôte sera tenu
trat, d’une clause d’arbitrage ou de pro-
par la clause du contrat, mais l’investisseur
rogation de compétence. L’option offerte
aura le choix. Prétendre qu’une attribu-
par le traité présuppose l’existence d’une
tion conventionnelle de juridiction épui-
telle clause.
serait l’offre du traité revient à permettre
Est–il plus heureux de soutenir que à l’Etat de méconnaître celui–ci par
la clause de juridiction exclusive insérée l’insertion de cette clause. En effet, l’Etat
dans le contrat emporterait renonciation retirerait l’offre alternative par cela seul que
à l’option ? L’argument soulève plusieurs l’une de ses branches aurait été prévue.
objections. Tout d’abord, la compétence 23. C’est pour les mêmes raisons
contractuelle doit inclure la violation du que l’on ne suivra pas la sentence SGS c/
traité; sinon l’investisseur se fermerait tout Philippines qui, pour faire prévaloir
recours sur ce fondement; l’option procé- l’arbitrage local prévu par le contrat, in-
durale emporterait renonciation à la pro- voque la maxime specialia generalibus
tection au fond. Si le contrat est antérieur derogant. L’option ouverte par le traité et
au traité (hypothèse SGS c/ Pakistan), la la clause conventionnelle d’arbitrage ne
renonciation perd l’une de ses assises, sont pas incompatibles. Au contraire, l’une
puisque l’on ne peut renoncer à une op- présuppose l’autre. La maxime invoquée,
tion inexistante; s’il est postérieur (hypo- qui ne concerne que deux textes de même
thèse Vivendi c/ Argentine), et à défaut portée, aboutirait à neutraliser le traité
d’une renonciation expresse de alors que celui–ci avait contemplé
l’investisseur à la protection prévue par l’existence de la clause attributive de com-
l’offre alternative(21), la juridiction con- pétence. Celle–ci ne saurait neutraliser
nationales déclarant nul le contrat ne sont pas contestées, il n’y a plus de contrat susceptible d’expropriation.
La sentence examine cependant le bien-fondé des décisions mexicaines).
(20) Négociation préalable, saisine préalable des juridictions nationales, selon les cas.
(21) L’on n’examine pas ici la validité in se de cette renonciation (v. Azurix c/ Argentine); peut–elle, en outre,
intervenir avant la naissance du litige et donc avant que ne s’ouvre le choix effectif prévu par le traité.
(22) Décisions Salini c/ Maroc, Lanco c/ Argentine, précitées.
828 IBRAHIM FADLALLAH
l’option, tant que le choix n’est pas effec- tème précédemment proposé. Elle invite
tivement épuisé par l’exercice de l’une des à distinguer les parties au contrat des par-
voies de recours prévues. ties à l’arbitrage CIRDI et aurait pu don-
ner un autre éclairage à l’affaire Vivendi
c/ Argentine où le signataire du contrat
B. Incidence de l’identité des parties
était la province de Tucumàn. L’Etat est
au contrat sur l’étendue de la com-
alors attrait nécessairement en vertu de ses
pétence CIRDI
obligations internationales. La théorie de
24. Les développements qui l’émanation n’est écartée qu’au stade de
précèdent s’appliquent lorsque l’Etat hôte l’offre de compétence. Elle peut trouver à
est en même temps le signataire du con- s’appliquer au fond dans les hypothèses
trat où est insérée la clause de juridiction où elle permet d’imputer à l’Etat les vio-
exclusive. La perspective change s’il en lations du traité dont il n’aurait pas été
est autrement. directement l’auteur.
Dans les affaires Salini c/ Maroc et Ces décisions sont à rapprocher de
RFCC c/ Maroc, les arbitres ont considé- la sentence Azurix c/ Argentine, qui
ré que l’Etat n’avait pas entendu, dans le rejette le moyen tiré de la renonciation à
traité, soumettre à l’arbitrage CIRDI un la compétence CIRDI, induite du contrat,
contrat dont il n’était pas directement sig- au motif, notamment, que les parties (ainsi
nataire, fût-il conclu par une entité qui que l’objet du litige) n’étaient pas les
pouvait être considérée comme son éma- mêmes. L’on observera aussi que l’Etat
nation. Ces sentences n’excluent pas que n’était pas partie au contrat dans les
l’entité signataire du contrat puisse être affaires égyptiennes gérées par des
une émanation de l’Etat. Mais elles inter- organismes publics(24).
prètent l’offre d’arbitrage CIRDI prévue
par le traité comme ne couvrant pas les
contrats émanant de telles entités. On peut C. La clause de choix définitif
penser qu’il s’agit d’une pure question
25. Une option s’épuise lorsqu’elle
d’interprétation de la volonté des Etats
est exercée. S’il s’agit de l’arbitrage
Parties au traité quant à leur soumission à
CIRDI, l’article 26 confirme que:
l’arbitrage CIRDI: les litiges purement
contractuels, lorsque l’Etat n’est pas sig-
“Le consentement des parties à
nataire, ne ressortissent pas aux litiges
l’arbitrage dans le cadre de la pré-
entre l’investisseur et l’Etat visés par
sente Convention est, sauf stipulation
l’offre du traité(23).
contraire, considéré comme impli-
Ainsi comprise, la solution donnée quant renonciation à l’exercice de
par ces sentences ne contredit pas le sys- tout autre recours (…)”.
(23) Rapprocher PSEG et autres c/Turquie, 4 juin 2004, qui établit un lien entre la reconnaissance de la qualité
d’investisseur et le consentement à l’arbitrage.
(24) WENA, Joy Minning, PSEG.
LA DISTINCTION «TREATY CLAIMS – CONTRACT CLAIMS» ET LA COMPÉTENCE DE L’ARBITRE CIRDI: (...) 829
(25) Sentences précitées: Vivendi c/ Argentine; SGS c/ Pakistan; Siemens AG c/ Argentine; Enron c/ Argentine;
Occidental Exploration and production company c. Equateur; Generation Ukraine c/ Ukraine.
830 IBRAHIM FADLALLAH
RESULTADO DE LOS ACUERDOS DE PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN A LAS INVERSIONES 831
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE INVERSIÓN , pp. 831-837
¿CONSTITUCIONALID
¿CONSTITUCIONALIDAD AD DE LLOS
OS ARBITRAJES COMO
RESUL
RESULTTADO DE LLOS
OS ACUERDOS DE PROMOCIÓN
Y PROTECCIÓN A LLAS
AS INVERSIONES?
(1) Bolivia ha sido sometida a arbitraje internacional por supuestas violaciones a Acuerdos de Protección y
Promoción a las Inversiones en una instancia anterior como resultado de la fallida concesión de agua y
saneamiento básico otorgada en favor de Aguas del Tunari S.A., sin embargo, ese arbitraje no llegó a un
laudo sobre el fondo ya que el gobierno de Bolivia y los inversores extranjeros en Aguas del Tunari S.A.,
subsidiarios de la empresa Americana Bechtel Engineering y la española Abengoa S.A., llegaron a una
transacción después de la emisión de un laudo de jurisdicción que negó la excepción de incompetencia
interpuesta por la República de Bolivia. (Aguas del Tunari S.A. v. República de Bolivia, Laudo de Compe-
tencia del 21 de octubre de 2005 CIADI caso Nº ARB/02/3).
¿CONSTITUCIONALIDAD DE LOS ARBITRAJES COMO RESULTADO DE LOS ACUERDOS DE PROMOCIÓN (...) 833
(2) Constitución Política del Estado boliviano, artículo 135 (Se consideran Nacionales Todas las Empresas):
Todas las empresas establecidas para explotaciones, aprovechamiento o negocios en el país se conside-
rarán nacionales y estarán sometidas a la soberanía, a las leyes y a las autoridades de la Republica.
(3) Constitución Política del Estado boliviano, artículo 116 (Ejercicio del Poder Judicial):
El Poder Judicial se ejerce por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Tribunal Constitucional, las
Cortes Superiores de Distrito, los tribunales y jueces de Instancia y demás tribunales y juzgados que
establece la Ley. La Ley determina la organización y atribuciones de los tribunales y juzgados de la Repú-
blica. El Consejo de la Judicatura forma parte del Poder Judicial.
No pueden establecer tribunales o juzgados de excepción.
834 JORGE LUIS INCHAUSTE
(4) Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Esta-
dos firmado el 18 de marzo de 1965 en Washington D.C. por los Estados miembros del Banco Internacio-
nal de Reconstrucción y Fomento, al cual Bolivia se adhirió el 3 de mayo de 1991.
(5) Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, adoptada y abierta a la firma el 23 de mayo de
1969, en vigencia el 27 de enero de 1980 (1155) Series 331 de tratados de las Naciones Unidas firmado
por Bolivia el 23 de mayo de 1969, pero aún no ha sido ratificado. Encontramos la referencia a la Conven-
ción de Viena en la decisión del Tribunal Constitucional de Bolivia muy interesante dado que Bolivia no ha
ratificado la Convención de Viena. Una referencia tan específica de la Convención de Viena, en una deci-
sión del Tribunal Constitucional de Bolivia parecería indicar que Bolivia acepta los principios establecidos
en dicha convención como una expresión de principios de derecho internacional.
¿CONSTITUCIONALIDAD DE LOS ARBITRAJES COMO RESULTADO DE LOS ACUERDOS DE PROMOCIÓN (...) 835
(6) “Declaración de la Cumbre del Alba”, de 29 de abril de 2007, en la ciudad venezolana de Barquisimeto:
“Los países miembros del Alba-TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos) rechazan enfáticamente las
presiones jurídicas, mediáticas y diplomáticas de algunas empresas transnacionales, que habiendo
vulnerado normas constitucionales, leyes nacionales, compromisos contractuales, disposiciones regu-
latorias, medioambientales y laborales, se resisten a la aplicación de decisiones soberanas de los paí-
ses, amenazando e iniciando demandas de arbitraje internacional contra los Estados nacionales en
instancias como el CIADI. En consecuencia, los Estados parte del Alba-TCP acuerdan retirarse y de-
nunciar de manera conjunta la Convención del CIADI, garantizando el derecho soberano de los países
a regular la inversión extranjera en su territorio nacional”.
¿CONSTITUCIONALIDAD DE LOS ARBITRAJES COMO RESULTADO DE LOS ACUERDOS DE PROMOCIÓN (...) 837
SOBRE LLOS
OS TRA
TRATTADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU
CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNA CIONAL
TRANSNACIONAL
(*) Especialista en Derecho Internacional Privado y Grado de Master en Derecho Internacional, con espe-
cialización en Derecho de las Relaciones Económicas Internacionales, por la Universidad París II. Doc-
toranda en Derecho Internacional por la Universidad París II.
(1) Compañía Universal del Canal de Suez c./ Vice-rey de Egipto, sentencia del 21 de abril de 1864, in: La
Fontaine Pasicrisie internationale (1794-1900), The Hague, Martines Nijhoff Publishers, reedición en
1997, pp. 122-129.
840 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
dentro de sus contratos con el Estado re- aplicados los principios generales con-
ceptor, cláusulas compromisorias que le templados por el artículo 38.1 del estatu-
permitirán llevar a su socio estatal ante to de la corte internacional de justicia, sino
los tribunales arbitrales, corrigiendo en el derecho internacional público en gene-
cierta forma los defectos de la protección ral, tal y como lo reflejan las sentencias
diplomática, único recurso al que tendría Texaco c./ el Gobierno de Libia (1977) y
sin haber introducido dicha cláusula(2). En Aminoil c./ Koweit (1982)(4).
este sentido, vemos aparecer sentencias
relacionadas con contratos de minería y Además de las cláusulas compro-
petróleo durante los años 1930 y 1960, misorias, dichos contratos llamados por
tales como: Lena Goldfields (septiembre la doctrina “contratos de Estado”,
de 1930), Abu Dhabi (agosto 1951), Ru- “acuerdos de desarrollo económico” o
ler of Qatar (junio 1953), ARAMCO incluso “contratos internacionalizados”,
(agosto 1958) y Sapphire (marzo de para diferenciarlos de los simples con-
1963)(3). Cabe recalcar que en todos los tratos administrativos, van a ir introdu-
casos los árbitros han dado preferencia a ciendo cláusulas de elección del dere-
la aplicación de principios generales del cho aplicable que van a hacer referen-
derecho, a pesar de que las reglas habi- cia directa a los principios del derecho
tuales de derecho internacional privado internacional o del derecho del Estado
conducían a la aplicación del derecho del receptor de la inversión pero estabili-
Estado contratante. zado por reglas de estabilización o in-
cluso de intangibilidad del derecho(5).
Este sentimiento de protección hacia En ambos casos, el Estado se ve impo-
las inversiones internacionales reflejada sibilitado de utilizar sus prerrogativas
en las sentencias arbitrales va a evolucio- de derecho interno para escapar a su res-
nar de tal forma que no sólo se van a ver ponsabilidad contractual.
(2) Recordemos que para recurrir a la protección diplomática del Estado nacional, el inversionista debe haber
agotado previamente todas las vías de recursos internos, además, el litigio no le pertenece, es su Estado
quien se encarga de dar seguimiento a la reclamación frente al otro Estado donde se ha realizado la
inversión.
(3) Lena Goldfields c./ Unión soviética, 2 de septiembre de 1930, Cornell law Quarterly, 1950-1951, pp. 42-53,
Petroleum Developments Ltd c./ Ruler of Abu Dhab, ICLQ, 1952, pp. 247-261, Ruler of Qatar c./ Internatio-
nal Marine Oil Company Ltd, IRL, 1953, p. 545, ARAMCO c./ Saoudi Arabia, 23 de agosto de 1958, RCDIP,
1963, pp. 272-363, Sapphire International Petroleum Ltd c./ Nacional Oil Company, 15 de marzo de 1963,
Ann. Suisse de DI, 1963, pp. 273-302.
(4) Texaco, Sentencia del 19 de enero de 1977, JDI, 1977, pp. 350-389, ver especialmente el Par 35 de la
sentencia, Aminoil, Sentencia del 24 de marzo de 1982, ver comentarios de Lalive, especialmente Par 6 y
7 de la sentencia, RCADI, 1983.III, pp. 147 y ss.
(5) Sobre dichas reglas que tienen por finalidad estabilizar el derecho aplicable e igualar en este sentido las
relaciones entre el Estado y el inversionista: Chatterjee, (S), The Stabilisation clause myth in investment
agreements, JIA, 1988, p. 97, David (N), Les clauses de stabilité dans les contrats pétroliers, questions
d’un practicien, JDI, 1986, p. 79, GARCIA, Amador, (F), State responsability in case of “stabilization” clauses,
Journal of transnacional law and policy, 1993, Vol. 2, Nº 1, p. 23, Paasivirta, (E), Internationalization and
stabilization of contractus versus state sovereignty, BYBIL, 1989, p. 315, WEIL, (P), Les clauses de stabili-
sation ou d’intangibilité insérées dans les accords de développement économique, in Mélanges offerts à
Charles Rousseau, Paris, Pedone, 1974, WAELDE, (TH), / George NDI, Stabilizing international investment
commitments: international law versus contract interpretation, Texas ILJ, 1996, p. 215.
SOBRE LOS TRATADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNACIONAL 841
Pero no fue hasta la adopción de la como Estados Unidos que tiende a impo-
Convención de Washington de 1965 so- ner el arbitraje transnacional en los Tra-
bre la resolución de diferencias relativas tados de Libre Comercio (TLC) que ne-
a inversiones, entre Estados y nacionales gocia. A estos tratados se suman unos
de otros Estados, en el seno de la Banca cuantos Tratados multilaterales (TMI) que
mundial, que la aplicación del derecho se han visto consecuentemente influencia-
internacional dentro del campo de las in- dos por la red de TBI: Tratado de Libre
versiones va a verse generalizado(6). De Comercio de Norteamérica (NAFTA), el
esta forma, la primera etapa de la evolu- Tratado sobre la Carta de la energía, el
ción del derecho internacional de las in- Protocolo de Colonia para la promoción
versiones se ve marcada por la institucio- y protección recíproca de las inversiones
nalización del arbitraje transnacional para dentro del cuadro del MERCOSUR(8).
resolver los litigios entre los inversionis- Todos estos tratados contienen en lo
tas extranjeros y el Estado receptor de la esencial, disposiciones sobre a) la recep-
inversión, así como de la aplicación casi ción de las inversiones, b) el tratamiento
sistemática del derecho internacional a los de las inversiones una vez constituidas,
contratos de Estado. c) la protección y garantía de estas inver-
siones, d) la solución de controversias
2. DEL DESARROLLO DE LOS entre los Estados partes al tratado y entre
TRATADOS DE PROTECCIÓN el Estado receptor de la inversión y el pro-
Y PROMOCIÓN DE LAS IN- pio inversionista.
VERSIONES EXTRANJERAS
2.1. Sobre la recepción de las inversiones
Los tratados de protección y de pro-
moción de las inversiones comenzaron de La gran mayoría de tratados deja a
forma bilateral (TBI) entre los países eu- la iniciativa del Estado receptor de la in-
ropeos desde los años 1950, se puede de- versión, la libertad de definir sus condi-
cir que de una forma tímida (unos 10 a 20 ciones, limitándose a señalar que cada una
tratados por año), y han evolucionado pro- de las partes se compromete a “mantener
gresivamente (de 100 a 200 tratados por un clima favorable sobre su territorio para
año), hasta llegar a formar una red de con- las inversiones de los nacionales y de las
venciones sin precedente: 1513 al 31 de sociedades de la otra Parte, permitiendo
diciembre de 1997, 2181 en 2002(7), cifra la constitución y adquisición de estas in-
que no ha parado de aumentar gracias a versiones en términos y condiciones que
las políticas comerciales de los países acuerden un tratamiento no menos favo-
(6) El artículo 42.1 de la Convención prevé que: “El tribunal debe resolver sobre el litigio conforme a las reglas
de derecho adoptadas por las partes. A falta de acuerdo entre las partes, el Tribunal aplica el derecho del
Estado contratante parte al litigio, comprendiendo las reglas relativas a los conflictos de Ley es, así como
los principios de derecho internacional en la materia”.
(7) Fuente publicada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (CNUCED),
www.unctad.org.
(8) Sobre los tratados multilaterales: WAELDE, TH, “Multilateral investments agreements (MITs) in the Year
2000”, in: Souveraineté étatique et marches internationaux à la fin du 20ëme siëcle. Mélanges en l’honneur
de Ph. Kahn, Litec, 2000, pp. 389-431.
842 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
(9) Sobre el AMI y su fracaso: BÖHMER, A., “The struggle for a Multilateral Agreement on Investment – An
assessment of the negocietions process in the OCDE”, GYIL, 1998, Vol. 41, pp. 267-298, DATTU, R., et
BOSCARIOL, J., “A quick primer on the Multilateral Agreement on Investment”, Int Bus. Lawyer, 1999, pp.
50-53, FATOURUS, A., “Towards an international agreement on foreign investment”, in: ICSID Rev. – FILJ,
1995, Vol. 10, Nº 2, pp. 191-207, FATOURUS, A., “Vers un accord international sur l’investissement direct
étranger?”, in: Vers des règles multilaterals sur l’investissement, Documents OCDE, 1996, p. 61, JOHNS-
TON, D., “L’Accord multilateral sur l’investissement: ami ou ennemi?”, in: Politique étrangère, 1998, Nº 2,
pp. 359-376, JUILLARD, P., “A propos du décès de l’AMI”, in: AFDI, 1998, pp. 595-612, JUILLARD, P., “L’Accord
multilatéral sur l’investissement: un accord de troisième type”, in: Un accord multilatéral sur
l’investissement: d’un forum de négociation à l’autre? SFDI, Paris, Pedone, 1999, p. 47, KODAMA, Y.,
“Dispute settlement under the draft Multilateral Agreement on Investment, the quest for an effective
investment dispute settlement mechanism and its failure”, in: JIA, 1999, Nº 3, pp. 45-87, LANG, J., “L’AMI,
c’est l’ennemi”, in: Le Monde, 10 février 1998, MALANCZUK , P., “State-State and investor-State dispute
settlement in the OECD draft Multilateral investment agreement”, in: JIEL, 210, p. 417, MUCHLINSKI, P.,
“Towards a Multilateral Investment Agreement (MAI): the OECD and WTO, models and sustainable de-
velopment”, in: International economic law with a human face, sous la direction de DENTERS, DE WARRT
et WEISS, Kluwer, 1999, p. 429, MUCHLINSKI, P., “The rise and fall of the Multilateral Agreement on Invest-
ment: where now?”, in: Int. Lawyer, 2000, Vol. 34, Nº 3, pp. 1033-1053, ROWAN, D., “Investissements, Cet
AMI qui inquiète les Européens”, Courrier International, Nº 381, 1998, p. 17, SCHITTECATTE, C., “The
politics of the MAI, on the social opposition of the MAI and its role in the demise of the negociations”, in:
JWI, 2000, pp. 329-356, SMALL, D., “Règlement des différends entre investisseurs et Etats d’accueil dans
un Accord multilatéral sur l’investissement”, in: Un accord multilatéral sur l’investissement: d’un forum
de négociation à l’autre?, SFDI, Paris, Pedone, 1999, p. 79, STEN, B., “International economic relations
and the MAI dispute settlement”, in: JIA, 1999, Nº 2, pp. 118-128, VADCAR, C., “Le projet d’Accord multi-
latéral sur l’investissement: problématique de l’adhésion des pays du Sud”, in: JDI, 1998, pp. 9-44,
WALLACE -BRUCE, N., “The Multilateral Agreement on Investment, an incident proposal and not learning
the lessons of history”, in: JWI, 2001, pp. 53-85, WIMMER, A., “The impact of the General Agreement on
Trade in Services on the OECD Multilateral Agreement on Investment”, in: World Competition, 1996, p. 109.
SOBRE LOS TRATADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNACIONAL 843
(10) LEBEN, Ch., “L’évolution du droit international des investissements”, in: SFDI, Un accord multilatéral sur
l’investissement: d’un forum de négociation à l’autre?, Paris, Pedone 1999, pp. 7-32.
(11) Sobre la AMGI: JOS (E.), L’agence multilatérale de garantie des investissements : une contribution positive
mais insuffisante pour promouvoir les investissements utiles aux pays en développement, RGDIP, 1994,
pp. 387-413, SHIHATA, (I), MIGA and foreign investment: origines, operations, policies and basic documents
of the Multilateral investment guarantee agency, Kluwer, 1988. Il convient de noter que la BIRD s’intéressait
au problème de l’assurance des investissements depuis longtemps. En effet, au début des années 1960,
la BIRD avait déjà envisagé la création d’un programme multilatéral créant une institution d’assurance
multilatérale des investissements, en tant qu’élément stimulant des investissements privés étrangers. Le
rapport a été publié en mars 1962, BIRD, Multilateral investment insurance, Washington D.C., p. 51.
844 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
pectivos a la interpretación del propio tra- do por el derecho interno del Estado re-
tado que puedan surgir entre ambos Esta- ceptor de la inversión, sin siquiera inter-
dos y que por lo tanto tiene un carácter nacionalizar el litigio mediante la pro-
interestatal. El primero de los casos co- tección diplomática.
rresponde al arbitraje transnacional o mix-
to, donde es clara la importancia relevan- Sin lugar a dudas, la multiplicidad
te que va a obtener el CIADI, en su cali- de opciones con las que va a contar el
dad de Centro especializado para la reso- inversionista extranjero es una de las ca-
lución de diferencias relativas a inversio- racterísticas que va a marcar el nuevo
nes; no obstante, muchos tratados incluso derecho de las inversiones internaciona-
a finales de los años 1980 van a continuar les. En efecto, mientras que de manera
nombrando a otros centros como la CCI, general el forum shopping, provocado
la Cámara de Comercio de Estocolmo o por el liberalismo económico aplicado al
incluso al reglamento de arbitraje de la arbitraje, no es bien visto, en materia de
CNUDMI para resolver dichas diferen- inversiones va a favorecerse, a fin de que
cias(12). El segundo de los casos no es más el inversionista pueda escoger la máxi-
que el arbitraje interestatal (normalmente ma protección posible(13).
de carácter ad hoc pero que también pue- En cuanto al arreglo de diferencias
de llevarse a cabo delante de la Corte Per- entre las Partes contratantes, relativo a la
manente de Arbitraje) entre los Estados aplicación o interpretación del TBI o del
Partes al tratado de inversión, con el fin TMI, cabe precisar que si bien no se des-
de resolver una controversia sobre la apli- carta se la posibilidad de que el caso sea
cación o interpretación del mismo. resuelto ante un tribunal de arbitraje, lo
No es sino a mediados de los años normal es que el asunto sea resuelto por
1990 cuando más Estados, sobre todo la vía diplomática a través de las negocia-
Estados latinoamericanos van a ir poco a ciones entre las partes.
poco adhiriéndose a la Convención de
Washington de 1965 (Chile, el 24/09/91; 3. DE LA INFLUENCIA DE LOS TBI/
Colombia, el 15/07/97; Costa Rica, el 27/ TMI SOBRE EL RESPETO DE
04/93; Nicaragua, el 20/03/95; Panamá, LOS CONTRATOS DE ESTADO
el 08/04/96; Perú, el 09/08/93; República
Dominicana, el 27/05/94, Uruguay, el 09/ A través de los Tratados de Promo-
08/00; Venezuela, el 02/05/95), suceso ción y de Protección de las Inversiones,
que marca en cierta forma el “abandono” que se traten estos de tratados bilaterales
de la cláusula Calvo según la cual todo o multilaterales, el arbitraje transnacional
litigio entre un Estado y un inversionista se ve generalizado como el medio impe-
extranjero es de la sola competencia de rante para la solución de controversias
los tribunales internos y debe ser juzga- relativas a los contratos de Estado o como
(12) Sobre las distintas previsiones en los TBI y en los TMI, ver PARRA, (A), Provisions on the settlement of
investment disputes in modern investment laws, bilateral investment treaties and multilateral instruments
on investments, ICSID revue, 1997.
(13) GAILLARD, E., “L’arbitrage sur le fondement des traités de protection des investissements”, in: Revue de
l’arbitrage 2003, p. 863. El autor hace referencia en este caso a un forum shopping in favores.
SOBRE LOS TRATADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNACIONAL 845
(14) Sobre la neutralización del poder normativo del Estado, (P), MAYER, La neutralisation du pouvoir normatif
de l’Etat en matiëre de contrats d’Etat, JDI, 1986, pp. 5-78.
(15) En este sentido, LEBEN, (CH), L’évolution du droit international des investissements, cit., pp. 18 y ss.
(16) WEIL, P., Problèmes relatifs aux contrats passés entre un Etat et un particulier, RCADI, 1969, p. 130.
(17) MANN, F., State contract and State responsability, AJIL, 1960, p. 572.
846 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
pero también en cuanto a las modalida- privity”(18). Tal y como afirma Geneviève
des del consentimiento al arbitraje. Burdeau, esta evolución del arbitraje
transnacional transforma el arbitraje comer-
En efecto, si tomamos en cuenta que
cial internacional regente para los litigios
el consentimiento de las partes al arbitra-
que puedan surgir entre las personas de
je es la base fundamental de la competen-
orden privado, de un instrumento de con-
cia del tribunal arbitral, que se trate este
trol de respeto de las obligaciones contrac-
de un arbitraje institucionalizado como el
tuales, a un instrumento de control de res-
CIADI o de un arbitraje ad hoc, tenemos
peto, “por parte de los Estados, de la lega-
que este consentimiento debe darse de
lidad dentro de la materia económica”.
manera efectiva y clara, y aun más si una
de las partes al arbitraje es un Estado y
que éste está renunciando a sus prerroga- 4.1. El consentimiento dentro de las le-
tivas como tal. Cabe recalcar tal y como gislaciones internas
lo hace la Convención de Washington en
su preámbulo, que las diferencias relati- Antes de entrar a profundizar sobre
vas a inversión siguen siendo el objeto de la influencia de los tratados de inversión
las instancias internas del Estado recep- en el arbitraje transnacional, una prime-
ra etapa es marcada por ciertas legisla-
tor de la inversión, y que con la simple
ciones internas que muestran la consta-
ratificación de la Convención de Washing-
tación el consentimiento disociado del
ton no se puede entender que dicho Esta-
Estado receptor de la inversión y del in-
do a aceptado y se obliga a recurrir al ar-
versionista extranjero.
bitraje. Ahora bien, el consentimiento de
dicho Estado puede no necesariamente La experiencia ha mostrado que las
estar reflejado en un contrato con el in- partes pueden manifestar su intención de
versionista, es más, muchas veces no exis- comprometerse al arbitraje por vía de re-
te ningún contrato entre el inversionista y ferencia a otros documentos de origen
el Estado receptor de la inversión. Por el contractual o reglamentario, como es el
contrario, tal y como podemos constatar caso de una legislación interna proclama-
el consentimiento del Estado puede estar da por el Estado receptor de la inversión.
dentro de un tratado internacional o den- Es así que el tribunal CIADI, dentro de la
tro de su legislación sobre inversiones. sentencia SPP c./Egipto, determina que la
aceptación de la competencia del CIADI
Esta oferta hecha a todo inversionis- podía igualmente resultar de una ley na-
ta que invierta de acuerdo al derecho in- cional(19). En la especie, la demanda ante
terno del Estado receptor de la inversión el CIADI toma su origen en la anulación
puede o no ser aceptada por el inversio- del gobierno de Egipto de los acuerdos
nista, mediante la demanda unilateral de concluidos con la sociedad SPP para lle-
la jurisdicción arbitral, dando nacimiento var a cabo un complejo turístico que com-
así a lo que llamamos arbitraje sin rela- prendía entre otros sitios el de las pirámi-
ción contractual o “arbitration without des. Inicialmente el litigio fue presentado
(18) Término utilizado por PAULSSON , (J), , Arbitration without privity, ICSID Revieu, 1995, Vol. 10, p. 232, in
The Energy charter treaty, London, Kluwer, 1996.
(19) Southern Pacific Properties (Middle East) Limited c./ República árabe de Egipto, ILM, 1993, p. 933.
SOBRE LOS TRATADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNACIONAL 847
ante la CCI, siendo el objeto de una sen- rio que el pago debe remontar al día de la
tencia que posteriormente es anulada por expropiación, puesto que lo contrario
la Corte de Apelaciones de París(20). constituiría un incentivo para el autor de
una nacionalización de utilizar maniobras
Una vez determinada la competencia
dilatorias en vista a retardar el pago de
del CIADI, la cuestión fundamental ante
una indemnización.
el arbitraje SPP fue evidentemente la de-
terminación del derecho aplicable (artícu- Más allá de la constatación de la
lo 42.1 de la Convención). Al respecto, el competencia del tribunal arbitral y del
acuerdo entre el gobierno de Egipto y la derecho aplicable al litigio entre el inver-
SPP no contenía ninguna cláusula especial sionista extranjero y el Estado receptor de
de derecho aplicable, pero su preámbulo la inversión tenemos que el consentimien-
precisaba que dicho acuerdo había sido to dado por el Estado a través de sus le-
concluido conforme a las diversas leyes de yes internas puede presentar ciertas inte-
Egipto, incluyendo la Ley Nº 43 de 1974 rrogantes sobre la amplitud de la protec-
sobre inversiones. Apoyándose sobre es- ción de la cual el inversionista puede ha-
tas referencias al derecho de Egipto, el cerse valer. En primer lugar tenemos que
gobierno sostenía que debía aplicarse de tomar en cuenta que el Estado es libre de
manera exclusiva; para la SPP, las referen- cambiar sus normas una vez protectoras
cias en causa no excluían la aplicación de de las inversiones extranjeras, haciendo
los principios de derecho internacional. pleno uso de su poder normativo. En este
Para el tribunal arbitral, el acuerdo entre sentido, ciertos Estados como Egipto y
las partes no excluye el recurso del dere- Tunes han reaccionado modificando sus
cho internacional, con motivo a que todo legislaciones en materia de inversiones,
sistema nacional no es completo ni exhaus- exigiendo de una manera más clara un
tivo, por lo que toda laguna debe ser com- acuerdo específico entre el Estado y el
pletada por el derecho internacional. inversionista para poder fundar la com-
petencia del Centro(21).
En el fondo, también encontramos
diferencias entre la sentencia SPP CCI y Este “defecto” del consentimiento
la sentencia SPP CIADI. En efecto, mien- dado a través de una legislación interna
tras que la primera decide que los intere- no tiene cabida en el consentimiento dado
ses deben empezar a contarse desde la a través de un tratado internacional, para
introducción de la instancia y hasta la fe- el cual el principio Pacta sunt servanda es
cha de pago, la segunda decide al contra- siempre aplicable(22). Esto tiene su expli-
(20) Sentencia del 16 de febrero de 1983, Rev. De l’arbitrage, 1986, p. 105, anulada por Paris, 12 de julio de
1984, Rev. De l’arbitrage, 1986, p. 75, ver LEBOULANGER, Etat, “Politique et arbitrage, l’affaire du Plateau
des Pyramides”, Rev. De l’arbitrage, 1986, p. 3.
(21) Ver el artículo 55 de la Ley Nº del 20 de julio de 1989 de la República de Egipto, ICSID Rev., 1989, p. 376,
MARCHAIS, B., “The new investment law in the Arab Republic of Egypt”, en: ICSID Rev., 1989, p. 297,
HORCHANI, F., “Le code tunisien d’incitations aux investissements”, en: JDI, 1998, pp. 67-91, MBILAMPINDO
W., “Le code congolais des investissements, illustration d’un ‘interventionnisme incitatif’ de la puissance
publique”, in: Recueil Penant, 1997, pp. 78-97.
(22) PHILIPPE, D., “Pacta sunt servanda ” et “rebus sic stantibus”, in: Arbitrage commercial international: l’apport
de la jurisprudence arbitrale, Séminaire des 7 et 8 avril 1986, Paris, CCI Publishing SA, 1986, pp. 181-259.
848 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
(23) Cf. Artículo 26 del Tratado de la Carta de la Energía, Capítulo XI del NAFTA, Sección D del proyecto del AMI.
(24) Ver documentos relativos al origen y a la elaboración de la Convención, Documento Nº 24, 1º de octubre
de 1963, p. 1. STERN B., “Le consentement à l’arbitrage CIRDI en matière d’investissement international.
Que disent les travaux préparatoires?”, in: Souveraineté étatique et marchés internationaux à la fin du
20ème siècle, Litec 2000, pp. 223-244.
SOBRE LOS TRATADOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA Y SU CONTRIBUCIÓN AL ARBITRAJE TRANSNACIONAL 849
(25) Reporte de los administradores de la Convención, Vol. III, Documento Nº 87, pp. 657-658.
(26) Sentencia del 27 de junio de 1990, 30 ILM, 1991, p. 577.
(27) Sobre la sentencia ver también, ROMBAUD, P., “Des obligations de l’Etat vis-à-vis de l’investisseur étranger
(Sentence AAPL c./ Sri Lanka)”, in: AFDI, 1992 p. 501.
(28) BURDEAU, G., “Nouvelles perspectives pour l’arbitrage dans le contentieux économique intéressant les Etats”,
in: Revue de l’arbitrage, 1995, p. 15.
(29) BEN HAMIDA, W., “L’arbitrage transnational unilatéral”, in: Thèse, Paris II, 2003.
850 MARGIE-LYS JAIME RAMÍREZ
“forzado”(30), olvidándose que en todos tema está destinado a garantizar a los inver-
los caso, el consentimiento entre dos par- sionistas la aplicación de prerrogativas in-
tes sigue siendo la piedra angular de la ternacionales por encima de los derechos
competencia arbitral, que esta se encuentre internos. De esta manera, aunque existiera
en un mismo documento o disociada en el un contrato regido estrictamente por el de-
tiempo. recho interno, un litigio pudiera ser llevado
ante un arbitraje CIADI (bajo las reglas com-
plementarias o bajo el reglamento de la
5. DEL DERECHO APLICABLE AL CNUDCI) sobre la base de una violación al
ARBITRAJE TRANSNACIO- tratado de cobertura y en aplicación a las
NAL SOBRE LA BASE DE UN normas de derecho internacional.
TRATADO DE INVERSIONES
Otro punto fundamental en la evolu- 6. CONCLUSIÓN
ción del arbitraje transnacional, en pre-
Como hemos podido observar, los tra-
sencia de un tratado internacional, es el
tados de promoción y protección de inver-
hecho de que las normas contenidas den- siones, además de internacionalizar el con-
tro del tratado son primordialmente apli- trato que eventualmente han podido firmar
cables; teniendo en cuenta que el Estado el Estado receptor de la inversión y el inver-
receptor de la inversión ha dado su con- sionista extranjero, entran a modificar la di-
sentimiento expreso a dichas normas me- námica misma del consentimiento al arbitra-
diante la ratificación del tratado, mientras je transnacional, llegando inclusive a despla-
que el inversionista ha dado su consenti- zar la necesidad de un contrato de Estado.
miento implícito, desde el momento en
que antepone la demanda arbitral. Que haya o no un contrato de inver-
siones firmado entre el Estado receptor de
Más allá de las normas introducidas por la inversión y el inversionista extranjero
el tratado internacional de inversión cabe la ha quedado así en un segundo plano, in-
aplicación del derecho del Estado receptor clusive para la determinación del derecho
de la inversión así como de los principios aplicable, ya que toda violación del trata-
de derecho internacional, tal y como lo se- do entraña la responsabilidad internacio-
ñala el artículo 42 de la Convención de nal del Estado y por ende la aplicación de
Washington. En el caso de la aplicación del las normas de derecho internacional.
NAFTA en ausencia de una cláusula com-
promisoria o compromiso que señale el de- Por último podemos afirmar que otra
recho aplicable, por tomar un ejemplo de consecuencia de la multiplicación de los TBI
tratado multilateral, se prevé la aplicación y TMI es la confirmación del lugar angular
de las disposiciones del propio tratado así que tiene el CIADI dentro del derecho inter-
como toda regla pertinente de derecho in- nacional de las inversiones, y en un futuro qui-
ternacional(31). En este caso, el tratado no zás, la elaboración de un tratado multilateral
hace referencia al derecho interno de los sobre inversiones en el que participen todos
Estados Partes precisamente porque el sis- los sectores del comercio mundial.
(30) DERAINS, Y., “L’impact des accords de protection des investissements sur l arbitrage”, in: Gazette du Palais,
Recueil mai- juin, 2001, pp. 631 y ss.
(31) Ver artículo 1131 del NAFTA.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 851
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 851-865
CANAD
CANADA A’S A CCESSION TO THE ICSID CONVENTION
ACCESSION
AND THE 2006 / CANAD
CANADA A - PERU BIL
BILAATERAL INVESTMENT TREATY
TY::
TREATY
NEW PROTECTIONS AND OPPORTUNITIES FOR INVESTORS
tional instrument(2). Canada is currently over the years been actively engaged in
in the process of enacting legislation for negotiations with individual States aimed
the ratification and implementation of the at the promotion and protection of foreign
Convention(3). However, even pending investment through the adoption of a ran-
ratification, the signature of the ICSID ge of multilateral and bilateral trade and
Convention creates an immediate obliga- investment initiatives.
tion for Canada to refrain from commit-
On 14 November 2006, Canada and
ting acts that would defeat its object and
Peru themselves signed a Bilateral Invest-
purpose, namely, to provide for an effi-
ment Treaty (“BIT”)(5), the most recent of
cient and effective means of resolving dis-
many such treaties entered into by these
putes between investors and the foreign
countries with various partners. The agree-
States in which they invest(4).
ment was signed by Canada’s Minister of
Peru for its part signed the ICSID International Trade, David Emerson, and
Convention on 4 September 1991 and, un- his Peruvian counterpart, Mercedes Araoz
der the terms of the instruments of ratifica- Fernandez, on the margins of the Asia-
tion deposited by Peru on 9 August 1993, Pacific Economic Cooperation Joint Mi-
the Convention entered into force for Peru nisterial meeting in Hanoi, Vietnam. Fo-
on 8 September 1993. As a result, Peru has llowing his signature, the Canadian minis-
bound itself to the principles and obliga- ter commented: “Peru is an important ga-
tions set out in the Convention for well over teway into South America, and this agree-
a decade. In addition, as Latin American ment will help companies by creating a
readers in particular will know, Peru has predictable environment for investors”(6).
(2) The Convention was opened to signature on 18 March 1965 on behalf of all States members of the Interna-
tional Bank for Reconstruction and Development (the “World Bank”). It entered into force on 14 October
1966, thirty days after the deposit with the Bank of the twentieth instrument of ratification. The list of signa-
tories and Contracting States to the Convention, including the dates of signature, ratification and entry into
force for each country, is available on-line at the web site of the World Bank:
http://www.worldbank.org/icsid/constate/constate.htm. At the time of writing, 155 States had signed the
Convention, 143 States had deposited their instruments of ratification and attained the status of “Contrac-
ting State” by the resulting entry into force of the Convention for such States.
(3) See Canada, Bill C-53, An Act to implement the Convention on the Settlement of Investment Disputes
between States and Nationals of Other States (Washington Convention), 1st Reading, 39th Parl., 55-56
Elizabeth II, 2006-2007 (in the House of Commons of Canada, March 30, 2007).
(4) As has been widely noted, the long delay in Canada’s accession to the Washington Convention is typically
attributed to Canada’s federal system of government, according to which ratification entails the enactment
of implementing legislation not only by the federal Parliament but as well by each of Canada’s 13 provincial
and territorial legislatures. At the time of writing, five Canadian provinces and territories – Ontario, British
Columbia, Saskatchewan, Newfoundland and Labrador, and Nunavut – have enacted legislation imple-
menting the Convention, all based on a concise, 15-clause model “Settlement of International Investment
Disputes Act,” developed by the Uniform Law Conference of Canada (available online at http://www.ulcc.ca/
en/us/index.cfm?sec=1&sub=1s1).
(5) Agreement between Canada and the Republic of Peru for the Promotion and Protection of Investments,
done on 14 November 2006 (the “Canada-Peru BIT”). The Canada-Peru BIT can be found online at: http:/
/www.dfait-maeci.gc.ca/tna-nac/documents/Canada-Peru10nov06-en.pdf.
(6) Xinhua News Agency, “News Release” 200611140430 “Canada, Peru sign agreement on foreign invest-
ment protection” (14 November 2006), also published by People’s Daily online at http: http://
english.people.com.cn.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 853
Like most BITs, the Canada-Peru nal (as opposed to domestic) method for
BIT accords significant substantive rights the settlement of disputes between foreign
to nationals of each country investing in investors and the States in which they in-
the other country. The creation of such rig- vest. The Convention does not contain subs-
hts is all the more relevant and timely gi- tantive rules for the protection of foreign
ven that, upon Canada’s ratification of the investments; such is the domain reserved
ICSID Convention, investors from both to multilateral and bilateral investment trea-
countries will be afforded the notable ad- ties. The Convention nevertheless consti-
vantage of recourse to facilities and pro- tutes a seminal contribution to world trade
cedural rules for the resolution by means and international investment by creating
of impartial international arbitration of what has become perhaps the most wide-
investment-related claims that may be ly-used facility and procedure for the reso-
brought by them directly against each lution of foreign investment disputes.
other’s government.
Article 1 of the Convention establis-
The combination of the substantive hes the International Centre for Settlement
rights guaranteed in the Canada-Peru BIT of Investment Disputes (“ICSID”, referred
and the procedural safeguards of the IC- to in the Convention as the “Centre”), and
SID Convention creates a solid framework provides that “[t]he purpose of the Centre
for increased trade and investment bet- is to provide facilities for the conciliation
ween the two countries, and a durable ba- and arbitration of investment disputes bet-
sis for the protection of investments by ween Contracting States and nationals of
Canadian and Peruvian investors in each other Contracting States in accordance
other’s country. with the provisions of this Convention.”
This paper provides a brief overview The jurisdiction of the Centre as a
and commentary regarding certain aspects forum for the resolution of claims broug-
of the investment protections arising from ht by investors against the States in which
the Canada-Peru BIT and from Canada’s they invest (referred to as “host States”)
accession to the ICSID Convention. is established in Chapter II of the Con-
vention, Articles 25 and following. Accor-
ding to Article 25(1):
2. THE ICSID CONVENTION AND
THE ESTABLISHMENT AND
CHAPTER II
JURISDICTION OF THE IN-
TERNATIONAL CENTRE FOR Jurisdiction of the Centre
SETTLEMENT OF INVEST- Article 25
MENT DISPUTES
(1) The jurisdiction of the Centre
The underlying objective of the Con- shall extend to any legal dispute
vention, as described in its preamble and arising directly out of an invest-
as well known to international lawyers, is ment, between a Contracting Sta-
the promotion of international economic te (or any constituent subdivision
development and the facilitation of private or agency of a Contracting State
international investment by means of the designated to the Centre by that
establishment of an impartial internatio- State) and a national of another
854 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
(7) A Contracting State is a State which has ratified the Convention and for which the Convention has entered
into force.
(8) The “legal dispute” and “investment” criteria, as well as the “nationality” requirement for ICSID jurisdiction,
are all critical subjects worthy of debate and analysis and in respect of which a rich jurisprudence and
doctrine exist. For purposes of this brief paper, however, we focus on the issue of “consent” and, in particu-
lar, on consent to ICSID arbitration as expressed by States in BITs.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 855
Trade Law (“UNCITRAL”)(9) -is also In the almost 50 years since then, the
frequently contained in a State’s domes- number of BITs in existence has explo-
tic legislation, for example in a law con- ded to nearly 2,500(10).
cerning foreign investment. In that case,
Most modern investment treaties, the
the State’s consent is proffered unilate-
Canada-Peru BIT included, contain clau-
rally and generally to any investor that
ses under which the States in question
meets the criteria of the legislation in
consent to settle all disputes regarding in-
question.
vestments made in their country by each
Arguably the most common manner other’s nationals before an independent in-
and form, today, in which States consent ternational arbitral tribunal in proceedings
to submit particular disputes to interna- between the foreign investor and the host
tional arbitration, whether under the IC- State. By way of illustration, the Canada-
SID Convention or otherwise, is through Peru BIT provides as follows:
the execution and implementation of tra-
de and investment agreements entered Article 27
Submission of a Claim
into with other States. Multilateral agree-
to Arbitration
ments, such as the North American Free
Trade Agreement (“NAFTA”), are impor- 1. Except as provided in Annex
tant instruments in the area of internatio- C.27, a disputing investor who
nal trade, and also typically contain pro- meets the conditions precedent
visions for the protection of foreign in- provided for in Article 26 (Condi-
vestment and the use of international ar- tions Precedent to Submission of a
bitration as a means of resolving claims Claim to Arbitration) may submit
by foreign investors against the host Sta- the claim to arbitration under:
te. However, insofar as the promotion and
(a) the ICSID Convention, provided
protection of foreign investment in par-
that both the disputing Party and
ticular is concerned, BITs (also referred
the Party of the disputing inves-
to in Canada as Foreign Investment Pro-
tor are parties to the Convention;
tection and Promotion Agreements (“FI-
PAs”)) have come to rule the field. Bila- (b) the Additional Facility Rules of
teral agreements on the protection of fo- ICSID(11), provided that either
reign investment date back to the 1960s. the disputing Party or the Party
(9) The UNCITRAL Arbitration Rules were prepared by the United Nations Commission on International Trade
Law and adopted by that body on 28 April 1976, they were subsequently adopted by the United Nations
General Assembly on 15 December 1976. Unlike the ICSID, UNCITRAL is not an arbitral institution and the
UNCITRAL Rules do not specify that an arbitration conducted in accordance with those Rules shall be
administered by any such institution.
(10) United Nations Conference on Trade and Development, “Bilateral Investment Treaties 1995-2006 : Trends
in Investment Rulemaking”, UNCTAD/ITE/IIT/2006/5, Geneva, 2007.
(11) Under the ICSID Additional Facility Rules, the Center is authorised to administrate arbitral proceedings
where either the host State or the State of which the foreign investor is a national is not a Contracting State
to the ICSID Convention.
856 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
(12) The Commission is a body established by the two States, comprising cabinet-level representatives of the
parties or their designees.
(13) Under Article 44 of the Convention, “Any arbitration proceedings shall be conducted in accordance with the
provisions of this Section [Section 3, Powers and Functions of the Tribunal] and, expect as the parties
otherwise agree, in accordance with the Arbitration Rules (…)”.
(14) The provisions on the interpretation, revision and annulment of the award are contained in Section 5 of the
Convention (Articles 50-52).
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 857
(15) See: In the Matter of Arbitration Pursuant to Chapter Eleven of the North American Free Trade Agreement
(“NAFTA”) between Marvin Roy Feldman Karpa and the United Mexican States (“Mexico”) ICSID Additional
Facility Case (AF)/99/1, Ontario Superior Court of Justice, judicial review of 3 December 2003, Mr. Justice
Chilcott, in: 8 ICSID Rep., 2005, p. 500. See also: United Mexican States v. Marvin Roy Feldman Karpa,
Ontario Court of Appeal, judicial review of 11 January 2005, in: 9 ICSID Rep., 2006, p. 508. See also: United
Mexican States v. Metalclad Corp., ICSID Case Nº ARB(AF)/97/1, Supreme Court of British Columbia,
Reasons for Judgment of 2 May 2001, Mr Justice Tysoe, in: 2001 BCSC 664, also in: 119 I.L.R., 2002, p.
647, 5 ICSID Rep., 2002, p. 238. See also the Supplementary Reasons for Judgment of 31 October 2001,
in: 2001 BCSC 1529, also in: 6 ICSID Rep., 2004, p. 53.
(16) Attorney General of Canada v. SD Myers, Inc. [2004] FC 38, FCJ Nº 29, Federal Court of Canada, judicial
review of 13 January 2004, in: 8 ICSID Rep., 2005, p. 194.
(17) See: International Thunderbird Gaming Corporation v. United Mexican States, UNICTRAL (NAFTA) arbitra-
tion, Judgment of the U.S. District Court for the District of Columbia on petition to set aside award, 14
February 2007, available online at http://ita.law.uvic.ca/documents/Thunderbird-setaside.pdf.
(18) Canada has entered into BITs with Poland (1990), Argentina (1993), Hungary (1993), Trinidad and Tobago
(1995), Philippines (1995), Latvia (1995), Ukraine (1995), Romania (1996), Egypt (1996), Panama (1996),
Ecuador (1996), Barbados (1996), Venezuela (1996), Armenia (1997), Thailand (1997), Uruguay (1997),
Lebanon (1997), Croatia (1997), Costa Rica (1998) and Peru (2006). BITs have also been entered into with
the USSR (1991, following the dissolution of the USSR, the BIT binds Russia as the continuator State) and
Czechoslovakia (1990, further to the dissolution of Czechoslovakia the BIT is considered as two separate
treaties binding both the Czech Republic and the Slovak Republic). Canada has also signed BITs with El
Salvador and South Africa, though these have not yet entered into force. Canada is currently negotiating
BITs with India and China. The BITs to which Canada is a party and which have entered into force are
available on-line at the website of the Minister of Foreign Affairs and Trade: http://www.dfait-maeci.gc.ca/
tna-nac/fipa_list-en.asp.
(19) Peru has entered into BITs with Thailand (1991), Switzerland (1993), Republic of Korea (1994), Sweden
(1994), Paraguay (1994), United Kingdom (1994), China (1995), Bolivia (1995), Czech Republic (1995),
Denmark (1995), Norway (1995), Italy (1995), Portugal (1995), Romania (1995), Malaysia (1995), Argenti-
na (1996), Spain (1996), Netherlands (1996), El Salvador (1996), Finland (1996), France (1996), Germany
(1997), Venezuela (1997), Australia (1997), Ecuador (1999), Chile (2001), Cuba (2001), Columbia (2004),
Singapore (2003), and Canada (2006). The BITs to which Peru is a party and which have entered into force
are available on-line at the website of the United Nations Conference of Trade and Development http://
www.unctad.org/Templates/Page.asp?intItemID=2344&lang=1.
858 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
the investment protections guaranteed by fore likely to find its way into future Ca-
the Canada-Peru BIT are considered. nadian BITs(21).
Defining “Investment”
6. THE NATIONAL TREATMENT
Modern BITs tend to include a fairly STANDARD
broad and encompassing “asset-based”
The “national treatment” standard of
definition of the term “investment” under
protection afforded foreign investment is a
which a wide range of economic activity
relative standard of treatment; it is deter-
may be considered to constitute an invest-
mined in relation to the treatment which
ment, and thus covered by the substantive
the host State affords its domestic inves-
protections offered by the BIT in ques-
tors and investments. Article 3 of the Ca-
tion. Certain treaties include in their defi-
nada-Peru BIT establishes in this regard:
nition of investment a non-exhaustive
illustration of the types of activity consi- Article 3
dered investments. National Treatment
The Canada-Peru BIT goes one step 1. Each Party shall accord to in-
further by setting out among the defini- vestors of the other Party treat-
tions at Article 1 of the agreement a leng- ment no less favourable than
thy but closed list of specific activities that that it accords, in like circums-
are considered to constitute an “invest- tances, to its own investors with
ment” under the treaty. Various economic respect to the establishment, ac-
activities or instruments are expressly ex- quisition, expansion, manage-
cluded from the definition of “invest- ment, conduct, operation and
ment”, for example, certain types of loans, sale or other disposition of in-
debt securities and claims to money. Al- vestments in its territory.
though the idea of providing specific illus-
trations of the investments covered by a 2. Each party shall accord to co-
given investment agreement is considered vered investments treatment no
“an emerging trend among recent less favourable than it accords,
BITs”(20), the Canada-Peru BIT approach in like circumstances, to invest-
ments of its own investors with
to defining investment by means of a fini-
respect to the establishment, ac-
te list of activities is relatively rare, at least
quisition, expansion, manage-
among the BITs entered into by Canada.
ment, conduct, operation and
Originally used in the context of the Uni-
sale or other disposition of in-
ted States-Canada Free Trade Agreement,
vestments in its territory .
this approach evolved into Article 1139
of NAFTA and has since been incorpora- The Canada-Peru BIT thus usefully
ted into Canada’s Model FIPA; it is there- makes explicit that the national treatment
(20) United National Conference on Trade and Development, “Bilateral Investment Treaties 1995-2006: Trends
in Investment Rulemaking”, UNCTDAD/ITE/IIT/2006/5, Geneva, 2007, at 10.
(21) Loc. cit.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 859
standard applies to both investors and in- equitable treatment and full
vestments(22). In addition, Article 3 of the protection and security.
BIT extends the right to national treatment
to foreign investors and investments at the In an arbitration under NAFTA Chap-
pre-entry phase of an investment, by ex- ter 11, an international tribunal defined the
plicitly extending protection to the “esta- concept of “fair and equitable treatment”
blishment” of investments, in addition to as follows:
their acquisition, expansion, management,
conduct, operation and sale. It is impor- [T]he minimum standard of treatment
tant to note that the standard does not re- of fair and equitable treatment is in-
quire identical treatment of foreign and fringed by conduct attributable to the
domestic investors, but rather grants fo- State and harmful to the claimant if the
reign investors treatment which is no less conduct is arbitrary, grossly unfair, un-
favourable than the treatment which do- just or idiosyncratic, is discriminatory
mestic investors and investments would and exposes the claimant to sectional
receive “in like circumstances”. The na- or racial prejudice, or involves a lack
tional treatment standard is intended to of due process leading to an outcome
create a level playing field for all inves- which offends judicial propriety –as
tors and investments in the host State. might be the case with a manifest fa-
ilure of natural justice in judicial pro-
ceedings or a complete lack of trans-
7. THE MINIMUM STANDARD OF parency and candour in an administra-
TREATMENT CLAUSE tive process. In applying the standard
In addition to the national treatment it is relevant that the treatment is in bre-
standard, most bilateral investment agree- ach of representations made by the host
ments, including the Canada-Peru BIT, State which were reasonably relied on
contain a provision conferring the right to by the claimant(23).
an absolute, or minimum, standard of treat-
ment that is disassociated from the host Paragraphs 2 and 3 of Article 5 of
State’s domestic practices. Article 5 of the the Canada-Peru BIT further provide, with
Canada-Peru BIT, for example, states: respect to the minimum standard of treat-
ment set out in paragraph 1:
Article 5
Minimum Standard of Treatment 2. The concepts of “fair and equita-
ble treatment” and “full protec-
1. Each Party shall accord to tion and security” in paragraph 1
covered investments treatment do not require treatment in addi-
in accordance with the tion to or beyond that which is
customary international law required by the customary inter-
minimum standard of treatment national law minimum standard
of aliens, including fair and of treatment of aliens.
(22) Ibidem.
(23) Waste Management, Inc. v. United Mexican States, ICSID Case Nº ARB(AF)/98/2, Award of 2 June 2000, at
Par. 98, in: 15 ICSID Review, 2000, p. 214, 40 ILM, 2001, p. 56.
860 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
(24) Organization for Economic Co-Operation and Development, “Fair and Equitable Treatment Standard in
International Investment Law”, OECD Directorate for Financial and Enterprise Affairs, Working Papers on
international investment number 2004/3, September 2004 available online at http://www.oecd.org/dataoecd/
22/53/33776498.pdf.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 861
(25) Emilio Agustín Maffezini v. The Kingdom of Spain, ICSID Case Nº ARB/97/7, Decision of the Tribunal on
Objections to Jurisdiction, 25 January 2000, in: 40 ILM, 2001, p. 1129, 16 ICSID Review, 2001, p. 1.
862 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
they further set out a list of “valuation cri- (i) the economic impact of the
teria” to determine fair market value. measure or series of measu-
res, although the sole fact
The expropriation clause of the Ca-
that a measure or series of
nada-Peru BIT substantially represents the
measures of a Party has an
existing state of international law on ex-
adverse effect on the econo-
propriation, as elucidated by numerous in-
mic value of an investment
ternational tribunals in cases involving a
does not establish that an in-
wide range of BITs and other investment
direct expropriation has oc-
protection instruments. However, the spe-
curred;
cificity of Article 13 of the Canada-Peru
BIT constitutes a particularly clear state- (ii) the extent to which the mea-
ment of the two States’ obligations in this sure or series of measures in-
regard and of investors’ rights as concer- terferes with distinct, reaso-
ns both the criteria for a legal expropria- nable investment-backed ex-
tion and investors’ entitlements in the pectations; and
event of expropriation. (iii) the character of the measure
The Canada-Peru BIT also includes or series of measures;
at Annex B.13(1) a relatively detailed de-
(c) Except in rare circumstances,
finition of the term “indirect expropriation”
such as when a measure or series
that includes a method for determining
of measures is so severe in the
whether or not conduct by a State constitu-
light of its purpose that it cannot
tes an indirect expropriation for which com-
be reasonably viewed as having
pensation is owed to an investor:
been adopted and applied in good
faith, non-discriminatory measu-
ANNEX B.13(1)
res of a Party that are designed
Expropriation
and applied to protect legitimate
The Parties confirm their shared un- public welfare objectives, such as
derstanding that: health, safety and the environ-
ment, do not constitute indirect
(a) Indirect expropriation results
expropriation.
from a measure or series of mea-
sures of a Party that has an effect
These provisions are noteworthy not
equivalent to direct expropriation
only for their specificity, but more impor-
without formal transfer of title or
tantly for their meaning and effect, which
outright seizure;
are generally to limit the instances in whi-
(b) The determination of whether a ch indirect expropriation will be found.
measure or series of measures of In this regard, the protection against ex-
a Party constitutes an indirect ex- propriation of foreign investments under
propriation requires a case-by- the Canada-Peru BIT is more restrained
case, fact-based inquiry that con- as compared with other international in-
siders, among other factors: vestment agreements. This feature of the
864 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
Canada-Peru BIT is also found in the 2004 other things, the agreement “identifies
Model BIT of the United States(26). possibilities for Canadian capital in su-
pport of Peruvian public and private pro-
10. CONCLUSION: FURTHER jects, technical support programs (…) and
OPPORTUNITIES FOR CANA- other initiatives of common interest”(28).
DA-PERU TRADE AND IN- Sectors of particular focus include muni-
cipal and transportation infrastructure pro-
VESTMENT
jects, medical and scientific facilities, re-
Ultimately, the truest measure of the finery and mining projects, power gene-
benefits flowing from the sort of enhan- ration, and information, telecommunica-
ced protections afforded Canadian and tion and security technologies.
Peruvian investors doing business in each
other’s country, as discussed above, will Canada is already one of the largest
be the level of increase in trade and fo- sources of foreign investment in Peru. It
reign direct investment between the two has been estimated that the stock of Ca-
nations. That said, the spin-offs from the nadian foreign direct investment (“FDI”)
Canada-Peru BIT are already becoming in Peru rose more than one hundred-fold
evident. On 29 January 2007, Export De- between 1993 and 2001, from $10.9 mi-
velopment Canada (“EDC”), a Canadian llion to $1.4 billion, and has almost doubled
again since that time, to $2.3 billion as of
federal Crown Corporation that provides
2005(29). EDC’s business volume in Peru
financing and related services to Canadian
alone averaged more than $400 million per
exporters and investors, and Corporación
year over the last five years. In this con-
Financiera de Desarrollo S.A. (“COFI-
text, it is no wonder that in the words of
DE”), a Peruvian government financial
His Excellency Guillermo Russo, Ambas-
development agency, signed a cooperati-
sador to Canada for Peru, who signed the
ve agreement which promises increased
EDC-COFIDE agreement on behalf of
opportunities for trade and investment
Peru, the agreement “is built upon an al-
between the two countries(27). The agree-
ready strong trade relationship and sig-
ment is heralded as “a significant step in
nals a strong desire by both countries to
growing” Canadian-Peruvian trade and
extend the reach of that relationship”(30).
investment, with the aim being to streng-
then and further develop investment pro- Whatever the future holds in this re-
jects of interest to both parties. Among gard, there is no doubt that a sound inter-
(26) 2004 U.S. Model Bilateral Investment Treaty, available online at the web site of the Office of the United
States Trade Representative: http://www.ustr.gov/Trade_Sectors/Investment/Model_BIT/Section_Index.html.
See: Annex B.
(27) Canada News-wire, “News Release” 200701290307, “EDC and Peru’s COFIDE sign agreement to increa-
se trade” (29 January 2007), also published by the Government of Canada online at http://news.gc.ca/
cfmx/view/en/index.jsp?articleid=271789.
(28) Ibidem.
(29) United Nations Economic Commission for Latin America and the Caribbean, “Canada’s Trade and Invest-
ment with Latin America and the Caribbean” U.N. Doc. LC/WAS/L.61 (29 January 2003).
(30) Canada News-wire, “News Release” 200701290307, “EDC and Peru’s COFIDE sign agreement to increa-
se trade” (29 January 2007), also published by the Government of Canada online at http://news.gc.ca/
cfmx/view/en/index.jsp?articleid=271789.
CANADA’S ACCESSION TO THE ICSID CONVENTION AND THE 2006 / CANADA - PERU (...) 865
national legal framework for the protec- Canada’s accession to the ICSID
tion of foreign investors and investments Convention is a late but wholly welcome
is an essential component of efforts to pro- step toward a more meaningful protec-
mote international investment and econo- tion of international investment by Ca-
mic development. Central to this effort are, nadian and foreign investors. The signa-
first, the recognition of investors’ rights ture of the Canada-Peru BIT represents
and of the obligations owed to foreign in- a modern and, in certain respects, truly
vestors by the States in which they invest, innovative effort to balance as perfectly
and second, the establishment of an effec- as possible the legitimate concerns of
tive, impartial international method for the host States and the equally valid demands
settlement of disputes between foreign in- by foreign investors for greater rights and
vestors and host States. The attainment of enhanced protections against State con-
these twin objectives is greatly enhanced, duct which interferes with those rights.
on the one hand, through the negotiation Together, these developments bode well
and implementation of BITs and other in- for Canadian companies investing abroad
vestment agreements between States, and (especially in Peru), for and foreign com-
on the other hand, by States’ signature and panies (especially from Peru) investing
ratification of the ICSID Convention. and doing business in Canada.
866 STEPHEN L. DRYMER / PATRICK DUMBERRY
TRIBUNALES ARBITRALES DE INVERSIÓN Y TRIBUNALES ESTATALES: ¿CRÓNICA (...) 867
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 867-878
(*) Los autores son abogados del bufete Debevoise & Plimpton LLP, en sus oficinas de París y Nueva York,
respectivamente. Los autores desean poner de manifiesto que el bufete asesoró a la parte demandante
en Occidental c. Ecuador y a la parte demandada en Ecuador c. Occidental, ambos casos discutidos en
esta contribución.
868 GAETAN VERHOOSEL Y CARMEN MARTÍNEZ LÓPEZ
Esta interacción, repleta de posibles local cobre especial relevancia como ele-
amores, desamores, encuentros y desencuen- mento factual de la reclamación bajo el TBI.
tros, fluye por tres escenarios principales:
al tribunal TBI exclusivamente en lo relati- el TBI”. Por tanto, una reclamación por
vo a las diferencias de inversiones que su- incumplimiento del contrato de concesión
pongan una violación del tratado bilateral. ante los tribunales estatales estaría prima
Estos TBIs limitan por tanto claramente su facie dentro del alcance de la provisión(2).
jurisdicción a conocer de violaciones de tra-
El mismo razonamiento adoptó el tri-
tados, y las relaciones con los tribunales es-
bunal arbitral en SGS c. Filipinas(3), don-
tatales están, al menos desde el punto de vista
de el tribunal comparó la formulación
de la jurisdicción de unos y otros, claras.
amplia de la cláusula en cuestión –“dis-
Hay sin embargo otros TBIs que de- puta con respecto a inversiones”– con for-
finen su jurisdicción de forma más amplia. mulaciones mucho más limitadas. La elec-
A priori, formulaciones amplias de cláu- ción del lenguaje “disputa con respecto a
sulas jurisdiccionales en los tratados de inversiones” debía por tanto englobar re-
inversión a favor de los tribunales arbitra- clamaciones por incumplimientos pura-
les –tales como “todas las disputas relati- mente contractuales, aún cuando éstos no
vas a una inversión” o “todas las disputas alcanzasen a ser incumplimientos de los
con respecto a una inversión”– parecen estándares sustantivos contenidos en el
otorgarles jurisdicción no solamente sobre TBI(4). Esta jurisprudencia abre así la
reivindicaciones que derivan del tratado puerta a la posibilidad de que los tribuna-
sino también sobre reclamaciones de dere- les TBI estuviesen llamados a interpretar
cho contractual local, aún cuando éstas úl- el derecho local o contratos sujetos a
timas no impliquen una violación del tra- derecho local.
tado bilateral de inversión en cuestión.
Otros tribunales han mantenido sin
En Vivendi c. Argentina(1), el comité embargo una posición distinta, excluyen-
ad hoc fue llamado a interpretar, en el con- do las reclamaciones puramente contrac-
texto de una cláusula fork in the road o tuales de la competencia jurisdiccional de
“electa la vía”, la provisión del TBI que los tribunales arbitrales aún en presencia
otorgaba jurisdicción al tribunal arbitral de amplias cláusulas jurisdiccionales. En
sobre “todas las diferencias relativas a in- SGS c. Pakistan(5), el tribunal consideró
versiones.” El comité entendió que dicha que la cláusula “disputas con respecto a
provisión “no precisa que la demandante inversiones” –idéntica a la cláusula en
alegue un incumplimiento del TBI mis- SGS c/ Filipinas– no era suficiente para
mo: es suficiente que la diferencia guarde otorgar jurisdicción al tribunal arbitral en
relación con una inversión efectuada bajo materia puramente contractual(6). Para el
(1) Compañía de Aguas del Aconquija S.A. y Vivendi Universal c. República Argentina (Caso CIADI Nº ARB/
97/3), Decisión sobre la anulación del Comité ad hoc de 3 de julio de 2002.
(2) Vivendi c. Argentina, Par. 55.
(3) SGS Société Générale de Surveillance S.A. c. República de Filipinas (Caso CIADI Nº ARB/02/6), Decisión
sobre Excepciones de Jurisdicción de 29 de enero de 2004.
(4) SGS c. Filipinas, Par. 132.
(5) SGS Société Générale de Surveillance S.A. c. República Islámica de Pakistán (Caso CIADI Nº ARB/01/
13), Decisión sobre Excepciones de Jurisdicción de 6 de agosto de 2003.
(6) SGS c. Pakistán, Par. 161.
870 GAETAN VERHOOSEL Y CARMEN MARTÍNEZ LÓPEZ
(7) El Paso Energy International Company c. la República de Argentina (Caso CIADI Nº ARB/03/15), Decisión
sobre Competencia de 27 de abril de 2006.
(8) El Paso c. Argentina, Par. 65.
(9) SGS c. Filipinas, Par. 128.
(10) Eureko B.V. c. República de Polonia, Arbitraje ad hoc, Laudo Parcial de 19 de agosto de 2005.
(11) Literalmente, en inglés, a state “shall observe any obligations it may have entered into”, Eureko c. Polonia,
Par. 246.
(12) Eureko c. Polonia, Par. 246.
(13) LG&E Energy Copr., LG&E Capital Corp., LG&E Internacional Inc. c. la República de Argentina, (Caso
CIADI Nº ARB/02/01), Decisión de 3 octubre 2006, Par. 170.
TRIBUNALES ARBITRALES DE INVERSIÓN Y TRIBUNALES ESTATALES: ¿CRÓNICA (...) 871
de jurisdicción exclusiva a favor de los curso a los tribunales estatales por incum-
tribunales filipinos en el contrato no pri- plimiento contractual imposibilita el re-
vaba al tribunal arbitral de su jurisdicción curso a los tribunales arbitrales en cues-
para conocer de reclamaciones contrac- tiones de derecho internacional.
tuales, pero si convertía la reclamación
Los tribunales arbitrales han venido
frente al tribunal arbitral en inadmisi-
aplicando un test de “triple identidad”:
ble(19). El tribunal arbitral razonó que si
identidad de las partes, identidad de ob-
SGS reclamaba bajo el contrato, enton-
jeto o base factual e identidad de causas
ces debía de cumplir todas las provisio-
de pedir. En CMS c. Argentina y Azurix c.
nes del mismo, incluida la cláusula de ju-
Argentina, el tribunal dictó que la cláusu-
risdicción exclusiva. Por tanto, hasta que
la “electa una vía” del BIT entre Estados
el alcance de la deuda objeto del contrato
Unidos y Argentina no impedía recurrir
no quedase establecido, ya fuese por
al tribunal arbitral una vez que se había
acuerdo de las partes o por los tribunales
recurrido al tribunal estatal porque la cau-
estatales, una decisión por el tribunal ar-
sa de pedir en ambos procedimientos –en
bitral sobre el pago de la deuda sería pre-
el estatal, incumplimiento contractual; en
matura, y por ello, inadmisible(20).
el arbitral, incumplimiento del BIT– no
eran idénticas(21).
b. Tribunales TBI sin jurisdicción
respecto a reclamaciones de violación Igualmente, en Occidental c. Ecua-
del TBI dor, la previa reclamación basada pura-
mente en la legislación fiscal ecuatoriana
Pueden también darse situaciones en ante los tribunales fiscales de Quito entre
las cuales el tribunal arbitral esté impedi- las mismas partes, y con idéntico objeto
do de adjudicar una controversia, aunque no despojaba al tribunal arbitral de juris-
ésta se base sobre violaciones del trata- dicción para conocer de una causa de pe-
do. En efecto, allá donde el tratado con- dir basada en el tratado(22). Como el tri-
tenga una cláusula “electa una vía” o fork bunal Vivendi explicó, “una causa de pe-
in the road, puede resultar que el tribunal dir bajo un tratado no es lo mismo que
arbitral no tenga jurisdicción sobre recla- una causa de pedir bajo un contrato; re-
maciones que derivan del tratado interna- quiere una demostración clara de conducta
cional. Conforme a estas cláusulas, electa que en las circunstancias es contraria a la
una vía, sea la estatal o la arbitral, dicha norma relevante del tratado”(23).
elección es definitiva y la posibilidad de
acudir a la otra vía queda cerrada. La cues- La interpretación restrictiva de estas
tión está en saber hasta qué punto el re- cláusulas hace por tanto que sea relativa-
mente fácil evitar la preclusión de la vía rresponde a los tribunales TBI actuar
arbitral como consecuencia de una cláu- como cortes de apelación capaces de
sula fork in the road. Ahora bien, la posi- modificar las decisiones de los tribuna-
bilidad siempre existe. les estatales(24).
El resultado es una cierta deferencia
2.2. Forum competidores de facto por parte de los tribunales TBI hacia la
jurisprudencia pertinente de los tribuna-
Aún cuando a los tribunales estata-
les estatales. Como dijo el tribunal en
les no les corresponda jurisdicción algu-
Occidental, donde la reclamación en el
na con respecto a una reclamación por un
procedimiento arbitral se basaba en un
inversor bajo un TBI, en ciertas circuns- derecho conferido por ley fiscal ecuato-
tancias los tribunales estatales pueden to- riana, las decisiones adoptadas por los tri-
davía impactar de manera considerable la bunales ecuatorianos en la materia, si bien
resolución de la diferencia por el tribunal no constituyen precedentes vinculantes
TBI. La razón no es otra que el rol que para el tribunal arbitral, sí resultan una
puede jugar el derecho local en ciertos “guía” útil para el mismo(25).
casos TBI. A pesar de que la ley aplicable
en los arbitrajes TBI es el derecho inter- Igualmente, cuando las reivindica-
nacional público, el derecho local puede ciones basadas en los tratados internacio-
tener gran relevancia como elemento fac- nales se fundamentan en un derecho con-
tual en el análisis. En este sentido, uno ferido por el contrato, los tribunales esta-
puede hablar de una competencia adjudi- tales también pueden estar llamados a ju-
catoria de facto entre los tribunales esta- gar un papel fundamental. Un ejemplo
tales y los tribunales TBI. particularmente interesante de interacción
entre tribunales arbitrales y estatales lo
Por ejemplo, cuando las reivindica- constituye SGS c. Filipinas. Como ya he-
ciones basadas en los tratados interna- mos mencionado, el tribunal estimó que,
cionales se fundamentan en derechos pre- a pesar de tener jurisdicción para juzgar
suntamente conferidos por el derecho es- la responsabilidad de Filipinas bajo el
tatal, la interpretación que del derecho BIT, ésta dependía del “predicado factual
nacional realicen los tribunales estatales de la determinación” del tribunal regio-
tendrá, de facto, un impacto importante nal competente del monto adeudado al
en el procedimiento de arbitraje. Las de- demandante. En consecuencia, el tribunal
cisiones de los tribunales estatales no suspendió el procedimiento arbitral a la
sientan jurisprudencia vinculante para los espera de la decisión del tribunal estatal
tribunales arbitrales, pero tampoco co- sobre la cuestión(26).
(24) International Thunderbird Gaming Corp. c. Mexico, Laudo arbitral CNUCDI de 26 de enero de 2006,
Par. 125.
(25) Occidental c. Ecuador, Par. 58 y 137. Véase también Marvin Feldman c. Mexico (Caso CIADI Nº ARB(AF)/
99/1), Laudo de 16 de diciembre de 2002, Par. 84.
(26) SGS c. Filipinas, Par. 174-176.
874 GAETAN VERHOOSEL Y CARMEN MARTÍNEZ LÓPEZ
Primero, está claro que los mismos Hasta la fecha, no hay ningún tribu-
tribunales estatales pueden, en determina- nal TBI que haya reconocido la existen-
das circunstancias, violar las obligaciones cia de denegación de justicia. Ni en Azi-
que un estado ha asumido bajo un tratado nian, ni en Waste Management, ni en En-
(27) The Loewen Group, Inc. y Raymond L. Loewen c. Estados Unidos de América (CIADI Nº ARB(AF)/98/3),
Decisión de 26 de junio de 2003, Par. 123.
(28) Véase por ejemplo, el Third Restatement on the Law of Foreign Relations of the United States, sección
712, según el cual un estado es responsable en derecho internacional por los daños resultantes de la
repudiación o el incumplimiento de un contrato con el nacional de otro estado, cuando dicha repudiación o
incumplimiento son discriminatorios o donde no se pone a disposición del nacional de otro estado un foro
adecuado en el que determinar la controversia derivada de la repudiación o el incumplimiento.
(29) Waste Management, Inc. c. Mexico (Caso CIADI Nº ARB00/3), Laudo de 30 de abril de 2004, Par. 115.
(30) EnCana Co. C. República de Ecuador (Caso CNUDCI Nº UN3481), Laudo de 3 de febrero de 2006, Par. 194.
(31) Loewen c. EE.UU., Par. 156 y 217.
(32) Robert Azinian, Kenneth Davitian y Ellen Baca c. Los Estados Unidos Mexicanos (Caso CIADI Nº ARB(AF)/
97/2), Laudo arbitral de 1 de noviembre de 1999, Par. 102 y 103.
TRIBUNALES ARBITRALES DE INVERSIÓN Y TRIBUNALES ESTATALES: ¿CRÓNICA (...) 875
cana el tribunal consideró que los tribu- desacreditable a la luz de todos los he-
nales estatales estuvieran cerrados a los chos y de los estándares generalmente
demandantes o hubiesen actuado de ma- aceptados de administración de justi-
nera evidentemente parcial o injusta(33). cia(34). Específicamente, puede darse une
denegación de justicia cuando el estado
El tribunal TBI que más se acercó al
condiciona el derecho a la apelación de
reconocimiento de la existencia de dene-
tal modo que lo convierte en impráctico o
gación de justicia es el de Loewen c.
impone al apelante severas condiciones
EE.UU.. Loewen demandó a Estados Uni-
económicas(35). El tribunal Loewen seña-
dos alegando que el Estado había incum-
ló que, bajo todos los estándares de me-
plido sus obligaciones TLCAN al haber
dida, el proceso ante los tribunales del
incurrido los tribunales de Mississipi,
Mississipi fue “una desgracia”.
EE.UU., en denegación de justicia. Los
tribunales estatales habían, en un proceso Ahora bien, en opinión del tribunal,
plagado de irregularidades, incluyendo Loewen, que había optado por un acuer-
numerosos comentarios racistas y xenó- do extrajudicial sin explicar las razones
fobos contra el inversor extranjero, con- por las cuales no había apelado, no de-
denado a Loewen, una funeraria canadien- mostró que le fuera imposible apelar la
se, a pagar unos quinientos millones de dó- decisión en cuestión. Debido a la falta de
lares en indemnización por daños emocio- prueba, el tribunal concluyó que no que-
nales y punitivos, una suma extremadamen- daba acreditada en el caso concreto una
te alta por un contrato cuya cuantía era muy denegación de justicia. En cualquier caso,
inferior. El tribunal se detuvo a examinar y tras el largo obiter dicta sobre denega-
los requisitos de la denegación de justicia, ción de justicia, el tribunal acabó por con-
afirmando varios puntos de interés. siderar que no tenía jurisdicción sobre la
disputa por haber Loewen perdido su na-
Loewen ilustra primero que una de-
cionalidad canadiense en el momento en
cisión judicial emanada de un jurado en
que el tribunal había de resolver(36).
un litigio contractual entre dos partes pri-
vadas constituye una “acción de gobier- Cabe además señalar que los Esta-
no” contra la cual el TLCAN concede al dos pueden también incurrir en violacio-
inversor extranjeros protección. El tribu- nes de sus obligaciones bajo los TBIs por
nal Loewen afirmó además que hay viola- otras acciones de sus tribunales estatales.
ción del principio de derecho consuetudi- En el caso de Saipem c. Bangladesh(37),
nario de denegación de justicia y de la por ejemplo, el demandante adujo que la
cláusula de trato justo y equitativo cuan- entidad estatal se unió a los tribunales es-
do la decisión es claramente impropia y tatales de Bangladesh para sabotear un
previo arbitraje ICC, negando así al in- arbitrajes de tratado: una petición de de-
versor su derecho contractual al arbitra- negación de reconocimiento o ejecución
je(38). Saipem alegó que las actuaciones de un laudo TBI puede requerir la inter-
judiciales, que frustraron el laudo ICC a pretación del tratado internacional entre
favor del inversor, fueron constitutivas de dos estados por los tribunales de un ter-
una expropiación(39). cer Estado. Nos centramos aquí en este
supuesto específico al arbitraje TBI.
El tribunal arbitral, en su decisión
sobre jurisdicción, estimó que, si bien la Imaginemos el escenario siguiente:
determinación de si hubo o no incumpli- arbitraje de tratado entre un Estado sobe-
miento del TBI corresponde a la decisión rano y un inversor extranjero bajo las re-
sobre el fondo, el tribunal tiene jurisdic- glas del CNUDCI. El Estado, no confor-
ción para conocer de un acto del poder me con el laudo recibido, plantea un re-
judicial que pueda resultar en una expro- curso de anulación contra el mismo ante
piación(40). El laudo sobre jurisdicción los tribunales de un estado tercero, el Es-
deja además abiertas cuestiones intere- tado donde se ha desarrollado el arbitra-
santes, como la de saber si el requeri- je, alegando que el tribunal arbitral care-
miento de agotamiento de los recursos cía de jurisdicción. La cuestión es la si-
internos se aplicaría a un caso como guiente: ¿hasta qué punto puede el Esta-
éste(41). Quedamos a la espera de la de- do tercero pronunciarse sobre la jurisdic-
cisión sobre el fondo. ción del tribunal arbitral cuando un tal
pronunciamiento exige la interpretación
del TBI entre dos Estados soberanos?
4. ESCENARIO TERCERO: CUAN-
DO A LOS TRIBUNALES ESTA- Esa es exactamente la pregunta que
TALES LES COMPETE ASEGU- se sometió a los tribunales ingleses en el
RAR LA EFECTIVIDAD DEL contexto del arbitraje Occidental (42) .
LAUDO ARBITRAL EN EL AR- Ecuador, disconforme con el laudo CNU-
BITRAJE DE INVERSIÓN DCI dictado por un tribunal de arbitraje
con sede en Londres que le condenaba a
El recurso a los tribunales estatales pagar a Occidental más de 75 millones de
en sede de protección cautelar o en mate- dólares por violación del TBI entre Ecua-
ria de ejecución de un laudo contra un dor y Estados Unidos en una disputa acer-
Estado resulta, en todo arbitraje, un ejer- ca del reembolso del IVA a Occidental,
cicio de equilibrio delicado. Sin duda, ello atacó el mismo ante los tribunales ingle-
no es menos cierto en los arbitraje TBI. ses. Ecuador argumentaba que el tribunal
Ahora bien, existe un aspecto específico arbitral no tenía jurisdicción bajo el TBI
a la efectividad del laudo arbitral en los para conocer de una reclamación tal, por
les TBI. Pero, como en muchos matrimo- lugar a más que a un tirón de orejas al
nios, la frontera entre lo que pertenece a esposo en falta.
uno y al otro puede quedar espectacular-
Finalmente, puede ser que el estado
mente difuminada.
perdedor ante un tribunal TBI impugne el
Los tribunales estatales pueden ade- laudo TBI ante los tribunales de un tercer
más incurrir en denegación de justicia, estado. Como en aquellos casos en los que
violando el TBI, y correspondiendo a los una tercera persona aparece involucrada en
tribunales TBI el juicio de la responsabi- una relación que no es la suya, se ha presen-
lidad del Estado por la actuación de sus tado –y es probable que vuelva a presentar-
tribunales estatales. Ahora bien, hasta el se– la cuestión de hasta qué punto los tribu-
momento ningún tribunal TBI ha sancio- nales estatales de un tercer estado pueden
nado una denegación de justicia. Ni si- juzgar aquella diferencia cuando ello exige
quiera la “desgraciada” actuación judicial la interpretación del tratado internacional
de los tribunales estales en Loewen dio suscrito entre dos estados soberanos.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 879
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE INVERSIÓN , pp. 879-898
(*) Profesor Titular de Derecho Internacional Privado Universidad de Castilla-La Mancha, España.
(1) Recientemente, UNCTAD, Latest Developments in Investor-State Dispute Settlement, Ginebra, 2005, dis-
ponible en: http://www.unctad.org. Ya en Mayo de 2003, en la reunión celebrada en Madrid por el Instituto
de Derecho Comercial Internacional de la Cámara de Comercio Internacional se mostró un gran interés
por el incremento constante de los casos de arbitraje para resolver los pleitos surgidos en materia de
inversiones extranjeras, organizándose un coloquio sobre dicho tema, cuyo informe titulado “Arbitraje
internacional y protección de las inversiones” fue publicado por la Secretaría del Comité español de la
CCI en el Anuario de Justicia Alternativa, Nº 4, 2003, pp. 267-273. En este informe ya se apuntaba que
880 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
jurídica de las inversiones extranjeras(2). En yan tenido que interpretar las diferentes
los mismos y configurándose como una cláusulas y disposiciones materiales con-
garantía más de protección de las inversio- templadas en estos TPPI que buscan ase-
nes, se incluyen disposiciones que contem- gurar un determinado estándar de protec-
plan los métodos de resolución de contro- ción(4). La interpretación de la obligación
versias entre Estado - inversor(3). Entre es- de otorgar un tratamiento justo y equitativo,
tos mecanismos, el arbitraje internacional en qué consiste el trato nacional, cual es el
se ha erigido en la solución preferente, lo ámbito de una “umbrella clause” o qué de-
que ha provocado que, de forma cada vez bemos entender por expropiación, son ejem-
más habitual, los tribunales arbitrales ha- plos claros de lo aquí manifestado(5).
“estamos ante una notoria evolución que vislumbra una tercera vía entre el arbitraje comercial puro y el
arbitraje entre Estados del derecho internacional público, un “animal” nuevo que deberá concretarse en el
futuro con los casos que surjan de ahora en adelante”, cit., p. 273.
(2) Sobre estos TPPI y el nivel de protección otorgado por éstos puede consultarse, GARCÍA RODRÍGUEZ, I., La
protección de las inversiones exteriores. Los acuerdos de promoción y protección recíproca de inversio-
nes celebrados por España, Valencia, Tirant lo Blanch, 2005, MAURO, M.R., Gli accordi bilaterali sulla
promozione e la protezione degli investimenti, Turin, Giappichelli, 2003, DOLZER, R. / STEVENS, M., Bilateral
Investment Treaties, Dordrecht, Kluwer, 1995, MIGLIORINO, L., Gli Accordi internazionali sugli investimenti,
Milán, Giuffré, 1989, LAVIEC, J-P., Protection et promotion des investissements, París, PUF, 1985.
(3) DAÑINO, R., antiguo Secretario General del CIADI, en su discurso inagural del Simposium “Making the Most
of International Investment Agreements: A Common Agenda”, organizado conjuntamente por la UNCTAD,
el CIADI y la OCDE, París, 12 de diciembre de 2005, pone de manifiesto la interrelación existente en el
cada vez mayor número de TPPI bilaterales y multilaterales existentes y el incremento de la litigiosidad,
mediante la puesta en práctica de los mecanismos de solución de controversias previstos en dichos Con-
venios, en especial, mediante el arbitraje internacional. En general sobre esta cuestión, BEN HAMIDA, W.,
“L’arbitrage Etat-investisseur étranger: regards sur les traités et projets récentes”, Journ.dr.int., Nº 2, 2004,
pp. 419-441, BÖCKSTIEGEL, K-H., “General Introduction to Investment Treaty Arbitration”, en: Investment
treaties and arbitration, ed. Kaufmann-Kohler, G. / STUCKI, B., Basilea, ASA, 2002, pp. 1-7, DERAINS, Y.,
“L’impact des accords de protection des investissements sur l’arbitrage”, en: Gaz.Pal., Vol. 121, Nº 3,
2001, pp. 631-635, GAILLARD, E., “L’arbitrage sur le fondement des traités de protection des investisse-
ments”, en: Rev.arb., Nº 3, 2003, pp. 853-875, OBADIA, E., ICSID, “Investment Treaties and Arbitration:
Current and Emerging Issues”, en: News from ICSID, Vol. 18, Nº 2, 2001, pp. 4 y ss, VON MEHREN, G.M. /
SALOMON, C.T. y PAROUTSAS, A.A., “Navigating through Investor - State Arbitrations - An Overwiew of Bilate-
ral Investment Treaty Claims”, en: Dispute Resolution Journal, Vol. 59, Nº 1, 2004, pp. 69-77.
(4) Los datos suministrados por el Centro de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones –CIADI– en sus
últimos informes anuales son claros al respecto. Así, por ejemplo, en el Informe anual del año 2004 se
refleja que de los treinta nuevos casos iniciados ante el Centro, veinticuatro de los mismos han sido
presentados conforme a cláusulas de arbitraje CIADI incluidas en Tratados de protección y promoción de
inversiones. El CIADI es una institución arbitral que fue establecida por el Convenio de Washington, de 18
de marzo de 1965, sobre arreglo de diferencias relativas a inversiones entre Estados y nacionales de otros
Estados (BOE Nº 219, de 13 de septiembre de 1994). El arbitraje CIADI es el más utilizado en el ámbito de
las inversiones internacionales debido a sus características específicas en relación con el resto de arbitra-
jes internacionales, en especial, por sus caracteres de autonomía e independencia respecto de los tribu-
nales nacionales y su régimen de reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales. Vide sobre este proce-
dimiento arbitral, BROCHES, A., “Convention on the Settlement of Investment Disputes between States and
Nationals of Other States, Explanatory Notes and Survey of its Application”, Y.B.Com.Arb., Vol. 18, 1993,
pp. 627 y ss, FERNÁNDEZ MASÍA, E., Arbitraje en inversiones extranjeras: el procedimiento arbitral en el
CIADI, Valencia, Tirant lo Blanch, 2004, HIRSCH, M., The Arbitration Mechanism of the International Cen-
ter for the Settlement of Investment Disputes, Dordrecht, Martinus Nijhoff, 1993, SCHREUER, C., The ICSID
Convention: A Commentary, Cambridge, Cambridge University Press, 2001, VIVES CHILLIDA, J.A., El Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), Madrid, McGrawHill, 1998.
(5) Sobre estas cuestiones, entre otros, AA.VV., International Investment Law and Arbitration, Todd Weiler
(ed.), Londres, Cameron May, 2005, BISHOP, R.D., CRAWFORD, J. y REISMAN, W.M., Foreign Investment
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 881
2. Entre estas cláusulas materiales quier discriminación entre los distintos in-
ha venido ocupando un lugar principal en versores en función de su origen, y por
la mayoría de los TPPI existentes la de- otra parte, son un mecanismo excelente
nominada cláusula de la nación más fa- para lograr la armonización del Derecho
vorecida(6). Tal cláusula tiene, en el con- a la protección y promoción de las inver-
creto ámbito de la protección de las in- siones internacionales(8).
versiones extranjeras, el efecto de benefi- 3. Aunque este tipo de cláusulas
ciar a todos los inversores cubiertos por no tienen un alcance universal, pues ello
el TPPI que la contempla (tratado de base) dependerá de su concreta redacción, la
de un tratamiento no menos favorable que aplicación del principio ejusdem generis
el que sea otorgado a los inversores en no ha planteado tradicionalmente proble-
otros TPPI que hayan sido concluidos por mas para extender de forma favorable los
los Estados parte (tratados con terceras distintos derechos contemplados en las
partes)(7). Este tipo de cláusulas cumplen disposiciones materiales típicas de estos
una doble función en estos acuerdos: por acuerdos, quedando incluidas, de forma
una parte, constituyen un instrumento de general, las distintas cuestiones referidas
gran importancia para luchar contra cual- al tratamiento de las inversiones(9). Por el
Disputes, The Hague, Kluwer, 2005, AA.VV., Le contentieux arbitral transnational relatif à l’investissement,
Louvaine la Neuve, Anthemis, 2006, KINSELLA, N.S. y RUBINS, N.D., International Investment, Political Risk
and Dispute Resolution, Nueva York, Oceana, 2005.
(6) En relación al origen de esta cláusula, OCDE, “Most-Favoured-Nation Treatment in International Invest-
ment Law”, Septiembre, 2004, disponible en: http://www.oecd.org.
(7) En 1978 la Comisión de Derecho Internacional en su proyecto de artículos sobre las cláusulas de la nación
más favorecida, ha definido el tratamiento basado en esta cláusula en su artículo 5, señalando que “Most-
favoured-nation treatment is treatment accorded by the granting State to the beneficiary State, or to per-
sons or things in a determined relationship with that State, not less favourable than treatment extended by
the granting State to a third State or to persons or things in the same relationship with that third State”. Este
proyecto puede encontrarse en: http://www.un.org/law/ilc/texts/mfnfra.htm. La definición de qué debe en-
tenderse por Tratado básico y Tratado con una tercera parte, había sido ya claramente establecida por el
Tribunal Internacional de Justicia en el caso de la Compañía Petrolera Anglo-Iraní, Reports, 1952, pp. 109
y ss., ya que según este Tribunal, el tratado básico en el que se podía sustentar la pretensión del deman-
dante era el que contiene la cláusula de la nación más favorecida, añadiendo que “es este Tratado el que
establece el nexo jurídico entre el Reino Unido y un tratado con un tercer país y que confiere a ese Estado
los derechos de que goza el tercero. Un tratado con un tercero, independiente y aislado del tratado básico,
no produce efecto jurídico alguno entre Reino Unido e Irán: es res inter alios acta”.
(8) GAILLARD, E., “Chronique du CIRDI”, en: Journ.dr.int., Nº 1, 2005, p. 158.
(9) El principio ejusdem generis significa que la cláusula de la nación más favorecida sólo puede tener aplica-
ción respecto de la misma materia y no puede hacerse extensiva a cuestiones distintas de las previstas en
el tratado básico. Este principio es confirmado por la decisión de la Comisión de Arbitraje establecida para
la demanda de Ambatielos entre Grecia y Reino Unido, de 6 de marzo de 1956, Naciones Unidas, Reports
of International Awards, Vol. XII, 1963, pp. 91 y ss., en donde se declara que “la cláusula de la nación más
favorecida sólo puede comprender materias pertenecientes a la misma categoría de asuntos que aquel al
que se refiere la propia cláusula” añadiendo, en relación con el alcance de dicha cláusula en este asunto
concreto, que “es cierto que ‘la administración de justicia’, considerada en forma aislada, es una materia
diferente del ‘comercio y navegación’, pero ello no es necesariamente así cuando se le aprecia en el
contexto de la protección de los derechos de los comerciantes. La protección de los derechos de los
comerciantes naturalmente se incluye entre las materias que son objeto de tratados de comercio y nave-
gación. Por consiguiente, no puede sostenerse que la administración de justicia, en la medida en que se
refiera a la protección de estos derechos, debe necesariamente ser excluida del campo de aplicación de la
cláusula de la nación más favorecida cuando esta última incluye ‘todas las materias relacionadas con el
882 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
contrario, hasta muy recientemente, los veniente definir cuales son las consecuen-
tribunales arbitrales no habían tenido que cias que se pueden derivar de que se adop-
manifestarse sobre si el juego de la cláusu- te una u otra posición al respecto, dadas
la de la nación más favorecida cubría igual- las múltiples y variadas formas de cláu-
mente las disposiciones procesales de los sulas de resolución de controversias exis-
TPPI en las que se contemplan los méto- tentes en la actualidad en los TPPI. Aun-
dos de solución de controversias Estado - que de forma mayoritaria, las posibilida-
inversor, lo que de forma directa, incidía des ofertadas en estos tratados al inversor
en la decisión adoptada por los mismos privado para resolver el litigio planteado
sobre la existencia de competencia para son básicamente tres, una vez agotado el
conocer del asunto planteado. Es precisa- plazo previo para conseguir un arreglo
mente al análisis de dichas decisiones ar- amistoso: a) acudir a los tribunales nacio-
bitrales que han tratado de delimitar cual nales del Estado receptor de la inversión,
es el ámbito de aplicación de la cláusula b) instar un arbitraje CIADI o c) iniciar
de la nación más favorecida en estos casos un arbitraje internacional basado en el
a lo que dedicamos el presente trabajo. reglamento de la CNUDMI, el grado de
interrelación entre estos mecanismos de
2. LA APLICACIÓN DE LA CLÁU- solución de controversias e incluso su al-
SULA A LOS MÉTODOS DE RE- cance material(10), invita a hacerse distin-
tas preguntas: ¿Qué ocurre en aquellas
SOLUCIÓN DE CONTROVER-
ocasiones en donde el TPPI de base no
SIAS: UNA RESPUESTA AFIR-
contemple ningún mecanismo de solución
MATIVA EN LOS CASOS MA-
de controversias o únicamente la posibi-
FEZZINI C. ESPAÑA, SIEMENS
lidad de acudir a sus tribunales internos,
C. ARGENTINA Y GAS NATU-
será posible acudir al arbitraje internacio-
RAL C. ARGENTINA
nal previsto en otro TPPI invocando la
4. Antes de pasar a examinar lo de- cláusula de la nación más favorecida? ¿Si
cidido por los tribunales arbitrales, es con- el Tratado de base incluye un obligado
comercio y la navegación’. El problema sólo puede resolverse de conformidad con la intención que hayan
tenido las Partes Contratantes según se deduzca de una interpretación razonable del Tratado”, cit., p.107.
En el citado proyecto de artículos sobre la cláusula de la nación más favorecida, la CDI señaló en el
artículo 8.2 y 9 cual debía considerarse su ámbito de aplicación: “Artículo 8.2. The most-favoured-nation
treatment to which the beneficiary State, for itself or for the benefit of persons or things in a determined
relationship with it, is entitled under a clause referred to in paragraph 1 is determined by the treatment
extended by the granting State to a third State or to persons or things in the same relationship with that third
State”, “Artículo 9.1. Under a most-favoured-nation clause the beneficiary State acquires, for itself or for the
benefit of persons or things in a determined relationship with it, only those rights which fall within the limits
of the subject-matter of the clause”.
(10) Sobre las divergencias que presentan los TPPI en esta materia y la amplia variedad de mecanismos de
arreglos de controversias Estado-inversor previstos en los mismos, BEN HAMIDA, W., “L’arbitrage transna-
tional face a un desordre procedural: la concurrence des procedures et les conflits des jurisdictions”, TDM,
Nº 2, april, 2006, CREMADES, B., “Arbitration in Investment Treaties: Public Offer of Arbitration in Investment
Protection Treaties”, en: Law of Internacional Business and Dispute Settlement in the 21st Century. Liber
Amicorum K-H. Böckstiegel, Colonia, Carl Heymanns, 2001, pp. 149-164, SCHREUER, C., “Travelling the BIT
Route – Of Waiting Periods, Umbrella Clauses and Forks in the Road”, en: Journal of World Trade &
Investment, Vol. 5, Nº 2, 2004, pp. 231-256, FERNÁNDEZ MASÍA, E., Arbitraje en inversiones extranjeras: el
procedimiento arbitral en el CIADI, ob. cit., pp. 137-146 y 151-159.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 883
(11) Sobre esta cuestión, ACCONCI, P., “The Most-Favoured-Nation Treatment and International Law on Foreign
Investment”, en: TDM, Vol. 2, Nº 5, 2005, pp. 19-31, FIETTA, S., “Most Favoured Nation Treatment and
Dispute Resolution under Bilateral Investment Treaties: A Turning Point?”, en: International Arbitration Law
Review, Nº 4, 2005, pp.131-138, FREYER, D.H. y HERLIHY, “Most-Favored-Nation Treatment and Dispute
Settlement in Investment Arbitration: Just How “Favored” is “Most-Favored”?”, en: ICSID Review-FILJ,
Vol. 20, 2005, pp.63-81, TEITELBAUM, R., “Who’s Afraid of Maffezini? Recent Developments in the Inter-
pretation of Most Favored Nation Clauses”, en: Journal of International Arbitration, Vol. 22, Nº 3, pp. 225-
238, LIBERTI, L., “Arbitrato ICSID, clausola della nazione più favorita e problemi di attribuzione”, en:
Rivista dell’arbitrato, Nº 3, 2004, pp. 561-589, APPLETON, B., “MFN and International Investment Treaty
Arbitration: Have We Lost Sight of the Forest through the Trees?”, en: Appleton’s International Invest-
ment Law & Arbitration News, Vol. 1, Nº 2, 2005, pp. 10-24, Hsu, L., “MFN and Dispute Settlement: When
the Twain Meet”, en: Journal of World Trade & Investment, Vol. 7, Nº 1, 2006, pp. 25-37.
(12) Caso Nº ARB 97/7.
(13) Decisión sobre competencia de 25 de enero de 2000, ICSID Review-FILJ, Vol. 16, 2001, pp. 212 y ss.
Sobre dicha decisión, ORREGO VICUÑA, F., “Bilateral Investment Treaties and the Most-Favored-Nation Clause:
Implications for Arbitration in the Light of a Recent ICSID Case”, en: Investment Treaties and Arbitration,
ed. G. Kaufmann-Kohler y B. Stucki, Basilea, ASA, 2002, pp. 133-158.
(14) TPPI entre España y Argentina, hecho en Buenos Aires el 3 de octubre de 1991, BOE Nº 277, de 18 de
noviembre de 1991.
884 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
(15) Artículo 10 del TPPI entre Argentina y España: “1. Las controversias que surgieren entre una de las Partes
y un inversor de la otra Parte en relación con las inversiones en el sentido del presente Acuerdo deberán,
en lo posible, ser amigablemente dirimidas entre las partes en la controversia.
(16) En concreto, este tribunal declaró que “(…) A este respecto cabe observar que el párrafo 2 ,dispone que la
controversia “será sometida” a los tribunales competentes del Estado Parte en cuyo territorio se haya
realizado la inversión, y que el párrafo 3(a) establece enseguida que la controversia “podrá ser sometida”
a un tribunal arbitral internacional a petición de una de las partes en la controversia en las siguientes
circunstancias: cuando no exista decisión de un tribunal nacional sobre el fondo después de transcurridos
dieciocho meses o cuando existiendo tal decisión subsista la controversia (…) Esta redacción sugiere que
las Partes Contratantes del ABI –Argentina y España– quisieron dar a sus respectivos tribunales la opor-
tunidad, dentro del plazo señalado de dieciocho meses, de solucionar la controversia antes de que ésta
pudiera ser sometida al arbitraje internacional…Si este hubiera sido el único argumento del Demandante
sobre esta materia, el Tribunal habría tenido que concluir que, en vista de que el Demandante no ha
sometido el caso a los tribunales españoles como lo exige el Artículo X(2) del ABI, el Centro carecía de
jurisdicción y el Tribunal no era competente para considerar el caso”, Decisión sobre competencia, cit.,
considerando 34 a 36.
(17) Artículo 4.2 “En todas las materias regidas por el presente Acuerdo, este tratamiento no será menos
favorable que el otorgado por cada Parte a las inversiones realizadas en su territorio por inversores de un
tercer país”.
(18) Artículo 10 del TPPI entre Chile y España.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 885
(19) La representación española había defendido, por el contrario, que de acuerdo con el principio ejusdem
generis, la referencia a “materias” que se incluye en el TPPI entre España y Argentina sólo podía entender-
se como referida a materias de fondo o aspectos sustantivos del tratamiento otorgado a los inversores y no
a cuestiones de procedimiento o de jurisdicción, Decisión sobre competencia, cit., cdo. 41. Sobre la posi-
ción del Estado español mantenida en este caso, LEON CAVERO, R. A., “El Estado ante el arbitraje interna-
cional”, en: Aranzadi civil TSJ y AP, Nº 18, 2000, pp. 24-26.
(20) Decisión sobre competencia, cit., cdos. 54 y ss., KUNTZ, J. critica respecto a esta afirmación del tribunal,
que los miembros del mismo asumieron sin dar ninguna justificación que el acceso a los tribunales espa-
ñoles en el periodo estipulado de dieciocho meses era “un tratamiento menos favorable” que el acudir
directamente a un procedimiento arbitral. Esta forma de ver las cosas parece reflejar una creencia episte-
mológica en la superioridad del arbitraje internacional en inversiones extranjeras, “The Delicate Extension
of Most-Favoured-Nation Treatment to Foreign Investors: Maffezini v. Kingdom of Spain”, en International
Investment Law and Arbitration, cit., p. 547. Esta crítica esta en consonancia con lo alegado por la repre-
sentación procesal del Estado español que había manifestado que “tendría que probarse que el someter la
controversia a los tribunales españoles es menos ventajoso para el inversor que recurrir al arbitraje del
CIADI”, Decisión sobre competencia, cit., cdo. 42.
(21) Caso Nº ARB/02/8, Decisión sobre competencia de 3 de agosto de 2004, disponible en: http: //www.asil.org/
ilib/Siemens_Argentina.pdf. Sobre esta decisión, NEWMARK, C. y POULTON, E., “Most Favoured Nation Clau-
se: Is The Siemens v. Argentina Decision The High-Water Mark?”, en: MeaLey Nº’s Int’l Arb.Rep., Enero,
2005, pp. 39 y ss. Téngase en cuenta que también en la decisión sobre competencia en el asunto Camuzzi
International c. Argentina, Caso Nº ARB/03/2, se aplicó la cláusula de la nación más favorecida, que había
sido invocada por el demandante para beneficiarse de los mecanismos de solución de controversias
previstos en el TPPI entre Estados Unidos y Argentina y evitar de esta forma, el acudir previamente a los
tribunales nacionales, tal y como prevé el Tratado básico entre Argentina y la Unión Económica Belgo-
Luxemburguesa. Sin embargo, en este caso, el tribunal no tuvo que motivar su decisión pues no se objetó
por Argentina dicha pretensión. Dicha decisión puede consultarse en la dirección electrónica: http://
www.worldbank.org/icsid/cases/awards.htm
886 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
(22) Artículo 3.2 del TPPI entre Argentina y República Federal Alemana: “Ninguna de las Partes Contratantes
someterá en su territorio a los nacionales o sociedades de la otra Parte Contratante, en cuanto se refiere
a sus actividades relacionadas con las inversiones, a un trato menos favorable que a sus propios naciona-
les y sociedades o a los nacionales y sociedades de terceros Estados”.
(23) Entre los argumentos del gobierno argentino, el más importante fue el de que si se quería hacer valer la
cláusula de la nación más favorecida para “importar” los mecanismos de solución de controversias previs-
tos en el TPPI entre Chile y Argentina, no sólo deberían de tomarse en consideración aquellos aspectos de
los mismos que fueran favorables para el demandante, sino que deberían de considerarse todo el conjun-
to, incluyendo aquellos aspectos también desfavorables. En concreto, y dado que el TPPI citado incluía
una cláusula “fork in the road”, ésta debería tener aplicación, por lo que si en el caso concreto, ya se había
acudido a los tribunales argentinos, la vía arbitral estaría cerrada. Decisión sobre competencia, cit., cdos.
111 a 115. Esta pretensión fue rechazada por el tribunal arbitral, declarando que
“La operación de la CNMF entendida de este modo contradiría el resultado que se pretendía con la cláu-
sula que es el de armonizar los beneficios acordados con una parte con aquellos que son considerados
más favorables para otra parte. Obligaría a la parte que reclama un beneficio en virtud de un tratado a
considerar las ventajas y desventajas de ese tratado en su totalidad y no sólo los beneficios”, Decisión
sobre competencia, cit., cdo.120. En relación a esta cuestión, FIETTA, S., señala que el tribunal arbitral
permite entonces al demandante escoger aquellas ventajas que se pudieran derivar del TPPI entre Argen-
tina y Chile sin considerar las desventajas que pueden haber sido incluidas como compensación de aque-
llas, lo que conduce de manera directa a permitir que los demandantes pudieran diseñar de la manera que
consideren adecuada el modelo de solución de controversias mediante una infinita variedad de cambios y
combinaciones, “Most Favoured Nation (…)”, artículo cit., p. 135.
(24) Hemos de señalar que en este caso, la redacción de la cláusula era diferente que en el asunto Maffezini.
Si bien en este último caso la cláusula hacía referencia a “todas las materias”, en el asunto Siemens sólo
se hace referencia a “actividades relacionadas con las inversiones”, lo que parece conducir a un alcance
más limitado de la misma. Sin embargo, el tribunal, aun consciente de esta diferencia, señaló que el
término “trato” y la frase “actividades relacionadas con las inversiones” eran suficientemente amplios como
para incluir el arreglo de controversias, Decisión, cit., cdo. 103. Muy crítico al respecto se manifiesta
FIETTA, S., “Most Favoured Nation Treatment(…)”, artículo, cit., p. 134, pues los diferentes términos utiliza-
dos en esta cláusula permiten dudar que el tribunal en el caso Siemens haya sido coherente con el princi-
pio ejusdem generis, ya que no parece existir ninguna pista para afirmar que el juego de dicha cláusula
pueda extenderse a los mecanismos de solución de controversias.
(25) Decisión sobre competencia, cit, cdo. 102.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 887
había llegado en el asunto Mafezzini, se- ción de controversias de los tratados bi-
ñalando que “el Tribunal considera que laterales sobre inversiones forman parte
la disposición referente al arbitraje in- del conjunto de mecanismos de protec-
ternacional entre el inversor y el Estado ción concedidos a los inversores extran-
contenida en los tratados bilaterales de jeros por los Estados donde se efectúan
inversiones constituye un incentivo y un las inversiones. A juicio del Tribunal, la
mecanismo de protección importante historia, primero del Convenio del CIA-
para los inversores extranjeros; además, DI, que creó la institución del arbitraje
el hecho de que sólo pueda tenerse acce- entre inversores y Estados, y, ulterior-
so a ese arbitraje después de recurrir a mente, de la serie de tratados bilaterales
los tribunales nacionales y una vez trans- de inversiones entre países desarrollados
currido un período de espera de 18 me- y en desarrollo (y en algunos casos entre
ses, implica un mecanismo de protección países en desarrollo inter se), muestra
menos amplio que el acceso al arbitraje como un componente decisivo –de he-
inmediatamente después de expirado el cho, quizás el más decisivo– la institu-
período de negociación. En consecuen- ción de un sistema de arbitraje interna-
cia, la Demandante del presente caso tie- cional independiente para resolver con-
ne derecho a recurrir al mecanismo de troversias entre los inversores y el Esta-
solución de controversias previsto en el do donde se efectúa la inversión. La crea-
TBI entre Argentina y los Estados Uni- ción del CIADI y la adopción de trata-
dos invocando el Artículo IV(2) del tra- dos bilaterales de inversiones ofreció a
tado bilateral de inversiones entre Espa- los inversores garantías de que las con-
ña y Argentina”(30). troversias que pudieran derivarse de sus
Para llegar a esta conclusión, por inversiones no estarían expuestas a lo que
otra parte bastante lógica si tomamos en se consideraba como peligro de demo-
consideración que la cláusula de la na- ras y presiones políticas a que pudiera
ción más favorecida era la misma que ya dar lugar su resolución en tribunales na-
había sido interpretada con ocasión del cionales. En forma convergente, la posi-
asunto Mafezzini –artículo 4.2 del TPPI bilidad de recurrir a un arbitraje interna-
entre España y Argentina–, el tribunal cional se estableció para preservar al
aceptó las alegaciones de la parte deman- Estado receptor de la inversión de pre-
dante, realizando además, una serie de siones políticas ejercidas por el Gobier-
consideraciones generales acerca de las no del Estado de la nacionalidad del in-
relaciones entre el juego de la cláusula versor. La gran mayoría de los tratados
de la nación más favorecida y los meca- bilaterales de inversiones, y prácticamen-
nismos de solución de controversias Es- te todos los más recientes, prevén un ar-
tado - inversor. Así, este tribunal arbitral bitraje internacional independiente para
comenzó declarando que “(...) resumien- las diferencias entre inversores y Esta-
do este debate, el Tribunal considera que dos, trátese del Convenio del CIADI, el
la cuestión fundamental consiste en es- Mecanismo Complementario del CIADI,
tablecer si las disposiciones sobre solu- el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI
o convenios similares; y esas disposicio- han acordado un método diferente para dar
nes son universalmente consideradas –por solución a eventuales controversias, de-
quienes a ellas se oponen y por quienes ben entenderse aplicables a la solución de
las promueven– como elementos esencia- controversias las disposiciones de los
les de un régimen de protección de in- TBIs sobre nación más favorecida”(32).
versiones extranjeras directas”(31).
Tras la anterior observación, el tri- 3. LÍMITES A LA COMPETEN-
bunal arbitral, en segundo lugar, adoptó CIA: SALINI C. JORDANIA Y
una regla interpretativa de carácter ge- PLAMA C. BULGARIA
neral al señalar que “este Tribunal entien-
8. El tribunal arbitral en el asunto
de que la cuestión referente a la aplica-
Mafezzini, a pesar de su decisión final de
ción de una cláusula general de nación declararse competente, había manifesta-
más favorecida a las disposiciones sobre do ya cierta preocupación con los posi-
solución de controversias de los tratados bles efectos que pudiera tener la misma(33).
bilaterales de inversiones no está exenta De esta manera, declaró que “no obstante
de dudas, y que diferentes tribunales, que la aplicación de la cláusula de la na-
confrontados con hechos y antecedentes ción más favorecida a los arreglos de so-
sobre negociaciones distintas, pueden lle- lución de controversias en el contexto de
gar a diferentes resultados. No obstante, los tratados sobre inversiones puede lle-
el Tribunal está convencido de que la in- var al resultado de alcanzar la armoniza-
tención de las partes del TBI ente Espa- ción y la ampliación del alcance de tales
ña y la Argentina consistía en someter el mecanismos, hay ciertos límites importan-
régimen de solución de controversias a tes que han de tenerse en cuenta. Como
las disposiciones sobre trato de nación cuestión de principio, el beneficiario de
más favorecida, y que nuestro análisis, la cláusula no debe tener la posibilidad
(…) es compatible con el pensamiento ac- de dejar sin efecto las consideraciones de
tual, expresado en otros recientes laudos política pública que puedan haber previs-
arbitrales. Mantenemos nuestra convic- to las partes contratantes como condicio-
ción de que la garantía de un arbitraje in- nes fundamentales para su aceptación del
ternacional independiente es un elemento convenio de que se trate, especialmente
importante –quizás el más importante– del si el beneficiario es un inversionista pri-
sistema de protección de los inversores. vado, como sucede con frecuencia. El al-
A menos que resulte claro que los Esta- cance de la cláusula puede por consiguien-
dos Partes en un TBI o las partes en un te ser más limitado que lo que parece a
determinado acuerdo sobre inversiones primera vista”(34).
(35) Decisión sobre competencia, cit., cdo. 63. Para DOLZER, R. / MYERS, T., estas excepciones reflejan una
específica intención común de las partes de incluir dichos mecanismos de solución de controversias en su
Acuerdo, por lo que en tal caso nunca una norma general como es la cláusula de la nación más favorecida
importada desde otro TPPI podría ser aplicada invalidando las estipulaciones específicas pactadas por las
partes, “After Tecmed: Most-Favored-Nation (…)”, artículo cit., p. 54. Más crítico al respecto se manifiesta
KURTZ, J., para quién estas limitaciones al juego de la cláusula de la nación más favorecida no tienen
fundamento alguno y parecen inventadas, “The MFN Standard and Foreign Investment- An Uneasy Fit?”,
Journal of World Trade & Investment, Vol. 5, Nº 6, 2004, p. 880.
(36) Caso Nº ARB/02/13. Sobre este caso, GAFFNEY, J., “Case Summary- Salini Costruttori SpA and Italstrade
SpA v. The Hashemite Kingdom of Jordan”, TDM, Vol. 2, Nº 1, 2005. Vide con anterioridad, rechazando la
aplicación de una cláusula de este tipo en relación a la cuestión de la aplicación en el tiempo de las
disposiciones contempladas en un TPPI, el laudo de 29 de mayo de 2003, en el caso Tecmed c. Méjico,
ICSID Review-FILJ, Vol. 19, 2004, pp. 158 y ss. Sobre este asunto, DOLZER, R. y MYERS, T., “After Tecmed:
Most-Favored-Nation (…)”, artículo, cit., pp. 49-60.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 891
y no hacen más que añadir incertidumbre TPPI y que el alcance de cada una de ellas
al riesgo de “treaty shopping”(37). debe ser observado y aplicado en el caso
concreto. Si bien en determinados casos,
En concreto, este tribunal arbitral
no hay dudas de que las partes contratan-
ha decidido limitar el alcance de esta
tes han querido extender de manera ex-
cláusula, indicando que en su opinión,
presa el juego de dicha cláusula a los mé-
dada la redacción otorgada a la cláusu-
todos de resolución de controversias Es-
la de la nación más favorecida en el
tado - inversor, la cuestión puede ser más
TPPI entre Italia y Jordania(38), la utili-
dudosa cuando la redacción de dicha cláu-
zación de la misma no podía servir para
sula no lo aclara expresamente, señalan-
lograr una extensión favorable de los
do únicamente que la misma se refiere a
derechos procesales contemplados en
“todas las materias” o a “todas las cues-
las cláusulas de resolución de contro-
tiones” contenidas en el TPPI. En tales
versias de los TPPI entre Jordania y
ocasiones, el tribunal estima que es preci-
Estados Unidos y entre Jordania y Gran
so averiguar cual era la intención de las
Bretaña, con el fin de obviar la necesi-
partes contratantes cuando incluyeron tal
dad de acudir a los mecanismos de re-
cláusula en el Convenio, y si aquellas te-
solución previstos en los contratos de
nían el firme propósito de incluir a los
inversión, tal y como se disponía en el
mecanismos de solución de disputas en el
TPPI aplicable al caso y someter, de esta
ámbito de aplicación de la cláusula de la
manera, de forma directa la diferencia a
nación más favorecida. Únicamente cuan-
un tribunal arbitral del CIADI(39).
do no haya dudas al respecto, será posi-
Para llegar a la anterior conclusión, ble, por tanto, extender los beneficios de
el tribunal pone de manifiesto que, en la la cláusula a los mecanismos de solución
actualidad, existen numerosas formas de de controversias Estado - inversor contem-
redacción de este tipo de cláusulas en los plados en otros TPPI(40).
(37) Decisión sobre competencia de 29 de noviembre de 2004, Journ.dr.int., Nº 1, 2005, pp. 182-206. En con-
creto, se señala que “The Arbitral Tribunal in the Maffezini case was probably aware of the risks entailed by
such an extension because the Tribunal itself stated clearly that the beneficiary of the Most-Favoured-
Nation clause “should not be able to override public policy considerations that the contracting parties might
have envisaged as fundamental conditions for their acceptance of the agreement”. The Tribunal added that
“a distinction has to be made between the legitimate extension of rights and benefits by means of the
operation of the clause, on the one hand, and disruptive treaty shopping that would play havoc with the
policy objectives of underlying specific treaty provisions, on the other hand”… The current Tribunal shares
the concerns that have been expressed in numerous quarters with regard to the solution adopted in the
Maffezini case. Its fear is that the precautions taken by authors of the award may in practice prove difficult
to apply, thereby adding more uncertainties to the risk of “treaty shopping”, cdos. 114 y 115.
(38) Artículo 3 del TPPI entre Italia y Jordania: “1. Both Contracting Parties, within the bounds of their own
territory, shall grant investments effected by, and the income accruing to, investors of the other Contrac-
ting Party, no less favourable treatment than that accorded to investments effected by, and income
accruing to, its own nationals or investors of Third States.
(39) Decisión sobre competencia, cit., cdo. 119.
(40) Decisión sobre competencia, cit., cdos. 116 a 118. Para ello, será de gran utilidad observar la práctica
estatal, cuestión que, por otra parte, fue lo que hizó el tribunal arbitral en el asunto Mafezzini, tal y como
nos recuerda esta decisión al declarar que “In other treaties, the MFN clause does not contain such a
provision, but refers to “all rights” contained in the agreement, or to “all matters” subject to the agreement.
892 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
This was the situation in the Ambatielos and Maffezini cases. As a consequence, in Ambatielos, the Com-
mission of Arbitration sought to ascertain the common intention of the Parties. It found that the intention
was “that the trade and navigation of each country be placed, in all respects, by the other on the footing of
the most-favoured-nation”(…) and concluded for this finding that “the effect of the most-favoured-nation
clause (…) can be extended to the system of administration of justice”. Similarly, in the Maffezini case,
the Tribunal carefully examined the practice followed by Spain and Argentina and relying not only on the
text of the BITs, but also on “the legal policy adopted by Spain with regard to the treatment of its own
investors abroad”, concluded that the Claimant had the right to submit the dispute to arbitration “without
first accessing the Spanish courts”. En contraposición al caso Maffezini, el tribunal estima que el deman-
dante no había aportado ninguna prueba de que existiese una intención común de las partes contratan-
tes de extender el juego de la cláusula de la nación más favorecida a los mecanismos de solución de
controversias, ni tampoco en relación a una práctica estatal que demostrase la existencia de aquella.
(41) Caso Nº ARB/03/24, decisión sobre competencia de 8 de febrero de 2005, disponible en <http://
www.worldbank.org/icsid/cases/plama-decision.pdf>. Sobre este caso, GALLUS , N., “Plama v. Bulgaria
and the Scope of Investment Treaty MFN Clauses”, en: TDM, Vol. 2, Nº 3, 2005, Crepet Daigremont, C.,
“Plama Consortium Limited v. Republica of Bulgaria- The Most Favoured Nation Clause Issue”, TDM,
Vol. 2, Nº 3, 2005.
(42) Artículo 3 del TPPI entre Chipre y Bulgaria: “1. Each Contracting Party shall apply to the investments in its
territory by investors of the other Contracting Party a treatment which is not less favourable than that
accorded to investments by investors of third states”.
(43) Decisión, cit., cdo. 223.
(44) En concreto, este tribunal fue muy crítico con la decisión en el caso Maffezini, pues tras señalar que el
tribunal en este caso partió de un fundamento erróneo para su análisis, lo que directamente conduce a una
situación caótica en el ámbito de los metódos de resolución de controversias que no concuerda en nada
con la intención común de las partes contratantes, afirma que no llega a comprender el origen y la justifi-
cación de las excepciones de política pública que fueron enumeradas en dicha decisión, Decisión sobre
competencia, cit., cdos. 218 a 222.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 893
de las partes contratantes cuando éstas in- ICSID arbitration and that the Claimant
corporaron la cláusula a su acuerdo. A su cannot rely on dispute settlement provi-
juicio, las circunstancias concretas que ro- sions in other BITs to which Bulgaria is a
deaban a la negociación y posterior con- Contracting Party in the present case”(47).
clusión del TPPI, y en gran medida, el
régimen comunista entonces existente en
4. UNA SOLUCIÓN LÓGICA: EL
Bulgaria que restringía enormemente la
CONCRETO LENGUAJE DE LA
protección de las inversiones extranjeras
CLÁUSULAY LA INTENCIÓN DE
en su territorio, eran prueba suficiente de
que, en este caso, las partes contratantes LAS PARTES CONTRATANTES
no buscaban extender los beneficios de la 11. Tras el examen de la jurispru-
cláusula a las disposiciones sobre arreglo dencia arbitral existente, dos posturas pa-
de controversias Estado - inversor(45). Jun- recen enfrentadas: mientras que una pri-
to con este argumento, y en apoyo, igual- mera serie de decisiones arbitrales no tie-
mente, de su postura, el tribunal conside- nen dudas en admitir la aplicación de la
ró que el requisito básico que es necesa- cláusula de la nación más favorecida a los
rio para iniciar cualquier tipo de arbitraje mecanismos de resolución de controver-
es el consentimiento claro e inequívoco sias Estado - inversor, admitiendo que ta-
de las partes en la disputa. En el caso con- les métodos forman parte de la protección
creto, por el contrario, se planteaba una otorgada por el Tratado de la que pueden
duda más que razonable de que la incor- valerse los beneficiarios de dicha cláusu-
poración por referencia de los métodos de la, otro conjunto de decisiones han man-
resolución de controversias previstos en tenido una posición más matizada sobre
un TPPI con una tercera parte, a través de esta cuestión.
hacer jugar la cláusula de la nación más
favorecida contemplada en el tratado de 12. Estas últimas decisiones nos
base, pudiese considerarse como un con- muestran que es preciso que un tribunal
sentimiento claro y sin ambigüedades de arbitral, cuando se enfrenta ante una cues-
someterse a un arbitraje CIADI(46). tión como la planteada de la que depende
de forma directa su propia competencia,
Tras las anteriores consideraciones, ha de ponderar el significado preciso de
el tribunal, por tanto, concluyó declaran- la cláusula de la nación más favorecida
do que “the MFN provision of the Bulga- en cuestión, tomando en consideración la
ria - Cyprus BIT cannot be interpreted as redacción concreta de la misma en el trata-
providing consent to submit a dispu- do básico (48). Esta conclusión nos pa-
te under the Bulgaria - Cyprus BIT to rece más coherente con la existencia de
(49) Sobre esta diferente tipología, ver ejemplos en OCDE, “Most-Favoured-Nation…”, cit., pp. 3-8, ACCONCI, P.,
“The Most-Favoured-Nation (…)”, artículo, cit., pp. 6-16.
(50) Aunque para ser exactos realmente en el extremo opuesto por completo se sitúan todos aquellos recien-
tes Acuerdos de Libre comercio y TPPI en donde no se incluye expresamente una cláusula de la nación
más favorecida. Ejemplos los encontramos en el Acuerdo de Libre comercio entre Jordania y Singapur o
los Acuerdos de Libre comercio entre la EFTA y Líbano y Túnez. R. TEITELBAUM alude a esta posibilidad al final
de su trabajo, de eliminar dicha cláusula en el hipotético caso de que se lograse un gran acuerdo multilateral
sobre inversiones –del tipo del fracasado AMI, suponemos-, y se reemplazase por un estándar o modelo
único y universal de tratamiento de los inversores, “Who’s Afraid of Maffezini? (...)”, artículo, cit., p. 238.
(51) Artículo 4 del TPPI modelo de Estados Unidos de 2004, disponible en: http://www.state.gov/documents/
organization/38710.pdf. Una disposición similar se encuentra en el TPPI modelo de Canadá de 2003 y
se repite también en los últimos Tratados de Libre comercio celebrados por Estados Unidos: Chile-
Estados Unidos (artículo 10.3), Singapur-Estados Unidos (artículo 15.4) y Marruecos-Estados Estados
Unidos (artículo 10.4).
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 895
tes sobre la interpretación del artículo de pítulo, y que por ende no pueda llevar ra-
trato de nación más favorecida y el caso zonablemente a una conclusión similar a
Maffezini. Esta nota al pie se borraría del la del caso Maffezini”(52).
texto final del Acuerdo: Las Partes desean
hacer mención de la reciente decisión del 15. Los mayores problemas, en con-
tribunal de arbitraje en el caso Maffezini secuencia, los van a seguir planteando en
(Arg.) vs. Reino de España, en la cual se la práctica aquellos TPPI que incluyen
determinó que una cláusula de nación más cláusulas redactadas de forma muy gene-
favorecida excepcionalmente amplia en un ral en donde no queda claro cual es el
acuerdo entre Argentina y España incluía ámbito de aplicación de las mismas y si
procedimientos de solución de controver- se puede o no entender que las mismas
sias internacionales. Véase Decisión so- comprenden también a los mecanismos de
bre Jurisdicción §§ 38-64 (25 de enero de solución de controversias. Una redacción
2000), reimpresa en 16 ICSID Rev. – de la mismas de forma amplia del tipo “to-
F.I.L.J. 212 (2002). En contraste, el artí- das las materias” o “todas las cuestiones”
culo sobre nación más favorecida del pre- merece, en principio, un juicio favorable
sente Acuerdo limita expresamente el para entender que dicha cláusula compren-
ámbito de aplicación a “lo referente al es- de la posibilidad de hacer valer los méto-
tablecimiento, adquisición, expansión, dos de resolución de controversias(53). Sin
administración, conducción, operación, embargo, dadas las importantes conse-
venta u otra disposición de las inversio- cuencias que se derivan, una conclusión
nes.” Las Partes comparten la interpreta- definitiva sólo puede darse una vez que
ción y la intención de que esta cláusula se haya clarificado cual era la intención
no abarque mecanismos de solución de común de las partes contratantes cuando
controversias internacionales como los decidieron incluir tanto una cláusula de
contenidos en la Subsección C.2.b. (So- este tipo en su Acuerdo como unos con-
lución de controversias entre una Parte y cretos mecanismos de solución de contro-
un inversionista de otra Parte) de este Ca- versias en el mismo(54), para lo cual, será
(52) Tercer borrador del ALCA, de 21 de noviembre de 2003, Capítulo XVII: Inversión, disponible en http:// http:/
/www.ftaa-alca.org/FTAADraft03/Index_s.asp. Una disposición interpretativa similar se incluyó también en
el proyecto final del US-CAFTA-DR de enero de 2004, resultante de las negociaciones realizadas en
diciembre de 2003, según señala la OCDE, “Most-Favoured-Nation (…)”, cit., p. 19. Finalmente, aunque se
llegó al acuerdo de suprimir esta nota interpretativa del texto final del Acuerdo, las partes contratantes
acordaron que esta nota reflejaba la intención común de las partes en relación con la inclusión de la
cláusula de la nación más favorecida en el Tratado.
(53) Así lo entiende GAILLARD, E., “Establishing Jurisdiction Through a Most-Favored-Nation Clause”, en: New
York Law Journal, 2 de junio de 2005, p. 8.
(54) Una posición similar a la aquí manifestada ha sido mantenida por FIETTA, S., que al comentar la decisión en
el asunto Plama llega a la conclusión de que “ (…) it reasserted the overriding importance of ascertaining
the intention of the parties whenever examining the scope of any MFN clause, with primary reference to the
wording of the clause itself as opposed to the broader object and purpose of BITs generally (which had
been so important to the decision in Maffezini). It is submitted that the approach adopted by the tribunal in
the Plama case must be preferred, particularly where (as is normally the case) claimants seek to rely upon
MFN clauses as a means of incorporating provisions that are plainly inconsistent with the dispute resolu-
tion provisions that have been specifically negotiated in the basic treaty concerned”, “Most Favoured Na-
tion (…)”, artículocit., p. 136. En este mismo sentido, KURTZ, J., “The Delicate Extension (…)”, cit., p. 553,
896 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
declara como “ (...) much greater attention needs to be given to rigorous textual and teleological interpreta-
tions of individual MFN clauses”.
(55) Buscando un hilo conductor entre las diferentes decisiones adoptadas, FREYER, D.H. y HERLIHY, D. argu-
mentan que mediante un “análisis de los efectos” de éstas, la línea divisoria que permite invocar la cláusu-
la de la nación más favorecida sería la marcada por el propósito que se tiene al hacerlo. Así, en los casos
en donde se ha aceptado su aplicación, el fin buscado era evitar tener que acudir a los tribunales internos
previamente durante un periodo de tiempo estipulado –generalmente dieciocho meses– antes de poder
presentar la demanda de arbitraje internacional, esto es, un requisito de admisibilidad temporal de la
demanda arbitral. Por lo tanto, la utilización de la cláusula en estos supuestos únicamente consigue que el
tribunal arbitral conozca con anterioridad de un litigio, que en todo caso, posteriormente también se le
podría haber sometido. Sin embargo, en los casos en que se rechazó, se buscaba lograr que los tribunales
arbitrales se declarasen competentes en supuestos en donde el arbitraje internacional no se contemplaba
como un método de resolución de controversias en el Tratado básico, por lo que, parece coherente recha-
zar el juego de la cláusula de la nación más favorecida en supuestos en donde no conjugaba en nada
con la expresa intención de las partes contratantes, “Most-Favored-Nation Treatment (…)”, artículo, cit.,
pp. 86-87. Una apreciación en sentido similar se puede encontrar en la decisión sobre competencia en el
asunto Plama c. Bulgaria, donde el tribunal a la hora de enjuiciar la decisión del caso Maffezini declara que
“The decision in Maffezini is perhaps understandable. The case concerned a curious requirement that
during the first 18 months the dispute be tried in the local courts. The present Tribunal sympathizes with a
tribunal that attempts to neutralize such a provision that is nonsensical from a practical point of view.
However, such exceptional circumstances should not be treated as a statement of general principle guiding
future tribunals in other cases where exceptional circumstances are not present”, cit., cdo. 224.
(56) Artículos 31 y 32: “Artículo 31. Regla general de interpretación. 1. Un tratado deberá interpretarse de
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de
estos y teniendo en cuenta su objeto y fin. 2. Para los efectos de la interpretación de un tratado, el contexto
comprenderá, además del texto, incluidos su preámbulo y anexos: a) todo acuerdo que se refiera al trata-
do y haya sido concertado entre todas las partes con motivo de la celebración del tratado, b) todo instru-
mento formulado por una o más partes con motivo de la celebración del tratado y aceptado por las demás
como instrumento referente al tratado, 3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta: a) todo
acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de la aplicación de sus disposicio-
nes, b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de las
partes acerca de la interpretación del tratado, c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable
en las relaciones entre las partes. 4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la
intención de las partes. Artículo 32. Medios de interpretación complementarios. Se podrán acudir a medios
de interpretación complementarios, en particular a los trabajos preparatorios del tratado y a las circunstan-
cias de su celebración, para confirmar el sentido resultante de la aplicación del artículo 31, o para determi-
nar el sentido cuando la interpretación dada de conformidad con el artículo 31, a) deje ambiguo u oscuro
el sentido, o b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable”.
(57) Así, la decisión sobre competencia en el caso Siemens c. Argentina señala que “Ambas partes han basa-
do sus argumentos en la interpretación del Tratado de acuerdo con el Artículo 31(1) de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados. Este Artículo dispone que un tratado “deberá interpretarse de
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de
estos y teniendo en cuenta su objeto y fin”. El Tribunal se adherirá a esas reglas de interpretación para
considerar las disposiciones del Tratado (...)”, cit., cdo.80, la decisión sobre competencia en el caso Salini
c. Jordania declara que “(…)The Parties are first in disagreement over the application of Article 9(2) of the
BIT in the present case. The Tribunal shall proceed to the interpretation of this Article in conformity with
Articles 31 to 33 of the Vienna Convention on the Law of Treaties which reflect customary international law
(…)”, cit., cdo.75, por último, la decisión sobre competencia en el caso Plama c. Bulgaria declara que
“Whilst the Claimant and the Respondent agree that this provision is to be interpreted pursuant to Articles
31 and 32 of the Vienna Convention of 1969 (…), they reach opposite conclusions”, cit., cdo.188.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIA A TRAVES DE LA CLÁUSULA DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA: (...) 897
16. Una última cuestión merece de la nación más favorecida, tal excep-
centrar nuestra atención en relación con ción siempre será aplicable, pues deriva
el ámbito material de la cláusula de la na- directamente de la especial naturaleza de
ción más favorecida. En algunos TPPI se la Comunidad Europea, siendo incompa-
recoge expresamente dentro de la redac- tible cualquier otra interpretación con la
ción de esta cláusula como un límite al existencia misma de ésta(61).
juego de la misma la denominada “excep-
ción de la unión aduanera”(58). Con dicha
5. VALORACION FINAL
limitación se quiere evidenciar la imposi-
bilidad de que mediante dicha cláusula se 17. El incremento incesante de
puedan extender las ventajas que en las asuntos sometidos al arbitraje internacio-
distintas materias los Estados contratan- nal en materia de inversiones extranjeras
tes otorgan a los inversores de terceros Es- ha venido acompañado de una extrema
tados con los que mantienen una zona de complejidad en las cuestiones planteadas
libre comercio, una unión aduanera, un en la práctica arbitral, problemas que has-
mercado común o una unión económica y ta hace bien poco parecían impensables
monetaria(59). Ejemplo paradigmático lo en un ámbito tradicionalmente poco ac-
encontramos en la posición de España tivo y escasamente litigioso. Entre las
dentro de la Unión Europea y la inclusión, cuestiones recientemente planteadas en
dentro de los TPPI suscritos por nuestro relación con la competencia de los tribu-
país, de una excepción de este tipo dentro nales arbitrales ha alcanzado una impor-
de la cláusula de la nación más favoreci- tancia considerable la interpretación que
da(60). Incluso, se ha defendido por parte ha de otorgarse a la cláusula de la nación
de J. Diez - Hochleitner que, a pesar del más favorecida contemplada en los Tra-
silencio que pueda mostrar el TPPI sobre tados de promoción y protección de in-
esta excepción en el juego de la cláusula versiones y su posible extensión a los
(58) Sobre dicha excepción, FORNER I DELAYGUA, J-J., La claúsula de la nación más favorecida, La excepción de
las uniones aduaneras, de las zonas de libre cambio y de la uniones económicas, Madrid, Civitas, 1988.
En algunos TPPI incluso se llega a limitar expresamente el juego de la nación más favorecida para los
supuestos específicos del tratamiento de las rentas obtenidas y la existencia de convenios bilaterales con
terceros países relativos a la doble imposición internacional, ejemplos de estas limitaciones, OCDE, “Most-
Favoured-Nation (…)”, cit., pp. 6-7.
(59) Así, por ejemplo, Artículo 3.3. del TPPI modelo de la República Federal Alemana: “Such treatment shall
not relate to privileges which either Contracting State accords to investors of third States on account of
its membership of, or association with, a customs or economic union, a common market or free trade
area”, Artículo 3.3 del TPPI modelo de Holanda: “If a contracting Party has accorded special advantages
to nationals of any third State by vitue of agreements establishing customs unions, economic unions,
monetary unions or similar institutions, or on the basis of interim agreements leading to such unions or
institutions, that Contracting Party shall not be obliged to accord such advantages to nationals of the
other Contracting Party”.
(60) Tal y como señala DIEZ-HOCHLEITNER, J., “Protección diplomática v. arbitraje de inversiones”, en: El Derecho
Internacional: Normas, Hechos y Valores. Liber Amicorum José Antonio Pastor Ridruejo, Madrid, Universi-
dad Complutense, 2005, p.485, donde se pone el ejemplo del TPPI entre España y Méjico, declarándose
que tal excepción “encuentra reflejo en –términos más o menos similares– en todos los otros APPRIs
celebrados por España con los países latinoamericanos”.
(61) DIEZ-HOCHTLEITNER, J., La posición del Derecho internacional en el Ordenamiento comunitario, Madrid,
McGrawHill, 1998, p. 196.
898 ENRIQUE FERNÁNDEZ MASIÁ
(*) Fundador del Estudio Santistevan de Noriega – Abogados, Lima. Profesor del curso Regulación de las Inver-
siones en la Maestría de Derecho Internacional Económico de la Pontificia Universidad Católica del Perú
(PUCP), del Seminario de Inversión Extranjera en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
(**) Abogado del Estudio Santistevan de Noriega – Abogados, Lima. Profesor del Seminario de Inversión
Extranjera en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
900 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(1) Artículo 58 de la Constitución.- “La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de merca-
do. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de
promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.”
Artículo 63° de la Constitución.- “La inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones.
La producción de bienes y servicios y el comercio exterior son libres. Si otro país o países adoptan medi-
das proteccionistas o discriminatorias que perjudiquen el interés nacional, el Estado puede, en defensa de
éste, adoptar medidas análogas.
En todo contrato del Estado y de las personas de derecho público con extranjeros domiciliados consta el
sometimiento de éstos a las leyes y órganos jurisdiccionales de la República y su renuncia a toda reclama-
ción diplomática. Pueden ser exceptuados de la jurisdicción nacional los contratos de carácter financiero.
El Estado y las demás personas de derecho público pueden someter las controversias derivadas de rela-
ción contractual a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor. Pueden también someterlas a
arbitraje nacional o internacional, en la forma en que lo disponga la ley”.
(2) Texto Único Ordenado de las normas con rango de ley que regulan la entrega en concesión al sector
privado de las obras públicas de infraestructura y de servicios públicos.
(3) Definidos por Linares, citando a Dromi, como actos administrativos en los que “(…) la administración
confiere a un particular un poder o un derecho, otorgándole un estatus jurídico determinado, como por un
contrato en donde el derecho nace por el traspaso de poderes al concesionario, relacionados a un servicio
u obra pública y que implica una posición de privilegio aparejada por controles de la administración.”
DROMI, Roberto. Instituciones de Derecho Administrativo, cit. LINARES, Mario, El Contrato Estatal, Lima,
Grijley, 2002, p. 23.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 901
resulte atractiva para los inversionistas de orden público son alcanzadas; y (d)
privados y que suponga además un trata- garantías suficientes para la solución de
miento no discriminatorio para dicha in- controversias o diferencias que pudieran
versión privada a la luz de lo consagrado surgir entre las partes.
por el artículo 63 de la Carta. Se basa en
Dentro de las seguridades y garan-
garantías institucionales eficaces que pro-
tías que brinda el Estado a los inversio-
tejan a las inversiones privadas, garanti-
nistas privados –y que intentaremos ana-
cen la buena fe en la interpretación y eje-
lizar a lo largo del presente trabajo– tene-
cución de los contratos de concesión a ser
mos la posibilidad de someter a arbitraje
exigible a la parte estatal y a la parte pri-
nacional o internacional las controversias
vada, aparte de un adecuado y coherente
que se deriven de la ejecución de los con-
marco legal y de una previsible y transpa-
tratos de concesión y/o de los Tratados
rente política de regulación.
Bilaterales de Promoción y Protección de
En consecuencia, el Estado –con la las Inversiones (TBI). A ello se añaden las
finalidad de atraer inversionistas priva- pautas o normas de tratamiento que el
dos– debe regirse y actuar dentro de un Estado se obliga a adoptar frente a la in-
marco jurídico lo suficientemente sólido versión privada que pueden estar previs-
y confiable que le permita asegurar cua- tas en la legislación aplicable al contrato,
tro aspectos que consideramos fundamen- en el contrato mismo o en un convenio
tales –y que ya hemos mencionado en co- internacional como los mencionados TBI.
mentarios previos(4)–: (a) la viabilidad Dentro de estas últimas analizaremos en
económica de los proyectos de desarro- concreto el principio del trato justo y equi-
llo; (b) reglas de juego claras, transparen- tativo que –puesto que no está específica-
tes y previsibles para la interpretación y mente incorporada a nuestra legisla-
ejecución de los contratos de concesión; ción(5)– se rige por los principios del de-
(c) el aseguramiento de que el contrato recho internacional consuetudinario y se
de concesión se cumple y sus finalidades encuentra contenido en los TBI.
(4) Vide SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge / LOREDO ROMERO, Álvaro. “Regulación constitucional de las inversio-
nes: igualdad de condiciones y ¿reciprocidad? A propósito de la sentencia del Tribunal Constitucional que
declara la inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 24 de la Ley de Radio y Televisión”. En:
Gaceta Constitucional Nº 1. (en prensa); y SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge / LOREDO ROMERO, Álvaro. “Arbi-
traje de Inversiones: Algunas consecuencias del abandono de la Cláusula Calvo, a propósito de la inter-
pretación del artículo 42(1) de la Convención de Washington”. En: Revista Athina Nº 3, Año 2, Setiembre
2007, pp. 237-279.
(5) La única referencia que tangencialmente toca el tema es el principio de trato justo e igualitario que está
consagrado en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado. Aunque los términos se parecen su
contenido difiere de lo que en el Derecho de Protección a las Inversiones –como veremos– constituye el
trato justo y equitativo. Veamos: Artículo 3º del Decreto Supremo Nº 059-96-PCM.- “Los procesos de
contratación y adquisición regulados por esta Ley y su Reglamento se rigen por los siguientes principios;
(…):
8. Principio de Trato Justo e Igualitario: Todo postor de bienes, servicios o ejecución de obras debe tener
participación y acceso para contratar con las Entidades en condiciones semejantes a la de los demás,
estando prohibida la existencia de privilegios, ventajas o prerrogativas, salvo las excepciones de ley.
(…).”
902 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(6) Artículo 62º de la Constitución.- “La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válida-
mente según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden ser modi-
ficados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos derivados de la relación contrac-
tual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los mecanismos de protección previstos en
el contrato o contemplados en la ley.
Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades. No pueden ser modi-
ficados legislativamente, sin perjuicio de la protección a que se refiere el párrafo precedente.”
Vide SANTISTEVAN DE NORIEGA, Jorge, “Constitución, privatización y servicios públicos. El blindaje jurídico
que protege a los contratos-ley en el Perú”. En: Homenaje a Jorge Avendaño. Tomo I. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, 2004, pp. 577-626; PINILLA CISNEROS, Antonio, Los contratos-ley
en la legislación peruana, Lima, Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima, 1999; ZEGARRA
VALDIVIA, Diego. El contrato ley, Lima, Gaceta Jurídica, 1997.
(7) Vide Nota al pie Nº 3.
(8) Vide Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 00013-2007-PI/TC, de fecha 13 de
julio de 2007, sobre demanda de inconstitucionalidad interpuesta por cinco mil cuarenta y cuatro ciudada-
nos, representados por don Jorge Santistevan de Noriega, contra el segundo párrafo del artículo 24 de la
Ley de Radio y Televisión, Ley Nº 28278.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 903
(9) El antecedente a esta norma constitucional se encuentra en el artículo 16 del Decreto Legislativo Nº 662
que señala que el Estado puede someter las controversias que se deriven de la ejecución o interpretación
de los convenios de estabilidad jurídica u otros contratos que éste suscriba a tribunales arbitrales que
pueden estar constituidos en virtud de tratados internacionales de los cuales el Perú es parte.
(10) Asimismo, fue promulgado el Decreto Supremo Nº 162-92-EF - Reglamento de los Regímenes de Garan-
tía a la Inversión Privada (Decretos Legislativo Nº 662 y 757).
(11) Los convenios de estabilidad jurídica están regulados además por la Ley Nº 27342 – “Ley que regula los
Convenios de Estabilidad Jurídica al amparo de los Decretos Legislativos Nº 662 y 757”, publicada con
fecha 06 de setiembre 2000, a través de la cual se fija cual es el marco que estabilizan dichos convenios,
los requisitos mínimos de inversión y sobre quien recae la titularidad de los mismos.
(12) Al respecto, la Disposición Final Única de la Ley Nº 27342 dispone textualmente que “(…) la suscripción de
un contrato-ley, de acuerdo con las normas legales sobre la materia, constituye el único medio por el cual
se otorgará estabilidad a las normas legales aplicables a un particular, incluyendo tributarias.”
(13) Artículo 39º del Decreto Legislativo Nº 757.- “Los convenios de estabilidad jurídica se celebran al amparo
del artículo 1357º del Código Civil y tienen la calidad de contratos con fuerza de Ley, de manera que no
pueden ser modificados o dejados sin efecto unilateralmente por el Estado. Tales contratos tienen carácter
civil y no administrativo, y sólo podrán modificarse o dejarse sin efecto por acuerdo entre las partes.”
Asimismo, para el Tribunal Constitucional en la Sentencia recaída en el Expediente Nº 005-2003-AI/TC de
fecha 03 de octubre de 2003 sobre Acción de inconstitucionalidad interpuesta por sesenta y cuatro Con-
gresistas de la República, representados por el Congresista Jonhy Lescano Ancieta, contra los artículos 1,
2, 3, y la Primera y Segunda Disposición Final y Transitoria de la Ley Nº 26285, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 14 de enero de 1994. Acumulativamente, solicitan que se declare inconstitucional el
contrato–ley de concesión celebrado entre la Compañía Peruana de Teléfonos, hoy Telefónica del Perú
S.A.A., y el Estado peruano, ha reconocido en su Considerando 16 que “(…) el contrato-ley es “un acuerdo
de voluntades entre dos partes, que rige para un caso concreto, sólo que está revestido de una protección
especial, a fin de que no pueda ser modificado o dejado sin efecto unilateralmente por el Estado (...). El
blindaje del contrato-ley de manera alguna lo convierte en ley (...); únicamente obliga a las partes que lo
acordaron, en ejercicio de su libertad contractual, y dentro de su relación jurídico patrimonial”.
904 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(14) Artículo 48º del Decreto Legislativo Nº 757.- “En sus relaciones con particulares el Estado, sus dependen-
cias, el Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y Municipales y otras personas de derecho público,
así como las empresa comprendidas en la actividad empresarial del Estado, podrán someter a arbitraje
nacional o internacional, de acuerdo a la legislación nacional e internacional, de los cuales el Perú es
parte, toda controversia referida a sus bienes y obligaciones, siempre que deriven de una relación jurídica
patrimonial de derecho privado o de naturaleza contractual.”
(15) Como parte de estas políticas de promoción y atracción de inversiones, durante los últimos quince años
los países latinoamericanos han concluido cerca de 400 TBI con la finalidad de generar un clima amigable
a las inversiones.
(16) BLACKABY, Nigel, “El arbitraje según los tratados bilaterales de inversión y tratados de libre comercio en
América Latina”, en: Revista Internacional de Arbitraje Nº 1, Junio – Diciembre 2004, p. 24. Agrega además
que “(…) estos instrumentos (los TBI) tienen como propósito promover un ambiente favorable para las
inversiones, ya que el inversionista extranjero tendrá que tener en cuenta la existencia de este tipo de
tratados al valorar los riesgos políticos y jurídicos de los posibles negocios que pretenda realizar en la
región”. cit. pp. 17-18.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 905
suelva toda posible controversia o con- Esta garantía –que el Estado recep-
flicto que pudiera surgir con el inversio- tor de la inversión renuncie a su inmuni-
nista privado extranjero ante tribunales dad de jurisdicción interna y se someta a
arbitrales constituidos bajo la jurisdic- un proceso arbitral ante una institución
ción del Centro Internacional de Arreglo independiente y especializada como el
de Diferencias Relativas a Inversiones CIADI llevado por el inversionista extran-
(CIADI)(17). En otras palabras, luego de jero– conlleva como un beneficio adicio-
un período de negociación (que supone nal: la posibilidad de que el laudo que se
una suerte de agotamiento de la vía pre- obtenga sea automáticamente reconocido
via, sin serlo y que normalmente se en- por el Estado receptor y, en consecuen-
cuentra recogido dentro de los TBI como cia, pueda ser plenamente ejecutado al
mecanismo alternativo de solución de amparo de las normas de ejecución de lau-
controversias previo al arbitraje), que- dos que rija en dicho país, tal y como lo
da en manos del inversionista extranje- ha consagrado la mencionada Convención
ro la posibilidad de activar la cláusula de Washington(18), aplicada en conjunto
arbitral de forma directa frente a aquel con las Convenciones de New York(19) y
Estado que no cumpla con respetar sus de Panamá(20) sobre la ejecución de lau-
derechos para que sea un tercero inde- dos emitidos en el exterior.
pendiente y especializado quien se en-
cargue de resolver la diferencia o con- Otras de las garantías que normal-
troversia existente. mente otorgan los Estados receptores de
(17) Este sometimiento a la jurisdicción CIADI implica que el inversionista extranjero puede reclamar sus pre-
tensiones directamente ante el Estado receptor, vía un proceso arbitral, sin tener que acudir a la protección
diplomática de sus respectivos Estados para que, a través de ellos, el Estado infractor atienda lo que el
inversionista le reclama, mecanismo que ha vuelto obsoleta a la denominada “Doctrina Calvo” que propug-
naba que en caso de surgir dificultades o conflictos en la interpretación o ejecución de un contrato suscrito
entre un inversionista extranjero y el Estado receptor, aquél debía renunciar expresamente a la reclama-
ción diplomática ante su gobierno y comprometerse a someter todas las reclamaciones a las leyes, auto-
ridades y jurisdicción del país receptor.
(18) Efectivamente, el numeral (1) del Artículo 54 de la Convención de Washington establece que “Todo Estado
Contratante reconocerá al laudo dictado conforme a este Convenio carácter obligatorio y hará ejecutar
dentro de sus territorios las obligaciones pecuniarias impuestas por el laudo como si se tratare de una
sentencia firme dictada por un tribunal existente en dicho Estado. El Estado Contratante que se rija por una
constitución federal podrá hacer que se ejecuten los laudos a través de sus tribunales federales y podrá
disponer que dichos tribunales reconozcan al laudo la misma eficacia que a las sentencias firmes dictadas
por los tribunales de cualquiera de los estados que lo integran.” Asimismo, es del caso señalar la denomi-
nada triple conexión de las Convenciones de Washington (1965), New York (1958) y Panamá (1975) en las
cuales se reconocen plenamente los laudos arbitrales que se emitan bajo sus normas, haciéndolos ejecu-
tables directamente en el país receptor, sin posibilidad de que sean revisados por los tribunales del país en
el que los laudos se ejecutan. No podemos dejar de mencionar que todos estos tratados deben ser inter-
pretados bajo los alcances de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (1969).
(19) El texto completo de la Convención de Nueva York, de fecha de 10 de junio de 1958, “Convención sobre el
Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras” puede encontrarse en: http://
www.sice.oas.org/dispute/comarb/
(20) El texto completo de la Convención de Panamá, de fecha 30 de enero de 1975, “Convención Interamerica-
na sobre Arbitraje Comercial Internacional” también puede ser encontrado en la siguiente dirección elec-
trónica: http://www.sice.oas.org/dispute/comarb/
906 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(21) ARIÑO ORTIZ, Gaspar, Principios de Derecho Público Económico. Lima: ARA Editores y Ariño y Asociados,
2004, pp. 377-387.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 907
(22) ARIÑO ORTIZ, Gaspar, lo sustenta en estos términos, “A través de la figura de la concesión, el Estado delega
en un tercero (en este caso un privado) un cometido que le es propio: la prestación de un servicio público
o de una función pública. Dicha figura contractual resulta indispensable para la vida social, toda vez que
dichas funciones no pueden ser adecuadamente atendidas por el Estado y, en consecuencia, éste debe
promocionar y fomentar la entrega de su gestión y explotación en manos de privados”. ARIÑO ORTIZ, Gas-
par, cit., pp. 377-387. Por su parte, a propósito de la concesión, SARMIENTO GARCÍA, Jorge, indica que “(…)
es el contrato en la función administrativa en virtud del cual un ente estatal encomienda o delega a una
persona, temporalmente, la ejecución de un servicio público, otorgándole el ejercicio de cierta potestad
pública para asegurar su funcionamiento, efectuándose la explotación a costa y riesgo del concesionario,
bajo la vigilancia y control del ente concedente.” SARMIENTO GARCÍA, Jorge, Concesión de Servicios Públi-
cos, Buenos Aires: Ediciones Ciudad Argentina, 1999, pp. 83.
(23) Artículo 73 de la Constitución.- “Los bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles. Los
bienes de uso público pueden ser concedidos a particulares conforme a ley, para su aprovechamiento
económico (énfasis añadido)”.
(24) El artículo 3 del Decreto Supremo Nº 060-96-PCM define la concesión como aquel “(…) acto administrati-
vo o el contrato por el cual el Estado otorga a personas jurídicas nacionales o extranjeras la ejecución y
explotación de determinadas obras públicas de infraestructura o la prestación de determinados servicios
públicos (...) por un plazo establecido”.
908 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(25) Artículo 3 del Decreto Supremo Nº 059-96-PCM.- “Las normas contenidas en el presente Texto Único
Ordenado promueven la inversión privada en obras de infraestructura y/o de servicios públicos, y regulan
su explotación, para cuyo efecto se podrá otorgar concesiones a personas jurídicas, nacionales o extran-
jeras, para la construcción, reparación, conservación y explotación de obras públicas de infraestructura y
de servicios públicos. La concesión de la obra implica la explotación del servicio”.
(26) Artículo 12 del Decreto Supremo Nº 060-96-PCM.- “Los concesionarios que efectúen inversiones en obras
de infraestructura o en servicios públicos por los montos indicados en el Artículo 11 del Decreto Legislativo
Nº 662, podrán acogerse al régimen de estabilidad jurídica contemplado en el Título II de dicho Decreto, en
el Capítulo Primero del Título V del Decreto Legislativo Nº 757, Ley Marco para el Crecimiento de la
Inversión Privada, y en su correspondiente Reglamento.
En consecuencia, el Estado podrá celebrar con los concesionarios convenios de estabilidad jurídica para
otorgarles determinadas seguridades y garantías respecto de las inversiones que efectúen en obras de
infraestructura o en servicios públicos. En estos casos, el Estado estará representado por los organismos
o entidades señalados en dichas normas”.
(27) Artículo 17 del Decreto Supremo Nº 059-96-PCM.- “Los contratos de concesión podrán contener cláusulas
que estipulen la indemnización a la cual tendrá derecho el concesionario en caso que el Estado suspenda,
deje sin efecto o modifique la concesión por causal no establecida en los Artículos 38 y 39 del presente
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 909
Texto Único Ordenado. Dichas cláusulas indemnizatorias serán garantizadas mediante contrato celebra-
do entre el Estado y el concesionario, a solicitud de este último.
El Estado podrá someter las controversias de carácter patrimonial derivadas de las concesiones a las que
se refiere el presente Texto Único Ordenado a arbitraje nacional o internacional, de acuerdo con lo estable-
cido en el Artículo 63 de la Constitución Política del Perú, aunque no se hubiera celebrado el contrato al
que se refiere el párrafo anterior”.
(28) A manera de ejemplo, el contrato de concesión del Aeropuerto Internacional “Jorge Chávez” suscrito entre
el Estado Peruano con Lima Airport Partners S.R.L. contiene la siguiente cláusula para la solución de
controversias: “(…) Las Controversias No-Técnicas en las que el monto involucrado sea igual o menor a
Cinco Millones de Dólares (US $ 5’000,000) o su equivalente en Nuevos Soles, serán resueltas mediante
arbitraje de derecho a través de un procedimiento tramitado de conformidad con los Reglamentos de
Conciliación y Arbitraje del Centro de Arbitraje Nacional e Internacional de la Cámara de Comercio de
Lima, a cuyas normas las partes se someten incondicionalmente, siendo de aplicación supletoria la Ley Nº
26752, Ley General de Arbitraje. El arbitraje se llevará a cabo en la ciudad de Lima, Perú, y será conducido
en idioma castellano, y el laudo arbitral se emitirá en un plazo de sesenta (60) Días Útiles contados a partir
de la fecha en que el tribunal arbitral se instale. (…).” El texto completo del contrato puede ser descargado
desde: http://www.ositran.gob.pe
(29) Utilizando el mismo ejemplo que en la cita anterior, el contrato de concesión del Aeropuerto Internacional
“Jorge Chávez” suscrito entre el Estado Peruano con Lima Airport Partners S.R.L. contiene la siguiente
cláusula para la solución de controversias: ”(…) Las Controversias No Técnicas en las que (a) el monto
involucrado sea superior a Cinco Millones de Dólares (US $ 5’000,000) o su equivalente en Nuevos Soles;
(b) que no puedan ser cuantificadas o apreciables en dinero; o (c) aquellas en las que las Partes no
estuvieran de acuerdo sobre la cuantía de la materia controvertida, serán resueltas mediante arbitraje
internacional de derecho a través de un procedimiento tramitado de conformidad con las Reglas de Con-
ciliación y Arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (el CIADI)
establecidas en el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacio-
nales de otros Estados (…) a cuyas normas las Partes se someten incondicionalmente (…).” El texto
completo del contrato puede ser descargado desde: http://www.ositran.gob.pe
910 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(30) Efectivamente, la doctrina internacional que ha desarrollado el tema ha reconocido el carácter controver-
sial que tiene este tema cuando señala, “Another issue, which is by far one of the most topical and contro-
versial issues of the Convention, is the actual definition and role which international law must be given in
adjudicating disputes falling under the provisions of Article 42(1) second sentence”. DI PIETRO, Domenico.
“Applicable Law under Article 42(1) of the ICSID Convention The Case of Amco V. Indonesia”. En: Interna-
tional Investment Law and Arbitration: Leading Cases from the ICSID, NAFTA, Bilateral Treaties and Cus-
tomary International Law. (Edited by Todd Weiler). Londres: Cameron May, 2005, p. 249.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 911
(31) Traducción libre de la Decisión sobre Competencia emitida en el Caso Arbitral CIADI Nº ARB/03/28: Duke
Energy International Peru Investments Nº 1 Ltd. contra la República del Perú. Considerando 162. “Respon-
dent argues that the Tribunal must apply Peruvian law to resolve this dispute. In fact, the question of the
applicable law to the merits of this case is somewhat more complicated. The (…) LSA contains no specific
provision regarding the applicable substantive law. In such circumstances, Article 42(1) of the ICSID Con-
vention requires the Tribunal to apply “the law of the Contracting State party to the dispute (including its
rules on conflicts of laws) and such rules of international law as may be applicable.” Furthermore, even if
the law of Peru were held to apply to the interpretation of the (…) LSA, this Tribunal has the authority and
duty to subject Peruvian law to the supervening control of international law.” El texto completo en inglés de
dicha Decisión sobre Competencia CIADI puede ser descargado desde: http://www.investmentclaims.com/
(32) Traducción libre del Laudo, de fecha 29 de diciembre de 2004, emitido en el Caso Arbitral CIADI Nº ARB/
97/4: Ceskoslovenská Obchodní Banka A.S. contra la República de Eslovaquia. Considerando 63. “Pur-
912 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
suant to Article 42(1) of the ICSID Convention, “The Tribunal shall decide the dispute in accordance with
such rules of law as may be agreed by the parties”. Implied submission to international law can be seen in
Article 7(4) CA where it is stated that the CA shall be governed by the BIT, in addition to the laws of the
Czech Republic (…)”. Esta suerte de marginación también ha sido recogida en el ya citado Laudo emitido
en el Caso Arbitral CIADI Nº ARB/87/3: Asian Agricultural Products Ltd. contra la República de Sri Lanka.
Considerando 24. “(…) since both Parties agreed during their respective pleading to invoke primarily the
Sri Lanka/U.K. Bilateral Investment Treaty as lex specialis, and to apply, within the limits required, the
international or domestic legal relevant rules referred to as a supplementary source (…)”. Los textos com-
pletos en inglés de ambos laudos pueden ser descargado desde: http://www.investmentclaims.com/
(33) Resulta preciso indicar que la noción del principio del trato justo y equitativo se encuentra en pleno proce-
so de formación como lo veremos más adelante en el presente trabajo. Tan es así, que a modo de ilustra-
ción nos permitimos citar el artículo 10.5 del Tratado de Libre Comercio suscrito entre el Perú y los Estados
Unidos donde el trato justo y equitativo es recogido en los siguientes términos:
«1. Cada Parte concederá a las inversiones cubiertas un trato acorde con el derecho internacional consue-
tudinario, incluido el trato justo y equitativo, así como protección y seguridad plenas.
2. Para mayor certeza, el párrafo 1 prescribe que el nivel mínimo de trato a los extranjeros, según el
derecho internacional consuetudinario, es el nivel mínimo de trato que pueda ser proporcionado a las
inversiones cubiertas. Los conceptos de “trato justo y equitativo” y “protección y seguridad plenas” no
requieren un trato adicional o más allá del requerido por ese estándar y no crean derechos adicionales
significativos. La obligación en el párrafo 1 de proveer:
(a) “trato justo y equitativo” incluye la obligación de no denegar justicia en procedimientos criminales,
civiles o contencioso administrativos, de acuerdo con el principio del debido proceso incorporado en
los principales sistemas legales del mundo; y
(b) “protección y seguridad plenas” exige a cada Parte proveer el nivel de protección policial que es exigido
por el derecho internacional consuetudinario».
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 913
Mientras que el artículo 1105 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte –en términos distintos a
los antes citados– incorpora al principio del trato justo y equitativo de la siguiente manera:
“1. Each Party shall accord to investments of investors of another Party treatment in accordance with
international law, including fair and equitable treatment and full protection and security.
2. Without prejudice to paragraph 1 and notwithstanding Article 1108 (8) (b), each Party shall accord to
investors of another Party, and to investments of investors of another Party, non-discriminatory treatment
with respect to measures it maintains or adopts relating to losses suffered by investments in its territory
owing to armed conflict or civil strife.
3. Paragraph 2 shall not apply to existing measures related to subsidies or grants that are inconsistent with
Article 1102.”
(34) Los casos paradigmáticos en esta materia han dado lugar a los laudos Tecmed contra México, Waste
Management contra México y MTD Equity contra Chile que ponen de manifiesto que por trato justo y
equitativo se entiende la oportunidad de garantizar las legítimas expectativas del inversionista que radicó
una inversión en el país.
(35) Para el profesor Sornarajah “(…) the fair and equitable standard was no more than the international mini-
mum standard of customary international law.” SORNARAJAH, Muthucumaraswamy. The international law on
foreign investment. Cambridge: University Press, 2004, p. 236. Asimismo, para el profesor Weiler existen
tres conceptos o nociones que emanan del estándar mínimo de tratamiento que debe observar el Estado
receptor “First, the State must honour the specific representations made by its officials to investors and
their investments, who have reasonably releed upon them in good faith. Second, the State must provide a
transparent and (accordingly) predictable regulatory regime to investors and their investments. Third, the
914 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
officials of a State must execute their public functions in good faith with respect to their treatment of inves-
tors and investments.” WEILER, Todd. “Good Faith and Regulatory Transparency: The story of Metalclad v.
Mexico”. En: International Investment Law and Arbitration: Leading Cases from the ICSID, NAFTA, Bilateral
Treaties and Customary International Law. (Edited by Todd Weiler). Londres: Cameron May, 2005, p. 719.
(36) Laudo Arbitral CIADI, de fecha 15 de mayo de 2004, Caso Nº ARB/01/7/ entre MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD
Chile S.A. contra la República de Chile; Laudo Arbitral CIADI, de fecha 30 de abril de 2004, Caso Nº
ARB(AF)/3 entre Waste Management, Inc. contra Estados Unidos Mexicanos; y, Laudo Arbitral CIADI, de
fecha 29 de mayo de 2003, Caso Nº ARB(AF)/00/2 entre Técnicas Medioambientales Tecmed, S.A. contra
Estados Unidos Mexicanos. El texto completo de dichos laudos puede ser descargado desde: http://
www.investmentclaims.com
(37) Considerando Nº 109 del Laudo Arbitral CIADI MTD Equity Sdn. Bhd. y MTD Chile S.A. contra la República
de Chile. A mayor abundamiento, según el criterio del Juez Schwebel, el trato justo y equitativo importa un
“(…) broad and widely-accepted standard encompassing such fundamental standards as good faith, due
process, non discrimination, and proportionality.” Citando nuevamente el Fundamento Nº 109 del Laudo
Arbitral CIADI recaído en la controversia MTD Equity contra Chile el Juez Schwebel refiere que “(…) that
meaning of what is fair and equitable treatment is defined when the standard is applied to a set specifc
facts.” En esta misma línea se encuentra el jurista argentino TEMPONE para quien el trato justo y equitativo
“(…) depende de un juicio de valor que se emite en el caso concreto, por las propias partes en consulta o
por un tercero encargado de dirimir un conflicto.” TEMPONE, Rubén Eduardo, Protección de Inversiones
Extranjeras, Buenos Aires – Madrid, Editorial Ciudad Argentina, 2003, p. 55.
(38) Considerando Nº 98 del Laudo Arbitral CIADI Waste Management, Inc. contra Estados Unidos Mexicanos.
(39) Considerando Nº 154 del Laudo Arbitral CIADI Técnicas Medioambientales Tecmed, S.A. contra Estados
Unidos Mexicanos.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 915
(40) Lamentablemente no se han publicado los varios laudos arbitrales que se han emitido en materia de
contratos de concesión y de convenios de estabilidad jurídica en el Perú, la mayoría de los cuales resultan
a nuestro juicio laudos que resuelven controversias en materia de inversión. En ellos se ha aplicado el
principio de la buena fe así como los criterios de razonabilidad y proporcionalidad a la conducta de las
partes (incluido el Estado concedente) pero no es posible utilizarlos por el momento como fuente pues se
mantienen en reserva.
(41) Artículo 1362 del Código Civil.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas
de la buena fe y la común intención de las partes.
(42) JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana, “La Unidad del principio general de la buena fe y su trascendencia en
el Derecho moderno”. En: Contratación Privada, Jurista Editores, Lima - Perú 2002, pp. 78-79.
(43) Ibidem, pp. 83-84.
(44) PÉREZ GALLARDO, Leonardo B., “Buena Fe y Común Intención de las Partes, Artículo 1362, en: Código Civil
Comentado por los 100 Mejores especialistas. T. VII, Lima, Gaceta Jurídica, 2004, p. 132.
916 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
(45) PEREZ GALLARDO, “Buena Fe y Común Intención de las Partes, Artículo 1362, en: Código Civil Comentado
por los 100 Mejores especialistas, cit., p.140.
(46) Ibidem. pp. 140-141.
(47) MORÓN URBINA, Juan Carlos, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, Lima, Gace-
ta Jurídica, 2003, pp. 37-38.
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 917
(48) Vide Artículo 9 de la Constitución de España de 1978.- “1. Los ciudadanos y los poderes públicos están
sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. (…)
3. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas,
la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individua-
les, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos
(énfasis añadido).”
(49) RUBIO CORREA, Marcial, La Interpretación de la Constitución según el Tribunal Constitucional, Lima, Ponti-
ficia Universidad Católica del Perú, 2005. p. 170.
(50) Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 30 de abril de 2003, en el Expediente Nº 0016-2002-AI-TC
sobre acción de inconstitucionalidad interpuesta por el Colegio de Notarios de Junín contra el segundo
párrafo del artículo 7 de la Ley Nº 27755.
(51) Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 05 de julio del 2004, en el Expediente Nº 0090-2004-AA-TC
sobre acción de amparo interpuesta por don Juan Carlos Callegari Herazo contra el Ministerio de Defensa.
918 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
“De allí que desde el principio del Por su parte, en sede arbitral inter-
Estado de Derecho, surgiese el princi- nacional, sobre la base de la jurispruden-
pio de interdicción de la arbitrariedad, cia de los tribunales arbitrales CIADI que
el cual tiene un doble significado: hemos citado, se observa claramente que
la conducta del Estado receptor de la in-
a) En un sentido clásico y genérico,
versión que no respete o vulnere los es-
la arbitrariedad aparece como el
tándares de tratamiento fijados por el prin-
reverso de la justicia y el derecho.
cipio al trato justo y equitativo, no solo
b) En un sentido moderno y concre- incumplirán los acuerdos bilaterales que
to, la arbitrariedad aparece como suscriban, sino que la casuística interna-
lo carente de fundamentación ob- cional establece indemnizaciones suma-
jetiva; como lo incongruente y mente onerosas. ¿Debemos esperar el mis-
contradictorio con la realidad que mo estándar pactado en los TBIs a la re-
ha de servir de base a toda deci- solución de conflictos por medio de ar-
sión. Es decir, como aquello des- bitraje internacional que surge de un
prendido o ajeno a toda razón de contrato nacional regido por la ley na-
explicarlo. cional que no contiene dicho principio?
En consecuencia, lo arbitrario será A la luz del desarrollo maximalista que
todo aquello carente de vínculo na- viene produciéndose en los laudos de los
tural con la realidad.” tribunales arbitrales CIADI tendríamos
que responder positivamente, a no ser
que se establezca en los convenios ar-
Concordante con este principio cons-
bitrales o en reglas específicas dentro
titucional, la Ley del Procedimiento Ad-
de los procesos arbitrales la aplicación
ministrativo General - Ley Nº 27444
de la legislación nacional y que ello sea
manda que los actos administrativos, que
admitido por ambas partes.
la mayoría de las veces son a través de
los cuales se expresa el Estado conceden- La pregunta obvia en esta materia es:
te, deben responder al principio de razo- ¿debe garantizarse dicho estándar míni-
nabilidad al amparo de lo previsto en el mo de tratamiento justo y equitativo a todo
artículo IV, numeral 1.1 de la Ley Nº inversionista por el solo mérito de un TBI?
27444. Los términos de este dispositivo ¿Pierden, por el compromiso internacio-
son los siguientes: nal asumido por el Estado Peruano, las
autoridades concedentes sus atribuciones
“Principio de Razonabilidad.- Las contractuales o inclusive las facultades
decisiones de la autoridad adminis- que el régimen nacional les confiere para
trativa, cuando (…) establezcan res- ejercer su autoridad por la amenaza de un
tricciones al administrado, deben litigio indemnizatorio ante el CIADI? No
adaptarse dentro de los límites de la lo creemos. Por el contrario, interpreta-
facultad atribuida y manteniendo la mos que la protección a las inversiones
debida proporción entre los medios como está concebida en los TBI suscritos
a emplear y los fines públicos que por el Perú, e inclusive como está diseña-
deba tutelar, a fin de que respondan da en la legislación interna que también
a lo estrictamente necesario para la beneficia a los inversionistas privados,
satisfacción de su cometido.” beneficia al inversionista cumplidor de sus
ARBITRAJE Y CONTRATOS DE CONCESIÓN: APLICACIÓN DEL TRATO JUSTO (...) 919
(b) a la luz de los más recientes fallos ido perfilando como aquel nivel mí-
arbitrales internacionales el conce- nimo de comportamiento que se sus-
dente deberá hacerlo respetando los tenta en la buena fe, y que además
acuerdos y procedimientos contrac- evita todo trato que no sea coheren-
tuales y observando los principios te, que irrespete el debido procedi-
que recoge el derecho internacional miento, que sea ambiguo, que sea
consuetudinario, como es el trato jus- injusto, discriminatorio y que no res-
to y equitativo, a fin de no incurrir ponda al criterio de razonabilidad;
en actuaciones arbitrarias.
(c) En sede nacional el principio del tra-
Quinta. El principio del trato jus- to justo y equitativo se ve reflejado
to y equitativo importa que el Estado re- en el principio de la buena fe (como
ceptor de la inversión se somete, en lo está previsto en el artículo 1362 del
que respecta a su actuación frente al in- Código Civil) que convoca a pon-
versionista privado, a los niveles de tra- derar la lealtad de las partes con el
to consagrados por los estándares míni- contrato de concesión y la coheren-
mos que impone el derecho internacio- cia de sus actos con el cumplimien-
nal consuetudinario. to de los fines públicos del contra-
to; de la mano con el principio de
(a) la observancia por parte de las enti- interdicción de la arbitrariedad que
dades concedentes del principio del tiene amplio reconocimiento doctri-
trato justo y equitativo importa la nal y jurisprudencial constitucional.
plasmación de ciertas normas bási- Este último, aunque no ha sido ex-
cas universales en el tratamiento que presamente recogido por la Consti-
un Estado debe brindar a un inver- tución, ha sido considerado por el
sionista que se encuentre protegido Tribunal Constitucional como prin-
por un TBI, a condición de que éste cipio rector que inspira el orden
cumpla con sus obligaciones; constitucional rechazando lo que
pueda identificarse como arbitrario,
(b) en sede arbitral internacional –como ajeno de fundamento, lejano al res-
viene siendo interpretado por los lau- peto del debido proceso y carente
dos emitidos por los tribunales CIA- de los criterios de razonabilidad y
DI en los laudos Waste Management proporcionalidad que deben inspi-
c/ Mexico, MTD equito c/ Chile y rar las decisiones que puedan tomar
Técnicas Medioambientales c/ Mexi- las partes en la ejecución de los con-
co– el trato justo y equitativo se ha tratos de concesión.
922 JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA / ÁLVARO LOREDO ROMERO
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 923
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 923-933
(*) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor en las Facultades de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú - PUCP y de la Universidad de Lima, y Profesor del Executive MBA
de la Universidad San Ignacio de Loyola. Secretario General del Centro de Arbitraje de la Cámara de
Comercio de Lima.
(**) Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Secretario Arbitral del Centro de Arbitraje de la
Cámara de Comercio de Lima.
(1) En todo el proceso de negociación, este acuerdo fue denominado Tratado de Libre Comercio – TLC.
Dejando de lado las nomenclaturas, el contenido de los capítulos que reseñaremos es el mismo.
924 PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
(2) El Capítulo Uno relativo a Disposiciones Iniciales y Definiciones Generales, señala que el término medida
incluye cualquier ley, reglamento, procedimiento, requisito o práctica. Asimismo, el numeral 6 del artículo
21.6 señala que no se podrá establecer un Panel para revisar una medida en proyecto.
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 925
(3) La Comisión de Libre Comercio es el órgano integrado por representantes de cada parte del TLC, a nivel
ministerial, que tiene como función primordial supervisar la implementación y ulterior desarrollo del APC.
Como parte del cumplimiento de esta función, la Comisión buscará resolver las controversias que pudie-
sen surgir respecto de la interpretación o aplicación del TLC.
926 PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
En principio, las partes podrán de- Cabe precisar que una vez que una
signar libremente a los panelistas que re- de las partes solicite la conformación del
solverán la controversia siempre y cuan- Panel, el foro del APC será excluyente del
do sean personas independientes y no ten- foro de cualquier otro acuerdo comercial
gan ninguna vinculación con las partes. en que las partes también sean miembros,
Además, a falta de nombramiento de un como por ejemplo la OMC. Esta regula-
panelista, su elección podrá ser efectuada ción busca evitar que se constituyan es-
mediante sorteo sobre una lista indicativa pecialistas o Tribunales en virtud de la
preestablecida por las propias partes de aplicación de distintos tratados que pue-
común acuerdo. dan resolver la controversia de manera
contradictoria a la dispuesta por el Panel.
Por ello, la eficacia de esta etapa fi-
nal del procedimiento dependerá en gran Constituido el Panel y, por tanto,
medida de la calidad de los individuos que determinado el foro, los especialistas, lue-
lleguen a conformar el Panel, quienes, si go de llevar a cabo un procedimiento con-
bien no emitirán un dictamen vinculante, forme a las Reglas Modelo aprobadas por
sí efectuarán un pronunciamiento que pue- las partes(4), deben emitir un primer in-
de poner fin a la disputa. En este sentido, forme, denominado Informe Inicial. Si
la designación de los panelistas, deberá ser alguna de las partes lo solicita, este Infor-
precedida por una labor de las partes desti- me Inicial podrá contener recomendacio-
nada a que tal designación responda a los nes para la solución de la controversia.
requerimientos de la controversia, evitando
de esa manera que la decisión del Panel no Dentro de los treinta (30) días si-
se ajuste a las expectativas de las partes. guientes a la expedición del Informe Ini-
cial, el Panel efectuará un segundo pro-
Con relación a esta materia, es reco- nunciamiento, denominado Informe Final,
mendable que se tenga en cuenta aspec- el cual contendrá las aclaraciones y ob-
tos tales como la especialidad del pane-
servaciones efectuadas por las partes so-
lista, su experiencia sobre controversias
bre el Informe Inicial.
de naturaleza similar, la nacionalidad y la
vinculación previa que pueda haber teni- Es importante hacer notar que los
do con alguna de las partes, sobre todo, pronunciamientos emitidos por el Panel
en estos últimos dos casos, si se trata del no serán de carácter vinculante para las
nombramiento del presidente del Panel. partes(5). No obstante ello, el propio capí-
(4) A la fecha de elaboración de este artículo las partes todavía no han establecido las Reglas Modelo de
Procedimiento. Estas Reglas de Procedimiento a la luz del texto del APC deben contemplar el derecho de
las partes a tener al menos una audiencia pública ante el Panel y la oportunidad de las partes de presentar
un alegato inicial y una réplica por escrito.
(5) Al respecto, el artículo 21.15 del APC señala lo siguiente:
“Artículo 21.15.- Cumplimiento del Informe Final
1. Al recibir el informe final de un panel, las partes contendientes acordarán la solución de la controversia,
la cual normalmente se ajustará a las determinaciones y recomendaciones del panel.
2. Si en su informe final el panel determina que una Parte contendiente no ha cumplido con sus obligacio-
nes de conformidad con este Acuerdo o que la medida de una Parte contendiente causa anulación o
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 927
menoscabo en el sentido del artículo 21.2, la solución será, siempre que sea posible, eliminar la no confor-
midad o la anulación o menoscabo”
(6) Sobre el particular, el Artículo 21.16 del Tratado dispone:
“Artículo 21.16.- Incumplimiento – Suspensión de Beneficios
1. Si el panel ha hecho una determinación del tipo descrito en el Artículo 21.15.2, y las Partes contendien-
tes no logran llegar a un acuerdo sobre una solución en virtud del Artículo 21.15 dentro de los 45 días
siguientes a la recepción del informe final, o dentro de otro plazo que las Partes convengan, la Parte
demandada iniciará negociaciones con la Parte o Partes reclamantes con miras a establecer una compen-
sación mutuamente aceptable.
2. Si las partes contendientes:
a) no acuerdan una compensación dentro de los 30 días posteriores al inicio del plazo fijado para estable-
cer tal compensación; o
b) han acordado una solución o una compensación conforme al Artículo 21.15 y una Parte reclamante
considera que la Parte demandada no ha cumplido con los términos del acuerdo, cualquier Parte
reclamante podrá, a partir de ese momento, notificar por escrito a la Parte demandada su intención de
suspender la aplicación de beneficios de efecto equivalente con respecto de la Parte demandada. La
notificación especificará el nivel de beneficios que la Parte pretende suspender. Sujeto al párrafo 5, la
Parte reclamante podrá iniciar la suspensión de beneficios 30 días después de la fecha que resulte
posterior entre la fecha de la notificación de conformidad con este párrafo, o la fecha que el panel emita
su determinación conforme al párrafo 3, según sea el caso.
3. Si la Parte demandada considera que:
a) el nivel de beneficios que pretende suspender es manifiestamente excesivo; o
b) ha eliminado la disconformidad o anulación o menoscabo constatada por el panel, podrá solicitar,
dentro de los 30 días siguientes a la notificación de la Parte reclamante de conformidad con el párrafo
2, que el panel se vuelva a constituir para examinar el asunto. La parte demandada entregará su
solicitud por escrito a la parte reclamante. El panel se volverá a constituir tan pronto como sea posible
después de entregada la solicitud y presentará su determinación a las Partes dentro de los 90 días
siguientes a su reconstitución para examinar la solicitud conforme a los subpárrafos (a) o (b), o dentro
de los 120 días siguientes a la solicitud presentada conforme a los subpárrafos (a) y (b). Si el panel
establece que el nivel de beneficios que se pretende suspender es manifiestamente excesivo, fijará el
nivel de beneficios que considere de efecto equivalente. Al determinar el nivel de beneficios que pue-
den ser suspendidos, el panel tomará en cuenta los hallazgos hechos por el panel sobre el nivel de
efectos comerciales adversos, de haberse realizado una solicitud para la determinación de tales ha-
llazgos en virtud del Artículo 21.10.6.
4. La Parte reclamante podrá suspender beneficios hasta el nivel que el panel haya determinado conforme
al párrafo 3 o, si el panel no ha determinado el nivel, el nivel que la Parte reclamante pretenda suspender
conforme al párrafo 2, salvo que el panel haya establecido que la Parte demandada ha eliminado la
disconformidad o la anulación o menoscabo.
5. Al examinar los beneficios que habrán de suspenderse de conformidad con el párrafo 2:
a) la Parte reclamante procurará primero suspender los beneficios dentro del mismo sector o sectores
que se vean afectados por la medida, o por otro asunto que el Panel haya considerado incompatible
928 PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
con las obligaciones derivadas de este Acuerdo, o que haya sido causa de anulación o menoscabo en
el sentido del Artículo 21.2; y
b) si la Parte reclamante considera que no es factible ni eficaz suspender beneficios en el mismo sector
o sectores, ésta podrá suspender beneficios en otros sectores.
6. La Parte reclamante no podrá suspender beneficios si, dentro de los 30 días a partir de la notificación
por escrito de su intención de suspender beneficios o, si el panel ha sido reconstituido bajo el párrafo 3,
dentro de los 20 días a partir de los cuales el panel presenta su determinación; la Parte demandada
proporciona una notificación por escrito a la Parte reclamante que pagará una contribución pecuniaria
anual. Las Partes consultarán a más tardar dentro de los 10 días después de que la Parte demandada
proporciona notificación, con miras a lograr un acuerdo respecto a la cantidad a pagar. Si las Partes no
logran llegar a un acuerdo dentro de los 30 días después de iniciadas las consultas, el monto de dicha
contribución monetaria se fijará en dólares de Estados Unidos y en un nivel correspondiente al 50 por
ciento del nivel de los beneficios que el panel, conforme al párrafo 3, haya determinado ser de efecto
equivalente o, si el panel no ha determinado el nivel, en un 50 por ciento del nivel que la Parte reclamante
pretende suspender conforme al párrafo 2.
7. Salvo que la Comisión decida algo distinto, la contribución monetaria se pagará a la Parte reclamante en
dólares de Estados Unidos, o en un monto equivalente en moneda de la Parte demandada, en cuotas
trimestrales iguales, a partir de los 60 días posteriores a la fecha en que la Parte demandada notifique su
intención de pagar dicha contribución monetaria. Cuando lo ameriten las circunstancias, la Comisión po-
drá decidir que la contribución monetaria se pague a un fondo que ella misma establecerá y que se utiliza-
rá, bajo su dirección, en iniciativas apropiadas para facilitar el comercio entre las Partes, incluyendo inicia-
tivas orientadas a una mayor reducción de obstáculos injustificados al comercio o a ayudar a una Parte
contendiente a cumplir sus obligaciones conforme a este Acuerdo.
8. Si la Parte demandada no paga la contribución monetaria, la Parte reclamante podrá suspender bene-
ficios a la Parte demandada de acuerdo con el párrafo 4.
9. Este Artículo no aplicará a los asuntos señalados en el Artículo 21.17.1.
10. La compensación, el pago de una contribución monetaria y la suspensión de beneficios son entendi-
dos como medidas transitorias aplicables hasta que se elimine cualquier disconformidad o la anulación o
menoscabo que el panel haya determinado”.
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 929
Internacional (UNCITRAL, por sus siglas sal sea de propiedad del demandante o esté
en inglés). bajo su control.
Del mismo modo, en la última déca- Esta sección del APC constituye una
da se ha generado un desarrollo exponen- obligación para someter una controversia
cial del arbitraje doméstico en el Perú, lo a arbitraje, condicionada a que no haya
que ha permitido el afianzamiento de va- transcurrido más de tres años desde la fe-
rias instituciones arbitrales(10) así como el cha en que el demandante tuvo o debió te-
aumento de especialistas en la materia. ner conocimiento de la violación alegada.
Para someter a arbitraje una recla-
3. CAPÍTULO DIEZ, SECCIÓN B: mación en materia de inversiones se exi-
SOLUCIÓN DE CONTROVER- ge dos requisitos:
SIAS INVERSIONISTA - ESTADO
a) Que el Estado demandado haya vio-
A diferencia de la sección anterior,
lado una obligación del Capítulo de
este mecanismo faculta a cualquier inver-
Inversiones del APC (Capítulo X),
sionista(11) (no únicamente a un Estado) a
una autorización de inversión o un
iniciar un arbitraje contra un Estado parte
acuerdo de inversión.
del APC, en cuyo territorio se encuentre
la inversión(12) que será materia de la con- b) Que el demandante o la empresa que
troversia. Asimismo, esta sección permi- representa haya sufrido pérdidas o
te que el demandante (el inversionista) daños en virtud de tal violación como
pueda actuar en representación de una resultado de ésta.
sucursal o una empresa constituida bajo
la legislación del Estado demandado y que Cabe precisar que la controversia
lleve a cabo actividades en su territorio; podrá estar referida a una inversión exis-
siempre y cuando dicha empresa o sucur- tente antes de la entrada en vigencia del
(10) Entre las principales instituciones arbitrales que operan en el Perú se encuentran el Centro de Arbitraje de
la Cámara de Comercio de Lima, que en promedio administra 140 casos al año, el Centro de Arbitraje de
AMCHAM Perú, el Centro de Arbitraje del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
– CONSUCODE; y el Centro de Arbitraje de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
(11) El artículo 10.28 señala que inversionista de una Parte significa: “una Parte o una empresa del estado de
la misma, o un nacional o empresa de la Parte, que intenta realizar, a través de acciones concretas, está
realizando o ha realizado una inversión en el territorio de otra Parte, considerando, sin embargo, que una
persona natural que tiene doble nacionalidad se considerará exclusivamente un nacional del Estado de su
nacionalidad dominante y efectiva.
(12) El artículo 10.28 señala que inversión significa “todo activo de propiedad de un inversionista o controlado
por el mismo, directa o indirectamente, que tenga las características de una inversión, incluyendo caracte-
rísticas tales como el compromiso de capitales u otros recursos, la expectativa de obtener ganancias o
utilidades, o la asunción de riesgo. Las formas que puede adoptar una inversión incluyen: (a) una empre-
sa; (b) acciones, capital, y otras formas de participación en el patrimonio de una empresa; (c) bonos,
obligaciones, otros instrumentos de deuda y préstamos; (d) futuros, opciones y otros derivados; (e) contra-
tos de llave en mano, de construcción, de gestión, de producción de concesión, de participación en los
ingresos y otros contratos similares; (f) derechos de propiedad intelectual; (g) licencias, autorizaciones,
permisos y derechos similares otorgados de conformidad con la legislación interna; y (h) otros derechos
de propiedad tangibles o intangibles, muebles o inmuebles y los derechos relacionados con la propiedad,
tales como arrendamientos, hipotecas, gravámenes y garantías en prenda.
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 931
(13) Un año si se alega que la violación la cometió un país andino, según el texto del Anexo 10-E.
(14) Estados Unidos y el Perú ratificaron el Convenio CIADI el 10 de junio de 1966 y el 9 de agosto de 1993,
respectivamente. Al respecto, el artículo 25 del Convenio del CIADI establece:
“(1) La jurisdicción del Centro se extenderá a las diferencias de naturaleza jurídica que surjan directamen-
te de una inversión entre un Estado Contratante (o cualquier subdivisión política u organismo público de un
Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado Contratante
y que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro. El consentimiento dado por las partes
no podrá ser unilateralmente retirado.
(2) Se entenderá como “nacional de otro Estado Contratante”: (a) toda persona natural que tenga, en la
fecha en que las partes consintieron someter la diferencia a conciliación o arbitraje y en la fecha en que fue
registrada la solicitud prevista en el apartado (3) del Artículo 28 o en el apartado (3) del Artículo 36, la
nacionalidad de un Estado Contratante distinto del Estado parte en la diferencia; pero en ningún caso
comprenderá las personas que, en cualquiera de ambas fechas, también tenía la nacionalidad del estado
parte en la diferencia; y (b) toda persona jurídica que, en la fecha en que las partes prestaron su consen-
timiento a la jurisdicción del Centro para la diferencia en cuestión, tenga la nacionalidad de un Estado
Contratante distinto del Estado parte en la diferencia, y las personas jurídicas que, teniendo en la referida
fecha la nacionalidad del Estado parte en la diferencia, las partes hubieran acordado atribuirle tal carácter,
a los efectos de este Convenio, por estar sometidas a control extranjero.
(3) El consentimiento de una subdivisión política u organismo público de un Estado Contratante requerirá
la aprobación de dicho Estado, salvo que éste notifique al Centro que tal aprobación no es necesaria.
(4) Los Estados Contratantes podrán, al ratificar, aceptar o aprobar este Convenio o en cualquier momento
ulterior, notificar al Centro la clase o clases de diferencias que aceptarían someter, o no, a su jurisdicción. El
Secretario General transmitirá inmediatamente dicha notificación a todos los Estados Contratantes. Esta
notificación no se entenderá que constituye el consentimiento a que se refiere el apartado (1) anterior.”
(15) El segundo párrafo de la introducción de este Mecanismo Complementario señala que “El Consejo Admi-
nistrativo del Centro adoptó el Reglamento del Mecanismo Complementario autorizando al Secretario del
CIADI a administrar cierta categoría de procedimientos entre Estados y nacionales de otros Estados que
están fuera del ámbito de aplicación del Convenio CIADI. Estos son: (i) procedimientos de comprobación
de hechos; (ii) procedimientos de conciliación o arbitraje para el arreglo de diferencias relativas a inversio-
nes que surjan entre partes, una de las cuales no sea un Estado Contratante o un nacional de un Estado
Contratante; y (iii) procedimientos de conciliación o arbitraje entre partes, de las cuales al menos una sea
un Estado Contratante, para el arreglo de diferencias que no surjan directamente de una inversión, a
condición que la transacción en cuestión no sea una transacción comercial ordinaria.”
(16) El artículo 1 del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI señala lo siguiente:
“Artículo 1
1. Cuando las partes en un contrato hayan acordado por escrito que los litigios relacionados con ese
contrato se sometan a arbitraje de acuerdo con el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI, tales litigios
932 PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
previo acuerdo de las partes, ante cual- Estado-Estado generadas respecto a su in-
quier otra institución de arbitraje o re- terpretación y aplicación. En este sentido,
glas de arbitraje. las partes del Tratado cuentan con un pro-
cedimiento que va desde el trato directo
Al respecto, el artículo 10.17 del hasta la intervención de un Panel de espe-
APC contiene el consentimiento de cada cialistas, cuyo pronunciamiento, si bien no
parte del Tratado (Perú y Estados Unidos) es vinculante para ellas, puede establecer
en someter una reclamación al arbitraje. pautas para la solución de sus diferencias.
Además, el sometimiento de la reclama-
ción a arbitraje deberá cumplir con el Asimismo, el APC contempla la obli-
Capítulo II del Convenio del CIADI y las gación de las partes de brindar a los parti-
Reglas del Mecanismo Complementario culares acceso a mecanismos alternativos
del CIADI que exige el acuerdo por es- de resolución de conflictos en materia
crito de las partes de la controversia; el comercial internacional. Al respecto, es
artículo II de la Convención de Nueva importante recalcar que tanto Estados
York(17) que requiere un acuerdo por es- Unidos como el Perú han ratificado la
crito y el artículo I de la Convención In- Convención de Nueva York de 1958 y la
teramericana(18) que requiere un acuerdo. Convención de Panamá de 1975, instru-
mentos internacionales destinados a pro-
mover el desarrollo del arbitraje comer-
4. CONCLUSIÓN cial internacional.
El APC comprende un marco auto re- Del mismo modo, el Acuerdo con-
gulatorio para solucionar las discrepancias templa la posibilidad que un inversionis-
se resolverán de conformidad con el presente Reglamento, con sujeción a las modificaciones que las
partes pudieran acordar por escrito.
2. Este Reglamento regirá el arbitraje, excepto cuando una de sus normas esté en conflicto con una
disposición del derecho aplicable al arbitraje que las partes no puedan derogar, en cuyo caso prevale-
cerá esa disposición.”
(17) El Artículo II de la Convención de Nueva York sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras señala:
“Artículo II.
1. Cada uno de los Estados Contratantes reconocerá el acuerdo por escrito conforme al cual las partes
se obliguen a someter a arbitraje todas las diferencias o ciertas diferencias que hayan surgido o pue-
dan surgir entre ellas respecto a una determinada relación jurídica, contractual o no contractual, con-
cerniente a un asunto que pueda ser resuelto por arbitraje.
2. La expresión “acuerdo por escrito” denotará una cláusula compromisoria incluida en un contrato o un
compromiso, firmados por las partes o contenidos en un canje de cartas o telegramas.
3. El Tribunal de uno de los Estados Contratantes al que se someta un litigio respecto del cual las partes
hayan concluido un acuerdo en el sentido del presente artículo, remitirá a las partes al arbitraje, a
instancia de una de ellas, a menos que compruebe que dicho acuerdo es nulo, ineficaz o inaplicable”.
(18) El Artículo I de la Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional señala:
“Artículo 1.
Es válido el acuerdo de las partes en virtud del cual se obligan a someter a decisión arbitral las diferencias
que pudiesen surgir o que hayan surgido entre ellas con relación a un negocio de carácter mercantil. El
acuerdo respectivo constará en el escrito firmado por las partes o en el canje de cartas, telegramas o
comunicaciones por telex”.
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL CON LOS ESTADOS UNIDOS 933
ta pueda demandar a un Estado parte en del propio Acuerdo con relación a esta
caso de incumplimiento del Capítulo re- materia.
ferido a inversiones conforme a las reglas Por otra parte, consideramos que el
que las partes elijan. Sobre el particular, APC es una herramienta de gran impor-
merece una mención particular el someti- tancia económico-social, cuya suscrip-
miento de ambas partes al CIADI. Ello ción y ratificación reciente brinda una
otorga un alto nivel de seguridad jurídica oportunidad importante de desarrollo a
para el cumplimiento efectivo de las obli- los actores económicos nacionales y ha-
gaciones y responsabilidades derivadas bitantes de nuestro país.
934 PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
NOTAS SOBRE EL ALCANCE DE LA CLÁUSULA “DE CONFORMIDAD CON LAS LEYES (...) 935
A RBITRAJE C OMERCIAL Y A RBITRAJE DE I NVERSIÓN , pp. 935-950
(2) Salini Construttori S.P.A. e Italstrade S.P.A. v. Reino de Marruecos. Decisión de jurisdicción. Caso ICSID Nº
ARB/00/4, 23 de julio de 2001.
(3) Tokio Tokelés v. Ucrania. Decisión de jurisdicción. Caso ICSID Nº ARB/02/18, 29 de abril de 2004.
(4) Ioannis Kardassopoulos v. República de Georgia. Decisión de jurisdicción, Caso ICSID Nº ARB/05/18, 6 de
Julio de 2007.
(5) Aguas del Turnari v. República de Bolivia. Decisión sobre las excepciones en materia de jurisdicción opuestas
por el demandado. Caso ICSID Nº ARB/02/3, 21 de octubre de 2005.
(6) Saluka Investments BV v. República Checa. Laudo parcial. Arbitraje bajo Reglas UNCITRAL 1976, 17 de
marzo de 2006.
(7) Bayindir Insaat Turizm Ticaret Ve Sanayi A.S. A.S. v. República Islámica de Pakistán. Decisión de jurisdic-
ción. Caso ICSID Nº ARB/03/29, 14 de noviembre de 2005
(8) Inceysa Vallisoletana S.L. v. República de El Salvador. Caso ICSID Nº ARB. 03/26, 2 de agosto de 2006.
(9) Como veremos más adelante, las primeras críticas pueden encontrarse e el voto singular del árbitro CRE-
MADES. Ver: Fraport v. Filipinas. Voto singular, Par. 37. Similares dudas formula BORRIS, C. / HANNECKE, R. in:
NOTAS SOBRE EL ALCANCE DE LA CLÁUSULA “DE CONFORMIDAD CON LAS LEYES (...) 937
“Fraport A.G. Frankfurt Services Worldwide v. Republic of Philippines – Compliance with national laws: A
jurisdictional requirement under BITs?”, p. 1, in: Transnational Dispute Management, Volumen 4, Número
5, Setiembre 2007.
(10) Tokio Tokelés v. Ucrania, Par. 84. A similares conclusiones llega el tribunal del caso Kardassopoulos v.
Georgia, Par. 147. Por su parte, DOLZER / STEVENS señalan que: “As noted above, BITs generally do not
include any specific requirements that an investor must follow other than it must be done in accordance
with the law (…)”. DOLZER, Rudolf / STEVENS, Margrete, Bilateral Investment Treaties, Martinus Nijhoff Pu-
blishers, La Haya, 1995, p. 54.
938 ÍTALO CARRANO
vez que: (i) PIATCO no habría cumplido no habían culminado a la fecha de emi-
con los requisitos de precalificación ne- sión del laudo del caso Fraport.
cesarios para obtener la buena pro corres-
Debido a la circunstancia descrita en
pondiente y (ii) no se habían obtenido to-
el párrafo anterior, Fraport presentó una
das las aprobaciones estatales necesarias
solicitud de arbitraje ante Centro de Arre-
para el proyecto.
glo de Diferencias Relativas a Inversio-
En las mismas fechas, el senado fili- nes (CIADI), de acuerdo con el mecanis-
pino conformó tres comisiones investiga- mo de solución de controversias estable-
doras para analizar el otorgamiento y de- cido en el BIT Alemania – Filipinas.
sarrollo de la concesión por PIATCO.
Como resultado de ello, el denominado
2.2. Las posiciones de las partes
“Blue Ribbon Committee” concluyó que
el contrato de concesión con PIATCO era a. En respuesta a la solicitud pre-
nulo puesto que se había celebrado en sentada, Filipinas señaló que el tribunal
contravención con el orden público, así no tenía jurisdicción para ver el reclamo
como porque carecía de las aprobaciones presentado.
administrativas necesarias.
Filipinas precisó que las proteccio-
Diversas acciones legales fueron ini- nes contenidas en el BIT Alemania – Fili-
ciadas contra el contrato de concesión y pinas no podían extenderse a inversiones
PIATCO. Entre éstas se encuentra la peti- realizadas en contravención con sus leyes.
ción formulada por diversos trabajadores En ese sentido, si la inversión de Fraport
de los terminales 1 y 2 (quienes sentían que era ilegal, dicha inversión no podría en-
sus puestos de trabajo podrían peligrar contrarse protegida por el tratado y, por
como consecuencia de la operación del ter- ende, el fundamento para la jurisdicción
minal 3) y algunos congresistas. Su deman- del tribunal desaparecía.
da de nulidad del contrato de concesión fue
declarada fundada por la Corte Suprema Filipinas señaló, asimismo, que la
de Filipinas el 5 de mayo de 2003. “legalidad” de la inversión es una obliga-
ción del inversionista que se mantiene
d. A la fecha de la decisión de la durante todo el período que dure la inver-
Corte Suprema de Filipinas, el terminal 3 sión. El tribunal reconoce que –en resu-
ya estaba terminado. men– la posición del demandando es: “In
other words, the duty to comply with the
e. En el año 2004, Filipinas co-
Host State’s Laws is an ongoing one whi-
menzó un proceso de expropiación del
ch must be respected throughout the pe-
terminal 3. El Presidente de Filipinas se-
riod which the investment is made”(12).
ñaló que en el marco de esta expropiación,
los inversionistas recibirían una compen- Fraport habría violado las regulacio-
sación justa rápidamente, de acuerdo con nes locales de Filipinas (y en forma espe-
la legislación de Filipinas. Los procedi- cial la “Anti-Dummy Law”), toda vez di-
mientos para el pago de la expropiación cho inversionista habría suscrito el con-
(13) Para efectos de su análisis, el tribunal analiza el articulado del BIT Alemania – Filipinas que se refiere a la
Cláusula. A continuación, citamos los textos usados por el tribunal.
El Artículo 1 (1) del BIT Alemania – Filipinas que contiene la definición de inversión señala: “The term
´investment´ shall mean any kind of assets accepted in accordance with the respecive laws and regulatio-
ns or either Contracting State (…)” (el subrayado es agregado).
De otro lado, el artículo 2(1) (referido a la protección y admisión de las inversiones) dispone: “Each Con-
tracting State shall promote as far as possible investments in its territory by investors of the other Contrac-
ting State and admit such investments in accordance with its Constitution, laws and regulations as reflected
in article 1, paragraph 1” (el subrayado es agregado).
Finalmente, el tribunal se refiere a la declaración de ratificación del BIT emitida por Filipinas. En ese
documento se señala: “Whereas, the Agreement provides that the investment shall be in the areas allowed
by and in accordance with the Constitutions, laws and regulations of each of the Contracting Parties” (el
subrayado es agregado).
NOTAS SOBRE EL ALCANCE DE LA CLÁUSULA “DE CONFORMIDAD CON LAS LEYES (...) 941
El tribunal sobre esta materia entendió que 2.4. El voto del árbitro Cremades
“The issue upon which the Tribunal fo-
cuses in connection with the ADL is not Como adelantamos, el fallo cuenta
to be found in the fact that Fraport may con el voto singular del árbitro Cremades.
have exceeded the statutorily determined En este voto, el árbitro Cremades señaló
level of equity investment lawfully permit- que el tribunal sí tenía jurisdicción sobre
ted to a foreign investor in a constitutio- el reclamo presentado por Fraport en el
nally defined category of public utilities. marco del BIT Alemania – Filipinas.
In the view of the Tribunal, Fraport did El análisis del árbitro Cremades se
not. Nor did Fraport violate the ´in ac- centra, principalmente, en tres puntos: (i)
cordance´ requirement of the BIT in that el significado de la Cláusula de acuerdo al
it may have loaned ´too´ much money to texto del artículo 1(1) del BIT Alemania –
the public utility in question. Neither of Filipinas; (ii) el error del tribunal en la apli-
these actions, both essentially quantitati- cación de la Anti-Dummy Law; (iii) la de-
ve, translates per se into managerial con- claración de nulidad de la concesión efec-
trol over a modern corporation”(14). tuada por la Corte Suprema de Filipinas.
El tribunal resaltó, asimismo, que el Sobre el primer punto, el árbitro Cre-
acuerdo de accionistas confidencial sus- mades consideró que las preguntas referi-
crito cuando Fraport invirtió en PIATCO das a la legalidad de la conducta del in-
demostraría que la demandante intencio- versionista debían ser examinadas cuan-
nalmente había estructurado su inversión do se analice el fondo de la controversia
en una forma que violaba la Anti-Dummy (y no en la etapa jurisdiccional). Ello se
Law (al otorgarle el control sobre PIAT- debe a que la exigencia de legalidad en el
CO). En esta línea, el tribunal dispusó: artículo 1(1) del BIT sólo se refiere a la
“Fraport’s equity investment in terms of calificación de la inversión realizada y no
the statutorily limited percentage in the a la evaluación de la conducta del inver-
Terminal 3 project was lawful under Phi- sionista. En ese sentido, la Cláusula sólo
lippine law. Fraport’s controlling and debe evaluar si la inversión se encuentra
managing the investment was not. Despi- permitida (formalmente) en la legislación
te having been advised and plainly un- del estado receptor y, en ningún caso, debe
derstanding this, Fraport secretly desig- permitir analizar la conducta del inversor.
ned its investment in the project so as to Esa materia se trataría en los méritos del
have that prohibited management and arbitraje. En las propias palabras del ár-
control, in particular by reserving to it- bitro Cremades: “As a matter of princi-
self the ultimate authority as a sharehol- ple, therefore, the legality of the investor’s
der in PIATCO to decide those matters conduct is a merits issue. The inquiry at
set out in subparagraphs (i), (ii) and (iii) the jurisdictional phase required by the
of Article 2.02 (2) (a) of the FAG-PAIR- phrase ´in accordance with the laws and
CARGO-PAGS-PTI Shareholders’ Agree- regulations of the Host State´ is limited
ment of 6 July 1999”(15). to determining whether the type of asset
bunal analiza el contenido de la Cláusula entitled to protection under the BIT” (el
y concluye que ésta sólo busca proteger a resaltado es agregado)(21).
las inversiones que se realizaron en con-
cordancia con las leyes del estado recep- El fundamento de la negativa del tri-
tor. El resto no se encontrarían protegi- bunal al otorgamiento de jurisdicción se
das. El tribunal del caso Salini señaló: encuentra en el hecho que la Cláusula tie-
“The Tribunal cannot follow the Kingdom ne un efecto directo en el consentimiento
of Morocco in its view that the paragra- del estado receptor respecto a qué inver-
ph 1 refers the law of the host State for siones son protegidas. El estado receptor
the definition of ´investment´. In focusing tiene la facultad de restringir el ámbito de
on ´the categories of invested assets (…) aplicación del mismo. Al momento de sus-
in accordance with the laws and regula- cribir el tratado, dicho estado puede deci-
dir a qué inversiones protege y cuáles no
tions of the aforementioned party”, this
protege. La Cláusula es una limitación
provision refers to the validity of the in-
unilateral permitida al consentimiento del
vestment and not to its definition. More
estado receptor respecto al alcance de las
specifically, it seeks to prevent the Bila-
inversiones protegidas(22).
teral Treaty from protecting investments
that should not be protected, particular- La limitación del consentimiento del
ly because they would be illegal” (el re- estado receptor es permitida por la Con-
saltado es agregado)”(20). En la misma vención CIADI(23). El artículo 25 de este
línea, el caso Kardassopoulos v. Georgia tratado(24) permite restringir el alcance del
reconoce que: “The requirement that an consentimiento del estado anfitrión al re-
investment be made in accordance with conocer que sólo se someterán a arbitraje
the laws of the host State in order to be- aquellas controversias en las que “las par-
nefit from a BIT´s protection is uncontro- tes hayan consentido por escrito en some-
versial. It is found in numerous BITs (…) ter al Centro”. El BIT, entonces, define el
The ordinary meaning of the words in alcance del consentimiento y, por lo tanto
Article 12 of the BIT (…) connotes that if a través de la Cláusula, éste sólo incluye
an investment is made in violation of las controversias relacionadas con las in-
Georgian law, such and investment is not versiones “legales”.
laws and regulations of the said party. The plain meaning of this phrase is that investments which would be
illegal upon the territory of the host State are disqualified from the protection of the BIT”. MCLACHLAN, Cam-
pbell/ SHORE, Laurence/ WEINIGER, Matthew, International Investment Arbitration. Substantive Principles.
Oxford, Oxford University Press, 2007, p. 181.
(20) Salini v. Marruecos, Par. 46. En la misma línea se encuentran Tokio Tokeles v. Ucrania, Par. 84 y Bayindir
v. Pakistán, Par. 109.
(21) Kardassopoulos v. Georgia, Par. 174-177.
(22) Ver: Inceysa v. El Salvador, Par. 184-185.
(23) Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados.
(24) “La jurisdicción del Centro se extenderá a las diferencias de naturaleza jurídica que surjan directamente de
una inversión entre un Estado Contratante (o cualquiera subdivisión política u organismo público de un
Estado Contratante acreditados ante el Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado Contratante
y que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro. El consentimiento dado por las partes
no podrá ser unilateralmente retirado”.
944 ÍTALO CARRANO
el tribunal conformado en el marco del 3.2. ¿En qué momento se analiza la vio-
BIT. Sin embargo ése es el efecto de una lación?
limitación de consentimiento del estado en
un tratado. Si la inversión no se encuentra Un segundo tema que aborda el tri-
protegida por el tratado, mal podría un tri- bunal se encuentra en el ámbito temporal
bunal arbitral avocarse al conocimiento de de la Cláusula. En su defensa, Filipinas
una controversia sobre la misma(27). había señalado que la Cláusula debía ser
interpretada como una obligación qué se
El texto del tratado y la declaración mantiene durante toda la duración de la
de ratificación efectuada por Filipinas, por inversión. Así, en opinión de Filipinas, el
lo demás, respaldarían esta conclusión. El incumplimiento de cualquier obligación
artículo 2 del BIT Alemania – Filipinas legal durante el tiempo de la inversión
consigna como obligación del estado la haría que se rechace la protección deriva-
de “admitir las inversiones en concordan- da del BIT(28).
cia con su Constitución, leyes y regula-
ciones” (el subrayado es agregado). En- La posición de Filipinas fue recha-
tendemos que el uso de la palabra “admi- zada por el tribunal. El tribunal entendió
tir” no es gratuito, ésta supone una distin- que el texto del BIT Alemania – Filipinas
ción entre unas inversiones y otras. En esa limita la aplicación de la Cláusula a las
línea, la admisión (diferenciación y luego obligaciones para la iniciación de la in-
aceptación) sólo se produce si se presen- versión. Sólo las obligaciones derivadas
ta el cumplimiento del requisito estable- de la iniciación de la inversión podrán ser
cido (i.e., cumplimiento de la ley). En la usadas como defensa jurisdiccional, el
misma línea, la declaración de ratificación resto deberán ser tratadas como argumen-
señala: “Whereas, the Agreement provi- tos en los méritos del árbitraje(29).
des that the investment shall be in the Esta posición es reconocida en doc-
areas allowed by and in accordance with trina. Por ejemplo, Dolzer y Stevens so-
the Constitutions, laws and regulations of
bre este tema señalan: “Admission clau-
each Contracting Parties”.
ses are important because they determi-
Finalmente, es importante destacar ne the degree of control that a State party
que la situación de indefensión resaltada has retained over the conditions on the
por el árbitro Cremades no se presenta- basis of which investments are allowed
ría. Si bien el camino del BIT se encon- into the host State. The most common type
traría cerrado, el inversionista contaría aún of clause will record that parties’ under-
con otros mecanismos para hacer valer su taking to ´promote´ investments under the
reclamo (i.e., cortes locales, otros arbitra- treaty and admit such investments as long
jes en sedes distintas al CIADI). as they are made in accordance with the
(27) Una opinión similar puede encontrarse en KNAHR, C. “Investments ´in accordance with host state law”, en:
Transnational Dispute Management, Vol. 5, Nº 5, Septiembre de 2007, Par. 17.
(28) Fraport v. Filipinas, Par. 344.
(29) Ibidem, Par. 345.
946 ÍTALO CARRANO
por los países del sudeste asiático limiten las regulaciones nacionales no eran cla-
la aplicación de la Cláusula a aquellas in- ras. El tribunal en Fraport entiende que
versiones que sean previamente aproba- sólo las violaciones intencionales (de mala
das por el país anfitrión(33). A manera de fe) hacen que el inversionista pierda las
ejemplo, el BIT suscrito por Perú y Sin- protecciones derivadas del tratado(34).
gapur contiene una Cláusula con ese tipo
de restricción material. El artículo 2.1 se- El estándar planteado contrasta con
ñala que: “El presente Convenio se apli- el usado en Tokio Tokelés v. Ucrania. Este
cará únicamente: (…) (b) con relación a caso se origina a partir del reclamo ante
las inversiones en el territorio de la Re- CIADI de un inversionista de nacionali-
pública de Singapur, a todas las inversio- dad lituana respecto a su inversión en una
nes realizadas por inversionistas de la subsidiaria constituida en Ucrania. Como
República del Perú que hayan sido apro- una de sus defensas rechazando la juris-
badas específicamente por escrito por dicción del tribunal constituido bajo re-
la autoridad competente designada por glas CIADI, la demandada señala que la
el Gobierno de la República de Singa- inversión de Tokio Tokelés no se realizó
pur y de acuerdo a las condiciones, si de acuerdo a las normas de Ucrania, mo-
existiera alguna, que éste estime conve- tivo por el cual debía rechazarse la pro-
niente” (el resaltado es agregado). tección de la misma(35). Ucrania señala que
la inversión del demandante no se encuen-
d. Una segunda pregunta sobre
tra protegida debido a que éste habría in-
este tema se encuentra referida al están-
cumplido con: (i) la denominación de la
dar qué debe aplicarse para establecer la
subsidiaria de Tokio Tokelés no recoge-
violación a la ley nacional.
ría el nombre correcto de la forma socie-
En Fraport, el tribunal toma una taria escogida conforme a las leyes de
aproximación subjetiva, buscando estable- Ucrania(36) y (ii) diversos documentos re-
cer si la violación a la legislación nacio- lacionados con la inversión se habría pre-
nal se debió a un error de buena fe o a que sentado sin tener las firmas necesarias o
(33) SORNARAJAH , M., International Law on Foreign Investment, Cambridge University Press, Cambridge,
2004, Par. 225.
(34) Fraport v. Filipinas, Par. 396 (“When the question is whether the investment is in accordance with the law of
the host state, considerable arguments may be made in favour of construing jurisdiction ratione materiae in
a more liberal way which is generous to the investor. In some circumstances, the law in question of the host
state may not be entirely clear and mistakes may be made in good faith. An indicator of a good faith error
would be the failure of a competent local counsel’s legal due diligence report to flag that issue. Another
indicator that should work in favour of an investor that had run afoul of a prohibition in local law would be
that the offending arrangement was not central to the profitability of the investment, such that the investor
might have made the investment in ways that accorded with local law without any loss of projected profita-
bility. This would indicate the good faith of the investor”).
(35) El artículo 1(1) del BIT Lituania – Ucrania define una inversión como: “Every kind of asset invested by an
investor of one Contracting Party in the territory of other Contracting Party in accordance with the laws and
regulations of ht latter (…)”.
Un análisis similar se sigue en Inceysa v. El Salvador. Ver Par. 230-244.
(36) La demandada señala que el nombre de la subsidiaria (“The Lithuanian subisidiary private Enterprise The
Publishing, Informational and Advertising Agency Taki Spravy”) es incorrecto debido a que “subsidiary enter-
prise” (y no “subisidiary private enterprise”) es la forma societaria reconocida por las leyes ucranianas.
948 ÍTALO CARRANO
ÍNDICE GENERAL
Contenido ......................................................................................................................... V
Presentación ..................................................................................................................... XI
ARBITRAJE NACIONAL
8.3. Forma del laudo arbitral, firma de los árbitros y opiniones disidentes .......... 59
8.7. Plazo para dictar el laudo arbitral y su notificación a las partes .................... 63
4. ¿Es válido aplicar la regla iura novit curia en arbitrajes de derecho? .................... 103
ÍNDICE GENERAL 955
ARBITRAJE INTERNACIONAL
H. Elements that may usefully be added to the standard clause ......................... 176
LA EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL
DE LA ARBITRABILIDAD
SANTIAGO TALERO RUEDA
(Colombia)
4.1. El fallo del caso de Scherck v. Alberto Culver (1974) ................................... 231
4.3. El fallo del caso de Shearson/American Express v. McMahon (1987) .......... 237
4.4. El fallo del caso de Rodríguez de Quijas v. Shearson/American Express ..... 238
4.5. Reflexiones finales sobre la arbitrabilidad en los Estados Unidos ................ 238
II. Elección de la ley por las partes del contrato .......................................................... 250
2. El principio básico: Autonomía de las partes para elegir la ley aplicable ...... 250
19.2. Interpretación extensiva de los usos del comercio internacional ....... 275
19.3. Orden público, normas imperativas y normas de policía .................. 275
20. Las estipulaciones del contrato y los usos comerciales pertinentes ............... 279
EL PLAZO EN EL ARBITRAJE
HÉCTOR ALEGRÍA
(Argentina)
EL ARBITRAJE INTERNACIONAL:
COSTO Y DURACIÓN
YVES DERAINS
(Francia)
2. Los medios de reducir los plazos y costos del arbitraje internacional .................... 308
3.2. La regla de trato igual y plena oportunidad de hacer valer los derechos ....... 313
3.3. Los términos igualdad y plena oportunidad de hacer valer los derechos ....... 316
4. Ejemplos del valor limitado de las listas contenidas en las IBA rules ..................... 329
B. La situación del árbitro designado por cada una de las partes ....................... 352
ARBITRAJES COMPLEJOS
FERNANDO DEL CASTILLO ELORZA
(México)
ARBITRAJE Y PROCEDIMIENTO
CÉSAR CORONEL JONES
(Ecuador)
3. Dificultades que derivan del juicio arbitral en que el Estado es parte procesal ...... 430
RENUNCIA AL RECURSO DE
ANULACIÓN CONTRA EL LAUDO:
ALCANCES Y ANÁLISIS COMPARATIVO
DYALÁ JIMÉNEZ FIGUERES
(Chile)
EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
DE LAUDOS ANULADOS
EDUARDO ZULETA
(Colombia)
LA GLOBALIZACIÓN NORMATIVA
DEL ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL:
LA LABOR DE LA CNUDMI/UNCITRAL
MARÍA DEL PILAR PERALES VISCASILLAS
(España)
4. Problemas con la doctrina del orden público en el contexto internacional ............. 718
APROXIMACIÓN A LA SOLUCIÓN
DE CONTROVERSIAS EN EL SECTOR DE
TELECOMUNICACIONES EN LATINOAMÉRICA
HERNANY VEYTIA
(Italia)
ARBITRAJE DE INVERSIÓN
ARBITRANDO LA INVERSIÓN
FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
(Perú)
The doctrine of assertion and jurisdictional issues in investment arbitration .................. 809
978 ÍNDICE GENERAL
5. Substantive Protections and Salient Features of the Canada-Peru BIT ................... 857
10. Conclusion: Further Opportunities for Canada-Peru Trade and Investment ........... 864
LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN EL
ACUERDO DE PROMOCIÓN COMERCIAL
CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
PAOLO DEL AGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO / ÁLVARO GUSTAVO AGUILAR OJEDA
(Perú)