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Por intermedio del presente instrumento, las abajo firmantes, venimos en esta presentación en
denunciar a la Doctora Izkia Jasvin Siches Pastén, Presidente del Colegio Médico, domiciliada para
estos efectos en Santiago; esto en atención a los argumentos que expondremos y que a juicio de
esta parte constituyen actuaciones reñidas con la función que ésta desempeña, comprometiendo
gravemente la imagen de la institución que preside, como asimismo los intereses de los
profesionales que la misma acoge:
Lo anterior por cuanto, sin considerar su investidura como presidente de este estamento, la antes
mencionada ha proferido expresiones que por su tenor comprometen de manera grave los intereses
e imagen del Colegio Médico de Chile, según lo que dispone el Código de Ética , el cual, a propósito
de los “DEBERES GENERALES DEL MÉDICO”, en su Artículo 7, hace presente que :
“El médico, tanto en su ejercicio profesional como en su vida pública, debe observar un
comportamiento acorde con la moral, el decoro y el prestigio de la medicina”, lo que claramente se
acentúa aún más en términos de responsabilidad, toda vez que quien inobserva lo expresado es
quien preside el Colegio Médico de Chile, esto si se toma en consideración lo dispuesto en los
Artículos 1 y 4 del citado Código y en el que en su expresión más clara expone lo siguiente:
“(…) por disposición estatutaria, tiene el deber de velar por el prestigio de la profesión y por su
correcto ejercicio por parte de los asociados, a quienes asiste, en consecuencia, la obligación de
acatar las decisiones y acuerdos que adopten los organismos competentes de la Orden en tales
materias”.
Hacemos presente el hecho en cuestión a este Tribunal de Ética, porque entre las tantas
actuaciones - que consideramos reñidas por su profesión, así como por la investidura de la Sra.
Siches - la entrevista pública, prestada por ella , y por todos conocidas, en el podcast “ La cosa
Nostra” de fecha 18 de marzo de 2021, así lo demuestra. Esta entrevista fue realizada ante un
masivo público en la red Youtoube, donde formuló expresiones y profirió dichos agraviantes e
injuriosos hacia colegas de manera, incluso, despectiva y soez; lo que ciertamente generó
comentarios desde los más diversos sectores de la sociedad y con carácter de escándalo público
que como gremio, tuvimos y debemos afrontar, dado que tales expresiones merecen por la
comunidad en general ser valorados como propios de los profesionales médicos, dado que en tal
entrevista doña Izkia Siches lo hizo utilizando distintivos gráficos que representan al Colegio Médico,
por lo que es fácil concluir que tal actuación la hacía en nombre del gremio y no a título personal.
Este daño inmerecido a nuestro Colegio y a la profesión requiere, según creemos y exigimos, del
pronunciamiento de este Tribunal.
Entre las diversas consecuencias generadas por sus dichos hubo un alcance deducido por ésta que
a nuestro juicio merece la calificación de grave por su contenido expreso e ilegal, pues reconoció
haber “engañado” a los médicos colegiados en las últimas elecciones, ya que había aseverando que
ella no tenía intenciones de postular a cargos político; esto frente a una pregunta planteada por un
panelista, Dario Quiroga, quien le manifestó, a propósito de la última elección, que ésta fue una
estrategia electoral, que requería “despejar esa variable… (sic) y te pusieron un chascón, torrante
(atorrante) y no sé qué”. Ante lo cual, la entrevistada respondió, “muy bien, se sacó un
siete…justamente era una nube negra que me arrastraba utilizar el colegio como trampolín… otra
cosa es que en el camino se transforme en un trampolín”.
De conformidad a sus propias palabras se puede advertir el engaño a los colegiados y deja,
además, sin tampoco rectificar, el insulto y descalificación proferida por el panelista al Dr. Renato
Acuña.( Minutos 43 al 46 de la entrevista ).
Ilustres integrantes de este Tribunal, es menester hacer presente que a partir de las expresiones
de nuestra presidenta, queda claramente asentado que ella considera que puede engañar en su
discurso, dependiendo la necesidad, generando con esto un daño inmenso a la credibilidad tanto
de su persona como del gremio que representa a partir de los actos en que, de manera expresa,
hizo presente, mofándose públicamente.
“Todo médico tiene la obligación de defender a aquel colega que reciba ataques o denuncias
injustas. Constituye falta a la ética criticar con terceros, de manera despectiva, las actuaciones
profesionales de un colega. Hacerlo en presencia de pacientes, familiares, o públicamente, se
considerará circunstancia agravante.
Igualmente, constituye falta a la ética cualquier acto que, directa o indirectamente, pretenda
difamar, injuriar o calumniar a un colega en su integridad o ejercicio profesional”.
Hacemos presente la anterior disposición, por cuanto decir “Atorrante y Chascón” es un ataque
público, que denosta e injuria. Lo anterior, entendiendo que la injuria es toda expresión declarada
o acción ejecutada en deshonra, descrédito o menosprecio de otra persona; delito que se basa en
la intención de quebrantar la posición en relación al resto de los individuos en la sociedad.
A este respecto algunos fallos de la Corte Suprema han indicado que para apreciar el ánimo de
injuriar del inculpado, es pertinente tomar en cuenta no sólo el significado gramatical de las palabras
o frases injuriosas, sino el propósito del que las pronuncia o escribe además de la ocasión en que lo
hace o la forma que emplea.
Nosotras, como profesionales y colegiadas frente a lo descrito hasta acá, nos hemos sentido
profundamente ofendidas, constatando que nuestra credibilidad y respeto ha sufrido un daño
irreparable por parte de nuestros pacientes y de la sociedad en su conjunto, lo que puede derivar
en situaciones de suyo complejas. Las agresiones, tanto verbales como físicas, se prestan hoy como
ejemplos del actuar que enarbola nuestra dirigencia, y el escalamiento lógico es la pérdida del
respeto entre pares. Debemos hacer presente que la relación médico-paciente, por estos hechos,
ha sufrido un enorme deterioro, ello debido a las reiteradas actuaciones de la Señora Siches, que
claramente sé acentuó con sus últimos dichos.
Entre las autoridades aludidas de manera injuriosa, incluimos al Ministro de Salud Doctor
Enrique Paris, a quien calificó como un “soldado dispuesto a cualquier cosa con tal de mantener su
cargo”; agregando que el Gobierno, es “el peor de todos en cuestión de salud; la mesa social,
reuniones inoperantes y cosméticas y un montón de gente que se presta para ello, los expertos
gubernamentales, un grupo de ingenieros que se creen epidemiólogos” El grupo mencionado incluye
a varios colegas, dirigentes, rectores de las más importantes casas de estudios y otras
personalidades importantes de nuestro país. Con todo, estas expresiones no se plantearon dentro
del ámbito y de las temáticas que se aludieron o pretendían aludirse, anteponiendo criterios más
bien ideologizados ante un foro entrevistador que facilitó el uso de un mensaje que hizo que el
contenido de lo mismo se situara dentro un lenguaje informal, tal como lo dijera el rector Peña al
referirse a estos dichos vertidos por la presidenta del Colegio Médico.
En referencia con lo relatado, la Doctora Karla Rubilar en carta pública del 21 de marzo del
presente año, dice:
“Por lo anterior, Izkia, me resulta inentendible e inaceptable que ahora diga que se saca fotos
con “todos los infelices” cuando se refiere al Gobierno. Permítame decirle que sus declaraciones
me sorprenden, horadan el cargo que ostenta, quiebran confianzas y golpean su propia estatura
como titular de la institución que encabeza”.
Qué duda cabe que es el sentir de gran parte del gremio y de la población.
Finalmente recalca que “Esto no es por una molestia personal, sino porque sus dichos agreden
injustamente a colegas como la Dra. Paula Daza, el Dr. Alberto Dougnac, los médicos, Directores de
Servicio y Seremis, al dos veces presidente de la Orden, Dr. Enrique Paris, y a todos quienes, a lo largo
de Chile, día a día -con aciertos y errores- dan su máximo esfuerzo por el bienestar de nuestros
compatriotas”.
“A mí me gusta un debate en otros términos”, agregando que “una cosa es discutir, y discutir de
política y discutir de la justicia, y otra con palabras que a mí más me parecen insultos”.
Para reforzar el esto es válid hacer referencia a decenas de publicaciones en ese sentido, además
de carta de los jefes de servicios de salud, de los SEREMIS y de colegas en general.
Existiendo una concordancia en general en el sentido de que aquí existió una falta grave a las
formas (algunos incluyen el fondo).
A este respecto es pertinente, recordar que nuestro Código de Ética hace expresa referencia a
estos temas:
Artículo 7. El médico, tanto en su ejercicio profesional como en su vida pública, debe observar un
comportamiento acorde con la moral, el decoro y el prestigio de la medicina.
Para mayor abundamiento, en este sentido es válido hacer presente el artículo del Rector Carlos
Peña quien, dando un sustento ético y académico, nos dice lo siguiente:
En esta columna el Rector Carlos Peña pone en duda la credibilidad de la presidente del COLMED,
dice que hipotecó el prestigio y credibilidad de nuestro Colegio, además de dejar en claro una
actuación lejana al decoro y la altura del prestigio del gremio.
Respecto de las consecuencias producidas por los dichos de la citada presidente, y que implican
las relaciones de esta institución gremial con los profesionales que representa, es claramente
abordable al considerar lo que describe el TÍTULO VII DE LAS RELACIONES DEL MÉDICO CON SUS
COLEGAS Y CON LOS DEMÁS PROFESIONALES DE LA SALUD.
Artículo 61. Las relaciones entre médicos deben basarse siempre en el respeto, deferencia, lealtad y
consideración recíprocos, cualquiera sea la vinculación jerárquica existente entre colegas. La
solidaridad entre médicos es uno de los deberes primordiales de la profesión, y sobre ella sólo tiene
precedencia el bien del paciente.
Artículo 62. Todo médico tiene la obligación de defender a aquel colega que reciba ataques o
denuncias injustas. Constituye falta a la ética criticar con terceros, de manera despectiva, las
actuaciones profesionales de un colega. Hacerlo en presencia de pacientes, familiares, o
públicamente, se considerará circunstancia agravante. Igualmente, constituye falta a la ética
cualquier acto que, directa o indirectamente, pretenda difamar, injuriar o calumniar a un colega en
su integridad o ejercicio profesional.
“No veo que él esté trabajando para controlar la pandemia, sino para mantener su cargo”,
creemos que esto, es de una gravedad insoslayable.
De la lectura del artículo mencionado, concluimos que esta frase habla por sí misma, al expresar
de manera clara la falta cometida, respecto a la injuria en su integridad o ejercicio profesional,
configurándose al tenor del artículo 62 del Código de ética la circunstancia agravante mencionada
está presente, luego de que las expresiones vertidas se hicieron de manera expresa y pública,
desatando la repercusión que ha tenido, no sólo en el ámbito médico, sino en la comunidad en
general.
Tampoco podemos olvidar lo que a este respecto menciona de manera expresa el capítulo IX del
ya citado cuerpo legal, referido: “TÍTULO IX DE LAS RELACIONES DEL MÉDICO CON EL COLEGIO
MÉDICO”
Artículo 74. Constituyen faltas a la ética todas aquellas conductas que vulneren las normas que
rigen las relaciones del médico con el Colegio Médico de Chile (A.G.) y, en especial, las siguientes:
(…) b) Asumir actitudes o ejecutar acciones que dañen el prestigio del Colegio Médico, o de sus
dirigentes, o que propendan a la desunión o división del Gremio, a la disminución del prestigio de sus
miembros, o que involucren daño inmerecido para la profesión médica.
El daño al prestigio del colegio médico como institución gremial es evidente, así como a la
profesión, todo lo cual ha decantado en una propensión que conlleva a la desunión o división del
gremio.
¿Quién le otorga esta altura moral para transformarse en juez y emitir juicios como “infelices”,
“utilitarios” y “soldado” (usado, como se desprende del contexto, no para destacar disciplina, sino
para dar a entender que no piensa, dadas las características de verticalidad y obediencia que
describe a los militares).
Es válido e imprescindible indicar que la libertad de opinión, así como la de expresión son derechos
garantizados en un sistema democrático y forman parte de un derecho fundamental no sólo descrito
en el Artículo 19 Número 12 de la Constitución politica, sino en el derecho constitucional
comparado. Pero como todo derecho, también posee mínimos legales que permiten restablecer y
recuperar aquellos derechos conculcados que resulten perturbados, privados o amenazados cuando
tales expresiones se alejan de ese ejercicio en los términos que todo sistema democrático demanda
y protege. En consecuencia, ello no obsta a la existencia constitucional del principio de
responsabilidad. De esta manera, aquellos que al hacer uso de estas libertades cometan delitos o
incurran en abusos deben afrontar las consecuencias penales y civiles que la ley establezca.
Es importante recalcar la existencia de una carta pública posterior de la Doctora. Siches , la que a
nuestro juicio no es una atenuante ni menos un eximente a las responsabilidades en las que podría
verse implicada doña Iskia Siches, creemos más bien, que se trataría de una estrategia, para atenuar
un hecho que se transformó en un escándalo público, puesto que ella no hace más que justificar su
actuar escudándose en lo ya por todos conocido; y que podemos concluirlo al citar una frase que
se traduce en lo siguiente: “si alguien se sintió ofendido le pido disculpas”; con ella no se observa
en ninguna parte un dejo de arrepentimiento, sino más bien la legitimación de un nuevo estándar
de trato ante las diferencias, pero en ningún caso la admisibilidad de responsabilidades, y por ende,
menos, una disculpa creíble. Sino más bien una justificación a su actuar.
Creemos era importante por parte de la presidente Siches, el asumir las consecuencias
provocadas por la gravedad de su actuación, ya que, como hemos sostenido, el daño generado por
sus dichos y expresiones desconfiguran la esencia del Colegio Médico, de su calidad de Presidenta y
ciertamente la integridad profesional de quienes representa, así como la investidura de los que
aludió al exteriorizar sus dichos.
POR TANTO:
Rogamos a este Tribunal que, en atención a las faltas éticas descritas en los artículos
numerales 7; 61; 62; 74; 75 del Código de Ética, así como en las disposiciones Penales y
Constitucionales citadas, es que venimos en pedir se aplique una SANCIÓN ÉTICA EJEMPLAR en
contra de la presidente del Colegio Médico de Chile, Sra. Izkia Jasvin Siches Pasten, dado que
estimamos que nuestra petición se funda claramente en instrumentos documentados, imágenes,
audios, opiniones y actuaciones públicamente conocidas y difundidas.
Por ello, y en atención a las variables descritas, así como en las disposiciones vigentes,
pedimos a este tribunal se pronuncie en base a la teoría de la prueba objetiva y de los fundamentos
expuestos en esta acción, junto con hacer reiterativo aquellas pretensiones que buscan hacer
presente y demostrar que aquí no existen médicos de dos clases o categorías, y por ende, que todos
somos pares y que debemos cumplir los preceptos éticos en forma y fondo, pero que sin embargo
se observa una actuación que atenta contra principios éticos, jurídicos tanto normativos como
constitucionales por parte de la aludida en esta presentación, que debilita la imagen de este
estamento colegiado en su conjunto, verificándose un claro atentado en contra de la tolerancia y
el profesionalismo.
Respetuosamente,
Ante las declaraciones de la presidenta del Colegio Médico de Chile contra el Ministro de Salud y la
gestión del Gobierno de Chile frente a la pandemia por el COVID-19, los directores de los 29 Servicios
de Salud del país consideramos necesario declarar lo siguiente:
1º Rechazamos el tono y el contenido de la crítica realizada por la máxima represente del Colegio
Médico de Chile, debido al rol que históricamente esta asociación gremial ha cumplido en el
desarrollo de la salud pública de nuestro país y también por el complejo escenario mundial y
nacional que estamos enfrentando, el cual requiere del aporte y compromiso de todos.
2º Las críticas contra el Ministro de Salud y el Gobierno de Chile, además de ser injustas y sesgadas,
ofenden también a todos quienes, con nuestros equipos, hemos estado sin descanso trabajando
para enfrentar la pandemia más importante que en los últimos 100 años ha azotado a la humanidad.
4º Hoy es necesario insistir en apelar al compromiso individual con las medidas de prevención del
contagio por COVID-19, a la solidaridad con los más propensos a esta enfermedad y con los equipos
de salud que están cansados, pues han dado lo mejor para controlar y enfrentar esta pandemia.
SANTIAGO, 21 de marzo de
2021
Dra. Izkia
Siches
Presidenta
Colegio Médico de
ChilePresente
Estimada Doctora,
Primero, quisiera decirle que escribo esta carta con mucho pesar y dolor, pero siento el deber de
hacerlo, a la luz de los recientes acontecimientos.
En el año 2002, poco tiempo después de terminar mis estudios iniciales de medicina, decidí
colegiarme y desde entonces he seguido siendo miembro del Colegio Médico de Chile, siguiendo
elejemplo de mis padres, quienes también pertenecen a la orden.
En todos estos años he visto presidir la entidad al Dr. Accorsi, al Dr. Castro, al Dr. Rodríguez, al Dr.
Paris, y a usted. Como es de esperar, cada uno de ellos le puso su sello e impronta personal al cargo.
Usted también lo ha hecho. Desde su historia de vida, su juventud y como la primera mujer en
alcanzar la presidencia nacional. Y si bien es cierto en muchas ocasiones estuve en desacuerdo
con algunos de sus dichos o decisiones, entendí que existía una motivación bien inspirada.
Siempre ha sido así con nuestro Colegio, desde la creación de la Sociedad Médica de Chile en
1869.
Es cierto que la política ha jugado y seguirá jugando un rol importante en el Colegio Médico y en
elejercicio de la profesión pues hay que admitir y reconocer que la política y la medicina son dos
formas de servicio público. Así, muchos médicos hemos ocupado cargos de elección popular, sin
embargo, la presidencia del Colegio Médico cumple otro rol. Un rol que muchas veces debe ser
político, pero que, a mi juicio, nunca debe ser partidista.
Usted misma, en la polémica conversación que sostuvo hace unos días, reconoció que “perdí los
grados de libertad hace rato”, ya que “donde vaya soy la presidenta del Colegio Médico”. Y
también usted, en una actitud llena de coraje, y que de seguro le generó costos políticos y
personales, apostópor llegar a un acuerdo con el Gobierno para reabrir los colegios, demostrando
con eso que su interés estaba puesto en el bienestar de los niños y niñas por sobre las diferencias
políticas.
Por lo anterior, Izkia, me resulta inentendible e inaceptable que ahora diga que se saca fotos con
“todos los infelices” cuando se refiere al Gobierno. Permítame decirle que sus declaraciones me
sorprenden, horadan el cargo que ostenta, quiebran confianzas y golpean su propia estatura
comotitular de la institución que encabeza.
Hago ver, además, que su entrevista no era personal. Usted tenía de fondo el logo del Colegio
Médico de Chile, del que miles de profesionales sin distinción política somos parte. En nuestro
gremio, debemos caber y sentirnos representados todos quienes escogimos esta profesión y no
sólolos que votaron por usted.
Lamentablemente, y por distintas razones, desde la eliminación de la tutela ética en 1981, los
Colegios Profesionales han perdido mucho terreno y credibilidad. Sin embargo, el nuestro ha
logrado mantenerse como un baluarte y es importante conservarlo así. El daño que generan sus
dichos puede ser un punto de no retorno y no podemos darnos ese lujo. No con el Colegio Médico,
no con nuestra historia.
Espero, con la confianza que me genera el peso de la institución de la que ambas somos parte,
queenmiende el rumbo. De no ser así, no sólo sería para mí una gran decepción personal, sino
que con mucha tristeza -por los años que llevo colegiada- me vería en la necesidad ética de
presentarle mi renuncia al Colegio Médico de Chile.
Esto no es por una molestia personal, sino porque sus dichos agreden injustamente a colegas
comola Dra. Paula Daza y el Dr. Alberto Dougnac, los médicos Directores de Servicio y Seremis, al
dos veces Presidente de la Orden, Dr. Enrique Paris, y a todos quienes a lo largo de Chile, día a día
-conaciertos y errores- dan su máximo esfuerzo por el bienestar de nuestros compatriotas.
Quisiera apelar finalmente a su buen criterio y a su sabiduría, para que vuelva a imperar en usted
elespíritu de colaboración, acorde con la importancia del Colegio Médico de Chile y al momento
tan delicado por el que atraviesa la salud pública, que ahora más que nunca nos necesita a todas y
todos.
Respetuosamente,