Tomando perspectiva amplia

Independientemente lo que signifique para ti, el trading puede ser una vía para ganar dinero, con
la preparación y entrenamientos necesarios. ¿Es esta la mejor vía para generar ingresos? ¿Qué
opciones hay que tengan menos riesgo? ¿Cómo hacer para tener un buen patrimonio?

Ganar dinero no garantiza, en absoluto, la libertad financiera. Todo depende de si con los
ingresos que tenemos cubrimos sobradamente las necesidades para vivir, pagar préstamos y
constituir diversos fondos de previsión. Puedes tener un alto nivel de vida que te requiera
también un alto nivel de ingresos.

El concepto de libertad financiera lo ha puesto de relevancia, entre otros prestigiosos autores,

Robert Kiyosaki, que a través de sus libros, conferencias, cursos, artículos y presencia en
Televisión ha impulsado la independencia financiera y ver los problemas y necesidades
económicos desde diferentes puntos de vista.

La libertad financiera se logra cuando la persona genera diferentes fuentes de ingresos pasivos
que le liberan de la necesidad de trabajar de forma activa.

Los ingresos pasivos se obtienen por:

• rendimientos de capital, como intereses de cuentas y dividendos de acciones

• rentas de inmuebles alquilados: pisos, oficinas, apartamentos etc.
• derechos de autor por libros, cursos, programas, obras artísticas
• derechos por la explotación de patentes
• derechos de cartera (seguros, planes de ahorro y jubilación…)
• rendimiento por negocios

Otras fuentes de ingresos son aquellas obtenidas por la venta de bienes muebles, inmuebles,
activos tangibles e intangibles.

En el Trading, el ingreso se busca a través de aprovechar oportunidades del mercado,

comprando a un precio inferior para vender a un precio superior, en contextos bursátiles y
temporalidades diferentes Se generan así las plusvalías, si bien puede haber dividendos de
determinadas acciones si éstas se mantienen en cartera. Si hay dividendos, habrá ingresos
pasivos. Las plusvalías solo se materializan en la venta y realización de los activos.

Una gestión prudente del patrimonio aconseja destinar no más de un 5% de los activos
monetarios al trading. Esto significa que si quieres invertir 5000€ para tradear, tendrías que tener
otros 95.000€ aproximadamente en otras inversiones.

Benjamín Graham, en su libro El Inversor Inteligente nos dice:

“La mejor forma de medir el éxito de su inversión no consiste en saber si está ganando al
mercado, sino en saber si ha elaborado un plan financiero y una disciplina de conducta que
tenga probabilidades de permitirle llegar adonde quiere llegar. En última instancia, lo que
importa no es cruzar la meta antes que el resto, sino asegurarse de que uno llega a su meta.
Invertir de manera inteligente es centrarse en aquellas inversiones que pueda controlar.”

Y sigue diciendo:

“Lo que sí puede controlar usted es:

• Los costes de intermediación, si hace operaciones con poca frecuencia, de manera paciente, y
de forma barata.
• Sus costes de cartera, si se niega a comprar fondos de inversión que tengan unos gastos anuales
excesivos.
• Sus expectativas, si actúa con realismo y no se deja llevar por las fantasías, a la hora de hacer
previsiones sobre los resultados que puede obtener.
• Su riesgo, si decide qué parte de su patrimonio total queda expuesto a los azares del mercado
de valores, mediante la diversificación y mediante los ajustes de la cartera.
• Su factura tributaria, si conserva las acciones durante el período necesario para reducir al
máximo sus obligaciones tributarias, atendiendo a la normativa fiscal que se encuentre vigente
en cada momento.
• Y en especial, su propio comportamiento”

Ten en cuenta esta visión más amplia, porque se trata de proteger tu patrimonio en primer lugar,
gestionarlo con criterios de prudencia y rentabilidad, diversificando las inversiones según tus
necesidades a corto, medio y largo plazo.

En cuanto al Trading, se realista en cuanto a tu capacidad económica, el tiempo que puedes

dedicarle al estudio y a la práctica, la influencia de las emociones en tu operatoria.

Ejercicio.- Pregúntate frecuentemente ¿Qué pasaría en la hipótesis de pérdida total de mi

cuenta? ¿Qué repercusiones tendría en mi equilibrio patrimonial? ¿Cómo afectaría a mi familia?
¿Qué opciones tengo? ¿Cuáles son las mejores?

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