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ALTERACIONES SISTEMA RENAL

INFECCIONES URINARIAS

DEFINICION: Las infecciones del tracto urinario (ITU) se definen como la colonización y la
multiplicación de un microorganismo, habitualmente bacterias, en el aparato urinario

Etiología
Las bacterias que causan cistitis y pielonefritis con mayor frecuencia son las siguientes:
 Bacterias entéricas, generalmente bacterias aerobias gramnegativas (con mayor
frecuencia)

 Bacterias grampositivas (con menor frecuencia

Factores de riesgo
Los factores de riesgo para el desarrollo de infecciones urinarias son:

 Relaciones sexuales

 Uso de diafragma y espermicidas

 Administración de antibióticos

 Nueva pareja sexual en el último año

 Antecedentes de infecciones urinarias en mujeres con parentezco de primer grado


entre sí
 Antecedentes de infecciones urinarias recurrentes

 Primera infección urinaria a temprana edad

FISIOPATOLOGÍA

El tracto urinario, desde los riñones hasta el meato uretral, normalmente es estéril y resistente a la
colonización bacteriana a pesar de la frecuente contaminación de la uretra distal con bacterias del
colon. La principal defensa contra la infección del tracto urinario es el vaciado completo de la
vejiga durante la micción. Otros mecanismos que mantienen la esterilidad del tracto son la acidez
de la orina, las válvulas vesicoureterales, y diversas barreras inmunitarias y de las mucosas.

Aproximadamente el 95% de las infecciones urinarias se produce cuando las bacterias ascienden
por la uretra hasta la vejiga y, en el caso de la pielonefritis, por el uréter hasta el riñón. Los casos
restantes son de origen hematógeno. Una infección urinaria puede producir un cuadro sistémico,
especialmente en los ancianos. Un 6,5% de los casos de bacteriemia intrahospitalarias pueden
atribuirse a una infección urinaria.

Por lo general, se consideran infecciones urinarias no complicadas a la cistitis o la pielonefritis que


se producen en mujeres adultas premenopáusicas sin ninguna anormalidad estructural o funcional
de las vías urinarias, que no están embarazadas y no tienen otras enfermedades significativas que
pudiesen conducir a resultados más graves. Además, algunos expertos consideran que las
infecciones urinarias no son complicadas incluso cuando afectan a las mujeres menopáusicas o
pacientes con diabetes bien controlada. En los hombres, la mayoría de las infecciones urinarias se
producen en niños o pacientes de edad avanzada, se deben a anomalías anatómicas o a
instrumentación, y se consideran complicadas.

Las raras infecciones urinarias que se producen en hombres de 15 a 50 años suelen afectar a
hombres que tienen relaciones sin protección por vía anal o en aquellos que no están
circuncidados, y en general se consideran no complicadas. Las infecciones urinarias en hombres de
este grupo etario que no tienen relaciones sin protección por vía anal o están circuncidados son
muy raras y, aunque también se consideran no complicadas, demandan una evaluación en busca
de anomalías urológicas.

Las infecciones urinarias complicadas pueden afectar a cualquier sexo, a cualquier edad.
Generalmente se considera que la cistitis o la pielonefritis no cumplen con los criterios para
considerarse no complicadas. Una infección urinaria se considera complicada si el paciente es un
niño, una mujer embarazada o tiene alguna de las siguientes:

El paciente tiene una anormalidad estructural o funcional de las vías urinarias y obstrucción del
flujo de orina

Una enfermedad concomitante que aumenta el riesgo de adquirir la infección o resistencia al


tratamiento, como diabetes mal controlada, enfermedad renal crónica o inmunodepresión

Instrumentación o cirugía reciente de las vías urinarias

TIPOS

Por su localización anatómica, nos encontraremos con:

- ITU de vía urinaria baja: uretritis, cistitis, prostatitis.

Cistitis
La cistitis es la infección de la vejiga. Es común en las mujeres, en quienes los cuadros de
cistitis no complicada suelen estar precedidos por relaciones sexuales (cistitis de la luna de
miel). En los varones, la infección bacteriana de la vejiga suele ser complicada y ocurrir
como resultado de una infección ascendente de la uretra o la próstata, o secundaria a una
instrumentación uretral. La causa más común de cistitis recurrente en varones es
la prostatitis  bacteriana crónica

Cistitis
La cistitis es la infección de la vejiga. Es común en las mujeres, en quienes los cuadros de
cistitis no complicada suelen estar precedidos por relaciones sexuales (cistitis de la luna de
miel). En los varones, la infección bacteriana de la vejiga suele ser complicada y ocurrir
como resultado de una infección ascendente de la uretra o la próstata, o secundaria a una
instrumentación uretral. La causa más común de cistitis recurrente en varones es
la prostatitis  bacteriana crónica

Prostatitis

La prostatitis puede definirse como la inflamación de la próstata (la


glándula prostática está compuesta por músculo liso y tejido glandular,
se ubica por debajo de la vejiga y rodea la parte superior de la uretra). La
próstata es la encargada de secretar un fluido alcalino hacia la uretra
durante la excitación sexual, con el objetivo de preceder y acompañar al
esperma que será eyaculado.

- ITU de vía urinaria alta: pielonefritis, absceso intrarrenal, absceso


perinéfrico

Pielonefritis aguda
La pielonefritis es la infección bacteriana del parénquima del riñón. El término no debe
utilizarse para describir la nefropatía tubulointersticial , a menos que esté documentada la
infección. En las mujeres, aproximadamente un 20% de las bacteriemias  extrahospitalarias
se deben a pielonefritis. Esta patología es rara en los varones con tracto urinario normal.

Diagnóstico

Análisis de orina

A veces, urocultivo

El diagnóstico por urocultivo no siempre es necesario. Si se realiza,


requiere la demostración de una bacteriuria significativa en una muestra
de orina recogida de manera adecuada.

Obtención de la orina

Si se sospecha la presencia de una enfermedad de transmisión sexual, se


obtiene una muestra de hisopado uretral para detectarla antes de la
micción. La orina luego se obtiene por toma limpia o cateterismo.
Para obtener una muestra limpia del chorro medio de orina, el meato
uretral se limpia con un desinfectante suave no espumoso y se seca al
aire. Debe minimizarse el contacto del chorro de orina con la mucosa,
separando los labios en la mujer y retrayendo el prepucio en los varones
no circuncidados. Los primeros 5 mL de orina se descartan; los
siguientes 5 a 10 mL se recogen en un recipiente estéril.

En las mujeres de edad avanzada (que suelen tener dificultad para


obtener una muestra limpia) y en aquellas con sangrado o secreciones
vaginales, se prefiere una muestra obtenida por cateterismo. Muchos
especialistas utilizan la sonda también para obtener una muestra si la
evaluación incluye un examen ginecológico. El diagnóstico de los
pacientes con sondas permanentes se comenta en otra sección (véase
Infecciones urinarias bacterianas con sonda vesical permeable...).

Los análisis, particularmente el cultivo, se deben hacer dentro de las 2 h


de recogida la muestra; de lo contrario, la muestra debe refrigerarse.

Análisis de orina

El examen microscópico de la orina es útil pero no definitivo. La piuria


se define como la presencia de ≥ 8 leucocitos/mcL de orina sin
centrifugar, lo que corresponde a 2 a 5 leucocitos por campo en un
sedimento obtenido por centrifugación. La mayoría de los pacientes con
infección verdadera presentan > 10 leucocitos/mcL. La presencia de
bacterias en ausencia de piuria, en especial cuando se encuentran varias
cepas diferentes, suele deberse a la contaminación durante la obtención
de la muestra. La hematuria microscópica se observa hasta en un 50% de
los pacientes, pero la hematuria grosera es infrecuente. Los cilindros de
leucocitos, que pueden requerir tinciones especiales para diferenciarse de
los cilindros tubulares renales, indican sólo una reacción inflamatoria;
pueden estar presentes en la pielonefritis, la glomerulonefritis y la nefritis
tubulointersticial no infecciosa.

Es posible la piuria en ausencia de bacteriuria y de infección urinaria, por


ejemplo en pacientes con nefrolitiasis, tumores uroepiteliales, apendicitis
o enfermedad inflamatoria intestinal, o si la muestra está contaminada
con leucocitos vaginales. Las mujeres que presentan disuria y piuria pero
sin bacteriuria significativa tienen síndrome uretral o síndrome de
disuria-piuria.

También suelen usarse las pruebas con tiras reactivas. Una prueba de
nitrito positiva en una muestra de orina reciente (la replicación bacteriana
en el recipiente resta confiabilidad a este resultado si la muestra no se
analizó de inmediato) es muy específica de una IU, pero no es una
prueba muy sensible. La prueba de esterasa leucocitaria es muy
específica para la presencia de > 10 leucocitos/mcL y es bastante
sensible. En mujeres adultas con infección urinaria no complicadas y
síntomas típicos, la mayoría de los médicos consideran suficiente para el
diagnóstico el resultado positivo de la observación microscópica y de la
tira reactiva; en estos casos, dados los posibles patógenos, los resultados
del urocultivo probablemente no modificarán la terapia, aunque sí
aumentarán los costos.

Tratamiento
Infección simple

Los medicamentos que suelen recomendarse para las infecciones simples de las
vías urinarias comprenden lo siguiente:

 Trimetoprima/sulfametoxazol (Bactrim, Septra u otros)

 Fosfomicina (Monurol)

 Nitrofurantoína (Macrodantin, Macrobid)

 Cefalexina (Keflex)

 Ceftriaxona
MANISFESTACIONES CLINICAS

ESPECIALISTAS
Resultados principales
Por lo general, se puede realizar un autodiagnóstico
Una infección en la vejiga puede causar dolor pélvico, necesidad urgente de orinar, dolor
mientras se orina y sangre en la orina. Una infección en los riñones puede causar dolor de
espalda, náuseas, vómitos y fiebre.

Las personas pueden sufrir:


Áreas de dolor: abdomen inferior, ingle, pelvis o vejiga
Circunstancias en que se presenta el dolor: al orinar o durante las relaciones sexuales
Urinarios: micción frecuente, orina con olor fétido, espasmo de vejiga, necesidad constante de
orinar, orina oscura, orina turbia, sangre en la orina o sensación de vaciamiento incompleto de
la vejiga
Todo el cuerpo: fatiga, fiebre o malestar
También comunes: calambres o irritación vaginal

INSUFICIENCIA RENAL

Definición: a insuficiencia renal o fallo renal se produce cuando los riñones no son capaces


de filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre
Fisiopatología
La enfermedad renal crónica se describe en un principio como una disminución de la reserva
renal o una falla renal, que puede progresar a insuficiencia renal (enfermedad renal
terminal). En principio, a medida que el tejido renal pierde funcionalidad, hay pocas
anomalías evidentes porque el tejido remanente aumenta su función (adaptación funcional
renal).

La disminución de la función renal interfiere con la capacidad del riñón de mantener la


homeostasis de líquidos y electrolitos. La capacidad de concentrar la orina disminuye en
forma temprana, y es seguida por la declinación de la capacidad de excretar un exceso de
fosfato, ácido y potasio. Cuando la insuficiencia renal es avanzada (tasa de filtración
glomerular [TFG] ≤ 15 mL/min/1,73 m2), se pierde la capacidad de diluir o concentrar la orina
de manera eficaz; por ello, la osmolaridad de la orina suele fijarse en alrededor de 300 a 320
mOsm/kg, cerca de la plasmática (275 a 295 mOsm/kg) y el volumen urinario no responde
fácilmente a las variaciones en la ingesta de agua.

Etiología
La enfermedad renal crónica puede ser el resultado de cualquier causa de disfunción renal
de suficiente magnitud (véase tabla Causas principales de insuficiencia renal crónica ).
Las causas más comunes en los Estados Unidos, por orden de prevalencia, son
 Nefropatía diabética
 Nefrosclerosis hipertensiva
 Varios glomerulopatías  primarias y secundarias
El síndrome metabólico , en el cual se presentan hipertensión y diabetes de tipo 2, es una
causa cada vez más importante de disfunción renal

Signos y síntomas[editar]
Entre los signos y síntomas de la insuficiencia renal aguda se incluyen los siguientes:

 Disminución del volumen de orina excretado (diuresis), aunque a veces se mantiene


estable.
 Retención de líquido, que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies.
 Falta de aire.
 Fatiga.
 Desorientación.
 Náuseas.
 Debilidad.
 Ritmo cardíaco irregular.
 Dolor u opresión en el pecho.
 Convulsiones o coma en casos severos.

Clasificación[editar]
La insuficiencia renal se puede dividir ampliamente en dos categorías:

 Insuficiencia renal aguda

Artículo principal: Insuficiencia renal aguda

Algunos problemas de los riñones ocurren rápidamente, como el caso de un accidente en


el que la pérdida importante de sangre puede causar insuficiencia renal repentina, o
algunos medicamentos o sustancias venenosas que pueden hacer que los riñones dejen
de funcionar correctamente. Esta bajada repentina de la función renal se llama
insuficiencia renal aguda. La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida
permanente de la función renal.[cita  requerida]

 Insuficiencia renal crónica

Artículo principal: Insuficiencia renal crónica

Se define como insuficiencia renal crónica al deterioro progresivo e irreversible de la


función renal, como resultado de la progresión de diversas enfermedades primarias o
secundarias, resultando en perdida de la función glomerular, tubular y endocrina del riñón,
lo anterior conlleva la alteración en la excreción de los productos finales del metabolismo,
como los nitrogenados, y a la eliminación inadecuada de agua y electrolitos, así como a la
alteración de la secreción de hormonas como la eritropoyetina, la renina, prostaglandinas
y la forma activa de la vitamina D.
En la mayoría de los casos, la función renal se deteriora lentamente a lo largo de varios años
y

Diagnóstico
 Control del volumen de excreción de orina. La medición de la cantidad
de orina que produces en 24 horas puede ayudar al médico a determinar la
causa de la insuficiencia renal.

 Análisis de orina. El análisis de una muestra de orina, (urianálisis) puede


revelar anomalías que sugieran insuficiencia renal.
 Análisis de sangre. Una muestra de sangre puede revelar un aumento
acelerado de los niveles de urea y creatinina, dos sustancias usadas para
medir el funcionamiento renal.

 Estudios de diagnóstico por imágenes. Los estudios de diagnóstico por


imágenes como ultrasonido y tomografía computarizada pueden ser usados
para ayudar a tu médico a ver tus riñones.

 Extirpación de una muestra de tejido de riñón para realizar


pruebas. En algunas ocasiones, puede que tu médico te recomiende una
biopsia para extraer una pequeña muestra del tejido de tu riñón para
analizarla en el laboratorio. El médico inserta a través de la piel una aguja en
el riñón para extraer una muestra.

Tratamiento
 Control del trastorno subyacente

 Posible restricción dietaria de proteínas, fosfatos y potasio

 Suplementos de vitamina D

 Tratamiento de la anemia

 Tratamiento de las comorbilidades contribuyentes (p. ej., Insuficiencia cardíaca,


diabetes mellitus, nefrolitiasis, hipertrofia prostática)

 Ajuste de las dosis de todos los fármacos según sea necesario

 Diálisis para la disminución grave de la tasa de filtración glomerular (TFG) si los


síntomas y los signos no se manejan de forma adecuada mediante las intervenciones
médicas

 Mantener la concentración de bicarbonato sódico en el intervalo normal entre 23-29


mmol/L

Conclusión

¿Por qué son importantes los riñones? Los riñones eliminan los desechos y el


exceso de líquido del cuerpo. Los riñones también eliminan el ácido que producen las
células del cuerpo y mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales (como
sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre.
A medida que se suman factores de riesgo a nuestra vida, el monitoreo y atención
periódica las señales de alerta, así como el buen hábito de realizarse pruebas de
laboratorio rutinarias, permitirá la detección a tiempo de enfermedades renales, sin
olvidar modificar algunos hábitos para mantener a los riñones saludables.

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