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Revista Jurídica “Docentia et Investigatio” Vol.

17, Nº 2, 103-115, 2015


Facultad de Derecho y Ciencia Política - UNMSM ISSN 1817-3594

PENSAMIENTO POLÍTICO Y JURÍDICO DE MONTEAGUDO PARA


EL ESTABLECIMIENTO DEL PERÚ INDEPENDIENTE
POLITICAL AND LEGAL THOUGHT OF MONTEAGUDO FOR THE
ESTABLISHMENT OF INDEPENDENT PERU

Raúl Chanamé Orbe*1


Departamento de Derecho Público. Facultad de
Derecho y Ciencia Política. Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Ciudad Universitaria, Av.
Venezuela S/N Lima - Perú.
E-mail: abogadochaname@gmail.com
abogado@terra.com.pe

Fecha de Recepción: 06/08/2015 Fecha de Aprobación: 07/10/2015

“Un pueblo que acaba de estar sujeto a la calamidad de seguir tan perniciosos
hábitos, es incapaz de ser gobernado por principios democráticos. Nada
importa mudar de lenguaje, mientras los sentimientos no se cambian; y exigir
repentinamente nuevas costumbres, antes que haya precedido una serie de
actos contrarios a los anteriores, es poner a los pueblos en la necesidad de hacer
una mezcla monstruosa de las afecciones opuestas que produce la altanería
democrática y el envilecimiento colonial”.

Bernardo de Monteagudo
Escritos

SUMARIO
Resumen. Abstract. Palabras clave. Keywords. 1. Introducción 2. Síntesis biográfica de Bernardo
Monteagudo (Tucumán 1789 - Lima 1825) 3. La Sociedad Patriótica y el debate político 4. La So-
ciedad Patriótica y el debate constitucional 5. La afinidad con Simón Bolívar 6. El poder como
elemento y la solución de la aparente dicotomía Conclusiones. Bibliografía.

* CHANAMÉ ORBE, Raúl. Abogado, Bachiller, Magíster y Doctor de la UNMSM. Especialista en Derecho Constitucional y Ciencia Política.
Posee Postgrado en Derecho Constitucional por la Universidad de Salamanca, Derecho Constitucional Comparado por la Universidad de
Zaragoza y Derechos Fundamentales por la Universidad Complutense de Madrid, España. Diplomado en Políticas Públicas por la George
Washington University, EE.UU. Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de México. Ex decano del Colegio de Abogados de Lima.
Docente Pregrado y Posgrado de la UNMSM.
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CHANAMÉ ORBE, Raúl

RESUMEN 1. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación busca A pesar de ser un destacado personaje en el
desentrañar los más significativos aportes al proceso emancipador americano, Bernardo
pensamiento independentista del prócer Ber- Monteagudo no goza de la gloria y notoriedad
nardo Monteagudo que tuvo relevancia en que alcanzaron otros revolucionarios de su
la independencia de Argentina, Chile y Perú tiempo y lugar. Su exigua popularidad va unida
quien abogó por la unidad continental y plan- a una escasa presencia en obras históricas
teó para superar la anarquía establecer go- clásicas, tales como las de Bartolomé Mitre
biernos de transición, basados en un ordena- o, más recientes, como la de John Lynch, en
miento jurídico que garantice libertades pero las cuales apenas se registran sus acciones1.
a su vez preserve el orden político, a través de En este marco, los escasos relatos sobre su
constituciones que garanticen la preminencia vida y obra transcurren generalmente por
del poder ejecutivo para pacificar a los estados dos vías interpretativas: unos lo presentan
recientemente independizados. Este trabajo como el sombrío, inteligente y oportunista
busca identificar los principales aportes po- abogado, forjador de su destino gracias a
líticos de Bernardo de Monteagudo al orden crueldades, y otra, lo revela como el heroico,
jurídico y al orden institucional. visionario e intelectual padre de la patria
injustamente vilipendiado2. Más allá de la
dicotomía, existe consenso acerca de que
ABSTRACT nos encontramos ante un ideólogo de primer
nivel, un revolucionario comprometido con su
This research seeks to unravel the most signi- credo y un visionario de la unidad continental.
ficant contributions to the independence hero Pero también un activista de su época: militar,
Bernardo Monteagudo thought that was rele- gubernamental, diplomático. Participante
vant to the independence of Argentina , Chi- de los más importantes proyectos políticos
le and Peru who advocated continental unity
and raised to overcome the anarchy establish 1 Bartolomé Mitre, Historia de San Martín. Buenos Aires: Espa-
sa Calpe, 1943 [1887], pp. 43-45; John Lynch, Las revoluciones
transitional governments , based on a law that hispanoamericanas 1808-1826. Barcelona: Ariel, 2001, pp.
guarantees freedoms but in turn preserve the 177-181. Ambos autores reparan mínimamente en Bernardo
de Monteagudo.
political order , through constitutions that
2 Los principales autores representantes de las interpretaciones
guarantee the preeminence of the executive adversas son Antonio Iñiguez Vicuña, Vida de Don Bernardo
power to pacify the newly independent states. de Monteagudo. Santiago: Imprenta Chilena, 1867; José María
Ramos Mejía, “El histerismo de Monteagudo”. Las neurosis de
This paper seeks to identify the main political los hombres célebres en la historia argentina. Capítulo IV. Bue-
contributions Bernardo Monteagudo to legal nos Aires: Biblioteca Nacional Argentina, 2007 [1878]; Vicente
and institutional order. Fidel López, Historia de la República Argentina: su origen, su
revolución y su desarrollo político. Buenos Aires: Kraft, 1913;
C. Galván Moreno, Monteagudo. Ministro y Consejero de San
Martín. El genio sombrío de la Revolución Americana. Buenos
PALABRAS CLAVE Aires: Editorial Claridad, 1950; Germán Leguía y Martínez,
Historia de la Emancipación del Perú: El Protectorado. Lima:
Bernardo de Monteagudo, República, Pensa- Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia
del Perú, 1972. Por el contrario, han tomado posturas reivin-
miento político, Bolívar, Independencia, Fe- dicativas: Mariano Pelliza, Monteagudo, su vida y sus escritos.
deración. Buenos Aires: Mayo, 1880; Máximo Soto Hall, Monteagudo y el
ideal panamericano. Buenos Aires: Cóndor, 1933; Estratón Li-
zondo, Monteagudo. El pasionario de la libertad. Su vida y sus
obras. Tucumán: La Raza, 1943; Juan Pablo Echagüe, Historia
KEYWORDS de Monteagudo. Buenos Aires: Espasa Calpe, 1950. Al margen
de la disyuntiva podrían situarse, aunque con reservas, biogra-
Bernardo Monteagudo Republic, political fías más analíticas como las de Ricardo Rojas, Ricardo, Obras
políticas de Bernardo de Monteagudo. Buenos Aires: Librería
thought, Bolivar, Independence, Federation. La Facultad, 1916; Mariano De Vedia y Mitre, La vida de Mon-
teagudo. Buenos Aires: Editorial Kraft, 1950 y Eduardo M. S.
Danero, Monteagudo. Buenos Aires: Eudeba, 1908.
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independentistas de América, además de 2. SÍNTESIS BIOGRÁFICA DE BERNAR-


hombre de confianza de José de San Martín y, DO MONTEAGUDO (TUCUMÁN 1789
más tarde, de Simón Bolívar3. - LIMA 1825)
La manera como ambas vías interpretativas Conocido como el “jacobino de América” o el
anteriormente mencionadas se mantuvo “frenético republicano” como solía autodeno-
en el tiempo, atrajo nuestra atención para minarse allá por los años 1809. Bernardo de
abocarnos al estudio de este personaje, Monteagudo nació en Tucumán, ciudad ar-
así finalmente hemos podido concluir que gentina, el 20 de agosto de 1789. Estudió en
en realidad la dicotomía mencionada está Córdoba y luego en la Universidad de Chuqui-
basada en prejuicios, que Monteagudo saca (actual Bolivia), donde el 3 de junio de
presento en su corta vida un poco de ambos 1808, se graduó como abogado, con una tesis
aspectos mencionados en diferentes etapas titulada: “Sobre el origen de la sociedad y sus
de su vida, hay por tanto en su figura una medios de mantenimiento”. Propósito para el
evolución, fue un jacobino que devino en cual tuvo como tutor al Presbítero Troncoso4 y
girondino, fue un radical en su primera como padrino al oidor Ussoz y Mosi.
juventud que modero sus posturas con
las experiencias de gobierno. Podemos Fue un temprano promotor de la independen-
manifestar que a pesar de tratarse de un cia hispanoamericana, y a la edad de diecinue-
hombre de voluntad enérgica que sueña y ve años, uno de los líderes de la Revolución de
jura la libertad de América, que aborrece Chuquisaca del 25 de mayo de 1809. Fue uno
la conciliación con los enemigos de la de los primeros movimientos a favor de la au-
independencia, y que participa temprana tonomía frente a las noticias de invasión de las
y protagónicamente en las revoluciones de tropas napoleónicas y la ausencia del rey Fer-
sus patrias, esto no lo ciega para poder darse nando VII5. Este es el primer escenario de la
cuenta que no puede haber un tránsito actuación política de Monteagudo y en donde
pacífico a las instituciones democráticas participó decididamente no sólo en la agita-
en pueblos históricamente gobernados ción revolucionaria previa al levantamiento
de forma absolutistas, centralizada y sino también como un activo defensor del
autocrática. Las razones y la forma como se mismo. Luego de la reacción realista, Mon-
dio esta evolución en él y las conclusiones teagudo fue hecho prisionero, siendo objeto
a las que llegó, todo basado en prueba de torturas y a la espera de la pena de muerte
documental, es lo que desarrollaremos en que nunca llegó a sancionarse, pues gracias a
las siguientes líneas. la ayuda de los patriotas del lugar logró fugar
y unirse a las fuerzas libertadoras que desde
Esperamos que el estudio de esta parte de Buenos Aires conducían Juan Balcarce y Juan
nuestra historia política -en vísperas del Castelli, mandos militares del ejército revolu-
bicentenario de la independencia-, aporte en cionario de las Provincias Unidas del Río de
identificar los elementos que van a constituir la Plata. El 20 de junio de 1811 y en compañía
la estructura del nacimiento de una nueva de ambos próceres argentinos, suscribió un
república, sus fundamentos ideológicos, la
naturaleza histórica del estado peruano y 4 El sacerdote Troncoso era amigo de su padre, un español
oriundo de la ciudad de Cuenca y venido a Buenos Aires como
sobre todo los antecedentes doctrinarios de soldado de regimiento de Dragones. Llamábase Miguel de
tal gesta. Monteagudo Labrador de Roda, y, dejada la carrera militar, en-
tregóse al comercio de pulpería o por menor, primeramente
en Jujuy, donde llegó a ser alcalde (1772); y luego en Tucumán,
donde contrajo matrimonio con doña Catalina Cáceres (1780).
5 Estanislao Just Lleó, Comienzo de la independencia en el Alto
3 Villarreal Brasca, Amorina. (Univ. Complutense de Madrid, Perú: los sucesos de Chuquisaca, 1809. Sucre: Editorial Judicial,
España). Reciprocidades en el proceso independentista ame- 1994, pp. 560 y 561; Jaime E. Rodríguez O., La independencia
ricano: El componente relacional en Bernardo de Monteagudo de la América Española. México: Fondo de Cultura Económica,
(1789-1825). Temas Americanistas, 2011 no. 27 p. 99-100. 1996, p. 89
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armisticio con el general José M. Goyeneche, drés Bello, Luis López Méndez, Simón Bolívar,
entonces comandante de las fuerzas realistas Bernardo O´Higgins, José de San Martín, To-
en el Alto Perú. más Guido, Francisco Isnardi, Ambrosio Plaza
Farfán, José Cortés de Madariaga, Juan Pablo
La participación del joven Monteagudo en es- Fretes, Bernardo de Monteagudo, Manuel José
tos acontecimientos fue algo más que actos de García y José Antonio Álvarez Condarco.
presencia en los escenarios del movimiento
autonomista, Monteagudo fue el autor de un La inserción de Bernardo Monteagudo en la
documento anterior a la rebelión: Diálogo de logia se convirtió en la apertura de otro abani-
Atahualpa y Fernando VII en los Campos Elí- co de vínculos establecidos en un ambiente de
seos (1809)6 ¿Cómo fue posible que siendo tan clandestinidad y secreto, por ende, se trata de
joven escriba este documento, para algunos relaciones difíciles de ponderar en momentos
de carácter fundacional?7 Más allá de las dotes de represión y castigo para los rebeldes. Las
intelectuales que sus biógrafos le asignan, un logias aportan dos características de estas so-
acercamiento a quienes marcaron su forma- ciedades secretas para el análisis propuesto:
ción y sus lecturas, permite hacerse una idea i).- la posibilidad de disenso de sus integran-
de la causa de su sólida formación académica8. tes y ii).- la dimensión internacional de estas
corporaciones. Estas cualidades implicaron,
Se inicia en la Logia Lautaro porteña9 atraído por un lado, la pertenencia a las logias de la
por el objetivo de esta sociedad secreta, que mayoría de los protagonistas de la emancipa-
era lograr la independencia de América de los ción americana, y, por el otro, la indiferencia
españoles, proponiendo un sistema republi- del lugar de procedencia o residencia de los
cano unitario y un gobierno unipersonal. La miembros. De aquí que estas logias conforma-
primera filial de la Logia a la que se unió Mon- ran un tejido relacional complejo, variado y
teagudo, se fundó en Cádiz (España) en el año cosmopolita10.
1811, estaba inspirada en su organización en
las logias masónicas, y en su inicio fue dirigida Entre 1811 y 1812 sobresale Monteagudo en el
por José de Gurruchaga. Entre los principales debate doctrinal a través de los periódicos
miembros que participaron en esta sociedad “Mártir o Libre”, y la “Gaceta de Gobierno”,
a lo largo de su existencia caben destacarse: publicaciones en las que se distinguió por sus
Francisco de Miranda, Santiago Mariño, An- radicales ideas igualitarias y su intensa cam-
paña de agitación revolucionaria a favor de la
6 El texto puede leerse en Pensamiento Político de la
Emancipación. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1977, instauración de repúblicas antepuestas al an-
tomo I, pp. 64-71, La relación de este escrito con la tiguo régimen.
célebre “Carta a los españoles americanos (1799)”, del
ex jesuita Juan Pablo Viscardo y Guzmán, es evidente. En ello, nadie lo supera en América, desde 1811
De hecho, desde el año 1802 se tienen noticias de la
circulación de la carta de Viscardo y Guzmán entre los hasta 1825. Ni su vehemencia, ni su contagio-
estudiantes de la Universidad de Charcas. Véase César so ardor, ni su fe libertaria, ni su prodigiosa
Pacheco Vélez, “Tras las huellas de Viscardo y Guzmán”. ubicuidad, ni su perentoria convicción, ni su
Los Ideólogos. Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Colección
Documental de la Independencia del Perú [en adelante prosa vibrante de sinceridad –ya frenética en
CDIP]. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de el Mártir o Libre, ya moderada en la Memo-
la independencia del Perú, 1976, tomo I, volumen 1º,
pp. XLV-CXXVIII. ria Política, ya seductora de familiar elegancia
7 Elena Altuna, “Un letrado de la emancipación: Bernardo de en las Cartas a Bolívar, -no fueron atributos
Monteagudo”, Andes, nº 13 (2002), p. 2. superados por los otros publicistas de la revo-
8 Villarreal Brasca, Amorina. (Univ. Complutense de Madrid,
España). Reciprocidades en el proceso independentista ame- lución.11
ricano: El componente relacional en Bernardo de Monteagudo
(1789-1825). Temas Americanistas, 2011 no. 27 p. 104. 10 Villarreal Brasca, Amorina. (Univ. Complutense de Madrid,
9 “Esta sociedad secreta tuvo un carácter evidentemente políti- España). Reciprocidades en el proceso independentista ame-
co, y sus objetivos eran básicamente dos: la independencia de ricano: El componente relacional en Bernardo de Monteagudo
las colonias americanas y la implantación en ellas de sendas (1789-1825). Temas Americanistas, 2011 no. 27 p. 111.
repúblicas”. José Antonio Ferrer Benimelli, “Bolívar y la maso- 11 Monteagudo ha escrito estas palabras en su Memoria (núm,
nería”, Revista de Indias, nº 172, (1983), pp. 680. 59): “Un gobierno formado a retaguardia del ejército enemigo,
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La participación de Monteagudo en el en- hispanoamericana, junto con otros jacobinos


frentamiento político de la época lo llevará a argentinos como Mariano Moreno y Juan José
contribuir al derrocamiento del triunvirato en Castelli con drásticas políticas antirealistas.
Buenos Aires el 8 de octubre de 1812 y luego
ser elegido diputado nacional por el cabildo Luego del retiro de San Martín, Monteagudo
de Mendoza, integrando la Asamblea Cons- integró el grupo de confianza del libertador
tituyente de Argentina en 1813. Su estrecha Simón Bolívar. Para entonces había desarro-
colaboración con el Supremo Director Carlos llado una visión americanista de la revolución
María de Alvear a quien apoyó para su elec- americana, que lo llevó a proponer y diseñar
ción, también motivará su destierro al ser éste la organización de una gran nación sudame-
derrocado el 20 de junio de 1814. Estos años de ricana. El sueño de Monteagudo entusiasmó
su participación pública en asuntos de Estado, y se confundió con el ideal bolivariano, quien
pertenecen a su período jacobino e igualitario, le encargó organizar el Congreso Anfictiónico
y en los que según su convicción juvenil: de Panamá para establecer una confederación
americana14.
“…todos los hombres son iguales en pre-
sencia de la ley: el cetro y el arado, la púr- Bernardo Monteagudo fue asesinado en Lima,
pura y el humilde ropaje del mendigo, no en la noche del 28 de enero de 1825, cuando
añaden ni quitan una línea a la tabla sagra- salía de visitar a la señorita, Juanita Salguero.
da de los derechos del hombre…”12 Durante años se especuló si fue por un móvil
sentimental15, un asalto descontrolado16 o un
Muchos lo admiraban por su talento; algunos magnicidio político.
lo odiaban por su severidad gubernamental;
algunos poderosos le temían; pero los auténti- La versión de asesinato político fue ratificada
cos estadistas lo retuvieron a su lado. Primero por Ricardo Palma, quien vinculó el asesinato
es San Martín quien lo atrae como su hombre de Monteagudo a una “logia republicana” a la
de confianza; O’Higgins escuchara con respe- que inevitablemente vendría a estar asociado
to su consejo; después Bolívar, lo hará su mi- Sánchez Carrión, quien se reveló enérgico y
nistro y le dará la misión más amada: auspiciar hasta implacable con Monteagudo y elogia-
la unidad continental; estos titanes de inde- ba con júbilo la llamada “excomunión civil”
pendencia lo hacen el confidente, el conseje- de Monteagudo finalmente decretada por el
ro, el protagonista de su acción. No lo atraían Primer Congreso Constituyente del Perú de
porque adulase. Muy al contrario, más bien 1822; y también por el testimonio del general
los alertaba su consejo oportuno; era el asesor colombiano Tomás C. de Mosquera, muchos
ante el conflicto, necesario cerca y no lejos del años después.
combate.13 Se identificó al asesino, por usar un cuchillo
Empero, con los acontecimientos europeos nuevo, llamándose a todos los barberos de la
que precipitarán las decisiones en América, ciudad de Lima. Uno declaró haber afilado el
sus lecturas y sus ideas se van radicalizando, de un liberto que parecía cargador o aguador;
llegando a ser brazo ejecutor de los libertado-
14 El sueño integrador de Monteagudo entusiasmó el ideal de
res José de San Martín, Bernardo O’Higgins y Bolívar, quien le encargó organizar el Congreso Anfictiónico de
Simón Bolívar, y se ubicó en el ala más con- Panamá para establecer una confederación hispanoamerica-
secuente de la revolución independentista na. Algunos historiadores sostienen que la muerte de Montea-
gudo influyó negativamente en la concreción de la confedera-
y rodeado por todas partes de peligro, casi no tenía elección ción hispanoamericana, contribuyendo a su fracaso.
sobre el plan que debía seguir. Salvar la tierra y vencer todas 15 Bustos, F. Monteagudo: un apasionado dandy tucumano. Con-
las resistencias que se encontrasen: ésta era la única norma sultado el 23 de agosto de 2011 en: http://www.elsigloweb.
de su conducta, y ésta es la que yo he seguido como miembro com/nota.php?id=56937.
del Gobierno”. 16 Véase también: Bajarlía, J. (2005) Un detective para Montea-
12 Gaceta de Buenos Aires, Nº 4, 1812. gudo. Consultado el 23 de agosto de 2011 en: http://inmacu-
13 En Bernardo de Monteagudo: Escritos (1989) Buenos Aires, ladadecepcion.blogspot.com/2005/09/juan-jacobo-bajarla.
Honorable Senado de la Nación, p.30. html.
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entonces se llamó a los de estos oficios iden- cios, las voces y clamores de una multitud
tificándose a Candelario Espinosa, quien con- acalorada no han hecho independiente a
fesó el crimen, este relaciono a personas de la ningún pueblo. Las obras, la energía, la
alta sociedad de Lima con el magnicidio energía y el entusiasmo son los que han
llenado los anales de la libertad triunfante.
Se persuadió a todo el mundo de que el ase-
Tomad las armas o id a buscar los grillos
sino le confesó a Bolívar quienes fueron los
en un tranquilo calabozo…”18
autores intelectuales del asesinato y que éste
guardó silencio, en momentos que se prepa- En el Perú aparece el ideólogo de la goberna-
raba para promulgar la Constitución de 1826. bilidad. La Sociedad Patriótica de Lima era la
Tras de este misterioso asesinato muchos de emulación de la asociación del mismo nombre
sus enemigos se manifestaron haciendo cir- fundada una década antes en Buenos Aires19,
cular en Lima un epitafio anónimo con con- que en este caso gozaba del auspicio del Pro-
tenido ideológico, que dejó abierto a la espe- tectorado de San Martín y promovida por su
culación el verdadero móvil del asesinato del más prominente ministro de Gobierno y Re-
talentoso Bernardo Monteagudo. laciones Exteriores, Bernardo Monteagudo. La
Sociedad se fundó el 10 de enero de 1822, trece
“Yace aquí para siempre, compatriotas, días después de haberse convocado al Congre-
El honorable inquisidor de estado, so Constituyente20. El 20 de enero sesionaron
Protector de serviles i de idiotas, sus 40 miembros perpetuos21 en el Salón Ge-
I opresor de los buenos declarado. neral de la Universidad Mayor de San Mar-
El pretendió tratarnos como ilotas, cos, donde procedieron a elegir Presidente a
I con no iluminarnos se ha vengado; Bernardo de Monteagudo; Vicepresidente,
Ideas liberales le acabaron,
Ideas liberales lo enterraron”17. 18 Gaceta de Buenos Aires, Nº 4, 1812.
19 La Sociedad Patriótica de Buenos Aires se funda el 13 de ene-
Podemos mencionar que vivió por la indepen- ro de 1812 con una oración inaugural de Monteagudo, cuyo
dencia y murió por las contradicciones que exordio cita a Lepid: “Yo prefiero una procelosa libertad a la
ella misma produjo. Su inteligencia alimentó esclavitud tranquila”.
20 Francisco Xavier de Luna Pizarro, miembro de la Sociedad Pa-
el debate constituyente en la hora matinal del triótica y del Congreso Constituyente, impugnó las funciones
Perú independiente. de la primera sosteniendo que la Sociedad no debía duplicar
la deliberación del Congreso “…porque sus miembros serían
investidos con los necesarios poderes y las opiniones que pu-
dieron expresar estarían amparadas por la inviolabilidad que
3. LA SOCIEDAD PATRIÓTICA Y EL la ley confiere a los representantes del pueblo” Tauro del Pino
DEBATE POLÍTICO (1987). Enciclopedia Ilustrada del Perú T. 6, Editorial Peisa,
Lima, p. 1993.
En Buenos Aires fue la voz indesmayable ante 21 Los miembros fundadores de la Sociedad Patriótica fueron:
Bernardo de Monteagudo, Ministro de Estado; Tomás Guido,
el acoso enemigo y en medio de los enfrenta- Ministro de Guerra y Marina; Hipólito Unánue, Ministro de Ha-
mientos internos que amenazaban socavar la cienda; El Conde de Valle-Oselle; El Conde de Casa-Saavedra;
aún frágil independencia, Monteagudo acen- Pedro Manuel Escobar; Antonio Álvarez del Villar; José Igna-
cio Palacios; El Conde del Villar de Fuente; Diego de Aliaga; El
tuará el tono radical de su pensamiento polí- Conde de Torre-Velarde; José Boqui; Dionisio Vizcarra, Director
tico, reclamando la participación activa y de- General de Minería; José de la Riva Agüero, Presidente del de-
cidida de sus compatriotas a quienes se dirige partamento de Lima; Presbítero Matías Maestro; José Mora-
les y Ugarte; José Cavero y Salazar; Manuel Pérez de Tudela;
en los siguientes términos: Mariano Saravia, Vocal de la Alta Cámara; Mariano Alejo de
Álvarez, Fiscal de la Alta Cámara; Francisco Valdivieso; Fernan-
“… firmeza y coraje mis caros compatrio- do López Aldana, Vocal de la Alta Cámara; Toribio Rodríguez de
Mendoza, Lectoral; Xavier de Luna Pizarro, racionero; José Sa-
tas: vamos a ser independientes o morir lia, Rector de San Ildefonso; José Ignacio Moreno; José Grego-
como héroes (…) la libertad no se consi- rio Paredes; Miguel Tafur, Protomédico de Estado; Presbítero
gue sino con grandes y continuos sacrifi- Mariano Arce; Pedro José Méndez Lachica; Presbítero Joaquín
Paredes; Mariano Aguirre, doctoral; Ignacio Antonio de Alcá-
zar; José Arris, Vocal de la Alta Cámara de Justicia; Salvador
17 Iñiguez, A. (1867) Vida de Don Bernardo de Monteagudo. Castro; Juan de Berindoaga; Francisco Moreira y Matute; Félix
Santiago, Chile: Imprenta Chilena, p. 188. Devoti; Francisco Mariátegui; y Eduardo Carrasco.
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Hipólito Unánue; censores a Francisco Xavier Esas ideas no eran nuevas. En la Gaceta de
de Luna Pizarro, José Carrero y Salazar, Fran- Buenos Aires, en la edición correspondiente al
cisco Valdivieso y Manuel Pérez de Tudela; día 24 de enero de 1812, había insertado una
contador, a Antonio Álvarez de Villar; tesore- proclama dirigida a los pueblos del interior de
ro, a Diego de Aliaga; y secretario a Francisco la región del Plata, en la que los instaba a apo-
Xavier Mariátegui, su composición era plural yar los esfuerzos por la independencia. Al re-
e inclusiva. ferirse a los primeros intentos de organización
La Sociedad Patriótica bajo la dirección de del nuevo Estado decía:
Monteagudo, hizo una sesión pública el 12 de “La América, atendidas sus ventajas natu-
febrero inaugurando sus trabajos a favor de la rales, está en actitud de elevarse con rapi-
independencia y su consolidación institucio- dez al mayor grado de prosperidad, luego
nal. El 22 de febrero se acordó que la sociedad que se consolide su deseada independen-
se abocaría a dilucidar tres asuntos de impor-
cia; hasta tanto, querer entrar en combina-
tancia para el orden constitucional:
ciones de detalle y planes particulares de
I. Cuál es la forma de gobierno más adapta- felicidad, sería poner trabas y embarazos
ble al estado peruano, según su extensión, al principal objeto, sin progresar en éste ni
población, costumbres y grado que ocupa en aquellos. Cuando un pueblo desea salir
en la escala de la civilización. de la servidumbre, no debe pensar sino en
ser libre; si antes de serlo quiere ya gozar
II. Las causas que han retardado en Lima la de los frutos de la libertad es como un in-
revolución de la independencia, compro-
sensato labrador que quiere cosechar sin
badas por los sucesos posteriores.
haber sembrado”.
III. La necesidad de mantener el orden públi-
Si entendemos correctamente estas palabras,
co para terminar la guerra y perpetuar la
Monteagudo está señalando, simplemente,
paz.
que debe establecerse un orden de prelación
Según se desprende de la agenda de la so- en cuanto a los objetivos del movimiento re-
ciedad el primer punto (I) incidiría sobre las volucionario: primero lograr la independen-
discusiones del Congreso Constituyente, en cia, luego con la paz extender plenamente los
tanto el punto segundo (II) era valorativo y el derechos, no antes.
tercero (III) formaba parte de la necesidad del
Protectorado. En su discurso de inauguración de la Sociedad
Patriótica en Buenos Aires (enero de 1812),
La elección de esos temas por la Sociedad, o advirtió que ella tenía por finalidad analizar y
más bien dicho por Monteagudo, no parece conocer los derechos del ciudadano y la ma-
hecha al azar, pues desde su permanencia jestad del pueblo, pero al mismo tiempo seña-
en Buenos Aires, primero, y en Santiago, ló que éste debía ser ilustrado sobre aquellos
después, éste venía insistiendo en la necesidad principios. De lo contrario, caería en la anar-
de observar un procedimiento cauteloso quía. Sin ese proceso, se “haría quimérica toda
para la instalación de nuevos gobiernos y reforma e invariable todo plan; y las medidas
para el reconocimiento de las libertades de
que se adoptasen serían tan frágiles como sus
los ciudadanos, lo que de no prever podría
principios”
derivar en una situación caracterizada por
el desgobierno y la anarquía. Por ello urgía a La Sociedad Patriótica de Buenos Aires tenía,
lograr la consolidación de la independencia y entonces, las mismas finalidades que la que
luego dar forma más o menos definitiva a los posteriormente crearía en Lima, al menos en
nuevos gobiernos. el plano formal.
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La Sociedad Patriótica celebró veintiún reu- Hugo Neira nos hace ver que tras las medidas
niones, de las cuales destacan las que se rela- adoptadas por San Martín en relación a los
cionan con la monarquía y la república (reu- españoles que aún se encontraban en tierras
niones del 1, 8, 15 y 29 de marzo y la del 12 de patriotas se encontraba la rúbrica consejera
abril de 1822). del jacobino argentino: “… al punto que como
Protector del Perú desde 1821, tuvo un trato
feroz con los españoles residentes en el país:
4. LA SOCIEDAD PATRIÓTICA Y EL al comienzo expulsó a los no casados, luego a
DEBATE CONSTITUCIONAL todos, mientras sus propiedades eran confis-
La Sociedad Patriótica y su órgano de expre- cadas. Lima era uno de los puntos de mayor
sión “El Sol del Perú” precipitaron el debate concentración de comerciantes españoles de
constitucional sobre la forma de gobierno que la América del Sur, y después de ese pogrom
se tensó por el alineamiento polarizado de los de chapetones, no quedaron sino mil y arrui-
principales personajes de este ciclo político. nados. Tras esas medidas se hallaba un radical,
un jacobino, un consejero político, Bernardo
Cuando llegó a Chile Monteagudo tenía 29 de Monteagudo que tuvo muy triste final.”24
años22, y una amplia cultura política, cuyos
clásicos serían Rousseau –cuyos textos serian Aborreció el servilismo de las clases subalter-
su ideario juvenil-, Montesquieu, Locke y Vol- nas, a su vez el sometimiento de los criollos
taire y sus criterios tolerantes y ponderados. con los españoles. Asume una posición radical
Trae el desengaño de lo que ocurre en Río de antihispana, que sería una de las causas de su
la Plata, alienta a un sector de los chilenos a posterior derrocamiento:
pensar la independencia en términos conti- “Cuando el ejército libertador llegó a las
nentales: “Chile asegura su independencia, si costas del Perú, existían en Lima más de
se prosigue con la liberación del virreinato del diez mil españoles distribuidos en todos
Perú”. Triunfa su tesis. los rangos de la sociedad; y por los estados
Cuando se produce la independencia del Perú que pasó el Presidente del Departamento
es un joven de 31 años, trae el impulso román- al Ministerio de Estado, poco antes de mi
tico de sus cortos años, pero a su vez, ya apa- separación, no llegaban a seiscientos los
rece la reflexión de la edad de la razón, es ne- que quedaban en la capital. Esto es hacer
cesario asegurar la independencia y para ello revolución, porque creer que se puede en-
no hay que hacer concesiones, no obstante es
necesario no incurrir en los fracasos institu- también fui jacobino y consta en mis [artículos] de un Ameri-
cano a El Español en Londres, porque en España no sabíamos
cionales acaecidos recientemente en Argenti- más que lo que habíamos aprendido de los libros revolucio-
na o Chile23. narios de Francia. Yo la vi veintiocho años en una convulsión
perpetua; veía sumergidos en la misma a cuantos pueblos
22 Mis enormes padecimientos por una parte, y las ideas de- adoptaban sus principios; pero como me parecían la eviden-
masiado inexactas que entonces tenía de la naturaleza de los cia misma, trabajaba por buscar otras causas a quien atribuir
gobiernos, me hicieron abrazar con fanatismo el sistema de- tanta desunión, tanta inquietud y tantos males. Fui al cabo a
mocrático. El Pacto Social de Rousseau y otros escritos de este Inglaterra, la cual permanecía tranquila en medio de la Eu-
género, me parecía que aún eran favorables al despotismo. De ropa alborotada como un navío encantado en medio de una
los periódicos que he publicado en la revolución, ninguno he borrasca general. Procuré averiguar la causa de este fenóme-
escrito con más ardor que el MÁRTIR O LIBRE, que daba en no; estudié en aquella vieja escuela de política practica leí sus
Buenos Aires; ser patriota, sin ser frenético por la democracia Burkes, sus Paleys, sus Benthams y otros muchos autores; oí a
era para mí una contradicción, y éste era mi texto. Para expiar sus sabios, y quedé desengañado de que el daño provenía de
mis primeros errores, yo publiqué en Chile en 1819, el CENSOR los principios jacobinos. Estos son la Caja de Pandora donde
DE LA REVOLUCIÓN; ya estaba sano de esa especie de fiebre están encerrados los males del universo Y retrocedí espantado
mental que casi todos hemos padecido: y ¡desgraciado el que cantando la palinodia, como ya lo había hecho en su tomo VI
con tiempo no se cura de ella! (Monteagudo, Bernardo (2008) mi célebre amigo el español Blanco White”. (Citado por Juan
Horizontes políticos, Ed. Terramar, pp. 167-168). Goytisolo Gay: José María Blanco White: Recuperación de la
23 Coincidentemente ésta es la misma reflexión de Fray de Ser- figura. Primera Parte. Pág. 58-59).
vando Teresa de Mier, dominico mexicano, amigo de Blanco 24 Neira, Hugo (2009) Hacia la tercera mitad. Perú XVI-XX: Ensa-
White, quien en su profecía Política (1823) plantea una mo- yos de relectura herética, Tomo I. Fondo Editorial de la UIGV,
deración al radicalismo republicano de América hispana: “Yo Lima, Perú, p. 350
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CHANAMÉ ORBE, Raúl

tablar un nuevo orden de cosas con los mis- republicanas en sociedades pre-clasistas y de
mos elementos que se oponen a él es una arraigado sentido estamental:
quimera. Unos salieron voluntariamente y
otros forzados, aunque todos lo eran, por- “Yo pienso que antes de decidir si las
que conocían su situación; y yo tenía buen ideas democráticas son o no adaptables
cuidado de aumentar sus sobresaltos para en el Perú, es preciso examinar la moral
que ahorrasen al gobierno la incomodidad del pueblo, el estado de su civilización, la
de multiplicar intimaciones”25. proporción en que está distribuida la masa
de su riqueza y las mutuas relaciones que
A su vez Monteagudo en el Perú asume un rol existen entre las varias clases que forman
moderador en relación al régimen político, aquella sociedad. He reducido a estos cua-
él precisamente que ha sido jacobino, revisa tro principios cuanto se ha dicho por los
sus ideas y asocia el caos de Buenos Aires y mejores maestros de la ciencia de gobier-
las disputas en Santiago a una exagerada pos- no, y en su elección he seguido mis pro-
tura democrática, pregonada por los liberales pias observaciones sin tomar ningún siste-
románticos que soslayan la realidad latinoa- ma por modelo; mi plan es indicar hechos
mericana: que nadie ponga en duda y que cada uno
amplíe sus reflexiones hasta donde yo no
“El segundo principio que seguí en mi ad- puedo extenderlas, por miramientos que
ministración, fue restringir las ideas de- no será difícil penetrar”27.
mocráticas; bien sabía que para traerme
el aura popular no necesitaba más que Finalmente, el Ministro de San Martín reflexio-
fomentarlas, pero quise hacer el peligro- na sobre las convicciones constitucionales de
so experimento de sofocar en su origen la la sociedad, merced a la experiencia peruana,
causa que en otras partes nos había pro- donde encuentra que estos son volubles, trai-
ducido tantos males. El ejemplo empezaba cionándose así mismo con mucha frecuencia
a formar un torrente, yo conocía que no ¿Cuál sería el resultado de fusionar servilismo
era fácil detenerlo, y que después sería más y democracia? Monteagudo plantea que el vo-
difícil hacerlo retrogradar; me decidí por luntarismo político puede terminar transfor-
el primer partido, porque además de estar mando al mejor esclavo en el peor tirano, en
convencido de su justicia, no me era indi- nombre de un nuevo orden no comprendido:
ferente la gloria de dar a la opinión un im-
pulso, que aunque se interrumpa, la expe- “Nada importa mudar de lenguaje mien-
riencia lo renovará con mejor éxito. ¡Ojalá tras los sentimientos no se cambian; y
que las desgracias no ejerciten el terrible exigir repentinamente nuevas costum-
ministerio de hacer llorar a los pueblos su bres antes que haya precedido una se-
desengaño!”26. rie de actos contrarios a los anteriores,
es poner a los pueblos en la necesidad
Claramente el pensamiento político de Mon- de hacer una mezcla monstruosa de las
teagudo ha evolucionado, la teoría de la afecciones opuestas28, que producen la
representación requiere de presupues- altanería democrática y el envilecimiento
tos previos: cultura política, experiencia colonial. De aquí resulta esa lucha conti-
práctica, instituciones consentidas, élites nua entre el gobierno y el pueblo, que unas
instruidas, sentido de solidaridad, entre veces obedece como esclavo y otras quiere
otros atributos, que no se obtienen por el mandar como tirano; tan presto recibe las
decreto, sino por los hábitos cotidianos. reformas con veneración, como trata de
Discrepa de la ilusión adolescente que la sola abolirlas, desplegando el orgullo legislati-
voluntad puede crear instituciones políticas vo que es inherente a la democracia; cada
25 Monteagudo, B. (2008) Ob. Cit., p. 169. 27 Ibídem.
26 Ibídem. 28 Las negritas son nuestras.
112
CHANAMÉ ORBE, Raúl

uno de su clase se esfuerza a conservar ces que propugnan que la finalidad última del
las prerrogativas y ascendiente que antes proceso independentista vendría a ser el na-
gozaba y al primer grito de un ambicioso cimiento de una federación de los Estados de
demagogo, todos gritan igualdad sin en- América.
tenderla ni desearla; en fin, los empleos se
solicitan sin trabajar por merecerlos y los Aún no había concluido esta labor cuando re-
descontentos, que forman el mayor núme- cibe una carta de Bolívar, en la cual le mani-
ro, denuncian como una infracción de los fiesta su decisión de liberar definitivamente el
derechos de pueblo la repulsa de sus pre- Perú. Bolívar prepara su entrada por el nor-
tensiones”29. te del Perú ante la precaria situación en que
ha devenido la causa independentista, por
los enconos internos y los frenéticos debates
5. LA AFINIDAD CON SIMÓN BOLÍVAR doctrinarios, que han sumado traición, deser-
ción y desmoralización en el bando peruano,
En la última etapa de su vida, arribaremos a la El Libertador recurre a los conocimientos y la
convergencia por afinidad doctrinal y estraté- experiencia de la idiosincrasia peruana que
gica del pensamiento de Bolívar y Monteagu- posee Monteagudo.
do en cuanto a la ansiada unidad americana.
Bernardo Monteagudo, desde su experiencia En una de sus cartas, Bolívar pondera la capa-
en Chuquisaca, Buenos Aires, Santiago y Lima, cidad política de Monteagudo: joven, carácter,
llega a comprender que el problema político autosuficiente, constante, leal; señalando que
central que nos inquieta no es el tipo de go- le teman “los actuales corifeos del Perú”, pre-
bierno, sino el de la unidad, en contraposición cisamente, aquellos que han llevado al desca-
del localismo de las elites, que no pretenden labro la causa de San Martín y la independen-
una revolución política, sino una simple sus- cia definitiva:
titución de gobernantes. Bolívar, un apasiona-
do de la libertad, hombre de tenaz fortaleza “…Monteagudo tiene un gran tono diplo-
empeñado en la empresa militar de la libertad mático y sabe en esto más que otros. Tiene
contra un enemigo común, cuya consecuencia mucho carácter, es muy firme, constante
debería ser la unidad institucional en un Esta- y fiel a sus compromisos. Esta aborrecido
do continente, que forje sus derechos en una en el Perú por haber pretendido un Mo-
nueva geopolítica del siglo XIX. narquía Constitucional, por su adhesión a
San Martín, por sus reformas precipitadas
Cuando ya San Martin ha renunciado ven- y por su trato altanero cuando mandaba;
cido por los poderes locales de Argentina, estas (sic) circunstancias lo hacen muy te-
Chile y Perú, Monteagudo encuentra que el mible a los ojos de los actuales corifeos del
continuador consecuente de este proyecto de Perú, los que me han rogado por dios que
mancomunidad sudamericana es Bolívar, con lo aleje de sus playas porque le tienen un
quien establece una comunicación epistolar terror pánico. Añadiré francamente que
que pronto se transforma en afinidad y res- Monteagudo conmigo puede ser un hom-
peto intelectual mutuo, esta cuestión capital bre infinitamente útil porque sabe, tiene
fue planteada por Monteagudo en 1824 en su una actividad sin límites en el gabinete y
Ensayo sobre la necesidad de una Federación tiene además un tono europeo y unos mo-
General entre los Estados hispanoamericanos dales muy propios para una corte; es joven
y Plan de organización, así se adhiere a las vo- y tiene representación en su persona…”
(Carta de Simón Bolívar a Santander del
29 Para Juan Goytisolo está es su etapa pragmática: “Como sabe-
mos, la evolución posterior de Monteagudo coincidirá con la
4 de agosto de 1823. En Cartas Históricas,
de Blanco White, Bolívar y fray Servando: el paso de la fervien- Juan Pedro Paz Soldán. Lima 1929.)
te doctrina roussoniana a un pragmatismo inspirado por Paley
y Bentham”. El Español y la Independencia de Hispanoamérica,
2010, Santillana Editores, p. 80.
113
CHANAMÉ ORBE, Raúl

Como se puede apreciar la intención de com- 6. EL PODER COMO ELEMENTO Y LA


plementarse era implícita pues por un lado SOLUCIÓN DE LA APARENTE DI-
Monteagudo no deseaba cejar de sus proyec- COTOMÍA
tos de unidad y veía en El Libertador el vehí-
Es indudable que cuestiones de Estado trans-
culo idóneo para su cristalización y por el otro
cendentales están presentes como categoría
Bolívar necesitaba un hombre experimentado
en las decisiones de Bolívar y San Martín, en
que lo guie y que a su vez comulgue con sus
las primeras acciones realizadas por Montea-
ideales de federación.
gudo, en sus escritos e incluso, en su muerte.
Por su parte, Monteagudo veía en Bolívar al Si partimos de la premisa básica que el aná-
jefe revolucionario con la suficiente autoridad lisis del poder constituye pieza fundamental
política y militar para someter a las diferentes para el estudio de estos convulsionados años
facciones que se disputaban los despojos del de nuestra independencia, está claro que no
poder virreinal, sin mayores miras que susti- debemos estudiar esto desde una perspecti-
tuir un poder arbitrario foráneo por otro local, va individualista, sino que debemos meditar
así se lo hace saber en una misiva: desde una perspectiva institucional conside-
rando que el poder está basado en relaciones
“Ante todas cosas celebro el buen arribo (relaciones ideológicas) que se construyen y
de usted a esa, y no solo por lo que única- aquilatan progresivamente a través de aconte-
mente escriben de Lima, sino porque no cimientos históricos. Bajo esta óptica, es que
hay probabilidad que no esté en su favor: cobra sentido la biografía política y jurídica de
creo que usted salvará del naufragio ese Monteagudo, así podemos ver, que durante
país, y que por su influjo cesaran de obrar su andadura en la experiencia independentis-
en contradicción los elementos que hay en ta Monteagudo tejió un mapa de relaciones
él”.30 (Guayaquil, septiembre 5 de 1823). complejo, diverso, fascinante y cosmopolita,
el cual determinó muchas de las vicisitudes
Y más adelante continua escribiendo Montea- de su corta pero intensa vida. La sucesión de
gudo: personajes que aparecen ligados a su destino,
“… mi general que deseo no verme forza- Medina, Usoz y Mozi, Castelli, Gómez, Al-
do por mis combinaciones particulares a vear, Larrea, Rivadavia, Pueyrredón, Balcarce,
salir de aquí, antes de saber lo que usted San Martín, Burdett O´Connor, Riva Agüero,
piensa; pues de esto solo pende el que yo Bolívar, Mariátegui, Vidaurre, Luna Pizarro,
vuelva o no al teatro revolucionario, bien Sánchez Carrión, por nombrar algunos, ponen
sea en el Norte o en el Sur. Pero en toda de manifiesto la importancia de atender a los
(sic) circunstancias seré siempre con sen- vínculos como elementos fundamentales de
timientos de gratitud, su afectísimo amigo análisis del origen de la República peruana32.
y servidor”.31 (Guayaquil, septiembre 14 de Al iniciar el presente trabajo mencionábamos
1823). que el estudio (muy escaso aún por cierto) de
Con todo ello, casi al fin de la vida de Montea- Monteagudo provoca que el investigador deba
gudo, podemos señalar que el acercamiento optar por alguna de estas dos vías interpreta-
entre estos dos personajes es más que innega- tivas: la que lo presenta como el sombrío, inte-
ble, mucho más si sus pensamientos e ideales ligente y oportunista abogado, forjador de su
confluían en un solo propósito: la unidad sud- destino gracias a crueldades, y la otra que lo
americana. revela como el heroico, visionario e intelectual
padre de la patria injustamente vilipendiado,
consideramos que el análisis de los vínculos

30 Tomado de Cartas de Monteagudo. en Bernardo de Montea- 32 Villarreal Brasca, Amorina. (Univ. Complutense de Madrid,
gudo. Escritos. Honorable Senado de la Nación. Buenos Aires España). Reciprocidades en el proceso independentista ame-
1989. p 291. ricano: El componente relacional en Bernardo de Monteagudo
31 Ibíd. p. 293. (1789-1825). Temas Americanistas, 2011 no.27, p. 123.
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CHANAMÉ ORBE, Raúl

sobresalientes de Bernardo Monteagudo, las mundo donde está demostrado que son
situaciones que los propiciaron, y las dinámi- los bloques quienes mejor se posicionan
cas que a su vez éstos generaron, ponen de en la era de la globalización, avizorada por
manifiesto el porqué de las dos interpretacio- Bolívar y Monteagudo.
nes dicotómicas sobre las que hemos tratado,
inclinándonos por un rescate objetivo, desa-
pasionado y humano que nos permita com- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
prender las cumbres y los abismos de este ex-
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cepcional personaje de la historia de las ideas
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en Sudamérica. Andes, nº 13, 2002.
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teagudo está sumamente convulsionado, 3. DE VEDIA Y MITRE, Mariano. La vida
la inestabilidad política es terreno árido de Monteagudo. Editorial Kraf. Buenos
para la construcción y consecuente mani- Aires-Argentina. 1950.
festación de sus pensamientos. Radicalis-
mo libertario por un lado y por la otra uni- 4. ECHAGÜE, Juan Pablo. Historia de Mon-
dad hispanoamericana son los dos tópicos teagudo. Editorial Espasa Calpe. Buenos
que identifican su singular personalidad. Aires-Argentina. 1950.

ii) Su biografía es importante fuente histórica 5. FERRER BENIMELLI, José Antonio. Bo-
lívar y la masonería. En Revista de In-
para el estudio y reconstrucción de la for-
dias, nº 172, Madrid, 1983.
ma de Estado que se planteó al inicio de
la república y el debate constitucional que 6. FIDEL LÓPEZ, Vicente. Historia de la
ello suscitó por las posiciones excluyentes República Argentina: su origen, su revo-
que existían al respecto. lución y su desarrollo político. Editorial
Kraft. Buenos Aires-Argentina. 1913.
iii) El pensamiento político de Bernardo Mon-
teagudo se nutrió en las experiencias que 7. Gaceta de Buenos Aires, Nº 4, 1812
obtuvo a partir de su participación revolu-
cionaria al interior de Argentina y Chile, así 8. GALVÁN MORENO, C. Monteagudo.
como de sus relaciones con otros persona- Ministro y Consejero de San Martín. El
jes históricos (relaciones de poder), todo genio sombrío de la Revolución Ame-
esto devino en la evolución de su pensa- ricana. Editorial Claridad. Buenos Ai-
miento, en la transformación de este “jaco- res-Argentina. 1950.
bino”, en un defensor del ideal de la unidad 9. GOYTOSOLO, Juan. Blanco White: el
latinoamericana, con posturas moderadas y español y la independencia de Hispa-
“girondinas” sobre el régimen político que noamérica. Editores Santillana. 2010.
permita la gobernabilidad, después de una
década de guerra civil (1814-1824). 10. IÑIGUEZ VICUÑA, Antonio. Vida de
Don Bernardo de Monteagudo. Impren-
iv) La vida y obra de Bernardo Monteagudo ta Chilena. Santiago-Chile. 1867.
es válida actualmente y debería ser apren-
dida y recogida por nuestros gobernantes, 11. JUST LLEÓ, Estanislao. Comienzo de la
ya que el ideal de la unidad latinoameri- independencia en el Alto Perú: los suce-
cana que promovió Monteagudo debería sos de Chuquisaca, 1809. Editorial Judi-
ser nuestro referente histórico, hoy en un cial Sucre. 1994.
115
CHANAMÉ ORBE, Raúl

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