Está en la página 1de 1

Otro día en la calle y ya estoy harto de ver las mismas caras dentro de esta rutina que no tiene fin.

Eso
de andar maniobrando en las calles del centro de la ciudad dejó de ser divertido hace años, pero no hay
de otra. Realmente no sé qué tengo que hacer para salir de esto del transporte público. Hace años traté
de meterme al turismo, pero no me aceptaron. Dijeron que no iba a aguantar viajes muy largos, que me
faltaba fuerza o una cosa así. No les creí, pero ya no le intenté más. Lo que me da coraje es que ahora
me la paso todo el día con el motor a todo lo que da, mal comido y dándole vueltas y vueltas a la
ciudad desde la mañana hasta la noche; pero según no iba a aguantar viajes muy largos.

Y hay que afanarse. Te hacen la parada, te orillas, los esperas. A veces me gustaría que no lo hicieran.
Su olor, sus caras largas, sus gritos. Desesperante.

También podría gustarte