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ENTREVISTA

Entre la familia, la carrera y el amor

‘‘LOS LIBROS, LA MÚSICA Y EL ARTE; ESO ES LO QUE ME HA


INFLUENCIADO TODA LA VIDA’’: IVETTE LONDOÑO

Ivette Giselle, madre y profesional en el campo de la psicología habló sobre su vida


personal, su carrera y las pruebas más difíciles a las que se ha enfrentado.
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Por: Luana Londoño

En medio de una época de liberación, cambios sociales y políticos, y por supuesto una
revolución musical y artística, en la polémica década de los 70, Blanca de Londoño y
Danilo Londoño le dieron la bienvenida a Ivette Giselle Londoño, la pequeña criatura ya
daba de que hablar con apenas unos días de nacida cuando en un cambio de planes paso de
llamarse Diana a el característico nombre que hoy en día la representa ¿qué sería de ella si
en cada lugar al que visita no confundieran su nombre?

En un hogar liberal, pero no tanto para considerarse hippie, rico en aprendizaje y por
supuesto lleno de valores, Ivette Gisselle llevo una vida normal, aprendió a leer y a escribir
a una temprana edad, disfrutaba de las caricaturas y como ella misma recuerda, aquel
programa de música clásica que pasaban por uno de los únicos canales que sintonizaba ese
antiguo televisor en su sala.

Sin embargo, con apenas 5 años, la vida de Giselle daría un giro de 180° después de un
trágico accidente en el que se vió involucrada junto a su abuela Pasión, ‘Pochón’ como ella
aún le suele llamar; a pesar de las quejas de la pequeña niña, abuela y nieta salieron de su
casa un viernes en la tarde, en una de las busetas que antiguamente recorrían la ciudad
emprendieron su trayecto sin conocer el triste destino; en lo que hoy es la estación de
trasmilenio en la calle 60 con Caracas, la buseta se volcó al ser adelantada por otro
autómovil a gran velocidad. Pasión perdió la vida de forma instantánea y la pequeña Ivette
quedó desamparada entre la multitud; hecho del cual habla con tristeza pero con absoluta
paz.

En uno de los cuartos de su apartamento actual, en medio de la decoración llamativa de


este, sin chocar con su personalidad por supuesto, nerviosa y precavida de las respuestas
que se le ocurririán a lo largo de la entrevista, Ivette sin embargo trasmitía un sentimiento
de calidez y de tranquilidad, apoyada en una posición relajada y un lenguaje corporal que
invitaba a conocer de ella. Otorgando respuestas rápidas y concretas, buscaba la forma de
no repetirse en lo que quería expresar, que aunque con algunas solía mirar alrededor
buscando las palabras exactas, no fue hasta que se le pregunto por sus hijos que la voz de la
mujer se entrecorto mientras sus ojos de humedecían.

Uno de los aspectos que más destacaron a lo largo de la conversación fue indudablemente
el sentimiento del amor. Más alla del amor a una pareja, que no se queda atrás desde luego,
está el infinito amor a la familia, a sus padres quienes la han acompañado en todo el
camino, a sus hijos por quienes ‘vive’ como ella lo expresa y por otro lado el amor a los
libros que la han inspirado a crear sus propias historias, a la música que la vió crecer y al
teatro, un arte en el que disfruta desenvolverse. Sin dejar de lado la pasión que le despierta
el investigar y ser ‘la computadora con paticas’ de las reuniones como le llama su esposo.

Con una interesante visión de la vida y la inevitable madurez a la que se vió forzada a
enfrentarse con la muerte de su padre, a quien admiraba y con quien compartía todas estas
aficiones, Ivette expresa su perspectiva frente a las perdidas, los logros, los sueños y
aquellas metas que aún le faltan por cumplir.

Luana Londoño: ¿Es difícil ser mamá?

Ivette Londoño: La mayoría del tiempo no sabes si estas tomando las decisiones correctas o
si estas haciéndolo bien; entonces si, es un poco difícil, pero lo hago con todo el amor del
mundo.

LL: ¿Tiene alguna enseñanza que la haya marcado en su infancia?

IL: Muchas, me refiero a que uno va aprendiendo desde pequeño bastantes cosas, en este
momento no podría decir cuál exactamente.

LL: Desde pequeña usted estuvo rodeada de literatura, arte y música, ¿Qué destaca
de haber sido introducida a estos valores a tan corta edad?

IL: El amor por los libros, la música y el arte; eso es lo que me ha influenciado toda la vida,
entonces para mi ha sido infinitamente hermoso y grandioso que ellos se hayan preocupado
más por darme esa educación que otras cosas.

LL: Actualmente, ¿Cuáles son los artistas que más la llenan e inspiran?
IL: Uff, ¿En qué área?

LL: En todas.

IL: Es que son muchos, depende del escenario: en música son muchísimos, me gusta
bastante por ejemplo la música clásica en general, pero no tengo uno favorito. Mi papá me
enseñó el amor por Los Beatles. Por mi parte me encanta Queen, grupos como Bon Jovi,
Def Leppard, fue una época que viví con mucha fuerza por lo que tienen un gran
significado para mi. A nivel latino siempre he sido fan de Miguel Bosé ¡me encanta! Entre
otros.

LL: ¿Y escritores?

IL: Mi favorito, Shakespeare, lo descubrí a los ocho años. Con él descubrí el teatro, la
poesía y de ahí en adelante me ha guiado mucho su influencia. Depende también de la
línea, me gusta mucho Tolkien, a nivel científico me gustan muchos autores como Carl
Sagan y sus libros como Cosmos, que es el más conocido. Son muy buenas influencias.

LL: Como la lectora curiosa que es, ¿alguna vez fue criticada por leer algo en
especifico?

IL: Sí, en la Universidad Católica (de la cuál soy egresada) me tildaron de ‘peligrosa’, le
dijeron a quien es hoy mi esposo, quien era profesor allá, que debía tener cuidado conmigo
porque leía a Nietzsche con quien me había atrevido a decir que estaba de acuerdo. Para mi
la respuesta fue simple, alguien que ha estudiado a Dios y se atreve a decir que Dios ha
muerto es porqué lo conoce muy bien, pero no lo estaba diciendo de una manera peyorativa
ni revolucionaria, fue un análisis que yo hice alrededor del tema. Pero esas conclusiones me
trajeron varios problemas (risas)

LL: De esta pasión nació posteriormente la escritura, ¿Nunca pensó en dedicarse de


lleno en esta?

IL: Uno sueña. Uno sueña mucho, pero de pronto se vuelve muy autocrítico y piensa que no
es suficiente; han sido años de escribir cosas, pero nunca lo he pensado como algo posible.

LL: De vuelta a su infancia, a pesar de ser única hija usted siempre fue muy cercana a
su familia, tíos, primos y por su puesto sus abuelos ¿recuerda con gratitud aquellas
reuniones?

IL: Por supuesto. Y las extraño, es muy hermoso sentir la calidez de la familia.

LL: ¿Qué tanto la afectó entonces el accidente?

IL: Fue aterrador, yo era muy pequeña y quedar sola en medio de tanta gente en un
momento en el que no sabes lo que está pasando, es espantoso definitivamente. Cuando
llega alguien conocido y te rescata, de alguna manera te trae tranquilidad, sin embargo,
quedé sin saber muchas cosas en ese momento, no fue hasta que más adelante que caí en
cuenta que en ese accidente había perdido a mi abuela, fue muy duro para mi y
definitivamente me marcó.

LL: En ese proceso de duelo, usted tuvo también que enfrentarse a delicadas secuelas
¿Cuáles fueron?

IL: Del accidente me quedó un síndrome compulsivo, el cuál me ha acompañado desde


entonces cuando apenas tenía 5 años, las convulsiones iniciaron a los 8. Es algo
permanente, aunque siempre ha sido controlado con medicamentos, yo llevo una vida
absolutamente normal: aprendí a patinar, a montar bicicleta, ¡hasta manejo! Hago mi vida
normal, los episodios se evidencian muy de vez en cuando, cada tres o cuatro años. Pero si
son muy desagradables y ocurren con bastante fuerza, eso me impide realizar otro tipo de
cosas que me gustaría hacer.
LL: Por supuesto sus papás estuvieron involucrados en este proceso, ¿Qué es lo que
más les agradece de continuar su crianza con total normalidad?

IL: Todo, si no, hubiese sido un desastre. Conozco casos de niños que fueron criados con
restricciones por la enfermedad, esta se vuelve crónica con el tiempo y hay quienes no
pueden realizar actividades con normalidad. Yo fui afortunada, tanto en la forma como se
me presento el problema y en la forma como mis papás lo manejaron. He logrado llevar una
vida normal, tuve dos embarazos saludables y no he tenido mayores problemas graves,
nada que lamentar.

LL: Como lo indica, su papá fue una pieza muy importante a lo largo de su vida,
¿Cómo logró manejar su perdida?

IL: No es fácil, de hecho, todavía lo extraño; creo que nunca uno deja de pensar en esa
persona que es tan importante para ti. Lo que si aprendí es que el siempre iba a estar
conmigo, independientemente de donde estuviera. Soy todo lo que me enseñó, siempre esta
junto a mi.

LL: Para la misma época usted estaba empezando su carrera universitaria, ¿Recibió
apoyo de sus compañeros? ¿Podría llamar a alguno en específico “amigo”?

IL: Sí, en esos momentos críticos tuve mucho apoyo en la universidad, de mis compañeros
y de la misma por supuesto. De mi grupo en particular tengo varias personas que siempre
estuvieron ahí, amigas del alma que todavía lo son; el grupo de teatro al que pertenecía me
rodeó y fue magnifico. Así mismos profesores, una en particular que se preocupó por mi y
mi proceso, quien me vio de cabeza evadiendo lo que me estaba pasando y gracias a ella se
me realizó acompañamiento psicológico en la universidad.

LL: Precisamente en este lugar encontró un espacio rico en fraternidad: el grupo de


teatro como usted lo indica ¿Cuál fue la obra que más le gusto interpretar?

IL: Todas tuvieron algo especial, pero creo que El Centroforward fue una de las más
importantes para mi ya que tuve la oportunidad de hacer un personaje clásico dentro de la
obra, la cual no es precisamente clásica, pero este personaje que es Hamlet es el Hamlet de
Shakespeare metido en otra obra. Interpretar a un hombre, interpretar una pieza clásica en
una obra de teatro argentina fue todo un reto para mi, fue fantástico, me dio muchísimos
elementos y muchísima riqueza a ese nivel.

LL: ¿Nunca consideró la actuación como una alternativa?

IL: Si lo pensé mucho, quise seguir, pero lamentablemente no fue posible por muchas
razones, entre ellas estaba mi carrera. Llego un momento en el que estábamos junto a una
amiga haciendo muchas cosas, entre ellas participábamos en un programa llamado La
Sociedad de los Poetas, con el maestro Fausto Cabrera; además del teatro y colaborando en
bienestar ¡hacíamos un millón de cosas! Y cuando nos dimos cuenta íbamos perdiendo el
semestre, así que nos pusimos muy juiciosas a recuperar las materias en las que estábamos
mal.
LL: ¿Sin embargo le quedó alguna anécdota de esta etapa?

IL: Una muy simpática sinceramente, pues mientras recuperábamos las clases y todo lo que
habíamos descuidado, simultáneamente nos perdíamos de todas las demás actividades. El
director de asuntos culturales nos llamó entonces un día preguntando donde estábamos, nos
estuvieron buscando porque el maestro Fausto quería invitarnos a participar de ‘Ilona Llega
con la Lluvia’, una película dirigida por su hijo, Sergio Cabrera. Obviamente perdimos la
oportunidad, pero bueno, ¡por algo seria! (risas)

LL: Como lo cuenta en su anécdota, más allá de las actividades extraordinarias y la


basta participación en el equipo de bienestar de la misma universidad usted estuvo
muy concentrada en sus clases ¿Qué fue lo que más le llamo la atención de la
psicología?

IL: La posibilidad de encontrarme con un mundo que va más allá del comportamiento
humano en si: es el ser humano en toda su dimensión, es poder tener una perspectiva
diferente. En la psicología he encontrado tanto la parte clínica, que es lo clásico, como las
posibilidades que se tienen en otros campos de ver, analizar y encontrar otros aspectos más
interesantes, así como la investigación. En la parte organizacional donde me he
desempeñado más tiempo ha sido fascinante porque se me han presentado muchas
oportunidades de trabajo, en esta hay mucho rango de acción afortunadamente.

LL: ¿Qué sintió al graduarse?

IL: ¡Alivio, casi no me gradúo! Fue un camino largo, sobretodo por la prolongación de la
tesis, se fue alargando de una manera casi que absurda. No pudimos terminar en el tiempo
que pensábamos terminar, para este momento yo ya había finalizado mis materias, pero en
el desarrollo de la tesis de grado nos tomamos mucho más tiempo, casi que otros 2 o 3 años
de carrera, ya ni siquiera estaba pagando semestre, pero era el tema de ir y venir. Esto por
supuesto impidió muchas buenas oportunidades de trabajo por la falta del diploma.

LL: ¿Estaba segura de que era su pasión?

IL: Sí, la psicología siempre ha sido para mi algo especial, nunca he dudado de ello.
Aunque mucha gente me dice que yo me hubiera visto mejor como una ingeniera o algo así
(risas)

LL: En el ámbito personal, para cerrar este ciclo usted ya había conocido a lo que se
les llama “sus dos grandes amores” ¿Qué tenían de diferente a sus parejas
sentimentales anteriores?

IL: Todo. Aunque es una pregunta bastante difícil, yo diría que es fácil de responder porque
ellos me vieron más allá de como me veía una persona común y corriente, sin demeritar a
las personas con las que había salido anteriormente. Siempre tuve limitantes en cuanto que
había mucho temor o de pronto el mito de que una mujer inteligente es abrumador para la
otra persona, parece que a los hombres les da miedo. Yo siempre he sido muy sensible y
eso también trae problemas de muchas maneras y hay quienes no lo entienden; mis ‘dos
amores’ me mostraron otra dimensión y me vieron en la totalidad como persona, eso es
hermoso.

LL: Uno de ellos fue el papá de sus hijos, de quien actualmente por cuestiones del
destino esta separada, ¿Qué aprendió de esta relación?

IL: Aprendí a ver las cosas de una manera más madura, en un proceso bastante largo
aprendí también que, así como es maravilloso estar enamorado hay otros aspectos que te
‘bajan al piso’ y juntos deben crecer como pareja. De alguna manera fue algo doloroso
porque las cosas no se dieron como esperábamos, pero lo recuerdo siempre como algo
hermoso.

LL: Por encima de ser una profesional ¿Diría usted que sus hijos son su mayor logro?

IL: Wow, sí. Mis hijos son todo, es por lo que trabajo, es por lo que vivo, son por lo que yo
sueño… tengo muchos anhelos para sacarlos adelante y sí, me siento muy orgullosa.

LL: De los dos grandes amores solo le he mencionado a uno, pues después de mucho
tiempo usted se reencontró con el otro, ¿Cómo es reconstruir una relación después de
tanto tiempo?

IL: Fue algo bonito porque nunca dejamos de ser amigos, realmente siempre lo fuimos
entonces eso facilitó las cosas. No fue algo de la noche a la mañana, fue todo un proceso,
ambos veníamos de situaciones complejas a nivel sentimental, fue el redescubrimiento de
muchas cosas. Teníamos confianza uno en el otro y desde antes cuando nos conocimos
hace muchos años fue así, esa era la base más importante. Así fue como retomamos el
camino.

LL: ¿Qué esta en el panorama a futuro para Ivette Giselle?

IL: (suspira) Yo quisiera seguir creciendo, creo que uno nunca termina de aprender.
Siempre he querido tener por ejemplo un excelente trabajo, no digo que no haya tenido
buenos trabajos, en realidad mis trabajos han sido muy buenos, pero uno quiere realizarse
profesionalmente; llegar a un punto en el que seas reconocido y tengas un buen ingreso. En
este momento quiero seguir creciendo a nivel profesional.
Últimamente se me han presentado también oportunidades curiosas alrededor de retomar la
escritura y es algo que me llama mucho la atención ya que es un panorama muy bonito.

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