Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introduction Fearless Spanish CB
Introduction Fearless Spanish CB
La esposa de Benjamin, Sarah, también era una “persona pequeñ a”, lo que provocó
que los esclavos africanos de Barbados comentaran con encantado asombro: “Ese
pequeñ o hombre backarar [blanco] va por todo el mundo para ver [buscar] a esa
mujer backarar para sí mismo”. No obstante, Sarah era má s que una simple ayuda; era
una abolicionista de principios por derecho propio. Benjamin era, por definició n,
“discapacitado” o minusvá lido, mas no he encontrado ninguna evidencia de que se
considerara a sí mismo disminuido en modo alguno, ni de que su cuerpo le impidiera
hacer cualquier cosa que quisiera hacer. Se llamaba a sí mismo “pequeñ o Benjamin”,
pero también se comparaba con el “pequeñ o David” que mató a Goliat. No le faltaba
confianza en sí mismo o en sus ideas.6
Tras el éxito de numerosos movimientos de abolició n, ahora que casi todo el mundo
está de acuerdo en que la esclavitud era y sigue siendo moralmente erró nea, no es
fá cil recuperar la profunda hostilidad a la que se enfrentó Benjamin por adoptar
creencias antiesclavistas a principios del siglo XVIII. El propio Lay se percató de có mo
la gente se enfurecía al escucharlo hablar en contra de la esclavitud. Lo ridiculizaban,
lo interrumpían, se reían de él. Muchos lo desestimaron al considerarlo un deficiente
mental y, de alguna manera, trastornado porque se oponía al profundo “sentido
comú n” de la época. El desprecio se basaba en el interés econó mico y en el prejuicio
racial, pero también en los prejuicios contra él como persona pequeñ a. Cada uno
fortalecía al otro en crueldad y rencor.
Los esfuerzos por recordar la enemistad que sufrió Benjamin comenzaron
después de su muerte. Un abolicionista de Nueva Jersey que escribió bajo el
seudó nimo de “Armintor” señ aló en 1774 cuá n pocos eran los defensores que, desde
el principio, se atrevieron a hablar en nombre de los africanos, “esta pobre parte
oprimida de la creació n”. Destacó al “despreciado Benjamin Lay” como el “principal”
entre ellos. La cuá quera Ann Emlen, esposa del abolicionista Warner Mifflin, apuntó
en 1785 que las formas de confrontació n de Benjamin en las reuniones se toparon con
una fuerte resistencia por parte de los Amigos, a pesar de que él decía “la verdad”
sobre la esclavitud.12
Roberts Vaux hizo de la respuesta hostil a Benjamin un tema central de su
biografía, publicada en 1815. De hecho, escribió su memorial contra la represió n que
había opacado y mancillado la memoria del activista. Al ser él mismo un filá ntropo y
abolicionista, Vaux procuró dejar las cosas claras entre sus compañ eros cuá queros y el
pú blico en general. Utilizó palabras fuertes para describir de manera precisa lo que
Benjamin había tenido que encarar al atestiguar contra la bestia de la esclavitud:
oposició n, antipatía, prejuicios, escarnio, hostilidad, intolerancia, persecució n,
opresió n y violencia. Vaux señ aló que Lay se enfrentó a “una vigorosa oposició n de los
cuatro costados” y se encontró a sí mismo como “un combatiente casi solitario en un
campo donde el prejuicio y la avaricia [...] habían dirigido sus fuerzas conjuntas contra
él”. La respuesta de sus compañ eros cuá queros en particular fue “tan general y tan
intensa” que fue suficiente “para volver loco a un sabio”. Benjamin fue, en 1738, el
ú ltimo cuá quero repudiado por protestas contra la esclavitud. Los cuá queros
tardarían otros veinte añ os en estar de acuerdo incluso con la posibilidad de rechazar
a un miembro por trata de esclavos, y otros dieciocho añ os má s para empezar a
excomulgar a los dueñ os de éstos. No fue fá cil estar tan adelantado a su tiempo.13
El abolicionista y filá ntropo cuá quero Roberts Vaux fue el segundo bió grafo de Lay,
publicando The Memoirs of the Lives of Benjamin Lay and Ralph Sandiford, Two of the Earliest
Public Advocates for the Emancipation of the Enslaved Africans (Las memorias de las vidas de
Benjamin Lay y Ralph Sandiford, dos de los primeros defensores públicos de la emancipación de
los africanos esclavizados) en 1815.
Se necesitó fortaleza y coraje para hacer frente al tipo de oposició n que encaró
Benjamin durante los ú ltimos cuarenta añ os de su vida. Afortunadamente para él y
para la posteridad, esas virtudes nunca escasearon. Lay demostró el poder de decir no
a la esclavitud. Su vida es una historia de osadía en esa causa.16
1
É ste y los siguientes tres pá rrafos está n basados en las cuatro narraciones que constituyen las fuentes principales
de la actuació n de Lay en la reunió n de Burlington: una nota de John Kinsey con fecha del 19 de septiembre de 1738,
Actas de la RAF, 1681–1746, MRPh469, BHA-BSC; una entrevista con John Forman, 1785, en Hunt, “Notices of Lay”,
274–76; Rush, “Account”, y Vaux, Memoirs. La reunió n anual era la má s alta en la jerarquía de las asambleas
cuá queras, que ascendían de preparativas a mensuales, trimestrales y anuales, cada una encaminando a los
miembros y representantes a la anual. La mayoría de los asuntos se trataban en las reuniones mensuales,
normalmente una para los hombres y otra para las mujeres: se impartía disciplina, se otorgaban certificados de viaje
y se evaluaban propuestas de matrimonio. Las reuniones trimestrales y anuales, que se llevaban a cabo cuatro veces
y una vez al añ o, como su nombre lo indica, se ocupaban de las cuestiones normativas de mayor envergadura.
2
Rush, “Account”. Mario Caricchio se refiere a las “espectaculares representaciones proféticas” del ranter Abiezer
Coppe durante la Revolució n inglesa. Véase sus “News from the New Jerusalem: Giles Calvert and the Radical
Experience”, en Varieties of Seventeenth- and Early Eighteenth-Century Radicalism in Context, ed. de Ariel Hessayon y
David Finnegan (Farnham, Surrey, Reino Unido: Ashgate, 2011), 71.
3
Lay, Todos los esclavistas. No está claro por qué en la portada la fecha de publicació n aparece como 1737, cuando
varias entradas en el libro está n fechadas en 1738. Ademá s, Lay sacó un aviso en el American Weekly Mercury para
anunciar la reciente aparició n del libro el 24 de agosto de 1738.
4
Semi-Weekly Eagle, 16 de julio de 1849 (Brattleboro, VT). Jean R. Soderlund ha demostrado que, entre 1731 y 1751,
dos tercios de los miembros del Consejo de Supervisores poseían esclavos. Véase su Quakers and Slavery: A Divided
Spirit (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1985), 34.
5
Rush, “Account”; Vaux, Memoirs, 20–21. La estimació n de Rush de la altura de Lay (“no mucho má s de cuatro pies”)
es preferible a la de Vaux (“cuatro pies y siete pulgadas de altura”) porque el primero reunió informació n veinticinco
añ os antes, cuando muchas má s personas que habían conocido a Benjamin aú n estaban vivas. También cabe señ alar
que Benjamin puede haber utilizado su pequeñ a estatura para promover sus ideas. Christopher Hill escribió que,
durante la Revolució n inglesa, muchos radicales “exageraron deliberadamente sus excentricidades con el fin de
obtener una audiencia”. Esto fue especialmente cierto en el caso de muchos de los primeros cuá queros. Véase
Christopher Hill, The World Turned Upside Down: Radical Ideas in the English Revolution (orig. publ. en 1972;
Harmondsworth, Reino Unido: Penguin, 1984), 16.
6
Lay, Todos los esclavistas, 38. Este estudio de la vida de Lay busca contribuir al relativamente nuevo y cada vez má s
amplio campo de la historia conocido como estudios sobre discapacidad. Para una perspectiva general y un resumen,
véase Kim E. Nielsen, A Disability History of the United States (Boston: Beacon Press, 2014). Ver también Nathaniel
Smith Kogan, “Aberrations in the Body and in the Body Politic: The Eighteenth-Century Life of Benjamin Lay,
Disabled Abolitionist”, Disability Studies Quarterly 36 (2016), http://dsq-sds.org/article/view/5135/4410
7
Citas: Vaux, Memoirs, 24; Semi-Weekly Eagle, 16 de julio de 1849; David Brion Davis, The Problem of Slavery in
Western Culture (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1966), 324. Véase también Hunt, “Notices of Lay”; C. Brightwen
Rountree, “Benjamin Lay (1681–1759)”, Journal of the Friends Historical Society 33 (1936): 3–19; Thomas E. Drake,
Quakers and Slavery in America (Gloucester, MA: Peter Smith, 1950), 44–48. Entre los mejores trabajos sobre los
cuá queros y la esclavitud está n Soderlund, Quakers and Slavery; Thomas P. Slaughter, The Beautiful Soul of John
Woolman, Apostle of Abolition (Nueva York: Hill and Wang, 2009); Maurice Jackson, Let This Voice Be Heard: Anthony
Benezet, Father of Atlantic Abolitionism (Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 2010); Geoffrey Plank, John
Woolman’s Path to the Peaceable Kingdom: A Quaker in the British Empire (Filadelfia: University of Pennsylvania
Press, 2012); y Brycchan Carey, From Peace to Freedom: Quaker Rhetoric and the Birth of American Anti-Slavery,
1657–1761 (New Haven, CT: Yale University Press, 2012). Cabe mencionar también tres importantes compilaciones
de ensayos: Richard Newman y James Mueller (eds.), Antislavery and Abolition in Philadelphia: Emancipation and the
Long Struggle for Racial Justice on the City of Brotherly Love (Baton Rouge: Louisiana State University Press, 2011);
Brycchan Carey y Geoffrey Plank (eds.), Quakers and Abolition (Urbana: University of Illinois Press, 2014); y Maurice
Jackson y Susan Kozel (eds.), Quakers and Their Allies in the Abolitionist Cause, 1754–1808 (Londres: Routledge,
2015).
8
J. P. Brissot de Warville, New Travels in the United States of America, performed in 1788 (Dublín: W. Corbet, 1792),
267; Thomas Clarkson, The History of the Rise, Progress, and Accomplishment of the Abolition of the African Slave-
Trade, by the British Parliament (Londres, 1808), 84–85; [Benjamin Lundy], “Biographical Sketches: Benjamin Lay”,
Genius of Universal Emancipation, A Monthly Periodical Work Containing Original Essays, Documents, and Facts
Relative to the Subject of African Slavery 1 (1830): 38–40; Child, Memoir. Acerca de Garrison, ver Henry Mayer, All on
Fire: William Lloyd Garrison and the Abolition of Slavery (Nueva York: W. W. Norton, 2008). Tres historias notables
del movimiento abolicionista en Gran Bretañ a y Estados Unidos son Adam Hochschild, Bury the Chains: Prophets and
Rebels in the Fight to Free an Empire’s Slaves (Boston: Houghton Mifflin, 2005); Christopher Leslie Brown, Moral
Capital: Foundations of British Abolitionism (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2006); y Manisha Sinha,
The Slave’s Cause: A History of Abolition (New Haven, CT: Yale University Press, 2016).
9
Lay, Todos los esclavistas, 151. Algunas “biografías desde abajo” ejemplares han sido escritas por Carlo Ginzburg,
The Cheese and the Worms: The Cosmos of a Sixteenth-Century Miller (Baltimore: Johns Hopkins University Press,
1976); Natalie Zemon Davis, Women on the Margins: Three Seventeenth-Century Lives (Cambridge, MA: Harvard
University Press, 1997); Natalie Zemon Davis, Trickster Travels: A Sixteenth-Century Muslim Between Worlds (Nueva
York: Hill and Wang, 2007); Alfred F. Young, The Shoemaker and the Tea Party: Memory and the American Revolution
(Boston: Beacon Press, 2000); y Linda Colley, The Ordeal of Elizabeth Marsh: A Woman in World History (Nueva York:
Pantheon, 2007).
10
Vaux entrevistó a diez personas con una edad promedio de 82 añ os. Véase Memoirs, viii. Puede consultarse el
capítulo 1 para las reformas de Fox.
11
Ephraim Pagitt, Heresiography, or, A Description of the Hereticks and Sectaries of these latter Times (Londres, 1647);
Hill, The World Turned Upside Down; Christopher Hill, “Antinomianism in 17th-Century England”, en sus Collected
Essays of Christopher Hill, vol. II, Religion and Politics in 17th-Century England (Amherst: University of Massachusetts
Press, 1986), 179. Frederick B. Tolles afirmó erró neamente que para 1739 “no quedaba ningú n rastro” de
antinomismo en el cuaquerismo. Véase sus “Quietism Versus Enthusiasm: The Philadelphia Quakers and the Great
Awakening”, Pennsylvania Magazine of History and Biography 69 (1945): 27.
12
Pennsylvania Packet, 7 de febrero de 1774; Ann Emlen a John Pemberton, 15.1.1785, Pemberton Family Papers,
vol. 42, 162, SHP. Agradezco a Gary B. Nash por la referencia a Emlen.
13
Vaux, Memoirs, v, vi, 20, 22, 25.
14
Reunió n del 24.iv.1737, Actas de la JMF 1715–1744, MRPh383, fo. 285–86, BHA-BSC. Véanse los capítulos 2 y 3
para relatos de los repudios a Benjamin en varias reuniones cuá queras.
15
Hunt, “Notices of Lay”, 274.
16
É sta es la versió n original en latín del poema citado por Vaux (18): “Justum, et tenacem propositi virum, / Non
civium ardor prava jubentium / Non vultus instantis tyranni / Mente quatit solida”.