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¡Viva la guerra!

Adaptación de Shoot/Get Treasure/Repeat de Mark Ravenhill

Textos traducidos por Paco Gámez

Aula de Teatro Universidad de Almería 16/17


La guerra de los mundos.
Coro: Los habitantes de una ciudad.

- Esto va vosotros. Nos hemos reunido en la plaza por vosotros. Esto está
dedicado a vosotros. Vosotros, personas valientes y bellas. Vosotros,
hijos indomables de la libertad y la democracia. Este es nuestro humilde
homenaje, de nuestra ciudad a la vuestra, con amor.

Sonido de una bomba que explota.

- Os bombardean. Es un horror.
- Eso, eso, estamos horrorizados.
- Cuando vemos –las noticias- nos horrorizan.
- Por la mañana –Me ducho, Me exfolio con esmero, hago zumo y pongo
las noticias un momento, y ahí está.
- Me doy cuenta porque los niños se poner a llorar. Acabábamos de
empezar a hacer el amor, casi nunca lo hacemos, y de repente oigo a los
niños llorando. No es una pataleta, no están llamando la atención, no…
lloran como nunca habían llorado, voy corriendo hasta su dormitorio, paro
de hacer el amor y corro a su habitación, y los niños están ahí con la
televisión encendida y os están bombardeando. Es horroroso.
- Os están bombardeando, los edificios se caen. El castillo, un parque en
el centro de la ciudad, un tren, el teatro… todo –un hombre bomba acaba
de inmolarse y –las imágenes me asustan. Vosotros, todos, os estáis
muriendo y pienso que eso es terrible.
- Veo un hombre en una camilla. Su sangre está… hay mucha sangre. El
doctor le raja ahí, en el medio de la calle. Le hace una incisión y le
manipula el corazón con su mano como… –mira –lo aprieta, lo suelta,
aprieta-suelta –mantiene así el corazón latiendo y yo, yo, yo… si –Me
enamoro de ese hombre. No veo bien su cara, está llena de sangre. No
puedo ver su cuerpo –está cubierto con algo… pero a pesar de todo
pienso –os lo voy a enseñar… Pienso (mostrándolo) “somos uno, tú y yo,
somos la misma persona y, si sales de esta, nos vamos a encontrar y
vamos a hacer el amor y vamos a tener una vida muy feliz…” Por supuesto

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tú, él, ese hombre murió un momento después. Le taparon la cara con
una manta y el doctor salió corriendo a atender a otra persona que lo
necesitaba. La pena me supera. ¿No es rarísimo…? Destrozada de dolor
por un hombre que salió treinta segundos por la tele mientras me estaba
tomando el desayuno. ¿Soy una friki de esas que…?
- No no. No a mí me pasa igual. Ahí está esa niña pequeña --¿ves? La niña
pequeña que vi huyendo de la explosión, está escapando y es una
pequeña niña negra pero está totalmente blanca por el polvo de la
explosión. ¿Ves? ¿la ves? La niña pequeña va corriendo hacia la pantalla
y yo estoy desayunado y la llamo –permítanme mostrarle como la llamo –
miren. (lo hace) “¡Ven con mamá! ¡Ven, ven, ven!” ¿Veis? En realidad
estoy de pie en mi cocina y estoy gritando “¡ven con mamá!” Por un
instante creo que ella puede atravesar la pantalla o que yo puedo
agarrarla desde fuera del televisor; solo por un segundo, es una locura –
¡Cómo pueden herirte esas imágenes tan terribles!
- Creo que nunca he visto algo tan horrible por la tele a la hora del
desayuno.
- Nosotros nunca hemos visto cosas tan horrorosas por la tele.
- Es lo más horrible que alguien haya visto jamás por televisión.
- ¿Cómo puedes sentirte si no es completamente, absolutamente
horrorizado? ¿Estás horrorizado?
- Sí, me enferma y los niños se sienten... No debería dejar a los niños ver
eso, los niños no deben… pero no podíamos movernos. Solo… (pausa)
Cuando Thomas llegó los niños y yo estábamos llorando desconsolados
y nos sentamos todos juntos en la litera, la familia entera, todos juntos
mirando a la pequeña tele de los niños, y vimos a una mujer que se
parecía a mi madre, se parecía tanto a mi madre, a mi madre que se la
llevó un cáncer hace tanto, y esa mujer en realidad me está mandando un
mensaje a través de la pantalla, ella me dice –este es su mensaje (lo
actúa): “Te quiero. Te quiero con todo mi corazón. Estoy tan orgullosa de
ti. Mi niña.” Unas palabras muy sencillas que mi madre nunca pronunció
–la verdad, esa enfermedad la estaba consumiendo— pero ahora esa
mujer con su cuerpo destrozado por la bomba me manda ese mensaje
desde la tele. Cuando se muere, lloro de corazón, ¿Saben? Nunca lloré

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cuando mamá murió así que ahora… lloro. Lloro así. Miren como lloro por
vosotros… (lo hace).
- Os han bombardeado. Yo no puedo seguir como si nada. No puedo vivir.
No puedo trabajar, ni comer, ni dormir.
- Voy a trabajar. Intento vender, comprar, negociar, hacer todo lo que se
supone que yo hago --analizar, predecir, iniciar proyectos, pero nada sala
bien porque la pena no me deja pensar.
- Esta soy yo haciendo el amor con mi amante hasta que digo “no por favor,
para por favor, por favor, sácamela. Me siento tan mal. Me siento tan mal
haciendo el amor en un momento como este –es como si hubiera un
muerto en la habitación. No puedo hacer el amor con todo lo que está
pasando por ahí.” Me la saca. Tengo tanta suerte de que él comprenda,
de que sienta lo mismo que yo. Mi amante siente la pena que yo siento.
Es tan buen amante. Le ll1amo “Thomas-tres-corridas”… porque, bueno
porque… Pero ahora, estamos así. Míranos mirándoos. Mirando las
imágenes una y otra vez. Esas pobres imágenes. Hay pocas cámaras
para grabar todo lo que sufrís. Una y otra vez las mismas imágenes, pero
nunca es suficiente.
- Esto es un pequeño cementerio. Los niños os han hecho este pequeño
cementerio en la salita, para vuestros niños muertos, y ahora están ahí
todo el día llorando y agarrándose el uno al otro. Mis hijos lloran por
vosotros así – (lo muestra) a veces me pregunto si sería mejor mandarlos
a la calle, al aire libre y decirles “jugad, sois niños, por amor de dios, jugad”
pero no puedo porque todos estamos así, todos estamos así –Eso dice
Thomas— Enséñaselo por favor.

Thomas Voy a vender mi empresa. Eso debería hacer. De verdad que lo


creo. Porque ¿qué coj… qué sentido tiene una empresa de producción
mediática después de esto?

- Y yo entiendo perfectamente lo que él quiere decir. (Gracias, Thomas).


- Os han bombardeado.
- Os han bombardeado y nada volverá a ser igual.

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- Os han bombardeado ¿Qué sentido tiene ahora nada en nuestras vidas?
Quiero ir en coche hasta el mar, conducir hasta la playa y solamente…
sentir.
- Aquí tengo una foto vuestra. La recorté del periódico. Había muchas fotos
de muertos, pero vosotros sois los que más me impresionasteis. No sé
por qué solo algunos…. Aquí está vuestra foto y aquí están las flores que
yo corte de… Un jardín de flores para vosotros, y las llevo a la cocina y
luego entro y allí y lloro y lloro y lloro y lloro más y acabo tirada en el suelo
de la cocina… ahora voy a dar gritos terribles de dolor. Miradme como lo
hago. Mirad como hago esto por vosotros. Por favor observar mi lamento.
Vedlo. Vedlo. Mirad. (Representa esa pena).
- Esta es la carta que os he escrito. ¿Puedo…? Mi carta. “Siento que hayáis
muerto. Es tan injusto. Es tan cruel. Os vi por la tele durante el desayuno.
Estoy seguro/a que otra gente os quiere. Espero…” (Pausa larga.)
“Espero que tengáis amigos y familia que os quiera y que estén llorándoos
pero solo quiero que sepáis que yo, un/a desconocida/o que no es un/a
desconocido/a, os quiero con todo mi corazón y desde ahora en adelante
estaré siempre de luto por vosotros.” He escrito esta carta y ahora no sé
qué hacer con ella, en el sobre solo he puesto --¿veis? “A LOS
MUERTOS” Y –alguno de vosotros, por favor cogedla. Cogedla y llevadla
a través de las aguas a los muertos.
- Todos vosotros, por favor –venid aquí—haced un grupo, así, así,
mandemos un mensaje a nuestra ciudad hermana. ¿Estáis todos? ¿Sí?
¿Podemos… mirar ahí… y… y todos juntos…?
- VUESTRO SUFRIMIENTO ES NUESTRO SUFRIMIENTO. NUNCA OS
OLVIDAREMOS.
- Y… le damos a “enviar”.
- Y ahora aquí estamos todos. Aquí estamos todos nosotros. Toda la ciudad
reunida en la plaza.

Una imagen gigante es proyectada en continua repetición the la otra


ciudad explotando.
Una voz repite una y otra vez: “¿Por qué nos bombardeáis?
Se distribuyen lazos/brazaletes negros.

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Algunos avanzan y ponen flores negras delante de la imagen.
Todo está siendo grabado en vídeo.

- Perdona. No te conozco pero ¿puedes abrazarme y compartir mi dolor?


- Muchas gracias. Esto nos alivia, ¿verdad? Me alivia que cuando todos
estamos sufriendo tanto, nos unamos, nos abracemos unos a otros y
compartamos el dolor de los demás, ¿a que sí?
- ¿Puedo llorar?
- Por supuesto, claro, déjalo salir, sácalo, échalo fuera de ti, echa tu tristeza
fuera para que todos nosotros la veamos. Aquí, vosotros, mirad, mirada
ahora, mirad todos a esta mujer, como la ayudo a sacar su tristeza afuera,
vamos lamento, vamos dolor, vamos alarido, vamos… ¡SÍ!

Grito inmenso de pena.

- Bien hecho. ¿Quieres más?


- No, luego.
- ¿Alguien más?
- Me he quedado vacía. Por favor, necesito sentarme.
- ¡Oh, sí! ¡oh, sí! ¡oh, sí! ¡esto es lo correcto! ¿Podemos juntar todos
nuestras manos, por favor? Démonos todos las manos. La ciudad
entera. El Maricón, el banquero, el camionero, la mamá, el “yonki”, el
inmigrante de segunda generación, la famosa, el solitario, la artista, el
paralítico. Juntad las manos, ahora. Juntos.
- Así es. Esto es lo que hay que hacer.
- Si. Esto es lo que tenemos que hacer. ¡Oh sí! Mirad nuestra ciudad.
Mirad nuestra ciudad unida por fin. Todos juntos. Todos vosotros.
No… No hay egoísmo aquí. No hay ningún “yo” aquí. Tanto tiempo
desperdiciado en “yo” pero aquí es todo “nosotros” y eso nos hace
nobles.
- No hay más que decir. Vayamos más allá de las palabras. Solo la
música puede expresar nuestro dolor.

Las manos de todo el mundo estás unidas. Se oye música. Quizá un


montaje de imágenes.

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- OS HAN BOMBARDEADO. ESTAMOS ANGUSTIADOS. NOS
LAMENTAMOS. NOS DUELE. ESTÁIS LEJOS DE NOSOTROS.
PERO NUESTRO CORAZÓN ES VUESTRO CORAZÓN. NUESTRO
DOLOR ES VUESTRO DOLOR. VUESTRO MUNDO HA CAMBIADO
PARA SIEMPRE. OS AMAMOS. OS QUERREMOS SIEMPRE
PORQUE ESTAMOS UNIDOS A VOSOTROS PARA SIEMPRE.
- Buenas noches. Dormid bien. Nuestra ciudad ha hecho lo que debía,
esta noche. Dormid es el descanso de las personas justas.
- Creo que esta noche va a ser la primera vez que duerma desde que
os bombardearon. Me siento tan… ¿cómo decirlo?... sí… aliviado. Me
siento más aliviado.

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El ocaso de los dioses.
Susan y Jane, cada una a un lado de un escritorio. Jane tiene un sándwich1 y
un café.2

SUSAN: ¿Me van a dar de desayunar?

JANE: Sí.

SUSAN: Me dijeron que si venía aquí me darían de desayunar.

JANE: Sí, Susan, tendrás tu desayuno.

SUSAN: ¿Me van a dar ya mi desayuno?

JANE: No, Susan, tendrás tu desayuno al final. Habrá una supervisión médica
mientras desayunas.

SUSAN: Tengo mucha hambre.

JANE: Bien.

SUSAN: No hay comida en mi zona.

JANE: Te entiendo.

SUSAN: No hay nada… Nosotros- no hay manera de conseguir comida, la


realidad es-

JANE: Lo siento.

SUSAN: Creo que tendría que poner eso en su informe.

JANE: Si quieres.

SUSAN: Sí quiero, sí. Tome nota, tome nota y póngalo en su informe: en mi zona
no hay comida.

JANE: Gracias, Susan, lo pondré.

SUSAN: Ponlo ya.

1 Breakfast roll: es como un bocadillo de bacon/ salchichas… para desayuno grande.


2 Al final de una réplica “-“ significa interrupción por la siguiente réplica, se pisan las frases.

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JANE: ¿Perdona?

SUSAN: A ver cómo lo pones, escríbelo: No hay comida en mi zona.

JANE: De acuerdo, está bien, si eso es lo que quieres lo pon… (Escribe)


Distribución insatisfactoria de alimentos.

SUSAN: No, no, no, no hay comida. Nada. Nos morimos de hambre. No hay-

JANE: Susan cree que no hay comida en la Zona 8.

SUSAN: Lo sé, no lo creo, lo sé.

JANE: Está puesto.

SUSAN: Tiene que informarles de lo que está pasando.

JANE: Ya he puesto una nota sobre la situación, ¿Vale? La situación con la


comida ha quedado registrada.

SUSAN: Desnutrición, hambruna, gastro-… nos están matando. Muerte en-

JANE: Susan, ya está anotado. Lo he anotado, he puesto la situación alimenticia.


¿Podemos pasar ya a otro punto que no sea la falta de comida?

SUSAN: Si usted quiere.

JEAN: Sí. ¿Cómo era el autobús/

SUSAN: ¿Puedo coger un trozo de su sándwich?

JANE: ¿De mi…? ¡Oh!

SUSAN: Perdona, llevo sin--- han pasado semanas desde la última vez…

JANE: Por su puesto. Claro. Usted-

SUSAN: No quiero mendigar. No quiero hacer esto como si fuera una mendiga.
Yo era importante. Era profesora universitaria. Los alumnos me respetaban. Esto
es patético. Yo no soy así de patética. Es sólo que llevo…

Susan coge el sándwich. Jane se la quita.

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JANE: Susan, en realidad no quiero… quiero que dejes mi sándwich. Te he traído
aquí porque quiero que me ayudes. Estoy escribiendo un informe y necesito tu
ayuda.

SUSAN: No me gusta estar flaca. No me gusta que se me noten todos los


huesos.

JANE: Susan.

SUSAN: Pero vosotros, ¿Qué han traído a esta zona? ¿Han traído todas las
provisiones a tu zona? ¿Verdad?

JANE: No, es solo que/

SUSAN: Mírate, estás gorda, eres enorme, eres tremendamente grande, y


además te tiembla toda la… y te sientas ahí con tu desayuno y-

JANE: Estamos intentando distribuir alimentos en todas las zonas.

SUSAN: Para los vencidos los restos, a los derrotados la puta desnutrición de
mierda ¿no, no, no?

JANE: Susan, Susan queremos llevaros comida, hay comida, estamos


intentando haceros llegar comida. Hay un mundo hay afuera preocupado por
vosotros, que quiere que tengáis comida. Es importante. ¿De verdad crees que
el mundo es tan malo?

SUSAN: No.

JANE. Bien, no, el mundo es— los rebeldes son los que nos impiden haceros
llegar la comida, ¿entiendes? Lo intentamos pero nos atacan y… No es nuestra
culpa. Lo hacemos lo mejor que podemos. Pero cuando hay fuerza destructivas
entre vuestra gente…

Susan coge el sándwich y le da un mordisco.

JANE: Dame eso. Dámelo. Dámelo.

Coge lo que queda del sándwich y lo pone en su escritorio.

Susan se atraganta.

JANE: ¿Ves? ¿Ves? Eso es lo que pasa. Eso es lo que pasa. Ves. Si solo, solo-

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Susan se atraganta.

JANE: Toma, bebe un sorbito de esto.

Susan coge el café.

JANE: Con mucho, mucho cuidado. Solo un trago, si no será peor. Así, Susan.
Lo estás haciendo muy bien. Lo estás haciendo bien. Estoy orgullosa de ti. Es
importante que- despacio ¿vale? Traga despacio.

Susan traga despacio.

JANE: Ha habido casos. Gente que pasa mucho tiempo sin comer y que de golpe
come y la comida, la comida, la comida los mata, así que intenta…

SUSAN: Vale.

JAENE: Tenemos que escribir un informe no queremos que te mueras ¿no?


¿Eh? ¿Eh? No, no queremos.

SUSAN: No, no queremos.

JANE: Mira… este informe. Un hombre estuvo en el desierto seis meses. Fue
capturado por los insurgentes, cuando fue liberado volvió a la ciudad y encontró
a su mujer viviendo en un agujero en el suelo. La mujer había encogido. No había
comido durante meses. El hombre consiguió dinero y le compró una manzana a
su esposa. Él la amaba, ella necesitaba comer, pero la manzana la mató. Su
cuerpo no estaba preparado. Está todo en este informe. Él quería darle de comer
pero ella murió y él terminó ahorcándose en un árbol. Es por eso por lo que no
te quiero dar de comer, no es porque yo sea mala.

SUSAN: ¿Puedo tomar más café?

JANE: No lo sé. No sé cuál es el consejo médico con el café.

SUSAN: Bebíamos agua pero sabía mucho a productos químicos3.

JANE: Lo siento. Tomaré nota de eso.

3 Pastillas esterilizadoras (para hacer el agua potable), me parece poco claro en español.

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SUSAN: Soñaba con tomar café. Antes siempre desayunaba café. Salía de casa
temprano y cogía el coche para ir a la universidad y en el camino siempre paraba
para tomar un café y un sándwich. Echo de menos eso.

JANE: No sé si es bueno. La cafeína es una droga fuerte.

SUSAN: La tiranía era mala. Escribía artículos. Protestas. Hacía lo que podía.
Pero todas las mañanas tomaba mi café y mi sándwich.

JANE: Susan- creo que es mejor que no tomes café sin una supervisión médica.

SUSAN: Si crees que eso es lo mejor.

JANE: Sí. Creo que eso es lo mejor.

SUSAN: Es tu privilegio, ¿verdad?

JANE: Estoy intentando ser amable.

SUSAN: Es tu privilegio. Nos ocupáis y decidís quién toma café y cuándo.

JANE: Esto no es un tema político-

SUSAN: Dices- coged a la puta flaca esa y que venga a ayudarme con el informe
que estoy escribiendo y los soldados te traen a la puta flaca aquí.

JANE: Espero que fueran amables. ¿Te dijeron que esto es voluntario?

SUSAN: Bueno, estoy aquí ahora y tú puedes hacer lo que quieras conmigo
porque el poder es vuestro.

JANE: Quiero cooperar contigo, te lo juro.

SUSAN: Quiero más café, te lo juro. .

JANE: Solo intento hacerlo lo mejor posible.

SUSAN: Dame café.

JANE: Por eso vine aquí, porque quiero hacer lo mejor para tu país.

SUSAN: No me beberé toda la taza.

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JANE: Vi por la tele como eran las cosas antes aquí – los abusos contra los
derechos humanos y ahora la guerra, y quise estar aquí para hacer las cosas
bien.

SUSAN: Dame un trago – mira si no pasa nada. No es pan. No es una manzana.

JANE: Bueno…

SUSAN: Tendremos mucho cuidado.

JANE: Bueno, vale.

Susan da unos sorbos al café.

SUSAN: Muy bien. Buen café.

JANE: Creo que ya está bien.

SUSAN: Muy… me recuerda a la civilización, a pertenecer a una civilización, a


las cosas normales, a los tiempos felices.

JANE: Salvo porque en realidad no era… no había una civilización real...

SUSAN: No.

JANE: No había democracia. No había libertada. No teníais derechos humanos.


Se infringían gravemente los-

SUSAN: Ya, lo sé, pero a pesar de eso…

JANE: Estáis en una transición, Susan, tu sociedad está en transición.

SUSAN: Echo de menos el café.

JANE: Toda va a ser mucho mejor.

SUSAN: ¿Tú crees?

JANE: En veinte años seréis una súper potencia- social y económicamente y


seréis libres.

SUSAN: ¿Puedo tomar un poco más de café?

JANE: No me parece bien.

SUSAN: Entiendo.

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JANE: Hasta que estemos seguros de que la cafeína – no te afectará
negativamente.

SUSAN: No.

JANE: Bueno, eso está bien. Bien. Bueno, si me ayudas con el informe, te darán
después un desayuno supervisado. Un puré especial para que te lo comas bajo
control médico. Para que no haya riesgo de que te mate. Hemos aprendido.
Hemos progresado. Ahora sabemos cómo las personas que no han comido
tienen que hacer la transición alimenti-

SUSAN: Ésta no soy yo, sabes: Esta puta huesuda que te quita la comida.

JANE: Lo sé.

SUSAN: Yo era grande. Me encantaba comer. Me encantaba cocinar. Me


pasaba el fin de semana cocinando e invitaba a compañeros de la universidad y
venían a casa y charlábamos mientras nos comíamos un pescado inmenso y un
montón de platos.

JANE: ¿Eso era durante el antiguo régimen?

SUSAN: Tenías que tener cuidado sobre lo que hablabas, pero la comida- podías
comer hasta reventar. Me encantaba eso.

JANE: Eso volverá a pasar cuando todo se ponga en su lugar.

SUSAN: Pero ahora- doy un bocado al pan y me ahogo.

JANE: Sé que soy una privilegiada, Susan, sé que he tenido mucha suerte toda
mi vida.

SUSAN: No te juzgo.

JANE: Vale.

SUSAN: Estás siendo muy buena conmigo. Lo valoro. Estás haciendo bien tu
trabajo.

JANE: Gracias.

SUSAN: Supongo que echas de menos tu tierra.

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JANE: Vamos a seguir con el informe.

SUSAN: Todo el mundo prefiere estar en su propio país, ¿no?

JANE: Cuanto antes hagamos esto, antes tendrás tu desayuno.

SUSAN: ¿Quién te espera en casa? ¿Tu marido? ¿Tu hijo pequeño?

JANE: Quiero seguir con el informe. ¿Cómo ha sido el viaje en autobús?

SUSAN: Seguro que eres una buena madre.

JANE: Susan, vamos con el informe.

SUSAN: Si es lo que quieres.

JANE: ¿Cómo ha sido el viaje en autobús?

SUSAN: ¿Por qué estamos haciendo esto?

JANE: Susan.

SUSAN: ¿Qué sentido tiene esa pregunta?

JANE: ¿Qué sentido? ¿Sentido?

SUSAN: Sí, sí.

JANE: Susan, si no cooperas no puedo darte tu desayuno.

SUSAN: Lo siento, lo siento. No quiero- no- Necesito comer, por favor… Soy
inteligente, antes era una mujer inteligente. Tengo ese tipo de mente que hace
preguntas. No quiero, a veces desearía… Pelee con mi padre para ir a la
universidad. A veces, desearía ser más… dócil. Pero siempre- ¿Por qué? ¿Por
qué? ¿Ves? Lo siento. Si solamente entendiera para qué es el inform-

JANE: De acuerdo, de acuerdo. Es para… Supongo… Supongo que es porque


nosotros hemos intervenido, hemos intervenido, por las cosas terribles que
estaban pasando en vuestro país- los derecho humanos, etcétera- tuvimos que
intervenir y ahora nosotros- yo- mis compañeros y yo tenemos que saber vuestro
punto de vista sobre lo que estamos haciendo, ¿vale? Porque hemos
intervenido, y desde que la estatua del dictador se derrumbó… ¿Cómo pensáis

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que están yendo las cosas? Queremos escucharos. Escuchar y entenderos. ¿De
acuerdo?

SUSAN: Eres madre ¿verdad?

JANE: Soy… mira… soy una fuerza extranjera. Os traigo el orden. Os traigo la
libertad y la democracia, Yo…

SUSAN: Mi hijo pequeño tiene siete. Se llama Dan. Antes de la invasión él jugaba
con su bicicleta “con ruedines4” en la calle con sus amigos. He vivido con él en
el sótano durante los últimos seis meses. A veces nos hemos estado bien. Me
inventaba historias. Él se inventaba historias. El pequeño diablo. Ese es uno de
los personajes que nos inventamos. El pequeño diablo- su amigo con el ala rota-

JANE: ¿Cómo fue el viaje en autobús hoy? ¿Alguna sospecha de bomba o de


algún terrorista u otro incidente alarmante?

SUSAN: No.

JANE: Bien, muy bien. ¿Y cómo se portaron los guardias en el punto de control?

SUSAN: ¿Qué quieres decir?

JANE: ¿Te ayudaron barra fueron educados barra eficientes?

SUSAN: Uno me agarró el culo, eso fue-

JANE: Lo siento. Lo apuntaré. Acoso sexual.

SUSAN: Era un niño. Le grité. No pasó nada.

JANE: Es importante que llevemos un control de abusos sexuales. Pero si dices


que no pasó nada-

SUSAN: Digo que no pasó nada.

JANE: ¿Crees que el viaje en autobús fue satisfactorio?

SUSAN: Sí.

Susan agarra el sándwich y empieza a devorarlo.

4 O cuatro ruedas.

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JANE: Susan, no, Susan no Susan, ¡para!

SUSAN: (Con la boca llena) No tienes ni idea del hambre. Todo, cuando tienes
tanta hambre, tú-

JANE: Susan, para ya. Tienes que parar. Ese hombre. La manzana. Se colgó
de un árbol. Susan.

SUSAN: (Con la boca llena) Comida. Comida. Comida.

JANE: Tú, joder,-No quiero matar a nadie- No, quise- tú cogiste esa comida- Yo
vine aquí- libertad- elección-democracia- derechos humanos- nuestro
principales valores.

SUSAN: (Con la boca llena) Comida. Comida. Comida.

JANE: Yo no vine para esto. Un mundo mejor. Tú no paras de tragar- Oh,


Susan, ¿qué has hecho?

Susan empieza a toser.

JANE: Susan, te lo advertí. Yo – Quiero pegarte ¿sabes? Reventarte la puta- Te


traía la libertad- so zorra-

Susan se ahoga en el suelo, tosiendo y luchando por respirar. Eso continúa


mientras Jane dice:

JANE: Te traje tú libertad. Luchamos atravesando el desierto para traerte los


valores básicos y tú no puedes ni siquiera, ni siquiera- te tiras a la comida como
si no hubieras visto nunca- joder- ¿Qué sentido tiene? Mierda. Miro al mundo.
Míralo. Es un lugar terrible. Una opresión terrible. Mujeres tapadas con velos.
Mujeres con los clítoris amputados. Los jóvenes con el cerebro lavado. Personas
marcadas con metal ardiendo por decir la verdad. Sin elecciones. Elecciones
amañadas. He visto todo eso. ¿Y qué se supone que tengo que hacer yo?
¿Quedarme quieta? Tengo todo. Tengo libertada. Tengo democracia. Tengo
derechos humanos. ¿Debo quedarme de brazos cruzados mientras el mundo se
hunde en la oscuridad? No, tengo que intervenir. Tengo que hacerlo. ¿Por qué
se tiene que estropear todo? ¿Por qué siempre se jode todo?

Saca una papelera de debajo del escritorio.

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JANE: Susan, voy a hacerte vomitar. Voy a ayudarte a vomitar, pero, por favor,
hazlo aquí dentro --¿Vale? Vamos a hacerlo en orden, ¿entiendes? Bien.

Jane mete los dedos en la garganta de Susan. Susan vomita en la papelera.

JANE: Así, Susan- todo, échalo todo, te sentirás mejor.

Finalmente, Susan se desploma sobre su espalda y Jane le da café y la acuna.

JANE: Así, Susan, sí, sí. Vamos, Susan- abre los ojos. Mantén los ojos abiertos.
Mírame, Susan, intenta fijar tus ojos en mí. Mírame. Intenta mirarme. Abre los
ojos Susan. Abre los ojos, Susan. Escucha mi voz. Escucha mi voz. Escucha.
Susan. No tengo pareja, no tengo marido. No tengo hijos, Susan. Tengo muy
mal ojo con los hombres. Susan, elijo a hombres que desaparecen a los pocos
meses, elijo hombres inútiles, con trabajos inútiles, con trabajos que no son
trabajos, hombres a los que mantengo y luego se piran, se aprovechan y se van.
Susan, quiero tener un hijo pero se me está pasando el momento, Susan, es una
puertecita que se me está cerrando y seguramente no tendré hijos, pero conozco
a gente con hijos que son unos… Mi piso es precioso, Susan, he convertido mi
apartamento en el lugar más encantador del mundo. Me encantan las revistas
de decoración y mi piso parece una foto de esas revistas, algún día yo saldré en
esas revistas. Estoy segura que saldré en ellas algún día. Un día tendrás una
universidad nueva tan hermosa, hecha entera de cromo y cristal y con unos
muebles tan hermosos y tus estudiantes podrán hablar con libertad igual que
nuestros estudiantes hablan con libertad ahora. Susan, va a ser fabuloso. Soy
muy optimista, Susan, porque todo está empezando a funcionar- los programas
de ayuda se están poniendo en marcha, las infraestructuras, las inversiones, la
libertad y la democracia, la libertad y la democracia.

Los ojos de Susan se cierran.

JANE: Abre los ojos, Susan, abre los ojos. Susan, Susan –abre los ojos.

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Continuación La guerra de los
mundos.
- Ahora en casa. Míranos. Aquí. De vuelta a casa. Shhhhh. Los niños
están dormidos. He desmontado su cementerio de la salita de estar,
ven, ya no está. No se quejaron y ahora Thomas y yo haremos por fin
el amor sobre la alfombra. Aquí mismo. Justo… aquí, creo. Y será el
mejor polvo que hemos echado en años. Se correrá dentro de mí. Le
dejaré correrse dentro. Le quiero.
- Ahora voy a ordenar el piso. Voy a quitar vuestras fotos. ¿Puedo? Sí.
(Lo hace.) Allí. ¿He hecho bien? Sí. Ahora el tiempo pasa. Es como si
de alguna manera… No quiero quedarme estancada. Siempre os
recordaré. pero no me puedo estancar.
- ¡Oh! No… no puedo ver la cara de mi madre. Desde que murió veo su
cara pero ahora no… no sé, de algún modo ya nunca está. Por favor…
vamos… traedme el álbum de fotos de mi madre (traen un álbum de
fotos.) Gracias. Por supuesto. Gracias. Esta es ella. Ahí está ella en la
verja del jardín con su cigarrillo en la mano. Esa es su cara. Por
supuesto. Pero (cierra el libro) se vuelve a ir. (Cierra los ojos.) No. No
puedo verla. No se queda. Adiós, mamá. (Pausa larga.) Adiós.
- ¿Café? Buenos días. Aquí tiene su café.
- Un nuevo día. Un nuevo día y aquí está el desayuno, me tomo –
miren—un café fuerte, delicioso. Estoy sentado/a en un sitio mu
ruidoso. Mírenme. Todos vosotros- regadez moi! ¡Atención! ¡Cuánto
ruido hay aquí! Tengo un trabajo ruidoso rodeado/a de gente ruidosa
y de camino a mi oficina BZZZZ BZZZZ BZZZZ hago una parada para
tomareme un café ruidoso. BZZZZZ. Y hay una tele – ahí – está
encendida –y vosotros estás en la tele y me decís, esto es lo que me
decís:
- “¿Por qué nos han bombardeado? Somos buenas personas. No lo
entiendo. ¿por qué nos bombardeáis a nosotros, somos buenas
personas? Somos buenos. Nosotros- eh—nosotros vamos de

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compras. Tenemos familias. Nuestra sociedad está en orden.
Nuestros políticos, elegidos democráticamente, toman decisiones
sabias. Tenemos valores justos: democracia y libertad. El mundo
anhela nuestros valores morales. Y en la medida que la geopolítica
nos permite llevamos nuestros valores al mundo: libertad y
democracia”
- Estoy dejando a mis niños en la guardería y la tele está encendida en
medio de las hordas de chiquitines y de repente aparecéis por la tele
y me habláis, me decís… esto es lo que me decís….
- “Mi buen hermano estaba conduciendo un buen autobús esta mañana.
Un buen hombre haciendo un buen trabajo. Pero ahora él está muerto.
Se murió en la calle delante de nuestras buenas cámaras de televisión.
Desde mi propia cocina, rodeado de mi buena familia, vi a mi propio
hermano morir. El dolor es muy profundo.”
- Estoy cuidando a mi amante en el hospital y la tele está muy alta. Me
levanto para apagarla pero de repente me decís directamente a mí:
- “¿Quieres saber quién me ha hecho esto? ¿Querrás saber quién lanzó
las bombas? Te lo diré. Te lo diré. Los malos las lanzaron. Nos vieron
y nuestra bondad era una amenaza para su maldad extrema. Y por
eso lo hicieron. Nos bombardearon con su maldad. Créeme, amigo,
los malos son fuertes pero si los buenos nos unimos podemos
combatir al mal y ganarles”.
- Me aparto de la cama de mi amante en el hospital y me acerco tanto
al televisor –así me acerco—y tú me miras desde el televisor y me
dices:
- “¿Malos o buenos? ¿Justo o injusto? ¿Lo correcto o lo incorrecto? Tú
eliges. Pero la batalla ya ha comenzado y tienes que elegir. Elige,
amigo, elige. Dios o el Demonio. Así es—el bien… o el mal. La batalla
ya ha empezado. Elige. Decide. ¿Con quién vas a luchar? Elige. Ya.

Pausa.

Elige.

- Y no sé muy bien por qué, pero… --¡oh! pero yo voy…-


- ¿En serio? Así que, yo-

20
- Yo también. Es la hora del desayuno y yo-
- Nosotros, nosotros, nosotros…

Todos se ríen.

- Parad.
- Parad. Esto no es…

Risas histéricas.

- No es apropiado.

Todo el coro está riendo como loco.

- Perdón, perdón, lo siento pero, coño, sois tan… (Risas.)


- Sois tan… idiotas (Risas.)
- Sois tan… vulgares. (Risas.)
- Sois tan… infantiles. (Risas.)
- Sois tan horteras. (Risas.)
- Sois tan vulgares (Risas.)
- Sois tan gordos, feos, pesados, cutres, imbéciles, imbéciles. (Risas.)
- Libertad democracia bueno malo Dios demonio… ¡Dios mío! (Risas.)
¡Joder! ¡Por dios! (Risas.) ¿Por qué habláis como niños retrasados?
Hostia puta. (Risas.)
- Ridículos, ridículos, ridículos. Ridículos.
- Bien. Mal. Sois tontos, joder. Fantasmas. Me cago en vosotros. Me
cago en todos vosotros.
- ¡PUTOS IDIOTAS!
Silencio.
- Perdón. Por favor. Estamos tan… por favor vamos.
Silencio.
- ¡Oh! ¡Cómo idiota soy! En serio… de verdad… Habéis sido
bombardeados hace unos días y yo me estoy riendo de vosotros.
¡Pero qué gentuza soy! ¡Qué monstruo! ¿Por qué me he reído de
vosotros? Lo siento mucho. Me siento fatal. ¿Qué puedo hacer? Voy
a ordenarlo todo. Los cajones, los armarios de la cocina. Lo voy a dejar
todo bien recogido. Los calcetines, las fundas de las almohadas, los…

21
Voy a ordenar todo hasta que se me pase la risa. Voy a ordenar así.
(Lo hace) Ahí… estoy calmado/a ahora… ¿Por qué? ¿Por qué me dio
la risa?... Bueno, para ser honesto, la culpa es vuestra –vosotros me
hicisteis reír… cuando—habéis-- ¿por qué dijisteis todas esas
tonterías…? Por favor nunca, nunca, nunca más digáis la mierda esa
de la guerra del bien y el mar, nunca nunca jamás ¿vale? ¿Vale?
- Por favor, quiero, quiero sentir lo que sentía antes. Esa tristeza. La
pena. ¿Podéis, por favor, gracias, poner de nuevo las imágenes de la
bomba? ¿Hola? ¿Me oís? Quiero las imágenes otra vez. Gracias.

Las imágenes vuelven a proyectarse.

- ¿No es horrible? Son horrible. Eso es. Volvedlo a poner, y volvedlo a


poner, y volvedlo a poner y ¿Veis?—miradme – Me vuelve el
sentimiento. Mirad como vuelvo a sentir pena. Ya mismo. Ya – ¿tengo
los ojos húmedos? ¿No? ¿Ninguno de los dos? ¿Veis mis lágrimas?
(Pausa.) Voy a llora. Por favor. Quiero llorar. Necesito llorar como
lloraba antes. Llorar por vosotros. ¿Dónde están los niños? Que
alguien llame a los niños. Decid a los niños que vengan para ver la
repetición del vídeo para que podamos llorar todos juntos como
hacíamos antes. Volved a poner el cementerio. (Los llama.) ¡Niños!
¡Niños! ¡Thomas! Venid aquí y… Las imágenes, chicos.

Silencio.

Thomas ¿dónde están los…?

Ya me acurdo. Los niños y Thomas están jugando con al pin pon, están
en la barbacoa – no quieren… y veo las imágenes y estoy… estoy vacía. Lo
siento… no puedo sentir lo que sentía antes por vosotros. Me encantaría pero
yo… Bueno, para ser sincera, es vuestra culpa. Cuando os vi por la tele soltando
esa… esa… si, lo siento pero esa mierda, esa es la palabra. Me habéis hecho
dejar de sentir lo que sentía antes. Siento… bueno, no siento nada. Nada. Venga,
quitada las imágenes. Quitadlas ya.

- Veo a mamá en la verja del jardín con su cigarrillo en la mano. Era una
vieja. Puff, puff, puff, cigarrillo, cigarrillo, cigarrillo. Pequeños consejos baratos

22
de sabiduría. “No te gastes la paga”… “Haz lo que te gustaría que te hicieran a
ti” ¡Dios, cómo odio a esa vieja puta gilipollas! El cáncer se la llevó antes de que
se lo pudiera decir, pero la odio. Como me gustaría haberle dicho a la cara: te
odio, mamá. No hiciste nada por mí. Solo arruinarme la vida. ¿Dónde estás,
bruja? Sal, mamá. Muéstrate para que pueda decirte que te odio. Venga ven.
¿No? (pausa) No.
- ¡Oh! Estos sentimientos son terribles, terribles. Quiero… Le digo a mi
amante: “Abrázame. Vamos a relajarnos y vamos a abrazarnos y a querernos el
uno al otro” porque creo que aquí en el medio de la tierra todo tiene sentido, en
esta… quietud, un amor sencillo, sin más, y ahora – oh gracias a dios—aquí mi
amante… mi amante (abrazo) oh si si si si si, estamos bien. Todo está bien.
Gracias. Shhhhhhhh.
- Y quiero dormir pero estáis en la tele, y estáis de pie en un campo trigo,
hay espigas hasta donde la vista alcanza y solamente hay un tractor y vosotros
y vosotros me decís esto:
- “Soy un ángel. Brillo en la luz pura que desprende nuestro Señor. Mi ala
se ha quebrado en el bombardeo. Pero volveré a la lucha. Luchar contra el mal
es la obligación eterna de los buenos. Debe haber una guerra. Dejad que la
guerra comience.”
- Sí. Tenemos que declarar la guerra a los terroristas. Esa gente terrible
que ha destrozado una civilización debe ser atacada. Supongo que es lo justo.
Supongo que tendremos que hacer eso. Oh, sí, supongo que haremos eso. Lo
haremos. Iremos a la guerra. De acuerdo- La guerra- vale- sí, guerra, guerra,
guerra… ¿estáis de acuerdo?

Una aburrida muestra de manos indica rechazo.

De acuerdo, guerra.

- En la tele ahora, la guerra ha empezado. En directo 24 horas al día siete


días a la semana. Lo niños la ven. Yo estoy ocupada.
- “Tú, idiota, tú, puto idiota. Ángel, ala rota. ¿Qué mierda es esto? Todos
estos años pensaba que hablábamos el mismo idioma pero ahora tú no dejas de
decir más y más y más y más mierda. Ángel. Libertad. Democracia. Tú eres un
ignorante ciego estúpido chulo y yo te odio ahora. Y doy gracias a dios de que
te bombardeasen para que yo pueda ser consciente de cuánto, cuánto te odio.”

23
(Pausa)… Oh. Me doy miedo a mí mismo, esa persona, esa gente, una persona
que yo, que yo, yo pueda sentir, que todos sintamos — ¿no es asqueroso?
¿Nadie más se alegra de que seáis bombardeados? (pausa larga) ¿Nadie?
¿Ninguno?

Uno a uno, todo el coro avanza mostrando que están de acuerdo con “Gracias a
dios sois bombardearon”.

- Todos sentimos…
- Nosotros sentimos –hacia vosotros que habéis sido bombardeados –esos
terribles, terribles –perdón, perdón, perdón, perdón –esos terribles sentimientos,
pensamientos, sentimientos, pero en realidad –honestamente eso es lo que
sentimos.
- ¿Niños? Niños, hora de ir a la cama. Hora de dormir. A dormir.

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Paraíso perdido
Liz, Maria.

LIZ: No puedo dormirme. Llevo varias noches así... Primero pensé que era un
gato… Me puse tapones en los oídos, tomé pastillas para dormir y puse un CD
con olas de mar que normalmente va… Pensaba: las gatas hacen un ruido
terrible cuando están haciendo el amor. Pensaba: olvida ese ruido… es una gata
pasando la noche de su vida. Pero hace dos noches me dije que tenía que ser
honesta conmigo mismo, sé desde el principio de dónde viene ese ruido, sé que
no es un gato. Esos gritos de dolor en mitad de la noche vienen del piso de abajo.
¿Eres tú gritando? ¿Verdad?

MARIA: …

LIZ: No quiero invadir tu intimidad… pero no me dejas dormir… Bueno, yo me


llamo Liz. Nunca hemos… bueno siempre pareces muy ocupada… Yo soy Liz y
tú eres María. Lo sé por tú buzón. Sé que te llamas María. ¿Eres tú quién grita
así por la noche? Si no eres tú dímelo y no te… Disculpa no quiero molestarte.

Se va. Vuelve.

LIZ: Trabajo en una aerolínea. Tengo unos horarios complicados así que el
sueño es muy importante para mí. La aerolínea es muy estricta con nuestra
apariencia y si yo me paso la noche en vela porque tú no paras de gritar…
¿entiendes? Podéis parar un poco… digo, si os gustan esas cosas. Tú le das a
tu pareja y luego él a ti, somos adultos, está bien si todo es consentido… Pero
son las dos de la mañana y tengo que estar a las seis en el aeropuerto… y esos
gritos terribles a las dos de la madrugada… esta es una conversación
incómoda… Yo intento no hacer ruido… ¿Podrías decirle a tu… pareja… o lo
que sea… esto? Por favor, María, por favor ¿sí?

María solloza.

LIZ: ¿Te pega, María? ¿Te maltrata? Hay muchas mujeres que sufren… tantas…
yo creo que ellos aman a sus mujeres, pero en realidad también las odian. Lo

25
que tienes que hacer Marías es decirle: se acabó, fuera, no puedes entrar aquí.
Y si no te escucha puedes ir a un centro de acogida para mujeres maltratadas…
No llores, María… hay muchos centros para mujeres… ¿Está él en casa, María?
¿Está aquí?

María solloza, niega con la cabeza.

LIZ: Pues entonces deja de llorar, vete a la cama y duerme un poco. Por la
mañana cambias la cerradura y si sigue molestando te vas a un refugio para
mujeres maltratadas y ya está. Ahora, -buenas noches, buenas noch- bueno,
buenos días ya. Tengo que volar muy temprano así que buenos días, vamos las
dos a intentar dormir un poc/

MARIA: (cogiéndola del brazo) No.

LIZ: No hagas esto. Para. No quiero. Déjame. Suéltame. ¡SUÉLTAME!

Pelea para que María la suelte hasta que lo consigue. María solloza.

LIZ: Lo siento, pero no quiero meterme en tu vida. No puedo. Es demasiado para


mí. No. Estoy muy liada. Muchos, muchos, muchos países, no puedo. María…
tienes que tomar tú la responsabilidad de tu vida.

María parece más calmada.

LIZ: Así mejor. Buena chica. Mucho mejor así. Me voy. Me voy a la cama. Y…
por favor… no quiero más gritos por la noche, no quiero volver a levantarme por
la noche ni tener que bajar aquí. Tú casa es preciosa pero no quiero tener que
volver a bajar. Buenas noches.

María se sube la manga.

LIZ: ¿Es eso una quemadura? ¿Te has quemado? Tienes una quemadura muy
fea ahí. ¿Te ha quemado él? ¿Te lo has hecho tú misma? ¿Te odias a ti misma?
¿Te has quemado con la plancha adrede y gritabas por eso? Este sitio huele a
carne quemada… Tienes que curarte eso y ponerte una venda, luego vete la
cama y duerme, mañana ve al hospital.

Se da la vuelta para marcharse. María la agarra.

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LIZ: María, no, por favor. Sé que está pasando algo horrible aquí… pero de
verdad… por favor… no puedo meterme en esto…

María se tira al suelo de rodillas.

LIZ: No hagas eso. Es indigno. No hagas esto, es absurdo. Esto no ayuda a


nadie. Vamos, María, quizá podemos hablar, pero esta noche, esta mañana…
estoy muy cansada y esta mañana…

Entran Gary y Brian

LIZ: ¿Qué hacen aquí?

GARY: Cuidar de María.

BRIAN: Eso es. Estamos cuidando de María.

LIZ: ¿Quiénes sois?

GARY: Eso no importa.

LIZ: Quiero saber quiénes sois.

BRIAN: Él tiene razón. No importa. Qué más da.

GARY: ¿Cómo se está portando? ¿María, cómo te estás portando?

LIZ: Quiero saber quiénes son ustedes.

BRIAN: Solo estamos trabajando. Eso es todo… hacemos nuestro trabajo.

GARY: Vamos, María, levántate, ¿te acuerdas de mí? Te acuerdas de mí


¿verdad? Hola, María, Te acuerdas de mí y de mi compañero, ¿no?

LIZ: ¿Cuál es su trabajo? Disculpen, pero me gustaría saber cuál es su trabajo.

GARY: Bueno, María, aquí estamos de nuevo. Los dos hemos vuelto.

BRYAN: Hemos venido los dos a verte otra vez.

GARY: ¿Te lo esperabas? Te esperabas que viniéramos los dos de nuevo tan
pronto.

LIZ: No entiendo…

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GARY: Está bien, la situación está controlada, nosotros nos hacemos cargo.
¿Dónde tienes que estar ahora?

LIZ: Pues…

GARY: ¿Dónde te gustaría estar?

LIZ: Arriba, en mi cama. En mi cama en mi casa. En mi cama, en mi piso oyendo


el CD de las olas.

GARY: Pues eso es lo que vas hacer. Vas a hacer eso, Liz, Vuelve a tu piso y
pon el CD de las olas.

LIZ: ¿Por qué saben mi nombre?

BRIAN: Hemos visto tu buzón, Liz. No hemos estado cotilleando, hemos visto tu
buzón…

LIZ: Por supuesto, entiendo, entiendo.

GARY; ¿Cómo estás, María? ¿Cómo vas de memoria? ¿Recuerdas algo esta
noche?

BRIAN: Vamos Liz, vamos. Vete a la cama. Las olas. Venga. No hace falta que
te metas en esto, no sacas nada metiéndote en esto.

LIZ: Claro.

GARY: Creo que esta noche vas a acordarte de todo, María.

BRIAN: Pareces cansada, Liz.

LIZ ¿Sí?

BRIAN: Un poco… demacrada. Escucha las olas antes de que parezcas


demasiado demacrada.

LIZ: Vale.

BRIAN: Buenas noches, Liz.

GARY: Buenas noches.

Ella empieza a irse.

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GARY: Hola María. ¿Qué nos vas a contar? ¿Qué quieres contarnos esta noche?
¿Vas a contarnos algo? Vamos, María.

BRIAN: Vamos.

María grita. Brian le tapa la boca.

GARY: María, shhh shhhh shhhh.

LIZ: ¿Saben algo de las quemaduras?

GARY: ¿Perdón?

LIZ: Tiene una quemadura… una… marca de fuego… en el brazo… justo ahí…
¿veis?

GARY: No.

LIZ: ¿Perdón?

GARY: No veo nada.

LIZ: Mira, está aquí… aquí, ¿ves?... ¿ven?

GARY; Lo siento, pero no….

LIZ: ¿Cómo qué no?

GARY: Liz, liz, liz… Aprendí… aprendí… hace mucho tiempo… que todos somos
desagradables, todos nosotros, todos somos personas despreciables… no
somos ni siquiera personas, somos/

LIZ: Creo que está sufriendo.

GARY: Todos nosotros somos horribles, muy horribles… no hay nada… ningún
animal… ni el mismo diablo… Todos nosotros somos completamente horribles.

LIZ: Creo que podéis llevarla al hospital, o algo, o hacerle algo que/

BRIAN: Ella nos ha metido en esto. Ella no va a hacer nada sola. Ella quiere que
nosotros/

GARY: Oye, oye, escúchame. QUE ME ESCUCHES. Estoy hablando. Somos


asquerosos. No hay nada en nosotros que no sea… un infierno. Soy asqueroso.
Yo soy asqueroso. Lo que hacemos es… las cosas que hacemos son

29
asquerosas. Pero tenemos que hacerlo, tengo una mujer, tengo hijos, tengo una
hipoteca, nosotros, tú sabes, vamos el jardín botánico, comemos en restaurantes
italianos… Soy un tipo normal, sabes, al final de mes pago mi hipoteca y soy un
tipo normal… tengo que seguir adelante. He pensado alguna vez en colgarme.
Por supuesto… muchas veces he pensado en colgarme de un árbol… pero
cuando vuelves hay una mujer perfecta y normal y unos niños perfectos y
normales, y tú eres… oh. Me tomo mi café y entonces… tengo que seguir
adelante. Porque eso es lo que tengo que hacer. Eso es lo que hago. Seguir
adelante. Y eso es lo que hay que hacer y no puedes hacer otra cosa que seguir,
así que, en este brazo, en este brazo… no. Miro este brazo y no, no veo ninguna
quemadura.

LIZ: Pero seguro que tú… ella tiene/

GARY: No.

LIZ: Alguien le ha hecho una marca como al ganado.

GARY: No no no no no no no no. No tiene nada. Tú no ves nada. No hay nada


que ver. Si no ¿cómo podrías…? Tienes que vivir contigo mismo y es difícil sin
ver nada….

BRYAN: Vamos, Liz, se está haciendo muy tarde… Liz, venga, es la hora de irse
a la cama.

LIZ: María, ¿quieres que me quede? Si tú… si quieres que me quede de verdad,
yo me quedo.

BRIAN: No creo que eso sea una buena id-

MARÍA: (Afirma con la cabeza) Mmmm.

LIZ: Quiere que me quede. Así que si no les importa, si no les importa. Me voy a
quedar y…

GARY: No hay nada que ver, Liz. Nunca hay nada que ver.

LIZ: Seguro, pero de todas formas…

BRIAN: Nosotros solo hacemos nuestro trabajo.

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GARY: No somos tipos malos. No somos malos. No somos peores que… hay
muchos… un montón de hombres como nosotros… Sí, somos desagradables,
sí, me gustaría que… El mundo no es perfecto, ojalá el mundo fuera perfecto.
Soy asqueroso. Me siento culpable. Me odio a mí mismo.

BRIAN: Tenemos que hacer nuestro trabajo.

María grita.

BRIAN: No, no hagas eso María, no lo hagas, no-

Le da una bofetada fuerte en la cara.

LIZ: No. No. No. No quiero que hagas eso, por favor.

BRIAN: Es un ruido horrible, María. María, ¡qué ruido tan desagradable!

María grita. Brian le da un puñetazo en la nariz.

LIZ: No. Eso es, eso ha sido, tú- ¡para ya!- para, para. Está sangrando, está
sangrando, está sangrando. Vamos, María. Todo está bien. Estoy aquí. Estoy
aquí. Soy Liz de la planta de arriba. Liz. Mírame, María, seguro que me has visto
alguna vez en el portal, trabajo en una aerolínea, vamos, María.

GARY: Mira, sé que esto es incómodo, Liz. Es incómodo para todos nosotros,
así que mejor que te vayas arriba/

LIZ: No.

BRIAN: Creo que estarías mejor arriba, Liz. Súbete, Liz.

LIZ: No, Yo… María quiere que me quede. ¡No!

BRIAN: De acuerdo.

Empieza a abrir una caja de herramientas.

LIZ: ¿Qué es eso?

BRIAN: Herramientas de trabajo.

LIZ: Ya.

GARY: En realidad… no son para situaciones ordinarias… pero sí para


situaciones extraordinarias… en situaciones extraordinarias. Las herramientas

31
de trabajo. Si viviéramos en tiempos ordinarios entonces, en tiempos
maravillosos, maravillosos- En restaurantes italianos con pasta deliciosa-
maravilloso, pero no, vivimos en tiempos extraordinarios-

LIZ: Las bombas.

GARY: Exacto, gracias, gracias, las bombas. Nos están bombardeando. Nos
odian y nos bombardean y nuestra libertad y nuestra democracia están, están….

BRIAN: Medidas extraordinarias.

GARY: Medidas extraordinarias.

Brian coge el martillo y le rompe una rodilla a María. Ella grita.

LIZ: No, no hagas eso, es una persona, es una persona. Ella… No, no lo hagas
eso… no puedes hacerle eso.

GARY: ¿Has perdido a alguien en los atentados, Liz?

LIZ: Por favor, ella-

GARY: ¿A quién has perdido?

LIZ: En el atentado del hospital, mi amiga estaba… su novio estaba en el


hospital… durmiendo en la cama… ella pasaba las noches junto a su cama…
casi todas las noches…. Porque quería a ese hombre, lo amaba mucho, tanto…
y entonces ese tío, el terrorista, el niño, el niño-bomba entró un día, entró un día,
entro y salió y se fueron, salieron… el niño convirtió todo en un infierno.

GARY: Todos hemos perdido a alguien. Todos estamos heridos. ¿Te parece que
Brian es un salvaje?

LIZ: Él, sí… es un… muy salvaje.

BRIAN: Lo sé. Lo odio. Lo siento.

GARY: Lo es. Un salvaje. Yo soy un salvaje. Tú eres una salvaje.

LIZ: No.

GARY: Liz, eres igual… tú eres tan salvaje como nosotros y todos estamos
heridos. Salvajes y heridos, eso es lo que somos.

32
Brian da con el martillo en la otra rodilla de María. Ella grita.

LIZ: Para, por favor, para por favor, es suficiente… te has pasado mucho,
mucho… para para, para.

GARY: Liz ¿Conoces a María? ¿Sabes algo de María? ¿Sabes quién es?

LIZ: Yo… he visto su buzón… Le he sonreído… no hemos hablado nunca, pero…


he… ella lleva un año aquí así que vosotros…

GARY: María te odia, Liz. María te odia por completo. Odia cómo vives. A María
le encantaría ponerte una bomba. Ella está planeando ponerte una bomba. Ella
está planeando eso y ella… ha estado preparándose y tramando e
informándose… y el chico del hospital… ella lo conocía, al tipo que mató a tu
amiga… Era el hijo de María. Y María amaba a ese niño y lo mandó a un campo
de entrenamiento para que el aprendiese a inmolarse para llevarse a tu amiga
por delante.

LIZ: Absurdo… No, tú eres… eso es mentira.

BRIAN: Es verdad. Cada palabra que he dicho… ella no cree en la justicia ni en


la libertad ni en la democracia, ella… y queremos que nos de nombres.

LIZ: Mentira. Mentira. Mentira.

GARY: Pregúntale a ella. Vamos. Pregunta a María.

LIZ: Vale. Bien. Sí. Voy a hacerlo. ¿Es verdad? ¿Es verdad lo que están
diciendo?

MARIA: …

LIZ: ¿María? Por favor. Tu eres normal, tú/

MARÍA: Que te jodan. Que te jodan a ti y a tu puto mundo.

LIZ: María –no. No.

MARÍA: Tu mundo arrogante que se caga en el resto. Que se aprovecha de todo


el planeta y se caga en los demás. Odio tu mundo y si puedo lo haré arder en
llamas. Te llevaré conmigo, vecina.

LIZ: ¿Te han hecho ellos esto? ¿Te han lavado la ment/

33
MARÍA: No estoy loca. Tú eres la loca. Yo soy buena. Te mataré. La destrucción
está cerca.

LIZ: Puta imbécil/

BRIAN: (Dándole el martillo) Vamos, Liz, dale un golpe, dale un golpe.

LIZ: Yo… Yo… Sí. (Coge el martillo) Oh, pesa mucho.

GARY: Es menos cruel. Más humano. Parte con un solo golpe.

LIZ: (A María) Mi amiga. Una mujer estupenda. Era encantadora y tú la mataste.


Tú la hiciste pedazos.

MARÍA: Nosotros somos encantadores, Liz, pero ella era parte de tu mundo. Ella
es parte de tú mundo, igual que tú, y merecía morir.

LIZ: QUE TE JODAN. QUE TE JODAN.

GARY: Dale, Liz, dale. Ella te daría a ti si pudiera.

LIZ: Sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí.

Liz levanta el martillo apuntando a la cabeza de María. María grita.

Liz para el martillo en el aire.

GARY: ¿No vas a hacerlo, Liz?

LIZ: Gracias, pero no. No quiero meterme en esto, gracias.

Le devuelve el martillo.

LIZ: Prefiero no involucrarme. No soy el tipo de persona que…

BRIAN: Vete a la cama, Liz. Pon tu sonido de olas y métete en la cama.

LIZ: Eso haré, gracias. Lo haré porque dormir es muy importante, ¿no? Ocho
horas es tan… tan… sí…

BRIAN: Vete. Intentaremos no hacer ruido.

LIZ: ¿Sí? Eso sería genial. Gracias.

BRIAN: En un rato. En un rato ella estará durmiendo.

LIZ: De acuerdo, de acuerdo, bien. Buenas noches.

34
BRIAN: Bien, Liz. Buenas noches. Buenas noches.

GARY: Buenas noches. ¿Liz?

LIZ: ¿Sí?

GARY: Estamos haciendo bien nuestro trabajo.

LIZ: Oh, sí. Seguro que sí.

Ella se va.

GARY: Y entonces, María ¿por dónde íbamos?.

35
Final de La guerra de los mundos
Ruido de bombas.

- Os han bombardeado. Ha pasado de nuevo. Lo vuelvo a ver.


- Lo están echando por la tele. Escuchad. Eso son los niños llamando. “Ven,
mamá, vamos, ven, ven” Quieren que vea las bombas. ¡Ya voy! Tenéis que tomar
esto. Calcio magnesio hierro. Acabo de hacer este zumo, recién exprimido.
- Os están bombardeando. Estoy ocupado. Tengo una reunión con los
chicos de marketing a las diez. Oigo las noticias, pero lo siento, tengo que sacar
el coche del garaje.
- Quiero tener el vientre plano. No quiero tener ni un gramo de más. Esta
es una clase avanzada de abdominales. Te dan mucha caña aquí. Quiero que
me den caña. Quiero darle caña a mi barriga, más que nunca. Esto es un gran
“crunch”.

Suena otra bomba.

- Bombardeados una y otra vez. Está en todas partes. Donde vayas. En


todas partes en cada medio de comunicación vemos que estáis siendo
bombardeados de nuevo. Otra vez, otra y otra y otra vez. Os están
bombardeando.
- Os bombardean. Me levanto. Os bombardean. Me ducho. Me exfolio. Cojo
la fruta. Os bombardean. Hago zumo. Enciendo la tele y os bombardean otra
vez. Dicen que este ha sido el peor ataque que habéis sufrido.
- Corres hacia mí. En tus manos llevas a tu hija muerta. Tu hija está muerta
en tus brazos y casi toda su cabeza ha reventado, y tú me muestras a tu hija
como si fueras a decir “oh ayúdame. Oh ayúdame. Ayúdame.”
- Y yo os digo – no lo digo con rabia. Estoy calmado/a. Pero por favor
escuchad como os digo: “os lo merecéis. ¿No os dais cuenta? Os lo merecéis.
Vosotros, con vuestras provocaciones idiotas… alguien tenía que daros vuestro
merecido”.

36
- Me estás enseñando a tu hija y digo “yo… oh… me alegro de que esto te
pase.”
- Te odio y me alegro de que esto te haya pasado a ti.
- Eso es lo más asqueroso, lo más terrible, eso es… no…
- Me alegro.
- ¡Oh dios mío, dios mío! No hay nada. Hemos dejado de ser humanos.
Somos… vemos esto y… por favor… no queda nada humano en mi ahora. O en
vosotros. No quedan humanos.
-
Entra el hombre empapado en sangre.

Hombre He muerto por la justicia. Pero si llegáis al fondo. (Alza un cuchillo)


Abrid mi pecho. Cortad. Por favor. Sacad mi corazón. Apretadlo y soltadlo,
aprieta-suelta-aprieta-suelta-aprieta-suelta mi corazón. Si lo haces podré vivir
unos--
- No puedo
Hombre Soy un héroe. Eres un cobarde.
- Un héroe. Eres un héroe. Yo soy un tipo corriente, pero tú eres… ahora
un héroe muerto. Yo estoy vivo.

El hombre cae muerto.

- Ya nunca pongo las noticias. No leo los periódicos. Ahora hay otra guerra.
Pero de alguna manera… es mejor si yo no sé nada sobre ella. Es terrible. Me
pone de los nervios. Estar calmado es un tesoro. Mi calma. Miradme en calma.
No quiero odiaros. Me lo he trabajado y ahora no pienso en vosotros. Creo que
hoy ha sido un día hermoso. Creo… sí, creo que mañana será un día estupendo.
Mañana será estupendo.

37
Guerra y paz.
Alex y el soldado.

ALEX: Y Alex tenía siete años y Alex le dijo al soldado: ¿Por qué vienes aquí?

SOLDADO: Y el soldado no tenía cabeza.

ALEX: ¿Por qué?

SOLADADO: Y el soldado dijo: …Lo siento, hijo.

ALEX: No me gustas, dijo Alex.

SOLDADO: Lo sé, dijo el soldado.

ALEX: Así que…

SOLDADO: Tengo que hacerlo, dijo el soldado.

ALEX: Pero Alex dijo: Eres asqueroso. Horrible. Mírate. Ugh.

SOLDADO: El soldado dijo: Lo sé, hijo, ¿piensas que no lo sé, joder? Sé lo horrible
que soy. Si pudiera tener cabeza de nuevo…

ALEX: Déjame solo, dijo Alex. Yo soy perfecto.

SOLDADO: Mi chica me ha mandado a la mierda. Mis compañeros del ejército han


desaparecido, dijo el soldado.

ALEX: Y Alex dijo: soy un niño perfecto.

SOLDADO: Soldado- Soy… esto es horrible. He roto espejos y ventanas a patadas y


todo eso.

ALEX: Alex- Mírate… sangre, joder.

SOLDADO: Esta es sangre muy muy vieja. No me queda nada fresco.

ALEX: Pensé que no vendrías esta noche, dijo Alex.

SOLDADO: No pude alejarme de aquí, dijo el soldado.

ALEX: Papá y mamá están abajo, dijo Alex.

SOLDADO: Podrías…

ALEX: Quizá lo haga. Quizá grite “Mamá, papá”

38
SOLDADO: No, no, no lo hagas, es nuestro momento ¿no? ¿Nuestro tiempo? ¿Me
dijiste que te gustaban nuestros encuentros?

ALEX: A veces.

SOLDADO: ¿A veces no?

ALEX: A veces me asusto, le dijo Alex al soldado sin cabeza. Le dijo al solado sin
cabeza: me hice pis en la cama. La última vez me hice pis. Y también otras veces.

SOLDADO: No lo sabía, dijo el soldado.

ALEX: Estoy yendo a un… es un psiquiatra.

SOLDADO: ¿Qué le cuentas?

ALEX: No mucho.

SOLDADO: ¿Así que este es nuestro secreto?

ALEX: Claro. Y Alex dijo: hice un dibujo de ti pero creen que eres un sueño. No se
imaginan que eres real.

SOLDADO: Buen chico, dijo el soldado. Así es, qué bueno eres, hijo, sí sí sí, buen
chico.

ALEX: Y Alex dijo: Soy un buen chico, todo el mundo me lo dice. ¿Y tú qué haces?

SOLDADO: Las chicas no me quieren, así que duermo en el callejón, dijo el soldado.
Una paja y a dormir.

ALEX: Suena fatal.

SOLDADO: El ejército te hace duro, dijo el solado. Hay cosas peores. Y entonces el
solado preguntó: ¿Puedo tocarte la cabeza otra vez?

ALEX: Pero Alex dijo: hueles a callejón.

SOLDADO: Pero el soldado dijo: quiero con todas mis fuerzas… esta noche…
necesito tocarte la cabeza esta noche, hijo.

ALEX: Pero Alex dijo: Estás muy sucio.

SOLDADO: Y dijo el soldado: ¿Te parezco un monstruo?

ALEX: Sí, dijo Alex.

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SOLDADO: Y el soldado dijo: el miedo está bien. Es bueno, el miedo. He tenido miedo
muchas veces.

ALEX: ¿Sí?

SOLDADO: Oh, sí. Muchísimas veces. Eso me hizo un hombre. Me he cagado encima
veinte veces al día y he seguido luchando. Y el soldado dijo: Únete al ejército, hijo.
Nadie es un hombre de verdad hasta que se alista. Y dijo: soy un hombre de verdad,
¿no?

ALEX: Pero Alex dijo: No tienes cabeza.

SOLDADO: La perdí en la batalla…

ALEX: ¿Qué batalla? Cuéntame…

SOLDADO: Pero el soldado dijo: por favor, déjame sentir tu cabeza de nuevo. Es una
cabeza estupenda. Eres un buen chaval.

ALEX: Soy un ‘crack’. Todo el mundo lo dice.

SOLDADO: Seguro que sí, y yo soy un pedazo de mierda. Venga, chaval, déjame
tocarte.

ALEX: ¿Puedo coger tu pistola? dijo Alex.

SOLDADO: Luego.

ALEX: Ahora. Quiero jugar con tu pistola mientras me tocas la cabeza.

SOLDADO: ¿Quieres sentirte como un gran hombre, verdad?

ALEX: Sí.

SOLDADO: Somos todos iguales: con una pistola en la mano todos somos grandes
hombres. ¿Cuántos años tienes?

ALEX: Siete.

SOLDADO: Entonces dijo el soldado: eres demasiado joven para saberlo. Pero
espera, en unos años te sentirás vacío, vació y te dolerá todo todos los días, como si
te hubieras perdido hace mucho tiempo.

ALEX: Pero Alex dijo: mi vida está bien.

SOLDADO: Vacía, dijo. Pero te sentirás completo con esto (por la pistola) en tu mano.
Se puede vivir sin comida, vivir sin dinero… sí, es duro, pero se puede. Vivir sin

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familia, sin amigos, eso es fácil. ¿Pero vivir sin la guerra? Ningún ser humano ha sido
capaz de vivir sin la guerra. Nunca será posible Es lo que nos hace humanos.

ALEX: ¿A quién has matado? Preguntó Alex.

SOLDADO: A un moro. Vino a por mí, así que… Era un niño un poco mayor que tú,
pero venía hacía mí con una pistola, así que… pum.

ALEX: ¿Estuvo bien?

SOLDADO: Estuvo genial.

ALEX: Alex- Dame la pistola.

SOLDADO: Soldado- Déjame tocarte al cabeza.

ALEX: Alex- La pistola primero. La pistola la pistola la pistola la pistola la pistola la


pistola la pistola la pistola.

SOLDADO: Soldado- Eres duro negociando, ¿verdad? Eres un buen negociante,


muchacho.

ALEX: Voy a trabajar en el centro financiero como papá y mamá.

SOLDADO: ¿Y qué vas a hacer tú allí?

ALEX: Fondos de inversión. Venga: la pistola.

SOLDADO: Cumple el trato que… Aquí tienes.

Le da la pistola a Alex.

ALEX: Pesa.

SOLDADO: Hay otras que pesan más. ¿Te gusta?

ALEX: Oh, sí.

SOLDADO: ¿Te puedo tocar ya, hijo? ¿Vale? ¿Vale? ¿Vale? Yo te he dejado…
¿vale?

ALEX: Vale.

El soldado toca la cabeza de Alex.

SOLDADO: Y el soldado dijo: precioso pelo. Piel. Dientes como… Esto dientes son la
polla… ¿Vas al dentista? Antes no se iba al dentista. Tienes una cabeza genial. Es
preciosa.

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ALEX: Lo sé, dijo Alex.

SOLDADO: Un día las chicas se van a pelear por ti.

ALEX: Supongo que sí, dijo Alex.

SOLDADO: Se van a matar, créeme, se van a pelear por ti. ¿Quieres chicas?

ALEX: Más adelante.

SOLDADO: Mejor. Hay mucho tiempo para los chochetes… Mucho tiempo…

ALEX: ¿Cuánto tiempo vas a seguir tocándome? dijo Alex.

SOLDADO: “UH-UH”

ALEX: Quiero que pares.

SOLDADO: Sigue jugando con la pistola. Somos amigos…

ALEX: Supongo.

SOLDADO: Tú eres mi único amigo en el mundo. Te necesito. Estas noches, estas


noches secretas, son lo único que tengo.

ALEX: Ya.

SOLDADO: Así que no… Espera tienes un moco. Déjame que te que suene la nariz.

ALEX: Está bien, no tengo…

SOLDADO: Te voy a sonar… Así, ahora está perfecta. Tenemos que cuidar esta
cabeza.

ALEX: Sí. Y entonces Alex pregunto ¿Tú la quieres?

SOLDADO: ¿Qué?

ALEX: ¿Es por eso por lo que vienes aquí? preguntó Alex.

SOLDADO: ¿De qué hablas?

ALEX: ¿Vienes aquí, dijo Alex, porque quieres mi cabeza?

SOLDADO: Dijo el soldado: Estás muy muy loco pequeño, ¿no?

ALEX: Dijo Alex: soy un niño muy listo. Me he dado cuenta. Noche tras noche. Vienes.
Atraviesas mi pared. Noche tras noche. Quieres mi cabeza.

SOLDADO: No. ¿Le has dicho eso a alguien?

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ALEX: Quieres llevarte mi cabeza, ¿sí sí sí?

SOLDADO: Oh, hijo-

ALEX: Quieres coger mi cabeza y ponértela y escaparte con ella, eso es lo que
quieres.

SOLDADO: Hijo, por favor-

ALEX: Sé lo que eres- pero, no no no no no.

SOLDADO: Necesito una cabeza.

ALEX: La mía no.

SOLDADO: Es hermosa.

ALEX: Es para mí. Es para mi vida. Mi vida perfecta. No es para ti.

SOLDADO: Estoy agonizando, hijo. Necesito, quiero una… oh, por favor, hijo-

ALEX: ¡MAMÁ! ¡MAMÁ! ¡PAPÁ!

SOLDADO: Oh, no, no, para – Soy más grande que tú, soy un hombre grande
entrenado y-

ALEX: ¡PAPÁ!

SOLDADO: No, hijo, joder, no-

El Soldado tapa la boca a Alex.

SOLDADO: Oye, hijo, vamos, escucha, oye lo que te tengo que decir, este mundo,
este país, esta… todo existe gracias a mí, porque me fui y luche contra esos putos
moros.

ALEX: mmmmmggghhuuuuuh

SOLDADO: Y si no podemos luchar contra los putos moros entonces todo se acabará,
vale – ¿sí? ¿Sí? Este lugar, esta urbanización, estos fondos de inversión, se acabarán
a no ser que yo luche en la batalla. ¿Entiendes? ¿Lo entiendes? ¿Lo entiendes?

Alex muerde la mano del soldado. El soldado le aparta.

SOLDADO: Pequeño cabrón, me has mordido, joder…

ALEX: Te podría haber disparado, dijo Alex.

SOLDADO: Sí.

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ALEX: ¡Boom! Dijo Alex.

SOLDADO: Sí.

ALEX: ¿Estás sangrando?, dijo Alex.

SOLDADO: Un poco, dijo el soldado.

ALEX: Enséñamelo.

SOLDADO: Sin cabeza, no puedo luchar, no puedo…

ALEX: ENSÉÑAMELO.

El soldado levanta su mano.

ALEX: Hay un montón. Yo te he hecho eso.

SOLDADO: ¿Estás orgulloso?

ALEX: Oh, sí. Y Alex dijo: no queremos a la gente como tú por aquí. Somos una
urbanización privada.

SOLDADO: ¿Quieres mandarme lejos? ¿Eso quieres?

ALEX: Quizá.

SOLDADO: Antes esto no era una urbanización. Esto era mío.

ALEX: ¿Sí?

SOLDADO: No había vallas cuando yo era un niño, cuando tenía tu edad, hace quince
años. Era hermoso. No había casi árabes. Todo estaba bien. Y jugábamos en la calle.
Y jugábamos a la guerra. Era precioso. Parabas solo cuando mamá gritaba “la
merienda”. ¿Y ahora? Mi comunidad. La mitad de los otros trabajan en el centro
comercial. La mitad de nosotros estamos liberando el mundo de los moros. Vamos.
Vamos. Hazme feliz. Dame tu puta cabeza, por favor. ¿Sí? ¿Qué me dices?

ALEX: Yo… yo… yo… Y Alex se hizo pis en la cama.

SOLDADO: ¿Te has hecho pis?

ALEX: No tanto como las otras veces. Dijo Alex: vete ahora.

SOLDADO: Préstame tu cabeza un mes. Tengo una misión.

ALEX: Alex dijo: No. Vete.

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SOLDADO: Tengo que luchar. Ayúdame. ¿Quieres tú mundo? ¿Quieres esta vida?
¿Quieres que esto dure para siempre? Dame tu cabeza para que pueda luchar.

ALEX: No quiero. Pírate. No. No. ¡No!

Alex se va.

SOLDADO: Y el soldado gritó: He estado luchando, quiero mi recompensa. Estoy


luchando por tu libertad y por la democracia… Estoy luchando por la democracia, lo
mínimo que puedes hacer es-

ALEX: Y Alex estaba enfadado y gritó: aléjate de mí, gilipollas. Tú- esta es mi
habitación, es mi propiedad, de mi familia… Yo saco buenas notas…soy muy
inteligente… Tenemos un todoterreno… Soy poderoso y tú, tú eres… un parásito…
comes comida basura… eres un analfabeto, nunca ascenderás, fumas y juegas a la
quiniela, eres sucio y no eres de esta urbanización privada. Fuera, vete, fuera.
Monstruo. Pareces… eres un monstruo deforme. Monstruo/ monstruo monstruo
monstruo MONSTRUO, MONSTRUO.

SOLDADO: Sí. Soy asqueroso, joder, ¿y qué mierda vas a hacer tú? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh?

ALEX: Me das ganas de vomitar. Y Alex dijo: mi pis se está helando en la cama. No
eres humano. Yo sí. Pero tú no eres humano.

SOLDADO: Lo sé.

ALEX: Mi mundo es un mundo seguro y no puedes estar en él.

SOLDADO: Y el soldado dijo: que te jodan. Yo soy este país. Yo amo a este país.
Tengo una misión y la voy a cumplir. Y no hay ningún niño hijo de puta en este puto
fondo de inversiones que pueda pararme, porque todo esto, este mundo no es nada si
nosotros no nos vamos a reventar moros, ¿lo entiendes? ¿Entiendes? ¿Entiendes? Y
el soldado dijo: DAME TU CABEZA.

ALEX: Aléjate. ¡Socorro!

SOLDADO: Y el soldado cogió la cabeza de Alex y tiró y dijo: No te devolveré la


cabeza nunca, ¿sabes? Me la voy a quedar para siempre. ¿Sabes lo que no
funcionaba de las guerras? Que se acababan. Que luego venía la paz. Pero está sigue
y sigue y seguirá. Es la guerra del terror y sigue y sigue y sigue. No hay Dios.
¿Sabes? No hay fecha final. Siempre continuará esta guerra del terror que sigue y
sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y
sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y

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sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y sigue y
sigue. ¿Qué es eso? JA JA JA . Oh, buen chico, o buen chaval ¿Qué es eso? Te has
cagado encima. Te has cagado por todas partes. Ja ja ja ja ja ja ja ja…

ALEX: Que te follen, hijo de puta.

Alex aprieta el gatillo, dispara al soldado en el brazo.

ALEX: ¡Joder, aaaah!

El soldado se cae. Alex se arrodilla.

ALEX: ¿Hay sangre? Preguntó Alex.

SOLDADO: Estoy sangrando.

ALEX: Lo siento, solo quiero… ¿Quieres una tirita?

SOLDADO: Eso no vale para nada, joder, hijo. JODER. JODER. HIJO DE PUTA.
JODER. DUELE. JODER.

ALEX: (Levantando la pistola) No digas palabrotas en mi habitación. Son mis reglas.

SOLDADO: Perdón.

ALEX: Siento haberte hecho daño… ¿Ves esta casa? Es una buena inversión. Vale un
millón más antes de que te des cuenta. Debes irte. No perteneces a esta propiedad
privada. Uhg. Tú… ahora tu sangre por mi edredón...

SOLDADO: Y mis seso dispersos por el desierto.

ALEX: Con lo difícil que encontrar limpiadoras. Hay trabajo pero son unos vagos.
(Apunta con la pistola.) Quiero que te vayas. Vete. Ahora o te disparo en el corazón.
Gracias por tu visita.

SOLDADO: Es una vida dura, hijo. Quizá nunca lo sepas.

ALEX: Y Alex le dijo al soldado: me jubilaré a los 50 años.

SOLDADO: Eres un gilipollas. Soy un hijo de puta.

ALEX: Eres un maleducado.

SOLDADO: Soy un hombre, dijo el soldado, y después dijo: adiós.

ALEX: Y el soldado se fue pero Alex se quedó la pistola. Y la guerra explotó.

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