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MATERIAL

• Vasos de vidrio. Sirven los de beber agua. Es importante que no tengan una
boca estrecha, puesto que en un momento dado habrá que volcar su
contenido como si se tratara de un flan.
• Papel de aluminio.
• Autoclave, olla a presión, o incluso una olla cualquiera sirve,
preferentemente una cacerola grande.
• Harina de arroz integral, que se puede comprar en una tienda de dietética o
se puede moler el arroz en un molinillo de café (preferible).
• Vermiculita, que es una tierra inerte y porosa que venden como material de
construcción. Su función oficial es aligerar peso de pavimentos y dar
aireación a la tierra de macetas (en caso de no disponer de vermiculita,
podemos utilizar corcho -del marrón, no porexpán blanco- desmenuzado en
bolitas).
• Agua libre de cloro, p.e., agua de manantial envasada. No sirve la del grifo.
• Y, por supuesto, las jeringas con esporas: una sirve para inocular unos 10
vasos.

MÉTODO

A - Preparación del Medio

Mezclar 1 parte de vermiculita con una cuarta parte de harina de arroz integral.
Esto hay que humedecerlo con dos cuartas partes de agua. (Aunque no cuadre
desde el punto de vista de los pesos, hay que tener en cuenta que se trata de
volúmenes: no se suman sino que hay la correspondiente contracción de volumen).
El resultado tiene que ser una masa compacta, como un pastel.
Otra posibilidad es: entre 2/3 y 3/4 de vermiculita, 1/4 de harina y 1/4 de agua.
También valen proporciones intermedias.
Hay que remover mientras se añade el agua.
Llenar los vasos con esto, dando golpecitos para que quede bien compacto. Hay
que dejar que falten unos 2 cm. para llegar hasta arriba. Este espacio se llenará de
vermiculita seca, que servirá de barrera para evitar contaminaciones: esta es la
peculiaridad del método que aquí se propone.
Se enrasa el vaso y se tapa bien con una lámina de papel de aluminio, atándolo
con un cordel (no con una goma).Ya está a punto de esterilizar.

B - Esterilización

En autoclave, a una presión entre 600 y 800 g/cm2 durante 20 minutos. Se


puede adaptar una olla a presión a modo de autoclave poniendo una reja en el
fondo para que la alta temperatura de la olla no rompa los vasos.
Pero lo que es mejor: fuentes bien informadas afirman que hirviendo
simplemente al baño maría durante más tiempo también se obtienen buenos
resultados. En tal caso se trata de varias horas; cuantas más, mayor seguridad.
Dejamos enfriar lentamente la olla y ya tenemos el medio a punto para sembrar.
Hay que evitar cambios bruscos de temperatura, que podrían romper los vasos.
C - Inoculación

Destapar la aguja de la jeringa; las manos bien limpias y desinfectadas con


alcohol. Remover la capucha de la jeringa y pinchar a través del papel de aluminio
y la capa de vermiculita hasta de la aguja toque el lateral del vaso por su interior.
El agujero que quede en el papel de aluminio lo taparemos con un celo, o con otro
papel de aluminio que sujetaremos con una gona elástica alrededor del vaso.
Inyectar una pequeña cantidad: 1 cc. en cada vaso en un par de inoculaciones.
Si tocamos la aguja accidentalmente, habrá que flamearla y dejar que se enfríe
antes de volverla a utilizar. En una jeringa hay 10 cc, o sea, para 10 vasos.
Es importante repartir bien para que la colonización del medio sea total y
uniforme. Así se evitarán contaminaciones en la etapa de fructificación: los
contaminantes no atacan si el medio está colonizado por completo. Pero mientras,
la capa de vermiculita protege y ahora hay que dejar que crezca el micelio.

D - Crecimiento del Mecelio

Tiene lugar entre 10 y 32º C. La temperatura ideal es de 21ºC. (Aunque por lo


que he comprobado, el calor no es problema sino todo lo contrario. A temperaturas
superiores a 33ºC no solo resisten sino que crecen más). Por encima de 21ºC las
esporas germinan al cabo de una semana. Les gusta un ambiente cálido y luz
indirecta. Hay que evitar el sol directo. El micelio crece de color blanco, con una
textura algodonosa. Si aparece otro color, es que se trata de un contaminante.
Habrá que desechar aquellos vasos contaminados, pues no sabemos que toxinas
llevan los contaminantes, y las hay peligrosas.

E - Fructificación

Cuando el medio está completamente colonizado y ya no queda alimento para el


micelio se iniciará el ciclo reproductor: saldrán los hongos.
Ahora hay que sacar el "pastel" de su vaso: se quita la capa de vermiculita y se
vuelca sobre una tapadera invertida —o cualquier soporte que permita transportarlo
sin tocarlo—. Se secan las gotas de agua que hayan podido quedar con un
"kleenex",(esto no es imprescindible), y ya se puede colocar en el "terrario".
El terrrario consistirá en un acuario vacío en el que, además de la tapadera,
habremos colocado otra lámina de vidrio o de plástico en medio, de forma oblicua y
sin que ocupe toda la longitud. Esta lámina sirve de escudo para cuando
humedecemos: No puede ir ni una gota de agua directamente sobre los
micelios, de manera que tenemos como dos cámaras: en la primera pulverizamos
agua con un spray 4 veces al día y en la otra va a parar la humedad y es donde
crecerán los hongos.
A partir de aquí, esto tiene que funcionar durante unos tres meses, hasta que los
micelios se han agotado. Al principio saldrán muchos de golpe, y después irán
saliendo cada vez menos.
Durante todo este tiempo conviene eliminar el agua residual que queda en el
fondo del terrario. Se puede hacer, p.e., con una pera para lavativas. Pero, como
siempre, son bienvenidos los inventos ingeniosos.

F - Recolección y Secado

Los hongos se arrancan de su substrato; cortarlos supondría perder una buena


parte. De su base hay que eliminar los restos de vermiculita, que no es nada buena
para la salud. Si hay una pelusilla blanca alrededor, no es otra cosa que el propio
micelio. Al manipularlos aparecerá el color azul-verdoso característico que indica
que contienen psilocibina.
Para secarlos PF recomienda meterlos en un recipiente cerrado con un
desecante, p.e. silicagel. Pero si el ambiente no es excesivamente frío ni húmedo,
basta con dejarlos esparcidos sobre un paño fino de algodón, sostenido por sus
cuatro esquinas sobre una caja, p.e., como si fuera una hamaca, de modo que el
aire circule por todos los lados. Si hay alguno muy grueso, se puede partir.
Lo que no se puede hacer es secarlos con calor (en el horno o sobre un
radiador), ya que se degradaría el principio activo.

G - Conservación

Por lo que parece, su estabilidad no es muy buena, aunque me falta información


concreta al respecto. Pero se recomienda guardarlos envasados al vacío y/o en el
congelador. También en atmósfera de CO2.

H - Dosificación

1g. de peso seco ya puede resultar una cantidad bastante activa. Esto puede ser
una orientación. Pero hay que tener en cuenta que hay muchas variaciones, tanto
en la sensibilidad individual como en el contenido de principio activo. Así, hay quien
toma de 2 a 5 g., que ya sería lo máximo.
También tenemos que la toxicidad es muy baja.
En cuanto a la dosis de psilocibina en estado puro, esta oscila entre 5 y 20 mg.
Habría ,pues, que conocer la proporción que contienen los hongos para saber lo que
uno ha tomado. Como que esto no es posible, no queda otro remedio que ir por
tanteo.

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