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CO FLICTOS E CHILE

En la segunda mitad del siglo XIX Chile enfrentó varios conflictos armados. Entre 1861 y 1883 se desarrolló la “Ocupación de
la Araucanía” que buscaba incorporar los territorios al sur del Bío-Bío. Ésta fue interrumpida, entre 1879 y 1883, por la Guerra
del Pacífico, en que Chile luchó contra Perú y Bolivia. Tras el paréntesis bélico del norte el Gobierno, cansado de no ver el fin
de la integración del sur, decidió enviar a parte de las tropas desocupadas a enfrentar a los araucanos. El éxito de la empresa y
la instalación de colonos, especialmente alemanes, sellaron la inclusión de la Araucanía a la geografía chilena. “Soldados en Arica”.
Fotografía. Colección Museo Histórico Nacional.

dedicarse al arte. Probablemente el origen modesto pero trece años, ya tenía cinco hijos al momento de posar para
culto de su familia favoreció el que mamá y papá impul- González. Su belleza y coquetería conquistaron de inme-
saran tanto la actividad del pintor como la de su hermano diato al pintor. La atracción no quedó solamente en miradas
Simón. Este último se dedicó a la escultura y fue con él, apasionadas: el artista y Rosario comenzaron pronto un
entre todos sus hermanos, con quien Juan Francisco man- fogoso romance. Tan apasionado era que escaparon juntos, y
tuvo la relación más estrecha a lo largo de toda la vida. llegaron en enero de 1879 a Perú, al tiempo que en Santiago
Al poco andar, González decidió dedicar su vida al la sociedad reprochaba escandalizada el comportamiento de
arte y, al tiempo que desarrollaba su particular visión pri- la pareja. El asunto se hizo más dramático a los ojos de los
vadamente, empezó a pintar por encargo para mantenerse. chilenos cuando el esposo abandonado acabó drásticamente
Los encargos eran variados, pero el fuerte de sus ingresos con su vida.
lo daban los retratos. No sabía que uno de ellos marcaría de La decisión de partir a Perú no fue arbitraria: Rosario
manera determinante su vida. pertenecía a una importante familia de Arequipa, que los
acogió a su llegada al país. La ciudad del norte impactó
al joven de 25 años quien, como buen artista apasionado
LOS PRIMEROS VIAJES por su oficio, la representó. El aspecto de Arequipa era,
A fines de 1878 José Ojeda le encargó el retrato de su efectivamente, como para impresionar. Marcada por la
esposa, Rosario Guzmán de Boza y Lillo. La joven, que se arquitectura virreinal, la denominada “ciudad blanca”
había casado —siguiendo la costumbre de la época— a los —por sus construcciones de piedra volcánica revestidas de

el pintor y su época 13

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