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Centro Agroindustrial y

Fortalecimiento Empresarial
de Casanare

Regional: Casanare Centro de formación: CAFEC


INSTRUCTOR: JOSE ALBERTO MENDOZA / FICHA: 2166232
Programa de Formación: Gestión del Talento Humano

Competencia: PROCESAR LA INFORMACIÓN DE ACUERDO A LAS NECESIDADES DE LA


ORGANIZACIÓN.
Resultados de aprendizaje: APLICAR PROCESOS DE INVESTIGACIÓN EN LA SOLUCIÓN DE
PROBLEMAS QUE AFECTEN LA ORGANIZACIÓN.
Tipo de evidencia: Documento con Capacidad Crítica y Argumentativa
Evidencia:
ENSAYO SEGÚN ARTICULO DE LECTURA
Criterio (s) de evaluación:
IDENTIFICAR LA NATURALEZA Y EL PROPÓSITO DE LA INVESTIGACIÓN.
DELIMITAR Y SELECCIONAR EL TEMA DE INVESTIGACIÓN.
APLICA CON OBJETIVIDAD EL PROCEDIMIENTO PARA COMPILAR, TABULAR LA
INFORMACIÓN, EMPLEANDO LAS FUENTES DISPONIBLES Y DE ACUERDO CON LAS
NECESIDADES DE LA ORGANIZACIÓN.

Actividad Evidencia 1.

Estimado aprendiz Elabore un Ensayo con Normas INCONTEC de acuerdo al artículo


que se anexa como lectura. REDACTE UN ENSAYO-LA INVESTIGACION EN
COLOMBIA Y COMO SE APLICARIA PROCESOS DE INVESTIGACION EN LAS
ORGANIZACIONES.

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RECUERDE:

El ensayo es un escrito en el que el autor hace un análisis de un cierto asunto o idea,


manifiesta su punto de vista y da una opinión personal.

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LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD COLOMBIANA, RETOS
PARA EL FUTURO

Magda Evelyn Mendivelso Díaz


José Alirio Parra Guarnizo

El presente ensayo tiene dos propósitos. En primer lugar, presentar las principales
características y estándares que debe cumplir la investigación universitaria en el país,
si quiere alcanzar sus objetivos de pertinencia institucional, regional y nacional. Para
esto, es necesario entender que en el siglo XXI la investigación se orienta hacia la
generación de nuevo conocimiento que permita transformar los contextos y generar
mejores condiciones de vida. Escenario en el que, por lo tanto, cobran relevancia las
nociones de sociedad del conocimiento, ciencia, tecnología, innovación, cienciometría,
entre otros. En general, nuestro interés es resaltar que la investigación ha venido
haciendo énfasis en el conocimiento útil y que aporte al desarrollo de los individuos, las
sociedades y la humanidad en general.
Como segunda medida, se pretenden analizar los retos y dificultades que debe
afrontar la universidad actual, ya que además del necesario compromiso institucional,
la gestión del conocimiento con pertinencia y responsabilidad social demanda
transformaciones en infraestructura y en el recurso humano, las cuales no involucran
únicamente a las Instituciones de educación superior, sino también al estado y las
respectivas políticas públicas que este implementa en torno a la educación y la
investigación universitaria.
En definitiva, se intentará responder a la pregunta ¿Cuáles son las principales
dificultades que enfrentan las universidades colombianas a la hora de cumplir su
función sustantiva de investigación? Consideramos que el abordaje de este
interrogante es pertinente dado que además de introducirnos al proceso de
investigación, el cual debe realizar todo profesor universitario, el documento nos
permitirá contextualizarnos respecto al estado de la investigación en el país, es decir,
las concepciones teóricas que la sustentan, sus alcances y limitaciones, las metas y la
función social que está llamada a cumplir, y no menos importante, identificar algunos
de los desafíos que se deben solventar a corto y mediano plazo.

La investigación en Colombia
El siglo XXI ha sido denominado el siglo del conocimiento, lo cual intenta resaltar la
importancia que para la humanidad tiene este bien intangible como fuente de riqueza,
ya que, en últimas, este es el motor del desarrollo de las sociedades y las naciones.
Ahora bien, el acelerado desarrollo tecnológico que ha tenido lugar durante los siglos
XX y XXI, además de permitir la democratización de la educación, también ha hecho
que el conocimiento en sí mismo haya dejado de ser privativo de los individuos y las
instituciones, y haya pasado a ser no sólo consumido, sino también producido y
divulgado por personas y comunidades diferentes a las tradicionales (Díaz-Bernal,
2012).
En definitiva, estos y otros cambios sociales asociados en gran medida por los
avances informáticos han decantado en la que ha sido denominada la sociedad del
conocimiento, en la cual el conocimiento se ha convertido en un elemento fundamental
de la vida humana, pues todas las actividades económicas, laborales, educativas,
culturales y comunicativas han pasado a requerir competencias cognitivas y mentales
específicas (Forero de Moreno, 2009).
De igual forma, la sociedad del conocimiento ha puesto especial énfasis en la
responsabilidad social, en la medida que se ha convertido en un medio al servicio de un
fin más elevado y deseable, que consiste en la posibilidad de alcanzar el desarrollo
para todos, y sobre todo para los países subdesarrollados (Gaete-Quezada, 2011;
UNESCO, 2005). Lo cual es coherente con los que la UNESCO (s.f.) ha señalado
deben ser los cuatro pilares de las sociedades del conocimiento, a saber, la libertad de
expresión, el acceso universal a la información y al conocimiento, el respeto a la
diversidad cultural y lingüística, y la educación de calidad para todos.

Dificultades de financiación
Dentro del anterior contexto, las universidades deben desempeñar un rol
protagónico, puesto que son, por derecho propio, el lugar en donde tradicionalmente se
ha desarrollado y gestionado el conocimiento en el mundo. No obstante, tal tarea no
depende exclusivamente de las iniciativas particulares de las instituciones, y por el
contrario, se requiere lograr una articulación con el estado a través de políticas públicas
que garanticen tanto la formulación y ejecución de los proyectos de investigación, como
la formación de los nuevos investigadores y la cualificación de los existentes (Rengifo-
Millán, 2015).
Intentando mejorar estos y otros indicadores, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-
2018 introdujo dentro de sus políticas de investigación la necesidad de apoyar la
formación avanzada de los profesores, y en particular, fortalecer la formación a nivel de
maestrías y doctorados, garantizando que los programas cumplan con los estándares
de calidad necesarios y promuevan la investigación desde esos niveles.
Todas estas políticas públicas en investigación son de carácter incluyente para todos
los sectores del estado, ya sean públicos o privados, y su implementación se encuentra
a cargo del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación
COLCIENCIAS. Sin embargo, de acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional
(2016), uno de los principales hallazgos en la revisión de la OCDE y del Banco Mundial
en 2012 sobre la educación superior en Colombia es que, en el país hay poca
articulación del estado con las instituciones educativas, y de éstas con los
empleadores, además de que falta mayor claridad y transparencia en los procesos y en
la rendición de cuentas sobre la utilización de los recursos y los resultados alcanzados.
Adicionalmente, otra dificultad que se presenta en Colombia es que la inversión en
educación es muy baja en comparación con países como USA, Europa, Brasil,
Argentina, Chile, México. Siendo así que la baja inversión del 0,21% del PIB en 2017
es similar la inversión de países como Mongolia y Omán.
De Zubiría- Samper (2018) concuerda con lo anteriormente expuesto, y señala que
la inversión en educación e investigación en Colombia es inferior a la que realizan
diferentes países suramericanos, además de que el gasto por estudiante en el país ha
disminuido paulatinamente desde el año 2000. Lo cual, de acuerdo con el autor, se
agrava en la medida que no se han implementado cambios estructurales para la mejora
de la calidad educativa, la financiación de la investigación ha disminuido y los
gobiernos suelen actuar con intereses presentistas que no permiten articular
estrategias que favorezcan el desarrollo de la investigación colombiana a largo plazo.
Por lo que sigue quedando pendiente fortalecer las alianzas estado- universidad-
empresa- comunidad, y crear entidades que controlen la inversión de los recursos de
ciencia y tecnología (Carvajal- Medina, 2015; Cejas, Fabara y Navarro, 2015).
En síntesis, conincidimos con otros autores al señalar que, en Colombia, la
educación ha recibido poca atención de parte del estado y esto ha dificultado aún más
que la investigación cuente con los recursos físicos, económicos y humanos necesarios
para responder a las necesidades del contexto y las comunidades. Lo cual queda
evidenciado en el hecho de que los rubros destinados para investigación en las
regiones, por ejemplo, proceden de las regalías, y los gobernadores y alcaldes, que se
interesan por mostrar resultados a corto plazo, suelen redireccionar los dineros hacia
otras actividades y proyectos, como la infraestructura, lo cual en la práctica desfinancia
todas las actividades de investigación, ciencia y tecnología, y ejemplo de ello es que en
este año 2018 Colciencias no abrió convocatoria para estudios doctorales nacionales.

Dificultades relacionadas con los indicadores del proceso de investigación


Mencionados estos problemas referentes a la financiación y las políticas públicas en
materia de investigación en Colombia, es prudente abordar el Sistema nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), el cual, es liderado por Colciencias. Para ello,
es pertinente aclarar el significado de cada concepto, y posteriormente revisar las
implicaciones que dichas definiciones tienen para la forma en que se concibe la
investigación en el país.
En primer lugar, la ciencia es un conjunto de métodos específicos, precisos y
sistemáticos, que han permitido generar un conjunto de conocimientos organizados y
jerarquizados que, además de contar con un nivel mínimo de confiabilidad y validez,
facilitan la toma de decisiones y la solución de problemas en ámbitos específicos
(Asencio-Cabot, 2014). Debido al desarrollo de la ciencia, la ampliación de los campos
de estudio, y las discusiones que tuvieron lugar durante la primera mitad del siglo XX,
existe acuerdo en que es necesario hablar de “ciencias” en lugar de ciencia, existiendo
algunas propuestas que distinguen entre ciencias formales y fácticas, o entre ciencias
naturales y sociales, clasificaciones que se relacionan directamente a la adherencia a
paradigmas de investigación específicos.
En este sentido, Ramos (2015) distingue cuatro paradigmas, positivismo, post-
positivismo, teoría crítica y constructivismo. Cada uno de los cuales responde de
manera diferente a las cuestionamientos ontológicos, epistemológicos y metodológicos
que atraviesan las ciencias. Sin embargo, tales distinciones suelen materializarse en la
práctica en la elección de una de dos aproximaciones investigativas, ya sea cuantitativa
o cualitativa (González & Ruiz, 2011).
De esta forma, si la ciencia está orientada directamente a la producción de
conocimiento especializado, preciso y confiable en diferentes ámbitos, podríamos
diferenciarla de la tecnológica en la medida que esta última se interesa exclusivamente
en la aplicación del conocimiento científico con el objetivo de diseñar y construir
productos o bienes que respondan a necesidades específicas y optimicen el uso de los
recursos o lo procesos.
Finalmente, la innovación, entendida como la implementación de ideas nuevas a
elementos existentes con el fin de mejorarlos y solucionar determinados problemas, es
un componente esencial de la sociedad del conocimiento, ya que de acuerdo con
Naranjo-Valencia y Calderón-Hernández (2010), la implementación de aspectos
novedosos, ya sean procedimientos, productos, servicios, etc., determinan el éxito de
ciertas organizaciones, principalmente aquellas en donde el sector es muy competitivo,
involucra cambios tecnológicos constantes, y/o existe escasez de recursos.
Tomado en conjunto, lo anterior explica por qué Colciencias se interesa por
desarrollar una cultura basada en la generación, la apropiación, el uso y la divulgación
del conocimiento, la investigación científica, la tecnología, la innovación y el
aprendizaje permanentes, ya que esto es necesario para hacer de Colombia un país
competitivo y capaz de responder a las necesidades del mundo cambiante.
Si bien las anteriores definiciones no son novedosas ni controversiales en lo
absoluto, los comentarios surgen a la hora de analizar tres aspectos, primero, los
parámetros que se emplean para definir qué productos son válidos como resultados de
las investigaciones, segundo, la formación del talento humano, y tercero, los factores o
indicadores a partir de los cuales se evalúa productividad académica de los
investigadores y la calidad de sus productos.

Producción científica válida


Aunque no deja de ser controversial, el primero de los puntos es el menos sensible
de todos, dado que Colciencias actualmente avala la producción académica, artística y
cultural de los investigadores, reconociendo así la diversidad de paradigmas y
metodologías en investigación. Lo cual permite que los investigadores de diferentes
campos (por ejemplo: ingenierías, artes, ciencias sociales, etc.) puedan visibilizar sus
productos, someterlos a revisión ante diferentes instancias, participar en convocatorias
tanto internas de las universidades como nacionales (Lideradas por Colciencias y otras
entidades no gubernamentales) para obtener financiación, y además gestionar todos
los soportes de dichas actividades en el CvLAC, GrupLAC e InstituLAC, para así ir
ascendiendo en la carrera investigativa.

Formación del talento humano


De este aspecto pueden realizarse algunas precisiones. En primer lugar, para
realizar investigación de punta en cualquier área del conocimiento, el profesor debe
contar con un mínimo de formación académica que le asegure un conocimiento global,
tanto de las tendencias y el conocimiento de frontera de su campo, como de los
métodos, estrategias de recolección y análisis más propicios (Carrasco- Altamirano, y
Kent-Serna, 2011).
Al respecto, de acuerdo con las tendencias de formación en el mundo, este tipo de
conocimiento sólo lo proveen los estudios a nivel de doctorado, y este sería entonces
uno de los principales inconvenientes de la producción académica de calidad en
Colombia, ya que son muy pocos los colombianos que cuentan con este tipo de
formación, y la gran mayoría de los compatriotas que se forman en el extranjero
prefieren quedarse en otros países debido a que brindan mejores condiciones
laborales.
Adicionalmente, la oferta de formación doctoral en Colombia sigue siendo baja
(sobre todo en ciencias básicas e ingenierías), y más aún los estudiantes inscritos,
principalmente, debido a los altos costos de las matrículas y del sostenimiento, pues
varios programas exigen además de pasantías internacionales, publicaciones en
revistas indexadas de cuartiles superiores. Aunada a esta dificultad, se encuentra el
hecho de que en las universidades la mayoría de los profesores tienen contratos de
medio tiempo u hora cátedra, y de acuerdo con los reglamentos profesorales o los
programas de apoyo financiero, únicamente los profesores de tiempo completo pueden
acceder a apoyos económicos o becas para financiar sus estudios de doctorado,
muchos de los cuales, deben cursarse en instituciones específicas con las que se
sostienen convenios, lo cual limita de antemano la oferta a la cual se puede acceder.
Ahora bien, otras limitantes que afectan la producción de los profesores es que son
pocas las universidades las que cuentan con laboratorios y equipos especializados, las
horas que se suelen asignar al plan de trabajo para actividades de investigación son
pocas, en algunas universidades máximo 10 horas, lo cual implica que el profesor debe
combinar sus actividades con otras tareas de docencia, proyección social,
administrativas, o de otra índole, lo cual dilata la formulación y ejecución de los
proyectos, en comparación con países del primer mundo.
Como si fuera poco, en el caso de la asistencia a eventos académicos
internacionales, que son los que tienen un mayor impacto, las instituciones suelen ser
austeras con los rubros, siendo así que proponen cubrir los tiquetes aéreos y el
hospedaje, mientras el profesor debe emplear su propio dinero para cubrir gastos como
la inscripción a los eventos, la manutención y movilidad durante la estadía. Lo cual
desincentiva a los profesores o les genera dificultades adicionales para sus indicadores
de productividad.
Finalmente, otra gran limitante de la productividad investigativa en Colombia tiene
que ver con el manejo en la segunda lengua, ya que no todos los profesores a nivel
nacional cuentan con suficiencia en inglés, lo cual limita los escenarios de actuación en
los cuales estos se pueden movilizar y realizar apropiación social del conocimiento.
Adicionalmente, como en el caso anterior, las estrategias o mecanismos ideados por
las instituciones de educación superior suelen ser insuficientes, dado que brindan
programas tradicionales de inglés que no fortalecen todas las competencias
comunicativas, en muchos casos los profesores no pueden asistir por sus horarios de
clase y demás responsabilidades contractuales, y en los casos que se ofertan
programas de inmersión para el perfeccionamiento del idioma, se le propone a los
investigadores medias becas por instancias de un mes en países como Canadá, lo cual
implica el desembolso de cinco o más millones para asistir a programas que incluso
pueden ser gratuitos en el país destino, y que no conducen a ninguna certificación que
sirva para fines de escalafón o diferentes.
En resumen, se pueden identificar como amenazas de la productividad investigativa
en Colombia las siguientes: en primer lugar, la baja cualificación de la mayoría de los
investigadores residentes en el país; segundo, la baja oferta doctoral y de becas en las
instituciones y de parte del estado, a lo cual se suman los altos costos de matrícula;
tercero, la sobrecarga laboral de los profesores investigadores; cuarto, la baja
financiación para la presentación de resultados de investigación en eventos
internacionales, y quinto, la falta de certificación en segunda lengua.

Calidad y productividad académica


Por último, queda abordar lo referente a la evaluación de los productos, en este
caso, se hará especial énfasis en los indicadores de impacto. Al respecto, se debe
mencionar que, concluida una investigación, los investigadores deben preparar lo que
será la divulgación de los resultados. Para esto, existen diversas opciones, algunas de
las cuales incluyen las ponencias y comunicaciones orales que se realizan en los
congresos tradicionales. No obstante, la opción preferida por los investigadores y las
instituciones suele ser la publicación en revistas arbitradas e indexadas.
En términos generales, los artículos o papers tienen la ventaja de que la revisión por
pares garantiza que los documentos aceptados cumplan estándares mínimos de
calidad, al tiempo que pueden ser consultados por un público más amplio al quedar
vinculados a bases de datos académicas, lo cual en teoría puede generar un mayor
impacto. Siguiendo la lógica, las revistas a su vez son analizadas con diversos
indicadores que definen la calidad académica de las mismas, de forma tal que los
investigadores buscan publicar sus resultados en aquellas que gocen de mayor
prestigio.
No obstante, hay que tener en cuenta que las revistas que tienen mayor impacto
suelen preferir trabajos que impliquen un enfoque de investigación cuantitativo más que
cualitativo, lo que se debe a que los estudios cuantitativos permiten la generalización
de resultados, se interesan por ser precisos, facilitan la réplica y permiten la predicción
de los fenómenos. A diferencia de esto, el enfoque cualitativo permite explorar los
fenómenos con mayor profundidad, se interesa por analizar las realidades subjetivas y
contextualiza fenómenos, lo cual no resulta de interés para todo el público y por lo
tanto, en ocasiones las investigaciones bajo este enfoque no se citan tanto, y las
revistas interesadas por aumentar el índice de citaciones, prefieren en ocasiones no
incluir estos trabajos.
En este sentido, se vuelve difícil que los investigadores puedan publicar ciertos
trabajos, aunque estos cumplan los criterios de clasificación de las revistas y sean
pertinentes y socialmente relevantes para el contexto. Esta situación se vuelve más
preocupante, sobre todo, en el caso de las ciencias sociales y humanas, en donde se
investigan fenómenos propios de nuestro contexto, que son útiles para comprender y
transformar nuestra realidad, pero que son difíciles de materializar por las exigencias
de las revistas.
A nivel internacional, Scimago ofrece un índice bibliométrico de las revistas en
diversas áreas del conocimiento clasificadas en una escala ordinal de cuartiles (Q1,
Q2, Q3 y Q4), mientras que en el caso local, Colciencias emplea el sistema Publindex
que distingue las categorías A1, A2, B y C, y que tienen baja indexación en bases de
datos internacionales, lo cual limita la estimación de indicadores bibliométricos para su
comparación a nivel internacional (Romero-Torres, Acosta-Moreno y Tejada-Gómez,
2013). Estos dos sistemas, dicho sea de paso, son los que emplean las universidades
para direccionar las publicaciones de sus profesores y brindarles incentivos
económicos, en algunos casos. Cabe resaltar que actualmente Colciencias está
trabajando por desarrollar una homologación internacional de las revistas nacionales,
para que éstas se puedan ubicar en la clasificación de Q1 a Q4.
Ahora bien, al comparar los indicadores de las revistas colombianas, en el caso del
área de psicología, por ejemplo, las mejores suelen ubicarse en las ciudades capitales,
y de acuerdo con las últimas revisiones de Colciencias, la gran mayoría de estas
quedaron ubicadas en las categorías B y C, lo cual significó en la mayoría de los casos,
un descenso de categoría. Adicionalmente, si se consulta el ranking de Scimago, sólo
una revista aparece registrada.
Alejándonos de los indicadores referentes a las revistas, podemos mencionar que
indicadores bibliométricos más usados para medir el éxito del trabajo de un
investigador y poder predecir cuál será su impacto en el futuro es el índice h, esto se
debe a que mezcla medición de producción e impacto, por esto es útil para detectar a
los investigadores destacados. Este índice tiene la particularidad de que incrementa la
exigencia cuando se aumenta su valor y dentro de sus limitaciones se encuentran las
siguientes: depende del área y del número de colaboradores, no siendo el más
adecuado para comparar investigadores de diferentes áreas científicas; correlaciona
con el número de publicaciones, es decir, favorece a quienes tienen alto número de
publicaciones; no es capaz de discriminar entre los investigadores que están situados
en niveles intermedios; y favorece a los investigadores que producen mucho pero con
impacto moderado en comparación con investigadores que cuentan con producción
moderada pero de alto impacto (Dorta-González y Dorta-González, 2010).
Adicionalmente, este índice no favorece las investigaciones interdisciplinares que
incluyen muchos investigadores y a quienes tienen poca productividad científica o
están iniciando su carrera investigativa.

Conclusiones
El presente trabajo tuvo dentro de sus propósitos hacer una descripción de la
investigación universitaria en el país e identificar las principales dificultades que afronta
el campo a nivel nacional.
En primer lugar, podemos señalar que la investigación en Colombia sigue estando
liderada en el Siglo XXI por las instituciones de educación superior, sin desconocer los
aportes que realizan las empresas del sector privado en lo referente a investigación
aplicada, tecnología e innovación. Del mismo modo, el país, en conocimiento de las
tendencias y estándares internacionales, intenta mantenerse alineado en lo referente a
las políticas de investigación, así como realizar un seguimiento y control de las
actividades que realizan los investigadores y las instituciones, disponiendo para esto de
una infraestructura tecnológica adecuada. Adicionalmente, brinda información
actualizada de las revistas especializadas por áreas del conocimiento y las evalúa de
manera periódica.
Otro de los aspectos positivos que observamos de la investigación en el país, es que
es pluralista, se trabaja desde diversos paradigmas metodológicos y Colciencias suele
ofertar convocatorias para la financiación de proyectos en las diversas áreas, lo cual
favorece la ejecución y divulgación de los proyectos.
No obstante, encontramos algunas amenazas del sector que consideramos deben
tenerse en cuenta para que este sigue creciendo. En primer lugar, se observa que la
inversión en investigación ha ido disminuyendo con el paso de los años, y que algunas
políticas educativas cambian dependiendo del jefe de estado. Consideramos que es
necesario que estas políticas deben pensarse a largo plazo, por lo tanto, no deberían
cambiar, sino ser transversales y reflejar las metas del país.
Otra debilidad de la investigación en el país es la baja cualificación de la mayoría de
los investigadores, que, además de ser pocos, no muchos de estos cuentan con
formación doctoral ni cuentan con los recursos necesarios para acceder a este tipo de
formación en el corto plazo. En este sentido, con relación al desarrollo de las
competencias investigativas, si bien el PND incluye ciertos beneficios para las personas
que quieran formarse a nivel de maestría y/o doctorado, en la realidad se observa que
el dinero destinado para esto se llega a desviar para otros fines, ejemplo claro de esto
es la ausencia de la convocatoria de Colciencias para doctorados nacionales en 2018.
Además, consideramos que el apoyo que el estado o las universidades le pueden
brindar a los investigadores interesados en realizar este tipo de estudios debe incluir
facilidades en términos de tiempo, carga laboral, materiales o equipos, costos en
matrículas, y sostenimiento.
De otro lado, en cuanto a la publicación de resultados, es claro que algunas revistas
en su afán de aumentar sus índices bibliométricos prefieren ciertos tipos de trabajos,
pero estos trabajos no necesariamente responden a las necesidades sociales de país,
y esto se agrava cuando se emplean sistemas de medición internacionales.
Igualmente, es necesario que se siga trabajando en fortalecer las alianzas estado-
universidad- empresa- comunidad, las cuales pueden contribuir a la financiación de
investigaciones que tengan un impacto real en la comunidad.
Finalmente, dado que los modelos de medición favorecen ciertos tipos de
investigaciones, es decir, con ciertas metodologías, y ciertos tipos de investigadores,
específicamente quienes tienen altos niveles de productividad, es importante que
Colciencias se plantee estrategias para que los investigadores colombianos logren ser
competitivos internacionalmente, más aún, teniendo en cuenta las condiciones
laborales de los profesores que suelen implicar múltiples tareas que impiden desarrollar
muchas investigaciones de calidad.
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Año de publicación: 2018

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