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Glower
Aspectos monetarios de la dolarización y la reactivación económica en
Aspectos monetarios de
la dolarización y la reactivación
económica en El Salvador:
CENICSH
Ministerio de Educación
Viceministerio de Ciencia y Tecnología
Dirección Nacional de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación
Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades ce
Coleccion Estudios
Aspectos monetarios de la
dolarización y la reactivación
económica en El Salvador:
diagnóstico, perspectivas y opciones
Carlos J. Glower
Ministerio de Educación
Viceministerio de Ciencia y Tecnología
Dirección Nacional de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación
Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades
Primera reimpresión, CENICSH, 2014.
ISBN: 978-99961-909-0-2
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo
ni en parte, por ningún medio, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial. Los
contenidos previos del presente estudio son responsabilidad del autor.
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
I. Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
II. Antecedentes: estructura económica y financiera. . . . . . . . . . . . 29
5
V. Conclusiones y consideraciones finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
Anexos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Anexo 1 El Salvador. BID: indicadores macroeconómicos y
sociales seleccionados 2002 - 2009. . . . . . . . . . . . . . . 189
Anexo 2 Modelo Thirlwall.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190
Anexo 3 Cuadro de Referencia:
Demanda de saldos reales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Anexo 4 Cuadro de referencia:
Prueba KPSS.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Anexo 5 Algunas pruebas estadísticas «t». . . . . . . . . . . . . . . . . 194
Anexo 6 Remesas, spread y tasas activas (gráficas).. . . . . . . . . . 198
Anexo 7 Variables y series utilizadas en el estudio.. . . . . . . . . . 199
Anexo 8 Esquema del impacto monetario de la dolarización.. . 204
Anexo 9 Resumen de hipótesis nulas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
Anexo 10 Salario mínimo por sector. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
Anexo 11 Prueba estadística de distribución normal. . . . . . . . . 209
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Siglario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
6
Constitución política de la
República de El Salvador
ARTÍCULO 111.-
7
Presentación
9
se ha caracterizado por la profundización de lo que ya parece un
perenne estancamiento económico. El mismo estancamiento econó-
mico ha desbordado sobre otros planos del quehacer humano, pero
principalmente en lo social y político. Por lo tanto, el tema de la
investigación es un tema de Nación que ya no puede ser soslayado.
Esta publicación constituye una humilde contribución al debate que
debería concluir con respuestas a los problemas económicos que en-
frenta nuestro país.
10
conocimientos analíticos y econométricos, y es altamente relevante
a las preocupaciones contemporáneas de Nación como también por
sus implicaciones en lo relacionado al futuro inmediato de la econo-
mía nacional.
11
Prólogo
13
y rigurosos comentarios. En particular, deseo resaltar los certeros
comentarios de Adolfo Bonilla (PhD. en Filosofía), Oscar Cabrera
(Doctor en Economía), Luis R. Cáceres (PhD. en Economía), Jorge
L. Daly (PhD. en Economía) y Jorge Sol Pérez (London School of
Economics y Fondo Monetario Internacional (ret.)).
Carlos J. Glower*
Diciembre de 2012
14
I. Introducción
1
Paul Krugman (2012) nos advierte que «un modelo puede ser creado para con-
testar una pregunta o defender una posición en particular pero si es un buen modelo
se puede utilizar dentro de varios escenarios y algunas veces puede terminar apo-
yando a un lado diferente en el debate político… Ahora bien, el tener un modelo
no significa que se tiene la posición correcta o que el modelo puede ser descartado
a conveniencia…El modelo es básicamente una estructura que puede ayudar a en-
tender mejor la situación en varios contextos».
15
se y por qué la crisis internacional ha adquirido un mayor impacto
proporcional que en los países vecinos, lo que ha desembocado en el
estancamiento económico en que vive El Salvador. No se pasa por
alto, tampoco, que el crecimiento económico ha sufrido una virtual
parálisis y se tratará de investigar si esto tiene alguna relación esta-
dística con el esquema de política económica que impone la dolari-
zación con su «camisa de fuerza» y consecuente constreñimiento de
la demanda agregada.
16
bajo pena de ser censurados y aislados. De hecho, el tema de la dola-
rización es un tabú que pocos se atreven a comentar y mucho menos
investigar. El porqué de esta situación le corresponde a otros especia-
listas, particularmente a filósofos y politólogos, analizar. A nosotros
nos basta con el mero hecho de que es un tema digno de investigar
porque plantea más interrogantes que respuestas y porque se hace
imperativo ante el deterioro económico y social que aqueja al país.
17
nómico. A su vez, el nuevo modelo se confiaba en el credo que el
mercado no se equivoca y las crisis son leves y pasajeras. Las reformas
se sostuvieron en cinco pilares:
2
El Estado salvadoreño tuvo ingresos por las privatizaciones de más de $1,300
millones y nunca hubo rendimiento de cuentas.
3
Osorio (2011) nos dice: «Se entiende por Consenso de Washington, un listado
de políticas económicas consideradas durante los años 1990 por los organismos
financieros internacionales y centros de pensamiento económico y político con sede
en Washington DC, como el mejor programa económico que los países latinoame-
ricanos debían aplicar para impulsar el crecimiento».
18
Salvador uno de los países donde posiblemente se llevaron con mayor
cabalidad dichas medidas. 4 Inclusive, un cambio trascendental extre-
mista como la dolarización (2001) solo fue realizado por El Salvador,
ya que otros países que también implantaban similares medidas lo
esquivaron como poco práctico, ideologizado y contraproducente. 5
4
Un estudio (Hausmann y Rodrik, 2005), realizado por economistas de Harvard
University, comenzó señalando que «El Salvador es una estrella en el plano de las
reformas (El Salvador is a star reformer)».
5
El caso de Ecuador merece ser tratado por separado ya que su economía se encon-
traba inmersa en profundos desequilibrios.
6
El conjunto de reformas prácticamente tocaba todos los aspectos de la economía
nacional. Las que sobresalen son las reformas tributarias, dolarización y la liberación
de los componentes de la balanza de pagos. Otras reformas incluyeron los aspec-
tos relacionados al sector financiero, privatizaciones y desregularización de servicios
públicos, y la privatización de las pensiones. En el camino se introdujeron, a conve-
niencia, otras reformas de menor magnitud.
19
10. En el período 1992-2000 la economía se recuperó en bue-
na medida de los daños ocurridos durante el conflicto bélico de la
década anterior. El fortalecimiento institucional y un cierto pero li-
mitado respeto al orden jurídico coadyuvaron al repunte que se vivía.
No obstante, el relativo buen entorno que se vivía, la economía no
despegaba como se había anticipado. Factores como la inversión y la
productividad se comportaban con ritmos incongruentes con lo que
se esperaba y se deseaba. De hecho, el comportamiento anómalo de
la inversión escapa todavía a muchas de las explicaciones que se han
presentado por estudiosos y personeros oficiales por igual.
20
crisis, dentro de la cual el país padeció la mayor recesión de América
Latina con un -3.5% de decrecimiento real, en la cual no se avizora
una escapatoria inmediata o al mediano plazo.
21
económicos. 7 Estos esfuerzos, sin embargo, no han sido suficien-
tes y la economía ha empeorado en su desempeño. En los últimos
tres años, se han implementado dos reformas tributarias con miras
a aumentar los ingresos del Tesoro, las cuales no han sido capaces
por sus inocuos alcances, de establecer un balance sostenible en las
cuentas públicas. De hecho, una comparación con los otros países
de la región, con estructuras tributarias similares (tasas e incidencia)
demuestra que, con la notable excepción de Guatemala, sus sistemas
tributarios producen mayores ingresos con relación al PIB. En este
caso, valdría la pena indagar sobre el gasto tributario, el cual puede
esconder subsidios implícitos a los ingresos por capital por medio de
la elusión.
7
Varios reconocidos economistas como Dornbusch (1982) y Corden (2002) han
argumentado que los países con un tipo de cambio extremo fijo (incluyendo la do-
larización) tienen mayor dificultad para absorber los golpes externos y exhibirán, en
promedio, un inferior y más volátil crecimiento real que países que tienen su propia
moneda.
8
La sostenibilidad implica que un país: (1) puede mantener sus restricciones pre-
supuestarias sin hacer uso de la monetización o suspender pagos, y (2) no continúa
endeudándose sabiendo que necesitará drásticos ajustes económicos y sociales para
honrar sus obligaciones.
22
también ha sido propulsado por crecientes niveles de gasto, inclusive
de subsidios mal diseñados e implementados. 9
9
Cáceres (2012) señala que la presión tributaria debería ser como mínimo 20%,
dado el nivel de ingreso per cápita de El Salvador, y agrega que «…la pérdida de in-
gresos tributarios resultante de la eliminación de aranceles no ha sido contrarrestada
con la introducción de nuevos tributos o el incremento a los ya existentes. Un resul-
tado de la desgravación arancelaria ha sido la caída de la inversión y del crecimiento
económico, lo que está asociado con la caída del ahorro nacional».
10
La secuencia de reformas para apalancar la dolarización suscitó un fuerte debate
académico en el país y fuera de su territorio. Un buen resumen se presenta en B.
Eichengreen (2002) que concluye afirmando que «no podemos decir con seguridad
si la dolarización es una buena o mala idea». (Traducción libre)
23
pper llamó «ingeniería social gradual». 11 Bajo esa visión, se reconoce
que lo perfecto es inalcanzable y se procede a tomar decisiones paso a
paso mientras se consigue el apoyo político para obtener los siguien-
tes peldaños. Las otras fuerzas políticas, que parece que no entendían
lo que ocurría, procedieron campantemente, creyéndose el cuento de
camino que la dolarización crearía un nuevo y vigoroso El Salvador.
11
Popper (1992). Por ejemplo, la dolarización exige un marco fiscal sumamente
rígido. Eso no se hizo y los problemas fiscales afloraron con la crisis del 2009. En
octubre de 2012, la Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad una emisión de
bonos, para pagar deuda arrastrada, con el acuerdo partidario de comenzar a pre-
parar un anteproyecto de «Ley de Sanidad Fiscal». Aparte de que usar leyes para
manejar el déficit fiscal es totalmente desatinado, el anteproyecto es congruente con
fortalecer la dolarización y con la idea de «ingeniería social gradual».
24
opciones y mayor flexibilidad en los precios, pero en El Salvador
se optó por tener menos, por ley. 12 Invalidando sus propios axiomas
ideológicos de flexibilidad de precios, los políticos liberales criollos
han causado un grave perjuicio a la economía pública que todos es-
tamos pagando.
12
Soros (2012) advierte que el euro es «una media moneda», y que el importante
papel que el crédito soberano tenía que jugar reveló una debilidad en el euro que se
había mantenido escondida hasta el comienzo de la crisis europea. En nuestro caso,
también El Salvador trasladó su derecho a emitir moneda a un ente extraterritorial
(al FED de Estados Unidos), y de hecho magnificó el riesgo de suspensión de pagos
de su crédito soberano. Por ello, el premio de riesgo que ahora paga El Salvador ha
subido más que el promedio para América Latina. (Un caso en especial que no ha
recibido la menor atención es el problema de insolvencia que podrían enfrentar las
AFP si El Salvador llegase a suspender sus pagos.)
25
opciones para salir de la crisis y recuperar la reactivación económica.
En términos generales, la economía salvadoreña padece de una agu-
da insuficiencia y constreñimiento rítmico de demanda agregada. La
«camisa de fuerza» que representa la dolarización es muy eficaz en
este aspecto.
13
La crisis se ha manifestado en diferentes dimensiones. La tasa de homicidios
alcanzó 72 por 100,000 habitantes en enero de 2010 (BID, 2010), situándose en los
niveles más altos del mundo, y la utilización en el sistema penitenciario ha alcan-
zado casi un 300%.
26
23. En la siguiente sección (II) se hace un breve resumen es-
tructural de la economía salvadoreña con miras a resaltar e identi-
ficar algunos aspectos y anomalías (distorsiones, políticas públicas,
desbalance, etc.) propias de la misma. En la sección III se hace un
esbozo macroeconómico de lo que representa un esquema de política
económica caracterizado por la «dolarización». También, se hace un
resumen del diagnóstico, apuntando a aislar los problemas salientes
que enfrenta el país en su desempeño económico como resultado de
la dolarización. Se incluye también un análisis y crítica al esquema
existente y a las políticas públicas diseñadas para contener la crisis.
Las perspectivas y opciones que se podrían tener al alcance de las
autoridades son presentadas en la sección IV. El estudio concluye en
la sección V con un resumen de los hallazgos empíricos y con seña-
lamientos para futuras investigaciones.
27
II. Antecedentes: estructura
económica y financiera
14
Medido en el período 2000-2006 (CEMLA, 2009).
29
3. Independientemente de la crisis, el país ya mostraba un
agotamiento en su ritmo de crecimiento y en otros indicadores de
índole social e institucional. El período de la posguerra se puede
dividir en dos fases: (1) 1992-2000 y (2) 2001-2011, tomando como
base el hecho de que en el 2001 dio inicio una reforma radical en el
diseño de su política económica: lo que comúnmente se llama «do-
larización». Se resalta, sin embargo, que la dolarización no solamen-
te implicaba un cambio de moneda, implicaba también mucho más
significativamente un cambio en la forma en que el Estado iba a
manejar su economía y establecer su futuro rumbo; en específico, se
introducía un esquema de política económica que nunca se había
probado en el país y que carecía del andamiaje operativo e institu-
cional para ponerlo en marcha. Cuando se identifica que El Salvador
ha sido el único país a nivel planetario que optó por esta opción sin
padecer de desequilibrios (al contrario de Ecuador), es fácil detectar
sus raíces políticas ideológicas, de por sí radicales y extremistas, ca-
racterizándose por ser poco practicable.
15
En una ponencia, el presidente del BCR, Carlos Acevedo (2011), concluyó: «En
particular, resulta llamativo que la última década, que corresponde a la década de
la dolarización, ha sido la década de más bajo crecimiento en toda la historia eco-
nómica moderna de El Salvador, con excepción de la década de los ochenta (pero
no podemos comparar el desempeño de una economía en tiempos de paz con el
desempeño de una economía en tiempos de guerra)».
30
Cuadro 1
Tasa real de crecimiento promedio anual
1991-2000 2001-2010 1971-2010
El Salvador 4.6 1.9 2.1
Promedio C.A. 4.4 3.8 3.2
Fuente: ICEFI
Cuadro 2
Centroamérica: promedio de crecimiento real anual 2001 - 2009
7.0
6.0
6.0
5.1
5.0
4.6
4.3 4.3
4.0
3.5
Tasa (%)
3.0 2.8
2.1
2.0
1.0
0.0
Panamá Rep. Dominicana Belice Costa Rica Honduras Guatemala Nicaragua El Salvador
31
6. Las discrepancias entre las tendencias de ambos índices de
precios representa el mayor obstáculo, después de las discordancias
en productividades entre EE. UU. y El Salvador, para que la dolari-
zación funcione apropiadamente. De hecho, los mayores niveles de
inflación en El Salvador, han causado lo que se llama «apreciación
real» 16 y muestra que el tal blindaje de «no devaluación» divulgado
por los que apoyaron y apoyan la dolarización no tiene base teórica y
más bien responde a otros motivos. 17
16
Este concepto se elabora con mayor detalle en secciones posteriores.
17
Vidal (2011) nos dice: «Lo anterior significa que “nuestra moneda” muestra una
tendencia clara hacia la sobrevaluación, sin que el país haya podido hacer algo por
evitarlo. Ergo, el objetivo del blindaje no podía cumplirse solo porque hubiéramos
adoptado el dólar como moneda propia. Mientras tanto, tampoco se ha logrado el
objetivo, que en otras circunstancias podría haberse conseguido, de aprovechar el de-
bilitamiento del dólar para estimular las exportaciones y reducir las importaciones,
vía relaciones de comercio con los países fuera del área de influencia de esta última
moneda».
18
Cabrera, Fuentes y Morales (2005).
32
Gráfica 1
Inflación: El Salvador y Estados Unidos
(2001-2011)
33
9. En términos generales, en lo concerniente a lo estrictamente
económico, el lánguido desempeño del cambio estructural que fue
impuesto en 2001, se puede atribuir a que el incremento en el sector
servicios ha tenido una baja productividad, explicado a su vez por
la aplicación de tecnologías antiguas e ineficientes. Otros estudios
han concluido que la economía salvadoreña padece un perenne y
agravado problema en los aspectos de productividad y, de acuerdo
a estudios del «Asocio para el Crecimiento (2011)», en los bienes
exportables. Por razones que no entendemos, el grueso de los es-
tudios que tratan de explicar el estancamiento salvadoreño enfocan
la productividad, apartando casi de oficio los aspectos de demanda
agregada. El Asocio para El Crecimiento (2011) lo atribuye a los
bienes transables y otros (Cabrera, 2012a) lo atribuyen a los bienes
no transables. El problema de la demanda agregada o no existe o es
irrelevante.
19
Cabrera (2012).
34
pagos totalmente flexibilizada, estimularía un flujo de bienes básicos
alimenticios a menor precio que el precio doméstico. Este supuesto,
de por sí arriesgado, no se cumplió en su totalidad, encareciendo los
alimentos a las grandes mayorías.
Cuadro 3
Estructura de la producción por sector
Costa Rica El Salvador
1980 2000 2010 1980 2000 2010
Agricultura, ganadería, caza, 18 9 6 38 10 12
silvicultura y pesca
Minas y canteras 0 0 0 1 0
Industrias manufactureras 19 23 16 16 23 19
Servicios 64 68 78 45 66 68
Comercios, hoteles, restaurantes 20 18 16 9 19 17
Transporte, almacenamiento y 4 8 9 5 9 8
comunicaciones
Intermediación financiera, seguros y 11 12 16 ... 16 16
otros
Adiministración pública, defensa y 20 20 25 ... 14 16
otros servicios
Otros servicios 8 12 12 31 9 9
Total 100 100 100 100 100 100
Fuente: ICEFI
35
participación agropecuaria (específicamente maíz) en la producción
nacional. No obstante, el país padeció un déficit casi estructural en
la producción de maíz y frijol, los dos bienes básicos de la canasta
alimenticia de los salvadoreños.
Cuadro 4
Importaciones de granos básicos
Importaciones de granos básicos (toneladas métricas)
Año Maíz Maíz Frijol rojo Arroz Arroz
blanco amarillo granza procesado
2001 92673 362381 17721 58541 7243
2007 183446 409046 20711 72290 8389
20
MAG (2010).
36
vancia dentro del modelo que se impulsaba, y que todavía se impulsa,
aunque el Gobierno actual ha tratado de revertir la tendencia. En la
medida que el nuevo experimento muestra sus vulnerabilidades en
el plano productivo, se descubren sus riesgos crecientes. Este riesgo,
aislado de los demás riesgos que padece la economía salvadoreña, po-
dría ser manejable pero no se ha hecho. En conjunto con los demás,
se vuelve más delicado.
Gráfica 3
Grado de dependencia: maíz, frijol y arroz (2000-2009)
21
Castro A. et. al., nos dice: «A partir de lo anterior se puede deducir que la
economía estuvo marcada durante el período (1992-2000) por un fuerte sesgo
antiagrícola y presión arancelaria e impositiva. Es decir, que se propició un estanca-
miento de la agricultura, no solo por la caída de los precios del café sino también
por las medidas adoptadas por el gobierno…».
37
tinente destacar que durante el período de nuestra muestra, como se
puede observar en la gráfica 3, la dependencia alimentaria en granos
básicos se mantuvo constante y con necesidades de importar del ex-
terior. El Gobierno actual ha hecho intentos de cambiar los niveles
de dicha dependencia (semilla mejorada, titularización de tierras,
etc.), pero, en algunos casos por los desastres naturales que impactan
al sector, no se ha podido hacer mella al problema. En este contexto,
en julio 2012 el Viceministro del MAG aseveró que «el gobierno
confía dejar como legado en 2014 un campo recuperado, una ma-
yor seguridad alimentaria y al sector agropecuario como uno de los
motores del crecimiento económico». 22 Esperamos los resultados de
ese año.
22
VOCES (2012).
23
En 1834 y 1846 Inglaterra abolió su Corn Laws que imponían aranceles a la
importación de granos básicos. David Ricardo, que en esa época era miembro del
Parlamento, logró convencer a sus colegas utilizando el concepto de «ventaja com-
parativa», que también fue utilizado como argumento para introducir la apertura
comercial en El Salvador. Ricardo también sostenía que los aranceles protegían y
presionaban hacia arriba las rentas agrícolas y por ende disminuían las ganancias de
los nacientes industrialistas (Ricardo, 1815).
38
17. En el presente, la relativa insuficiencia nacional de granos
básicos aunados a los crecientes precios de sus importaciones (gráfica
4) tuvieron un impacto inmediato adverso sobre los costos salariales
para los empresarios, desembocando en niveles estancados o decre-
cientes de empleo. Esta situación avivó la migración, manteniéndola
como una hemorragia.
Gráfica 4
Índice de precios mundiales alimenticios
39
en la fuente principal para cerrar la brecha del déficit de la cuenta
corriente externa. 24 La dinámica económica del país pareciera de-
pender (y ser función) exclusivamente en la tasa de migración neta
y en la disposición de los migrantes a enviar remesas. De este hilo,
también, pareciera depender el futuro económico de un El Salvador
dolarizado. 25 El Salvador tiene una de las tasas más altas de migra-
ción neta en América Latina. Esta variable incluye la cifra corres-
pondiente a la diferencia entre el número de personas que entran y
salen de un país durante el año por cada 1000 habitantes (basada en
la población medida a mitad del año). Cabe señalar que esta estima-
ción no registra los migrantes indocumentados. Nótese, además, el
salto en la tasa a partir de la crisis actual en el cuadro 5.
24
Cabe señalar que las remesas reportadas por las Encuestas de Hogares es inferior
a la del BCR, por lo que no se puede descartar que posiblemente existe un canal de
lavado de dólares en el país.
25
Se hicieron algunas pruebas estadísticas sobre la relación de la tasa de migración
y la tasa de crecimiento de las remesas. Ninguno de los diferentes indicadores mos-
tró correlación alguna superior al 0.3 ni significativas al 25% de confianza. Más bien
pareciera que la única alta y significativa correlación existente la establece el ciclo
económico de Estados Unidos.
26
«La escolaridad promedio de los remitentes es de 10 años con una moda de 12
años… El promedio supera a los 6 años de escolaridad de la población que vive en
el país» (Hurtado y Palacios, 2011).
40
remesas, no se puede descartar que se tendría que mantener un nivel
de migración neta muy similar al de la década de este estudio. A pe-
sar de ello, las remesas no necesariamente conducen al crecimiento
económico y bien podrían contribuir a afianzar el estancamiento del
mismo. En general, podría percibirse que se cree que el futuro creci-
miento y desarrollo de El Salvador podría depender de la migración
neta, lo que podría ser un gran error y una irracionalidad. En este
aspecto, no se puede pasar por alto, tampoco, que el régimen cambia-
rio tiene que ser examinado para introducir los ajustes necesarios y
limitar la fuga de capital humano.
27
Díaz, 2009.
41
Gráfica 5
Flujo migratorio hacia EE.UU.
Cuadro 5
Tasa de migración neta
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012*
-3,95 -3,88 -3,81 -3,74 -3,67 -3,61 -3,54 -3,4 -3,27 -9,13 -8,95 -8,78
42
Cuadro 6
Tasa de crecimiento anual de remesas
28
Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, 2011 (EHPM).
29
PNUD, 2005.
30
En el período 2000-2009 el Coeficiente Gini se redujo de 0.516 a 0.473, inclu-
yendo remesas (PNUD 2010). No obstante, durante la crisis actual la pobreza ha
regresado a los niveles más altos desde 2000, según la última encuesta EHPM.
43
genos que nada tienen que ver con el ritmo de la economía nacio-
nal, exceptuando el posible efecto «expulsador» de mano de obra que
genera la misma economía. No obstante, sus efectos son endógenos
y no siempre positivos ya, que como se mencionó anteriormente, las
remesas pueden influir en mantener el estancamiento. Existen otros
y mejores métodos para impactar la distribución del ingreso.
Gráfica 6
Ingreso Nacional Dispoible y PIB per cápita en colones de 1990
44
27. Las remesas, cuando se llegan a constituir en una variable
clave en una economía, sobrelleva a situaciones que pueden ser con-
flictivas, particularmente en la formulación e implementación de
políticas públicas y de política económica. Se puede estar entre la
espada y la pared, pero en el caso de las remesas, se tendría que agre-
gar estar entre Cilla y Caribdis también. Particularmente, en una
economía dolarizada el efecto remesa puede causar impactos adver-
sos para los cuales no se tienen instrumentos disponibles que puedan
suavizar sus marcas contraproducentes. Esta función hace de las re-
mesas, cuando existen, una variable clave en una economía dolariza-
da. Como se verá más adelante.
1) El consumo
31
Jorge Sol P. advierte: «Muchas veces las cuentas nacionales —en países atrasa-
dos como El Salvador— son cuentos nacionales. Los números más fuertes son los
que provienen de aduana (exportaciones e importaciones) —que sin embargo no
incluyen contrabando ni subfacturación o sobrefacturación que hace el agente eco-
nómico para efectos tributarios. También son números fuentes el consumo público,
la inversión pública, la inversión extranjera —el consumo privado (generalmente
un residuo), la inversión privada, y la variación de inventarios son números débiles.
Todo esto para decir que el análisis econométrico tiene sus limitaciones grandes por
la naturaleza de los números».
45
29. De acuerdo a nuestros estimados sencillos, la propensión
marginal al consumo (PMC) en nuestro período es de 1.16 (y
su elasticidad ingreso es 1.44). La prueba KPSS comprobó que
la serie Consumo no es estacionaria. 32 En precios reales se hizo
una estimación con tendencia y el resultado indica que esta está
incrementando. 33
32
La Prueba KPSS examina una hipótesis nula y prueba si una serie de tiempo es
estacionaria alrededor de una tendencia o constante. La serie se presenta como la
suma de una tendencia determinística, un componente aleatorio y un error estacio-
nario, y la prueba es un multiplicador Lagrange de que la hipótesis tiene un compo-
nente aleatorio (random walk) cuya varianza tiene un valor de cero. En este sentido,
KPSS mide si la serie tiene una raíz de unidad o si está integrada (Kwiatkowski et
al. 1991). (Véase anexo 4).
33
Para precisar un poco más se hicieron estimaciones de las variables reales (precios
1992) y se introdujo una variable de tendencia (T), que resultó estadísticamente
significativa.
CReal= -210.2 + 0.98 PIBR – 76.8 (Tasa de Interés Pasiva USA/Tasa Interés
Pasiva SV) + 115.6T
(PIBR t=62.7) (Tiempo t=4.2)
(Reajustada =0.99; F=2745.5)
(Nota: Las tasa de interés doméstica y USA no arrojó un estadístico significativo.
El valor alto de «F» para esta ecuación probablemente indica problemas de serie.)
46
Ecuación estimada de consumo
C= -2826.8 + 1.16 PIB – 105.5 Tasa de Interés Pasiva SV – 6.1 Tasa Interés Pasiva USA
(t=3.3) (t=27.0) (t=0.93) (t=2.37)
33. Con la intención de tener una mejor idea del impacto del
nivel de consumo sobre los desequilibrios externos e internos, se
procedió a estimar la elasticidad-ingreso con relación a las impor-
taciones de bienes de consumo. (Véase sección del sector externo,
donde se presentan los parámetros estimados.) Aunque se espera-
47
ba una elasticidad relativamente alta, los resultados arrojan números
sorprendentemente altos. Los altos niveles de créditos bancarios al
consumo también permiten y facilitan este comportamiento, al igual
que el ensanchamiento de la brecha comercial.
34. Lo que los dígitos nos indican es que por cada punto por-
centual que aumente el PIB, las importaciones de bienes de consumo
aumentan 4.78% (con 99% de probabilidad). Ante este hallazgo im-
portante, aquí podemos ver una explicación parcial pero contundente
del abultado y creciente déficit en la cuenta comercial. Los precios
relativos, por su parte, no parecen jugar un papel significativo y es si-
milar a muchos estudios hechos para países con bajo nivel de ingreso
per cápita (aunque El Salvador es considerado estar a nivel «medio»
por las agencias internacionales). No se descarta que el «efecto reme-
sa» sea el que aquí actúa perversamente. También, no se separa del
análisis la poca capacidad de la economía salvadoreña de producir
bienes de sustitución.
Gráfica 7
Consumo como % del PIB 2001-2011
48
2) La inversión
Gráfica 8
Inversión como porcentaje del PIB
34
Economy Watch, 23 de octubre, 2012.
35
«Asimismo, la tasa de inversión promedio durante los últimos 30 años ha sido
del 16% del PIB, un nivel muy inferior al 25% que han logrado los países líderes
en crecimiento, e inclusive más bajo que el registrado por la mayoría de países de
América Latina» (PNUD, p. 48, 2010).
49
36. Adicionalmente, en el período 1990-2000, la inversión do-
méstica bruta consistentemente fue superior al ahorro doméstico
bruto. Con la excepción de un par de años, lo mismo ha sucedido
en la década de la dolarización, manifestando la inversión una de-
pendencia del ahorro externo y de la trasferencia neta de capital del
exterior. Como se ha señalado, los flujos externos de capital no han
sido suficientes para alcanzar tasas de inversión de países similares.
Con estas tasas de inversión, se puede vaticinar un período de estan-
camiento para el futuro cercano. La variable Inversión presenta in-
dudablemente una de las variables más preocupantes en la economía
nacional.
50
con relación al período dolarizado, y se encontró que tienen compor-
tamiento diferente (i.e. no pertenecen al mismo universo; 0.99%). 36
Es interesante señalar que la tasa de crecimiento de la inversión pú-
blica pertenece a la misma población en ambos períodos. Como se
pueden observar los resultados:
36
La prueba «z» se utiliza para establecer si dos muestras pertenecen al mismo
universo o población. Se presupone una función de distribución normal [θ(x) = (1/
(√2 π)e (-½)x2)]. Nótese que el valor «z» es apropiado solamente cuando la muestra
es mayor de 30 observaciones. Por ello, en esta investigación se utilizará la prueba
«t» que sí es válida cuando la muestra es menor a 30 observaciones. En la medida
que la muestra se hace infinita, el valor y distribución «t» se aproxima al valor «z».
La «normalidad» de la muestra puede ser examinada con diferentes pruebas como
Shapiro-Wilk W o Jarque-Bera, las cuales son muy sensibles al tamaño de la mues-
tra (Springer, 2007).
51
39. Los resultados empíricos inferenciales nos dicen que la in-
versión total y privada han tenido diferente comportamiento en el
periodo predolarización y dolarización, con un acelerado declive en
sus tasas de crecimiento en el período de la dolarización. Lo contra-
rio ocurre con la inversión pública, la cual ha tenido el mismo com-
portamiento en ambos períodos. Otra vez vemos que las promesas
de la dolarización no se han cumplido y que ha ocurrido lo contrario.
El Salvador ha perdido este rubro como motor económico.
37
La serie Inversión Total no es estacionaria (KPSS = 0.81: 99%) pero se ajustó
con su tasa de crecimiento para un mejor estimador.
52
Este efecto es magnificado por el efecto remesa que propulsa las
importaciones, las cuales prácticamente han tomado preponderancia
y tomado el mercado local.
1. El sector público
38
Arias (2011).
53
43. La reforma tributaria de 1992, como parte del malogrado
«Consenso de Washington», que supuestamente perseguía aumentar
los ingresos públicos y una forma más fácil de recolectarlos, instau-
ró una estructura impositiva evidentemente regresiva, que se sobre
apoya en los sectores con menores ingresos. Por igual, se sobre apoya
en el IVA y en la imposición directa de sujetos naturales muy por
encima de los sujetos jurídicos. 39
Gráfica 9
Déficit fiscal de El Salvador en porcentaje del PIB 1990-2010
39
«Por ejemplo, mientras que una empresa grande tiene una fiscalidad de 8%,
alguien que recibe 107 dólares de salario mínimo en el área rural, paga 13% de tasa
impositiva (IVA) y un profesional que recibe un salario de 2 mil dólares al mes tiene
una fiscalidad del 36%, entre el impuesto a la renta, el IVA y los otros impuestos
indirectos», Ibíd.
54
45. El problema fiscal, conjuntamente con su gemelo déficit co-
mercial como veremos más adelante, ha llegado a constituirse en el
talón de Aquiles del modelo económico-social en vigencia. En el
período predolarización 1990-2000, el promedio déficit/PIB se co-
locó en un bajo y manejable nivel de -1.8% comparado con -3.21%
en el período 2001-2008 y -3.58% si incluimos los tres años de crisis
(2009-2011). 40 Aunque el déficit de la reciente década no es tan
abultado, el problema radica en las capacidades nacionales de cre-
cimiento real potencial (indicando el bajo nivel tributario) y en la
capacidad de generar ahorro interno. Como ya vimos, el país ha ex-
perimentado un cierto estancamiento en su crecimiento. Como se
denota más adelante, el crecimiento real potencial no es muy opti-
mista y es posible que dicha restricción no permita bajar el déficit a
niveles similares al período de los noventa.
40
Recientemente (11-2012) los partidos políticos acordaron («Acuerdo de Sani-
dad Fiscal») tratar de lograr bajar el déficit a -2.7%, que nunca se ha logrado en la
década de la dolarización. El Tratado de Maastricht exige como máximo un -3.0%
para que un país ingrese a la Comunidad Europea. Pareciera que la crisis no existe.
55
47. Este comportamiento fiscal podría ser explicado por el he-
cho de que en El Salvador los ingresos públicos, por décadas, se han
comportado pro cíclicamente mientras que los egresos se han com-
portado de tal forma que en tiempos de auge, el gasto ha aumentado
más que proporcionalmente. El único caso reciente, y en tiempos de
paz, en el cual el gasto ha aumentado, y con creces, en período de re-
cesión es en el presente, posiblemente como medida contra cíclica y
con intereses políticos y sociales ante la crisis. En este caso, se podría
decir que el abultado déficit de la crisis actual responde conjunta-
mente al ciclo económico y al ciclo político. 41 Se podría creer que
ante la ausencia de una política monetaria, impuesto por el régimen
cambiario dolarizado, el Gobierno se ha sobre apoyado en los aspec-
tos presupuestarios para menguar la crisis. 42 La profundidad de la
crisis ha sido de tal magnitud que dichos esfuerzos posiblemente ya
se encuentran en el intervalo de rendimientos decrecientes.
41
Siebel y Pitsoulis (2010).
42
En el período de la crisis 2008-2012, los países de la región utilizaron la política
monetaria para reducir las tasas de interés y por ende aminorar los efectos de la
crisis. En El Salvador, las tasas de interés subieron inicialmente, por su carencia de
un banco central, profundizando la crisis.
56
Gráfica 10
Deuda pública total en porcentaje del PIB 1991-2010
43
La versión de la prueba «t» que se utiliza en todas nuestras estimaciones es la de
Welch que es apropiada cuando la muestra es menor a 30 observaciones y la varian-
za de las dos muestras no es la misma, usando la prueba de dos colas y que la hipóte-
sis nula µ es igual a cero. Con Welch se minimiza el problema Behrens–Fisher que
implica su uso cuando se desconocen las matrices de covarianza.
57
Hipótesis nula que la tasa de crecimiento de deuda Externa de El
Salvador en los períodos 1992-2000 y 2001-2011 son del mismo
universo: No se rechaza
t(0.90; 14) = -2.14< -1.63 < 2.14
44
El desbalance financiero empeora si cada año una mayor proporción de los in-
gresos tributarios son destinados a pagar deuda pública, como parece ser ya el caso
de El Salvador.
58
pauta para disminuir persistentemente la relación deuda/PIB, la cual
no comienza a mostrar crecimiento hasta que se inicia la década de
la dolarización.
45
Glower (1984). Las variables claves para determinar la capacidad de endeuda-
miento de una economía son la tasa de crecimiento real y la tasa de ahorro.
59
Cuadro 7
AÑO Emisión nueva de bonos
(millones $)
2001 $353.5
2002 $800
2003 $800
2004 $286.5
2005 $375
2006 $625
2007 0
AÑO Emisión nueva de bonos
(millones $)
2008 0
2009 $800
2010 $650
2011 $800
TOTAL $5,490 millones
46
Lazo (2010) nos advierte: «Para el período 2001 a 2008 el servicio de la deuda
pública como proporción de los tributos sube a 66.5%, prácticamente dos de cada
tres dólares que se captaron en concepto de tributos se destinaron a cubrir dichos
compromisos, esta es una proporción muy preocupante que debe ser considerada en
planes futuros para enfrentarla de forma apremiante, oportuna e ineludible».
60
Gráfica 11
Servicio de deuda como % del presupuesto
Fuente: BCR
56. El sobre apoyo que han hecho los gobiernos de turno en las
finanzas públicas, en el período de la dolarización, ha contribuido a
que se perfile una deuda creciente, inclusive con relación al PIB. En
el año 2011 dicho indicador se situaba en 56.2%, y estudios recientes
han señalado que un valor del 60% incide adversamente en las tasas
de crecimiento real de la economía. 47 El problema lo agrava los pasi-
vos de contingencia del sistema de pensiones que ya alcanza un poco
más del 1.5% del PIB y que se espera que aumente en el futuro.
47
Rheinhart y Rogoff (2010).
61
58. Se puede generalizar que estos resultados son permitidos por
el ambiente institucional, el cual habitualmente se ha acostumbrado
a bajos niveles tributarios. 48 En las décadas 1960-70 la tasa marginal
de tributación directa rondaba el 4%.
48
En el período 1960-1976, la tasa marginal de tributación directa fue estimada en
4% (Glower 1982), la cual se sostenía por la relativa alta tributación sobre las expor-
taciones de café y que era considerada un sucedáneo de un impuesto directo. Wallich
y Adler (1949) agregan «en 1946 el 10.7% provino de los impuestos directos y el
53.2% de impuestos sobre el comercio exterior… Los gastos totales del Gobierno
representaron el 10.4% del ingreso nacional».
62
Cuadro 8
El Salvador: calificación de riesgo
Gráfica 12
Gasto público de apoyo al sector exportador
63
2) El sector externo
49
BID (2010).
50
La Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC) informó que,
desde 1992 hasta el 2007, alrededor del 30% de salvadoreños han abandonado el
país (2, 373,444 salvadoreños) y en diferentes encuestas una significativa mayoría de
jóvenes ha expresado su deseo de migrar.
64
Gráfica 13
Exportaciones como % de importaciones
65
drástica de los aranceles, los acuerdos de libre comercio y los niveles
de productividad del país. 51
Gráfica 14
Balanza comercial de El Salvador 1991-2010
51
«A la base de tan desigual relación de intercambio comercial, existe una pro-
funda asimetría en términos de competitividad, lo cual se refleja en las elevadas
diferencias de productividad y salarios reales. Entre El Salvador y Estados Unidos
se registra un abismal crecimiento acumulado de la productividad manufacturera
promedio entre 1990 y 2008, mientras El Salvador registra una tasa del 2.0%, Esta-
dos Unidos alcanza un 82.0% durante el período; además, para la misma etapa los
salarios reales de la industria manufacturera salvadoreña se redujeron en un -28.0%,
mientras que en Estados Unidos crecieron un 19.0%» (Moreno, 2012).
66
67. Llama la atención el pobre desempeño de las exportaciones,
pero resulta mucho más relevante para explicar la brecha del sector
externo, el comportamiento de las importaciones. La tasa marginal
de importaciones la hemos estimado en 0.5 (en Alemania se ha esti-
mado en 0.37 en 2006), lo que implica que por cada dólar que crezca
el PIB, se generan $0.50 de importaciones. (El coeficiente sería aún
mayor si se utilizara la variable ingreso nacional disponible —que
incluye remesas— en vez del PIB.) Esta relación explica básicamente
el problema de la cuenta corriente.
Dónde:
M son importaciones reales, PIB es deflactado, PM es índice de precios del
consumidor en USA, PD es índice de precios del consumidor en El Salvador y
β1 > 0, β2> 0. LN significa transformación logarítmica natural.
52
Se aplicó la prueba «F» para establecer valores críticos de especifica-
ción. Los límites indican que se puede rechazar la hipótesis nula de mala
especificación al 99% de confianza y que se puede aceptar la hipótesis
alternativa para cada ecuación.
67
(1) LN(MT) = -14.4 + 2.5LN(PIBR) - 0.01(LNPM-LNPD) (Reajustada=0.95; F=155.3)
(11.2) (t=17.5) (t=4.1)
Cuadro 9
RESUMEN Importa- Importa- Importa- Importaciones
(2001-2011) ciones ciones ciones bienes de capital
Totales bienes de bienes inter-
consumo medios
Elasticidad 2.50 4.78 4.75 1.01±
Ingreso
Crecimiento 7.8% 10.9% 11.4% 3.7%
Promedio
Móvil (3)
Anual
53
A pesar de que la especificación es teóricamente correcta, los resultados de esta
ecuación (MK) padecen de problemas de autocorrelación (Cochrane Orcutt arrojó
resultados que no contrastan con los datos reales- Error II) y no pasó prueba KPSS
de serie estacionaria. Es posible que existan problemas de medición. Por ejemplo,
a fines de los años noventa, se empezó a incluir las importaciones de vehículos en
este rubro. También, como sostiene Jorge Sol P., no se puede descartar que como la
importación de bienes de capital tienen un arancel cero, se ha importado bienes de
consumo, que sí tienen arancel positivo, dentro de este rubro.
68
70. Como se puede observar, la elasticidad-ingreso (2001-2011)
de las importaciones totales la hemos estimado en 2.5 (posiblemente
las más alta de la región) y la elasticidad-precio en 0.01, ambas con
99% de probabilidad. Se denota el relativo alto valor de la elastici-
dad-ingreso, aunado al exorbitante parámetro estimado de las im-
portaciones de bienes de consumo e intermedios —4.78 y 4.75—,
y los muy bajos valores de las elasticidades-precio que nos indica la
alta dependencia del país sobre las importaciones. 54 De ello se puede
generalizar que existe en El Salvador una limitada capacidad pro-
ductiva de bienes con alta elasticidad-ingreso a pesar de que el país
es considerado de «ingresos medios» con un ingreso per cápita de
$3,700.
54
Un estudio encontró que la elasticidad-ingreso de El Salvador (1950-1999) era
1.49 mientras que la de Costa Rica y Guatemala fueron 1.36 y 1.27, respectiva-
mente (Moreno y Pérez, 2003). Para México, el parámetro fue estimado en 1.56
en 1987-2006 (Becker e Ibarra 2012). Entre 1985 y 1999, Moreno y Pérez estiman
elasticidades ingresos de corto plazo para El Salvador que fluctúan entre 2 y 2.5.Un
estudio más reciente estableció la misma en 2.42 para el período 1989-2007 (Alfaro
et al, 2008).
69
menos importantes por razones de poco margen de sustitución entre
bienes domésticos y bienes importados. Estos bienes se convierten
en «sustitutos imperfectos» de bienes domésticos. 55 En la literatura
económica existe mayor consenso en los rangos de la elasticidad-
ingreso que en los rangos de la elastidad-precio y se podría esperar
que en la medida que el ingreso per cápita aumente, la elasticidad-
precio del mismo modo aumentará, pero no necesariamente en for-
ma proporcional.
55
Goldstein y Khan (1985).
56
Senhadji (1998).
70
ciones tiende a ser mayor cuando existen menores controles en el co-
mercio exterior. Se enfatiza, sin embargo, que no se puede descartar
que el factor principal continúa siendo el «efecto remesa», particular-
mente en las importaciones de bienes de consumo. 57 Por su parte, el
alto coeficiente de los bienes intermedios refleja la importancia de la
industria de la maquila en la producción nacional.
Cuadro 10
Como porcentaje del PIB
Año Exportaciones Importaciones Remesas
2000 22.4 37.7 13.3
2001 20.7 36.4 13.8
2002 20.9 36.2 13.5
2003 20.8 38.2 14
2004 20.9 40.1 16.1
2005 20.1 39.1 17.7
2006 20.1 41.3 18.7
2007 20 43.9 18.4
2008 21.2 45.8 17.6
2009 18.7 35.5 16.4
2010 21.2 40.1 16.2
2011 23 43.9 15.8
57
En países exportadores de petróleo también se han observado altos valores de la
elasticidad-ingreso de las importaciones. En los años ochenta, Nigeria arrojaba un
coeficiente de 5.1 y Venezuela de 3.34 (Feini, Pritchett y Clavijo, 1988). El petróleo,
al igual que las remesas, han sido identificados como factores del Mal Holandés. La
paralela apreciación real, tiende a abaratar las importaciones y, por ende, ensanchar
la brecha externa.
71
3. El sector laboral
72
zonas urbanas ya que el rural no se calcula). Por esta razón subjetiva,
oficialmente se habla de un desempleo abierto del 7%. 58
58
Según el Centro Para la Defensa del Consumidor (CDC), en una década el sa-
lario real mínimo en el sector de comercio apenas aumentó $11.81 dólares. En 2001
este salario era $88.70 dólares, hoy, es de $100.81 dólares.
59
PNUD (2008).
60
Varios estudios han argumentado que los supuestos beneficios de la dolarización
no han sido distribuidos proporcionalmente en la población (Lucas, 2009).
61
Acevedo (2001).
73
80. Lo que se debe de indagar es por qué el proceso de inver-
sión nacional no ha sido afectado positiva y estructuralmente a lo
largo de décadas. Lo mismo se puede decir sobre el desempeño de
la productividad durante el mismo período (siglo XX). Explicar el
estancamiento actual en base a un proceso acumulativo de factores
reales de largo plazo es insatisfactorio, pues lo mismo se puede decir
de cualquier otro país subdesarrollado y atrasado. Lo que se debe
explicar es el por qué, a diferencia de otros países subdesarrollados,
El Salvador crece menos y con una tendencia a la desaceleración en
los últimos quince años.
74
C. El sector monetario-financiero
62
La Bolsa de Valores de El Salvador, solo comercia 40 acciones y unos tantos de
bonos emitidos por entes privados. La mayoría de instrumentos son de origen pú-
blico, particularmente los eurobonos.
75
con urgencia necesita ser recapitalizado) no puede utilizar excesos
de reservas como instrumento de apoyo de prestamista de última
instancia al sistema. El duopolio de las AFP manejan una cartera de
más de $5.5 mil millones, aunque un 80% de estos están invertidos
en activos del sector público y menos del 1% en activos externos. En
los últimos años, el desempeño del sistema bancario salvadoreño ha
sido el menos dinámico de la región.
63
Desde su creación, Panamá ha mostrado una sobre oferta de dólares y no necesa-
riamente por razones económicas (McCullough, 1977). En el presente el problema
de Panamá es que hacer con tantos dólares.
76
Cuadro 11
Proceso de monetización (M2/PIB como %)
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Vietnam 58.9 65.3 68.9 69.3 n.d. n.d. 109.6 101.9 115.2 125.1 109.4
Costa Rica 39.7 42.8 46.3 48.7 53.1 54.0 55.1 56.0 56.4 50.3 49.6
Honduras 45.1 46.6 47.3 49.4 50.9 55.1 56.8 53.0 52.2 52.8 52.5
Ecuador 24.5 20.1 20.8 23.7 25.0 25.1 27.2 28.2 32.4 34.4 35.0
Panamá 85.6 82.1 80.2 79.2 78.9 87.2 87.6 86.0 90.6 90.5 85.7
El Salvador 45.3 42.8 40.2 39.2 37.2 38.0 41.5 38.9 40.9 41.1 37.2
SV/Panamá 53% 52% 50% 49% 47% 44% 47% 45% 45% 45% 43%
Velocidad 64 2.21 2.34 2.49 2.55 2.69 2.63 2.41 2.57 2.44 2.43 2.69
velocidad 64
Fuente: El Salvador, BCR; Vietnam, Banco de Vietnam; Resto de países, Banco Mundial.
64
La velocidad de circulación del dinero (V) es el número de veces que una unidad
monetaria cambia de manos durante un año. Teóricamente, la velocidad de circula-
ción del dinero es el número de veces que una unidad monetaria se transforma en
renta durante un año. En términos puros, para obtener la velocidad de circulación
del dinero habría que conocer el número de transacciones efectuadas en un período.
Pero como el cálculo de las transacciones es difícil de obtener desde el punto de vista
estadístico, normalmente se utiliza el Producto Interior Bruto real (PIB), ya que a
corto plazo existe una relación constante entre las transacciones y el PIB real.
77
nos dice es que hay menos circulante (dinero) en la economía sos-
teniendo el nivel de producción corriente. Esta tendencia permea el
comportamiento total y general de la economía nacional, sujetándolo
a presiones deflacionarias. Como se verá más adelante, en nuestras
pruebas empíricas, este hallazgo se convierte en uno de los más im-
portantes de esta investigación.
78
central prudente obtuvo un porcentaje más del doble que el de El
Salvador.
Cuadro 12
Tasa de crecimiento de Masa Monetaria 2 y tasa de crecimiento
real 65
Promedio Promedio móvil (3)
M2 Crecimiento M2 Crecimiento
real real
1994-2011 7.81 2.70 7.51 2.54 Muestra Alargada
1994-2000 12.84 3.96 12.98 3.78 Predolarización
2001-2011 4.31 1.87 4.97 1.91 Dolarización
2001-2008 6.04 2.6 6.2 2.79 Sin crisis
Indice 65
Gráfica 15
Monetización 1994-2011
65
«La firma calificadora de riesgos Moody´s Investors Service rebajó hoy los bonos
de largo plazo del Gobierno de El Salvador, de Ba2 a Ba3, con perspectiva estable.
Moodys dijo en un comunicado que basó su calificación en “una perspectiva de cre-
cimiento débil” de la economía de El Salvador “y sus implicaciones para las ratios de
deuda que, en la actualidad, son relativamente altos y han estado en una tendencia
al alza”. Moodys señaló que “el PIB (producto interior bruto) real ha crecido sólo
un 1,9% de media en la última década» La Prensa Gráfica, 5 de noviembre del 2012.
79
Cuadro 13
Tasa de crecimiento monetario CA 2001-2011
El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua Costa Rica
M2 M2 M2 M1 M3
4.3% 10.3% 13.1 20.1% 18.1%
66
Friedman (1956). El desconcierto monetario y su poca relación con otros aspec-
tos financieros y reales en los Estados Unidos en la década 1980 cuando su banco
central la quiso aplicar, pusieron la utilidad de esta teoría en la aplicación de política
monetaria a descansar. No obstante, es la forma más sencilla de captar la estructura
de demanda de saldos reales.
67
Fisher (2005)
80
92. En este contexto, con el propósito de precisar un poco más el
comportamiento monetario de El Salvador por el lado de la deman-
da, se identificó y estimó una ecuación de demanda de saldos reales
para obtener una idea de la elasticidad-ingreso para ambos períodos.
La misma se especificó en valores reales y transformados logarítmi-
camente (natural). Se utilizó la tasa pasiva de 180 días en El Salvador
y Estados Unidos. A continuación: 68
2001-2011
(Las series M2 real y PIB real superan el valor crítico de KPSS al 10% en
el período 2001-2011. Ver anexo 4)
1994-200069
Indice 69
68
Otras estimaciones de la Demanda de Saldos Reales están en anexo 3.
69
Se hace notar que esta estimación solo contiene 7 observaciones (1994-2000) por
lo que el Teorema del Límite Central no aplica. Además, la variable M2 es estacio-
naria de acuerdo a KPSS. El estadístico D-W es de 2.4 por lo que existen problemas
de autocorrelación y corrigiendo con Cochrane–Orcutt se obtuvo un valor de 1.20
(90%) para la elasticidad ingreso. No obstante, con estas limitaciones, se presenta
con un propósito comparativo.
81
93. Los resultados son interesantes. La prueba Wald de especi-
ficación apropiada es significativa al +99% de confianza. En nuestro
resultado se obtuvo el signo esperado para la relación entre la tasa de
interés de USA y la doméstica en el período de la dolarización, pero
fue no significativa en el período 1994-2000. El valor y signo estima-
do es significativo en el período actual e implica una cierta, pero leve
substitución monetaria de los ahorrantes entre ambos países, lo que
se conforma con lo esperado de la integración financiera con USA. 70
70
Jameson (2003) nos dice: «La base intelectual para adoptar… la dolarización…
es que esta amarra la política monetaria doméstica a la política monetaria de USA.
La dolarización llena el sueño del modelo monetarista de Friedman, el cual descon-
fía de los formuladores de política económica…».
71
La serie M2 no es estacionaria, por lo que la prueba solo debe tomarse como un
primer indicador. La prueba apropiada es con la tasa de crecimiento, como se verá
más adelante.
82
reducción en la monetización de la economía bien puede representar
un aspecto explicativo de la tendencia de estancamiento de la econo-
mía en su totalidad. A lo largo de esta investigación, se han señalado
aspectos vinculados a dicha tendencia y su relación con la economía
real, enfatizando su importancia y la poca atención que se le ha ce-
dido por otros investigadores interesados en el tema del letargo de
la economía salvadoreña. Nuestro hallazgo, y como se verá en los
siguientes, pone en duda los estudios que exclusivamente enfocan el
lado de la oferta.
Gráfica 15
Tasa de interés pasiva: El Salvador y USA
83
97. Desde 1997 y cuatro años antes de la dolarización, el banco
central se vio obligado a emitir lo que llamó certificados de liquidez
(y otros instrumentos similares), cuyo propósito era restarle liquidez
a la economía y de esa manera contener la persistente apreciación
real del tipo de cambio. Es posible que esta política monetaria rea-
lizada con este propósito y aunado a una cuenta de capital abierta
solo contribuyó a agudizar el problema que quería corregir, ya que
los bancos comerciales iniciaron un acelerado endeudamiento con
fondos externos que retroalimentaban la misma apreciación real. El
banco central tenía que correr aceleradamente para permanecer en el
mismo lugar.
72
En 1996 y antes, el saldo de certificados de liquidez y bonos de estabilización era
igual a cero. El 31 de diciembre de 2000 (un día antes de la dolarización) el saldo
de ambos instrumentos era $537.4 millones, una cifra considerable en esos días,
equivalente a 1% de la masa monetaria. No olvidemos que los impactos monetarios
ocurren al margen de la última transacción.
84
99. Una correlación simple de las tasas de interés pasiva El Sal-
vador-USA arroja una relación esperada: +0.42. Aunque la relación
no es tan alta como se esperaba, sí llama la atención su comporta-
miento bilateral. Se señala que el promedio de dicha variable fue de
3.48% en Estados Unidos y de 3.78% en El Salvador. Lo interesante
es que ambas variables pertenecen a un mismo universo estadístico
como lo demuestra el resultado de nuestra prueba estadística:
85
que con la tasa pasiva, su coeficiente de correlación con la tasa prime
de USA fue un inferior, pero esperado +0.25. En cuanto al promedio
durante 2001-2011, el Salvador obtuvo 9.27% y Estados Unidos una
menor tasa de 4.98%.
Gráfica 16
Tasas activas: Sv, USA, London (2001-2011)
Fuente: BCR. Tasa activa a más de un año para El Salvador, tasa prime para Estados
Unidos y tasa LIBOR un año.
86
104. Recordemos que la tasa pasiva se comporta casi simétrica-
mente (y además pertenecen al mismo universo) entre El Salvador
y USA. Lo opuesto ocurre con la tasa activa. Este hallazgo debe ser
examinado con la importancia debida. En primer lugar, nos indica
que el mercado financiero-crediticio que enfrentan los bancos do-
miciliados en El Salvador esta segmentado. Dicha segmentación
permite fraccionar los precios (tasas de interés activa), de acuerdo
a la elasticidad de demanda. Como se verá más adelante, el mer-
cado bancario está concentrado (oligopolista) en el país y permite
captar rentas como ganancias. 73 En segundo lugar, la cuenta de capi-
tal externa está totalmente abierta, lo que permite movilizar fondos
en concordancia con las utilidades programadas. De hecho, un ne-
gocio redondo para unos pero un obstáculo para el crecimiento del
país. Por ejemplo, durante la crisis actual, los bancos domiciliados en
el país sacaron al exterior más de $1,000 millones (un 70% del total
de su deuda externa) para reducir sus pasivos en los mercados inter-
nacionales. No quisiéramos pensar que temían la desdolarización.
73
En septiembre de 2012, los cinco bancos más grandes poseían el 80% de la carte-
ra de préstamos del sistema bancario. Nuestro estimado del índice de concentración
(Índice Herfindahl) es 1540, indicando concentración moderada. Sin embargo, de
ese índice, 1467 corresponden a los cinco bancos más grandes.
74
Fitch advierte que «“La banca salvadoreña mantendrá un bajo crecimiento de
préstamos, producto del rezago en la actividad económica y las conservadoras po-
87
los depósitos en los mismos bancos, que son los factores primordiales
del financiamiento de los mismos (la tasa de crecimiento promedio
móvil anual fue de 4.6%), uno puede deducir que son los mismos
bancos los que enfrentan o crean restricciones en su capacidad de
otorgar créditos por la baja captación. 75 Otra vez, la dolarización ejer-
ce su perniciosa influencia. De hecho, una prueba «t» establece que el
proceso crediticio y la masa monetaria (M2) son del mismo universo
(con una correlación Pearson de +0.48):
88
una relación casi lineal. Esto nos indica la alta dependencia de la in-
versión en el financiamiento bancario. Pero si tomamos que tanto la
tasa de crecimiento de la masa monetaria como la de crédito tiende a
bajar, no nos debe sorprender el por qué la tasa de inversión privada
es baja y sigue bajando. Así, la inversión privada enfrenta dos obstá-
culos significativos: la falta de demanda agregada y el financiamiento
bancario. Menudo problema.
76
Este promedio se apunta a finales de cada año. Sin embargo, los bancos son los
principales acreedores del Gobierno. Por ejemplo, datos de inicios de 2012 señalan
que los bancos compran casi $8 de cada $10 que el Ministerio de Hacienda (MH)
subasta como Letras del Tesoro (LETES). El efecto se refleja en las tasas de interés
para los préstamos (activas) y también para las que se aplican a depósitos (pasivas).
Los intereses devengados por los bancos son libres de impuestos.
77
Melzerl (2007).
89
108. En la gráfica 17 se presenta la relación préstamos/depósitos
(M2 y M3). 78 Nótese el impacto de la crisis 2009-2010 que hace que
el indicador aumente de valor. Se puede generalizar que, dadas las
restricciones que enfrentan los bancos por sus balances contables,
estos han podido aumentar los créditos a un ritmo que aunque no
es espectacular tampoco es pobre. Lo que sí podría ser preocupante
en la cartera de préstamos es el alto grado de concentración de prés-
tamos a unos pocos y el creciente porcentaje destinado a préstamos
de consumo, que no tienen vínculo directo con la producción. 79 He
aquí otro elemento útil para tratar de explicar el estancamiento de
la economía.
109. Desde el 2002, los créditos al consumo han crecido año tras
año y, pari passu, los créditos al sector productivo han decaído (grá-
fica 18). Los bancos, por su parte, solo han respondido para lo que
fueron hechos: tener utilidades. En la ausencia de un banco central,
como en El Salvador, el trabajo de los bancos tal vez se hace más fá-
cil. Pero, prestamistas y prestatarios casi siempre han sobre estimado
la capacidad de pago del deudor; cuando esta realidad se desentraña,
los bancos colapsan y la confianza en el sistema financiero se dete-
riora. La montaña de deuda para el consumo parece ir directamente,
si aún no lo está, a una burbuja, y no hay nada que las autoridades
puedan hacer al respecto. Lo que parece fácil de pagar en un auge
económico, se vuelve una carga pesada en una recesión. En esta tarea
predomina la obligación de la Superintendencia Financiera por en-
cima del BCR.
78
M2 incluye cuentas corrientes y cuentas de ahorro y plazo. M3 incluye M2+
Otros depósitos.
79
Banco Mundial (2005).
90
110. Por años se ha escuchado que son los gobiernos los que tie-
nen la maquinita de imprimir billetes y que usualmente abusan de
ella. Con la dolarización, son los bancos privados los que tienen total
control de la maquinita de imprimir billetes. Aunque sería aventurado
aseverar que abusan de ella, se pude decir que solo la usan cuando les
es rentable, independientemente del estado de la economía nacional.
Gráfica 17
Gráfica 18
91
111. Con la dolarización se eliminó el mercado de divisas y, por
ende, el tipo de cambio. La variable de ajuste en El Salvador es ahora
la tasa de interés real, la cual es determinada en los mercados mo-
netarios internos y externos que en nuestro caso es difícil de aislar,
como se verá más adelante. Llama la atención, que la correlación es-
tadística entre la tasa prime de Estados Unidos y la tasa activa (a más
de un año) de El Salvador es (+0.25) como se denota en el cuadro 14
(y también en cuadro 19). Dicho dato sobresale cuando se toma en
consideración que la correlación de la inflación entre ambos países
tiene un relativo alto valor positivo de +0.51. La teoría económica
nos manda a aceptar que la correlación entre la tasa de interés activa
y la inflación (corto plazo) es positiva (en USA +0.34) pero en El
Salvador es casi igual a +0.33. Así, vemos que la banca local trata
de apegarse a lo que sucede en el mercado líder, pero el resultado
estadístico inferencial (ver prueba «t» anterior) nos dice que ambas
variables pertenecen a mercados diferentes.
Cuadro 14
Correlación entre inflación y tasa de interés en ESA y USA
2001-2011 Pasiva El Pasiva Activa Prime Inflación Inflación
Salvador USA El Salva- USA SV USA
dor
Pasiva SV 1
pasiva 0.42 1
USA
Activa SV -0.29 -0.58 1
Prime USA -0.12 0.29 0.25 1
Inflación 0.66 -0.05 0.33 0.29 1
SV
Inflación -0.05 -0.38 0.82 0.34 0.51 1
USA
PRO- 3.77% 3.48% 9.27% 4.98% 3.52% 2.45%
MEDIO
Anual
92
112. No obstante, lo que ha quedado obvio a la luz de la crisis,
es la incapacidad de las autoridades monetarias del país dentro de la
dolarización para enfrentar el problema del estancamiento e imple-
mentar medidas contra cíclicas. En los dos primeros años de la crisis,
2009-2010, la tasa para préstamos subió, dándole mayor fuerza a la
recesión, mientras los bancos centrales de la región disminuían las
tasas de interés. Este es solo un ejemplo vivo del costo de no tener
autoridad monetaria como consecuencia de la dolarización. 80
80
Fuentes et. al. (2010): «En El Salvador, las autoridades concentraron sus es-
fuerzos en garantizar la provisión de liquidez con organismo internacionales [¡vía
préstamos!]; sin embargo, el empleo de herramientas adicionales para amortiguar la
caída del crédito al sector privado (durante la crisis) fueron limitadas».
81
Bernanke y Gertler (1995).
82
Bernanke y Blinder (1992).
93
114. Se hizo una estimación de la demanda crediticia del sector
privado en el período de la muestra. Se encontró una elasticidad-
ingreso del 0.92 («t» = 13.4) que parece indicar que el flujo crediticio
no es tan bajo como se podría esperar dada la «camisa de fuerza»
de la dolarización. Lo que sí capta la estimación es una tendencia
decreciente (-263; «t» = 1.8; 90%). También, las diferentes estima-
ciones no arrojaron ni el signo esperado ni un valor estadístico sig-
nificativo para la tasa de interés activa. La relación entre el crédito
real y el PIB real no es tan baja (0.36) como se podría creer y que
lo enfatiza el conocimiento convencional que presenta el problema
financiero-monetario como un problema del proceso crediticio. 83 La
desaceleración en el proceso crediticio puede tener sus causas en la
desmonetización que padece la economía en general por causa de la
misma dolarización.
83
En términos nominales:
(Crédito Nominal) =1346.9 + 0.37(PIB Nominal) - 6199.7Activa (Reajustada=0.93; F=67.7)
(1.5) (10.9) (0.6)
94
estudios. 84 También, puede indicar las pocas opciones que tienen los
prestatarios en un mercado cautivo. Por último, debe tomarse nota
que entre 2001-2011, en precios de 1992, los créditos crecieron a un
bajo promedio anual de 1.7%, mientras que la masa monetaria lo
hizo a 0.5%. Esta discrepancia señala la fuerte restricción que en-
frenta el transcurso crediticio en el país ante la camisa de fuerza que
impone la dolarización con su constreñida oferta monetaria como
fuente de financiamiento. En primera instancia, el primer impacto
adverso es sobre la inversión.
84
Karlan y Zinman (2006) señalan la preferencia por la estructura a plazos. En
nuestro período, los préstamos a más de 20 años eran solamente el 4% del total de
créditos en el 2000, aumentando a 21% en el 2009 (más que todo por demanda de
vivienda de la clase media). Los préstamos a los sectores productivos no han mostra-
do cambio en su estructura de tiempo. Recientes cambios en la regulación bancaria
han impuesto reglas más rigurosas a los sectores empresariales que a los préstamos
para el consumo y vivienda, dándoles un estímulo que no necesariamente es el más
prudencial. Se denota en los índices de mora que, desde 2007, son los préstamos al
consumo y la vivienda los que han incrementado mayoritariamente.
95
proporción o todo salió de la economía salvadoreña, pues era deuda
externa y dicho movimiento lo permite la cuenta de capital abierta
que tiene el país. También, se puede argüir que los bancos estaban
empeñados en tácticas especulativas en los mercados financieros in-
ternacionales para su propio beneficio. Este proceso ocurría mientras
la tendencia crediticia productiva iba a la baja en El Salvador. Estos
movimientos financieros, nunca registrados en la historia del país,
fueron propiciados y estimulados por el marco económico de la dola-
rización dentro del paquete reformas del Consenso de Washington.
La Superintendencia del Sistema Financiero se ha mantenido callada
a pesar de que una misión conjunta del FMI y Banco mundial lo se-
ñalaron como preocupante (FMI, noviembre 2010).
Gráfica 19
El Salvador: deuda bancaria externa
(contratada en dólares $ millones 1991-2000)
Gráfica 20
El Salvador: deuda bancaria externa
(contratada en dólares $ millones 1994-2011)
96
117. Se creía que al tener el dólar como moneda se garantizaban
las deudas contra una devaluación nominal. De la misma forma, el
acelerado endeudamiento de los bancos en el período 1994-2000
(predolarización), aunado a una creciente brecha externa exponía a
los bancos a una posible quiebra en caso de una devaluación nominal.
La solución a ese creciente riesgo cambiario fue nada menos que la
dolarización.
Gráfica 21
Rubros: activos netos-brutos y
deuda bancaria externa (1994-2011)
85
José A. Quirós B. nos dice: «El Estado salvadoreño cometió el primer error al do-
larizarnos, y el segundo error, usando la tasa de cambio fija sobrevaluada para con-
vertir los precios en colones a precios en dólares. Esto permitió al sistema bancario
nacional la compra de los dólares reserva a un precio preferencial obteniendo una
ilegítima utilidad patrimonial de 477 millones de dólares y una utilidad en cuentas
a cobrar de 1.900 millones». Diario El Mundo, 29 de agosto del 2012. Nótese que
Quirós se refiere solamente a las ganancias repentinas por desalineación cambiaria.
Nuestro cálculo se refiere al arbitraje sobre las tasas de interés, que es adicional.
97
cas, en el período de la dolarización las cifras son entre $200 y $466
millones. Tanto el FMI como el Banco Mundial han expresado su
profunda preocupación por esta tendencia. 86
119. En los últimos diez años, el sector bancario salvadoreño ha
perdido su liderazgo en la región centroamericana. No obstante su
superior capitalización con relación a los países vecinos, la banca se
mantiene a la zaga. Inclusive, dentro de la crisis, ha habido movi-
mientos hacia mayor liquidez como es natural dentro de la profunda
crisis, lo que ha estrechado aún más el otorgamiento de créditos. 87
En este rubro, en el último año, El Salvador experimentó un cre-
cimiento exiguo del 5% y un 6.5% en el 2012, mientras que sus ve-
cinos muestran un porcentaje del 20% o mayor. Lo que sí llama la
atención, es que el crecimiento del crédito en El Salvador se ha ca-
nalizado mayoritariamente a los créditos personales (consumo). Los
bancos están haciendo bien su tarea para sus accionistas, pero no es
lo que requiere el país para sustentar un crecimiento sostenido y que
al mismo tiempo presiona y aumenta la demanda de importaciones.
86
FMI-BM, (FSA 2010).
87
A septiembre 2012 la liquidez bancaria era 34.9%, cuando solo se requería un
17%. Los bancos están restringiendo el crédito y duplican su liquidez exigida. Otra
paradoja de los servicios financieros en la dolarización con crisis.
88
Fitch Ratings (2012).
98
Fitch también señala que El Salvador tiene el menor crecimiento en
sus depósitos en Centroamérica. El nivel de créditos otorgados toda-
vía no logra alcanzar el nivel de 2008. El estancamiento se mantiene.
99
III. Diagnóstico y situación
macroeconómica reciente
A. Marco analítico
89
Decreto 116, «Ley de Reorganización de la Banca Central de la Nación», Diario
Oficial, 20 de abril 1961.
101
Por lo tanto:
102
ahora el precio de equilibrio nada tuvo que ver con el precio fijado
por dicha ley. Desde otro ángulo, existen considerablemente más ra-
zones (inclusive la más obvia que una economía no puede quedarse
paralizada por once años) para estar seguros, que el precio del colón,
en el 2012, no es ¢8.75. De hecho, ese precio es ficticio y solo existió
para convertir, de un plumazo, las existencias de colones en circula-
ción y en depósitos en el sistema bancario a dólares.
90
Edwards y Magendzo (2003) nos dicen: «De hecho, la dolarización es un régi-
men monetario extremo en el cual el país tiene el tipo de cambio más fijo, y en el cual
la independencia del banco central de los políticos locales es completa —después de
todo, la política monetaria es totalmente delegada a extranjeros» (traducción libre).
103
millones en colones en la bóveda del BCR, valen más como papel re-
ciclable que como moneda. Lo interesante es que tanto la ciudadanía
como el mismo BCR, en sus bancos de estadísticas, sigue hablando
del precio del ¢8.75.
91
Cabe señalar que al utilizar este enfoque, el análisis macroeconómico pierde su
característica rigurosa como se ha desarrollado a nivel académico internacional.
Más bien, se podrían utilizar conjuntamente modelos de «economía regional» para
analizar la economía salvadoreña La Asociación Americana de Economía (AEA)
clasifica el tema «economía regional» y lo subdivide en categorías tales como: JEL:
R10 – General; JEL: R11 – Actividad económica regional: crecimiento, desarrollo
y cambios; JEL: R12 – Distribución espacial de actividades económicas y comercio
interregional; JEL: R13 – Equilibrio general; JEL: R14 – Patrón de uso de tierra;
JEL: R15 – Modelos insumo-producto y econométricos; JEL: R19 – Otros.
104
dolarización el tipo de cambio es un numerario igual a la unidad, un
buen sustituto es el concepto «términos de intercambio» (en forma
sencilla: (Exportables ÷ Pimportables) y, su mejor sucedáneo es la relación
(inflación interna / inflación externa). 92
92
Andrés Solimano (Beckerman y Solimano, 2002) sostiene que problemas como
la «apreciación real» que él llama «un concepto peculiar en una economía dolariza-
da» puede llevar a crisis que se desbordan al plano político y que pueden conducir a
abandonar regímenes cambiarios que parezcan irreversibles.
93
Sargent (2001). Existen ya algunos modelos sobre la dolarización, pero hasta
ahora los disponibles son poco prácticos y se limitan, basándose en supuestos he-
roicos, a hacer grandes generalizaciones. Véase, por ejemplo, Arellano y Heathcote
(2007) y uno un poco más realista es Izurieta (2002).
105
la fluctuación en el tipo (precio) de cambio. Al cerrar esta posibili-
dad, los precios en la economía pueden tomar procesos de ajuste con
mayor variabilidad y más tiempo que lo necesario. En la forma más
sencilla, se pueden dar ajustes de «telaraña» divergentes, induciendo
volatilidad en otros precios. 94 En esta dinámica, el tipo de cambio
nominal (en nuestro caso $1=¢8.75) se «mantiene fijo» por ley, pero
el «tipo de cambio real» es el que fluctúa y el que busca los nive-
les de equilibrio, En este proceso, la economía puede deteriorarse,
y con mayor razón, cuando el régimen cambiario es la dolarización.
En este régimen se carece de instrumentos de política económica o
de un subastador (banco central) para canalizar los ajustes hacia un
«creíble» equilibrio, a diferencia de un régimen cambiario fijo donde
el banco central es llamado a ser el «subastador» para garantizar el
«precio fijo». Pero, en una economía dolarizada, no hay subastador y,
peor, los agentes económicos se guían por un precio ficticio con poca
relación a los procesos productivos. En este mundo o mercado, los
desequilibrios son la norma.
94
Ezequiel (1938), Chiarella (1988).
95
También, representa un subsidio implícito favorable para los importadores y los
bancos y contra los exportadores y la población en general. Es por medio de este ca-
nal que los beneficios sociales se concentran y se distribuyen a sectores privilegiados.
106
blece que se puede rechazar la hipótesis nula que la media de la tasa
de crecimiento de la masa monetaria (M2 real) es la misma entre los
dos períodos 1994-2000 y 2001-2011 y por ende constituyen dos
universos diferentes: 96 Ello implica que la masa monetaria, el cir-
culante, el dinero, etc., tiene un marcado comportamiento diferente
cuando se dolariza. El signo positivo del valor «t» nos indica que el
crecimiento medio se redujo en la presente década.
Se podría estar hablando de millones de dólares. El hecho de que exista este subsidio
ha conducido a que los exportadores también exijan su subsidio: el «drawback».
96
Si se utiliza la variable M2 en términos nominales, los resultados son más ro-
bustos.
97
Keynes (1936) especificó que la tasa nominal es la adecuada. En nuestro caso se
incluye el diferencial con la tasa de interés de USA, como sucedánea del costo de
oportunidad y de la integración financiera.
107
2001-2011
LN(M2) = -1.4 + 1.05 LN(PIBR) - 0.07 (LNrUSA-LNrSV)
(t=3.2) (t=22.4) (t=2.81) (Reajustada=0.98; F=343.3)
1994-2000
LN(M2*) = -2.99 + 1.27 LN(PIBR*) - 2.5 (TasapasivaSV)
(t=0.6) (t=2.5) (t=1.4) (Reajustada=0.92; F=36.1)
(*Las series M2 y PIB {1994-2000} superan levemente el valor crítico
de KPSS al 10% en el período 1994-2000.)
98
La depreciación del dólar bien pudo incrementar la competitividad de la econo-
mía salvadoreña, pero ese posible beneficio fue limitado por la poca diversidad de
sus exportaciones.
108
Gráfica 22
Yen vs. dólar (1997-2012)
Gráfica 23
Euro vs. dólar (1997-2012)
109
hay nada que devaluar. 99 De hecho, la devaluación ha sido usada en
formas innumerables como un instrumento de política económica y,
cuando se ha utilizado apropiadamente, ha tenido éxito. 100 En este
aspecto, las autoridades no fueron exactamente transparentes. Ba-
sándose en un entorno politizado, fragmentado y caracterizado por
un promedio de escolaridad de sexto grado, se dijeron muchas cosas
que poco tienen que ver con la realidad. Prevaleció el mal aliento de
la ideología.
99
No existe diferencia entre $1 en manos de un residente de Ilobasco y un residente
en Chicago.
100
Choques externos, como aumentos en el precio del petróleo, puede obligar a un
país a devaluar. De lo contrario, el choque debe ser absorbido por medio de reduc-
ciones en los salarios nominales y en ajustes en los precios internos. Una recesión
puede ser inevitable si los mercados laborales o algún precio son rígidos.
101
Lichtenberg and Lieberman (1983) y Feigenbaum (1983).
110
salvadoreña, esta tendencia se agudiza por el flujo de remesas, y los
desequilibrios externos (cuenta comercial) e internos (cuenta fiscal)
que se han acumulado en el transcurso del período ya caótico de la
dolarización.
102
El límite al acervo o flujo de oro lo impone la madre naturaleza. Pero, el límite
al acervo monetario fiduciario dólar lo impone el FED de USA.
103
J.K. Galbraith (1975, p. 175) continua aseverando: «La oposición contra la po-
sición de Churchill la lideraba el mismo Keynes… Al regresar al patrón oro bajo la
vieja paridad, Inglaterra aceptaba la necesidad de una dolorosa depresión de precios
y salarios, acompañado de estancamiento y desempleo... Pero, Keynes impulsó su
caso con compasión y se preguntaba como Churchill, un hombre con una reputa-
ción de peso, podía hacer “algo tan tonto”» (traducción libre). Posteriormente, Chur-
chill aceptó que ese había sido uno de sus grandes errores pero le echo la culpa a
Montagu Norman, gobernador del Banco de Inglaterra.
111
actuales) y el banco de Wall Street J.P Morgan ofreció otros $100
millones. El error se magnificó con el hecho de que en el nuevo pa-
trón oro, este se valorizaba al precio que existía antes de la Primera
Guerra Mundial (US$4.87) cuando el precio real de 1925 rondaba
US$4.30-40 —un diferencial de un 11%. Las consecuencias fueron
una deflación que rondó un -10% y un estancamiento de varios años
que posiblemente aceleró el Gran Desplome de 1929 y que, a su vez,
recibió retroalimentación del mismo, agudizando aún más el estan-
camiento y recesión británicos. 104
104
Cualquier similitud con lo que actualmente pasa en Europa y en Estados Unidos
no son necesariamente coincidencia.
112
nos debe sorprender el estancamiento, la deflación y la reducción del
salario real en El Salvador desde el 2001, pero no al nivel que exigía
el precio fijado por la LIM. 105
105
En noviembre del 2012, el BCR anunció que la inflación para el año iba a ser
1%, bajando desde 5.1% en el 2011. El Diario de Hoy nos dice: «A pesar de la baja
inflación (medida por el Índice de Precios al Consumidor, IPC) algunos salvadore-
ños dicen no percibirla, como es el caso de María Granillo, comerciante del mercado
Central. Ella afirma que los diversos productos que vende han experimentado alzas.
“Yo vendo en el mercado Central y yo veo cuando suben los precios, y entre más días,
más suben las cosas”, señaló» (23 de noviembre, 2012).
113
1999 fue de tal magnitud que la inflación decreció ese año a niveles
negativos (-1.0). El mismo Gobierno había creado una recesión. Las
autoridades, en pánico, encubrieron la situación. Se crearon nuevos
índices de producción nacional que no registraran la trayectoria pro-
ductiva a un nivel negativo (por ejemplo, el IVAE fue ajustado). 106
Para esconder la caída estrepitosa en la inversión, el BCR optó por
contabilizar la importación de vehículos en «importación de bienes
de capital». 107 (Tal vez por esta razón, en este estudio se ha hecho
imposible estimar, analizar y modelar la trayectoria de las importa-
ciones de los bienes de capital.)
106
«Banco Central destruía documentos internos cuando estos cumplían cinco
años. Los memorandos internos que puedan registrar criterios o influencias en las
decisiones del Banco Central de Reserva se destruyen cuando cumplen cinco años.
Eso, gracias a una decisión que ya hizo que se pierdan documentos sobre el escán-
dalo FINSEPRO-INSEPRO y la dolarización. El BCR ha decidido revertir esa
política». El Faro, Periódico Digital, 14 de noviembre del 2010.
107
Con la anuencia del FMI, que también lo ha aprobado en otros países.
108
José A. Quirós B. (expresidente COEXPORT) nos señala: «Del año 94-99 los
importadores no pagaron 75,944 millones de colones y los exportadores dejaron de
114
de cambio a un sobrevaluado ¢8.75, se repetía el desacertado proceso
de Inglaterra en 1925. Desde un principio, el BCR tenía la batalla
perdida. Y, con la Ley LIM, el país perdía su empuje y sus perspec-
tivas de crecimiento. Se incentivaba y subsidiaba a los bancos y a los
importadores, y se castigaba a los exportadores y a los empresarios
locales y trabajadores. Dentro de este enredo y dificultad, el Gobier-
no sostenía que estimular las exportaciones era uno de sus pilares de
política económica, pero sus acciones hacían todo lo contrario.
115
bierno había perdido su habitual mayoría en la Asamblea Legisla-
tiva. Como un disparo en la oscuridad, se decidió dolarizar al país.
El Salvador se despertó un día de enero del 2001 y conoció a Mr.
Hume.
110
Hume (1752) y Cantillon (1755).
111
Solimano en Beckerman y Solimano (2002).
116
24. En este contexto, el sistema Hume se autorregula y no nece-
sita ni de un banco central ni de un Estado que lo guíe o le estorbe.
Así vemos:
117
26. Lo interesante del modelo clásico es que los mercados reales
y monetarios son prácticamente independientes entre sí y existe una
perfecta dicotomía. 112 El dinero es más que todo un «velo» y no es
de mayor consecuencia para la producción. 113 Dicho supuesto no es
difícil de aceptar en este mundo clásico o de la «dolarización», pues
son los bancos privados los que determinan la oferta de dinero y
la tasa de interés. No existe ni es necesario un banco central ni su
«engorrosa» política monetaria. Además, con una cuenta de capital
abierta, los bancos pueden mover flujos financieros («oro») a sus an-
chas sin ningún impedimento.
27. En este modelo, son los bancos privados los que exclusiva-
mente pueden y deben controlar la oferta monetaria. En términos de
eficiencia de mercado, se recalca la estructura oligopólica del sector
bancario en El Salvador y como dicha estructura facilita el manejo
de la oferta monetaria con su correspondiente tasa de interés que
determina que su ingreso marginal no sea igual al ingreso medio, ge-
nerando rentas cuasi económicas en este sector. 114 En esta situación,
se raciona el crédito y, por ende, la oferta monetaria pero a un nivel
superior en las tasas de interés. El resultado neto es una contracción
adicional en la demanda agregada y el afianzamiento del estanca-
miento económico.
112
Patinkin (1949) nos dice que la dicotomía entre el sector real y el monetario es
falsa. Cuando el empresario produce y establece su precio de venta, también estable-
ce cuánto dinero demandará y sí es posible lograrlo. He aquí otra razón por medio
de la cual la disminución en la tasa de crecimiento de la masa monetaria afecta al
sector real.
113
Sin embargo, Francisco de Quevedo escribió «poderoso caballero es Don Di-
nero».
114
Como se señaló anteriormente, en septiembre del 2012, los cinco bancos más
grandes poseían el 80% de la cartera de préstamos del sistema bancario. Un estima-
do del índice de concentración (Índice Herfindahl) es 1540, indicando concentra-
ción moderada. Sin embargo, de ese índice, 1467 corresponden a los cinco bancos
más grandes.
118
28. La oferta monetaria («la maquinita de hacer dinero») es-
tablecida por los bancos privados sin ningún impedimento (pesa-
do y torpe) regulatorio establece su equilibrio cuando encuentra un
punto coincidente con la demanda monetaria (estimada economé-
tricamente con anterioridad en nuestra sección sector monetario-
financiero). Lo que debe quedar claro es que cada punto en el plano
bidimensional de la curva de oferta (o demanda) corresponde a un
nivel exacto de cantidad monetaria (dinero) y precio monetario (tasa
de interés) simultáneamente. En otras palabras, cada nivel de dinero
ofertado por los bancos tiene una tasa de interés correspondiente, las
cuales se determinan simultáneamente. 115 Por su parte, la demanda
establece el valor de equilibrio, pero esto sucede dentro del perfil de
oferta de los bancos, en el cual ya está determinado el punto donde
se maximizan las utilidades (y simultáneamente se minimizan los
costos), de acuerdo a una aproximada condición Kuhn-Tucker, de-
rivando en un equilibrio Nash que permite una cierta competencia
«monopolística». 116 Bajo esta visión, también se explica el raciona-
miento del crédito que parece es un hecho común en el país.
115
En su forma más sencilla, el Teorema del Punto Fijo de Kakutani (elaborado
por el Nobel Debreu 1959) puede ser utilizado, en su forma más amplia, para de-
mostrar la existencia de ese punto en el plano bidimensional que aquí utilizamos.
Veamos: Dejar que 𝛗: S∣ ∣−> S sea una correspondencia superior semicontinua de
un conjunto convexo, compacto y no-vacío S∣−❏Rn en sí mismo de tal forma que
para todas x ∣−❏ S, el conjunto 𝛗(x) es convexo, y no-vacío, entonces 𝛗(.) tiene un
punto fijo, (i.e. hay una x* donde x* ∣−❏(x*)).
=- ^1 - u q h E1
p - MC q0
116
Kuhn y Tucker (1951). Donde p y en el caso
de una empresa competitiva se reduce al índice Lerner a cero y en un caso
p - MC
=- E1
monopólico se reduce a p . En el contexto bancario salvado-
reño, el precio (tasa de interés) tendrá estos dos límites, aproximándose al segundo.
119
29. El mercado monetario, a su vez, es equilibrado por la tasa
de interés, la cual no juega papel alguno en el sector real en el mo-
delo clásico. Este precio equilibra la oferta (ahorro) con la demanda
(inversión) de fondos prestables. A modo comparativo se presentan
a continuación en el cuadro 15 las tasas reales pasivas (180 días)
y activas (más de un año). Nótese que en seis años de los once, la
tasa pasiva real ha sido negativa (en el sentido Fisher) por lo que no
debería sorprender el bajo nivel de ahorro que tiene el país. Nótese,
también, que el spread más grande ocurre en los últimos tres años,
durante la crisis actual. 117 A grandes rasgos, el promedio aritmético
del spread real durante el período fue de 5.5% y el móvil (3 períodos)
fue de 5.3%. 118 En el período 1995-1998 el spread nominal fluctuó
entre 4% y 5%. 119Ante este comportamiento uno esperaría mayor
protagonismo de la Superintendencia del Sistema Financiero y la
Superintendencia de Competencia.
Cuadro 15
Tasa de interés real (2001-2011)
117
L.R. Cáceres comenta que: «El aumento del spread es inusitado y pone en claro
la ausencia de competencia», según la evidencia presentada por Barajas, et al (1999).
118
Se enfatiza que un spread de 5.5% en una cartera de $5,558 millones (2001) es
muy diferente al mismo spread en una cartera de $8,706 millones (2011). Sencilla-
mente, la diferencia es casi $174 millones.
119
Acevedo y Magaña (2000).
120
30. Si bien es cierto que la tasa de interés descendió al comenzar
el período de la dolarización, el spread nominal promedio durante la
dolarización fue de 5.51% y en el período 1995-2000 fue de 3.85%.
El cambio en el diferencial entre los períodos es muy significativo
bajo cualquier criterio:
121
de la Teoría Cuantitativa. 120 Así, la dicotomía entre el sector real y
el sector monetario que presenta el modelo clásico es conveniente y
relativamente apropiado para nuestro análisis de la dolarización.
120
Bordo y Jonung (1987).
121
Jameson (2003).
122
El país hubiera tenido éxito con cualquier régimen cambiario. Sin
embargo, dolarización era el régimen menos apropiado para el país
aunque el más apropiado para grupos interesados rentistas. Veamos.
123
37. Las remesas, que en un principio jugaron un papel impor-
tante para suavizar los embates de la balanza comercial, ahora con la
crisis internacional, ya no son suficientes. Lo mismo se puede decir
con respecto a la variable «tasa de migración neta», la cual ha aumen-
tado, pero aun así no es suficiente. Pareciera que lo mismo que le pasa
a Japón, El Salvador está sufriendo de una esclerosis paralizante, que
lo mantiene en un permanente estancamiento debido a una decisión
irracional, cristalizada en una ley, de dolarizar y, así, mantener la de-
manda agregada deprimida.
38. Al igual que la cuenta corriente, la serie del déficit fiscal tie-
ne el mismo comportamiento, aunque los valores «t» son más signi-
ficativos para el déficit fiscal. La prueba KPSS (1990-2011) rechaza
que la serie sea estacionaria (testimado 0.725 > tcrítico 0.699 --99%). Por
su parte, las pruebas «t», que el déficit fiscal en los períodos 1990-
2000 y 2001-2011 son dos poblaciones diferentes son significativas
al 99%.
124
40. La literatura económica reconoce los déficits externos e in-
ternos como los «déficit gemelos». 122 Se les llama de esta forma, pues
ambos tienden a tener el mismo comportamiento o propensión. En
la gráfica 23 se observa dicho comportamiento. El efecto remesa
tiende a aminorar dicha relación, pero a la vez creando otros proble-
mas. No obstante, la tendencia se mantiene.
122
Vernengo y Bradbury (2011).
123
Asocio Para el Crecimiento (2011).
125
Gráfica 23
Brecha interna y externa
126
en el período de la dolarización ha tenido una tendencia a crecer. 124
Otro ángulo es ver al déficit externo como la importación de ahorro
externo, es decir, endeudamiento. En el mismo período, El Salvador
ha caído ya en el espiral acelerado del endeudamiento externo, como
vimos anteriormente. Ello indica la necesidad de una reforma tribu-
taria, inclusive de un «pacto fiscal».
124
Los partidarios hayekianos señalan que este problema es una cuestión contable
y de poca envergadura. Lo que hay que señalar es que los desequilibrios tienen que
ajustarse y el único ajuste que ha tenido El Salvador es por medio del endeudamien-
to acelerado. Tal vez una bola de cristal nos diga cómo hacerlo de otra manera y con
métodos disponibles.
127
Gráfica 24
El Salvador: exportaciones netas
45. No se puede dejar pasar por alto otra tendencia que es pa-
ralela a la tendencia del deterioro del sector externo. Parte del Con-
senso de Washington incluía la apertura comercial, sostenida por
reducciones en los aranceles y en un proceso de acuerdos de Tratados
de Libre Comercio (TLC). Dentro de este ramo, se destaca que la
apertura comercial del país se incrementó de 67.5% en 2001 a 73.6
en el 2008. 125 La apertura seguía su propia dinámica en la misma
medida que las exportaciones perdían dinamismo y las importacio-
nes, tal vez propulsadas por las remesas, se incrementaban a niveles
históricos. 126 El arancel máximo en 1988 era 220%, en 1994 se había
reducido a 20% y ya para 1999 se colocaba en 15% (bienes finales).
125
Lazo (2010).
126
Cáceres y Saca (2006).
128
1998 y 2007, que fue cuando se privatizaron los activos estatales y
2007 cuando la banca local fue comprada por bancos extranjeros.
Un intercambio de activos no necesariamente implica aumento en
capacidad productiva y más bien, como con las privatizaciones de
activos públicos, puede servir para encubrir temporalmente el déficit
fiscal. 127
Gráfica 25
Inversión extranjera directa (1990-2011 millones $)
127
Entre 1998 y 2004, el Estado salvadoreño tuvo ingresos de $1,221.3 millones
por las privatizaciones. No existen registros de las auditorías del uso de estos fondos
y se puede especular que se utilizaron para cubrir los déficits fiscales.
128
Una prueba «t» nos daría mayor probabilidad para no rechazar la hipótesis nula.
En este caso tcrítico = ± 2.6.
129
NO se rechaza hipótesis nula de que la inversión extranjera
directa sea del mismo universo en los períodos 1990-2000 y
2001-2011.
129
El valor estimado de “z” fue de -1.68 inferior al ±1.96. Es posible que los altos
valores de los años 1998 y 2007 afecten los resultados por lo que se hizo la misma
prueba eliminando estas dos observaciones. El valor «z» obtenido es de -3.43 su-
perior al ±2.17 y se rechaza la hipótesis nula que las dos muestras son de la misma
población. En este tipo de pruebas, se debe recurrir a diferentes métodos, inclusive
el método del «counter factual». Para una futura investigación, el «counter factual»:
¿Se hubiera dolarizado el país si los bancos comerciales no se hubieran podido ven-
der a extranjeros (digamos, la Constitución lo impedía)?
130
50. Si El Salvador tuviera un «tipo de cambio», si participara
en algún mercado de divisas donde el colón se comprara y vendiera,
su moneda se hubiera devaluado hace ya un buen tiempo. Pero, para
padecer de los efectos reales de una devaluación, no se necesita tener
una ley que fije el tipo de cambio nominal. La economía se ajusta
a su manera y ninguna ley aprobada por legislatura alguna, mucho
menos la LIM, lo impide. El ajuste que se da en El salvador es el que
estamos viviendo, nos guste o no nos guste. En la siguiente sección
C, veremos cómo se ajusta una economía en la ausencia de un tipo
de cambio, i.e. cuando está dolarizada y el tipo de cambio es 1 x 1.
C. Dolarización y crecimiento
130
«A nivel macroeconómico resulta evidente que, aunque todos aceptamos que el
dinero juega un papel fundamental en la creación, propagación y eventual conten-
ción de los ciclos económicos, los mecanismos mediante los cuales dichos impactos
se producen y la magnitud relativa de éstos continúan siendo evaluados sistemática-
mente. En este contexto, el análisis de la demanda de dinero y su estimación cons-
tituyen una herramienta fundamental para la toma de decisiones de la autoridad
monetaria» (Mies y Soto, 2000).
131
dinero y no por medio del trueque de otros bienes. Cuando existe un
mercado de divisas, el vínculo entre el sector real y el sector mone-
tario lo afianza la existencia de un banco central. En caso contrario,
el vínculo lo representa exclusivamente la banca privada por medio
de los procesos de creación y destrucción de dinero y de créditos.
El vínculo, y la rapidez del ajuste, con el sector real estará sujeto a
diferentes variables entre las cuales sobresalen las consideraciones de
rentabilidad de los entes bancarios. Cada punto en el perfil de oferta
monetaria representa un punto de maximización de utilidades para
los bancos y la demanda monetaria solo establecerá cuál de todos
dichos puntos será el de equilibrio —punto fijo— (de la tasa de inte-
rés). Para cada punto en la curva de oferta en el plano bidimensional,
los bancos ya tienen un cálculo de ganancia esperada.
131
El economista Roberto Rivera Campos, exjefe de Economía de la UCA, ex-
director de FUSADES y con un PhD en mano, dijo en una entrevista televisiva
(«Debate» con Nacho Castillo) que la dolarización no tenía nada que ver con el
crecimiento por ser «un acuerdo monetario».
132
siguen viviendo en el mundo simplista del modelo clásico. 132 Es este
mundo —el clásico— el más conveniente para estar dolarizado.
132
La visión moderna clásica —llamémosla neoclásica o, inclusive neo neoclá-
sica— se confía de los mercados que suponen son permanente y eternamente efi-
cientes. Sus modelos de economía enfocan y se basan en Funciones de Producción
Cobb-Douglas con retornos constantes de escala en las cuales cada quien recibe su
producto marginal y sin pensar miden el capital con variables que ni determinadas
ni matemáticamente identificadas están. Al no estar identificadas, el modelo (ecua-
ciones simultaneas) está sin determinarse. Por ejemplo, para medir el «capital» se
utiliza la tasa de interés, y la variable «capital» a su vez determina la tasa de interés.
Este problema lleva a la situación matemáticamente ilógica que la tasa de interés
puede determinar la cantidad de «capital» en más de un punto en el plano bidimen-
sional («switching») (Harcourt, 1972).
133
56. La elasticidad-ingreso de la demanda de dinero (medida an-
teriormente en 1.05) no es significativamente diferente a «1» en el
período de la dolarización, pero sí lo es en el período predolarización
(1994-2000), siendo estimado en 1.27. La reducción en la elastici-
dad-ingreso entre ambas muestras nos indica, a grandes rasgos, el
por qué la variable M2/PIB («grado de monetización») ha declinado
persistentemente casi cada año en el período de la dolarización. En
síntesis, posiblemente más plausible, es que la dolarización con su
«camisa de fuerza» ha constreñido la demanda agregada, a tal grado
que solo la inflación ha quedado como variable «saludable» en el
plano económico del país.
Cuadro 16
Tasa de crecimiento monetario CA 2001-2011
El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua Costa Rica
M2 M2 M2 M1 M3
4.3% 10.3% 13.1 20.1% 18.1%
134
59. El crecimiento de la masa monetaria entre los dos perío-
dos también indica que, en el actual, la tasa es inferior. Esta nueva
variable (serie) definida como la tasa de crecimiento anual M2 fue
examinada a la luz de las dos muestras (1994-2000) y (2001-2011).
El estadístico «t» estableció que las dos muestras pertenecen a pobla-
ciones diferentes (anexo 5). Las estadísticas descriptivas demuestran
que en el período de la dolarización se ha experimentado una desace-
leración en esta variable.
61. Si bien es cierto que los bancos han hecho uso y posible
abuso intenso del financiamiento externo, los bancos, minimizando
riesgos, no necesariamente han buscado una estrategia de aumentar
más que proporcionalmente su cartera. Posiblemente, se han confor-
mado con las ganancias de arbitraje de las tasas de interés y con los
préstamos a corto plazo al sector público que acarrean menor ries-
go. Por su parte, el drástico cambio en la estructura de sus carteras,
favoreciendo los créditos al consumo y vivienda, posiblemente han
constituido uno de los obstáculos para reactivar los préstamos a los
sectores privados y productivos. 133 Este obstáculo es el que nos vin-
cula al sector bancario-monetario con el sector real.
133
Jorge L. Daly (diciembre 2012) comenta que «se debe, en parte, a que el crédito
a estos dos sectores es menos riesgoso (el crédito de consumo se paga directamente
mediante descuento de planilla, mientras que la casa es un colateral) y mucho, mu-
cho más rentable (el crédito de consumo conlleva tasas altísimas)».
135
62. A continuación en el cuadro 17 se presenta una correlación
Pearson entre las dos variables tasa de crecimiento monetario (M2)
y tasa de crecimiento del sector real (γ). Nótese que en el período
2001-2011, la correlación es un increíble +0.98, casi una perfecta re-
lación lineal, y muy cerca al valor «1» postulado por el modelo clásico.
En el período predolarización la correlación es una baja o moderada
+0.36. La correlación no necesariamente implica causalidad. No obs-
tante, los valores obtenidos no son sorprendentes ni ajenos a lo que
hemos argumentado.
Cuadro 17
Correlación Pearson entre crecimiento de masa monetaria (M2) y
tasa de crecimiento real
1994-2000 2001-2011 2001-2008 (Precrisis)
0.36 0.98 0.73
136
65. Se ha establecido que los períodos 1994-2000 y 2001-2011
son universos diferentes en lo que respecta al crecimiento de la masa
monetaria y al crecimiento real. Existen otros factores que bien pue-
den explicar el comportamiento disímil, aparte de la dolarización.
Un factor que se podría considerar es el cambio estructural de la
entrada en vigencia de los TLC pero estos inician cerca del 2007.
137
67. No obstante, la tasa de crecimiento de M2 en El Salvador
durante la dolarización ha sido aún menor que la de USA (4.31% <
6.36%) como se observa en el cuadro 18 y gráfica 26, confirmando
en cierto modo lo que muchos estudiosos han dicho: que El Salvador
es subordinado por la política monetaria de USA. 134 Pero, de acuerdo
a las cifras, pareciera que la «camisa de fuerza» de la dolarización es
aún más restrictiva de lo que se puede haber pensado y la política
monetaria de USA solo establece el camino a seguir. 135
Cuadro 18
Crecimiento M2 El Salvador y USA
1993-2011 1993-2000 2001-2011
El Salvador 8.11% 14.09% 4.31%
USA 5.63% 4.63% 6.36%
Gráfica 26
Masa monetaria 2 (Logarítmica) El Salvador y USA (1993-2011)
134
La serie M2-USA no es estacionaria (KPSS: 0.81>0.61; 99%) al igual que M2-
El Salvador (95%). Se hace imperativo utilizar tasas de crecimiento.
135
El modelo aplicado de la dolarización se asemeja a la región CFA, vale decir, al
régimen monetario que Francia mantenía hasta hace muy poco con países de África
Occidental – Gabón, Costa de Marfil, Senegal, Togo, etc. Ni pan producían porque
era más barato importar el baguette desde Francia.
138
68. La misma prueba hecha para la tasa de interés pasiva (180
días) arroja estadísticas más contundentes: «z» (-1.96 < -0.45 < 1.96).
La banca comercial en El Salvador no se diferencia de la estadouni-
dense en lo que respecta a los intereses que pagan por los depósitos.
Es posible que la banca local acepte el liderazgo de la banca esta-
dounidense ya que podría ser muy fácil trasladar ahorros a Estados
Unidos si se da un diferencial mínimamente significativo que cubra
los costos de transferencia. De hecho, la correlación entre las dos va-
riables es 0.42. Se podría especular que la banca local acepta también
la estructura de USA como un parámetro pero, dada la característica
de un mercado cautivo (remesas, etc.), establece su propia estructura
en función de sus consideraciones de rentabilidad.
139
Cuadro 19
Correlación entre inflación y tasa de interés en ESA y USA
2001- Pasiva El Pasiva Activa El Prime Inflación Inflación
2011 Salvador USA Salvador USA SV USA
Pasiva 1
SV
pasiva 0.42 1
USA
Activa -0.29 -0.58 1
SV
Prime -0.12 0.29 0.25 1
USA
Inflación 0.66 -0.05 0.33 0.29 1
SV
Inflación -0.05 -0.38 0.82 0.34 0.51 1
USA
PRO- 3.77% 3.48% 9.27% 4.98% 3.52% 2.45%
MEDIO
Anual
140
71. En este sentido, los bancos mantienen y guardan su capaci-
dad en el proceso de crear, o destruir, dinero. Por ejemplo, en medio
de la crisis, 2009-2010, los bancos redujeron su cartera de préstamos
por más de $700-900 millones, y dado un multiplicador bancario de
3-4, se eliminó como mínimo $2,100 millones de dinero. El ajuste de
la cartera significó un golpe adicional a una economía que ya sufría
una recesión. La contracción en crédito (y dinero) fue acompañado
por aumentos en la tasa de interés. Este es solo un costo de no tener
un banco central, i.e. estar dolarizado. La maquinita de hacer dinero,
ahora en manos de los bancos privados, está haciendo estragos en la
economía nacional.
141
Gráfica 27
Tasa de crecimiento real: El Salvador y USA (2001-2011)
142
pero Estados Unidos supera a El Salvador en ambas. He aquí la clave
para entender el estancamiento de El Salvador.
1) A
juste en el modelo clásico-dolarización: cambios en la
Demanda Agregada
143
manda Monetaria (o inversión o en exportaciones netas) o la econo-
mía se dolariza. Esto causa que la curva DA cambie a DA1. Nótese
que en el corto plazo, el PIB tiende a disminuir y el nivel de precios
se mantiene constante.
144
81. Los cambios comienzan en el mercado laboral. Como la
DA ha bajado, hay menor demanda de trabajadores y la curva en
este mercado se cambia hacia abajo (de 1 a 2). Como hay menor De-
manda Agregada, y por ende menos ventas, las empresas demandan
menos trabajadores. Aparece el desempleo y/o el subempleo. El des-
empleo es representado por la brecha entre los dos puntos marcados
(A y B). Con la existencia de la brecha, el salario real tiene que bajar
para lograr el equilibrio. Nótese que en el nuevo equilibrio tanto el
salario como el nivel de empleo han bajado.
145
al igual que el nivel de precios. En este sentido, el modelo clásico, al
igual que la dolarización, prescribe un Estado o Gobierno neutral ya
que cualquier acción de su parte no necesariamente afecta al sector
real y solo es afectado el nivel de precios. Por su parte, si el cambio
hubiera sido un aumento en la demanda agregada, el resultado hu-
biera sido una inflación.
146
85. Existen varias explicaciones para interpretar el por qué la
economía no regresa al viejo y superior nivel del PIB. Una inter-
pretación es que la tasa activa de El Salvador no pertenece a la mis-
ma población que la tasa activa de USA (véase anexo 9 de hipótesis
nulas), mientras que la tasa pasiva sí pertenece. En este sentido, los
bancos locales pueden tomar acciones propias e independientes con
relación a las tasas activas. El circuito económico-financiero lo rom-
pe el comportamiento oligopolista (con un mercado cautivo de cré-
ditos) de los bancos comerciales, los cuales no inyectan esa liquidez
de regreso a la economía. Se podría hacer que los bancos actúen en
forma competitiva o se podría imponer un impuesto que capture las
ganancias rentistas de los bancos y utilizar esos ingresos para inver-
sión pública, lo que forzaría a inyectar esos fondos monetarios de
regreso a la economía y, de esta forma, regresar al nivel anterior del
PIB.
2) El modelo Thirlwall
147
crecimiento en El Salvador recae sobre las aspectos de una deman-
da interna constreñida que favorece a las importaciones ya que la
demanda externa (χ: exportaciones) nos proporciona un valor en el
crecimiento real estimado superior al real. Se puede especular, sin
embargo, que un problema igual radica en el comportamiento de
productividades internas. Estos aspectos son elaborados con mayor
profundidad por Alfaro, et al, (2008).
148
Cuadro 20
Estimaciones modelo Thirlwall
Alfaro et al, Pacheco y CEPAL Glower
(1989-2007) Thirlwall (1980-2004) 2001-2011
(1977-2002)
χ 5.03 n.d. 6.8
π 2.42 2.47 2.32 2.5
γ* 2.04 2.26 2.7
Y 1.66 2.05 1.9
Desviación (Y* - Y) -0.38 -0.21 0.8
χ : Tasa de crecimiento promedio anual de las exportaciones
π : Elasticidad ingreso de las importaciones
γ* : Tasa de crecimiento real potencial para mantener balanza de pagos en
equilibrio
Y : Tasa de crecimiento real
149
IV. Perspectivas y opciones de política
económica
E
1. l 24 de septiembre de 2009, el Fondo Monetario Interna-
cional (FMI) anunció que se había logrado un Acuerdo precautorio
de $800 millones de dólares con el nuevo Gobierno del presiden-
te Mauricio Funes. El FMI informó que «el principal objetivo del
nuevo programa es asegurar la sostenibilidad fiscal y financiera bajo
un régimen dolarizado…» y, como es costumbre, felicitó al nuevo
Gobierno por realizar en forma excelente su nueva gestión. Como
veremos, este tipo de comentario solo indica la distancia entre lo que
se desea y lo que es la realidad.
151
sobre liquidez neta (como resultado de la misma recesión que sufre el
país), sí han mostrado vulnerabilidad desde el 2006 por su exposición
externa y el mismo FMI muestra su preocupación.
152
5. Además de ingresar a las filas del FMI y antes de comen-
zar a implantar el Acuerdo, la economía de El Salvador ha seguido
mostrando debilidades insoslayables y recesivas. Es preocupante que
mientras otros países usan la política monetaria para suavizar y redu-
cir las tasas de interés, en el país estas han mostrado una tendencia
alarmante hacia arriba en el 2009-10, subiendo dos puntos porcen-
tuales en medio de la crisis. El gobierno, sin un banco central y sin
política monetaria, se ha conformado con ser un espectador más ante
esa tendencia peligrosa que más sujeta a la economía y constriñe la
demanda agregada y la misma reactivación que todos piden.
136
El BID ya anunció que «donará» $60 millones para el «Asocio para el Creci-
miento» que nadie sabe ni qué es.
153
8. Un dicho popular reza que «no se le pueden pedir peras al
olmo». Lo mismo sucede con la política económica. El diseño de
política económica que sostiene a la dolarización prohíbe utilizar
los instrumentos tradicionales de política económica, neutralizando
la política monetaria y la tijera gemela con la política fiscal. Así, la
dolarización es un esquema exclusivo para el modelo (neo) clásico
del Siglo XIX. No obstante, el actual Gobierno del cambio está in-
curriendo en costos muy altos al tratar de establecer objetivos eco-
nómicos incongruentes con el esquema de la dolarización, como el
mantenimiento de algunos subsidios. Así como el olmo no dará pe-
ras a pesar de que se le abone abundantemente, o se le cambie la
tierra todos los días, la política económica de un Gobierno que no
sea coherente con el esquema en práctica, estará abonando equivoca-
damente, malgastando recursos escasos o consiguiéndolos a precios
más onerosos. Este costo, inclusive de su costo de oportunidad, debe
ser incluido en el cálculo del costo de mantener la dolarización.
154
10. La fijación del tipo de cambio por la ley LIM tiene tanto sen-
tido como que se fijaran las tasas de interés para toda la economía.
Sin embargo, en la Asamblea existe un anteproyecto de Ley para
restringir las tasas de interés en las tarjetas de crédito a un exagerado
36% anual. Los banqueros se quejan que esta ley excluiría al 55% de
las tarjetas habientes existentes. 137 En eso tendrán razón los banque-
ros pero no dicen nada con relación a los que se excluyen con la ley
LIM que fija el tipo de cambio: los desempleados.
137
«La propuesta busca ponerle un techo a las tasas de interés por créditos, regular
las comisiones por préstamos y fijar un factor de riesgo. También se propone en la
ley una tasa máxima del 36% de interés anual. Según el sector financiero, esto afec-
taría a unas 370,000 tarjetas, de aproximadamente 650,000 emitidas», La Prensa
Gráfica, 4 de octubre del 2012.
155
la cual se acepta como algo natural o algo irrelevante para enmarcar
y diagnosticar los problemas que vive el país.
156
15. Mientras tanto, El Salvador se da el disparatado lujo de te-
ner una moneda cara para el salvadoreño medio pero depreciada por
los países que son los motores económicos mundiales en esta crisis
internacional que se vive. Su deuda pública es impagable aun al nivel
de tasas de interés existentes que ya no pueden bajar más. El servicio
de la deuda pública de El Salvador absorbe un 30% del presupuesto
público, dejando solo pellejos para la inversión social. Un leve au-
mento en las tasas de interés mundiales, por cualquier razón, llevaría
al país a una inmediata bancarrota.
17. Contemos una historia sobre uno de los mitos más perver-
sos que sostienen al concepto «dinero» en la época moderna. Para
elaborarlo se podría utilizar un prototipo que todos los salvadoreños
tenemos frente a nuestras narices: la dolarización. Veamos.
157
nían la increíble y estrambótica suma de $3,600 millones en nuevos
depósitos en dólares. El Banco Central de Reserva de El Salvador
apenas tenía unos míseros $1,900 millones en reservas en dólares.
¿Cómo se crearon tantos dólares de la nada?
19. Como por obra de magia, en los últimos dos milenios los
conceptos oro, moneda, billete y dinero han llegado a subsumirse
como equivalentes y sinónimos. De hecho, cuando fue creado el dó-
lar estadounidense en 1913-4, este notificaba que el billete podía ser
redimido en oro por el portador. Si alguien lo quiere redimir ahora,
solo recibe otro billete (papel) igual. Las normas financieras estado-
unidense para cancelar deuda no diferencian entre oro, dinero (de-
nario) y dólar. Este es el mundo de la moneda fiduciaria, que la crea
un banco central. En nuestro caso, la moneda la crea otro país que
ningún interés tiene en la sostenibilidad de la economía salvadoreña.
158
déficit público y de crecimiento económico, que la brecha externa
sigue creciendo, que el FMI ha suspendido el Acuerdo, y que todo
esto ocurre dentro de un ambiente deflacionario en los bienes críti-
cos, ¿qué podemos vaticinar del futuro de la dolarización?
1) Perspectivas
159
el techo de crecimiento económico salvadoreño lo impone
el crecimiento de Estados Unidos y el estimado Thirlwall.
Estos datos indican que El Salvador crecerá anémicamente
mientras mantenga la dolarización.
160
ponderán: la inversión exige ganancias las cuales son limi-
tadas por la demanda comprimida. La inversión continuará
a paso lento y por debajo de su trayectoria histórica que de
hecho ya era muy baja.
23. Por último, el país emisor del dólar nunca sacrificaría sus
intereses como Nación para ayudar a El Salvador y tan pronto se
inicie la recuperación mundial, las tasas de interés simultáneamente
se alzarán. El Salvador no está preparado para ese momento y mucho
menos los gobiernos de turno han preparado un plan contingente
161
para enfrentar ese inevitable instante. ¿Qué hará El Salvador? Solo
tiene una opción: desdolarizar.
138
Esta sección retoma algunos elementos de mi libro. Glower (2010).
162
desdolarizar no se resolverán los problemas que enfrenta el país y lo
único que se podría esperar es que se le permita al Gobierno mayor
margen de acción, como también mayores y mejores opciones en
su menú de posibilidades. En este sentido, se propone un plan de
desdolarización que se reconoce desde un principio como un camino
resbaladizo, con aristas y obstáculos de todo tipo, inclusive los políti-
cos que podrán ser los más dificultosos. Sin embargo, el agnosticismo
relativo, como virtud, no se debe de perder de vista.
163
casas matrices en el extranjero. Aunque es imperativo que se respeten
las utilidades bancarias y de otros inversionistas extranjeros, se ten-
dría que llegar a un entendimiento de repatriación escalonada basado
en la soberanía nacional. En consonancia, el banco central persua-
diría a los intermediarios financieros locales a que envíen al banco
central el efectivo en moneda extranjera en sus arcas, recibiendo el
mismo valor en moneda nacional. Se incluiría también que las reser-
vas de liquidez se conviertan en encajes legales, propiedad del BCR,
y que los bancos comerciales reciban la nueva moneda a cambio.
139
Por ejemplo Jorge Sol P. arguye que «para estimular la demanda de la nueva
moneda nacional debe normarse por Ley que todos los impuestos deben pagarse en
la nueva moneda, y el gasto del Sector Público debe hacerse por igual. Para pagos al
exterior deberán comprar al BCR las divisas».
164
vis a vis el dólar es irrelevante, pero en aras de mantener la sencillez,
se podría establecer una paridad del 1x1 en un inicio y que tenga
la flexibilidad necesaria para establecer precios más acertados en la
medida que los mismos mercados se ajusten y se obtenga el tipo de
cambio nominal de mercado. A su vez, la paridad podría resultar
de una canasta de monedas que podría ser ponderada por los nexos
comerciales con sus mayores socios. O, se podría establecer la misma
paridad y ponderarla por las tres grandes monedas (US dólar, euro
y yen). Esta última opción podría ser la adecuada, ya que las tres
grandes monedas fluctúan simultáneamente, imprimiendo menor
variabilidad estadística a la moneda nacional. En un inicio, la ges-
tión monetaria buscaría asegurar estabilidad financiera y la oportuna
restauración de la competitividad económica nacional perdida por
la dolarización y su consecuente apreciación real. En una segunda
etapa, la gestión monetaria debería apuntar directamente a sostener
la competitividad nacional, apoyando en particular los esfuerzos di-
rectos de otros entes gubernamentales que tiendan a reducir costos,
y flexibilizar variables claves reales como el salario real y su forta-
lecimiento productivo, como también ampliar las capacidades que
tiendan a darle sostenibilidad a la reactivación económica. Sin em-
bargo, se debe mantener la estabilidad macroeconómica manejando
apropiadamente los riesgos de la nueva moneda. La introducción
de una nueva moneda tiene impactos al corto y largo plazo. Pero se
recalca que su introducción debe ser procedida por medidas fiscales
congruentes.
165
en la etapa inicial para prevenir la erosión adicional de la competi-
tividad. Medidas tributarias y de gastos, que toman un tiempo más
largo para poner en práctica, pueden ser empleadas en una segunda
etapa para reforzar la economía y la competitividad a nivel micro.
Además, en este período se puede tomar la oportunidad permitida
por la calma en actividad regional para colocar a su sector financiero
para la siguiente onda de crecimiento regional, poniendo en práctica
reformas financieras importantes, incluso el nuevo papel y flexibili-
zación limitada de la nueva moneda nacional.
166
35. Una reforma fiscal sensata que vele por los intereses de
los excluidos enfocaría este aspecto de la estructura fiscal vigente, y
propondría su corrección con fines más equitativos y eficientes, ha-
ciéndola menos regresiva. Una verdadera reforma fiscal cambiaría la
estructura tributaria, haciéndola menos regresiva. Si no se toca este
aspecto primordial, no podría ser una reforma fiscal congruente con
el proceso de desdolarización que se esté realizando.
167
38. Siendo una pequeña economía abierta, y estando atado a la
camisa de fuerza que es la dolarización, El Salvador es muy vulne-
rable a los acontecimientos económicos externos. Así, los choques
económicos grandes y adversos provocados por la crisis financiera
internacional han tenido un efecto devastador en su economía. Las
tareas necesarias para sortear definitivamente la crisis exigirán dispo-
sición y consistencia. La crisis financiera internacional ha enseñado a
El Salvador varias lecciones importantes. La lección primaria es que
El Salvador no ha podido resistir la tormenta monetaria que azo-
ta a la región en forma simétrica debido a su incongruente política
económica, su inadecuado régimen cambiario y a las consecuentes
vulnerabilidades cruzadas y derivadas de ambas.
168
41. Por ejemplo, un pilar de las políticas gubernamentales du-
rante los últimos veinte años se centró en aumentar el crecimiento de
las exportaciones. Los gobiernos utilizaron los beneficios de esta po-
lítica, menos exitosa de lo que se esperaba por cierto, para disminuir la
pobreza y aumentar el empleo. Este enfoque tiene que ser reevaluado
y se deben preparar nuevas estrategias para enfrentar lo que será una
merma posiblemente prolongada en la demanda de las exportaciones
salvadoreñas. Lograr este rediseño no será fácil, porque las premisas
que han sostenido a las políticas comerciales del pasado deberán ser
sustituidas por nuevas, más acordes con las nuevas realidades en los
mercados internacionales. Bajo estas circunstancias, El Salvador no
puede esperar que su economía se recupere bajo los auspicios de una
demanda generada exclusivamente por los consumidores en Estados
Unidos. Existen otros mercados en el plano internacional y a estos
también se tiene que abocar. La puerta a China Popular, por ejemplo,
ni se ha explorado.
169
(muy similares a las que ha tomado Chile y Brasil recientemente)
y, en caso extremo, en la misma cuenta corriente. Como en todas
partes, el país ha experimentado difíciles condiciones de crédito. Sin
embargo, se tendrán que tomar medidas que fortalezcan a los merca-
dos monetarios interbancarios. Como también, se deberá agilizar el
flujo de crédito de bancos a compañías del sector privado, indepen-
dientemente de su tamaño.
170
46. Aparte que la mora bancaria ha llegado al 3%, sobrepasan-
do el límite de alarma, y que existe una sobre exposición a bancos
extranjeros no domiciliados, la banca comercial se caracteriza por
un exceso de liquidez (causado por la crisis y la disminución en cré-
ditos) pero con una fuerte capitalización patrimonial. Esta fortaleza
imprime seguridad en cuanto a la mora. Hasta ahora el Gobierno no
ha tocado los problemas financieros que se derivan de la mora banca-
ria. Es imperativo que se instruya a la Superintendencia del Sistema
Financiero que presente un plan de emergencia para dialogar con la
banca y enfrentar el problema.
171
reconocer el problema de la insolvencia en su economía, pero en El
Salvador ni se ha considerado todavía. En este campo, se esperaría un
papel más proactivo y preventivo de la Superintendencia Financiera.
Así mismo, el Gobierno tiene que preparar con la mayor brevedad
posible anteproyectos focalizados que ajusten el entorno de regu-
lación y prevención en el sistema financiero a los cambios en los
mercados, salvaguardando las normas prudenciales.
172
51. Es necesario, igualmente, que el Gobierno tome al toro por
los cuernos en el campo de la competencia en los mercados locales.
Con mucha alharaca se creó la Superintendencia de Competencia
hace unos años y todavía está por concretarse sus logros y alcances.
Ante la crisis no solo se debe recurrir al intervencionismo; se debe
recurrir de la misma manera a utilizar los mecanismos del mercado.
Por medio del mercado competitivo se pueden lograr eficiencias y
por ende menores precios y aumentos en la oferta de bienes y servi-
cios. En el país tenemos estancos y monopolios en algunos bienes
de consumo popular como son la azúcar, el arroz y algunos lácteos
procesados. Con el fin de reducir el costo real de la canasta bási-
ca es necesario que el Gobierno examine estos estancos y otros que
puedan existir para asegurar una sana y leal competencia. Estas son
algunas de las medidas microeconómicas que el Gobierno debería de
examinar.
173
53. En general, las medidas de emergencia deben tener como
objetivo principal rescatar la independencia monetaria, fortalecer las
instituciones financieras nacionales y aislar la economía nacional de
las perspectivas de un empeoramiento adicional en el ambiente eco-
nómico y financiero mundial como también de las secuelas rezagadas
de la misma. En este proceso, la Nación estaría suficientemente lista
para minimizar el impacto de una posible doble crisis económica
global o de alguna avería imprevista en el sistema financiero interna-
cional.
174
mediano plazo y trazar una estrategia de «salida» y con un horizonte
de tiempo medido a niveles de cronometraje. Estos aspectos se debe-
rán circunscribir dentro de una visión global y nacional.
57. El tipo de cambio es permitido por los países que sea deter-
minado por los aspectos fundamentales de sus propias economías. El
Salvador no solo no lo permite, pero lo ha enmarcado en una ley. Los
ajustes económicos que toda economía necesita para sobrevivir, cre-
cer y prosperar, no son permitidos en el país. Pero, los ajustes siempre
ocurren vía una forma u otra. En el caso de El Salvador, estos des-
equilibrios se ajustan a costos altos que son innecesarios y que ahora
es obvio, ni el Estado puede ya financiar. Cabe preguntarse, ¿será un
Gobierno racional el que permita los ajustes o será la realidad la que
los imponga? Los costos de ajuste no son simétricos en estos dos es-
cenarios, y se tendría que hacer el ajuste ineludible cuando el Estado
esté en la menor capacidad para enfrentarlos, sumándole muchos
más costos a la medida irracional e irresponsable de la dolarización.
El regreso a la realidad puede ser más costoso que lo necesario en un
ambiente dolarizado.
175
58. Los obstáculos que impone la dolarización se registran al
corto plazo con el constreñimiento de la demanda agregada. Si se
lograra eliminar este obstáculo pernicioso, todavía quedarían pen-
dientes los obstáculos de mediano y largo plazo, como la inversión
en educación y la productividad, entre otros. La pendiente se hace
más difícil y más resbalosa en la medida que se deja pasar el tiempo.
176
V. Conclusiones y consideraciones finales
177
4. La demanda agregada es la variable clave para entender el
presente deterioro. La dolarización ha sido muy eficaz en reducir la
demanda agregada a su nivel mínimo o aun a un nivel menor. Sin
demanda agregada suficiente, no habrán ventas, y no habrá inversión.
Las cuentas públicas se deteriorarán más, y el estancamiento proba-
blemente perdurará.
178
8. A lo largo de esta investigación se ha logrado establecer una
serie de aseveraciones relacionadas a la dolarización en el país, las
cuales son apoyadas por los resultados empíricos de nuestras prue-
bas econométricas y estadísticas inferenciales. Entre estas aserciones
predominan las siguientes (ver anexo 9):
1) Esfera monetaria
179
3) Esfera sector bancario
4) Otros
180
vi) El endeudamiento público no muestra un comporta-
miento diferente entre los dos períodos, solo un acele-
ramiento. El endeudamiento público ha sido parte del
entorno económico salvadoreño, antes y después de la
dolarización, agotándose en el presente la capacidad de
endeudarse más.
140
Hayek, el gurú ideológico de los que dolarizaron, advirtió: «Estoy de acuerdo
con Milton Friedman que una vez la Gran Depresión (1929) ocurrió, el FED per-
siguió una política tonta deflacionaria. Yo estoy contra la inflación y también contra
la deflación». (Pizano 2009). Basta con decir que aun la conservadora Facultad de
Chicago, con o sin Friedman, nunca le hizo invitación a Hayek a unirse a la Facultad
de Economía y más bien lo rechazaron tres veces por su abierta y militante ideología
adulando y en apoyo a Pinochet. Hayek dijo: «Mi preferencia personal se inclina a
una dictadura liberal y no a un Gobierno democrático donde todo liberalismo esté
ausente». El Mercurio, 12 de abril, 1981.
181
netarios básicos (que al reducirse la masa monetaria se creaba defla-
ción) vaticinaban este comportamiento que convenientemente fue
ignorado por los que tomaron la decisión de dolarizar. En este con-
texto, nos preguntamos que por que se necesitan más de once años
para entender este sencillo elemento teórico.
141
En el período 1994-2000 el valor «t» fue de -5.66 y en el período 2001-2011
fue de -2.73, lo que indica un acercamiento a aceptar la hipótesis nula que ambas
variables pertenecen al mismo universo.
182
13. El comportamiento de la inversión entre el período predo-
larización y dolarización es tan incomparable que merece especial
atención. Los mismos datos descriptivos y las pruebas estadísticas
inferenciales señalan que la inversión está constreñida por la insufi-
ciente demanda agregada que establece la dolarización. Mientras no
arranque este motor, la economía permanecerá postrada y estancada.
142
El libro clásico de psicología social When Prophesy Fails (Cuando la Profecía
Falla) (Festinger, et al, 1956) es citado por Paul Krugman (NYT, 23de diciembre
2012) y nos dice: «En los años 1950 tres psicólogos sociales se unieron a un culto
que predecía el inminente fin del mundo. Su propósito era poner en la mira a los
miembros del culto cuando su profecía no se cumpliera como ellos habían predicho.
Los investigadores observaron que cuando el mundo no acabó en el día predicho,
los miembros del culto se hicieron aún más fanáticos y comenzaron a predicar con
mayor ahínco» (traducción libre). Lo mismo pasa ahora con los miembros del culto
de la dolarización. Ni reconsideran su error, se han hecho más vehementes y más
183
16. La camisa de fuerza y la demanda agregada deprimida que
impone la dolarización solo permite el crecimiento por medio de la
vía de un autosostenido crecimiento en la «productividad», que solo
tiene rendimientos al mediano y largo plazos. Si la inversión fija y la
inversión en educación han sido exiguas antes y después de la dolari-
zación, no se divisa por donde se podrá aumentar la «productividad».
En este contexto, la reactivación económica que necesita ahora el
país es prácticamente absurda bajo las condiciones existentes. Pero,
como dijo Keynes: «En el largo plazo todos estaremos muertos».
184
19. La insuficiencia de dinero está también relacionada a la poca
capacidad de exportar del país. A pesar de los esfuerzos de país, las
exportaciones no se han disparado como se preveía y todavía se trata
de estimularlas. El Asocio para el Crecimiento ha enfocado la poca
productividad de los bienes transables como un gran obstáculo para
el crecimiento del país. Aunque eso no se puede descartar, es virtual-
mente imposible que aumente su productividad cuando la producti-
vidad de los bienes del mercado local padecen del mismo mal o peor:
el nivel de escolaridad nacional es de seis años. Ello implica proble-
mas para reactivar la economía al mediano y largo plazo. No basta
con el gran obstáculo a corto plazo: la demanda agregada deprimida.
185
que emigrar. Mientras tanto, estamos a la espera de ver como se des-
envuelve un posible tumultuoso derrumbe financiero que desdolarice
sin la decisión explícita humana, pero con el impulso de un mercado
implacable.
22. Cabe añadir, por último, que la dolarización ha sido una mala
idea para El Salvador. También, dentro del más ancho enfoque y si
la dolarización se pudiera identificar como una política monetaria, la
dolarización ha sido una mala y desastrosa política monetaria para
este país. En Estados Unidos, desde 2008, el problema de su crisis
es la demanda agregada y en El Salvador también lo es pero con una
diferencia: El Salvador se lo ha recetado con su propia dolarización y
no se ha recuperado. Eso indican los datos.
186
ANEXOS
ANEXO 1
EL SALVADOR
BID: INDICADORES MACROECONÓMICOS Y
SOCIALES SELECCIONADOS
2002-2009
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009p
Sector real
Crecimiento PIB real (%) 2.3 2.3 1.9 3.3 4.2 4.3 2.4 -3.5
PIB a precios corrientes (en millones US$) 14,307 15,047 15,798 17,070 18,654 20,373 22,107 21,100
PIB per cápíta (US$) 2,389 2,504 2,621 2,822 3,071 3,340 3,609 3,430
Precios al consumidor (variación anual, %) 2.8 2.5 5.4 4.3 4.9 4.9 5.5 -0.2
Sector externo
Saldo en balanza comercial (% PIB) -13.0 -15.2 -16.8 -17.2 -19.0 -20.1 -19.9 -13.2
Remesas (% PIB) 13.5 14.0 16.1 17.7 18.6 18.1 17.1 16.4
Saldo en cuenta corriente (% PIB) -2.8 -4.7 -4.0 -3.3 -3.6 -6.0 -7.6 -1.5
Saldo en cuenta financiera y de capitales (% PIB) 6.3 7.7 1.4 5.1 6.1 3.3 7.8 3.5
Inversión extranjera directa (% PIB) 3.5 0.8 2.3 2.3 1.3 6.9 3.3 1.3
Reservas internacionales brutas (millones US$)* 1,589 1,906 1,888 1,829 1,907 2,198 2,541 2,969
Reservas internacionales brutas (% PIB)* 11.1 12.7 12.0 10.7 10.2 10.8 11.5 14.1
Finanzas públicas
Resultado global SPNF (% del PIB) -5.1 -4.2 -3.1 -3.5 -2.9 -1.9 -3.1 -5.6
Resultado primario SPNF (% del PIB) -3.3 -2.2 -1.0 -1.3 -0.5 0.6 -0.7 -3.0
Deuda del SPNF (% del PIB) 38.7 40.4 40.5 39.6 40.1 38.8 39.7 49.0
Deuda externa del sector público (% del PIB) 33.8 36.9 36.1 36.1 35.5 31.6 31.2 38.4
Indicadores sociales
Población (millones) 5,989 6,008 6,027 6,049 6,074 6,099 6,125 6,153
Tasa de desempleo (%) 6.2 6.9 6.8 7.2 6.6 6.3 5.9 …
Hogares en extrema pobreza (%) 15.8 14.4 12.6 12.3 9.6 10.8 12.4 …
Hogares en pobreza (%) 36.8 36.1 34.6 35.2 30.7 34.6 40.0 …
Fuente: BID,2010
Notas: P: Datos preliminares al cierre del año.
* Advertencia: No son comparables a las reservas brutas de un país no dolarizado, ya que en este las reservas pertenecen al
país; pero cuando se está dolarizado, las reservas pertenecen arivados.
189
ANEXO 2
MODELO THIRLWALL
El modelo Thirlwall (1979) está compuesto por tres ecuaciones
190
ANEXO 3
CUADRO DE REFERENCIA
DEMANDA DE SALDOS REALES (M1 y M2) (2001-2011)
M2
2001-2011
1994-2011
LN(M2) = -1.4 + 1.04 LN(PIBR) - 0.14 (LNrUSA-LNrSV) (Reajustada=0.97; F=99.7.0; D-W= 1.64*)
(t=1.9)(t=13.7) (t=1.32) Ajustada Cochrane-Orcutt (ρ = -0.06)
M1
2001-2011
191
LN(M1) = -5.4 + 1.32 LN(PIBR) - 0.01(LNrUSA-LNrSV) (Reajustada=0.98; F=289.0)
(t=8.3) (t=19.0) (t=0.16)
1994-2011
LN(M2) = -5.8 + 1.36 LN(PIBR) - 0.001 (LNrUSA-LNrSV) (Reajustada=0.97; F=320.8; D-W= 1.98)
(t=7.3) (t=19.9) (t=0.7)
Variables
192
ANEXO 4
CUADRO DE REFERENCIA
Prueba KPSS (Series Estacionarias)
(2001-2011)
M2 : 0.57 (.95%)
M2-USA : 0.81 (.99%)
M1 ; 0.58 (.95%)
PIBR : 0.57 (.95)
LN(PIBR) : 0.56 (.95%)
rSV : 0.60(.975%)
rUSA : 0.37(.90%)
LNrUSA-LNrSV: 0.443 (.925%)
Déficit fiscal: (1990-2011) 0.725 (.99%)
Tasa de crecimiento real: 0.45 (.95%)*
Tasa de crecimiento de M2: 0.43 (.925%)*
Inversión total: 0.81 (.99%)
*1994 - 2011
193
ANEXO 5 (pp.1)
PRUEBAS ESTADÍSTICAS DE MEDIA Y VARIANZA
PARA M2 Y CRECIMIENTO REAL
PERÍODO 1994 - 2011
t = x 1 -2x 2 - T
s 1 + s 22
Fórmula n1 n2
Grupo Variable n x s
(μ)
1 M2 18 7.6 1.70
2 Ý 18 2.7 0.
194
ANEXO 5 (pp.2)
PRUEBAS ESTADÍSTICAS DE MEDIA Y VARIANZA
PARA CRECIMIENTO REAL
PERÍODO 1994 - 2011
195
ANEXO 5 (pp.3)
PRUEBAS ESTADÍSTICAS DE MEDIA Y VARIANZA
PARA M2
PERÍODO 1994-2000 y 2001-2011
196
ANEXO 5 (pp.4)
PRUEBAS ESTADÍSTICAS DE MEDIA Y VARIANZA M2 Y CRE-
CIMIENTO REAL
PERÍODO 1994-2008 (Precrisis)
197
ANEXO 6
198
Año IPC SV Deflactor PIB Nom Crecim Consum Inver- I. I. Pública Importa- IMPOR IM- Importa
real *** sión Privad ción Consu POR K Interm
total
1990 4267.8 658.4 536 122.4
1991 4671.2 805 654.3 150.7
1992 1 1.113507 5266.7 1022.8 783.8 239.1
1993 1.1069 1.208332 6075.2 1234.1 953.6 280.5
1994 1.18627 1.327859 8085.6 6.1 7046.6 1493.4 1191.2 302.3
1995 1.30164 1.466421 9500.5 6.4 8306.7 1778 1441.8 336.2
1996 1.42905 1.565516 10315.5 1.7 9110.8 1630.4 1252.8 377.7
1997 1.49216 1.621007 11134.7 4.2 9739.2 1790 1419.4 370.6
1998 1.53125 1.685035 12008.4 3.7 10206.2 2002 1584.6 417.4
1999 1.53914 1.690748 12464.7 3.4 10707 2002.5 1642.9 359.6
2000 1.5741 1.744005 13134.1 2.2 11549.6 2224 1864.8 359.2
2001 1.63314 1.803295 13693 1.7 13692.8 2269.4 1871.5 397.9 5027 1275.5 900.2 1690.4
ANEXO 7 (pp.1)
2002 1.66360 1.825067 14066.8 2.3 14066.8 2374.2 1864 510.2 5185 1363.2 879.4 1659.3
VARIABLES Y SERIES
2003 1.69888 1.876311 15046.7 2.3 14885 2510.7 2014.7 496 5754 1589.5 936.3 1849.2
2004 1.77451 1.934241 15798.3 1.9 15963.4 2473.8 2175.2 298.6 6329 1784.2 990.1 2096.4
2005 1.85775 2.020854 17070.2 3.6 17411.8 2610.9 2209 402 6809 2132.9 1008.2 2343.6
2006 1.93275 2.110528 18653.6 3.9 19276.3 3011.9 2583.2 428.7 7763 2430.1 1211.6 2872.1
2007 2.02125 2.20277 20104.9 3.8 21331.4 3279.4 2834.9 444.5 8821 3017.7 1392.5 3510.8
2008 2.16794 2.318519 21431 1.3 23063.1 3257.7 2737.7 520 9818 3141.3 1365.7 4305.5
2009 2.16366 2.307512 20661 -3.1 21083.4 2775.6 2313.1 462.5 7325 2743.9 1026.4 2950.4
199
2010 2.209 2.360941 21427.9 1.4 22281.3 2852.5 2368.6 483.9 8416 3047.2 1083.9 3614.2
2011 2.3217 2.503296 23054.1 1.5 24210.1 3276 2739.6 536.4 9965 3493.9 1285 4485.8
200
1990 5.9 263.9
1991 9.8 99.6 3140.1
1992 11.5 85.8 3323.3
1993 11.8 124 3044.9
1994 12 15.1 3393.8
1995 12.2 0 3530.3
1996 10.3 4.8 3950.7
1997 10.5 59 -97.7 4048.6
1998 11.5 1103.7 -90.7 3962
1999 12 215.8 -239.3 4323
2000 13.2 173.4 -430.5 -3.95 4815.7
2001 16.6 2298.3 250.3 -150.3 2863.8 2462 -2163.2 0.367122 -3.88 5492.9
ANEXO 7 (pp.2)
2002 14.1 2022.9 207.9 -405.1 2995 2569 -2190 0.368598 -3.81 6366.8
2003 14.1 2114.3 129.2 -702.2 3128 2861 -2626 0.382409 -3.74 7103.2
VARIABLES Y SERIES
2004 16.2 2555 406.9 -627.7 3302.2 2970 -3026.8 0.400613 -3.67 7282.6
2005 17.8 3034.8 511 -568.8 3389.8 2482 -3419.2 0.398882 -3.61 7703.7
2006 18.7 3471.8 241.3 -675 3706.5 2752 -4056.5 0.416166 -3.54 8359.2
2007 18.6 3745.6 1508.5 -1216.6 3979.9 3158 -4841.1 0.438749 -3.4 8652.4
2008 17.5 3746.6 794.4 -1532.2 4641.1 3366 -5176.9 0.458121 -3.27 9723.6
2009 16.7 3441.8 430.7 -312.2 3866.1 2636 -3458.9 0.354533 -9.13 11173.5
2010 16.8 3598.6 117 -657.9 4499.2 3109 -3916.8 0.392759 -8.95 11778.3
2011 16.7 3842.6 386 -1221.7 5308.8 3800 -4656.2 0.432244 -8.78 12951.2
Año M2 M2 SV M1 Ve- LIBOR prime trea- Cert. Crédi- Emi- Def. Pasivos
USA loci- 12 rate sury Liqu to sio. Fiscal externos
(millar- dad meses 1 bonos bancarios
dos año
1990 3286.2 7.6 10.01 7.89 -18.9
1991 3370.9 4.4 8.46 5.86 -150.2
1992 3440.1 614.3 4.1 6.25 3.89 -271.8
1993 3493.4 2385.92 690.6 3.8 6 3.43 -112
1994 3507 3106.7 761.4 7.75 7.15 5.32 -46.5 142.9829
1995 3652 3524.7 794.9 5.45 8.83 5.94 -13.2 363.0857
1996 3828 4200.4 934.1 5.8 8.27 5.52 -257 406.1829
1997 4041.4 4746.9 916 5.7 8.44 5.63 305.28 -197 537.04
1998 4382 5199.6 995.2 5.2 8.35 5.05 391.2686 -315.8 516.5029
1999 4644 5615.8 1144.6 6.5 8 5.08 326.8 150 -346.8 551.6114
2000 4928.8 5908.7 1060.9 6 9.23 6.11 408.7429 50 -398.5 671.44
ANEXO 7 (pp.3)
2001 5434 6302.6 1171.2 2.207 2.44 6.91 3.49 562.3 5558 353.5 -606.5 950
2002 5769.8 6294.6 1056.4 2.336 1.45 4.67 2 569.2 5962.3 300 -632.2 1085.1
VARIABLES Y SERIES
2003 6064.2 6427.1 1069.7 2.487 1.46 4.12 1.24 588.6 6369.7 451.5 -559.9 1584.4
2004 6415.2 6618.7 1202.5 2.551 3.1 4.34 1.89 627.8 6651.8 348.5 -378.8 1792.6
2005 6676.1 6945.6 1291.3 2.688 4.8 6.19 3.62 642.3 7214.9 500 -510 1797.5
2006 7065.3 7835.2 1487.4 2.631 5.3 7.96 4.94 701.3 7927.6 286.5 -546.6 1538.6
2007 7474.5 9232.6 1732.7 2.409 4.4 8.05 4.53 831.5 8574.1 375 -395.3 1179.2
2008 8204.8 9347.3 1759.9 2.570 2.4 5.09 1.83 960.8 9029.9 400 -683.4 1418.6
201
2009 8511.3 9454.5 1979 2.444 1 3.25 0.47 976.2 8541.2 225 -1171.6 758.3
2010 8822.5 9530.3 2392 2.433 0.8 3.25 0.32 1028 8356.4 800 -917.8 427
2011 9690 9250.3 2386.1 2.688 1.1 3.25 0.18 1038.5 8706.1 800 -906.6 435.9
Año Tasa pasiva Tasa activa Inflación Inflación Spread SV Prime rate Pasiva- federal Crecim US
SV SV SV USA USA Funds
202
1990
1991
1992
1993 0.16
1994 0.052 0.085 0.0421
1995 7.75 12.38 0.114 4.63 0.0865 0.0583
1996 8.36 12 0.074 3.64 0.0825 0.053
1997 7.67 10.72 0.019 3.05 0.085 0.0546
1998 6.86 10.43 0.042 3.57 0.0775 0.0535
1999 6.61 10.68 -0.01 4.07 0.085 0.0497
2000 6.5 10.66 0.043 4.16 0.095 0.0624
ANEXO 7 (pp.4)
2001 5.48 10.84 0.014 0.0283 5.36 0.05 0.019 0.0388 0.3
VARIABLES Y SERIES
2002 3.41 8.7 0.028 0.0159 5.29 0.0425 0.014 0.0167 2.45
2003 3.37 7.97 0.025 0.0227 4.6 0.04 0.012 0.0113 3.1
2004 3.34 7.72 0.054 0.0268 4.38 0.05 0.027 0.0135 4.4
2005 3.44 8.24 0.043 0.0339 4.8 0.07 0.046 0.0322 3.2
2006 4.39 9.02 0.049 0.0324 4.63 0.0825 0.053 0.0497 3.2
2007 4.71 9.41 0.049 0.0285 4.7 0.075 0.048 0.0502 2
2008 4.21 9.7 0.055 0.0385 5.49 0.04 0.022 0.0192 1.1
2009 4.48 10.92 -0.002 -0.0034 6.44 0.0325 0.03 0.0016 -2.6
2010 2.87 10.24 0.021 0.0164 7.37 0.0325 0.04 0.0018 2.8
2011 1.76 9.36 0.051 0.0316 7.6 0.0325 0.072 0.001 1.7
203
ANEXO 8
ESQUEMA DEL IMPACTO MONETARIO
DE LA DOLARIZACIÓN
PIB =
Inversión
Demanda = Consumo + LENTA + Exportaciones
netas
agregada
Impacto
Impacto negativo Impacto
negativo CRÉDITOS negativo
LENTOS
Impacto
negativo
Política Crecimiento
monetaria económico USA
USA
DOLARIZACIÓN
MASA MONETARIA
Impacto
CONSTREÑIDA negativo
Impacto
negativo
Impacto PIB
negativo
204
ANEXO 9 (pp.1)
RESUMEN DE HIPÓTESIS NULAS RECHAZADAS
Hipótesis nula: H0: μ1 = μ2 o : H0: μ1 – μ2 = 0
Y suponiendo: ∇1 ≠ ∇2 y ∇1 = ∇2
1) M2 e Ý
Estimador «t» = 3.41 > tcrit 2.11 => Se rechaza hipótesis nula de que tasa
de crecimiento real de M2 y crecimiento real sean de la misma población
(1994-2000 y 2001-2011).
2) Masa monetaria real (M2)
Estimador «t» = -4.28 < t(0.01, 8) ±1.86 => Se rechaza hipótesis nula de que las
2 muestras de M2 (1994-2000 y 2001-2011) sean de la misma población.
Se utilizó una transformación logarítmica.
3) Tasa de crecimiento de la masa monetaria real (M2)
Estimador «t» = 2.95 > t(0.025, 13) 2.16 => Se rechaza hipótesis nula de que las
2 muestras de crecimiento M2 (1994-2000 y 2001-2011) sean de la misma
población.
4) Tasa de crecimiento de la masa monetaria real (M2)
Estimador «t» = 2.93 > t(0.025, 16) 2.11 => Se rechaza hipótesis nula de que las
2 muestras de M2 (1994-2000 y 2001-2011) sean de la misma población
(suponiendo varianza igual).
5) Tasa de crecimiento real
Se rechaza la hipótesis nula de que las 2 muestras (1994-2000) y (2001-
2011) pertenecen al mismo universo. Estimador «t» = 2.34 ) > t (0.01; 14) 2.14
205
ANEXO 9 (pp.2)
RESUMEN DE HIPÓTESIS NULAS RECHAZADAS
9) Spread
Bajo el criterio de una prueba «t», se rechaza la hipótesis nula de que las dos
muestras (1995-2000 y 2001-2011) pertenecen a la misma población.
Valor «t» es de -4.1 < ±2.13.
10) Tasa activa de El Salvador y Estados Unidos
En el caso de la tasa activa vs Prime, se rechaza la hipótesis nula de que
pertenecen al mismo universo (t= -6.0 > ±3.17).
11) Tasa pasiva y activa de El Salvador
Se rechaza hipótesis nula (t = -16.2 < ± 3.17).
12) Cuenta corriente
Se rechaza hipótesis nula de que la cuenta corriente sea del mismo universo
en los períodos 1997-2000 y 2001-2011.
t(.99; 13) = 3.45 > ± 2.16
13) Déficit fiscal
Se rechaza hipótesis nula de que el déficit fiscal sea del mismo universo en
los períodos 1990-2000 y 2001-2011.
t(.99; 16) = 5.62 > ± 2.16
14) Tasa de crecimiento inversión total (1991-2000 y 2001-2011):
Se rechaza hipótesis nula de que la inversión total sea del mismo universo
en los períodos 1991-2000 y 2001-2011.
t(.95; 17) = 2.24 > ± 2.11
15) Tasa de crecimiento inversión privada (1991-2000 y 2001-2011):
Se rechaza hipótesis nula de que la inversión privada sea del mismo uni-
verso en los períodos 1991-2000 y 2001-2011.
t(.95; 17) = 2.18 > ± 2.11
206
ANEXO 9 (pp.3)
RESUMEN DE HIPÓTESIS NO RECHAZADAS
Hipótesis Nula: H0: μ1 = μ2 o : H0: μ1 – μ2 = 0
Y suponiendo: ∇1 ≠∇
1. Inversión Extranjera Directa
Muestra no es diferente entre 1994-2000 y 2001-2011. El valor estimado
de «z» fue de -1.68, inferior al ±1.96.
2. Inflación
Muestras entre El Salvador y Estados Unidos no son de diferentes pobla-
ciones. La prueba estadística «z» (-1.96 < 1.58 < 1.96) para ambas muestras
no permite rechazar la hipótesis nula de que las dos muestras son de la
misma población.
3. Crecimiento real de El Salvador y Estados Unidos
Muestras no pertenecen a diferentes universos (-2.57 < 0.12 < 2.57; 0.99%).
Lo más significativo entre estas dos variables es que el promedio anual de
USA es superior (1.97%) al de El Salvador (1.87%).
4. M2 de El Salvador y Estados Unidos
Muestras de ambos países estableció que no se rechaza la hipótesis nula de
que en esta variable El Salvador y USA pertenecen a la misma población
(-2.57 < -1.1 < 2.57; 0.99%).
5. Tasa pasiva de El Salvador y Estados Unidos
Se destaca que una prueba «t» estableció que la tasa de interés pasiva de El
Salvador y de Estados Unidos pertenecen al mismo universo (t= -0.39 >
±3.17).
6. Tasa pasiva y activa de Estados Unidos
Pertenecen a la misma población (t= 2.27 < ±3.17).
7. Tasa de crecimiento crediticio y tasa de crecimiento monetario
NO se Rechaza la Hipótesis Nula: t(0.01:17): -0.24 > ±2.11
8. Tasa de crecimiento inversión pública (1991-2000 y 2001-2011): Pertene-
cen a la misma población 1991-2000 y 2001-2011. t(.95; 17) = 0.82 < ± 2.10
9. Tasa de crecimiento de la deuda externa de El Salvador en los períodos
1992-2000 y 2001-2011
Son del mismo universo: t(0.90; 14) = -1.63 < ± 2.14
207
ANEXO 10
EL SALVADOR: SALARIO MÍNIMO POR SECTOR
US DÓLAR
208
ANEXO 11
PRUEBA DE NORMALIDAD DE VARIABLES EN
PRUEBAS «T»
HIPÓTESIS NULA : VARIABLE TIENE DISTRIBUCIÓN
NORMAL
(𝛒 = 0.01)
Jarque-Bera Shapiro-Wilk W
M2 USA 0.51 0.23
M2 SV 0.66 0.23
Crecimiento M2 USA 0.98 0.15
Crecimiento M2 SV 0.18 0.11
Deuda pública 0.44 0.09
Déficit fiscal 0.63 0.66
Inflación SV 0.6 0.15
Inflación USA 0.17 0.09
Inversión total 0.63 0.26
Inversión privada 0.61 0.49
Crecimiento inversión priv. 0.55 0.37
Crecimiento real USA 0.17 0.12
Crecimiento real SV 0.15 0.06
Cuenta corriente 0.44 0.11
Tasa pasiva SV 0.59 0.35
Tasa activa SV 0.54 0.21
Spread SV 0.51 0.11
Tasa pasiva real SV 0.59 0.42
209
Tasa activa real SV 0.5 0.14
Spread real SV 0.43 0.03
Tasa pasiva USA 0.7 0.58
Tasa activa (prime) USA 0.5 0.47
Inversión extranjera* 0.001 0.007
Inversión extranjera (SIN 1998 y 0.04 0.03
2008)
* Se rechaza hipótesis nula
210
REFERENCIAS
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Equivalentes monetarios
Siglario
Nota:
En este documento, «$» se refiere al US dólar y «¢» al colón salvadoreño.
El año fiscal concluye el 31 de diciembre.
221
Primera Reimpresión, CENICSH, 2014
Aspectos monetarios de la dolarización económica de El Salvador:
diagnóstico, perspectivas y opciones
consta de XXX ejemplares y su tiraje se llevó a cabo en
IMPRESOS MULTIPLES, S.A. de C.V.,
San Salvador, El Salvador,
XXXXXX