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FÍSICA MÉDICA

TÍTULO

SISTEMA CARDIOVASCULAR

INTEGRANTES

DÍAZ DÍAZ ADRIANA RENATA

JÁUREGUI LUIS ALONSO

MASGO VELÁSQUEZ CRISTIAN

RICO VERA ORNELLA

ROMÁN GUTIÉRREZ MELANY

ASESOR

GUTARRA ARANA ANTONIO MANUEL

AÑO

1ERO
AGRADECIMIENTO

“El final de este trabajo, están dedicados a todas


aquellas personas que de alguna u otra manera nos
apoyan día a día.. A nuestras familias, amigos, por
siempre brindarnos su apoyo incondicional. Pero,
principalmente a Dios por guiarnos siempre por la
carrera que llevamos”
I. INDICE

II. INTRODUCCIÓN

III. MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I
Hipertensión arterial…………………………………………………..
Presión arterial……………………………………………………………
2.1 Presión arterial sistólica
2.2 Presión arterial diastólica

CAPITULO II
Causas de la hipertensión
arterial…………………………………………………………………........
Síntomas que produce la
hipertensión……………………………………………………………....

CAPITULO III
Tratamiento……………………………………………………………….

CAPITULO IV
Caso clínico…………………………………………………………………

CAPITULO V
Conclusiones………………………………………………………………

IV. Referencias bibliográficas


INTRODUCCIÓN

El corazón y el aparato circulatorio componen el aparato cardiovascular. El corazón


actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los órganos, tejidos y células del
organismo. La sangre suministra oxígeno y nutrientes a cada célula y recoge el dióxido
de carbono y las sustancias de desecho producidas por esas células. La sangre es
transportada desde el corazón al resto del cuerpo por medio de una red compleja de
arterias, arteriolas y capilares y regresa al corazón por las vénulas y venas. Si se
unieran todos los vasos de esta extensa red y se colocaran en línea recta, cubrirían una
distancia de 60.000 millas (más de 96.500 kilómetros), lo suficiente como para
circundar la tierra más de dos veces. 

El aparato circulatorio unidireccional transporta sangre a todas las partes del cuerpo.
Este movimiento de la sangre dentro del cuerpo se denomina «circulación».
Las arterias transportan sangre rica en oxígeno del corazón y las venas transportan
sangre pobre en oxígeno al corazón. Las arteriolas, a su vez, se ramifican en capilares
que son los vasos encargados de suministrar oxígeno y nutrientes a las células. La
mayoría de los capilares son más delgados que un pelo. Muchos de ellos son tan
delgados que sólo permiten el paso de una célula sanguínea a la vez. Después de
suministrar oxígeno y nutrientes y de recoger dióxido de carbono y otras sustancias de
desecho, los capilares conducen la sangre a vasos más anchos denominados
«vénulas». Las vénulas se unen para formar venas, las cuales transportan la sangre
nuevamente al corazón para oxigenarla.

La evolución de la hipertensión arterial (tensión alta, presión arterial alta) depende en


gran medida de la adopción temprana de un tratamiento. Por lo general, la
hipertensión cursa de manera silente durante años o incluso décadas. La presión
arterial elevada aumenta la probabilidad de desarrollar una patología secundaria. Si no
recibe tratamiento, puede ocasionar daños en el corazón, los vasos sanguíneos,
el cerebro, los ojos y los riñones. La administración de un tratamiento adecuado y una
modificación del estilo de vida permiten reducir la presión arterial hasta unos valores
normales.
Para que el tratamiento tenga éxito es fundamental que el afectado colabore
cambiando sus hábitos de vida y tomando la medicación con regularidad y de manera
continuada. Existen programas de formación especiales en los que las personas
hipertensas pueden obtener información sobre el manejo de la hipertensión arterial y
las opciones terapéuticas.

Si no reciben tratamiento a tiempo, muchos afectados mueren a causa de las


complicaciones de la presión arterial elevada. Aproximadamente la mitad debido a una
cardiopatía coronaria (infarto cardiaco), un tercio a causa de trastornos circulatorios
en el cerebro (accidente cerebrovascular) y hasta un 15% por una insuficiencia renal.

La hipertensión arterial (tensión alta, presión arterial alta) puede acarrear a la larga
diversas complicaciones cuando no se aplica un tratamiento o este resulta insuficiente.
Las complicaciones afectan principalmente al corazón, los vasos sanguíneos, la
irrigación cerebral y los riñones. Otras patologías como la diabetes mellitus aparecen
con frecuencia asociadas a la hipertensión arterial.

Las complicaciones derivadas de la hipertensión (tensión alta, presión arterial alta)


afectan en multitud de ocasiones al corazón y a los vasos sanguíneos. La presión
arterial elevada supone una sobrecarga permanente para el sistema cardiovascular.
Esto causa una hipertrofia del ventrículo izquierdo, lo que a su vez puede provocar
una insuficiencia cardiaca.

Además, la hipertensión arterial propicia la aparición de arteriosclerosis en las arterias


coronarias y en otras regiones del cuerpo, a consecuencia de lo cual pueden aparecer
una angina de pecho o un infarto de miocardio. La hipertensión arterial se considera
un factor de riesgo para el desarrollo de una cardiopatía coronaria, dado que se
produce un estrechamiento de las arterias coronarias. La arteriosclerosis puede
causar trastornos vasculares en las piernas. Los hipertensos también tienen una mayor
probabilidad de sufrir una dilatación de la aorta (aneurisma de aorta), ue en ocasiones
provoca desgarros y hemorragias potencialmente mortales.
MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I

1. Hipertensión arterial
Cuando su corazón late, bombea sangre hacia sus arterias y crea presión en ellas.
Dicha presión es la que consigue que la sangre circule por todo el cuerpo. Cada vez
que le toman la tensión le dan dos cifras. La primera de ellas registra la presión
sistólica (aquella que se produce en las arterias cuando late el corazón) y la
segunda, la presión diastólica (aquella que se registra cuando el corazón descansa
entre latidos).

Es el término empleado para describir la presión arterial alta. La presión arterial es


una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el
corazón bombea sangre a través del cuerpo. Las lecturas de la presión arterial
generalmente se dan como dos números. Por ejemplo, 120 sobre 80 (escrito como
120/80 mmHg). Uno o ambos de estos números pueden estar demasiado altos. El
número superior se denomina presión arterial sistólica y el número inferior presión
arterial diastólica.

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un


incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea en las arterias. Aunque no
hay un umbral estricto que permita definir el límite entre el riesgo y la seguridad, de
acuerdo con consensos internacionales, una presión sistólica sostenida por encima
de 139 mmHg o una presión diastólica sostenida mayor de 89 mmHg, están
asociadas con un aumento medible del riesgo de aterosclerosis y por lo tanto, se
considera como una hipertensión clínicamente significativa. La hipertensión arterial,
el término médico para la presión arterial alta, es conocida como la muerte
silenciosa. Más de 76 millones de estadounidenses sufren de hipertensión y por lo
menos 16 millones de ellos ni siquiera lo saben. Sin tratamiento, la presión arterial
alta aumenta apreciablemente el riesgo de un ataque al corazón o un accidente
cerebrovascular (o ataque cerebral).

El corazón bombea sangre a través de una red de arterias, venas y capilares. La


sangre en movimiento empuja contra las paredes de las arterias y esta fuerza se
mide como presión arterial.

La presión arterial alta es ocasionada por un estrechamiento de unas arterias muy


pequeñas denominadas «arteriolas» que regulan el flujo sanguíneo en el
organismo. A medida que estas arteriolas se estrechan (o contraen), el corazón
tiene que esforzarse más por bombear la sangre a través de un espacio más
reducido, y la presión dentro de los vasos sanguíneos aumenta.

La hipertensión arterial se asocia a tasas, de morbilidad y mortalidad


considerablemente elevadas, por lo que se considera uno de los problemas más
importantes de salud pública, especialmente en los países desarrollados, afectando
a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. La hipertensión es una
enfermedad asintomática y fácil de detectar; sin embargo, cursa con complicaciones
graves y letales si no se trata a tiempo. La hipertensión crónica es el factor de riesgo
modificable más importante para desarrollar enfermedades cardiovasculares, así
como para la enfermedad y renal.2 Se sabe también que los hombres tienen más
predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres, situación que se
modifica cuando la mujerllega a la menopausia, ya que antes de esta posee
hormonas protectoras que desaparecen en este periodo, a partir de ese momento
la frecuencia se iguala, por lo tanto la mujer debe ser más vigilada para esta
enfermedad en los años de la menopausia.

La hipertensión arterial, de manera silente, produce cambios en el flujo sanguíneo,


a nivel macro y micro vascular, causados a su vez por disfunción de la capa interna
de los vasos sanguíneos y el remodelado de la pared de las arteriolas de resistencia,
que son las responsables de mantener el tono vascular periférico. Muchos de estos
cambios anteceden en el tiempo a la elevación de la presión arterial y producen
lesiones orgánicas específicas.
En el 90 % de los casos la causa de la HTA es desconocida, por lo cual se denomina
«hipertensión arterial esencial», con una fuerte influencia hereditaria. Entre el 5 y
10% de los casos existe una causa directamente responsable de la elevación de las
cifras tensionales. A esta forma de hipertensión se la denomina «hipertensión
arterial secundaria» que no sólo puede en ocasiones ser tratada y desaparecer para
siempre sin requerir tratamiento a largo plazo, sino que además, puede ser la alerta
para localizar enfermedades aún más graves, de las que la HTA es únicamente una
manifestación clínica.

Los diuréticos y los betabloqueantes reducen la aparición de eventos adversos por


hipertensión arterial relacionados con la enfermedad cerebrovascular. Sin embargo,
los diuréticos son más eficaces en la reducción de eventos relacionados con la
enfermedad cardíaca coronaria. Los pacientes hipertensos que cumplen su
tratamiento tienen menos probabilidades de desarrollar hipertensión grave o
insuficiencia cardíaca congestiva.4 En la mayoría de los casos, en los ancianos se
utilizan dosis bajas de diuréticos como terapia inicial antihipertensiva. En pacientes
ancianos con hipertensión sistólica aislada suele utilizarse como terapia alternativa
un inhibidor de los canales de calcio de acción prolongada, tipo dihidropiridina. En
pacientes ancianos con hipertensión no complicada, aún se están realizando
ensayos para evaluar los efectos a largo plazo de los inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y los bloqueadores del receptor de la angiotensina-II.

2. Presión arterial

La presión arterial (PA) es la presión que ejerce la sangre contra la pared de las
arterias. Esta presión es imprescindible para que circule la sangre por los vasos
sanguíneos y aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para
que puedan funcionar. Es un tipo de presión sanguínea.
No debe confundirse con tensión arterial (TA) que es la presión que los vasos
sanguíneos ejercen sobre la sangre circulante.
Si bien ambos términos se suelen emplear como sinónimos, es preferible emplear el
de presión arterial. De hecho, su medida se describe en unidades de presión (por
ejemplo, mm de Hg).
La presión arterial es necesaria para aportar oxígeno y nutrientes a los órganos
corporales.

En el cuerpo humano la sangre circula por los vasos sanguíneos. Son principalmente
arterias y venas. La sangre que circula constantemente por los vasos ejerce presión
sobre las paredes vasculares. La presión viene determinada por la fuerza de
bombeo del corazón y la elasticidad de los vasos.

En general, el corazón se contrae y se vuelve a expandir, por término medio, 60-80


veces por minuto. Con ello bombea la sangre a presión hacia las arterias para
suministrar oxígeno y nutrientes a los órganos corporales. Los vasos sanguíneos se
van ramificando más y más hasta convertirse en vasos sanguíneos capilares
(capilares). Este "sistema de cañerías" ofrece más o menos resistencia al torrente
sanguíneo, si tiene la presión suficiente.

2.1 Presión arterial sistólica

Corresponde al valor máximo de la presión arterial en sístole (cuando el corazón


se contrae). Se refiere al efecto de presión que ejerce la sangre eyectada del
corazón sobre la pared de los vasos. Esta depende fundamentalmente del débito
sistólico, la volemia y la distensibilidad de la aorta y las grandes arterias.

2.2 Presión arterial diastólica

Corresponde al valor mínimo de la presión arterial cuando el corazón está en


diástole o entre latidos cardíacos. Depende fundamentalmente de la resistencia
vascular periférica. Se refiere al efecto de distensibilidad de la pared de las
arterias, es decir el efecto de presión que ejerce la sangre sobre la pared del
vaso.
Valor de la presión arterial cuando el corazón se encuentra en reposo, es decir,
cuando está en fase de diástole. Es la presión que hace la sangre sobre las
arterias entre dos latidos cardíacos

CAPITULO II

3. Causas de la hipertensión arterial

En la mayoría de los casos no se han encontrado causas específicas. Sin embargo,


existen algunos factores que hacen que se tenga mayor riesgo de padecerla:
antecedentes familiares, obesidad, consumo elevado de sal, alcohol, tabaco, falta
de ejercicio y estrés, son algunos de ellos.
En la mayoría de personas que tienen hipertensión arterial, ellos la contraen ya sea
por genética familiar, por el consumo excesivos de sal alcohol, grasas o tienen
demasiado estrés, de todos los factores que implican, el más común es, la genética
familiar.

Muchos factores pueden afectar la presión arterial, como: Qué tanta cantidad de
agua y sal uno tiene en el organismo el estado de los riñones, del sistema nervioso o
los vasos sanguíneos, los niveles de diferentes hormonas en el cuerpo a usted muy
probablemente le dirán que su presión arterial está demasiado alta a medida que
vaya envejeciendo. Esto se debe a que sus vasos sanguíneos se vuelven más rígidos
con la edad. Cuando esto sucede, su presión arterial se eleva. La hipertensión
arterial aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque
cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y la muerte temprana. Usted
tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión arterial si: es afroamericano, es
obeso, con frecuencia está estresado o ansioso, toma demasiado alcohol (más de
un trago al día para las mujeres y más de dos para los hombres), come demasiada
sal en la dieta, tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial, tiene
diabetes, fuma, la mayoría de las veces no se identifica ninguna causa de presión
arterial alta, lo cual se denomina hipertensión esencial.
La hipertensión causada por otra afección médica o medicamento se denomina
hipertensión secundaria y puede deberse a: enfermedad renal crónica, trastornos
de las glándulas suprarrenales (feocromocitoma o síndrome de Cushing).

Embarazo, medicamentos como píldoras anticonceptivas, algunos medicamentos


para el resfriado y medicamentos para la migraña, estrechamiento de la arteria que
suministra sangre al riñón (estenosis de la arteria renal).

4. Síntomas que produce la hipertensión

La presión arterial elevada NO presenta síntomas. Estar nervioso o tenso, por


ejemplo, no es sinónimo de tener la presión arterial elevada. Cuando aparecen los
síntomas o dolencias es porque la presión arterial estuvo durante mucho tiempo
elevada, y por lo tanto, llegamos tarde.
Esta enfermedad es muy común en las personas adultas y mucho más cuando son
diabéticas, en muchos casos no sienten los síntomas sino hasta cuando ya tienen un
infarto al miocardio o un paro cardiorrespiratorio. Existe la creencia generalizada de
que las personas con presión arterial alta, también llamada hipertensión arterial,
experimentarán síntomas como: Nerviosismo, sudoración, dificultad para dormir,
enrojecimiento de la cara.

La verdad es que la hipertensión arterial en gran medida una enfermedad que no


presenta síntomas, si usted no hace caso de su presión arterial porque piensa que
los síntomas anteriores lo alertarán cuando tenga hipertensión arterial, usted
cometiendo un grave error.

Todos debemos saber cuáles son nuestros niveles de presión arterial, y todos
debemos hacer un esfuerzo para prevenir las lesiones secundarias a la
hipertensión arterial. Dolor de cabeza. La mejor evidencia indica que la presión
arterial alta no causa dolores de cabeza, excepto en el caso de crisis hipertensiva
(sistólica más alta que 180 o diastólica superior a 110). Muy al contrario, las
personas con presión arterial alta parecen tener significativamente menos dolores
de cabeza que la población general. Sangrado nasal. Excepto en las crisis
hipertensivas, la hemorragia nasal no es un indicador de la hipertensión arterial.
Tenga en cuenta que las hemorragias nasales pueden ser causadas por una variedad
de factores, siendo el más común el aire seco el revestimiento de la nariz contiene
muchos vasos sanguíneos diminutos que pueden sangrar fácilmente.

En un clima caliente o con aire interior climatizado, las membranas nasales se


pueden secar y hacer la nariz más susceptible a las hemorragias, manchas de sangre
en los ojos. Las manchas de sangre en los ojos, o hemorragia subconjuntival, son
más comunes en personas con diabetes o presión arterial alta, pero ninguna de
estas condiciones causa las manchas de sangre.

Rubor facial. El rubor facial ocurre cuando los vasos sanguíneos de la cara se
dilatan. El rubor facial puede ocurrir de forma impredecible o en respuesta a
ciertos factores desencadenantes, como la exposición al sol, el clima frío, los
alimentos picantes, el viento, las bebidas calientes y productos para el cuidado de la
piel. También puede ocurrir por estrés emocional, exposición al calor o agua
caliente, consumo de alcohol y ejercicio, todo lo cual puede aumentar la presión
arterial de forma temporal. Si bien el rubor facial puede ocurrir mientras su presión
arterial es más alta de lo normal, la hipertensión arterial no es la causa del
enrojecimiento facial.

Sensación de mareo. A pesar de que no es causado por la hipertensión arterial, el


mareo puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos para el
tratamiento de la hipertensión arterial. Mareos repentinos, pérdida de equilibrio o
coordinación y problemas para caminar son todos signos de un accidente
cerebrovascular y la hipertensión arterial es uno de los principales factores de
riesgo para este tipo de lesión.

CAPITULO III

6. Tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial, de tal manera que uno
tenga un riesgo menor de complicaciones. Usted y su médico deben establecer una
meta de presión arterial para usted.
Si usted tiene pre hipertensión, el médico le recomendará cambios en el estilo de
vida para bajar la presión arterial a un rango normal. Los medicamentos rara vez se
utilizan para el pre hipertensión.

Puede hacer muchas cosas para ayudar a controlar su presión arterial, como:
consumir una alimentación cardiosaludable, incluyendo potasio y fibra, y tomar
bastante agua. Ver: hipertensión arterial y dieta, hacer ejercicio regularmente (al
menos 30 minutos de ejercicio aeróbico por día), si fuma, dejar de hacerlo
(encuentre un programa que le ayude a dejar de fumar), además reducir la cantidad
de alcohol que toma (1 trago al día para las mujeres, 2 para los hombres), Reducir la
cantidad de sodio (sal) que consume (procure que sea menos de 1,500 mg por día).

Reducir el estrés. Trate de evitar factores que le causen estrés e igualmente puede
ensayar meditación o yoga, permanecer en un peso corporal saludable (busque un
programa para adelgazar que le ayude, si lo necesita).

Su médico puede ayudarle a encontrar programas para bajar de peso, dejar de


fumar y hacer ejercicio. También puede lograr que el médico lo remita a un
nutricionista que pueda ayudarle a planear una dieta que sea saludable en su caso.

Hay muchos medicamentos diferentes se pueden emplear para tratar la


hipertensión arterial. Ver: medicamentos antihipertensivos.

A menudo, un solo fármaco para la presión arterial puede no ser suficiente para
controlarla y es posible que usted necesite tomar dos o más. Es muy importante
que usted tome los medicamentos que le recetaron. Si presenta efectos
secundarios, el médico puede sustituirlos por un medicamento diferente
CAPITULO IV

7. Caso clínico

Trombosis venosa profunda causando embolia pulmonar aguda e infarto


cerebral isquémico: es una patología frecuente la cual se produce cuando por
lo menos uno de los fenómenos de la triada de Virchow está presente (estasis
venosa, lesión del endotelio vascular o estado de hipercoagulabilidad). La TVP
se origina en un 95 % de los casos en las extremidades inferiores; siendo de
mayor riesgo las de origen proximal. Las manifestaciones clínicas de la TVP son
inespecíficas; menos del 50 % de las TVP de los miembros inferiores son
clínicamente detectables. Los pacientes presentan dolor en la pantorrilla o toda
una extremidad, signo de Homans (dolor en la pantorrilla al dorsiflexionar el
pie), edema y distensión venosa. Se estima que un 10 % de las TVP embolizan al
pulmón, causando una tromboembolia pulmonar (TEP) cuya mortalidad global
es del 30 %; siendo la tercera patología cardiovascular más frecuente después
del infarto agudo al miocardio y el accidente cerebro-vascular

Presentación del caso


Presentamos a un paciente femenino de 62 años de edad, con antecedentes
de asma e hipertensión arterial. Ella reportó dolor y molestia en extremidades
inferiores de dos semanas de evolución seguido de fatiga, debilidad
generalizada, dificultad respiratoria y tos no productiva al momento de su
admisión hospitalaria. Tenía una presión arterial de 114/52 mmHg, frecuencia
cardiaca de 103 latidos por minuto, frecuencia respiratoria de 22 por minuto,
saturación de oxigeno del 90% al aire ambiente. Hallazgos relevantes del
examen físico fueron taquipnea y disnea de reposo, crépitos en ambas bases
pulmonares, sin evidencia de edema o congestión venosa en extremidades
inferiores. Con la sospecha diagnostica de TVP se realizó una ecografía doppler
de extremidades inferiores confirmando la presencia de trombo en la vena
poplítea izquierda. Una angiotomografía de tórax evidencia embolia pulmonar
diseminada en ambas arterias pulmonares
Con estos hallazgos fue enviada a la unidad de terapia intensiva (UTI) para
observación y manejo de posibles complicaciones. Se inició heparina
endovenosa a dosis anticoagulante. Luego de 24 hrs. de observación fue
transferida a la unidad de terapia intermedia para continuar tratamiento
anticoagulante oral, al cuarto día de admisión la paciente fue encontrada con
afasia global, dificultad para comprender órdenes y comunicarse de forma
verbal o escrita; hemiplejia derecha y parálisis facial. La resonancia magnética
de cerebro confirmó un infarto cerebral del territorio de la arteria cerebral
media izquierda (Figura 2). Debido a la terapia de anticoagulación la paciente
no fue candidata a trombólisis endovenosa. Como parte del trabajo diagnóstico
de embolia cerebral se realizó una ecografía transtorácica mostrando
hipertensión pulmonar sistólica de 46 mmHg (Normal <30) sin ningún defecto
cardiaco relevante. La sospecha diagnóstica de embolia de origen cardiaco era
alta, por lo que se realizó una ecografía transesofágica confirmando la
presencia de un FOP grande de 1,8 cm de diámetro y un aneurisma septal
auricular (Figura 3) con un cortocircuito de derecha a izquierda, visualizado con
protocolo de burbujas (contraste de suero fisiológico agitado).
Por la magnitud del cortocircuito y la posibilidad de embolias recurrentes, se
procedió a reparar el defecto auricular a través de cateterismo cardiaco con un
dispositivo denominado amplatzer (técnica que permite el cierre no quirúrgico
de diferentes defectos interauriculares) una vez reparado el defecto se
comprobó la inexistencia del corto-circuito, pero se mantuvo a la paciente con
anticoagulación oral con Warfarina como parte del tratamiento de TVP.
Posteriormente la paciente fue enviada a terapia de rehabilitación y terapia del
lenguaje con parcial recuperación de la hemiplejia y la afasia, pudiendo
deambular y realizar sus actividades diarias con asistencia y comunicarse con la
familia de forma limitada (escala modificada de Rankin 4). Hasta la fecha no se
reporta recurrencia de eventos embólicos.
CASO CLINICO 2:
Paciente femenina de 54 años de edad ingresada al servicio de urgencias,
posteriormente se pasa al servicio de Medicina Interna manifestando dolor
precordial paraesternal izquierda, opresivo y con sensación de muerte
inminente con naúseas, vómito, diaforesis y con el dolor que no irradia a
ningún sitio.
La paciente manifiesta mala nutrición y que padece de diabetes con 20 años de
evolución siendo trata con glibenclamida y metformina.
PRINCIPAL PROBLEMA Y DIAGNOSTICO
Infarto Agudo al Miocardio (IAM)
TRATAMIENTO MEDICO ACTUAL
Enalapril 1 tableta cada 8 horas de 10 mg VO
Aspirina 1 tableta cada 24 horas de 100 mg VO
Lasilacto 1 tableta diario
Propafeno cada 12 horas de 300 mg VO
ANTECEDENTES
Enfermedades anteriores: cuadros gripales, hiperglucemia
Historia familiar de enfermedad: Padres aparentemente sanos y hermano con
DmMII

CAPÍTULO V

Conclusión

Gracias a la presión arterial, la sangre circula por los vasos sanguíneos y lleva
nutrientes y oxígenos a los órganos. Es posible distinguir entre la presión arterial
sistólica (el valor máximo de la tensión arterial cuando el corazón se contrae) y la
presión arterial diástolica (el valor mínimo de la tensión arterial cuando el corazón se
expande). La presión de pulso es la diferencia existente entre ambas presiones
(sistólica y diástolica).

El corazón es el músculo encargado de transportar la sangra a través de todo el


organismo, recibe la sangre desoxigenada por las venas y las envía oxigenada por las
arterias, cuando la sangre sale ejerce una fuerza sobre las arterias y estas realizan otra
contraria a esto se le llama la presión arterial.

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que afecta a todas las personas a
nivel mundial, pero en especial ataca a los hombres de raza negra y mujeres después
de la menopausia, es una de las enfermedades que más muertes ha causado por su
especial característica de ser silenciosa y acabar con órganos importantes del cuerpo
humano, por lo tanto su control ha sido una de las principales preocupaciones, para
poder disminuir la mortalidad y la morbilidad.

La calidad de vida que lleva cada persona puede ser uno de los principales factores que
aumente la hipertensión arterial, como son el sedentarismo, el alcoholismo, el tabaco,
la ingesta in adecuada de grasa, la sal, entra otros favorecen a esta enfermedad.

La manera más efectiva de prevenir la hipertensión arterial es tener una dieta


balanceada, realizar ejercicio y un control frecuente.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

•Agur MR, Dalley F. Grant. Atlas de Anatomía. 11ª ed. Madrid: Editorial Médica

Panaméricana; 2007.

•Boron WF, Boulpaep EL. Medical Physiology. Updated edition. Filadelfia (EEUU):

Elsevier Saunders. 2005.

•Costanzo LS. Fisiologia. 1ª ed. Méjico: McGraw-Hill Interamericana; 2000.

•Fox SI. Fisiología Humana. 10ª ed. Madrid: McGraw-Hill-Interamericana; 2008.

•Stevens A, Lowe J. Histologia Humana. 3ªed. Madrid: Elsevier/Mosby; 2006.

•Tortora GJ, Derricskon B. Principios de Anatomía y Fisiología. 11ª ed. Madrid: Editorial

Médica Panamericana; 2006.

•M, M. (s.f.). Ciclo Cardiaco. Recuperado el 24 de agosto de 2013, de Ciclo Cardiaco:

http://www.slideshare.net/maloryminaya/2-ciclo-cardiaco-diapos-fisio-unsa
•Moreno, A. T. (s.f.). Sistema cardiovascular- anatomía. Recuperado el 24 de agosto de

2013, de Sistema cardiovascular- anatomía:

http://www.infermeravirtual.com/files/media/file/100/sistema

%20cardiovascular.pdf?135860552

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