Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Actividad número 1:
Leemos es siguiente artículo del intelectual Óscar Horta
Ahora bien, esta capacidad no la poseen exclusivamente los seres humanos. También la
tienen muchísimos otros animales. Sin embargo, se asume habitualmente que únicamente
los seres humanos merecen nuestra consideración. Como consecuencia, los animales (o,
más bien deberíamos decir, los animales no humanos) son tratados como cosas. Son
explotados diariamente de las formas más terribles. Y se les deja sufrir a su suerte cuando
están en situación de necesidad, sin preocuparnos por darles ayuda.
¿Cómo puede justificarse esta actitud? Muchas veces se afirma que los animales no
merecen consideración porque esta solo ha de darse a quienes poseen unas capacidades
intelectuales complejas. Pero quienes defendemos que se respete plenamente a todos los
seres humanos debemos rechazar este argumento discriminatorio. Los seres humanos con
diversidad funcional intelectual significativa, así como los bebés que sufren alguna
enfermedad terminal, merecen exactamente el mismo respeto que cualquier otro ser
humano, pues pueden sufrir por igual. Asimismo, en otras ocasiones se afirma que solo
hemos de respetar a los seres humanos porque únicamente sentimos estima por ellos. Pero
la estima tampoco es un criterio justo. Una niña huérfana, sin nadie que la quiera y proteja,
necesita y merece el mismo respeto que otra rodeada de seres queridos.
En contraste, hay un método sencillo para juzgar de forma ecuánime a quién deberíamos
respetar. Entendemos normalmente que la justicia requiere imparcialidad. Pensemos, pues,
en lo siguiente. Supongamos que no supiésemos si fuéramos a nacer como seres humanos
o como animales de otras especies: ¿qué clase de mundo elegiríamos? Bajo tales
condiciones de imparcialidad, si pensásemos honestamente, seguramente escogeríamos un
mundo en el que se respetase a los animales. Esto indica que la actitud de
desconsideración hacia estos no está justificada.
Estas razones han llevado a que cada vez más personas vean tal actitud como una forma
de especismo. Con este término, acuñado ya hace medio siglo, se llama a la discriminación
de quienes no pertenecen a una cierta especie. La idea de que deberíamos rechazar el
especismo es todavía novedosa. Por ello, y porque cuestiona el provecho que obtenemos
del sufrimiento animal, es aún fácil de ridiculizar. Pero lo que importa no es eso, sino que es
también una idea muy difícil de rebatir. Y ese es el motivo por el cual el rechazo del
especismo y la defensa de los animales han llegado para quedarse.
Actividad 2: Elaboramos una reflexión propia en torno al debate sobre el especismo que
plantea el filósofo Óscar Horta.