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Silvia Arango Cardinal CIUDAD Y ARQUITECTURBA Seis generaciones que construyeron la América Latina moderna Seis generaciones que construyeron la América Latina moderna SILVIA ARANGO CARDINAL Ba A FONDO DE CULTURA ECONOMICA: CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Primera edicién, 2012 ‘Arango Cardinal, Silvia Ciudad y arquitectura. Sels generaciones que construyeron la Amé Latina moderna / Silvia Arango Cardinal. - México : FCE, FCE-Colombia, Conaculta, 2012 488 p. : us. ;23.x 17 cm ~ (Colec. Arte Universal) ISBN: 978-607-516-111-2 (Conaculta) ISBN: $78-607-16-1001-0 (FCE) 1. Arquitectura - América Latina ~ Siglo XX 2. Urbanizacién - América Latina - Siglo XXI. Ser. IL. LCNAT02 Distritucion mundial Diseno de Paola Alvarez Baldit D.R.€2012, Silvia Arango D.R.© 2012, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ‘Ax Paseo de Ia Reforma 175, pso3, Col. Cuauhtémoe 06500 México, D.F. D.R. © 2032, Ediciones Fondo de Cultura Econémica Colombia Lida, Calle 11, nim. 5-60, Bogord, Colombia D.R.2 2012, Fondo de Cultura Econémica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Mexico, D. Empresa certificada ISO 9001: 2008 Comentarios: editorial@fondodeculturaeconomica.com wow fondodeculturaeconomica.com Tel. (35) 5227-4672; fax (55) 5227-4694 Se prohibe Ia reproduccién total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos. ISBN 978-607-516-111-2 (Conaculta) ISBN 978-607-16-1001-0 (c=) Impreso en México « Printed in Mextco Indice general Agradecimientos 9 Introduccion 11 1.Sobre la unidad histériea_ 11 2. Sobre la historiografia urbana y arquitectonica 13 3. Sobre el método generacional 15 4.Sobre el procedimiento 18 Capitulo I. Generacién cientificista, 1885-1900 21 L.Las vigenciasheredadas 22 2. Nuevas vigencias cientificistas 28 3.El panorama urbano latinoamericano 34 4. Arquitectura de ingenieros 52 Las ciudades nuevas 61 Capinulo IL. Generacién pragmdtica, 1900-1915 77 1. Cireunstancias y perfil 77 2.Grandes obras urbanas 83 3. Metrépolisyciudades 94 4. Arquitectura y arquitectos 116 5. Entrecruces generacionales 130 Capitulo Ill. Generacion modernista, 1915-1930 132 1, Desparramamiento y diversidad 132 2.Vigencias 151 3.Ausencias 163 4. La invencién de la profesion de arquitectura 175 Capitulo IV. Generacion panamericana, 1930-1945 181 1. Cinco afios cruciales 181 2. Sistema de vigencias 207 3. Arquitecturay arte decorative 213 4, La accién de los arquitectos 228 5. La ciudad es superior ala suma de sus partes 243 6. Lavanguardia uruguaya 258 Capitulo V. Generacién progresista, 1945-1960 273 1. Cireunstancias y vigencias generales 273 2. Vigencias arquitecténicas 278 3. La arquitectura como signo de modernidad 296 4, Lavisién dela ciudad 321 Capitulo VI. Generacién técnica, 1960-1975 391 1. Lavigencia técnica 391 Laensenanza, el disenoyel espacio 399 3, Laconstruccidn vuelta arquitectura 404 4,Laciudad como problema 435, Colofén 451 Bibliografia 453 Créditos de imagenes 465 Indice de nombres 471 Introduccién 1. Sobre la unidad histérica E) desafio de este texto es entender una es- tructura hist6rica a través de la ciudad y la ar- quitectura, Esta estructura tiene una delimita- cién fisica: América Latina, y una delimitacion temporal: la época moderna. El trabajo se sus- tenta en la hipétesis de que durante el moderno, América Latina posee una serie de caracteristicas urbanas y arquitecténicas que la convierten en una unidad hist6rica. En principio, el érea de estudio comprende desde el Rfo Bravo hasta la Patagonia, territo- rio que delimita a América Latina. Esta decision, que surge de una voluntad personal no exenta de cargas emotivas, posee cierto grado de arbi- trariedad. Para justificarla se podria enarbolar el criterio de la contigitidad geografica, pero la linea del Rio Bravo no es lo suficientemente fuerte como para explicar la exclusion de Esta- dos Unidos y Canada; de hecho, existen mu- chas razones arquitecténicas y urbanas para considerar todo el continente y creer que la unidad histérica “América moderna” es perti- nente: esa intufcién se presenté con frecuencia durante el desarrollo de la investigacién. Otro criterio que justificarfa la unidad latinoameri- cana es la relativa homogeneidad de lengua y religién; aunque en Brasil se hable portugués, se puede considerar que es una lengua herma- na del espafiol, a diferencia del inglés, y que la religién catdlica supone diferencias culturales importantes respecto al protestantismo; con estos factores cohestonadores, habrie entonces que incluir los paises “madres” de Espana y Portugal al otro lado del Antico. En realidad, iin criterio que presuponga invariantes 0 esencias latinoamericanas, 0 situaciones de tan larga duracién que son casi estaticas, es valido. Todo lo real es aproximado. Jests ARANGO JARAMILLO. América Latina es, como todas las realidades humanas, una realidad histérica que se reco- nove socialmente y esta consagrada por el uso y le costumbre. La razén iltima de su unidad std en un sentimiento colectivo de radicacién: Jos latinoamericanos nos sentimos latincame- ricanos. Por otro lado, se puede alegar que América Latina no es una unidad porque en su interior existen notables diferencias. Une elemental di visién climética y émica distinguiria al menos cinco areas geograficas (México y Centroamé- rica; el Caribe; los paises andinos; el Cono Sun y Brasil) que demandarian andlisis relativa- mente independientes. Por el mismo camino de la subdivisién, al interior de cada area se pueden sefalarlas diferencias hasta legar a las unidades nacionales y subrayar que México es distinto a Honduras 0 que no son iguales Cuba y Puerto Rico, ni se pueden asimilar Colombia y Bolivia. Incluso al interior de cada pais es po- sible distinguir regiones: la sierra y la costa en el Pert, el sur y el narte en Chile, etc. Por el ca- mino de las diferencias, que existen y son féci- Jes de descubrir, se termine siempre en peque- fas unidades irreductibles que impiden la comparacién y estallan las constataciones en particulas disperses. En este trabajo se ha opta- do por el camino inverso, el de buscarlas simt- litudes, los denominadores comunes de la América Latina moderna. Esto no quiere decir que sea indispensable moverse entre generali- zaciones. Se parte de la hipétesis de que los procesos modernos se manifestaron de mane- 14 prloritaria en las cludades —en las grandes ciudades— y que ellas conforman una estruc- ‘tura. A partir del reconocimiento del sistema ul INTRODUCCION de jerarquias urbanas y sus reacomodaciones se pueden distribuir los acentos, hacer omisién de algunos asentamientos y concentrer la aten- cidn en otros, sin perder el sentido general. Respecto al recorte temporal, la “época mo- derna” comprende, en este estudio, desde las tilrimas dos décadas del siglo x1x hasta las tlti- mas dos décadas del siglo xx, que es la delimi- tacién de un periodo donde se supone una relativa homogeneidad y cuyos contornos em- piezan a hacerse nitidos con una distancia ac- tual de tres décadas. La dificultad de delimitar este periodo con fechas precisas surge del mé- todo generacional adoptado —que se explica més adelante—, pero para quien necesite de cortes temporales mas precisos, podrian usar- se las fechas limites de maxima actuacién de las seis generaciones estudiadas y precisarlo entre 1885 y 1975, Entre las razones que susten- tan esta delimitacién estan las consideraciones en toro a dos modalidades técnicas con sus artefacts y temporalidades de absorcién impacto urbano. 4 finales del siglo x1x hace su aparicién un tipo de técnica, de cardcter mecénico, que transformé las aglomeraciones preexistentes y permitié su acelerada expan- sién, hasta convertirlas en esa realidad histéri- camente nueva que llamamos la ciudad mo- derna. La aparicin de una modalidad técnica de cardcter digital y el crecimiento urbano des- mesurado en las tiltimas décadas del siglo xx producen fendmenos distintos que inician una nueva époce que por ahora, a falta de una me- Jor denominaci6n, puede lamarse “posmoder- na” Con toda su importancia, el impacto dela técnica modema no puede comprenderse sino como la manifestacién aparente de transfor- maciones més profundas en el sistema de vi gencias basicas. En este sentido, con distancia histérica, todo el periodo puede verse como una unidad de ideas y creencias basicas que le dan coherencia a las dinamicas de una estruc- tura social y sus realizaciones fisicas. Por otro lado, en arquitectura existe un consenso que acepta la unidad de Ia llamada “arquitectura 2 moderna” como un ciclo pertinente y cerrado, aunque hay muchos matices en la definicién de sus caracteristicas. En este trabajo se entien- de por arquitectura modema el proceso de un canon formal que estarfa comprendido desde sus inicios a partir del desmoronamiento del canon académico hasta su agotamiento, dando paso a los inicios de uno nuevo. La paulatina desaparicién de los principios académicos a fi- nales del 11x da origen a vigencias estéticas que no sélo se manifiestan en lenguajes formales y sistemas constructivos sino en la definicién mis- ma de la palabra arquitectura y en las caracte- risticas de la profesién, con una duracién que empieza a desaparecer, por profusién de arqui- tectos y arquitecturas, a finales del siglo xx. iPor qué insistir en la equivoca palabra mo- ‘derno para denominar este periodo? Es eviden- te que los términos modero, modernismo y modernidad se lian vuelto confusos por su ex cesiva utilizacién en diversos contextos y que cubren distintas acepciones y definiciones de- pendiendo de los paises, los autores o los as- pectos que se enfaticen. Una vez més, por el 1uso histérico corriente. Las seis generaciones estudiadas insistieron en autoidentificarse co- ‘mo modernas y la arquicectura que construye- ron fue insfstentemente denominada moderna, aunque cada una de ellas tuviera una interpre- tacion distinta de lo que ello significaba, En tl- tima instancia, la terca aparictén de ta palabra modemo significaba el ansia de ruptura con lo anteriot, la sensacién de estar inaugurando mundos inéditos, hasta el punto en que las pa- labras maderno y nuevo pueden considerarse sindnimas. Otra razén pare la delimitacién histérica es- cogida es la fe depositada en la observacién de Julién Marias sobre el hecho de que la “época mi- nima’ o “época elemental” de una estructura his- t6rica es la conformada por seis generaciones. En sentido estricto, seis generaciones cubren un periodo de unos 90 atios, lo que se aproxima al siglo, cuya pertinencia histérica es discernible a pesar de su artificislidad numérica. En una es- tructura social, seis generaciones constituyen una sucesién articulada por una memoria oral y directa, no mediatizada por la fijaci6n histéri- ca de la palabra escrita. Los relatos orales de hechos transmitidos por bisabuelos, abuelos y padres mantienen durante unas seis genera- clones su carge emotiva y el dramatismo de las creencias que les dan unidad y sentido. Adems de las consideraciones espacio- temporales aqui expuestas, la unidad “América Latina moderna’ ha sido sefalada por historia- dores de la politica, la economia ya literatura, resaltando aspectos como el proceso de conso- lidacién de las naciones y el paulatino dominio de un vasto territorio: le insercién latinoameri- cana en una economia internacional de merca- do; la condicién crdnica de pobreza y escasez en grandes masas de poblacién; la aspiracién a la igualdad y los mecanismos de ascenso so- cial; el paso de una situacién colonial a una neocolonial; la utilizacién de lenguajes forma- les exuberantes, etc. El avance de la reflexion de las ciencias humanas a escala latinoameri- cana en el periodo modemo no posee un co- rrelato en lo que respecta a la dimensién fisica o formal de la cludady de la arquitectura, don- de los trabajos generales son patticularmente escasos, 2. Sobre la historiografia urbana y arquitecténica La historia general de la ciudad y de la arqui- tectura modemas ha sido abordada por autores europeos muy reconocidos, entre cuyas obras se pueden mencionar: Poneros de! diserio moderno, de Nicolaus Pevsner (1936); Espacio, tiempo, arquitectira, de Sigiried Giedion (1941); Historia de la arquitectura moderna, de Bruno Zevi (1954); Historia de la arquitectura moder- na, de Leonardo Benévolo (1957): Teoria y dise- io en la era de la maquina, de Reyner Banham (1957); Ideales de la arquitectura moderna, de Peter Collins (1988): Arquitectura contempord- INTRODUCCION. nea, de Manfredo Tafuri y Francesco Dalco (1978); Arquttectura moderna: una historia cri- tica, de Kenneth Frampton (1980), y Arquitec- tura moderna, de William Custis (1990). Estos libros constituyen la historia oficial y canénica del movimiento moderno y son los textos con que todos los arquitectos del mundo —inclui- dos los latinoamericanos— han sido formados. A pesar de las diferencias en los enfoques, estos autores tienen en comtin la construccién de un relato con pretensiones universales pero con un marcado eurocentrismo, que enlaza even- tos vanguardistas y establece un firmamento de arquitectos estelares que dan origen a la ar- quitectura moderna en todas partes del mun- do, En estos relatos es muy escasa la aparicion de arquitecturas letinoamericanas. En los titimos 30 afios, paralelamente ala organizacién de maestrias y doctorados, en dis- tintos pafses latinoamericanos se han publi- cado numerosos trabajos histéricos sobre la arquitectura y la ciudad de temas muy acota- dos: procesos urbanos en una cludad; mono- grafias de arquitectos; estudio de barrios: te- mas funncionales en un lugar (sobre vivienda, la mayoria), y varias e interesantes historias na- cionales. Sin embargo, son casi inexistentes los trabajos globales donde se puedan insertar las plezas sueltas de estos trabajos parciales, Para obtener una panorémica histérica general lati- noamericana sélo hay dos libros, ya conside- rados clésicos, que presentan una sintesis ge- neral: Latinoamérica, las ctudades y las ideas (1976), de José Luis Romero (1909-1977), y Ar- quitectura y urbanismo en Iberoamérica (1983), de Ramén Gutiérre7 (n. 1939), a los que habria que afadir la serie de escritos dispersos en libros, ensayos y articulos de Jorge Enrique Hardoy (1926-1993), En vista de la amplinud temporal de estos trabajos, que cubren varios siglos, no hay un examen detenido del periodo moderno. Como interpretaciones generales sobre la arquitectura latinoamericana del siglo xx, hay dos libros: Otra arquitectura en América Lati- 3 INTRODUCCION na (1988), de Enrique Browne (n. 1942), y Amé- rica Latina. Fim de milenio. Raizes e perspecti- vas de sua arquitetura (1991), de Roberto Segre (n. 1934), publicado en portugués. Con una vi- sién limitada a una, dos o tres décadas hay tam- bién recuentos de arquitectura latinoameri- cane en: Latin American Architecture since 1945 (1955), de Henry Russell Hitchcock (1903-1987); elsercer tomo de Encyclopédie de Architecture Nouvelle (1954), en francés, de Alberto Sartoris (1907-1991) —dedicado al “Orden y clima ame- ricanos"—; Arquitectura latinoamericana 1930- 1970 (1969), de Francisco Bullrich, y America Latina. Gli ultimi vent’anni (1890), con edicio- nes en italiano y francés, de Jorge Francisco Liermur (n. 1946). Llama la atencién el hecho de que casi todos los historiadores que se han pre- ocupado por hacer visiones latinoamericanas generales son argentinos. Debo advertir que aqui s6lo hago referencia a los libros estructura- dos como historias generales, con la responsabi- lidad e interpretacién de un solo autor, y omito muchos otros que recopilan ensayos y articulos de varios autores. Apesar de los distintos enfoques e interpre- taclones las historias de la arquitectura hechas en América Latina derivan del canon historio- grafico general y buscan los origenes de los procesos modemnos en nuestro continente en arquitectos o movimientos fundamentalmente europeos, Por ello la nocién de influencia se privilegia como cause explicativa fundamental delas ransformaciones formales hasta el punto en que, con frecuencia, se niega toda posibili- dad creativa original a los procesos de la arqui- tectura moderna latinoamericana. El concepto de influencia ha sido una preocupacién te6rica que he tenido desde hace varios afiosy he exa- minado en cursos académicos. Algunas de estas. teflexiones estén voleadas en el articulo hecho en compatiia de Jaime Salcedo “Aproximacién a un estudio de las influencias’ publicado en la revista Textos (mim. 8, 2003) del posgrado de historia y teoria del arte y la arquitectura de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional 4 de Colombia, donde se examinen la intensi- dad, duracién, modalidades y matices de las influencias en la historia arquitecténica. En ese articulo se subraya el hecho de que las influen- clas no “legan” sino que “se escogen’ y, por ello, en todo proceso de contacto entre cultu- ras, cuando algo influye de manera intensa y duradera, esta influencia dice més de la cultura receptora que de la emisora En arte y arquitectura, la comparacién con los precedentes formales es muy importante para la formacién del juicio estético yes normal que en todas las historias aparezcan algunos creadores como artifices originales de propues- tas que luego se expanden en otros contextos. ‘Sin embargo, esta nocion operativa de las in- fluencias puede hacerse sélo si se hace énfasis en los aspectos formales, haciendo abstraccién de las pecuiliaridades y especificidades de los contextos de produccién y recepcién de la ar- quitectura. Si se intenta, como se hace en este texto, encarnar la arquitectura dentro de proce- sos sociales para entender su sentido, los pre- cedentes formales ocupan un lugar subordina- do. Si de lo que se trata es de desentrafar la manera en que se vivid la modernidad en Amé- rica Latina, en una historia vista desde América Latina, el énfasis no esta depositado en los ob- jetos arquitectonicos sino en sus actores, es de- cir, més en los arquitectos que en las arquitec- turas y, también, més en los urbanistas que en laciudad. Las intenciones colectivas —genera- cionales— de los actores se revelan en las vici- “situdes de la profesién, en los congresos y en las organizaciones gremiales y educativas, te- mas a los que se prestd especial atencién. Lanocién de infitencia es muy cereana @ la nocién de estilo, pues aquélla suele producirse en los repertorios o motivos formales. En el dis- curso historiografico canénico de la arquitec- tura modema es corriente que se establezean clasificaciones estilisticas en secuencia crono- 16gica para dar cuenta de las transtormaciones arquitect6nicas progresivas. El traslado mecé- nico de los estilos derivados de las secuencias europeas es bastante problematica en América Latina y deriva en vicios interpretativos, como yalo habia anotado Marina Waisman en El inte- rior de la historia. Histortografia arquitecténica para uso de latinoamericanos (1990): a frecuen- te superposicién de estilos de distintas proce- dencias y époces lleva a la estigmatizacisn de la arquitectura latinoamericana, generalmente tildada de ecléctica; la insuficiencia constructi- va condena a que los estilos sean vistos como capas ornamentales superticiales sin consultar concepeiones espaciales 0 sistemas estructura les complejos y costosos; el seguimiento de categorfas estilisticas europeas no permite en- tender estilos propios ni procesos formales in- dependientes, que no tian sido reconocidos ni tienen nombre; la secuencia estilistica europea como base de la periodizacién deriva en la in- terpretacién de un anacronismo constitutive de la arquitectura latinoamericana. Aunque se reconoce la urilidad de las cate- gorias de estilo e influencia en toda historia del mundo formal, en el presente texto se busca problematizar y complejizar estas dos nocio- nes, y usarlas de manera critica. Esta interpre- tacién altemativa, que desecha la contamina- cién de las formas en las formas, consiste en examinar el proceso histérico de conformacién de las ideas y creencias, sedimentadas en vi- gencias, Desde un punto de vista cultural y es- tético la nacién de progreso es inoperante en arquitectura, pues es poco creible que el Museo Guggenheim de Bilbao sea mas perfecto que el Partendn 0 que las catedrales gétieas sean cul- turalmente mas elementales que el edificio de la onU. El progreso, en cambio, es mas verosi- mill sise atiende al punto de vista constructivo. La paulatina aparicién de nuevos materiales y técnicas constructivas permiten decir que si hay adquisiciones —acquis— irreversibles. En. efecto, el arco puede verse como una supera- cién del dintel y las estructuras en hormigén armado como un avance estructural respecto a la mamposterfa, aunque el arco no elimina el dintel niel conereto elimina la mamposteria. El INTRODUCCION rogreso construetivo no seria entonces un pro- ceso de superacién por eliminacién de lo ante- rior, sino una ampliacién de las alternativas disponibles. Los momentos ricos en cambios téenicos suelen coincidir con debates apasio- nados de los supuestos bdsicos de la vida, pues se viven como rupturas histéricas, y las inno- vaciones técnicas en los materiales y sistemas constructivos en la época moderna estardn acompanados de un intenso debate sobre los principios arquitecténicos. Cuando hay transformaciones cruciales en las concepciones de la vida se conforman ga- lasias de propuestas formales tributarias de un mismo conjunto de creencias que aparecen en distintos sitios més 0 menos simulténeamente. Las comunidades arquitecténicas y urbanas se influyen reciprocamente en un proceso fecun- doy creador, en el cual ha participado América Latina en Ta época moderna. De esta manera, no habria un tinico origen —o momento origi- nal— sino varios momentos creativos origina ros. Vistas asf, las formas arquitecténicas ¥ ur- banas que se hicieron en América Latina en la época moderna no vienen de formas genera- das en otra parte, que coplamos, adaptamos 0 adoptamos, sino de! hecho de compartir y de- batir ideas generales que produjeron, creativa- mente, altemativas arquitecténicas en suelo letinoamericano. 3. Sobre el método generacional Las caracteristicas derivadas de la unidad espa- clo-temporal escogida, América Latina moder- na, y las consideraciones historiogréficas antes expuestas llevaron a estructurar la investiga- cidn yel texto con un método generacional. La duracién de la vida humana es el sistema mas antiguo de medici6n temporal y desde el Anti- guo Testamento, la Ilfada o las dinastias egip- clas se la ha utilizado para dar cuenta del rans- currir del tiempo. En estos casos, en realidad se trata més bien de “genealogias; pues se busca~ ba medir los tiempos que habian transcurrido hasta ese momento. La palabra genealogia vie- ne de engendrar y se define como “serie de pro- genitores y ascendientes de cada persona” y por ello mira hacia atrés, hacia los padres, los abuelos, los bisabuelos, etc. La generactén es un concepto conexo que indica la accién y efecto de engendrar y se define como “la suce- sion de descendientes en linea directa” y gene- ralmente mira hacia delante, hacia los hijos, nietos, bisnietos, etc. En historia, los dos térmi- nos se usan indistintamente; el concepto de generaciGn suele usarse para designar grupos de contempordneos que tienen una ocupacién yun enfoque comunes, En este trabajo se toma la noci6n de genera- cidn en el sentido restringido que le dio el filé- sofo espafiol José Ortega y Gasset en distintos escritos, luego precisados por su discipulo Ju- lién Marias en sus libros El método historico de las generaciones (1948) y La estructura social (1955). Si bien éste es el origen intelectual, hay también una razén vital y personal para haber adoptado esta opcidn metodolégica. En los es- tudios inéditos sobre historia politica colom- biana y americana que hizo mi padre, Jesis Arango Jaramillo, a lo largo de su vida, aplicé siempre un método generacional orteguiano. Desde siempre, el "modo de pensar generacio- nal” fue para m{la manera natural de pensar la historiay no he encontrado un método alterna- tivo que me parezca més convincente y verosi- mil que este método heredado. La generacién, en esta corriente de pensa- miento, surge de le observacién de los distintos estadios de la vida, que no transcurre de mane- ra mecénica y continua por acumulacién de dias 0 afios, sino de manera vital, por edades, puesto que, como dice Ortega y Gasset, “la edad esel modo que tiene el tiempo de estar en i la duracién de la vida humana es afios, se puede segmentar en cinco ‘edades bésicas, con ritmos de 15 aftos: el nifio (0.15 aftos), el joven (15 2 30 anos), el adulto (30 a 45 afos), el hombre maduro (45 a 60 16 afios) y el anciano (60 a 75 anos). Aunque la If nea divisoria entre las distintas edades no pue- de tomarse como un limite preciso, es evidente que, siguiendo ciclos biolégicos, desde épocas muy antiguas se reconocen estas cinco edades basicas y han sido subrayadas por ritos de ini- ciacién en las distintas culnuras, por institucio- nes como el consejo de ancianos y por la evi- dencia de que la edad de maximo poder y fuerza intelectual es Ja del hombre maduro. El paso de una edad a otta no es paulatino sino suibito: uno se encuentra en un momento dado con que el nifio ya es un joven, 0 con que el jo- venyaes adulto. A partir de estas constataciones, “la genera- cidn se define como el grupo de personas que tienen la misma edad y estén en contacto’ y se puede ilustrar con la metafora de una caravana ‘que marcha por la vida y se cruza con otras ca- ravanas que estén en marche hacia otros desti- nos. Las personas de una misma generacién son coetdneas y entre ellas existe una intima complicidad 0 identidad generacional, mien- tras que las personas que estén vivas en un mismo momento histérico y pertenecen a dis- tintas generaciones son contempordneasy, aun- que comparten una misma situacién, la vi- ven de manera diversa segiin sus respectivas edades. Un evento como la aparicién de la luz eléctrica es vivido de manera distinta por los jovenes que por los ancianos, por ejemplo, aunque ambos contemplen simulténeamente el mismo hecho objetivo, Los lazos que cohesionan a los coeténeos, es decir, alos miembros de una misma genera cidn, son sus vigencias. En el sentido en que Ortega y Gasset usa la palabra, las vigencias pueden definirse como el conjunto de ideas, creencias, valores y costumbres que forman una interpretacién de la realidad con la que debe contarse y que, para ellos, constituye la realidad misma, Los miembros de una misma generacién no poseen ideas 0 creenclas undni- mes y es normal que diserepen en muchos as- pectos, pero lo hacen a partir de un consenso impersonal generacional, que es lo que se su- pone, lo que se dice, lo que se piensa. Los indi- viduos no estén determinados por la genera- cién a Ia que pertenecen, no es un destino inapelable, pero las vigencias de su generacién sf forman su palsaje, sus circunstancias. Este sujeto colectivo —la generacién— funciona como una interpretacién del mundo que se ac tiva en cada individuo; en este sentido lo social no esté “fuera” sino “dentro” de cada persona y cada uno lo vive como un horizonte de posibi- lidades y desafios que uno aprende @ recono- cer como una tesitura o coloracién vital colec- tiva, Las vigencias se forman como reaccién a Jas mismas cireunstancias recibidas en las mis- mas edades y conforman el piso estable desde el cual enfrentar los retos histéricos. La generacién es una distancia histérica in- termedia desde la cual es posible ver con clari- dad los aspectos individuales —biograficos— y los aspectos colectivos —sociales—, lo que la convierte en una categoria especialmente itil para entender aspectos que tlenen que ver con procesos creativos como la arquitectura (de in- dole individual] y la ciudad (de indole social). Siguiendo el ritmo de las edades, se calcula que el momento de maxima actuacién, 0 perioda en el mando de una generacién, son los 15, aftos en que son adultos maduros, es deci cuando estén entre los 45 y Los 60 afios, lo que permite deducit los atos que los definen como generaciGn a partir de sus fechas de nacimien- 10. El ritmo histérico que impone esta segmen- tacin es muy titil cuando se manejan panora- ‘mas amplios, como América Latina moderna, y da cuenta de procesos globeles. Sin embargo, tal vez no sobre explicitar algo que es obvio: las fechas de nacimiento v mando que definen cronolégicamente una generacién no son una talanquera infranqueable, sino que se trata de una franja difusa de limites temporales en tor- no a una fecha. Miltiples excepciones pueden domostrar que un arquitecto puede pertenecer ‘una generacidn distinta a la que indica el ano de su nacimiento. Esto es especialmente fre~ INTRODUCCION cuente en los casos limitrofes. Cuando la fecha de nacimiento de un arquitecto cae entre la zona difusa que separa dos generaciones, es necesario examinar la actuacién fundamental durante su vida, para establecer realmente qué generacién pervenece. Cuando los casos limitrofes son muchos y destacados, como es el caso de la aqui llamada vanguardia uruguaya, se pueden producir interesantes manifestacio- hes arquitecténicas acaballadas entre las vi- gencias de dos generaciones. Como método historico, es indispensable entender que, bajo este enfoque, las generacio- nes no se suceden sino que se traslapan. En todo momento histérico hay una superposi- cidn de tes generaciones en el escenario pi- blico: una vieja en retirada pero atin actuante, una en pleno poder 0 méxima capacidad de accién y una en ascenso que pugna por mani- festarse, De todas las luchas histéricas, la més constante, la que carga de dramatismo y ten- si6n a la historia, la que constituye su dinamica interna, es la lucha generacional. No siempre esta lucha versa sobre los mismos temas. Ca- da generacién introduce repertorios de temas nuevos que le son especialmente importantes y en muchas ocasiones las viejas razones de disputa dejan de tener sentido. Por ello es fre- cuente que las controversias no se resuelvan sino que se disuelvan. Lo esperable es que, du- rante 15 aftos, la generacién en su momento de maximo poder impregne todas las esferas de la vida colectiva de su manera de sentir el mun- do; por ello lo normal es que cada generacién, cuando ¢s joven, se enmarque dentro de las vi- gencias de la generacién anterior y, cuando es vieja, dentro de las vigencias de la generacién siguiente. Un ejemplo puede ayudar a aclarar esta idea: lo normal es que un arquitecto, adul- to joven (en sus 30 aftos), haga la arguiteccura que se esté haciendo cuando empieza a figurar Luis Barragén y Lucio Costa hicieron arqui- tectura neocolonial en su primera época—, aunque ella no pertenezca alas vigencias de su generacién sino a las de la que los precede y, a av nTRODUCCION Ja vez, es normal que un arguitecto viejo (en sus 70 afios) abandone sus intimas demandas y gustos arquitecténicos por no sentirse obsoleto y estar a la moda —Carlos Obregon Santacilia hace cajas de vidrio en su vejez—. Sin embar- go, esta regla esté llena de excepciones. Hay ge- neraciones fuertes y vigorosas que afirman de manera agresiva y contundente sus vigencias desde edades tempranas y hay generaciones débiles que no logran imponer claramente sus vigenclas en su momento de poder y quedan estranguladas entre las dos generaciones con- temporaneas. También hay casos individuales, de arquitectos especialmente dotados, longe- vos y prolificos, que logran mantener su vigen- clay traspasar varias generaciones por encima de Ios procesos normales. No todas las genera- ciones se destacan en los mismos campos: hay unas dotadas para el poder politico y otras para la poesta, algunas para el urbanismo y otras, para la arquiteetura, Una de las consecuencias del método histé- rico de las generaciones es la de una periodiza- cién que, si bien tiene una linea cronoldgica di- reccionada, avanza en zigzag; en vez de tener nitidos cortes temporales, cada periodo debe re~ troceder y avanzar puesto que esté teftido de las vvigencias de las tres generaciones superpuestas. Unaiio especifico —por ejemplo, 1945— puede aparecer en distintos capftulos, y en cada uno de ellos destacar aspectos distintos, depen- diendo de cada generacién. Si este método de periodizacién no permite una cémoda lectura de sucesién cronolégiea lineal ni descansa so- bre una fécil lectura de causa y efecto, presenta en cambio la ventaje de recrear los stcesos his tOricos de manera més veraz. 4. Sobre el procedimiento Para precisar las distintas generaciones, Julién Marfas recomienda establecer un ampli lista- do de personajes y escoger dentro de ellos al- gunos muy representativos. La fecha de naci- miento de estos personajes representatives, 0 eponimos, es le clave alrededor de la cual se es- tablecen (sumando y restando siete aiios y me- dio) los 15 aftos que delimitan su generacion, Ese fue el procedimiento seguido aqui. Llevé varios aiios hacer un amplio recuento de arquitectos latinoamericanos del dltimo si- gloy medio, pais por pais, hasta obtener un lis- tado de unos 600 arquitectos, pata los cuales se estudiaron y consignaron una breve biografia y sus obras y actuaciones principales. Sobre este diccionario basico de arquitectos modernos la- tinoamericanos, que sirvis de sustento al taba- je posterior, es necesario hacer dos anotacio- nes, La primera es la disparidad de informaci6n; GRirICA 1. Generactones de la arquitectura latinoamericana moderna 18 mientras que en algunos pafses, como Brasil, México y Argentina, que tienen una historio- grafia avanzada, se encuentra informacién a veces muy detallada de sus arquitectos, en otros paises, como Honduras, Nicaragua o Paraguay, es muy dificil enconttar estudios o trabajos so- bre la arquitectura de estos aftos. La segunda es la infrecuente aparicién de las fechas de ar- quitectos en los trabajos sobre historia de la arquitectura; entre nosotros no existe la cos- tumbre —practicada en otros contextos— de poner las fechas de nacimiento y muerte de los actores. Como en este trabajo la fecha de naci- miento era un dato fundamental, fue necesario apelar a la buena disposicién de muchos cole- gas y amigos latinoamericanos y, en ocasiones, deducitla a partir de las obras y actuactones. La paulatina familiaridad que se va adqui- riendo en el estudio de edificios, datos, docu- mentos y lecturas a lo largo de mds de 10 aftos fue decantando certezas sobre las caracterfsti- cas de cada generacidn, el reconocimiento de grupos de arquitectos que se identificeran con ellas y la identificacisn de eventos significati- vos qute concentraran las vigencias de cada ge- neracién o que fueran reveladoras de luchas intergeneracionales. Estas constataciones per- mitieron establecer a grandes rasgos la secuen- cia generacional a partir del periodo de maxi- ma actuacién de cada generacién, La fecha de nacimiento de personajes epénimos, como An- dré Reboucas (1838), Antonio Rivas Mercado (1833), Victor Dubugras (1868), Ricardo Gonzi- Jez Cortés (1887), Carlos Ratil Villanueva (1900) y Joao Vilanova Artigas (1915), sirvieron para hacer una delimitacion més precisa. Como se habia advertido antes, los limites temporales son franjas difusas de unos cinco aos, a veces muy cargedos de intensidad his- t6rica —como es el caso que rodea la fecha de 1930—, pero cuando se examinan largos perio- dos de tiempo se puede percibir con claridad que los arquitectos tipicos de una generacién tienden a nacer alrededor de la fecha de naci- miento de los personajes epdnimos y que, INTRODUCCION como ritmo generacional, esta segmentacién temporal cada tres lustros tiene sentido. Respecto a las fuentes utilizadas, se consul- taron dos tipos de documentos. Por tn lado, material de la época, lo que incluye libros de los distintos actores y sobre todo le revisién minuciose de varies colecciones de revistas co mo Arquitectura, de Montevideo (entre 1920 1934); Revista de Arquitectura, de Buenos Aires (entre 1927 y 1946); El Arqultecto (luego Revista de Aquitecturay luego Arquitectura), de La Ha- bana (entre 1928 y 1946); Arquitetura e Urba- nismo, de Rio de Janeiro (entre 1936 y 1941 Revista Municipal de Engenharia (entre 1936 y 1947), de Rio de Janeiro; Habitat, de Séo Paulo (entre 1950 y 1956); Arquitectura y Arte Decora- tivo, de Santiago de Chile (entre 1928 y 1930); EI Arquitecto Peruano, de Lima (entre 1937 y 1945), y Anguitectura, de México (entre 1946 y 1957); ademds de la consulta esporddica de otras re- vistas y publicaciones periddicas en distintas bibliotecas. Por otro lado, se consultaron fue tes secundarias recientes: libros y articulos pu- blicados, tesis de pregrado y posgrado inéditas y entrevistas, conversaciones y consultas con sctura, El au- varios historiadores de la arqui mento escalar de estudios pormenorizados en afos recientes fue motivo de desazén, pues a pesar del esfuerzo por adquirir publicaciones en distintos paises, era cada vez més evidente que no podria abarcar todo el enorme cimulo de investigaciones que se estén produciendo en América Latina. En muchos de estos estu- dios que logré conocer hay datos que sirvieron para apuntalar algunas intuiciones, pero 2 la vez permanecia la sensacidn de no conocer tra- bajos que documentaran de manera més preci- sa otras afirmaciones. En trabajos generales com el de este libro se corre siempre el riesgo de equivocarse en datos especificos que un es- ‘tudio detallado puede invalidar. Dada la profu- sién y diversidad de documentos consultados, se opt6 por remitir las referencias especificas los pies de pagina, en ver. de hacer una biblio- srafia final 19 nTRODUCCION Se presté une atencién especial a los docu- mentos graficos: fotografias, dibujos y planos urbanos y arquitecténicos. Para ello revisé va- ios archivos en distintos paises y, en la medida de lo posible, reproduje algunos materiales por medios digitales; ademés conté con la genero- sidad de varios investigadores que me facilita- ron sus archivos propios. Entre estos materiales gzaiicos, los planos de distintas épocas de las ciudades principales fueron examinados con detenimiento para extraer de ellos informacion no explicita en los documentos eseritos pero muy reveladore de procesos urbanos cualita~ tivos. La lectura e interpretacion de fuentes grd- ficas ha sido una inquiewud que se ha desarrolla- doen elcontexto académico al que pertenezeo y fueron aplicadas en distintas fases de esta inves- tigaciin. Seneracidn progresista se formé bajo cir siancias politicas dificiles y polarizadas y Hi intensamente en su juventud los antece- les de la segunda Guerra Mundial. Rotos wos con Europa, sin modelos claros de refe. a, buscé refugio en expresiones ensimismadas y cercanas al arte plistico. una generacién que ejercié plenamente su idn en la posguerra, en ciudades en fran- etecimiento y transformacién, cuando la ar- itectura se convirtié en un vehfeulo privile- de ideas y proyectos de ollo, Inoculados irremisiblemente con el us de lo modemo, huérfanos de paternidad sponsable y obligados a enfrentar grandes re- Jos modernos latinoamericanos responden maltura a sus desafios y hacen una de las ar- lilecturas mas interesantes, creativas y origi- es de toda nuestra historia. Pertenecen a generacién arquitectos muy importantes y eonocidos, como Julio Vilamajé (1894-1948), Garlos Rati Villanueva (1900-1975), Wladimiro ta (1900-1967), Luis Barragén (1902-1988), ‘Costa (1902-1998), Henry Klumb (1905- #2), Oscar Niemeyer (n. 1907) y Roberto Bur- Marx (1909-1994), Gircunstancias y vigencias generales da Guerra Mundial, polarizacién ralismo progresista nedida que avanza la década de 1930, el pa- politico europeo empieza a enrarecer- simpatias iniciales que suscitaba Mus- iio las adhesiones a Hitler se desmoronan CAPITULO V Generaci6n progresista 1945-1960 répidamente. Mussolini, sobre todo, tuvo cierto ascendiente entre los latinoamericanos entre 1933 y 1940, y en el dmbito de la arquitectura se Ie veia como un librepensador: “Mussolini, ob- servado bajo este angulo [el cultural], ha encar- nado felizmente el verdadero papel de jefe de gobierno: aparta los obstaculos para la libre ex- pansion de la inteligencia y del arte, y estimula las iniciativas, vengan de donde vinieren’.' Por otra parte, el arquitecto Marcello Piacentini rea~ lizé algunos proyectos en el Brasil y la moda de un neoclasicismo simplificado que impregna itucionales en estos anos imputable a la influencia de la arqui- tectura fascista italiana, Pero a medida que avanzé el conflicto bélico, América Latina opt6 finalmente por los Aliados y entre 1941 y 1944 todos los paises rompen relaciones 0 declaran, la guerra a Alemania e Italia. ‘América acoge una migracién selecta de in- telectuales, entre ellos muchos arquitectos, ex- pulsados por la Guerra Civil espafiola y por las, distintas persecuciones politicas en Europa. Las revistas de arquitectura procedentes de Eu- ropa —fuente tradicional de toda sabiduria ar- quitecténica— empiezan a desaparecer. Entre las més significativas estén: la alemana Was- ‘muths Monatschefte Baukunst, fusionada con Stadtebau, que deja de circular en 1932; la ho- landesa Wendingen, muy le{da en el Cono Sur, desaparece también en 1932; la espafiola Ar- quitectura se deja de publicar en 1936; la italia- na Architettura circula hasta 1943; la alemana Moderne Bauformen detiene su produccién en * Gerson Pompeu Pinheiro, “O estado e a arquitetura’ Ar- quitetura ¢ Urbanismo (Rio de Janeiro, julio y agosto de 1938). 273 GENERACION PROGRESISTA 1944, yla francesa Architecture d/Aujourd'Hui, que tenfa muchos abonados en América Lati na, se suspende a fines de 1939 y retoma su iaen Ar emisién parisina en 1946; en 1947 i gentina una versién castellana, La Arquitectura de Hoy, que publica algunos nimeros con pro- yectos preponderantemente latinoamericanos. ‘Todos los ciudadanos americanos, los del sur y los del norte, tardardn en comprender que una nueva guerra se avecina. A finales del 38, la revista Urbanismo e Arquitetura del Instituto de Arquitectos del Brasil transcribe el articulo de prensa “La paz no esta asegurada’, que rela- tala invasién alemana a Checoslovaquia; dice que, “aunque el sacrificio de Checoslovaquia salvé a Europa de una catastrofe inmediata’, duda que se trate de una paz duradera; previe- ne contra el “galope infernal de Hitler” y pro- nostica la adhesin de Italia y la posible inva- sién de Francia.’ Gon temor y sorpresa, los siguientes meses serdn la constatacién brutal de que una nueva y tremenda guerra se ha des- atado en Europa. Espectadores lejanos, sin comprender a cabalidad todas sus implicacio- nes, los latinoamericanos empiezan a recibir las consecuencias de la guerra. La situacién politica latinoamericana no se explica s6lo por las polarizaciones que emanan de la guerra europea; también sigue inercias continentales y nacionales. Elambiente de cam- bio que se vive en Latinoamérica a comienzos de los treinta serd el campo de cultivo de los j6- venes, que tenderin a dividir el mundo circun- dante en situaciones limite ante las cuales es imperativo definirse, pero a medida que se van sofocando las aventuras de cambios politicos se consolidan gobiernos fuertes y duraderos, la mayor parte de ellos militares panamericanos. Desde finales de los aos cuarenta la situacién, politica comienza a cambiar en la mayoria de * Domingues dos Santos (ex presidente del Consejo de Ministros de Portugal), “A paz nao esta assegurada’ pu: blicado en 0 Journal y reproducido en Arquitetura e Ur- anism, ano Ul (Rio de Janeiro, septiembre y octubre de 1938) 274 los paises, y la década del cincuenta se con un panorama signado por el enf miento de bandos opuestos que podrian: terizarse de “izquierda y derecha® In dientemente de que se impusiera uno ug bando o de que se lograra un cierto eq de centro, en el interior de los pafses se prod cen fuertes presiones que en varios como en Centroamérica, se viven en forma inestabilidad y frecuentes golpes de Estada. polarizacién permea incluso las fuerzas mil res, que en pocos lugares mantienen una sién de cuerpo y tienden a dividirse i mente, Todo indi sin embargo, que en cincuenta contintia el populismo domi de las dos décadas anteriores y las adseripe nes politicas no se enmarcan atin en el cont to dela Guerra Fria que se impondré en los sesenta Si se examinan las fechas de nacimiento los presidentes latinoamericanos para dos de 1958, en 16 de los 21 paises se ha plido un relevo generacional y los partidos en el poder representan todo el espectro ideol co, como se intenta mostrar, a grandes r en el cuadro v1. A finales de los aftos cuarenta las lucha sindicatos, partidos comunistas y grupos nos ejercieron fuerte presién sobre gobi nacionales y municipales, pero ya en lad del cincuenta tenderé a imponerse un libe mo progresista que oscila entre la represién posiciones extremas y la tolerancia por las nifestaciones populares, con efectos import tes en las ciudades. A diferencia de libera del siglo xix, mas que en la libertad de io, la libre empresa, la iniciativa individualy libertad de cultos, se enfatiza en el sufragio un versal, el desarrollo industrial y el papel prot tor del Estado, En la década del cincuenta corporan el sufragio femenino los paises que lo tenian y se considera que una verdaden democracia es aquélla en que el Estado gu tiza salud, educacién y servicios; es la dé por excelencia de los estados proteccionis CGENERACION PROGRESISTA Cuapro v.1 Julio de 1958 Adolfo Ruiz Cortines (1890-1973) Miguel Idfgoras Fuentes (1895-1982) militar, derecha José Marfa Lemus (1911-1993) militar, progresista Luis Somova Debayle (1922-1967) derecha Ramén Villeda Morales (1908-1971) _ liberal progresista José Figueres Ferrer (1906-1990) * liberal progresista Ernesto de la Guardia (1904-1983) Coalicién Patriética, derecha PRI, centro Fulgencio Batista (1901-1973) derecha Rico Luts Muftoz Marin (1898-1980) centro publica Dominicana Rafael Lednidas Trujillo (1891-1961) militar, derecha Frangois Duvalier (1907-1971) militar, derecha ’ Alberto Lleras Camargo (1903-1900)* liberal progresista neuela Wolfgang Larrazdbal (1911-2003) junta militar provisional Camilo Ponce Enriquez (1912-1976) _ liberal progresista Manuel Prado Ugarteche (1899-1967) liberal Hernan Siles Suazo (1913-1996) liberal progresista Alfredo Stroessner (n. 1912) derecha Juscelino Kubitschek (1902-1976) liberal progresista Carlos Ibex del Campo (1877-1960) militar, derecha Arturo Frondizi (1908-1995) liberal Carlos L. Fischer (1903-1969) sistema colegiado *Precisiones: En Costa Rica, José Figueres, quien fue tres veces presidente, deja la presidencia en mayo. En Colom enjulio de 1958 Alberto Lleras ya habia sido electo pero toma posesién el 6 de agosto. En Venezuela, tras la caida de Pérez jiméne7 en enero de 1958, asume el poder una junta provisional que convoca a eleceiones; el presidente >, Rémulo Betancourt (1908-1981), liberal progresista, toma posesin en febrero de 1959, Este liberalismo politico moderno se afirmé —_econémicas equitativas que excluyeran eual- los totalitarismos inmediatos pasados y _quier deseo de dominacién, propésitos que ani- ubrayaba la idea de América como tierra de maron la creacién de la ora (Organizacién de nde historia de Europa”." El liberalismo pro- ista se sustentaba en una expectativa opti ante el desarrollo de las economias y el echamiento de las riquezas latinoameri sy Se tenia la conviecién de que se vivia “el impresionante avance material” Por ello, ando de lado un nacionalismo “vanidoso y ia” se alentaba la bisqueda de relaciones nan Arciniegns (1900-1999), “América yl bertady ca, tains. 63 y 64 (Bogotd, abril y mayo de 1950) Estados Americanos) en 1948. La desigualdad efectiva en estas relaciones econémicas fo- menté pronto un sentimiento latinoamerica- nista, que vefa con suspicacia a los Estados Unidos; la divisi6n entre dos Américas —a del norte y la del sur—se entroniza en las vigencias colectivas sepultando las aspiraciones pana- mericanistas de la generacién anterior, La com- pleja confluencia de factores en la compos cidn ideolégica de sectores enfrentados dara origen a interesantes © imaginativos experi- “Las frases entre comillas estén tomadas de Eduardo Santos, “Problemas de América Latina, Diferencias y se- 'mejanzas’ América, mim. 75 (Bogots, junio de 1956). 275 GENERACION PROGRESISTA mentos politicos de carécter nacional y a la aparicién de lideres que logrardn conciliar las diferencias, como la amalgama inédita que re- presenté Juscelino Kubitschek en Brasil 0 el Frente Nacional que disefié Alberto Lleras Ca. margo en Colombia para superar el enfrenta- miento partidista. La década del cincuenta ter mina con el triunfo de la Revolucién cubana, iniciando procesos que se desenvolvern en las siguientes décadas, Eldesarrollo Por encima de las diferentes posiciones politi as, la vigencia generacional més compartida es el anhelo de garantizar el desarrollo como sindnimo de progreso. Para la generacién pro- gresista la voluntad de plasmar el desarrollo en las realizaciones arquitecténicas y urbanas se vivid como una tarea de modernizacién y esté impregnada de un tono optimista, intenso y ur- gente que le da una nitida coloracién a los anos cincuenta. Desde su etimologia, la palabra desarrollar arrastra dos significados. Por un lado, alude ala idea de “dar incremento a una cosa del orden fisico, intelectual 0 moral’ nocién afin ala de progreso, definido como “accién de ir hacia adelante” o “aumento, adelantamiento, perfec cionamiento’: Por otro lado, hace referencia ala idea de “descoger lo que esté arrollado, desha cer un rollo’ noci6n cercana ala de desenvol- ver, es decir, “descifrar, descubrir 0 aclarar una cosa que estaba oscura o enredada’ En el sen- timiento desarrollista vivido por esta genera cién se entremezclan los dos sentidos, legiti mando su compromiso vital; ser modernos para ellos se identificaba no s6lo con el deseo de mejorar el mundo, sino también con la idea de aclararlo, de desenredarlo, de estar supe- rando un pasado oscuro, las definiciones anteriores se consult6 el Dieciona rio de ta lengua espafiola de la Real Academia Espanola, en su edicién de 1947, 276 bana latinoamericana el desarrollo adquit forma tangible de obras puiblicas que evid ciaran la aplicaci6n de las técnicas més ax das, reforzando la idea de progreso, de irh adelante, y de una arquitectura diéfana yl nosa, que simplifica los procesos proyect reforzando la idea de superaci6n de lo ent do, Pocas veces en la Historia, la Arquit ha sido un vehiculo tan nitido de transmi de un anhelo colectivo; la responsabilidad los arquitectos de la generacién progresista la de plasmar una idea de desarrollo que identificara con lo moderno. Esta identifi cl6n fue tan fuerte que en la mayorfa de lol n pliblica arquitectura derma es, sobre todo y por excelencia, la g bros y en la opi encarna estos ideales, olvidando que tam se habfan considerado modernos —en acepciones— los arquitectos y los grupos: ciales de las generaciones precedentes, En los afios cincuenta la euforia desara ta pudo encarnarse gracias a una bonanza. némica, en parte debida a los procesos de dustrializacién y sustitucién de importacia derivados de la segunda Guerra Mundial y parte a causa de los préstamos de entidades ternacionales, Para perfilar el ambiente dees aos es necesario también aludit a las est ticas. Aunque el Instituto Interamericang Estadistica (1AS1, por sus siglas en inglés), sede en Washington, se habia creado en con el animo de incentivar las investigacia econdmicas y sociales, los métodos de comy cidn y tabulacién de datos variaban much pais en pais y hacfan casi imposible su co racién. En 1950 el 10st se afilia a la OFA em sa el proyecto de un censo de las Américas Jos mismos patrones y criterios para ten ‘menos unas bases comparativas en lo tin a poblacién.’ Esta y otras e do poco a poco una base esta © Hector Arango Ospina, “El Instituto Interameri Fstadistea’ America, nim. 60 (Bogoté, enero de Fespecto al comercio exterior, las rentas na fales © los ingresos per cdpita; pero en los anos _ tineuenta y buena parte de los sesenta, el des- arrollo era una idea general que cada uno vivia {su medio inmediato y s6lo lo cotejaba con su ‘Speriencia personal anterior. A partir de 1965, aproximadamente, la frfa medicién estadistica inttoducir un patrén internacional de compa- cin que relega al mundo latinoamericano a puesto subalterno; paralelamente, las fuen- {es de financiacién del desarrollo encuentran _ fambién sus limites cuando la exportacién tien- deal monoproducto y el endeudamiento exter RO empieza a asfixiar a los paises, mostrando "th panorama que deberd ser enfrentado basi- amente por la siguiente generacién. Dicho de “Manera tajante: si para los progresistas el pro ‘Blema fue el desarrollo, para la generacién in- ‘emacional lo serd el subdesarrollo. ~ Bi desarrollo es una palabra ambigua y se ‘Feleria, en términos generales, al “crecimiento “bas fuerzas productivas” y en términos con 10s, ala transformacién fisica de las ciudades on obras que demostraran fehacientemente el pais "se modernizaba' La identificacién ie progreso, desarrollo y libertad tuvo su +a tangible en las ciudades, que ejerceran ‘na enorme fuerza de atraccién, aumentando | Hemigracién rural-urbana, Hacia 1965 ya la mi- tad de la poblacién latinoamericana vivia en entros urbanos, siguiendo una tendencia que seagudizard en los aos siguientes, Flaumento de habitantes y la tolerancia po- i confluyen en una forma hasta entonces dita de extensién de las ciudades: ademas del Stema cuantitativo de urbanizaciones, que no longan los nticleos constituidos sino que sal- al campo, que venfa de tiempo atras, e pro- es de vivienda precaria. Si hasta entonces la or parte de la poblacién pobre vivia en in- linatos, conventillos, pasajes o distintas for ie vivienda colectiva en arriendo en zonas ente centrales, para la década del cin- la ya este tipo de situacién parece inacep- GENERACION PROGRESISTA table y el deseo de casa propia en la periferia parece ser el anhelo colectivo mas extendido. Las soluciones de vivienda de las generaciones anteriores, con casas colectivas centrales que se volvieron inquilinatos hacinados, se convierten, en el problema de la generacién progresista. La vVigencia general en toro al desarrollo adquie- re la forma familiar del ideal de “prosperar” y se encarna en la casa de autoconstruccién, don- de la nocién de “ir hacia adelante” se manifies- taen forma paulatina y tangible. Para el Estado, esta forma de empresa individual es una solu- cidn ideolégicamente compatible con sus idea- les y la acepta con reticencias, aunque intenta, en algunos casos con’ enormes esfuerzos, pro- porcionar vivienda formal. La generacién progresista identifica las no- ciones de modernizacién e industrializacién. La mecanizacién, que para los panamericanos era una especie de utopia cultural que produ- cia desconfianza, para ellos era un proyecto tangible que se estaba realizando, Durante la guerra el proceso de industrializacién se acele- ra en América Latina, sobre todo en los sectores de materias basicas. El ejemplo mds sobresa- liente es el del Brasil, donde la enorme refineria construida entre 1941 y 1946 en Volta Redon- da, ns, posibilitard el desarrollo de fa industria naval y aerondutica de ese pafs. La produccién de cemento, hierro y acero, renglones en los ‘es latinoamericanos se vuel- que muchos p: ven autosuficientes, tendré enormes repercu- siones en la construccién. También se sustitu- yeron otros productos antes importados, como vidrio, azulejos, muebles de bano o cocina, con una incidencia directa en las earacteristicas ar- quitecténicas de la vivienda. Como secuela del sentimiento generalizado de democratizacién de ta técnica y de la efica- cia productiva, después de la guerra aumenta progresivamente la invasin de artefactos do- mésticos que son vistos como ejemplo feha- ciente de modemnizacién por grandes masas de poblacién, Esta modemizacién, incentivada por la propaganda, tiene dos vertientes ideol6- 27 GENERACION PROGRESISTA gicas que entroncan con dos vigencias tradi- cionales: por un lado, concentrada en la cocina yel bafo, apela a la vieja aspiracién higienista, con sus muros asépticos de azulejos y su rela- cidn entre aseo y salud, y por otro, expresada ena sala, remite al deseo de comodidad, al ima- ginario de una vida fécil y placentera. Si la pri mera imagen de lo moderno se podia concretar en una arquitectura desnuda y ascética como la que preconizaban los jévenes radicales a co- mienzos de los treinta—, la segunda imagen mantenia lazos con la arquitectura anterior, ‘compatible en los sectores més ricos con el ser- vicio doméstico y la acumulacién de objetos entraables; esta continuidad se aprecia en la persistencia de tapetes, cortinas, lamparas, fo- 08 de familia y otro tipo de decoraciones en las salas de las casas.” 2. Vigencias arquitectonicas Esbozos vitales Durante el remez6n hist6rico que América Lati- na vivia alrededor de 1930 algunos represen- tantes de la generacién progresista se lanzaron ruidosamente a hacer proclamas radicales, pero Pagaron su osadia con su temprana obsoles- cencia, Esto igual en arquitectura y en politica. En esos afios eran todo’ tan jovenes que no era de esperarse que tuvieran claras sus ideas ni las Hamadas de su voz interior. Muchos de ellos quedarén tendidos en el campo y mostrarén con su vida la intensa asimilacién de sus cunstancias. Como homenaje a esa lealtad con- sigo mismos, va este breve esbozo de las vidas de dos Juanes: Juan O'Gorman y Juan Martinez. * Las diferencias conceptuales enue la estética de estas dos modernidades en los objetos domésticos de las casas durante los aos cincuenta en Bogoté ha sida desarrolla dda por Luz Mariela Gomer, Tres ideas de lo moderno en ta concepeiéin del hogar. Bogotd, aos cincuenta, vesis de maestria, Posgrado de Teoria © Historia del Arte y la Ar quitectura, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Bogard, 2006, 278 Juan O'Gorman (1905-1982) es el masd representante en México del tono radical siénico de una estética depurada y limp cidn. A sus 25 afios, O'Gorman habia es lizado a la Ciudad de México con su casa: Ia del pintor Diego Rivera y habi locuaz defensor de la vanguardia funcio en las Pléticas de 1933, Antes de cumplir30ah ycon el apoyo del secretario de Educacién? co truy6 y amplié mas de 30 escuelas mod racionales y funcionales repartidas por todo pais y modificé, con el ingeniero José Ant Cuevas (1890-1961), la antigua Escuela de tructores en una institucién que enfocab arquitectura desde el punto de vista técnico, op nocida luego como Escuela Superior de Inge nieria y Arquitectura del Politécnico (f Hombre de izquierda, O'Gorman pertenec grupo cercano a Le6n Trotski (1879-1940), lado en México desde enero de 1937, y se tancia de sus anteriores colegas y amigos de} Uni6n de Arquitectos Socialistas, cercanosal partidos estalinistas.? Para Juan O'Gorman las enconadas di tas politicas dentro de la izquierda y elas to de Trotski en agosto de 1940 se manifie en una desilusién vital que corre paralela desilusién por la arquitectura funcional q "O'Gorman fue el jefe del Departamento de Ealficiosen re 1931 y 1934, cuando acupaba la Secretaria ( rio) de Educacién Narciso Bassols (1897-1958), soc ‘con quien se identificaba plenamente. Basse da cargo en julio de 1934, cuando pasa a ocupar la carte Gobemacién, Se desempemta bajo los goblernos de cual Ortiz Rubio y Lézaro Cardenas, impregnados fuerte euforia socialist, * Las agrias polémicas al interior de la equienda ron a arquitectos en otros patses. Estén en la hase distanciamiento entre Affonso Eduardo Reldy y Portinho, simpatizantes trotskistas, por un lado, y ay Costa y Oscar Niemeyer, del Partido Comunista est ta, por el otro, Tomado de una entrevista realizada pa Silvia Arango a Carmen Portinho en agosto de 1993, en ‘que ésta explicaba la razdn de la ausencia de Reidy concurso de Brasil Feconoce que “no se puede negar el aspecto ar tstico en la creacidn arquitecténica’ Este cam- bio de actitud se expresa ya claramente desde Mediados de los cuarenta y comienzos de los neuenta en varios articulos de la revista Espa- 0s, donde colaboré asiduamente, onferencia que dicts en 195 Bellas Artes bajo el titulo “La degeneracion ar- yen la enel Instituto de Muitecténica de nuestra época’ En su arquitec Bipacos nacis como movimiento dentro de la Escuela ‘icional de Arquitectos en 1944 y toma cuerpo c Wislaentre 1948 y 1958, GENERACION PROGRESISTA tura, la transmutacién esté marca construceién de su propia casa en el Pedre de San Angel (1948-1949), donde buseé hacer una arquitectura orgénica cercana a la de FL. Wright, que definfa como la que tiene “una re- laci6n directa con la geografia y la historia del lugar”: en el oleaje de lava pétrea excavé, pa- i6 con mosaicos de colores. En esta casa reunié a ciente y artesanalmente, una cueva que rev! Gropius y Wright en 1952 y se identificé con este tiltimo en considerar un error la composi- cidn colectiva en arquitectura, pues ésta s6lo 279 GENERACION PROGRESISTA puede surgir de una intuicién individual." La misma técnica de mosaicos de colores la utiliz6 enel cubo cerrado que disen6 para la biblioteca de la Universidad Nacional Auténoma (1949- 1950), donde relata en cada costado la historia mexicana prehispdnica (lado norte), colonial (lado sur) y moderna (lados este y oeste) con onstruyen las simbolos cosmogénicos que visiones hist6ricas de la concepcidn del univer- so. Su vida posterior muestra un paulatino en simismamiento y apertrechamiento solitario ica. Sus murales y su pintura de ca en la pl ballete serdn siempre figurativos y con mensa: jes explicitos, por ser mas accesibles al pueblo. Juan joven pre cor” de la arquitectura chilena. Hijo de espa tinez Gutiérrez es el 7 Fsta anéedota y las frases que aparecen entre comillas han sido tomatdas de la entrevista que le hizo Olga Sien7, en 1970, publicada en Ida Rodriguez Prampolini, Ol Séenzy Elizabeth Fuentes, La palabra de juan O'Gorman. Seleccién de textos, intivuto de Investigaciones Estétias, Universidad Nacional Auténoma de Mexico, México, 1983 (extos de Humanidades, 37). 280 al de San Angel, Ciudad de México, 1949-1953, holes, nacié en Bilbao pero lega a Chile de nifto, Sus estudios de arquitectura en la Univer sidad de Chiley de pintura en la Escuela deBee | llas Artes habrian de dejar en él una huella | imborrable. Su talento precoz. fue reconocida | cuando en 1927, a sus 26 afios, se vinculé coma: profesor con la universidad y, como ganador | del concurso del pabellén para la Exposicién | de Sevilla, viajé a esta ciudad espanola pata construirlo. Ya en este proyecto se evidencia ly lucha interna que libraba entre una formaci6a al monumentalismoya académica que tend la simetria y la tendeneia de su imperativo per sonal, que lo impulsaba hacia la composicién | bre. Los escasos rasgos coloniales que impo: nia el contexto de la exposicién no ocultan i masiva y expresiva volumetria de talante moe derno, aspectos que son también visibles endl proyecto que desde Sevilla manda al coneurso: del Faro de Colén, Cuando vuelve a Santiags en 1931 el entorno politico esté en plena ebillie cidn: ese aio cae la dictadura y, en medio de | 164, Proyecto para el concurso del Fara de Colon. Arq Juan Martinez, 1929 PLANTA Ie PISO 165. Planta de la Facultad de Derecho, Santiago de Chile. Arg. uan Martinez, 1934-1938, GENERACION PROGRESISTA 166. Facultad de Dere una euforia revolucionaria, en 1932 hay un go biemo socialista que dura 100 dias, tun periodo de zozobra y nuevas elecciones. La eguido de universidad también esta convulsionada y Mar- tinez, como solucién negociada, es elegido de- cano de la Escuela de Arquitectura; la protesta estudiantil culmina con la suspensién de va rios estudiantes en 1933. Ese mismo ano Mar- tinez gana el concurso de la Facultad de Dere- cho, cuya construccién se prolongaré hasta 1 Aunque son limitrofes entre dos generaciones, algunos de estos suspendidos, que serin destacados arquitectos ‘en Chile, pertenecen por su arquitectura a la generacién técnica, Ellos son: Juan Borchers (1910-1975), Enrique Gebbardt (ca. 1910), Santiago Aguirre (1912-1998), Waldo Parrague2 (ca. 1910-1947) y Francisco Aedo (ca. 1910). To ‘mado de Humberto Bliash y Manuel Moreno, Arquitectu ray modernidad en Chile, 1925-1965, Universidad Catéli fa de Chile, Santiago, 1989, y Maria Dolores Muiox (comp), Premios nacionales de arquitectura, Universidad et! Bio- Bio, Concepcién, Chile, 2000. 284 Santiago de Chile 1936; en este edificio se nota de nuevo un es. fuerzo por fusionar su deseo de libertad con una tradicién ‘ay con las presiones del tiempo por una arquitectura moderna, Esta confluencia la lograra Martinez mediante una nocién de funcién que surge de la composicién: en planta y con la conviccidn de que “una buena planta debe dar siempre una buena fachadat Diez aitos después del concurso de la Fact tad de Derecho, en 1943, gana otros dos certé- menes: el de la Escuela Militar y el del Templo Votivo de Maipa. En estos dos conjuntos mont mentales, que tardard muchos aftos en cons: truirse, su voluntad expresionista se vuelca enla plasticidad de la estructura de concreto armada ‘ala vista. Fuera de algunas casas para conock dos, Juan Martinez hace luego muy pocos edifi cios, Su tiltimo proyecto construido, la Escuela de Medicina (1950-1952), sigue lealmente un tido compositivo clisico fusionado con la sividad del hormigén y desata una enor- ppolémica: para comienzos de los cincuenta lenguaje no se consideraba moderno. “Inteligente, culto y con humor’; Martinez que la arquitectura debia hacerse solo y is trabajé en equipo; tampoco le gustaba nsus mejores proyectos, Martinez se dedica a idocencia ¢ intensifica su otra actividad creati- Tapintura croquis, dleos y sobre todo acua- dan cuenta de su habilidad en el dibujo. alguien con sus principios éticos y sensibili- ido puede dejar de imaginarse que este ges- loderetiro voluntario de la practica significaba }profundo rechazo al giro que toma la arqui- con la nueva generacién técnica, que Se manifestaba en los aftos cincuenta, Para tinez, como para otros arquitectos de su ge- acién, este viraje significaba una traicién. /expresién individual Ebreve esbozo de las lineas generales de la ida de O'Gorman y Martinez puede servir de jemplo del recorrido vital de toda la genera- progresista, constrefiida entre unas condi tlones histéricas de gran intensidad y una im- sicidn que emana de los mas intimos deseos ‘Personales. Una de las caracterfsticas més visi Dles de esta generacidn es su tendencia ala in- si6n y al trabajo individual, que se mani esta en un interés por la pintura, la poesfa yla © Imisica y en concebir el acto creativo arquitec- * as frases entre comillas estan extractadas de testimo: “ios dedistntos amigos y alunos y publicadas en el ca tilogo de la exposicin Juan Martinez losMironda y Pablo Undurraga, Facultad de Arquitectura, Universidad de Chile, Santiago, 1977. ures, dle Car ‘GENERACION PROGRESISTA t6nico de manera similar a como se produce en estas otras manifestaciones artisticas: en un suelo movedizo y en constante renovacién, Por ser de indole generacional, més que psicolégi- 0, estos rasgos precisan una explicacién histé- rica mas general. Imaginemos la situacién de los arquitectos jévenes hacia 1933. Ellos quieren ser modernos, mirar hacia adelante, hacia el mundo, y no ha- cia atrds, hacia la propia historia, y reaccionan con fuerza contra los valores y précticas impe- rantes. La generacién panamericana, que era la dominante, vivia la euforia de la consolidacién gremial, concebfa la arquitectura como una prictiea colectiva de servicio social, tenfa un discurso estético nacionalista y, por medio de las artes decorativas, prolongaba las convencio- nes académicas. Las revistas de arquitectura, alemanas o norteamericanas, trafan interesan- tes proyectos innovadores y varios profetas de nuevos credos, como Le Corbusier, prometian Ia alborada de un nuevo mundo, con el que se identificaban los jévenes que se habfan prome- tido ser definitivamente modernos. Pero poco después, a medida en que avanza la década y se desata la guerra europea, se trun- ca la comunicacién por via de las revistas y ya no es posible viajar a Europa en plan de estudio © de reconocimiento de modelos. La arquitec- tura funcionalista que habfan defendido a co- mienzos de los treinta pasa de moda, es cre- cientemente criticada por simplista y descrita como apilacién de “eubitos de azticar” e inclu- So, en algunos sectores, identificada como “bol- chevismo arquitecténico”!* La esperanza de sepultar la ensenanza académica en las facul- tades de arquitectura en Brasil, en Chile, en México, por ejemplo— habia resultado ser una aventura efimera, Mantener las convieciones po- liticas y arquitecténicas significé un esfuerzo Este es el titulo que escoge Julio Dantas en un articulo donde arremete contra la arquitectura cofno producto estandarizado, sin criterio estética, que apila eubos para un proletariado universal. En Arquttectura e Urbanismo, ano I (Rio de Janeizo, julio y agosto de 1938). GENERACION PROGRESISTA personal que pudo haber sedimentado en ellos un 4nimo entre desilusionado y escéptico que condujera a la introversi6n. Para ellos, la arqui tectura moderna, la verdadera arquitectura, la arquitectura libre que no se sustentaba en cénones, debia surgir de un esfuerzo solitario y dependia del talento individual; en esa lucha interna cada uno encontrarfa el auténtico senti do de sus preguntas y daria, sinceramente, sus respuestas. El compromiso consigo mismos se traduce en una entrega amorosa hacia la arqui- tectura que la carga de dramatismo. Expresién, sinceridad, autenticidad, verdad seran los obje- tivos éticos de una estética moderna que se esta obligando a inventar el mundo desde trinche- ras individuales. Varios de los mejores arquitectos progresis. tas se sintieron compelidos a inventar procesos personales para plasmar sus deseos expresivos. Cuando Carlos Rati! Villanueva intenté explicar cémo habia concebido su obra maxima —la pla- za cubierta de la Universidad Central en Cara- cas— dijo que su composicién, como en las musicales, se dividia en cinco movimientos y lo ilustré con un criptico dibujo: “Los tres primeros movimientos confieren al patio de honor y al Centro cultural su cardcter de grandeza. Por con- traste, los dos tiltimos tienen como tema la crea- cién de un ambiente espiritual que cleve el es- piritu hasta sus més altas aspiraciones’." Luis Barragan, que no era muy habil con el dibujo, preferia tomar las decisiones formales en el te- reno mismo y decidia los colores de sus muros al final, en conversaciones con sus obreros. Son conocidos los dibujos inspirados que Oscar Nie- meyer hacia en servilletas de papel y que luego su ingeniero Joaquim Cardoso (1897-1978) culaba pacientemente para convertirlos en pro- yectos construibles. Estos ejemplos, que mues- tran el esfuerzo individual por realizar proyectos "8 Carlos Radi Villanueva, "La Cité Universitaire de Cara: cas, Essa d'integration des arts au centre culture? Archi tecture d’Aujourd' Hua, nsim. 55 (Paris, septiembre de 1955) La traduccién es mia 286 que no deriven de los cénones académicos, re- dundaran en arquitecturas altamente originales, El diccionario dice que la expresién en las artes es “la viveza y propiedad con que se mani fiestan los afectos” y para Ortega la expresién se definiria como la manera de decirse el hombre interior, como la manifestaci6n formal y material de la intimidad (vitatidad, alma y espititu), que estd oculta y es inespacial.!” Tomar la arquitec- tura como expresién es hacer de ella una meti- fora esencial de si mismo, encontrar en ella un movimiento de expansién de la individualidad. En este sentido, puede decirse que la genera- cidn progresista abordé la arquitectura con un talante expresionista, con una voluntad de for- ma que respondia, en lo fundamental, a sus sentimientos interiores. De ahi su interés por todas las artes, Sobre la relacién que establece esta genera- cién con las artes hay miiltiples testimonios. Las revistas de arquitectura empiezan a publicarde manera creciente articulos sobre arte; el ejem- plo mas claro lo constituye la paulista Habitay Revista das Artes no Brasil, iniciada en el itimo trimestre de 1950 bajo la direccién de Lina Bo Bardi (1914-1992), que aunque estaba dedica: — da fundamentalmente a arquitectura, también publicaba articulos de artes plsticas, disenioin- dustrial, fotografia, cine y teatro. También en Sao Paulo se inician en 1951 las bienales, que mostraban ala vez arte y arquitectura. Comoe arte abstracto y la arquitectura moderna se to ‘maban como una cruzada dificil de entender por un ptiblico no especializado, esta gener cién produce eriticos de arte y arquitectura que, ala manera de mediadores, explicaban estare. laci6n. Entre ellos se pueden citar a Geraldo R raz (1905-1979) en el Brasil, a Héctor Velarde Perti y a Mauricio Gémex Mayorga (1913-1 ‘en México, que con frecuencia escribian en} © Bs probable, ademas, 9s arquitectos cone ran esta visién de José Ortega y Gasset en el ensayo" la expresién fendmeno césiico” de 1925 y publeadal go en el tomo TI de su libro ET espectador, que sald entidgas sucesivas, revistas de arquitectura. En el articulo libertad de creacién'; Gomez Mayorga arremete contra la ideologta nacionalista que atin siente imperante y proclama que “el hombre libre, el verdadero artista, el critico imparcial y el con- templador sincero sienten un ansia de ruptura de liberacién, y esperan el surgimiento de una circunstancia, de un grupo, de una revista, de un movimiento, que abran puertas y venta permitan la renovacién del aire y hagan posi- ble, de nuevo, la vida y la expresién’.!” Para aclarar que libertad no era e gusto, Gomez Mayorga habia publicado en 1951 una caricatura de un edificio hecho de Tetazos de citas historicas con el siguiente co- clecticismo ni mal mentario irénico: “A falta de estudios de * Arg, Mauricio Géme2 Mayorga (miembro de la Asocia- ci6n Mexicana de Criticos de Arte), "Sobre Ia libertad de creacidn’ Arquitetara, nim. 45 (México, marzo de 1954). GENERACION PROGRESISTA _ Aa |B Ny 2. Salas de ectra 3. Sala de misica de cimara 4, Audtoro (3.500 plazas) Pra cibers 6. Esco de honor 7. Restore 8. Servos enexos 9. Museo. 10. Patio de honor 21. Rampa 167. Plaza cubierta, Universidad Central de Venezuela, Caracas. Arq, Carlos Ral Villanueva Composicion con movirientos musicales, quitectura, buena cosa son la intuicién y el eclecticismo. Lo bueno es que el ptiblico paga y que a la larga, cosas como ésta son dectara- das joyas coloniales’."* Ademés de los casos que se han menciona- do de O'Gorman y Martinez, muchos otras ar- quitectos combinaron las précticas de la arqui- tectura y la pintura; como ejemplos se puede citar al brasilefio Firmino Saldanha (1905-1986), cuya arquitectura se orientaba por “los postu- lados del rigor formal cubista’, ala vez que era destacado pintor abstracto;!? a Vieente Men- diola (1900-1986), que en su juventud “partici- 6 activamente en el movimiento funcionalis- ta” en México y luego se destacé también como, "Bn Arquitectura, nian. 34 (México, junio de 1951), "Comentarios sobre Saldanha a raiz del premio que re- en Habitat, ibi6 en Ia IIL Bienal de Séo Paulo en 195 rn, 33 (Sao Paulo, agosto de 1956). 287 | | | Acuatelista y creador de monumentos esculté- ticos de corte clasico,” y al chileno Jorge Agui- me Silva (1912-1998), La répida adhesién y expansién que suscita elplanteamiento de la integraci6n de las artes enlos afios cincuenta en Améi ‘a Latina estén uy ligadas a esta vigencia de la expresidn per sonal y produjo obras de gran calidad plist como la ya mencionada plaza cubierta de la Universidad Central de Venezuela, de Carlos Rail Villanueva. Este arquitecto, quizé uno de los que més reflexion6 sobre el tema con un conocimiento sorprendente de las distintas modalidades de aplicaci6n en América Latina, distinguirfa en su madurez entre los conceptos deintegracién de las artes y sintesis de las artes. “Enel caso de la sintesis, las artes, cons do sus caracteristi rvan- tradicionales, particular mente la pintura y la escultura, confluyen en el espacio arquitecténico, dando cuerpo a una unidad nueva en calidad, pero antigua en ca- racteristicas.” Y, posiblemente pensando en su plaza cubierta, precisa: “La arquitectura es asi el marco previo, el origen funcional, de la labor sintética, Pero como conserva todo su valor con- Vencional, el resultado final es algo que siempre guarda el significado tinico de pieza singular, 0 de acontecimiento extraordinario, conjuncién itrepetible de felices condiciones” La integra- ci6n, en cambio, la asocia a una especie de es- pititu general que impregna todas las artes; este “significado unitario” depende de un siste- ma de relaciones econémicas y sociales y por ello es excesivamente optimista y, porlo tanto, Utépica, Los ejemplos de integracién mas o me- nos feliz. los encuentra en México: menos en O'Gorman y mas en los muralistas.”! Lasolidaridad natural entre distintas mani- ® Maria Luisa Mendiola, Vicente Mendiola, Instivuco Me ‘quense de Cultura, Toluca, 1993, Carlos Raiil Villanueva, “La sintesis de las artes} Bscr: tos, Facultad de Arquitectura y Urbs Central de Venezuela, Caracas, 1965; tomado aqui de Tex tas escogidos. Carlos Rati Vitlanucva, Cero de Informa: «iin y Documentacién, Facultad de Arquitectura y Urba- nismo, Universidad Central de Veneruela, Caracas, 1980, smo, Universidad GENERACION PROGRESISTA festaciones plasticas que siguen un mismo pro- cedimiento creativo encontré a uno de sus de- fensores més elocuentes en el escultor alemén radicado en México, Mathias Goeritz (1915- 1990), quien en 1952, ar entre el arquitecto mexicano Mario Pani (1911- 1993) y el pintor guatemalteco Carlos Mérida (1891-1984) en el Centro Urbano Habitacional Presidente Judre7, escribié: “Se encontré la pa- z.de la colaboracién, labra integracién para la idea de una coordina- cidn arquitecténica y plastica, y hasta de la lite- ratura y miisica; es decir, de todos los valores artisticos contempordneos dentro de una sola obra. Pr dividualizacién extrema el hombre se vuelve a enfrentar a este problema, aunque todavia, na- turalmente, cada uno de los que luchan por conseguir una solucién auténtica, lo entienda mente en el momento de una in- de otro modo. En el fondo, lo que se busca es el nuevo y verdadero estilo comin, como expre- sién total de nuestro tiempo”. El mismo ano de 1952, Goeritz recibié el encargo de hacer “algo” con absoluta libertad artistica. El resul- tado fue una especie de museo imaginario, un ejemplo arquitecténico-escultérico de inte- gracién plastica: El Eco (“el eco de lo més juve- nil de nuestro medio artistico, el eco de los de- eos de libre respiracién’’); en un comentario a éste, Gomez Mayorga dice que en esta obra “la influencia de Luis Barragén es evidente; ese franciscanismo, esa vertical humildad y esa honda reserva proceden de él; esas formas la- cénicas son suyas y (para quien esté en plan nacionalista) son hondamente mexicanas, sin nécdota, sin grito alcohdlico y sin bandera tri- color. Quizé el efecto final sea triste y trégico: el artista lo ha sentido asf, y asf ha querido expresarlo La conquista de la expresi6n arquitecténica no se vole6 en la ensefianza, al menos de ma- ® Mathias Goeritz, “La integracion plastica en el ©. Pre- sidente judnez’ Arguitectura, mim, 40 (México, diciembre de 195: ™ Mauricio Gémez Mayorga, ‘Sobre la libertad de crea- ion’ Arquitectura, nim. 45 (México, marzode 1958) GENERACION PROGRESISTA nera inmediata. A finales de los cuarenta e ini- cios de los cincuenta arquitectos progresistas asumen la direccién de las escuelas de arqui- tectura en distintos paises, propician cambios en Jas estructuras curriculares e introducen en varias facultades cursos de “plastica” que invo: lucraban distintas manifestaciones artisticas. Sin embargo, estos cambios no fueron tan radi- cales como podria suponerse, pues a pesar de los deseos de renovacidn, el sistema académico no era fécil de demoler. Con una formacién ala que no podian ni querfan renunciar, los profe- sores de composicién, ya casi todos de la gene- racién progresista, introducian modificaciones en sus cursos pero conservaban buena parte del egado académico, sobre todo en lo atinen- te al sistema de proporciones y la disposicién con base en ejes. La composicién derivaba del programa en la tradicién académica y podta in- tegrar sin dificultades la noctones de funcién y funcionalismo. El problema para ellos era enton- ces flexibilizar la composicién, darle movimien- toy, sobre todo, obtener formas més plisticas al similar los procesos constructivos derivados de las técnicas del concreto, como lo manifiesta el mexicano Viadimir Kaspé (1910-1996) en su conferencia “La composicién’™™ El sistema de proporciones, que transmitia subterrineamen- te un sentido de armonia y belleza clasicos, en. contraré en los estudios de la naturaleza un re- fuerzo moderno. Las observaciones de Wright respecto a la estructura de conchas y caraco- les marinos, drboles y telas de arafta y los estu- dios sobre las proporciones naturales de Matila Ghyka ejerceran gran atractivo sobre los arqui tectos progresistas y seran un soporte docente. Elingrediente barroco ‘Aunque los progresistas querian establecer rup- turas para diferenciarse de los arquitectos de ® Publicada como articulo en la revista Arquitecura de México y reproducida en £1 Arguitect Peruana, nim 87 (Lima, octubre de 194) 290 las generaciones que los antecedieron, su re cién con el pasado propio es compleja y mas continuidades de las que, en principio, tarfan dispuestos a aceptar. La huella pai nnista también se nota en sus sentimien de pertenencia latinoamericana, asf se pro bieran los nacionalismos radicales de la gene raciGn anterior. El pasado que se privilegia raes el lejano, el de la arquitectura colonial, un lado, se valora la arquitectura colonial méstica, popular y anénima por sus propor nes justas y su ausencia de decoracién, Raiil Villanueva compara la sobriedad de viejas casas coloniales y el sentido comin dl mético con la arquitectura moderna que él cia y que ejemplifica con el conjunto de Silencio; mientras que Carlos Martines (1 1991) y Jorge Arango Sanin (1916-2007) truyen su defensa de la arquitectura modem colombiana relacionandola con la colo atacando las manifestaciones de comienzos, siglo xx Luis Barragan encontraba en las blancas de las islas griegas y en los palacios bes lo mismo que en la arquitectura pop mexicana: “Es parte de la tierra, nada en ella {also |...] puede decirse que no tiene época esto es lo que me interesa muchisimo, que! quitectura pierda su época para hacerte que no te sitiie ni te encajone, que no qi confinado al momento en que estas vivi sino que vivas también el pasado, y en esos tiempos puedas vivir también el futuro’.” Por otro lado, se valora la arquitectura rroca americana, no tanto como un modelo tilistico sino como una actitud. En reali generacién progresista estaba en sintoniag Carlos Raiil Villanueva, La Caracas de ayer y de Caracas, 1950, En la introduceign del libro Arguitectura er Col de Carlos Martinez y Jorge Arango Sanin, donde ree los mejores proyectos publicados en la revista Prog 1946 y 1951, Paralelamence a su trabajo como arg y urbanista, Carlos Martiner se destacaré como his dor dela arquitectura colonial colombiana, © lena Poniatowska, “Luis Barragin’ Todo México Diana, México, 1990 barroco, puesto que una tonalidad barroca Seevidencia en varios rasgos de su arquitectu- como la conciencia de las escalas contra- ensién de lo apa- te y el interés simulténeo por lo inmenso ‘sobrecoge y lo muy pequefio o intimo; sila da del infinito conduce a la vista hacia lo stas que rompen la di © hacia un punto preferencial, la mirada bién se solaza en las texturas del material “enbruto. También es una sensibilidad barroca laque da paso a lo emocional, lo onitico, lo “imaginativo y la intuicién y la que busca la fu- sin de las artes. Estas tendencias formales se Yivieron con las caracteristicas de la 6poca, es “decir, abstrafdas y depuradas, y dentro de la vi- _fencia de libertad, es decir, con la sensacién de _¢starse liberando de cierto oscurantismo. Por ello podria decirse que la afinidad con el harro- 0 era inconsciente, con el intangible de toda _Greencia, que es la idea que no se discute. Es “hecesario, sin embargo, entender este clima barroco general dentro de las circunstancias historicas de esta generacién. En la discusién internacional sobre el ba- oco en los afios cincuenta y comienzos de los Sesenta se distinguian tres posiciones. En pri- mer lugar estaban aquéllos para quienes el ba- | oco era un estilo de ciertas épocas y en cier- " tos paises (contrarreforma y paises catélicos), idea que venia del libro ya“ * de Werner sbach, El barroco, arte de la contrarrefor- ‘ma, de 1921; ast lo traté Nicolaus Pevsner en su. Esquema de la arquitectura europea de 1943. En segundo lugar estaban quienes consideraban que el barroco, mas que un estilo particular, era elestadio final de cualquier estilo; esta vision, ‘enmarcada dentro de la teorfa pendular de la historia del arte como una sucesién de estados dlasicos y anticlasicos, encontré en el espaol Eugenio D’Ors (Lo barroco, de 1944) uno de sus més claros difusores. En tercer lugar esta- ban quienes consideraban que el barroco era un rasgo distintivo de la psicologfa latinoame- ricana, una constante histérica y por ello una de esencia colectiva, y su difusor més GENERACION PROGRESISTA elocuente fue el escritor cubano Alejo Carpen- tier (1904-1980), pero también es la posicién de otros autores como Leopoldo Castedo* aplicado al Brasil, cuando compara al Alejai- dinho con Brasilia (The Baroque Prevalence in Brazilian Art, de 1964). Carpentier encontraba que el barroquismo fad de nombrar americano venia de la neces las cosas, y por ello “nuestro arte fue siempre barroco: desde la espléndida escultura preco- lombina y el de los cédices, hasta la mejor no- velfstica actual de América’ y, hablando de las ciudades, decfa que en ellas habja “una nueva disposicién de elementos, de texturas, de feal- dades embellecidas por acetcamientos fortui- tos, de encrespamientos y metaforas, de alusio- nes de cosas a ‘otras cosas, que son, en suma, la fuente de todos los barroquismos conocidos’ Por st parte, Castedo inicia su libro con un epi- grafe de Oscar Niemeyer: “La arquitectura en Brasil, una vez sobrepasado el estadio del fun- cionalismo ortodoxo, esté ahora ala biisqueda de expresiones plasticas. La extrema maleabili- dad de los métodos de construccién moder- nos, junto con nuestro amor instintivo por la curva —una auténtica afinidad con el barroco de nuestras épocas coloniales— sugiere las for- mas libres de un vocabulario nuevo de sor- prendente plasticidad’”™™ En estos términos, el barroco se convierte en una palabra general, de significado tan am- biguo como la palabra romanticismo, como lo anota el mismo Castedo; para é1, barroco con- nota sensualidad, libertad de expresién, dina- mismo, imaginacién y osadfa. En los aos cin- cuenta, a pesar del epigrafe de Niemeyer, es evidente que la mayorfa de los arquitectos pro- » Leopoldo Castedo (1915-1999) nacié en Espa, se exe li6 en Chile en 1939 y luego adquirié la cludadantia chile- nna. Se destacé en distintos frentes, como foégrato, ertieo de arte y ealizador de cine. > Alejo Carpentier, "Problemética de la actual novela lat nnoamericana’ en Juan Loveluck (ed.), La novela hispano- ‘americana, 3a. ed, Editorial Universitaria, Santiago, 1969, Leopoldo Castedo, The Baroque Prevalence in Bracillan Art, Chatles Frank Publications, Nueva York, 1964, 291 GGENERACION PROGRESISTA gresistas latinoamericanos no querian identifi- carse con una imagen estereotipada de “lo lati- noamericano” y eran reticentes a aceptar que su arquitectura era “barroca’ Cuando Le Cor- busier le dijo a Niemeyer en 1947 “usted hace barroco con el concreto armado” habfa un in- negable tono peyorativo que el francés matiz6 ahadiendo: “pero lo hace muy bien"; la anéc- dota fue recordada por Niemeyer a raiz de otro encuentro en 1962, cuando Le Corbusier le co- ment que ahora a él mismo lo acusaban de haberse adherido al barroco.”” Para definir la arquitectura moderna latino- americana se apelé con frecuencia al tema del dinamismo. José Villagrin encontraba que las constantes de la arquitectura mexicana no esta- ban en la arquitectura seudocolonial, anacréni- ca, exética y estética que se habia practicado en os aftos veinte y treinta, sino en la arquitectura auténticamente moderma que “habia alcanza- do el concepto de estilo dinamico y su identifi- cacién con los de forma y expresién”.”* Por su parte, Lucio Costa recoge en su articulo “Consi- deraciones sobre arte contemporaneo’ de 1952,” varias ideas ya mencionadas 15 aitos antes, don- de encuentra dos corrientes generales en la his- toria de la arquitectura: una vertiente estatica simbolizada en el cristal y concentrada en el eje cultural mediterréneo-mesopotémico, que bus- ca el orden, la contencién y el equilibrio y se ejemplifica con la arquitectura clasica (y con la arquitectura peruana prehispanica), y una ver- > Oscar Niemeyer, “Contradigao na arquitetura; Modal, ‘nim. 31 (diciembre de 1962); tomado de Alberto Xavier (org), Depoimento de uma geragao, ABEA, FVA, PN Paulo, 1987, © “Panorama de 50 afos de arquitectura mexicana con- tempotdnea conferenciadictada con motive dela inau guracién de la exposicién el 22 de noviembre de 1950; tomada de “Obra de José Villagrin: dibujos,planos y fo {ografias diceccin de Ia investigacion de Juan Urquiaga y Wet Jiménez, en José Villagrdn, Instito Nacional de Bellas Artes, México, 1986 (Documentos para la Historia de la Arquitectura en Mésico). Las palabras destacadas estén asf en el texto original 2 Bl artculo fue publicado en francés bajo el utulo “At chitectre, art plastique” en LArchitecture dAujourd'Tui die agosto de 1952, dedicada al Brasil E 292 bolizada en la flor, desa llada en el eje cultural nérdico-oriental, qu apela a sensaciones exaltadas de energias des: atadas como el encantamiento, el vértigo ola angustia y se encuentra en el gético, en elb rroco, en la arquitectura hindu (y en la arquie tectura mexicana precolombina). Costa eo tata cémo estas dos vertientes contintian en siglo xx en formas “orgénico-funcionales" 9 plastico-ideales" y considera que la mejor quitectura moderna es la que logra conciliaro fundir estas dos fuerzas contrapuestas. Para muchos arquitectos la la idea del barroco no venia de una discusién intelectual sobre los alcances del término, sing de una vivencia mas préxima y existencial fa de sus profesores, se habia ido colando en las aulas de clase, en las visitas a los pueblosd sus paises y en largas discusiones sobre el "de. ber ser” del arquitecto latinoamericano, este sentido, hay una importante continuidl Buschiazzo (1902- 1970) fueron muy impos tes, siendo estudiante, los paseos que orga ba su profesor Juan Kronfuss (1872-1944) alas provincias del interior a ver la arquitectura p pular, y posiblemente esté en la base de su tusiasmo posterior por la historia de la arg) tectura americana. ; Los trabajos, basicamente de inventario y catalogaci6n, de historiadores panameri como Ignacio Marquina, Federico Mariscal, V tin Noel o Juan Giuria (1880-1957) consti yer que cumplen una labor muy impor en la defensa del patrimonio construido, ellos destacan Manuel Toussaint, fundador, 1935, del Instituto de Investigaciones Estét en México; Mario José Buschiazzo, que cred Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas de la Universidad de Buenos Aires 1947; Emilio Hart-Terré (1899-1983), historia- ior, restaurador y arquitecto peruano, y Lucio sta, que no encontré incompatible su arq _tectura vanguardista con la defensa del patrimo- _ tio colonial brasilefio en su trabajo continuado enla spuan (Servicio do Patriménio Historico & " ahadir la contribucién de cuatro historiadores " eitranjeros de la siguiente generacién: los espa- fioles Diego Angulo fhiguez (1910-1987) y Enri ‘ue Marco Dorta (1911-1980), el aleman Erwin | Walter Palm (1910-1988) y el estadunidense George Kubler (1912-1996). La construccién de una narrativa histérica dela arquitectura latinoamericana no se basa en, | Iaidea de un barroquismo a ultranza sino que, de manera més afinada, analiza los edificios _ particulares encontrando en ellos singularida- des no reductibles a estilos prefijados. Esta hi Aoriografia se fue construyendo paralelamente a la arquitectura desarrollista y guarda enormes " telaciones con ella. En uno de sus libros mas in. teresantes, Arquitectura e historiografia, Bruno Zevi analiza la relaci6n profunda pero no obvia que se establece entre los libros que se publican sobre historia de la arquitectura y la arquitectura deuna época. Independientemente de sus para- lelismos especificos,” esta observacién de Zevi podria trasladarse al ambito latinoamericano y teconocer la incidencia que en los arquitectos progresistas latinoamericanos pudo haber te! dol estudio pormenorizado de una arquitectu- 1a propia que era, en lo fundamental, barroca, aunque se Hlamara de distintas maneras. Esta es, tal vez, otra razén por la que los miembros de esta generacién eran reticentes a que se les eti- quetara de “barrocos’ cuando su pretensién era sélo la de ser modernos. BL libro de Zevi, de 1951 (1a, ed. castellana de 1958), no ttata ejemplos latinoamericanos. Analiza a arq ‘modemos.a la luz de distintas épocas histGricas yrelacional elredescubrimiento moderne del barroco con la arquitec- tura orgénica de Alvar Aalto y Frank Lloyd Wright. GENERACION PROGRESISTA Los congresos panamericanos: transicién generacional Las duras polémicas generacionales sobre las distintas visiones de la arquitectura de pana- mericanos y progresistas que se manifestaron a comienzos de los treinta no se repetirdn des- pués ya lo que se asiste es a una transieién ge- neracional paulatina que se cumple de manera pausada pero inexorable. Uno de los escena- ios mas claros para seguir los pormenores de esta transicién son los congresos panamerica- nos de arquitectos de 1940, 1947, 1950, 1952 y 1955, mediante los cuales se puede ver la men- gua paulatina de las vigericias panamericanasy el creciente interés por los temas de los progre- tas; en especial, el de la vivienda. Después de una interrupcidn de 10 aftos, el V Congreso Panamericano se reunié en Mon- tevideo entre el 4 y el 9 de marzo de 1940, con asistencia de 10 paises. Los protagonistas de los congresos anteriores deciden recuperar las glorias de 20 afios atras y cuentan, para ello, con condiciones politicas favorables, Alfredo Baldomir, uno de los organizadores del primer congreso en 1920, era ahora presidente del Uru- guay. Si se compara el temario del V Congreso con el de 1920, se ve que en el lapso transcurri- do se ha consolidado la organizacién gremial, pero se mantenia el énfasis en las caracteristi- cas americanas en torno al crecimiento urbano yla ensefanza de la arquitectura. Junto al calu- roso reencuentro de viejos amigos como Acosta y Lara, De Figueiredo, Gonzalez Cortés 0 Angel Guido, rodeados ya de una distante respetabili- dad, en las distintas comisiones y jurados par- ticipd un grupo selecto de jévenes arquitectos, ® La convocatoria acotaba seis temas: I. Prablemas ac- tuales dol erecimiento de las ciudades americanas. 2. Vi vienda de clase media. 3, Concursos piiblicas. 4. Auxiia- res especialistas en. obras de arquitectura, 5. Estudios ‘complementarios de especializacién en escuelas de at- quitectura. 6. Sistematizacién de los estudis de historia de la arquitectura americana. Se prevea una mesa adi- ional de temas libres. Tomade de Revista Municipal de Engenharia, nim. 3 (Rio de Janeiro, mayo de 1940), 293, GENERACION PROGRESISTA que frisaban los 40 afios y que se reconocieron entre si, por primera vez, como generacién y como americanos. Entre ellos podemos citar al boliviano Alfredo Séenz Garcfa (n. 1908), al bra- silento Marcelo Roberto (1908-1964), a los pe~ ruanos Alfredo Dammert (1906-1981) y Luis Mir6 Quesada (1914-1994) y al colombiano Jor- ge Arango Sanin. Una de las caracterfsticas més notables de este congreso fue el despliegue y la importan- cia concedida a la V Exposicién Panamericana de Arquitectura y Urbanismo y la prodigalidad con que se repartieron premios. Fuera de un Gran Premio de Honor —otorgado a Mauricio Cravotto por la suma de sus trabajos— se conce- dieron, en orden jerarquico, premio de honor y diploma, medalla de oro y diploma, medalla de plata y diploma y menciones honorificas a nu- merosos proyectos de cada pais representado. Bl exceso de premios, la constitucién interge- neracional de los jurados y la diversidad de co- rrientes formales muestran cémo, a la altura de 1940, existia un enorme desconcierto respecto al rumbo que seguiria la arquitectura moderna en América. Por ejemplo, entre los tres premios de honor concedidos a la seccién norteameri- cana, uno de ellos fue al Rockefeller Center, mientras que la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, que también concursaba, mere- ci6 apenas una de las 29 medallas de plata, jun- to a otras construcciones neoclasicas 0 déco hoy olvidadas; a los edificios escolares de Neu- tra se les dio una mencién honorifica perdida entre otras 30 menciones. A pesar de la des- orientacién, la exposicidn destacs, en diversas categorias, algunos edificios que se han con- vertido en hitos de la modernidad latinoamer cana, como la Facultad de Ingenieria de Vila~ majé en Montevideo, la Escuela de Leyes de Juan Martinez en Santiago y el aeropuerto de Rio de Janeiro de los hermanos Roberto. Como era de esperarse, la mayor parte de los asistentes, ademas de los uruguayos, venia de paises del Cono Sur. Hubo una asistencia re- ducida de México y Cuba y el factor novedosé 294 fue la delegacion nutrida, selecta y entusiasta del Perti, Héctor Velarde, como presidente de la Sociedad de Arquitectos Peruanos, se com: prometié a organizar el siguiente congreso en su pais para 1943, La Guerra Mundial retarda- fa ese plazo hasta 1947. EI VI Congreso Panamericano realizado en ma entre e! 15 y el 25 de octubre de 1947, con 365 delegados de 17 paises americanos, fue el mas importante y concurrido hasta ese mo- mento. Hecho por primera vez fuera del con- texto del Cono Sur, a Lima asistieron, ademés de los pafses que tradicionalmente habfan con- curtido, varios paises de Centroamérica y el Caribe. Al terminar las sesiones de debate se realizaron visitas programadas a Cuzco y Ma chu Picchu. En un ferviente canto del cisne, all se dieron cita varios de los pioneros organiza. dores, de los asiduos de los congresos anterio- res y de los entusiastas panamericanistas, como Egydio de Figueiredo, Gonzéler, Cortés, ‘Obreg6n Santacilia, Angel Guido y Mario Bus- chiazzo; algunos, como Christophersen y Fitte, yahabfan muerto. El prestigio de la vieja gene- racién aleanz6 para darle continuidad a la orientacién del congreso. Pero para ellos ya mayores de 60 antos— era evidente que la ma yoria de los asistentes pertenecia a una nueva generacion de arquitectos que no compartan sus entusiasmos. Los temas a discutir mezcla: ban aspectos inerciales de los congresos, dos novedades: la evaluacion de las repere siones de la Guerra Mundial y el tema de unidades vecinales, muy importante en en ese momento.” El Congreso Panameric * Los temas en la convocatoria eran: 1. La arqui bbartoca americans (hist6rico). 2, Constituein de las ddades vecinales (utbanistico). 3. Tendencias actuals Ja enseftanza de la arquitectura (didactico). 4 La tectura como factor de bienestar social (social) § La quitectura de la posguetra y su expresion estéiea S6fico), 6. Nuevos métodos y materiales de const (técnico). 7 Arquitectura tipica en los paises de Am (local). Tomado de la revista Arquitectura de Cub, Viembre-diciembre de 1946. tado de un sentimiento de fraternidad latino- ‘americana. Si el Congreso de Rio de Janeiro en _ 1930 marcé la obsolescencia de la generacién_ Modernista, el de Lima de 1947 acabé, simbo- licamente, con la generacién panamericana, Antes de levantar la reunion se decidié que el préximo encuentro serfa en Cuba y el siguiente ‘en México, Ambos se realizardn, pero ya mar- ‘ados por signos distintos. EI VII Congreso Panamericano, celebrado enLa Habana del 10 al 16 de abril de 1950, du- plicé la asistencia del congreso anterior, pues estuvieron 18 paises representados por 631 de- legados. La asistencia mas numerosa —fuera, tlaro, de la delegacién local— fue de Estados Unidos (58) y México (40). En el temario de la convocatoria Haman la atencién dos puntos: el nimero 3, Evolucién y tendencia de la arqui fectura contempordnea (sus relaciones con la Pintura y la escultura) y el ntimero 5, Temas ‘éenicos (el hormigén reforzado; problemas de os aeropuertos).”” Durante el congreso, domi- nado por los arquitectos progresistas, el tema nds debatido fue el de los conjuntos habitacio- nales. Es interesante anotar que alli estuvieron, casi todos los arquitectos notables de México Yque algunos de ellos, como Mario Pani y Enri- que del Moral (1906-1987), intervinieron taxa- tivamente en defensa de las grandes interven- clones urbanas de alta densidad, contra una opinién mayoritaria que defendia los conjun- tos de casas como soluciones mas adecuadas para la vivienda popular.” Los mexicanos, que buscaban insertarse en elmercado mundial de las reputaciones, hicie- ron del VIII Congreso Panamericano (México, octubre 19 al 25 de 1952), que tuvo mas de 2000 asistentes, una verdadera vitrina promocional de los hospitales y conjuntos habitacionales * Convovatoria publicada en el antculo “Vil Congreso Panamericano de Arquitectos; Arquitectura México, rum. 28 (México, julio de 1949), * Las discusiones pormenorizadas de cada comision apa recen en la publicacién Vil Congreso Panamericano de Ar- quitecos, La Habana, 1950, GENERACION PROGRESISTA quie habfa realizado el gobierno de Miguel Ale- man y, sobre todo, de su obra cumbre: la ciu- dad universitaria, De manera significativa los tres temas convocados —habitacién popular, centros asistenciales y educacién— se comple- mentaban con visitas a las obras en la ciudad. Es significativo también que estuvieran Frank Lloyd Wright y Walter Gropius como invitados especiales. Fl organizador del congreso fue Car- Jos Lazo (1914-1955), quien habfa sido gerente de Construcciones en la ciudad universitaria y estaba recién nombrado ministro de la Secre- taria de Comunicaciones y Obras Pablicas.” Ese mismo afio de 1952 se publicé el libro Me- xican'’s Modern Architecture de I. E. Myers en Nueva York. ‘También como plataforma de lanzamiento, bajo el lema *Funcién social del arquitecto’ se utilizé el IX Congreso Panamericano, realizado en Caracas de! 19 al 28 de septiembre de 1955. El congreso fue inaugurado por Marcos Pérez Jiménez y en él se mostraron las obras del cora~ z6n de la ciudad universitaria y los grandes proyectos de unidades habitacionales que rea- lizaba el Banco Obrero. Como personalidades internacionales estuvieron Marcel Breuer y Ri- chard Neutra, ademés de los brasilefios Oscar Niemeyer y Rino Levy. Sin embargo, los con- gresos panamericanos ya habfan perdido im- portancia como creadores de consensos colec- tivos. Pierre Vago, secretario general dela Unién Internacional de Arquitectos (ura) y editor de LArchitecture d’Aujourd Hui, que asisti6 al con- greso de Caracas, comentarfa que el de México habia tenido tres veces mas congresistas y mas paises representados y que, a pesar del “am- biente alegre y la buena organizacién’, el Con- greso Panamericano de Caracas resistia mal la comparacién con el congreso de la uta que se habia reunido dos meses antes en La Haya con una participacién mucho mas “viva y dind- © “FI VIII Congreso Panamericano de Arquitectos! Argui- tectura México, nim. 40 (México, diciembre de 1952). Debe aclararse que la revista fue fundada y dirigida siempre por 1 arquitecto Mario Pani 295, GENERACION PROGRESISTA mica’, Este franco comentario expresaba lo que los mismos organizadores sentian: las reunio- nes interesantes e importantes eran las de la ura olas del Congreso Internacional de Arqui tectura Moderna (cia) y no éstas, que prolon- gaban una nostalgia latinoamericanista pasada de moda, Gustavo Wallis, presidente de! con- greso, manifesté que existia una arquitectura en ‘América pero no una arquitectura americana y Carlos Rati Villanueva dijo directamente: con gresos dedicados a temas tinicos y trabajos ex- puestos con la guia de algiin sistema de orga- nizacién visual como la Grille de 1AM, creo responderian mejor a la necesidad continental de comparacién, colaboracién y contacto" De hecho, ningiin arquitecto latinoamericano des- tacado asistié al X Congreso Panamericano en Buenos Aires, en octubre de 1960. 3. La arquitectura como signo de modernidad Lageneracién progresista, nacida, en términos generales, entre 1892 y 1907, estudié en los aitos, veinte en las escuelas y facultades de sus pai- ses, en un ambiente social que comenzaba a aceptar a los arquitectos como gremio profe- sional; muchos jévenes abrazaron la nueva profesion y constituyeron el sector mas nume- roso de arquitectos en los afios treinta. La enor- me demanda por su trabajo en ciudades en pleno desarrollo hizo que los arquitectos pro- gresistas se encontraran con la situacién an6- mala de estar en plena actividad y de que se desempefaran desde edades muy tempranas en oficinas estatales, en la préctica privada y como profesores universitarios, Para entender Ja arquitectura de juventud de la generacion progresista no se puede subestimar la fuerza de su convicci6n de ruptura con el pasado y el en- tusiasmo provocador con que afirmaban una © Enurevistas a Vago, Wallis y Villanueva y crénica del 1X Congreso Panamericano de Arquitectos, en Integral im, 2 (Caracas, diciembre de 1955). 296 nueva sensibilidad. Ellos actuaron paralela- mente ala generacién panamericana y, aunque sus arquitecturas poseen a veces apariencias, exteriores similares, el procedimiento como fueron pensadas es muy diferente. Los jévenes arquitectos ya no se sustentan en repertorios decorativos, no tienen lazos con la nocién de estilo en ningun a de sus acepciones, usan téc- nicas constructivas ligadas al concreto, valoran la expresién y hacen de cada proyecto un au- téntico salto al vacio. Estaban convencidos de Ja ruptura. Es normal que los jévenes asi en la arquitectura de sus profesores, y asi fue en algunos casos, que hicieron neocolonial de jévenes, pero aun allf fueron audaces al plan: tearse el desafio creativo. Con Ia lealtad consigo mismos que los ca: racteriza, cuando los arquitectos progresistas Tegan a su madurez, en los afos cincuenta y sesenta, mostraron la depuracién de sus anhe-_ Jos con una arquitectura de gran calidad. Su condicién de huérfanos les permitié madurar_ las ideas personales y construyeron una arqui- tectura moderna libre de referentes, emanada, eno fundamental, de su fuerza interior. Es pro bable que en la historia arquitectonica de Amé rica Latina no exista un caso comparable de autonomia y por ello, paradéjicamente, la ar quitectura de esta generacién resulta, sin pro- ponérselo, tan original y tan auténticamentela tinoamericana. Signos explicitos: barcos y aviones En su juventud los arquitectos. progresist abravaron la metéfora técnica de las méquit tintos grados de literalidad, y casi podria mirse su evolucién posterior como un pat tino proceso de abstraccién de este des fundamental. Como ejemplo de barcos li les pueden citarse el restaurante Cap Dut construido en Vita del Mar en 1936 por to Dévila Carson (1899-1971); en el mismo; Ja casa vapor de Henry Gaz6n (1909-1982) en Santo Domingo, y la réplica del transatlantico Normandie que se levant6 como hotel en San Juan de Puerto Rico entre 1939 y 1942, con pla- nos de Raiil G, Reichard (1908-1996). De manera menos explicita, pero reconoci- ble, esta evocacién maquinista se encuentra con frecuencia en la iconografia de las plantas en la forma de los voltimenes de numerosos edificios de distintos usos, construidos por esta generacién antes de la década del cincuenta y que se puede ejemplificar aqui con los dos ho: teles del més importante arquitecto domini- cano de esta generacién, Guillermo Gonzalez (1900-1970): el Hotel Jaragua, construido en Santo Domingo entre 1938 y 1942 e imperdona- blemente demolido en 1985, y el Hotel Han (1948-1951) en Boca Chica. Pero fue en el dise- aca ho de escuelas puiblicas donde los arquitectos progresistas jévenes, con tintos orga > empleados de dis- tales, encontraron una ismos es libertad privilegiada para sus planteamientos. A comienzos de los cuarenta, en el Liceo Salo- ap Ducal, Vita GENERACION PROGRESISTA mé Urefta de Henriquez Santo Domingo, el arquitecto Leo Pou Ricard (1905-1976) y su her: mano Marcial (1908-1965) acudieron de mane- ra decidida a la metdfora del avién, tanto en planta como en volumen Jogrando un dina- mismo formal de objeto a punto de despegar. En otros casos, esta misma intencién se logra con otros medio, como en la escuela Sarmien- to en Cordoba, Argentina, de Nicolas Judrez. Cé- ceres (1906-1964), con su avanzada y curvada punta sobre la esquina y su enorme rampa inte: rior. En Venezuela se hicieron escuelas de altas especificaciones y gran calidad arquitecténi como el liceo Libertador en la ciudad de Méri- da, disefiado en 1936 por Cipriano Dominguez (1904-1995), que ocupa dos manzanas y tiene una serie de patios a distintos niveles, con pér- golas y rampas curvas que rompen la ortogo- nalidad e incentivan el desplazamiento. La voluntad expresiva del movimiento la- tente se manifiesta de manera indirecta en la acentuacién de las curvas de los balcones de numerosos edificios de apartamentos y casas Arg, Roberto Divila Carson, 1936. 297 Privadas que proliferan en los treinta y cuaren- construidos, en buena medida, por arquitee- {0s progresistas. Podria tal vez decirse que esta intencién también esté detrés de las disposi- ciones dentadas de los edificios respecto al pa- ramento de la calle, en angulos de 30° 0 45°, que es una interpretacién de la idea francesa delos edificios a redent, pues introduce movi. les del trazado americano en reticula, Entre los innu- merables ejemplos que podrian ilustrar esta miento al espacio en tunel de las arquitectura privada se escogié sdlo uno, por su interesante combinacién de balcones cur- vos y disposicién dentada: el edificio Solimar, hecho entre 1942 y 1944 por Manuel Esteban Copado (n, 1902) en La Habana. Por su funcién, las terminales de aeropuer- {os son un tipo de edificio proclive a la metafo- GENERACION PROGRESISTA 172, Hotel Hamaca, Boca Chica, Repablica Dominicana. Dibyjo de1950 del arquitecto Guillermo Gonzalez ra del movimiento contenido para los arquitec- (os progresistas jévenes, como se revela en Rio de Janeiro, que construye las primeras, La ter minal de hidroaviones de Attilio Corréa Lima (1901-1943), terminada en 1938, fue una espe- ie de manifiesto modemo con su escalera heli- coidal y la transhicida pérgola curva de conere- to que la ligaba con el muelle fluctuante sobre el mar. La terminal principal del aeropuerto San- tos DumoKit, producto de un concurso en 1937, que fue ganado por Marcelo Roberto (1908- 1964) y su hermano Milton (1914-1953), tuyo un largo proceso de construccién debido a su edificacién en un amplio aterramiento hecho con la demolicién del morro de San Antonio y 299 174, Escuela Sarmiento, Cérdobs, Argentina, Arq. Ni irex Caceres, 1938-1940. © silo se 1erminé en 1944; en esos siete anos el “ Pioyecto tuvo varias modificaciones perv se Hnantuvy la idea de tener un hal! de revepeién © ietto que permitia una conexién directa en Salvo Prasil, que en materia de aviacién man Jepia una actitud pionera, en los afios teeinta la B mayor parte de los paises de Latinoamérica no | lzban atin convencidos de la importancia del | Mansporte aéreo, Las pequefias estaciones de | teropuertos en ciudades menores no fueron, en Sins afos, un tema arquitectsnico importafte; fuando se encargaban a arquitectos de la gene- Ticion panamericana, como es el caso de José GENERACION PROG! Maria Barrantes en San José de Costa Rica, se usé un estilo neocolonial; cuando se encarga- ban a arquitectos progresistas, como es el caso de Luis Eduardo Chataign (1906-1978) en Yene- ‘ucla, quien disenié algunos aeropuertos especia- les, como el de Ciudad Bolivas, y otras terminales “tipo” para poblaciones menores, se usaban es. tilos modernos. Después de la guerra, cuando se establecen definitivamente las pistas lineales, los hidro. aviones y dirigibles ya son obsoletos y el creci- miento de la navegaci6n aérea privada las ha convertido en una necesidad ineludible; la ten- den eral fue la de construir grandes ae- 301 io! Topuertos alejados de las ciudades conectados fn éstas por medio de autopistas. Entre los Aumierosos edificios de terminsles de aevo- Pulertos que la generaciGn progresista constru- JG en los aios cincuenta con evocaciones di ‘Rémicas se pueden citar la pequena terminal el aeropuerto de Acapulco, disedado por Ma Pani y Enrique del Moral, cuyo half esté cu. _Bierto por una airosa “béveda de conereto li {#0 apoyada en dos grandes arcos de trazo aliptico;"' y el de Congonhas en Sao Paulo, de Hemani do Val Penteado (1901-1980), con un iminacién, distribuida de manera aleatoria a manera de una boveda celeste, le da un am: lente como de casino que recuerda la conno- ‘lution luidica que los aeropuertos tenian dos Eledifcio erminado se publics en la revista Arquiter: Wea Mexico, nian. 49 (México, junio de 1950, “Feces ioaugurado fue publicado en la revista Hadar, GENERACION PROGRESISTA Signo Implictto: Ia expresién del movimiento En los aftos cincuenta los arquitectos de la ge- neracién progresista, en plena madure?, dban- donaron las evocaciones maquinistas, en cierto modo ingenuas, pero mantuvieron las mismas preocupaciones. Los edifictos culminantes de os mejores arquitectos de esta generacién tie- nen en comin la fuerza expresiva del movi- miento como manifestacién de la vida interior que los anima, aunque esto se haga por distin- tos medios. Su propia experiencia vital se vuel- caen un interés por la libertad plastica y por las situaciones contingentes plasmadas por mate- riales cambiantes, como la luz, el viento y la ve- getacidn. Ya se ha mencionado como, en 1953, ‘Villanueva incorpora el movimiento en su acep- ‘nim. 20 (Sao Paulo, 1955). El acropuerto fe muy erities do por la vanguardia carioca, pues lo consideraba ana- 305 Sién musical en su concepcién de la plaza cu- bierta de la Universidad Central de Venezuela | Caracas, pero también lo hard mediante de laluz tamizada y cambiante que se cuela por fos muros calados o las aberturas del techo. La | concienciade ta luz como elemento que modi. fica las formas est también presente en Jos sdificios de la Universidad de Rio Piedras en Sen Juan, hechos por F ny Klumb, donde los n todos los matices de las sombras en un espacio atravesado por el Planos horadados expl ento, [a utilizaci6n de la curva libre y de la luz tomo material arquitecténico es la caracterist ta central de los mejores proyectos brasilerios, como ya se habia manifestado tempranamente GENERACION PROGRESISTA 183, Interior del seropuerto de Congonhas, en el Pabellén de Brasil en la Feria de Nueva York de 1939, de Lucio Costa y Oscar Niemeyer. En el conjunto del Parque Guinle (1943-1954), que recibié un premio en la Primera Bienal de Sao Paulo en 1951, Lucio Costa hace una facha: da que se antepone a otra que se esconde detras y estd abierta por partida doble: en la textura lada de los mutos de arcilla abre una ventana cuadrada. Affonso Eduardo Reidy construye entre 1950 y 1952 la escuela del conjunto de Pedegrulha y, poco despues, el bloque sinioso de vivienda, y aplica el mismo motivo en las fa- chadas, que contrasta con el gran balcén abier- to al paisaje que constituye el plano de llegada. 30 GENERACION PROGRESISTA Este hueco dentro del hueco acota y enmarca el paisaje y establece un contraste de escalas enue la naturaleza virgen ¢ indémita y el jardin domesticado. ‘Ademéss de la luz, el interés por las situacio- hes contingentes leva a varios arquitectos a diseftar con otro material cambiante: Ia vegeta cidn. La arquitectura de jardines 0 arquitectura de paisaje tiene on esta generacién dos magni- ficos representantes: Luis Barragin y Roberto Burle Mars. Luis Barragén definia la arquitectura de pai- saje como “una arquitectura sin techos" y ver de los jardines “abiertos’ piiblicos y con amplias visuales, preferfa los jardines “cerra: dos? confinados, que invitaran a la meditacién solitarla, De manera reiterada manifesté que descubrié su vocacién de jardinero poco antes, de cumplir 26 anos —edad en que es normal ‘que se descubra la vocacién— gracias a Ferdi nand Bac, a quien conocié en Francia, El im: 1BA, Conjunto de vivienda Parque Guinle, detalla de ls 308 pacto que produjo en é! la visita al jardin dees Colombiers en Menton y los libros de Bac que Barragan trajo a su regreso a México se refleja enalgunas de las casas que hizo en Guadalajara poco después. Para don Efrain Gondlez Luna, Barragan disené entre 1929 y 1930 un gran jar. d Gui con una casa adyacente; y en la casa para avo Cristo (1980-1931), donde tenia me nos espacio, relacioné una serie de patios ¢e- rticulares, hechas rrados. En otros jardines pa ya en Ia capital mexicana, Barragén afin los mbitos cerrados, intimos y misteriosos que inducen a la introspeccién, a conocerse a si mismo. El silencio de los jardines privados po. sibilita el abrigo y a revelacién del enigma aisla del ruido y la ordinariez de la ciudad. Sy frase “ha sido un error sustituir el abrigo de as muros por la intemperie de los ventanales’ se refiere a la exposicién de la privacidad hacia la calle, pero no a la celacién con el jardin, Basi ‘asa (1947-1948) un gran ventanal hace que el jardin forme parte integral del espacio | interior, _ Sin lugar a dudas, el proyecto més ambicio: So de Barragéin fue la urbanizacién y los jardi ‘nes del Pedregal de San Angel, entre 1945 | 1952. El érido terreno de rocas voledinicas que a Muchos parecta hostil, ejercid sobre él una "fran fascinacién y pasaba horas enteras alli. La | shaboracién de caminos, fuentes y pequeiios _ Jardines con ictus y arbustos estaban pensa dos para los propietarios que adquirieran los Antes y construyeran sus casas, segtin vera reglamenta na es n. La mezcla de estilos y la _ SobredensificaciGn posterior han hecho perder Jamayorfa de las intervenciones or Barragn.* jinales de W Aunque se consultaron diferentes fuentes, la funda | Mental uc el libro de Antonio Riggen, Luis Barvagdn, (ris conversaciones, EI Croquis Faitorial, Madrid, 2000 {Biblioteca Arquitectura), dance se recogen los escasos attos ce Marragén, lena Poniatowsks) Tudo, las fotos més conocidas del Pedreyal en su estado varias entrevistas (incluida ks Y alguaa corcespondencia. Por otro sdalaiara, Mexico. Arg. L (GENERACION PROGRESISTA Roberto Burle Marx, el otro magistral pai- sajista de e: ta generacién, estudié misica y pintura antes de descubrir su vocacién de dise- nador de jardines. Con paciencia de boténico estudié la rica flora topical del Brasil —“un material abundante y expresiva”— y la asocia- cidn mutua que establecen las plantas y ciertas especies de insectos, para diseflar con la natu- raleza dentro de un ciclo biolégico, Ademas de jardines particulares, Burle Marx trabajé estre- chamente con el grupo heroico de los arquite: tos brasilenos de su generacisn en proyectos tan destacados como el Ministerio de Educa- cién (1938), el conjunto de Pampulha (1942), el ulho (1951), el parque de Thi rapuera (1953) y el Museo de Arte Maderno de Rio (1954). La estrecha vinculacién entre jardi- conjunto Ped nes y arquitectura lev al francés Michel Racine a decir: “lo mas sorprendenté del modernismo original som las publi or Emilio Ambasz en The Ar ‘ure of Luls Barragén, catélogo de la exposicién del Museum of Modem Ari de Nueva York, 1976. 309 GGENERACION PROGRESISTA 1185, Usbsnizacion del Pedragal, Chics jaan muestra, Avg, Luis Batragsn, 194 brasilefio es que es un movimiento-moderno- con-jardin" Por los mismos afios en que Barra- gén estaba haciendo su casa y sofiaba con el Pedregal, Buirle Marx adquirié un terreno a 45, kilometros de Rio que llamé El Sitio; allf instalé susinvemaderos y construyé una casa a partirde desechos de demol 1949. A diferencia de Barragé: ones, donde vivié desde Burle Marx hace grandes intervenciones de diseito urbano, entre Jas cuales las md largo de las playas de Botafogo (1954), Flamingo (1961) y Copacabana (1970) en Rio de Janeiro y el Parque del Este (1956-1961) en Caracas. conocidas son los paseos lo Miche! Racine, "Robs fen Jacques Leenhardt (074 sto Busle Mary, © elo que faltave! Nos jardi Las Felis de las interver Perspectiva, Sin Paulo, 199 Je Burle Marx en los tos estén tomadas del apendice ntras arquitec amnolgico de este libro 310 fos secalculan ‘con la frtilidad del suek gimen del Tluvias, las fechas de las cosechas, los ritmosd iclo de las estaciones, con el crecimiento y floracién, con las mil pertii de la ecologfa, Especula sobre lo aleatorio’ y Y bara in senala: “La idea més bella posible: ido de preparacién para el embellesl miento por el tiempo, esté intimamente lig a la idea de Interioridad (tiempo vivido) y Ociosiciad (espacio encantado) ambas te Roger Caillais, “Jardins possiveis! en Tacques Leal hart (org). 07. ct 4 : ad, Rio de Janata. Proyecto de Attensa Eduardo Re'dy y jardines de B 1, 1961-196" ‘GENERACION PROGRESISTA 188. Foto aérea det campo brasleno en iss cercarias de Brasil, nadas con la idea de profundidad. Todo lo que se deteriora, y no es propio para recibir con ese deterioro la patina de la historia, esté contra lo que debe ser la vida del hombre. Una casa bella con su jardin debe convidar al Ocio més per fecto y dar la idea mas poética y bella posible del paso del tiempo. He aqui, pues, un arte de la arquitectura en relacidn con el arte mayor de todos: el arte de Ia vida. Porque vivir es en- vejecer bella y trascendentalmente” Otros aspectos son también comunes a es tos dos jardineros latinoamericanos. La mezela de formas barrocas y abstraccién es tno de ellos Para no daftar “la formaci6n barroca de las tex- turas y formas’ del Pedregal, Barragan preveia ‘que se debia crear formas arquitectonicas de absoluta simplicidad que no compitieran con ella: “abstractas en cualidad, preferentes lineas rectas, superficies rectas y formas geométricas primarias’” Y en Burle Mars es notoria la cer- © Ts Barragén, “Reflexiones sobre os pensamicntos da dos por el sefor D. Eduardo Rendén ala revista Arquite ture, con motivo de la publicacidn de sus jardines; aatgrao, 1945, en Antonio Riggen. op. tt. : © En "Gardens for Environment. Jardines del Pedregal’ 312 cania entre sus pinturas abstractas compuest con manchas de colores y sus jardines. El nejo del agua en ambos es similar, ya sea con espejo de las estrellas 0 desbordéndose en ch rros sonoros. ¥ también son comunes dos far mas de mirar: la mirada hacia arriba y lamin da desde arriba. La conduceién de la hacia arriba, muchas veces senalada, es e fa en los patios de Barragan, abiertos al yen las palmeras siempre presentes en los jar dines de Burle Marx, La mirada desde ar no ha sido sefialada, pero pareciera estar pe sente en los dos, Las composiciones abst tas de Burle Marx sélo pueden ser apres desde arriba, donde adquieren las caracterls cas de un cuadro delimitado en el tertitorie del Pedregal como “un mar de lava" 0 como“ oleaje pétreo” que hacfan tanto Barragén com O'Gorman y Goeritz es una deseripcién a De hecho, en una de las fotos de la casa onferencia dietada por Barragin en California em bore de 1951; romada de Antonio Riggen, op. Rarragén, publicada por Myers en 195: _ emo una inmensa fotografia aére del Pedregal ocupaba uno de los muros que aompanaban cotidianamente a Barragin en fuirecinto més {ntimo. El deseo de expresar movimiento latente y Sentimiento de libertad también puede estar detrés de la preferencia manifesta por las es ‘Mlucturas en concreto reforzado, que llevan a esla gencracién a acercarse a sus antiguos riva- les, los ingenieros. En los afios cincuenta po | dria haberse desarrollado una arquitectura de lade, como se hizo durante la segunda Gue. fra Mundial ante la escasez de cemento, o hu- _ biera podido prevalecer una arquitectura de aceto y vidrio, pues ha | Adebido a tas grandes acerias que se montaron bia condiciones para ello (GENERACION PROGRESISTA en muchos paises. La arquitectura de “piel y huesos” era la predominante en las rei norteameri ‘anas en la posguerra y la practica- ban algunos arquitectos prestigiosos y admira- dos, como Richard Neutra (1892-1970), e raci6n no es casual. Neutra aparecia como el heredero mas legitimo de los grandes maestros alemanes en los Estados Unidos (Mies, sobre todo) y, ala vez, de Wright. Aunque Neutra co- nocié varias ciudades latinoamericanas, hizo varios proyectos en América Latina y tuvo in- fluencia clara en la siguiente generacién de ar- quitectos latinoamericanos, tuvo escasa inci dencia en los arquitectos de ta generacién progresista, lo que evidentemente no puede 313 GENERACION PROGRESISTA imputarse ni al desconocimiento ni a un retra- 0 constitutivo en la recepcidn de corrientes internacionales. Podrfamos pensar, entonces, que la arquitectura de “piel y huesos” no fue acogida por la generaciGn progresista porque no quisieron, porque no se ajustaba a sus re- querimientos intimos tan claramente como el ‘conoreto. Y muy probablemente es por eso que Ja terca insistencia en considerar a Le Corbu- sier como el gran maestro sea mucho mis ex- plicita y reiterada. ‘Una de las razones para preferir el concreto es practica, pues el hormigén armado resiste mejor que otros materiales los estragos causa- dos por desastres naturales, como Jos terzemo- tos y los huracanes. La economia y la facilidad constructiva, en cambio, no parecen haber sido razones para tener esta preferencia: los com~ plicados encofrados de madera que se necesi- taban para fundir el concreto encarecfan y de- moraban la edificacién. La foto del estadio del Club Boca Juniors en construccién en Buenos Aires es muy reveladora de este complicado proceso," asi como los comentarios agudos & irénicos del peruano Héctor Velarde: “Hoy la arquitectura del concreto armado present con relaci6n al andamiaje, una verdadera paradoja. En esta arquitectura que se proclama libre, que tiene por base el célculo didfano y la pureza de la forma, el andamiaje impone su ley y limi- ta la expresién novedosa del concreto armado. La arquitectura del concreto armado, con su fi- sonomia eléstica y su vida de posibilidades infi- nitas, depende, aungue parerca un absurdo, del andamiaje, es decir, de la carpinteria, de la es- tructura lenosa, limitada y humilde’" En reali- dad, la raz6n tiltima de la adopcién del concre- to es de cardcter estético. La maleabilidad de Ja masa y los planos permitia, como Io habian formulado los uruguayos, una ornamentacién “81 nuevo estadio te Boca Juniors en Buenos Aite vista Municipal dle Enghenharia, asin. 3 (Rio de Faneiro, mayo de 1941). © *La paradoja del conereto armado’ en Héctor Velar La pirdimide tnvertida, Losada, Buenos Aires, 1958. 314 contrapuestos. En Brasil las discusiones estéticas estabay das por aspectos constructivos y los ingenteros | participaron en elas. Oscar Niemeyer en tra en Ja curva libre la manera de transmit alegoria del cuerpo en movimiento, como se ve, desde 1942-1943, en el conjunto de Pi que serpentea, como la danza, por el jardin, pero es en el casino y sobre todo en la iglesia de San Francisco de Asis donde el deseo de captie rar el movimiento se incorpora aa concepeién. estructural del volumen mismo; este mane) del concreto no hubiera sido posible sin laa da del ingeniero Joaquim Cardoso, a qi Niemeyer se referfa como “el brasileno mi culto que conozco'* Del concreto interest sobre todo las posibilidades de expresar si engafios, una voluntad plastica; en wn artical contra la planta libre y la separacién entre oe sramientos y estructura, Gerson Pompeu Pin heiro lo compara con el cuerpo humang. senala: con la estructura libre, “la sinceridad plastica, uno de los més bellos recursos de! buena arquitectura, pierde su significacion, Una fachada libre, esto es, disociada comple tamente de la planta, se vuelve una complet mascara!” Desde finales de los cuarenta las proezas del concreto se multiplicaton en América Lali na, como los muy conocidos experimentos om paraboloides hiperbélicos de Félix Candel (1910-1997) 0 en proyectos donde se neces ra cubri grandes Inces, como el mercado d ©» Osear Niemeyer, “Joaquim Cardoso; Médulo, tena (ieiembte de 1961); comado de Alberto Xavier (org) B poimento de wa geraad, ap. et q 51 Gerson Pompeu Pinbelio, ‘A estrutura livre’ Arg ra ¢ Urbanismo (Blo de Janeiro, julio y agosto de I GENERACION PROGRESISTA oT ive a cust oa” a festructita libre independiente alos cra ‘Aig. Gerson Pamaeu Pinheiro 192. Mercado de Miraflores, Lima ‘Arg, Alfredo Damme, 1938-1939 Miraflores (1938-1940) que levanté Ali Dammert en Lima, proyectado a pattir de béveda ovalada sostenida por 10 arcos bélicos. El dominio constructive alcata en las cubiertas curvas y en voladizos he con delgadas cascaras de concreto alige hizo que este tipo de estructuras fueran lizadas también por arquitectos de la ga racién posterior en numerosos proyectos usos disimiles, como plazas de mercado, dios o iglesias. En sus distintas posibitidades de at dinamismo, la generacién progresista hizo arquitectura que interpretaba los anhelog sociedades en desarrollo, en las dos acepcig de desarrollo que se destacaban antes: om transformacién hacia un futuro mejor yeon Gnimo de actarar lo que antes era ascutoy redado. La intima relacién entre los plan mientos estéticos y las vigencias colectivash cieron de la arquitectura de esta generaci logro cultural de alto vuelo creative y dep funda identificacién social Brasil y su influjo Aunque los cometidos generacionales antes Aescritos se presentaran claramente en todo el fontinente, serdn los brasilenos quienes, des de fe ejem- plos que manifestaban de manera contunden: a8 muy tempranas, mostrar felo que significaba la arqui ‘ectura moderna, Detodas las influencias que es posible rastrear pam expl oamer ar la arquitectura de los paises lati- nos, ninguna tiene el aleance, la in- fensidad y la permanencia que tuvo la brasile Hi. HI influjo que ejerce Brasil sobre el resto del continente es tan importante y definitivo, gue hasta cierto punto puede decirse que fue. fon ellos quienes dieron cuerpo tangible a los anhielos de toda la generacién progresista Es bien sabido que a raf de la coyuntura Politica del Estado Novo en 1935 el gobierno titG @ una serie de concursos que, como era Normal, ganaron en su mayorfa arquitectos pa. Famericanos cuando se traté de edificios mo- Fumentales como los ministerios, Sin emhar- §9, el mecenargo del joven ministro Gustavo Capanema (1900-1985) otorgarfa una figura Gién importante a arquitectos de su misma ge- Heracién mediante encargos directos de ed ‘io Publicos, e1 ntre los que destaca, claro esté, del Ministerio de Educacién. Este mecenaz. 80 se habia conquistado con esfuerzo, pues para ese me nento el grupo de Rio de Janeiro, fombativo y coherente, ya se podia identificar Sono una espe ie de vanguardia, Concentra dos en una ciudad pujante de gran vitalidad adicales 108 de Giltural y permeados de sentimientos e cambio social, una serie de arquite @xcepcional talento y entusiasme mantenfa un dinimico proceso de trabajo conjunto, de dis- ‘Mision critica y de reflexion tedrica; se habfan fonocido en la Escuela de Arquitectura y ha. bian creado la revista Arquitetura e Urbanismo 1 1937, dirigida por Carmen Portinho (1903 2001), que, casi con exclusividad y de m sislemética, publicaba todas sus obras y articu: los. Este grupo generacional, que puede identi GENERACION PROGRESISTA ti Reidy, Jorge Machado More roan Vasconcelos, 1437-1843 ficarse por las publicaciones de sus proyectos en la revista, tuvo como nicleo fundamental a los arquitectos Lucio Costa, Affonso Eduardo Reidy, los hermanos Marcelo y Milton Roberto y Oscar Niemeyer, al paisajista y pintor Roberto Burle Marx y al pintor Céndido Portinari, [GENERACION PROGRESISTA La fuerza y originalidad de la arquitectura brasilefia tuvo un cartel de difusién excepcio nal con la exposicién y el libro Bre Builds que realiz6 el Museo de Arte Modemo de Nue- va York en 1943 y los nuimeros especiales que le dedi tural Review en 1944 y parisina LArchitecture d/Aujourd’Hui en septiembre de 1947 y agosto de 1952; estas publicaciones internacionales despertaban la sensacién de que durante la guerra era en Brasil donde se habfa desarrolla- do una verdadera arquitectura moderna. Para los arquitectos latinoamericanos este prestigio cxeaba expectativas, pero fue la vivencia direc ta la que Los sedujo. Los articulos sobre arquitectura brasilena empiczan a publicarse en las revistas latino- americanas a comienzos de los cuarenta, mu- ‘on las revistas londinense The Architec chas veces como resultado de visitas de arqui- tectos cariocas que hiciera Henrique Mindlin (1911-1971) a Lima en 1944. Aunque @ 1a exposiciOn y el catélogo correspondiente se lama- ban Brazil Builds: New and Old. 16 dos partes: la antigua haefa énfasis en Ia arquitect roca del siglo xvury la modema recogia la principal pro- duceién hecha entre 1936y 1942. © A raie de la visita de Mindlin a Lima, Fl Arquitecto Pe ‘ruana publics un numero especial sobre cl Brasil, en ma -1912y constaba de bay 318 184, iglesia de San Francisco ie Ass, Pampuihe, Bello Horizont ninguno de los miembros de la vanguardiag rioca asisti6 al VI Congreso Panamericang, Lima en 1947, la muestra que Hlev6 la del cién brasilena a la Exposicién Panamerig (que inclufa exposicién de libros) conteniai proyectos del Ministerio de Educacién, e bellén de la Feria Internacional de Nueva y sobre todo el conjunto de Pampulha, quem chos arquitectos vieron allf por primera ve Jos marcaria hondamente. taba emocionado el impacto que en él yen: companeros produjo la revelacién dela tectura brasilefia, pues era la prueba fehaciey de que una estética a la vez moderna y ame cana era posible. Otros asistentes al cons como el venezolano Carlos Rati Villanueyaj colombiano Gabriel Serrano (1909-1982), Jaron poco después al Brasil para recorrerg fondo esa nueva arquitectura dentro de lag llegé a conocerse como el “peregrinaje a P pulhat Serrano, uno de los exponentes mas portantes de la arquitectura moderna col ro de 1944, que comprendia el Concurso de le all el palacio Itamaraty, ganado por el mismo Mindi Arq. Oscar Nemeyer, 1942-1943 Diana a su regreso organizé una Exposicién de Arqui tura Brasilefia en Bogota y la fachada ‘desu propia casa, construida entre 1949 y 1950, ‘taba dominada por un mural de azulejos en- ‘argado a Portinari.* A comienzos de los aitos ¢neuenta los brise-soleils, ala manera de facha- fas sobrepuestas, serdin ya frecuentes en las fiudades latinoamericanas de la franja tropical. Para mediados de la década del cincuenta rarquitectuca brasilefta de concreto tenia una imagen discernible que se contraponia ala ar- Guitectura escueta de vidrio y metal predomi ante en otras partes del mundo y tendia a asi- | Trilarse a lo barroco. Por ello fue objeto de Gitieas como Ias que lanzé Max Bill (1908 1894) cn 1953, a raiz de la Segunda Bienal de _ Sto Paulo, diciendo que la arquitectura brasile- ano respondia a las necesidades funcionales, * Cuando fos hijos de Sersano desteuyeron ta cas, el ual se raslad al edificio de Ia Sociedad Colombiana Ge Azquitectos, donde se encuentra actuate 5. Interior del casino de Pampulna, ello Hon GENERACION PROGRESISTA to. Arq, Oscar Niemeyer, 1942-1943, era individualista y “padecfa de un amor por lo initil, por lo simplemente decorative; encon- traba que en el conjunto de Pampulha no se tuvo en cuenta su funeién social, y precisa: Niemeyer, a pesar de su evidente talento, lo proyect6 por instinto, por simple amor por la forma, con curvas caprichosas y gratuitas cuyo sentido arquitecténico sélo es evidente para si mismo. Fl resultado de esto es un basroquismo excesivo que no pertenece ni ala escultura nia la arquitectura’ Tampoco le gustaba el edificio. del Ministeri de Educacién, pues “Ie falta senti- do y proporeién humana y los murales de azu- lejos de Portinari quiebran la armonia del con- junto, son intiile haber colocado” y.como tal, no se deberian Las criticas de Max Bill cau- wil por ser él quien saron gran revuelo en Br ‘Max Bill, 0 inteligente iconoclastay Habital, nim. 12 (Sao Paulo, septiembre de 1953), que reprodiice y comen- {una entrevista hecha a Max Bill por Flavio d/Aquine pu- blfcada en ta revista Manchette res meses antes 319 GENERACION PROGRESISTA AN ATNTRN Ca opia del ara era: un importante pintor, escultory arquitecto que habia ganado la Primera Bienal de 1951 y, ademis, director de la Escuela de Ulm, herede. rade la Bauhaus, ‘Val ver.como respuesta a Bill, Henrique Min: dlin publica en 1956 su libro Modern Architecture in Brazil 1 inglés, francés y alemén, con un en. sayo prelimiiar y analisis de los proyectos; esta obra se convirtié en el discurso canénico de la arquitectura brasilefia, constituyendo una narra cidn historiogrifica que fue recogida por varios historiadores posteriores. Esta arquitectura he roica —que en Brasil aman “arquitectura mo- dermista’— ha estado en el foco de Ia revisién historiogréfica de los anos recientes. Algunos edificios especialmente significativos, como el Ministerio de Educacién, han sido examinados, puntillosamente desde varios éngulos, se han publicado minuciosos trabajos monograficos so- bre los arquitectos mas importantes y se han desarrollado trabajos sobre aspectos parciales de estas obras. El estado avanzadio en que se en 320 uitecto Gabriel Serrano con el wal de Postinas, Bogota, 1949-1950, cuenta la historiografia arquitecténica brash (sobre todo comparada con la de otros paises continente) nos dispensa de reproducir aqul revisiones de este recorrido candnico. Sinem bargo, es preciso enfatizar que e508 20 aos, aqui se reformulan en términos de la ava de la generacin progresista, se caracterizan genieros y arquitectos brasileiios tenta para latinoamericanos el significado de una te adquirida y definitiva —m acquis, como diy Jos franceses— que interpretaba el deseo cole vo de desarrollo, y las formas libres —bat se quiere— sintonizaban con tn profindo: timiento de manifestacién cultural auton y subrayaban la sensacién de libertad. Es pa ble que estas caracteristicas fundamentales sag las que expliquen la enorme seduccidn ye) mendo influjo que la arquitectura brasiletiagje ci6 en el resto de América Latina, 4.La visién dela ciudad Flurbanismo subterraneo “arquitectura algunos articulos sobre los peli- fos de los bombardeos aéreos salpicardin la spacible exhibicién de residencias y edificios ara renta que se levantaban en cada pals.* EL _ trbanismo subterrineo habia comenzado como "tha especulacién de ciencia ficcién suscitada _ {ior as posibilidades del transporte bajo tierra y ‘Merecié algiin interés por parte de los urbanis: _ fas, como lo relata Karl Brunner en uno de sus ‘tapitulos del Manual de urbanismo,™ pero con _tladvenimiento de la guerra se convirtid en la Posibilidad urgente de protegerse de los bom- _ badeos aéreos. Como ministro de Defensa, Pérez Jimenez _ ‘genizaba en Caracas ejercicios de ascurec Iniento de la ciudad y movili ‘hacia refugios subterréneos y es probable que a consideracidn estuviera tras la decisién de | Modilicar el diseno de la avenida Simén Boli- ‘Yar para incluir estacionamientos subterraneos __ bajo les torres administrativas. Cuando en agos _ fede 1942 Brasil declaré la guerra a los pafses, del Eje, Gerulio Vargas declaré al pais en estado dealerta y se tomaron varias medidas. El dina- ico alcalde de Porto Alegre, José Loureiro da " Silva (1902-1964), cité a los ingenieros de la ‘Municipalidad para estudiar los posibles refu- cién ciudadana br jemplo, os rtculos “Defensa civil and-aévea’ en He Resta Mucipal de Engenharia (Rio de Janito julio de 282), y“E araquey la defensa are de Luis Bay Se ll, em ta revista Arguitectura, mien. 102 (Ca Habana | erode 1922) | © Eneltomo I desu Manual de urbanismo de 1940, Kael _ Btumermenciona también el Primer Congreso Intern- Sioa! de Urbanismo Subterrinco en Francia de 1997 y éhipo ene XVI Congreso Internacional de Habitaciésy Ue. Penismo reunido en Mexico en agosto de 1931 el primer faa rata era a “Planificacion subteerane (GENERACION PROGRESISTA, 108 antiaéreos en s6tanos de edificios, sugirié hacer varios téneles e instalé una sirena para entrenamientos de evacuacién. En Rio de Ja- neiro un articulo recomendaba ma propuesta de urbanizacién de la explanada del Castelo, pues tenfa edificios en redent que aumentaban el grado de proteccién en caso de bombardeos,* yse pensé hacer una linea de metro bajo la ave- nida Presidente Vargas, entonces en construc- cldn. Aunque en otras ciudades no se toma- ton mayores acciones en este sentido, algunos proyectos construidos en estos afios, como los sétanos bajo la avenida Jiménez. de Quesada que hizo Brunner en Bogoté, pueden obedecer al temor difuso a los bombardeos. El tema se Clausura en 1945, pues, como bien lo senalaron ¢l peruano Emilio Hart-Terré" y el cubano Pe- dro Martinez Inclan,"" la bomba atémica, el arma suprema, no respetaba ningtin refugio y s6lo mostraba quie las ciudades concentradas eran més vulnerables que las dispersas Crecimiento urbano y planes reguladores El crecimiento de las ciudades latinoamerica- nas se agudiza a partir de 1945, Durante la gue- rma, América Latina experiment un desarrollo industrial y econémico que se traduce en una aceleracién del crecimiento urbano, En el lapso de 15 anos (1945-1960) las principales ciuda- ‘des mas o menos duplican su poblacién; Bue- nos Aires, México, Rio de Janciro y Sao Paulo sobrepasan los cuatro millones de hahitantes para 1960 y un segundo grupo de seis capitales sobrepasa el millon: La Habana, Bogoté, San- 5S Herminio de Andrade e Silva, “O urbanismo e a arqui- tetura em face dos ataques aereos' Revista Municipal de Engenharia (Riv de Janeizo, noviembre de 1942 y enero de 1943), * Fn realidad, el metuwo no se construyé sino hasta los "TI urbanismo y la bomba auimlea) Revista de Arqut Jectura, aim. 304 (Buenos Aires, abril de 1946), "La bomba atémica y la arquitectura de cludadest ar ‘quitectura, nan. 145 (La Tlabana, agosto de 1945). a21 GENERACION PROGRESISTA ‘tlago, Montevideo, Lima y Caracas. Aunque es- tas cifras generales dan una nocién del c miento urbano, es probable que la diferencia poblacional no fuera tan acentuada, puesto que se estaban comparando unidades di tas. Mientras que alrededor de 1945 1a mayoria ci in- de los censos sélo contemplaban La ciudad concentrada, hacia 1960 se contabiliza también elarea metropolitana, incluyendo urbanizacio- nes y poblaciones circunvecinas. La sensacién de gran crecimiento tenfa mucho que ver con Ja expansidn fisica: numerosos ensanches, lo- teamientos 0 urbanizaciones que habian per- ‘manecido durante largo tiempo relativamente desocupados se consolidaron arquitecténi mente, incorporando a la experiencia urbana estas areas antes percibidas como suburba- nas, La aparicion creciente de barrios infor males, producto de invasiones o de loteos ile- gales, evidenciaba una migracién rural siempre en ascenso. Por otra parte, la transformacion puntual de los centros urbanos, por construc: cién parcial de antiguas casas que se demolian para dar paso a edificios de oficinas, producia la sensaci6n de crecimiento en el sentido de progreso. A partir de 1945 los automéviles hicieron cada vez mayor presencia en las ciudades latinoamericanas, amenazando la légica urba- na que los tranvias habfan impuesto. El creci- miento automovilistico, sin embargo, iba acom- pasado con la expansién urbana, Baste un dato: en 1960, en Rio de Janeita circulaban 75000 ve- hiculos, mas o menos el doble de los que circu- laban 15 afos antes, y la poblacion también se habfa duplicado en ese lapso. Esta observacién, refleja una vivencia urbana: la creencia sentida de que pos entre peatones y automéviles, como se abserva ‘en numerosas fotografias y en el sentido de los proyectos urbanos. Varias avenidas proyecta- das y construidas durante estos aitos —como las avenidas Vargas en Rio de Janeiro y Las Amé. ricas en Bogoté— estaban pensadas para un numero relativamente reducido de automévi- fa haber una coexistencia pacitica 322 les y con un diseio de compromiso entre jas acepciones tradicionales d la nueva nocién de autopista 0 autorruta. La presencia atin no traumética de los méviles en la mayoria de las ciudades p explicar una constatacié: Ja generacién pros gresista, que produce grandes e innovado arquitectos, no presenta, en el campo del nismo, ideas innovadoras. Constatacién g ral que tiene una notable excepcién: Wladh 10 Acosta. Desde comienzos de los aftos treinta lado unas propuestas urbanas futuristas pany Buenos Aires, en torno a lo que bautizé city block (manzana urbana): se trataba de: que consideraba que habfa crecido “arbit riamente” y una verdaderamente planil mediante el aumento de la densidad y evitarls dispersion fisica, Aunque en sus dibujos soq obyias —y explicitas— as referencias al ube nismo de Hilberseimer y los rascacielos cru formes de Le Corbusier, el esfuerz0 por cunscribirse a la cuadricula de la ciudad le ova a prestar atencién a la calle y express ung caracterizacion de la ciudad americana y a reticula uniforme como una suerte de des urbano, a la ver.que sugiere alusiones neoyg quinas. En la utilizacién de la palabra city oe por parte de Acosta puede, tal vez, haber ing dido la novela homénima de Waldo Frank (pu blicada originalmente en inglés en 1922 yi ducida al espanol por una editorial argeting, en 1937) y sus otros escritos llamados “relatos. de city block" publicados en la revista pen © F1 arquitecto Wladimiro Acosta, de origen rs, trabajado junto con Gregori Warchavchik en la ofcing “Marcell Piacentini y desde su legada a Buenos Aces, 1928, se distinguira por sus planteamientos arqitetii. cos y urbanos de avanzada. Sus propuestas de fin dor. En 1930 visit el Brasil yasisti6 al IV Congreso Pa ‘mericano de Arquitectos. aula en 1929." La desesperanzada resigna- inde los personajes urbanos de Frank que deambulan por las calles de la apretada ciudad fe Nueva York podria haber influido en las rei- teradas consideraciones de Acosta sobre la ex- riencia urbana deseada: “La calle dejaré de lnestrecho pasaje entre muros altos —y no veerd mas el aspecto de una sucesin de “luacias’ de edificaciones puestas unas al lado pevidists Hierato estadunidense Waldo Frank, re Wcido por sus posiciones de zquierda, era muy popt- tron América Latina en los afios wrelnta, Su piimer viaje mérica Latina en 1929 quedé consignado en su libro hispana de 1931, En esa ocasi6n, su anfitriona Buenos Aites fue Victoria Ocampe. Con Wladimiro std tenia varias afinidaces, como su comin proce. judia, sus posiciones politicas y sus eautelosos 0 por la casa que Alejandro Bustillo le hielera a Vie GENERACION PROGRESISTA de otras,’ con el aspecto de ciertos platos a base de fiambres surtidas— y tendré por el contrario la apariencia de algo orgénico cional. Llena de luz y de sol, no sera mas opor- tunidad de molestias y peligros, sino un eémo- doy agradable lugar de transito”™ Las propuestas de Wladimiro Acosta no ten- ‘drén ningtin eco inmediato y quedarin como elucubraciones de un joven radical. El urbanis- ‘mo tealista de los panamericanos tendré mu: cha més vigencia de lo que sus iniciales ente- rradores suponfan y se habia insertado en todas Jas modalidades de institucionalizacién: para Ja década del cincuenta pricticamente todas © Whsdimiro Acosta, “EI city black integral, Un esnidio de lurbanismo prictiea; Nuestra Arguitectura (Buenos Aires, agosto de 1981) 197. Conjunto de city blocks integrales con jtcines a 33 metros de altura, Propuesta de Wadimiro Acosta 323 GENERACION PROGRESISTA las facultades de arquitectura tenian ya un cur- so regular de urbanismo, se habfan creado nu- merosos institutos estatales y se habian dicta. do leyes que obligaban a las ciudades a hacer planes reguladores. Las concepciones y visio- nes urbanas de los arquitectos progresistas 0 parecieran ser muy diferentes a las que tenfan Jos urbanistas de la generacidn anterior. Antes y durante la segunda Guerra Mundial, con ani- mo continuista, aplicaron y refinaron el instru- ‘mental (e6rico establecido por los arquitectos panamericanos, aprovechando la wadicién acu- mulada de varias décadas que habfa sedimen- tado una vigencia consenstada sobre la impor tancia de la planificacidn urbana. Sin embargo, desde el fin de la guerra se habfa ablerto un in- tenso debate urbanistico que no s6lo ponia en cuestién las distintas posibilidades de planes reguladores sino también la ciudad deseable hacia el futuro. Porun lado estaban las alternati- vvas anglosajonas representadas en la reconstruc cién de las ciudades inglesas y las prolongacio- nes del viejo urbanismo francés, personificado ‘en Gaston Bardet (1906-1989), no sélo por su conocido libro titulado Urbanismo® sino por su actuacién como urbanista, Por otro lado es- taban las propuestas incentivadas por la publi- cacién de la Carta de Atenas en 1943 y por los Congresos Internacionales de Arquitectura Mo- derma (c1am), retomados con vigoroso impulso después de la guerra, en 1947, que ejercfan gran atractivo sobre la siguiente generacién Todas estas alternativas se entremezclaban en foros internacionales como los congresos de la Unién Intemnacional de Arquitectos (uta), fun- dada en 1948 por el francés Pierre Vago (1910- 2002), quien tenia fuertes conexiones con Amé- rica Latina y era, ala vez, el editor de la revista * Gaston Bardet, yemno de Marcel Poéte, también publi (66 Problemas de urbunisma en 1941 ¥ Nacimiento y ces- conucimiento del urbanismo en 1951. Su libro Urbanis- ‘mo, de 1945, fue twaducido por el cubano José M, Bens y Arrarte y publicado por entregas en sucesivos niimeros de la revista Arquitectura de La Habana en 1946; algunos lapartes fueron Feproducides em la revista Arquitectara Mexico, kim, 22 (1947). 324 architecture d/Aujourd’Hui, en cuyas pig se publicaron planes urbanisticos de distin procedencias y enfoques.® De hecho, evan la revista El Arquitecto Peruano hace un} de Jas “luminarias de la profesién’” en 19454 tanto a Patrick Abercrombie (“el urbanista mero uno no séle de Inglaterra sino del mun entero”) como a Le Corbusier (“el paladin movimiento moderno en Europa’): Por otro lado, durante la guerra se h abierto un fiente novedoso: la planeacién gional para el fomento del turismo. Elen to bélico habia desviado hacia Latinoam buena parte del turismo norteamericano avances en carreteras multiplicaron alos industria sin chimeneas’ empe76 a cont plarse como una estrategia de desarrollo poblaciones pequeftas alejadas de los g centros urbanos. Esta estrategia va a traer, oleada, en cierto modo insélita, de unaa tectura y urbanismo “tipicos” que se ape cché en lugares de vacaciones, compitiend tilisticamente con los hoteles modernos co que distaba mucho del neocolonial ean de intenciones politicas que practles la cidn panamericana. La posguerra es la del hoom hotelero de eiudades-balneatiose Mar del Plata en Argentina, San Juan en Rico y las poblaciones con restos preco nos del Peri. Dentro de la politica cl fomento es paradigmatico el caso del pl gulador de La Serena, disenado en 19 por un equipo dirigido por Guillermo con la asesorfa de Gaston Bardet y consi © Lintre los corresponsales de la revista se one Hernan Vieco (Colombia), Luts Garcis Pardo Viadimir Kaspe (México) y Carlos Rat Vilanaes 7uela) Vago Tue invitado por Villanueva apart ‘escultor en la plaza eublerta de la cludad u asist6 al 1X Congreso Panamericano en Carara © “Las huminatias de la profesi6n en el af 1S quitecto Peruano, mien. 88 (Lima, abril de 1948), nos siguientes anos, Fn el pequeno pablado, de trazado en damero, se alteraron algunas Manzanas centrales para obtener un recorrido, Pintoresco con sucesion de pequenas calles y _ plazuelas, postblemente bajo la influencia del 48¢sor paisajistico, Oscar Prager (1876-1962), Yse construyeron edificios puiblicos de estilo ‘egcolonial para reforzar el cardcter tradicio- tal deta arquitectura." Ariesgo de simplificar, puede decirse que tos numerosos planes reguladores que se leva- fond eabo en los aos cuarenta y bien entrados ‘hs cincuenta consistieron basicamente en dos | feciones: un plan vial y una zonifieacién. Para | alprimero, tos esquemas radiales con anillos _ oncéntricos de la generacién panamericana __siguieron gravitando como modelos tacitos __ Para la racionalizacién del trénsito. El caso mas | puto esel de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, _ donde’cuatro anillos concéntricos y avenidas _ fadiales ordenaban el crecimiento de la traza endamero. Fl plan fue originalmente plantea- do en 1958 y se llamé Plan ‘Techint, pues fue _ slaborado por una oficina técnica de esta mul- finacional y retomado a fines de los anos sesen- __ fen un plan regulador terminado en 1972 por ih arquitecto urbanista muy joven: Fernando Prado Salmon (n. 1945). Lo que hace excepeio- anal el prceso planificador de Santa Cruz.es la lealtad mantenida durante varias décadas a las formas bésicas de Los anillos concéntricos, en ‘tn periodo en que la ciudad pasé de 40000 ha- bitantes en 1950 a 700000 en 1992. El tremendo reeimiento urbano fue asumido por las for- ‘as del plan inicial y s6lo a fines del siglo Ta | ubanizacién se desbord6 por fuera del cuarto _ anillo perimetral. La persistencia de los esquemas viales c | eéntticos hizo que, a pesar de la enorme disper- _ sion hacia los suburbios, el centro mantuviera tna preponderancia simbélica pero también mostraba altos indices de congestiGn. Esta do- Sobre el Plan Serena el arguitecto [loracio Torrent des: ‘rollé una invostigneiiin muy completa financiada por e! | Fondecyt Chile en el ano 2004. GGENERACION PROGRESISTA ble caracteristica se resolvia proponiendo casi invariablemente un centro civico, que es tam- bien una idea que se remonta a varias décadas atras, Para la zonificacién por funciones urba- nas, ademas de fijar con sentido comiin las ten- dencias de los distintos sectores en un plano coloreado, los planes reguladores se pensaron, conjuntamente con los temas de la vivienda social y recomendaban la localizacién de terre- hos para proyectos importantes a desarrollar por parte del Fstado. Puede decirse entonces que los planes reguladores hechos por arqui- tectos desembocaron en realizaciones arquitec~ t6nicas concretas como “primeras etapas” prio- ritarias para construir, que por lo general fueron, centros civicos, conjuntos habitacionales y ciu- dades universitarias, Esos tres grandes cometi- dos fueron pensados por la generacién progre- sista a la escala de la “arquitectura urbana’ o del “urbanismo arquiteetural’ Entre los planes urbanisticos mas ambicio- 50s realizados por arquitectos de la generacién progresista en su juventud pueden citarse los de tres cludades pequefias: Goidinia, San Juan y Quito. La nueva ciudad brasilena de Goidnia, disefiada en 1933 como capital del estado de Goids por Auilio Corréa Lim con base en dos avenidas diagonales que salian e estructuraba del centro eivico (una conducia al aeropuerto y la otra a un gran parque), unidas por una ave- nida circular. La ciudad vislumbraba tuna capa- cidad de 50000 habitantes pero con una pri- ‘mera etapa para 15000, es decir, de una escala comparable a Ja de un conjunto habitacional de una ciudad grande, y lo primero en cons- ico, con el Palacio de truitse fue el centro cf Gobierno y edificios administrativos. En 1936 la direceién de la construccién de Goidinia fue asumida por Armando de Godoy (1876-1944), que aunque respet6 lo atinente al centro efvico y las diagonales, modificé el plano en su parte sun disenando un gran barrio jardin de trazado irregular y curvo. De uns escala similar es el plan regulador de la ciudad de San Juan en la Argentina, des- 325 Comte DEPARTAMENTAL DE oBRAS__ QFICINA TECNICA DEL \CONSEJO DEL PLAN REQ 198, Plan reguladar de Sants Cruz Ue la 5 ctualizetion pata 1972. Urb. Fernando Fredo Sinden, pus de su destruccién por un terremoto en 1844, que comtié a cargo de Fermin Bereterbide (1899-1979), Ernesto Vautier (1891-1989), Car Jos Muzio y Jorge Lima. E1 proyecto proponia abandonar la ciudad vieja (fundada en 1562 y on trazado en damero) y reemplazarla por una ciudad nueva, en forma de rinén con un centro tivico central de donde emanaban avenidas- Parque radiales que separaban unidades habi- facionales a la manera de barrios. Fl plan no prosperé, pues hubo reticencia de los habitan- tesa abandonar la vieja ciudad, y un crecimien- to planificado a la manera de ciudad jardin se desarrolla a partir de 1948, dirigido por el urba- hist José M. Pastor (1914-1981). Por su tama- hoy forma, el plan de San Juan es similar a la ‘ciudad satélite” que propuso, en 1942, Karl Brunner para Bogoté, en las inmediaciones de __ liciudad universitaria. ‘Durante los afios de la segunda Guerra Mun- dial se realiz6 el plan regulador de Quito (ciudad ea comienzos de los afios cuarenta tenia unos 180000 habitantes) a cargo de Guillermo Jones Odriozola (n. 1913). Este arquitecto uruguayo, alumno de Vilamajé y de Cravotto, se recibié en 1937 y habia hecho un viaje por Europa y el _ forte de Aftica al afio siguiente. Fn 1939 gand el Gran Premio de su facultad, que normal- _ Mente consistia en un viaje por Europa, pero que ahora, debido al ambiente bélico, prefirié cambiarlo por un viaje por América que inicié | @imarzo de 1941 yculminaria en Quito, donde _ decidié quedarse, seducido por la arquitectura colonial ecuatoriana y la plicida ciudad en- marcada por la cordillera de los Andes. A sus 28 fos, debia de tener una sdlida cultura y poder dé convencimiento, pues poco después las au- toridades municipales le encomiendan el plan _ tegulador de la ciudad, Con un equipo minimo {un ingeniero y un dibujante), Jones Odriozola 9 urbmists Pastor es responsable de uns yran cant 44d de planes reguladores de cfudades pequerias en Ar genina. Tomado de Jorge Francisco Liernur y Fernando | Alte, Diccionario de arguitectura en Argentina, Clan, Buenos Aires, 2004 (Arquitectura, (GENERACION PROGRESISTA labora el anteproyecto entre marzo y diciem- bre de 1942, Ese mes el peruano Emilio Hart- ‘Terré pasa por Quito y escribe poces dias des- pués un elogioso comentario sobre el Plan.”” alos Estados Uni- dos con una beea de Ins fundaciones Carnegie, En 1943 Jones Odrozola via Rockefeller y Guggenheim y alld se entrevista con los arquitectos ms prestigiosos del mo- mento, entre ellos Prank Lloyd Wright, Walter Gropius, Fliel Saarinen y José Luis Sert, En 194, de nuevo en Quito, emprende el trabajo de precisar el plan regulador, que entrega en versién definitiva en noviembre de ese mismo ano. Esta vez contard con un equipo mayor de ingenieros y estudiantes ectatorianos y la ase- soria de tres colegas uruguayos que hace Mle- var: Alfredo Altamirano, Jorge Bonino y Gilber- to Gatto, Cuando en diciembre de 1944 vuelve a los Estados Unidos para tratarse una enfer- medad de la visién que lo dejaré ciego, sera Gatto, quien se establece en el Ecuador, el en- cargado de asumir la presentacién definitiva y el desarrollo del plan regulador en los aftos siguientes. Sibien Jones Odriozola conoefa los plantea- mientos urbanos de Le Corbusier (a quien en- trevisté en su taller en 1938) y de la vanguardia en Norteamérica, prefirié hacer un plan realis- ta, que preservara el rico acervo histérico-ar- quitecténico de Quito y permitiera un ereci- miento futuro paulatino y arménico, Su ini referencia explicita son los libros de Patrick Abercrombie y sobre todo la idea de “tecintos” Uurbanos. Para resolver los problemas de transi- to, en vex de grandes autorrutas expresas prefi- rid mantener, complementary ampliar el siste- ma existente de calles. El plan a largo plazo (calculaba que hacia el afio 2000 la ciudad ten- dria unos 700000 habitantes) comprendia cuatro centtos caracterizados: un centro de gobierno, uma unidad de vivienda con su centro comu- nal, un centro deportive y la ciudad universita- 7B plan regulador de la cluclad de Quito; Et Areutecto Peruano (Lima, diciembre de 1942). En cl arccula Hare Terré recomienda que Lima desarrolle un plan similar 327 200. Anteproyecto de plan ret 201 Propuesta de ia” De los cuatro, sdlo la ciudad universitaria construirfa en los siguientes afios, como se i mas adelante cuando se aborde ese tema. Otros proyectos urbanos son también im jaa teconsrut el contexta de prodccién del pan "Blador fue de mucha utdad la entrevista a Guillerma res Odrozolarealizada por Walter Domingo a instan- Sasle Ramon Guniérer, que fue publicada en las revstas Tran wm. 98 (Quito, enero de 1992), y D4¥, nies. 3b {PR [Resinencia, argentina, 1992). También se consulta informe de 1942, publieado en jos mtimeros 50 y 51 Jateista rama (1991), yla publicacidn “Plano regia | dare Quito" de Guitierma Jones Odriorola, Quit, 1945, 1 “Ciudad satelite” en las inmeciaciones de la ciudad universtana, Bogota. Arq. Karl Brunner, 1942. GENERACION PROGRESISTA Ja emprendedora administracién del Minis- terio de Obras Piiblicas, cartera que estaba a cargo del arquitecto José Ramén San Martin (n, 1908), y con la direccién general de obras del arquitecto Luis Dauval Guerra. Ademés de los avances en acueducto y alcantarillado, escuelas y hospitales, el plan contemplaba dos grandes proyectos: el Parque Residencial Obrero en Lue yan6 yun gran centro civico, en el mismo lugar Ja Loma de los Catalanes— que habfa sido propuesto dos décadas atrés por Forestier y Martinez Inclan. Fl conjunto habitacional se construyé ra jidamente, pero el centro civico troperaria con muchos obstaculos. Los terre- 331 GENERACION PROGRESISTA 202. Plano de zonificacion y contios caracerizaios de futuro, ente ellos a ciudad unierstara, Plan requlasor de Quito. Arq. Guillermo Janes Oxriozola, 1948 nos se adquirieron en 1949 y el arquitecto Ent ‘que Luis Varela (n. 1900) hizo un planteamien- to urbano detallado en torno a una gran plaza civiea donde se colocaria el monument a José Marti y se destacaba el Palacio de Justicia, fomumenta a Mart tiene wna larga y aecidentada historia que comienza con un concurso internacion convorado en 19537, que se declard cesierto, pero el se _gundo premio lo obtuvo el grupo de Enrique Luis Varela, Jean Labatut (1. 1899), Raoul Otero, Crispin Otero y Oh 932 edificio simétrico con dos alas abi tas, dela a(n. 1897). Con ma: queta y planos se realiza un foro auspiciado quitecto José Pérez Benitoa por el Colegio de Arquitectos en 1953, cuando ya la plaza estaba en construccién, y en eg reunién se critics duramente el proyecto de Varela, Una nueva generacion consideraba ob. soleto ese tipo de arq sctura y urbanismo y allanaba el camino para que, cuatro afios des. verio Waterland, Tras otros concursos, e7 1942 se esa el monumento del arquitecto Aquiles Mara (n. 195) ya eseultor luan José Siero (n, 1898). Fl monumento quel ralmente se erige en 1958 es un compromiso enive d proyeeto de Varela y Labatuty la escultura de Ser ues, se contratara a Wiener y Sert Ayevo plan regulador. En la plaza eivica o Plaza de la Republica (hoy Plaza de Ia Revolucién) Sélo quedd del plan de 1945 el Palacio de justi- | tia de Benitoa; durante los es fos cincuenta se fue poblando desordenadamente con proyee tosaisladosy hoy es un micleo administrative y simbélico moderno alterno al centro histé Hadicional.* Bas Pro. José R. San Martin (ministro de Obras Publicas) Memoria del plan de obras del gobierno del Dr. Ramin (Grau San Martin, 1947; E. Luis Varela, “La Exposicign In leenactonal de I Habana en 1948; donde el aucor co Menta que “el cent civico secia primera pledia de un GENERACION PROGRESISTA Bl plan regulador de Guadalajara, México, se hizo entre 1943 y 1945, dirigido por Ignacio Diaz Morales (1905-1992) con la asesoria de Carlos Contreras, pero mientras las recomen- daciones de anillos viales de éste tuvieron poca repercusisn inmediata, el proyecto urbano dela ‘cruz de plazas” en tomo a la Catedral, de Dia eo plan urbantstico que transformaria ues ital? en Arguirectura, nim. 146 (La Habana, sep Je 1945); también los textos “Forum-Plaza de la Republica y morumento a Mar Boletin del Colegio Na dona de Arquetos de Cuba, mira. 1 (ta Bubans, mayo de 1984), y*Forum de a plaza civic’ Arquttectura (La Ha tana, julio de 1953) E1Forum seealeheé en 1953 enol Ca pltolio a rafe del ventenario del natalicto de José Mar uiembre 333 GENERACION PROGRESISTA Morales, fue construido en los anos siguientes y terminado en 1953. Posiblemente ningtin proceso planificador exprese tan claramente los designios de la ge- neracién progresista en la posguerra como el caso de Caracas. Gon la economfa petrolera, Venemela no sdlo posefa amplios recursos es- tatales, sino que también era un pais clave en la geopolitica continental; ademés, desde 1948 —y por 10 ahos— estuvo bajo el liderazgo verti- cal y militar de Marcos Pérez Jiménez (1914- 2001). Caracas no posefa, sin embargo, muchos arquitectos. Baste recordar que la Sociedad de arquitectos se constituys sélo hasta 1945, con siete miembros, y que los estudios de ar- quitectura se inician como departamento en la Escuela de Ingenieria en 1944. Este grupo re- ducido, con asesores extranjeros, fue el prota- gonista de las grandes transformaciones de la ciudad en los aftos cincuenta, a través de la Co- misién Nacional de Urbanismo (exu)"* que em- pieza a funcionar en enero de 1947.7" El plan regulador de Caracas de 1951 (apro- bado en 1953) recoge una serie de iniciativas, decisiones y planes parciales que habfan sido realizados en el tiltimo lustro, Entre ellos, es importante anotar el interés del norteamerica- no Nelson Rockefeller (1908-1979), heredero de la Standard Oil, quien visita Caracas en 1947 en el marco de una serie de proyectos para Ve- nezuela, pues es posible que incidiera en la contratacién de algunos de los técnicos aseso- res que serdn actores significativos en la plane: * La END también reallad planes reguladores para otras 15 eludades venezolanas entre 1950.y 1957. 7 Bl primer presidente de la exu fue Leopoldo Martine ‘lavatria, con vicepresidencia de Carlos Guinand y ase soria de Carlos Rail Vilanueva, Martiner Olavarria era también director del Banco Obrero en 1946. Villanueva fue el primer presidente de la Sociedad de Arqui centre los siete miembros fundadores de la sociedad esta~ ban Cipriane Dominguez y Luis Eduardo Chataign. Fl dic rector del Departamento de Arquitectura en 1944 era Luis Eduardo Chatsign y el primer director de la Fscuela de Arquitectura, ya independiente, en 1946 y hasta 1950, fue Luis Malaussensa, La escuela se converte en facultad en 1958. 334 cidn de Caracas. En primer lugar esté la poracién al cNU de Maurice Rotival, quien de trabajar en Estados Unidos” y era ela del plan de 1939 y de Ta propuesta de una avenida central, A su llegada en 1946, encontrara como hecho cumplido que lau nizacién de El Silencio habfa sido const por Villanueva en el lugar donde él un gran centro civieo. Con las ideas actu zadas de una “planificacién orgénica’, Roti desecha su lenguaje arquitecténico clasico siete aiios antes y propone un nuevo ce} civico federal desplazado hacia el sur, en plataforma elevada sobre Ia avenida, que py vieo, a dos cuadras del Capitolio y de la plea fundacional, hacia que el nuevo comple f ra una parte complementaria del centro Caracas. Los planos arquitecténicos, desaan llados por Cipriano Dominguez con dos to gemelas de 34 pisos que se prolongaban en da brazos hacia El Silencio, estuvieron termi para 1949. En segundo lugar, de manera p gidos por Robert Moses (1888-1981)" que complet6 en 1948 y contemplaba tres gr Caracas-La Guaria (donde se localizatia el ropuerto), una paralela al rio Guaire (Autopis del Este) y una tercera, la Autopista Capitolig, hundida, que conectaba las otras dos. De mencionarse que, respecto a trénsito autom Iistico, el caso de Caracas es excepcional, pu allila presencia de automéviles fue muy den desde fechas muy tempranas: ya hacia 1950 ch % Rotival, casaco con una norteamericana pron habia sia profesor invitado en Yale, pa recor de Wallace Harrison, uno de los diseadoes del Rock feller Center, y desarroll6 entre 1941 y 1942 un pan tno para la citidad de New Haven. Desde distntas instancias estatales y privadas Moses cjreié una enorme influencia en la transforma de Nueva York entte 1930'y 1950; su principal comet acomodarala cad alas exigencias del atom : : : ulaban unos 60000 automeéviles, muchos més, @ntelacién con su poblac eito 0 Buenos Aires. in, que en Rio de Ja Los otros componentes de la ciudad progre sista también fueron tenidos en cuenta. Desde 196 ye Villanueva habia Universitaria, que examinaremos mas adelante, Fla localizacién de conjuntos habitacionales planteado la ciudad fue decidida en conjunto con el Banco Obrero, Pera lo cual fue contratado Francis Violich (1911-2005) en 1950.*" Aunque también arqui fetto, la visién de la planificacién de Violich se *Vioich ue et primer jefe de la secciin de Vivienda y Paneamionto dela Unién Panamericana, formalizads en 1945,y profesor ce la Escuela de Arquiteecura de la Uni Ywisdad de California en Berkeley. Como tenia relaclo- GENERACION PROGRESISTA 10 de La Habana a mediados de los cincuents,Planteamiento general del arauitecto Enrique Luis Varela, ligaba de manera més intima a la vivienda so- co de la concep. én focalizada cial, lo que lo hacia muy crit cién monumental de la plan en centros civicos, Otras iniciativas, directa- mente del ejecutivo central, como el Sistema de Ja Nacionalidad en torno al Paseo de los Precur- sores, dirigido por Luis Malaussena (1900- 1963), estaban también decididas, Todas estas propuestas, no necesariamente coherentes en- tre tuvieron que ser tenidas en cuenta por el plan regulador presentado por Leopoldo Marti- nez Olavarrfa (1913-1992) en junio de 1952. nes familiares en Venezuela, visitaba Caracas freevente- mente a finales de los cuarenta, VISION INSTROSPECTIVA de la AVENIDA BOLIVAR en su TRAYECTO DESDE EL SILENCIO HASTA COLON a CRUZ VERDE GENERACION PROGRESISTA Acomienzos de los anos cincuenta, Caracas, parecia una cantera abierta, pues todos los pro- yectos anteriores empezaron a construirse con ritmo frenético: Cuando se celebra la X Gonfe. rencia Panamericana en marzo de 1954 estin pricticamente terminadas las dos torres del centro civico, llamado Centro Simén Bolivar, que se convertird en el simbolo arquitecténico de Caracas. También estan por concluirse el corazén de la ciudad universitaria (el discurso. inaugural de la X Conferencia Paname ana se hard en el aula magna), el conjunto habitacio- nal del Cerro Piloto, buena parte del conjunto de La Nacionalidad y Ia autopista a La Guaira. Debe advertirse, sin embargo, que estas cons- trucciones, que acarrearon muchas demolicio- nes, representaron una expresion clara de pro greso; aunque introdujeron una escala‘mayor 838 grandes operaciones quirdugicas de la siguen: te generacién a partir de los aftos sesenta, Propuestas inaugurales de proyectos furusm, por plan se entendia la organizacion coheremg: de propuestas especificas planteadas por di versos actores, y por lo tanto recogen conse sos. Dentro de estos consensos alrededor de nocién de progreso, los centtos civicos salve excepciones— no parecieron haber tenido ung prioridad politica, pucs podfan aparecer ean némicamente inaceptables ante necesidades mas urgentes. Sin embargo, la Idea de hace 208. Caracas hacia 1960 con las autopisas que conectan los grandes proyectos de Pérez mene: Ios torres Simin Belvay, la avenida de los Prbceresy la ciudad universitaia, GENERACION PROGRESISTA centros civicos tuvo una enorme persistencia entre los arquitectos, que veian en ellos la posi- bilidad de hacer la gran obra de su vida, y serdin también planteados por la siguiente genera- cidn. Lo que la generaciGn progresista si hizo, y profusamente, son otros dos cometidos urba- nos; los conjuntos habitacionales y las ciuda- des universitarias. Conjuntos habitacionales Desde los aftos treinta y luego por la desco- nexi6n con Europa, para enfrentar la construc cién de vivienda estatal en América Latina los arquitectos progresistas estudiaron con interés las experiencias estadunidenses de las green belt towns y las reflexiones sobre los vecinda- rios emanadas de la sociologia, sobre todo de la escuela de Chicago. Las ciudades norteameri- canas, cuyo crecimiento acelerado y recepcién de migrantes presentaba muchos aspectos co- munes a la situacién urbana latinoamericana, habjan acumulado una amplia bibliografia que sefialaba la importancia de preservar la cohe- sién social comunitaria para mantener el equi- librio social y contrarrestar ta delincuencia ju- venil. Este planeamiento se sustentaba en buena medida en la nostalgis de los pueblos, lo que es natural en situaciones de crecimiento urbano rapido. Para comentar Ia actitud “eco- Iogica” de Clarence Arthur Perry, dice Louis Wirth: “el vecindario es tipicamente el produc- to del pueblo y de la ciudad pequena. Sus ca- racteristicas discernibles son la proximidad én, el contacto social inti- cercana, la coopera mo y un fuerte sentimiento de conciencia so. cial, Mientras que en la ciudad modema uno encuentra viviendo a la gente en proximidad fisica sin que exista cooperacién cercana, ni un contacto intimo, ni una familiaridad, ni una conciencia de grupo que acompaien esa cer cania espacial’ © Louis Wirth, “A Bibllography of the Urban Comminity’ 340 Después de la guerra, la reconstrucei Londres y otras ciudades inglesas, cuya an divulgacidn en América Latina fue incen por el servicio diplomitico inglés, se en principios similares, a partir del pensar to de Patrick Abercrombie.” También amplia divulgaci6n las propuestas orgir que retomaban a Camilo Sitte con unaa zada vision de las leyes fundamentales d naturaleza, como la expresada por Eliel Saar nen en su libro La ciudad. Su crecimient in, su futuro. : Ademis de los barrios suburbanos, uma nociones més importantes de esta verti fue la de precincts intraurbanos. La palabra! glesa precincts es dificil de traducir al castellan pues las palabras “distrito’ “recinto” 0 *b nola describen con precisién. Los precinctsd criben unidades urbanas aisladas por de circulacién vehicular, de funciona autosuficiente y de un tamano que no deb sobrepasar los 10000 habitantes, La declinaci piles para preservar la nocién de comusid era importante que en su interior hubiera rias actividades interrelacionadas, por lo cugl se previene contra la sobreespeck cional 0 zoning, entendido como separaci dréstica de funciones urbanas. Los pre por excelencia eran las neighborhood units cilmente traducibles como unidades vecinah unidades vecinales, de barrios, de urbaniz nes o de conjuntos habitacionales varios ‘en Robert E, Park, Ernest Burgess y Roderick Mek The City, The University of Chicago Press, Chicago, (Ja.ed, 1925), En el ibro hay otros ensayos sobre li ‘comunitarlo, como “Community Organkzation andj nile Delinguency” (Park) y ‘Can Neighborhood Work a Selentific Basis?” (Burgess). La traduectén de la em nia. © Town and country planning de Palcick Abercrombie habia publicado inielalmente en 1938 pero fue am mente divulgada su segunda edicién de 1943, que teniendo en cuenta las destrucciones de la guerra © The City de Flel Searinen fue publicado en 1943 a meta edicidn en castellana es de 1957 _ aplicita el universo intelectual anglosajén. El brasilefio Rubens Porto, en su libro de 1938 0 | problema das casas operarias ¢ os Institutos e Caltas de Pensoes, citaba a Sert, Rotival y Le Corbusier, pero también a Ebenezer Howard, "Clarence Perry, Charles Mulford y Robert Whi ten" Uno de los arquitectas mas preocupados: _Porel tema de la vivienda, Fernando Belaiinde | Terry (1912-2002), no sdlo publicé varios articu- | losal respecto en su revista Ei Arquitecto Perua- ‘no, sino que al desctibir su politica de vivienda em los anos cuarenta diria: “los antecedentes fxternos, sin remontarnas al siglo pasado a la | Giudad Jardin inglesa podrian encontrarse en {os planteamientos de Clarence Perry, en 1916. _ Poco después en la obra visionaria de Henry Wright y Clarence Stein que, concientes de la presencia impactante del automdvil, concibie- | fn, en 1920 [sic], Radburn, en Nueva Jersey, _ cerca de Nueva York. A de la supermanzana y de la separaciin de __lxinsitos’* Por su parte, Carlos Rati Villanuev. ‘ldefinir las unidades vecinales, explicaba: “Es- _ ts son los principios sostenidos y defendidos or Estados Unidos por Clarence A. Perry y en ‘Francia por Maurice Rotival y Gastén Bardet™* Sien|os anos treinta se hicieron algunos es- | fuerzos en materia de vivienda social, sobre todo en Puerto Rico,"® Argentina y México, en la lesarrollaron la idea ® Graco en Hugo Segawa, Arquiteturas no Brasil, 1900 _ 199 Universidade de Sao Paulo, S40 Paulo, 1999, _MTemando Beladnde Terry, ‘Recuerdos Ge #7 Arquitecto Perueno’ ec Antonio Zapata, Fl joven Belatinde. Historia | ela rests “El Arguitccio Peruano’ Minerva, Lima, 1995. | Fala, el conjunco residencial de Radbumn fue cons | Mito enize 1928 y 1933. Otras referencias sobre Ja im “Porancia de tas experiencias norteamericanas en los Benzeomientos de Relatinde pueden consiikarse on W' Wy taceta, Piqueras, Relainde, la agrupacién Espacio. Dis buenos tigre. Vanguardia y urbuntsmo en ef Pend det silo, Colegio de Arquitectos del Peré-Urives, Hana. se Per, 2004, Galos Rol Villanueva, “Funcionamtento de ls unt “hela, nim. 192 (Caracas, marzo de 1952). | PB arquitecto Jorge Ramisex de Arellano (n, ea 1890) ‘deed en San Juan de Puerto Ricv el eonjunto El Fala GGENERACION PROGRESISTA intnediats posguerra construir mucha vivienda se convirtié en el abjetivo central de todos los gobiernos latinoamericanos obedeciendo a las demandas del acelerado crecimiento urbano. Son urgencias que empatan con las necesida- des de reconstruccién de las ciudades euro- peas y por ello la vivienda masiva se convirtlé en un tema prioritario para los arquitectos. La construceién de casas baratas habia sido asumida tradicionalmente por nuiltiples acto- res: industriales que hacfan barrios obreros al- rededor de sus fébricas, comunidades religio- sas, organizaciones civicas 0 cajas de ahorro de empleados. EI Estado intervenia en muchas de estas iniciativas y ocasionalmente también, generalmente a nivel municipal, hacia conjun- tos por medio de distintas entidades e institu- ciones, Lo que es interesante a mediados de si- glo es el deseo de integrarlas distintasiiniciativas en planes centralizados a nivel nacional. Por ejemplo, en Perti se crea en 1947 la Corpora- n Nacional de Vivienda (cnv); en 1953 se erea en Chile la Corporacién de Vivienda (Corvi), que fusiona la Caja de Habitacién Popular y la Corporaci6n de Reconstruceién y Auxilio; una centralizacién similar se produce en México con Ia fundacién del Instituto Nacional de Vi- vienda en 1954; el mismo afto se organiza en Costa Rica el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (1NVU), Por otro lado, la Unién Pa- namericana decidié establecer un Centro Inte ramericano de Vivienda y Planeacién (Cinva), con sede en Bogoté, que empezé a funcionar en 1952; en este organismo se desarrollaba in- vestigacidn en vivienda, se daban cursos a be- carios de toda América y se centratiz6 una am- plia documentacién sobre el tema. En los mejores casos, los planes centraliza- dos para la produccién de vivienda en serie se pei res, se basaron en censos de vivienda que cuan- lificaban las condiciones de habitacién de las, \saron conjuntamente con planes regulado- terio, com edifcios de tres pisos (1985-1837), y las 2:300 ‘casas de la urbanizacién Hleanor Roosevelt (1836-1958). 341 brero Gel Ministero de Obras Pat SCHOOL 2 NURSERY SCHOOL. _ SUBSIDIARY SHOPPING CENTER (00d Stove Oity) "ARTMENT "HOUSES WBSIDIARY SHOPPING ENTER (ov ter eu SHOPPING AND CIVIC CENTER NURSERY SCHOOL, 210. Proyecta del coy junto Viste Hermoss(kuego Bethania), Panama. Args. Ricardo Bermudez y Guillermo de Roux, 1947 - a ee GENERACION PROGRESISTA lad Belgrano, conceds como Ciudad En Su parte supetion zquierda el poblaciones de las harriadas, callampas, tugu rios, ranchos, favelas o villas miserias (las de. nominaciones que recibieron las expansiones espontineas de barrios pobres que crectan des- controladamente en las periferias de las ciuda des) y tuvieron como objetivo acabar con ese tipo de vivionda que se consideraba insalubre, miserable ¢ indigna. A los “tugurios” se contra- ponfa una vivienda “formal” planificada y los arquitectos sabfan cémo debia set: Entre los ar- quitectos de la generacién progresista, domi- nante a mediados de siglo, existia el consenso ": barrios o unidades veci- de un modelo “ide: nales de un tamano que varlaba entre 1000 y 5000 unidades de vivienda es decir, entre 5000 y 25000 personas que conformaban una comu nidad armoniosa, a la manera de un pequeiio pueblo, repartidas en unas 100 hectéfeas (con 346, ta, B del urbanista Luigi Piceinato, 1948 de Eva Peron) 05 Ales. Proyecto un maximo de densidad de 250 habitay hectirea) y con servicios basicos y comunale y en edificios seriados implicaba una condi: cin social previa: la de vencer la resistencia por parte de los sectores més pobres y tradiea! nales de la poblacién a vivir en apartamentos La casa individual fue por mucho tiempo

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