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Obra reproducida sin responsabilidad editorial

Federico García Lorca


LIBRO DE POEMAS
Advertencia de Luarna Ediciones
¡Machos cabríos!
Este es un libro de dominio público en tanto Sois metamorfosis
que los derechos de autor, según la legislación de viejos sátiros
española han caducado. perdidos ya.
Vais derramando lujuria virgen
Luarna lo presenta aquí como un obsequio a como no tuvo otro animal.
sus clientes, dejando claro que:
¡Iluminados del Mediodía!
La edición no está supervisada por nuestro Pararse en firme
departamento editorial, de forma que no para escuchar
nos responsabilizamos de la fidelidad del que desde el fondo de las campiñas
contenido del mismo. el gallo os dice:
¡Salud!, al pasar.
1) Luarna sólo ha adaptado la obra para
que pueda ser fácilmente visible en los
habituales readers de seis pulgadas.

2) A todos los efectos no debe considerarse


como un libro editado por Luarna.

www.luarna.com
POÉTICA
¡Oh ser de hondas leyendas santas,
de ascetas flacos y Satanás (De viva voz a G[erardo] D[iego].)
con piedras negras y cruces toscas,
con fieras mansas y cuevas hondas Pero, ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a
donda te vieron entre la sombra decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mi-
soplar la llama rarlas, mirarle y nada más. Comprenderás que un
de lo sexual! poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo
a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún
¡Machos cornudos poeta sabemos lo que es la Poesía.
de bravas barbas! Aquí está: mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo
¡Resumen negro a lo medieval! lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no
Nacisteis juntos con Filomnedes puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo
entre la espuma casta del mar, todas las poéticas; podría hablar de ellas si no cam-
y vuestras bocas biara de opinión cada cinco minutos. No sé. Puede
la acariciaron que algún día me guste la poesía mala muchísimo,
como me gusta (nos gusta) hoy la música mala con
bajo el asombro del mundo astral.
locura. Quemaré el Partenón por la noche para em-
pezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo
Sois de los bosques llenos de rosas
nunca.
donde la luz es huracán;
En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía,
sois de los prados de Anacreonte,
pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía.
llenos con sangre de lo inmortal.
Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al
contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de tu frente ancha,
Dios -o del demonio-, también lo es que lo soy por la rudo Don Juan!
gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta
en absoluto de lo que es un poema. ¡Qué gran acento el de tu mirada
mefistofélica
y pasional!
PALABRAS DE JUSTIFICACION
Vas por los campos
Ofrezco en este libro, todo ardor juvenil, tortura y con tu manada,
ambición sin medida, la imagen exacta de mis días hecho un eunuco
de adolescencia y juventud, esos días que enlazan el ¡siendo un sultán!.
instante de hoy con mi infancia reciente. Tu sed de sexo
En estas páginas desordenadas va el reflejo fiel de mi nunca se apaga;
corazón y de mis ansias teñido del matiz que le pre- ¡bien aprendiste
stara, al poseerlo, lc vida palpitante en torno, recién del padre Pan!
nacida para mi mirada.
Se hermana el nacimiento de cada una de estas poes-
La cabra,
ías que tienes en tus manos, lector, al propio nacer
lenta te va siguiendo,
de un brote nuevo del árbol músico de mi vida en
enamorada con humildad;
flor. Ruindad fuera el menospreciar esta obra que
mas tus pasiones son insaciables;
tan enlazada está a mi propia vida.
Grecia vieja
Sobre su incorrección, sobre su limitación, segura,
tendrá este libro la virtud, entre otras muchas que te comprenderá.
que los árboles llueven. yo advierto, de recordarme en todo instante mi in-
fancia apasionada correteando desnuda por las pra-
deras de una vega, sobre un fondo de serranía.
EL MACHO CABRÍO
1919.
(1921)
El rebaño de cabras ha pasado
junto al agua del río.
En la tarde de rosa y de zafiro,
llena de paz romántica, VELETA
yo miro Julio de 1920. (Füente Vaqueros, Granada.)
al gran macho cabrío.

¡Salve, demonio mudo! Viento del Sur,


Eres el más moreno, ardiente,
intenso animal. llegas sobre mi carne,
Místico eterno tiayéndome semilla
del infierno de brillantes
carnal miradas, empapado
de azahares.
¡Cuántos encantos
tiene tu barba, Pones roja la luna
y sollozantes los álamos cautivos, pero vienes del paisaje que muere
¡demasiado tarde! mis voces se quebraron.
¡ya he enrollado la noche de mi cuento El sueño se deshizo para siempre.
en el estante! ¡Para siempre! ¡Dios mío!
Va cayendo la nieve
Sin ningún viento, en el campo desierto
¡hazme caso! de mi vida,
gira, corazón; y teme
gira, corazón. la ilusión, que va lejos,
de helarse o de perderse.
Aire del Norte,
¡oso blanco del viento! ¡Cómo me dice el agua
llegas sobre mi carne que el sueño se deshizo para siempre!
tembloroso de auroras ¿El sueño es infinito?
boreales, La niebla lo sostiene,
con tu capa de espectros y la niebla es tan sólo
capitanes, cansancio de la nieve.
y riyéndote a gritos Mi ritmo va contando
del Dante, que el sueño se deshizo para siempre.
¡oh pulidor de estrellas! Y en la tarde brumosa
pero vienes demasiado tarde. mi corazón aprende
la tragedia otoñal
Mi almario está musgoso
¿Qué gran olmo de idea y he perdido la llave.
se ha tronchado en mi bosque?
¿Qué lluvia de silencio Sin ningún viento,
me deja estremecido? ¡hazme caso!
Si a mi amor dejé muerto gira, corazón;
en la ribera triste, gira, corazón.
¿qué zarzales me ocultan
algo recién nacido? Brisas, gnomos y vientos
de ninguna parte.
Mosquitos de la rosa
de pétalos pirámides.
OTRA CANCIÓN Alisios destetados
1919. (Otoño.) entre los rudos árboles,
flautas en la tormenta,
¡El sueño se deshizo para siempre! ¡dejadme!
En la tarde lluviosa tiene recias cadenas
mi corazón aprende mi recuerdo,
la tragedia otoñal y está cautiva el ave
que los árboles llueven. que dibuja con trinos
la tarde.
Y en la dulce tristeza
Las cosas que se van no vuelven nunca esas madrugadas
todo el mundo lo sabe, cuando tanto llueve
y entre el claro gentío de los vientos y en la rama seca
es inútil quejarse. , se deshace el nido.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡es inútil quejarse! ¿Qué es eso que suena
muy lejos,
Sin ningún viento, amor? El viento en las vidrieras,
¡hazme caso! ¡amor mío!
gira, corazón;
gira, corazón. NIDO
1919.

¿Qué es lo que guardo en estos


LOS ENCUENTROS DE UN CARACOL momentos de tristeza?
AVENTURERO ¡Ay, quién tala mis bosques
Diciembre de 1918. (Granada.) dorados y floridos!
A Ramón P. Roda. ¿Qué leo en el espejo
de plata conmovida
Hay dulzura infantil que la aurora me ofrece
en la mañana quieta. sobre el agua del río?
muy lejos, Los árboles extienden
amor? El viento en las vidrieras, sus brazos a la tierra.
¡amor mío!

Te puse collares Un vaho tembloroso


con gemas de aurora. cubre las sementeras,
¿Por qué me abandonas y las arañas tienden
en este camino? sus caminos de seda
Si te vas muy lejos -rayas al cristal limpio
mi pájaro llora del aire.-
y la verde viña En la alameda
no dará su vino. un manantial recita
su canto entre las hierbas.
¿Qué es eso que suena Y el caracol, pacífico
muy lejos, burgués de la vereda,
amor? E1 viento en las vidrieras, ignorado y humilde,
¡amor mío! el paisáje contempla..
La divina quietud
Tú no sabrás nunca, de la Naturaleza
esfinge de nieve, le dio valor y fe,
lo mucho que yo y olvidando las penas
te hubiera querido de su hogar, deseó
ver el fin de la senda. que fuerce al infinito.
Sin terror y sin miedo ante la muerte
Echó a andar a internóse escarchado de amor y de lirismo.
en un bosque de yedras Aunque me hiera el rayo como al árbol
y de ortigas. En medio y me quede sin hojas y sin grito.
había dos ranas viejas
que tomaban el sol, Ahora tengo en la frente rosas blancas
aburridas y enfermas. y la copa rebosando vino.

Esos cantos modernos,


murmuraba una de ellas, AIRE DE NOCTURNO
son inútiles. Todos, 1919.
amiga, le contesta
la otra rana, que estaba Tengo mucho miedo
herida y casi ciega: de las hojas muertas,
cuando joven creía miedo de los prados
que si al fin Dios oyera llenos de rocío.
nuestro canto, tendría Yo voy a dormirme;
compasión. Y mi ciencia, si no me despiertas,
pues ya he vivido mucho, dejaré a tu lado mi corazón frío.
hace que no lo crea,
yo ya no canto más... ¿Qué es eso que suena
Y mientras que descansan las estrellas
sobre el azul dormido, Las dos ranas se quejan
mi corazón ve su ideal lejano pidiendo una limosna
y pregunta: a una ranita nueva
que pasa presumida
¡Dios mío! apartando las hierbas.
Pero, Dios mío, ¿a quién?
¿Quién es Dios mío? Ante el bosque sombrío
¿Por qué nuestra esperanza se adormece el caracol se aterra.
y sentimos el fracaso lírico Quiere gritar. No puede.
y los ojos se cierran comprendiendo Las rams se le acercan.
todo el azul?
¿Es una mariposa?,
Sobre el paisaje viejo y el hogar humeante dice la casi ciega.
quiero lanzar mi grito, Tiene dos cuernecitos,
sollozando de mí como el gusano la otra rana contesta.
deplora su destino. Es el caracol. ¿Vienes,
Pidiendo lo del hombre, Amor inmenso caracol, de otras tierras?
y azul como los álamos del río.
Azul de corazones y de fuerza, Vengo de mi casa y quiero
el azul de mí mismo, volverme muy pronto a ella.
que me ponga en las manos la gran have Es un bicho muy cobarde,
exclama la rana ciega. lo tiene la esperanza en su recinto-.
¿No cantas nunca? No canto, Y la esperanza dice quedamente
dice el caracol. ¿Ni rezas? desde el reino sombrío:
Tampoco: nunca aprendí. -Vosotros me inventasteis corazones-
¿Ni crees en la vida eterna? Y el corazón: -¡Dios mío!
¿Qué es eso?
Pues vivir siempre El otoño ha dejado ya sin hojas
en el agua más serena, los álamos del río.
junto a una tierra florida El agua ha adormecido en plata vieja
que a un rico manjar sustenta. al polvo del camino.
Cuando niño a mí me dijo, Los gusanos se hunden soñolientos
un día, mi pobre abuela en sus hogares fríos.
que al morirme yo me iría El águila se pierde en la montaña;
sobre las hojas más tiernas el viento dice: "Soy eterno ritmo."
de los árboles más altos. Se oyen las nanas a las cunas pobres,
y el llanto del rebaño en el aprisco.
Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos La mojada tristeza del paisaje
nosotras. Creerás en ella, enseña como un lirio
dicen las ranas furiosas. las arrugas severas que dejaron
los ojos pensadores de los siglos.
¿Por qué quise ver la senda?
justa conciencia de vosotros mismos, gime el caracol. Sí creo
y formas y pasiones por siempre en la vida eterna
y hogares encendidos. que predicáis...
Yo en el sol me disuelvo
siguiendo al peregrino, Las ranas,
y cuando pienso ya en la luz quedarme muy pensativas, se alejan,
caigo al suelo dormido-. y el caracol, asustado,
se va perdiendo en la selva.
Los gusanos lloraron y los árboles,
moviendo sus cabezas pensativos, Las dos ranas mendigas
dijeron: -El azul es imposible. como esfinges se quedan.
Creíamos alcanzarlo cuando niños, Una de ellas pregunta:
y quisiéramos ser como las águilas ¿Crees tú en la vida eterna?
ahora que estamos por el rayo heridos. Yo no, dice muy triste
De las águilas es todo el azul-. la rana herida y ciega.
Y el águila a lo lejos: ¿Por qué hemos dicho, entonces,
-¡No, no es mío! al caracol que crea?
Porque el azul to tienen las estrellas Porque... No sé por qué,
entre sus claros brillos dice la rana ciega.
Las estrellas: -Tampoco lo tenemos: Me lleno de emoción
Está sobre nosotros escondido-. al sentir la firmeza
Y la negra distancia: -El azul con que llaman mis hijos
a Dios desde la acequia...
Dichosos los que nacen mariposas
E1 pobre caracol o tienen luz de luna en su vestido.
vuelve atrás. Ya en la senda ¡Dichosos los que cortan la rosa
un silencio ondulado y recogen el trigo!
mana de la alameda. ¡Dichosos los que dudan de la Muerte
Con un grupo de hormigas teniendo Paraíso,
encarnadas se encuentra. y el aire que recorre lo que quiere
Van muy alborotadas, seguro de infinito!
arrastrando tras ellas Dichosos los gloriosos y los fuertes,
a otra hormiga que tiene los que jamás fueron compadecidos,
tronchadas las antenas. los que bendijo y sonrió triunfante
El caracol exclama: el hermano Francisco.
hormiguitas, paciencia. Pasamos mucha pena
¿Por qué así maltratáis cruzando los caminos.
a vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho. Quisiéramos saber lo que nos hablan
Yo juzgaré en conciencia. los álamos del río-.
Cuéntalo tú, hormiguita.
Y en la muda tristeza de la tarde
La hormiga medio muerta, respondióles el polvo del camino:
dice muy tristemente: -Dichosos, ¡oh, gusanos!, que tenéis
de no saber mi fin ni mi destino- yo he visto las estrellas.
¿Qué son estrellas?, dicen
Las palabras del viento eran suaves, las hormigas inquietas.
con hondura de lirios. Y el caracol pregunta
Mi corazón durmióse en la tristeza pensativo: ¿estrellas?
del crepúsculo. Sí, repite la hormiga,
he visto las estrellas.
Sobre la parda tierra de la estepa Subí al árbol más alto
los gusanos dijeron sus delirios. que tiene la alameda
y vi miles de ojos
-Soportamos tristezas dentro de mis tinieblas.
al borde del camino. E1 caracol pregunta:
Sabemos de las flores de los bosques, ¿pero qué son estrellas?
del canto monocorde de los grillos, Son luces que llevamos
de la lira sin cuerdas que pulsamos, sobre nuestra cabeza.
del oculto sendero que seguimos. Nosotras no las vemos,
Nuestro ideal no llega a las estrellas, las hormigas comentan.
es sereno, sencillo; Y el caracol: mi vista
quisiéramos hacer miel, como abejas, sólo alcanza a las hierbas.
o tener dulce voz o fuerte grito,
o fácil caminar sobre las hierbas, Las hormigas exclaman
o senos donde mamen nuestros hijos. moviendo sus antenas:
te mataremos, eres Voy herido de místicas miradas,
perezosa y perversa. yo llevo los suspiros
El trabajo es tu ley. en burbujas de sangre invisibles
hacia el sereno triunfo
Yo he visto a las estrellas, del Amor inmortal lleno de noche.
dice la hormiga herida. Me conocen los niños,
Y el caracol sentencia: y me cuajo en tristezas.
dejadla que se vaya, Sobre cuentos de reinas y castillos
seguid vuestras faenas. soy copa de luz. Soy incensario
Es fácil que muy pronto de cantos desprendidos
ya rendida se muera. que cayeron envueltos en azules
transparencias del ritmo.
Por el aire dulzón En mi alma perdiéronse solemnes
ha cruzado una abeja. carne y alma de Cristo,
La hormiga agonizando y finjo la tristeza de la tarde
huele la tarde inmensa melancólico y frío.
y dice: es la que viene Soy la eterna armonía de la Tierra,
a llevarme a una estrella. el bosque innumerable.

Las demás hormiguitas Llevo las carabelas de los sueños


huyen al verla muerta. a lo desconocido.
Y tengo la amargura solitaria
pierdan la ilusión de la primavera. E1 caracol suspira
y aturdido se aleja
La dulzura tenue del anochecer, lleno de confusión
cual negro rocío, tapizó la senda, por lo eterno. La senda
teniendo de inmenso dosel a la noche, no tiene fin, exclama.
que venía grave, preñada de estrellas. Acaso a las estrellas
se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
me impedirá llegar.
RITMO DE OTOÑO No hay que pensar en ellas.
1920.
A Manuel Ángeles. Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Amargura dorada en el paisaje, Campanarios lejanos
el corazón escucha. llaman gente a la iglesia.
Y el caracol, pacífico
En la tristeza húmeda burgués de la vereda,
el viento dijo: aturdido a inquieto
-Yo soy todo de estrellas derretidas, el paisaje contempla.
sangre del infinito.
Con mi roce descubro los colores
de los fondos dormidos.
CANCION OTOÑAL yo sólo os pregunto por la mía incierta;
Noviembre de 1918. (Granada.) ninguno queréis sofocar las ansias
de este fuego casto que el pecho me quema.
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas, ¡Oh laurel divino, de alma inaccesible,
pero mi senda se pierde siempre silencioso, lleno de nobleza!
en el alma de la niebla. ¡Vierte en mis oídos tu historia divina,
La luz me troncha las alas tu sabiduría profunda y sincera!
y el dolor de mi tristeza
¡Arbol que produces frutos de silencio,
va mojando los recuerdos maestro de besos y mago de orquestas,
en la fuente de la idea. formado del cuerpo rosado de Dafne
con savia potente de Apolo en tus venas!
Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena, ¡Oh gran sacerdote del saber antiguo!
y no son las rosas blancas. ¡Oh mudo solemne cerrado a las quejas!
que ha nevado sobre ellas. Todos tus hermanos del bosque me hablan;
Antes tuvieron el iris. ¡sólo tú, severo, mi canción desprecias!
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene Acaso, ¡oh, maestro del ritmo!, medites
copos de besos y escenas lo inútil del triste llorar del poeta.
que se hundieron en la sombra Acaso tus hojas, manchadas de luna,
o en la luz del que las piensa.
Yo comprendo toda la pasión del bosque;
ritmo de la hoja ritmo de la estrella. La nieve cae de las rosas
Mas decidme, ¡oh cedros!, si mi corazón pero la del alma queda,
dormirá en los brazos de la luz perfecta. y la garra de los años
hace un sudario con ellas.
Conozco la lira que presientes, rosa;
formé su cordaje con mi vida muerta. ¿Se deshelará la nieve
¡Dime en qué remanso podré abandonarla cuando la muerte nos lleva?
como se abandonan las pasiones viejas! ¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¡Conozco el misterio que cantas, ciprés;
soy hermano tuyo en noche y en pena; ¿Será la paz con nosotros
tenemos la entraña cuajada de nidos, como Cristo nos enseña?
tú de ruiseñores y yo de tristezas! ¿O nunca será posible
la solución del problema?
¡Conozco tu encanto sin fin, padre olivo,
al darnos la sangre que extraes de la Tierra; ¿Y si el amor nos engaña?
como tú yo extraigo con mi sentimiento ¿Quién la vida nos alienta
el óleo bendito que tiene la idea! si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
Todos me abrumáis con vuestras canciones; del bien que quizá no exista
y del mal que late cerca?
Aprendí secretos de melancolía,
¿Si la esperanza se apaga dichos por cipreses, ortigas y yedras;
y la Babel se comienza supe del ensueño por boca del nardo,
qué antorcha iluminará canté con los lirios canciones serenas.
los caminos en la Tierra?
En el bosque antiguo, lleno de negrura,
¿Si el azul es un ensueño todos me mostraban sus almas cual eran:
qué será de la inocencia? el pinar, borracho de aroma y sonido;
¿Qué será del corazón los olivos viejos, cargados de ciencia;
si el amor no tiene flechas? los álamos muertos, nidales de hormigas;
el musgo, nevado de blancas violetas.
¿Y si la muerte es la muerte
qué será de los poetas Todo hablaba dulce a mi corazón
y de las cosas dormidas temblando en los hilos de sonora seda
que ya nadie las recuerda? con que el agua envuelve las cosas paradas
¡Oh sol de las esperanzas! como telaraña de armonía eterna.
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños! Las rosas estaban soñando en la lira,
¡Almas rudas de las piedras! tejen las encinas oros de leyendas,
Hoy siento en el corazón y entre la tristeza viril de los robles
un vago temblor de estrellas dicen los enebros temores de aldea.
y todas las rosas son
Vuelvo otra vez a echar las redes sobre tan blancas como mi pena.
la fuente de mi vida,
redes hechas con hilos de esperanza,
nudos de poesía, CANCION PRIMAVERAL
y saco piedras falsas entre un cieno 28 de marzo de 1919. (Granada.)
de pasiones dormidas.
I
Con el sol del otoño toda el agua Salen los niños alegres
de mi fontana vibra, de la escuela,
y noto que sacando sus raíces poniendo en el aire tibio
huye de mí la encina. del abril, canciones tiernas.
¡Qué alegría tiene el hondo
silencio de la calleja!
INVOCACIÓN AL LAUREL Un silencio hecho pedazos
1919. por risas de plata nueva.
A Pepe Cienfuegos.
II
Por el horizonte confuso y doliente Voy camino de la tarde
venía la noche preñada de estrellas. entre flores de la huerta,
Yo, como el barbudo mago de los cuentos, dejando sobre el camino
sabía lenguaje de flores y piedras. el agua de mi tristeza.
En el monte solitario, al fondo de mi vida.
un cementerio de aldea
parece un campo sembrado Pero mi gran dolor trascendental
con granos de calaveras. es to dolor, encina.
Y han florecido cipreses Es el mismo dolor de las estrellas
como gigantes cabezas y de la flor marchita.
que con órbitas vacías
y verdosas cabelleras, Mis lágrimas resbalan a la tierra
pensativos y dolientes y, como tus resinas,
el horizonte contemplan. corren sobre las aguas del gran cauce
que va a la noche fría.
¡Abril divino, que vienes Y nosotros también resbalaremos,
cargado de sol y esencias, yo con mis pedrerias,
llena con nidos de oro y tú plenas las ramas de invisibles
las floridas calaveras! bellotas metafísicas.

No me abandones nunca en mis pesares,


esquelética amiga.
CANCIÓN MENOR Cántame con to boca vieja y casta
Diciembre de 1918. (Granada.) una canción antigua,
con palabras de tierra entrelazadas
Tienen gotas de rocío en la azul melodía.
Bajo tu casta sombra, encina vieja, las alas del ruiseñor,
quiero sondar la fuente de mi vida gotas claras de la luna
y sacar de los fangos de mi sombra cuajadas por su ilusión.
las esmeraldas líricas.
Tiene el mármol de la fuente
Echo mis redes sobre el agua turbia el beso del surtidor,
y las saco vacías. sueño de estrellas humildes.
¡Más abajo del cieno tenebroso
están mis pedrerías! Las niñas de los jardines
me dicen todas adiós
¡Hunde en mi pecho tus ramajes santos, cuando paso. Las campanas
oh solitaria encina! también me dicen adiós.
Y deja en mi sub-alma Y los árboles se besan
tus secretos y tu pasión tranquila. en el crepúsculo. Yo
voy llorando por la calle,
Esta tristeza juvenil se pasa, grotesco y sin solución,
¡ya lo sé! La alegría con tristeza de Cyrano
otra vez dejará sus guirnaldas y de Quijote, redentor
sobre mi frente herida, de imposibles infinitos
aunque nunca mis redes pescarán
la oculta pedrería con el ritmo del reloj.
de tristeza inconsciente que reluce Y veo secarse los lirios
al contacto de mi voz
manchada de luz sangrienta, Hay floraciones de rocío
y en mi lírica canción sobre mi sueño,
llevo galas de payaso y mi corazón da vueltas,
empolvado. El amor lleno de tedio,
bello y lindo se ha escondido como un "tíovivo" en que la Muerte
bajo una araña. El sol pasea a sus hijuelos.
como otra araña me oculta ¡Quisiera en estos árboles
con sus patas de oro. No atar al tiempo
conseguiré mi ventura, con un cable de noche negra,
pues soy como el mismo Amor, y pintar luego
cuyas flechas son de llanto, con mi sangre las riberas
y el carcaj el corazón. pálidas de mis recuerdos!

Daré todo a los demás ¿Cuántos hijos tiene la Muerte?


y lloraré mi pasión ¡Todos están en mi pecho!
como niño abandonado
en cuento que se borró. ¡Una golondrina viene
de muy lejos!

ENCINA
ELEGIA A DOÑA JUANA LA LOCA
En la niebla se convierte Diciembre de 1918. (Granada.)
la carne y el rocío. A Melchor Fernández Almagro.

Mi caballo fantástico me lleva Princesa enamorada sin ser correspondida.


por un campo rojizo. Clavel rojo cn un valle profundo y desolado.
¡Déjame!, clamó, llorando, La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
mi corazón pensativo. a través de los ojos que ha abierto sobre el
Yo lo abandoné en la tierra, mármol.
lleno de tristeza.
Vino Eras una paloma con alma gigantesca
la noche llena de arrugas cuyo nido fue sangre del suelo castellano,
y de sombras. derramaste tu fuego sobre un cáliz de nieve
Alumbran el camino, y al querer alentarlo tus alas se troncharon.
los ojos luminosos y azulados
de mi macho cabrío. Soñabas que tu amor fuera como el infante
que te sigue sumiso recogiéndo tu manto.
Y en vez de flores, versos y collares de perlas,
OTRO SUEÑO te dio la Muerte rosas marchitas en un ramo.
1919.
Tenías en el pecho la formidable aurora
¡Una golondrina vuela de Isabel de Segura. Melibea. Tu canto
hacia muy lejos! . . . como alondra que mira quebrarse el horizonte
se torna de repente monótono y amargo.

Y tu grito estremece los cimientos de Burgos SUEÑO


y oprime la salmodia del coro cartujano, Mayo de 1919.
y choca con los ecos de las lentas campanas
perdiéndose en la sombra tembloroso y rasga- Iba yo montado sobre
do. un macho cabrío.
El abuelo me habló y me dijo:
Tenías la pasión que da el cielo de España, -Ese es tu camino.
la pasión del puñal, de la ojera y el llanto. ¡Es ése!, gritó mi sombra,
¡Oh princesa divina de crepúsculo rojo disfrazada de mendigo.
con la rueca de hierro y de acero lo hilado! ¡Es aquel de oro!, dijeron
mis vestidos.
Nunca tuviste el nido, ni el madrigal doliente Un gran cisne me guiñó,
ni el laúd juglaresco que solloza lejano. diciendo: ¡Vente conmigo!
Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata Y una serpiente mordía
y un eco de trompeta su acento enamorado. mi sayal de peregrino.

Y sin embargo, estabas para el amor formada, Mirando al cielo, pensaba:


hecha para el suspiro, el mimo y el desmayo, Yo no tengo camino.
para llorar tristezas sobre el pecho querido Las rosas del fin serán
deshojando una rosa de olor entre los labios. como las del principio.
Tus tristezas son bellas, Para mirar la luna bordada sobre el río
mar de espasmos gloriosos. y sentir la nostalgia que en sí lleva el rebaño
Mas hoy en vez de estrellas y mirar los eternos jardines de la sombra,
tienes pulpos verdosos. ¡oh princesa morena que duermes bajo el
mármol!
Aguanta tu sufrir,
formidable Satán. ¿Tienes los ojos negros abiertos a la luz
o se enredan serpientes a tus senos exhaus-
Cristo anduvo por ti, tos...?
mas también lo hizo Pan. ¿Dónde fueron tus besos lanzados a los vien-
tos?
La estrella Venus es ¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado?
la armonía del mundo. En el cofre de plomo, dentro de to esqueleto,
¡Calle el Eclesiastés! tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Venus es lo profundo
del alma ... Y Granada te guarda como santa reliquia,
¡oh princesa morena que duermes bajo el
. . Y el hombre miserable mármol!
es un ángel caído. Eloísa y Julieta fueron dos margaritas
La tierra es el probable pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
paraíso perdido. que vino de la tierra dorada de Castilla,
a dormir entre nieve y cipresales castos. y un torrente de cálidos luceros
brotó del seno que la noche guarda.
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
los cipreses tus cirios, la sierra tu retablo.
Un retablo de nieve que mitigue tus ansias, MAR
¡con el agua que pasa junto a ti! ¡La del Dauro! Abril de de 1919.

Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana, El mar es


la de las torres viejas y del jardín callado, el Lucifer del azul.
la de la yedra muerta sobre los muros rojos, El cielo caído
la de la niebla azul y el arrayán romántico. por querer ser la luz.

Princesa enamorada y mal correspondida. ¡Pobre mar condenado


Clavel rojo en un valle profundo y desolado. a eterno movimiento,
La tumba que te guarda rezuma to tristeza habiendo antes estado
a través de los ojos que ha abierto sobre el quieto en el firmamento!
mármol.
Pero de tu amargura
te redimió el amor.
Pariste a Venus pura,
y quedóse tu hondura
virgen y sin dolor.
frente al azul, estaba ¡CIGARRA!
lleno de niebla espesa, de rocío 3 de agosto de 1918. (Fuente Vaqueros, Granada.)
y de luz marchitada. A Maria Luisa.

Tuve la gran tristeza vegetal, ¡Cigarra!


el amor a las alas ¡Dichosa tú!,
para poder lanzarse con los vientos que sobre el lecho de tierra
a las estrellas blancas. mueres borracha de luz.
Pero mi corazón en las raíces
triste me murmuraba: Tú sabes de las campiñas
si no comprendes a los manantiales el secreto de la vida,
¡muere y troncha tus ramas! y el cuento del hada vieja
que nacer hierba sentía
¡Señor, arráncame del suelo! ¡Dame oídos en ti quedóse guardado.
que entiendan a las aguas!
Dame una voz que por amor arranque ¡Cigarra!
su secreto a las ondas encantadas; ¡Dichosa tú!,
para encender su faro sólo pido pues mueres bajo la sangre
aceite de palabras. de un corazón todo azul.
La luz es Dios que desciende
¡Sé ruiseñor!, dice una voz perdida y el sol
en la muerta distancia, brecha por donde se filtra.
y sentí mil abejas campesinas
¡Cigarra! que en mis dedos zumbaban.
¡Dichosa tú!, ¡Tenía una colmena de oro vivo
pues sientes en la agonía en las viejas entrañas!
todo el peso del azul. El paisaje y la tierra se perdieron,
sólo el cielo quedaba,
Todo lo vivo que pasa y escuché el débil ruido de los astros
por las puertas de la muerte y el respirar de las montañas.
va con la cabeza baja ¿No podrán comprender mis dulces hojas
y un aire blanco durmiente. el secreto del agua?
Con habla de pensamiento. ¿Llegarán mis raíces a los reinos
Sin sonidos... donde nace y se cuaja?
Tristemente, Incliné mis ramaies hacia el cielo
cubierto con el silencio que las ondas copiaban,
que es el manto de la muerte mojé las hojas en el cristalino
diamante azul que canta,
Mas tú, cigarra encantada, y sentí borbotar los manantiales
derramando son te mueres como de humano yo los escuchara.
y quedas transfigurada Era el mismo fluir lleno de música
en sonido y luz celeste. y de ciencia ignorada.

Al levantar mis brazos gigantescos


sobre el cielo sin mancha. ¡Cigarra!
¡Dichosa tú!,
Yo me incrusté en el chopo centenario pues te envuelve con su manto
con tristeza y con ansia, el propio Espíritu Santo,
cual Dafne varonil que huye miedosa que es la luz.
de un Apolo de sombra y de nostalgia.
Mi espíritu fundióse con las hojas ¡Cigarra!
y fue mi sangre savia. Estrella sonora
En untuosa resina convirtióse sobre los campos dormidos,
la fuente de mis lágrimas. vieja amiga de las ranas
El corazón se fue con las raíces, y de los oscuros grillos,
y mi pasión humana, tienes sepulcros de oro
haciendo heridas en la ruda carne, en los rayos tremolinos
fugaz me abandonaba. del sol que dulce te hiere
en la fuerza del estío,
Frente al ancho crepúsculo de invierno y el sol se lleva tu alma
yo torcía las ramas para hacerla luz.
gozando de los ritmos ignorados
entre la brisa helada. Sea mi corazón cigarra
sobre los campos divinos.
Sentí sobre mis brazos dulces nidos, Que muera cantando lento
acariciar de alas, por el cielo azul herido
y cuando esté ya expirando se quedaron sin playas.
una mujer que adivino Tu faro se apagó. ¡Ya los alumbra
lo derrame eon sus manos mi corazón de llamas!
por el polvo. Pero el negro secreto de la noche
y el secreto del agua
Y mi sangre sobre el campo ¿son misterios tan sólo para el ojo
sea rosado y dulce limo de la conciencia humana?
donde claven sus azadas ¿La niebla del misterio no estremece
los cansados campesinos. al árbol, al insecto y la montaña?
¿El terror de la sombra no lo sienten
¡Cigarra! las piedras y las plantas?
¡Dichosa tú!, ¿Es sonido tan sólo esta voz mía?
pues te hieren las espadas invisibles ¿Y el casto manantial no dice nada?
del azul
Mas yo siento en el agua
BALADA TRISTE algo que me estremece... como un aire
(PEQUEÑO POEMA que agita los ramajes de mi alma.
Abril de 1918. (Granada.)
¡Sé árbol!
¡Mi corazón es una mariposa,
niños buenos del prado!. (Dijo una voz en la distancia.)
que presa por la araña gris del tiempo Y hubo un torrente de luceros
sobre la hierba casta, tiene el polen fatal del desengaño.
nacimiento del Verbo de la tierra De niño yo canté como vosotros,
por un sexo sin mancha. niños buenos del prado,
solté mi gavilán con las temible;
Mi chopo centenario de la vega cuatro uñas de gato,
sus hojas meneaba Pasé por el jardín de Cartagena
y eran las hojas trémulas de ocaso la verbena invocando
como estrellas de plata. y perdí la sortija de mi dicha
El resumen de un cielo de verano al pasar el arroyo imaginario.
era el gran chopo.
Mansas Fui también caballero
y turbias de penumbra yo sentía una tarde fresquita de mayo.
las canciones del agua. Ella era entonces para mí el enigma,
Estrella azul sobre mi pecho intacto.
¿Qué alfabeto de auroras ha compuesto Cabalgué lentamente hacia los cielos,
sus oscuras palabras? era un domingo de pipirigallo,
y vi que en vez de rosas y claveles
¿Qué labios las pronuncian? ¿Y qué dicen ellá tronchaba lirios con sus manos.
a la estrella lejana?
¡Mi corazón es malo, Señor! Siento en mi carne Yo siempre fui intranquilo,
la implacable brasa niños buenos del prado,
del pecado. Mis mares interiores el ella del romance me sumía
en ensoñares claros: MANANTIAL
¿Quién será la que coge los claveles (FRAGMENTO)
y las rosas de mayo? 1919
¿Y por qué la verán sólo los niños
a lomos de Pegaso? La sombra se ha dormido en la pradera.
¿Será esa misma la que en los rondones Los manantiales cantan.
con tristeza llamamos
estrella, suplicándole que salga Frente al ancho crepúsculo de invierno
a danzar por el campo?... mi corazón soñaba.
¿Quién pudiera entender los manantiales,
En abril de mi infancia yo cantaba, el secreto del agua
niños buenos del prado, recién nacida, ese cantar oculto
la ella impenetrable del romance a todas las miradas
donde sale Pegaso. del espíritu, dulce melodía
Yo decía en las noches la tristeza más allá de las almas...?
de mi amor ignorado,
y la luna lunera ¡qué sonrisa Luchando bajo el peso de la sombra
ponía entre sus labios! un manantial cantaba.
¿Quién será la que corta los claveles Yo me acerqué para escuchar su canto
y las rosas de mayo? pero mi corazón no entiende nada.
Y de aquella chiquita, tan bonita,
que su madre ha casado, Era un brotar de estrellas invisibles
que pone en mis entrañas un batir de palomas. ¿en qué oculto rincón de cementerio
dormirá su fracaso?
Sale el sol. El jardín desangra en amarillo.
Late sobre el ambiente una pena que ahoga. Yo solo con mi amor desconocido,
Yo siento la nostalgia de mi infancia intranqui- sin corazón, sin llantos,
la, hacia el techo imposible de los cielos
mi ilusión de ser grande en el amor, las horas con un gran sol por báculo.
pasadas como ésta contemplando
la lluvia con tristeza nativa. ¡Qué tristeza tan seria me da sombra!
Caperucita roja niños buenos del prado,
iba por el sendero .... cómo recuerda dulce el corazón
Se fueron mis historias, hoy medito, confuso, los días ya lejanos...
ante la fuente turbia que del amor me brota. ¿Quién será la que corta los claveles
y las rosas de mayo?
¿Todo mi sufrimiento se ha de perder, Dios
mío,
como se pierde el dulce sonido de las frondas?
MAÑANA
Vuelve a llover. 7 de agosto de 1918. (Fuente Vaqueros, Granada.)
El viento va trayendo a las sombras. A Fernando Marchesi.

Y la canción del agua


es una cosa eterna. Se rasgan nubes grises en el mudo horizonte.
Sobre el agua dormida de la fuente, las gotas
Es la savia entrañable se clavan, levantando claras perlas de espuma.
que madura los campos. Fuegos fatuos que apaga el temblor de las on-
Es sangre de poetas das.
que dejaron sus almas
perderse en los senderos La pena de la tarde estremece a mi pena.
de la Naturaleza. Se ha llenado el jardín de ternura monótona.
¿Todo mi sufrimiento se ha de perder, Dios
¡Qué armonías derrama mío,
al brotar de la peña! como se pierde el dulce sonido de las frondas?
Se abandona a los hombre
con sus dulces cadencias, ¿Todo el eco de estrellas que guardo sobre el
alma
La mañana está clara. será luz que me ayude a luchar con mi forma?
Los hogares humean, ¿Y el alma verdadera se despierta en la muerte?
y son los humos brazos ¿Y esto que ahora pensamos se lo traga la som-
que levanta la niebla. bra?
Escuchad los romances
del agua en las choperas. ¡Oh, qué tranquilidad del jardín con la lluvia!
¡Son pájaros sin alas Todo el paisaje casto mi corazón transforma
perdidos entre hierbas! en un ruido de ideas humildes y .apenadas
cantasteis en la Biblia,
y tocáis cuando os rozan los silencios Los árboles que cantan
un concierto de liras. se tronchan y se secan.
Y se tornan llanuras
Brotáis para alimento de los hombres. las montañas serenas.
¡Pero mirad las blancas margaritas Mas la canción del agua
y los lirios que nacen porque sí¡ es una cosa eterna.
¡Momias de oro sobre las campiñas!
La flor silvestre nace para el sueño Ella es luz hecha canto
y vosotras nacéis para la vida. de ilusiones románticas.
Ella es firme y suave
llena de cielo y mansa.
Ella es niebla y es rosa
MEDITACIÓN BAJO LA LLUVIA de la eterna mañana.
3 de enero de 1919. Miel de luna que fluye
A José Mora. de estrellas enterradas.
¿Qué es el santo bautismo,
Ha besado la lluvia al jardín provinciano sino Dios hecho agua
dejando emocionantes cadencias en las hojas. que nos unge las frentes
El aroma sereno de la tierra mojada con su sangre de gracia?
inunda al corazón de tristeza remota. Por algo Jesucristo
en ella confirmóse,
por algo las estrellas
en sus ondas descansan. ¿Qué misterioso pensamiento
Por algo madre Venus conmueve a las espigas?
en su seno engendróse, ¿Qué ritmo de tristeza soñadora
que amor de amor tomamos los trigales agita?...
cuando bebemos agua.
Es el amor que corre ¡Parecen las espigas viejos pájaros
todo manso y divino, que no pueden volar! Son cabecitas,
es la vida del mundo, que tienen el cerebro de oro puro
la historia de su alma. y expresiones tranquilas.

Ella lleva secretos Todas piensan lo mismo, todas llevan


de las bocas humanas, un secreto profundo que meditan.
pues todos la besamos
y la sed nos apaga. Arrancan a la tierra su oro vivo
Es un arca de besos y cual dulces abejas del sol, liban
de bocas ya cerradas, el rayo abrasador con que se visten
es eterna cautiva, para formar el alma de la harina.
del corazón hermana.
¡Oh, qué alegre tristeza me causáis,
Cristo debió decirnos: dulcísimas espigas!
“Confesaos con el agua Venís de las edades más profundas,
una fuente de aurora de todos los dolores,
tranquila y maternal. de todas las infamias.
Desaparecerían ciudades en el viento ¿A quién mejor, hermanos,
y a Dios en una nube entregar nuestras ansias
veríamos pasar. que a ella que sube al cielo
en envolturas blancas?”

ESPIGAS No hay estado perfecto


Junio de 1919. como al tomar el agua,
nos volvemos más niños
El trigal se ha entregado a la muerte. y más buenos: y pasan
Ya las hoces cortan las espigas. nuestras penas vestidas
Cabecean los chopos hablando con rosadas guirnaldas.
con el alma sutil de la brisa. Y los ojos se pierden
en regiones doradas.
El trigal sólo quiere silencio. ¡Oh fortuna divina
Se cuajó con el sol, y suspira por ninguno ignorada!
por el amplio elemento en que moran Agua dulce en que tantos
los ensueños despiertos. sus espíritus lavan,
El día, no hay nada comparable
ya maduro de luz y sonido, con tus orillas santas
por los montes azules declina. si una tristeza honda
nos ha dado sus alas. ¡Hay que abrirse del todo
frente a la noche negra,
para que nos llenemos de rocío inmortal!

¡Hay que acostar al cuerpo


LA SOMBRA DE MI ALMA dentro del alma inquieta!
Diciembre de 1919. (Madrid.) Hay que cegar los ojos con la luz del más allá.
Tenemos que asomarnos
La sombra de mi alma a la sombra del pecho,
huye por un ocaso de alfabetos, y arrancar las estrellas que nos puso Satán.
niebla de libros
y palabras. ¡Hay que ser como el árbol
que siempre está rezando,
¡La sombra de mi alma! como el agua del cauce
fija en la eternidad!
He llegado a la línea donde cesa
la nostalgia ¡Hay que arañarse el alma con garras de triste-
y la gota de llanto se transforma za
alabastro de espíritu. para que entren las llamas
del horizonte astral!
(¡La sombra de mi alma!)
Brotaría en la sombra del amor carcomido
El copo del dolor
Los álamos de plata se acaba,
se inclinan sobre el agua. pero queda la razón y la sustancia
Ellos todo lo saben pero nunca hablarán. de mi viejo mediodía de labios,
El lirio de la fuente de mi viejo mediodía
no grita su tristeza. de miradas.
¡Todo es más digno que la humanidad!
Un turbio laberinto
La ciencia del silencio frente al cielo estrellado, de estrellas ahumadas
la posee la flor y el insecto no más. enreda mi ilusión
La ciencia de los cantos por los cantos, la tienen casi marchita.
los bosques rumorosos
y las aguas del mar. ¡La sombra de mi alma!

El silencio profundo de la vida en la tierra, Y una alucinación


nos lo enseña la rosa Me ordeña las miradas.
abierta en el rosal. Veo la palabra amor
desmoronada.
¡Hay que dar el perfume
que encierran nuestras almas! ¡Ruiseñor mío!
Hay que ser todo cantos, ¡Ruiseñor!
todo luz y bondad. ¿Aún cantas?
ni la estrella que quiere
ser hoja.

LLUVIA Una enorme luz


Enero de 1919. (Granada.) que fuera
luciérnaga
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, de otra,
algo de soñolencia resignada y amable. en un campo de
Una música humilde se despierta con ella miradas rotas.
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Un reposo claro
Es un besar azul que recibe la Tierra, y allí nuestros besos,
el mito primitivo que vuelve a realizarse. lunares sonoros
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos del eco,
con una mansedumbre de atardecer constante. se abrirían muy lejos.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores Y tu corazón caliente,
y nos unge de espíritu santo de los mares. nada más.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
LOS ÁLAMOS DE PLATA
La nostalgia terrible de una vida perdida, Mayo de 1919.
tus manos ni tus cabellos. el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
Sólo me queda en la frente o la ilusión inquieta de un mañana imposible
la mariposa del beso. con la inquietud cercana del dolor de la carne.

(Los relojes llevan la misma cadencia, El amor se despierta en el gris de su ritmo,


y las noches tienen las mismas estrellas.) nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en triste-
za,
DESEO al contemplar las gotas muertas en los cristales.
1920
Y son las gotas ojos de infinito que miran
Sólo tu corazón caliente, al infinito blanco que les sirvió de madre.
y nada más.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
Mi paraíso un campo y le dejan divinas heridas de diamante.
sin ruiseñor Son poetas del agua que han visto y que medi-
ni liras, tan
con un río discreto lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
y una fuentecilla.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
Sin la espuela del viento lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
sobre la fronda, lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que amorosa y triste sobre las cosas caes! (Los relojes llevan la misma cadencia,
y las noches tienen las mismas estrellas.)
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantia- Y se abrió mi corazón
les! como una flor bajo el cielo
Cuando sobre los campos desciendes lentamen- los pétalos de lujuria
te y los estambres de sueño.
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
(Los relojes llevan la misma cadencia,
El canto primitivo que dices al silencio y las noches tienen las mismas estrellas.)
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto En mi cuarto sollozaba
en un negro y profundo pentagrama sin clave. como el príncipe del cuento
por Estrellita de oro
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, que se fue de los torneos.
tristeza resignada de cosa irrealizable.
Tengo en el horizonte un lucero encendido (Los relojes llevan la misma cadencia,
y el corazón me impide que corra a contemplar- y las noches tienen las mismas estrellas.)
le.
Yo me alejé de tu lado
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman queriéndote sin saberlo,
y eres sobre el piano dulzura emocionante. no sé cómo son tus ojos,
de cera y de tormenta Das al alma las mismas nieblas y resonancias
como un hada de cuento que pones en el alma dormida del paisaje!
mala y enredadora.

La luna le ha comprado
pinturas a la muerte. SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR
En esta noche turbia 10 de noviembre de 1919. (Granada.)
¡está la luna loca!
Yo pronuncio tu nombre
Yo mientras tanto pongo en las noches oscuras,
en mi pecho sombrío cuando vienen los astros
una feria sin músicas a beber en la luna
con las tiendas de sombra. y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
MADRIGAL de pasión y de música.
1919 Loco reloj que canta
Yo te miré a los ojos muertas horas antiguas.
cuando era niño y bueno.
Tus manos me rozaron Yo pronuncio tu nombre,
y me distes un beso. en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca. de los ojos de Dios,
Más lejano que todas las estrellas de la pasión perfecta.
y más doliente que la mansa lluvia ¡Árboles!
¿Conocerán vuestras raíces toscas
¿Te querré como entonces mi corazón en tierra?
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma
¿qué otra pasión me espera? LA LUNA Y LA MUERTE
¿será tranquila y pura? 1919
¡¡si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!! La luna tiene dientes de marfil.
¡Qué vieja y triste asoma!
Están los cauces secos,
los campos sin verdores
y los árboles mustios,
EL CANTO DE LA MIEL sin nidos y sin hojas.
Noviembre de 1918. (Granada.) Doña Muerte, arrugada,
pasea por sauzales
La miel es la palabra de Cristo, con su absurdo cortejo
el oro derretido de su amor. de ilusiones remotas.
El más allá del néctar, Va vendiendo colores
la momia de la luz del paraíso.
-¡Amarga mucho el agua
de los mares! La colmena es una estrella casta,
pozo de ámbar que alimenta el ritmo
El mar de las abejas. Seno de los campos
sonríe a lo lejos. tembloroso de aromas y zumbidos.
Dientes de espuma,
labios de cielo. La miel es la epopeya del amor,
la materialidad de lo infinito.
Alma y sangre doliente de las flores
condensada a través de otro espíritu.
ÁRBOLES
1919. (Así la miel del hombre es la poesía
que mana de su pecho dolorido,
¡Árboles! de un panal con la cera del recuerdo
¿Habéis sido flechas formado por la abeja de lo íntimo.)
caídas del azul?
¿Qué terribles guerreros os lanzaron? La miel es la bucólica lejana
¿Han sido las estrellas? del pastor, la dulzaina y el olivo,
hermana de la leche y las bellotas,
Vuestras músicas vienen del alma de los pája- reinas supremas del dorado siglo.
ros,
La miel es como el sol de la mañana, -¿Qué vendes, oh joven turbia
tiene toda la gracia del estío con los senos al aire?
y la frescura vieja del otoño.
Es la hoja marchita y es el trigo. -Vendo, señor, el agua
de los mares.
¡Oh divino licor de la humildad,
sereno como un verso primitivo! -¿Qué llevas, oh negro joven,
mezclado con tu sangre?
La armonía hecha carne tú eres
el resumen genial de lo lírico. -Llevo, señor, el agua
En ti duerme la melancolía, de los mares.
el secreto del beso y del grito.

Dulcísima. Dulce. Éste es to adjetivo.


Dulce como los vientres de las hembras. -¿Esas lágrimas salobres
Dulce como los ojos de los niños. de dónde vienen, madre?
Dulce como la sombra de la noche.
Dulce como una voz. -Lloro, señor, el agua
O como un lirio. de los mares.

Para el que lleva la pena y la lira, -Corazón; y esta amargura


eres sol que ilumina el camino. seria, ¿de dónde nace?
El polvo del camino Equivales a todas las bellezas,
se esconde en los barrancos, al color, a la luz, a los sonidos.
están las fuentes turbias
y quietos los remansos. ¡Oh! Divino licor de la esperanza,
Suena en un gris rojizo donde la perfección del equilibrio
la esquila del rebaño, llegan alma y materia en unidad
y la noria materna como en la hostia cuerpo y luz de Cristo.
acabó su rosario.
Y el alma superior es de las flores.
El cielo es de ceniza. ¡Oh licor que esas almas has unido!
Los árboles son blancos. El que to gusta no sabe que traga
un resumen dorado del lirismo.

LA BALADA DEL AGUA DEL MAR


1920.
A Emilio Prados. (Cazador de estrellas.) ELEGIA
Diciembre de 1918. (Granada.)
El mar
sonríe a lo lejos. Como un incensario lleno de deseos,
Dientes de espuma, pasas en la tarde luminosa y clara
labios de cielo. con la carne oscura de nardo marchito
y el sexo potente sobre tu mirada.
Llevas en la boca to melancolía ¡Chopo viejo!
de pureza muerta, y en la dionisíaca Has caído
copa de tu vientre la araña que teje en el espejo
el velo infecundo que cubre la entraña del remanso dormido.
nunca florecida con las vivas rosas Yo to vi descender
fruto de los besos. en el atardecer
y escribo tu elegía,
En tus manos blancas que es la mía.
llevas la madeja de tus ilusiones,
muertas para siempre, y sobre tu alma
la pasión hambrienta de besos de fuego CAMPO
y tu amor de madre que sueña lejanas 1920.
visiones de cunas en ambientes quietos,
hilando en los labios lo azul de la nana. El cielo es de ceniza,
los árboles son blancos,
Como Ceres dieras tus espigas de oro y son negros carbones
si el amor dormido to cuerpo.tocara, los rastrojos quemados.
y como la virgen María pudieras Tiene sangre reseca
brotar de tus senos otra vía láctea. la herida del ocaso,
y el papel incoloro
Te marchitarás como la magnolia. del monte, está arrugado.
¡Qué amargura tan honda Nadie besará tus muslos de brasa.
para el paisaje, Ni a tu cabellera llegarán los dedos
el héroe de la fronda que la pulsen como las cuerdas de un arpa.
sin ramaje!
¡Oh mujer potente de ébano y de nardo!
Ya no serás la cuna cuyo aliento tiene blancor de biznagas.
de la luna, Venus del mantón de Manila que sabe
ni la mágica risa del vino de Málaga y de la guitarra.
de la brisa,
ni el bastón de un lucero ¡Oh cisne moreno!, cuyo lago tiene
caballero. lotos de saetas, olas de naranjas
No tornará la primavera y espumas de rojos claveles que aroman
de tu vida, los nidos marchitos que hay bajo sus alas.
ni verás la sementera
florecida. Nadie te fecunda. Mártir andaluza,
Serás nidal de ranas tus besos debieron ser bajo una parra
y de hormigas. plenos del silencio que tiene la noche
Tendrás por verdes canas y del ritmo turbio del agua estancada.
las ortigas,
y un día la corriente Pero tus ojeras se van agrandando
llevará tu corteza y tu pelo negro va siendo de plata;
con tristeza. tus senos resbalan escanciando aromas
y empieza a curvarse tu espléndida espalda. a nacer.

¡Oh mujer esbelta, maternal y ardiente! Fue tu espíritu fuerte


Virgen dolorosa que tiene clavadas el que llamó a la muerte,
todas las estrellas del cielo profundo al hallarse sin nidos, olvidado
en su corazón ya sin esperanza. de los chopos infantes del prado.
Fue que estabas sediento
Eres el espejo de una Andalucía de pensamiento,
que sufre pasiones gigantes y calla, y tu enorme cabeza centenaria,
pasiones mecidas por los abanicos solitaria
y por las mantillas sobre las gargantas escuchaba los lejanos
que tienen temblores de sangre, de nieve cantos de tus hermanos.
y arañazos rojos hechos por miradas.
En tu cuerpo guardabas
Te vas por la niebla del otoño, virgen las lavas
como Inés, Cecilia, y la dulce Clara, de tu pasión,
siendo una bacante que hubiera danzado y en tu corazón,
de pámpanos verdes y vid coronada. el semen sin futuro de Pegaso,
la terrible simiente
La tristeza inmensa que flota en tus ojos de un amor inocente
nos dice tu vida rota y fracasada, por el sol de ocaso.
la monotonía de tu ambiente pobre
hembra de las frutas. Claro viendo pasar gente desde tu ventana,
lucero de la floresta oyendo la lluvia sobre la amargura
del arroyo enamorado. que tiene la vieja calle provinciana,
mientras que a to lejos suenan los clamores
¡Quién fuera como tú, fruta, turbios y confusos de unas campanadas.
todo pasión sobre el campo!
Mas en vano escuchaste los acentos del aire.
Nunca llegó a tu oído la dulce serenata.
CHOPO MUERTO Detrás de tus cristales aún miras anhelante:
1920. ¡Qué tristeza tan honda tendrás dentro del alma
al sentir en el pecho ya cansado y exhausto
¡Chopo viejo! la pasión de una niña recién enamorada!
Has caído
en el espejo Tu cuerpo irá a la tumba intacto de emociones.
del remanso dormido, Sobre la oscura tierra brotará una alborada.
abatiendo tu frente De tus ojos saldrán dos claveles sangrientos
ante el poniente. y de tus senos rosas como la nieve blancas.
No fue el vendaval ronco Pero tu gran tristeza se irá con las estrellas,
el que rompió tu tronco, como otra estrella digna de herirlas y eclipsar-
ni fue el hachazo grave las.
del leñador, que sabe
has de volver
SANTIAGO Sangre del viento que viene
(BALADA INGENUA) del rudo monte arañado.
25 de julio de 1918. (Fuente Vaqueros, Granada.) Sangre de la mar tranquila,
sangre del dormido lago.
I La granada es la prehistoria
Esta noche ha pasado Santiago de la sangre que llevamos,
su camino de luz en el cielo. la idea de sangre, encerrada
Lo comentan los niños jugando en glóbulo duro y agrio,
con el agua de un cauce sereno. que tiene una vaga forma d
e corazón y de cráneo.
¿Dónde va el peregrino celeste
por el claro, infinito sendero? ¡Oh granada abierta!, que eres
Va a la aurora que brilla en el fondo una llama sobre el árbol,
en caballo blanco como el hielo. hermana en carne de Venus,
risa del huerto oreado.
¡Niños chicos, cantad en el prado
horadando con risas el viento! Te cercan las mariposas
Dice un hombre que ha visto a Santiago creyéndote sol parado.
en tropel con doscientos guerreros. Y por miedo de quemarse
Iban todos cubiertos de luces, huyen de ti los gusanos.
con guirnaldas de verdes luceros,
y el caballo que monta Santiago Porque eres luz de la vida,
pues se torna fuego y oro era un astro de brillos intensos.
lo que antes fue puro y blanco.
Dice el hombre que cuenta la historia
Las vidas son la lujuria que en la noche dormida se oyeron
que se cuaja en el verano, tremolar plateado de alas
de las que la iglesia saca que en sus ondas llevóse el silencio.
con bendición, licor santo.
¿Qué sería que el río paróse?
Las castañas son la paz Eran ángeles los caballeros.
del hogar. Cosas de antaño.
Crepitar de leños viejos, ¡Niños chicos, cantad en el prado
peregrinos descarriados. horadando con risas el viento!

La bellota es la serena Es la noche de luna menguante.


poesía de lo rancio, ¡Escuchad! ¿Qué se siente en el cielo,
y el membrillo de oro débil que los grillos refuerzan sus cuerdas
la limpieza de lo sano. y dan voces los perros vegueros?

Mas la granada es la sangre, -Madre abuela, ¿cuál es el camino,


sangre del cielo sagrado, madre abuela, que yo no to veo?
sangre de la tierra herida
por la aguja del regato. -Mira bien y verás una cinta
de polvillo harinoso y espeso, el que habló con niña Rosa,
un borrón que parece de plata en el bosque solitario,
o de nácar. ¿Lo ves? aquel de la blanca barba
-Ya lo veo. y del traje colorado.
Es el tesoro que aún guardan
-Madre abuela, ¿dónde está Santiago? las verdes hojas del árbol.
-Por allí marcha, con su cortejo, Arca de piedras preciosas
la cabeza llena de plumajes en entraña de oro vago.
y de perlas muy finas el cuerpo,
con la luna rendida a sus plantas, La espiga es el pan. Es Cristo
con el sol escondido en el pecho. en vida y muerte cuajado.

Esta noche en la vega se escuchan El olivo es la firmeza


los relatos brumosos del cuento. de la fuerza y el trabajo.

¡Niños chicos, cantad en el prado, La manzana es lo carnal,


horadando con risas el viento! fruta esfinge del pecado,
gota de siglos que guarda
II de Satanás el contacto.
Una vieja que vive muy pobre
en la parte más alta del pueblo, La naranja es la tristeza
que posee una rueca inservible, del azahar profanado,
La granada es como un seno una virgen y dos gatos negros,
viejo y apergaminado, mientras hace la ruda calceta
cuyo pezón se hizo estrella con sus secos y temblones dedos,
para iluminar el campo. rodeada de buenas comadres,
y de sucios chiquillos traviesos,
Es colmena diminuta en la paz de la noche tranquila,
con panal ensangrentado, con las sierras perdidas en negro,
pues con bocas de mujeres va contando con ritmos tardíos
sus abejas la formaron. la visión que ella tuvo en sus tiempos.
Por eso al estallar, ríe
con púrpuras de mil labios... Ella vio en una noche lejana
como ésta, sin ruidos ni vientos,
La granada es corazón al apóstol Santiago en persona,
que late sobre el sembrado, peregrino en la tierra del cielo.
un corazón desdeñoso
donde no pican los pájaros, -Y comadre, ¿cómo iba vestido?-
un corazón que por fuera le preguntan dos voces a un tiempo.
es duro como el humano,
pero da al que lo traspasa -Con bordón de esmeraldas y perlas
olor y sangre de mayo. y una túnica de terciopelo.
La granada es el tesoro
del viejo gnomo del prado, Cuando hubo pasado la puerta,
mis palomas sus alas tendieron, cesó la triste música,
y mi perro, que estaba dormido, y ha puesto la sordina a su aristón
fue tras él, sus pisadas lamiendo. la estrella más antigua.
Era dulce el Apóstol divino,
más aún que la luna de enero. E1 viento se ha sentado en los torcales
A su paso dejó por la senda de la montaña oscura,
un olor de azucena y de incienso. y un chopo solitario -el Pitágoras
de la casta llanura-
-Y comadre, ¿no le dijo nada?- quiere dar con su mano centenaria,
le preguntan dos voces a un tiempo. un cachete a la luna.

-Al pasar me miró sonriente


y una estrella dejóme aquí dentro. CANCION ORIENTAL
1920.
-¿Dónde tienes guardada esa estrella?-
le pregunta un chiquillo travieso. Es la granada olorosa
un cielo cristalizado.
-¿Se ha apagado -dijéronle otros- (Cada grano es una estrella,
como cosa de un encantamiento? cada velo es un ocaso.)
Cielo seco y comprimido
-No, hijos míos, la estrella relumbra, por la garra de los años.
que en el alma clavada la llevo.
la sombra con to lima
blanca, ¡oh, camino! -¿Cómo son las estrellas aquí?
¡Pasarás por el puente -Hijo mío, igual que en el cielo.
de Santa Clara!
-Siga, siga la vieja comadre.
¿Dónde iba el glorioso viajero?

EL CONCIERTO INTERRUMPIDO -Se perdió por aquellas montañas


1920. con mis blancas palomas y el perro.
A Adolfo Salazar. Pero llena dejóme la casa
de rosales y de jazmineros,
y las uvas verdes de l.a parra
Ha roto la armonía maduraron, y mi troje lleno
de la noche profunda, encontré a la siguiente mañana.
el calderón helado y soñoliento Todo obra del Apóstol bueno.
de la media luna.
Las acequias protestan sordamente -¡Grande suerte que tuvo, comadre!-
arropadas con juncias, sermonearon dos voces a un tiempo.
y las ranas, muecines de la sombra,
se han quedado mudas. Los chiquillos están ya dormidos
y los campos en hondo silencio.
En la vieja taberna del poblado
-¡Niños chicos, pensad en Santiago cuando viejos y heridos deletrean
por los turbios caminos del sueño! tu libro sin palabras.

¡Noche clara, finales de julio! ¡Cuánta melancolía


¡Ha pasado Santiago en el cielo! tienes entre las casas
del poblado!
La tristeza que tiene mi alma, ¡Qué clara es tu virtud! Aguantas
por el blanco camino la dejo cuatro carros dormidos,
para ver si la encuentran los niños dos acacias,
y en el agua la vayan hundiendo, y un pozo del antaño
para ver si en la noche estrellada que no tiene agua.
a muy lejos la llevan los vientos.
Dando vueltas al mundo,
no encontrarás posada.
No tendrás camposanto
EL DIAMANTE ni mortaja,
Noviembre de 1920. (Granada.) ni el aire del amor renovará
tu sustancia.
El diamante de una estrella
ha rayado el hondo cielo, Pero sal de los campos
pájaro de luz que quiere y en la negra distancia
escapar del universo de lo eterno, si tallas
y huye del enorme nido
No sueñes con la sangre de la luna donde estaba prisionero
y descansa. sin saber que lleva atada
Pero deja, camino, una cadena en el cuello.
que mis plantas
exploren la caricia Cazadores extrahumanos
de la rociada. están cazando luceros,
cisnes de plata maciza
¡Quiromántico enorme! en el agua del silencio.
¿Conocerás las almas Los chopos niños recitan
por el débil tatuaje su cartilla; es el maestro
que olvidan en tu espalda? un chopo antiguo que mueve
Si eres un Flammarión tranquilo sus brazos muertos.
de las pisadas, Ahora en el monte lejano
¡cómo debes amar jugarán todos los muertos
a los asnos que pasan a la baraja. ¡Es tan triste
acariciando con ternura humilde la vida en el cementerio!
tu carne desgarrada!
Ellos solos meditan dónde puede ¡Rana, empieza tu cantar!
llegar tu enorme lanza. ¡Grillo, sal de tu agujero!
Ellos solos, que son Haced un bosque sonoro
los Budas de la Fauna, con vuestras flautas. Yo vuelo
hacia mi casa intranquilo. por el canto del grillo,
tiene ese fuego fatuo,
Se agitan en mi cerebro muerto,
dos palomas campesinas del sonido.
y en el horizonte, ¡lejos!, Esa luz musical
se hunde el arcaduz del día. que percibe
¡Terrible noria del tiempo! el espíritu.

Los esqueletos de mil mariposas


duermen en mi recinto.
MADRIGAL DE VERANO
Agosto de 1920. (Vega de Zujaira.) Hay una juventud da brisas locas
sobre el río.
Junta tu roja boca con la mía,
¡oh Estrella la gitana! EL CAMINO
Bajo el oro solar del mediodía
morderé la manzana. No conseguirá nunca
tu lanza
En el verde olivar de la colina, herir al horizonte.
hay una torre mora La montaña
del color de tu carne campesina es un escudo
que sabe a miel y aurora. que lo guarda.
el dolor de la alegría,
reja que nos abre surcos Me ofreces en tu cuerpo requemado,
donde el llanto fructifica! el divino alimento
que da flores al cauce sosegado
(Por un monte de papel y luceros al viento.
asoma la luna fría.)
¡Oh dolor de la verdad! ¿Cómo a mí te entregaste, luz morena?
¡Oh dolor de la mentira! ¿Por qué me diste llenos
de amor tu sexo de azucena
y el rumor de tus senos?

HORAS DE ESTRELLAS ¿No fue por mi figura entristecida?


1920 (¡Oh mis torpes andares!)
¿Te dio lástima acaso de mi vida,
El silencio redondo de la noche marchita de cantares?
sobre el pentagrama
del infinito. ¿Cómo no has preferido a mis lamentos
los muslos sudorosos de un San Cristóbal cam-
Yo me salgo desnudo a la calle, pesino, lentos
maduro de versos en el amor y hermosos?
perdidos.
Lo negro, acribillado Danaide del placer eres conmigo.
Femenino Silvano. del hombre feliz: la piel
Huelen tus besos como huele el trigo -alfombra del sol- curtida.
reseco del verano.
(Alrededor de mis ojos
Entúrbiame los ojos con tu canto. bandadas de letras giran.)
Deja tu cabellera
extendida y solemne como un manto ¡Oh, qué dolor el dolor
de sombra en la pradera. antiguo de la poesía,
este dolor pegajoso
Píntame con tu boca ensangrentada tan lejos del agua limpia!
un cielo del amor,
en un fondo de carne la morada ¡Oh, dolor de lamentarse
Estrella de dolor. por sorber la vena lírica!
¡Oh, dolor de fuente ciega
Mi pegaso andaluz está cautivo y molino sin harina!
de tus ojos abiertos,
volará desolado y pensativo ¡Oh, qué dolor no tener
cuando los vea muertos. dolor y pasar la vida,
sobre la hierba incolora
Y aunque no me quisieras te querría de la vereda indecisa!
por tu mirar sombrío
como quiere la alondra al nuevo día, ¡Oh, el más profundo dolor,
sólo por el rocío.
Ya nos dejas cantando
en la plazuela, Junta tu roja boca con la mía,
¡arroyo claro, ¡oh Estrella la gitana!
fuente serena! Déjame bajo el claro mediodía
consumir la manzana.
Las pupilas enormes
de las frondas resecas
heridas por el viento CANTOS NUEVOS
lloran las hojas muertas. Agosto de 1920. (Vega de Zujaira.)

Dice la tarde: “¡Tengo sed de sombra!”


ENCRUCIJADA Dice la luna: “Yo, sed de luceros.”
Julio de 1920. La fuente cristalina pide labios
y suspiros el viento.
¡Oh, qué dolor el tener
versos en la lejanía Yo tengo sed de aromas y de risas,
de la pasión, y el cerebro sed de cantares nuevos
todo manchado de tinta! sin lunas y sin lirios,
y sin amores muertos.
¡Oh, qué dolor no tener
la fantástica camisa Un cantar de mañana que estremezca
a los remansos quietos
del porvenir. Y llene de esperanza ¿Te vas lejos, muy lejos
sus ondas y sus cienos. del mar y de la tierra?

Un cantar luminoso y reposado YO


pleno de pensamiento,
virginal de tristezas y de angustias Se ha llenado de luces
y virginal de ensueños. mi corazón de seda,
de campanas perdidas,
Cantar sin carne lírica que llene de lirios y de abejas,
de risas el silencio. y yo me iré muy lejos,
(Una bandada de palomas ciegas más allá de esas sierras,
lanzadas al misterio.) más allá de los mares,
cerca de las estrellas,
Cantar que vaya al alma de las cosas para pedirle a Cristo
y al alma de los vientos Señor que me devuelva
y que descanse al fin de la alegría mi alma antigua de niño,
del corazón eterno. madura de leyendas,
con el gorro de plumas
y el sable de madera.
ALBA
Abril de 1919. (Granada.) LOS NIÑOS
¡Arroyo claro,
fuente serena! Mi corazón oprimido .
siente junto a la alborada
¿Porque te vas tan lejos el dolor de sus amores
de la plazuela? y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
YO semilleros de nostalgias
y la tristeza sin ojos
¡Voy en busca de magos de la médula del alma.
y de princesas! La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
LOS NIÑOS para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada.
¿Quién te enseñó el camino
de los poetas? ¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
YO rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
La fuente y el arroyo ¡Qué haré si tienes tus ojos
de la canción añeja. muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
LOS NIÑOS el calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre Una rosa de sangre
en aquella tarde clara? y una azucena.
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada. LOS NIÑOS

Mójalas en el agua
de la canción añeja.
EL PRESENTIMIENTO ¡Arroyo claro,
Agosto de 1920. (Vega de Zujaira.) fuente serena!

El presentimiento ¿Qué sientes en tu boca


es la sonda del alma roja y sedienta?
en el misterio.
Nariz del corazón, YO
palo de ciego
que explora en la tiniebla E1 sabor de los huesos
del tiempo. de mi gran calavera.

Ayer es lo marchito, LOS NIÑOS


el sentimiento
y el campo funeral Bebe el agua tranquila
del recuerdo. de la canción añeja.
LOS NIÑOS
Anteayer
¿Qué tiene tu divino es lo muerto.
corazón en fiesta? Madriguera de ideas moribundas,
de pegasos sin freno.
YO Malezas de memorias
y desiertos
Un doblar de campanas perdidos en la niebla
perdidas en la niebla. de los sueños.

LOS NIÑOS Nada turba los siglos


pasados.
Ya nos dejas cantando No podemos
en la plazuela. arrancar un suspiro
¡Arroyo claro,
fuente serena! de lo viejo.
El pasado se pone
¿Qué tienes en tus manos su coraza de hierro
de primavera? y tapa sus oídos
con algodón del viento.
YO Nunca podrá arrancársele
un secreto.
La yedra de las gotas
Sus músculos de siglos tapiza las paredes
y su cerebro empapadas de arcaicos
de marchitas ideas misereres.
en feto
no darán el licor que necesita ¡Oh, torre vieja! Llora
el corazón sediento. tus lágrimas mudéjares
sobre este grave patio
Pero el niño futuro que no tiene fuente.
nos dirá algún secreto
cuando juegue en su cama Las arañas
de luceros. iban por los laureles.
Y es fácil engañarle;
por eso,
démosle con dulzura BALADA DE LA PLACETA
nuestro seno. 1919
Que el topo silencioso
del presentimiento Cantan los niños
nos traerá sus sonajas en la noche quieta:
cuando se esté durmiendo. ¡Arroyo claro,
fuente serena!
CANCIÓN PARA LA LUNA
Agosto de 1920.

PATIO HÚMEDO Blanca tortuga,


1920 luna dormida,
¡qué lentamente
Las arañas caminas!
iban por los laureles. Cerrando un párpado
de sombra, miras
La casualidad cual arqueológica
se va tornando en nieve, pupila.
y los años dormidos Que quizá sea...
ya se atreven (Satán es tuerto)
a clavar los telares una reliquia.
del siempre. Viva lección
para anarquistas.
La quietud hecha esfinge Jehová acostumbra
se ríe de la muerte sembrar su finca
que canta melancólica con ojos muertos
en un grupo y cabecitas
de lejanos cipreses. de sus contrarias
milicias.
y enturbian el camino
Gobierna rígido los rebaños.
la Faz divina Es hora de marcharse.
con su turbante Dejad la angosta senda
de niebla fría, y no continuéis
poniendo dulces meditando.
astros sin vida Qué lugar tendréis luego
al rubio cuervo de mirar las estrellas
del día. cuando os coman sin prisa
Por eso, luna, los gusanos.
¡luna dormida!
vas protestando ¡Volved a vuestra casa
seca de brisas, bajo el pueblo de grillos!
del gran abuso ¡Buenas noches, amigo
la tiranía don Lagarto!
de ese Jehová
que os encamina Ya está el campo sin gente,
por una senda los montes apagados
¡siempre la misma! y el camino desierto;
Mientras Él goza sólo de cuando en cuando
en compañía canta un cuco en la umbría
de Doña Muerte, de los álamos.
de tus iris quemados.) que es su querida..

¿Venís quizá en la busca Blanca tortuga,


de la bella lagarta, luna dormida,
verde como los trigos casta Verónica
de mayo, del sol que limpias
como las cabelleras en el ocaso
de las fuentes dormidas, su faz rojiza.
que os despreciaba, y luego Ten esperanza,
se fue de vuestro campo? muerta pupila,
¡Oh, dulce idilio roto que el Gran Lenin
sobre la fresca juncia! de tu campiña
será la Osa
¡Pero vivid! ¡Qué diantre! Mayor, la arisca
Me habéis sido simpático. fiera del cielo
El lema de "me opongo que irá tranquila
a la serpiente" triunfa a dar su abrazo
en esa gran papada de despedida,
de arzobispo cristiano. al viejo enorme
de los seis días.
Ya se ha disuelto el sol
en la copa del monte, Y entonces, luna
blanca, vendría ¿Qué buscáis en la senda,
el puro reino filósofo cegato,
de la ceniza. si el fantasma indeciso
de la tarde agosteña
(Ya habréis notado ha roto el horizonte?
que soy nihilista.)
¿Buscáis la azul limosna
del cielo moribundo?
¿Un céntimo de estrella?
ELEGÍA DEL SILENCIO ¿O acaso
Julio de 1320. estudiasteis un libro
de Lamartine, y os gustan
Silencio, ¿dónde llevas los trinos platerescos
tu cristal empañado de los pájaros?
de risas, de palabras
y sollozos del árbol? (Miras al sol poniente,
¿Cómo limpias, silencio, y tus ojos relucen,
el rocío del canto ¡oh, dragón de las ranas!,
y las manchas sonoras con un fulgor humano.
que los mares lejanos Las góndolas sin remos
dejan sobre la albura de las ideas, cruzan
serena de tu manto? el agua tenebrosa
¿Quién cierra tus heridas
En la angosta senda cuando sobre los campos
he visto al buen lagarto alguna vieja noria
(gota de cocodrilo) clava su lento dardo
meditando. en tu cristal inmenso?
Con su verde levita ¿Dónde vas si al ocaso
de abate del diablo, te hieren las campanas
su talante correcto y quiebran tu remanso
y su cuello planchado, las bandadas de coplas
tiene un aire muy triste y el gran rumor dorado
de viejo catedrático. que cae sobre los montes
¡Esos ojos marchitos azules sollozando?
de artista fracasado,
cómo miran la tarde El aire del invierno
desmayada! hace su azul pedazos,
y troncha tus florestas
¿Es éste su paseo el lamentar callado
crepuscular, amigo? de alguna fuente fría.
Usad bastón, ya estáis Donde posas tus manos,
muy viejo, don Lagarto, la espina de la risa
y los niños del pueblo o el caluroso hachazo
pueden daros un susto. de la pasión encuentras.
Si te vas a los astros, ¿está en ti,
el zumbido solemne noche negra?
de los azules pájaros
quiebra el gran equilibrio (Caliente, caliente,
de tu escondido cráneo. como el agua
de la fuente.)
Huyendo del sonido
eres sonido mismo, ¡Oh, gran dolor!
espectro de armonía, Admites en tu cueva
humo de grito y canto. nada más que la sombra.
Vienes para decirnos ¿Es cierto,
en las noches oscuras noche negra?
la palabra infinita
sin aliento y sin labios. (Caliente, caliente,
como el agua
Taladrado de estrellas de la fuente.)
y maduro de música,
¿dónde llevas, silencio, ¡Oh corazón perdido!
tu dolor extrahumano, ¡Requiem aeternam!
dolor de estar cautivo
en la araña melódica, EL LAGARTO VIEJO
ciego ya para siempre 26 de julio de 1920. (Vega de Zujaira.)
que miraba de frente, tu manantial sagrado?
¿está en ti,
noche negra? Hoy arrastran tus ondas
turbias de pensamiento
(Frío, frío, la ceniza sonora
como el agua y el dolor del antaño.
del río.) Los ecos de los gritos
que por siempre se fueron.
Pero mi corazón El estruendo remoto
roído de culebras, del mar, momificado.
el que estuvo colgado
del árbol de la ciencia, Si Jehová se ha dormido
¿está en ti, sube al trono brillante,
noche negra? quiébrale en su cabeza
un lucero apagado,
(Caliente, caliente, y acaba seriamente
como el agua con la música eterna,
de la fuente.) la armonía sonora
de luz y mientras tanto,
Mi amor errante, vuelve a tu manantial,
castillo sin firmeza donde en la noche eterna,
de sombras enmohecidas, antes que Dios y el tiempo,
manabas sosegado. donde estuvo pintada
la cartilla primera,
¿está en ti,
noche negra?
BALADA DE UN DIA DE JULIO
Julio de 1919. (Frío, frío,
como el agua
Esquilones de plata del río.)
llevan los bueyes.
El primer beso
-¿Dónde vas, niña mía, que supo a beso y fue
de sol y nieve? para mis labios niños
como la lluvia fresca,
-Voy a las margaritas ¿está en ti,
del prado verde. noche negra?

-El prado está muy lejos (Frío, frío,


y miedo tienes. como el agua
del río.)
-Al airón y a la sombra
mi amor no teme. Mi primer verso,
la niña de las trenzas
mientras todos mis sueños -Teme al sol, niña mía,
se llenan de rocío. de sol y nieve.
Aquí, Señor, te dejo
-Se fue de mis cabellos
mi corazón antiguo, ya para siempre.
voy a pedir prestado
otro nuevo a un amigo. -¿Quién eres, blanca niña?
Corazón con arroyos ¿De dónde vienes?
y pinos.
Corazón sin culebras -Vengo de los amores
ni lirios. y de las fuentes.
Robusto, con la gracia
de un joven campesino, Esquilones de plata
que atraviesa de un salto llevan los bueyes.
el río.
-¿Qué llevas en la boca
BALADA INTERIOR que se to enciende?
16 de julio de 1920. (Vega de Zujaira.)
A Gabriel. -La estrella de mi amante
que vive y muere.
El corazón
que tenía en la escuela -¿Qué llevas en el pecho
tan fino y leve? frío
como un membrillo
-La espada de mi amante demasiado otoñal
que vive y muere. que está podrido!

-¿Qué llevas en los ojos, Si tu luz va a llegar


negro y solemne? abre los ojos vivos
pero si continúas
-Mi pensamiento triste dormido,
que siempre hiere. ven, Satanás errante,
sangriento peregrino,
-¿Por qué llevas un manto ponme la Margarita
negro de muerte? morena en los olivos
con las trenzas de noche
-¡Ay, yo soy la viudita de estío,
triste y sin bienes. que yo sabré encenderle
sus ojos pensativos
Del conde del Laurel con mis besos manchados
de los Laureles! de lirios.
Y oiré una tarde ciega mi
-¿A quién buscas aquí ¡Enrique! ¡Enrique!
si a nadie quieres? lírico,
La luz se va apagando.
¿Y el aceite divino? -Busco el cuerpo del conde
Las olas agonizan. de los Laureles.
¿Has querido
jugar como si fuéramos -¿Tú buscas el amor,
soldaditos? viudita aleve?
Dime, Señor, Tú buscas un amor
¡Dios mío! que ojalá encuentres.
¿No llega el dolor nuestro
a tus oídos? -Estrellitas del cielo
¿No han hecho las blasfemias son mis quereres,
babeles sin ladrillos ¿dónde hallaré a mi amante
para herirte, o te gustan que vive y muere?
los gritos?
¿Estás sordo? ¿Estás ciego? -Está muerto en el agua,
¿O eres bizco niña de nieve,
de espíritu cubierto de nostalgias
y ves el alma humana y de claveles.
con tonos invertidos?
-¡Ay! caballero errante
¡Oh Señor soñoliento! de los cipreses,
¡Mira mi corazón una noche. de luna
mi alma te ofrece. Y entonces, ¡oh Señor!
seré tan rico
-¡Ah! Isis soñadora. o más que tú,
Niña sin mieles, porque el vacío
la que en bocas de niños no puede compararse
su cuento vierte. al vino
con que Satán obsequia
Mi corazón te ofrezco, a sus buenos amigos.
corazón tenue,
herido por los ojos Licor hecho con llanto.
de las mujeres. ¡Qué más da!
Es lo mismo
-Caballero galante, que tu licor compuesto
con Dios te quedes. de trinos.
Voy a buscar al conde
de los Laureles. Dime, Señor,
¡Dios mío!
-Adiós, mi doncellita, ¿Nos hundes en la sombra
rosa durmiente, del abismo?
tú vas para el amor ¿Somos pájaros ciegos
y yo a la muerte. sin nidos?
Esquilones de plata
Y lo Infinito, llevan los bueyes.
que yo pediré prestado
el corazón de un amigo. Mi corazón desangra
Un corazón con arroyos como una fuente.
y pinos,
y un ruiseñor de hierro
que resista
el martillo IN MEMORIAM
de los siglos. Agosto de 1920.

Además, Satanás me quiere mucho. Dulce chopo,


Fue compañero mío dulce chopo,
en un examen de te has puesto
lujuria, y el pícaro de oro.
buscará a Margarita Ayer estabas verde,
-me lo tiene ofrecido-. un verde loco
Margarita morena, de pájaros gloriosos.
sobre un fondo de viejos olivos, Hoy estás abatido
con dos trenzas de noche bajo el cielo de agosto
de estío, como yo bajó el cielo
para que yo desgarre de mi espíritu rojo.
sus muslos limpios. La fragancia cautiva
de tu tronco
vendrá a mi corazón PRÓLOG0
piadoso, 24 de julio de 1920. (Vega de Zujaira.)
¡rudo abuelo del prado!
Nosotros Mi corazón está aquí,
nos hemos puesto Dios mío.
de oro. Hunde tu cetro en él, Señor.
Es un membrillo
demasiado otoñal
SUEÑO y está podrido.
Mayo de 1919. Arranca los esqueletos
de los gavilanes líricos
Mi corazón reposa junto a la fuente fría. que tanto, tanto lo hirieron,
(Llénala con tus hilos, y si acaso tienes pico
araña del olvido.) móndale su corteza
de hastío.
El agua de la fuente su cancióh le decía.
(Llénala con tus hilos, Mas si no quieres hacerlo,
araña del olvido.) me da to mismo,
guárdate tu cielo azul
Mi corazón despierto sus amores decía. que es tan aburrido.
(Araña del silencio, El rigodón de los astros.
dolientes espectros téjele tu misterio.)
de pasiones. Frutas
con gusanos. Ecos El agua de la fuente lo escuchaba sombría.
de una voz quemada (Araña del silencio,
que viene de lejos téjele to misterio.)
como una corriente
de sombras. Recuerdos Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.
vacíos de llanto (Manos blancas, lejanas,
y migajas de besos. detened a las aguas.)

Mi alma está madura Y el agua se lo lleva cantando de alegría.


hace mucho tiempo, (¡Manos blancas, lejanas,
y se desmorona nada queda en las aguas!)
turbia de misterio.
Piedras juveniles
roídas de ensueño
caen sobre las aguas PAISAJE
de mis pensamientos. Junio de 1920.
Cada piedra dice:
¡Dios está muy lejos! Las estrellas apagadas
llenan de ceniza el río
verdoso y frío.
sufro yo este mal,
La fuente no tiene trenzas. tristezas de antaño
Ya se han quemado los nidos y las que vendrán.
escondidos.
Tarde lluviosa en gris cansado,
Las ranas hacen del cauce y sigue el caminar.
una siringa encantada
desafinada.

Sale del monte la luna, HAY ALMAS QUE TIENEN..


con su cara bonachona 8 de febrero de 1920.
de jamona.
Hay almas que tienen
Una estrella le hace burla azules luceros,
desde su casa de añil mañanas marchitas
infantil. entre hojas del tiempo,
y castos rincones
E1 débil color rosado que guardan un viejo
hace cursi el horizonte rumor de nostalgias
del monte. y sueños.

Y observo que el laurel tiene Otras almas tienen


Noviembre de 1919. cansancio de ser poético
y profético.
Tarde lluviósa en gris cansado,
y sigue el caminar. Como la hemos visto siempre
Los árboles marchitos. el agua se va durmlendo,
Mi cuarto, solitario. sonriyendo.
Y los retratos viejos
y el libro sin cortar... Todo llora por costumbre.
Todo el campo se lamenta
Chorrea la tristeza por los muebles sin darse cuenta.
y por mi alma.
Quizá
no tenga para mí Naturaleza Yo, por no desafinar,
el pecho de cristal. digo por educación:
"¡Mi corazón!"
Y me duele la carne del corazón
y la carne del alma. Pero una grave tristeza
Y al hablar, tiñe mis labios manchados
se quedan mis palabras en el aire de pecados.
como corchos sobre agua. Yo voy lejos del paisaje.
Hay en mi pecho una hondura
Sólo por tus ojos de sepultura.
(¡Oh, poeta infantil,
Un murciélago me avisa quiebra tu reloj!)
que el sol se esconde doliente
en el poniente. Os comprendo y me dejo
arrumbado en la cómoda
¡Pater noster por mi amor! al insecto del tiempo.
(Llanto de las alamedas Sus metálicas gotas
y arboledas.) no se oirán en la calma
de mi alcoba.
En el carbón de la tarde Me dormiré tranquilo
miro mis ojos lejanos,
cual milanos. como dormís vosotras,
pasionarias y estrellas,
Y despeino mi alma muerta que al fin la mariposa
con arañas de miradas volará en la corriente
olvidadas. de las horas
mientras nace en mi tronco
Ya es de noche, y las estrellas la rosa.
clavan puñales al río
verdoso y frío.

TARDE
NOVIEMBRE
¡Pasionaria azul! Noviembre de 1920.
Yunque de mariposas.
¿Vives bien en el limo Todos los ojos
de las horas? estaban abiertos
frente a la soledad
(¡Oh, poeta infantil, despintada por el llanto.
quiebra tu reloj!) Tin
Tan,
Clara estrella azul, Tin
ombligo de la aurora. Tan.
¿Vives bien en la espuma
de la sombra? Los verdes cipreses
guardaban su alma
(¡Oh, poeta infantil, arrugada por el viento,
quiebra tu reloj!) y las palabras como guadañas
segaban almas de flores.
Corazón azulado, Tin
lámpara de mi alcoba. Tan,
¿Lates bien sin mi sangre Tin
filarmónica? Tan.
El cieloestaba marchito. poner entre las hierbas
¡Oh tarde cautiva por las nubes, sus ramas
esfinge sin ojos! mucho antes que el otoño
Obeliscoy chimeneas lo dorara.
hacían pompas de jabón.
Tin Pero los puntales
Tan, de mis miradas
Tin lo sostenían.
Tan. ¡Viejo chopo, aguarda!
¿No sientes la madera
Los ritmos se curvaban de mi amor desgarrada?
y se curvaba el aire, Tiéndete en la pradera
guerreros de niebla cuando cruja mi alma
hacían de los árbolus que un vendaval de besos
catapultas. y palabras
Tin ha dejado rendida,
Tan, lacerada.
Tin
Tan.

¡Oh tarde, CONSULTA


tarde de mi otro beso! Agosto de 1920.
Tema lejano de mi sombra,
El fondo un campo de nieve. ¡sin rayo de oro!
Cascabel vacío.
Ahora maestro grave Tarde desmoronada
a la alta escuela, sobre piras de silencio.
a mi amor y a mis sueños Tin
(caballitos sin ojos) . Tan,
Tin
Y el fondo es un campo de nieve. Tan.

UNA CAMPANA PREGUNTAS


Octubre de 1920. Mayo de 1918.

Una campana serena Un pleno de cigarras tiene el campo.


crucificada en su ritmo -¿Qué dices, Marco Aurelio,
define a la mañana de estas viejas filósofas del llano?
con peluca de niebla ¡Pobre es tu pensamiento!
y arroyos de lágrimas.
Mi viejo chopo Corre el agua del río mansamente.
turbio de ruiseñores -¡Oh Sócrates! ¿Qué ves
esperaba en el agua que va a la amarga muerte?
¡Pobre y triste es tu fe! de papel.

Se deshojan las rosas en el lodo. El fondo un campo de nieve.


-¡Oh, dulce Juan de Dios!
¿Qué ves en estos pétalos gloriosos? Mis manos eran hierros
¡Chico es tu corazón! para los yunques;
tu cuerpo era el ocaso
de una campanada.
LA VELETA YACENTE
Diciembre de 1920. (Madrid.) El fondo un campo de nieve.

El duro corazón de la veleta En la agujereada


entre el libro del tiempo calavera azul
(una hoja la tierra y otra hoja el cielo) . hicieron estalactitas.
Aplastóse doliente sobre letras mis te quiero.
de tejados viejos.
Lírica flor de torre El fondo un campo de nieve.
y luna de los vientos,
abandona el estarribre de la cruz Llenáronse de moho
y dispersa sus pétalos, mis sueños infantiles,
para caer sobre las losas frías y taladró la luna
comida por la oruga mi dolor salomónico.
Es un recién nacido, de los ecos.
una pompa de espuma sobre el agua
del sufrimiento vivo. Yaces bajo una acacia.
¡Memento!
Y tú vas a sus labios luminosos No podías latir
mientras ríen los niños, porque eras de hierro...
y callan los papás, no se despierten mas poseíste la forma;
los dolores vecinos. ¡conténtate con eso!
y húndete bajo el verde
Así pájaro clown desapareces légamo,
para nacer en otro sitio, en busca de tu gloria
así pájaro esfinge das tu alma de fuego,
de ave fénix al limbo. aunque te llamen tristes
las torres desde lejos
y oigas en las veletas
chirriar tus compañeros.
MADRIGAL Húndete bajo el paño
Octubre de 1920. (Madrid.) verdoso de tu lecho,
que ni la blanca monja,
Mi beso era una granada, ni el perro,
profunda y abierta; ni la luna menguante,
tu boca era rosa ni el lucero,
ni el turbio sacristán buque fantasma del miedoso insecto,
del convento, o el triste borriquito
recordarán tus gritos que escarnecen, haciéndolo Pegaso,
del invierno. los soplos de los niños.
Húndete lentamente,
que si no, luego, Pero en medio de tu meditación
te llevarán los hombres van gotas de humorismo.
de los trapos viejos. Hecha con la corteza de la ciencia
Y ojalá pudiera darte te ríes del destino,
por compañero... y gritas: Blanca Flor no muere nunca,
este corazón mío ni se muere Luisito.
¡tan incierto! La mañana es eterna, es eterna
la fuente del rocío.

Y aunque no crees en nada dices esto,


CORAZON NUEVO no se enteren los niños
Junio de 1918. (Granada.) de que hay sombra detrás de las estrellas
y sombra en tu castillo.
Mi corazón, como una sierpe,
se ha desprendido de su piel, En medio de la mesa, al derrumbarse
y aquí la miro entre mis dedos tu azul mansión, has visto
llena de heridas y de miel. que el milano te mira ansiosamente:
¡Oh pajarita de papel!
águila de los niños. Los pensamientos que anidaron
Con las plumas de letras, en tus arrugas ¿dónde están?
sin palomo y sin nido. ¿dónde las rosas que aromaron
a Jesucristo y a Satán?
Las manos aún mojadas de misterio
te crean en un frío ¡Pobre envoltura que ha oprimido
anochecer de otoño, cuando mueren a mi fantástico lucero!
los pájaros y el ruido Gris pergamino dolorido
de la lluvia nos hace amar la lámpara, de lo que quise y ya no quiero.
el corazón y el libro.
Yo veo en ti fetos de ciencias,
Naces para vivir unos minutos momias de versos y esqueletos
en el frágil castillo de mis antiguas inocencias
de naipes que se eleva tembloroso y mis románticos secretos.
como el tallo de un lirio,
y meditas allí ciega y sin alas ¿Te colgaré sobre los muros
que pudiste haber sido de mi museo sentimental,
el atleta grotesco que sonríe junto a los gélidos y oscuros
ahorcado por un hilo, lirios durmientes de mi mal?
el barco silencioso sin remeros ni velamen,
el lírico ¿O te pondré sobre los pinos
-libro doliente de mi amor- vuelan, el aire en calma.
para que sepas de los trinos La Penélope inmensa de la luz
que da a la aurora el ruiseñor? teje una noche clara.

Hijas mías, dormid, que viene el lobo,


las ovejitas balan.
¿Ha llegado el otoño, compañeras?
SE HA PUESTO EL SOL dice una flor ajada.
Agosto de 1920.
Ya vendrán los pastores con sus nidos
Se ha puesto el sol. Los árboles por la sierra lejana,
meditan como estatuas. ya jugarán las niñas en la puerta
Ya está el trigo segado. de la vieja posada,
¡Qué tristeza y habrá coplas de amor
de las norias paradas! que ya se saben
de memoria las casas.
Un perro campesino
quiere comerse a Venus, y le ladra.
Brilla sobre su campo de pre-beso,
como una gran manzana. PAJARITA DE PAPEL
Julio de 1920.
Los mosquitos -Pegasos del rocío

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